LA PERSISTENTE DEFENSA DE LA AUTONOMÍA DEL PUEBLO DE MEZCALA COMO UNA CREACIÓN DE ESPACIO PÚBLICO NO ESTATAL Jorge Alonso
Luchas que construyen espacio público (1) no estatal Al examinar las luchas de una gran variedad de sujetos por su autonomía, resalta que se trata de un impulso de larga duración y que va transformando continuamente tanto al grupo como a la realidad en la que vive y que van recreando espacios públicos. Este es el caso de la comunidad indígena de Mezcala. En la Laguna de Chapala este pueblo mantiene una estrategia de resistencia y de defensa de sus tierras y de sus derechos que viene de siglos atrás y que ha ido adaptando a las circunstancias cambiantes sin someterse a ellas. Los habitantes de Mezcala construyen su actual espacio público fincándose en sus orígenes. En un letrero a la entrada del pueblo se anuncia que Mezcala, cuyo nombre 1 ‐ Habría que recordar que la sociedad civil es el ámbito desde el cual los actores pueden dotar de nuevos bríos a los sistemas democráticos y reconciliar la ciudadanía con las instituciones por medio de la ampliación de espacios de participación pública. Se ha demandado que aumenten las voces en vistas de fortalecer el espacio público (PNUD 2004). Se ha subrayado que la sociedad civil requiere debate público; que debe hacer una esfera de debate público (esfera pública o espacio público) en la que los ciudadanos debatan los temas de interés común (Pérez Díaz 1997). Hannah Arendt apuntaba que existía un espacio público cuando un grupo de personas se reunía con un objetivo colectivo (Arendt 1997). Bergel hace ver que actualmente en la Web, lugar común por excelencia, va cobrando cuerpo una esfera pública no estatal. Pero no sólo ahí. En el espacio público donde se argumenta y se critica, lo público no puede reducirse a lo estatal. Los espacios públicos son instancias deliberativas en donde se debaten asuntos públicos, de interés colectivo. Los gobernantes no pueden monopolizar las decisiones. (Dagnino, Olvera y Panfichi 2006). Cunill ha ahondado en lo público no estatal y sus expresiones. Recuerda que lo público alude en primera instancia a la función de autogobierno social, y que tiene que ver con movimientos sociales que se constituyen en el corazón institucional de la recomposición del espacio público en la sociedad. Hace ver que lo público no estatal se traduce en flujos comunicativos de opinión pública y que la ciudadanía adquiere más conciencia de su poder y control del uso de recursos públicos. Advierte además que otra expresión de lo público no estatal es el ejercicio de la solidaridad. Hay una sociedad que se involucra en forma directa en la producción de bienes o servicios públicos por su autoorganización social. La autonomía es una de las notas distintivas de la expresión de lo público no estatal (Cunnill 2008). Santos al proponer la reconstrucción del espacio público de la deliberación democrática, plantea la necesidad de la formación de un espacio público no estatal, de impulsar nuevas constelaciones de lucha democrática que multipliquen y ahonden las deliberaciones democráticas sobre los aspectos que a todos conciernen. En este espacio la lucha democrática apuntaría a esquemas institucionales alternativos. (Santos 2005). El espacio público es un ámbito abierto al que se puede acceder y llevar a cabo la protesta. Los sujetos insumisos lo han redefinido. Así, el espacio público se transforma en foro convocante y en espacio estructurante donde desde abajo se construyen identidades colectivas (Ocampo 2008).
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remite al cultivo de magueyes para fabricar licor, fue fundado por un grupo de aztecas que en su viaje hacia el valle de México ahí se quedaron. Están orgullosos de las artesanías precolombinas que se encuentran en su territorio, de una cueva, de sus pinturas rupestres, de sus petroglifos, de unas grandes piedras en el cerro vinculadas con las creencias sobre la lluvia, y de la isla que se encuentra enfrente de su población. Dado que es un poblado protegido por una gran montaña al lado de la laguna, sus habitantes han sabido aprovechar su posición poco accesible para conservar sus costumbres. No obstante han ido negociando hibridaciones e incorporando elementos nuevos, sin permitir que éstos los dominen. Dicen que sus fiestas datan de tiempos anteriores a la conquista, pero las han revestido del santoral católico y les han añadido las fiestas patrias. Se calcula que a mediados del siglo XVII, como muchos otros pueblos indígenas, inventaron un documento virreinal al que pusieron como fecha 1534 (Castillero 2005) el cual han utilizado como la legalización de la posesión y defensa del territorio (2). En el anuncio a la entrada del pueblo se refieren al título primordial que les da derecho a perpetuidad de las tierras de la comunidad. Basada en ese título en el siglo XVII la comunidad ganó un litigio contra un particular que había metido ganado en sus tierras (Hernández 2006) La actual comunidad de Mezcala destaca que en 1668 por sus documentos donde las autoridades virreinales reconocían tanto sus tierras como sus autoridades
se ordenó la restitución de tierras a favor de los indios de Mezcala
(Moreno y otros 2006). Abundan los testimonios de rebeldía e insubordinación de los pueblos indígenas de Mezcala ante la dominación española y en particular ante autoridades locales civiles y eclesiásticas. Se destaca que a principios del siglo XVIII Mezcala estuvo en rebeldía abierta contra funcionarios de la jurisdicción de Poncitlán (Castillero 2005: 225). En la segunda década del siglo XIX los indios de Mezcala desplegaron una dura resistencia contra los ejércitos realistas. Entre las causas de su rebelión a inicios de la 2
- En 2008 los comuneros tienen dos transcripciones del título primordial. Una corresponde a una copia del documento presentada por comuneros de Mezcala a un licenciado para que certificara lo que contenía en diciembre de 1899. La otra corresponde a una copia certificada expedida por el Archivo General de la Nación a otra comunidad agraria de otra zona, la de San Gaspar, en octubre de 1995, y cuya copia consiguió para la comunidad la investigadora Inés Durán. En la comunidad hay historiadores que privilegian el que la comunidad en su historia ha utilizado este título primordial que data de mucho tiempo atrás para defender un territorio que han ocupado por siglos. En esto se remiten a las enseñanzas del historiador Enrique Florescano. Se podría ver Florescano 2002.
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guerra de independencia se aducen su origen prehispánico, la enemistad hacia los que no eran originarios del lugar, la defensa de su territorio, y el descontento hacia las autoridades virreinales (Gómez 2006: 45). En 1811 los insurgentes sufrieron una derrota en puente Calderón, cerca de Guadalajara. Hacia marzo de ese año el gobierno había recuperado el control. Pero la resistencia de Mezcala pese al desprecio de jefes realistas hacia los indios de la zona persistía (Taylor 1990). Después de la derrota del cura Hidalgo en el puente de Calderón cercano a Guadalajara, muchos insurgentes huyeron y fueron perseguidos. Algunos de ellos volvieron a su pueblo, Mezcala, donde se atrincheraron y pusieron a los colonizadores en aprietos. Los indios de Mezcala, armados sobre todo con hondas y piedras, derrotaron a los batallones españoles a finales de 1812. Los realistas no podían someterlos. Los insurgentes conseguían insumos y alimentos de la ribera. Se defendían con piedras y con armas que arrebataban a los realistas. Los indios insurgentes se hicieron fuertes en la isla de Mezcala. Los españoles los atacaron con barcos de guerra pero no pudieron derrotarlos. Los realistas quemaron las siembras y pueblos que los apoyaban; mataron a sus familias; ofrecieron indultos, pero los indios de Mezcala no se rendían y hacían sufrir importantes bajas a las fuerzas de la corona. Fueron cercados y resistieron. Fue el único foco de la primera fase de la lucha de independencia que sobrevivió. Finalmente el hambre y epidemias los debilitaron a finales de 1816, y tuvieron que negociar la paz. No fue una rendición incondicional, sino consiguieron el respeto por sus tierras, la entrega de ganados y semillas y la exención de impuestos. Este hecho es hasta el día de hoy motivo de orgullo e identidad para la comunidad el cual celebra anualmente en la llamada semana de la resistencia (Castillero 2005, Ochoa 2006, Castañeda 2006). A principios del siglo XX la comunidad de Mezcala se vio afectada en una parte de sus terrenos por supuestas deudas al fisco. Los predios afectados le fueron entregados a un particular; pero los indígenas invadieron el predio. Fueron sacados por la fuerza pública, y volvieron a la hora de la cosecha, y de nuevo enfrentaron a la fuerza pública (Aldana 1987). En la Revolución los de Mezcala colaboraron con una de las pocas fuerzas que se manifestaron en tierras jaliscienses en la región de
Poncitlán. Los indígenas se
defendían de las afrentas de los hacendados (Aldana 1987). En los años veinte hubo gente de Mezcala que se sumó a la rebelión cristera, teniendo en la mira la defensa de
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su tierra. Después de la revolución núcleos externos solicitaron reparto de tierras que afectaron el territorio comunal de Mezcala. También hubo problemas internos con algunas autoridades comunales que no respondían a los intereses de toda la comunidad. En la década de los cuarenta hay diversas quejas en este sentido (3). A mediados de los cincuenta miembros de la comunidad denunciaron a sus autoridades por querer enajenar terrenos comunales (4). En 1958 la comunidad de Mezcala tenía problemas de límites con la comunidad de San Juan Tecomatlán. También en esa década había
quejas en
contra de vecinos de Mezcala porque trataban de vender una fracción de terreno comunal. Para no perder más tierras la comunidad también hizo trámites para que le fueran tituladas sus tierras comunales. A finales de los cincuenta las autoridades empezaron los trámites de reconocimiento y titulación de los bienes comunales. Un informe de la dependencia agraria señalaba en 1960 que el poblado era uno de los más antiguos de la región y que tenía títulos comunales desde la época de la corona. Asentaba que, debido a que pueblos circunvecinos habían invadido parte de sus tierras y habían reducido su superficie, no se había podido hacer el levantamiento. Había zonas de litigio con las comunidades de San Sebastián y San Miguel. Los funcionarios agrarios hicieron una asamblea de comuneros, porque había algunos que no querían que se ejecutaran los trabajos topográficos. No se levantó la superficie de la zona urbana porque estaba diseminada por toda la orilla del lago. Según este estudio se constató que no había pequeñas propiedades de régimen particular dado que todo el terreno estaba explotado comunalmente. Las mesetas (un 10% del terreno), se aprovechaban para el cultivo y lo demás es agostadero para cría de ganado, vacuno, caprino, y poco lanar. El bosque era de maderas corrientes. El informe recalcaba que era un pueblo indígena cuya principal fuente de manutención era la pesca. El terreno era cerril con mesetas que se aprovechaban para la agricultura. El Presidente de la comunidad indígena de Mezcala en 1961 solicitó al Director General de tierras y Aguas información sobre el estado que guardaba el expediente de confirmación y titulación de bienes comunales que habían
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- A mediados de los cuarenta un grupo de habitantes de Mezcala se quejaba de la mala administración de la autoridad de bienes comunales, Documento del 17 de junio de 1945 ( Archivo General Agrario, Jalisco, Poncitlán, Mezcala, expediente 1778).
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- Documento ante el Departamento de Asuntos Indígenas, 12 de junio de 1956, Archivo General Agrario.
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iniciado desde los años cincuenta (5). En ese año se informó sobre la medición de los terrenos y sobre el censo de comuneros. En 1964 el Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización, ante la solicitud de confirmación de derechos sobre bienes comunales de Mezcala, anunció oficialmente que ante la oficina de tierras de ese departamento quedaba iniciado el expediente por concepto de confirmación de derechos sobre bienes comunales de Mezcala y anexó el modelo de elección de representantes comunales del lugar (6). El título virreinal que tenía la comunidad
había sido entregado a las
autoridades agrarias para acreditar sus tierras comunales. Fue hasta agosto de 1971 que se publicó la resolución presidencial con el reconocimiento de 408 comuneros (7). Esto implicó un cambio importante en la marcha de la comunidad, pues anteriormente, aunque había un gobierno de ancianos, se consideraba a todos como comuneros y votaban. A partir del reconocimiento oficial sólo los comuneros enlistados podían votar en las asambleas (Hernández 2006). Como en esta resolución no estaba contemplada la isla, los comuneros siguieron su lucha. Impulsados por todo el peso histórico que ésta tenía para la comunidad consiguieron el reconocimiento de que eran dueños de la isla en 1974 (Moreno y otros 2006). La defensa de lo comunal como espacio de lo colectivo La resolución de 1971 aclaró que se trataba de una acción de reconocimiento y titulación de bienes comunales que la comunidad había venido poseyendo en forma continua, pacifica y pública desde tiempo inmemorial. Se precisó también que las propiedades de particulares que existieran quedarían excluidas si los interesados cumplían con ciertas condiciones. Vinieron los litigios sobre predios adquiridos en 1952, 1961, y 1969 y 1970. Después se añadieron otros dos correspondientes a 1981 y 1983, pues hubo comuneros que indebidamente hicieron algunas ventas de terrenos. En 1990 las oficinas agrarias emitieron una opinión jurídica que decía que no debía proceder la exclusión solicitada por varios particulares porque no habían cumplido en tiempo y forma con lo establecido (8). No obstante, algunos particulares consiguieron 5
- Expediente 1778, Archivo General Agrario.
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- Periódico Oficial de El Estado de Jalisco, 31 de octubre de 1964.
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. Diario Oficial de la Federación, 20 de agosto de 1971.
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- Opinión jurídica sobre exclusiones, y documentación de propietarios, documento del 15 de junio de 1990, en el expediente 1778, Archivo General Agrario.
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quedarse con algunos predios. A principios de los noventa vino la modificación salinista sobre el artículo 27 que permitía la venta de tierras en posesión de ejidatarios y comuneros. Se acrecentaron las presiones sobre los comuneros de Mezcala para que vendieran sus tierras, muy apetecibles por la belleza del lugar que era codiciado por proyectos turísticos. Los comuneros de Mezcala han mantenido una dura oposición a la privatización y no han aceptado los Programas PROCEDE y PROCECOM ( el primero es un programa oficial de titulación de derechos ejidales y titulación de solares, y el segundo es la traducción de ese programa a los terrenos comunales). Con la llegada de un gobierno de derecha (panista) al estado de Jalisco, se alentó la privatización del campo jalisciense. Además, una persona allegada al equipo del primer gobernador panista a finales de su administración, con la complicidad de un comunero, invadió una parte alta del monte comunal de Mezcala con una vista privilegiada de la laguna. Desde entonces los comuneros han entablado con este protegido de altos políticos una movilización social y una lucha jurídica (9). En 2002 la comunidad sufrió una incursión más por parte del gobierno y los empresarios que han estado codiciando sus tierras. En lugar de construir una carretera siguiendo el camino antiguo al lado de la laguna, se hizo un trazo en el cerro comunal. Lo que se quería era abrir terrenos para los fraccionamientos y el turismo. Se ha pretendido el ingreso de la inversión extranjera a la comunidad. La presión sobre la comunidad se ha intensificado, pero también la resistencia. Los comuneros de Mezcala buscaron aliados en su lucha de conservación de sus tierras y tradiciones, y los encontraron en el Consejo Nacional Indígena y en la Otra Campaña Zapatista. En particular han estrechado vínculos con los wixaritari (huicholes) pues éstos consideran el lago de Chapala como un lugar sagrado y vienen desde sus lejanas tierras a hacer ofrendas. Tanto los de Mezcala como los huicholes se han unido para hacer ofrendas a la laguna y pedir la vida y el agua (Moreno y otros 2006). 9
- Los comuneros de Mezcala, además de al rico empresario que les ha usurpado 10 hectáreas acusa al municipio de Poncitlán porque le ha dado permisos de construcción. El terreno invadido está en juicio desde 1999. La comunidad se ha quejado, que a pesar de estar bajo Juez el invasor sigue escarbando y explotando ojos de agua de la comunidad. Los comuneros han denunciado un comportamiento agresivo del invasor en contra de los habitantes del pueblo; y se encuentran a la espera de la resolución del tribunal agrario, que ya en 2008 prohibió al invasor que siga construyendo (Documento de la comunidad de Mezcala, 3 de febrero de 2008).
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Su incorporación a La Otra Campaña zapatista como parte de la defensa de su territorio Los grupos más activos de la defensa de la historia de Mezcala sostienen que sus habitantes son una comunidad indígena coca (10), que se trata de un pueblo histórico. Recalcan que los habitantes del lugar son indígenas, que el territorio es suyo. Se remiten a documentos antiguos que hablan de la defensa de la tierra. La historia de esa defensa la saben sólo por viejos papeles sino también por sus padres, madres, abuelos, tíos, todos de alguna manera lucharon por tierra y libertad. Cuando pasó por ahí la Otra Campaña zapatista, concordaron con sus planteamientos y resaltaron que Mezcala era un pueblo que siempre había estado en lo que planteaba la otra campaña. En las reuniones de la otra campaña, se refirieron a la situación de su pueblo como comunidad indígena, que vivía del campo o del lago. Denunciaron que el gobierno los tenía marginados, pues en México ser indígena era un mal. Recordaron que les llamaban nacos o chantes. Los querían avergonzar por sus raíces, por sus formas de hablar, por su color. Ante eso se preguntaban que era ser indio y se respondían que estaban orgullosos de serlo. Otro tipo de discriminación era la que se reflejaba en el precio que tenía su trabajo, pues había días que hasta cinco o diez pesos les pagaban por una caja de 29 kilos de chayote. Así no sabían donde quedaba la ganancia si con el troquero, el bodeguero, el tianguero. Lo que sí sabían era que no quedaba ni en el productor ni en el consumidor y que a otros les tocaba el beneficio. Con trabajo mal remunerado, la salud, la alimentación, el vestir, el techo, la educación, se venían abajo. Señalaron que en cuanto a la salud la gente se seguía muriendo por piquetes de alacrán, o una infección en la garganta, o una calentura, sólo porque no tenía dinero para ir a la gran ciudad a pagar un doctor y medicina, pues no había medicina ni medico, ni atención de ningún tipo en los centros de salud que ponía el gobierno en los pueblos de los indígenas. La educación era otro problema. La mayoría de los niños que asistían a la escuela apenas sabían leer en cuarto o quinto año de primaria, y los maestros no se alarmaban. Creían que el gobierno era el culpable, pues no hacía nada ante el bajo rendimiento y calidad de educación que se ofrecía a sus hijos. Aunque en el poblado había preparatoria, la realidad era que muy pocos jóvenes terminaban estudios universitarios, pues a la 10
- El actual territorio de Jalisco estuvo habitado por varias etnias: nahuas, otomíes, cocas, etc. (Williams 1994). Hay autores que dicen que los cocas surgieron de la mezcla entre otomíes y nahuas (Rafael 1982).
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mayoría su prepa les servía sólo para poder conseguir un trabajo en las maquiladoras del El Salto donde les pagaban entre 400 y 600 pesos, en un horario de más de ocho horas. Así que eran o campesinos o trabajadores en fábricas, pero mal pagado. Quedaba otra opción: la de migrar al norte, dejar la familia y partir en busca de lo que les negaba el país. Estaban de acuerdo en que esto lo producía el neoliberalismo que iba despoblando el campo mexicano y que estaba obligando a que los campesinos vendieran sus tierras. No obstante, en este punto los de Mezcala tenían muy claro que debían defender sus tierras porque en ellas estaba su historia y nuestro trabajo. Denunciaron que el gobierno quería introducir el programa PROCEDE. Al estar en las orillas de un lago, sus tierras eran muy codiciadas. No obstante los de Mezcala insistían en que luchaban para buscar la igualdad, para tener respeto a sus raíces, para tener un pago justo a su trabajo, para así contar con buena salud, educación, y tener calidad de vida. Reflexionaban que la otra campaña, no era la esperanza de cada seis años, pues no buscaban ni presidente ni partido político, sino solución de sus problemas pero para siempre, o sea para sus hijos. Aceptaron estar en otra campaña porque no se trataba de algo partidario, ni militar. Querían trabajar con la gente de sus comunidades, para ya no ser borregos de los de arriba. En la otra campaña habían visto que había otra forma de hacer política que nacía de abajo. Estando abajo la explotación era ahí donde se debía sanar (11). En noviembre de 2006 la comunidad de Mezcala organizó el Foro Nacional en Defensa de la Madre Tierra y la Autonomía de los Pueblos Indígenas en el que fortaleció relaciones con otros pueblos indígenas en torno a defensa del agua, del maíz, del territorio, de la medicina tradicional, y del autogobierno. Los comuneros de Mezcala señalaron que si hacía dos siglos 400 indígenas habían enfrentado exitosamente a ocho mil elementos del Ejército Real Español en la actualidad los miles de indígenas derrotarían a quienes querían despojarlos de sus tierras y costumbres. En marzo de 2007 en la reunión de la región Centro-Pacífico del Congreso Nacional Indígena participaron los comuneros de Mezcala bajo la denominación de pueblo coca. Al final de esta reunión los pueblos participantes emitieron la Declaración de Tuxpan, en la que se señalaba el constante ataque y hostigamiento que vivían los pueblos indios por parte de los partidos políticos y las iglesias que trabajaban a favor del capital para lograr el debilitamiento y la división de sus asambleas, de sus autoridades y de sus culturas. 11
- Planteamiento del Colectivo de Mezcala en mayo de 2006 al participar en la Otra Campaña en Jalisco.
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Entre las denuncias de todos los grupos indígenas participantes se incluyó la denuncia de la utilización del bosque comunal de la comunidad indígena coca de Mezcala como pista de motocross auspiciada por las autoridades municipales y por los clubs de motociclistas del Estado de Jalisco que se habían instalado en el territorio de la comunidad pese al rechazo de los comuneros (12). En la declaración se anunció que los pueblos indios, para seguir existiendo, continuarían fortaleciendo su autonomía en los hechos. Esta declaración fue firmada por pueblos indígenas de Morelos, Durango, México, Colima, Guerrero y Jalisco (13). La asamblea de comuneros optó por instalar un campamento en donde se practicaba el deporte de motocross sin que ellos lo hubieran permitido y con daño para la ecología. No querían que los ricos utilizaran su territorio como parque privado de diversión. Otra agresión que ha recibido la comunidad es de organizaciones no gubernamentales que pretenden imponer sus propios proyectos a la comunidad sin tenerla verdaderamente en cuenta. Una organización ambientalista llegó a la comunidad con un proyecto ecológico sobre su territorio y con un presupuesto aprobado previamente por oficinas gubernamentales. Pedían que la comunidad les entregara un predio para construir sus oficinas para una supuesta capacitación ambiental. La comunidad estudió el proyecto y constató que se había negociado el financiamiento a sus espaldas. Se opuso a ser utilizada para fines de otras organizaciones y recalcó que la comunidad tenía su propio ordenamiento territorial ecológico y que sabía defender la madre tierra (14). No sólo el cerro comunal está en peligro en Mezcala, también su histórica isla. El gobernador panista de Jalisco había declarado que la isla no era comunal sino federal. Con motivo de la preparación de la celebración del bicentenario de la independencia por parte del gobierno estatal y municipal se empezaron a hacer labores en la isla pero sin consultar a la comunidad. Los comuneros se opusieron. Las autoridades estatales argumentaban que la isla era zona de conservación, pero los comuneros no estaban de 12
- Los habitantes de Mezcala acusaban al municipio de Poncitlán por haber avalado los permisos al club de motociclistas Enduro Guadalajara para que se hicieran pistas de carreras, con lo que el municipio se presentaba como dueño del bosque cuando los dueños eran los comuneros (Cfr. documento de la comunidad del 3 de febrero de 2008).
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- Declaración de Tuxpan, 11 de marzo de 2007.
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- La Jornada 9 de enero de 2008.
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acuerdo con el hecho de que se desplazara a la gente que cultivaba y protegía la isla (Moreno y otros 2006). La cuestión es que se ha lanzado la idea por parte de personas del gobierno de que el Presidente de la República estaría en la isla en uno de los actos celebratorios del bicentenario en 2010. A esta determinación hecha a espaldas de los comuneros (15), se suma el problema de que las autoridades municipales, estatales y federales quieren desconocer a los comuneros, y decir que sólo son una parte del pueblo, cuando representan a la comunidad. Habiendo existido la comunidad desde antes de la llegada de los españoles, ahora los de arriba enfrascados en sus programas propios de celebración intentan no reconocer a comunidad indígena de Mezcala. Los comuneros protestan porque les quieren imponer otra forma de gobierno, externa, cuando ellos tienen su propio sistema. Los de arriba pretenden hacer a un lado el gobierno tradicional de la comunidad, para imponer cambios en el uso del suelo. Los de fuera quieren tomar decisiones sin consultar a la comunidad, y ésta no acepta eso. Al acercarse la conmemoración del bicentenario de la independencia, Mezcala volvió a ser apetecible para los gobiernos federal, estatal y municipal. La combinación de montaña, vegetación y laguna hacen del lugar un sitio muy codiciado para los de arriba, pero les estorban sus habitantes y su tradición autonomista. En la celebración de la gesta de Mezcala en noviembre de 2007 se hizo una defensa fuerte de la historia referida al presente. Se recalcó que en la isla vivía la sangre de sus antepasados, se refugiaba a la memoria de su pueblo y reafirmaba su identidad como pueblo originario. Se dijo que en la celebración, al estar junto a sus muertos, éstos paseaban por el pueblo, por el lago, por la isla; salían y susurraban en los oídos de los habitantes del pueblo los cuidados que debían de tener a su territorio, que era su herencia. Esta historia les hacía fuertes en su decisión de que en la comunidad indígena de Mezcala la tierra no se vendía, sino se defendía, pues era el recuerdo más cercano que unía los actuales habitantes con los insurgentes que lucharon por la independencia. Lo que los insurgentes de Mezcala hicieron doscientos años atrás y lo que los antiguos habían hecho desde hacía más de 500 años lo tendrían que seguir haciendo los actuales pobladores: no permitir que les quitaran la tierra. Los pobladores de Mezcala señalaron 15-
Los comuneros han advertido que la declaratoria por parte del INAH de la isla como monumento histórico cultural se quiere utilizar no sólo para justificar el desalojo de los chayoteros y pescadores del pueblo, sino para privatizarla pues se le va a dar a un fideicomiso la administración de la isla cuando es parte del territorio comunal (Cfr. Documento de la comunidad del 3 de febrero de 2008).
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que cada 25 de noviembre su pueblo se llenaba de funcionarios del Ayuntamiento de Poncitlán, Secretaría de Cultura, Secretaría de Turismo, INAH, académicos, que iban a celebrar la heroica lucha que se escenificó en su Isla; pero que esos visitantes olvidaban reconocer que los que ahora habitaban el pueblo y la isla eran los hijos legítimos de esa resistencia indígena. Denunciaban que el ayuntamiento de Poncitlán quería convertir a la isla en un centro turístico, cuando para los lugareños era parte de nuestra historia y territorio. Estaban en desacuerdo con las concesiones y permisos al INAH y Secretaría de Cultura para que ajenos manejaran a su antojo el corazón de su comunidad, y de la isla. Los de Mezcala insistían que en las fiestas de la lucha en la isla sus muertos llegaban y se mostraban angustiados porque veían los engaños de los funcionarios y académicos que se presentaban como portadores del progreso, ocultando que irónicamente ese progreso excluía a los que eran los verdaderos dueños (16). Por eso mismo los insurgentes rondaban
en el pueblo, y susurraban en los oídos de sus
descendientes: “recuerden que ustedes son nuestros hijos. Griten que nuestra historia no ha terminado” (17). Las luchas por la autonomía y su identidad en 2008 A principios de 2008 la comunidad tuvo que levantar la voz contra los trabajos que se empezaron a hacer, sin su consentimiento, en la isla de Mezcala. Se opusieron a los planes de convertir el lugar en un centro turístico especial para extranjeros donde los indígenas fueran sólo objetos folclóricos, parte del paisaje. Se encubría bajo el concepto de “turismo cultural” la apertura para privatización de terrenos comunales. Se quejaron de que se utilizaba maquinaria pesada sin las debidas autorizaciones y sin los peritajes, pero sobre todo sin ninguna consulta a la comunidad. Los indígenas del lugar subrayaron que de ellos eran las tierras, sus montañas. el agua dulce, los monumentos. Acusaron a las autoridades municipales, estatales y federales de violar
tratados
internacionales en materia de protección de derechos de la cosmovisión de la cultura 16
- Habría que remitirse también a planteamientos del antropólogo colombiano Arturo Escobar quien estudia lo que es el progreso para comunidades subalternas. La recomendación central es que se deben evitar el planteamiento eurocéntrico, y recuperando el lugar, detectar en las antropologías locales las alternativas a la modernidad y al desarrollo propuesto por los de arriba (Escobar 2005).
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- Documento Declaración de Mezcala, 25 de Noviembre de 2007
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indígena. Y volvieron a recordar que ellos tenían la experiencia de más de quinientos años de resistencia. Un perito imparcial les dio la razón y constató que la restauración que se estaba haciendo en la isla era incorrecta. Este perito apuntó que los que habían entrado a hacer obras en la isla lo hacían entre descuidos, omisiones y negligencias, como la demolición de una pieza de la estructura de defensa del fuerte, la falta de criterio en la separación de escombros y vestigios, o la ausencia de un proyecto arquitectónico y arqueológico completo. Los comuneros han dicho que la isla es el corazón de su comunidad, y las autoridades trataban de convertir ese corazón en un centro turístico (18). La Asamblea General de comuneros como autoridad tradicional de la comunidad indígena de Mezcala convocó a pueblos indígenas y a la sociedad civil a un encuentro para discutir, analizar y denunciar a los actores y promotores de las invasiones a sus territorios indígenas. Se les pretendía robar lo que desde tiempos inmemoriales les había pertenecido. Esto lo consideraban como una nueva guerra de conquista. El sitio de la reunión sería al lado del sitio donde un empresario de Guadalajara había construido una lujosa residencia en territorio de la comunidad. Realizaron un encuentro para denunciar el despojo de sus territorios y para mostrar que lo que ahí pasaba era un espejo en donde se miraban todos los pueblos indígenas del país. Los comuneros se oponían a la violencia de la política de despojo impuesta por el Estado mexicano. “Hay una historia de desprecio y ahora que ven el dinero en las tierras de Mezcala es que quieren componerlo poniendo carreteras, restaurando la isla y pintando nuestro pueblo, promocionándolo como un lugar turístico, pero nomás no saben qué van a hacer con el pueblo y su historia, nuestra historia”. No se oponían a lo que significara
mejoras para la comunidad, pero también dejaron de manifiesto sus
fundadas sospechas sobre las intenciones de los gobiernos. “Los funcionarios del INAH, Secretaría de Cultura y Turismo, junto con el Ayuntamiento de Poncitlán, informaron que a raíz de la restauración de la isla, el progreso va a llegar a Mezcala, que vamos a poder vender agüitas o refresquitos, pero eso sí, aclararon que los chayoteros o pescadores que trabajan en la isla van a poder ser jardineros o vigilantes, que el INAH, la Secretaría de Cultura y Turismo, y el Ayuntamiento de Poncitlán están en la mejor disposición de administrar el patrimonio”. “Ellos invaden esta área de uso 18
- La Jornada, 14 de enero y 4 de febrero de 2008.
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común de la comunidad que además es área forestal”. Aclararon que, al igual que los más pobres del país, querían salud, educación, trabajo, techo, tierra: “eso es para nosotros el progreso del pueblo, no un centro turístico administrado por personas ajenas a la comunidad”. Recalcaron que creían importante que se diera a conocer al país una de las historias indígenas más dignas (la resistencia en la isla de Mezcala en tiempos de la independencia), pero ponían condiciones. Que los habitantes del pueblo de Mezcala, que eran los dueños de la isla, no se salieran de ella, y que nadie tuviera que pagar por visitarla para conocer la historia de Mezcala. Los comuneros se pronunciaron por defender su Asamblea General como máxima autoridad tradicional de su pueblo; por informar a otras comunidades indígenas del país los diferentes ataques que estaba sufriendo la comunidad de Mezcala, y hacer respetar su derecho a la tierra del cual habían gozado a lo largo de los siglos gracias a la defensa de sus antepasados (19). Hubo un gran apoyo a los comuneros de Mezcala con representantes de pueblos indios del Congreso Nacional Indígena y con participantes de la Otra Campaña de Jalisco. Al final del evento se dio a conocer una declaratoria común: Los Pueblos Indígenas de P'URHEPECHA, WIXÁRIKA y NAHUA de los Estados de Jalisco y Michoacán presentes en la Comunidad de Mezcala, Jalisco durante la celebración de la conmemoración de la Titulación Virreinal de sus tierras, manifestamos nuestro total rechazo a las pretensiones de los malos gobiernos federal, estatal y municipal, en contubernio con empresarios y caciques de despojar a nuestros hermanos Cocas de Mezcala de sus recursos, patrimonio histórico y territorio. Sabemos por nuestra propia experiencia, que escondidos detrás de supuestos objetivos de ‘progreso’, ‘protección ambiental y arqueológica’ o ‘desarrollo’, se encuentran las ambiciones de los poderosos de explotar para su beneficio los recursos aún preservados por nuestros pueblos y comunidades gracias a nuestra resistencia de siglos. Reconocemos que nuestros hermanos de Mezcala han sido durante toda la historia uno de los pueblos que han encabezado con más fuerza las luchas de la dignidad india y que con su sangre ayudaron a la preservación de la integridad e identidad de nuestro país, por eso es doblemente indignante que Jalisco ni siquiera les haya dado el reconocimiento de Pueblo Indígena, ni por lo tanto, de legítimos dueños de sus tierras y territorios, que ancestralmente han defendido incluidas las aguas de la Laguna de Chapala y la Isla de Mezcala. Las comunidades presentes en este evento, hemos sufrido igualmente el embate que contra los Pueblos están llevando a cabo los intereses capitalistas ahora globalizados contra los recursos que tradicionalmente han formado parte de nuestras culturas, desde los genéticos hasta nuestros bosques, aguas, minerales y tierras, en su intento por mercantilizar todo, queriendo extender con esto el daño que ya han causado estas lógicas de mercado en casi todo el mundo y en contra de nuestras visión sagrada de cuidado y responsabilidad hacia la madre tierra.
Los pueblos pertenecientes al Congreso Nacional Indígena que se solidarizaron con la lucha de los comuneros de Mezcala también se pronunciaron en contra de la política 19
- Documento de la Asamblea General de Comuneros de la Comunidad Indígena de Mezcala, 3 de febrero de 2008.
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neoliberal del estado Mexicano; en contra de la militarización y paramilitarización, pues bajo el pretexto de combatir al crimen organizado, militares y policías invadían territorios indígenas y protegían a quienes han estado despojando a los pueblos indios. Levantaron la voz contra los medios ilícitos de apropiación que estaban utilizando los ricos nacionales y extranjeros para despojar a los pueblos de sus recursos, toda vez que las tierras comunales son imprescriptibles, inembargables e inalienables. Se opusieron a los proyectos supuestamente ambientalistas que, imponiendo proyectos de ecoturismo, terminan otorgando patentes y derechos de propiedad intelectual a grandes trasnacionales sobre recursos que son propiedad de nuestros pueblos y de toda la humanidad. Reiteraron su derecho a la práctica de la autonomía en los hechos sobre sus formas propias de organización y el manejo de sus recursos naturales. Fueron enfáticos en el rechazo a los intentos de despojo que se cernían contra la comunidad de Mezcala (20).
Un problema adicional en contra de su autonomía ha estado en el intento del municipio de Poncitlán que ha querido imponer un Plan de Desarrollo Urbano de Mezcala, por el cual ese municipio se adjudica el derecho a decidir el uso y disfrute de los terrenos de Mezcala. Los comuneros han denunciado que los funcionarios del municipio nunca han pedido permiso a la asamblea sobre dicho plan, por lo cual la comunidad lo ha declarado inválido (21).
Como otra forma de defensa de su autonomía los comuneros de Mezcala elaboraron y prepararon durante todo un año de trabajo, investigación, reuniones y análisis un estatuto comunal. Dicho estatuto fue aprobado a finales de 2008. Reclaman ser un pueblo antiguo de inmemorial tiempo. Remitían al título primordial, por el cual se ostentaban como legítimos dueños de las aguas, tierras, montes, cerros e isla. Enfatizaron que por ninguna ley, persona o gobierno, podían ser despojados, pues eran absolutos dueños con legítimos derechos para siempre. Aclararon que el estatuto estaba basado en los elementos que protegían las tierras, territorios, isla y recursos naturales de la comunidad indígena
y que regían su organización comunal, agraria, social y
20
. Declaratoria de los pueblos del Congreso Indígena asistentes en Solidaridad con la comunidad indígena hermana de Mezcala, 3 de febrero de 2008.
21-
Documento de la comunidad del 3 de febrero de 2008.
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económica, establecía las bases para el funcionamiento de las propias instituciones que, en conjunto, integraban el gobierno tradicional de la comunidad. Reclamaron pertenecer al pueblo coca en los términos del Convenio 169 de la OIT sobre pueblos indígenas en países independientes. Argumentaban que eran indígenas por el hecho de descender de poblaciones que habitaban en el país en la época de la conquista, y por el hecho de conservar sus propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas. Defendían sus costumbres e instituciones propias. Precisaron que aplicaban sus usos y costumbres o su derecho consuetudinario observando los derechos fundamentales definidos por el sistema jurídico nacional e internacional y respetando el espíritu general de las leyes; que participaban en la utilización, administración y conservación de los recursos que se encontraban en sus tierras; y que conservaban las modalidades de transmisión de los derechos sobre la tierra propias de la comunidad. Su forma de organización ha sido la comunal, que tiene a la asamblea general de comuneros como máxima instancia de decisión de la comunidad. Desde la antigüedad y hasta el presente han hecho uso de la tierra y de las aguas de manera colectiva para beneficio de toda la comunidad. Han hecho prevalecer el interés de toda la comunidad, sobre los intereses particulares. Han propiciado el desarrollo de la comunidad a partir del desarrollo de todos sus integrantes. Han conservado la unidad social e identidad como comunidad a través de la protección y fomento de todas sus instituciones propias, con especial énfasis en sus fiestas principales, monumentos históricos y arqueológicos, costumbres e historia. Han defendido como propios los bienes comunales que le fueron reconocidos y confirmados por la resolución presidencial publicada en agosto de 1971 así como de las tierras que poseen en forma inmemorial y que le fueron reconocidas legalmente por el Gobierno Colonial Español en los siglos XVI, XVII y XVIII. Los comuneros de Mezcala reconocen como propias tanto las tierras reconocidas y confirmadas en la resolución presidencial de 1971 (una superficie 3,602-00-00 hectáreas y la posesión de la Isla de Mezcala), como las tierras comunales de hecho y de derecho que, sin haber sido incluidas en esa resolución, se encuentran dentro del titulo primordial de la comunidad de Mezcala en 1534. Los comuneros de Mezcala han enfatizado que las tierras de su propiedad gozan de protección especial que las hace inalienables, imprescriptibles e inembargables. Junto
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con las tierras y la Isla de Mezcala, la comunidad se declara propietaria de todos los recursos naturales existentes dentro de las mismas. Además de la asamblea general, de acuerdo a sus usos y costumbres el gobierno tradicional está integrado también por el comisariado de bienes comunales, un consejo de vigilancia, jueces de barrio en cada uno de los nueve barrios, un delegado municipal, un consejo de primeros comuneros, una comisión de seguridad comunal, una comisión de ecología y una capitanía de puerto, los cuales ejercen las diversas funciones que les corresponden y que son necesarias para el desarrollo de la comunidad en el marco de la organización comunal propia. Así, por ejemplo, la capitanía de puerto se encarga de los puertos y muelles en el territorio de la laguna y la isla. Se determina que quien mercantilice o preste servicios “favoritarios” a personas ajenas de la comunidad, será sancionado por la asamblea de comuneros, por vender los bienes naturales de la comunidad. La comunidad tiene 23 festividades y se organiza comunitariamente para su preparación, celebración y uso de las utilidades que se consigan. Resalta la fiesta del 20 al 25 de noviembre que corresponde a la fiesta comunal de los insurgentes de Mezcala, en la resistencia de la Isla de Mezcala. Remitiéndose al artículo trece del Convenio 196 de la OIT se defiende que el territorio de la comunidad consiste en la totalidad del hábitat de la región que ella ocupa o utiliza de alguna manera y que incluye las tierras, montes, aguas, arroyos, ojos de agua, lugares sagrados, cerros, valles, llanos, lomas, barrancas, plantas, hongos, animales, milpas, caseríos, magueyales, piedras y demás elementos utilizados comunitariamente, por lo que se establece que será nulo de pleno derecho cualquier parcelamiento de las zonas boscosas comunales, sea comunero o poblador o habitante originario de la comunidad. Los comuneros tienen plena conciencia de la defensa de la ecología. En esta forma se establece que todas las actividades que la comunidad realice para la explotación, uso y conservación de sus recursos naturales deberán procurar el aprovechamiento sustentable de los mismos, el equilibrio ecológico, la preservación y protección del ambiente, de los ecosistemas y de la biodiversidad, así como garantizar la plena autonomía del núcleo comunal en el manejo de tales recursos. Se manda que en todo aprovechamiento que se haga de los recursos naturales propiedad de la comunidad, se considerará el tipo de protección que estos tengan, los criterios ecológicos vigentes, el posible impacto
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ambiental, los instrumentos y políticas en materia de ordenamiento ecológico y la vocación natural de los recursos a explotar. Considerando la relación especial que desde tiempos ancestrales la comunidad ha guardado con todo su territorio, las plantas, hongos y animales que se encuentran dentro del territorio comunal gozan de protección especial y se consideran indispensables para satisfacer las necesidades de la comunidad. Hay un cuidado del territorio y una enseñanza de la importancia del mismo. Por esto se estipula que el comisariado de bienes comunales, el consejo de vigilancia, jueces de barrio, capitanía de puerto y seguridad comunal, acompañados por una comisión del consejo de primeros comuneros y otra comisión de jóvenes comuneros, pueblo en general, jóvenes, niños, mujeres de la comunidad, realizarán un recorrido por todos los linderos de la comunidad, verificando el estado de las mojoneras y límites naturales, la integridad del territorio y el estado que guarda la propiedad comunal, así como el que no exista presencia de intrusos dentro los límites que corresponden a las tierras de la comunidad. Este recorrido se realiza cada cinco de febrero de cada año, día en que se conmemoran la titulación del territorio de la comunidad en el año de 1534. Al terminar, se reúnen en la plaza pública para comentar lo que encontraron en ese recorrido. Es otra de las formas como utilizan el espacio público para hacer valer su historia y su presente. Los comuneros insisten que el uso de las tierras de uso común no puede otorgarse a un solo comunero, que estarán bajo el cuidado y administración del comisariado de bienes comunales y del consejo de vigilancia con el fin de garantizar el interés comunal y para que ninguna persona ajena a la comunidad use y disfrute de ellas. Para la explotación y aprovechamiento de las tierras de uso común, así como para dar validez y sancionar los contratos o convenios celebrados para tal propósito se requerirá de la aprobación de la asamblea general. Todo contrato que celebren el comisariado de bienes comunales y el consejo de vigilancia, sin presentarlos en la asamblea general de comuneros, así como los requisitos que para el caso se exigen en el estatuto, carecerán de validez y, por lo tanto, no obligan al núcleo de población comunal a respetarlos. Hay claridad en cuanto a que cualquier persona ajena a la comunidad que pretendiera poseer terrenos de la comunidad se le reconocerá como invasor. Estos no tienen ningún interés o asunto dentro de la comunidad, pues según los usos y costumbres de la comunidad, sólo los habitantes originarios de Mezcala pueden poseer terrenos de la comunidad, por lo que cualquier intento de posesión, compraventa de terrenos de la comunidad a personas
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ajenas al pueblo, serán totalmente nulificados. También está prohibida la privatización, renta o venta de los ojos de agua, presas o bordos. Por lo que nadie puede utilizarlos en uso personal, sino comunitario. De diversas formas se repite en el estatuto que los comuneros o pobladores originarios de tierras parceladas no podrán enajenar ni ceder sus derechos de posesión sobre dichas tierras a ninguna persona ajena a la comunidad; que los comuneros o pobladores originarios no podrán celebrar contratos o convenios de usufructo o asociación sobre sus parcelas con personas ajenas a la comunidad. En el caso de comuneros o personas originarias de la comunidad que enajenen o cedan derechos de posesión sobre sus parcelas, se separarán de la comunidad y no tendrán ya reconocimiento. Queda prohibida a los comuneros y pobladores de Mezcala la enajenación o la sesión de los derechos posesorios sobre los solares o fracciones de terreno comunal en la zona comunal habitacional a cualquier persona ajena a la comunidad (22). Otro escollo que han encontrado los indios cocas de Mezcala es que, por haber perdido su lengua y vestimenta, las autoridades de Jalisco no los han querido reconocer como pueblo indígena. Los comuneros consideran que esto es un ataque más al pueblo. Han sostenido que no necesitan ese reconocimiento legal para seguir siendo lo que en verdad son. Insisten en que la gente de la comunidad se ufana de ser indígena y de defender la tierra y su autogobierno, y de no haber perdido su memoria histórica. El pueblo ha venido defendido la tierra de manera colectiva, como lo hicieron sus ancestros. Además, la mayoría de los jóvenes se reúnen con los ancianos, y la comunidad ha subrayado que para sentirse indígenas basta con que el pueblo sepa que lo es y defienda esa identidad (23). En mayo de 2008 la comunidad de Mezcala se dirigió a los comisionados de Naciones Unidas sobre Derechos de los Pueblos Indígenas. Explican que se dirigen a la ONU por la mala condición en que se encuentran los pueblos indígenas y por los abusos por parte del estado mexicano. En particular porque dicho Estado no reconoce a la comunidad de Mezcala como pueblo coca, aduciendo que los cocas se extinguieron, y que los habitantes de Mezcala no conservan ni la lengua y la vestimenta de esa etnia. Ante esto 22
. Estatuto Comunal de Mezcala, 2008.
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- Entrevista con Rocío Moreno, 19 de julio de 2008.
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los mayores del pueblo se ríen de las palabras del gobierno, pues no necesitan la aprobación gubernamental para ser indígenas. Saben que vienen de tiempo atrás, que tienen su territorio, sus autoridades tradicionales, sus danzas, fiestas, costumbres que son herencia de sus antepasados. Los habitantes de Mezcala se quejan también que la gente del gobierno empieza a meterse a su vida, pues la tierra comunal les estorba para sus planes. Recuerdan que Asamblea General de Comuneros es la máxima autoridad en la comunidad, que tienen gobierno propio de origen tradicional de acuerdo a los usos y costumbres. Las autoridades tradicionales de Mezcala apelan a su origen como pueblo coca de acuerdo con el artículo primero del convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre pueblos indígenas y tribales en países independientes. Esta normatividad dice que son indígenas los que descienden de poblaciones que habitaron en el país desde mucho antes de la época de la conquista. Se quejan de que los tres niveles de gobierno (el federal, el estatal y el municipal) ignoran la historia de nuestro pueblo y propician el escenario de invasión a su territorio. Hay un particular metido en tierras comunales, y funcionarios estatales está invadiendo el corazón de la comunidad que es su isla que es el símbolo de su historia de resistencia. Además a los habitantes de Mezcala les preocupa que con las obras del gobierno se esté borrando el origen de la isla, o sea de cómo desde tiempos inmemorables se adoraba a Ytzollanlzintzi. Mientras el gobierno dice que hay ruinas, los de Mezcala ven la memoria, la palabra, la sangre de sus antepasados. Están en contra de la burla de las autoridades de la verdadera historia, y por eso denuncian su mal actuar, pues dichas autoridades sienten poder y fuerza por ser gobierno, pero los comuneros de Mezcala tienen algo que no pueden presumir los funcionarios, que es su palabra verdadera (24).
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Documento de la comunidad de Mezcala enviado a la ONU en mayo de 2008. Delegados de Pueblos indígenas del mundo que acudieron a Ginebra en el marco de una reunión previa a la instalación del Mecanismo de Expertos sobre Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU a principios de octubre de 2008 han sostenido que el cumplimiento de los tratados, convenios y los compromisos adoptados en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas aprobada el 13 de septiembre de 2007, son los requisitos mínimos para una nueva relación de los pueblos indígenas con los estados. Recalcan que van a solicitar a los expertos del nuevo grupo de la ONU que tome en cuenta las demandas ancestrales de los pueblos indígenas, entre los que sobresalen los territorios, los recursos naturales, la consulta previa e informada, la educación. Están en contra de la represión que se ejerce contra la defensa que hacen de sus derechos los pueblos indígenas (cfr. www.insumisos.com, primera semana de octubre de 2008).
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No obstante su lucha constante, como toda comunidad tiene sus contradicciones internas y sus pugnas que han sido aprovechadas por las autoridades gubernamentales para debilitar la lucha por la autonomía. Cuando en agosto de 2008 la comunidad debía renovar a sus autoridades comunales, se presentaron varias planillas de acuerdo con afinidades de los diferentes barrios. Grande fue la sorpresa de los comuneros que habitan en la localidad constatar que debido a esa división por pocos votos había ganado una planilla que encabezaba el hermano de uno de los comuneros que hacía años había impulsado la venta de tierras de la comunidad. Las autoridades habían comprado el voto de comuneros que ya no residían en el poblado (25). Como hubo irregularidades en al elección debido a que no se había tomado la protesta al nuevo comité, en una primera instancia los comuneros residentes plantearon la posibilidad de impugnar la elección. Cuando se dieron cuenta de que eso los llevaría a una larga lucha jurídica, optaron por acotar a las nuevas autoridades. Varios aducían que detrás de la maniobra instigada por las autoridades había la intención de la intromisión de las autoridades municipales en los festejos del bicentenario. Anteriormente cuando los miembros de una planilla perdían una elección se retiraba y esperaban la siguiente oportunidad. En esta ocasión el comportamiento fue diferente.
Tanto los viejos comuneros con gran apoyo de los
jóvenes hicieron presencia continua en las oficinas comunales y consiguieron que los recién nombrados se comprometieran a no hacer nada sin la aprobación de la comunidad.
Además se decidió que los jueces de barrio elegidos en cada barrio
trabajaran junto con la mesa directiva de bienes comunales. La lucha interna, que quiso ser aprovechada por los de arriba, la están revirtiendo de esta manera y la han controlado desde la asamblea, la vigilancia comunitaria y la innovación institucional. El 18 de octubre de 2008 en la plaza principal se pasó el video Mezcala: voces emergentes de la tierra, en donde aparecían escenas cuando funcionarios municipales habían sacado de la isla a las autoridades comunales. Los comuneros al recordar el hecho se disgustaron por ese agravio, y prometieron seguir en la lucha por sus derechos.
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- Esta fue la última ocasión en que sólo votaron los sobrevivientes de los comuneros originales de los años setenta. Después se han incorporando nuevos miembros (150 por año) hasta completar a los que reemplacen a los censados ya fallecidos. Los jueces de barrio fueron elegidos en noviembre de 2008 por censados y nuevos, aunque estos últimos no podían ser elegidos como jueces.
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En noviembre de 2008 proseguían los comuneros en defensa de su territorio comunal ante invasores o prestanombres. Sabían la importancia de mantener la memoria histórica de la comunidad. Por esto mismo hacían talleres para que se reforzara entre todos los habitantes de la comunidad dicha memoria, desde los más viejos hasta los niños. Desde 1983 surgió la necesidad de recuperar el documento original que en 1962 se entregó a la dirección general de bienes comunales de asuntos agrarios. Les habían respondido que ese documento había sido turnado a asuntos jurídicos de la dependencia agraria. Cuando lo pidieron a las oficinas de la ciudad de México les indicaron que debería estar en las oficinas agrarias de Guadalajara. Han buscado dicho documento original, pero no lo han encontrado todavía. Saben que hay un documento resguardado en el Archivo General de la Nación del cual tienen copias. En 2008 volvió a plantearse la necesidad de la recuperación de este documento para tener el control de su memoria histórica. Los mayores dicen que entre la población hay corridos, historias escritas, historias grabadas, entrevistas, etc. Las familias tienen fotos, cosas gráficas. Se proponen sacar copias y usar todo lo que se tiene para recrear su historia. Se plantean hacer un museo vivo, con fotografías, etc. Los comuneros recalcan que ante la historia que han querido hacer de ellos los de arriba la comunidad de Mezcala debe hablar, hacer sus libros, pues Mezcala ha vivido y vive en su comunidad. Se ha planteado también que los barrios tienen que hacer un informe sobre el problema de la isla. La comunidad ha estado realizando un inventario de flora, fauna y recursos naturales. Además del video exhibido en octubre de 2008 la comunidad ha tenido el apoyo de estudiantes de la Universidad de Guadalajara que disponen de una gran cantidad de horas vidograbadas sobre la vida de la comunidad y sobre testimonios de sus habitantes. El video presentado en octubre de 2008 ha sido utilizando para difundir la defensa de la comunidad ante las amenazas de despojo del territorio comunal. En noviembre de 2008 los comuneros de Mezcala recibieron de un grupo de miembros de la Otra campaña residentes en Michoacán que se denominado agencia prensa india un video más que había sido grabado en mayo de ese año y que se titulaba El pueblo Coca de Mezcala a la defensa de su territorio. Las entrevistas recogidas ahí exigían respeto por los derechos del pueblo indio de Mezcala. Debido a que más de la mitad de los viejos comuneros ya se habían muerto, se impulsó un proceso para renovación de los comuneros, y se ha incorporado a decenas de jóvenes
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comuneros que podrán participar en las siguientes decisiones comunitarias. En Mezcala se ha mantenido una cuidadosa articulación con los llamados hijos ausentes (migrantes en Estados Unidos). Debido al crecimiento de la población, la falta de trabajo y a la contaminación de la laguna, se ha incrementado la migración sobre todo hacia Estados Unidos. Los migrantes mandan remesas que se han utilizado para la construcción de casas en la comunidad, y permanecen unidos por la principal fiesta religiosa que es la de la virgen de la Asunción. La organización de hijos ausentes se encuentra muy ligada a la estructura comunal. Los comuneros han proseguido en su empeño de la defensa de la isla, por no permitir el manejo de la isla por personas ajenas a la comunidad. Se ha reforzado su inserción en el Congreso Nacional Indígena. Por su cuenta y con sus medios han estado programando hacer, al margen de las autoridades estatales de todos los niveles, su propia celebración del bicentenario. Siguiendo la regla zapatista de caminar preguntando, han incorporado a toda la población en la dinámica de defensa de su autonomía. Se ha programado un proceso de consulta entre la población residente en la población y entre los hijos ausentes que ha incluido todas las preocupaciones de los últimos años. Se ha querido indagar qué significa la isla para cada quien; por qué defendieron las gentes antiguas la isla; qué ha estado sucediendo en la actualidad; si deberían aceptar que la isla sea un lugar turístico cultural; si se está de acuerdo con que se desalojen a los chayoteros y pescadores que trabajan en la isla. Las preguntas también quieren desentrañar que piensan los habitantes sobre la posesión de la isla, cómo se
le debe cuidar y defenderla. Se ha estado
preguntando a los pobladores si están
informados acerca
de los proyectos que
pretenden realizar las dependencias INAH, Secretaría de Cultura y Turismo y el Ayuntamiento de Poncitlán. En caso dado que la respuesta fuera permitir
la
introducción de esas dependencias en el rescate de la isla se ha preguntado cuál debería ser su función en el pueblo y en la isla. Hay otras cuestiones que se han incorporado al cuestionario como la forma en que se piensa que podría haber empleo en el pueblo, en qué gustaría trabajar, qué se necesitaría para lograr eso. Un apartado importante de la encuesta tiene que ver con la dilucidación de a qué pueblo indígena se sienten que pertenecen los pobladores de Mezcala, por que sus habitantes forman una comunidad indígena, desde cuándo gozan de un territorio comunal. Se ha estado inquiriendo por qué se ha conservado el territorio, cuál debería que ser el trabajo del gobierno
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municipal, cuál el del presidente de bienes comunales, cuál el de la asamblea general de los comuneros. Otro apartado ha estado tocando el papel del municipio de Poncitlán, si debería administrar los trabajos en Mezcala o a quién le tocarían. Se han planteado preguntas sobre las necesidades actuales de la comunidad, acerca de qué necesita el pueblo para progresar, cómo se podría crear trabajo, y cuáles serían los mecanismos para mejorar el precio de lo que los habitantes de Mezcala comercian con el exterior. Han programado que este proceso dure seis meses. Posteriormente un equipo de miembros de la comunidad con la asesoría de profesores universitarios procesarán los datos, y en un acto público se darán a conocer los resultados. Los comuneros de Mezcala no quieren que les pase lo que consideran que ha sucedido a otros ejidatarios de los pueblos vecinos de la ribera del lago, sobre todo en Chapala y Ajijic (26). Ante la presión del turismo capitalista con el señuelo de tener empleos comunidades vecinas han ido vendiendo sus tierras y ahora son sirvientes mal pagados de foráneos y extranjeros en la que fue su propia tierra. Los de Mezcala no quieren repetir ese error. La mayoría quiere conservar la libertad de la comunidad, aunque hay algunos pocos que se deslumbran con el dinero que se les ofrece. Pero la estructura comunal sigue siendo fuerte y un impedimento para el desmembramiento de la comunidad. Los comuneros han denunciado reiteradamente las intenciones de autoridades y particulares. Han recordado que sus muertos están angustiados porque ven los engaños tanto de funcionarios como de académicos que prometen un progreso que excluye a los habitantes del lugar cuando ellos son los dueños. Una recapitulación Los comuneros de Mezcala se han reorganizado para recuperar sus raíces, su identidad indígena y defender su tierra. En estas luchas han incursionado en el espacio público
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- En uno de los documentos de los comuneros puede leerse: “ya hemos visto que el progreso no llega cuando el rico invade tus tierras, como es el caso del pueblo de Ajijic, donde el progreso llegó con los norteamericanos, pero sólo hay trabajos de miseria de criados, y ya sin tierra. Así que nosotros sí queremos el turismo, pero siempre y cuando nosotros seamos los dueños y no los criados (…). Sí a la gasolinera, pero si el dueño es el pueblo. Sí a los hoteles, restaurantes, cabañas, todo, siempre y cuando los manejemos nosotros mismos”. Documento de la Asamblea General de Comuneros de la comunidad Indígena de Mezcala, 3 de febrero de 2008.
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propiamente estatal (27) frente a las autoridades e instancias judiciales; pero sobre todo han instaurado en su propia comunidad y con otras comunidades indígenas un espacio público no estatal en el que plantean sus necesidades, impulsan su identidad y se atrincheran para defender sus derechos. Hay que destacar que no se quedan centrados en sí mismos, sino que en sus planteamientos se ven como parte de los pueblos indios y de otros grupos de los de abajo cuyos derechos no han sido respetados. La lucha por su territorio la han constituido los pobladores de Mezcala en generadora de espacio público. Como lo ha destacado el premio Nóbel de literatura 2008 Jean Marie Le Clézio, los pueblos indígenas tienen sus grandes relatos en donde su mundo está vinculado a su territorio. Estos pueblos han construido mitos relativos a la aparición y permanencia del pueblo;
y ven a la tierra como la fuente de su historia (Le Clézio
1985). A la comunidad de Mezcala su título primordial da sentido a su posesión histórica de la tierra, y proviene de una o varias manos anónimas del siglo XVII. Así sus habitantes
salvan
su memoria, y traspasan su relato legendario de generación a
generación. Su argumento es que su tierra ya la ocupaban sus antepasados cuando llegaron los conquistadores, quienes tuvieron que reconocer ese hecho. Los comuneros apelaron a ese título para demandar el reconocimiento de su territorio por parte de las autoridades agrarias. Últimamente se han incorporado a la dinámica de la Otra campaña para defender su tierra. Han convocado a su espacio a otras comunidades indígenas y a otros grupos sociales para hacer ver que la tierra comunal y la isla les pertenecen y que ellos deben decidir libremente sobre su uso. Con otros movimientos indios combinan conceptos como territorio, autonomía, autodeterminación, autogobierno (28). En esta lucha han apelado a la legislación internacional, a la jurisprudencia de la OIT en cuanto a la defensa de recursos naturales, tierras y territorios, y en cuanto al derecho de 27
- Mauricio Merino en el artículo “La destrucción de la confianza”, aparecido en El Universal, el 5 de noviembre de 2008, plantea que los ciudadanos mexicanos ante un Estado ineficaz y corrompido han perdido la confianza en las instituciones.
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- Evo Morales en su participación en la Jornada continental de Solidaridad con Bolivia realizada en Guatemala el 9 de octubre de 2008 (Cfr. página Minga Informativa de Movimientos Sociales en www.movimientos.org) se pronunció en contra del modelo capitalista que convierte a la madre tierra en mercancía. Propuso salvar al planeta tierra, garantizar el agua como derecho humano y evitar su privatización, que los derechos al agua, la salud, la educación y la luz sean tomados en cuentas como derechos humanos. Llamó a privilegiar lo que se produce y consume localmente en contra del consumismo.
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consulta a los pueblos indígenas en cuestiones que les afectan. Han enfrentado la contradicción de que el Estado mexicano que en vez de atender las demandas de los pueblos indígenas responden con respuestas cosméticas que no atienden los derechos reales de los pueblos (Gómez 2008). Los comuneros de Mezcala se han ido constituyendo como sujeto teniendo en cuenta sus diversas luchas. Han ido destacando su acción desde su cotidianidad. Aunque en el tiempo se han manifestado sus propias contradicciones en la pluralidad de sujetos en que se constituye el sujeto indígena del pueblo coca, su lucha actual los pobladores de Mezcala se presentan como un único sujeto. Pese a las evidentes discontinuidades temporales, hacen ver que hay continuidad en la lucha por el respeto a la tierra comunal. Han ido construyendo comunitariamente su propia autonomía frente a las amenazas de fuera, y a las contradicciones internas. Han descubierto en esta lucha su potencialidad como sujeto. Como apunta Rafael Sandoval, han estado haciendo y rehaciendo su historia desde “la cotidianidad como producto de hacer del hacer de los sujetos que en su devenir del pasado construyen su futuro a partir de lo que hacen en el presente de su cotidianidad” (Sandoval 2008). A la par de otras experiencias de resistencia que han sido rescatadas y reflexionadas por Raúl Zibechi, los comuneros de Mezcala se han propuesto vivir su tierra como valor de uso y no de cambio. Quieren enfrentar a la dominación viviendo sus territorios de manera no hegemónica. Se empeñan en conservar la diversidad biológica. Sus conflictos con instancias estatales los territorializan. Como han señalado varios autores que estudian la relación entre luchas de los abajo y territorio los de Mezcala ponen en marcha su movimiento con claro anclaje territorial; defienden la propiedad legal de su tierra para dar vida a situaciones nuevas. Los comuneros son conscientes de que en su propio movimiento por el territorio se encuentra el germen de otros valores comunitarios en la búsqueda de convivencias no jerárquicas. Desde esta perspectiva se inscriben en la lógica de territorialidades emancipatorias, en las cuales no quieren sumarse a las agendas provenientes de los de arriba sino que defienden el que ellos mismos plantean sus propias agendas. En esta dinámica se han proclamado autónomos del Estado y de los partidos, y pretenden priorizar relaciones horizontales. Como lo ha develado Raúl Zibechi, van trasladando a espacios colectivos modos de hacer no estatales, y buscan contacto e
intercomunicación con otros movimientos que han
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detectado que les son similares. En torno al territorio organizan su propia supervivencia, y defienden su decisión de tomar en sus manos la vida cotidiana. En esta forma han ido transformando también
las relaciones público privado. Han ido convirtiendo sus
diferentes resistencias en flujos sociales con vistas a su emancipación (Zibechi 2008). Mezcala tiene experiencia de resistencia de lo local ante la irrupción foránea de los de arriba, ante la globalización neoliberal. Ha sido exitosa ante las pretensiones gubernamentales de actuar sin permiso del pueblo. Los indios de Mezcala saben que tienen detrás de sí el respaldo de muchos siglos. También tienen conciencia de saber resistir. La población indígena de Mezcala, a la orilla del lago más grande de México, se ha destacado por una larga lucha por su autonomía.
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