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La Semana Santa hecha Oficio
Son casi invisibles. No salen en ninguna estación de penitencia. No forman parte del cortejo procesional, no portan ni llevan a costal a ninguna imagen, tampoco reciben los aplausos que el público presta a cada una de las hermandades en su recorrido oficial. Pero son imprescindibles. Están en sus talleres, que pocos conocen, trabajando la madera, el metal, el barro, la pintura o el terciopelo para crear arte, un arte que es todo un tesoro histórico y artístico en nuestro país, un patrimonio de incalculable valor, gran parte en manos de cofradías y hermandades.
Oficios como el de bordador, imaginero, orfebre o restaurador serán los protagonistas de este reportaje, aunque existen muchas otras artesanías como la del tallista o el cerero, y vinculados a ellos: fundidores, forjadores, entalladores, etc., que merecen el reconocimiento específico por haber alzado a la
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Semana Santa al lugar que en la actualidad ocupa, una fiesta, en varias ciudades, de Interés Turístico Nacional, como Ciudad Real o la Ruta de la Pasión Calatrava.
En la quietud de su estudio o en el trajín controlado del taller de un orfebre, donde cada proceso es realizado minuciosamente, cada uno de estos profesionales elabora una obra de arte, con identidad propia, diferente a las demás piezas y personalizada a cada hermandad o cliente. El estereotipo que cada uno de ustedes puede tener de estos artesanos no obedece a la realidad: ni son ancianos ni se ubican solamente en Sevilla o Murcia ni tampoco todos viven exclusivamente de la Semana Santa. Aunque una cosa sí que es cierta: prácticamente no hay relevo. La mayoría de ellos son oficios de última generación, que nadie les va a sustituir cuando ya no estén. La pandemia ha acelerado quizá el proceso en algunos casos en los que se han visto obligados a echar el cierre y/o a cambiar de profesión para ganarse el pan.
Óscar Patón, 37 años, es restaurador titulado. Este joven ciudadrealeño comenzó en un pequeño taller de Miguelturra, donde le interesó la restauración, por lo que decidió ir a Madrid para obtener el título oficial de restauración y conservación de bienes culturales. Está especializado en escultura, si bien su pasión es pintar. Es cofrade, vestidor de la Dolorosa de la catedral desde hace 19 años y miembro del Grupo Mazantini. Defiende y valora la acción de los restauradores oficiales como los profesionales específicos que deben restaurar las imágenes. Entre sus trabajos, la Virgen del Mayor Dolor de Ciudad Real, La Soledad de Miguelturra o el Descendimiento de Consuegra (Toledo). Sus obras más destacadas, la pintura de la Virgen del Prado en el aniversario de su coronación y unas pinturas en la bóveda de la sacristía del Santo Cristo de Valdepeñas, ésta última se hizo viral en redes sociales por otro asunto.
Más restauración que obra nueva.- En la actualidad, hermandades y cofradías de Semana Santa apuestan por la restauración de su patrimonio en vez de pedidos de obra nueva. El alza del coste de los materiales también ha llegado a las casas del bordador, restaurador u orfebre, máxime teniendo en cuenta el uso de materiales tan nobles. Francisco Perales, bordador afincado en Torralba de Calatrava, nos explica que una pequeña pieza con bordado de realce puede suponer unos 15 euros frente a los 300 euros en el caso de esa misma pieza pero bordada a mano en hilo de oro. En el caso del latón, con el que se trabaja mayormente en orfebrería, un kilo ha subido a los 15 euros frente a los 800 ó 900 euros del kilo de plata de ley, “de ahí que la mayoría de piezas se hagan hoy en día en latón con un baño de plata o de oro”, nos comenta Ramón Orovio, del taller de orfebrería instalado en Torralba.
A la hora de proceder a restaurar una escultura o pintura, comenta Óscar Patón, joven restaurador titulado de Ciudad Real y en activo profesional desde hace siete años, es importante la
ENTREVISTA A YOLANDA GÓMEZ ORMEÑO, PRESIDENTA DE LA ASOCIACIÓN DE COFRADÍAS DE CIUDAD REAL
Espresidenta de la Asociación de Cofradías de Semana Santa desde diciembre de 2020 y hermana mayor de la Coronación de Espinas. En julio de 2022 salió reelegida aunque asegura que será su último mandato; “creo que la renovación de cargos con savia nueva e ideas nuevas es lo ideal”, indica. Le acompañan en la comisión permanente Antonio Cabrera, vicepresidente y hermano mayor de La Dolorosa; Goyo de la Peña, secretario y hermano de El Silencio; Vivi Mayoralas, vicesecretaria y hermana mayor de Pilatos; José Manuel Moreno Mascaraque, tesorero y hermano mayor de Las Palmas; María Ángeles Díaz Mora, vicetesorera y hermana de El Encuentro, y los vocales Cristian Cabrera, Julio Santiago Sánchez y David Alberto Cáceres Expósito.
Pregunta.- Semana Santa 2023. Las fiestas precedentes han sido un polo de atracción de una enorme cantidad de público en las calles, ¿cómo afrontáis esta edición?
Respuesta.- Lo afrontamos con la misma ilusión o más si cabe que la anterior edición, en el que todos los cofrades estábamos deseosos de sacar nuestros pasos a la calle tras la pandemia.
El año pasado fue espectacular, sobre todo por el tiempo, que ojalá se repita este año. Trabajamos con muchas ganas para que todos los que nos conocen, repitan, y también para que se animen los que aún no nos han visitado. A los que son de aquí, les animamos a que vayan buscando esas novedades o pequeños detalles que cada hermandad presenta para disfrutar plenamente de la fiesta.
P.- ¿Existe alguna novedad general que afecte a todas las hermandades?
R.- Como he indicado, a nivel individual, las 24 hermandades harán algún estreno, porque todas luchamos por aumentar y mejorar nuestro patrimonio. Sin ir más lejos, la Coronación de Espinas cambia el recorrido focalizándolo en nuestra parroquia de La Merced. Otro cambio destacado que a mí me ilusiona especialmente es el cambio de recorrido de la Pasionaria de Santiago, todos los pasos saldrán desde el guardapasos, dando más sentido a esta mítica estación de penitencia. Únicamente la Santa Cena no podrá pasar por Santiago debido a problemas logísticos teniendo que seguir por calle Jacinto, pero el resto del recorrido se hará conjuntamente. Esta salida penitencial era muy demandada tanto por hermandades como por el público. Además, el Ayuntamiento de Ciudad Real ha hecho un esfuerzo por adecentar el guardapasos, por lo que lo lógico es que lo cuidemos y lo utilicemos por supuesto.
P.- ¿Qué mensaje lanzarías a los cofrades de las 24 hermandades que saldrán a la calle?
R.- Bien sencillo, que disfruten de las estaciones de penitencia, de la Pasión de Cristo y de su Resurrección, que es un nuevo comenzar. Para el que no tiene esas creencias, que intente vivirla, porque seguro que un pellizquito de su corazón vamos a tocar.
P.- En sentido más prosaico, ¿qué recomendaciones darías a los nazarenos en cuanto al orden, respeto…?
R.- Siempre se intenta que el cortejo mantenga sus horarios, su orden de fila, que los nazarenos vayan con la túnica lo mejor posible; tanto los hermanos mayores como los de fila cuidamos esos detalles. Es cierto que los costaleros son importantes porque luce mucho el paso a costal, pero lo que dignifica el cortejo son los nazarenos, de ahí que a veces sea necesario un pequeño empujón para que se decidan a salir, con el objetivo de tener un cortejo digno para nuestros titulares y para el público que lo está viendo en la calle. labor previa de investigación, la búsqueda de fotografías antiguas y la realización de catas, “los criterios ineludibles de una restauración son el respeto a la obra, la mínima intervención y la recuperación de su aspecto original”. En su opinión, existe una mayor concienciación a la hora de conservar el patrimonio religioso y de que las imágenes o bienes culturales sean tratados exclusivamente por restauradores oficiales.
P.- ¿Qué papel juega la mujer en la Semana Santa ciudadrealeña, hay muchas hermanas mayores?
R.- Ahora mismo somos cuatro hermanas mayores de un total de 24 hermandades. Personalmente, estoy viviendo una época dulce, gracias a predecesoras como Adela Richard, ella fue la primera mujer hermana mayor en 1989, fuimos pioneros en Ciudad Real porque hasta 23 años después no hubo ninguna mujer que lo fuera en Sevilla. Richard y otras como Ángela García-Minguillán lucharon por estar ahí, saliendo casi de incógnito, con zapatos de sus hermanos cuando a la mujer se le prohibía salir como nazarena. Pero ahora la situación es totalmente diferente, para mejor, con muchas mujeres en las juntas de gobierno.
La duración del proceso depende del tamaño, la conservación de la pieza, si tiene repintes o no, “la Virgen del Mayor Dolor de la hermandad del Silencio de Ciudad Real la tuve casi un año porque pilló justo en pandemia; el Flagelado de Consuegra, uno de mis trabajos más recientes, ha estado en el estudio durante seis meses pero una imagen pequeña puede ser restaurada de media en 15 días”. Disolventes, bisturíes, hisopos, pinceles, óleos o pinturas son algunas de las herramientas con las que trabaja a diario en su piso-estudio de la capital ciudadrealeña.
Francisco era farmacéutico en Madrid. Su familia es oriunda de Baeza (Jaén) y emigró a la capital de España en busca de fortuna, donde él nació. Devoto de la Virgen de la Esperanza de Baeza, comenzó de forma autodidacta con lo que ahora es su profesión y su vida: la costura y el bordado. De un pequeño taller en Fuenlabrada, Francisco Perales se trasladó a Torralba por relación previa profesional con Orovio. Cuenta asimismo con una tienda en Sevilla donde las hermandades buscan “bordados buenos, bonitos y baratos”. Todo pasa por la mano de Francisco, “soy el que diseña, el jefe de personal, el director, el transportista…”. Ha hecho trabajos tan importantes como una túnica para Jesús de Medinaceli de Madrid. En su caso, el 90% de los trabajos son obras sencillas y el 10% más complejo, pero ese 10% supone un 40% de facturación.
Reconoce Óscar que podría haberse marchado a Madrid, donde la restauración de bienes culturales cuenta con una mayor oferta laboral, pero ha preferido vivir en su ciudad a ampliar su abanico de trabajo, “me gusta lo religioso, soy vestidor de la Dolorosa de la catedral de Ciudad Real desde hace 19 años, formo parte del grupo Mazantini y esta es mi vida y no la quiero cambiar, es lo que me mueve, además de hacer obras religiosas que glorifiquen a Dios”.
En su caso, aclara que no vive de la Semana Santa, “vivo de la restauración; a lo largo del año imparto una clase de restauración de muebles en Valdepeñas y en el estudio llevo a cabo otro tipo de obras, fundamentalmente religiosas, pero no cofrades necesariamente, siendo la pintura religiosa mi gran pasión”. Patón recuerda una de sus obras de mayor envergadura que se hizo viral en las redes sociales: “Pinté la bóveda de la sacristía del Santo Cristo de Valdepeñas con 8 lunetos representando a los Padres de la Iglesia, la Transfiguración, la Anunciación a la Vir-