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El Termómetro. La calle opina
En la pandemia sanitaria por la COVID19, los transportistas, desde el más pequeño al más grande, han respondido con gran eficacia y conciencia social, asumiendo un riesgo que la mayoría de la población no ha tenido que correr. Por eso, hemos preguntado a diez ciudadanos ¿Qué valoración, del 1 al 10, le merece la labor de los transportistas ahora en pandemia? y¿cree que están valorados?
Daniel Torres Gutiérrrez
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Transportista, autónomo
Merecemos un 12, porque si no es por nosotros no se comería. Unos sí nos valoran, otros nos ven un estorbo
Pedro Guerrero
Transportista de hostelería
Un 10. No estamos suficientemente valorados, la gente no es consciente de tener los productos en sus tiendas
David Martínez Hervás
Repartidor de paquetería
Somos los que estamos expuestos en la carretera, en contacto con la gente y jugándonos la salud
Francisco Lendínez
Funcionario jubilado
Les doy un 10. Es una labor imprescindible. Sin ellos no podríamos comer. Nunca han estado reconocidos
Blas Ogáyar Fernández
Profesor universitario
Les pongo un 10, al mismo nivel de los sanitarios. Sin ellos no hubiese sido posible salir de esta pesadilla
Manuela García González
Desempleada
Un duro trabajo que merece un 10, al que deberíamos de dar más importancia. Trabajan noche y día
Alicia León Zamora
Comercial de telefonía
Son una pieza fundamental para la entrega de productos básicos. Habría que reconocer y ayudar más al sector
Ángel L. Carreño Martín
Oficial 2ª mantenimiento presas
Nadie piensa cómo han llegado las cosas de la compra, y ahora cada uno se la juega cuando sale de su casa
Manuel Pérez Martínez
Financiero jubilado
Su labor es de diez. Yo creo que los transportistas están reconocidos y valorados, aunque no se exteriorice
Francisco José Moreno
Contable
Esenciales para el abastecimiento en el confinamiento. Somos conscientes, pese a no hablar de ellos a diario
¿Cómo están viviendo los niños la pandemia?
Mientras escribo estas líneas, me acuerdo de una de mis pacientes favoritas de todos los tiempos: una niña trasplantada de hígado cuatro veces, y que pasó muchos días, con sus respectivas noches, en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital donde trabajo. Pese a su timidez, que actualmente mantiene, le decía a su madre: “Tranquila, mamá, que esto se me va a pasar. Me voy a curar, seguro”. Y se curó, al menos lo suficiente como llegar a sus vigentes dieciocho primaveras. Los niños, y eso es lo que me gustaría transmitir con este preámbulo, nos dan lecciones de adaptación y de optimismo, incluso en circunstancias tan difíciles y en condiciones tan adversas como las actuales.
Los niños están viviendo la pandemia, precisamente con esas dos cualidades: adaptación y optimismo. En la primera oleada se adaptaron mejor que nosotros al confinamiento domiciliario estricto, a las clases on line, a mirar los parques desde la ventana, con estoica melancolía. Pero esa melancolía se les esfumaba al pensar en el mañana inminente; en el final de una pandemia que todavía, tercera ola mediante, parece un horizonte demasiado lejano. Nos veían a los mayores con miedo, con tristeza, con ansiedad, y nos regalaban su sonrisa. Todavía lo hacen en su mayoría. Y eso que han sentido miedo; y eso que han llorado (demasiados niños han perdido antes de tiempo a alguno de sus abuelos); y eso que muchos han sido testigos de lo que supone ver cómo sus padres perdían el trabajo, o entraban en ERTE por un tiempo inconcreto.
También, nos han dado lecciones de rigor, al cumplir de una manera magistral la tríada sanitaria que todos ustedes conocen: uso de mascarilla, lavado de manos y distancia social. Los colegios
Iván Carabaño Aguado Pediatra y escritor
mente, una lección que nunca van a olvidar: no siempre se gana. Podemos perder. Posiblemente sea lo único que subsista en sus cabezas cuando todo esto pase. Porque pasará. Estoy seguro. Desde la parcela pediátrica, les hemos defendido, y les seguimos defendiendo con uñas y “Los niños nos están dando lecciones de adaptación y optimismo, y de rigor, al dientes. No solo continuando con sus cuidados, cuando enferman, sino velando porque sean unos adultos sanos, física, mental y socialmente. Hablando con Rodrigo de la Calle, Premio Nacional de Gastronomía, me comenta con preoFoto: agendamenuda.es cumplir de forma magistral la cupación que en los menores de 30 años tríada sanitaria. Mientras, los el consumo de frutas y verduras no hace sino caer año tras año. Y es que no noscolegios (¡bravo, educado- podemos olvidar de la importancia de lleres!) lo han hecho muy bien var unos estilos de vida saludables, en especial desde el punto de vista nutricio(¡bravo, educadores!) lo han hecho muy nal y desde el punto de vista deportivo. bien. Y los niños nos han mostrado que Un 3040% de nuestros niños están en la mascarilla no asfixia, que el gel hidro cifras de sobrepeso y obesidad; y ambas alcohólico no está reñido con la vida co entidades son la llave para el desarrollo rriente, y que se pueden inventar saludos de problemas cardiovasculares y varios divertidos que suplan a los abrazos, al tipos de cáncer. Y eso no puede ocurrir. menos hasta que puedan darse. No podemos caer en el error de enviar
Hasta el momento, lo único bueno de les a un camino indeseable. Por eso, en la pandemia es que afecta poco a los ni este año 2021, consagrado por la FAO ños, aunque se han dado casos muy gra como “Año Mundial de las frutas y verves, pero que se reducen a una minoría. duras”, toda la sociedad ha de apostar No sabemos todavía qué va a ocurrir con por unos hábitos más correctos. Hemos la variante británica del SARSCoV2, de enseñarles a amar y respetar la natuque parece diseminarse con más facilidad raleza. La irrupción del hombre en zonas entre los niños que la variante original. selváticas puede ser la raíz de algunas Esperemos que siga dándoles tregua, por zoonosis cuyo precio en la actualidad esque se lo tienen merecido. Porque han tamos pagando bajo la forma de la COvivido –están viviendo una circunstancia VID. Si no corregimos nuestra actitud inédita. Un atentado inmaterial al estado desde el origen, vamos a tropezar con la de bienestar. Cuando pensábamos que el misma piedra. Nosotros, ya no tenemos ser humano era imbatible, se nos desmo remedio. Pero ellos sí: los niños, recuerrona el castillo de arena. Se rompe el den lo que les decía al principio de este cristal de nuestra solidez en mil pedazos. texto, se adaptan. Saben hacerlo. No hay Nuestros hijos están aprendiendo, cruel Filomena que les emborrone el camino.
Cofradía Clemencia de la
Devoción y tradición histórica en el castizo barrio de La Magdalena
Hablar de la Cofradía de la Clemencia es hablar de la historia cofrade en Jaén, es hablar de fe y devoción popular en el barrio castizo y añejo de La Magdalena. Fue el 17 de marzo de 1593, siendo Obispo de Jaén D. Francisco Sarmiento Mendoza, cuando fue bendecida la imagen del Santísimo Cristo de la Clemencia en el Real Convento de Santa Catalina Mártir, por el Prior del mismo, el Muy Reverendo Fray Alonso de Sepúlveda.
Imagen que tallase el escultor Salvador de Cuéllar, siendo la imagen titular de la Cofradía de Gloria que en dicho convento tendría su sede y cuyos primitivos estatutos serían aprobados el mismo día de bendición de su imagen titular. Su finalidad como cofradía no era otra que la ayuda entre sus hermanos, especialmente para costear los entierros y sufragios de los cofrades que fallecían y de auxilio en caso de enfermedad, epidemias, curación en hospitales u otro tipo de desgracias.
La fiesta en honor al Santísimo Cristo de la Clemencia se celebraba el Domingo de Carnestolendas o quincuagésima (vísperas de Cuaresma). Pero, como coincidía con el tiempo de la campaña de la aceituna, en el año 1767 se trasladó dicha celebración al segundo domingo del mes de mayo.
Esta efeméride se mantiene en la actualidad con la celebración de la solemne eucaristía y la tradicional degustación de vino y garbanzos tostados en el patio de la Parroquia de Santa María Magdalena de la ciudad jienense. CAMBIOSDESEDE.La Cofradía de la Clemencia ha sufrido diferentes cambios de sede. Del Convento de Santo Domingo pasó a la Parroquia de San Miguel, motivado por la invasión de las tropas francesas en 1810. Tras su vuelta al Convento Dominico, en 1835 se desplazó la Cofradía y la imagen del Cristo de la Clemencia a la Parroquia de Santa María Magdalena, bajo la influencia de las decisiones del gobierno de Mendizábal. Más tarde, la Cofradía emigró a la Capilla del Antiguo Hospital de San Juan de Dios, mientras se acometían las obras de restauración para la apertura al culto de la Iglesia de Santa María Magdalena. Una serie de movimientos, de un templo a otro, pero todos en torno al mismo barrio, al barrio de La Magdalena.
Como dato curioso, destacar que en 1786 el cargo de Gobernador de la Cofradía fue ostentado por Ana de Torres, ya que en los
En las imágenes, algunos momentos en la historia de la cofradía de la Clemencia y de sus titulares, de gran devoción en Jaén. Ha sido pionera en la fundación del primer cuerpo de mujeres costaleras de la ciudad así como que en 1786 fue una mujer, Ana de Torres, la que ostentó el cargo de gobernadora de la cofradía..
estatutos de la Cofradía de la Clemencia indicaba que dicho cargo pudiera ser ejercido por hombres y mujeres. Y junto a este dato, subrayar que la Cofradía de la Clemencia fue pionera también al fundar el primer cuerpo de mujeres costaleras en Jaén, portando sobre sus hombros a María Santísima del Mayor Dolor.
Y como todo en la vida, pasaron tiempos buenos y menos buenos, tanto que llegó la inactividad a la Cofradía de la Clemencia y, por suerte, a punto de la desaparición de la Cofradía, D. Germán Bermúdez González y D. Cecilio Arrate Moreno, al frente de un grupo de cofrades, consiguieron reactivarla, creando nuevos estatutos, esta vez como Cofradía de Pasión, siendo aprobados el 5 de mayo de 1945 por el Obispo de Jaén D. Rafael García de Castro, siendo su primer Gobernador Francisco Vena Rodríguez, y su primer Consiliario Antonio López Cruz.
La aprobación de los estatutos como cofradía penitencial en 1945 y su incorporación a la nómina de Cofradías y Hermandades de la Semana Santa de Jaén es el motivo, por el cual, la Antigua e Ilustre Cofradía del Santísimo Cristo de la Clemencia, Nuestro Padre Jesús de la Caída, Santa María Magdalena y María Santísima del Mayor Dolor se encuentra de aniversario, ya que en el presente curso cofrade de los años 2020 a 2021, se celebran 75 años de aquel hecho tan importante para la Cofradía.
Otro aspecto reseñable es la vinculación entre la Cofradía de la Clemencia y el Cuerpo Nacional de Policía, ya que éste ostenta el nombramiento de Hermano Mayor Honorario de la Cofradía de la Magdalena, como se suele conocer también a esta populosa cofradía.
Destacar la gran relación existente entre Cofradía, Parroquia y Barrio, siendo ejemplo de vinculación fraternal, formando una única familia cristiana, teniendo como referencia el Martes Santo, como día grande para las personas que tienen su corazón en el barrio añejo de Jaén.
Hablar de la Cofradía de la Clemencia en Jaén, es hablar de devoción antigua, de una devoción transmitida de generación en generación, es hablar de familias enteras preparándose para vivir con fe el Martes Santo Magdalenero. Hablar de la Magdalena es hablar de oración salida del corazón al paso de Jesús caído bajo el peso de la cruz, es hablar de saeta desgarrada en sentimiento al Cristo de la Clemencia, es hablar de piropo de amor de sus hijas costaleras hacia la Madre del Mayor Dolor.
Texto: Ayer&hoy Fotos: Cedidas por la cofradía