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Podemos reducir el impacto del estrés calórico mediante el uso de simbióticos?

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¿PODEMOS REDUCIR

EL IMPACTO DEL ESTRÉS CALÓRICO MEDIANTE EL USO DE SIMBIÓTICOS?

Santiago Bellés. Veterinario

Director Avicultura Qualivet

El estrés por calor causa diversos cambios en el organismo de las aves impactando negativamente su rendimiento zootécnico:

Mortalidad

Bienestar animal

Estrés por calor

Ganancia de peso

Calidad de productos (carne, huevos) Índice de conversión

Repitiéndose cada año, y en muchas partes del mundo.

Los simbióticos, a través de su mecanismo de acción, modulan la microbiota y la función de barrera intestinal, así como la respuesta inmunitaria al estrés calórico, mejorando así el desempeño productivo de las aves, lo que los convierte en una

herramienta interesante para la reducción del impacto económico negativo ocasionado por el estrés por calor.

Por supuesto que esta herramienta debe ser complementaria a otras de manejo, ventilación y refrigeración, nutrición, …

Estrés por calor

Las altas temperaturas medio ambientales son un factor que afecta cada año la salud y el rendimiento productivo de las aves (Ayo et al., 2011).

Las aves tienen la capacidad de regular su temperatura corporal

siempre y cuando se encuentren bajo un rango determinado de temperatura ambiental, sin embargo, los mecanismos

fisiológicos de termorregulación son insuficientes cuando estas temperaturas

aumentan (peor si se suman altas humedades) y en este caso se

desencadenan una serie de respuestas fisiológicas que de manera conjunta se han denominado estrés por calor (Lara y Rostagno, 2013).

Debemos distinguir entre:

Estrés por calor crónico

(temperaturas altas durante varios días o incluso durante toda la crianza)

Estrés por calor agudo o “golpe de calor”

(temperaturas extremadamente altas durante una horas). Los cambios ocasionados son variados, tales como desordenes electrolíticos, alteración del sistema inmune, lesiones en la morfología del epitelio intestinal (Lambert, 2009) y numerosas anomalías de otros procesos fisiológicos.

La severidad dependerá del rango de temperatura y humedad, y del tiempo al que son expuestos los animales (Boddicker et al.,2014), así como también la edad de las aves, susceptibilidad genética, nivel de emplume, … (Felver-Gant, 2012).

El estrés calórico va a producir un desequilibrio electrolítico en las aves (Borges et al., 2004), generando un bajo rendimiento productivo (Gamba et al., 2015).

También se ha demostrado que reduce el calcio libre en sangre, un mineral libre necesario para la formación de la cáscara del huevo (Odom et al., 1986).

No es solo la fisiología general que se ve afectada por este tipo de estrés, sino también la

viabilidad y la calidad de la

carne del pollo de engorde:

Menos proteína Menor porcentaje de pechuga

Mayor caída del pH tras el sacrificio Mayor oxidación lipídica y proteica Mayor deposición de grasa Mayor pérdida de agua Mas PSE (pálida, blanda y exudativa) (Muiruri y Harrison, 1991; Ogbeifun et al, 2016; Lin et al., 2006; Fouad et al., 2016; Zhang et al., 2012) Así como menor peso del huevo y grosor de la cáscara de las ponedoras (Wolfenson et al., 2001).

La respuesta inmunitaria también se verá alterada como resultado del estrés

calórico (Padgett y Glaser, 2003), afectando la capacidad para hacer frente a los desafíos de campo.

Los cambios del sistema inmunitario debidos al estrés calórico van a conducir

a una reducción del peso de los órganos linfoides, menos anticuerpos circulantes en

sangre (FelverGant et al., 2012) y depresión de la actividad fagocítica de los macrófagos (Niu et al., 2009).

Estos cambios generarán una reducción en la respuesta inmune cuando el ave se enfrenta a un antígeno, incrementando así la susceptibilidad a diferentes patologías.

Además, se producen importantes cambios anatómicos y fisiológicos como consecuencia del aumento de corticosteroides (Quinteiro-Filho et al, 2010) y otras sustancias producidas en respuesta a las altas temperaturas medioambientales.

El estrés por calor altera la

microbiota intestinal (Yu et al, 2012), influye en la reposición epitelial intestinal y en las uniones estrechas causando daño en la integridad intestinal (Song et al 2014) y conduciendo a una situación de “intestino permeable” (Pearce et al., 2013), que alterará la absorción y digestión (Karol et al., 2016), y facilitará la traslocación bacteriana desde el intestino al resto del cuerpo, por ejemplo de Salmonella, Campylobacter y Escherichia coli (Park et al., 2013).

Además de los efectos mencionados, se producen cambios en el comportamiento

de las aves como apertura de alas, jadeo, menor movilidad, …, indicadores de

deficiencias en bienestar animal.

Simbióticos

Los simbióticos son aditivos científicamente desarrollados que incluyen una combinación de probióticos y prebióticos.

Los probióticos son microorganismos vivos con acción biológica benéfica para el huésped al que son suministrados.

Los prebióticos son moléculas de fibra complejas e indigeribles que aportan nutrientes para los microorganismos vivos (en este caso, las bacterias del probiótico).

Los probióticos y prebióticos juntos han

demostrado tener un efecto sinérgico, mejorando los efectos de las bacterias

beneficiosas (Gmeiner et al., 2000), tales como la modulación de la secreción de interleucinas que desencadena procesos antiinflamatorios (Otte y Podolsky, 2004), la producción de citocinas protectoras que conduce a un retraso del proceso natural de apoptosis celular de los enterocitos y la mejora de la regeneración celular del epitelio (Rakoff-Nahoum et al., 2004).

Los simbióticos mejoran la supervivencia e implantación de los microbios favorables del intestino y mejoran la protección de la morfología intestinal (Lei et al., 2013), además de realizar una exclusión competitiva con las bacterias patógenas, producir bacteriocinas y estimular la inmunidad intestinal.

Simbióticos y estrés calórico

Sabiendo que el estrés calórico tiene un impacto en el tracto gastrointestinal y el sistema inmunitario, los

simbióticos pueden utilizarse para reducir este impacto a través de

la actividad biológica de bacterias beneficiosas, tal como:

La protección de la salud intestinal

La inmunomodulación

La reducción de los procesos inflamatorios

(Sohail et al., 2013; Ashraf et al., 2013).

Por tanto, las aves expuestas a estrés calórico pero alimentadas con dietas suplementadas con simbióticos han demostrado

mejor ganancia de peso que las aves sin suplementación

simbiótica (Vicente et al., 2007; Mohamed et al., 2018).

Se ha demostrado que las bacterias probióticas pueden mejorar la morfología epitelial - incrementando la altura de las vellosidades, y mayor ratio altura:cripta de las mismas (Jiang et al,

2020)-, la conversión alimenticia y el

perfil microbiano (Fuller, 1989).

Estos efectos promueven una buena salud intestinal y disminuyen el impacto del estrés calórico, mejorando el rendimiento productivo de las aves en condiciones ambientales difíciles.

En cuanto a la calidad de la carne bajo condiciones de estrés calórico, se ha comprobado que los simbióticos reducen el contenido en grasa y reducen la oxidación lipídica y muscular (Ogbeifun et al., 2016; Cramer et al., 2016; Kim et al., 2017), reducen pérdida de agua y aumentan la terneza (Zhou et al., 2010), e incrementan el pH final de la pechuga (Zheng et al., 2015).

¿Podemos reducir del impacto del estrés calórico mediante el uso de simbióticos?

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Por último, también se ha comprobado (Mohammed et al., 2019) el efecto de un simbiótico sobre el comportamiento (y bienestar animal) de los pollos en condiciones de estrés calórico,

reduciendo la apertura de alas y jadeo, y observándose mayor movilidad y

actividad de acicalamiento, como indicadores de menor estrés calórico, debido a un incremento en el número de eritrocitos, concentración de hemoglobina y valor hematocrito, todo ello asociado a la capacidad respiratoria (Hasan et al., 2015)

Resumen

El estrés calórico induce varios cambios fisiológicos y anatómicos

en las aves expuestas a temperaturas

medioambientales altas.

Algunos de estos cambios incluyen desequilibrio

electrolítico, fragilidad de la

salud intestinal y una respuesta inmunitaria comprometida.

Los simbióticos son aditivos científicamente desarrollados con actividades biológicas

capaces de reducir el impacto

del estrés calórico y constituyen una interesante herramienta que puede utilizarse para reducir el impacto económico causado por el estrés calórico en la industria avícola.

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