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5. ¿Y ahora qué? Nuevos caminos para la acción

REGANDO LAS HOJAS Y DEJANDO MORIR LAS RAÍCES LA SITUACIÓN DEL FINANCIAMIENTO PARA ORGANIZARSE POR LOS DERECHOS DE LAS MUJERES Y LA IGUALDAD DE GÉNERO

por Angelika Arutyunova y Cindy Clark 2013


5. ¿Y ahora qué? Nuevos caminos para la acción En este informe trazamos un cuadro de los cambios que se están produciendo en el panorama del financiamiento que podrían resumirse en: una mayor participación del sector privado (sobre todo de las empresas), la ‘corporativización’ de los marcos del desarrollo y una visibilidad significativa de las mujeres y las niñas en el discurso dominante, señales positivas pero también negativas por parte de distintos sectores donantes en cuanto a su apoyo a los derechos de las mujeres, y un número importante de organizaciones de mujeres que están creciendo pero que todavía son bastante pequeñas. Estas organizaciones equivalen a las raíces que sostienen las luchas por los derechos de las mujeres y la igualdad de género, y a la mayoría de ellas las están dejando morir de hambre. Si esta es la situación, ¿qué podemos hacer para movilizar los recursos que hacen falta para avanzar los derechos de las mujeres y la igualdad de género?

A continuación presentamos algunas ideas y caminos posibles — para las organizaciones de derechos de las mujeres y también para donantes interesadas/os — para continuar explorando, debatiendo y pensando estrategias, desde un enfoque feminista de la movilización de recursos como el que planteamos por primera vez en el informe FinánciaLas de AWID 2007.213 La idea de que los recursos financieros — quién los controla y para qué se los usa — deben ser parte de las agendas políticas feministas y de los movimientos de mujeres ocupa un lugar central en este enfoque. Al mismo tiempo, la acción colectiva es fundamental para influir sobre las prioridades de los distintos sectores del financiamiento (y no solo sobre las financiadoras a título individual) y movilizar recursos para que los esfuerzos organizativos de las mujeres en el largo plazo puedan ser efectivos y sostenibles. Implica colaborar para movilizar más recursos para todas nosotras, en lugar de competir por una porción más grande de la torta. También significa trabajar con donantes aliadas/os, personas que trabajan en financiadoras, y con otras/os para influir sobre sus análisis y estrategias. Como el panorama del financiamiento se va haciendo cada vez más diverso y complejo, esta tarea dista de ser sencilla. Entender los respectivos puntos de entrada, motivaciones, metas y lo que no es negociable llevará tiempo y paciencia. Construir relaciones de mutuo respeto con y dentro de los distintos sectores donantes, y una cultura de debatir los enfoques y las prioridades sin necesariamente vincularlos con donaciones concretas, también requiere una inversión de tiempo. Pero si el resultado puede ser que haya más recursos y apoyo para trabajar por los derechos de las mujeres, además de una mayor resiliencia financiera de los movimientos de mujeres en el largo plazo, valdrá la pena el esfuerzo.

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5.1 QUÉ PUEDEN HACER LAS ORGANIZACIONES DE MUJERES 5.1.1 Salir de la comodidad: Aprender sobre la diversidad de donantes que existen Teniendo en cuenta cómo es el nuevo contexto, para ampliar la base de recursos para las mujeres que se organizan e incrementar nuestra agencia política y nuestras voces, tendremos que salir de los ámbitos donde se sienten cómodas muchas organizaciones de mujeres. No podemos continuar contando solo con ese mismo donante que nos apoyó durante los últimos cinco, diez o veinte años. Necesitamos ampliar el conjunto de donantes que entienden el poder y el impacto de las organizaciones de derechos de las mujeres, ya sea ‘reclutando’ a agencias bilaterales que hasta ahora no nos han apoyado demasiado, movilizando el apoyo de nuevas fundaciones, o explorando qué posibilidades ofrecen los nuevos actores del sector privado que se interesan por estos temas. Para esto, necesitamos saber quién/es influyen sobre las agencias del financiamiento en los contextos en los que trabajamos, o quién/es se están asociando con las organizaciones de desarrollo que conocemos. ¿En qué áreas coinciden nuestros interese y en cuáles otras resulta claro que entramos en conflicto?

Ignorar la realidad de que existen distintos actores que están influyendo sobre los discursos y prácticas del financiamiento no resulta una opción viable. Por ejemplo, por sus violaciones a los derechos laborales, su degradación del medio ambiente o su apoyo a regímenes antidemocráticos al sector corporativo siempre lo hemos tenido en cuenta más bien para la incidencia, la crítica y la protesta que como posible socio. Esta historia, combinada con el hecho de que sea un actor recién llegado a este campo, hace que la mayoría de las organizaciones de mujeres no haya querido relacionarse con este sector, o no consiga entender de qué se trata esta tendencia. Pero la participación del sector privado en el desarrollo es una realidad que no es posible ignorar — más aún: es una realidad por la que muchas organizaciones de mujeres lucharon, cuando pedían que hubiera más actores apoyando de manera activa el empoderamiento y los derechos de las mujeres. Cuando las investigadoras de AWID hablamos con algunas de las personas que están liderando iniciativas del sector privado para las mujeres y las niñas, nos resultó claro que las motivaciones y prioridades que las llevaron a embarcarse en este trabajo son muy diversas. Si bien son recién llegadas, a algunas realmente les interesa aprender cómo pueden aportar y agregar valor a los esfuerzos por el desarrollo. Pero también en este sector hay muchas personas que no conocen los movimientos de mujeres, tienen pocas oportunidades de interactuar con activistas de derechos de las mujeres o poco acceso a nosotras. Como tienen poco contacto con el activismo y la historia de los derechos de las mujeres, y con las teorías del cambio que se desprenden de él, tampoco saben demasiado sobre el marco de derechos humanos y la importancia que tiene para las mujeres, ni sobre las diferencias que existen entre “mujeres en el desarrollo”, “género y desarrollo” y “derechos humanos de las mujeres”.

Ignorar la realidad de que existen distintos actores que están influyendo sobre los discursos y prácticas del financiamiento no resulta una opción viable... Simplificar demasiado el panorama del financiamiento dividiéndolo en donantes “buenos” y “malos” no solo resulta inútil sino que también es falso

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Simplificar demasiado el panorama del financiamiento dividiéndolo en donantes “buenos” y “malos” no solo resulta inútil sino que también es falso. Necesitamos esforzarnos mucho más para poder entender las tendencias más nuevas en el financiamiento y sus actores, y elaborar análisis complejos de las dinámicas en juego. Es importante que las organizaciones de derechos de las mujeres evalúen el rol que desempeñan los diversos actores e iniciativas relevantes en su contexto y se informen sobre la enorme diversidad de actores e iniciativas existentes, para poder formular respuestas colectivas sólidas y manejarse de manera eficaz en esta realidad nueva. También resulta necesario estar abiertas a aprender acerca de actores o grupos emergentes a los que no conocemos bien, inclusive en el caso de aquellos cuyas motivaciones nos resultan sospechosas. En la comunidad o área de trabajo relevante, ¿quiénes están trabajando con mujeres y niñas, tal vez desde una perspectiva diferente?. ¿Qué oportunidades existen de dialogar con ellas/os para descubrir en qué nos diferenciamos y en qué coincidimos? ¿Cómo podemos compartir la información conseguida (inclusive a través del ‘espionaje’) de la manera más amplia posible para que puedan utilizarla otras organizaciones de mujeres? ¿Cómo podemos movilizar a otras para modificar juntas las perspectivas y los enfoques de las/os donantes en nuestra esfera de trabajo?

5.1.2 Decidir criterios y oportunidades para la participación crítica Teniendo en cuenta las preocupaciones que despiertan las agendas, motivaciones y formas de trabajo dispares de los actores del sector privado y de los/as donantes más recientes a quienes les interesa apoyar a las mujeres y las niñas, es fundamental tener criterios claros para decidir en qué oportunidades interactuar con ellos desde una perspectiva crítica. Para AWID, la participación crítica es una opción que tenemos las organizaciones y movimientos de mujeres para construir agencia y capacidad políticas, para ‘sentarnos a la mesa’ sin necesariamente dejarnos cooptar en el proceso. Implica ir más allá de reaccionar o adaptarnos a las tendencias y agendas del financiamiento, para contribuir de manera más eficaz a su formulación. No significa adoptar agendas que contradigan las nuestras, sino más bien estar abiertas a entrar en espacios que no conocemos, haciendo un esfuerzo genuino por entender cómo piensan los grupos que están sentados a la mesa y cuestionando nuestros supuestos antes de decidir si un determinado actor o espacio encierra algún potencial para avanzar las agendas de derechos de las mujeres o no.

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En las OSC y algunas organizaciones de mujeres ya existe una experiencia acumulada que podemos aprovechar. Un ejemplo de estos son los mecanismos de calificación y selección para monitorear las prácticas corporativas y elegir de manera informada si interactuar o no con ellas y cuándo hacerlo (y cuándo retirarnos, si nuestra participación no está dando resultado).214 Las organizaciones de mujeres podemos buscar oportunidades para aprender de nuestras/os colegas del movimiento de derechos laborales y de otros que tienen experiencia en interactuar con el sector privado desde una perspectiva crítica, para formular nuestras propias estrategias y también para garantizar que nuestras demandas y agendas estén alineadas con las suyas y no las contradigan. Apoyarnos en esa experiencia y hablar con otras organizaciones de mujeres puede resultar útil a la hora de definir criterios claros para la participación o ‘listas de control’ que ayuden a las activistas a calificar las posibilidades de participación que se les ofrecen.

Con pautas claras para poder decidir, más organizaciones de mujeres podrán vincularse en forma activa con actores y espacios relevantes. Estas interacciones tal vez nos exijan un estilo de trabajo o un lenguaje diferentes (sin que comprometa nuestros principios centrales), y probablemente se trate de un proceso que llevará bastante tiempo. Un ejemplo es la Iniciativa Mundial Clinton, de la que están participando unas pocas organizaciones de mujeres.215 La cuota de membresía es alta, pero las organizaciones sin fines de lucro que son invitadas a participar pueden no pagarla. Resulta alentador observar que en estos últimos dos años fueron varias las organizaciones de derechos de las mujeres y donantes aliadas/os invitadas/os a sumarse a la CGI, que introdujeron el discurso de los derechos de las mujeres en ese espacio. Pero la forma de participar en esta clase de ámbitos no es algo definido o sencillo, y por eso resulta fundamental contar con una estrategia colectiva y de construcción de movimiento.216 Ser una voz aislada en ese espacio resulta desalentador y también ineficaz para influir sobre el debate de formas que puedan beneficiar a las organizaciones de mujeres y a las agendas de los derechos de las mujeres. Otro ejemplo son los grupos de donantes que se están creando a nivel de país, que reúnen a agencias bilaterales y multilaterales así como, en algunos casos, a representantes del gobierno y la sociedad civil, y que toman decisiones políticas y también de financiamiento. Hasta ahora, las organizaciones de mujeres casi no han accedido a estos espacios, que encierran un gran potencial para influir sobre las estrategias del financiamiento en los distintos países.

Por más desafíos que presente esta participación crítica, es fundamental que las décadas de experiencia y conocimiento acerca de cómo se organizan las mujeres por sus derechos no queden en la invisibilidad y puedan ser así dejadas de lado cuando se deciden agendas que van a influir sobre los enfoques y prioridades del financiamiento en los próximos años. Hasta que las organizaciones de mujeres no tengamos voz y presencia en esos espacios, comunicando nuestras propuestas, prioridades y críticas, serán otros los que continúen decidiendo agendas “para” las mujeres y niñas, sin que nosotras estemos sentadas a la mesa.

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5.1.3 Cuando se trata de impacto, comunicar lo que cuenta Muchas veces, el obstáculo que impide que las/os donantes — sobre todo las/os más nuevas/os y los actores del sector privado — y los movimientos de derechos de las mujeres se entiendan, son las diferencias en cuanto a los conceptos que orientan nuestro trabajo y el lenguaje que utilizamos para hablar de nuestras metas y procesos. En el sector privado, el acento predominante está puesto en los resultados a corto plazo y el “rédito de las inversiones”, lo que puede traducirse en la búsqueda de resultados que sean fáciles de cuantificar y ‘visibles’, a expensas de los cambios más profundos y significativos. Retomar algunas distinciones clásicas en los análisis de género como la que existe entre “necesidades prácticas” e “intereses estratégicos”, puede resultar útil para las activistas de derechos de las mujeres que necesiten orientar a los actores recién llegados y explicarles por qué las soluciones técnicas a los problemas prácticos que se les presentan a las mujeres raramente alcanzan para lograr mejoras en su calidad de vida y quebrar los ciclos de discriminación y violencia.

Nunca como ahora ha resultado tan evidente que los datos estadísticos o cuantitativos por sí solos no pueden capturar la complejidad del desarrollo global o de las situaciones en cuanto a los derechos de las mujeres. Es fundamental contar con sistemas de monitoreo y evaluación más atractivos, que también puedan mejor mostrar nuestros logros y aportes en materia de derechos de las mujeres.217 Frustradas con las mediciones e indicadores limitados que les imponen para evaluar su labor, muchas organizaciones de derechos de las mujeres están revisando sus sistemas para el monitoreo y la evaluación. ¿Qué podemos hacer tanto las organizaciones de mujeres como las/os donantes para cambiar la ecuación de tal modo que midamos lo que realmente importa y también contemos la verdadera historia del impacto que alcanzamos? Al mismo tiempo, tendremos que definir — sobre todo para las/os recién llegadas/os —qué constituye un impacto duradero y significativo sobre la situación de las mujeres y las niñas. Como organizaciones de mujeres, nos resulta fundamental comunicar nuestro impacto en nuestros propios términos, pero también necesitamos hacerlo no solo de maneras que puedan entenderse fácilmente sino que también resulten atractivas y enciendan la imaginación de las personas a las que queremos llegar. Tenemos que ser tan creativas en nuestra comunicación que lo que hacemos, y por qué lo hacemos de determinadas maneras, resulte casi obvio. Pero esto no es lo que está sucediendo, y por eso la historia y los logros impresionantes de toda la diversidad de organizaciones y movimientos de mujeres que están tan activos en el mundo resulta casi invisible fuera de ‘nuestro mundo’.

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Para una estrategia como esta, tal vez debamos fortalecer nuestras capacidades tecnológicas, informativas y de comunicación, así como tener más presencia y resultar más accesibles en línea, sobre todo para las/os donantes individuales que están procurando tomar distancia de las/os ‘intermediarias/os’ y apoyar grupos directamente. También es importante comunicar el impacto que tenemos no solo como organizaciones aisladas sino como parte de un movimiento más amplio que es responsable de algunos de los principales logros de las últimas décadas en cuanto a derechos de las mujeres. Los análisis agregados, hechos en colaboración con otras organizaciones de derechos de las mujeres y aliadas/os, pueden tener un efecto contundente para generar más evidencias de por qué es relevante apoyar los procesos organizativos y los movimientos de derechos de las mujeres como elementos clave para generar cambios.

5.1.4 Movilizar recursos juntas, de maneras feministas y audaces Es imposible ignorar que la movilización de recursos muchas veces ha generado tensiones y competencia, por eso es tan importante que las organizaciones de mujeres negocien con donantes o influyan sobre sus prioridades y marcos para el financiamiento de manera colectiva, o simplemente que compartan lo que saben acerca de las prácticas y prioridades de las/os donantes. La movilización de recursos puede ser una experiencia que nos haga sentir aisladas e impotentes, y que genera todavía más divisiones de las que ya existen en los movimientos de mujeres. Para ir más allá del discurso y poner en práctica la movilización colectiva de recursos, debemos reconocer abiertamente esas tensiones y esforzarnos para superarlas.

Existen ejemplos prometedores de los que podemos aprender y llevarlos aún más lejos. Por ejemplo: las organizaciones de mujeres beneficiarias del Fondo ODM3 lograron negociar en forma colectiva modificaciones en las exigencias administrativas y de informes del donante, que les parecían demasiado pesadas. Esto llevó a una reflexión conjunta, no solo sobre los aspectos técnicos de la presentación de informes sino también sobre qué herramientas y procesos podían proyectar de manera más eficaz el impacto agregado de las organizaciones apoyadas por el Fondo. Las/os administradoras/es del Fondo escucharon esos aprendizajes y reflexiones, y procuraron incorporarlos al trabajo de otros fondos holandeses. Desde 2005, diversas organizaciones de mujeres también han venido formulando estrategias y movilizándose en torno a la agenda de la eficacia de la ayuda y del desarrollo, con impactos significativos sobre los procesos de financiamiento y las prioridades de donantes bilaterales y multilaterales, así como sobre la distribución de la ayuda entre los distintos países. Esta agenda ha tenido consecuencias para las organizaciones de derechos de las mujeres, porque logró que se destine más ayuda directamente a los gobiernos nacionales y también creó conciencia acerca de cómo la posibilidad de que las organizaciones de mujeres accedan a estos recursos depende de cómo se deciden e implementan las prioridades nacionales. AWID | REGANDO LAS HOJAS Y DEJANDO MORIR LAS RAÍCES | PÁGINA 131


En un momento en que donantes de distintos sectores están colaborando cada vez más entre sí, trabajar con las/os aliadas/os puede tener un efecto dominó sobre otras/os donantes y sectores. Es fundamental que reivindiquemos un espacio para hacer aportes e influir sobre las agendas de las/os donantes, sobre todo para ponerle freno, cuando sea necesario, a los enfoques utilitaristas sobre las mujeres y las niñas o a los que ignoran compromisos adquiridos en materia de derechos humanos. La mejor forma de hacerlo es colaborando con otras organizaciones de mujeres. Esto también ayudará a superar el aislamiento o la competencia por movilizar recursos.

Por último, también es necesario analizar la relación entre beneficiarias y donantes, y modificarla. Si las organizaciones de mujeres pensamos que el apoyo estructural y flexible es importante para sostener nuestro trabajo, es responsabilidad nuestra comunicarle ese mensaje a las agencias donantes. Por otro lado, las propuestas que los grupos de mujeres envían a las/os donantes con esquemas de financiamiento abiertos todavía son sobre todo para proyectos específicos y no para apoyo estructural. Parecería que las propias organizaciones de mujeres pensamos que es imposible obtener esta clase de financiamiento para encarar acciones audaces. Esta ‘mentalidad de proyecto’ es uno de los principales obstáculos que impide que a los movimientos de mujeres se los perciba como actores importantes en el contexto del desarrollo y el cambio social. De nuevo: para cambiar esto hace falta un enfoque colectivo porque resulta más fácil recaudar fondos para proyectos concretos que hacerlo bajo el paraguas del impacto colectivo de los movimientos de mujeres. Aplicar un enfoque más audaz, equivale a pensar más allá de nuestros proyectos concretos para vincularlos con el panorama general del cambio social, posicionándolos a ellos y a nosotras mismas dentro del paisaje y del ecosistema de los movimientos. Eso solo podemos hacerlo si actuamos como colectivo. Si los movimientos de mujeres logramos entender, abordar y expresar nuestro impacto de maneras audaces y colectivas, será imposible ignorarnos. Para hacerlo también tendremos que analizar con mucha profundidad las nociones de marginación y victimización que tenemos arraigadas y que tal vez contribuyan a que nuestros recursos y nuestra presencia sean tan limitados. Podemos y debemos posicionarnos como las organizaciones que tienen las respuestas y las soluciones para transformar las vidas de las mujeres y las niñas, las únicas que cuentan con la experiencia y la capacidad necesarias para hacerlo.

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5.2 RECOMENDACIONES PARA DONANTES 5.2.1 Si les interesan las mujeres y las niñas, o la igualdad de género, las organizaciones de mujeres son sus socias estratégicas naturales Las organizaciones de derechos de las mujeres, con su arraigo en distintas comunidades y contextos, sus análisis profundos sobre los problemas que acarrean la desigualdad de género y las violaciones a los derechos, y su historia de experiencia y estrategias probadas para enfrentar estos problemas, deberían ser socias prioritarias de cualquier donante a quien le interese lograr cambios sostenibles a favor de los derechos de las mujeres y la igualdad de género. No existen soluciones mágicas. Así como una empresa que quiere invertir en el desarrollo de una tecnología nueva contrata a ingenieras/os expertas/os, las/os donantes deben aprovechar a las expertas del sector de derechos de las mujeres para que las/os ayuden a diseñar programas que efectivamente beneficien a las mujeres y las niñas.

Las consultas y diálogos con organizaciones y movimientos de derechos de las mujeres pueden constituir un reservorio de experticia fundamental para determinar las agendas del financiamiento. Muchas veces, las/os donantes y las organizaciones de mujeres tienen los mismos objetivos pero las oportunidades de interactuar y compartir nuestras respectivas lecturas acerca del contexto y las estrategias que nos parecen necesarias son limitadas. Estos diálogos pueden servir para configurar y fortalecer el impacto de ambos sectores. La confianza que es imprescindible para trabajar juntas/os en el largo plazo puede comenzar a construirse hablando sinceramente de las motivaciones y de los impactos deseados.

5.2.2 Las estrategias de financiamiento eficaces tienen en cuenta la cantidad, la calidad y los valores compartidos Los principales fondos bilaterales y multilaterales creados en estos últimos años y que dieron prioridad a los derechos de las mujeres demostraron claramente que las organizaciones de mujeres quieren y pueden implementar donaciones de varios millones de dólares. Pero la encuesta 2011 de AWID también ha mostrado que una gran mayoría de los grupos de mujeres todavía están operando con presupuestos reducidos. Esto plantea la necesidad de estrategias de financiamiento que tengan en cuenta la diversidad de esfuerzos organizativos por los derechos de las mujeres, que incluyen a grupos más pequeños o a los que resulta más difícil llegar, que hacen trabajo de base. Aquí es donde el rol de los fondos de mujeres cobra una importancia enorme, lo mismo que el de las organizaciones de mujeres que otorgan donaciones. Trabajar con estas intermediarias que forman parte de los movimientos de mujeres les permitirá a las/os donantes llegar a esas organizaciones pequeñas a las que de otro modo tal vez les resulte imposible hacerlo. AWID | REGANDO LAS HOJAS Y DEJANDO MORIR LAS RAÍCES | PÁGINA 133


El financiamiento multianual y estructural es fundamental para lograr resultados sólidos. El apoyo estructural permite que la organización sea flexible y pueda responder a los cambios en el contexto y las circunstancias así como invertir en su fortalecimiento y formación, lo que en última instancia mejorará su impacto. Para que las organizaciones de mujeres puedan desarrollar sus capacidades y tener un mayor alcance, impacto y sostenibilidad, es fundamental garantizar que cuenten con recursos para cubrir sus costos operativos. Los financiamientos flexibles y multianuales generan estabilidad y sostenibilidad financieras, que a su vez les permiten a las organizaciones de mujeres concentrarse en la planificación, la implementación de programas, el monitoreo y el aprendizaje, en lugar de en buscar recursos para su próximo ciclo breve de operaciones.218

5.2.3 Los mecanismos para la rendición de cuentas son fundamentales para aprender y mejorar Son limitadas las herramientas con que contamos para el monitoreo y la rendición de cuentas sobre los recursos para los derechos de las mujeres y la igualdad de género. Es necesario desarrollarlas mucho mejor para que puedan dar cuenta no solo de la cantidad de fondos comprometidos sino también de cuánto realmente se dona y, lo que es aún más importante, cuáles son los resultados que esos fondos están contribuyendo a lograr. Estos sistemas de monitoreo y rendición de cuentas se deberían aplicar a todos los actores que intervienen en la financiación del desarrollo, y no solo a las agencias públicas. AWID está trabajando con sus aliadas para crear una ‘tarjeta de puntuación’ que pueda promover una visión clara de cómo sería un financiamiento eficaz para los derechos de las mujeres y la igualdad de género y también servir de herramienta para que las financiadoras rindan cuentas acerca de sus compromisos adquiridos.

También es importante garantizar que los actores del sector privado rindan cuentas acerca de los resultados de sus programas para mujeres y niñas, con miras a reforzar la idea de que el crecimiento y el rédito económicos no son los objetivos finales del desarrollo. En este contexto resulta todavía más importante que las activistas de derechos de las mujeres monitoreen el proceso e influyan sobre la agenda para el desarrollo post-2015 y sobre cómo se la podría utilizar como herramienta para que diversas/os donantes rindan cuentas en relación a los objetivos para el desarrollo.

La rendición de cuentas opera en múltiples direcciones: las beneficiarias rinden cuentas acerca de los resultados que lograron con los recursos de sus donantes, y las/os donantes hacen lo propio — frente a sus beneficiarias y las comunidades a las que sirven — acerca de si utilizaron sus recursos de la forma más estratégica o no. A veces esa forma estratégica coincide con la teoría favorita del/la donante, pero otras veces no. Los espacios en los que tanto donantes como beneficiarias puedan discutir y analizar los logros obtenidos y los retos a los que se enfrentan son fundamentales para cultivar estas “responsabilidades múltiples” (responsabilidad multidireccional). PÁGINA 134 | REGANDO LAS HOJAS Y DEJANDO MORIR LAS RAÍCES | AWID


5.3 MÁS ALLÁ DE ESTE INFORME Para que esta investigación tenga impacto, deberá actuar como catalizadora de otras reflexiones, debates, diálogos entre sectores y formulación de estrategias. Con ese fin, ofrecemos algunas sugerencias, particularmente dirigidas a las organizaciones de mujeres (aunque también pueden adaptarse para las financiadoras):

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Organicen una reflexión con su equipo u organización. Algunas de las tendencias que mencionamos, ¿se corresponden con lo que ustedes han vivido? Para ustedes, ¿cuáles son los principales desafíos y oportunidades que presenta el paisaje del financiamiento y que tienen consecuencias para su organización? ¿Qué pasos están dando para fortalecer su resiliencia y su sostenibilidad financiera? ¿Qué otras tendencias pueden observar, que tengan consecuencias para el acceso de las organizaciones y movimientos de derechos de las mujeres al financiamiento y que deban ser analizadas con mayor profundidad?

Organicen un diálogo con otros grupos de mujeres a los que conozcan y con los que trabajen para reflexionar juntas sobre algunos de los temas que planteamos aquí. ¿Les parece que el sector privado se está involucrando más? La tendencia a “invertir en las mujeres y las niñas”, ¿se manifiesta en su contexto o no? Si responden que “sí”, ¿cómo lo hace?

En cuanto a su experiencia con los distintos sectores donantes en su contexto, ¿qué diferencias o similitudes existen con lo que plantea el informe? ¿Cuáles podrían ser los puntos de entrada para defender que haya más recursos para las mujeres que se organizan por sus derechos?

¿Qué oportunidades y desafíos les parece que existen para que los movimientos de mujeres movilicen recursos eficazmente de manera colectiva? ¿Existen otros procesos colectivos generados por organizaciones de mujeres donde se pueda explorar e integrar este enfoque?

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Hablen con sus financiadoras acerca de estas tendencias y pregúnteles si están registrando sus impactos o no, y cómo se manifiestan. Pregúnteles qué desafíos enfrentan dentro de sus instituciones cuando defienden el apoyo a las organizaciones de mujeres y específicamente a los enfoques de derechos de las mujeres. ¿Qué necesitarían para tener argumentos más sólidos? ¿Se coordinan con otras/os donantes que también trabajan por los derechos de las mujeres? Si lo hacen, ¿cómo? ¿Les interesaría pensar estrategias junto con las organizaciones de mujeres para abordar algunas de sus preocupaciones? Cuando les resulte posible, no teman trabajar junto con donantes aliadas/os u otras organizaciones de mujeres de manera colectiva para rechazar estrategias o prácticas de las/os donantes que no contribuyan a crear un poder colectivo para avanzar los derechos de las mujeres y la igualdad de género en todo el mundo de forma eficaz. La mejor manera de hacer esto es identificando desafíos compartidos con otras organizaciones de mujeres.

Prueben distintas formas de comunicar lo que hacen. En lugar de escribir informes voluminosos, llenos de lo que a veces podría sonar como “jerga” de los derechos de las mujeres, prueben de utilizar un relato – que no tenga que ver necesariamente con una mujer aislada sino con una lucha colectiva por el cambio – que muestre de qué se trata lo que ustedes hacen. Prueben con mensajes más breves y traten de comunicarse de manera eficaz con alguien que jamás haya escuchado hablar de la labor que ustedes realizan.

Piensen si les resultaría útil contar con más compilaciones e investigaciones sobre estas dinámicas y cómo se dan en el país, la región o la temática sobre la que trabajan. Podrán encontrarlas en http://www.awi.org/esl/, y también podemos compartir con ustedes nuestra metodología, las herramientas utilizadas en la investigación, o ponerlas en contacto con otras organizaciones que la hayan adaptado.

Diseñen una acción colectiva para movilizar recursos con una o más organizaciones de mujeres y pónganla en práctica. Cuéntennos lo que han hecho, cómo utilizaron este informe y si les pareció que le faltaba algo. Nos pueden escribir a fundher@awid.org. Sus comentarios y sugerencias nos ayudarán a decidir sobre los próximos estadios de nuestro trabajo en esta área.

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Kerr, Joanna. Segundo informe FinánciaLas: Sostenibilidad financiera para los movimientos de mujeres en todo el mundo. Toronto, ON: AWID, 2007.

Distintas empresas, organizaciones independientes que se dedican a la investigación (la Iniciativa Global para Presentar Informes, AccountAbility, SustainAbility), las Naciones Unidas (el Pacto Mundial) o el propio sector corporativo (el Índice de Sostenibilidad de Dow Jones o el Índice Bueno de FTSE4) ya han elaborado sus mecanismos internos de calificación. Algunas de las organizaciones que cuentan con herramientas de selección e información que pueden ayudar a las ONG a estimar el riesgo de que una determinada empresa esté operando de formas que contradigan su misión y sus valores son SOMOS, la Red de Solidaridad de la Maquila, la Campaña Ropa Limpia, Amigos de la Tierra y Greenpeace. En 2012, las organizaciones presentes en la CGI fueron AWID, el Fondo Centroamericano de Mujeres, el Fondo Global para las Mujeres, FRIDA | Fondo de Jóvenes Feministas, Centro Internacional de Investigación sobre las Mujeres, Asociación de Mujeres Empleadas Autónomas y también defensoras de los Leymah Gbowee y la filántropa feminista Abigail Disney, entre otras. derechos de las mujeres como la Premio Nobel de la Paz Para saber más sobre la participación de las organizaciones de mujeres en la CGI, ver http://www.awid.org/esl/Las-Noticias-y-Analisis/Notas-de-losViernes/La-Iniciativa-Mundial-Clinton-Aprendizaje-y-reflexiones-de-AWID-y-FRIDA

Ver, por ejemplo: Batliwala Srilatha. 2011. Fortaleciendo el monitoreo y la evaluación por los derechos de las mujeres: Trece ideas para las organizaciones de mujeres. AWID, Toronto, ON. Batliwala, Srilatha. Mujeres que mueven montañas: Cómo los recursos pueden avanzar los derechos de las mujeres y la igualdad de género. Toronto, ON, 2013.

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