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El termómetro. La calle opina

Luciano Merino Camarero

Ascensión Díaz Ama de casa

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La alimentación es fundamental para nuestra supervivencia. En este tiempo de pandemia por la covid-19, los alimentos han llegado del campo a la mesa igual que siempre, cosa que es de agradecer a todos estos sectores esenciales. Más allá de eso, hemos querido saber si, en general, ¿hace usted una dieta concreta, organiza su comida o come cualquier cosa según se presenta? y ¿Cree que la dieta debe ser regularizada o comer simplemente lo que le apetezca o guste a uno?

Ana Belén Vallejo Privado Dependienta David Prado Publicista José Manuel Arcos Informático

A consecuencia de la pandemia, estoy de tapeo en casa todo el día, pero tomo verduras, algo de fruta y vino

Francisco Solís Castellanos Periodista

Como un poco de todo, pescado, verdura, pollo, carne… lo que me traen; sigo una dieta sin sal por la tensión

Nieves Rodríguez Camarera

Sigo una dieta variada y organizada: arroces, pescados, carnes y verduras; como mucho y con mucho pan

Pablo Corregidor Desempleado

Soy ovolacteovegetariano y cada semana organizo mis comidas: legumbres, ensaladas, frutas, verduras…

Jacobo Carrasco Moure Camarero

Planifico la comida con un máximo o mínimo de carnes o legumbres; verduras siempre, y sin grasas y azúcares

Javier Pérez Ingeniero informático

Como de todo siguiendo la dieta mediterránea. En el confinamiento, he procurado no pasarme con los dulces Me gusta cocinar platos de cuchara a mediodía y luego algo de carnes o pescados a la plancha para cenar

Como un poco de todo, a veces lo que me apetece, pero procuro respetar horarios y evitar pedir comida rápida

Organizamos la comida de la semana con menús variados, comemos de todo, aunque la verdura no me gusta mucho Seguimos una dieta mediterránea, con frutas y verduras todos los días, organizando las comidas de la semana

Ciudad Real-Julio 2020

Psicología y nutrición: la unión que funciona para controlar la ansiedad

En la consulta de un dietista-nutricionista es muy común escuchar la expresión: “No he podido seguir la dieta porque he tenido ansiedad y he estado picando”. ¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué al sentir ansiedad la calmamos con la comida?

Existe un porcentaje elevado de personas que comen emocionalmente, cansados de hacer dietas una y otra vez, pensando que no lograrán alcanzar sus objetivos porque les falta fuerza de voluntad. Es entonces cuando debemos pensar que quizás la dieta no es lo único que debemos tener en cuenta. Dietas restrictivas, problemas personales, entre otros, pueden resultar ser el problema de la no efectividad en los cambios nutricionales, causando que muchas personas, con la esperanza de volver a recuperar el control de sus vidas y su salud física rápidamente, tengan etapas de descontrol, entrando así en un bucle peligroso.

Las dietas restrictivas aumentan considerablemente las probabilidades de comer de manera emocional. Es por ello tan importante que elijas a un buen dietista-nutricionista, con conocimientos adecuados a tu problema y que te paute el plan nutricional adaptado a tus necesidades. Una dieta restrictiva, un plan détox, o cualquier otra dieta donde haya alimentos prohibidos, pueden desencadenar culpa, frustración, ansiedad por comer, ciclos de restricción-atracón…

Pero ¡¡cuidado!! No siempre ocurre que un tipo de dieta cause problemas emocionales, también puede ocurrir al revés, de tal forma que la manera en que gestionas tus problemas personales puede llevarte a una ansiedad que en ocasiones acabará derivando de manera poco beneficiosa en tu relación con la comida. ¿Cuándo surge lo que es conocido como HAMBRE EMOCIONAL?

Los desencadenantes del mismo pueden estar derivados de muchas circunstancias personales que manejadas de manera errónea pueden llegar a producir situaciones de estrés, ansiedad, insomnio, apatía, etc.

El estado de ánimo y los conflictos que derivan del mismo pueden mandar información al cerebro de la necesidad irresistible de paliarlos con la comida, un error que nos hará perder el control en los famosos atracones. Es por ello que un trabajo de Psiconutrición ayudaría a controlar esos estados emocionales de manera más efectiva y sin consecuencias en tu peso o cambios nutricionales. ¿Qué ocurre? Aparecen los sentimientos de culpa que harán que el pez se muerda la cola en un círculo que te puede llevar a la frustración.

Es por ello que no deberíamos saciar nuestra salud mental con la comida. Sin una necesidad fisiológica de hambre, lo más adecuado es trabajar la base de nuestros problemas siendo beneficioso acudir

““En la ansiedad por comer, los impulsos ganan pero nos olvidamos que solo son eso, una medida poco eficaz que a largo plazo hará que nuestros problemas continúen además de daños fisiológicos”

Gema Bajo y María del Carmen Mohíno Psicóloga en clínica Clifis y dietista-nutricionista de Ekilib respectivamente

a un experto para tratar los mismos.

Si conoces cómo funcionan tus emociones serás capaz más fácilmente de controlar todas esas situaciones negativas que pueden derivar de las mismas, incluidos los desajustes nutricionales.

En la ansiedad por comer, los impulsos siempre ganan ya que son la manera más rápida de saciar nuestros problemas a corto plazo, pero nos olvidamos que sólo son eso, una medida poco eficaz que a largo plazo hará que nuestros problemas continúen de dos maneras: - Los problemas personales seguirán ahí, sin resolver, quizás agigantados. - Tus hábitos alimenticios te estarán causando problemas fisiológicos poco aconsejables.

Si estás pensando en pedir ayuda para empezar a cambiar hábitos y mantener un peso adecuado asegúrate de que contactas con profesionales que trabajen en equipo multidisciplinar, dietista-psicóloga, para asegurarte un cambio más positivo y sin emociones negativas que pueden provocarte problemas mayores.

El trabajo multidisciplinar consiste en una valoración por separado de cada uno de los profesionales para ver el problema principal que está siendo el sustento de todo, valorando después conjuntamente el orden de intervención de los mismos. Apoyo en el proceso, pautas a seguir dirigidas por cada uno y revisadas conjuntamente, así como un seguimiento a corto y largo plazo del proceso para que los objetivos a priori del paciente se mantengan en el tiempo, aspecto fundamental del trabajo conjunto.

Por ello, desde Ekilib y Clifis queremos ayudarte, resolviendo todas tus dudas sin compromiso y apoyándote desde el primer día para hacer de la palabra eficacia un cambio más significativo en tu salud. ¡¡Cambia de estilo de vida, pero hazlo sin perjudicarte!!

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