De Rodillas Ante El Rey

Page 1

AVIVATE 02 AÑO I MAY – JUN 2016 WWW.RADIOAVIVATE.TV

WALTER TORO GÓMEZ

¿POR QUÉ SE NOS HACE TAN DIFÍCIL MANTENER EL HÁBITO DE ORAR?

CLAUDIA TRANFA

FEDERICO TRANFA

LUCIA DE LUNA

ES QUE SOY JOVEN…

REFLEXIONES SOBRE LA ORACIÓN

SUPERAR EL DURO RETO DE SER MADRE SOLTERA

CARLOS GÓMEZ

JHON ALTUVE CHERI FULLER

SEÑOR ENSÉÑANOS A ORAR

UNA ORACIÓN PERSONAL

JUAN CARLOS VAZQUEZ

PEGGY REY

CUESTIÓN DE FE

¿QUÉ ES LA ORACIÓN?

UNA GUÍA DE ORACIÓN PARA LA MUJER DE HOY.


WWW.RADIOAVIVATE.TV


3

CONTENIDO

STAFF 4. EDITORIAL. “¿POR QUÉ SE NOS HACE TAN DIFÍCIL MANTENER EL HÁBITO DE ORAR?”

MAYO JUNIO / 2016 AÑO I | NÚMERO 02

6. CONEXIÓN JUVENIL. “ES QUE SOY JOVEN…”

DIRECTOR GENERAL: FEDERICO TRANFA

8. INSTRUCCIONES DESDE EL FRENTE. “SEÑOR ENSÉÑANOS A ORAR” “CUESTIÓN DE FE”

EDITOR EJECUTIVO: WALTER TORO GÓMEZ

DIRECCIÓN DE DISEÑO: WALTER TORO GÓMEZ

FOTO DE PORTADA: soydejesus.tumblr.com

15. INFORME CENTRAL. “REFLEXIONES SOBRE LA ORACIÓN”

COLUMNISTAS INVITADOS

COLUMNISTAS: JUAN CARLOS VAZQUEZ; CARLOS GÓMEZ; WALTER TORO GÓMEZ; FEDERICO TRANFA; CLAUDIA TRANFA; PEGGY REY; JHON ALTUVE; LUCIA DE LUNA.

17. ¿QUÉ ES LA ORACIÓN? 19. UNA ORACIÓN PERSONAL 22. PAGINA ABIERTA “SUPERAR EL DURO RETO DE SER MADRE SOLTERA”

23. ELLAS “UNA GUÍA DE ORACIÓN PARA LA MUJER DE HOY

DECLARACIÓN DE MISIÓN: Ser un medio de comunicación que aporte valores cristianos no solo a nuestra comunidad sino a la sociedad que nos rodea formando y modelando el pensamiento humano.


4

¿POR QUÉ SE NOS HACE TAN DIFÍCIL MANTENER EL HÁBITO DE ORAR?

Walter Toro Gómez Tecnólogo de Sistemas y Telecomunicaciones. Encargado del área de informática y medios de comunicación en el Centro Cristiano de Avivamiento Rey de Reyes y Editor Ejecutivo de AVIVATE Magazine.

Orar es a la vida cristiana como el respirar a la vida física. Así como nadie puede vivir sin respirar, así tampoco un creyente puede vivir sin orar. Un hombre sin oración es un hombre sin Dios. En el Salmo 14 el salmista describe a los impíos como aquellos que no invocan a Dios. Así como un niño respira desde el momento en que nace, así también el cristiano ora. No obstante, no debemos pensar por esto que el orar sea una tarea sencilla. Cuando un creyente se dispone a orar una tremenda lucha comienza a librarse de inmediato en su interior, y continuará librándose hasta que termine de orar. ¿Por qué es esto así? Porque el pecado aún mora en nosotros, y continuamente nos empuja lejos de Dios. Todo deber que nos acerque a Dios encontrará resistencia en nuestro interior.

Mateo 6: 5-6 5

“Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas. A ellos les encanta que la gente los vea orar. Por eso oran de pie en las sinagogas y en los lugares por donde pasa mucha gente. Pueden estar seguros de que no tendrán otra recompensa.6 Cuando alguno de ustedes ore, hágalo a solas. Vaya a su cuarto, cierre la puerta y hable allí en secreto con Dios, su Padre, pues él da lo que se le pide en secreto.”

Detengámonos a observar este texto con cuidado. No existe una actividad más noble, ni más piadosa que orar. Dice Martyn Lloyd-Jones que

Romanos 7:21 “Me doy cuenta entonces de que, aunque quiero hacer lo bueno, sólo puedo hacer lo malo”.

Precisamente cuando me dispongo a hacer el bien, el pecado que mora en mi interior se manifiesta activamente tratando de impedirlo.

“Nunca es mayor el hombre que cuando se halla en comunión y contacto con Dios”.

No obstante, aún en el ejercicio de ese deber tan noble y piadoso, el creyente puede ser atrapado por la corrupción y el pecado que habita en él y orar como un hipócrita. Muchas veces pensamos en el pecado en términos de hechos vergonzosos y desagradables. Vemos a un hombre tendido en el pavimento, completamente borracho, y pensamos


que ese es un cuadro vívido de los efectos del pecado en el hombre. Pero si queremos tener una idea más exacta de lo que es el pecado debemos mirar hacia otro lugar. Debemos mirar a un creyente sincero, de rodillas delante de Dios, tratando de presentarse ante el trono de la gracia, y aún en ese lugar experimentando el asedio de su propio “yo”, el asedio de su propia corrupción. Esa es una imagen más vívida y más terrible de los efectos del pecado en el hombre. Ese hombre ha venido a adorar a Dios, y si se descuida el pecado lo moverá a adorarse a sí mismo. Así de monstruoso es el pecado. El Señor Jesucristo nos está advirtiendo en este pasaje que al venir delante de la presencia de Dios debemos cuidarnos de la hipocresía. Cuidarnos de centrar la atención en nosotros mismos en vez de centrarla en Aquel a quien oramos. Ese es el peligro que Cristo denuncia aquí. El pecado nos perseguirá hasta las puertas mismas del cielo. Así que no te sorprendas por las luchas que experimentas en tu vida de oración. No sólo durante el ejercicio de ese deber piadoso, sino también en el momento en que te dispones hacerlo. ¡Cuán difícil es mantener una vida disciplinada de oración! Satanás y el pecado no sólo tratarán de estorbarnos mientras oramos, sino que intentarán, por todos los medios posibles, obstaculizarnos para que no oremos. El cristiano no debe ignorar las maquinaciones del maligno, y por lo tanto debe conocer las estratagemas que usa para alejarlo del trono de la gracia y los remedios que debemos aplicar para impedirlo.


6

ES QUE SOY JOVEN…

“¿Orar? ¿Para qué? ¡Eso me aburre! Además, siento que de todas formas Dios nunca me escucha, nunca contesta mis oraciones así que lo que antes era para mí casi una costumbre que me enseñaron mis padres de pequeño (orar cuando me despertaba, orar por la comida, orar antes de dormir…) lo he ido dejando, total soy joven y creo que mi oración no es tan importante; eso sí, cuando me sienta mal, o cuando tenga un grave problema la utilizaré incluso como primer recurso, solo por probar si me salva de la situación y así incluso llegar a juzgar que tan bueno o malo eres conmigo, Dios.”

Claudia Tranfa

¿Te suena? Seguro que sí, y es que todos, alguna vez en la vida hemos pensado alguna de estas cosas. Con los años, hemos pasado a ver la oración como algo vacío, sin sentido o incluso como un simple acto religioso que “hay” qué hacer cuando vamos a la iglesia. Pero ¿por qué sucede esto? ¿En qué momento deja de ser la oración parte de tu día a día, un momento de emoción y comunicación con Dios y pasa a ser el momento “fastidioso” de cada culto? Bien, empecemos por el principio. Seguro que muchas veces en la vida te han preguntado en algún devocional o en la escuela dominical ¿qué es orar? Y seguro que tú, orgulloso de saber la respuesta, has contestado “hablar con Dios”, y tu respuesta no está desencajada del todo, pero es una definición tan simple que ha terminado por destruir el verdadero significado de la oración. Orar no es solo hablar con Dios. Orar no es solo decir: “Señor gracias por todo y ahora te pido por…”No. Orar es también escuchar y ahí es donde no se ha hecho el hincapié necesario a la hora de enseñarnos qué es orar. Cuando nosotros hablamos con un amigo, o con nuestros padres no solo emitimos nosotros palabras sino que también escuchamos y este es el punto crucial de la oración. Muchas veces nos

vemos en la situación de pensar que Dios no nos responde cuando en realidad ni siquiera guardamos un poco de silencio entre cada “te pido y te pido” para escucharle. Dios tiene tantas cosas para decirte y enseñarte que entre cada petición no le dejas hablar, y acabas siempre o casi siempre tu oración frustrándote porque Dios no te responde. Escuchar su voz es un trabajo constante, es decir, necesitas ejercitarte, aprender a guardar silencio, a esperar y conectarte con el Padre para poder entender que es lo que Él te quiere decir. Por otro lado, lamentablemente, se ha vuelto una costumbre para muchos orar solo cuando venimos a la iglesia, llegando a ser incluso un acto de hipocresía solo para que el entorno crea que tengo esa intimidad con el padre que nos da la oración. Pero esto podrá tener méritos ante los hombres, pero absolutamente ninguno ante el más importante a quien se supone que van dirigidas nuestras palabras, que es Dios. En la Biblia en:


Mateo 6: 5-6 “5 Cuando ores, no seas como los hipócritas, porque ellos aman el orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles para ser vistos por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. 6 Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público.”

Cuando esto sucede y no hacemos de la oración un hábito vamos poco a poco perdiendo relación con Dios y es ahí cuando comienza a resultarte pesado o aburrido. Si estás en este punto no te preocupes, aún hay tiempo para solucionarlo (pero cuidado, no lo dejes pasar mucho, podría ser tarde). Deberías empezar en tu casa, en ese momento cuando estés solo o sola. La oración intima, esa que haces cuando estás en tu habitación o en algún lugar donde te encuentres a solas será aquella donde fluyan las palabras más íntimas del corazón, cuando le podrás decir todo lo que sientes, quieres, piensas… y no con esto hay que quitar peso o importancia a aquellas oraciones que harás en grupo, sino que, en ese momento es cuando vas a sentir que las palabras serán más sinceras y que no importa lo que digas porque, en fin, solo estaréis Él y tú. Comienza por ahí a establecer una relación con Dios y verás cómo pequeños detalles en tu vida cambiarán. Por último, de aquellas oraciones que muchas veces decimos son “no respondidas” suele ocurrir que cuando no recibimos la respuesta al momento, lo antes posible o al final nunca se nos da lo que pedíamos, nos vamos por la vía de escape sencilla que es decir que Dios no nos contestó, que no nos escucha y como bien dijimos antes, incluso acabamos por juzgar su amor para con nosotros sin ver más allá y creer en el plan perfecto que tiene para cada una de nuestras vidas. Dios en su infinita sabiduría sabe por qué sí y por qué no. Él sabe perfectamente cuando es el momento para que

determinadas cosas que tú le has pedido lleguen a tu vida. En Lucas 18:7 dice: ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a Él día y noche?¿ se tardará en responderles? Dios siempre escucha nuestro clamor, aquel clamor sincero, pero en el versículo anterior debemos leer con detenimiento y entender dos cosas fundamentales: 1. Es su justicia, no la nuestra. Lo que nosotros creemos justo en nuestra humanidad no tiene nada que ver con la justicia de Dios. 2. Es su tiempo, no en el nuestro. Tarde, pronto o nunca. Todo será exactamente acorde a nuestra necesidad y aunque hoy no lo veas, tendrá un sentido contundente mañana. Habla con el padre, espera pacientemente, confía y ¡no desmayes! Desde luego Él quiere establecer una relación más profunda contigo, cumplir los deseos o peticiones de tu corazón (bajo su perfecta voluntad) y sin duda quiere lo mejor para ti. Comienza desde hoy mismo a hablar con Él y tu vida será transformada, verás cosas que antes no veías. ¡Ánimo!


8

Ing. Carlos Gómez Gerente de Control de Proyectos, Ingeniero especialista en planificación y control de proyectos, con 25 años de experiencia en la Industria Petrolera y Petroquímica, involucrado en todas las fases del ciclo de vida de los proyectos desde la visualización hasta el arranque.

SEÑOR ENSÉÑANOS A ORAR

A algunas personas les puede parecer coincidencia, pero sé que a ti que dedicaste un momento de tu valioso tiempo para leer este artículo, no lo será; el hecho es que cuando me pidieron escribir un artículo acerca de la oración, en ese preciso momento estaba estudiando sobre la oración, para compartirlo en nuestro Altar Familiar. En mi opinión, compenetrarse con este tema debe ser siempre algo extremadamente espiritual, porque definitivamente la calidad de mi oración definirá el nivel de mi comunicación con Dios. Este tema es tan importante, hermoso y delicado, que el mismo Jesús se encargó de dejarnos una clase magistral, tras la oportuna inquietud de uno de sus discípulos. Dice la palabra: “Y aconteció que estando Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: Señor, enséñanos a orar…”; y no bastándole con eso, Jesús nos dejó como ejemplo la más bella de las oraciones existente en toda la historia y por ello la más repetida por más personas en todo el mundo. “Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro…”. Estudiando esta joya y herramienta espiritual nos damos cuenta que Jesús previamente nos enseñó tres claves para una oración eficaz (Mateo: 6:5-15); ellas son: 1. Hazlo en Intimidad: “…entra en tu aposento y cierra la puerta…” 2. Ora no reces: “…no uses vanas repeticiones y sin sentido…”

3. Pide: “…porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes que vosotros se lo pidáis” Luego de establecer estas tres bases; dice: “Vosotros, pues, orad de esta manera: Padre Nuestro que estás en los cielos,…” con esta expresión estamos identificando el nivel de superioridad de Dios como Padre, pero también de propiedad al indicar que es Nuestro, con lo cual buscamos entrar al nivel de confianza de una conversación entre un padre y su hijo; sin perder el sentido de que Él está en el cielo y sin perder las perspectiva de que esa es nuestra ciudadanía y que nuestro objetivo de vida es el estar allá, a su lado. En esta primera parte ya debemos haber alcanzado las dos primeras claves que mencionamos antes; estamos en Intimidad con Dios, reconociendo su soberanía a través de la Oración. Inmediatamente la oración se apodera de la tercera clave y encontramos en su recorrido 7 Peticiones que le hacemos en absoluta confianza; de estas peticiones, 3 son para Dios y 4 son para nosotros; las podemos detallar aquí: 1) “Santificado sea tu Nombre” Le pedimos a Dios que nos ayude a reconocer su Santidad y aprendamos a vivir frente a ella. Pidiendo que Dios sea reconocido, honrado y obedecido en todo el mundo. 2) “Venga a nosotros tu reino” Le pedimos a Dios que venga a reinar sobre nosotros, ya que su reino es justicia, paz y gozo del Espíritu Santo, pidiendo así que Dios sea obedecido y reconocido como Rey por todas las personas del universo, reinando sobre


nuestras almas para llevarnos un día a su reino en los cielos. 3) “Hágase tu voluntad en la tierra como en el Reino” Le pedimos a Dios la gracia de cumplir su voluntad ya que como no somos capaces por nuestra propia cuenta de cumplirla, nos unimos a Jesús para que con el poder de su Espíritu Santo podamos conseguirla, ya que sabemos que al cielo entrarán solo los que hayan hecho la voluntad del Padre Celestial. 4) “Danos hoy el pan de cada día”: Le pedimos a Dios alimento, pues reconocemos que Dios es el que da alimento a todos los vivientes, tal como dice el Salmo 104:27. Le pedimos que nos de lo necesario para conseguir alimento para el cuerpo y para el alma. Así como da alimento a las aves y vestido a los lirios del campo, que nos dé a nosotros. 5) “Perdona nuestras ofensas así como también perdonamos a los que nos ofenden”: Le pedimos a Dios que nos perdone, porque necesitamos siempre ser perdonados pues por nuestra debilidad no dejamos de pecar, pero también debemos perdonar a los demás ya que el perdón de Dios no nos llegaría si nos negamos a perdonar a los que nos han ofendido o hecho el mal.

embargo esto forma parte del maravilloso plan de Dios para nuestras vidas; dice su palabra en:

Juan 15:7; “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho”.

Sin embargo, nuestra naturaleza humana suele intervenir mucho en nuestras oraciones, llevándonos en oportunidades a cometer errores que afectan nuestra comunicación con nuestro Padre, por esta razón Él nos ha dejado un ayudador; dice:

Romanos 8:26 “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.

Obviamente que de este tema tenemos aún muchísimo que aprender, espero que esta breve introducción despierte el deseo de seguir indagando y experimentando los frutos de su uso. Quiero despedirme compartiendo con ustedes un mensaje de un hermano que no conozco, pero que sabiamente dice:

6) “No nos dejes caer en tentación”: Le pedimos a Dios que no nos deje caer derrotados por los caminos que llevan hacia el pecado, ya que ellos son siempre fruto de haber aceptado la tentación. Por eso siempre debemos orar, ya que es la única forma de obtener la victoria contra la tentación. 7) “Líbranos del mal” Le pedimos a Dios que nos libre del maligno, de todos los males pasados, presentes y futuros, de los peligros materiales y espirituales, y de todas las trampas del enemigo del alma. Realmente puede parecer extraño que la oración luce convertida en una lista de peticiones, sin

“El secreto de la vida, está en la vida secreta”.

En otras palabras; el éxito de la vida del cristiano está en la intimidad que tenga con Dios. Que Dios te bendiga inmensamente en tu vida de oración.


10 0

Dr. Juan Carlos Vázquez.

Lic. En Medicina y Cirugía, Especialista en Cirugía General y de vías digestivas, Especialista en Cirugía Plástica Reconstructiva y Maxilofacial (Universidad Central de Venezuela). Director de Centros de Radio Diagnostico por el Consejo de Seguridad Nuclear (España), Especialista Universitario en Dietética y Nutrición Aplicada (Universidad Santiago de Compostela).

CUESTIÓN DE FE

Hace unos días atrás, o mejor dicho unas semanas atrás, mi hermano en Cristo, Walter me invitó a escribir un nuevo artículo para la revista. Me emplazó a que escribiese un artículo basado en mi propio testimonio. En ese momento pensé: “Uff, qué difícil me lo pone” pero sin más acepté el reto. Y ¿Por qué acepté el reto? Simplemente porque cada vez que “hago” (Se preguntarán ¿Por qué ha escrito “hago” entre comillas”?), me siento más feliz, me rodea una inmensa Paz. Si, hermanos, Paz en mayúscula, porque no es la paz del mundo, es esa “Paz que sobrepasa todo entendimiento” Filipenses 4:7. Paz de Dios…. Ahora la respuesta a la pregunta de más arriba: SIMPLEMENTE porque no soy yo, ni mi voluntad, es el espíritu Santo quién me mueve a hacerlo. Entonces vino a mi corazón el recuerdo de este ensayo: “Cuestión de Fe”, el cuál escribí unos años atrás, en los momentos más difíciles y desesperados de mi vida. Momento en el que buscaba con desesperación una ayuda y si hermanos, la encontré en Jesús. A continuación mi testimonio. Al escuchar una alabanza titulada “Cuestión de Fe”, mientras voy de viaje, en mi corazón nace el presente escrito. Sabemos que la Fe, desde el punto de vista del diccionario de la Real Academia Española, proviene del latín fides, y tiene varias definiciones: 1) f. En la religión católica, primera de las tres virtudes teologales, asentimiento a la revelación de Dios, propuesta por la Iglesia.

2) f. Conjunto de creencias de una religión. 3) f. Conjunto de creencias de alguien, de un grupo o de una multitud de personas. 4) f. Confianza, buen concepto que se tiene de alguien o de algo. Tener fe en el médico. 5) f. Creencia que se da a algo por la autoridad de quien lo dice o por la fama pública. 6) f. Palabra que se da o promesa que se hace a alguien con cierta solemnidad o publicidad. 7) f. Seguridad, aseveración de que algo es cierto. El escribano da fe. 8) f. Documento que certifica la verdad de algo. Fe de soltería, de bautismo. 9) f. fidelidad (lealtad). Guardar la fe conyugal. Ahora bien, para los cristianos (nosotros),

Hebreos 11:1 “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”.

Conceptualmente, este versículo abarca todas las definiciones que el diccionario contempla. Ciertamente, la fe es una virtud, pues no a todos les es dada; es una creencia de alguien, es lo que cada uno de nosotros creemos y esperamos, la promesa particular que Dios nos ha hecho a cada uno de nosotros, individualmente; es un conjunto de creencias, es el conjunto de creencias que como creyentes tenemos; es tener


confianza en una promesa, en las promesas de Dios, porque

Números 23:19 “Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta”;

es creer que se nos da algo por una autoridad y, que mayor y única autoridad que Dios, que por su amor, su gracia, su bondad, nos concede los deseos de nuestro corazón

Salmos 21:2 “Le has concedido el deseo de su corazón y no le negaste la petición de sus labios”;

es una palabra con solemnidad, no cambia dependiendo de las circunstancias, de las emociones, ni de las situaciones,

Hebreos 13: 8 “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos”;

Segura y cierta, es un documento que certifica la verdad de algo,

Hebreos 4:12: “Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz y más cortante que espada de doble filo; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de

aquel a quien tenemos que dar cuentas”;

es fiel, Dios es fiel Salmos 138:2. La fe no es algo que se pueda comprar, se pueda adquirir en una gran superficie, en la gasolinera, la fe es una gracia de Dios y a su vez una respuesta humana,

Mateo 16:17

“entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos”.

Se obtiene, gratuitamente,

Romanos 10:17

“Así que la fe es por el oír, y el oír por la palabra de Dios”.

En muchas ocasiones me he preguntado, ¿Tengo Fe?, ¿La fe que tengo es mucha, es poca es medible, es cuantificable?, la respuesta a la primera cuestión, es clara; a la segunda aún no la tengo clara, pero lo que sí sé, es que Dios sabe que tengo Fe, y cuán grande es, de tal manera que, a mi juicio, sólo Él es quien puede cuantificarla, medirla, valorarla. Estoy plenamente convencido, que a medida que tenemos Fe y vamos avanzando en este camino, Dios nos responde, bendiciéndonos, diariamente, de manera imperceptible para nosotros, por nuestra incapacidad de ver, de oír y de sentir, desde el punto de vista espiritual. También estoy convencido de que nuestra fe crece, aumenta, a medida de que somos capaces de esperar y confiar en Dios. De aceptar de que si no obtenemos una respuesta inmediata a nuestra petición, a nuestra oración, este “silencio” se debe básicamente a que Dios, está obrando en nosotros, en nuestros corazones, en nuestras


mentes, cambiando, tallando, modificando cual alfarero, cual orfebre, nuestro ser, nuestro espíritu, nuestra alma. Muchas veces le pedimos a Dios pidiéndole por determinados problemas, situaciones, personas, etc., y queremos una señal, para confiar en que se nos va a conceder nuestro deseo, ahora bien, ¿te has preguntado, si esta petición, este deseo, es conforme a la voluntad de Dios?, ¿Es conforme a su palabra?, ¿Es conforme a su plan?, debemos ser conscientes de que si nuestro deseo, nuestra petición, es diametralmente opuesta a la voluntad de Dios, la respuesta evidente es un rotundo NO. Si pero, Dios, dame una señal, hazme saber que no estoy perdiendo mi tiempo orando por esto. La letra de la canción responsable de todo esto dice algo así:

“¿Cuál será el secreto de Sansón? ¿De dónde venían sus fuerzas? ¿Y qué me dices tú de Josué? Que consiguió hacer el sol parar ¿Cómo pudo aparecer el cuarto hombre? Si para dentro de aquel horno Apenas tres el rey lanzó para morir Y si tú fueses Abraham yo te pregunto ¿Llevarías a tu hijo en holocausto para ofrecer? Y ¿quién no ha oído todavía hablar de Job? que en medio de sus luchas esperó con paciencia en el Señor Y de un joven pequeño y valiente que apenas con una piedra y una onda a un gigante derrotó. Es difícil imaginar cómo Israel gritó tan alto que derrumbaron las murallas que cercaban a Jericó.

Y cuando Sara vio que todo había terminado, Dios tocó en su matriz y ella pudo concebir.”

¿Qué tienen en común todos y cada uno de los personajes citados en esta letra?, primero eran personas de fe indiscutible, eran personas que no disponían de la palabra de Dios, como nosotros, no disponían de la Santa Biblia. Partiendo de esto, se podría justificar que en un momento dado, pudieran dudar de las promesas de Dios, hasta que pudieran pedir una señal para confiar en sus promesas, sin embrago no lo hicieron. Pero nosotros, que podemos acercarnos a nuestro Padre, en cualquier momento, hablar con Él, exponerle nuestras angustias, nuestros miedos, nuestras inseguridades y más aún, que nos responde cuando leemos su palabra, ¡pedimos señales!. Hace poco leí, que muchos lo que esperan es que Dios ponga anuncios en la televisión, la radio, el periódico o cree toda una suerte de fuegos artificiales para llamar nuestra atención. Me reí mucho, pero inmediatamente pensé en ello y me acordé de las palabras que Jesús dijo a los fariseos y saduceos en Mt 16:4 “La generación mala y adúltera demanda señal, pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. Y dejándolos, se fue”. Pero, a pesar de ello, Dios nos da señales, en todo momento, a toda hora, en todo lugar. Para mí, una de las señales más importante que me ha dado, para que confíe en Él, para que espere en Él, puesto que aún está obrando en mí, cambiando muchas cosas que debían modificarse, es la PAZ, la tranquilidad, el sosiego, la calma, de la que disfruto plenamente, esa calma, esa PAZ con mayúsculas porque:

Filipenses 4:7 “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”.


Este sentimiento, esta sensación es esa señal que todos, en algún momento de nuestra vida hemos pedido. Seguramente, alguno de los que puedan estar leyendo esto, se sienten identificados, alabado sea Dios por ello. Otra señal, que recibo constantemente y valga decir, siempre es como consecuencia de alguna inquietud por mi parte, por ejemplo, en muchas ocasiones me he preguntado si Dios ha escuchado mis plegarias, mis oraciones, les voy a contar algo, hace unas semanas atrás, tuve la oportunidad de compartir con Danny Berrios, Cantautor, cuyas letras son las responsables de este escrito, y escucharle en vivo cantar “Alaba a Dios”, esta canción y otras más, pasaron a formar parte del repertorio de alabanzas y adoración que habitualmente escucho. Esta letra en particular, se ha quedado grabada en mi mente y una noche, no puedo precisar cuál, pero creo que no es lo importante, cuando me acosté mientras oraba, sentí en mi corazón y en mi mente, a la vez que sentí una suave caricia una palabra que me decía: “Te he escuchado, tranquilo, ya está”. Así como afirma la letra: “Dios no rechaza oración, oración es alimento”, les aseguro que Dios escucha todas y cada una de nuestras oraciones, de nuestras peticiones, siempre y cuando provengan de nuestro corazón, no de nuestros caprichos o antojos. Les digo confíen y esperen en Dios, porque Él hará en su momento, en su tiempo, tiempo prefecto, alabado sea Dios. También, creo que Dios nos bendice constantemente, y que la dinámica de esta bendición es pedirle a Dios, pero también hay que estar dispuesto a darle a Dios los que Él necesita de nosotros, no porque necesite de nosotros para lograr algo, sino porque debemos ser su instrumento. Una vez que realmente estemos dispuestos para ser instrumentos de Dios, como lo expresa Jabés, en su oración:

1 Crónicas. 4:9-10 “Y Jabés fue más ilustre que sus hermanos, al cual su madre llamó Jabés, diciendo: Por cuanto lo di a luz en dolor. E invocó Jabés al Dios

de Israel, diciendo: ¿Oh, sí me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios todo lo que pidió”.

Esta oración no sólo, a mi entender, expresa la confianza que este hombre le tiene a Dios, la humildad, la mansedumbre, sino también la disposición de este hombre para ser un instrumento de Dios. Debo decirles que he hecho esta oración y sus resultados han sido increíbles. He vivido situaciones que no me las imaginaba, la primera de ellas fue una invitación del Pastor Federico Tranfa para que participara en un programa de radio y hablar de “La Belleza”, este tema como Cirujano Plástico, forma parte de mi día a día, pero representó un reto muy grande porque no tenía ni idea de cómo compaginarlo con mi nueva andadura en la fe, para mí el resultado fue una bendición, aprendí muchísimo y creo que pude transmitir una idea acorde con la voluntad de Dios, y sirva esto para darle la Gloria a quien la merece, a Dios. Esta no ha sido mi única experiencia, o mejor dicho vivencia, pues en el diario hacer de mi profesión, me he encontrado hablándoles a algunos pacientes de Dios y de la necesidad de que lo busquen, de que lean su palabra, la última experiencia en este aspecto, fue esta semana en la que tuve la oportunidad de atender a una paciente enferma de SIDA, la que en varias ocasiones durante nuestra conversación me decía ¿Por qué me ha tenido que pasar a mí? Después de terminar de interrogarla, explorarla, me encuentro prescribiéndole unas vitaminas y además, recomendándole que busque a Dios, que lea su Palabra, que no le pregunte a Dios el ¿Por qué?, sino por el contrario, que le pregunte ¿Cuál es su plan?, ¿Qué quería de ella?, que le diera gracias a Dios, que alabe a Dios. Sinceramente, no sabía si estaba haciendo lo adecuado, si esto, era conforme a la voluntad de Dios, pero Dios, siempre misericordioso, alabado sea, bendito sea, me dio una respuesta exprés, la


paciente me dijo: ¡Gracias doctor!, haré lo que me dijo, hablar con Usted me ha dado mucha paz y usted transmite Paz. Oh bendito sea Dios, alabado sea, glorificado sea. No me resisto a su voluntad y realmente cada día que pasa voy aprendiendo cada vez más y soy capaz, con la ayuda de Dios, de avanzar un poco más espiritualmente. En este momento soy capaz de responder a una pregunta que me han hecho hace varias semanas, ¿Crees que con todo el daño que hemos hecho, podamos…..? Desde lo más profundo de mi corazón, la respuesta es SI, reconociendo que necesitamos la ayuda de Dios y que gracias a su inmenso amor, misericordia, piedad, que por su honor, por su nombre, por su gloria, perdonó nuestros pecados y además nos prometió acompañarnos cada día de nuestra vidas, solo debemos reconocer nuestras debilidades, ser humildes y mansos de corazón. Gracias a ti Dios mío, por inquietarme para que escribiese esto. ORACION: Padre santo, te ruego me ayudes a entender y a aplicar en mi vida los principios de tu Palabra. Ayúdame a prosperar espiritualmente, de modo que yo esté preparado para recibir todas las bendiciones y la prosperidad que tú tienes para mí. Te ruego que saques de mi corazón todo aquello que interfiere en mi relación contigo. Yo quiero vivir de manera que mi testimonio sea siempre conforme a los deseos de tu corazón. Reconozco que he sido altivo y arrogante y me he considerado autosuficiente al punto de ignorarte al tomar decisiones. Te ruego me perdones y arranques de mí todo vestigio de soberbia. Ayúdame a humillarme delante de ti, buscando tu rostro en oración cada día de mi vida y reconociendo que para vivir en victoria tengo que depender totalmente de ti. Anhelo recibir todas las bendiciones que tú has prometido para mí. Por favor ayúdame a caminar muy cerca de ti, para escuchar tu voz con claridad, y no tomar un camino equivocado guiado por mis propios deseos o por espíritus de este mundo. En el nombre de Jesús, Amén.


15 0

REFLEXIONES SOBRE LA ORACIÓN

Una de las disciplinas más importantes a practicar en la vida del cristiano es la disciplina de la oración.

Rev. Federico G. Tranfa O. Pastor Principal Centro Cristiano de Avivamiento Rey de Reyes Ministerio a las Naciones. Ingeniero Electrónico, con especialización en sistemas integrados de seguridad y control para edificios inteligentes.

Cuando nacemos de nuevo del agua y del Espíritu y comenzamos una nueva vida en Cristo, esta nueva vida requiere de alimento Espiritual y de constante oración para que la nueva criatura o él bebe espiritual comience a crecer y a desarrollarse para llegar a ser un cristiano fuerte y maduro. Muchos cristianos no han desarrollado fortaleza en sus vidas por carecer de esta práctica como disciplina en sus vidas. De manera que esa vida de constante oración de Jesús fue un modelo para sus discípulos quienes un día le pidieron que les enseñase a orar. Jesús estando con sus discípulos les enseño acerca , de la oración , porque su vida era de constante oración al Padre , Jesús se levantaba según los evangelios de madrugada , de tarde durante el día, en fin Jesús oraba no solo de palabras sino lo demostraba con hechos. La oración Modelo que enseño Jesús a sus discípulos fue el Padre Nuestro el cual nos enseña a depender del Padre en todo cuanto la vida es . La oración es una prioridad para cualquier persona que desee ser usada poderosamente por Dios. No debe ser hecha solo de palabras sino con el ejemplo. Jesús se escabullía a menudo para tener momentos de quietud con su Padre. Si el Hijo de Dios necesitaba pasar tiempo en oración, ¡sin duda que nosotros no podemos vivir bien sin ella! , quienes no

buscan la ayuda de Dios se fatigan con cargas innecesarias. Cuando alguien se agota espiritual, emocional o físicamente, se vuelve vulnerable al desánimo. Josué fue exhortado a meditar en la Ley porque su éxito dependería de seguir la voluntad de Dios (Josué 1.8, 9). Tener al Señor en el centro de nuestra atención crea confianza. Sin la oración y la lectura de la Biblia -que no pueden separarse- los creyentes caen en un círculo vicioso en que los problemas se hacen más grandes al tratar de darles una solución humana. Bajo tales condiciones, el desánimo es inevitable. La pérdida de confianza es seguida pronto por la duda. El creyente que se sumerge en la oración y en la lectura de la Biblia hallará seguridad en el poder y en la presencia del Señor. Pero alguien que duda de la fidelidad de Dios buscará refugio en cualquier parte, menos en esas disciplinas. Al final, la persona se aparta de la voluntad de Dios, al tratar de encontrar una solución engañosa. La consecuencia de no orar es el fracaso, pero la buena noticia es que se puede superar. Las medidas correctivas son sencillas: pedir perdón a Dios por no orar, y luego dar prioridad a un tiempo regular de quietud con el Señor. En esos momentos de comunión, Él hará más liviana las cargas, dará aliento y colmará a sus hijos de confianza. La oración es el medio principal para hablar con Dios, y también una de las maneras que tiene para enseñarnos. Cuando oramos, estamos pidiendo al Señor y confiando en su respuesta. De


este modo, aprendemos a escucharle y a esperar su contestación. A Él le encanta que le honremos por medio del acto espiritual de adoración llamado oración. En verdad, la oración es una de las mejores maneras de honrar a Dios. Cuando oramos a nuestro Padre celestial, estamos reconociendo que Él es Dios, que es verdaderamente "el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es Santo" (Isaias 57.15). Solamente Dios merece gloria, y que le honremos al orar sin cesar (cf. 1 Tesalonicenses 5.17). Es decir, debemos mantener una actitud centrada en Dios a lo largo del día, pidiéndole continuamente que gobierne cada detalle de nuestra vida. El Padre celestial anhela tener una relación estrecha con sus hijos. El tiempo dedicado a la comunicación con Dios es la mejor manera de crecer en intimidad con Él.


¿QUÉ ES LA ORACIÓN?

17 0

Dios nos manda a que oremos. Nos manda que oremos en lo público y en privado. Nos lleva a disfrutar de una maravillosa comunión con él , nos ayuda a crecer en la relación personal con él. Peggy Rey

Nuestras oraciones obtienen grandes bendiciones tanto por los que oramos como para nosotros mismos. La oración correcta puede rebosar del corazón cuando esta presionada por el dolor y la amargura. Vemos un ejemplo cuando Ana oraba por un hijo, la biblia dice en

Deuteronomio 4:29 “Más si desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma.”

También en la oración podemos ver como la Biblia nos enseña que Cristo es el camino, él es la persona por medio de la cual tenemos acceso a la presencia de Dios. Jesús declaró

1 Samuel 1:10 “Con amargura del alma oró a Jehová, lloro abundantemente”

Y el Señor escucho su oración y ella dio a luz al gran profeta Samuel. La oración debe ser ferviente y eficaz es lo que dice una y otra vez Jesús

Juan 14:6 “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

Y también dijo:

Lucas 22:44 “Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra”. La oración es abrir el corazón o su alma a Dios es desahogarse y aliviarse al derramar su corazón ante Dios. Es entregar toda su vida y fuerzas a Dios

Juan: 14 13-14 “13 Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.14 Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré


Otro ejemplo en la Biblia es David y Daniel como otros más... ellos oraron. La parte más difícil en la oración es acercarse a Dios en el nombre de Cristo. La persona que acude a Dios por medio de Cristo debe primero conocerlo a él,

Hebreos 11:6 “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.”

Y los que acuden a Dios por medio de Cristo deben estar posibilitados de conocerle

Éxodo 33:13 “Ahora, pues, si he hallado gracia en tus ojos, te ruego que me muestres ahora tu camino, para que te conozca, y halle gracia en tus ojos; y mira que esta gente es pueblo tuyo.”

Orar por medio de Cristo, en unión con Cristo y con la ayuda del Espíritu Santo Se debe orar declarando la palabra de Dios, orar por la Iglesia, por la voluntad de Dios, por nuestras debilidades como Jesús nos enseñó, descansar en Dios, con gemidos y suspiros, sin desmayar, con el Espíritu y la mente, razonar con Dios, la forma de orar, con paciencia, con poder, palabras de ánimo ante el trono de la gracia y muy importante no entristezcas al Espíritu Santo.


19 0

Jhon Altuve

UNA ORACIÓN PERSONAL

Quiero comenzar con palabras sencillas tratando de expresar lo que ha sido la oración en mi vida, queriendo dar a entender que no todas las personas oran de la misma manera y digamos que cada persona tiene un trato personal con el Padre. Desde el momento que el embrión comienza a formarse en el vientre de la que Dios determino como nuestra madre. Comenzamos a sumar a nuestra futura vida herencias espirituales y físicas, y aparte de todo eso, como si fuera poco “El plan de Dios “para nuestras vidas. Sin olvidarme que a esa suma debemos de agregar una herencia de nuestro y no poco importante padre natural. Ósea que la fórmula es la siguiente: (Formula personal)

Pero existe un gran problema, no todo es color de rosa y olor a jazmín. Así como heredamos las habilidades, destrezas, belleza de nuestros padres, también heredamos aspectos negativos conocidos como “maldiciones generacionales” que nos alejan del plan de Dios para nuestras vidas. Querido lector, sea usted honesto consigo mismo y medite dos minutos en ello. Aceptando sus principales aspectos negativos que le impiden multiplicar su vida dentro del plan perfecto de Dios. A la verdad yo necesito menos de dos minutos para que vinieran a mi

memoria los aspectos negativos que me hacen dividir dentro del plan de Dios, causándome perdidas atrasos tanto en mi vida física como espiritual. Entendiendo las pasadas líneas entremos en lo que se conoce como la oración, estando ya conscientes de nuestro origen pecaminoso y de que nuestra maldad y malos hábitos y aspectos negativos son un obstáculo para que nosotros entremos y cumplamos el plan perfecto de Dios en nuestras vidas. El padre eterno nos envió una defensa, una vía de auxilio directa, una manera muy práctica de poder luchar, batallar y salir airoso ante cualquier dificultad, aflicción, perturbación, prueba… Se llama la oración. Nuestro gran maestro y Señor Jesucristo nos enseño acerca de la oración. El la enseño de una manera práctica y sencilla, por lo tanto siendo yo un siervo de Jesucristo también quiero explicar un poco lo que ha sido la oración en mi vida. Para nosotros poder comenzar con una oración eficaz y efectiva, mi principal recomendación es, nosotros como hijos de Dios y siervos de Jesucristo con mucho entendimiento, conocimiento, sabiduría y con cuatro dedos de frente “Todos los hijos si le pedimos sabiduría al padre él nos la dará”. Comenzamos ya sin excusas a poner los pies sobre la tierra y mirando la realidad de nuestra vida y situación. Vamos a visualizar y a convencernos de la oración que vamos a emprender ósea comenzamos a aumentar nuestra medida de fe.


Es importante que nuestra oración deba de fluir de manera ascendente de poco a mucho para no fatigar la carne y poder vencer nuestra humanidad paso a paso. Antes de seguir adelante nosotros como hombres y mujeres de oración debemos de entender que cuando comenzamos a orar entramos en un juicio delante de Dios ejemplo: “La hermana Juana está orando por su hijo que se ha apartado de los caminos de Cristo” Tomando este ejemplo debemos tener en cuenta que hubo una razón para que el hijo de la hermana Juana se apartara de los caminos de Cristo, podemos decir que la hermana Juana descuido la crianza de su hijo, no fue una mujer sabia que edifico su casa sobre la roca que es Cristo para concluir en algún momento en el camino Juana permitió que su hijo se extraviara. Bien cuando les escribo que entramos en un juicio al momento que comenzamos a orar, es porque el padre es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y faltas. Pero Dios necesita arrepentimiento en nuestros corazones de manera que muchos comenzamos a orar dando gracias por todo lo recibido, por la vida y pedimos perdón y nos arrepentimos de corazón, hasta ese punto nosotros tenemos el control en la oración, lo difícil comienza cuando esperamos la respuesta de Dios, lo que yo llamo el veredicto final. Aquí es donde se comprueba si nuestra posición o defensa es la correcta y si se encuentra dentro del plan de Dios para nuestras vidas. Existen tres respuestas conocidas entre los cristianos: Espera, Si, No. No es fácil entender los tiempos de estas tres respuestas, hablo de tiempo porque para las tres hay que esperar, debemos de ser pacientes. Yo como soy un cristiano promedio, lleno de imperfecciones, afligido, con días malos y días buenos, a veces no tengo la habilidad de entender los tiempos de Dios.

Existen tantas peticiones al padre en mi corazón y tengo cantidad de oraciones en mi espalda que se me han olvidado a causa de las distintas adversidades que han golpeado mi vida resultados de esos aspectos negativos que todavía estoy sacando y despojando en mi diario vivir. A veces quisiera separar mis sentimientos de mi convicción o separar mi gozo de mis aflicciones pero también entiendo que esas aflicciones y esos sentimientos son importantes en mi vida me hacen recordar de donde Cristo me saco. Entiendo que la respuesta a cada oración, es un veredicto que dicta el gran juez, el Padre eterno a nuestras vidas no siempre nos agrada o nos gusta. También existen factores externos que tratan de tergiversar esa respuesta, me explico la respuesta de Dios es una y no va a cambiar, pero nosotros que vivimos dentro de un mundo cambiante e inestable aunque no pertenezcamos a este de alguna manera cambiamos nuestra posición en cuanto a lo que hemos pedido en oración y eso lleva a no entender claramente la respuesta de Dios. Existen varios tipos de oraciones: -

Personales Congregacionales Familiares Matrimonio Con amigos íntimos Especificas en tiempo Guerra espiritual (Liberación) Sanidad…

En fin distintas maneras o estrategias para atacar los flancos débiles en nuestra vida. No queriendo terminar sin antes decirles que una oración no son vanas repeticiones, a veces es compleja, porque nosotros somos complejos. Desechemos nuestro viejo hombre y prosigamos hacia la meta no siendo tropezadero a ningún hijo de Dios. Que nuestras oraciones sean con sencillez de corazón, específicas y reales para que el padre que está en los cielos de respuesta de una manera sencilla y fácil de entender a nuestros corazones la


respuesta de Dios es la que viene en un sobre lleno de paz. Dios les continúe bendiciendo y le pido al Padre que toda persona que lea estas humildes líneas, de respuesta a cada una de sus peticiones aunque ya no las recuerden en el nombre de Jesucristo. Les recuerdo que el tipo de oración en la cual estamos reflexionando es una oración personal. Para despedir este artículo, debemos entender que la oración no está completa sin que tengamos un buen ayuno, pero el ayuno lo dejamos para otra oportunidad. Dios le bendiga.


22

SUPERAR EL DURO RETO DE SER MADRE SOLTERA

Ya sea por una separación, viudez o por decisión propia, ser madre soltera es un gran reto que tiene de por sí ser madre, más aún cuando estás sola. Se complica aún más cuando no tienes el apoyo financiero del padre o de algún familiar. Además de la preocupación de los gastos de nuestros hijos y de su bienestar, sumamos la lucha interna que tenemos las madres cuando deseamos que nuestros hijos también tengan un buen padre que los quiera, que se preocupe por ellos y los cuide. Incluso podemos llegar a sentirnos culpables por no haber “elegido” bien, o porque tenemos que tomar decisiones solas o incluso por no tener a alguien con quien compartir las payasadas y éxitos de nuestros hijos. Muchas veces nos olvidamos que además de madres somos mujeres, que también necesitamos nuestro espacio, incluso conocer a alguien para rehacer nuestra vida. Pero a la hora de tener una cita, no podemos evitar sentirnos culpables por dejar a nuestros hijos con alguien para nosotras pasar un buen rato. Pero a pesar de las grandes pruebas que pasamos por ser madre soltera, hay algo que no podemos pasar por alto, y es que Dios está presente en las vidas de las que creen en él. “Regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz, levanta canción y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto, porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho Jehová” (Isaías 54:1). A mí personalmente tener la esperanza de que Dios estaba conmigo en el trágico momento de la separación de mi marido cuando aún estaba esperaba mi hijo, me daba fuerza para seguir adelante y luchar cada día por darle lo mejor de mí a mi hijo. Hay que confiar que Dios cubrirá nuestras necesidades, habrá momentos que nos sentiremos desamparadas como la historia de la

Viuda de Sarepta (leer 1Reyes 17:8-16). Tampoco estaremos solas completamente, siempre habrá alguien que Dios ponga en nuestras vidas con el que podemos contar, un padre, una madre, un hermano o hermana u otro familiar o amiga. Tendremos que se agradecidos por tener a esas personas en nuestras vidas. Siempre hay que tener Fe en que Dios nos dará la fortaleza para superar las situaciones complicadas, y tendremos la mayor recompensa que es ver crecer sanos y felices a nuestros hijos.


23

Cheri Fuller

UNA GUÍA DE ORACIÓN PARA LA MUJER DE HOY

Ya sea usted casada o soltera, y tenga o no hijos, probablemente lucha con su vida de oración como me ocurría a mí. Las buenas noticias son que no tiene por qué poner su vida o su oración en pausa. A continuación encontrará algunos consejos sobre cómo tener una vida de oración de 24/7 (es decir, veinticuatro horas durante los siete días de la semana). Así como Marta, la de la Biblia, tengo miles de cosas para hacer todos los días: el trabajo de la oficina, escribir artículos para revistas, lavar la ropa, cocinar, limpiar la casa, etc. Tan sólo esta semana, por ejemplo, tuve que entregar un proyecto, visitar a una cuñada hospitalizada, y cuidar a una sobrina; a eso agréguele usted las comidas que debí preparar, la limpieza de la casa, el grupo de oración que dirijo, y los preparativos de un viaje ministerial al otro lado del océano. En estas condiciones, ¡es un verdadero desafío apartar un tiempo para orar!

a veinte horas de casa. ¡Cuánto extrañaba escuchar su voz! Ocupado por las clases de medicina, los partidos de baloncesto y los estudios, Cris no llamaba muy a menudo. Pero una vez cada cierto tiempo, el teléfono sonaba y era él. Yo dejaba cualquier tarea que estaba haciendo en ese momento —el proyecto en el que trabajaba, los preparativos para la cena— sólo para escuchar la voz de mi hijo. Un día me di cuenta de que para Dios es igual porque ¡yo soy su hija! (Jn 1.12) Ya sea que esté caminando, conduciendo por la ciudad, u orando desde mi escritorio, él se deleita en escucharme no sólo una vez al día, sino durante todo el día. La Biblia dice que él «se inclinó a mí» y que «sus oídos [están] atentos» a mis oraciones (Sal 40.1; 34.15).

Solía pensar que si no oraba en ciertos momentos del día, entonces mis oraciones realmente no valían la pena. Sin embargo, mi vida de oración sufrió una transformación radical cuando descubrí que el mandato del apóstol Pablo de «orad sin cesar» (1Ts 5.17) significa más que solamente pasar un largo período de tiempo orando; implica compartir un diálogo continuo con Dios en cualquier lugar donde yo esté.

Me emocioné aún más sobre los efectos de orar sin cesar cuando observé que la Biblia está llena de evidencias sobre cómo Dios usó oraciones breves para realizar grandes hazañas, tales como resucitar muertos o partir el Mar Rojo en dos. Esto me hizo ver que pensamientos como «no puedo orar lo suficiente» o «si no puedo orar por una hora, entonces ¿para qué hacerlo?» no tienen fundamento bíblico. Es maravilloso tener largas sesiones de oración cuando me es posible, pero recordar que mis oraciones breves pueden tener un gran impacto me anima a orar durante todo el día.

No obstante, la verdad de que Dios escucha mis oraciones en cualquier lugar donde esté no impactó mi vida sino hasta que mi hijo, Cristian, se fue a estudiar a una universidad que quedaba

Ya sea usted casada o soltera, y tenga o no hijos, probablemente lucha con su vida de oración como me ocurría a mí. Las buenas noticias son que no tiene por qué poner su vida o su oración en


pausa. A continuación encontrará algunos consejos sobre cómo tener una vida de oración de 24/7 (es decir, veinticuatro horas durante los siete días de la semana). Inicie bien el día Ahora para mí una vida de oración continua empieza incluso antes de levantar mi cabeza de la almohada. Le digo a Dios: «Señor, éste es el día que has hecho; ayúdame a enfocarme en ti en medio de todo lo que tengo que hacer.» Leo la Palabra de Dios antes de que las demandas del día empiecen a fluir porque siempre me ayuda a orar y alabar. Oraciones como: «Señor, ayúdame a confiar en ti con todo mi corazón y no con mi entendimiento» (Pr 3.5–6) o «Gracias, Padre, por ser compasivo y clemente, lento para la ira y grande en misericordia» (Sal 103.8), me ayudan a encontrar al que me socorre en vez de concentrarme en los obstáculos que podría enfrentar. La mayoría del tiempo expreso éstas y otras oraciones por mi familia y amigos durante mi andar matutino. Mi amiga Beatriz también empieza su día con un tiempo de oración y ejercicio. Beatriz —quien está activa en el ministerio de mujeres de su iglesia, dirige un estudio bíblico en su vecindario, y sirve en varios comités y juntas— encuentra tiempo para orar fielmente por las personas y sus preocupaciones durante su caminata diaria de treinta minutos. Por ejemplo, Beatriz oró para que yo experimentara la energía y fuerza necesarias para dar unas charlas en un retiro de su iglesia — y ¡así fue! Sé que las oraciones matutinas de Beatriz son reales porque yo misma he experimentado las respuestas de Dios con respecto a ellas. Utilice recordatorios visuales Utilizo los objetos a mi alrededor como ayudas visuales que me recuerdan que debo orar. Por ejemplo, cuando paso frente a las ventanas de las casas de mis vecinos durante mis caminatas le digo a Dios: «Padre, permite que tu luz brille en estos hogares, bendícelos y haz que te conozcan.» Mientras me ducho, después de haber salido a caminar, digo: «Señor, por favor crea en mí un corazón limpio y renueva un espíritu recto dentro de mí» (Sal 51.10). Cuando paso en mi automóvil frente a una escuela, al ver la señal escolar hago de esa área una

«zona de oración» y le pido a Dios que proteja a los estudiantes y les dé sabiduría a los maestros. Más tarde, mientras horneo pan o preparo la comida, oro para que Cristo sea el pan de vida de la persona que coma estos alimentos. Cuando guardo los zapatos de un ser amado, le pido a Dios que los pies de mis seres queridos se mantengan en su sendero. Ver algo hermoso —un ave volando en el cielo o los frescos botones de un rosal— me mueve a decir una oración para agradecerle a Dios por su creación. A mi amiga Ana también le gusta utilizar recordatorios visuales. Mientras se abrocha el cinturón de seguridad en su automóvil antes de ir a alguna escuela para sustituir a un profesor dice: «Señor, quiero permanecer en ti y estar unida a ti.» Cuando se detiene en una luz roja, respira profundo y dice: «Mi descanso es sólo en ti, Señor. En este momento intento llegar a tal lugar, gracias porque sé que estás preparando mi camino.» Al usar recordatorios visuales, todas nuestras actividades diarias —arreglar el jardín, limpiar, cocinar, trabajar, o crear— se convierten en una oportunidad para conversar con Dios. Válgase de algún método para no distraerse Para mi mente es muy fácil comenzar a volar mientras oro. Algo que utilizo para que esto no suceda es el acrónimo C-R-E-C-E. Cada letra en el acrónimo significa un área importante de la vida: Cuerpo, Relaciones, Empleo, Corazón, y Espíritu. Por ejemplo, cuando oro por mi hijo Cris, quien es médico de la marina, digo: «Señor, bendice el cuerpo de Cris; fortalécelo y protégelo durante los despliegues de su tropa. Bendice las relaciones de Cris; envíale un amigo cristiano mientras está en el barco. Padre, bendice el empleo de Cris; provéele sabiduría mientras se hace cargo de las necesidades médicas y las heridas de los soldados. Señor, bendice el corazón de Cris; ayúdalo a que él confíe en ti en su matrimonio con María. Finalmente, Padre, bendice el espíritu de Cris; ayúdalo para que cada día se acerque más a ti y a tu Palabra.» Diana, una ocupada madre de cuatro niños, siempre se sentía culpable porque no oraba muy a menudo. Necesitaba una herramienta para enfocar su atención durante los escasos momentos de soledad que tenía. Así que un día escribió todas las peticiones de oración en las que pudo pensar: por ella, su familia, sus amigos, su iglesia, su comunidad, su nación y el mundo. Después las dividió en treinta y un segmentos iguales y los puso en un cuaderno que guarda en el baño, uno de


los pocos lugares donde puede pasar algunos minutos a solas. Todos los días ora por las peticiones que corresponden a ese día del mes. Ese cuaderno la ayuda a enfocarse en una de las muchas necesidades en su entorno cada día, un minuto a la vez. Ore en el instante Con todo lo que tengo para hacer no deseo olvidarme de orar por las luchas de los demás. Así que en lugar de guardar esas oraciones para un momento especial, oro justo en ese instante. Si una amiga me pide que ore por una necesidad específica, le ofrezco orar con ella en ese momento. Si una ambulancia pasa a toda velocidad mientras voy conduciendo mi vehículo, inmediatamente pido por las personas que van en ella y por los doctores que se ocuparán de los heridos. Carmen, una madre bastante ocupada, maestra de estudios bíblicos y psicoterapeuta cristiana, también acostumbra orar un instante por las personas que ve cada día. Al final de cada sesión de consejería, Carmen se toma unos momentos para orar con su paciente. Después, hace una pausa para pedirle a Dios que le dé sabiduría y discernimiento para ayudar al siguiente paciente antes de que él o ella llegue (Sal 119.66). Además, también ora por las personas que ve entrando en los consultorios médicos cercanos. «Incluso en medio de mis días más ajetreados, Dios me da "mini-momentos" para elevar una oración por aquellos que están a mi alrededor» —dice Carmen. «Todas las personas con las que tenemos contacto diariamente batallan con algo. Puede ser su empleo, su matrimonio, una enfermedad, o estrés. Todo el mundo necesita nuestras oraciones.» Todavía sigo siendo una Marta por naturaleza, pero me he dado cuenta de que orar sin cesar no es otro deber más ni una carga celestial difícil que hay que llevar. La oración es la manera en que conozco a Dios; la forma en que puedo escucharlo. Cada vez que derramo mis cargas, preocupaciones y problemas, experimento su paz, su esperanza, y veo su fidelidad más claramente. Asimismo, siento su consuelo en las pruebas y observo su amor inagotable cuando él suple las necesidades por las cuales he orado. E. M. Bounds, un pastor del siglo XIX, dijo: «Tus oraciones harán que tu vida sea más larga». Incluso después de que me mude al cielo, las breves oraciones que dije mientras arrullaba a un bebé con fiebre, trabajaba en mi computadora, o vivía mi día, seguirán siendo una bendición para aquellos por los que he ora



Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.