Quédate

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| QuĂŠdate|


| Ayelén Policastro | | Quédate |

Poemario dedicado a todo aquel que amó sin importar nada. Poemario dedicado a aquel que no se quedó para que lo ame.

"Dejaste el sabor amargo de la derrota en mis labios, en mi pecho, en mis sueños"

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Palabras de José M Ramallo. Verdad es que en la literatura universal existen muchas frases armadas, como así también dichos populares. No podemos negar que somos partes de ellas y que nos resultan fascinantes. Tal es así que nos gustaría ser el autor de algunas de ellas. La dicha popular simula tener una de estas frases armadas, para explicar el concepto de lo que es la felicidad. Pero nada se dice de los que esquivan esa imagen y enfrentan la vida de otra manera. Esto es, aceptando una derrota y adquiriendo una dura rutina diaria: lavarse la cara sin mirar al espejo, oír retumbar la cuchara en el único pocillo del café, sostener el picaporte con una mano, desde el lado de afuera e inspeccionar todos los muebles, deseoso de que alguno de ellos se despida: “ Volvé pronto/

mucha suerte con tu día/ te voy a extrañar”. ¿De qué manera aborda esta temática Ayelén Policastro? ¿Cómo logra surfear lo popularmente conocido, para así mitigar el triste asombro de lo abrumador? ¿Es acaso el lenguaje una herramienta casi escasa, en tiempos modernos, para una poeta exorcizada del amor? La revolución nos golpea en la frente, y todo nos llega a través de los ojos. La tecnología acobarda, porque todo lo conquista. Las imágenes son más impactantes que las mil palabras, y se roban todos los “corazoncitos”. Pero aquí es donde reside el verdadero oficio de poeta, en el redoblar la apuesta y saber mostrar los dientes. Efectivamente, eso es lo que propone Ayelén al escribir este libro. Ella seduce con palabras sin liberar siquiera una prenda de su ropa (“ No quería pensar en lo que pasaría y quería que

pasara todo / Me entrego completamente / Me siento virgen ”), y redacta versos que valen suspiros valiéndose de una descripción (“ Sábado de lluvia en la ciudad / Dos personajes parados, hablando

/ Él pide un beso”). Lo que produce Policastro, resiste y logra tomar revancha contra un dicho popular. Ahora son sus mil palabras las que valen más que una imagen. “Quédate” una sola palabra y una multitud de conceptos aplicables. La joven autora de este libro se vale de una facultad, sus poemas utilizan una sola palabra a modo de título. Esto, hablando ahora como escritor, representa un verdadero desafío. Porque el escribir es una acción que no depende del escritor, sino del fuego interior que lo incita a redactar. Y si de por sí es complejo escribir, expulsado por un excitante anhelo que se puede apagar de un momento a otro, imagínense cuánto más difícil será el escoger qué titulo llevará ese poema. Pero esto parece no ser un problema, para Policastro. Ella logra estigmatizar cada una de sus obras con un movimiento de cadera: una palabra, Quédate. Realicemos un viaje espacio temporal, y recordemos la obra anterior de esta poeta. “Quiéreme” (2011) es un libro que supe saborear en su debido momento, cuando conocí a la escritora Ayelén Policastro, en el año 2015. No lo hice impulsado por el interés de agradarle ni mucho menos realizarle alguna gracia. Tan sólo me dejé llevar por el interés que me producía su estética de estudiante, trabajadora, futbolera, enamorada, escritora, poeta. Con tantas sensaciones – supuse – no podía defraudar, en cuanto a su escritura. Recuerdo ahora una sentencia final, del poema “Boca”. La misma decía “Mi boca encaja perfecto en tu boca, todo mi ser encaja perfecto en tu boca ”. Es fantástica. Y allí mismo se resume toda la escritura de Ayelén, en esa pasión perfumada que poseen los versos de “Quiéreme”.

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En aquél libro sobreabunda el amor, el erotismo, y la armonía que recubre su rostro con un fino vestido de alegría. Tópicos que se ven modificados en “Quédate”. No es notable para alguien que desconoce la escritura de esta poeta, pero sí lo es para alguien que sí la ha leído con atención y ha perseguido sus pasos, con vehemente admiración. ¿Qué es lo que se ve modificado en este nuevo libro, respecto al anterior? El deseo de hablar para otros, para aquellos que también tienen sentimientos. Pero sentimientos diferentes, casi acorralados. El sentimiento del dolor, del olvido, de la pérdida y la ilusión por lo que quizás nunca fue. La congoja de los ya no enamorados, o quizás sí enamorados, pero tristemente abandonados. Y esta cachetada impúdica – que por lo general le duele más al que la efectúa, que al que la recibe – sale a las luces en la dedicatoria: “…dedicado a todo aquél

que amó sin importar nada; dedicado a aquél que no se quedó para que lo ame”. Eso es lo que cambia. Aquí ya no se habla de amor, de alegría, de despertares felices. Sino que se habla de todo lo contrario. Y en mi opinión como lector y escritor, abrazo y celebro la llegada de esta nueva propuesta. Porque no siempre hay que escribir sobre una misma temática, no siempre hay que escribir para una misma audiencia, no siempre hay que congelar el rubor de la fauna y decretar que eso es la vida. Hay que ir más lejos, romper los moldes de la cordura y exponer por qué el escritor es dueño de sus mundos y hace con él lo que desee. Y aquí la autora lo hace muy bien. Como dije al principio, redobla la apuesta y muestra los dientes. ¿Cómo se desarrolla el presente libro? Hay dos lecturas posibles, la erotizante propuesta que siempre nos hace Policastro y la lineal abertura de silencio para comprender su mundo de dolores y angustias. Un suspiro y una lágrima son unos tópicos bellísimos cuando se habla de amor, aún cuando aquel amor ya se ha marchado. La escritora versifica imágenes asombrosas y se deja oscilar entre dos posturas – y eso es subliminal – abundan sus textos entre ruinas olvidadas y posibilidades de un nuevo reencuentro. Esto significa que la literatura de Ayelén se magnetiza entre el deseo y el olvido, despedidas obligadas y aniquilantes deseos por converger en un mismo rapto de salvaje lujuria. Así lo pone de manifiesto alguno de sus poemas, tales como: “ Quisiera” y “Penétrame”, “Voy a confesar” y “Pesadilla”, “El inicio del fin” y “Dulcemente”. Todos se dejan hamacar por esta arriesgada propuesta, es el punto final o es el volver a comenzar. La moneda gira en el aire y el desenlace es una incertidumbre. Comencé este texto haciendo alusión a lo complejo que resultaba lidiar con las frases armadas y la escases de palabras, en tiempos donde las imágenes se roban todos los “ likes” de los usuarios. Argumenté que la autora de este libro sabía valerse del golpe de “ Knock out”, con un solo movimiento. Y aquí va mi justificativo final con el que comienzo a cerrar mi discurso: “ Algo tenés que

me impulsas a fallarle a mis promesas ”. Esta cita textual le corresponde a Ayelén Policastro y a su poema “Me prometí”. Aquí no hay frase armada ni discurso previamente elaborado. Esto es pura sinceridad por parte de la poeta, y pone al descubierto sus debilidades frente al amor. Ella no sabe cuándo rendirse, porque es una poeta que ama con soltura y sin mezquindades. Así lo puso de manifiesto en “Quiéreme” y aquí lo hace flamear con suavidad al integrarlo en “Quédate”. Recuerdo en este momento otro poema, de aquél primer libro. Y sin el deseo de marear al lector, deseo traer un fragmento de ese poema aquí. Se llama “Él”, y su contenido parece ser una plegaria al cielo o una promesa al dios del amor. La poeta se muerde los labios y perpetra mordiscos contra su consciencia: “Si él me da una oportunidad / yo voy a progresar / voy a hacer las cosas bien ”. Alguien podría realizar una lectura lineal aquí, e interpretar que “Él” es un hombre.

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Pero, en mi discreta opinión, aquí la poeta está hablando de amor y no de un hombre. ¿Y por qué traigo esta reflexión ahora? Muy sencillo, para justificar lo que venía exponiendo, en la escritura de Policastro no existen las frases armadas. Todo es innovación y amor al arte de amar. Ahora bien, volviendo al punto que dejé inconcluso, decía que el poema “ Me prometí” era una propuesta nostálgica y demoledora. Porque la autora confiesa su amor, pero también conoce de los límites del mismo. Se sabe perdedora en esta situación, pero no quiere dar el salto al vacío si antes no ve el merecimiento de la situación. En verdad es un texto que me ha gustado por sobre los demás, porque su nostalgia inunda la lectura, pero el desequilibrio entre quedarse e irse genera encantamiento en el lector. Considero que este último poema edifica toda la imagen de la escritora: Ayelén Policastro, la poeta de los versos eróticos y de los nuevos conceptos, por ella creados.

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| Ayelén Policastro | | Quédate |

El inicio del fin: Exceso de alcohol y mala alimentación. Sábado de lluvia en la ciudad, no era una noche normal. Madrugada sobre el centro. Dos personajes parados, hablando, como seres normales. En sus espaldas sus historias y en sus miradas pareciera que hay más. Risas tímidas, risas de nervios. Él pide un beso, ella desvía el tema casi como profesional. Reman la situación, intentan seguir el guión, salvan el film, pero sin escena de acción.

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| Ayelén Policastro | | Quédate |

Dulcemente: Dulcemente entregada al momento y a la luna. Dulcemente entregada al placer de tus ojos. No quería saber que pasaría y quería que pase todo. Tus labios en mis labios. Tus dientes por mi cuerpo. Muerdo mis labios, me ahogo en el deseo. Tu mirada y sonrisa cambian, trato de descifrar que queres decir. Mis ganas, mis deseos, a flor de piel, los nervios comienzan a desaparecer. Me entrego completamente a la lujuria de tus besos. Me siento inexperta, me siento virgen. "Enséñame todo" -piensoy me dejo llevar.

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Penétrame: Arráncame la ropa, lléname la boca con tu saliva, investiga mi cuerpo con tus manos y llévame hasta el extremo. Hazme desearlo todo. Hazme quererlo todo, Manos, dedos, lengua. Penétrame, fuerte con tu sexo. Escóndeme entre tus brazos y ahoga mis gemidos. Penétrame, con fuerza y ahoga tu orgasmo en mi. Entre mis piernas encontraras un laberinto, todo para explorar.

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| Ayelén Policastro | | Quédate |

Ven: Ven niño ojos de papel. Ven cuéntame que queres hacer. Yo sonrío igual no hay nada que pueda hacer por ti. Te encerras en vos y luchas contra tus miedos. Yo te espero igual no hay nada que pueda hacer por ti. Y corres contra el viento te imagino sediento. Yo te busco igual no hay nada que pueda hacer por ti. Vos sabes que estoy acá. Vos sabes que te sostengo. Ven niño que te quiero cuidar, si queres...

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Voy a confesar: Voy a confesar algo que no debería, voy a gritarlo a los cuatro vientos: ¡Esto me encantó! Quiero más de tu dosis. Me hice adicta a ti. Voy a confesar algo que no debería: Mi cuerpo pide por ti. Cada parte de la institución lleva tu marca. El aroma de tu perfume penetra mi nariz. Voy a confesar algo que no debería: Recuerdo tus besos en mi cuello. Y deseo una penetración fuerte, deseo aullar toda la noche al ritmo de tu pelvis. Dulce melodía, hazme dormir.

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| Ayelén Policastro | | Quédate |

Quisiera: Quisiera poder volver a amarte una vez más. Entregarme entera, sin límites a tu placer, a tus ordenes. Quisiera que no importe más nada, que se detenga el tiempo en tu última sonrisa. Quisiera poder naufragar por todo tu cuerpo enredarme entre tus complejos y demostrarte que yo te quiero así, como sos. Entregarme a tu sabor a menta, a tus mordiscos, a tu lengua. Poder estallar por última vez y sonreírte, acomodarme en tu pecho y sentirme en paz. Quisiera que este fin fuese una pesadilla, quisiera que este dolor no sea real, pero no lo es, y muero otra vez.

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| Ayelén Policastro | | Quédate |

Mataría: Mataría por conseguir un instante de tu sonrisa. Moriría si te tuviera. Más pasan los minutos, más quiero tenerte cerca. Algo en mi se apaga cuando te vas, varias cosas se encienden en mi cuando te quedas. Esto es pura incertidumbre, no sé qué pasará mañana, no me importa mucho aunque a veces maquino de más, me lleno de dudas, de miedos. Me niego a sentir algo por vos, pero suena la alarma del "Ya es tarde" Sonrío y esta noche, yo tan solo quiero abrazarte...

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| Ayelén Policastro | | Quédate |

Lo que yo siento por ti: Lo que yo siento por ti, es tan difícil de poner en palabras. Erizas mi piel con solo rozarla. Activas mi mente con solo besarme. Encendes mis luces con solo mirarme. Desatas las ganas más locas de amar. Lo que yo siento por ti, me lo reservo para mí. No puedo pronunciar tu nombre, sos pecado, sos adicción. Te veo y solo quiero estar con vos. No te veo y solo te pienso. Lo que yo siento por ti, no muere en mí. Pensé que todo estaba superado, pensé que había dejado todo atrás. Miro tus ojos, me veo en tus ojos, me pierdo y solo ruego que vengas por mí. Rozas mis labios con tu boca, acaricias mi espalda con tus manos, me llevas a vos, me apretas contra vos. Estallo por dentro, y quiero que ese momento sea eterno. Lo que siento por tí, me lo callo no puedo gritar al viento lo que siento, si pronuncio esas palabras ambos correremos en direcciones contrarias. Mejor espero, algún día será. |13|


| Ayelén Policastro | | Quédate |

Desorden: Cuando ordenes tu desorden. Cuando quieras naufragar. Si necesitas a alguien, ahí voy a estar. No necesito tiempo estimado. No necesito correr detrás de ti. Si quieres, voy a estar ahí. No quiero esperar nada de ti. No quiero que esperes nada mi. Todo será como debe ser o será nada.

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| Ayelén Policastro | | Quédate |

Me prometí: Me prometí no hablarte. Me prometí ignorarte. Me prometí olvidarte. Algo tenés que me impulsas a fallarle a mis promesas. Algo mucho más fuerte que yo o quizás simplemente me miento para cubrirme de la realidad. Una parte de mi sabe que todo acabo, la ingenua, no lo quiere ver. Y yo soy ingenua, insegura. Soy caos y tormenta. Estallo como un huracán. Me rompo en mil pedazos y vuelvo a renacer. Me prometí dejarte ir pero necesito que me des la orden para poder partir...

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| Ayelén Policastro | | Quédate |

Pesadilla: Me hace mal tenerte hasta en los sueños, y que no seas real. Te sueño tan perfecto, casi como en mis recuerdos. Te sueño mirándome, besándome, diciendo que te gusto mucho. Te sueño amándome sin importar quien este presente, ya no nos escondemos. Te arranco de mis sueños, ya no te necesito, de noche, a mi lado. Te arranco de mi vida, de a poco, de a pedazos.

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| Ayelén Policastro | | Quédate |

Sos huracan: Tengo un lio en la cabeza, y un desastre en el corazón. Mis pies piden pista, pero no sé para donde correr, mis piernas quieren tirarse acá. Poca coordinación corporal. Pasaste por mi vida como un huracán. Traspasaste todos mis limites y me dejaste con el alma desnuda. Dueles en el centro del corazón, el amor es tan cruel. Nunca tuve suerte en apostar, vengo perdiendo con ganas. Me desarme en la cama, llorando y gritando. Debo admitir que ya no estás, debo admitir que te vas, debo admitir que hasta acá llegamos, cada uno debe seguir su camino, pero cuidado que el mundo es redondo y nos podemos volver a encontrar.

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| Ayelén Policastro | | Quédate |

Mundo de cabeza: Mi vida está de cabeza. Perdí mi horizonte, mi cielo, mi hilo. Me sumerjo en un mundo de excesos, valiendo nada, destruyéndome. Sigo por inercia vivo por un morocho peludo que me mira desde la cama y maulla “mamá”. La soledad me enloqueció, sacó lo peor de mi, no creo volver a ser yo. Me transforme en un caos, en destrucción, lo que toco lo rompo. Mi mundo está estallando en el centro de mi pecho. Ya no quedan lágrimas por derramar. Me hago pequeña, intento lamer mis heridas, intento rearmar mi coraza, quizás pueda volver a ser feliz otra vez. |18|


| Ayelén Policastro | | Quédate |

Desilusión : Yo creía que era importante. Yo creía que era especial. Pensé que ante tus ojos era una reina, ahora sé que soy una más del montón. Me endulzaste con tus palabras, y me envolviste con tus brazos. Creí que existía un mundo perfecto entre tus besos, en tu mirada. Ahora sé que vi, ahora sé que creí solo lo que yo necesitaba. Sé que nada de esto es real. Sé que soy una más. Soy una par de piernas, unos bustos medianos, soy un sexo que temes explorar. Me sentía todo y ahora sé que soy nada.

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| Ayelén Policastro | | Quédate |

Adiós: "Adiós, fue bello mientras duro" Dijo ella antes de partir. Se dió cuenta que no volverán a estar juntos de nuevo, que no rozaran sus labios.

"Adiós, que tengas suerte" Dijo ella antes de partir. Se dió cuenta que él no sería para ella y que seguir ahí podía salirle caro.

"Adiós, que seas feliz" pensó ella mientras se alejaba.

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| Ayelén Policastro | | Quédate |

Tan lejos: Te siento lejos, estas lejos. Ya respiras otros aires lejos, muy lejos de mi. ¿Encontraste la respuesta que buscabas? Escucho el crack en mi pecho, no todo era como esperaba. Como siempre, nada es como espero. Allá, corres lejos de mi. Te escondes entre otras sabanas y dejas de sonreírme. Me dejas con el gusto mentolado en la garganta, y con todos mis sentimientos quemando mi piel. Digo adiós y cierro la puerta

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| Ayelén Policastro | | Quédate |

Última oportunidad: Vos desaparecido en acción. Yo esperando la acción. Vos con tus mambos. Yo con los míos. Cada cual por su camino. En mi vida ya he esperado mucho, no quiero esperar más. Hasta acá llega mi último suspiro. Es tu última oportunidad.

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| QuĂŠdate|


Agradecimientos:

Agradezco a mi familia y amigos por apoyarme siempre y ayudarme a no caer.

Agradezco José Manuel Ramallo por sus palabras iníciales en este prólogo. (Amazon: José Manuel Ramallo)

Agradezco a la inspiración de este poemario, por sacar de mi todo este sentir y poder ponerlo en palabras.

Poemario editado en el año 2017… http://ayeharaotherside.blogspot.com.ar/



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