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los pazos de ulloa + gehitu
su contexto. Es un personaje de clase humilde que a través de un cierto servilismo accede a un seminario. Sirve a Dios pero de alguna forma también sirve a un señor, hay un cierto sometimiento en varios de los personajes. Hay un libro que se llama 'Imitación de Cristo' que es el texto de cabecera de Don Julián y que me sirvió para comprenderle. Es un personaje que intenta llevar la luz a este territorio tan sombrío y despiadado de los pazos y aportar con su bondad y su ingenuidad una serie de valores. Se da cuenta de que fracasa y no deja de ser una tragedia para él. La dificultad de que se produzca también este cambio en las mujeres, que se rebelen contra ese patriarcado y ese sometimiento brutal de lo masculino. El padre Julián procura ayudar a la mujer, también con sus luces y sus sombras, porque sigue creyendo en la institución del matrimonio incluso cuando observa marcas de maltrato. Es una especie de Hamlet gallego, un personaje que quiere restaurar el orden perdido pero se ve imposibilitado para actuar por su espíritu y su carácter.
Claramente el tema más intemporal es el de la violencia y maltrato contra las mujeres. En su día la novela también se consideró un exponente del naturalismo y del positivismo, ¿ves en ella alguna otra cuestión actual?
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Tiene esta cosa del determinismo, muestra cómo los personajes están condicionados por sus circunstancias o por su clase social. Pero Emilia Pardo Bazán no deja de ser muy contradictoria en este aspecto ya que es una persona aristocrática y católica pero a la vez es una gran feminista, rompe moldes y ella acuñó el término de “mujericidio”. Es consciente de esta realidad y no duda en denunciarla en diferentes clases sociales. Es algo que sufren tanto Isabel, la criada, como Nucha, que es de una clase social más aristocrática. Otro aspecto que mantiene actualidad es el reflejo que hace del caciquismo a través de
personajes inquietantes como Primitivo, que hace y deshace con media sonrisa y sin llevar nunca la contraria. No deja de ser un político como los que podemos tener hoy en día.
La obra tiene un tono particular. Es una gran tragedia
pero contiene bastantes toques de humor. Pardo Bazán tiene un humor muy gallego, muy fino, socarrón y certero. La gente se ríe bastante en algunos momentos. Es la primera vez que trabajas con Helena Pimenta. Sí, aunque soy un gran admirador de su trabajo desde siempre. Me parece una de las grandes directoras de nuestra escena. Tiene algo de maga del teatro, que es impresionante.
Has interpretado a Eugenio en 'Cuéntame' o a Cervantes en 'El ministerio del tiempo', ¿notas el peso de la
popularidad o te escondes en tus personajes? 'Cuéntame' es un bombazo de popularidad "En esta obra vemos cómo Emilia Pardo Bazán era porque en su momento la llegaron consciente del maltrato a las mujeres y no duda a ver ocho millones de personas. En una ocasión me vinieron una madre en denunciarlo en diferentes clases sociales". y un hijo y la madre me conocía de 'Cuéntame' y el hijo de 'El ministerio del tiempo'. La tele da una gran popularidad. El teatro puede parecer más efímero, pero también hay gente que se acuerda de que te ha visto en una obra de teatro, así que también hay algo que permanece.
También trabajas habitualmente con el cineasta Óscar Aibar. En 'El sustituto' tienes una caracterización y un
personaje muy definidos. Sí, en 'El sustituto' contábamos con Pepe Quetglás, que se encargaba de maquillaje y peluquería y tiene varios Goyas. Con Óscar he trabajado desde su primer corto, cuando era estudiante de Bellas Artes. Participé en la película 'Atolladero', que fue un rodaje complicadísimo, y yo creo que pasar por eso con otra persona también te une mucho. Y 'El sustituto' me parece un peliculón y ojalá pueda hacer más porque la dificultad de levantar proyectos en cine a esta escala, dentro del cine de autor, cada vez es más difícil. Texto de Roberto González.