Nos apuntan con piedras: Una visión general del discurso y las estrategias de la Campaña ‘Detengan las Lapidaciones para Siempre’ Campaña Detengan las Lapidaciones para Siempre
Nos apuntan con piedras:
Una visión general del discurso y las estrategias de la Campaña ‘Detengan las Lapidaciones para Siempre’
Shadi Sadr
Los cuerpos de las mujeres como símbolo de la identidad iraní post-revolucionaria Nunca ha existido una definición clara e indiscutida del fundamentalismo religioso y tampoco existe consenso acerca de si el fundamentalismo religioso es un fenómeno, un movimiento o un proceso. Sin embargo, las mujeres iraníes y el análisis de sus experiencias pueden aportar una definición adecuada dado que han estado expuestas al fundamentalismo religioso en su máxima expresión desde la Revolución Islámica de 1979. Las mujeres laicistas que, en el período previo a la Revolución, se manifestaban en las calles gritando “¡Independencia, Libertad, República islámica!”, nunca imaginaron cuál pasaría a ser su estatus en una “República Islámica”. No había transcurrido aún un mes de la victoria de la Revolución, cuando la oficina del Ayatolá Jomeini,1 líder de la Revolución, anunció la derogación del Código de Familia porque sus disposiciones contradecían las regulaciones islámicas. La principal consecuencia de esta orden fue que a partir de ese momento las mujeres sólo pudieron divorciarse atravesando un proceso difícil y prolongado.2 Pocos días después, el Ayatolá Jomeini anunció personalmente que a las mujeres les quedaba prohibido ingresar a las oficinas del gobierno sin vestir el hejab islámico, que en este contexto se entendía como una vestimenta que cubría el cuerpo entero excepto el rostro, las manos hasta las muñecas, los pies y los tobillos. La respuesta de las mujeres que participaban en partidos políticos, sindicatos y en algunos pequeños grupos independientes fueron las demostraciones más numerosas organizadas por mujeres en la historia de Irán, que duraron varios días.3 Frente a semejante acción masiva, el gobierno retrocedió en su postura con respecto al hejab,4 pero de todos modos el Tribunal Revolucionario5 comenzó a pronunciar sentencias de muerte contra prostitutas, y sentencias de azotes e incluso también de muerte contra hombres y mujeres por mantener relaciones sexuales fuera del vínculo matrimonial.6
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Shadi Sadr
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