Revista Triana - Primavera 2019

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Primavera de 2019

Triana respira primavera Literatura - Tradiciones - Personajes - Actualidad - Narrativa -

1 Historia

Revista TRIANA



Sumario

4 EDITA Distrito Triana, Ayuntamiento de Sevilla REDACCIÓN Agustín Pérez, María de los Reyes Robledo, José Manuel Piñero, José Luis Jiménez, Paco Soler, Mari Paz Hidalgo, Rosa Díaz, Joaquín Arbide, José Javier Ruiz, Miguel Rivas Rasero, Manuel Pablo Rodríguez, Antonio del Puente, José Luis Campos, Emilio Jiménez Díaz, José Mª Villajos, Francisco Pérez Aguilar, Maritxé Abad, Dolores Albenca, Emilio Gil, Sandra Salvadori, Elena Segura, InmaMacu Díaz Pérez, Juan José Laforet, María José Vidal, María Luisa Cerdá, Francisco Morales Padrón, Rosario Membrives, Francisco José Vallecillo, Miguel Ángel Moreno, Federico Serradilla Spínola, Enrique Barrero, Juan Antonio Martos Núñez. FOTOGRAFÍAS DE PORTADA Jesús Daza Sánchez DISEÑO, MAQUETACIÓN Y PRODUCCIÓN Páginas del Sur S.L IMPRESIÓN Imprenta Municipal de Sevilla DEPÓSITO LEGAL SE 371-2013 ISSN 1130-7188 2ª ÉPOCA La Revista Triana no se hace responsable de las diferentes opiniones vertidas en esta publicación REVISTA TRIANA desde julio de 1980

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25 Semana santa

4 Manuel Alés del Pueyo,

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pregonero de la Semana Santa en Triana. Sergio Cornejo Ortiz, cartelista de la Semana Santa de Triana.

Actualidad

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La triana de Gasán en las ‘Setas’. El último alfarero de Triana. Un azulejo que aspira a ser monumento. Triana, una forma de vivir, un estilo propio. La Triana hermana grancanaria. Tertulia cofrade Cruz de Carey. La materia, ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. La orilla de las artes. Una italiana en el Corpus chico.

Retrospectiva

Viaje por la artesanía trianera. 30

Literatura

Fernando de Magallanes. 32 46 Callejeos por la Puebla

de Santa Ana (III).

52 ‘Tras las cortinas’. 56 ‘Gallo de Vidrio’ y Triana.

Personajes María del Mar Tristán Doblado. 60

62 José Rasero. 66 Manuel Ortiz Pérez.

Homenaje

Salvador Távora. 68 70 ‘El Lolo’ de Triana.

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Historia

72 Dos marinos para la historia (I). Las dos Trianas. Dos extranjeros llegan a Triana. Joyas de la cerámica trianera. Los retablos cerámicos de la Hermandad de la O. 90 Triana, donde Magallanes quiso reposar para la eternidad. 92 Hermandades de penitencia y gloria, y la América colonial. 95 Otros datos de interés de las hermandades de penitencia y gloria fundadas en la América colonial.

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Narrativa

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Relatos de Triana. Galería de arte. Loli, Raquel y Quinto Cornelio. Reflexión trianera. Cuentos de la Cava.

Poesía

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Pasión y gloria de Triana. Selección de versos. Acrósticos de Triana. Costaleros y poetas, esos artistas ignorados. Evocación a la Semana Santa. Esperanza de Triana. María Santísima de la Estrella.

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© Carlos Varela

SEMANA SANTA

PREGONERO DE LA SEMANA SANTA DE TRIANA Y LOS REMEDIOS

Manuel Alés del Pueyo “Triana son las manos del alma de Sevilla… su mensaje“

La Semana Santa refleja nuestra vida, en una bulla, en una capilla, en un colegio, en una cofradía… Semana Santa para cada uno de nosotros, mensajes distintos con diferentes prismas porque sucede en distintos momentos. Instantes grabados en nuestra retina que nunca vuelven pero que la memoria del tiempo lo marca en los recuerdos. Por Mª de los Reyes Robledo Castizo

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s la vuelta a la infancia, a los recuerdos, en una semana en la que regresa la inocencia y el asombro de los niños de la mano de sus abuelos, la emoción de escuchar en una esquina la música de las bandas, de la belleza de ver pasar cualquier paso de Triana en movimiento, de buscar los pies de los costaleros bajo los faldones de un paso de un misterio, y como niños que fuimos de sonreír cuando el nazareno te diese una estampa, una medalla o un simple caramelo.

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El pregón pronunciado el día 3 de

abril por el Trianero D. Manuel Alés del Pueyo en la Real Parroquia de Señora Santa Ana ha sido un pregón de recuerdos, cargados de sentimientos de cofrades de ayer, como su abuelo D. Vicente o D. Eugenio, del hoy como D. José María Rubio y los aprendices del mañana, los futuros trianeros de Triana, que soñaron y sueñan con la cofradía perfecta para procesionar en nuestra Semana Santa.


Pregón de Triana Nuestro pregonero nace en Sevilla 1970. Hijo de padres trianeros nacidos en calles tan señeras como la calle San Jorge, su padre y en la calle Castilla, su madre. Nos comenta que estudió en el colegio San Francisco de Paula donde siempre ejerció de Trianero. Estudió Derecho en la Universidad de Sevilla, aunque hizo un primer año de Geografía e Historia. Al terminar la carrera realizó un máster de asesoramiento fiscal en el Instituto de Estudios Cajasol y al terminar montó un despacho profesional con dos compañeros donde ejerció su actividad profesional durante nueve años. El despacho sigue, pero corrió por él la sangre empresarial y durante dos años formó su propia empresa. A los dos años le solicitaron incorporarse en la dirección del distrito de Triana y allí tuvo la ocasión de empaparse del barrio aún más. Fue un máster intensivo- nos comenta-. su gente, sus asociaciones, sus comercios, sus colegios... y sus hermandades. Desde hace cuatro años recuperó su vocación profesional y forma parte, dirigiendo el Area fiscal del despacho Cirineo Abogados ubicado en nuestro barrio. Pero de lo que se siente más orgulloso es de ser padre de un niño y dos niñas que son su vida, su fuerza y sus anhelos... sus pequeños nazarenos del Cristo de la Expiración. Y como buen cofrade de nacimiento es hermano del Cachorro y de la Esperanza de Triana y del Gran Poder.

En el Cachorro refundó el grupo joven

en 1989 junto a un grupo de hermanos de su hermandad, fue diputado de cultos y formación entre 1993 y 1997, y en la actualidad forma parte de la junta consultiva. Fue comisario de la exposición del Cachorro en el Círculo Mercantil 'El Cachorro, eterno aliento de Sevilla', en el año 2014.

En su pregón nos ha dejado muestras de

sonidos, olor, luz, autenticidad, miradas, pensamientos, recuerdos... en un barrio donde se concentran las más puras esencias de autenticidad de las hermandades en sus cortejos, en las formas de andar de sus pasos de misterio y en la creatividad de sus imagineros.

En su pregón nos ha dejado muestras de sonidos, olor, luz, autenticidad, miradas, pensamientos, recuerdos... en un barrio donde se concentran las más puras esencias Semana Santa auténtica,

conocida por vivida y amada por conocida. Semana Santa de Mayores, de grandes cofrades y de sacerdotes en su recuerdo. Semana Santa de Fe, sentimientos y memoria. Semana Santa de las calles de su barrio, fervor de cómo Triana sabe soñar despierto: sus imágenes, la alegría de derramar fe, sus flores en las jarras y el estilo tan personal del rachear de sus costaleros... sonidos de marchas cofrades, belleza contemplativa que transmite sentimientos.

Es por ello, que desde el atril nues-

tro pregonero nos haya dejado en sus versos que Triana es el alma de Sevilla... un mensaje de recuerdo de nuestra Semana Santa Son manos de trianeros, que crean la Semana Santa La que sorprende en Sevilla, la que emociona y levanta Aplausos, oles, respeto y que te despierta el alma cuando una cruz de las nuestras asoma por la Campana. Y que despierte Triana, afinad bien las gargantas Que se toca con los dedos, que ya se cuelgan las palmas en los balcones del cielo, en las casas de la cava Y se escuchan las cornetas sonando en las espadañas Que repiquen las campanas de la iglesia de Santa Ana Que se descuelguen las túnicas que en los armarios estaban Ajustad los capirotes y limpiad bien las medallas Que se toca con los dedos, que ya se siente en el alma Parecía que no llegaba pero se siente que al alba Habrá un domingo de ramos habrá un domingo de palmas. Por eso quiero agarrarme a las manos de Triana, Y compartir la emoción que se respira en sus casas Y dedicar el pregón al párroco de Santa Ana Al que tanto se quería y tanto echamos en falta Alza las manos Triana siente el pellizco en el alma Siente la brisa del rio refrescando la mañana Que ya se acerca con fuerza con redobles de Esperanza Los días grandes del barrio, llega la Semana Santa.

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SEMANA SANTA CARTELISTA DE LA SEMANA SANTA DE TRIANA Y LOS REMEDIOS

Sergio Cornejo Ortiz

Vírgenes Dolorosas que colmatan el cielo de Triana Realizar un cartel utilizando los recursos propios de la cinematografía, como ha realizado D. Sergio Cornejo Ortiz, no es tan sencillo como parece a simple vista. Los carteles de cine suelen tener más de un nivel de lectura. Pero lo más importante es que los clichés de los carteles, como las frases hechas en el periodismo, no son simples muestras de pereza creativa, permiten transmitir una idea determinada de forma clara, recta, directa y sencilla… sin ambigüedades, sin mayores explicaciones. Por Mª de los Reyes Robledo Castizo

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uando el diseñador del cartel de cine recurre a un código de colores determinado está simplificando la vida del espectador que lo mira, pues el cartel resultante cumple su función principal, que es la de comunicar a simple vista.

Esto es lo que ha hecho nuestro carte-

lista, comunicar la memoria de un pasado para

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que se comprenda en un presente. Memoria de lo que fue un barrio, siendo testigos partícipes las siete imágenes dolorosas de la evolución del arrabal desde los años 30 hasta la actualidad.

El autor del cartel de nuestra Semana Santa 2019 cuenta con una dilatada trayectoria cofrade y profesional. Es doctor en Arquitectura por la Universidad de Sevilla, máster uni-


Cartelista

Como cofrade nadie puede poner en duda que ha tocado todos los palos en una cofradía y sobre todo en la hermandad de la Estrella en la que ha sido desde acólito, diputado, miembro del grupo joven, vocal en la bolsa de caridad, consiliario, prioste, diseñador de la papeleta de sitio, de la diadema y el puñal de María Santísima de la Estrella, de su saya blanca y coautor junto a Juan Borrero de sus varales y corona. Hasta hoy, que desde 2013 continua su labor como Teniente Hermano Mayor. Es por ello que, como buen conocedor del

ambiente cofrade y de nuestro barrio, el pasado día 14 de marzo nos dio, con la sencillez y naturalidad que le caracteriza, toda una lección magistral de descripción de un cartel que pasará a la posteridad: "El cartel está dedicado a la Virgen Dolorosa de Triana, que en el barrio cuenta con siete advocaciones: Desconsuelo y Visitación, Salud, Esperanza, Estrella, Victoria, Patrocinio y O. Como siete Dolores de una misma corona de Pasión, que colmatan el cielo de Triana". Esta frase podría resumir el mensaje que quiere transmitir el cartel.

Para su ejecución se han utilizado recur-

sos propios de la cartelería cinematográfica, que suele contar con tres elementos fundamentales para su composición: primeros planos de los personajes protagonistas; un paisaje o elemento simbólico que contextualiza la historia que se quiere contar; y por último el texto, con la utilización de una tipografía característica.

Sobre el primer elemento, el cartel se ha querido dedicar a la Virgen, una sola protagonista, aunque en Triana tiene siete rostros diferentes, que aparecen dibujados en la parte superior mediante una sucesión de primeros

© Jesús Daza Sánchez

versitario de Planeamiento, Urbanismo y Diseño Urbano y en la actualidad ejerce como arquitecto municipal en la localidad aljarafeña de Gines.

planos que abarcan desde un perfil al otro de la imagen.

El contexto lo aporta una vista

de Triana reflejada en el río. En ella se dibuja el Paseo de la O, donde la torre de la parroquia sirve de eje central vertical de la composición, intuyéndose también las calles Castilla, San Jacinto, Betis, el puente... Se concibe como una imagen muy identificativa del barrio, del arrabal histórico, tomada de fotografías de los años 30 del pasado siglo, cuando el Paseo de la O lo conformaban las traseras de la calle Castilla. Una imagen que resulta muy evocadora, porque esas traseras reflejadas en el río invitan al espectador a querer conocer lo que ocurre en su interior, el barrio que está detrás de ellas, al otro lado del Guadalquivir. Para darle más simbolismo aún a este segundo elemento, se ha incluido el sudario con la corona de espinas, icono de la Pasión del Señor, alusivo al momento que se está conmemorando.

Y por último el texto, para el que se ha utilizado una tipografía sacada de la cerámica trianera. Una artesanía identificativa también del barrio, que lo relaciona con el barro y arcillas del río.

Con esta composición, el autor espera atraer la atención del espectador, a la vez que plasmar en el cartel, al menos una parte de la admiración y el profundo amor que le tiene a Triana, a sus hermandades y a su Semana Mayor.

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ACTUALIDAD

La triana de Gasán en las ‘Setas’ Triana es mucha Triana. Tanto lo es que, en muchas ocasiones, convierte en trianeros de pro a muchas de las personas nacidas fuera de sus fronteras. Eso ocurrió con El Pasmo de Triana, el Serenísimo Señor de los ruedos D. Juan Belmonte; nacido en la calle Feria, pero que presumió de su trianería desde que se asentó en esta orilla del Betis para quedarse de piedra y bronce junto a la escalera del Tagua y enlazar, a través de su pecho, el Altozano y la Giralda. Por Agustín Pérez González

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omo él podríamos nombrar a muchos otros, como nuestro compañero Paco Soler, valenciano de nacimiento, pero trianero de ejercicio, y presentador en el tablao de la Velá durante muchos años; o José González Muñoz, manriqueño de nacencia e incansable luchador por Triana y sus cosas desde su asociación La Dársena o desde el pleno del distrito, Con especial gracejo se expresaba Nicolás Salas; otro valenciano que siempre se preció de su apego al barrio marinero, que decía en muchas de sus charlas aquello de que "Los trianeros nacemos donde nos da la gana".

Hoy, precisamente, queremos hablar de un murciano que ha resultado ser la persona más significativa de la Triana gráfica: Gabriel García Sánchez, conocido por casi to8

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dos los trianeros como 'Gasán', que lleva desde 1957 pateándose día a día todas sus calles; haciendo de 'notario gráfico' de todos sus acontecimientos, tanto familiares como sociales, políticos, deportivos o culturales; que ha plasmado en la retina de su cámara a todos sus personajes, sus monumentos, sus fiestas, su hábitat, sus tipos, y hasta sus desconchones y lañas, para denunciar el abandono que sufrieran algunos rincones de esta puebla.

Este hombre, bajito e inquieto, nervioso y, hasta hace bien poco, tan atlético que era capaz de encaramarse a una farola, a una valla o a cualquier tapia para obtener la foto ade-


Triana

cuada desde el ángulo idóneo. Este hombre que casi tuvo el don de la ubicuidad, pues era capaz de cubrir varios eventos programados a la misma hora, con una entrega tal, que le valió el reconocimiento como trianero adoptivo en 1998, la Medalla Solidaria de Sevilla en 2005 o el homenaje a su toda su trayectoria, con un emotivo acto mas una exposición y una cena, organizados por numerosas asociaciones trianeras, comandadas por la Asociación Artístico-Literaria Itimad.

La única pega que puede ponérsele a este

destacado personaje de la vida cotidiana trianera es que, durante todos estos años, ha venido practicando la poligamia, pues, además de con Leonor, su querida esposa, ha estado casado también con su cámara y con Triana, cosa que a veces a su parienta le ha costado perdonar.

Esa presencia constante,

esa entrega total, ese amor al barrio, a sus cosas y a sus gentes, es la razón por la que, durante su larga vida profesional, ha ido recopilando en sus ál-

bumes, en sus carpetas y en sus clichés, cada latido del corazón de Triana, recogiendo en los más de 15 millones de instantáneas, el alma del arrabal. Esa es la razón por la que, del 16 de marzo al 21 de Abril, la ciudad le ha rendido un pequeño tributo con una exposición en el Antiquarium, justo al lado del alma más antigua de la Sevilla romana y bajo el paraguas de las 'Setas': la obra modernista por excelencia de esta ciudad dual y de contrastes.

En la muestra puede hacerse un recorrido, aunque muy somero, dada la extensión de su

Además de con Leonor, su querida esposa, ha estado casado también con su cámara y con Triana, cosa que a veces a su parienta le ha costado perdonar Revista TRIANA

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ACTUALIDAD Preguntado por ese extremo, Gabriel

En la muestra puede hacerse un recorrido, aunque muy somero, dada la extensión de su obra, por las diferentes facetas de Triana obra, por las diferentes facetas de Triana: desde la Velá al Rocío, desde su Semana Mayor y el Corpus Chico al patrimonio etnológico con sus corrales al frente y, sobre todo, un recorrido por sus gentes: desde vecinos anónimos (aunque no para él), hasta sus personajes más destacados, tanto en el mundo cultural como en el artístico y empresarial.

La exposición, titulada 'Gasán, Patrimonio

Cultural de Triana', quizás adolezca, según algunos comentarios, de una mayor presencia de imágenes de esa Triana ya perdida, de la que el autor posee muchísimas, pues siempre tuvo la visión de dejar constancia de cosas y casas, de lugares y profesiones, que su intuición le dictaba que debía dejar constancia para el día de mañana, pues llegarían a ser importantes a pesar de que en el momento en que fueron tomadas, eran cosas cotidianas y sin importancia para el común de los mortales.

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me comenta que, dada la apretada agenda del emblemático espacio, tan deseado por todos, en el que se ha desarrollado la muestra, hubo que adaptarse a las pocas fechas libres de que se disponía. Por ello ha habido poco tiempo para poder organizarla, lo que ha añadido una importante dificultad a la hora de seleccionar el material expositivo, dada la inmensidad de su archivo.

Personalmente creo que, a pesar de esta exposición, a Gasán le queda mucho por decir. Por eso propongo desde estas líneas, que desde este mismo momento, con tiempo suficiente para que pueda escogerse bien el material, se piense en una muestra más ambiciosa, en suelo trianero y, a ser posible, durante la Velá y en el Castillo de San Jorge. 'Gasán' me hace partícipe de su ale-

gría por haber podido ver llevado a efecto una de sus aspiraciones con esta muestra, y expresa su agradecimiento tanto a los responsables del Distrito Triana, como al Sr. Alcalde, D. Juan Espadas, por su presencia en la inauguración, y por sus palabras de apoyo a la intención, largamente mostrada por el artista, de que su archivo quede a buen recaudo en la ciudad. Sin embargo, sé que lleva varios años intentando que Sevilla adquiera su archivo, como se hiciera anteriormente con los de Serrano y otros fotógrafos, sin que hasta ahora haya podido conseguirlo.


Triana Esperemos que las palabras de apoyo a la idea dedicadas por nuestro alcalde, sirvan de acicate para lograr que pase a convertirse en una gozosa realidad de la que muchos nos alegraríamos enormemente, pues un archivo como el que nos ocupa, no podemos permitirnos que pueda haber siquiera una posibilidad de que pudiera perderse, o quedar en manos privadas.

En mi modesta opinión, Sevilla no pue-

de ni debe permitirse dejar pasar la oportunidad de que esa ingente memoria histórica del barrio no permanezca en poder de las instituciones sevillanas, pues somos lo que recordamos, y el archivo de Gasán es una mina de recuerdos anclados en lo más profundo de la memoria de esta mariana ciudad.

Para apoyar esta idea; para evitar que no

exista ninguna posibilidad de que pueda ocurrir esa debacle, un grupo de personas, capitaneado por D. Javier Ross, que ya se volcó, junto a otros colaboradores, en conseguir que la muestra del antiquarium fuera una realidad, ahora está empeñado en un proyecto mucho más ambicioso, para el que desde estas líneas solicito la colaboración

de todos los vecinos a nivel particular, y, a nivel institucional de cuantas entidades componen el tejido asociativo de Triana, para conseguir que el archivo fotográfico de Gasán sea considerado como Bien de Interés Cultural.

Para ello existen unos pliegos de firmas, que pueden recogerse en Fotografía Gasan, (c/ San Jacinto nº 100, 41010 Sevilla) o pedirlas a gasanbic@gmail.com, pues esperamos que todo lector de esta revista colabore, no solo con su firma, sino tratando de recoger las de familiares, vecinos y amigos, para entregarlas luego en Fotografía Gasán, frente al Hospital Infanta Luisa o enviarlas allí por correo. De las instituciones, tanto sevillanas como trianeras, con muchas de las cuales durante tantos años ha colaborado el artista, esperamos que apoyen la petición con una carta dirigida a la Iltma. Sra. Consejera de Cultura y patrimonio Historico de la Junta de Andalucía, dejándola o enviándola a Fotografía Gasán, San Jacinto nº 100, 41010, Sevilla. Esperamos con ilusión que Sevilla,

y especialmente Triana, se vuelquen con quien siempre se volcó con ellas, como también esperamos poder disfrutar pronto de esa nueva exposición, aún mucho más completa, en territorio trianero y durante la Velá de Sant'Ana. Ojalá lo veamos pronto todo cumplido.

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ACTUALIDAD

El último alfarero de Triana Es difícil y triste pensar en una Triana sin alfareros, sobre todo para los que desde la infancia se han paseado por sus calles salpicadas de alfares en plena producción con sus hornos y chimeneas formando parte del paisaje urbano. Es por ello que un frío helador me atravesó el corazón cuando hace unos días el ceramista Rafael Muñiz, por teléfono, me comunicó la trágica noticia de que, muy pronto, Antonio Campos abandonaría su taller de Triana para establecerse en un Polígono Industrial. Por José Luis Jiménez

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a historia del arrabal ha estado íntimamente ligada a la alfarería; no en vano el material salido de sus fábricas ha sido muy estimado en todo el mundo. Justino Matute, en su 'Aparato', ya nos dejaba cifras demoledoras como los 86 hornos de loza y vidriado que en el año 1791 daban trabajo a 346 personas. De ser una actividad productiva e industrial hasta finales del siglo XX ha pasado a venderse como un elemento turístico en el siglo XXI.

Los pioneros de esta industria parece que fueron los Tartessos hace más de 3000 años. La rica arcilla del río y la facilidad para conseguir la leña, imprescindible para cocer la hornada de ca12

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charros, determinaron que en esta orilla se fueran estableciendo la mayor cantidad de alfares.

Pero la actualidad

en nada se parece a aquellos años ya descritos. Los últimos conjuntos alfareros del barrio que estaban con vida a finales del siglo XX, como Santa Ana, Santa Isabel o Montalván, ya han desaparecido. Hoy en día solo contamos en Triana con un alfar: el de Antonio Campos en el número 22 de la calle Alfarería, qué mejor lugar para ello.

Antonio, al igual que el alfarero Sebastián Díaz Jurado, fundador en 1939 de Cerámica Santa Isabel, llegó a Sevilla procedente


Triana

A la izquierda, Antonio Campos modelando mientras que lo observa el ceramista Rafael Muñiz. A la derecha, hornos del taller con joven alfarero trabajando.

de la localidad cordobesa de La Rambla donde nació y se formó en el oficio del barro; esto ocurre a principios de los años 80 del siglo pasado y tras su paso por diversos talleres establece en Triana el suyo propio en el año 1989 donde permanece hasta la actualidad. Son 30 años los que Antonio, trianero adoptivo desde el año 2010, lleva fabricando cacharros en Triana de manera ininterrumpida junto con su torno, sus hornos y el imprescindible barro. Rincón del taller.

Antonio, mientras modelaba una pie-

za, nos relataba la importancia de las manos en el alfarero y que la formación de este fuera a edad temprana, preferentemente en un taller que fabrique piezas a precios competitivos para que el aprendiz de alfarero, además de la técnica, entienda la economía y a la postre sea capaz de vivir de su trabajo.

Un paseo por el taller de alfarería de

Antonio Campos nos introduce en un mundo tal vez alejado de las tendencias actuales. Ningún equipo informático, nada de máquinas de control numérico, un perfecto y equilibrado desorden en el que los innumerables cacharros nacidos aquí se convierten en los verdaderos protagonistas, todo coordinado por un maestro que en este caso tiene a su cargo a un grupo de jóvenes alfareros entre los que hay tres de sus seis hijos. Estamos en un auténtico taller renacentista donde la producción artesana está en manos de un equipo de artistas y aprendices coordinados y dirigidos por el maestro principal. Este taller aparece en las guías internacionales señalado como elemento de importancia turística,

Hoy en día solo contamos en Triana con un alfar: el de Antonio Campos en el número 22 de la calle Alfarería, qué mejor lugar para ello razón fundamental para que veamos con tanta frecuencia grupos de foráneos disparando sus cámaras fotográficas.

Ya hace algunos años que despedimos

al último fragüero y ahora es posible que tengamos que despedir al último alfarero. Toda una tragedia para Triana. Mientras tanto nos queda seguir disfrutando de los últimos días de Antonio Campos en el Barrio, no dejéis de visitarlo y de desearle suerte en su nueva andadura si es que finalmente termina marchándose; él nos confesó que no se jubilará nunca y que esa segunda piel de barro le acompañará hasta el final y que siempre llevará a Triana en su corazón.

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ACTUALIDAD

Un azulejo que aspira a ser monumento El alcalde de Sevilla inaugura el azulejo del Puente de Barcas que esta asociación solicitó instalar en la fachada del Mercado de Triana. Por Elena Segura

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a Asociación Puente de Barcas está de enhorabuena. El pasado 29 de enero, tras años de esfuerzo y dedicación, esta agrupación ha conseguido que se haga algo de la justicia que merece el que fuera el primer puente que unió Sevilla y Triana. Desde ese día es posible ver esta histórica obra en un azulejo realizado por el ceramista Juan José Lupión Álvarez, con el que se pone en valor esta importante infraestructura de la época.

Esto solo ha sido un paso, que todos esperan que termine en la construcción de ese monumento del que ya existe un diseño 14

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Se trata de un gran paso hacia un obje-

tivo mayor, conseguir el monumento al Puente de Barcas, algo que está en los estatutos de esta asociación, y en lo que se lleva trabajando desde sus inicios, con Andrés Segura Benítez como presidente, quien inició esta andadura, que ha continuado de la mano del actual, Domingo Nieto Bautista. Todos ellos, acompañados de autoridades, del resto de asociados, amigos y trianeros, algunos tan emblemáticos como Francisco Arcas, se dieron cita en los bajos del mercado de Triana, junto a la capillita de El Carmen, lugar elegido para instalar este azulejo.

Y es que, como indicó Domingo Nie-

to, "es el lugar idóneo, ya que fue delante del Castillo de San Jorge, donde mayor tiempo estuvo ubicado" el Puente de Barcas.

El acontecimiento contó también con

la presencia del alcalde de Sevilla, Juan Es-


Triana padas, de la delegada del Distrito Triana, Carmen Castreño y de Rafael Belmonte, concejal del Grupo Popular en el Ayuntamiento hispalense. También acudió Ángeles Díaz, presidenta de la Asociación Nuevo Sábado Club, y Francisco Pérez Aguilar, autor del libro El puente de barcas de Sevilla (1171-1852) y puentes de barcas de Sevilla y Cádiz. Fue precisamente él quien unos días después impartió una conferencia sobre el Puente de Barcas, en el marco de los actos que se han llevando a cabo para celebrar la instalación de este azulejo.

Todos se dieron cita en un día emble-

mático, por además coincidir con el aniversario de las pruebas de carga del Puente de Triana de Gustavo Steinacher y Fernando Bernadet, realizadas el 29 de enero de hace 167 años.

Pero esto solo ha sido un paso, que

todos esperan que termine en la construcción de ese monumento del que ya existe un diseño realizado por el arquitecto Enrique Carvajal Salina. De este proyecto, ya se ha mostrado en varias ocasiones una maqueta donde se aprecia la belleza con la que se recrea este puente en la que está llamada a ser una obra de enorme trascendencia histórica para la ciudad. En el acto, el alcalde de Sevilla recordó esta iniciativa, ya que consideró este azulejo como "la primera pieza de otra más importante, para la que buscáis financiación y apoyo económico", indicó. Y todos esperan que desde las instituciones públicas se impulse la realización de este monumento. Porque como indicó en su discurso Domingo Nieto Bautista, "nuestra asociación es pobre, y no puede hacer frente al coste del proyecto, para cuya realización, esperamos el patrocinio de empresas".

Y no se está hablando de un monu-

mento que aporte sólo belleza a la ciudad, su razón de ser va mucho más allá, porque todos coinciden en que es necesario para que este

“Creo no equivocarme al asegurar que no solo el mundo cofrade, sino la inmensa mayoría de los sevillanos aprobarían dicha iniciativa” Puente perdure en la historia, para que las generaciones futuras recuerden que una vez, hace muchos años, Sevilla y Triana no estaban comunicadas y que unas simples barcazas obraron el milagro de unirlas.

No siempre la historia es justa con los

que forman parte de ella. Sevilla no ha sido justa con Abu Yaqub Yusuf, el califa que tanto aportó a esta ciudad y que tan poco se recuerda y al que se debe el Puente de Barcas. Su nombre, que ha quedado en la sombra de la historia de Sevilla, está detrás de muchas de esas obras que nos quiso dejar, como la Giralda o el Alcázar. Pero aquellas que ya no existen, y no se pueden contemplar, como este antiguo puente, acabarán como Abu Yaqub Yusuf, olvidadas por Sevilla y por los sevillanos, si nadie hace nada al respecto.

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ACTUALIDAD

Triana

Una forma de vivir, un estilo propio En este artículo hablo de un emblemático barrio, que no es cualquier barrio sevillano, sino una forma de vivir forjada a través de siglos, por eso hemos de tener presente varias particularidades que conforman el grupo social que lo habita. Por Inma-Macu Díaz Pérez

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rima la pertenencia al barrio sobre la comodidad y los metros cuadrados que pueda tener una casa mejor en otro núcleo residencial externo. El lenguaje y las costumbres son específicas: el flamenco y el habla andaluza llevadas a extremo gustan realmente en este arrabal.

A su conexión natural con la ciudad -el puente de Triana- hay vecinos que lo llaman medio en serio medio sonriendo, 'la frontera'. Los problemas sociales de paro, falta de crédito bancario, y otras penurias, no afectan al estado de ánimo del barrio, y menos aún la pertenencia a sus hermandades y cofradías con la correspondiente aportación de cuotas "esto es una prioridad", dicen a la hora de pagar. Son numerosas las tiendas que venden souvenirs y diferentes merchandising con el logo 'Triana República Independiente', y existe cierto movimiento cultural que destaca la idea de Triana igual a pueblo, y Triana no es igual a la ciudad de Sevilla. Incluso dispone de su propio Banco del Tiempo y de su propia Cabalgata de Reyes. Las nociones de transmisión y de conser-

vación de las costumbres se dan en este barrio de una manera tan natural que se nace con ellas. Con un lenguaje propio para determinar las cosas, una estética diferenciada en las casas, y un modo de vida muy callejero, que permite exteriorizar vidas y sentimientos a cada paso que se da por sus calles y aceras. Comprar en su mercado es todo un acontecimiento de charla coloquial, y uno adivina en el barrio dentro de unos años, un Notting Hill londinense de marcado carácter popular. Mercadillos artesanos

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de comida/fruta y clase media alta acomodada que lo habite.

Al nacer los niños son inscritos automática-

mente en la cofradía que profese su familia, esto se hace más allá del sentimiento católico que pueda corresponderles, incluso en el caso extremo de no ser 'creyentes'. De esta manera se perpetúa la sindicación cofrade y los niños crecen aprendiendo amar a su Virgen/Cristo por encima incluso de sus propias aficiones naturales/familiares/ vacacionales/o escolares.

Resulta para muchos impensable utili-

zar los días de la Semana Santa, para salir e irse lejos de vacaciones, dado que las cofradías desfilan en esas fechas y además se les rinde pleitesía según su peculiar calendario cuaresmal, con reiteradas visitas a las iglesias donde se las


Triana 'arregla' y reza en determinados días, incluso se puede realizar el 'besamanos' al Cristo o Virgen titular de la Hermandad.

Bajo el prisma de 'hoy por ti mañana por mí',

los parroquianos trianeros asisten a todos los desfiles procesionales: el propio, el del vecino y el del primo. Viven con su calendario cofrade y fotos en sus bolsos y carteras, siendo imposible plantear el comienzo del año, sin conocimiento de las fechas cofrades. Las exposiciones al culto de sus imágenes, o el estado de las condiciones atmosféricas para las fechas de salida de las procesiones, son motivo de suspiros, si es que se intuye la lluvia.

El fervor religioso nada tiene que ver con el nivel social, cultural o económico. Son todas las clases y niveles sociales los que desfilan de rectificar en las formas, sino que primero habría que corregir las mentes de los cofrades.

De igual modo las tribus urbanas trianeras

encuentra realmente enfermo manda que lo sustituya un familiar, para 'no perder el puesto', que significa que no te quiten antigüedad en el evento. Una forma de prestigio piramidal muy consolidada dentro de las cofradías.

están muy definidas, y poco podrán entrar la globalización o la tecnología postmoderna, en estas tradiciones tan arraigadas, más allá de que se cuelguen sus videos en Youtube, o se promocionen en Facebook para captar donaciones, o que sus propios 'hermanos' de cofradía puedan acceder con más facilidad al visionado de sus eventos.

Llegado el momento, si las condiciones at-

El fervor religioso nada tiene que ver con

Tanto es el culto cofrade, que si uno se

mosféricas son malas y llueve, las personas lloran desconsoladas a pie de imagen e Iglesia, como si les fuese la vida en ello. No se entiende esta reacción, salvo que se sepa que llevan años repitiendo ese esquema, y que para ellos la mejor celebración es: ver mecer a su Cristo/Virgen. Probablemente ese 'mecido' sea tema de conversación meses después, y a veces, si éste ha sido muy singular, coincidirá con la siguiente salida de pasos de la próxima Semana Santa. Las charlas son animadas y dispares, realizándose un intercambio de opiniones, que facilita la sociabilidad y la conversación en la puerta o espera de cada gestión administrativa, médica o educativa trianera.

A tal punto llega el fervor de la pobla-

ción del barrio, por dicho evento, que es fácil, escuchar decir a los convecinos "yo de aquí no me voy que se escuchan los tambores"; queriendo decir, que los tambores de las bandas de música que ensayan las marchas procesionales en la cercana calle Betis, les alegran la vida y el alma, y que se escuchan desde sus ventanas.

Es absolutamente impensable para un

trianero que su paso rectifique un itinerario pactado desde hace siglos, y no se puede comprender que una procesión pase por un sitio u otro distinto, porque su inviabilidad le viene, no por tratar

el nivel social, cultural o económico. Son todas las clases y niveles sociales los que desfilan. Es decir, la costumbre y la tradición han constituido por si solas un modo de vida y de pensamiento, que reacciona y/o se transforma con respecto a la Sociedad Red de la que tanto nos habló el sociólogo Castells, o de la que nos sigue hablando el antropólogo Canclini. Referentes internacionales en la materia.

No son necesarias en Triana, el refuerzo de las tradiciones para poner freno a la globalización, y por eso ni se manifiestan ni se detectan movimientos en este sentido. La Semana Santa no se deja administrar por las entidades públicas. Es el Consejo General de Hermandades y Cofradías, el celoso guardián, que entiende, que sus centenarias tradiciones son totalmente ajenas al estereotipado poder público.

Son estas tradiciones, y otras de marcado arraigo las que conforman el carácter del trianero. Alegre, gran consumidor de tapas bajo el sol en cafés y terrazas al aire libre. Claramente convencidos de que su barrio es lo mejor, sus tradiciones son ley y no casuística singular. Su Virgen en el bolso o colgada en el pecho, y por playa, la calle de San Jacinto. ¿Cambiar el itinerario de una procesión? No por Dios, antes la ruina.

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ACTUALIDAD

La Triana hermana grancanaria El viejo Real de Las Tres Palmas -hoy la populosa y cosmopolita capital llamada Las Palmas de Gran Canaria- tuvo dos hijas. A una, placida y riente, seria y luminosa, que “con eco de otros pasos, legendarios despierta…”, en un ensueño vago de ternura, le pusieron Vegueta. A la otra jovial y bella, galana, ancha, moderna, rica y laboriosa, “…donde el urbano estrépito domina y se traduce en industrioso ardor…” la bautizaron Triana. Ambas por padrinos tuvieron a los versos del poeta modernista Tomás Morales. Por Juan José Laforet

D

os barrios, Vegueta y Triana. Un riachuelo, el Guiniguada, que de tiempo en tiempo se convertía en una correntía de aguas impetuosas y voraces, que arrastraban hasta el mar cuanto encontraban a su paso, así como un puente, dos más tarde, y tres poco antes que una idea equivocada de progreso sepultara el barranco bajo una loza pesada de cemento;

Barrio comercial por excelencia; reducto de marineros, cuna de veleros que se surcaban aguas isleñas, pero también de aguas atlánticas 18

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fueron el 'Puente Piedra', el 'Puente Palo' y uno último de hormigón, alzado en su desembocadura misma para permitir el tráfico en la entonces incipiente avenida marítima. Dos barrios y un barranco que conformaron, en buena medida, la imagen primaria y básica de Las Palmas de Gran Canaria a través de los siglos.

Vegueta y Triana, Triana y Vegueta, for-

man un alter ego ineludible, irrenunciable, pues, desde la génesis misma de la ciudad, están presentes estos dos barrios conformando un todo que, tanto en la singularidad imaginativa de los ciudadanos, como en una documentación abundante, ha querido y quiere recordar a una ciudad hermana y hermosa, Sevilla, donde a la vera del Guadalquivir, engalanada con el perfume del azahar, de todas su flores, sueña y vive su esperanza


Triana aquella Triana, la que entregara su nombre a esta otra para que se mirara, con galanura de joven inquieta, en los charcos limpios y plateados del Guiniguada, allí por donde estaban las gradas de Los Remedios, a la vera del hoy desaparecido convento de este nombre.

Además, si debemos señalar y acep-

tar que Vegueta fue la primera, pues en lo alto de la colinilla que hoy remata la ermita de San Antonio Abad, se fundó la ciudad un 24 de junio de 1478, al levantarse aquel primer 'Real de las Tres Palmas' también deberá tenerse en cuenta que aquella misma noche, en determinada medida y sin contar con denominación alguna aún -tampoco la tenía Vegueta, eso ocurriría mucho después-, una parte importante de las tropas y gentes del capitán Juan Rejón -el vecino del Barrio de Triana hispalense a quién hoy se le considera fundador de esta capital-, acamparían al otro lado del Guiniguada, en los terrenos que pronto ocuparía Triana. Esa dualidad fiel, secularmente enamorada, de Triana y Vegueta ya había surgido aquella noche tan fértil, quizá sin saberlo; aquella noche fundacional a lumbre de los fuegos del Señor San Juan y puestos todos bajo la advocación de la Señora Santa Ana, desde entonces y hoy Patrona de Las Palmas de Gran Canaria.

Pero si Vegueta, mucho más

allá de estrategias militares, de espadas, arcabuces, cañones y pendones, surge de la esperanza, de los sueños de quienes, esa noche del día de San Juan, en lo más íntimo de sus almas se debatían entre el miedo que podían producirles las inesperadas circunstancias de aquel viaje y la fe en un futuro que ya anhelaban construir en aquella Vegueta cantada por el mar, acurrucada en los riscos cercanos y regada por las aguas limpias de un riachuelo de nombre sonoro, 'Guiniguada', Triana, sin embargo, como continuación natural y hasta obligada del primer reducto urbano, nace con otro talante, con un sentir diferente. Diría que es hija de un embarazo premeditado, sustentado en la necesidad de ampliar una familia que ya cotidianamente se abre camino en un esfuerzo sublime que lucha entre la exigencia y el deseo de aumentar su presencia en Gran Canaria, y la llamada de la aventura a través de los caminos que, desde el trianero

Triana, 1920.

puerto-reducto de San Telmo, se dirigen al Nuevo Mundo, tras el paso del Almirante Colón en el verano de 1492, al que se le recuerda con una magnífica columnata y busto de mármol de Carrara en el corazón del Barrio de Triana.

El nombre de Triana aparece ya coro-

nando el barrio en un plano del año 1629, aunque su planta es la que tenía en 1588 en el primer plano de la ciudad. Con el paso de los siglos el barrio de Triana creció, maduró, consolidó su presencia y su carácter. Barrio comercial por excelencia; reducto de marineros, cuna de veleros que se surcaban aguas isleñas, pero que también se adentraron en las rutas ignotas del Atlántico; con su Calle Mayor, de la que, con versos de Tomás Morales, se debería decir por siempre inexcusablemente: "La calle de Triana en la copiosa/ visión de su esplendor continental: / ancha, moderna, rica y laboriosa; arteria aorta de la capital...". Y al extremo norte, muy cerca de la antigua Puerta de Triana, bajo el palio de los enormes laureles del parque, la ermita de San Telmo, nombre ligado a los mareantes, que casi surgió con el barrio y con él ha vivido siempre.

Esta niña llamada Triana vive y vivi-

rá siempre pletórica y encantada en el corazón de todos los grancanarios y de cuantos la visitan, en el de sus hermanos trianeros de la margen derecha del Guadalquivir, con quienes está hermanada desde octubre de 1992, como recuerda una placa en la misma fachada de la capilla de Los Marineros y su Esperanza de Triana tiene concedida por la corporación municipal laspalmeña la Medalla de Oro de Las Palmas de Gran Canaria, como santo y seña de todo lo que une a las dos Triana y todo lo que les debe acercar aún más en el futuro.

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ACTUALIDAD

Historia de una tertulia

Por José Luis Campos

C

uando mi amigo José Manuel Piñero me propuso escribir un artículo sobre la Tertulia Cofrade Cruz de Carey, pensé que la idea podría parecer un tanto 'ombliguista' (si se me permite la expresión) para el lector, teniendo en cuenta mi condición de secretario de la misma. Pero tras recapacitar, dejé de lado esa idea, tomándola como mía, puesto que entendí que lo lógico es que el pintor hable de pintura, el taurino de toros, el futbolista de fútbol, y el tertuliano...de tertulias. Así pues me puse manos a la obra, reconociendo que es para mí un orgullo hacer llegar a los trianeros las diversas actividades que hemos venido realizando desde el ya lejano 2007, en el que comenzamos nuestra andadura como Tertulia.

Si bien es verdad

que al principio fuimos un grupo muy numeroso, con el paso del tiempo la euforia inicial, fue cediendo y si aunque tenemos algunos allegados que de alguna manera colaboran o nos arropan en algunos de nuestros actos, lo cierto y verdad es

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que somos nueve los contertulios de Cruz de Carey (siete hombres y dos mujeres). Es importante dejar claro que nuestra Tertulia está abierta a cualquier persona que lo desee, sin ningún tipo de obligación. Solemos reunirnos una vez al mes en la calle Castilla, concretamente en la bodeguita 'El 24', regentada por nuestro amigo Lolo, al que desde aquí agradezco su hospitalidad con nuestra humilde institución. También conviene destacar que además del amor por nuestras cofradías y nuestra ciudad, un vínculo común a casi todos los contertulios (que no a todos) es que pertenecemos a la Archicofradía de La O, si bien somos totalmente independientes. Dejando claro que el tema principal abarca todo lo referente a la Semana Santa, al ser un foro abierto, en numerosas ocasiones saltan a la palestra la política, el fútbol, los toros o cualquier tema que se tercie. Financieramente hablando, subsistimos con una pequeña cuota mensual, así como con la venta de Lotería de Navidad.

A lo largo de estos, cerca de doce años, hemos realizado tres Cruces de Mayo (con


Triana la colaboración del Distrito, todo hay que decirlo) diez cenas-homenaje, que anualmente coinciden con nuestro aniversario en el mes de noviembre, y en las que se ha homenajeado a personas destacadas dentro del mundo de las cofradías, como p.ej: el doctor Pérez Bernal, Juan Borrero, Jesús Martín Cartaya, etc. Dichas cenas, en la mayoría de las ocasiones, han tenido carácter benéfico colaborando con distintas instituciones (Comedor Hijas de la Caridad, Cáritas de La O, etc). Igualmente y a destacar nuestro anual Cartel de Semana Santa, y del que ya se han cumplido doce ediciones, con éste de 2019. El Cartel es el sello de nuestra Tertulia, el cual desde su V edición, se presenta de forma ininterrumpida en la Peña Trianera, con la que por cierto, tenemos unos lazos de unión estrechísimos y a la que desde aquí agradezco públicamente su cariño y colaboración. Ni que decir tiene, que el binomio SalazarBajuelo, tiene un papel fundamental en el mismo, puesto que desde la III edición son nuestros fotógrafos oficiales, además de unos grandísimos amigos. En las presentaciones de nuestro Cartel, siempre hemos tenido presente darle un sentido religioso al mismo, y para ello desde el primer año contamos con una breve meditación o exaltación a la Cruz, ya que es nuestro emblema y todos los miembros de la Tertulia, tenemos muy claro lo que para nosotros significa. Hemos contado con oradores muy significados dentro del mundo de las Cofradías, entre otros: Maruja Vilches, Miguel A. Moreno, Ignacio Pérez Franco o este último año, Francisco Serrano. Cada uno a su manera ha dejado su impronta profundizando en la Cruz. Pero ha habido varios hechos destacadísimos a lo largo de nuestra existencia, y que cronológicamente son: La audiencia que nos concedió el Sr. Cardenal Arzobispo de Sevilla Fray Carlos Amigo Vallejo, el 2 de junio de 2008 ( Iº Aniversario de la Coronación Canónica de la Stma. Virgen de La O) y en la que se le concedió la I Insignia de Oro de nuestra Tertulia. La donación de un retablo cerámico con la Stma. Virgen de La O a las Hijas de

Solemos reunirnos una vez al mes en la calle Castilla, concretamente en la bodeguita 'El 24', regentada por nuestro amigo Lolo la Caridad, el 2 de junio de 2010, por ser las Madrinas de la Coronación, así como por la inestimable labor que realizan por los más desfavorecidos. Dicho retablo fue ejecutado por Cerámica 'Rocío-Triana', y está ubicado en la fachada de la calle Pagés del Corro. La restauración de la vidriera que preside la sala de duelos del Cementerio de San Fernando de Sevilla, que representa a la Virgen de La O y que quedó formalmente inaugurada la mañana del 23 de Noviembre de 2013 con una Solemne Misa, en un altar montado exprofeso para la ocasión. Dicha restauración fue sufragada por la propia Tertulia, así como por donantes anónimos de Triana, fue realizada por la empresa Crisarte y contó con todos los permisos municipales correspondientes. La donación de un cíngulo de hilo de oro realizado en encaje de bolillos por D. Alfonso Aguilar para la Stma. Virgen de La O, en 2016 con motivo del 450 Aniversario de las primeras Reglas fundacionales. -Y por último la concesión de la II Insignia de Oro de la Tertulia, a S.M. el Rey Felipe VI, en Febrero de 2018, y que fue aceptada de muy buen agrado por el 'primero de los españoles', hecho éste del que nos sentimos tremendamente orgullosos todos los contertulios.

En resumidas cuentas, esta es la bre-

ve historia de una humilde Tertulia constituida por un grupo de amigos que intentan llevar a la práctica la cita del Evangelio de San Mateo que reza textualmente: "donde dos o más se reúnen en Mi nombre, allí estoy Yo entre ellos".

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ACTUALIDAD

La materia, ni se crea ni se destruye, solamente se transforma

Y eso mismo, precisamente, ocurre con la sociedad, a la que pertenecemos, querámoslo o no. Darte un paseo por las calles de Triana siempre es una gozada. Yo lo practico por lo que tiene de disfrute estético y por aquello otro del colesterol. Pero prefiero tener colesterol en Triana que en Sevilla Este, con mis perdones. Por Joaquín Arbide

A

hora bien. Estos paseos no dejan de guardarte alguna que otra sorpresa que te llaman a la reflexión. Y te llaman a la fotografía para conservar la imagen más o menos inesperada.

En la calle López de Gomara está,

desde hace bastante tiempo, abandonado el esqueleto de una bicicleta, atado con cadena a una señal de tráfico. ¿Qué le ocurrió al dueño de la bici? ¿Quién se dedicaría a llevársela a trozos? Se trata de una modalidad en la técnica de la sustracción. Si no me puedo llevar el objeto entero y del tirón, lo voy haciendo a cachitos. Pero el bastidor no le debe servir y la rueda que queda ha perdido su redondez. Y ahí duerme el esqueleto de un aparato que en su día pudo llevar a su amo o ama, a velocidades de vértigo o a velocidades remansadas de paseo a orillas del Guadalquivir.

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Si hemos hablado de una bicicleta, lo mismo podemos hacerlo de una moto abandonada en la calle Betis. Deteriorada. Lleva, también, mucho tiempo. Le faltan varios elementos, entre ellos el sillín. Está amarrada por una cadena a una valla de hierro que hay junto a un conocido restaurante. El vehículo tiene todo el aspecto de vivir sus días de jubilación con total y plena resignación. Al fondo se ve Sevilla con la Giralda... Quizás, la moto esté esperando el regreso de su amo para, por lo menos, llevarla al desguace. Habrá cumplido sus años de trabajo con dignidad y honestidad y no hay derecho a dejarla abandonada en plena calle, soportando calores, fríos, vientos, lluvias... Y si enfermó, habrá que cuidarla. Sería, el menos, una moto dependiente. Las motos también tienen derecho a una muerte digna...


Triana

El humor no lo vamos a dejar nunca junto a un contenedor de basuras, ni en una cuba de escombros... Ese viajará con nosotros hasta el final

La sartén me la encontré en la ace-

ra de Esperanza de Triana junto a la tapia del colegio de los Salesianos. ¿Qué huevos se freirían en este cacharro tan antiguo como las historias de todas las cocinas del mundo? Seguro que esos en los que estamos pensando, no. ¿Cuántas manos habrán asido ese rabo? ¿Recordáis? Mi abuela me lo decía cuando ya la tenía más harta de lo normal: "Anda y que te den con el rabo de la sartén".También cabe la posibilidad de que el artilugio se haya quedado sin posibilidades para contener aceites, huevos o filetes... Creo que también las sartenes se merecen una muerte digna.

En la calle Febo me topé con una taza de wáter. Parangonando a don Camilo José Cela, me pregunté: ¿cuántos culos te habrán dado calor en invierno y cuantos se habrán refrescado contigo en verano? ¿Cuántos periódicos habrán sido leídos sobre ti? ¿Cuántas 'tajás' mal terminadas habrás soportado? ¿Cuántos transistores próximos han dado boletines de noticias, partidos de fútbol, los últimos éxitos de los 'hits', mientras tú esperabas a tu próximo usuario o usuaria? ¿Qué te gustaban más

ellos o ellas? Supongo que ellas. Son más limpias y ordenadas. Los clientes cuando llegan con las prisas terminan dejándote hecha una lástima. A ti sí que se te puede decir que has llevado una vida residual... Creo que te tienes ganado el descanso. Lo malo es que te recicle.

El otro día leí un artículo de una po-

pular periodista en torno al tema del feminismo y el machismo y ella le preguntaba a un amigo si sabía fregar el wáter de su casa. Y ahí se enredó la cosa. Cabe la posibilidad de que ahora los wáteres sean limpiados más todavía y con más esmero para así los hombres demostrar lo de la igualdad y que son unos 'hombrecitos de su casa'. A fin de cuentas los que vais a salir ganando sois vosotros, mis queridos wáteres.

Dos sofás en Esperanza de Triana. Iguales. Alguna siesta veraniega. Te-

lediarios, novelas, películas... Discusiones, broncas, abrazos, besos furtivos. Niños gateando, insoportables siestas de verano... ¿Os jubilan porque os van a sustituir por otros más costeados o porque vuestros antiguos amos se mudan al Aljarafe, donde dicen que hace un fresquito maravilloso (2 o 3 grados menos...) sin pensar que cuando los niños

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ACTUALIDAD tengan sus años querrán bajar a Sevilla para ir de discotecas? Y el sofá nuevo aguantará un sueñecito liviano hasta la hora de bajar a recoger al niño y algún que otro amigo descarriado... Y cuidado con que el gato no se afile las uñas en el sofá nuevo...

Una flor entre los escombros.

La cuba pertenece a un derribo de la calle Trabajo. Una de tantas. Pero me llamó la atención, entre tanto residuo, una tabla en la que había dibujada una flor. ¿Un mueble? ¿Un cajón? ¿Un cuadrito? ¿Con que ilusión lo diseñó se autor o autora? ¿Estaría en el cuarto de una niña? ¿Cuántas noches esperó el sueño fijando su mirada en el pétalo de la flor? El dibujo de esta florecilla de madera hará su último recorrido entre ladrillos y restos de un derribo. Hasta los más puros e inocentes restos de una vida, llegan a su fin. Las vidas se consumen y van a la tierra. Las pequeñas fantasías que un día nos hicieron disfrutar y nos acompañaron, también.

Hablando de derribos.

Hay cosas que, aunque lo merezcan, no se pueden derribar. Por ejemplo esa casa que han levantado

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en la calle Castilla, cerca de la iglesia de la O y camino de la del Cachorro. ¿Se puede concebir algo más feo en el mundo? Y no lo digo yo. Me lo han comentado muchos trianeros a los que he sorprendido en plena calle mirando atónitos esa fachada blanca llena de nichos negros. Se está fraguando un plan para desintoxicar el centro de turistas, desviándolos a la Macarena y Triana. Cuando los pobres 'guiris' lleguen y vean lo que están haciendo con nuestro barrio se van a llevar una sorpresa. No entiendo la contradicción: Vamos a traer turistas y simultáneamente vamos a consentir este tipo de construcción. Y mientras, en el centro, multas y prohibiciones por toldos y fachadas recargadas de colorines... En la foto puede advertirse el duro choque estilístico entre esta fachada y el resto de las clásicas de la calle.

Menos mal que el humor no lo per-

demos en este bendito barrio. Día de calor en esta primavera adelantada. Tres de la tarde. Llegas a tu bar de siempre quitándote la chaqueta y bufando de calor. -"¿Qué vas a tomar?", me dice Miguel, el camarero y amigo de siempre, no sé si con guasa o retranca. Pero yo, por si acaso, respondo: -"Un café solo muy cargado con la leche muy caliente". Y Miguel, el de la guasa, me prepara un plato con 'tos sus avíos'... Deja pasar un poco de tiempo y al ratito, se presenta con la cerveza y una sonrisa. El humor no lo vamos a dejar nunca junto a un contenedor de basuras, ni en una cuba de escombros... Ese viajará con nosotros hasta el final. ¡Olé ahí Triana!


Triana

La orilla de las artes Ya ha pasado más de una década desde que el Paseo Ntra. Sra. de la O tomase otro color. En este rincón de Triana nació un proyecto impulsado por la Asociación de Pintores de Sevilla y Otras Artes, que cada fin de semana abre al público una exposición al aire libre donde se reúnen artistas y artesanos de toda índole. Este proyecto se llama ‘Paseo de Arte’. PorEmilio Gil

B

ien tomando el Callejón de la Inquisición desde calle Castilla, o descendiendo desde calle Betis por la escalera que te lleva a los bajos del Puente de Triana (Puente de Isabel II), varios son los caminos que te llevan a este mercado artesanal que bordea el río; una experiencia que cobra vida y te espera cada sábado y domingo por la mañana en un entorno incomparable.

Por destacar algunos de los nombres que dan ser a esta experiencia, en el marco de la pintura tenemos a Eva Villalba, licenciada en Bellas Artes, pintora y restauradora, con obras de diferente temática aunque su fuerte son los paisajes. En el terreno de la cerámica, Luisa Carbonell aplica sus especialidades en cuerda seca, azulejos de arista y bisutería para sus diseños, mientras que Nieves Toribio, también licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla, trabaja la arcilla polimérica para ponerla al servicio de

un nuevo concepto de joyería creativa, además de para diseñar y crear sus tan originales fundas para diarios y agendas. Cada artista y artesano pone su propio y simpar toque a cada obra, siendo cada una que el visitante adquiera una pieza única.

A los stands se suman actividades ya

fijas que dinamizan el proyecto, como el taller gratuito de modelado para niños que se abre cada sábado, o el taller de retrato del natural que tanto en sábado como en domingo inmortaliza a tantos visitantes, los que ceden a la invitación de esos inquietos lápices que te esperan justo donde desemboca el Callejón de la Inquisición.

El resto de la experiencia que el Pa-

seo de Arte ofrece, que no es poco, lo puedes vivir visitando el lugar. Así que aprovecha la mejor estación para esta exposición, que es esta primavera, donde el paseo florece de gente y... de arte.

De Izquierda a derecha. Cuadernos de Nieves Toribio. ‘Horizonte’ de de Eva Villalba y recreación de ‘Las Aceituneras’ (Rafael Zabaleta). Técnica mixta por Luisa Carbonell.

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ACTUALIDAD

Una italiana en el Corpus chico Guardo del Corpus Chico el recuerdo de una experiencia en forma de ansia indefinida y puras alegrías, que me atropelló en una atmósfera impregnada de incienso y fragante romero pisado. Magnífica, casi desconcertante. Un soplo de libertad, que iba apoderándose hasta del espacio más angosto de las calles del barrio, y es ahí donde se abrieron, ante mis cinco sentidos, las más amplias visiones, hechas de delicadeza, genio y refinamientos. Por Sandra Salvadori Martini

M

i primer sentimiento de admiración, casi involuntaria, se dirigió a la belleza de los balcones y altares callejeros, que infunden orgullo a todos los vecinos, como para indicar el predominio del ambiente y del carácter sobre el argumento: la inquietud religiosa, tan honda, que hace nueva la repetición del rito.

Pero, para darle a esta nota un orden

cronológico, diré que mientras Tere y Pepe, con ojo intrépido y mano segura, sacaban fotos, deslizándose por entre un bullicio curiosamente armónico y ordenado- por el que todos los de la pandilla circulábamos complacidos, formando garabatos retorcidos-, Pepi, María José, Ramón y Agustín se esforzaban por explicarnos (a mi madre y a mí), el lenguaje alegórico, que se debe interpretar como una

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escritura simbólica. Todo intenso y sugerente. Lo que aquí quiero hacer constar, quizás con algo de exageración, es una sensación de paz indeterminada ante pormenores llenos de vida; estilizaciones que tienen el interés evocador de revelar, por sendas humanas, el fondo espiritual de una comunidad. Mi atención se concentró en la mirada brillante de la Divina Pastora, tan elegante en su (para mí, inusual) traje blanco; en el gesto distraído y ensimismado de los muchos Niños Jesús (cada túnica, un color), expresión de la actitud estética colectiva, del fondo colectivo del arte, que no te da tiempo a saborear por completo gustar, ya que está en todas partes y, al mismo tiempo, en ningún lugar. Los mantones, preciosos, arriba, y los altares, sublimes, abajo: algo totalmente desconocido, hasta el momento. Y claro, la visión directa fue impresionante.


Triana Acto seguido, con la pandilla de amigos que encabezaban la expedición, nos acercamos a la Real Parroquia de Señora Santa Ana. El día anterior, Ramón nos había llevado a visitarla, orientándonos hacia la belleza de ese prodigio, que sabe expresarlo todo en forma de sentimiento y armonía. Santas Justa y Rufina -cuya historia conocía por la novela de Rafael Cansinos Asséns, titulada En la tierra florida, donde el autor destaca el ingenioso cuadro de Murillo, hoy en día en el Museo de Bellas Artes-, recogieron en mi imaginación, los matices del pueblo andaluz, que se identifica con la Pasión de Cristo, haciéndola suya. El ver a las dos figuras -la visión directa, impresionante, que decía antes-, representó una experiencia emocionante, ya que se estableció, al punto, una especie de contigüidad entre lo que estábamos admirando y lo que había leído: solamente leído. El círculo se cerró en el momento en que Ramón, disertando sobre su técnica innovativa, nos enseñó la lauda sepulcral de Íñigo López, obra de Francisco Niculoso Pisano, de la que tenía noticia por haber leído Leyendas y Tradiciones de Triana, de Manuel Lauriño, regalo de Pepe y Pepi. Es decir, de alguna manera, todo se aclaraba. Pues, nos acercamos a Santa Ana, para que mi madre y yo pudiéramos echar un vistazo al ambiente. Luego, nos apresuramos a colocarnos en la calle Pelay Correa y allí, gracias a las descripciones pacientes, minuciosas y entusiastas de Agustín, percibimos la belleza de todas las imágenes desfilando a intervalos breves, al compás de una música entrañable y maravillosa, que él remataba con creativas observaciones. Hablaban de contrapunto Pepe y María José, quienes, dueñas del arte del nombrar, señalaban insignias, varas y 'bacalaos', cirios, banderas, estandartes, monaguillos trotando y nenes con la medalla de su hermandad. El cortejo que pasó, fue de una belleza dinámica, flotando en una misteriosa danza: el Niño Jesús, San Francisco de Paula, Santas Justa y Rufina, la Purísima Concepción, y finalmente la Sagrada Custodia, que hizo volver a la vez los ojos de todos los asistentes -atónitos ante el prodigio del soberano poder-, hacia el símbolo que remueve todo fondo emotivo. Al cabo de siete años, casi, lo que recuerdo con más viveza, es que todos los momentos

Lo que recuerdo con más viveza, es que todos los momentos del desfile se iban ordenando, y coordinando, bajo el dominio de la música del desfile se iban ordenando, y coordinando, bajo el dominio de la música. Y lo que me encantó, en especial, proporciónandole a mi ansia de saber un atractivo más, fue la Banda de las Tres Caídas. Bajo un sol de justicia, asistimos a un soberbio diálogo entre cornetas y trompetas, alternándose y fundiendo tonos y timbres. Marcaban el paso los percusionistas, dejando en el espíritu vibraciones hondas, y en el estómago, palpitaciones explosivas. Hasta que, de repente, se alzan las notas de una trompeta imponiéndo su solo, desgarrador y alegre al mismo tiempo, que te sacude los nervios por tanta belleza, mas no puedes hacer callar. Ni lo quieres.

En fin, puede que haya omisiones y aña-

diduras en estas líneas. A serles sincera, no sé si los hechos ocurrieron exactamente así; lo cierto es que es así que me gusta recordarlos, acompañados por las fotos de Tere y Pepe, ya que en esta aventura, a cada amigo le tocó desempeñar su papel.

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ACTUALIDAD

La cerámica de Triana y Sevilla Petición de Bien de Interés Cultural

¿Os imagináis un patio sin zócalo? ¿Un zaguán antiguo sin aguamanil? ¿O imagináis patios sin azulejería? ¿os imagináis Sevilla sin retablos? ¿os imagináis la Plaza de España sin sus múltiples adornos cerámicos? ¿Y el parque de María Luisa sin sus bancos recubiertos de ladrillos adornados a cuerda seca?; imposible, ¿verdad? Y es que la cerámica forma parte de nuestra cultura, forma parte de nuestra idiosincrasia, del legado de nuestros mayores, de nuestra historia. Redacción de un altar, un zócalo o ante las piñas y remates de muchas de nuestras torres y espadañas.

Sí, la cerámica despierta nuestro aten-

ción, pero no solo el nuestro; también el de los visitantes, el de los historiadores, el de los arquitectos y decoradores, porque la cerámica es una de las manifestaciones más interesantes de nuestro patrimonio artístico. Despierta nuestro interés y despertó la de muchos, que se llevaron una parte de la producción de nuestros hornos y muflas a otros territorios, para sembrar el mundo de motivos cerámicos trianeros.

Y si forma parte de nuestra cultura, es

S

eguro que en casa tendrás algún objeto de cerámica quizás heredado de tus mayores, quizás adquirido porque te ha llamado desde los cristales de un escaparate o desde las manos de un artista alfarero.

Seguro que lo cuentas entre tus bie-

nes más preciados. Por la misma razón, es también uno de los bienes más preciados de nuestra ciudad el conjunto de manifestaciones artísticas en forma de retablos ante las que te persignas por las calles, el de los paños de azulejos ante los que te extasías en los edificios regionalistas, en los que la cerámica resalta y destaca la belleza de sus líneas, ante la perfección

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un bien preciado de nuestro patrimonio y despierta nuestro interés y el de todos los que lo conocen, es lógico pensar que se trata de un Bien de Interés Cultural, y realmente lo es, sin discusión alguna. Pero como vivimos en un mundo de etiquetas, además de serlo sería más que conveniente que fuera reconocido como tal.

Para ello, la Asociación Niculoso Pisa-

no ha emprendido una campaña para solicitar que el patrimonio cerámico de Triana y Sevilla sea reconocido como bien de interés cultural por la Junta de Andalucía. Y para ello está difundiendo un manifiesto, que reproducimos a continuación, para el que pide la firma de los ciudadanos.

La Revista Triana se une a la petición

y te solicita que la apoyes rubricándola en la página www.asociacionpisano.es, o bien en las hojas de firmas que encontrarás en el mostrador del museo de la Cerámica (c/Antillano Campos, junto a Cerámica Santa Ana).


Triana

Manifiesto Ciudadano pro declaración

BIC para la cerámica de Triana-Sevilla

Triana y Sevilla son un museo vivo y abierto de la cerámica artística. Pocas ciudades pueden presumir de un patrimonio cerámico tan importante. Redacción

E

ste patrimonio, acumulado durante siglos, sitúa a la Cerámica de TrianaSevilla en un lugar destacado en la historia de las Artes Decorativas. Es fácilmente reconocida e identificada por sus formas y sus colores, por sus artistas y por sus diseños artísticos e industriales.

Se puede afirmar que la Cerámica de Triana-Sevilla tiene 'denominación de origen'. Un patrimonio que hace que Triana y Sevilla sean cuna y capital de la cerámica artística. El Excmo. Ayuntamiento de Sevilla, en Pleno, por unanimidad de todos los Grupos Municipales, a iniciativa de la Asociación de Amigos de la Cerámica Niculoso Pisano aprobó el pasado 27 de octubre de 2017 una Moción Institucional instando a la Declaración BIC para la cerámica de Triana-Sevilla. La actividad cerámica no vive sus mejores momentos. No obstante, industriales, artesanos, pintores, conservadores, diseñadores y comerciales se resisten a desaparecer, renovándose, actualizándose y formándose profesionalmente. Por todo ello, manifestamos: 1. Nuestro apoyo decidido a los alfareros, ceramistas, industriales y comerciales. 2. Por la defensa de nuestro Patrimonio Cerámico, su difusión y su exposición temporal y permanente, en espacios dignos, vivos y bien dotados. 3. La necesidad de que Instituciones y Administraciones comprometan esfuerzos a través de la promoción, ayudas y estímulos al sector.

4. Que es fundamental la presencia de la Cerámica de Triana-Sevilla en Ferias de promoción industrial, artística y turística. 5. Que la apuesta por la cerámica, más allá de la conservación de un patrimonio, supone generación de empleo, riqueza y cultura.

Por todo lo cual, mediante la suscrip-

ción de este Manifiesto, Solicitamos a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía el inicio de la tramitación administrativa para que la Cerámica de Triana-Sevilla sea considerada Bien de Interés Cultural.

Llamamos a nuestros representantes políticos, al mundo de la Cultura y las Artes, a los profesionales del sector cerámico, a los amantes de la cerámica y a la ciudadanía, en general, a respaldar, apoyar y difundir esta iniciativa ciudadana, convencidos de que Triana y Sevilla se han hecho acreedoras de esta consideración de BIC.

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RETROSPECTIVA

Viaje por la

artesanía trianera Continúo con la serie iniciada en el número anterior y que va a reunir una serie de artículos que publiqué a finales del año de 1976 sobre la artesanía trianera en un diario vespertino de efímera vida que se llamó ‘Informaciones de Andalucía’, en la sección de cultura y bajo la dirección de José Luis Ortiz Nuevo. En el de hoy me referiré a los artistas que pintaban sobre el barro, intentando, sobre todo, establecer un paralelismo entre aquellos años y los actuales. Hablamos de una Triana de hace más de cuarenta años. Por Joaquín Arbide

D

etrás de la investigación histórica, detrás de la crónica artística, tras la exaltación de los más claros valores de nuestro folclore, tras todo esto, queda siempre el matiz realista, el humano, el social,

Trabajo hay, porque estas piezas son muy solicitadas para las nuevas casas y para restauración de las antiguas 30

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La verdad de unos hombres y mujeres que, en el anonimato, siguen manteniendo una artesanía como hace siglos.

En el estudio. El estudio de los pintores es gris, oscuro y algo frío. El frío aumenta con nuestra llegada. El silencio es tenso, hasta que uno de ellos lo rompe. -"Aquí somos seis. La verdad es que somos pocos, pero nos arreglamos. Todos hemos estudiado en la Escuela de Bellas Artes. Estamos aquí desde los catorce años y llevamos treinta y cinco trabajando".


Triana Lo hacen a buen ritmo. Uno de ellos pinta azulejos típicos. Una flor. Con mano casi mecánica, repite los mismos trazos en cada pieza. "Hacemos unas cuatrocientas al día. La verdad es que a veces cansa, por la postura y por repetir siempre lo mismo" . Estos pintores poseen una gran técnica, pero están sometidos a un sistema de fabricación que les impide, en la mayoría de los casos, la posibilidad de la libre creación. Esto muere con nosotros. "En la Es-

cuela de Bellas Artes no enseñan esta técnica. Por eso es difícil heredar lo tradicional. Además, como no dejan aprendices en el taller, cuando nosotros muramos nadie sabrá continuar. En la Escuela no enseñan lo tradicional. Si acaso una técnica que a nosotros nos ha servido para luego adaptarla aquí. Allí solo van a lo moderno. Yo cuando estudiaba, ya venía por aquí y así aprendí esta forma tan nuestra de pintar. -"¿Cuando tenéis más trabajo?". -"Trabajo hay siempre, porque estas piezas son muy solicitadas para las nuevas casas y para restauración de las antiguas. La Navidad es buena época. Se venden muchos regalos y recuerdos". Cabe la posibilidad de pensar que este arte, esta industria, esté viviendo sus últimos años de vida. Un transistor perdido por algún rincón entre tarros de pinturas de vivos colores, cuenta, con un sonido muy agudo, las peripecias de los personajes de una novela lacrimógena. En mitad de la estancia, un brasero de picón.

La mujer.

Pasamos a otra salita donde trabaja una mujer callada y sola. Está pintando los llamados azulejos de relieve. Con una escobilla característica, rellena las zonas de pintura. Hay poca luz, frío y algo de humedad. Sigue el sonido del transistor. En nuestra breve conversación se advierten gestos de orgullo y resignación. -"Esto no está bien pagado. Se vive, pero nada más. Siempre pensamos que los artistas estarían bien remunerados". -"Nosotros cobramos por piezas... Lo malo es que a donde voy a ir yo, con mi edad. Y, además, esto es lo único que sé hacer en la vida". La destreza y agilidad con que esta mujer pinta es inconcebible. A primera vista me sorprenden sus movimientos excesivamente mecani-

Estos pintores poseen una gran técnica, pero están sometidos a un sistema de fabricación que les impide la posibilidad de la libre creación zados. Claro. Es que a más piezas, más dinero. Y para ganar más dinero hay que correr... Quizás estemos asistiendo a la muerte de unos artesanos, de unos artistas, que han heredado cinco siglos de tradición.

La exposicion. Accedemos a la sala de ex-

posición al público. Un gran azulejo recuerda la visita y las compras que la Reina Victoria realizara el día 8 de febrero del año 1908. Los dependientes -guardapolvos marrones- andan serios y deprisa de acá para allá. Hay mil objetos, pero ninguno podrá ser igual a otro. Todos son obras únicas, porque aquí no hay máquinas. Aquí hay manos. Cada pincelada será distinta a la anterior. Las flores y las casitas se parecen, pero son diferentes. Hay macetas, ánforas, azulejos, remates, frisos... Se te antoja llevártelo todo y hacerte una casita mágica, llena de colores y dibujos inocentes...

Desequilibrios. Todos dicen lo mismo. -Se va tirando. Se paga, pero lo justo. Lo que marca la ley. Escudriñamos por la exposición y encontramos un mosaico muy grande, marcado en 35.000 pesetas. -"El pintor que lo realizó tardó una semana en terminarlo y recibirá el diez por ciento del precio de venta". En estas condiciones será muy difícil mantener en marcha esta tradición trianera. Se perderá, porque los hijos de estos artistas terminarán haciéndose representantes o colocándose en un supermercado. No solo la invasión de los plásticos y los envases metálicos van a matar la industria del barro. No solo los nuevos conceptos en decoración, sino una falta de actualización en las remuneraciones. Quizá un día descubramos que esta artesanía trianera no murió sola, sino que la fueron matando poco a poco.

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LITERATURA

Fernando de Magallanes ‘Navigare necesse est; vivere non est necesse’. Este proverbio de la gente de mar de la época ejerce su dominio en las almas de una generación de descubridores. Y ya es sabido que donde exista una generación decidida, el mundo se transformará. Por José Manuel Piñero Velasco

U

na expedición alcanza a la otra; y es que, en realidad, es como si de pronto se hubiera disipado una muralla de niebla, de Norte a Sur y de Oriente a Occidente surgen por todas partes islas nuevas, territorios desconocidos y en el espacio de dos, de tres decenios, el par de centenares de barcos pequeños que zarpan de Sevilla, Cádiz, o Palos, descubren más mundo desconocido que antes la Humanidad entera en el transcurso de miles de años de existencia. Los anales de aquellas jornadas de descubrimientos serán de memoria perdurable.

Desde que los romanos, a través de sus viajes y sus campañas, empezaron a hallar gusto en los ingredientes estimulantes, calmantes o embriagadores de Oriente, las tierras occidentales no saben ya prescindir de la especiería índica, tanto en la cocina como en la bodega. Era como si el aroma de las flores orientales hubiera enajenado con su mágica influencia el alma de Europa. Absurda podrá parecer hoy esta valorización, tanto como justificada la vemos en cuanto consideramos las dificultades y el riesgo del transporte. Oriente y Occidente están en aquel entonces a una distancia imponderable entre sí. Ninguna de esas especias es en sí misma una rareza. Allá, a la otra parte del globo terráqueo, crecen los tallos de canela, de Tídore, los clavos de Amboina, las nueces moscada de Banda, los arbustos de pimienta del Malabar, y crecen con la misma prodigalidad y espontaneidad que los cardos en nuestro suelo, y allá en las islas malayas, un quintal de ellos no tiene más valor que en Occidente lo que cabe de los mismos en una punta de cuchillo. Los descubrimientos no se entendería , sin la ambición de los hombres y gobernantes por enriquecerse.

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© Jesús Daza Sánchez

En el principio eran las especias...

Pero hablemos de Magallanes a quién deseo dedicar este artículo. Porque Magallanes fue toda su vida uno de esos hombres que no son notado. No sabía hacerse valer ni querer. Pero en cuanto se le proponía una tarea, y mejor si se la proponía él mismo, este hombre oscuro que queda en último término, actúa con una prudencia y un valor generoso digno de admirar. No es, en cambio, de los que saben sacar partido o adornarse con lo llevado a cabo; quedo y paciente, ocupa su sitio en último término. Sabe callar, sabe esperar, como si presintiera que para la tarea que le toca cumplir, el destino le reserva todavía largos años de experiencia y de prueba. Las épocas heroicas no son ni fueron nun-

ca sentimentales, y muy pobre correspondencia obtuvieron de sus reyes, aquellos esforzados con-


Triana quistadores que ganaron mundos para España o para Portugal. Colón vuelve a Sevilla encadenado; Cortés cae en desgracia; Pizarro es asesinado; Núñez de Balboa, el descubridor del Mar del Sur, muere decapitado; Cervantes paladín y poeta, calumniado por miserables funcionarios provinciales, pasa meses y años, como su gran colega portugués Camoens, en una prisión no mucho mejor que un estercolero.

Desamparados, invadidos

de piojos, vagan por las callejas de Sevilla y Triana como mendigos, los mismos marineros y soldados que hicieron presa en las joyas de Moctezuma y en las cámaras del oro de los Incas para engrosar el tesoro de la Corona de España. Pocos son los que perdonó la muerte más allá en las colonias, y los supervivientes vueltos a su patria vagan sin gloria.

Tremolan en el río flámulas y velas en

los barcos nacionales y forasteros acoderados en el puerto; desborda la rada de mercancías, que colman asimismo los almacenes de las atarazanas; y millares de personas circulan por las calles. En las factorías, en la Casa de la Contratación y en los cuchitriles de los corredores cunde un torbellino babilónico de todas las lenguas.

La habilidad y la flexibilidad nunca se avinieron con Magallanes. Por poco que sepamos de él, basta para cerciorarnos de que aquel hombre tostado, pequeño, borroso y reservado no poseyó ni un gramo siquiera del don de gentes. El rey de Portugal, no se sabe por qué, le tuvo inquina toda la vida y aun su inseparable Pigafetta ha da confesar que los oficiales lo odiaban sinceramente. Todo era aspereza a su alrededor. No sabía sonreír ni ser amable ni complaciente, como tampoco, dar cuerpo a sus ideas en la conversación. Nada afable ni comunicativo, siempre envuelto en una nube misteriosa, el solitario eterno debía crear a su alrededor una atmósfera glacial, de incomodidad y de recelo, pues pocos llegaron a tratarle y prácticamente ninguno conoció su intimo sentir. Magallanes, desde el abismos de su ser, fue siempre creándose alrededor la oposición. No era fácil estar con él y por él; quizás era más difícil aún, para el trágico solitario, estar tan solo consigo mismo. Pero lo heroico es siempre irracional y antirracional. La gran acción de un pueblo en par-

Aquel hombre tostado, pequeño, borroso y reservado no poseyó ni un gramo siquiera del don de gentes ticular se realiza siempre para todos los pueblos. Todos barruntan que ese primer asalto a lo desconocido, rompe con las medidas, nociones e ideas de distancia hasta entonces aceptadas, la Edad Media, ha tocado a su fin, y se inaugura una nueva edad que pensará y creará dentro de otras dimensiones de espacio.

La venturosa empresa de Colón levan-

ta de pronto en Europa un verdadero pasmo. Y luego, estalla un delirio de aventuras y de ansias de descubrimientos como nunca había conocido nuestro viejo mundo. A1 buen éxito de una personalidad valerosa, sigue siempre una corriente de celo y de valor en toda una generación. Un solo hecho quedaba por cumplir, el último, el de más bizarría, el más costoso: dar la vuelta a toda la Tierra en un buque, y en este único viaje medir y probar con toda evidencia la forma redonda de nuestra tierra, contra todos los cosmólogos y los teólogos del pasado.

Al borde de los treinta y seis años,

Magallanes decide que ya ha sacrificado bastante tiempo a los intereses y a la fama de los demás. Otro cualquiera, después de la negativa del rey Manuel, seguramente hubiera abandonado en el acto el país para ofrecerse a un monarca extranjero. Notan a lo más si es que esto es de notar en un curtido navegante de Indias que Magallanes frecuentaba mucho los grupos de pilotos y capitanes, principalmente los que en tiempo surcaban las aguas del Sur. ¿Pero de qué pueden hablar mejor los cazadores sino de caza, y los navegantes de cosas de mar y del descubrimiento reciente de tierras?

Más bien puede resultar

chocante la amistad que ha hecho Magallanes con Ruy Faleiro, con quien parece intimar de día en día, por lo inquieto y nervioso, por su fogoso intelectualismo y la vehemencia de su temple, presuntuoso y pendenciero como es, no se diría apto para

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LITERATURA

© Jesús Daza Sánchez

derrotero que todos los otros navegantes persiguieron sin resultado? Nunca se ha acercado él mismo a la costa americana, y su colega Faleiro tampoco. Si afirma, pues, con tal certeza la realidad de este derrotero será porque le consta su existencia y su situación por experiencia de algún predecesor que vio el paso. Pero si otro navegante lo hubiera visto, entonces ¡complicada situación! Magallanes no seria el glorioso descubridor que festeja la Historia, sino el plagiador, el usurpador de la realización ajena. Entonces estaría tan fuera de lo justo el haber dado su nombre al estrecho de Magallanes, como el dar a América el de Américo Vespucio, que no fue su descubridor. congeniar con el navegante guerrero, silencioso, contenido, impenetrable. Pero las dotes de los dos hombres, a los que pronto se ve como inseparables, precisamente porque son los dos polos, dan por resultado una cierta armonía que necesariamente será breve. Para Magallanes son importantes la aventura del mar y la investigación práctica del mundo terrestre, para Faleiro lo más apasionante son las noticias abstractas del cielo y de la tierra y en esta esfera abstracta, como cartógrafo y astrónomo, es considerado la más alta autoridad. Precisamente porque son como dos polos opuestos en sus dotes e inclinaciones, se completan ambos felizmente, como siempre se han completado el cálculo y la experiencia, la idea y la acción, el espíritu y la materia.

Y, de pronto, sale del anónimo de su existen-

cia el pequeño capitán Magallanes y declara, con la emoción de la seguridad absoluta: "Hay un paso del océano Atlántico al Pacifico. Lo sé; conozco el sitio. Dadme una escuadra y, en beneficio vuestro, llegaré a él; y, de Este a Oeste, daré la vuelta a toda la tierra."

Pero ¿cómo puede

Magallanes -aquí el enigma- conocer de antemano la situación de este

El 22 de marzo de 1518, Carlos V, en nombre de su madre Juana, acepta las condiciones de Magallanes y de Ruy Faleiro en su totalidad 34

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Su colega Faleiro ha calculado cálculo erró-

neo, como errónea era la información que tenía Magallanes que las islas de las especias han de caer fuera de la opción portuguesa, en la zona que el Papa destina a España en su partición, y, por lo tanto, vendrán a ser patrimonio de la corona española y no de la portuguesa. Las islas más opulentas del mundo y el camino más corto para llegar a ellas, es el premio que brinda a Carlos V el pequeño capitán portugués.

El 20 de octubre de 1517 llega a Sevilla,

acompañado de su esclavo Enrique, que le sigue hace años como su sombra. No es Sevilla, en aquel entonces, residencia del rey de España Carlos I, a quien conocemos como Carlos V en calidad de rey de ambos mundos; pero salen de las riberas del Guadalquivir la mayoría de los veleros que van a Occidente, y es tal la afluencia de compradores, capitanes, corredores y factores, que el rey manda erigir una Casa del Comercio propia: la famosa Casa de Contratación, Casa de Indias o Casa del Océano. Quien proyectase una nueva empresa bajo pabellón español habrá de presentarse, primero, en la Casa de Contratación en demanda de permiso o de apoyo.

No hay mejor testimonio de la extraor-

dinaria facultad de reserva de Magallanes y de su genial capacidad de callar y esperar, que el aplazamiento de esta indispensable diligencia. Nunca extravagante, jamás excediéndose en el optimismo ni mintiéndose a sí mismo vanidosamente, sino más bien calculador constante, psicólogo y realista, Magallanes pone en la balanza sus garantías personales y decide que no son de suficiente peso. En la casa de Diego Barbosa, otro portugués


Triana que renunció a su nacionalidad y está al servicio de España como alcaide del Arsenal hace catorce años, es recibido desde luego cordialmente. Muy considerado en toda la ciudad, caballero de la Orden de Santiago, resultó para el recién llegado un ideal fiador. Existen bastantes datos que coinciden en establecer el parentesco de Barbosa y Magallanes, pero lo que desde el primer momento estrecha el vínculo entre ambos, mejor que cualquier parentesco de tercer grado, es el hecho de ser Diego Barbosa, desde bastantes años antes que Magallanes, viajero de Indias.

Su hijo, Duarte Barbosa,

ha heredado la pasión de la aventura. Estos tres hombres contraen pronta amistad. Barbosa insta, hospitalario, a Magallanes para que se quede a vivir con él; su hija Bárbara no tarda mucho en sentir preferencias por el hombre de treinta y siete años, enérgico y autoritario. Antes de acabar el año, Magallanes pasa a ser yerno del alcaide, asegurándose con ello simpatía y arraigo en Sevilla. Ya no es el refugiado, sino el vecino de Sevilla. Acreditado por su amistad y su pronta alianza con los Barbosa, escudado en la dote de su mujer, que importa 600.000 maravedíes, puede ahora sin vacilaciones franquear el umbral de la Casa de Contratación. No existen noticias fidedignas acerca de las relaciones que con ella debió de tener, ni de la acogida que debieron de dispensarle. Sólo sabemos de cierto que la Casa de Contratación, no quiso o no pudo participar en la empresa del desconocido bajo propia responsabilidad y riesgos. La Casa de Indias no patrocinó la empresa de Magallanes.

Juan de Aranda, el factor, el director de la Casa de Contratación, tiene un gran deseo de oír en privado algo más de aquel plan interesantísimo y que él cree rico en perspectiva. Cierto que este modo de obrar dando carpetazo a un proyecto como funcionario de la Corona y cortesano, para aceptarlo bajo mano, no es muy correcto ni muy limpio; y, en efecto, más tarde, la Casa abrió un proceso contra Juan de Aranda por su participación financiera en él.

Era de esperar que el bravo astrólogo acogería entusiasmado, el sorprendente progreso de las negociaciones y daría un abrazo de gratitud a su compañero. Pero en la vida de Maga-

llanes y en lo sucesivo persistirá el mismo ritmo no hay día claro que alguna nube no empañe. Ya el hecho de la afortunada iniciativa de Magallanes parecía haber exasperado el natural reacio, colérico y sensible de Ruy Faleiro, que, a causa de ella, pasaba a la reserva; y la indignación del astrólogo, tan poco versado en las cosas del mundo, llega al colmo cuando se entera de que Aranda no patrocina la empresa por amor a la Humanidad, sino porque aspira a una participación en las futuras ganancias.

Después de corto regateo son aceptadas las condiciones de Magallanes y de Ruy Faleiro en su totalidad; con una prisa en abierta oposición con la marcha ordinaria de los asuntos oficiales del país, aquél pasa delante de todos. Y el 22 de marzo de 1518, Carlos V, en nombre de su madre Juana incapacitada por su locura y con el solemne "Yo el Rey", firma de su puño y letra la Capitulación, o sea el compromiso con Magallanes y Ruy Faleiro. "Pues que vosotros así empieza el extenso documento , Hernando de Magallanes, caballero, natural del reino de Portugal, y el licenciado Ruy Faleiro, del mismo reino, estáis dispuestos a prestar a Nos un gran servicio dentro de los límites que a Nos pertenecen en la parte del océano que Nos fue adjudicada, ordenamos que, al efecto, sea puesto en vigor el siguiente pacto." La primera embestida contra Magalla-

nes viene de Portugal. Ya es de suponer que el rey Manuel se ha enterado enseguida del pacto concertado: no podía anunciársele nada peor. El monopolio de las especias producía a la Corona doscientos mil ducados, y ahora sus flotas se aprestaban a asomarse a los mismos veneros del oro, a las islas de las especias. Y encarga a su embajador en la corte española, Álvaro da Costa, de matar al pájaro en su nido.

Álvaro da Costa emprende la tarea con energía y por los dos cabos. Va primero a Magallanes e intenta la miel y el látigo atraerlo y amedrentarlo a la vez. Pero Magallanes sabe muy bien lo poco que le ama su señor; sospecha, no sin razón, que a la vuelta a su patria no le esperaría seguramente en ella ningún saco henchido de oro, sino una aguda puñalada, y declara, sintiéndolo mucho, que es demasiado tarde. Ya ha dado su palabra al rey de España y es preciso cumplirla.

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LITERATURA

El 10 de agosto de 1519 los cinco barcos dejan la rada de Sevilla tras la despedida en la Capilla de la Virgen de la Victoria en Triana Pese al éxito le sigue como sombra la sos-

pecha: quien ha desertado de un pabellón, fácilmente traicionará al nuevo; quien ha abandonado a un rey, podría ser infiel a otro rey. El desertor siempre está perdido, tanto si triunfa como si es vencido, odiado de los unos y de los otros; se encontrará solo en todas partes, y solo contra todos.

El 10 de agosto de 1519, un año y cinco

meses después de que Carlos I, el futuro señor de ambos mundos, firmase el pacto, los cinco barcos dejan, por fin, tras de sí la rada de Sevilla. La despedida se ha celebrado en la Capilla de la Virgen de la Victoria en Triana, después de haber prestado de rodillas el juramento de fidelidad, recibe el estandarte real de manos del corregidor Sancho Martínez de Leyva.

Conoce los cinco barcos con la misma exactitud que su propio cuerpo. El mayor entre esa familia de buques reunidos como hermanos es el San Antonio, con sus ciento veinte toneladas. Por algún motivo que desconocemos, Magallanes lo confía al mando de Juan de Cartagena, y elige para sí el Trinidad, que será la nave capitana, a pesar de sus diez toneladas menos. Por orden de magnitud siguen luego el Concepción, con noventa toneladas, al mando de Gaspar Quesada; el Victoria, que hará honor a su nombre, capitaneado por Luis de Mendoza, con ochenta y cinco toneladas: el Santiago, de setenta y cinco, al mando de Juan Serrano. Magallanes quiso expresamente esa variedad de tipos, porque necesitaba los pequeños, por su menor calado, como embarcaciones de reconocimiento y, a la vez, como avanzada; será preciso, por otra parte, un arte muy marinero para mantener reunida constantemente en mar abierto una escuadrilla de hermanos desiguales entre sí. La tarea más difícil para Magallanes, en medio de todas las dificultades de la expedición, consiste en la diversidad de tonelaje y velocidad 36

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de cada uno de los cinco barcos, que hace muy difícil mantenerlos como formando un solo grupo. Por eso antes de zarpar, Magallanes había elaborado, en avenencia con la Casa de Contratación, un sistema especial para mantener el continuo contacto.

Fue arando el mar por aguas conocidas,

hasta que Magallanes a la vista de aquellas moles gigantes de agua, vivió desde el primer momento en la certidumbre que se hallaba ante el derrotero tan soñado, lo prueba la obstinación con que, durante quince días perdidos en tanteos, recorre la desembocadura del Plata. Apenas ha calmado un poco la tempestad que se les vino encima a la llegada, Magallanes divide la flota. Los barcos más pequeños son mandados al supuesto canal en dirección oeste en realidad, corriente arriba . Los dos mayores, bajo su mando personal, atraviesan la desembocadura del Plata hacia el Sur, "por ver si había pasaje". Lenta y cuidadosamente mide todo el circuito de la bahía en dirección sur, mientras los barcos pequeños recorren el Oeste. ¡Amargo desengaño! Al cabo de quince días de excitado pilotaje en "Montevidi" (posteriormente Montevideo) alborean por fin las velas de los barcos que vuelven. Pero ni una flámula que anuncie la alegría en los mástiles. Los capitanes llegan con esta noticia al estrecho que, en su precipitación, confundieron con la travesía perseguida, no es más que una poderosa corriente de agua dulce la cual, en memoria de Juan de Solís, que persiguió también por allí el camino hacia Malaca y sólo halló la muerte, llaman Río de Solís hasta más tarde no fue llamado Río de la Plata-.

Es hora de que Magallanes ponga en

tensión sus músculos de acero. Ninguno de los capitanes, nadie en la tripulación, ha de darse cuenta del golpe mortal que sufre con esta desilusión su íntimo convencimiento. Porque una cosa sabe ahora de cierto el almirante: aquel mapa de Martín Behaim era falso, y un error, por precipitación, aquellas noticias de los portugueses acerca de la supuesta travesía descubierta.

Oscuros pensamientos debieron de tur-

bar el alma de Magallanes, desde el instante en que vio de vuelta los barcos exploradores. Y como se ensombrece su interior, se ensombrece


también el mundo externo. La costa se muestra cada vez más ingrata, más desnuda y vacía, y más opaco el cielo. Aquí no hay más que pingüinos zancajeando por la playa desnuda, huyendo, temerosos, al acercarse alguien; y los leones marinos revolcándose perezosamente torpes, sobre los peñascos. A decir verdad, Magallanes ya no tiene, de un tiempo acá, fe alguna en el mapa que primero le instó al viaje y luego le traicionó durante el mismo. Pero ¿quién sabe si se hará el milagro?. Cuando el 24 de febrero llega la flota a la vista de otra ancha e interminable bahía, el golfo de San Matías, la esperanza se reanima todavía, como la llama de un cirio. Magallanes manda una vez más los barcos pequeños a la exploración. ¡Nueva desilusión! Otra bahía cerrada. Exploran otras dos con igual resultado: la bahía de los Patos, llamada así porque abundan en ella los pingüinos, y la bahía de los Trabajos, porque fueron terribles los que hubieron de soportar los hombres que allí tocaron tierra.

Y las naves van costeando más y más le-

jos bajo el cielo sombrío. La soledad se hace cada vez más atroz, más cortos los días y más interminables las noches. Ya no resbalan los barcos en el azul suave al soplo de la brisa ligera: ahora la tormenta helada maltrata el velamen, caen los granos blancos de la nieve y la escarcha y el mar de plomo se encabrita amenazador. Dos meses lucha la flota contra la atmósfera hostil, para ir del Río de la Plata a Puerto de San Julián. Los marineros han de luchar casi a diario contra los huracanes; los bruscos embates del viento que rompen mástiles y rasgan velas; el frío arrecia de día en día, crece la oscuridad y el paso no aparece. Mientras la flota rebuscaba todos los recodos, todas las bahías, el invierno les ha dado alcance, y ahora tienen delante el peor enemigo, el más peligroso, que les cierra el camino con sus tormentas.

Poco a poco se manifiesta la intranqui-

lidad en la tripulación; sienten todos instintivamente que algo no va bien. Un sol sin virtud asoma pálido entre las nubes, pero aún más a menudo el cielo está totalmente cubierto y el aire tiene sabor de nieve. ¡Y qué soledad, qué desamparo horrible alrededor! ¿Adónde los ha llevado el loco portugués? Que suerte es la suya en aquellos sitios desolados, que ningún cristiano habrá pisado antes y que no quieren por morada ni siquiera el oso y el lobo.

© Jesús Daza Sánchez

Triana

Con callada satisfacción observan los

capitanes el creciente enojo de la tripulación. Ellos no se mezclan en la cuestión y evitan las conversaciones con el almirante, siendo curioso ver cómo acentúan todavía la actitud reservada. Sabiendo más que él de cosas náuticas, no puede haberles pasado inadvertido que Magallanes ha debido de ser inducido a error por unos mapas equivocados.

No se puede imaginar situación moral más terrible que la de Magallanes durante aquellas semanas. Porque desde las dos veces (la primera en la desembocadura del Plata, y la segunda en la bahía de San Martín) en que fue cruelmente defraudada su esperanza, ya no puede disimularse a sí mismo que la fe sagrada en aquel mapa de Behaim y en las opiniones, tenidas muy a la ligera por ciertas, de unos pilotos desconocidos fueron error sobre error. En aquella prisión de invierno de la bahía de San Julián, cubierta de nubes, habrán de chocar las extremadas diferencias con mucha mayor violencia que en pleno mar. La culpa de esta situación peligrosa recae más bien en Magallanes que en los capitanes, y se ha abusado representando a unos oficiales indómitos, a un pelotón de siniestros traidores, como los eternos envidiosos y enemigos del genio. Los capitanes de Magallanes, en aquellos momentos críticos, no solamente tenían el derecho, sino la obligación de pedirle cuentas de sus propósitos, porque les va en ello no tan sólo su propia vida, sino también la de aquellos hombres que el rey puso a su servicio. Al designar expresamente Carlos V como inspecto-

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LITERATURA sía. Amarga debió de ser aquella comida de Pascua que había preparado como una fiesta de la paz.

Un plan excelente en idea, no

res de su flota, a Cartagena, Mendoza y Antonio de Coca, con el título y el sueldo correspondiente, les imponía la responsabilidad de velar por la hacienda del rey representada en las cinco naves y defender los bienes de la Corona de España, en el caso de que se vieran en peligro. Y en peligro están ahora, en peligro de muerte.

Los oficiales tienen, pues, el derecho de su

parte y la situación de Magallanes es muy falsa. Si le instan no es por una vana curiosidad, sino por el imperativo del deber. Sea dicho en su honor: los capitanes no atacaron arteramente a Magallanes por sorpresa. Le hacen la última insinuación, dándole a entender que se les acaba la paciencia, y Magallanes pudiera haberlo entendido muy bien.

Para atenuar con un gesto sociable y corte-

sano la exacerbación de los capitanes, los invita solemnemente a oír la misa juntos el domingo de Pascua de Resurrección, y a comer, luego, a su mesa en la nave almirante. Pero los hidalgos no se dejan comprar por una comida. Puesto que el alto señor Fernando de Magallanes, que se ganó la insignia de caballero de Santiago con puras fanfarronadas, no les ha concedido ni siquiera una entrevista durante nueve meses, haciendo caso omiso de su experiencia de navegantes y de su real empleo, le dan atentamente las gracias sin aceptar la invitación. Mejor dicho, ni las gracias le dan. Queda excluido hasta ese ademán de corte-

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lo será menos en la ejecución, conocidas las dotes de los capitanes. Surca el bote precavidamente, con sus treinta hombres armados, hacia el confiado San Antonio, que dormita en el puerto sin un mal centinela a bordo, libre de sospechas adversas. Por medio de la escala de cuerda trepan los atacantes, siendo los delanteros Juan de Cartagena y Antonio de Coca. Conocedores de la nave como antiguos capitanes de la misma, hallan a tientas el camino hasta el sitio donde duerme el comandante. Antes de que pueda incorporarse, aturdido, Alvaro de Mesquita ve unos hombres armados que le rodean, le ponen grilletes en los pies y le empujan hacia la cabina del amanuense. Algunos marineros se han despertado y uno de ellos, el maestre Juan de Elorriaga, sospecha la traición. Pregunta bruscamente a Quesada qué es lo que le lleva allí de noche. Pero Quesada, por toda respuesta, sin vacilación, le asesta seis puñaladas, y Elorriaga se desploma bañado en sangre... Todos los tripulantes portugueses son aherrojados. Con esto se da jaque mate a los más fiados partidarios de Magallanes, y para granjearse al resto de la tripulación, Quesada manda franquear las despensas y permite que todos los marineros puedan tomar esta vez una abundante ración de pan y de vino. A no ser por el enojoso apuñalamiento de Elorriaga, que convierte en rebelión sangrienta aquel simple secuestro, el golpe ha sido a satisfacción de los capitanes españoles. Sin cuidado pueden Juan de Cartagena, Quesada y De Coca remar hacia sus barcos para ponerlos en disposición de luchar, si conviniera; entre tanto, el San Antonio queda confiado a uno cuyo nombre aparece aquí por primera vez: Juan Sebastián Elcano. En esta ocasión se le llama para impedir que se realice la idea de Magallanes; en una segunda ocasión el destino lo elegirá para dar remate a la idea de Magallanes.

Magallanes abarca enseguida la situación: el San Antonio ha caído en manos de los rebeldes. Se le han adelantado. Pero ni esta sorpresa de


Triana muerte es capaz de alterar el pulso ni de embrollar un momento la claridad de su raciocinio. Lo primero que hace es procurar formarse una idea panorámica de la extensión del peligro: ¿cuántos barcos le quedan adictos? ¿Y cuántos son los contrarios? Manda sin demora el bote de una a otra nave. Con exclusión del poco considerable Santiago, decláranse a favor de los rebeldes el San Antonio, el Concepción y el Victoria. Tres contra dos, o, mejor dicho, tres contra uno, ya que, en el caso de un combate, el Santiago no contaría. Parece pues, en su disfavor la partida, y otro cualquiera la abandonaría. En una noche ha quedado anulada la empresa a la cual Magallanes ha dedicado años de su vida. Para proseguir el viaje a lo desconocido cuenta ahora solamente con su nave almiranta. Imposible. No puede renunciar a las otras naves, pero tampoco puede contar con ganarse su obediencia. No es de esperar auxilio de nadie en una zona que la quilla de un barco europeo nunca ha surcado todavía. Sólo le quedan a Magallanes, en esta situación terrible, dos soluciones. Una, la más lógica y dada su posición de inferioridad, la más natural, sería doblegar su rigidez y procurar llegar a una transacción con los capitanes; y la otra, descabellada pero heroica: jugárselo todo a una carta y, a pesar de lo cerrado del horizonte, intentar un golpe, por su parte, encaminado a dividir a los rebeldes.

Conocen su valor, pero no su astucia. No

sospechan que el diligente calculador puede llegar a emprender lo inverosímil: un ataque en pleno día con un puñado de hombres, contra tres barcos bien pertrechados. Ya es una maniobra genial la de no escoger para el temerario ataque el San Antonio, donde está encadenado su primo Mesquita. Porque, naturalmente, contra éste el ataque era más de recelar. Precisamente porque se espera el golpe a la derecha, Magallanes cae contra la izquierda, no contra el San Antonio, sino contra el Victoria.

Cada particularidad de este contraataque ha sido objeto de meditación. En primer lugar, Magallanes entretiene a los que en bote a remo le han traído la 'suplicación' de Quesada, con lo cual se gana en dos sentidos: primero, debilitar la tripulación de los barcos rebeldes restándoles algunos hombres, y segundo, disponer de dos botes en vez de uno, ventaja que parece insignificante, pero que en el ataque se manifestará muy pronto

Para atenuar con un gesto sociable y cortesano la exacerbación de los capitanes, los invita a oír la misa juntos el domingo de Pascua de Resurrección decisiva. Reservando su propio bote, puede ahora con el otro, como tomado en corso, mandar al Victoria, acompañado de cinco hombres, a su incondicional maestre de armas, el alguacil de la flota Gonzalo Gómez de Espinosa, con una carta para el comandante sublevado Luis de Mendoza. Sin maliciar nada, ven los rebeldes desde sus bien armados barcos el lejano bote que se acerca a remo. Nada sospechan. ¿Cómo podría un bote tripulado por cinco hombres atacar una nave con sesenta soldados bien armados, disponiendo de bombardas y capitaneada por un hombre de la solvencia de Mendoza? Una cosa no han podido observar, y es que los cinco hombres esconden unas armas debajo del vestido, y que Gómez de Espinosa va con un encargo de importancia. Despacio, muy despacio, con una lentitud tasada de antemano, en la que se ha calculado hasta el segundo, sube a bordo con sus cinco soldados y entrega al capitán Luis de Mendoza la invitación de Magallanes, que le llama a una entrevista en la nave capitana.

Mendoza lee la carta. Se acuerda muy bien de la escena cuando Juan de Cartagena fue prendido por sorpresa en el Trinidad como un delincuente. ¡No sería él, Luis de Mendoza, tan majadero que se dejara coger en la ratonera! "No me pillará allí", sonríe durante la lectura de la carta. Pero su sonrisa acaba en un grito ahogado. El puñal del alguacil le ha dado en la garganta un golpe mortal. En el mismo instante y aquí se ve con qué fantástica exactitud había calculado Magallanes cada minuto y cada metro de paso a remo de un barco a otro trepan a bordo del Victoria sesenta hombres con todas las armas, que Duarte Barbosa ha conducido en el otro bote de1 Trinidad. Fascinados, miran los tripulantes el cadáver de su capitán, a quien el maestre de armas de la flo-

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LITERATURA ta ha ajusticiado de un solo golpe, y antes de que hayan tenido tiempo de explicarse lo sucedido y formar una decisión, ya Duarte Barbosa se ha hecho cargo del mando y sus hombres ocupan todos los sitios, dando órdenes que la tripulación, angustiosa, ejecuta. En un momento se ha levado el áncora, se han izado las velas, y antes de que los otros dos barcos rebeldes vean el relámpago iluminar el espacio sereno, el Victoria, apresado por su almirante, se acerca ya a la nave almirante para ponerse a su lado. Tres naves: Trinidad, Victoria y Santiago, se oponen ahora al San Antonio y al Concepción, cerrando la boca de la bahía contra cualquier intento de huida de los rebeldes.

Son vanos los intentos de Gaspar Quesa-

da, que se presenta de punta en blanco a su gente, en una mano la lanza, y la espada en la otra, para excitarlos al combate. Despavoridos, ya no le siguen. Basta para vencer cualquier resistencia, en el Concepción y en el San Antonio, la sola presencia de un bote tripulado por unos marineros de Magallanes. Al cabo de pocas horas Alvaro de Mesquita anda en libertad y quedan presos los capitanes rebeldes en las mismas cadenas que humillaron al fiel seguidor de Magallanes.

Rápida como una tempestad estival ha

descargado la tensión, y el primer rayo ha aniquilado la sublevación en su raíz. Pero tal vez la lucha visible sea la parte más fácil de la tarea, porque según la ley natural y la guerrera, el hecho no puede quedar sin consecuencias. Un combate terrible se levanta en el ánimo de Magallanes. El Rey le reconoció explícitamente un derecho ilimitado de vida y muerte, pero los principales culpables son también hombres de confianza de la Corona. Si sólo atendiera a la autoridad de que dispone, debería castigar duramente a algunos de los rebeldes, a los cuales no puede castigar. A mil millas del hogar, en un sitio inhospitalario, no puede, como almirante, privarse de cien po-

Era más que probable que aquel canal saliera al Mar del Sur, cuyas orillas divisara hacía pocos años, desde las alturas de Panamá, Núñez de Balboa 40 Revista TRIANA

bres trabajadores; no tiene más remedio que seguir con los culpables y ganarles el corazón por la bondad, sin que, por otra parte, pueda prescindir de atemorizarlos con un castigo ejemplar. A fin de manifestar su autoridad con un enérgico escarmiento, Magallanes se decide sacrificar a uno solo, y elige al único que se había puesto a la cabeza del motín con el acero desnudo: el capitán Gaspar Quesada, que había herido mortalmente a su fiel piloto Elorriaga.

Y Magallanes dicta la sentencia. Gaspar Quesada es condenado a muerte, la única gracia que el almirante otorga al noble es que la ejecución no sea en garrote, sino bajo el sable. Pero ¿quién será el verdugo? Difícilmente se hallará un voluntario entre los tripulantes. Por fin se improvisa uno, ¡y a qué espeluznante precio! El criado de Quesada puso también sus manos en la agresión a Elorriaga y ha sido declarado culpable. Y ahora se le brinda el perdón, en el caso que se halle dispuesto a llevar a cabo la decapitación de Quesada. La alternativa entre ser degollado él mismo o ser el degollador de su patrón, debió de levantar un áspero combate en la conciencia de Luis de Molina, el criado de Quesada. Por fin, se declara dispuesto para la ejecución. De un solo golpe separa del tronco la cabeza de su amo para salvar 1a propia. Hebbel dijo un día esta frase magnífica: "A

la Historia le es indiferente cómo suceden las cosas. Se pone al lado del que ejecuta, del ganador". Si Magallanes no hubiera encontrado el paso, si no hubiese llevado a cabo su empresa, la eliminación de los capitanes españoles que protestaron contra su arriesgada aventura sería considerada como un asesinato. Pero como los hechos se cuidaron de dar la razón a su empresa, encumbrándolo a perpetua memoria, los muertos sin gloria pasan al olvido, y si no en lo moral, en lo histórico, el buen éxito de Magallanes ha venido a justificar su dureza e inflexibilidad.

Cuatro, cinco meses, queda sitiada por el invierno, en este lamentable puerto de las desdichas, la flota de Magallanes. Por fin, una señal en la cofa. ¡Horror! No son los barcos de regreso lo que el vigía señala, sino una columna de humo que se ve en la lejanía. ¡Momento terrible! El significado de aquel humo es una demanda de auxilio de los náufragos.


Triana

¡Pero hay un cambio inesperado! El San

Antonio, y el Concepción, sanos y enteros... Pero ¿qué es aquello? No bien se han hecho visibles a Magallanes y a los suyos, uno, dos, tres fogonazos centellean a babor, seguidos del estampido de los cañones, que se ensancha en el eco de las montañas. ¿Qué ha sucedido? ¿Cómo es que banderas y gallardetes van izados en todo su esplendor y con tal profusión que Magallanes no cree a sus ojos? ¿Qué señas son aquéllas y qué voces de capitanes y marineros, y por qué las dan? La distancia no le permite todavía entender las voces entremezcladas, ni lo que quieren significar sus camaradas. Pero todos, y Magallanes el primero, tienen la impresión de que es aquél el lenguaje del triunfo.

Y, realmente, el mensaje que traen las

dos naves es un fausto mensaje. A los dos barcos les fue mal al principio. Habían penetrado ya muy adentro en la bahía cuando estalló la tormenta. Por más que cogieron rizos a las velas, el torbellino de la corriente los empujó indefensos, agotándolos, más lejos cada vez, hasta el punto de hacerles creer que iban a perecer sin remedio contra las riberas rocosas que se levantan en el fondo de la bahía. No se dieron cuenta hasta entonces de que el muro de roca que tenían delante no era del todo cerrado, sino que se quebraba tras un resalto en una especie de canal. El agua era salada en toda su extensión, y con regularidad y ritmo aparecían

las mareas alta y baja. Era más que probable que aquel fiordo, aquel canal, saliera al tan buscado Mar del Sur, cuyas orillas divisara hacía pocos años, desde las alturas de Panamá, el primer europeo, Núñez de Balboa.

En todo un año no había recibido Maga-

llanes, el hombre tantas veces puesto a prueba, una noticia más satisfactoria. Nadie sabe qué secretos votos y oraciones debió de elevar de rodillas a Dios y a sus santos. Y ahora que su fe vacilaba, la ilusión empieza a ser verdad, y el sueño a realizarse. Con sus cuatro barcos emprende Magallanes animosamente la navegación de aquel canal, que en conmemoración de la festividad del día bautiza con el nombre de canal de Todos los Santos y que la posteridad, agradecida, denominará de Magallanes.

Un mes entero perseveró en su confiada ex-

ploración, consciente de la responsabilidad. No se apresura, no se impacienta, por mucho que palpite en lo íntimo de su alma el ansia de ver, finalmente, el Mar del Sur.

Magallanes no aseguraría lo que ha su-

cedido. Sólo sabe que ha de ser algo terrible para él. Desaparece la nave mejor, la más grande y bien provista de los víveres de su flota. Pero ¿dónde habrá ido? ¿Qué ha sido de ella? Nadie puede in-

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LITERATURA formarle en la inmensa soledad, de si yace en el fondo del mar o ha desertado a toda prisa con rumbo a España.

Solamente las raras

constelaciones, la Cruz del Sur, circundada de todo su brillante cortejo, fueron testigos de lo ignorado. Ellas podían darle respuesta sobre el paradero del San Antonio. Se comprende que Magallanes, que, como tantos contemporáneos suyos, confiaba en la ciencia adivinadora de los astros, llamara al astrólogo y astrónomo Andrés de San Martín, que ocupaba en la nave el cargo de Faleiro, porque es el único que tal vez pueda leer algo en las estrellas. Le manda sacar el horóscopo para aclarar con su arte lo que haya sido del San Antonio. Y, excepcionalmente, la astrología tiene razón; vaticina que la nave ha desertado y que su capitán está preso.

primera vez desde hace tiempo. Una isla. ¡Miserable engaño! Al llegar más cerca, ven que la isla, y otra más allá, que, en su exasperación, las denominan islas Desventuradas, son tierras de rocas inhabitadas e inhabitables, un yermo sin hombres ni bestias, sin fuentes, sin frutos.

La historia de esta primera travesía del hasta

entonces innominado océano, es una de las gestas inmortales de la humanidad. El hambre y la necesidad los acosan, viajan con ellos. Su indumentaria está fuera de uso, hay desgarrones en el velamen, las cuerdas se desgastan. Y así navegan los tres barcos, veinte, treinta, cuarenta, cincuenta, sesenta días, y todavía no se divisa la tierra, ni siquiera un signo de esperanza que les indique su proximidad. Y otra semana, y otra, y otra más; cien días. En realidad ha recorrido apenas un tercio del océano desconocido que, por su calma, denomina el Pacífico, como desde entonces se llama para siempre.

Por fin llegan a una isla grande. ¡Pero aquí lo inesperado! Los isleños medio desnudos rodean a Enrique, el esclavo de Magallanes, entre charlas y risas, y el malayo se queda atónito. Ha oído primero palabras sueltas y ahora entiende lo que le dicen, lo que le preguntan aquellos hombres. El que fue arrebatado de su hogar, vuelve, al cabo de años, a oír acentos de su propia lengua. Momento memorable, pues la historia de la Humanidad no puede olvidar aquel en que, por primera vez desde que la Tierra se mueve en el universo, un hombre vuelve a su patria después de dar la vuelta al mundo. Es indiferente que sea un simple esclavo. No en el hombre, sino en su destino, hallamos aquí la grandeza. Este insignificante esclavo malayo, del cual sólo conocemos el nombre que como esclavo le pusieron, Enrique; que fue sacado de la isla de Sumatra al chasquido del látigo y arrastrado luego por las Indias y el África hasta Lisboa, es el primero, entre las miríadas de pobladores de la tierra, que a través de todos los océanos y mares, ha vuelto al lugar donde se habla su misma lengua; a través de cien mil pueblos y razas y estirpes que dan distinta forma fonética a cada concepto, regresa a aquel único pueblo que le corresponde y por el cual es comprendido.

A consecuencia de la falta de víveres frescos

En este momento Magallanes tiene con-

se presenta el escorbuto. Las encías de los atacados empiezan a hincharse y luego se corrompen; y los dientes oscilan hasta desprenderse, se forman tumores en la boca y, por fin, el paladar se hincha y duele de tal manera que, aun cuando tuvieran alimentos, los desgraciados no estarían ya en estado de tragarlos, hasta que sucumben. También a los supervivientes les quita e1 hambre las últimas energías. Tres meses y veinte días han pasado en total la solitaria caravana de los tres barcos, a través del infinito desierto liquido, soportando todos los sufrimientos imaginables, hasta el más terrible: el de perder la esperanza.

Una mañana parte de la cofa un ronco cla-

mor. Es que un marino ha visto tierra, tierra por

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ciencia de que ha logrado su fin. Viniendo del Este vuelve a bordear el circulo de idioma malayo que abandonó doce años atrás con rumbo al Oeste. Pronto le será dado devolver sano y salvo a Malaca al esclavo que en Malaca compró. Si esto sucede mañana o más tarde, o si es otro y no él quien llega a las islas prometidas, es indiferente. Porque lo propio de su empresa queda ya cumplido en este momento único que da testimonio, por primera vez y para todos los tiempos, de que el hombre que avanza perseverante en el mar, ya sea hacia el sol o bien contra su curso, tiene que volver necesariamente al mismo sitio de donde salió. Lo que los más sabios sospechaban hacía miles de años, lo que soñaban los ilustrados, acaba de demostrar que es cierto, con su tesón, un


Triana hombre único. La tierra es redonda. Ahí tenéis un hombre que la ha rodeado.

La estrella de Magallanes brilla en el ce-

nit. Sólo unos días para llegar con sus pilotos a las Molucas, las islas más opulentas del mundo, y se habrá cumplido el voto que hizo al Emperador. Y de allí ¡a España, triunfante y rico, llevando los títulos de Adelantado y Gobernador, ceñida la frente con el laurel inaccesible de la inmortalidad! Pero sin prisas, sin impaciencia.

Más fuerte que el anhelo de la entrada

triunfal y de la gratitud que le exprese el dueño de ambos mundos, es en él la idea del deber. Todo lo que hasta ahora ha emprendido fue objeto de la más escrupulosa preparación, y llevado a cabo hasta sus últimas consecuencias. Y ahora tampoco saldrá Magallanes del archipiélago filipino que ha descubierto sin haber comunicado primeramente, por el medio que sea, al emperador Carlos el dominio sobre la nueva provincia y el haber consolidado este dominio para España, y levantará sobre todo el archipiélago la bandera española y la cruz católica como duraderos emblemas de señorío.

A sus preguntas, el jefe le señala como la

más grande de las islas la de Cebú Zubu. Parten los barcos de la bendita playa que los salvó del peligro extremo. Avanzan por el mar en calma bordeando una porción de islas e isletas que les sonríen, hospitalarias, hasta llegar a la que ha elegido el mismo Magallanes, pues así lo quiso su desdichada suerte.

Raras veces se habrá llevado a cabo una em-

presa con mayor plenitud. Magallanes lo ha alcanzado todo. El paso se ha encontrado y se ha tocado el otro extremo de la tierra. Se han ganado para la Corona de Castilla nuevas islas riquísimas, y para Dios innumerables almas de infieles, todo esto, triunfo sobre triunfo, sin haber derramado una sola gota de sangre. Dios ha asistido al creyente. Y a este fervor seguirá su desgracia.

Pero Magallanes no piensa en un verdadero

combate. Si el rebelde se somete voluntariamente, mejor para él y para todos. Enemigo jurado del derramamiento de sangre, verdadero antípoda de todos los otros conquistadores, Magallanes manda primeramente a su esclavo Enrique y a un

La historia de esta primera travesía, del hasta entonces innominado océano, es una de las gestas inmortales de la humanidad mercader moro a Silapulapu para que le ofrezcan una honrada concordia. Sólo le pide que reconozca la soberanía y el dominio protector de España. Si el jefe consiente, los españoles están dispuestos a vivir en la mejor avenencia con él. Si negara el acatamiento al poder supremo, le harán saber cómo muerden las lamas españolas.

Pero el rajá responde que también sus

hombres empuñan lanzas y, aunque son de caña de bambú, las puntas se han templado al fuego. Ante la altiva contestación, a Magallanes, que simboliza el poder de España y le incumbe el defenderlo, no le queda otra elección que el argumento de las armas.

En la preparación de esta pequeña acción guerrera parecen haberle faltado por primera vez a Magallanes sus más evidentes cualidades: la cautela y la visión de conjunto. Por primera vez, el que parecía calcular con precisión se precipita hacia un peligro. El rey de Cebú se ha manifestado dispuesto a reforzar la expedición de los españoles con mil de sus guerreros. Magallanes podía sin dificultad mandar a ciento cincuenta de sus hombres a la isla. No hay duda de que el rajá de la diminuta isla, difícil de encontrar en un mapa corriente, hubiera sufrido una completa derrota. Pero Magallanes no está para matanzas. En esta expedición persigue algo más importante: el prestigio de España. A un almirante del Emperador de ambos mundos, le parece que rebajaría su dignidad sacando al campo un ejército contra aquel majadero, que no tiene una mala alfombra remendada en su cabaña infecta, y usar de su poder contra una triste pandilla de isleños. Todo lo contrario persigue Magallanes, o sea hacer patente que un solo español bien armado, con su cota puesta hace frente a cien de aquellos miserables. Esta

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LITERATURA expedición de escarmiento iba, pues, exclusivamente a propagar a todas las islas el mito de la invulnerabilidad y de la cualidad semidivina de los españoles.

Con esta mira psicológica sale ahora el tan previsor con sólo sesenta hombres y admite la colaboración del rey de Cebú únicamente como espectador, rogándole que no se muevan de las embarcaciones él y sus guerreros, desde donde podrán presenciar cómo cinco docenas de españoles desbaratan a todos los jefes, rajás y reyes de aquellas islas.

ras, saltan al agua. Los restantes permanecen en los botes. Magallanes va al frente, porque como buen pastor, no quería abandonar a su grey, escribe Pigafetta. Andan con agua hasta la cintura el largo espacio hasta la costa, donde la horda numerosa de los indios les espera aullando, dando voces y blandiendo los escudos. Y pronto chocan los dos frentes.

La más fidedigna de las diferentes descrip-

Quien piensa en héroe, tiene que obrar necesariamente contra la razón. En esta noche de un viernes, el 26 de abril de 1521, al embarcarse Magallanes con sus sesenta hombres para atravesar el brazo de mar que separa ambas islas, los isleños pretenden haber visto sobre un tejado un pájaro negro desconocido, semejante a una corneja. Lo cierto es que de pronto, sin que nadie sepa por qué, todos los perros empiezan a aullar y los soldados, no menos supersticiosos que los hijos de la Naturaleza, se persignan, atemorizados.

ciones del combate puede ser la de Pigafetta, que, seriamente herido por una flecha, perseveró cerca de su capitán. "Saltamos al agua, que nos cubría hasta el lomo, y tuvimos que chapotear hacia la playa, que estaba a dos buenos tiros de arco, mientras nuestros botes tenían que quedar atrás a causa de los arrecifes. En la playa encontramos mil quinientos de los isleños repartidos en tres grupos que, en medio de una gritería horrible, se precipitaron hacia nosotros. Dos de los grupos nos envolvieron por los flancos, y el tercero nos atacó de frente. Nuestro capitán dividió sus hombres en dos grupos. Nuestros mosqueteros y ballesteros hicieron fuego durante media hora desde los botes, pero nada consiguieron, porque sus balas, flechas y picas no podían, desde tan lejos, llegar a atravesar los escudos de madera y a lo sumo, herían en los brazos al enemigo. El capitán, viendo esto, dio en voz alta la orden de no tirar más, para ahorrar municiones en previsión del ataque final, pero no le oyeron. A1 ver los isleños que nuestros disparos les causaban poco daño o ninguno, ya sólo pensaron en el avance. Gritando cada vez más alto, saltando de un lado a otro para evitar nuestros tiros, resguardados por sus escudos, se nos acercaron en masa, arrojándonos flechas, picas y lanzas de madera con la punta endurecida al fuego, piedras y lodo hasta el punto de no darnos lugar para defendernos. A1gunos de ellos llegaron a arrojar alabardas con puntas de bronce contra nuestro capitán".

Para desgracia de Magallanes, el jefe sin

Éste, para meterles

¿Acaso el experto calculador se equivocó

esta vez en sus cálculos? No hay tal. Históricamente considerada, no era de ningún modo un absurdo la proporción de sesenta españoles bien armados contra mil indios desnudos y con lanzas de hueso. Cortés y Pizarro conquistaron reinos enteros con cuatrocientos o quinientos hombres contra millares y millares de indígenas. La expedición de Magallanes a una isla del tamaño de la cabeza de un alfiler es, en verdad, un paseo militar. Que salió al campo de la lucha tan sin cuidado del peligro, lo prueba sobradamente la circunstancia de que el fervoroso Magallanes antes de emprender una acción decisiva hacia comulgar a la tripulación, y nada semejante dispone esta vez.

importancia tiene un aliado de primera calidad en la configuración de la playa. A causa de las apretadas rocas coralíferas, los botes no logran acercarse a la orilla, con lo cual no pueden, desde el principio, poner en juego lo más importante de su acción: el fuego de mosquetes y ballestas, que suele dispersar con un solo ruido a los indígenas. Sin pensar en cubrir su retaguardia, los sesenta hombres, con sus pesadas armadu-

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el miedo en el cuerpo, envió alguno de los nuestros con orden de incendiar sus cabañas, lo cual los enfureció más. Acudieron algunos de ellos al incendio, que devoró veinte o treinta viviendas, y mataron a dos de nuestros hombres. Los isleños restantes, acrecentada su cólera, se precipitaron hacia nosotros. Al darse cuenta de que nuestro busto quedaba defendido bajo la cota, pero no las piernas, fueron éstas el objeto de sus golpes. A1 capitán le atravesaron el


Triana

pie derecho con una saeta envenenada. Enseguida dio la orden de retroceder al paso. Pero casi todos nuestros hombres huían a la desbandada, de modo que sólo quedaron con él seis u ocho, y como cojeaba desde hacía años, nuestra retirada era más lenta. Expuestos por todos los lados a las lanzas y piedras que el enemigo arrojaba sobre nosotros, no había resistencia posible. No nos servían las bombardas que teníamos en los botes, porque lo superficial del agua en aquel sitio los obligaba a quedarse demasiado lejos. Íbamos retirándonos paso a paso, sin dejar de luchar un momento, y estábamos ya a un tiro de arco de la playa, con agua a la rodilla; pero los isleños no dejaban de seguirnos tercamente, cogiendo a su paso los venablos que antes nos habían lanzado; de manera que podían servirse de los mismos cinco o seis veces habían notado la presencia del capitán y él era su blanco preferido; dos veces dieron en su casco, que rodó al suelo. Pero él, con los pocos que le rodeábamos, mantenía su puesto sin intentar ya retroceder; Y así luchamos más de una hora, hasta que uno de los indios logró dar en la cara al capitán con un proyectil de caña. Encendido en cólera, Magallanes atravesó el pecho del atacante con su lanza; pero ésta quedó clavada en el cuerpo del muerto, y al intentar el capitán desenvainar la espada no pudo acabar su acción, porque una pica que le lanzaron le hirió en el brazo. Cuando los contrarios se dieron cuenta, se precipitaron a la vez contra él, y uno de ellos le abrió tal herida de un lanzazo en la pierna izquierda, que le hizo caer de bruces. Enseguida, todos los indios se le echaron encima y le acribillaron con lanzas y otras armas. Y así quita-

ron la vida al que era nuestro espejo, nuestro consolador y fiel caudillo.

De este modo insensato acaba, en el momen-

to más alto y magnífico de sus realizaciones el navegante más grande de la Historia, en una miserable escaramuza. Pero tan torpe desdicha sólo puede quitarle la vida, no la victoria. Por desgracia, sigue de cerca la sátira a la tragedia: mandan tímidamente un intermediario a Silapulapu para que tenga a bien devolverles el cuerpo, que pretenden recuperar a cambio de un par de cascabeles y de unos trapos de colores llamativos. Pero con gesto más airoso que el de los no muy heroicos compañeros de Magallanes, el desnudo triunfador rechaza el cambio. No será él quien venda por unos espejillos, abalorios y terciopelo de colores el cadáver de su enemigo. El trofeo vale más. A través de todo el archipiélago se ha divulgado ya que Silapulapu el Grande ha derribado al extranjero señor de rayos y truenos con la misma facilidad que se coge un pájaro o un pez.

Nadie sabe lo que hicieron aquellos míseros

salvajes con el cadáver de Magallanes, a qué elemento dieron su parte mortal: si al fuego, a las olas o al aire devorador. Ningún testigo, ningún rastro de su tumba. Todo vestigio de aquel hombre que arrebató al océano infinito su último misterio, desapareció en el misterio de lo desconocido.

Él quiso, lo expresó en su testamento, ser ente-

rrado en Triana en la Capilla de la Victoria. Pero no pudo ser.

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LITERATURA

Callejeos Puebla de Santa Ana (III) por la

Estos Callejeos continúan por la calle Pureza en el cruce con las calles Santísimo Cristo de las Tres Caídas que llega desde la izquierda y que se llamó antes Torrijos, y la actual Torrijos, que empieza a la derecha, rotulada hasta su cambio como Juan de Lugo. Por José Javier Ruiz cimiento donde paran muchos trianeros, ocupando su barra interior o su ventana-mostrador que da a la calle, aunque también ofrece un pequeño saloncito en el interior donde poder tapear con más comodidad.

Pero donde os deberéis detener todo el tiempo necesario es sin lugar a dudas en la Capilla de los Marineros que os encontraréis un poco más adelante, a vuestra derecha, sede canónica de la Hermandad de la Esperanza de Triana.

Justino Matute en su Aparato para escribir la Historia de Triana ya reseñó la aprobación en el año 1595 de las reglas de una antigua cofradía de penitencia dedicada a Nuestras Señora de la Esperanza y San Juan Evangelista.

Es posible que fuera la misma cofradía

E

n el lado de los impares de esa esquina, en el número 63, veréis un panel de azulejos que recuerda al célebre torero Antonio Montes Vico, nacido en esta casa, el que fuera ídolo del ídolo de masas Juan Belmonte.

Enfrente está el bar Casa Remesal, todo un clásico en la calle Pureza. Fundado en 1958 por Juan Remesal Carballo, de la Puebla de Sanabria, en Zamora y actualmente regentada por su hijo Juan Enrique, es otro estable-

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que mencionó don Santiago Montoto en su obra 'Cofradías Sevillanas' cuando se refirió a la fundación por el gremio de ceramistas, en la parroquia de Santa Ana, de una hermandad de luz llamada de La Esperanza, en el año 1418, cofradía que se fusionó con otra bajo la advocación de San Juan Evangelista, ésta fundada por pescadores, ya en 1542.

Y que también fuera la misma que se mencionó en el año 1565 en un testamento que otorgó un vecino de Triana llamado Juan Vidal, donde se hacía referencia a la 'Cofradía de Nuestra Señora de la Esperanza que está establecida en el convento del Espíritu Santo'.

A esta sede ubicada

en la calle Betis también se trasladó, ya en 1616, a los pocos años de su fundación en el convento de las monjas Mínimas, la 'Hermandad de las Tres


Triana

Caídas que dio Cristo Nuestro Señor', fundada por hombres de la mar. Ambas se vieron obligadas a fusionarse por el provisor, surgiendo entonces la actual y querida Hermandad de la Esperanza de Triana.

Se sabe que en el año 1735 abandonaron por primera vez el convento de la calle Betis, ocupando una capilla en la parroquia de Santa Ana que tuvieron que dejar tras el fatídico terremoto de 1755, que arruinó la iglesia. Y que tras pasar por el Convento de los Remedios y por la Capilla de la Encarnación, decidieron volver al Espíritu Santo a finales del siglo XVIII.

Hasta que por fin la hermandad decidió construir una capilla propia, según nos relata de nuevo Matute, que la menciona como 'Ermita del Santo Cristo de las Caídas': Y obtenida en el año de 1759 licencia de la Ciudad, empezó a labrar la capilla á sus espensas en la calle Larga, cuya obra continuó con bastante lentitud (...), y al fin la nueva capilla se estrenó en año 1815, de primorosa fábrica, decentes retablos, é imágenes ricamente adornadas, principalmente la del Señor con la crus al hombro, de mucha devoción y admirable escultura (...)

Pero donde os deberéis detener todo el tiempo necesario es en la Capilla de los Marineros, sede canónica de la Hermandad de la Esperanza de Triana Pero la tranquilidad

no les duraría mucho a los hermanos de la Esperanza porque llegado el fatídico año de 1868 y su revolución, la capilla de los Marineros fue expropiada. Solo cincuenta y tres años pudieron disfrutar del enorme esfuerzo realizado para tener sede propia. Y tras varios años de provisionalidad se trasladarían, ya en 1873, a la iglesia de San Jacinto, a pesar de estar el templo clausurado, donde quedarían los titulares depositados.

Hasta que llegado el año 1888 se reorganizó la hermandad de nuevo y ocupó la capilla de la iglesia de San Jacinto habilitada en la cabecera de la nave de la Epístola.

La llegada del siglo XX acentuó más si cabe este auge, incrementado por la devoción mostrada hacia sus titulares por algunos per-

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LITERATURA colegio Villasís y la lámpara de cristal tallado de la cafetería El Gran Britz, y para albergar el camarín de la Virgen, el retablo mayor de la iglesia de la Merced de Osuna.

Ahora cruzad el dintel de la Capilla de los Marineros, abierto en la fachada original de la primitiva capilla del siglo XVIII, pasad bajo su hornacina, donde se colocó una Inmaculada Concepción de terracota de Antonio Illanes y bajo su espadaña, campanario rematado por una cruz de forja y sendas jarras de azucenas de la época de Gómez Millán, y acercaos a su retablo mayor.

Entonces mirad la cara de la Virgen de la Esperanza.

sonajes influyentes de la sociedad sevillana como fueron la infanta doña Luisa de Orleáns, nombrada camarera honoraria perpetua, y los industriales Manuel Rodríguez Alonso y Tadeo Soler, dos de los dueños de la fábrica de cerámica Mensaque y Cía, que como hermanos mayores colaboraron en este florecimiento.

Hasta que surgió la necesidad de abandonar la iglesia de San Jacinto y volver a su antigua capilla, que tuvieron que comprar de nuevo, ya en 1940, a su propietario de entonces, don Jorge Welton, capilla que en esos años había sido usada como templo anglicano, cine, cabaret, depósito de corcho y carbonería.

La restauración corrió a cargo del arquitecto Gómez Millán, comprándose para el techo de la nave el artesonado neomudéjar del

En el número 38 de la calle Pureza se encuentraba el corral de vecinos donde trajeron a Juan Belmonte tras su primer gran éxito en julio de 1912 48 Revista TRIANA

Hasta lo eterno, Señora, que inmutable en su ser dura, en tus ojos, hora a hora, aumentará tu hermosura. Después de mil siglos, sé que al mirarte una mañana -sorpresa eterna- diré: Hoy te encuentro, Madre mía, como aquella tarde en Triana, ¡más bonita cada día!

Así terminaba la sublime poesía que el padre Cué, sacerdote mexicano que conociera la Semana Santa de Sevilla en los años cuarenta, le escribiera a la Virgen en su libro 'Cómo Llora Sevilla'.

Y así empezaba la que le recitara al Santísimo Cristo de las Tres Caídas, talla del siglo XVII atribuida a Marcos Cabrera, el médico José María Rubio Rubio durante el pregón que diera en el Teatro Lope de Vega la Semana Santa de 1991: Por el suelo de Triana, Cristo de las Tres Caídas, con la mirada perdida, tu oscura pena se arrastra. ¡quién fuera tu cirineo en esa noche tan larga!

Y mientras recordáis los versos del pregonero acercaos a la nave del Evangelio donde se encuentra el Santísimo Cristo de las Tres Caídas presidiendo su retablo y observad Su


Triana cara morena y Su dulce mirada, que os trasmitirá sin duda Su tristeza contenida.

Entonces será el momento de salir de nuevo a la calle Pureza. No abandonéis la Capilla de los Marineros sin antes fijaros en los retablos cerámicos de sus titulares que en ambos lados de la puerta están colocados. El de la Virgen está adjudicado a Antonio Morilla y fue encargado a mediados de los años cuarenta para el patio de la Casa de Artesanos, antes Tejar San José, de la calle Covadonga, donde estuvo hasta 2012, cuando fue donado a la hermandad por el dueño actual. El del Señor de las Tres Caídas fue pintado en 2013 por Emilio Palacios.

Después continuar estos Callejeos hacia vuestra derecha. El taller de bicicletas del popular Zeppelín estuvo en el actual número 39. Su nombre era Antonio Rodríguez Berrocal y aunque nacido en Granada, llegó a Triana con pocos meses de vida, residiendo en el Corral del Cura de la Cava de los Civiles, donde crió a su amplia prole. Dedicó sus años de juventud al ciclismo, siendo tres veces campeón de Andalucía además de ganar numerosas carreras por toda la región. Eran los años treinta.

Antonio Rodríguez, una vez retirado, abrió en el año 1956 esta tienda y taller de bicicletas, traspasándosela a Paco Ruiz en 1985, quien le cambiaría el nombre por el de Ciclo Triana. Ya en el año 1996 se mudaría al número 32 de la acera de enfrente, donde todavía existe, actualmente regentada por José Eduardo García, Edu. Un poco antes, en el número 38, estuvo el corral de vecinos donde trajeron a hombros desde la Plaza de Toros al jovencísimo Juan Belmonte tras torear una novillada organizada por la hermandad de San Bernardo. Era una calurosa tarde de julio del año 1912 y fue su primer triunfo. Encaramado sobre la multitud crucé el puente y atravesé las calles de Triana. Agotado por la emoción y el júbilo y trastornado por el dolor de la herida, que nadie había advertido, oí por primera vez aquel grito de "¡Viva Belmonte!", que me sonó de una manera extraña y desconcertante. Entró aupándome en el patiezuelo del co-

rral una masa humana que llegó apretujándose hasta nuestra mísera habitación, y me arrojó sobre el único camastro que allí había como un pelele. La sangre manaba en abundancia de mi herida y me sentía desfallecer, rodeado de mi pobre gente, estremecida, mientras en la calle vociferaba la enardecida multitud: "¡Viva Belmonte!"

Así recuerda el mismísimo maestro aquel día, según aparece en su biografía novelada 'Juan Belmonte, matador de toros' que le escribiera el periodista Chaves Nogales y que viera la luz el año 1935. Ahora ocupa el sitio del Corral de Belmonte una casa de los años veinte que suele

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LITERATURA

donde es obligado entrar, si la encontráis abierta, y así poder disfrutar con otro zócalo de azulejos trianeros pintado esta vez por el ceramista Alfonso Carlos Orce. . La casa perteneció desde 1768 al asilo de niños expósito de Sevilla, según aparece recogido en un azulejo que puede verse tras la cancela, siendo expropiada en 1859 y restaurada en 1995, cuando Orce le fabricara el espectacular zócalo del zaguán y el no menos precioso de la escalera.

Después fijaos en el número 28, la puerta del Taller de José Lucena Gómez, escultor y restaurador. Entrad y así contemplaréis las numerosas tallas religiosas que allí se reúnen. Y justo enfrente veréis la casa número vestirse con sus mejores galas el día del Corpus, con la misma coquetería con que lo haría una mocita trianera.

Justo enfrente del taller de bicicletas, en el número 35, veréis una casa del siglo XVIII

31 y en ella una nueva placa de azulejos. En esta ocasión nos recuerda el sitio donde muriera Antonio Machado Álvarez.

Aunque nacido en Galicia en el año 1846, el padre de los hermanos Machado se crió en Sevilla, donde creció y estudio derecho y filosofía, ejerciendo en esta ciudad como abogado y juez.

Pero la vocación de Demófilo, seudónimo

En el número 35, veréis una casa del siglo XVIII donde es obligado entrar, si la encontráis abierta, y así poder disfrutar con otro zócalo de azulejos trianeros 50

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con el que solía firmar sus trabajos, era el estudio de la literatura popular, los cuentos, los refranes, tradiciones y cantes del pueblo, escribiendo artículos costumbristas para publicaciones literarias y llegando a fundar la revista llamada 'Folk-Lore Andaluz' en el año 1882, editada por la sociedad del mismo nombre de la que fue presidente.


Triana

Pero motivos familiares lo alejaron de Sevilla, teniendo que marcharse a Madrid siguiendo a sus padres, ya casado y con varios hijos, y después, ya solo, a Puerto Rico, en busca de un puesto de trabajo que le diera estabilidad económica. Aunque allí sólo encontraría una grave enfermedad, regresando a morir a esta casa.

Se trataba de la vivienda de su cuñado, el marino Manuel Ruiz, quien lo traería de vuelta a España y quien lo alojaría en su hogar cuando ya le faltaron las fuerzas para llegar al suyo propio de Madrid. Murió en febrero del año 1893, con apenas cuarenta y siete años.

Y para acabar con este tramo de la calle Pureza, corto en metros y denso en personajes, tendremos que detenernos delante de una nueva placa de azulejos. En esta ocasión ante la dedicada a Juan Borrero Campos, orfebre sevillano muy conocido en el mundo cofrade por la multitud de trabajos realizado para hermandades de toda Andalucía, entre los que destacan las coronas de oro de la Esperanza de Triana, la Virgen de la O y La Estrella, el sagrario de la basílica del Gran Poder y las carretas del Simpecado de las hermandades del Rocío de La Macarena, de Triana y del Salvador.

La mayoría de sus trabajos se realizaron en el taller de su empresa Orfebrería Triana, fundada en 1973 junto a Paco Fernán-

dez en un local situado en número 66 de esta misma calle, trasladándose no hace mucho a la cercana localidad de Bormujos, donde su hijo continua el negocio.

Y así habréis alcanzado el cruce con las calles Arfián y Rocío, probablemente el límite norte de la Puebla de Santa Ana. Fue en 1859 cuando se rotuló la calle Arfián con el nombre de uno de los pintores más prolijo del Quinientos sevillano, Antonio de Arfián o de Alfián, en algún momento vecino de Triana, dorador y policromista de esculturas y retablos.

En el año 2013, el profesor de la Universidad de Sevilla Juan Antonio Gómez identificó a Antonio de Alfián como autor de las pinturas sobre tablas de la Inmaculada Concepción y de los ocho santos que la acompañaban en el retablo que Melchor de Horozco encargó en 1573 a Juan de Oviedo para la parroquia de Santa Ana. Dicho altar fue desmontado a finales del siglo XIX, conservándose en la actualidad todas las pinturas en el muro de la Epístola, formando parte de dos grupos de tablas al que se ha añadido la de Santa Catalina de Hernando de Esturmio.

Y por la calle Arfián saldréis, al fin, a la calle Betis.

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LITERATURA

El misterio se oculta entre los muros de una vieja casa de Triana ¿Te atreves a descorrer las cortinas?

Todas las casas esconden secretos. Se ocultan tras las cortinas, que separan la intimidad del hogar del resto del mundo, pero aunque nadie pueda verlos siempre están ahí. Ni el paso del tiempo ni la muerte pueden borrarlos, porque desde su refugio esperan pacientes a que las personas cuyas vidas han marcado se enfrenten a ellos. Por María José Vidal

E

s lo que ocurre en la vieja casa de Triana a la que Carmen vuelve tras muchos años lejos de su ciudad, Sevilla, huyendo de un pasado reciente, y en la que debe enfrentarse a otro pasado que no espera, lejano y sorprendente, para descubrir quién es y comenzar la nueva vida que ha ido a buscar a la ciudad que la vio nacer y de la que la alejaron de niña.

'Tras las cortinas' narra la historia de Car-

men y su abuela Consuelo, dos mujeres que apenas se conocieron, pero que tienen un vínculo especial que traspasa las fronteras del tiempo, la vida y la muerte. Ambas viven en dos momentos diferentes en la misma casa, en la trianera calle Pureza, en la que, mientras el tiempo y la vida discurren en el exterior, una vida a pequeña escala se desarrolla a su propio ritmo, marcada por una tragedia que durante muchos años la familia y todo el patio de vecinos ha intentado esconder y que lucha por salir de nuevo a la luz.

El misterio rodea cada objeto de la casa, cada mueble, incluso el olor a azahar que desprende el naranjo del patio. En él, bajo una aparente normalidad, cada familia se enfrenta a sus propios fantasmas: la soledad, el miedo, la vejez, el vacío, el rechazo por ser diferente. A través de su relación con los variados personajes de esta novela coral, Carmen va descubriendo, y el lector con ella, lo que se oculta en esa pequeña comunidad, un mundo en miniatura que refleja 52

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los problemas de la sociedad actual, y encuentra las respuestas que necesita para volver a empezar, incluso a preguntas que ni siquiera se había planteado y sobre las que el texto invita a reflexionar al lector.


Triana

SITUACIÓN DE LA MUJER

Las protagonistas femeninas de la historia, Carmen y Consuelo, pertenecen a generaciones muy diferentes, pero se enfrentan cada una en su época a las dificultades que el entorno les impone para ser independientes. Lo mismo les ocurre a otros muchos personajes como Reyes, Macarena, Clara, Rosarito o doña Ana. Solo la seguridad en sí mismas y su fuerza de voluntad pueden conducirlas al éxito, porque, como se plantea Consuelo, gran lectora, quizá el destino, también el de las mujeres, sea tan fácil de cambiar como el final de un libro.

Hablando de libros, cabe destacar que la literatura también está muy presente a lo largo de toda la obra. Autores como Raymond Chandler, Agatha Christie, Paul Auster o Elena Fortún juegan un papel destacado en el desarrollo de la historia, porque a través de sus libros han llegado a formar parte de la vida de los diferentes personajes en momentos muy distintos. Pero, sobre todo, la ciudad, Sevilla, su encanto, sus calles, sus tradiciones y su gente ocupan un lugar protagonista en el relato. Los sevillanos, y en especial los trianeros, reconocerán muchos rincones citados en la novela y, para quien no conozca la ciudad, el texto les ofrece una buena oportunidad para pasear por sus calles a través de la lectura. Aunque, ¿se puede plasmar con palabras la belleza del cielo de Sevilla y el olor

a incienso y azahar que recibe a Carmen a su llegada a la ciudad en dos momentos muy diferentes de su vida? La novela anima al lector a comprobarlo por sí mismo.

LAS CALLES DE TRIANA

Como trianera, quería que mi primera novela transcurriera en el barrio en el que crecí, en el que di mis primeros pasos en la vida y en el que aprendí a escribir y amar los libros y la escritura gracias a las clases de lengua de mis profesoras del colegio Nuestra Señora del Rosario, que siempre llevaré en el corazón, junto a las maravillosas compañeras que, a pesar del paso del tiempo, siguen estando presentes en mi vida. En Triana se encuentran mis primeros recuerdos, esos que nunca se olvidan por mucho que pase el tiempo y que siempre tendré muy presentes, por muy lejos de mi hogar que me lleve la vida.

'Tras las cortinas' es una novela de

ficción, pero los diferentes escenarios en los que discurre la trama son reales, a excepción del patio de vecinos de la calle Pureza, que me he permitido la licencia de diseñar a mi gusto y de situar a escasos metros de la Capilla de los Marineros. ¿A quién no le hubiera gustado vivir ahí, y ver pasar cada Madrugá a la Esperanza de Triana desde un balcón rebosante de geranios?

Esa es la imagen que recibió a Carmen el día que llegó al mundo, una madrugada de Jue-

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LITERATURA incienso y azahar, el de sus primeros recuerdos, la traslada desde su llegada a aquellos tiempos felices en los que, aún niña, jugaba con el nieto de los vecinos en el patio de la casa y por las calles de Triana. Porque ella pertenece a esa ciudad, aunque ya lo hubiera olvidado.

En la presentación de la novela en Tria-

na, en la Sala El Cachorro, en la que tuve el honor de contar con Ángel Vela, me sentí orgullosa cuando afirmó que, más allá de su faceta literaria, 'Tras las cortinas' podía servir de guía turística de Triana.

Carmen hace la compra en el Mercado de Triana, recorre sus puestos y reconoce sus olores y su ambiente. Allí conoce a Roberto, el que se convertirá en su confidente y gran amigo, y se enfrenta a un personaje del pasado al que al principio no consigue recordar, pero que resulta fundamental en la trama. También cruza el puente para desayu-

nar churros (o calentitos), mientras disfruta de la vista del que vuelve a ser su barrio al otro lado del río antes de dirigirse a la librería que ha heredado de su abuela junto al Arco del Postigo. ves Santo de los años 70, y la que vuelve a darle la bienvenida mucho tiempo después, cuando vuelve a casa. Esa noche, entre el tintineo de los varales y una lluvia de pétalos, Carmen es consciente de que su vida acaba de trazar un círculo y de que se encuentra de nuevo en el punto de partida, como si hubiera vuelto a nacer y el destino le diera una nueva oportunidad.

Ella se llama así por la Virgen del Carmen,

que desde su capillita en el Altozano la recibe el día de su vuelta a casa. También su madre, Reyes, debe su nombre a una Virgen muy sevillana, patrona de una ciudad que se vuelca con ella cada 15 de agosto. Lleva Sevilla en la sangre, y el aroma de

Triana es un barrio vivo, alegre, de buena gente, donde quien lo desea puede ser feliz, a pesar de los derroteros de la vida 54

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Recorre la calle Betis, en cuya comisaría trabaja desde hace muchos años Adolfo Gutiérrez, otro personaje que terminará estando muy presente en la vida de Carmen. Y baja por Pagés del Corro hasta encontrarse con el árbol de la iglesia de San Jacinto, imponente como lo recordaba de cuando era niña. Continúa hasta la esquina de Antillano Campos, y se dirige por ella hasta la puerta de la Cerámica Santa Ana, donde se detiene a leer ese azulejo que todos los trianeros conocemos tan bien: Oficio noble y bizarro / Entre todos el primero / Pues que en la Industria del barro / Dios fue el primer alfarero / Y el hombre el primer cacharro. Por supuesto, se detiene a contemplar la gitana del puente y el monumento a Juan Belmonte, que lleva la Giralda en el corazón. Y, caminando por San Jacinto hacia la Plaza San Martín de Porres descubre que aún siguen ahí aquellos cacharritos en los que varias generaciones de trianeros (y yo diría que de sevillanos en general) nos hemos subido alguna vez: las calesitas de Triana. Por supuesto, un recorrido por Triana requiere


Triana

necesariamente alguna que otra parada en un bar. ¿Qué tal Casa Cuesta, la Primera del Puente o Las Golondrinas?

Porque Triana es un barrio vivo, alegre, de buena gente, donde quien lo desea puede ser feliz, a pesar de los derroteros, no siempre agradables, por los que le haya llevado la vida. PASO DEL TIEMPO

Para concluir, me gustaría llamar la atención sobre una cuestión, casi una confesión: Siempre supe que algún día escribiría una historia como esta. Era algo que tenía tan claro que iba a hacer, que no me di prisa en hacerlo. Era algo seguro que ya llegaría.

Porque, y creo que esto es algo que nos pasa a todos un poco, hasta hace relativamente poco pensaba que tenía todo el tiempo del mundo para cumplir esos objetivos que tenía pendientes. No le había prestado demasiada atención ni al paso de los años ni a sus consecuencias.

Planteo esto aquí porque 'Tras las cortinas', además de la historia de Carmen, la protagonista, es una reflexión sobre el paso del tiempo. Un tiempo que discurre a velocidades diferentes en distintos momentos de nuestras vidas, que pasa muy despacio cuando eres un niño y a medida que crecemos empieza a correr hasta que perdemos el control que creíamos tener sobre él.

Este paso del tiempo tiene consecuencias. Una de ellas es que vamos conociendo a diferentes personas y, lamentablemente, a medida que pasan los años también vamos perdiendo a aquellas que han sido pilares fundamentales en nuestra existencia.

Yo empecé a escribir esta novela en un momento en el que había perdido, en muy pocos años, a varias de esas personas. Algunas porque eran muy mayores y otras porque les tocó irse antes de tiempo. Y creo que ha condicionado en gran medida la narración. Creo que nunca se deja

de echar de menos a quienes hemos querido, pero ante la pérdida, en vez de lamentarnos, debemos sentirnos afortunados por haber podido disfrutar y aprendido de ellas. Porque, como va descubriendo Carmen poco a poco a lo largo de estas páginas, todas las personas que pasan por nuestras vidas dejan alguna huella. En algunos casos, fundamental. Todos somos quienes somos por quienes nos precedieron y por quienes comparten nuestro día a día con nosotros.

Yo soy quien soy por mis padres, mi fa-

milia entera y los amigos que he ido encontrando por el camino. Y he tenido la inmensa suerte de que los primeros, esos que permanecen para siempre, los encontré en esas calles de Triana cuyo recuerdo me acompañará el resto de mi vida.

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LITERATURA

Gallo de Vidrio y Triana en mis recuerdos y vivencias

Por Rosa Díaz

L

a última década del franquismo fue apasionante. Felipe González era de las juventudes socialistas y esperaba 'Suresnes'. Alfonso Guerra leía a Machado lo suficiente como para saber de las gotas de sangre jacobina que lo alejaban de la Ilustración. Paco Cuadrado compartía cárcel con Alejandro Rojas-Marcos. Eladio García Castro vivía con un pie en el Polígono, el otro en Francia, y el cuerpo a veces en la comisaría de la calle Peral, donde según radio España Independiente tanta gente de izquierda pasaban las moradas. Santiago Carrillo se ahormaba la peluca y algunos desconfiaban del eurocomunismo y se afiliaban al PTE. Yo, con diecisiete años, llevaba un abrigo de cor-

El nombre ‘Gallo de Vidrio’ sale de los versos del Romance de ‘La Guardia Civil’, de García Lorca 56

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te Mao Tse-Tung -color morado- y empecé a reivindicar el salario, el horario y la igualdad de derechos.

Era tiempo de asociacionismos,

de apostar por la cultura y las libertades. Y hago este preámbulo porque en 1971 dos jóvenes poetas salesianos, José Matías Gil y Juan Manuel Vilches, se reúnen en el Hogar de San Fernando, sito en la C/Don Fadrique, núm. 59, con los también poetas Juan Antonio Ballestero y Manuel Bordallo, para acometer un proyecto literario en común qué, además, fuera un 'movimiento' reivindicativo de voces nuevas y de voces acalladas o caídas en desuso. Al año siguiente, la ilusión y el trabajo de estos jóvenes pone en marcha la revista 'Algo nuestro' con el visto bueno del sacerdote, poeta y periodista conquense, Rafael Alfaro, director del Boletín Salesiano, Don Bosco en España, donde da la siguiente noticia: "Este año he descubierto una agrupación poética salesiana que podría llegar a ser muy importante en el conjunto joven de la lírica


Triana nacional". (...) "Alma y fundador de la revista y del grupo Gallo de Vidrio es José Matías Gil" (...) Es pues Rafael Alfaro, un poeta reconocido y premiado con importantes galardones de ámbito nacional e hispanoamericano, el primer cronista de Gallo de Vidrio y el que da testimonio de líder a José Matías Gil en aquel incipiente proyecto. La revista 'Algo Nuestro', más adelante colección de libros, también fue bien acogida por alguna prensa sevillana donde se destaca la firma del poeta Fausto Botello: (...) "una modesta publicación en lo que a presentación se refiere, pero muy interesante en contenido, que edita un grupo de amantes de la poesía surgido en torno a la comunidad salesiana de Sevilla", aunque podría decirse concretamente en la de Triana, ya que su primera dirección postal fechada en junio de 1972 es la Avda. Sánchez Arjona, (hoy Esperanza de Triana) 37, 4º A, domicilio de la familia Vilches Vitienes, Juan Manuel, fallecido en 1981 a los treinta años de edad y Carlos, que sigue viviendo en Triana en la Plaza salesiano don Ubaldo. Esta iniciativa se iría incrementando con una serie de nombres relacionados con las artes en general y con la docencia.

El nombre Gallo de Vidrio sale de los versos del Romance de La Guardia Civil, de García Lorca: "Gallos de vidrio cantaban/

por Jerez de la Frontera", porque su ideario consistía en ser 'vigilantes como el gallo y transparentes como el vidrio', alineándose con poetas comprometidos como Alberti, Blas de Otero, Neruda, Celaya, León Felipe, etc. Tomé contacto con ellos en otoño del 79, con motivo del homenaje al poeta Antonio Machado en el cuarenta aniversario de su muerte. Fue en la Plaza de Santa Marta. En aquel entonces, los componentes de Gallo de Vidrio que ejercían como tales eran: Pepe Gil, Miguel Ángel Villar, Emilio Durán, Ramón Reig, Jesús Troncoso y Amalio García del Moral. Emilio Durán, que sirve de portavoz, se pone en contacto conmigo y me propone pertenecer al grupo, y el dinamismo anárquico que se ponía de manifiesto en todos ellos me hizo aceptar gustosamente.

Así comulgamos con 'El pan encadena-

do', de Amalio Cuadrado, que dona su autor al Ayuntamiento de Marinaleda, y nos miramos en la sonrisa de 'La campesina' de Cuadrado, amamantando el fin de la dictadura.

Eso fue importante para mí, y mi pri-

mer libro, 'La célula infinita', lleva el nº 11 de la colección 'Algo nuestro'. Tanto el prólogo como la presentación corrieron a cargo de Emilio Durán y el acto tuvo lugar en la desaparecida Librería Andalucía, en la calle Imagen.

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LITERATURA

En esa presentación conocí al falleci-

do poeta José Luís Núñez y a sus inseparables amigos y también poetas, Joaquín Márquez y Alejandro Fernández Cotta. En aquel entonces la poesía aglutinaba bastante público y siempre se acercaba algún periodista para hacer una reseña de lo inefable. Algo que quedaba patente en los diarios locales y cuya cortesía no le faltó a una primera entrega de autora tan neófita como lo era yo.

Luego vinieron las Tertulias de la calle Redes, auspiciadas por Ramón Reig y su familia. En aquella azotea celebramos el primer homenaje que se le hizo en Sevilla al rey poeta Almotamid, donde se habló de las jarchas, de la poesía andalusí, de las distintas composiciones y de la instrumentalización musical de esa Edad Media tan impregnada de Renacimiento, de la vuelta a Grecia y al hedonismo. Mi cometido fue rememorar la Sevilla Abadí, y dado mi compro-

La mayoría de encuentros se llenaban porque entonces la poesía lindaba más con la democracia y con la libertad, que con la cultura 58

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miso con la ropa étnica me puse mis primeros zaragüelles. Tendré que hacer mención a la otra infraestructura de dicho homenaje, donde no faltó el consabido té moruno gracias a la colaboración de Cari García y Juan Ortega. Y vinieron las movidas en la calle para reivindicar la casa de Bécquer, y allá que íbamos provistos de velas encendidas, leyendo el manifiesto y recitando poemas desde Conde de Barajas a San Lorenzo, y desde la cripta de Sevillanos Ilustres al convento de Santa Inés, para encontrarnos con los motetes del mismísimo Maese Pérez.

Para el itinerario de Luis Cernuda invi-

tamos a Julio Manuel de la Rosa, tan amante de 'Albanio' y tan conocedor de su obra y hasta de su anecdotario, e hicimos un recorrido sugerente desde Acetres a la estación de San Bernardo y desde Bailén al magnolio de Ocnos. Tampoco quiero dejar de hacer alusión a la visita que hicimos a Montilla a La casa del Inca Garcilaso o el recital en el Pub Soneto de Sevilla. Ya se había incorporado al grupo Maite Chicón, ya éramos dos mujeres. Y la dueña o la encargada de organizar nuestra ubicación en el escenario, puso en el frontal de la mesa tantas sillas como hombres y, para nosotras, nos indicó que nos sentáramos cada una en un lado de la tarima como adornos florales. Esto es verídico como eran los chistes de Paco Gandía. Ni que decir tiene que nos negamos


Triana

rotundamente, y este entuerto se salvó apretándonos unos a otros de manera fraternal.

De la misma manera

no obviaré, por insólito, el acto al que fuimos invitados a Morón de la Frontera, que no se pudo llevar a cabo por falta de público, ya que no asistió ni una sola persona. Curiosa fue también nuestra asistencia a la Feria del Libro de la localidad de Camas, donde actuamos únicamente para una persona y un perro. Y para igualar la balanza haré constar, el 'Pórtico del Centenario del nacimiento de Juan Ramón Jiménez' que organizamos en colaboración con el Ayuntamiento de Moguer, donde cantamos villancicos de nuevo cuño, creados para 'el niño dios de Espacio' y donde estuvimos arropados por todo el pueblo. La mayoría de encuentros se llenaban de un público que nos aplaudía enfervorizado, porque entonces la poesía lindaba más que con la cultura, con la democracia y con la libertad.

Y nos dispusimos a hacer una tertulia

monográfica y mensual que pudiera tener más aforo y más repercusión en la calle, y donde no fuera un peligro de derrumbe reunir un cierto número de personas en una azotea ya en precario. Fue cuando Juan Ortega, el poeta consorte como él se hacía llamar, nos puso en contacto con Luis Andújar, propietario de la librería El desván, y gracias a la hospitalidad con la que nos abrió su casa, se llevó a cabo uno de los perio-

dos más brillantes que Gallo de Vidrio tiene en su haber. La tertulia se abrió con Juan Sierra y puede decirse que pasó por ella toda la pléyade de la poesía sevillana, sin ningún sectarismo y sin vetar tendencias ni personas.

Apuntar que la primera subvención que ob-

tuvo el grupo, en el tiempo de mi pertenencia a él, se la concedió el primer ayuntamiento democrático de Sevilla del alcalde Luis Uruñuela, concretamente el por entonces delegado de cultura José Luis Ortiz Nuevo, y Gallo de Vidrio recibió cien mil de las antiguas pesetas que, en este tiempo de recortes, nos sigue pareciendo una cantidad respetable. Luego el grupo tuvo una reacción de 'Guadiana' y de alguna manera se disolvió, aunque la mano de Pepe Gil y de Miguel Ángel Villar lo sustentaron siempre.

Decir que Triana no ha estado lejos de al-

gunos miembros de Gallo de Vidrio es una obviedad. José Matías Gil vive en Camas, donde se escuchan las campanas del Cachorro. Miguel Ángel Villar, en la prolongación de Santa Cecilia. Emilio Durán hizo gran parte de su obra en la Huerta de los Remedios. Ramón Reig vivió en Evangelista y en Leiría y llevó a sus hijos al colegio Juan Ramón Jiménez. El domicilio de Jesús Troncoso estaba en Pilar de Gracia, Carmelo Guillén Acosta, escucha misa en Santa Cecilia o en el Cachorro y toma café en los pisos de 'Los Comerciales' y, como sabéis, yo sigo estando aquí.

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PERSONAJES

La sonrisa como escudo María del Mar Tristán Doblado

La sonrisa de esta joven dedicada a la música desde muy niña. (De casta le viene al galgo, ya les diré por qué lo digo.) Es lo primero que nos ha ofrecido apenas cruzar dos palabras de saludo. Ella es así. De condición afable, guapa, resuelta y firme; siempre que la hemos visto ha sido primero la sonrisa y después la palabra. Con este prólogo cualquier conversación es buena y cualquier entrevista cordial. Por María Luisa Cerdá

M

aría del Mar es sevillana, melómana, taurina, cofrade, viajera incansable y como diría don José María Pemán etc., etc., etc... Es la mayor de dos hermanas y está terminando sus estudios superiores de música. Y además, para que no le falte mucho, es hija del conocido director de la Banda de Música Tejera. He ahí lo que les he apostillado antes.

María del Mar, es lógico que estuvieras acostumbrada al papel pautado, ensayos, conversaciones en tu casa. . . pero ¿Cómo entró la música en tu vida de una forma tan directa? El primer recuerdo que tengo es estar sentada en la Plaza de Toros y oír de pronto el pasodoble 'La Giralda', que llevamos mucho a gala en la Banda. Tengo entendido que tu padre te está preparando un porvenir muy directo a su sucesión. Sí, (sonríe satisfecha). Él dice que será pronto, pero yo creo que aún no se termina su cuerda. Iba a huir de esta pregunta, pero te la tengo que hacer: ¿Qué eco o ecos ha tenido el

“El primer recuerdo que tengo es estar sentada en la Plaza de Toros y oír de pronto el pasodoble 'La Giralda', que llevamos mucho a gala en la Banda” 60 Revista TRIANA

que fueras la primera mujer que ha dirigido la Banda de Tejera, precisamente en su lugar clave: La Real Maestranza?. La verdad es que ha sido un eco normal. No hubo nada fuera de lo corriente. La gente se portó estupendamente conmigo, recibí muchas felicitaciones. Mi padre quería neutralizar las cosas. Ser noticia por ser mujer no entraba en sus cálculos. Al no tener hijos varones ha querido que yo siga. Nada más es eso. ¿Cuántos instrumentos te son fáciles? Actualmente toco el piano aparte de la flauta travesera, que es lo mío, porque en el Conservatorio casi es obligado decidirse por una disciplina. Alguna vez hago pinitos con la guitarra, pero... son pinitos... (Ahora nos reímos las dos). ¿Cuándo empezaste a pensar en la música como profesión? A los dieciocho años y siempre en la Banda Tejera. ¡Ah, mira, precisamente!, no encuentro asidero con Tejera. Tú te llamas Tristán, como el primer apellido de tu padre, tu madre es Doblado. ¿De dónde viene Tejera? El nombre de Tejera en verdad pertenece a un tío de mi abuelo. Este señor no tuvo hijos... y al fundar la Banda lanzó el índice hacia mi abuelo y así hemos seguido generación tras generación, con mucho orgullo. Pero mira, quiero hacer una observación he oído muchos comentarios sobre que si la mujer en la banda, que si no las admitimos. Y nada de eso es cierto. La Banda de Tejera no rechaza


Gente de Triana

Maria del Mar con su padre y su abuelo. Maria del Mar en la procesión de impedidos del día de la ‘Reina de Todos los Santos’.

Maria del Mar con su padre antes de comenzar la marcha el día de la ‘Reina de Todos los Santos’.

a la mujer; de hecho yo he tenido compañeras, y si ahora no las hay son circunstancias ajenas a nuestra norma. Por supuesto, tú eres la muestra. Ya sabes eso de: 'Cuando el diablo no tiene nada que hacer...'. Bueno dime una cosa. ¿Si te dieran a elegir entre Dirección e interpretación, qué harías? Es muy complicado. Me quedaría con la interpretación pero... Como dice mi padre: "Esta herencia me ha caído del cielo". ¿Qué sentiste al levantar los brazos para comenzar la música en la Plaza? De momento mucha responsabilidad. Creo que una indisposición hizo que tu padre no estuviera contigo en esos momentos.

La Banda de Tejera no rechaza a la mujer; de hecho yo he tenido compañeras, y si ahora no las hay son circunstancias ajenas a nuestras normas ¿Qué te dijo después? Nada más verme me dio un gran abrazo. Al día siguiente dimos un concierto en la Plaza de San Lorenzo y entonces dijo: "Como no pude estar en la Plaza el día de ayer, quiero que mi hija nos ofrezca la dirección aquí y ahora del pasodoble; Suspiros de España". Nosotros suspiramos también, pero de emoción. Y la última pregunta, la del millón: ¿Por qué y por quién dejarías tu profesión? Y tan guapa, resuelta y firme como me había contestado durante la entrevista, respondió: "Por nada ni por nadie".

Revista TRIANA

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PERSONAJES

José Rasero Sí; los dioses necesitan a los artistas, pero los humanos, los mortales, también sentimos necesidad de ellos, de esos vasos sagrados donde se conserva el vino de la vida, el espíritu de los héroes. Por José Manuel Piñero Velasco

Bailaor, coreógrafo y maestro de baile, nació en Triana en cuyas calles se impregnó de arte y flamenquería desde niño. Brilla la luz en el mismo centro de su ser, hay claridad hasta en lo más nimio de su lenguaje, hay música hasta en los descansos de su baile, y, por encima de todo hay un cielo lleno de azul. Del mismo modo que las nubes preparan la tormenta, a los 18 años lleno de luz e ilusión, decide probar suerte en Madrid, marcha y entra a formar parte del Teatro de Danza Española de Luisillo. Pero el siglo XX no ama a esta intrépi-

da generación de jóvenes. Centenares de miles son aplastados por las guerras mundiales y nacional. Durante este triste periodo nació nuestro héroe, el hambre y la destrucción levanta su hacha sobre los soñadores, que, siendo niños, han pasado calamidades. Nunca, en un espacio de tiempo tan corto, han sido sacrificados en magnífica hecatombe tantos artistas como en aquellos años.

D

ebido a su corta edad, se enfrenta consigo mismo para sumergirse después en la misteriosa noche de su misión de vida. Ignora el camino; pero tiene claro hasta dónde quiere llegar. Domina en él un poder superior a su propia voluntad, un poder no humano en el que se siente aprisionado. Su voluntad no rige. Es esclavo. Es poseso (en todo el sentido de la palabra) del poder de la inspiración y sobre todo de su vocación, que en el fondo no es más que un deseo irrefrenable de conseguir su sueño.

Llamaré inspiración a esa inquietud in-

nata, y esencial a todo artista, que lo separa de sí mismo y lo arrastra hacia lo infinito, hacía lo elemental.

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El alma de José vive en dos mundos distintos; en el mundo cálido de la fantasía y en el mundo helado de la razón. Sin embargo este último lo calienta con la fiebre de sus propias venas y vocación. Fue discípulo de Enrique el Cojo, y pronto empieza a trabajar en el tablao El Patio Andaluz, donde coincide con Farruco y Chocolate. La inspiración, la vocación, es, ese

fermento atormentador y convulso que empuja al ser, por lo demás tranquilo, hacia todo lo peligroso, hacia el exceso. En la mayoría de las personas, en el hombre me dio, esa magnífica y peligrosa levadura del alma es pronto absorbida y agotada. Pero en todo artista, se encuentra una inquietud que se revela y que le hace mar-


Gente de Triana

Triana años 50. José Rasero, segundo por la derecha, con su hermano Manuel y unos amigos en la calle Betis.

José Rasero con Manolo Marín y Miguel Rivas.

char siempre hacia adelante, descontento de su trabajo. Esta inquietud mora en todo «corazón elevado que se atormenta» (Dostoievsky).

En Madrid vive la época de Oro del

Flamenco, formando parte de las Compañías de María Magdalena, Paco Ruiz, Maria Rosa, Rafael Farina y Juan Valderrama. Su producción no es una exposición planeada y medida de lo que desea expresar, sino que es una lucha para librarse desesperadamente de esa inquietud interior que lo oprime.

A finales de la década de los 60, crea

el Ballet Los Alhambra, junto a su mujer la bailaora y cantaora madrileña, Manuela Vivó, recorriendo toda España, Francia y Portugal. Quiere expresar en esa obra toda la vocación de su vida, la monstruosa fuerza de su espíritu frente a las dificultades que ofrece toda creación artística. Quería la realización de sus sueños de ambición y de poder, quería también librarse de las llamas de su fuego interior; quería huir de su duende arrojándolo lejos de sí convertido en un símbolo, en una imagen, es decir, en su obra.

Pero fue en 1979 cuando viaja a Japón de la mano de Masami Okada, realizando una serie de importantes actuaciones junto a José Antonio Ruiz y José Luis Ponce. Como Miguel Ángel, abre a martillazos, a través de los duros bloques de piedra, la galería de su vida que va hacia la gema resplandeciente adivinada en sus sueños, allá profundamente enterrada. Y es que aquel a quien el duende estrecha en su puño, se ve arrancado de la realidad. La hora ha llegado: así como, después de las primeras lluvias primaverales, se ven aparecer los brotes, brota ahora también toda esa sementera de éxitos y logros. Por eso lo extraordinario es siempre la medida de toda grandeza. Y siempre, aun en las formas más complicadas, el mérito creador queda por encima de todos los valores. En los inicios de los 80, regresa a Madrid y actúa durante dos años en el Tablao Los Cabales, hasta que decide dar inicio a su segunda gran vocación, es decir, abrir su primera escuela en 1.984 y dedicarse plenamente a formar bailarines que nutrirán las principales compañías del país, como ejemplo reseñaré las de Antonio Canales o María Pagés. Crea el Joven Ballet de José Rasero, girando por teatros y televisiones de toda España.

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PERSONAJES

Posiblemente, desde la división de

la primera célula, la función de la vida misma no sea otra que transmitir conocimientos de una generación a otra. En 1.992 funda junto a un grupo de maestros, la Asociación de Profesores de Danza Española y Flamenco (APDE), de la que fue su primer presidente, cargo que ostentó durante 15 años.

En 2003 crea para APDE, el Plan de

Estudios de Flamenco y elabora el libro 'Teoría del Flamenco', junto al poeta y escritor jerezano Manuel Ríos Ruiz. Creando el primer libro de texto para la escuela, dándole una metodología a la enseñanza del siempre difícil arte del Flamenco. Esta labor fue premiada por la Cátedra de Flamencología de Jerez de la Frontera con el Premio Nacional de Flamenco a la Enseñanza.

Ya retirado dedica su tiempo a es-

cribir y a la investigación. En 2018 publica su libro 'Sueño', donde relata las ilusiones de un niño de nueve años que quiere ser bailaor. Su padre prefiere que sea herrero como él, oficio que considera mas seguro y más gitano, pero su madre siempre le apoya en todo y vive dedicada en cuerpo y alma a su hijo.

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Gente de Triana

Refiriéndose a su libro 'Sueño' el

maestro ha dicho: Reconozco que escribir esta historia, me ha hecho sentir el ser más feliz del mundo, porque en el fondo tiene algo donde nos vemos reflejados todos aquellos, que nos hemos dedicado a algo tan maravilloso como la danza, y en este caso el flamenco.

En la historia de este recorrido aparecen personajes que impresionan a José, como 'La Macarrona', Silverio Franconetti, La Argentina y Faico, aunque para él los más importantes son, la señora Dolores y Juan Ramírez. Su libro 'Sueño' comienza y se desarrolla en parte, en el barrio de Triana, donde el lector se impregnará de las vivencias y costumbres de los años 40, donde la alegría de las gentes servía de antídoto y evasión en tiempos tan difíciles. Pero José había quedado cautivo, cautivo para siempre de su propia genialidad; sentía una dicha que lo invadía y que iba a enriquecerlo con esa sustancia pura destilada de si mismo; sustancia pura conservada pura a través de los años y las dificultades. Y así es cómo existen horas y días en su corazón, que posee como un tesoro ganado con gran esfuerzo, pero que ya nunca resucitarán.



PERSONAJES

Manuel Ortiz Pérez Cabalgando con las palabras

Erase una vez... en un 12 de agosto de 1942 se estrenaba en EE.UU, el clásico film de Disney ‘Bambi’. En la misma fecha, el Ministro de Educación Nacional, dictó una orden por la que se disponía la celebración en Madrid de una Exposición del Libro Español de la Mística, con motivo del cuarto centenario de San Juan de la Cruz. Por Paco Soler

A principios de los años noventa, su elogiosa pluma literaria avanzaría en un largo viaje vivencial de libros como: ´Cabalgando con las palabras'. Dicha obra lírica, consta de más de doscientos poemas.

Ocho novelas: 'Manolón', 'Princesa bastarda', 'Don Carlos Medrano, Capitán de los arcabuceros de su majestad Felipe IV', 'Último cacique', 'De donde viene el viento', 'El octavo día', 'Los ángeles de la sexta planta' y 'Cuatro vírgenes'. Dos obras de teatro: 'En los corrales de

Triana' y 'Gitano'. Múltiples pregones como el realizado por Navidad, en la residencia geriátrica Ntra. Sra. de Consolación; en Avda. de Coria, después en Casa Regional Valenciana, Castilla, 68 y en el Centro de Participación Activa de Sevilla 'Triana'; (una exaltación a dúo). Locuciones a pie de calle en momentos puntuales, conferencias, componente del coro de villancicos, 'Amigos de Triana'. Participación en el centro de Educación Infantil y Primaria San Jacinto, donde sentando cátedra como profesor; al dirigirse a la 'gente menuda' y como hilo central, las peculiaridades de Triana.

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© Gasán

N

acería la escritora chilena con nacionalidad estadounidense, Isabel Allende Llona (Lima, Perú) y casualmente con la misma inquietud 'su colega': Manuel Ortiz Pérez, vio luz en la ciudad de Hinojos (Huelva), siendo bautizado en la pila bautismal de la Parroquia de Santiago y ante su patrona La Virgen del Valle; muy 'poquito' después, sus padres traerían a nuestro entrevistado a Triana, donde se casó en Santa Ana, naciendo y bautizándose en dicho barrio sus hijos.

Tiene en su haber varios recitales líricos,

entre los que destaca el ofrecido al grupo joven de la Hermandad de Belén de Pilas, en la ermita de Nuestra Señora con la misma advocación y allí fue acompañado por la Filarmónica de Pilas. El preludio de la semana rociera, estaría a su cargo y fue exaltador de la Semana Santa. Siendo una de sus inclinaciones la numismática.

Está en posesión del curso de 'Novela y re-

latos cortos', bajo diploma en la Escuela de Escritores Andaluces: de ahí que sus obras gustan, porque escribe para el pueblo, con un lenguaje; cómodo e inteligible.

Es fundador de la 'Asociación Cultural Me-

jorana', de su pueblo natal. Intervenciones de radio, en las que presentó emisiones como director de Programas; en el salón de actos del I.E.S. Triana. Seria extensa la relación de personajes que pasaron por Radio Triana, pero guarda un grato recuerdo del grupo de sevillanas y rumbas de Hinojos: 'Volver a empezar'; o emisiones como: 'El Rincón de Fígaro' (dirigido por D. Federico Serradilla y D. José Luis González Cáceres). 'Con acento trianero' y 'Las Chicas del 3º'. (Con Carmen Hiruelo, Carmen Cid, Toñi y ocasionalmente,


Gente de Triana Neme Mengíbar o Rocio Maestre). Todo en directo y luego se emite aleatoriamente en antena. En la revista de la primavera 2017 y en su página 26, se hacía una información del IES, con el titulo de: 'Radio Triana La voz'; con quien D. Manuel tiene una estrecha relación. Coadyuva con pintores de Sevilla en Paseo de Arte.

Un libro que causó impacto en los aman-

'Los ángeles de la sexta planta', es el agradecimiento del autor a todo el personal de los centros hospitalarios

tes de relatos, fue: 'La princesa bastarda'; se comprobará así, que historia y ficción se funden para contar las peripecias de Carlos Medrano, capitán de los Arcabuceros Reales y procedente de los Tercios de Flandes; quien llega a la Corte por orden de Felipe IV. Proteger a una dama es la misión que se le encomienda, una tarea que no pasará en balde. "Desde que me jubilé, no he parado de escribir". Y es que no piensa detenerse: "Me han comentado que la narración de La princesa bastarda engancha y que se presta a una segunda edición, incluso, tercera parte. Así que dejo abierta esa posibilidad para el futuro".

Para medir el tamaño del 'músculo car-

l preguntar al Sr. Ortiz, que sintetice la A obra, 'Los ángeles de la sexta planta', nos contesta: "La historia está dividida en 18 capítulos, recorre Sevilla y concretamente, en el barrio de Triana". Se vendió en la IX Carrera de la Mujer de la ciudad hispalense y parte de los beneficios se destinaron a las asociaciones de mujeres afectadas por el cáncer de mama.

La grabación del audio, la puede encontrar el interesado en: ivoox, donde se ofrece la intervención del director de esta asociación el cual con maestría introduciría a la poeta, Maribel Ortega Soler, colega y conocedora del referenciado y participaría como invitado, él aquí referenciado, es uno de los fundadores de la tertulia literaria 'Puente de Barcas' y fue Vicepresidente de la misma.

'Los ángeles de la sexta planta', no es

El 'penúltimo libro' que los lectores deseen

más que el agradecimiento expreso del autor a todo el personal del hospital porque: "Son hombres y mujeres con mil nombres y apellidos, en un lugar donde ninguno es más importante que otro".

La experiencia que ha vivido en prime-

ra persona junto a su mujer, afectada por la citada enfermedad, es el impulso que le sirvió para escribir dicha historia. En ella, Clara, la protagonistadescubre que tiene cáncer de mama antes de casarse y desde ese momento, lucha cada día contra la enfermedad.

Para mí son auténticos ángeles por la

ayuda que prestan a las mujeres. Él autor estuvo presente en el stand que la organización ofreció a dicha obra y dedicó personalmente, los ejemplares a quienes se mostraron deseosos de poseer un ejemplar.

diaco' del polifacético personaje de la palabra escritura, habría de comprobarse la botonadura de sus chalecos o chaquetas, donde estas se rompen y así, ha colaborado en diferentes homenajes para dignificar la literatura-poesía como en Asociación Literaria 'NN del Baratillo'. Un acto del que guarda un grato recuerdo; fue el celebrado en el Salón de actos del Círculo Mercantil e Industrial de Sevilla, con la dirección de D. Antonio Bustos Rodríguez, del Curso de Temas Sevillanos y en memoria del artista flamenco D. Eugenio Carrasco Morales, El Perlo de Triana.

tener en sus estanterías o anaqueles: 'Cuatro Vírgenes', deben de estar seguros que encontrarán en sus páginas un asunto central que ha ocurrido y se viene sucediendo actualmente; todo ello escrito con fidelidad y total entendimiento, ya que él autor por sus explicaciones nos traslada a temas que podríamos calificar de insólitos; pero que tuvieron una total realidad en tiempos pasados. Esta obra fue presentada en la ppda. edición de la Feria del Libro de Sevilla y en el stand de la librería 'Entre líneas'.

H oy disfruta de muchos amigos y por supuesto de noble amistad en el barrio donde el Rey Sabio, Alfonso X hizo construir la Iglesia de Santa Ana y paradójicamente en la población hinojera donde él tuvo la cuna; él mismo Rey se 'hincó' de Hinojos ante la imagen de la Virgen en agradecimiento por su victoria en una batalla.

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HOMENAJE

Salvador Távora Cuando empecé a escribir este artículo, era una mañana otoñal de lluvia, perdida en este largo invierno. La ventana de la habitación permanecía abierta, dejando paso a un joven geranio que había crecido en la maceta colocada en el alféizar y había metido su olorosa cabeza por el resquicio. Por José Manuel Piñero Velasco

N

o voy a negar que repensé mucho lo que debía escribir y decidí ponerme en el ordenador venciendo el miedo que tenía, provocado por el deseo de poder estar a la altura de este magnífico personaje, o por lo menos, no desentonar mucho con las grandes personalidades y artistas con los que ha convivido.

Salvador Távora no es un hombre co-

rriente, es un respetado icono dentro del mundo del teatro a nivel internacional. En sus comienzos vivió padeciendo muchas carencias por la desgraciada época que le tocó nacer, para sumergirse luego en su misteriosa misión de vida, que pienso, debido a su corta edad, que ni él mismo sabía a donde le conduciría, porque el destino nunca esta escrito.

El siglo XX, español y europeo no amó

a sus jóvenes. Una guerra civil, dos guerras mundiales. Nunca a lo largo de la historia se sacrificó y se vertió tanta sangre joven en aras de los dioses de la guerra. Pero avanzada su segunda mitad surgió una nueva generación que, fogosa y llena de empuje, avanzó hacia nuevos caminos. La fanfarria musical y estudiantil despertó a esos jóvenes; y en sus espíritus surgió una divina primavera y una

Salvador es un hombre que ha bebido de lo esencial del arte, de esa esencia íntima destilada de si mismo y de sus imprescindibles vivencias 68 Revista TRIANA

fe nueva envolvió sus almas. Lo que era imposible pareció, de pronto, realizable.

De sus muchos premios recibidos,

me quedo con el de Hijo Predilecto de esta gran ciudad. Posiblemente no sea el más importante, porque grande y amplia ha sido su


In memoriam exitosa trayectoria, pero, para mí es el más cercano y humano entre todos. De pequeños, e inclusive de mayores, todos buscamos la predilección de nuestros padres, familiares y amigos, pero serlo de toda una ciudad es un privilegio muy exclusivo, reservado solo para algunos escogidos que los buenos dioses tienen a bien enviarnos de vez en cuando, para remover con sus ideas y su arte, los marchitos corazones de la mayoría silenciosa.

Salvador es un hombre que ha bebido de lo esencial del arte, de esa esencia íntima destilada de si mismo y de sus imprescindibles vivencias: peligrosas, prohibidas, y hasta mortales en su época taurina.

Desde la división de la primera célula posiblemente la función de la vida misma, no sea otra que la de transmitir conocimientos y sensaciones de una generación a otra, labor a la que ha dedicado su vida. Cada uno de los objetos escénicos, los carteles, los premios, todos tienen detrás su propia historia. Cada uno de los pliegues de las prendas, de los vestidos, y hasta el hilo que las unen tienen sus secretos celosamente guardados, recordando el gozo que les producía, cuando salían al escenario compartiendo la gloria con sus creadores. Nacieron para esos momentos. Salvador Távora ha nacido para crear,

fuerza poderosísima, se arrojaba una y otra vez a un calamitoso torbellino de pasiones. Es entonces, cuando en esa ardiente fragua de sentimientos forja toda su inspiración, y la inspiración llega del misterioso más allá, se escapa a toda nuestra ciencia, siendo ahí donde nace el duende. Porque ese es su elemento: lo espiritual, lo abstracto.

y todo espíritu creador cae infaliblemente en lucha con su duende. Ese combate es siempre épico, ardoroso y magnífico, buscando la inspiración, pero, solo a los creadores le es dado que esa gran batalla íntima, silenciosa e inevitable, solo a ellos, a los artistas como Salvador, le ha sido concedido trasladar este conflicto, desde los oscuros repliegues de su cerebro, de su sentimiento, de su corazón, de su alma, a la luz del día y ponerlo en escena para mostrárselo a los demás.

Los grandes artistas, los artistas ins-

La naturaleza del duende desprecia la

Arrancado de su propio ser por una

pirados, los artistas por vocación, tienen la capacidad de convertir en un escenario la carne en espíritu. Naciendo a la vez en su corazón, un complejo y perseverante laboratorio alquimista, con capacidad de convertir hasta lo mas corriente en oro.

El teatro, no podemos decir que sea la li-

realidad, porque para él es sólo insuficiencia.. El primer signo distintivo del poseso es ese arte que le lleva a lo ilimitado del mismo; un deseo de superación y un impulso hacia la inmensidad; que es a donde quiere llegar el duende, porque allí está su elemento, el mundo de donde salió.

bertad; pero si podemos decir que la provoca, buscando la verdad sea la que sea y negándose en redondo a beber de la fuente equivocada. Las obras de nuestro premiado han seguido siempre ese camino. Porque el arte sigue y seguirá inventando fábulas, que hacen remover sentimientos y alegrías en las gentes, es por eso que no tiene fronteras.

Como tributo a Sevilla, ha llevado su

Para Salvador, la dramaturgia es sagra-

nunca podrá ganar nada de la vida. Porque a nadie moralmente tienes que rendir cuenta, quien no le ha hecho mal a nadie.

da y una religión sin mandamientos, porque en el fondo la palabra religión viene de religar, de unir sensaciones distintas e incluso disparatadas, para que en ese vulcanismo de ideas, nazcan semillas que harán brotar nuevas conciencias y nuevos pensamientos.

nombre por el mundo orgulloso de saber de donde proviene; por eso cuando pasea por sus calles y un templado viento golpea su rostro, la Giralda que lo ve todo, le mira complacida, y le hace un guiño de complicidad a uno de sus hijos predilecto, sintiéndose orgullosa.

El que no está dispuesto a perderlo todo,

Posiblemente, hacer lo que uno ama es la forma más inteligente de vivir. Salvador lo ha conseguido.

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HOMENAJE

‘El Lolo’ de Triana El pasado mes de febrero y concretamente el día 27, los trianeros recibimos una mala noticia, el fallecimiento de nuestro querido amigo Manuel Ramos Pérez, “El Lolo de Triana”. Nadie se esperaba el fatal desenlace y a todos nos cogió por sorpresa, por lo que su pérdida ha llevado consigo un inmenso dolor, que pasará mucho tiempo para atenuarlo. Por Miguel Rivas Rasero

‘El Lolo de Triana’ y su mujer Victoria.

E

l Lolo', como todos los mortales, tenía defectos y virtudes. Como sus virtudes eran tantas los defectos pasaban desapercibidos. Entre ellas destacaba su bondad, por lo que era una persona muy querida por amigos y vecinos.

También tenía algo, muy suyo, que

lo hacía diferente y le daba un carácter singular a su personalidad, lo que yo siempre he valorado mucho. 'El Lolo' no tenía pelos en la lengua, era demasiado vehemente y se dejaba llevar por los impulsos, pero sus palabras

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siempre reivindicaban una verdad o alguna forma de hacer mejor las cosas.

Aquellos que lo conocíamos de cerca, sabíamos que en cualquier reunión o asamblea, si 'El Lolo' se ponía de pie o pedía la palabra, había que apretarse los machos. Decía lo que estaba mal aunque los demás callaran y a veces se levantaba marchándose, dejando a todos con la boca abierta pero con una silenciosa admiración. Nació este hombre en el corral Pisto-

la de la trianera calle Pelay Correa, junto a la


In memoriam

taberna El Morapio, donde también vivía el inolvidable bailaor 'El Titi'. Su padre, Manuel Ramos Castillo, era un personaje con mucha gracia y colaborador de la Revista Triana, donde escribía en versos la vida en el corral y transportaba al lector a las vivencias del barrio en aquella época. Se decía de él que hablaba como escribía y escribía como hablaba.

'El Lolo' desde pequeño tuvo dos

grandes pasiones: los toros y los caballos. Muy joven vistió el traje de luces, llegando a ser un buen novillero y uno de los mejores de su tiempo. Por su forma de ser, que no se callaba de nada y no admitía imposiciones, tuvo que dejar los toros y se dedicó de lleno a la cría de caballos, fundando la Yeguada MR Triana.

Otra de sus pasiones era la Virgen del Rocío, por lo que era fervoroso hermano de la Hermandad de Triana. También era socio de la Peña Trianera y formaba parte de la Tertulia 'El Ancla', a la que asistía asiduamente y aportaba desinteresadamente los productos de su campo. Era un hombre que vivía mucho el ba-

rrio y todo lo que acontecía en él. Como vecino era querido y respetado por todos y estoy seguro que toda Triana le pedirá a su Virgen

del Rocío que lo acoja bajo su manto para que disfrute eternamente de la vida celestial. Nosotros, sus amigos, siempre tendremos en la memoria al Lolo de Triana y lo recordaremos como 'un hombre bueno'.

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HISTORIA

Dos marinos para la historia

Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano

La búsqueda del estrecho,

primer acto de la globalización

(I)

Sevilla ha sido una ciudad que a lo largo de su historia ha jugado un papel fundamental en el desarrollo de importantes hitos históricos. Por Francisco Pérez Aguilar

E

n muchos casos, estos acontecimientos han dado origen a importantes cambios en los conocimientos de cada época que han hecho posible el devenir de la historia moderna, no solo de España, sino de todo el Orbe conocido, dejando un legado intemporal que, pese al tiempo transcurrido, permanece en la memoria de los

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pueblos y por lo tanto en la historia universal de manera indeleble. Su periodo histórico más brillante abarca los siglos XVI y XVII y se debió, fundamentalmente, a la presencia en la misma de la Real Casa de Contratación de Indias; dicho extenso periodo de tiempo ha sido considerado como los Siglos de Oro de la urbe hispalense durante los que la misma bullía al


Triana socaire de un comercio marítimo creciente, según el Almirante Colón, iba ampliando el radio de sus descubrimientos. Esto dio lugar a que Sevilla se convirtiese en la capital del comercio marítimo desbancando incluso a Amberes como centro financiero gracias a que canalizaba los flujos económicos de cualquier procedencia y en esta Sevilla barroca, que resplandecía desbordada de riquezas, entre 1517 y 1519, se va gestando la mayor aventura marítima jamás escrita por el hombre.

2019 nos trae la conmemoración del V Centenario de la primera circunnavegación del Globo Terráqueo por la escuadra al mando del portugués Magallanes

El año 2019 nos trae la Conmemoración

del V Centenario de la primera circunnavegación del Globo Terráqueo por la escuadra que, al mando del portugués Magallanes, zarpó del muelle de las Mulas el 10 de agosto de 1519, expedición de la que tres años más tarde, en 1522, solo retornó la nao Victoria al mando de Juan Sebastián Elcano y diecisiete famélicos tripulantes, quienes tras recalar en Sanlúcar de Barrameda el 6 de septiembre, dos días más tarde rindieron viaje atracando en el mismo muelle del cual habían zarpado tras recorrer 46.270 millas marinas o lo que es lo mismo, 85.700 km, en 1.084 días.

Situación Geopolítica de Castilla y

Portugal durante los siglos XIV y XV. El 26 de marzo de 1244 se firma el Tratado de Almizra, pequeña localidad de la provincia de Alicante. Dicho tratado fue un pacto de paz signado por Jaime I de Aragón y el que más tarde sería su yerno, el Infante don Alfonso, hijo del rey castellano Fernando III. En el mismo se fijaron los límites del reino de Valencia.

Al mismo tiempo, se definirían las zo-

nas de influencias marítimas de ambos reinos, asignándose Aragón el mar Mediterráneo, obligándose con ello Castilla su salida al mar por el Océano Atlántico.

No obstante, la frontera entre ambas zonas de influencias no quedó suficientemente bien delimitada, por lo que hubo que esperar hasta 1291, año en el que se firma el Tratado de Monteagudo o de Soria, en el cual la frontera queda fijada en la desembocadura del río Muluya cuyo cauce fluye por el Atlas marroquí desembocando en el mar Mediterráneo, de tal forma que al Este de la desembocadura queda-

ría la zona asignada a Aragón y al Oeste la correspondiente a Castilla.

Planisferio de Cantino. 1520.

Avanzamos en el tiempo hasta el rei-

nado de Eduardo I de Portugal (1394-1460). Su hermano, el Infante don Enrique, conocido a partir del siglo XIX como El Navegante, aunque realmente nunca gozó de esta condición, se instala en la pequeña localidad de Sagres, en el Algarve portugués cercana al cabo San Vicente, donde el Infante, con la anuencia de su hermano el rey Eduardo, funda, en 1417, la Escuela de Navegante de Sagres, convirtiéndose la misma en la génesis de las importantes expediciones portuguesas por el Océano Atlántico, de tal forma que, tan solo un año más tarde, 1418, Tristao Vaz Teixeira y Joao Goncalves Zarco, descubren las islas Madeiras y tan solo dos años más tarde, 1420, Gonzalo Velho Cabral navegando por el paralelo 38 latitud norte, descubre las islas Azores. En 1434, Gil Eanes dobla el cabo Bojador y deben pasar 42 años para que en 1462, colonos portugueses descubran las islas de Cabo Verde frente al cabo del mismo nombre en la costa de África, cercano a la actual ciudad de Dakar.

Continúan las navegaciones hacia

el Atlántico sur, hasta que en 1488, Bartolomé Díaz consigue doblar el cabo de Las Tormen-

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HISTORIA cimiento, en concreto, al rey Alfonso V y a sus sucesores: la propiedad exclusiva de todas las islas, tierras, puertos y mares conquistados en las regiones que se extienden desde los cabos Bojador y de Nam a través de toda Guinea y más allá hasta la orilla meridional.

Estos privilegios concedidos a los portu-

gueses en exclusividad, apartaba a los castellanos de tales posibilidades y aunque estos derechos fueron pertinazmente reivindicados por los reyes castellanos, finalmente se impuso la voluntad omnímoda de la Iglesia. Mientras la politica marítima portuguesa tomaba estos derroteros, cabe preguntarse: ¿qué sucedía en Castilla?

En 1355, el papa Clemente VI conce-

Expediciones portuguesas por el Atlántico.

tas o de Buena Esperanza, más tarde, Vasco de Gama zarpando de Lisboa el 8 de julio de 1497, rinde viaje en Calicut (India) el 20 de mayo de 1498, realizando con ello el primer viaje oceánico de la historia. Estas navegaciones, auspiciadas por la Escuela de Sagres, estuvieron acompañadas por un echo de especial singularidad, la decisiva intervención de la Iglesia en estas cuestiones marítimas.

Entre 1452 y 1481, los papas Nicolás V,

Calixto III y Sixto IV emiten las bulas, Dum Diversas, Romanus Pontifex, Inter Caetera y Aeterna Regis, todas encaminadas a conceder privilegios a los reyes portugueses Alfonso V y a su hijo Juan II.

A partir de entonces, los marinos portugueses podían navegar por el Atlántico, crear asentamientos en las costas oeste África, mercadear con los nativos e incluso se creó un mercado de esclavos que eran utilizados en los molinos de azúcar instalados en el Algarve.

Igualmente en la bula Romanus Pontifex quedó expresamente recogido el recono-

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de el título de: Monarca de las Islas Canarias al francés, biznieto del rey Alfonso X 'El Sabio', don Luis de la Cerda, pero no fue sino hasta 1402, cuando el francés, al servicio de Enrique III de Castilla, Jean de Bethencourt inicia la conquista del archipiélago canario, finalizando en 1496 con la conquista de Tenerife por parte de Alonso Fernández de Lugo, previa confirmación de los Reyes Católicos de sus derechos sobre la isla.

Guerra de Sucesión castellana (14751479). Tras el fallecimiento del rey castellano Enrique IV (1425-1474) existían dos pretendientes al trono, su hija ilegítima, Juana, conocida como La Beltraneja, se pensaba que era hija de Beltrán de la Cueva y su hermana, por parte de padre, Isabel, futura esposa de Fernado II de Aragón. Juana contrajo matrimonio a los tre-

ces años con su tío Alfonso V de Portugal que había enviudado de Isabel de Coimbra en 1455, por lo que contaba con el apoyo de la Corona portuguesa y con parte de la nobleza de Castilla. En cuanto a Isabel, tenía el apoyo de Aragón al estar casada con su heredero, Fernando y con el resto de la nobleza castellana.

Las hostilidades entre ambas facciones

tuvieron lugar en 1475. La guerra civil fue inevitable decantándose del lado isabelino tras la batalla de Toro de 1476, aunque la guerra continuó por mar donde los portugueses mostraron su poderío derrotando a los castellanos. Estas


Triana contrarias situaciones obligaron a las partes a pactar a partir del 4 de septiembre de 1479, fecha en la que se firma el Tratado de AlcazovaToledo, entre los representantes de Isabel y Fernando de Castilla y Aragón y los de Alfonso V de Portugal y su hijo Juan.

Los asuntos fundamentales de este

tratado quedaron centrados en la renuncia de Alfonso V al trono de Castilla y el desistimiento de los Reyes Católicos a la corona de Portugal.

Por otro lado, los territorios del

Océano Atlántico fueron repartidos entre los dos reinos. Portugal mantuvo todos los privilegios concedidos por las bulas papales, mientras Castilla supeditó su presencia en el Atlántico a la soberanía de las islas Canarias. Igualmente, Alfonso V consiguió del papa Sixto IV la anulación de su matrimonio con su sobrina La Beltraneja, que terminó recluida en un convento de clarisas en Lisboa.

Cristóbal Colón. El futuro almirante de

Castilla, tras capitular con los Reyes Católicos en Santa Fe, el 3 de agosto de 1492 zarpa del puerto de Palos de la Frontera rumbo al Oeste desconocido, derrotero que no se contemplaba en el Tratado de Alcazova-Toledo, ni en los privilegios de las bulas papales ya mencionadas.

El 12 de octubre, a las dos de la madruga-

da, Colón y sus expedicionarios arriban a la pequeña isla de Guanahaní, en el archipiélago de las Lucayas, hoy de las Bahamas, siendo nombrada San Salvador. Este importantísimo acontecimiento rompe el statu-quo existente entre Portugal y España, tras la firma del Tratado de Alcazova-Toledo en 1479.

Vuelto Colón a España, el embajador portugués procede a la corte de los Reyes Católicos, por aquel tiempo en Barcelona, requiriendo estos nuevos territorios para la Corona portuguesa, aduciendo que los mismos se encontraban bajo lo pactado en el tratado signado entre ambos países. No estaban exentos de razón los portu-

gueses debido a que las Lucayas se encuentra en el paralelo 22 latitud norte, es decir, por debajo del cabo Bojador, que está situado en el 26,

Hasta Híspalis arribaban los barcos para ser cargados de aceite, vinos y trigo, mercancías muy preciadas en los puertos del área del Mar Mediterráneo por tanto, se encontraba dentro de la demarcación fijada en la bula de Nicolás V: Romanus Pontifex, en la cual se contemplaba la propiedad exclusiva de la Corona portuguesa de: todas las islas, tierras, puertos y mares conquistados en las regiones que se extienden desde los cabos Bojador y Nam a través de toda Guinea y más allá hasta la orilla meridional.

Pero en esta ocasión los Reyes Católicos

tratan este asunto, de alta política, con extrema inteligencia, para lo cual hacen intervenir al papa Alejandro VI, el español Rodrigo Borgia quien debía importantes favores a los reyes españoles, entre ellos, el de haber sido nombrado papa.

En este contexto, Alejandro VI emite lo que

se denominó las Bulas Alejandrinas, y propone el trazado de un meridiano imaginario a setenta leguas de las islas de Cabo Verde, propuesta que no es aceptada por los portugueses. Finalmente, el 7 de junio de 1494 se firma el Tratado de Tordesilla, en el que se pacta el trazado del meridiano imaginario propuesto por el papa, pero a 370 leguas de la isla caboverdiana de Santo Antao, la más occidental del archipiélago de Cabo Verde, lo que dio lugar a que las costas de Brasil, en el continente sudamericano, quedasen dentro de la demarcación correspondiente a Portugal, como nos lo muestra en planiferio de Cantino de 1520. Igualmente, en las Bulas Alejandrinas quedaba claramente recogida la excomunión fulminante de todo aquel que navegase al Oeste de meridiano imsaginario sin el permiso expreso y previo de los Reyes Católicos. En este contexto geopolítico y sociológico se desarrollaron todas las importantes expediciones castellanos-portuguesas que dieron lugar a la primera circunnavegación de Magallanes y Elcano del Globo Terráqueo. Continuará

Revista TRIANA

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HISTORIA

Las dos Trianas Las relaciones de Sevilla con las Islas Canarias se remontan al siglo XVI. En 1312 Lancelloto Nalocello realiza el redescubrimiento medieval del archipiélago, partiendo, sin duda, de Sevilla-Cádiz según El libro del conocimiento, escrito por un franciscano sevillano que recibió noticias de los genoveses radicados en la ciudad de la Giralda. Por Francisco Morales Padrón

Calle Mayor de Triana en 1885. A la derecha, edificios modernistas en Triana

E

n 1382 el navío del sevillano Francisco López, que navegaba de Sanlúcar a Galicia, fue empujado hasta las costas de Gran Canaria, en cuyo riachuelo Guiniguada los aborígenes socorrieron a los supervivientes con miel, carne asada y harina de cebada tostada. Pocos años más tarde (1390) Enrique III de Castila concede la conquista de Canarias a Hernán Peraza, Caballero Veinticuatro de Sevilla.

A principios del siglo XV (1403), en un pregón leído en Sevilla se habla de Juan de Bethencourt como Rey de Canarias. Comienza entonces la fase de la conquista bethencouriana, que dura hasta 1461, con desigual resultado. Las Islas no han sido sometidas en su totalidad. Va a seguir la etapa de García Herrera (1461-78), un nuevo ejemplo de la actividad señorial que los Reyes Católicos suprimen en 1478. El periodo realengo se va a desenvolver en dos momentos con diversos actores:

1) La etapa de Frías-Bermúdez-Rejón y Algaba (1478-80) 2) La etapa de Vera (1480-91)

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Sevillanos o andaluces acaparan la ac-

ción en los años del siglo XV: Conde de Niebla, Pedro Barba; Hernán Peraza; Guillén de las Casas; Jofre Tenorio; Guillén Peraza; Diego de Herrera; Juan Bermúdez; Pedro de Algaba; Juan de Frías... La etapa de Frías, Bermúdez y otros, precisamente, concluía el año en que se firmaba entre Castilla y Portugal el Tratado de Alcazovas-Toledo fijando la españolidad de las Canarias. Y la segunda etapa, la de Vera, ponía punto y final a la anexión en vísperas del descubrimiento de América. En esos años de 1478 a 1491, mientras se desarrollaba la conquista de las Islas, varios hechos reflejan las relaciones de Gran Canaria con Sevilla. Citemos a modo de ejemplo algunos de ellos: la designación del Asistente de Sevilla, Diego de Merlo, para organizar los aprestos destinados a la conquista de Gran Canaria; el apresamiento y conducción a Sevilla del caudillo Adargoma; la implantación en el Real de Las Palmas, por Juan Rejón, de la devoción a Santa Ana, patrona de la Triana sevillana. A semejanza de estos hechos, cabe mencionar la actuación de tropas remitidas desde Sevilla decisivas en las operaciones finales, o la presencia de pobladores originarios del Condado de Niebla llevados en 1483 para repoblar la tierra.


Triana En 1485 se acordó que la iglesia de la Señora Santa Ana, llevada por Rejón, fuese sufragánea de la sede hispalense. El trasiego de hombres y supuestos culturales fue todo lo intenso que la emigración de gente peninsular lo permitió. Sevilla era, desde hacía tiempo, escenario donde se vendieron esclavos canarios. En ella se realizaron preparativos de huestes conquistadoras; en Sevilla se firmaron capitulaciones, se llevaron a cabo tratos y contratos, se obtuvieron prestamos, etc., estando las islas por medio. Habla el cronista Andrés Bernáldez, en sus Memorias del reinado de los Reyes Católicos, que en la sevillana Puerta de la Carne se situó con su parcialidad el caudillo de Telde. Algún sevillano -por ejemplo: el gober-

nador Martín Fernández Cerón, que lo erao algún andaluz, o alguien familiarizado con el urbanismo de la ciudad del Guadalquivir, pudo recordar a Triana, 'guarda y colación' de Sevilla, al contemplar el conjunto de edificaciones surgidas en la orilla izquierda del Guiniguada cual colación de Vegueta y guarda o defensa de ésta de los peligros provenientes de los Arenales.

Triana es vocablo que asociamos a un

barrio o a un descubridor que, paradójicamente, no existió. O, más exactamente, existió con otro nombre. El marinero que dio la voz de tierra en la madrugada del 11 al 12 de octubre de 1492 realmente se llamaba Juan Rodríguez Bermejo, pero fray Bartolomé de las Casas, lo mismo que introdujo la polémica al escribir que Colón en su primer viaje estuvo en Gando, fue el responsable de ese Rodrigo de Triana, que únicamente él menciona.

También al topónimo Triana le

acompaña la duda al ignorarse su origen y significado. Hubo autor que identificó a Triana con la antigua Osset, localidad cercana a Sevilla. Tesis desechada. Los autores oscilan entre Traiana gentilicio de la poderosa familia de los Traios vecinos de Itálica (Trajano: Trajana = Trayana = Triana), y el vocablo latino Trans amnis (al otro lado del río), a semejanza de Trans tiberi (Trastévere). Ejemplos esto último lo tenemos en el barón Charles Davilliers, que en 1862 al describir

Habla el cronista Andrés Bernáldez, en sus Memorias del reinado de los Reyes Católicos, que en la sevillana Puerta de la Carne se situó con su parcialidad el caudillo de Telde el barrio señala que "es poco más o menos... lo que en Roma es el Trastévere", y Richard Ford en 'Las cosas de España' escribe "el barrio de Triana, que viene a ser el Trastévere de la ciudad y cueva de toreros, contrabandistas, pilletes y gitanos, cuyas mujeres son las premieres danseuses".

Es la visión del siglo XIX, difundida

por viajeros románticos, que llegaron a Sevilla buscando lo diferente y lo exótico. La fama del barrio procede sobre todo de esa estampa decimonónica, romántica, que vió a la vieja 'guarda y colación' de Sevilla como un antro de gitanos, toreros, cantaores, bailaoras y cigarreras. Sin embargo, la Triana actual es más descendiente de la Triana del Quinientos. Los actuales trianeros, sin renegar de su pasado inmediato, presumen de la Triana habitada por notables familias, marinera, descubridora, hortelana e industrial con sus almonas, fábricas de pólvora y de cerámica. Una y otra Triana del siglo XVI y la del siglo XIX, han sido siempre distintas a la Sevilla de la orilla derecha.

Nuestra Triana grancanaria, alza-

da en la orilla izquierda, se debió de vincular tempranamente al famoso barrio del siglo XVI, elogiado por los viajeros Münzer, Navajero y Cuelbis, que se proyectó por obra de sus marinos al otro lado del Atlántico. Es la Triana donde se construyen barcos, donde las fábricas de bizcocho lo suministran, con la pólvora y el jabón, a las expediciones descubridoras, algunas planeadas por hijos suyos. Famoso y trascendental fue el periplo de Cristóbal Guerra, trianero fabricante de bizcocho, con Pero Alonso Niño, y el de su hermano Luis Guerra con Alonso Vélez de Mendoza. Vecino de Triana era Rodrigo de Bastida, conocido na-

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HISTORIA

Triana 1659. Anómimo.

vegante y conquistador de Tierra Firme; y en las orillas trianeras del Guadalquivir, junto al convento de Los Remedios, se aprestaron las naves de Magallanes.

No estamos en condiciones de fijar

con certeza el momento en que la zona opuesta al barrio de Vegueta, célula de la fundación de Las Palmas, fue denominada Triana. Ni en el mapa de Torriani ni en el de Casola, trazados en el XVI, figura el topónimo Triana; pero los lazos con Sevilla los proclama una serie de calles conocidas con nombres que se repiten en una y otra ciudad, tales como Agua, Gradas, Gloria, Abades, Herrería, Los Remedios advocación de un convento cuyo recuerdo en Las Palmas pervive en una calle y en Sevilla en un barrio prolongación de Triana. La Triana canaria, su situación, se indica por vez primera en la planta de la ciudad que en 1659 dibuja un soldado anónimo.

No estamos en condiciones de fijar con certeza el momento en que la zona opuesta al barrio de Vegueta, célula de la fundación de Las Palmas, fue denominada Triana 78 Revista TRIANA

El autor se limita a colgar en el aire, por así decirlo, al topónimo sin dibujar el conjunto de casas y calles que integran el arrabal. En el siglo XVIII figura la Puerta de Triana en los mapas de Antonio Riviere (1742) y José Ruiz Zermeño (1772). La Calle Mayor de Triana, es decir, del barrio de Triana, comienza en la ermita de Los Remedios y termina en las ermitas de San Telmo, San Sebastián y Nuestra Señora de Las Angustias. Un poco más allá estaba la Puerta de Triana, en la muralla de Triana. Es decir, Triana comprendía el espacio entre el barranco del Guiniguada y el barranquillo de Mata. Al otro lado de esa frontera seguía la vega de Triana, hasta los Arenales. También en la Triana sevillana, detrás del espacio ocupado por el caserío, se extendía la Vega de Triana. Ya no existen esas vegas, como tampoco existen las Trianas marineras. Hoy la Triana sevillana ha perdido intimidad, es menos pueblo. Persiste la dualidad Sevilla-Triana, que Albéniz plasmó musicalmente. En Gran Canaria, donde Triana no fue nunca mito y leyenda, la Calle Mayor del barrio ha usurpado el nombre a este y el concepto más que referirse a un barrio se refiere a una calle: La calle de Triana en la copiosa visión de su esplendor continental: ancha, moderna, rica y laboriosa; arteria aorta de la capital Tomás Morales.


Triana

Dos extranjeros llegan a Triana Desde Europa, Francesco regresa a Pisa. Durante largo tiempo ha permanecido fuera, empleandolo en su formación. Posiblemente en Faenza, al norte de Italia, en la región de EmiliaRomagna, a unos 50 kilómetros de Bolonia. Por Rosario Membrives

E

l nombre de la ciudad lo dice todo: de raíces etruscas y celtas, en latín es sinónimo de 'cerámica', pues desde el siglo 1 gozaba ya de gran prosperidad industrial, sobre todo en la alfarería y a partir del siglo 12 es centro de la fabricación de cerámica de loza fina.

Quizás en Cafaggiolo, a 25 kilómetros

al norte de Florencia, castillo propiedad desde el Renacimiento de los Médici, en cuyo lugar se celebraban desde entonces reuniones de intelectuales y que en el edificio anexo, conocido como Manica Lunga, en su recinto amurallado, había hornos para hornear cerámica, en el que se fabricaba loza vidriada al estaño, conocida como 'maiólica'.

Y puede que en Casteldurante, pe-

queña ciudad situada en el condado de Urbino, en la cual la producción de cerámica florecía desde la Edad Media, cuyos productos, conocidos como 'durantine', eran admirados en toda Europa.

Pisa, situada en la Toscana, es la que parece ser la ciudad natal del joven Francesco. Desde el siglo IX goza de gran poderío naval, logrando su esplendor en los siglos XII y XIII y desde la primera Cruzada de gran auge económico.Pero por numerosos avatares de la historia, en el siglo XIV, Pisa pierde, después de ser república, sus posesiones ultramarinas y hasta su independencia, que recupera brevemente doce años, desde 1494 a 1506. Es en ese contexto, en la década que comienza en 1490, en el que Francesco debe plantearse donde comenzará su actividad laboral.

Entonces surge y se extiende por toda Europa, y por tanto en la península ita-

liana, la sorprendente noticia del descubrimiento de un Nuevo Mundo, parece ser que a través de una gesta marítima, capitaneada por un genovés.

Comienza a interesarse por las conti-

nuas noticias que van llegando sin cesar desde el reino de Castilla, que ha sufragado y se ha atribuido el honor del descubrimiento. Al puerto de Sevilla, el puerto de Indias, en el sur de ese reino, llegan numerosos barcos cargados de riquezas procedentes del Nuevo Mundo, lo que hace florecer una prosperidad que se manifiesta en todos los ámbitos de la vida social. Si a todo ello se añade que conoce, por su incipiente profesión, que en esa ciudad, y sobre todo en su arrabal llamado Triana, se trabaja desde tiempos inmemoriales la cerámica, es por lo que no duda de que ese será su lugar.

Francesco Niculoso toma rumbo a Se-

villa, toma rumbo a Triana. Y como los grandes hombres que ha dado Pisa han querido ser conocidos como 'de Pisa' o 'pisano', no duda, dispuesto a hacer grandes cosas, de que en esas tierras será conocido como Niculoso

Francesco Niculoso toma rumbo a Sevilla, toma rumbo a Triana. Y como los grandes hombres que ha dado Pisa han querido ser conocidos como 'de Pisa' o 'pisano’ Revista TRIANA

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HISTORIA Pisano, sin menoscabo del significado de dicho gentilicio, muy al contrario, ya que acabaría convirtiéndose en uno de los más grandes ceramistas de todos los tiempos. Hasta ese momento, la cerámica trianera se regía por la técnica hispanomusulmana, con sus motivos decorativos geométricos.

lón avistan la isla de Borinquen, en el actual Puerto Rico. Se encontraron allí un pueblo aborigen que, al verlos llegar en tan majestuosas naves, de raza y vestimentas tan diferentes y con tan extraño lenguaje, creyeron que eran dioses, lo que les indujo a reverenciarlos y agasajarlos como tales.

Parece ser que conocedor de las obras

Estuvo Colón con sus hombres va-

de su paisano el gran ceramista Lucca della Robbia, así como la de la escuela alemana y también por sus estudios de la francesa, Pisano se presenta en Triana como todo un artista del Renacimiento, que complementa con su extraordinaria pericia, capaz de realizar grandes obras, adelantándose en Sevilla varias décadas a esta etapa, no solo en la cerámica sino en todas las manifestaciones artísticas.

Las brumas de la historia han ocultado

la fecha exacta en la que Pisano llega a Triana, pero sí consta documentalmente que ya residía en el arrabal en 1498, en un taller donde vivía junto a Leonor Ruiz, su primera esposa.

Lo que no cabe duda es, como podemos

imaginar, el momento en el que Niculoso Pisano llega a una esplendorosa Sevilla, atraviesa el puente de barcas y pone por primera vez el pie en la alfarera Triana; ese histórico momento para él, sin duda, apoteósico: la llegada a su particular tierra prometida. Su sensibilidad, embriagado por la emoción, le presagia que es allí donde va a poder explicitar todo el arte que lleva dentro.

Y no erraba, pues la simbiosis entre el arra-

bal y el extraordinario ceramista daría lugar a la creación de la escuela llamada azulejería y cerámica sevillanas, trianeras.

Desde América. Es el día del Señor de 16 de noviembre de 1493 cuando las naves de Co-

Las brumas de la historia han ocultado la fecha exacta en la que Pisano llega a Triana, pero sí consta documentalmente que ya residía en el arrabal en 1498 80 Revista TRIANA

rios días en el lugar. A su marcha, pidió al jefe de la tribu como tributo que le cediera un joven como palafreno, a lo cual este, lejos de negarse, le entregó a su propio hijo. El joven indio donado a Colón acepta sumiso su destino. Se embarca en aquella nave mar adentro, a donde nadie jamás de su pueblo había llegado, en dirección hacia un lugar y un futuro desconocidos.

Después de la larga travesía, la nave

enfila el río Guadalquivir y avista al fin el puerto de Sevilla, el puerto de Indias.

Si todo viajero que llegaba al lugar quedaba deslumbrado por su belleza y sorprendido por la abundancia de las naves ancladas en ambas orillas, por el tráfico de las que arribaban y partían sin cesar, así como el devenir de los marineros en sus muelles, cómo no aquel joven indígena, desconocedor total del mundo civilizado. Observa extasiado a estribor el espectá-

culo de la ciudad que le va a acoger y contempla, como sumido en un síndrome de Stendhal, a babor su arrabal, del que le atrae poderosamente una construcción que emerge hacia el cielo, que ignora se trata de la torre de la Real parroquia de Santa Ana, la cual emite un alegre sonido, que desconoce es el repicar de sus campanas, quizás saludando la llegada del almirante.

Acompañado desde el comienzo del viaje por un monje franciscano, Colón ordena que pase a residir en el majestuoso convento de San Francisco, situado en el corazón de Sevilla. Allí, siempre obediente, el joven vive como un monje más durante ocho años, lugar donde se iban concentrando poco a poco aquellos franciscanos dispuestos a embarcar como misioneros hacia el Nuevo Mundo. El convento goza de privilegios y prebendas que procedían desde el propio rey


Triana

hasta la nobleza, por lo que, cuando el indígena manifiesta su deseo de convertirse al cristianismo, es apadrinado por un marqués, siendo conocido desde ese día como Íñigo López.

Poco tiempo después, el padrino reclama a su ahijado, el cual pasa desde ese momento a vivir en su residencia, gozando a partir de entonces de grandes lujos y comodidades.

Cuenta la leyenda que un día en el que

Íñigo se bañaba desnudo en un estanque, su padrino intentó forzarlo. Ante tan execrable delito, el joven esta vez no se somete, muy al contrario, se revela ante este, siendo por ello agredido de forma tan brutal que pierde la vida a manos de quien debía ser su protector, defendiendo su honor y dignidad.

Continúa la leyenda narrando que,

arrepentido por su crimen, el marqués, transcurría el año 1503, encarga a Niculoso Pisano la construcción de una lápida de azulejos para Íñigo López, queriendo que el desdichado esclavo sea enterrado como un noble bajo ella en lugar sagrado. Hecho inédito en el arte funerario imperante, ya que hasta entonces, las lápidas, siempre habían sido de piedra o de bronce.

Es entonces, cuando surge la magia: ante el singular encargo, Pisano vuelca todo su arte en la creación de la lauda funeraria dedi-

cada al indígena en su taller de Triana, la que sería su primera gran obra conocida.

Y, con su innovadora técnica, sobre treinta y cinco azulejos lacados planos, pinta, como si de un cuadro al óleo se tratase, la figura yacente de un joven de tez morena, ataviado con ricos ropajes, con una cruz al cuello y reposando su cabeza sobre un almohadón. Le rodea una cenefa, también de azulejos, en la que se lee: "Esta figura y sepultura es de Íñigo López en el año del Señor de 1503". Y firmado 'Niculoso Francisco Pisano me fecit'. No se tienen noticias, como ocurrió con Pisano, del día exacto el que Íñigo López, ya cadáver, entra por primera vez en Triana. Esa desconocida jornada, las campanas de la catedral del arrabal suenan de nuevo, esta vez doblan dolorosas. Y con honores de un noble, el desdichado indígena es enterrado intramuros de la Real parroquia de Santa Ana, cubierto sus restos por la artística y singular lápida de Niculoso Pisano. Más leyendas son conocidas de

la vida, muerte y sepultura de Íñigo López, apodado 'El Negro'; pero al margen de la veracidad de las mismas, lo cierto es que ambos extranjeros, Pisano y él, uno procedente de la vieja Europa y otro del Nuevo Mundo, han quedado unidos para siempre como exponentes de la historia y las leyendas de Triana.

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HISTORIA

Joyas de la cerámica trianera El zócalo del Sagrario de la iglesia de la Concepción de Castilleja de la Cuesta

Para hablar de la cerámica fabricada en los antiguos talleres y hornos de Triana, no podemos circunscribirnos únicamente a las obras conservadas en el barrio o en el conjunto de la ciudad de Sevilla. Por Manuel Pablo Rodríguez Rodríguez. Asociación Amigos de la Cerámica Niculoso Pisano. Fotografías: Andrés González Ladera y Manuel Pablo Rodríguez Rodríguez. (www.retabloceramico.net)

P

or suerte, la producción de cerámica trianera fue de tal calidad y tan grande que podemos ver muy buenos ejemplos en la provincia, en Andalucía y en el resto de España. Además, en muchas ocasiones nos sorprendería también el poder comprobar la cantidad de obras que fueron exportadas a otros países.

Es por ello que en esta ocasión que-

remos mostrar un ejemplo de la cerámica de Triana ubicada en una población cercana a la capital, en el Aljarafe. Camino de esta localidad, en su famosa cuesta, se extraían antiguamente los barros que dieron forma en los hornos del barrio a numerosas obras de alfarería o azulejería. Se trata de Castilleja de la Cuesta.

Esta localidad tuvo entre sus vecinos a dos de los más importantes pintores de cerámica del siglo XX, en una época de explosión de este arte, y ambos vivieron los últimos coletazos del esplendor de esta industria en la década de los años 60. Los pintores fueron Juan Oliver Míguez y Alfonso Chaves Tejada. El primero nacido en la localidad y el segundo en Bollullos de la Mitación, pero de orígenes familiares de Castilleja, muy pronto volvió con su familia al pueblo. Ambos trabajaron principalmente para la fábrica de Manuel Ramos Rejano ubicada en la calle San Jacinto y fueron discípulos del maestro Manuel Vigil-Escalera Díaz. Los dos pintores, hermanos de la popular hermandad de Santiago de Castilleja, ejecutaron numerosas obras en cerámica o pintura sobre lienzo para los propios vecinos y hermandades de la localidad.

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Una de las principales obras que di-

señó y ejecutó Juan Oliver para su pueblo, fue el zócalo de la capilla sacramental de la iglesia de la Concepción, donde radica la también popular hermandad de la Calle Real. En este Sagrario se cobija la imagen de su titular cristífero, Nuestro Padre Jesús del Gran Poder.

El zócalo que rodea la capilla en tres de sus frentes es una magna obra, de una calidad altísima en su diseño y ejecución. Con algo más de dos metros de altura, en dos cartelas ubicadas en la entrada a la capilla queda perfectamente documentado el conjunto. En una se especifica que la obra fue realizada en 1950, siendo pontífice Pío XII, párroco D. Juan Ruiz Picón y hermano mayor, D. Diego de los Reyes Ortiz. En la otra cartela se recogen los datos de la autoría del zócalo, especificándose que el conjunto fue proyectado y realizado por Juan Oliver con la ayuda de Federico Arincón y Antonio Díaz Ropero en la fábrica de Ramos Rejano. El conjunto del zócalo está cargado

de simbología, que alude por un lado a la cofradía y al Santísimo Sacramento, por la capilla en la que se ubica.

Entre una exuberante y barroca decora-

ción sobre fondos adamascados en azul, se muestra una arquitectura con columnas salomónicas donde se enroscan guirnaldas florales. Las flores abundan muchísimo en la decoración, todas diferentes, de multitud de especies. Igualmente, en las zonas inferiores se muestran textos en latín donde se elude a Cristo y al Santísimo Sacramento.


Cerámica

En el lado izquierdo, el panel está cen-

trado por una excelente figura de Cristo instituyendo el sacramento de la Eucaristía. La minuciosidad con la que está ejecutada esta imagen es digna de elogio. Esta cartela aparece rematada con la corona real y sostenida por dos ángeles que junto a otros dos muestran guirnaldas con espigas y racimos de uva. Además en pequeñas cartelas aparecen emblemas pasionistas, el pelícano y el Alfa y Omega. Escoltan este gran panel las figuras de los evangelistas Mateo y Lucas con sus símbolos.

Nos situamos ahora en el muro de los pies de la capilla y aquí se contiene una gran cartela central de igual forma que la anterior pero conteniendo un ostensorio. En este caso, los ángeles sostienen guirnaldas con azucenas. Los emblemas que aparecen en las cartelas pequeñas aluden en este caso al Santísimo Sacramento, como el cáliz, el copón o el cordero apocalíptico. Escoltando este panel, a izquierda y derecha se muestran a los apóstoles Pedro y Pablo, igualmente con los atributos que los identifican. Dejamos para el final el panel más gran-

de del conjunto, el del lateral derecho. Dedicado principalmente a la hermandad que encarga la obra, queda presidido por el escudo de la corporación en la cartela central. A ambos lados se pintan dos nazarenos, cada uno con los colores del cortejo de la cofradía. Los dos sostienen unos

maravillosos faroles con la cera encendida, pudiéndose apreciar incluso el reflejo de la llama en los cristales de los mismos. A continuación aparecen dos grandes jarras de plata con flores de color blanco, azucenas en una y en la otra, claveles y azahar. Rematan en los extremos de este gran panel, los otros dos evangelistas, Juan y Marcos, con sus símbolos.

Es en este lateral del zócalo donde el pintor incluye uno de los símbolos que identifican su obra. Juan Oliver acostumbraba a incluir en sus lienzos o cerámicas la figura de un jilguero. Este pajarillo aparece también pintado, en esta ocasión sobre el muro, en la mitad superior de la capilla, que el pintor se encargó igualmente de pintar, imitando cortinajes que cubren los paramentos. Este conjunto se puede considerar como

una de las obras cumbre de Juan Oliver y sin duda es la obra cerámica de mayor envergadura que ejecutó en su carrera. Igualmente, aunque de menor tamaño, realizó para Sevilla el zócalo de la capilla que hoy ocupan las imágenes titulares de la hermandad de San Benito, en la parroquia del mismo nombre, conjunto igualmente destacable.

Merece una visita sin duda este conjunto, muy cercano a Sevilla, siendo una buena muestra del altísimo nivel alcanzado en el siglo XX por los pintores de cerámica de Triana.

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HISTORIA

Los retablos cerámicos de la Hermandad de la O La Pontificia, Real e Ilustre Archicofradía del Santísimo Sacramento, Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la O no sólo tiene el privilegio de haber sido la primera cofradía de Triana en cruzar el Puente de Barcas para ir a la catedral, en una ya muy lejana madrugada del Viernes Santo de 1830, sino que es también una de las poquísimas que conserva entre los retablos cerámicos de sus titulares uno de los, entonces genéricos, retablos históricos. Por Francisco José Vallecillo

A

ntiguamente eran muy frecuentes los retablos callejeros, con pinturas, esculturas, relieves o también cerámicos, que ha sido el modelo impuesto en los del siglo XX, por las óptimas condiciones de este material para soportar la intemperie. Los retablos históricos fueron retirados a partir de septiembre de 1868, a consecuencia de la revolución que destronó a Isabel II, conocida como la Gloriosa. En ella, las turbas exaltadas fusilaron, con los ojos vendados como si se tratara de una ejecución, a la antiquísima imagen de la Virgen de las Madejas, en la alcantarilla homónima, hoy conocida como los Caños de Carmona. Fue tal el escándalo que provocó esta profanación, que las autoridades municipales ordenaron retirar de la vía pública todos los elementos religiosos, ordenando su traslado al interior de los templos. Así Sevilla, que podía ser considerada Ciudad de Retablos, como la llama Palomero Páramo, se quedó sin ellos durante casi medio siglo.

El retablo cerámico del Nazareno al que antes nos hemos referido, es genérico, no intenta representar la imagen concreta de esta hermandad (foto 1), está fechado en 1760, es de autoría desconocida, mide 150 x 225 cms. y su colocación obedece a las obras de restauración y consolidación que sufre la torre tras los desperfectos ocasionados por el terremoto de Lisboa del 1 de noviembre de 1755. Debajo de la imagen aparece el texto "Hyjas de Jerusalen no lloréis por my, sy llorad por vosotras mysmas y vuestros Hyjos" (sic).

Pero algunos que por su colocación eran muy difíciles de retirar, permanecieron en su ubicación original y eso le ocurrió al panel cerámico del Nazareno, que hay en la torre de la iglesia de la O. Habría que esperar casi medio siglo para que los retablos, ahora representando lo más fielmente posible a una imagen concreta, que podemos considerar vicaria de la original, y siempre en material cerámico, volvieran a poblar las calles y plazas de nuestra ciudad. El primer paso, para este cambio de concepto, lo dio la Hermandad del Gran Poder, con el reta-

Foto 1.

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blo de Pérez de Tudela que colocó, en 1912, en la fachada de su capilla en San Lorenzo.

Debemos aclarar en este punto, que va-

mos a obviar en este trabajo el riquísimo patrimonio cerámico en zócalos, altares y decoración de la torre que posee esta hermandad, porque excede las limitadas dimensiones de esta colaboración, ciñéndonos por tanto, solo a los retablos cerámicos de la misma.

Foto 2.


Cerámica Acompañan a este retablo en la fachada

norte de la torre, que da a la calle Castilla, otros (foto 2) que enumeramos a continuación: sobre el del Nazareno, hay uno muy deteriorado, ya que ha perdido gran parte del vitrificado, que repesenta la Imposición de la casulla a San Ildefonso, de finales del XVII, que mide 90 x 120 cms aproximadamente. Este retablo fue consolidado en la restauración de la torre en 1994, los hermanos de la O representan a este Santo por su defensa de la virginidad de María.

Bajo el nazareno hay otro panel cerámico de San Andrés de 40 x 60 cms, sobre un texto que dice "se acaba en 1699, se renoba (sic)" en 1756, que mide 60 x 30 cms. San Andrés no tiene nada que ver con la Hermandad, pero es el patrón de los alarifes, a cuya instancia se coloca seguramente.

su propio domicilio, en él aparece el texto Dios guarde esta casa.

En la misma calle Castilla, en la fachada

del número 61, domicilio de don Manuel Vázquez Adorna1 encontramos otro retablo del Nazareno (foto 5)2 , de 45 x 60 cms, pintado en 2003, por Patricio Zabala García. Este pintor nace en Sevilla en 1966, desde 1990 trabaja en Cerámica Santa Ana hasta su cierre. Está especializado en retablos religiosos.

Nos vamos ahora a la calle Pureza núme-

3) trasladado de otra ubicación desconocida, pues ciega un ojo de buey de la torre, representa al Santísimo Sacramento enmarcado por una O, coronada por una pareja de ángeles y el siguiente texto "Pora.q.se llamar a admnstrar los ss. stos adesoras" (sic).

ro 25, donde en una casa propiedad de don José Mora Garrido encontramos otro Nazareno (foto 6) que hace pareja con una Esperanza de Triana. Mide 75 x 105 cms, en un tablero compuesto de 5 x 7 azulejos de 15 x 15 y, enmarcado con un bastidor, colgado, no adosado al muro. Está realizado en el taller de Parejo Conde y pintado, en 1989, por el ceramista Francisco Astorza Gamarra. Nacido en 1934, su madre muere en el parto y vive hasta los nueve años con su abuela, en el barrio de Santa Cruz, pues su padre es marino mercante y pasa la mayor parte del tiempo en el mar. Luego marcha a Madrid con su tía, donde pasa casi cuarenta años, regresando a Sevilla tras el falle-

Foto 3.

Foto 5.

Más abajo, otro panel de 75 x 90 cms, (foto

Foto 4.

En el zaguán del número 1 de la propia ca-

lle Castilla encontramos otro retablo cerámico del Nazareno, de 45 x 60 cms, pintado por el ceramista Guillermo Moreno Moreno en su taller particular. Este pintor había nacido en Marbella en 1913, se traslada a Sevilla con su familia en 1929. De joven trabaja en a Fábrica de Montalván, es discípulo de Recio del Rivero. Fallece en Sevilla en 2012. Este panel, de 1990, le fue encargado por don Rafael Díaz y Díaz, entonces hermano número uno de la O, para

Foto 6.

cimiento de ésta. Siempre había poseído un gran temperamento artístico, y aunque autodidacta, se ha dedicado de siempre a la pintura y a la escultura, pero ahora, en plena madurez, es cuando decide entrar en el mundo de la cerámica, abriendo un taller primero en Heliópolis, luego en Alcalá de Guadaira y más tarde en la Macarena. Se espePalomo García, Martín Carlos.”Cerámica Cofradiera” en B.C.S nº 580 de junio de 2007.

1

2

Foto de Antonio Entrena Aznarte, abril 2009.

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HISTORIA cializa en grandes murales para establecimientos comerciales, sobre todo restaurantes, y vive en distintos pueblos del Aljarafe sevillano. A principios del siglo XXI, por enfermedad deja de pintar, pero sigue viviendo en Gines.

Durante las Santas Misiones de febre-

ro de 1965, Nuestro Padre Jesús Nazareno fue conducido a una fábrica de maderas de la barriada del Turruñuelo. Esta industria pertenecía a la viuda de Álvarez. En recuerdo de este evento fue colocado, un año después, el retablo cerámico en la calle Mosquera Figueroa número 42, en la fachada de un edificio contiguo donde estuvo el Centro Misional, en el número 36, al estar a punto de ser derribado el almacén. Esta casa pertenecía a un hermano de la O, don Francisco Alcántara Rivera, residente entonces en Alemania. El 6 de marzo de 1966, volvió el Cristo en parihuelas a este lugar, para la bendición del retablo por el párroco de la parroquia de Santas Justa y Rufina.

Este panel (foto 7), de 90 x 120 cms. aproxi-

madamente, es pintado en Cerámica Santa Ana por Facundo Peláez Jaén, ceramista nacido en Écija el 10 de febrero de 1928. En noviembre de 1944 empieza a trabajar en Cerámica Santa Ana, de la que es director artístico Antonio Kiernan Flores, quien al advertir las aptitudes artísticas del joven le sugiere que asista a clases nocturnas en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos, donde adquiere una sólida formación y se convierte en el mejor discípulo de Kiernan con el que pinta numerosos retablos al alimón, entre ellos el del Cristo de Burgos de la fachada de la iglesia de San Pedro o el de la Buena Muerte de los Estudiantes en la plaza de la Encarnación. Cuando a mediados de los setenta Kiernan se jubila, declina hacerse cargo de la dirección artística de Cerámica Santa Ana y funda con Manuel Soto Carretero, compañero y amigo, la empresa S´artef. Fallece en Sevilla el 2 de Mayo de 1999.

En 2016, la casa donde está colocado este reta-

blo va a ser derribada, por lo que éste es retirado de su emplazamiento original y, entregado para su restauración a la ceramista Isabel Parente Rioja, nacida en 1971, formada en las Escuelas de Artes y Oficios de la calle Zaragoza y del Pabellón de Chile, pero sobre todo en la Escuela de Artesanos de Gelves, representando a la cual recibe un premio internacional en Francia. Continua su forma-

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ción en Deruta, en la Umbría (Italia), es miembro fundador de la Asociación de Mujeres Ceramistas Caolín, actualmente tiene su taller en la sevillana plaza del Giraldillo, donde restaura el retablo que estamos comentando, que montado sobre un bastidor de hierro, se encuentra colgado en una casa particular de la calle La María.

Foto 7.

Foto 8.

Tenemos que salir de Triana para en-

contrar, en el patio de un edificio de viviendas en la calle Jáuregui número 8 , cerca de la Puerta Osario, el único retablo cerámico de nuestro Nazareno de la O en el que luce su legendaria túnica bordada. Mide 80 x 100 cms. aproximadamente. Fue realizado en la Fábrica de José Mensaque y Vera, en la época en que la regentaba su viuda. Esta prestigiosa industria, como demuestran los numerosos premios recibidos, tuvo una fundación tripartita en 1889. Por un lado, los hermanos José y Enrique Mensaque y Vera y por otro, Fernando Soto y González hijo del ceramista Manuel Soto y Tello, funcionando bajo la denominación Mensaque y Soto hasta 1905. Entre este año y 1916, en que fallece, se denomina José Mensaque y Vera, y luego hasta 1922, en el periodo en que se realiza este retablo cerámico, se la conoce como Viuda de José Mensaque y desde este año hasta 1946 como Hijo de José Mensaque y Vera. Tenía sus hornos y talleres en Justino Matute, 11 y mismo número de Ruiseñor, mientras que las oficinas se localizaban en San Jacinto 70.

El pintor del mismo fue Alfonso Córdoba Romero, nacido en Sevilla el 1 de diciembre de 1900. En 1921, mismo año en el que está firmado el retablo, es destinado a combatir en Marruecos cumpliendo el servicio militar. Este destino, a pesar de las penalidades vividas, influirá en su vida pues volverá allí, como más adelante veremos. A


Cerámica su regreso a España marcha a Madrid, donde trabaja con su tío Alfonso Romero en la decoración cerámica de la plaza de toros de Las Ventas. En Madrid le sorprende la contienda civil y su filiación republicana le hace trasladarse a Barcelona. Tras la guerra regresa a Sevilla, donde José Recio lo recomienda a Pedro Navia, en cuyo taller pinta los retablos cerámicos del Calvario y de la Soledad de San Lorenzo, ambos en los años cuarenta. En 1950 intenta fundar una empresa cerámica Edesa en Tetuán, en colaboración con Mensaque Rodríguez y Cía, pero el proyecto no llega a cuajar y desde 1950 a 1957 imparte clases de dibujo en Tánger, en el Instituto Politécnico Español. Regresa a Madrid en 1973 y allí fallece el 13 de diciembre de 1986.

No demasiado lejos del anterior, en el

Muro de los Navarros número 10, en casa de don Miguel Domínguez, fundador del comercio La Casa del Nazareno y hermano de la O, está el más moderno de los retablos dedicados al dulcísimo Nazareno (foto 9). Está fechado en 1993 y enmarcado por una orla, inspirada en la realizada por don Carmelo Martín Cartaya ese mismo año para la portada del Boletín de la Hermandad, pero sustituyendo por el rostro de la Virgen el espacio ocupado por el escudo corporativo. Firmado por Emilio Sánchez Palacios, nacido en 1967, es uno de los mejores y más cotizados cerámistas de nuestros días. Es hijo del tambien ceramista Juan Sánchez Cueto, al que podemos considerar discípulo de Kiernan, con el que trabaja casi toda su vida en Cerámica Santa Ana, hasta que próximo a su jubilación abre su propio negocio Cerámica Macarena, donde está realizado el panel, con sus hijos, Juan y Emilio a quien enseña personalmente el oficio, aunque ambos se licencian en Bellas Artes. El Nazareno, de perfil y sin cruz, se recorta sobre un fondo de damasco rojo.

Foto 9.

Foto 10.

Encontramos tambien diversos retablos

dedicados a la advocación mariana que da nombre a esta hermandad, María Santisima de la O, tanto Dolorosa como Gloriosa. Esta advocación, sinónimo de esperanza como ya sabemos, obedece a que empiezan por esta letra todas las antífonas de Adviento.

Empezaremos nuestro recorrido por el

que, colocado en la fachada de su iglesia en la calle Castilla (foto 10), permite rezarle cuando ésta está cerrada. Este retablo, de excepcional calidad, presenta un paisaje dieciochesco de fondo evocando al que presenta el Nazareno de la torre. Se coloca en 2017, conmemorando el décimo aniversario de la Coronación Canónica de la imagen. Presenta una composición de 5 x 7 azulejos, más la orla que lo enmarca, midiendo alrededor de 90x120 cms. el total. Se pinta en el taller Cerámica Artística de Joaquín Soriano, en Benacazón, fundado en 1990 y como es frecuente en las obras de esta empresa, no está firmado por el pintor.

Otro magnífico retablo (foto 11) pertene-

ciente a la familia Segarra Pérez, pintado por Antonio Morilla Galea, para Cerámica Santa Ana. En 1970 tuvimos ocasión de admirarlo en la Exposición que, sobre la Hermandad, se organizó en el Círculo Mercantil e Industrial de Sevilla en mayo de 2007, con motivo de la Coronación que se realizó al mes siguiente. Enmarcado en madera, por lo que estará colgado, fue cedido para la muestra por don Francisco Javier Segarra.

Antonio Morilla Galea, uno de los más

prolifícos pintores de retablos del segundo y tercer cuarto del siglo XX, nace en Sevilla el 10 de octubre de 1910. A los doce años entra en Mensaque Rodríguez y Cía como aprendiz, de la mano de su primo Francisco Morilla Serrano, dieciseis años mayor que él. Se encuentra ayudando a otro primo, Manuel Morilla, a pintar las cúpulas de la plaza de España, cuando éste enferma y debe terminarlas él, lo que supone su presentación en sociedad. Simultáneamente asiste, desde 1922 a 1929, a las clases nocturnas de la Escuela de Artes y Oficios, entonces en el Museo, donde perfecciona su formación. Un pequeño defecto en una pierna lo aparta de los horrores del frente durante la guerra civil, pues es declarado sólo "util para servicios auxiliares". En 1942 casa con doña Carmen Navarro, con la que tiene un solo hijo va-

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HISTORIA

Foto 11.

Foto 12.

rón, Antonio, que pierde en un accidente en 1976, justo el día que se coloca su retablo de la Soledad de San Lorenzo en la glorieta del cementerio municipal, dejándolo hundido en una profunda tristeza. Volviendo atrás en el tiempo, en 1943 deja Mensaque para fundar con su primo Francisco Morilla y Manuel Navarro la Fábrica Cerámica El Carmen, que se mantiene activa hasta 1952.

Desde entonces trabaja en su domicilio, primero en la calle Constancia y luego en la calle Miño. Satisfacía encargos de particulares, de hermandades e incluso de fábricas, principalmente de Pedro Navia y de Santa Ana, que era donde cocía la mayoría de sus obras, pues en su domicilio carecía de horno. Ingresa en la Residencia Geriatríca de Heliópolis con su esposa, donde tuve el honor de conocerlo cuando preparaba mi tesis doctoral. Enviuda en 1992, y permanece ya solo en la habitación 112 hasta su fallecimiento el 14 de mayo de 2000. En Pagés del Corro, en el convento de

las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paul, encontramos otro retablo de la Virgen de la O, costeado por la tertulia de la veterana Peña trianera, también con motivo de su Coronación, aunque se coloca tres años después (foto 12). La imagen aparece ataviada con una mantilla blanca y aparece con el siguiente texto: "La Tertulia Cofrade Cruz de Carey, a las Hijas de la Caridad (madrinas de la coronación de María Stma. de La O) por su abnegada labor a favor de los más necesitados. Triana, 2 de junio de 2011. 3er Aniversario de la Coronación Canónica de María Stma de La O". Está realizado en el taller trianero de Cerámica Rocío y reproduce una fotografía de Joaquín Sala Bravo, según aparece en el propio panel.

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Foto 13.

El panel más antiguo de la

Virgen de la O gloriosa (foto 13), lo encontramos en el rótulo de la recientemente desaparecida fábrica de Manuel García Montalván, hoy hotel, situada en un edificio de la calle Alfarería, esFoto 14. quina a Covadonga. Este edificio fue proyectado por Juan Talavera Heredia por encargo de don Manuel García Montalván García Montalván, pues sus padres eran primos, para la industria cerámica fundada en 1874 por su padre, gran devoto de la Virgen de la O, que bautiza al negocio con su nombre. El edificio de Juan Talavera y Heredia se levanta en 1927 y, afortunadamente, el nuevo hotel ha conservado las fachadas y ha aprovechado los hornos y la distribución de la antigua fábrica en su nueva función dedicada a la hostelería, en un proyecto que no dudaríamos en calificar de ejemplar.

En las dependencias de la Hermandad en

la calle Castilla, hallamos otro retablo de la O gloriosa (foto 14)3. Mide 45 x 60 cms. aproximadamente mas la cenefa que lo enmarca y reproduce un antiguo grabado del siglo XVII. Fue realizado en 1997 en su taller particular por el artista Guillermo Moreno Moreno, al que ya hemos referido al hablar del Nazareno de Castilla número 1. 3 Foto de Guillermo Moreno Fernández, hijo del ceramista, hecha en octubre de 2013.


Cerámica Aunque no reproduzca a ninguno de sus titulares, debemos mencionar un retablo cerámico del Bautismo del Señor (foto 15), que encontramos en la capilla bautismal del templo de la O, de 120 x 165 cms. aproximadamente pintado en la Fábrica de Montalván, de la que antes hemos hablado, alrededor de 1920.

Foto 15.

santisima Virgen. Triana 18-XII-93". El texto está enmarcado por una cenefa de cardos amarillos sobre fondo burdeos. Lo firma Pedro Lobo de la Vallina. Nace este ceramista en Camas en 1927, como otros muchos de su generación se forma en la Escuela de Artes y Oficios, estudios que comparte con el trabajo. Desde muy joven trabaja en la Fábrica de Ramos Rejano, donde permanece hasta su cierre en 1965. Después realiza numerosos trabajos para Mensaque Rodriguez y Cía hasta 1986, año en que se jubla anticipadamente por una enfermedad profesional: saturnismo, que es una intoxicación por plomo debido a su prolongado contacto con los tóxicos materiales cerámicos. Fallece el 29 de marzo de 2010, lunes santo.

Foto 16.

En la calle Antillano Campos, casi en-

frente del Centro de Interpretación de la Cerámica de Triana, encontramos un azulejo conmemorativo (foto 16)4 donde, amén de la Esperanza, aparece el rostro de la dolorosa de la O. Se trata de un panel bicolor en cobalto y blanco, con el siguiente texo: "Se coloca éste (sic) azulejo en recuerdo del paso por nuestra casa de las imágenes bajo palio de María Stma. de La O el día 22 de junio de 2007 tras ser coronada canónicamente en el Altozano y de Ntra. Sra. de La Esperanza en la madrugada del 7 de junio de 2009 a su vuelta de la S. I. Catedral, después de celebrar el XXV Aniversario de su Coronación Canonica. ¡Que no nos falte la Esperanza! Triana, año del Señor de 2010". Está firmado, blanco sobre cobalto, Heredia y Cerámica Loleal.

Aún tenemos otros dos paneles conmemo-

rativos de eventos de la hermandad: uno evoca el L aniversario del aparatoso accidente del Viernes Santo de 1943, cuando un tranvía sin frenos arremetió contra el paso de la Virgen de regreso de la catedral y lo volcó. El panel está colocado al principio de la calle San Jorge (foto 17)5, muy cerca de donde estos hechos ocurrieron y dice así: "19431993. La junta de Gobierno de la Archicofradia de La O en Cabildo de Oficiales del 22-IX-93 acordó (sic) colocar este azulejo conmemorativo del cincuentenario del accidente tranviario del paso de Ntra. Sra. de La O en la noche del 23-IV-43 del que salio (sic) milagrosamente indemne la imagen de la 4

Foto de Francisco Solís

5

Ibidem.

Foto 16.

Foto 17.

El otro panel que

conmemora la Coronación Canónica de Nuestra Señora (foto 18) 6 está colocado en el Altozano, lugar del evento, enmarcado en cobalto sobre fondo blanco, presenta en la parte superior izquierda la corona impuesta Foto 18. a la imagen en el interior de una O. El texto dice. "En esta Plaza del Altozano el 2 de junio de 2007, fue coronada canónicamente Ntra. Sra. de La O por el Cardenal Fray Carlos Amigo Vallejo ante la presencia del barrio de Triana. Distrito de Triana 2007". Mide 75 x 60 ms. aproximadamente. Está firmado por M. Solís para Saitma. 6

Ibidem.

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HISTORIA

Triana, donde Magallanes

quiso reposar para la eternidad Llegamos al V Centenario de una de las gestas más importantes de la Historia de la Humanidad: la primera circunnavegación de la Tierra. Una empresa que llevó tres años realizarla, que solo sería comparable con ir al confín del Universo conocido y volver con los medios tecnológicos que hoy contamos. El impulsor de esta ‘locura’ fue Magallanes y Triana fue el origen y debía ser el fin de los días del piloto, que así lo dispuso en su testamento. Pero, vayamos por partes. Por Miguel Ángel Moreno mercial y un desafío político: ofrecer a España la posibilidad de llegar a las islas Molucas por occidente, sin atravesar los mares reservados a los portugueses en el Tratado de Tordesillas y probar que las 'islas de la especiería' estaban en el hemisferio castellano.

La historia posterior es de todos cono-

A

quellos hombres no querían ser héroes, solo marineros al servicio de la Corona de España buscando una ruta comercial que completara lo que en su día quiso encontrar Cristóbal Colón: el camino a las Indias (con todas sus especias) navegando hacia poniente. Pero el genovés se topó nada menos que con un continente que se lo impidió. Aún así, el espíritu inquieto de los navegantes del siglo XVI hizo que el poco más de 25 años después de descubrir América se embarcaran en una tarea comercial que pasaría a la Historia y no precisamente por el éxito económico, sino por la proeza humana lograda.

La idea original nace en Fernando de Ma-

gallanes, portugués que, enojado por la falta de reconocimiento por su país, ofreció sus servicios a España, al rey Carlos I. La propuesta presentada en 1517 con el apoyo de Rui Faleiro y con Juan de Aranda (factor de la Casa de Contratación de Sevilla) era todo un reto co-

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cida: en tres años, la expedición de Magallanes logró circunnavegar la Tierra por vez primera, aunque el almirante no logró terminarla, al morir en la batalla en la isla filipina de Mactán, luchando contra una tribu cebuana. Sólo una de las cinco naves que partieron de Sevilla el 10 de agosto de 1519 llegó a nuestra ciudad el 8 de septiembre de 1522: la nao Victoria, comandada por Juan Sebastián Elcano.

Y aquí es donde nos detenemos. Porque en esta épica hay un lugar que tiene un protagonismo principal: Triana.

En esta orilla derecha del Guadalquivir

estuvo la Universidad de Mareantes (1556), donde se formaban los mejores marinos del mundo, una fábrica de hombres arrojados, formados y con espíritu emprendedor que se encargaron de escribir la historia y leyenda de España por los mares del mundo.

Y desde esta orilla partió del Puerto de las Mulas (Muelas, en algunos escritos) la expedición de Magallanes, un lugar ubicado entonces por donde hoy está el Puente de San Telmo. Además, en Triana tuvo lugar uno de los momentos más emotivos y significativos: la entrega solemne de la Bandera de Castilla a Magallanes. Esta entrega no era un mero acto


Triana simbólico en sí, sino que significaba el reconocimiento público de fidelidad por parte del piloto portugués a la enseña que se le confiaba.

la abigarrada multitud que estaba fuera, para llevar hasta las próximas naves las banderas de la expedición".

El 9 de agosto de 1519, la Iglesia de San-

El 10 de agosto

ta María de la Victoria de Triana era el templo donde se desarrollaría el acto. Este templo debía ubicarse por la zona de Pagés del Corro, al final de las actuales calles Troya y Rosario Vega. Fue una antigua capilla de la cofradía de San Sebastián, cedida en 1516 a los religiosos Mínimos o de San Francisco de Paula (donde se vincula más adelante la Hermandad de la Estrella), fue ampliada en 1517 y dedicada a la Natividad de Nuestra Señora bajo la advocación de Santa María de la Victoria. Como recoge el libro 'Los trabajos geográficos de la Casa de la Contratación' de Manuel de la Puente y Olea, "estaba cercano al Guadalquivir, y á la orilla de Triana opuesta á Sevilla, casi enfrente de los edificios de la Contratación". Desgraciadamente este convento sufrió un incendio a finales del XVII, fue reparado y finalmente fue exclaustrado con la invasión francesa en 1810 y la desamortización de 1835 puso fin a la comunidad de religiosos, siendo derribado en la segunda mitad del siglo XIX.

La importancia

de la ceremonia lo demuestra el hecho de que para recibir el juramento de Magallanes estuvo presente el más legítimo representante de los Reyes, el Asistente de Sevilla, Sancho Martínez de Leiva.

Al acto en la Iglesia de la Victoria asistie-

ron los jefes de la Casa de la Contratación, los Pilotos y navegantes de esta, así como todos los capitanes y pilotos que tenían que partir con Magallanes. El ssistente entregó la enseña que debía dar la primera vuelta a la Tierra y recibió del navegante el público y solemne juramento de guardarle debida fidelidad.

Una vez entrega la bandera a Magalla-

nes, fue éste quien recibió la correspondiente jura de fidelidad del resto de capitanes y pilotos, entregando también las correspondientes enseñas al resto de naves, pintadas sobre tela de lienzo o seda, con carácter artístico, siendo realizadas muchas de ellas por el pintor sevillano Francisco Villegas, y "saliendo después fuera del templo la brillante comitiva, atravesó

partían las naves desde Triana hasta Sanlúcar de Barrameda, donde quedaron hasta el 20 de septiembre debido a problemas de gestiones con el Gobierno de Portugal para esta expedición por las cuitas entre los dos reinos peninsulares por las rutas de navegación de la expedición y la titularidad de estas otorgadas por el Tratado de Tordesillas.

En ese periodo de tiempo, Magallanes volvió a Sevilla en una o más excursiones. En una de sus visitas, el almirante otorga dos documentos públicos el 24 de agosto de 1519. Uno de ellos fue su testamento y en él recoge su expreso deseo para que su cuerpo fuera enterrado en Triana. Como recoge Olea, entre otras disposiciones, destinaba a mandas piadosas la décima parte de sus bienes, que según la voluntad de este ilustre varón peninsular debían distribuirse entre los Monasterios de Santa María de la Victoria de Sevilla, Santo Domingo de Oporto, Monserrat de Cataluña, y el de Aranda en Castilla. En este documento manifestaba asimismo Magallanes el deseo, que por su muerte en Oceanía no pudo llevarse a cabo, de ser enterrado en el ya citado Monasterio de Santa María de la Victoria sito como hemos dicho en Triana. Pero ahí no quedaba el vínculo trianero de Magallanes y su devoción a la Virgen de la Victoria. En el segundo de los documentos al que hemos hecho referencia, el piloto dona la suma de 12.500 maravedíes (12.000 maravedíes aproximadamente 2.160 euros), que le habían sido otorgados por Carlos I, al Convento de la Victoria. La historia de la gesta y el protagonismo de

Triana en ella da para otros artículos, pero en este queríamos rendir homenaje a un "trianero de adopción" que quiso que sus restos reposaran para la eternidad en la orilla derecha del Guadalquivir, junto a la Virgen de la Victoria, en el desaparecido convento del mismo nombre. No pudo ser. Triana tiene esa deuda con Magallanes y debe poner en valor su presencia esta gran gesta de la Humanidad.

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HISTORIA

Reseña de las hermandades de penitencia y gloria fundadas en la América colonial el influjo que sobre ellas tuvieron las de sevilla y triana. siglos xvi-xvii

Es sabido que la preocupación de la Monarquía Católica, desde el mismo momento del descubrimiento de América, fue la evangelización de los territorios conquistados. En el segundo viaje de Cristóbal Colón en el año 1493, los dominicos y mercedarios acompañaron al conquistador con las instrucciones precisas de sus respectivos superiores de dar a conocer la fe católica a todos los habitantes de los terrenos descubiertos o conquistados. Por José María Villajos Ruiz

L

os españoles del siglo XVI que se han trasladado al Nuevo Mundo en busca de una mejor situación económica viven adaptándose a unas condiciones que son totalmente nuevas para ellos. Los tiempos no son nada fáciles, sobre todo para los religiosos que se encuentran con la grave contradicción entre el cristianismo que predican y las creencias paganas de los indígenas.

Las brillantes procesiones de la Sema-

na Santa sevillana son imitadas y tiene un gran arraigo en tierras del Nuevo Mundo desde los primeros tiempos de la conquista. Ya en 1527 se tiene noticias de la fundación en Guatemala de la cofradía de la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora, con los detalles de su fundación recogidos en los cabildos de los años 1530 y 1534. Es incuestionable que el modelo sevillano en la fundación de hermandades de penitencia y gloria como en las procesiones de Semana Santa en la América Colonial fue decisivo, en muchas ocasiones suplantaron a las manifestaciones paganas que practicaban los indígenas.

Las brillantes procesiones de la Semana Santa sevillana son imitadas y tiene un gran arraigo en tierras del Nuevo Mundo desde los primeros tiempos de la conquista 92

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El comienzo de la devoción a las distintas advocaciones en tierras del Nuevo Mundo datan desde las primeras conquistas, siendo las distintas órdenes religiosas desplazadas a los territorios recién descubiertos las que con sus predicaciones y no pocos sacrificios consiguen atraer la atención de grupos indígenas y crear misiones católicas. Posiblemente, las advocaciones marianas fueron las que con mayor devoción se expandieron por tierras americanas, mucha de ellas de origen sevillano. Si nos detenemos en los escritos y crónicas de fray Reginaldo de Lizárraga o el sacerdote Bernabé de Cobos, fueron primero las advocaciones de gloria y sus imágenes las que dieron lugar a las primeras fundaciones de hermandades. La gran ciudad de Lima fue sin duda donde con más devoción y fuerza calaron las costumbres y devociones sevillanas, su religiosidad y forma tiene por necesidad que entroncarse estrechamente con Sevilla. Hay advocaciones que son de obligada

reseña por ser netamente de origen sevillano, aunque no están vinculadas a hermandades de penitencia. La Virgen de la Antigua es una advocación arraigada en el Nuevo Mundo desde los primeros conquistadores, cuya devoción abarca desde las islas del Caribe hasta Tierra Firme. La gran Dama Noble denominada por los indios mexicanos Tecleciguata aparece con capilla propia en Santo Domingo en 1520, venerada más tarde en la catedral de


Triana

Cristo de los Temblores, Catedral de Cuzco.

Ciudad de México como titular de la Hermandad de la Concordia.

En esta pequeña referencia a la Virgen de

la Antigua no debemos deja atrás la ya mencionada ciudad de Lima de gran devoción mariana. La vieja ciudad virreinal denominada por muchos historiadores como la ciudad más hispánica de todo el continente y donde la devoción a la Virgen de la Antigua con posibilidad fue introducida por el propio Pizarro, aunque la constancia que se tiene es el envío en 1544 de una copia desde Sevilla por el arcediano Juan de Federigui a la catedral de limeña, donde fue alojada en su mejor capilla, fundándose una hermandad en 1622 compuesta por catedráticos, profesores y alumnos de la universidad de San Marcos. La misma imagen fue también titular de una cofradía de esclavos negros, que participaba únicamente en la procesión del Corpus con su estandarte.

Resulta imposible por necesidad de es-

pacio hacer un recordatorio, por breve que queramos hacerlo, de las numerosas hermandades y cofradías que salpicaron todo el territorio de las Indias Occidentales Españolas durante los siglos XVI y XVII, pero por su curiosidad e historia nos vamos a detener someramente en alguna de ellas fundadas en la ciudad de Lima.

Por su antigüedad, y conforme nos rela-

ta el padre Cobos, las fundaciones en la ciudad

Ntra. Sra. de La Esperanza (Lima). foto de David Pino.

limeña fueron hasta 1630 las de Veracruz, La Piedad, Santo Crucifijo de San Agustín, La Soledad, La Redención, Nuestra Señora del Loreto y la de Jesús Nazareno.

La Vera Cruz fundada por Francisco Pizarro en 1540 en el convento de Santo Domingo, alcanzó gran devoción y pronto construyó capilla propia al lado del templo regentado por los dominicos, la mayoría de sus hermanos eran aristócratas limeños, miembros del cabildo y grandes hacendados. Uno de los mayores tesoros que tenía en custodia la hermandad era el Lignum Crucis obsequiado a la corporación penitencial por el pontífice Pablo III a petición de emperador Carlos V. Las primeras ordenanzas o reglas se perdieron. Existen las de 1570 aprobadas por el arzobispo Loayza y en ellas se reseñada especialmente que para pertenecer a la hermandad se debía de tener título de Castilla, ser hidalgo y varón. La estación de penitencia a la catedral la hacía la madrugada del Viernes Santo, aunque efectuaba la salida de su capilla a última hora del Jueves Santo. El cortejo lo formaban dos pasos, el de la urna con Cristo Yacente y el de Nuestra Señora de los Dolores seguida del prior y comunidad de dominicos; era ejemplar el orden y compostura de la hermandad durante el recorrido procesional que estaba a cargo de los gobernantes o celadores, mientras que los hermanos limosneros recogían las dádivas a los familiares que presenciaban el desfile. Las insignias de esta señera hermandad eran copiadas de las de Sevilla, consistente en el

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HISTORIA

Cristo del Veneno en la Catedral de México. Santo Cristo del Auxilio. Lima. Foto de David Pino.

da la circunstancia que en alguna ocasión salieron en la tarde del mismo Jueves Santo adelantándose a su horario habitual por no recogerse de noche por recomendación de las autoridades. Aunque la hermandad está extinguida la imagen subsiste en el convento de las Clarisas de Lima.

Esta pequeña muestra que se expone, deSanto Cristo de Burgos. Catedral de Ayacucho.

estandarte blanco con la cruz bordada en verde, durante tres siglos fue la que tuvo los más suntuosos cultos, pero decayó en 1834. Reorganizada en 1907, comenzó nuevamente a procesionar en la tarde del Viernes Santo, lo que continúa haciendo -con gran austeridad y compostura.

Bajo el título de la Redención de Cautivos, se

hace fundación de una hermandad en la iglesia de los Mercedarios para rendir culto a la imagen del Santo Cristo del Auxilio, crucificado salido de la gubia de Martínez Montañés en 1603 y enviado a Lima en 1604. La cofradía tuvo su auge en los años del virreinato, luego se fue extinguiendo pese a la gran devoción suscitada por la admirable escultura de Montañés.

La cofradía del Santo Crucifijo de San Agus-

tín, fundada por escribanos y plumarios en el último tercio del siglo XVI en el convento de los agustinos, totalmente a semejanza a su homónima sevillana, incluso se llevó una réplica de Cristo en la Cruz hecha en talleres de Sevilla. La estación de penitencia la efectuaba la noche del Jueves Santo con gran número de penitentes, se

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muestra la influencia que tuvo Sevilla en la fundación de hermandades de gloria y penitencia en el Nuevo Mundo. Como ya se ha expuesto en infinidad de ocasiones, la religiosidad popular arraigó en las tierras americanas desde el mismo momento del descubrimiento.

Se podría seguir escribiendo y relatando la historia de las hermandades de penitencia y gloria que tuvieron su fundación en el continente americano. Tenemos noticias bastantes fidedignas de las devociones populares así como de sus advocaciones e imágenes, aunque también es cierto que se ignora lo referente al nacimiento y trayectoria de otras. Por último haré referencia a una advocación

con grandísima devoción en Sevilla: La Virgen de los Reyes, con capillas en las catedrales de México, Puebla y Lima. Bibliografía consultada

-José Medianero tiene un magnifico estudio sobre la devoción a la Virgen de la Antigua en Hispanoamérica. -Palomero Páramo: 'Las Procesiones de Sangre en Sevilla y Nueva España'. -Jornadas Andalucía y América 1981 1º Jornadas EEHA. - Ibídem 3º Jornadas.


Triana

Otros datos sobre hermandades de penitencia y gloria fundadas en la América colonial, advocaciones y títulos de orígenes sevillanos

Ya hice referencia en el anterior artículo a que la mayoría de las devociones, fundaciones y títulos de las hermandades con sede en las distintas ciudades del continente americano por los siglos XVI y XVII, tenían sus raíces en Sevilla. Como también es de suponer que hay otros títulos y advocaciones con orígenes en distintos puntos de nuestra península aparte de los sevillanos. Por José María Villajos Ruiz

P

ero Sevilla es sin ningún género de duda la ciudad española que aportó al recién descubierto continente americano, el mayor número de advocaciones marianas y de culto de toda la España Católica en los referidos siglos.

Cualquier referencia

a la religiosidad en el Nuevo Mundo, de inmediato sale a la luz la devoción a la Virgen de la Antigua, de la que en Colombia existieron copias peninsulares y también en Santo Domingo de Bogotá y que ya se hizo reseña de Ella en mi anterior artículo.

Si la Virgen de la Antigua es de las devociones que con mayor notoriedad atravesaron el Atlántico hacia tierras americanas, se deben tener en cuenta otras devociones y advocaciones marianas que se extendieron por las ciudades y pueblos de todo el continente recién descubierto. La Virgen de los Reyes, la Virgen del Refugio, Nuestra Señora del Remedio, la Virgen de la Luz, Nuestra Señora de la Concepción y un largo etc. imposible recordar y mencionar en el breve espacio de unos folios. Imágenes que siendo titulares de hermandades o patronas de ciudades o fundaciones, las aceptaron en el Nuevo Mundo como suyas. Se puede hacer mención a una de las

más vinculadas con las devociones sevillanas,

como es el caso de la Virgen de los Reyes, con capillas en las catedrales de México, Puebla y Lima, y en esta última ciudad fue titular de una cofradía de negros y esclavos que tenía su sede en el templo de San Francisco, figuraba en lugar destacado en la procesión del Corpus limeño lo que demostraba su antigüedad e importancia. Hoy está extinguida.

No menos afamadas fueron las cofradías del Rosario, que se extendían por todo el continente, especialmente en Tunja, Quito, Bogotá y en Lima, donde fue tal la cantidad de devotos a Nuestra Señora del Rosario que dentro del mismo templo de Santo Domingo y con la misma advocación del Rosario exis-

Virgen de los Reyes de la Catedral de Ciudad de Méjico.

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HISTORIA

Procesión de ‘La Linda’ de la Catedral de Cuzco.

tían tres hermandades: la de los Españoles y Criollos, fundada en 1560 y con una imagen titular hermosísima salida de la gubia de Roque de Balduque en su taller de Sevilla el mismo año de su fundación; la de los Naturales que fue la primitiva hermandad fundada en 1550 y la de los Negros y Esclavos que se creó a finales del siglo XVII y cuya imagen la hicieron los artesanos de la localidad.

Una de las hermandades de la Vir-

gen del Rosario, conocida como la de los Españoles y Criollos que gozaba de justa fama de la ciudad limeña, se fusionó en 1647 con la hermandad del Dulce Nombre de María siendo nombrada patrona de las milicias y del virreinato, pocos años después la hermandad fue desposeída del título y concedido a Nuestra Señora de la Merced, como protectora de las 'armas republicanas', nombramiento que motivó una profunda crisis y división en los hermanos del Rosario, dado que cada grupo tenía sus propias ideas, tanto raciales como sociales, llegando a afectar a los propios cultos y desfiles procesionales. Una anécdota

‘La Linda’ desfila en el multicolor Corpus Cuzqueño a hombros de los miembros de su hermandad y devotos 96 Revista TRIANA

curiosa es con referencia a las joyas que debía llevar la imagen. Los mayordomos y priostes no se ponía de acuerdo e incluso tuvieron que intervenir los fiscales bajo apercibimiento de no hacer la estación de penitencia.

Otra de las hermandades

limeñas que tuvieron su importancia era la conocida como Congregación de Nuestra Señora de la O, fundada en 1599 en el colegio jesuita de San Pablo. La hermandad poseía una magnifica capilla propia donde se veneraba un impresionante crucificado al parecer de Juan de Mesa.

En la ciudad de Cuzco la hermandad de la Inmaculada Concepción, cuya Titular recibe culto en una capilla de la Catedral, fue patrona de los españoles y la llamaban 'La Linda'. Llevada por los conquistadores desde España, actualmente desfila en el magnífico y multicolor Corpus Cuzqueño a hombros de los miembros de su hermandad y devotos. También relacionada

con Sevilla es la Virgen de Guanajuato, trasladada en 1565 hasta la capilla de los Tarascos en la ciudad de Veracruz, donde se funda su hermandad para darle culto. Otra hermandad relacionada con nuestra ciudad es la de Nuestra Señora de Recamador, fundada en 1590 en Santo Domingo de Tunja, poseía capilla propia y era custodiada por unos frailes sevillanos.


Triana

Otra popularísima Virgen de Guanajuato de Cuzco.

El matrimonio sevillano formado por Juan Martín Fragoso y Leonor de Herrera, en 1612, construye una capilla en el barrio limeño de Nueva Triana para que recibiera culto la Virgen de la Cabeza. La imagen que llegó a Lima desde Sevilla y estaba realizada conforme modelo tomado de la Virgen de la misma advocación que ejecutara a mediados del siglo XVI Roque de Balduque y venerada en la sevillana parroquia de San Vicente. Esta imagen de Lima fue hecha para que fuera titular de la Hermandad de Gloria fundada en aquel lugar por entonces prácticamente despoblado. No pasaron muchos años y la devoción a la titular de la hermandad de la Virgen de la Cabeza creció de manera que hubo que ampliar la capilla, cuyas obras fueron realizadas en 1624. La cofradía de la Virgen de la Cabeza, que fue la primera en asentarse en el barrio extremo de la ciudad limeña, pasados los años se vinculó a la patrona de Andújar aunque, como se ha demostrado, en sus comienzos tuvo vinculación con la de Sevilla. Otra hermandad

titulada de la Virgen de Belén, la 'Mamacha' cuzqueña, la Gran Madre que realizara el artista indio Tuyru Tupac para su barrio indio, recibe culto en la capilla del hospital que lleva su nombre. Es de talla completa y su procesión se distingue por el modo de llevar la imagen, sobre andas de plata y bajo una especie de quitasol, la Virgen de Belén es muy popular y querida en todo Cuzco.

hermandad cuyos titulares El Santo Cristo y Nuestra Señora de las Aguas, con sede en el monasterio de la Concepción de Ciudad de México, data su fundación a finales del siglo XVI, su máximo esplendor los alcanzó en los siglos XVII y XVIII. La imagen del crucificado, que por su aspecto invita a la devoción, se cree de factura sevillana, aunque historiadores locales atribuyen la hechura a imagineros locales o españoles emigrados a Indias. La imagen de la Dolorosa es talla para ser vestida, aunque las ropas que por lo general luce no son las adecuadas. Su rostro posee una expresión muy dolorosa. Sus cultos son muy solemnes y acuden gran cantidad de fieles.

La Virgen de Belén, tambien llamada la ‘Mamacha’ cuzqueña.

Muchas hermandades y cofradías de América nos recuerdan las sevillanas, pero como ya he mencionado anteriormente no es posible referenciar a todas ellas. Otras hermandades con sus cultos y devociones han ido desapareciendo, en especial en las grandes ciudades. Lo contrario que sucede en las zonas andinas, donde subsisten con gran vigor en toda la comarca de Cuzco siendo elocuentes las vivencias de las hermandades y la profunda devoción que tienen a sus titulares, particularmente en las poblaciones indias y mestizas.

Dejo para un próximo artículo la devoción a Nuestra Señora de la Bala, dolorosa datada en el siglo XVI que se venera en la Iglesia de Jesús Nazareno de la ciudad de México, la cofradía de Nuestra Señora de la Piedad y, sin lugar a dudas, dos grandes hermandades de la ciudad de México: La de Balvanera y la Veracruz.

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NARRATIVA

Relatos de Triana Por Miguel Rivas Rasero espués de pasar un frío y lluvioso invierno, estamos a las puertas de la primavera, la estación que hace florecer en nuestro cerebro, los recuerdos que nos hicieron sentir los momentos de más alegría, gozo y felicidad, que vivimos en el pasado. Pues esta mañana, camino del Mercado, y ya en el mismo Altozano, pasé debajo de una de esas placas de cerámica azul y blanca que proliferan en las fachadas de Triana y he recordado uno de esos días que tuve la suerte de disfrutar de un acontecimiento que nunca se borrará de mi memoria, porque está grabado con agradecimiento y amistad al personaje en cuestión. La crónica de este relato fue publicada en el Boletín Informativo nº 4 de la Peña Trianera en octubre de 2005. Era el día 16 de junio de 2005 y en la Plaza del Altozano a las 9 de la noche fue inaugurado un paño de cerámica en homenaje a Paco Arcas, al que asistieron autoridades municipales, grupos políticos, instituciones, peñas, asociaciones y trianeros de todas las clases sociales. El rotulado de la placa dice así: Para quien supo ser 'Alcalde de Triana' por su indesmayable interés y compromiso con el barrio universal. FRANCISCO ARCAS LUCENA, ejemplo de

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trianerísmo. Y para que esté siempre presente entre los que tanto le queremos. Triana 2005. Dicha placa lleva cerca de 14 años colocada en la fachada de la sucursal que La Caixa tiene en el Altozano, siendo ésta el merecido homenaje que un grupo de amigos tuvo la idea de organizar y el gran acierto de expresar el agradecimiento de todo un barrio a un hombre que lo dio y sigue dándolo todo por Triana, además sin pedir nada a cambio. A continuación de este acto se ofreció a Paco una cena-homenaje en el Hotel Triana, donde asistieron más de trescientas personas, no cabía ni un alfiler. Todo transcurrió con mucha alegría, saludos, abrazos y elogios al homenajeado. Hacía mucho calor, que pudimos soportar gracias a Merche la hija de Paco, que tuvo las gentileza de repartir abanicos entre los asistentes. En aquel maravilloso patio había un ambiente muy familiar y en el aire flotaba también el calor de la amistad y de satisfacción de todos los presentes. Concluída la cena y después de los brindis, tomó la palabra Ángel Bautista que hizo una semblanza de lo que ha sido Paco para Triana, de lo que es y lo que será, floreando su glosa con un rico anecdotario. También tomaron la palabra la diputada del Congreso Susana Díaz, que hizo mención a la generosidad de Paco y de ser un buen maestro en el arte de enseñar a los jóvenes a querer a Triana. El concejal delegado del Distrito Triana Alberto Moriñas, habló de la niñez de Paco, de su etapa de navegante y de su trabajo como funcionario de Correos, para terminar diciéndole "Paco tú seguirás siendo el Alcalde de Triana". El trianero Ángel Vela tuvo unas bonitas palabras para el homenajeado y dijo también que en su opinión, en la historia contemporánea del barrio, son tres los hombres que más han luchado por la defensa del barrio, por sus tradiciones y por el bienestar de sus gentes, Manuel Carriedo, Aurelio Murillo y Paco Arcas.


Semblanzas

También dijeron unas palabritas sus hijos Merche y Paco, elogiando a su padre y expresándole su cariño y por fin subió al estrado Paco Arcas, que muy emocionado y con la mano puesta en el pecho, expresó su agradecimiento a los presentes y a todos los trianeros, y cómo no, a su mujer, de la que dijo que sin su apoyo no hubiera podido dedicarle tantas horas de trabajo al barrio. El homenaje finalizó con la entrega de regalos que le hicieron a Paco los distintos estamentos, representantes vecinales y amigos, incluido 'El Bari'. Como dije al principio, este día no lo olvidaré nunca, fue maravilloso y como pude llegué hasta Paco para darle un abrazo. Sintiéndome orgulloso y agradecido por su amistad, quise poner mi granito de arena publicando estos versos que definen a su persona. El río Guadalquivir, deja un regalo en Triana, aire fresco de la mar, aires llenos de leyendas, aires para el pensamiento, aires que dan que pensar. Que un hombre se comprometa, se entregue tanto a su barrio y a cambio no pida ná, esos aires son los buenos, no los que vienen del mar, son aires de Paco Arcas, que en lo andado y que andará, nos va dejando su aire, aire de buena amistad.

Después de haber gozado de este recuerdo seguí mi ruta y entré en el Mercado de Triana a tomar un café en el Bar La Muralla, al mismo tiempo saludar a mis amigos placeros, que pueden estar orgullosos de tener unos puestos tan bonitos y tan bien preparados, donde a uno se le antoja llevarse de todo, no sólo por la magnifica exposición de los productos sino también por la calidad de los mismos.

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NARRATIVA

Con paso tranquilo, continúo mi camino y al salir del Mercado por la puerta de la calle San Jorge, me encuentro a mi amigo Antonio Franco, pintor, belenista y trianero como hay pocos, nacido en esta misma calle. Después de darnos un cariñoso abrazo, comentamos la transformación sufrida en la calle desde los años de nuestra niñez hasta la actualidad. Parados en la puerta del Mercado y mirando hacia la acera de enfrente, nos trasladamos en la memoria a finales de 1950 y recordamos que a la izquierda estaba la tienda de tejidos de Antonio Jiménez y a la derecha Casa Cascales con sus billares y futbolines y en el frente, se nos aparece el Corral San Joaquín flanqueado por la izquierda con el almacén Casa Peral (hoy Restaurante

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chino Asia) y por la derecha con una ferretería que no recordamos su nombre. El corral San Joaquín era uno de los más grandes de Triana, donde habitaban más de 60 familias. La entrada al corral estaba bajo el nivel de la calle y había que bajar una escalerilla con 5 o 6 escalones que estaba situada a la izquierda de la casa. El desnivel lo guardaba un murete de piedra, donde se sentaban las personas que esperaban el tranvía. Bajada la escalerilla se entraba al zaguán y a continuación aparecía su hermoso patio. A principios del mes de mayo, las vecinas del corral se encargaban de comprar la cal de Morón en el polvero de Miguel Escude-


Semblanzas

ro, que estaba en la misma calle y encalaban toda la fachada del patio, adornándolo con mantones, colchas y coloridas cadenetas hechas de papel, y en un espacio privilegiado del patio se alzaba una gran cruz hecha de flores y de papel, adornándose todo su entorno con macetas de geranios, claveles y gitanillas. Gracias a ese trabajo, donde colaboraba todo el vecindario, se rendía culto a la Cruz de Mayo, fiesta religiosa que según la leyenda, se conmemora el 3 de mayo, día que Santa Elena encontró el madero donde murió Jesucristo, tradición muy arraigada en Triana y que por desgracia se ha ido perdiendo. Recordamos que en la entrada del corral, las vecinas ponían una mesita con un gran mantón de Manila, a cada lado una maceta de albahaca y en el centro un lebrillo de barro, para que los hombres al entrar echaran unas monedas, para contribuir a los gastos de adornos, pianillo, limpieza, etc... Siempre había una o dos vecinas sentadas junto al lebrillo para que nadie se escapara del impuesto. Al anochecer, la calle se llenaba de un ambiente jubiloso y el patio del corral rebozaba de mujeres guapas y hombres pintureros, donde los sones de las melodías salidas del pianillo eran un regalo para los oídos y hacían que los cuerpos de las parejas se movieran al unísono, pero sin juntarse mucho, ya que las madres siempre estaban vigilantes y les decian a las muchachas ¡Niña, que corra el aire! A partir de esas fechas, ya se empezó a sustituir el tradicional pianillo de manivela por el moderno tocadiscos o 'pick up'. Antonio recuerda que su padre lo mandaba a ese corral a comprar vino, porque había una vecina que lo vendía fresquito, ya que en un gran lebrillo de lavar la ropa, metía botellas de vino, de gaseosa y cerveza, con hielo y lo tapaba con una lona. La Cruz de Mayo del Corral San Joaquín tenía fama y estaba considerada como una de las mejores del barrio. Los dos muy sonrientes, volvimos a la realidad pero satisfechos de haber disfrutado de esos recuerdos de nuestra juventud en el barrio que nos vió nacer y para celebrar-

lo seguimos en la misma calle, qué mejor, y entramos en La Artesana de Triana, donde nos tomamos una buena copa de Rioja con su tapa de jamón y allí estuvimos charlando un rato con su dueño Felipe, hombre agradable y buen comerciante, que nos puso al día de todos los productos del cerdo que tiene en su tienda-bar. Me despedí de mi amigo Antonio que se fue para el Aljarafe, donde vive actualmente y yo caminito de La Calzá, pensando en la suerte que tuvimos en conocer y vivir aquella Triana de entonces, que ya no volverá, pero que siempre la llevaremos en el corazón. Con el paso del tiempo, el arrabal ha ido modificando su fisonomía, y ha sufrido muchas transformaciones, unas para bien y otras para mal, pero lo que no podrá cambiar el tiempo es la particularidad, la forma de entender la vida y la excelencia de ese colectivo humano que son los trianeros. ¡Viva Triana!

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NARRATIVA

Galería de Arte ‘Los Andaluz. Toreros de Triana’

Por Antonio del Puente

F

ueron dos toreros. Uno el Andaluz por su apellido y el otro 'Andaluz' ('El Andaluz'), por nombre artístico, eran tío y sobrino. El tío, el que llevaba apellido propio, se llamaba Manuel Álvarez Andaluz y el sobrino, que ostentaba el nombre artístico de 'El Andaluz', se llamaba Manuel Álvarez Pruaño.

MANUEL ÁLVAREZ ANDALUZ

mpezaremos con el tío Manuel Álvarez E Andaluz. Sobre los veinte años ya había conseguido un cartel importante con el sello de ser un 'fenómeno' al triunfar rotundamente en Sevilla capital y su provincia. Hablamos de una época, mitad de la segunda década del SXX, donde Sevilla en el mundo taurino, debido a su entendida afición, era considerada como la cátedra del toreo y triunfar en Sevilla era la llave que abría todas las puertas del orbe taurino y si además eran toreros de Triana para que lo voy a contá, si se sabe la

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revolución que por aquellas fechas traía Juan Belmonte 'El Pasmo de Triana'. anuel Álvarez Andaluz, el tío, recoM

rre de novillero la mayoría de las plazas de España durante diez años repitiendo sobre todo en Madrid y Barcelona con importantes triunfos llegando a la alternativa en 1925 como torero cuajado aunque habiendo descendido en la escala de valores que aplica la afición taurina al tener altibajos en sus actuaciones.

En Segovia con toros de Argimiro Pérez toma la alternativa abriendo cartel con el


Biografía rejoneador cordobés Antonio Cañero (con el Don por delante, como mandaban los cánones entonces), Luís Freg como padrino de la ceremonia y de testigo Julián Sáiz 'Saleri II'. Hasta 1927 no confirma Manuel la alternativa en Madrid. La desgracia, como pájaro de mal agüero, sobrevuela la corrida y se posa en la arena del ruedo. El padrino de alternativa, Enrique Cano 'Gavira', en el tercer toro después de devolverle Manuel los trastos de matar sufrió una cornada mortal. El toro, una alimaña desde que salió por los chiqueros, fue fogueado por manso llevando el pánico a la plaza desde que salió por los chiqueros, pertenecía a la ganadería de Pérez de la Concha vecino de Puebla del Río y era la presentación en Madrid del ganadero para coger antigüedad.

En esta aciaga corrida que se suspen-

dió a raíz del suceso acaecido Manuel solo pudo matar el toro de su alternativa, primer toro de la tarde, en el que estuvo fenomenal entre aclamaciones cortando una oreja a petición del respetable. Sin duda la tragedia que aconteció en la corrida y el tumulto que se desencadenó en la plaza durante hasta que fue finalmente suspendida y el sepelio más los actos de días posteriores afectaría a Manuel tanto en lo personal como profesionalmente ya que a partir de ese día toreó poco por lo que al año siguiente (1928) cruzó el charco y se fue a las Américas, buscando contratos y así no perder la conexión con

el toro. Regresa en 1930 para renunciar a la alternativa y volver a ser novillero pero solo torea unas pocas novilladas, en vista de lo cual abandona espada y muleta para vestirse de plata e integrarse como banderillero en las cuadrillas de los hermanos Bienvenida, primero con Manolo y más tarde con Pepe.

Manuel Álvarez Andaluz se retiró de-

finitivamente del toreo en el año 1940 para dedicarse a negocios diversos del mundo taurino y apoderar a su sobrino que adoptó como apodo el apellido de su tío y lo acompañó con el artículo (El) como si fuera denominación de origen...

MANUEL ÁLVAREZ PRUAÑO 'EL ANDALUZ'.

El sobrino. Cuando lo acartelaban o en las crónicas taurómacas o en las letras impresas de revistas especializadas o en periódicos figuraba como 'Andaluz' a secas o con el artículo delante 'El Andaluz' o bien entre paréntesis (Andaluz), sea como fuera o sea como fuese cuando salía a relucir su nombre artístico casi todo el mundo, taurino o no, sabía que se referían a Manuel Álvarez Pruaño, el sobrino, porque magnificó, mejoró y superó con creces las hazañas taurinas de su tío, que pudo ser una gran figura pero el que de verdad fue un figurón del toreo, como se dice ahora para poner el listón del toreo trianero en lo más alto, se llamó Manuel Álvarez Pruaño. El sobrino del tío.

En Barcelona

llegó a torear en su vida profesional entre novilladas y corridas de toros 49 veces. Allí un día 19 otoñal del año 1941 le cortó las dos orejas y el rabo a un novillo del Marqués de Albayda proyectándose para tomar la alternativa la primavera siguiente, después de una temporada novilleril paseándose por las plazas de toda España de triunfo en triunfo quedando esa temporada del año 1941 como novillero revelación de la temporada taurina. Es para recordar la importancia

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NARRATIVA

Biografía plazas del norte de España, hablamos de Bilbao, San Sebastián, Pamplona, Barcelona... En julio del mismo año y acompañando en el cartel a Domingo Ortega y Manolete (casi ná) le cortó dos orejas al toro 'Anecio' de Miura.

La década principal, como una de las

de este torero trianero que en una época de grandísimos toreros irrumpió en el mundo del toreo arrasándolo todo con su toreo trianero y su valor. a alternativa efectuada en Las Fallas L de Valencia es un lujo de cartel con Vicente Barrera de padrino de la ceremonia y como testigo el hijo del Pasmo de Triana, Juan o Juanito Belmonte Campoy, y toros de la Viuda de Galache. Todo ocurre un 15 de marzo del año 1942, se acaban de cumplir 77 años, y para que quede en la historia el toro de la alternativa se llamaba 'Nadador'. En la misma fecha pero de este año en curso de 2019 he estado en la plaza de toros de Valencia recordando a este torero paisano mío y celebrando a mi manera la efeméride.

A pocos días de la alternativa es con-

tratado de nuevo en Barcelona para tres tardes y en la última tarde formó una auténtica revolución en sus dos toros, remontando el vuelo que necesitan los novilleros recién alternativados para asentarse en los carteles feriales de las plazas de primera categoría alternando con las figuras del momento.

Como 'El Andaluz' no se asustó, ni se acomplejó al verse en la puerta de cuadrillas con esos grandes toreros para hacer el paseíllo y competir en la plaza con capote, muleta y espá se 'entretuvo' el año 1942 y el año 1943 en ser el triunfador de la feria de Sevilla, con lo que era Sevilla en el mundo taurómaco de la época y al año siguiente de 1944 de todas las 104 Revista TRIANA

grandes figuras del toreo, fue la década de los años cuarenta y ya en la década de los años cincuenta toreó quizás escogiendo plazas, ganaderías y compañeros de cartel seleccionando los espectáculos, cada vez a menos. Fue un torero con una afición desmedida y con una trayectoria profesional larga que hasta en el año 1969, o sea con sesenta años, toreó dos corridas en Palma de Mallorca, una el 3 de agosto y otra (la última) el 14 de septiembre. Este año se cumplen tres efemérides: la primera por los 77 años de su alternativa, la segunda por los 50 años de su última corrida el 14 de septiembre de 1969 (mes nº 9 del año) y la tercera por los cien años de su nacimiento el 19 de noviembre del año 1919 y casi una cuarta porque falleció casi inaugurado el S.XXI y recién terminado el año 1999 un 19 de febrero del año 2000.

Me adelanto, homenajeándolo, a estas tres efemérides descritas anteriormente y lo hago por dos cosas principales aunque hay más. Primero porque era muy amigo de mi padre. Mi bato ponía una alcancía que rompía para seguirlo por las plazas cercanas en trenes de tercera y autobuses y cuando volvía se llevaba tres o cuatro días toreando con la toalla diciendo: "¡y hacía esto y esto y después hacía"! Segundo, por ser otra figura más del toreo de Triana, más trianero imposible, nació y creció en el barrio y nunca lo dejó y sé que con el primer dinero que ganó en los toros compró una casa en la calle Rodrigo de Triana, nº 9, la amuebló y vivió con sus padres y ocho hermanos de los que dos o tres también caminaron por la senda de la tauromaquia. Si se presta atención a la numerología

su vida estuvo marcada hasta el final por el número 9 o el 19, como se quiera mirar, y por si se quiere observar el 1+9 suman diez que es la perfección, representa también el sol vencedor que es la máxima representación de la luz, el valor y el éxito en una meta personal, el número 9 también es idealista, soñador y valeroso.



NARRATIVA

Loli, Raquel y Quinto Cornelio Lo que sigue es una historia real, tan real como emotiva. Loli no era ni alta ni baja ni guapa ni fea ni rubia ni morena, pero sí algo entrada en carnes y trianera hasta la médula. Por Mari Paz Hidalgo

Y

o tuve el gusto de conocerla gracias a su desparpajo desde el asiento de uno de esos autobuses circulares que cruzando el río dan pie o asiento para que la peculiar personalidad del barrio llegue hasta la Sevilla que parece echarla en falta. Eso al menos es lo que se percibe desde este lado del Guadalquivir, puede que pecando de chovinistas, pero poquito, ¿eh?, que si de algo presume Triana es de su puente (primero barcas, luego hierro) y un puente es una mano tendida a la otra orilla.

Volviendo a aquella tarde, cuando ya

se respiraba la emoción de semana tan santa, recuerdo me encontré, sin esperarlo, conociendo los detalles de su vida, la de Loli, que a pesar de no ser todavía larga, rondaría la treintena, por la intensidad de sus emociones y por el tono de sus detalles, que desde luego eran todo menos confidenciales, lograron atraer mi atención.

En pocas palabras se trataba de una joven con una vida poco agraciada. Sin padres, sin trabajo reconocido, sin novio, con un hermano "enfermo de los nervios", así lo calificaba ella, y una tía que los tenía recogidos a la manera de madrasta de Cenicienta en su piso de una barriada periférica detrás de la Ronda, donde en lugar de difuminarse el perfil del barrio por contrario se acentúa en un intento de conservar identidad tan preciada. Hasta aquí el tono de su espontánea mani-

festación no resultaba para nada lastimero pero cuando reconocía su pertenencia a la Hermandad de la Esperanza de Triana se crecía volviéndose contagiosamente eufórico.

Parecía que el pertenecer a ella la ha-

cía sentirse protagonista del mundo y todo porque al llegar la 'madrugá' procesionaba con la túnica morada y la capa blanca de 'su Cristo' de

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las Tres Caídas. Suyo no porque ella le perteneciera como el eslabón a la cadena de nazarenos con cirio sino porque esto la hacía sentirse importante todo el año.

¡Cierto!, lo era para su Hermandad que le

prestaba la vestimenta penitencial eximiéndola de cuotas y papeleta de sitio que sólo mientras vivió su padre estuvieron al día. Cosas de la vida, un modesto artesano que lo más cerca que estuvo del mar fue cuando algún verano vendió camarones en la playa de Chipiona (y el vivir en la cercana calle Flota, que no es poco).

No recuerdo ya donde iba yo aquella tar-

de, pero sí que cuando me bajé lo hice emocionada. Aquella joven con la gracia de su conversación me había atrapado en su mundo cofrade.

Creo fue el año siguiente, cuando las mantillas dan ese toque de importancia al día, el volverla a ver en la cola de los que como yo esperábamos entrar en la capilla de la calle Pureza. No era difícil hacerlo, su conversación alegraba la espera. Delante del paso del Nazareno me quedé

extasiada un tiempo. Enmudecida por su impresionante presencia oí a Loli dirigirse a mí preguntándome por la identidad de aquella mujer judía que con unos niños mira acongojada la caída de Jesús. A decir verdad no supe responderle. Por ello y para ella lo que sigue.

Es el paso del santísimo Cristo de las Tres Caídas de estilo neobarroco, dorado e iluminado por candelabros de guardabrisas. Fue tallado en 1979. Lleva relieves de plata de ley y cuatro ángeles en las esquinas; El Señor lleva potencias de oro de y la cruz está rematada en plata dorada. La imagen del nazareno es del S.


Relatos

XVII, y anónima. En un principio parece tuvo cabellera natural.

Impresionan sus dimensiones, las del paso. El centurión Quinto Cornelio a caballo parece, digo sólo parece, presidir la escena porque la mirada del espectador salta por encima del impresionante caballo para centrarse en el Nazareno siguiendo el brazo de aquel. Su semblante refleja la doble naturaleza de Cristo. Así las 'potencias', signo de su divinidad, acompañan al rostro humanamente ensangrentado y a la rodilla en tierra, muestra de su debilidad, una mano que parece sólo acariciar la piedra en la que se apoya como contraste. Detrás del Cristo actualmente está co-

locado el pueblo judío del que aquel parece formar parte al estar sintonizadas las imágenes por las expresiones de sufrimiento (la inclinación de la cabeza de la niña judía hacia su madre como buscando refugio, la mano de la madre como queriendo proteger a su hijo del horror y el gesto contraído del rostro Cirineo por el esfuerzo).

Delante Roma magníficamente representa-

da, pero que al volverse el centurión hacía aquel ajusticiado es como si vaticinara que acabará por reconocerlo como Cristo. El fiero Quinto Cornelio tiene que volverse y agachar la cabeza para poder cumplir su cometido.

El episodio de

'las caídas de Cristo' procede de la tradición. No existe unanimidad al considerar el Vía Crucis como origen primero de dicha devoción, aunque es innegable su influencia al ser propiciado por los Papas con indulgencias ante la imposibilidad de peregrinar a Tierra Santa.

En nuestro caso, que es el paso del Santí-

simo Cristo de Las Tres Caídas en la actualidad, está documentado por el encargo que se le hace a Castillo Lastrucci (1938), que debería escenificar la novena estación del Vía Crucis.

Si en principio tiene el encargo de plas-

mar la novena estación también, creo, pudo seguir inspirado en el Vía Crucis para estos personajes, el Cirineo y la mujer con los niños ya que protagonizan la quinta y octava estación del mismo, además de estar presentes en los evangelios sinóptico, (el grupo femenino sólo en Lucas)

Su objetivo como artista se impondría a la estricta canonicidad de la representación porque a Quinto Cornelio hay que buscarlo en la sentencia de Pilatos a Jesús dentro del libro 'Varias noticias y apuntaciones' del obispo de Segovia N. Guerra de mediados del XVIII y que según dice es una copia de dicha sentencia escrita en hebreo y encontrada en Aquila, Italia dentro de preciosa cajita de marfil.

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NARRATIVA ¿Puede representar

este imponente Quinto Cornelio a caballo al centurión romano Cornelio bautizado por Pedro, el primer gentil bautizado según los Hechos de los Apósteles? Es de suponer.

Me parece algo importante que la falta de coincidencia en el tiempo (la imagen del Cristo S. XVII y el resto de figuras a partir de 1940) haga a este paso tan cercano al hecho histórico.

introvertida y taciturna. Su historia personal podía reducirse a dos palabra, 'apátrida forzosa'.

Junto a su marido y tres de sus hijos to-

davía jóvenes habían dejado su Jerusalén natal huyendo de las matanzas, revueltas y desordenes imposibles ya de aguantar y todavía no había conseguido. Lo intentaba y por ello esta aquel sábado sentada con otras de su raza en el suelo de aquella sinagoga. Había desde luego más expectación que de costumbre y el motivo no era otro que la visita de un tal Silas que venía especialmente de Roma para traerles una buena noticia, 'evangelio', a los hebreos de la diáspora. Y ella, en ese momento, estaba muy necesitada de ello.

Así las durísimas palabras en boca de Jesús dirigidas a las mujeres por las que me preguntó Loli: "hijas de Jerusalén, no lloréis por mí sino más bien llorad por vosotras y por vuestros hijos" (Lc. 23,26 y octava estación Vía Crucis) es un recurso utilizado ya en el Antiguo Testamento para narrar acontecimiento de dimensión apocalíptica sin valor histórico según entendidos y no serían pronunciadas por expresión tan dulce como la del rostro del Santísimo Cristo caído por el peso dela cruz. ¡Ni entonces hubo ni en el paso hay pruebas de un Cristo amenazante!

Con los ojos bajos escuchaba la homilía sin que el estilo enardecido del visitante consiguiera sacarla de su ensimismamiento.

Aquellas mujeres, Loli, no se sintieron

Como un relámpago pasó por su mente

aterrorizadas por las desgracias venideras con las que, según el texto Jesús las amenazaba. ¡Miralo y comprueba el sufrimiento contenido de su cara! ¿A que no te pega? Aquellas mujeres, como tú y como yo, tenían sensibilidad para dar y tomar.

Ahora lo que voy a contar, como dicen

ahora, no me consta, pero te aseguro que pudo haber ocurrido perfectamente, aunque la protagonista se llamase Raquel, Ruth... Corría el año 69 de nuestra era y estamos en una pequeña ciudad de la costa mediterránea oriental .Su ambiente es cosmopolita por la variedad de razas y pueblos que la habitaban. Un puerto muy visitado puede que sea el causante de tan animado paisaje humano donde se habla el griego de la 'Koiné' y se da culto junto a los dioses del panteón griego romanizados a otros venidos de Egipto o de Babilonia, sin contar la colonia de Judíos que desde siglos atrás poblaba aquellas costas en un éxodo que les era tan familiar como doloroso.

Raquel es ahora la protagonista. Era alta,

rubia, con ajos claros y con nariz pronunciada,

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Hablaba de Moisés,

Abrahán, un sacerdote llamado Melquisedec. Citaba las escrituras con frecuencia, pero a la vez hablaba de un Cristo, el Mesías que les había traído la Esperanza.

atormentada aquella escena que siendo una niña había presenciado junto a su madre una pascua lejana, una pascua ensangrentada. Recordaba un enorme caballo y a un imponente centurión, a un campesino al que llamaban Simón y que, a la fuerza, era obligado a cargar la cruz que llevaba aquel hombre maltratado y dolorido. Sobre todo recordaba como cuando pasó delante de ella y ante el horror de su cara la miró trasmitiéndole una dulce sensación de paz, como si temiera asustarla.

Con Él iba la esperanza, entonces no pudo imaginarlo, por ello ahora que tanto la necesitaba y se la ofrecía aquel predicador decidió no dejarla pasar. Como anécdota curiosa con el predica-

dor venían dos hermanos, Alejandro y Rufo de la comunidad cristiana de Roma y se presentaron como hijos de aquel tal Simón de Cirene al que Raquel recordaba como si lo estuviera viendo.

Para terminar no se me ocurre nada mejor, Loli, que hacerlo con algo que te sonará familiar: "Vamos con ello, ¡arriba valiente!".


Relatos

Reflexión trianera Por Miguel Rivas Rasero

A

y Triana, Triana! ¿qué tienes tú...? que te metes en nuestro corazón y te quedas para siempre. Será tu historia, serán tus calles, serán tus gentes, tus olores, yo no sé lo que será, pero hay algo en ti que atrae a cualquier mortal. Una copla popular define tu nacimiento y, cómo no, la gracia y el arte en la manera de expresarse de tus gentes. Sevilla tuvo una niña y le pusieron Triana, la bautizaron en el río los gitanos de la Cava, y le echó el agua bendita el Párroco de Santa Ana, padrino Torre del Oro y madrina la Giralda.

¡Ay Triana, Triana! como nos embrujas,

y de qué manera cuando al cruzar tu puente nos saluda con la brisa del Guadalquivir que nos trae olores salinos desde Sanlúcar. Aflorando lágrimas en nuestros ojos, cuando en tu puerta de entrada nos santiguamos delante de la Capillita del Carmen. Y entramos en ese Altozano lleno de luz, tu plaza mayor y mentidero, donde conviven payos y gitanos en perfecta armonía.

¡Ay Triana, Triana!

que con tu inmensa alegría nos impregna el alma, cuando tocan tus campanas al compás de soleares. Es un gozo ver la luz que irradia tu cielo y que se refleja en los paños de cerámica de tus Cristos y Vírgenes. Como nos hace soñar esos destellos de la torre blanca y azul de tu Iglesia de Santa Ana, Madre de la Vir-

gen María y Abuela del Niño Jesús, que reina en tu Catedral desde hace siete siglos.

¡Ay Triana, Triana! que bonita está Triana cuando le ponen al puente las banderitas gitanas, esos días señalaítos de Santiago y Santa Ana, cuando los trianeros se visten con sus mejores galas. Esos barbos en adobo y esas avellanas verdes y vamos a ver la hazaña de los niños que se tiran para coger la cucaña. ¡Ay mi patio de macetas, geranios y clavellinas, como las riega mi madre, con que cariño las mima¡.

¡Ay Triana, Triana! la Cava de los Gitanos,

la Cava de los Civiles, las fraguas y los alfares, los gitanos y los payos, seguiriyas, soleares, todo el flamenco más puro, con sus lamentos, sus penas y también sus alegrías.¡Ay aquel Monte Pirolo y el Puerto Camaronero, los corrales de vecinos, los tangos y las chuflillas!. Se me parte el corazón y me rompo la camisa.

¡Ay Triana, Triana! ¿qué tienes tú..?, para

que te quieran tanto los que nacimos de ti, los que vinieron y se quedaron y los que vienen a visitarte. Aparte de tu río, ese puente de Triana y su hermano el de San Telmo, tus iglesias, tu historia, y tus monumentos. ¿ Es por la idiosincrasia que todos llevamos dentro, nuestra forma de vivir y el respeto al mundo entero?. Si señor, orgullosos de sentirnos trianeros.

Revista TRIANA

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NARRATIVA

Cuentos de la Cava ‘La sanidá’ Por Antonio del Puente

E

ste Cuento de la Cava que viá contá como comprenderán no pasó ahora, ni es de antesdayé por la tarde, pasó hace unos pocos años atrás, pero según como han venido los vientos creo, bajo mi modesta opinión, que puede estar de plena actualidad y por lo cotidiano y naturalidad del día a día no deja de tener su importancia, la suya y la de los personajes que representan al pueblo sufridor, resignado, con las ingenuas aspiraciones que son esas pequeñas cosas de auténticos valores que le dan a su vivir -sin recomendación alguna- tratando de ser lo menos infeliz posible hasta su morí, por ello lo quiero contá sin pretendé arreglá ar mundo ni a la sanidá porque va sé mu difisi.

siego se hizo pronto al estar pasado de hora el primer tinto de la mañana y con el mono subido en el Monte Pirolo de las neuronas. -"¡Niño llena otra vé que está er cristá vacío!".

En la taberna,

como en todas las borracherías, flotaba un olor a moyate peleón, a tabaco tagarnino y a meadas de mala puntería, el olor a meadas se escapaba del único orinadero, solo para hombres, de medias puertas abatibles estilo saloon de las peliculas del oeste.

Ya más calmado cogí onda de dos com-

padres que estaban hablando casi a voz en grito, sobre todo uno que calaba una gorra de cuadritos, y dije para mi mismo me tomo el tinto y me voy porque estos dos terminan peleando. Pero nunca se debe decir la última.

Un compadre, el de la gorra, estaba con

el codo apoyado en la madera ennegrecida de la barra,con la gorra ladeá y media colilla -mojada hasta la mitad- en la comisura de los labios. El otro compadre, más comedido, que escuchaba más que hablaba, continuamente bailaba el palillo de diente que sostenía en la boca de un lado a otro de los piños.

Que venía yo de vé a mi tía Lola y a mi

tío Paco del barrio Voluntá, andando por la calle Evangelista camino de la Cava de los Gitanos, y al llegar a la esquina de la calle Febo me entraron ganas de flagelarme o sea de pegarme un latigazo en un agüaero, o sea en una borrachería, o sea en una taberna que no digo el nombre por aquello de la publicidá. -"¡Niño porme un pesetero! ¡de tinto!".

Miré mi entorno y había pocos parroquianos por lo del día laborable y la hora. El tra-

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Me hice el longui y quise darle tiempo al tiempo porque me dije para mi: "¡Aquí hay arte pá rabiá!". Nunca mejor dicho y hecho, pegué la oreja pa cogé onda y me puse a escuchar a lo tonto, mereció la pena. -"¡Ompare! Hora vamó a dí a casa de tío José a tomanno la espuela y derechitos pa casa ante que se enfríe la sopa y se ponga farruca la mujé". -"O la suegra de usté, compadre, que es de miura y no tiene un pase ni desde adentro der burlaero". -"Quieto y parao, ompare, que otavía no me conoce usté, que yo echo la pata alante cojo la espá y la muleta y le digo a mi señora: "¡Sangre, Si no quiere que aquí haiga una esaborición dí a tu mare que no hable que tiene mu malina lengua, que se vaya


Relatos o que se calle, que le tengo tapaíta cositas que naide sabe! ¡Óle! ¡O se va ella o me voy yo otra vé! Tó es doma, ompare. O lidia. Lo que crea usté mejón". -"Compadre, ¡con perdón! La suegra de usté es de miura pero la comadre es una leona".

-"Po a la leona la semana pasá por curpa de la madre le dio una arferecía, un pronto, y no la llevé ar veterinario la tuve que llevá ar consurtorio y de allí me dijeron que a lhospitá, nos montaron en una ambulancia y a urgencia, y allí como la sanidá está como está me pasó un caso mu grasioso dentro der digusto. Se lo viá a contá a usté cuando lleguemo a casa de tío José a tomarno la espuela..."

Me fui detrás

de los dos compadres y me dieron las 4 p.m. en punto de la tarde. Para entonces había pegado la hebra con ellos por el camino y había decidido no irme hasta que nos echara el tío José que ya estaba con cara de sueño detrás del mostrador-"¡Llena esto José!". -"¡Venga, compadre, vámonos ya que es hora!". -"Espera, hombre, que le viá a contá a usté lo de la sanidá sociá, José échale otra copita aquí al amigo y que sentere también que es una cosa mu grasiosa". El amigo era yo -Resurta que llegué yo con mi parienta, mi señora, a urgencia y le enseño la tajeta a la enfermera de la oficina y me dice: "¡Pasen ustede pa dentro!". -Ompare aquello no era la urgencia de lhospitá aquello era como una reunión de gente de tor mundo, gente de tos los colores, allí no se entendía aunque bajara, ni el Santo Cristo que está en la Gloria. A mi señora la sentaron en un carrito entre dos camilla y al rato grande empezó a ponerse colorá como una asendía y le dio como un flato

de la caló, del bochorno, que hacía en lhabitación y entonce me fuí pa otra enfermera que pasaba. "¡Oiga, por favó! Que mi mujé no pué aguantá má, que sa puesto mu colorá de momento y sasustao y yo má". -"¿Donde está su mujé?", me dijo. -"Mi mujé es esa que está en el carrito, entre la dos camilla que casi no se vé". Se fue pa ella regateando carritos y camillas y le dice: "¡Que le pasa a usté! Y mi señora le dijo con un hilo de vó ¡Qué me siento una cosa mu mala!". La enfermera le cogió el brazo y le tomó er purso y le dijo otra vé: "No se procupe que la van a llamá deseguía". -Y fue verdá, ar ratito dijeron por el artavó: "¡Sagrario Fernández pase a la consurta ocho!"; "¡Sangre, levántate que vienen por ti!". Y nos quedamo esperando y no venía naide. Y otra vé er artavó: "¡Sagrario Fernánde pase por la consurta ocho!". Y venga a esperá. Hasta que una mujé que había allí con mu mala cara me dijo: "¡Oiga, qué aquí no va a vení naide, la tiene usté que llevá! ¿Quién yo? ¡Sí,sí, usté! ¡Po venga, andando pa la consurta! ¡No, no, andando no, con el carrito y tó tié usté que dí!".

Cuando llegamo a la consurta er dortó estaba desesperao y ma colorao que mi mujé: "¡A vé, que le pasa a usté señora! ¡Po mire usté dortó, estabamo discutiendo mi señora y yo! ¡Por favó, señó, quiero que me lo cuente ella!". Yo me quedé tó cortao. Totá, ompare, que mi parienta le contó lo que sentía y er dortó le tomó otra vé er purso y le puso un aparato en el brazo y le dice: "¡Señora la tensión la tiene usté en la azotea!". Yo me creí que era en la cabeza y masusté, meno má que siguió diciendo: "¡Vamo que si sigue subiendo se cae de to lo arto de lo alta que la tiene, está en dieciocho la alta y en once la baja!". Llamó a la enfermera y le trajeron una pastilla: "¡Váyase a la sala que la tenemos que seguí observando!". Otra vé patrá con el carrito a la sala.

En la taberna, como en todas las borracherías, flotaba un olor a moyate peleón, a tabaco tagarnino y a meadas de mala puntería Revista TRIANA

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NARRATIVA

De güerta, después de sorteá la jartá de ca-

milla que estaban en los pasillo, la sala estaba de 'overbuquín', iguá que lo avione cuando no vamo con el inserso a Parma de Mallorca, no cabía un arfilé y menos má que en el sitio que teníamo ante había hueco, entonce le dije a la mujé: "¡Sangre! Que como hay que esperá me viá a salí un momentito afuera y me viá fumá un cigarrito".

Cuando salí afuera había una jumarea mu grande porque había un montón de gente fumando, lo mismo hombre que mujere y como me había dejao er mechero en er coche a uno que estaba de esparda hablando con otro le pedí fuego: "Por favó, ¿me puede dá fuego? ¡Como no!". Y cuando se vorvió pa darme fuego, me dice: "¡Pero Antonio! ¿Qué hace aquí, que pasa que hay males?" -"¡Coño, si es Rafaé! ¿Y tú?" -"A mi me ha traido el Curro, ¿No te acuerdas de él? Si hombre de la Cava, el de la herrería". -"Ah sí, que sí, que ya caigo. Totá que empezamo a platicá los tres". -"Po yo que he traío a mi mujé que la dao una cosa, la ha visto el dortó y dice que tiene que está en observación y que hay que esperá". -"¡Anda que no te quea ná! Yo llegué esta mañana alamanecé y todavía estoy aquí y lo que me quea". - "¿Rafaé, y a tí que thapasao?". -"No sé, Antonio, llevaba muchos días con muchas ardentías y muchos ardores y en er consurtorio me decían que eran gases, pero anoche ya no podía aguantá má porque me subían parriba y casi mahogaban y por la mañana llamé ar Curro y le dije: Curro de mi arma llévame a argún lao y que me quiten este fuego que me roe las entrañas y me trajo aquí a lhospitá. Cuando llegué me miraron 112 Revista TRIANA

por tos laos con un montón de máquina y aquí estuve asustao hasta que ar mediodía me llamaron y me dijeron que a lo mejón tenía... Espérate que como le dije ar médico que no entendía ná me lo apuntó en un papé, toma léelo..." -"¡Ojú, esto no hay quién lo entienda, Rafaé! A vé si ese hombre de la gafa que tiene cara de letrao es capá de leerlo". -"Por favó, ¿puede usté leé esto?" -"No sé, no sé, porque los médicos escriben con una letra fatá, ná má que la entienden los boticarios". -"A vé, aquí pone... refflujo.. gaasttroesoffágiico con posible... etiología.... en una herniiaa de hiiaato". -"Y eso que é Vigen Santa. Que mieo ¿no?". -"Eso, Antonio, yo estoy hasta las trancas". -"¿Y todavía no than visto?" -"Fíjate y ya no pueo má, no hago má que da paseo y fumá como un loco".

Entonce pa distraerlo empecé a hablá diciendo: "No hombre, tú ha hecho mu bien con vení a la sanidá sociá, aquí es lo mejón. Mira yo estoy pagando una iguala pa la Sagrario y pa mí, pero ca vé que voy hay dortore extranjero que hablan mu ligero y no lo entiendo mu bien y tampoco senteran de lo que hablo yo y la Sagrario, por eso he venío aquí con la mujé. Ahora, eso si es verdá aquí se pue uno morí esperando. Y esto es lo que hay y lo que tenemos, asín que si esto es lo que estamo viendo como será la sanidá pa los chinorri er día de mañana, van a tené que pagá hasta las aspirina, los ortalidone y hasta la pinicilina y pa que los vean los dortore le va a tené que tocá en una rifa. ¿A los viejos? A los viejos ar corrá der mataero a esperá turno pa la puntilla y pa hacé pienso de engordá los cochino".


Relatos -Y va er Rafaé y se pone ermedio de la sala que estaba má 'overbuquín' todavía que antes, se abre de patas y estira los dos brazo parriba, a to lo arto y como si estuviera crucificao o cantando por seguiriyas el tercio de Molina, con toa la voz ronca como er pregón der que vende lo búcaro y las maceta y dice: -¡Me viá cagá..! ¡Me cago..!

Ompare, no le dio tiempo a má, ni a terminá

'El Curro', el de la herrería de la Cava, el que trajo al Rafaé, ná má que se lo ocurrió decí con mal vagi: -"Po eso es lo que le pue pasá a Rafaé, que se pué morí esperando con eso tan malo que tiene en la barriga". -"No hombre, dijo Rafaé con una jartá de canguelo, si er dortó ma dicho que no es pá morirme". -"Otra vé er Curro: Pero güeno Rafaé, que te lo cree tó, er dortó que te vá decí. Mira Rafaé tú lo que tiene que hacé es entrá ahí y decí que te vean ya, no vaya a sé que te pase argo. ¿Y si te muere aquí? Tienes que chillá fuerte pa conseguí argo, tú no tacuerda como conseguíamo que no subieran el jorná, po con huerga y chillando joé, con micrófono y tó". -Er Rafaé empezó a calentarse.Y dije yo: "Er Curro tiene to la razón der mundo". -Y dice er de la gafas, que se estaba enterando, que hablaba mu poco pero cuando hablaba era la Biblia en verso. Eran sentencias: "Esto me pasa a mí y formo la marimorena ahí enmedio". - Y er Rafaé nervioso cá vé má caliente. - Y dice er Curro: "Vamo con lo que tiene este que e peó que la corná de Joselito que e que se puee morí delante de nosotros". -Y er Rafaé que no pòdía aguantá má. -Y dice er de las gafas: "Ahí lo que hay que hay que hacé es poné encima de la mesa lo dos bolos que tiene er caballo der Cid Campeadó, er Babieca, er caballo que está en el Prao de San Sebastián". -Y dice er Curro otra vé: "Es que ar Rafaé le farta una carboná pa hacé lo que hay que hacé". - Y dice er Rafaé :"¡A mí, Curro, a mí! ¡Venirse detrás mía!".

lo que iba a decí. Llegaron dos vestío de blanco con unas babucha de goma lo montaron en un carrito y se lo llevaron. Er Curro quiso irse con él y dice: "Yo lo he traío y lo estoy acompañando desde esta mañana". Pero los de los pijama blanco le dijeron que mu bien, pero que donde iban no podía í, ni acompañarlo. Y allí no quedamo los tres, er Curro, er de las gafas que por cierto se llamaba Paco como er Curro, y yo a la vera de la Sagrario que shabía dormío. Er Curro dijo que er Rafaé cuando le entraba la jindama siempre decía: ¡Me viá cagá en tó lo que se menea!

Nos llevamos allí por lo meno un par de hora. Hasta la Sagrario se había despertao hacía un rato cuando apareció er Rafaé en er carrito pero con solo uno de los der pijama blanco empujándolo, y lo dejó allí a la vera de nosotro. Er Rafaé traía la cara mas blanca que la paré y jundío en er carro y se queó mu callao y no dijo ná y nosotros tampoco queríamos hablá, pero la Sagrario que e mu echá palante y lo conoce porque e vecino, va y le dice: Rafaé, coño, dí argo que esta má callao que un muerto. "¿Qué tan hecho?" Y dice er Rafaé con una vó que no le salía der cuerpo: "A mí ná, pero me encerraron en un retrete hasta que vinieron por mí loshijoputa..." (*) Este Cuento de la Cava se lo quiero brindar a esos artistas que con sus ideas geniales crean memes, gag de efectos cómicos o viñetas de humor con la única intención de fabricar crítica constructiva, arrancando de paso una sonrisa a los afligidos que buena falta les hace con la que está cayendo.

Revista TRIANA

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POESÍA

Pasión y gloria de Triana

Por Emilio Jiménez Díaz

DOMINGO DE RAMOS DE 1974 Con mis zapatos nuevos ¡qué gozaba sorbiéndome Triana en ese día agarrándome a un padre al que quería y al que apenas mi mano lo alcanzaba! Algo había que estrenar, y yo estrenaba zapatos, corazón, paz y alegría. Jamás la vida la sentí más mía ni más cerca de aquel a quien amaba. Mas los años se fueron lentamente, como se va en silencio la corriente al paso de un latir que desampara. Que un Domingo de Ramos, con su Estrella, se me perdió mi padre tras su huella y no pude impedir que se marchara.

MI NIÑA DE LA O Tiene tu nombre chiquito un suspiro que no acaba, el compás de una sonrisa, la bondad de una palabra. Es tan bendita tu O que toda Triana canta llevando a gala tu nombre en el pozo de su gracia. Amor tiene una honda O y O Dios en su estela amplia, y cielo, y niño y canción, y el pájaro por sus ramas, y el río por sus laderas, y el viento por la montaña. O lleva el pueblo en sus carnes y O el dolor de una lágrima. Pero también tiene O el candor de tu mirada, tus labios de Madre buena, tus manos enamoradas, los cirios que a Ti te encienden, el sol que te da en la cara, el palio, el manto, las flores...

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Toda tu O es alianza para desposar de amores el corazón de Triana, cuando por El Altozano -O del barrio y plaza anchacaminas hacia Sevilla, Niña de calle Castilla, soñando un puente de barcas.


Versos trianeros CACHORRO Temblaba el escultor cuando la mano se enfrentaba a aquel trozo de madera por el temor a que su gubia hiriera cualquier vena de aquel Cristo gitano. Lloraba de dolor el utrerano porque Cristo expiraba allí a su vera con la muerte encendida en primavera en cada golpe de latido humano. Y cuanto más ahondaba, más salía la muerte por su cuerpo y más se hería ese cedro ya Cristo en la mañana. Mientras el escultor seguía temblando su Cachorro siguió siempre expirando para quedarse vivo en su Triana.

DOS SAETAS DESDE MI CORAZÓN Expiras el año entero y nunca mueres, Señor. Y es que el barrio trianero no quiere que en el madero se muera su Salvador. ¡Ay, qué estampa más gitana es verte pasar, Cachorro, por el Puente de Triana, mientras te mueres a chorros sobre los claveles granas.

Y GLORIA... Sembró Dios una semilla en tierras de Andalucía y brotó con lozanía la hermosa flor de Sevilla. Para gloria y maravilla la hizo risueño pensil, hermoso mil veces, mil, y en tan lindo paraíso nació a la luz el hechizo de su gran Feria de Abril. Y en Sevilla Dios sembró la semilla de un poeta y le nació una 'saeta' que brotó del corazón. Para gloria y maravilla le puso una tez de cera y lágrimas de amargura

y la gitana hermosura de una mujer trianera. Y en Sevilla Dios sembró lo mejor de sus viveros y florecieron toreros con Arte, Duende y Valor. Para gloria y maravilla les dio albero y esperanza, y ternos verdes y oro, y confianza ante el toro celeste de La Maestranza. Porque Dios quiso sembrar, así le nació Sevilla y esa Giralda sencilla, rosa del primer rosal. Para gloria y maravilla la sembró a orillas de un río con vegas de porcelana. Por eso nació Triana. ¡Qué bien lo hiciste, Dios mío!

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POESÍA

Selección de versos Por Maritxé Abad i Bueno

SOBRE LA TERNURA Tuya es esta dulce vergüenza desconocida, la misma que arrebola mi instinto primigenio entre patios y cruces de barrios con empaque y gestan en mi mente tanta ternura. Solo deslizar el sentir en cada recodo del cielo que nos cobija a nuestro paso firme. Allí, una Salve Marinera nos cruza los puentes que al filo de lo imposible contempla

la grandeza del ser, los seres de luz que en esencia somos. DE MELAZA Tus ojos me recuerdan a las calles de Triana: apasionados brebajes de gente con alma blanca, con el verso en el rostro y la canción osada, con ese 'quejío' que sabe a fuente clara y a fuego y pena que al corazón marcan. Tus ojos me saben a los patios de vecinos, y convivencia cercana,

a las flores de los parques que aroman las madrugadas de las vías con memoria por las que mi latido pasa en tardes de primavera envueltas con un gran lazo que el invierno nos regala. Todo el ser se me expande al recordar tu mirada y tus ojos de avenida, de avenida literaria y dulcería amable, de la de andar por casa la misma que el alma enciende y el devenir atrapa en el recuerdo firme de tus ojos de melaza.

TRIANA Y MIL HISTORIAS CRECIENTES FUE EN TRIANA conteció que voz y mirada, en una misma mistura acabó de confirmar todos sus recelos: era amor, un amor integral, sensual, de los que no da lugar a suposiciones ni a equívocos. Una nueva versión de lo platónico vivido hasta ahora donde lo místico y lo humano alcanzaba la cima; una escucha activa y tímida casi que explosionaba en los oídos de Daniel de las palabras que equilibradamente Andrómeda con su voz de terciopelo lanzaba por las ondas de la radio; una voraz mirada de ella hacia el rostro omnímodo y tímido de Daniel mientras compartía sueños y pan poco después en CASA DIEGO, esquina con todo el encanto de las travesías de la calle San Jacinto que pareció el universo en el reino cómplice de los cinco sentidos. Sus corazones iban abriéndose poco a poco hacia una nueva luz, la misma que generosa canturreaba en el Altozano y se detenía a los pies de la Gitana para admirar su empaque, sus curvas

A

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antes desapercibidas y todo el significado que, como si vista por vez primera, acaeciera. La brisa recibida en el puente que trémula acariciaba sus rostros, esa imagen compartida de mucho más que agua, detenerse y plasmar el momento presente... La Virgen del Carmen, testigo del sentir marinero... Mágicos instantes de los que crean historia. El monumento a La Tolerancia fue el punto álgido, cómplice de vivencias confesadas al atardecer mientras la luminosidad del astro vital nos convertía en seres iridiscentes cuyos pesares, mitigaban su dolor en medio del ir y venir de visitantes que detenían su paso anónimo ante tal hermosura. No sé por cuanto tiempo más esta amistad tan extraña entre versos y pentagramas se mantuvo, pero una cosa sí que advertí en sus corazones: crecían con la inocencia y la pasión que los volvería a su estado de total equilibrio y libertad.


Versos trianeros

Acrósticos de Triana

Por Federico Serradilla Spínola

EL ALTOZANO, EL RÍO Y LA CALLE BETIS

Es el trono de Triana Luz y faro de Sevilla Anocheces acariciando al río Lindo son tus reflejos Tobogán de pescadores Oteas cuanto llega a tus adentros Zapeas las dos orillas Acunando a gitanos y cantantes Nunca oscurece tu esplendor Orgullo de toreros y mareantes Eres caudal de nuestra historia Llevando en tus aguas la armonía Reluces cual espejo de plata Itinerante por toda Andalucía Obsequiosa calle Betis a ti se ata Y acepta adorarte en cada día Lamentos y quejíos flamencos A crecientan tu belleza

SEÑORÍO Y ARTE DE TRIANA

Siembras tu raza trianera Empaque señorial del arte puro Ñoñeando algunos te critican Ocultando su envidia, lo aseguro. Relumbra el mundo con su cante Incrustando sus raíces de señora Ostentando su bello baluarte Y llenándolo de amor tras bella aurora. Al compás de sus bulerías Resplandece su luz radiante Tientos, zambras, trianerías, Embrujando a sus visitantes Dicen los estudiosos En cuanto de ti se ocupan: Tiene Triana su clase Respecto a la idiosincracia Inventando letra y baile Al son de su divina gracia Nada le falta a Triana Ah sí, en esta orilla... ¡No hay farmacias!

Cuando los remeros pasan Aumentan su vigor con tu presencia Llenando de alegría sus corazones Levantan sus banderas y estandartes Entonando sus más lindas canciones Bellas tus casas señoriales En tiempo dueñas de barcos con caudales Tienta a Sevilla, muy coqueta, Insistiéndole que por fin admita Su obediencia a Triana como meta

Revista TRIANA

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POESÍA

Costaleros y poetas,

esos artistas ignorados… Costaleros y poetas, esos artistas ignorados… ¿Qué sería de la Semana Santa sevillana sin sus costaleros? ¿Y qué sería de los costaleros sin su Semana Santa…? Mi hermano Manuel Albenca Paredes, o Manolito Albenca, como todo el mundo le conocía, se llevaba añorando la última Semana Santa que acababa de pasar y esperando a la próxima como si le fuera la vida en ello… Por Dolores Albenca Paredes

Qué orgullosa estoy hermano, que seas tan buen costalero. Como dijiste aquel día ¡yo solo soy Manuel...! Tan solamente un patero. Pero fue con una voz y le diste un acento, que se me clavó en el alma, hermano, aquel sentimiento. ¡Costalero! Ese que nadie conoce, ese que hace senderos, no sobre el mar ni la estela, en la cera sobre el suelo. Tú eres artista ignorado, nadie conoce tu cuerpo, ni tu rostro, ni tus manos. Tus pies son como punteros, esculpiendo filigranas y bordando sentimientos.

118 Revista TRIANA

Costeros, fijadores, Corrientes y pateros. ¡Llámame, Manuel, un poquito! Lenguaje del costalero, pero que nada le dice, al que nunca supo de ellos.

¿No has visto que lloran, madre? ¿Y cómo tiembla su cuerpo? Es su mirar tan humano, y su rostro, tan perfecto. Lo llevan sus costaleros, por un sendero de cirios.

Cuarenta y ocho en total, van debajo de ese Cristo. Y aunque en sus trabajaderas, no llevaran nombre escrito. Todos brían sus puestos, todos conocen su sitio.

¿Se puede dar más grandeza que ese paso de mi Cristo? ¡Si hasta respira el caballo de ese romano maldito! ¡Ay, de mi lirio del monte que por tres veces has caído!

Cristo se siente orgulloso, de tener tan buenos hijos y aunque su dolor es grande, disimula su martirio.

¿Dónde estaría Triana para habérselo impedido? ¡Y decirlo por las calles! ¡Y gritarlo por el barrio! ¡Que mi Cristo está caído! ¡Venid todos a levantarlo! ¡Que aquel que no lo levante, no merece ser cristiano!

¿Es que no has visto sus ojos en la madrugá del pueblo? Cuando camina entre sombras por un sendero de besos.


Versos trianeros

Evocación a la Semana Santa Por Enrique Barrero

BUENA MUERTE

TRES CAÍDAS

Tú no has muerto, Señor, Tú vas dormido dormido sobre el aire y la madera, sobre un monte de eterna primavera y un sereno clavel estremecido

¿Qué me quieres, Señor, con la rodilla caída sobre el suelo en tal manera? ¿Qué luto de profunda primavera se adivina en la noche de Sevilla?

Tú no has muerto, Señor. Nos han mentido. No se puede morir de esa manera. Morirá en sus cenizas una hoguera o morirá un recuerdo en el olvido.

El peso de madera que te humilla quisiera sostener, sentir quisiera como la tierra muda y verdadera sostiene la verdad de la semilla.

Morirá, si se arranca, una azucena. Un sueño morirá, si se pervierte. O morirá la mar sobre la arena.

Sobre la alfombra de clavel del viento quien pudiera aliviar tu quebrantada y quebrada cintura en un momento.

Pero nunca tu amor, cuando despierte del árbol de la cruz, tu muerte buena, tu sueño de infinita Buena Muerte.

Quien pudiera cargar con la mirada la eterna cruz atroz de tu tormento Cirineo en la oscura madrugada.

CALVARIO Yo te sigo, Señor. Yo voy vestido de negro silencioso y centenario. No alcanzo a ver siquiera tu sudario ni el perfil de tu cuerpo suspendido. Un antifaz me salva del olvido que es vivir el afán de lo diario. Hoy soy en la ladera del Calvario aquello que seré, que siempre he sido. Yo te sigo, Señor, que nadie quiera indagar el porqué de mi camino ni el sueño que mi pecho conmemora Porque una vez me hirió la primavera. Te sigo porque si, para que en un trino me descorra las puertas de la aurora.

Revista TRIANA

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POESÍA

Esperanza de Triana Saliste tú por Sevilla, pero yo no pude ir. Con lo que te quiero ¡madre! Y Tú, me quieres a mí. Pero te fallé ese día. Porque la vida es así. Mis pies, no me obedecían, para hacer tu recorrido. Yo que bebía los vientos pa estar contigo. Con lo bonita que irías, por esa puerta señera. Por Pureza, por el puente, por donde quiera que fueras. Que aunque ayer no pude ir. yo viví aquella grandeza, que fue tu coronación. ¡No habrá otra igual en la tierra! Que emoción en aquel himno al sonar por vez primera, te llegaba tanto al alma que hasta temblaba la tierra. ¡Cuántas lágrimas, Señora. Cuánto fervor y belleza! Me faltan muchos puntales. De esta vida efímera y corta Padres hermanos, primos y nuera. Sus ojos, como un cielo celeste, su piel, como el nardo era. ¿Te acuerdas de aquel patero y de Antoñito Barrera? ¡Solo te pido Madre mía..! Que cuides a los que quedan, y a los de mi sangre, que aún por llegar están. ¡Esperanza Trianera! Yo no pude ir a tu encuentro pero tú viniste a mí... Madre de los marineros, reina de los siete mares desde Triana a Sevilla, y de Sevilla a Triana, ¡Como navegó tu nave!

120 Revista TRIANA

Con el motivo de rememorar la salida triunfal por el VI centenario de su fundación y rendirle homenaje ya que por mis limitaciones no pude acompañar a mis hermanos y mi Virgen. Por Dolores Albenca Paredes


Versos trianeros

María Santísima de la Estrella Por Juan Antonio Martos Núñez

E

strella y camino, prodigio de amor, de tu mano Madre hallamos a Dios. Reina de los mártires, abogada nuestra. Salve Estrella trianera, iris de eterna ventura; Salve fénix de hermosura, Madre del divino amor. Dios inspiró a Montañés en hacer su imagen bella. Puso en ello tanta fe, que trazó una hermosa estrella en su rostro de mujer.

Con su bellísima cara de nácar e inacabable llanto, Nuestra Señora de la Estrella Coronada, bajo palio va subiendo la costanilla del puente: Estrella de la mañana ¡ay estrella matutina! Cómo se alegra Triana con la gracia soberana de tu carita divina. Porque eres hija del llanto de tantas mujeres bellas, por eso, Niña, tu encanto; por su pena y su quebranto tus flores y tus estrellas... Adiós mi rosa temprana adiós mi bella alfarera, aunque lejos de Triana yo siempre estaré a tu vera ¡Estrella de la mañana!

Triana es más que un arrabal, que un barrio; Triana se basta a sí misma e imprime a sus Vírgenes el carácter de embajadoras. Triana tiene sus títulos, su orilla y sus leyendas, Mártires Santa Justa y Rufina; arcilla, ladrillos y azulejos para la Giralda, cante y saetas. Dios te salve María rosa temprana. Gracia plena. Bendita Tú eres porque alimentas mi fe cristiana. Dios te salve, Estrella de la mañana, Tú iluminas la noche oscura del alma. Estrella, lucero, faro, guía, luz de Triana. Santa María, ruega por nosotros, danos, Señora, Estrella nuestra Tú bendición.

Revista TRIANA

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