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El activismo feminista rural y el fundamentalismo religioso en Nueva Escocia, Canadá

El activismo feminista rural y el fundamentalismo religioso en Nueva Escocia, Canadá

Antigonish Women’s Resource Centre Centro de Recursos para Mujeres de Antigonish Lucille Harper, Leona M. English y Betsy MacDonald En el consejo escolar de un distrito rural de la provincia canadiense de Nueva Escocia, un grupo pequeño de fundamentalistas religiosos, con el apoyo de activistas por los derechos del padre, se ha dedicado a limitar y en algunos casos a impedir por completo el acceso de las/os estudiantes a información sobre las relaciones interpersonales, la salud y la sexualidad. En este estudio de caso se analizan cuatro situaciones que tuvieron lugar entre 2002 y 2008 en las que algunas/os integrantes del consejo escolar local se opusieron en forma activa a la implementación de recursos y programas para estudiantes que ya habían sido aprobados por el Departamento de Educación de Nueva Escocia. Se ofrecerá un análisis de las estrategias utilizadas por una organización local de mujeres que trabajó junto a sus aliadas y aliados en la comunidad para apoyar la implementación del Rural Youth Healthy Relationships Education Project (Proyecto Educativo Relaciones Interpersonales Saludables de las/os Jóvenes Rurales, 2002), Sex? A Healthy Sexuality Resource (¿Sexo? Recursos para una Sexualidad Saludable; primera edición, 2004), Youth Health Centres (Centros de Salud Juvenil, 2006), y el Healthy Relationships for Youth Program (Programa de Relaciones Interpersonales Saludables para Jóvenes, 2007)

Contexto Antigonish es una pequeña localidad ubicada en el nordeste de Nueva Escocia que atiende a una amplia zona rural aledaña. Su apariencia serena y pintoresca encubre una diversidad de culturas, ideologías y credos. La ciudad y el condado están habitados en su mayor parte por familias que constituyen la sexta y la séptima generación de migrantes escoceses y acadianos, personas que llegaron para trabajar en la universidad y el hospital de la localidad y aquellos que se establecieron en la zona como parte del movimiento “de regreso a la tierra” en la década de los 70 con su utopía de un mundo rural perfecto, y que cohabitan con comunidades rurales 2

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afro-nuevoescocesas y mi’kmaq, uno de los pueblos originarios indígenas de la región. La religión mayoritaria es la católica romana: casi el 80% de la población se define católica. Tanto la universidad como el hospital locales se fundaron como instituciones católicas, y muchas de las escuelas públicas de la localidad surgieron como escuelas parroquiales. El Movimiento Antigonish, fundado en la década de los años 20, fue la inspiración para un movimiento cooperativista que ha sido elogiado en el plano internacional por su enfoque progresista del trabajo con las comunidades para abordar preocupaciones sociales y económicas. Aunque ahora la universidad, las escuelas y el hospital son laicos, muchas personas católicas continúan expresando su fe a través del activismo por la justicia social y el desarrollo comunitario, y la iglesia católica continúa ejerciendo una influencia considerable dentro de la comuniad. Si bien buena parte de esa influencia es progresista en lo social y se preocupa por la salud y el bienestar de la comunidad, existe un grupo muy arraigado de fundamentalistas fervientes de la religión que se oponen a la autonomía social y económica de las mujeres, así como a todo lo que les parezca feminista y por lo tanto una amenaza para sus creencias, hábitos y formas de vida tradicionales.

¿Quiénes son las/os fundamentalistas religiosos? Entendemos el fundamentalismo religioso como una intersección entre la fe, la tradición patriarcal y el poder. Es una interpretación selectiva de los textos y doctrinas religiosas que procura impulsar una determinada agenda política o cultural (que puede consistir en controlar el cuerpo de la mujer, preservar el orden social patriarcal o resistirse a las que se perciben como amenazas externas). El fundamentalismo existe en diversas religiones y contextos geográfico-culturales, y asume una variedad de formas. Admitimos que el término “fundamentalismo” ha sido utilizado por líderes políticos occidentales para justificar las intervenciones imperialistas y otros proyectos racistas, neoliberales y militaristas. Sin embargo, también reconocemos que el fundamentalismo religioso es una realidad que afecta a muchas mujeres, hombres y niñas/os, y pensamos que como feministas debemos abordar el tema con una praxis crítica en muchos frentes. En Antigonish el fundamentalismo religioso es una mezcla de religión, política y sentimentalismo cultural e histórico. Existe una relación enmarañada entre una variedad de asociados que se unen para promover sus puntos de vista fundamentalistas, sobre todo atacando iniciativas que consideran una amenaza para sus valores y creencias. En su mayoría – pero no únicamente- son varones. Los integrantes de grupos de la sociedad civil católica y los fieles católicos romanos que adhieren a interpretaciones estrictas de las escrituras y a doctrinas y prácticas tradicionales colaboran con grupos anti-feministas y grupos que promocionan los derechos del padre como REAL (Realistic, Equal, 2

Active, for Life) Women of Canada (Mujeres REALes – Realistas, Iguales, Activas, por la Vida — de Canadá) y Men Opposed to Misandry (Hombres contra la misandria), una organización que sostiene que la sociedad favorece a las mujeres en forma tendenciosa y discrimina a los varones. Ambos consideran que la familia tradicional y nuclear es la base de la sociedad, y que los padres deben ejercer la autoridad en el hogar así como los hombres deben ser los líderes en la comunidad. Defienden los roles tradicionales de hombres y mujeres en la familia y en la sociedad, manteniendo a las mujeres en un rol subordinado a los hombres e invocan el derecho de los padres a tomar decisiones por sus hijas/os, sin importar lo que las/os líderes educativos o las/os jóvenes por sí mismas/ os consideren que sirve mejor a sus intereses. En Antigonish, las/os fundamentalistas se han presentado a cargos públicos y han sido electos, inclusive en el consejo escolar local donde utilizan su influencia para promover una agenda fundamentalista y contra la igualdad. Parece que su agenda colectiva consiste en volver a establecer la autoridad moral estricta del catolicismo de los años 50. A nivel escolar, se concentran en vigilar las actividades de las adolescentes limitando su acceso a la información sobre salud y derechos reproductivos, y limitando su derecho a tomar decisiones autónomas sobre su salud y prácticas sexuales. Utilizan los medios locales, escriben cartas al editor en los periódicos locales, y lanzan campañas por correo electrónico en las que piden ayuda a la comunidad internacional para que apoye a los colegas que ocupan cargos electivos como los del consejo escolar. Siempre recurren a estudios académicos de dudosa calidad que hablan de la difícil situación que viven las/os jóvenes y de la violencia ejercida por las mujeres; al mismo tiempo, hacen referencia a los horrores del feminismo y la declinación de los valores familiares. En las campañas que organizan contra los programas que ofrece o apoya el Antigonish Women’s Resource Centre (AWRC – Centro de Recursos para Mujeres de Antigonish – Centro de Mujeres), su modus operandi es crear un clima de miedo al feminismo y desconfianza hacia el trabajo del Centro de Mujeres entre las/os integrantes del consejo escolar, el personal de la escuela y el público en general. Con este fin, atacan al feminismo como un peligro para la estructura tradicional de la familia y la sociedad. Al mismo tiempo, utilizan información errónea y hacen declaraciones que consisten en ataques personales contra quienes trabajan en el Centro de Mujeres. Distorsionan las posiciones asumidas por el Centro de Mujeres y lo descalifican por ser un grupo de interés con una agenda oculta que consiste en destruir a la familia. Incitan tanto a la misoginia como a la homofobia e intentan intimidar a las/ os integrantes del consejo escolar que no se alinean con ellos apelando tanto a su catolicismo como a sus valores familiares tradicionales. A continuación ofrecemos algunos ejemplos de su accionar: awrc

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[El integrante del consejo escolar] tenía buenas razones para estar preocupado por el programa porque quienes lo elaboraron son feministas que tienen una agenda radical para promover... La familia ha sido objeto de ataques por parte de las feministas locales. (Carta al editor, The Casket, junio de 2007) [El director del consejo escolar] es profundamente cristiano, [la directora ejecutiva del Centro de Mujeres] es una feminista ardiente. [Él] cree firmemente en la familia ... [Ella] siembra la semilla del descontento en la familia alentando a las mujeres que tienen problemas matrimoniales a dejar a sus maridos, solicitar órdenes de restricción y/o presentar denuncias de violencia doméstica. (Correo electrónico enviado a integrantes del Consejo Escolar de la Región del Estrecho1 con copia a AWRC, mayo de 2008) Algunos de los apelativos que podrían añadirse a su nombre [refiriéndose a la Directora Ejecutiva del Centro de Mujeres] son: anti-católica (la iglesia católica es inamovible en su oposición al aborto y no ordena a mujeres) ... antipadres, pro-lesbianas, etc. ... Aquellos miembros del consejo que afirman ser católicos practicantes deben votar a favor de la moción [del integrante del consejo escolar]. Que el voto de un católico romano coincida con el de una organización abiertamente pro-aborto es un grave error y puede llevar a la excomunión. (Correo electrónico enviado a integrantes de Consejo Escolar de la Región del Estrecho, con copia a AWRC, mayo de 2008)

¿Qué es el Centro de Recursos para Mujeres en Antigonish? Creado en la década de los años 80, el Centro de Recursos para Mujeres de Antigonish existe para brindar servicios y programas de apoyo a mujeres y adolescentes, defender los derechos de las mujeres y desarrollar programas de formación para promover la igualdad y la justicia social para las mujeres. Ha concentrado sus esfuerzos en temas de justicia económica y social como violencia contra las mujeres, vivienda, reducción de la pobreza y apoyo económico para mujeres, y también ha tenido una actitud activa en cuanto a brindar servicios de salud a mujeres y adolescentes. Emplea a mujeres de la localidad y trabaja en colaboración con una amplia variedad de actores, entre ellos grupos religiosos de mujeres, las autoridades sanitarias locales, prestadores de servicios a la comunidad, y organizaciones 4

provinciales de justicia social. Como organización feminista, tiende a concitar sobre sí los sentimientos anti-mujer y anti-igualdad de las/os fundamentalistas religiosos.

Los temas principales Como organización a la que le preocupa prevenir tanto como intervenir y el cambio social tanto como la prestación de servicios, AWRC considera que la prestación de servicios de apoyo y la implementación de programas educativos para jóvenes son fundamentales para abordar las desigualdades sociales y las diferentes formas de discriminación, y para lograr avances en la condición de las mujeres. Es este trabajo con jóvenes y la promoción de programas y recursos de formación para ellas/ os los que han generado la oposición más encarnizada por parte de las/ os fundamentalistas religiosos, sus aliadas/os. La acusación que aglutina a la oposición es que los Programas de Relaciones Interpersonales Saludables que ofrece el Centro de Mujeres, los servicios que brindan los Centros de Salud Juvenil y la información que se difunde a través del cuadernillo ¿Sexo? se concentran sobre todo en promover la autonomía sexual de las jóvenes dándoles información acerca de la anticoncepción y el aborto, alentando así el sexo “recreativo” fuera del matrimonio. Consideran que estos programas y recursos cuestionan la posición privilegiada de la familia tradicional permitiendo que las/ os estudiantes accedan en forma autónoma a servicios de salud sexual, ofreciéndoles una perspectiva más amplia acerca de las prácticas sexuales, y promoviendo la aceptación de las relaciones entre personas del mismo sexo. Se oponen a que las/os estudiantes puedan acceder a esta información sin el permiso explícito de sus familias y por lo tanto fuera del control de éstas. Para las/os fundamentalistas religiosos estos esfuerzos constituyen una amenaza para el orden patriarcal que se concentra en el control de la sexualidad femenina y la preservación de los vínculos heteronormativos.

Programas Escolares, Centros de Salud y recursos sobre sexualidad En 2002, el Centro de Mujeres se acercó al consejo escolar local y le ofreció implementar programas para educar a las/os adolescentes acerca de vínculos afectivos saludables y para enseñarles a negociar sus relaciones interpersonales, ya fueran familiares, sociales o íntimos, de formas saludables y sin maltrato. Entre julio y septiembre de 2002 tanto el consejo escolar como el Centro de Mujeres fueron blanco de una campaña de correos electrónicos oponiéndose a estos programas. La mayoría de los 140 mensajes recibidos traían adjuntos artículos que vinculaban al feminismo con la homosexualidad, la anticoncepción y el aborto, condenándolos y, a la vez, cuestionando las investigaciones awrc

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sobre violencia contra las mujeres y afirmando que las mujeres eran tanto o más maltratadoras que los hombres. Buena parte de ellos fueron enviados por personas que, gracias a su dirección de correo electrónico, pudieron ser identificadas como integrantes de grupos que promocionan los derechos del padre en Ontario, Canadá, y los EEUU. Los mensajes se enviaron con copias a las oficinas nacionales de la Catholic Women’s League (Liga de Mujeres Católicas) y REAL Women of Canada, parroquias locales y el Centro de Mujeres. Los ataques personales incluidos en los correos contra quienes trabajan en el Centro de Mujeres hacían referencia a información errada de carácter privado. Es evidente que las personas de la comunidad cuya agenda consiste en desacreditar al Centro de Mujeres y convencer a las/os integrantes del consejo escolar para que votaran contra el programa fueron quienes proporcionaron esta información a los activistas por los derechos del padre. En respuesta, el Centro de Mujeres trabajó en conjunto con un educador para demostrar que el programa cumplía con objetivos concretos de aprendizaje incluidos en el plan de estudios y, a petición del consejo escolar, procuró y recibió la aprobación del Ministerio de Educación provincial. En una reunión con el consejo escolar, las integrantes del Centro de Mujeres fueron interrogadas extensamente acerca de si el plan de estudios propuesto incluía educación sexual. El integrante del consejo escolar que las interrogó asumía que “relaciones interpersonales” era sinónimo de “sexo”. Sólo con la aprobación del Ministerio de Educación y la garantía de que no se trataba de un programa de “educación sexual”, el consejo escolar autorizó la implementación del programa en dos escuelas de la localidad. En 2004, los Departamentos de Salud y Educación de Nueva Escocia, trabajando en colaboración con varias ONG (entre ellas Planned Parenthood – Pater/Maternidad Planificada) y un grupo de consejeras/ os jóvenes, redactaron el cuadernillo ¿Sexo?, un recurso educativo para distribuir en las escuelas a estudiantes de séptimo a duodécimo grado (de 12 a 18 años de edad). El cuadernillo ofrecía información sobre sexualidad saludable para ayudar a las/os jóvenes a tomar decisiones informadas acerca de la actividad sexual y de su salud. Si bien hubo debates en varios consejos escolares de distintas zonas de la provincia, el consejo escolar de Antigonish fue el único que en una votación 6 a 4 prohibió que las escuelas distribuyeran el cuadernillo a las/os estudiantes o a sus madres y padres. Las objeciones al cuadernillo, expresadas por algunos miembros del consejo escolar así como por algunas personas de la comunidad y grupos religiosos que se dedican a preservar las costumbres tradicionales y prácticas heteronormativas, tenían que ver con la naturaleza explícita del material, la información sobre anticoncepción y aborto, y la aceptación de la homosexualidad. 6

En 2006, cuando el consejo escolar votó la creación de Centros de Salud Juvenil en todas las escuelas del distrito que imparten los cursos de noveno a duodécimo grados (14 a 18 años), las fuerzas fundamentalistas volvieron a unirse en contra del proyecto. Se opusieron a los Centros de Salud Juvenil porque ofrecían información a las/os estudiantes sobre la pubertad, el aborto, el sexo, la anticoncepción y la homosexualidad y porque facilitaban el control de la natalidad por parte de las/os adolescentes sin el consentimiento de sus padres. La Catholic Civil Rights League2 (CCRL – Liga Católica por los Derechos Civiles) se constituyó en vocera pública de la oposición, asumiendo la postura de que los Centros de Salud Juvenil podían crearse en las escuelas si las/ os estudiantes contaban con la autorización de sus padres para acceder a ellos. En la presentación pública que hicieron ante el consejo escolar, se preocuparon por identificar al actual presidente de la filial local de la CCRL como un “padre sin la custodia de sus hijos” y recalcaron como “a él le gustaría contarles lo dificil que le resulta formar parte de la educación de sus hijos al no tener su custodia. El les dirá concretamente lo difícil que resulta criar a sus hijos en la fe en un mundo que parece haber enloquecido en muchos sentidos.”3 Un integrante de la CCRL que es docente habló de “las clínicas de salud como herramientas para que terceras personas para convencer a los niños en favor de ciertas conductas sexuales e ideologías que ofenden su identidad como cristianos.”4 Como argumento para sustentar su oposición a los Centros de Salud Juvenil, algunos integrantes del consejo escolar dijeron que estos no tenían lugar en las escuelas del distrito porque los servicios que ofrecían eran inapropiados y promovían una agenda de extrema izquierda.5 En la creencia de que negarle autonomía a las/os estudiantes para tomar decisiones sobre su propia salud constituiría una violación a sus derechos humanos, el Centro de Mujeres trabajó con el organismo de salud del distrito y con integrantes de la comunidad para defender que el derecho de las/os estudiantes a tener acceso a servicios de salud confidencialesprevaleciera sobre el derecho de sus padres a impedírselo. Aunque el Centro de Mujeres había estado implementando programas de Relaciones Interpersonales Saludables en dos escuelas locales desde 2002, cuando el programa se expandió a diez escuelas en 2007, los integrantes del consejo escolar se aliaron a los grupos religiosos fundamentalistas y a los grupos por los derechos del padre para oponerse de forma cada vez más ruidosa a todos los programas escolares que ofrecía el Centro de Mujeres. Una vez más, las/os fundamentalistas de derecha opinaron que los programas educativos del Centro de Mujeres eran una forma encubierta de brindar educación sexual a las/os adolescentes y por lo tanto de promover el sexo prematrimonial, el embarazo adolescente y el aborto. Durante una awrc

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reunión del consejo escolar al cual el Centro de Mujeres fue invitado para aclarar dudas sobre sus programas, algunas/os integrantes del consejo que se les oponían les interrogaron sin piedad por utilizar un enfoque feminista, objetaron su presencia en las escuelas por ser un grupo de interés y cuestionaron tanto su profesionalismo como su capacidad para abordar temas delicados con las/os estudiantes. Cuando se le advirtió que su interrogatorio se estaba tornando inapropiado, uno de los integrantes del consejo salió violéntamente de la habitación poniéndo término a la reunión y a los trabajos del consejo ese día. En abril de 2008 uno de los integrantes del consejo anunció su plan de introducir una moción que prohibiera al Centro de Mujeres prestar servicios en las escuelas del distrito. Esto generó una campaña de correos electrónicos y de cartas al consejo escolar tanto en apoyo de los programas como solicitando su eliminación de las escuelas. La oposición pública a los programas fue particularmente violenta y los ataques contra el personal del Centro de Mujeres fueron personales. Una vez más, la mayoría de los opositores se compuso de organizaciones de derechos del padre con sede en los EEUU así como fundamentalistas religiosos y defensores de la familia tradicional locales. Tanto los medios locales como los provinciales se hicieron eco del tema y fue creciendo el interés por el resultado del conflicto.

Puntos comunes entre los argumentos de los grupos por los derechos del padre y las/os fundamentalistas religiosos Lo que está en juego tanto para las/os fundamentalistas religiosos como para los grupos que defienden los derechos del padre es la preservación y sostenenimiento de la dominación masculina mediante el control de la reproducción, la sexualidad y el cuerpo de la mujer. Todos los argumentos fundamentalistas se expresan en el marco del discurso de los “valores familiares” que presenta como modelo a la familia tradicional heterosexual, nuclear, con un padre y una madre. Dentro de la familia tradicional en la que al padre se le otorga un estatus dominante como “jefe del hogar” cualquier referencia al derecho de las mujeres a la autonomía y a la igualdad se percibe como una amenaza a “la familia”. Las hijas/os están sometidas/os a la autoridad paterna (que suele traducirse como “los padres”) y sobre las niñas pesa una particular presión para que adhieran a la voluntad y visión de mundo de el o los padres. A las adolescentes, al igual que a las mujeres, se las percibe sobre todo como cuerpos y por lo tanto resultan vulnerables y peligrosas, siendo necesario someterlas a un control estricto. El ámbito religioso proporciona el lenguaje para este control y lo expresa de manera eufemística mediante expresiones tales como “proteger,” “salvar” y “rescatar” a las niñas.

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[Los Centros de Salud Juvenil] son espacios que los grupos de interés utilizan para promover sus puntos de vista y opiniones morales y están utilizando el principio de la confidencialidad médico-paciente para impedir a los padres ejercer su derecho a enseñar a sus hijos sus creencias morales... Por sobre todo, el consejo escolar tiene un deber para con los padres. (Presentación de la Catholic Civil Rights League ante el Consejo Escolar de la región del Estrecho, diciembre de 2006). Los padres tienen el derecho de enseñar a sus hijos la castidad y el respeto por sus cuerpos sin interferencia alguna. A menos, por supuesto, que estos Centros de Salud Juvenil, planeen enseñar la castidad a los estudiantes y su significado para el católico. (Carta al editor, The Casket, abril de 2006) Tanto los defensores de los derechos del padre como las/os fundamentalistas religiosos temen la autonomía de la mujer y la amenaza que ésta representa para el privilegio masculino. Ambos grupos sostienen que existen diferencias naturales e innatas entre los sexos y se oponen a la noción de cambio social que el movimiento feminista propone y por la que trabaja. Ambos utilizan un discurso antifeminista y anti-mujer para sustentar sus opiniones. Los defensores de los derechos del padre consideran que las mujeres ya han alcanzado la igualdad, que el feminismo está contra la familia, que discrimina y victimiza a los hombres,6 y que la justica da un trato preferencial a las madres en cuanto a la custodia de sus hijas/os, que ellas utilizan para mantener alejados a los padres. Al trabajar con varios homosexuales y feministas militantes, descubrí que ambos tipos de personas sentían mucha ira hacia los padres. Al politizarla, esa ira se extendió a los hombres y la masculinidad en general.7 (Correo electrónico a las/os integrantes del Consejo Escolar de la región del Estrecho, con copia a AWRC, mayo 2008) El feminismo es una ideología: un análisis que explica el mal y facilita el cambio. En este caso, el feminismo quiere hacernos creer que todos los hombres son malignos por naturaleza y responsables de la mayor parte de la violencia que existe en el mundo ... Es una teoría destructiva porque pone a las mujeres en contra de los hombres y a las hijas en contra de sus padres, creando así familias disfuncionales. También sugiere que las mujeres están en contra de la familia. (Carta al editor, The Casket, mayo de 2008) awrc

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Son muchos los niños que nacen fuera del matrimonio, hijos de niñas y de mujeres que no tienen intención alguna de casarse con el padre de estos desdichados niños ... La madre no puede sustituir al padre, como tampoco puede hacerlo su hermano, su tío o un amigo suyo. Todo infante merece tener un padre en su vida, a menos que la muerte decida lo contrario. Quedar embarazada cuando no se está casada es algo extremadamente inmaduro y egoísta. Constituye de por sí una forma de abuso infantil. (Correo electrónico al Consejo Escolar de la región del Estrecho, AWRC, parroquias locales y REAL Women, julio de 2002). Las/os fundamentalistas religiosos apoyan roles de género claramente definidos y conciben como único rol para las mujeres el de formar parte de una familia tradicional. Según su visión del mundo, el sexo sólo resulta aceptable en el marco del matrimonio heterosexual y los derechos o valores de la familia tienen prevalencia por sobre los de las/os estudiantes del sistema de educación pública. La sexualidad humana tiene dos propósitos orgánicos: la procreación y la unidad conyugal. El sexo produce bebés, y el sexo une al hombre y la mujer entre sí ... Los lectores católicos probablemente reconozcan en esto las enseñanzas tradicionales de la iglesia ... El género resulta una ofensa para muchas personas con ideas igualitarias porque nunca se puede lograr que los hombres y las mujeres sean completamente iguales... Podemos ver nuestras diferencias como oportunidades para crecer y compartir, o como un motivo de disputa. El feminismo moderno parece alentar la disputa. (Carta al editor, The Casket, marzo de 2006) Sería provechoso para las organizaciones de mujeres feministas y progresistas del mundo entero, inclusive de Occidente, que se preocupan por la justicia y la igualdad social, conocer los muchos textos que producen las/os fundamentalistas – las campañas en las que ellos intervienen tanto explícitamente como en forma encubierta- y analizar estos textos tanto desde el discurso como en cuanto a sus consecuencias para las políticas públicas, para luego compartir los resultados. El análisis del discurso es importante porque se centra en el medio a través del cual se transmite el mensaje, el tono y la utilización del lenguaje por parte de la persona que protesta, y el análisis textual de los mensajes. Analizar y comprender el medio, el lenguaje y el mensaje permite entender mejor las relaciones sociales de poder, dado que el discurso refleja el contexto social y también influye sobre él. El discurso contribuye a moldear las relaciones sociales y es también un elemento clave para modificarlas, así como para identificar y comprender las 10

posibilidades que tienen las luchas políticas. Utilizar el análisis del discurso para generar múltiples estrategias y planes de acción que dejen expuesto el mensaje fundamentalista y lo cuestionen es algo fundamental para impulsar cambios sociales positivos para las mujeres y las niñas en el plano local, así como para conectarse con el trabajo que están haciendo las mujeres en el mundo entero.

Estrategias de resistencia y lecciones aprendidas La decisión del Centro de Mujeres de tomar cartas en el asunto se vio precipitada por la oposición enconada que todas las iniciativas ya mencionadas — los programas del Centro de Mujeres sobre relaciones interpersonales saludables y prevención de la violencia, recursos informativos sobre sexualidad sana y Centros de Salud Juvenil — suscitaron en el consejo escolar. El Centro de Mujeres consideró que cada una de estas iniciativas eran fundamenales para la salud y el bienestar de las mujeres jóvenes. Las estrategias que utilizó el Centro de Mujeres combinaron la generación de apoyo para los programas brindando información precisa sobre ellos al público en general con la creación de relaciones positivas de trabajo con las escuelas, el consejo de administración escolar, y el Departamento de Educación; el trabajo con aliadas/os en el sector de salud y la organización de quienes las apoyaban para que expresaran sus preocupaciones. Se brindó información al público sobre los programas a través del sitio web de Antigonish Women’s Resource Centre (AWRC), y de entrevistas con los medios y comunicados de prensa. La información incluyó resultados de las evaluaciones anuales — tanto internas como externas — del programa que documentaron su impacto desde la perspectiva de las/os estudiantes, docentes y facilitadoras de los programas. Aunque diferentes organizaciones tomaron el liderazgo en el avance de las distintas iniciativas, el Centro de Mujeres fué un organizador y/o colaborador clave. En el caso de los programas de relaciones interpersonales saludables , el Centro de Mujeres fue la organización líder que ya estaba trabajando con aliados/as en los sectores de salud y educación, así como con el público en general. En el caso del cuadernillo ¿Sexo? y los Centros de Salud Juvenil, se recurrió al Centro de Mujeres como aliada fundamental. En cada una de las luchas, el Centro de Mujeres avanzó en forma metódica y siguiendo los procedimientos acordados aprendiendo cada vez más cómo generar apoyo público y político para los programas amenazados. En cada una de las luchas, el Centro de Mujeres optó por basar sus campañas en la fortaleza de sus programas, escribir y hablar públicamente sólo de éstos y nunca de quienes se les oponían. A medida que las personas de la comunidad se fueron manifestando en defensa de los programas, se incrementó también la oposición por parte de personas y grupos aliados a las/os fundamentalistas. awrc

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Desde el comienzo, el Centro de Mujeres procuró desarrollar relaciones de trabajo positivas con las autoridades del consejo escolar, el personal de las escuelas y personas clave de las comunidades donde se implementarían los programas. En el caso del Programa Educativo Relaciones Interpersonales Saludables de las/os Jóvenes Rurales, esto se hizo aportando información sobre el programa al consejo escolar, invitando al personal de las escuelas y a representantes de la comunidad a actuar como consejeras/os en la implementación y prestación de servicios del Programa, y reuniéndose con funcionarias/os clave del Departamento de Educación. Al momento de la resistencia por parte de los grupos fundamentalistas, las personas claves de la comunidad ya conocían los objetivos del Programa y lo apoyaban fuertemente. El Centro de Mujeres garantizó que las/os integrantes del consejo escolar que estaban a favor del Programa contarían con la información que necesitaban para defender su implementación. Más aún: el Centro de Mujeres señaló al consejo escolar cuáles eran los grupos por los derechos del padre con sede en EEUU que apoyaban la campaña local. En última instancia, la mayoría de las/os integrantes del consejo escolar no se dejaron convencer por el apabullante mensaje anti-mujer de la campaña por correo electrónico y aplacaron a los integrantes opositores del consejo insistiendo en que el Ministerio de Educación le diera su aprobación. Una vez que se otorgó la aprobación y se implementó el Programa, se hizo más difícil sostener que resultaba inapropiado para las/os estudiantes. Sin embargo, la aprobación gubernamental del cuadernillo ¿Sexo? no fue suficiente para el consejo escolar y la posición fundamentalista religiosa, apoyada por sus aliados católicos conservadores en el consejo, prevaleció de tal modo que se prohibió la distribución del cuadernillo entre el alumnado de todas las escuelas del distrito. Debido a que el cuadernillo trataba explícitamente de salud sexual y ofrecía información sobre control de la natalidad y homosexualidad, los fundamentalistas lograron generar miedo acerca de la potencial desintegración de los valores familiares tradicionales. Aunque el Servicio de Salud Pública organizó reuniones informativas abiertas y trabajó con sus aliadas/os en la comunidad y en la provincia para que apoyaran la distribución del cuadernillo, el consejo escolar local fue el único de la provincia que negó por completo el acceso a esos materiales a las/os estudiantes, sus padres y madres. Con el objeto de garantizar que las/os jóvenes igualmente tuvieran acceso al cuadernillo, se difundió a través de librerías locales, el Centro de Mujeres y otras organizaciones comunitarias. Así, cuando se le presentó al consejo escolar la solicitud de establecer Centros de Salud Juvenil, el debate sobre el derecho de las/os estudiantes a acceder a información sobre su salud, especialmente sobre su salud sexual, ya era un tema de acalorado debate y con fuerzas poderosas 12

dispuestas a organizarse en su contra. Al prohibirse el cuadernillo ¿Sexo? fueron más las/os integrantes de la comuidad que ya sabían que los Centros de Salud Juvenil podían correr la misma suerte y que estuvieron dispuestas/os a expresar su apoyo a ellos. Cuando resultó evidente que la prohibición completa de los Centros iba a resultar algo inaceptable para la mayoría de las/os integrantes del consejo escolar, sus colegas fundamentalistas procuraron, junto con sus aliadas/os, limitar el acceso de las/os estudiantes a los Centros exigiéndoles permiso de sus padres para poder concurrir. Trabajando con prestadoras/es de salud, el Centro de Mujeres organizó una campaña de cartas, recogió firmas a través de una petición, presentó testimonios durante una reunión pública del consejo escolar acerca de la necesidad de contar con los Centros, habló con los medios de comunicación, y logró concitar un apoyo público considerable para el acceso de las/os estudiantes a los Centros de Salud Juvenil en forma autónoma. Consciente de que impedir el acceso autónomo de las/os jóvenes a los servicios de salud podía constituir una violación a sus derechos humanos, el consejo escolar procuró una opinión jurídica. Una vez que se encontró una opinión jurídica que apoyaba el derecho de las/os estudiantes a acceder a la atención a la salud sin autorización de sus padres, y que aquellos que se oponían fracasaron en su intento de lograr el apoyo del pleno del consejo escolar para la búsqueda de una segunda opinión, se consiguió aprobar el acceso autónomo a los Centros de Salud Juvenil. Habiendo fracasado en su intento de prohibir el acceso a los Centros de Salud Juvenil, la oposición fundamentalista se volcó a los programas del Centro e intentó prohibirlos en todas las escuelas. Aliándose una vez más con organizaciones y personas defensoras de los derechos del padre en EEUU, REAL Women y los católicos conservadores, lanzaron una campaña furiosamente misógina contra el Centro de Mujeres y su personal. Pero para entonces ya los directoras/es de las escuelas, docentes y estudiantes, personal del consejo escolar, muchas madres y padres, habían tomado consciencia de los beneficios de los programas y estaban dispuestas/os a defenderlos. El Centro de Mujeres había logrado un amplio apoyo por parte de las/os apoderadas/os, académicas/os, prestadoras/es de servicios de salud y órdenes religiosas locales de mujeres, y también consiguió convocar a organizaciones y personas de toda la provincia. Como los medios de comunicación locales asistían de manera habitual a las reuniones públicas del consejo escolar, conocían bien las posturas de cada integrante en los temas ligados a los programas de salud para jóvenes. AWRC había construido buenas relaciones con los medios locales a lo largo de los años sirviéndoles de un instrumento eficiente para informar al público sobre sus programas y corregir las informaciones erróneas que difundían las coaliciones de derecha que se les oponían. A medida que los medios locales y provinciales informaban sobre el tema, el apoyo crecía. Ambos bandos awrc

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escribieron cartas a las/os editoras/es de medios locales, enviaron cartas y correos electrónicos al consejo escolar, llamaron por teléfono a las/os integrantes del consejo, y defendieron sus posturas en los medios. Hubo jóvenes que escribieron cartas en las que narraban sus experiencias positivas con el programa Relaciones Interpersonales Saludables para Jóvenes y expresaban su apoyo a los Centros de Salud Juvenil. Se ha informado que el sesenta por ciento de los correos electrónicos que recibieron las/os integrantes del consejo escolar estaban a favor de conservar el Programa. Un gran número de mujeres se hizo presente en la reunión del consejo escolar en la que iba a tener lugar la votación. Es interesante destacar que un integrante del consejo escolar señaló durante esa reunión que la mayoría de los correos electrónicos en apoyo al Programa provenía de mujeres mientras que los mensajes opositores habían sido escritos por hombres. Lo que no dijo fue que muchos de estos últimos mensajes provenían de grupos por los derechos de los hombres con sede en la zona oeste de EEUU. Después de que fracasaran todos los intentos de los integrantes opositores del consejo escolar por hacer descarrilar la reunión, se votó y los programas obtuvieron siete votos a favor y cuatro en contra. Días después, el Ministerio de Educación disolvió el consejo escolar, declarándolo incapaz de funcionar. En las elecciones para integrantes del consejo escolar que tuvieron lugar más tarde, en 2008, la gente se decidió a participar y hubo cuatro candidatas/os en cada una de las dos circunscripciones en las que les parecía que los integrantes anteriores del consejo habían sido los más problemáticos. Resulta claro que el público estaba pidiendo un cambio y esa solicitud fue parcialmente atendida: uno de los integrantes que se oponía a los programas de salud para mujeres jóvenes no fue reelecto y otro candidato con puntos de vista similares fue elegido sólo por un margen muy estrecho debido a que el electorado se había dividido entre un total de cuatro candidatas/os. Fundamental para el éxito de cada lucha resultó la firme convicción del personal administrativo del consejo escolar de que las/os estudiantes tienen derecho a acceder a la información que les permite tomar decisiones informadas acerca de su salud y bienestar; que es responsabilidad de las/os directoras/es decidir qué programas quieren tener en sus escuelas y quiénes los implementan, y que los deseos del consejo escolar no deben prevalecer por sobre las políticas establecidas por el Departamento de Educación. La negativa de la administración a dejarse intimidar por integrantes del consejo escolar generó un espacio para que se expresara la opinión pública y se tomaran medidas en apoyo de los programas. Otro elemento fundamental fue la utilización de diversos métodos para hacer campaña, incluyendo el envío de cartas, la ampliación de las bases de apoyo tanto dentro como fuera del sistema escolar, y la difusión de información positiva y precisa al público a través 14

de los medios de comunicación. Estos diversos enfoques estuvieron conectados entre sí desde el comienzo y se potenciaron mutuamente a medida que fueron desarrollándose. El Centro de Mujeres tuvo la precaución de solamente referirse en público respecto de los programas y sus beneficios para las/os estudiantes, y se abstuvo de hacer comentarios acerca del actuar de determinados integrantes del consejo escolar. Al mismo tiempo y junto con sus aliadas/os el Centro de Mujeres elaboró un análisis con y entre sus aliadas/os que dejó al desnudo las ideologías fundamentalistas y la colaboración de grupos por los derechos del padre en la oposición a los diferentes programas y servicios. Esto les permitió a las/os aliadas/os hablar públicamente acerca de las acciones de los integrantes opositores del consejo escolar e identificar para el público cuáles eran las ideologías que sustentaban esa oposición. Queda aún por ver cuál va a ser el próximo paso que den los grupos aliados fundamentalistas, aunque es muy probable que la política local continúe siendo un espacio en el que se presenten a elecciones y persistan en impulsar una agenda misógina. Dejar al desnudo a las/ os ideólogas/os fundamentalistas, identificar cuál es su agenda, y clasificarlos como ideología específica, opresiva y retrógrada dentro de una religión dominante y, por eso mismo, distinta de la religión en sí, les permite a las/os creyentes practicantes tomar distancia de la imposición de las interpretaciones, valores y costumbres fundamentalistas a las que no adhieren. En el mismo sentido, la serie de luchas que se describen en este estudio de caso demuestra cómo las feministas, sus aliadas y aliados lograron quitar al fundamentalismo del centro del discurso público. Cada vez que se les impide a los grupos fundamentalistas imponer su voluntad sobre la comunidad, pierden terreno en su pretensión de representar la voz de la mayoría, de la tradición mayoritaria. El proceso de desenmascaramiento del fundamentalismo se debe acompañar con esfuerzos permantentes por generar apoyo de la comunidad para los proyectos feministas. Al centrar la atención positiva sobre el Proyecto de Educación en Vínculos Saludables para Jóvenes Rurales, el cuadernillo ¿Sexo?, los Centros de Salud Juvenil y sus programas en las escuelas, AWRC logró expandir su base de apoyo comunitaria y cultivar relaciones que desempeñarán un rol importante en luchas futuras.

Mirando hacia adelante La alianza creada por la asociación del discurso del fundamentalismo religioso con el discurso de los grupos por los derechos del padre sirvió para convencer a las/os conservadoras/es en materia religiosa y a quienes adhieren a la familia tradicional de que sus creencias están en sintonía con valores fundamentalistas y patriarcales. Esto es algo awrc

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poderoso, eficaz e insidioso. Opera por debajo de la superficie y utiliza los ataques personales, la generación de miedos y la información académica de dudosa procedencia para apoyar sus argumentos. Las/os adherentes al fundamentalismo atraen mediante una retórica basada supuestamente en la justicia y los derechos incitando al público al odio y a la desconfianza. Como estrategias para resistirse al cambio social y a los avances en los derechos de las mujeres y las niñas, apelan a los miedos que genera el feminismo así como a la misoginia y a la homofobia, mientras perpetúan los estereotipos acerca de las organizaciones activistas de mujeres. En nuestra zona rural de Nueva Escocia, estamos comenzando a desenmascarar a estos grupos fundamentalistas y a entender que su poder yace sobre todo en su capacidad de atribuirse una superioridad moral utilizando tácticas de intimidación, coerción, descrédito y aislamiento. También hemos aprendido que existen diferentes fundamentalismos que se superponen entre sí, y que el éxito de sus campañas depende de su capacidad para formar vínculos entre diversas localidades y denominaciones religiosas (si bien el grupo fundamentalista en Antigonish es predominantemente católico, obtuvo el apoyo de integrantes de la derecha religiosa estadounidense que son en su mayoría protestantes). Por último, hemos aprendido que si bien el fundamentalismo está presente, es insidioso y es tan conservador que hace que lo tradicional parezca radical, dejarlo al desnudo — mientras al mismo tiempo se cultivan nuevas alianzas y se amplía el apoyo de la comunidad — es vital para impulsar una visión a favor de las mujeres.

Notas:

1 Nota de la editora: Antigonish es uno de los cuatro condados que forman esta región escolar (junto con Inverness, Richmond y Guysborough); los consejos locales están subordinados al consejo regional. 2 La Catholic Civil Rights League se describe a sí misma como “una organización laica católica de alcance nacional, comprometida con el combate a la difamación anticatólica, que trabaja con los medios para garantizar una escucha justa para las posturas católicas sobre temas del debate público, hace cabildeo con el gobierno e interviene en procesos legales en apoyo de leyes y políticas compatibles con una comprensión católica de la naturaleza humana y el bien común”. Tomado de la página “About CCRL” sitio de la CCRL en Internet (traducción de AWID). 3

Alexander J. MacDonald, Civil Rights Perspective, Catholic Civil Rights League, Antigonish, Nova Scotia, Presentación ante el Consejo Escolar de la región del Estrecho, 6 de diciembre de 2006.

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4

Ibid.

5

Opinión, “Please let it go,” The Reporter, 19 de septiembre de 2007.

6

Barbara Legault, Borrador no oficial de la traducción inglesa de “Des hommes contre le féminisme,” À Bâbord! Oct.-Nov. 2006. 7

Este adherente a los derechos de los padres está citando un artículo que adjunta a su correo. En un artículo titulado “Militant Homosexuality and Feminism: The Politicizing of Research and Feelings,” (Homosexualidad y feminismo militantes: La politización de las investigaciones y los sentimientos”) Gerald Schoenewolf sostiene que “El asunto principal para los activistas militantes homosexuales y feministas parecería ser convertir a los varones heterosexuales en chivos expiatorios de los problemas de la sociedad”. Y agrega: “Las madres de estos pacientes en general eran mujeres que se sentían frustradas con el rol tradicional femenino”. Tomado del sitio en Internet de la NARTH (National Association for Research and Therapy of Homosexuality - Asociación Nacional para la Investigación y Terapia de la Homosexualidad) actualizado el 3 de septiembre de 2008.

Agradecimientos: La investigación requerida para este estudio de caso fue sustentada en parte con fondos del Social Science and Humanities Research Council of Canada (Consejo de Investigación en Ciencias Sociales y Humanidades de Canadá).

Breve reseña bibliográfica de las autoras: Lucille Harper es la Directora Ejecutiva del Antigonish Women’s Resource Centre y de la Sexual Assault Services Association (Asociación de Servicios para la Violencia Sexual) de Antigonish, Nueva Escocia. Tiene una Maestría en Estudios de la Mujer y una larga trayectoria en políticas públicas y activismo por la justicia social en el área de los derechos de las mujeres. Ha trabajado siempre a la vanguardia de los temas feministas en Nueva Escocia. Leona M. English es profesora de educación para personas adultas en la St. Francis Xavier University, de Antigonish, Nueva Escocia. Hace investigaciones y escribe sobre temas de mujeres, justicia social y salud. Recientemente editó la International Encyclopedia of Adult Education (Enciclopedia Internacional sobre Educación para Personas Adultas). Betsy MacDonald es música, organizadora comunitaria e investigadora en Antigonish, Nueva Escocia. Tiene una Maestría en Estudios sobre la Justicia Social y Equidad otorgada por la Brock University de Ontario, Canadá. Su trabajo como activista se centra en el cambio social feminista, la justicia social y los temas LGBTQ.

Breve reseña biográfica de la organización: El Antigonish Women’s Resource Centre (Centro de Recursos para Mujeres de Antigonish) se creó en 1983 como un centro de actividades feministas colectivas de la Nueva Escocia rural. AWRC se concentra en la educación sobre temas de mujeres y la difusión de información, el apoyo, la gestoría y la defensa de los derechos de mujeres y adolescentes. AWRC ha sido una voz apasionada del activismo y el cambio social en Nueva Escocia, acompañando a las mujeres en su lucha por la justicia, la igualdad, la independencia económica y el derecho a vivir libres de violencia. www.antigonishwomenscentre.com awrc

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