SUMARIO Cilniana
3ª ÉPOCA, AÑO XI – Números 20/21, 2007 - 2008 ISSN 1575-6416
DOSSIER EL SIGLO XIX EN PERSPECTIVA Francisco de Asís López Serrano (coord.)
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Presentación Francisco de Asís López Serrano
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Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal Antonio Rodríguez Feijóo
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Elecciones de Diputados y Síndicos Personeros. Elecciones en Marbella en el Sexenio Absolutista (1814-1819). Un atisbo de libertad en medio del tiempo Calixto Rodríguez Romero
81-112 Cambio Político y realidad Económica.
El Ayuntamiento Constitucional de Marbella en el Trienio Liberal Luis Hernanz Burrezo
113-134 La Marbella del Sexenio Democrático (1868-1874).
Evolución política administrativa José Bernal Gutiérrez
135-158 Las Fuentes Documentales para el estudio de Marbella en el siglo
XIX conservadas en el Archivo Histórico Provincial de Málaga Esther Cruces Blanco
159-172 «Un visado al pasado» Marbella y sus documentos: el siglo XIX
(Catálogo de la Exposición) Francisco de Asís López Serrano Luis Hernanz Burrezo
MISCELÁNEA 175-182 Consideraciones previas a una intervención de protección y/o
cubrición de la Villa Romana de Río Verde, Marbella Rafael L. Lobón y Martín
183-186 Un geógrafo comprometido con la defensa activa del paisaje como
valor territorial. José Gómez Zotano, autor de Naturaleza y paisaje en la Costa del Sol Occidental (Servicio de publicaciones del Centro de Ediciones de la Diputación Provincial de Málaga, Málaga) Mª Luisa Gómez Moreno
EDICIÓN Asociación Cilniana para la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural Apartado 821 - 29600 Marbella www.cilniana.org cilnianapresi@yahoo.es Telf. 639 00 72 90 COORDINACIÓN Lucía Prieto Borrego (Universidad de Málaga) CONSEJO DE REDACCIÓN José Luis Casado Bellagarza (Centro de Educación Permanente de San Pedro Alcántara) Andrés García Baena (Centro de Educación Permanente de Marbella) Francisco de Asís López Serrano (Director del Archivo Municipal de Marbella) Antonio Luna Aguilar (Delegación de Cultura de Marbella) Francisco Javier Moreno Fernández (Doctor en Historia del Arte) Antonio Rodríguez Feijóo (IES Sierra Blanca de Marbella) Catalina Urbaneja Ortiz (Presidenta de la Asociación Cilniana) CONSEJO ASESOR Encarnación Barranquero Texeira (Universidad de Málaga: Historia Contemporánea) Jesús Bravo Caro (Universidad de Málaga: Historia Moderna) Bartolomé Mora Serrano (Universidad de Málaga: Historia Antigua) Antonio Nadal Sánchez (Universidad de Málaga: Historia Contemporánea) Antonio Parejo Barranco (Universidad de Málaga: Historia Económica) Emilio Ortega Berenguer (Universidad de Málaga: Historia Contemporánea). FUNDADOR Rafael García Conde DISEÑO Y MAQUETACIÓN Pepe Moyano IMPRESIÓN Graficamar (Marbella) LIBRERÍAS COLABORADORAS (Marbella) FM - General López Domínguez, 12 AREMAR - Avda. Arias Maldonado MATA - Enrique del Castillo, 3 ALFAQUEQUE - alfaqueque-libros@telefonica.net (San Pedro Alcántara) DELTA - Avda. Oriental Foto Portada: Entrada del general O’Donnel y las tropas de África en Madrid el día 11 de mayo de 1860. Foto: Grabado publicado en El Museo Universal el 20 de mayo de 1860 Depósito Legal: MA-845-97 ISSN 1575-6416 Título clave: CILNIANA La Asociación Cilniana no se hace responsable de las opiniones contenidas en los artículos firmados.
Dossier Francisco de As铆s L贸pez Serrano (coord.)
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ISSN 1575-6416
Presentación Francisco de Asís López Serrano
Director del Archivo Municipal de Marbella
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esde el 20 de marzo hasta el 4 de junio de 2008, se celebró en Marbella (Cortijo Miraflores) un ciclo de conferencias titulado El siglo XIX en perspectiva. La organización corrió a cargo del Archivo Municipal de Marbella, de la Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Marbella y del Centro de Profesores MarbellaCoín, y contó con la colaboración del Archivo Histórico Provincial de Málaga, de Cilniana y de la Delegación en Marbella del Colegio de Abogados de Málaga. Durante más de cuatro meses, catorce ponentes expusieron sus puntos de vista acerca de distintos aspectos de la historia del siglo XIX, tanto en España como en Marbella. Algo que, aunque parezca mentira, era casi una novedad, pues la historia de esta ciudad, en lo relativo a esta centuria, adolece de una falta de estudios casi alarmante, a pesar de que no es poca la documentación que se conserva. A diferencia de otros momentos, piénsese en el siglo XVIII, por ejemplo, que va a resultar en extremo difícil dada la carencia de documentos municipales, el XIX está aquí, a la vuelta de la esquina, henchido de papeles a la espera de su estudio; un yacimiento, en términos arqueológicos, provisto de un inmenso potencial estratigráfico. Al margen de los trabajos de Casado Bellagarza sobre las colonias, o de José Bernal sobre el sexenio democrático y la minería, o los previos de Alcalá Marín, lo cierto es que se desconoce mucho de lo que aconteció a Marbella en el ochocientos. De ahí la pretensión de estas jornadas de, si no subsanar todo el déficit, al menos sí empezar a modificar este estado de cosas. Para ello, y partiendo de supuestos metodológicos estrictamente científicos, se ha intentado un acercamiento, tanto en detalle como en perspectiva, que ha supuesto un avance indudable en el conocimiento del periodo.
Los aspectos genéricos del diecinueve español fueron abordados por Manuel Morales Muñoz («Los nacionalismos en la España de la Restauración»), Antonio Parejo Barranco («Evolución de la economía andaluza en el contexto español del siglo XIX»), Francisco de Asís López Serrano («La historia de la nación española y los historiadores españoles del siglo XIX»), Segundo Ríos Jiménez («La didáctica de la historia de España del siglo XIX»), Ángel Galán Sánchez («La construcción nacional y el pasado andalusí en el siglo XIX») y Lucía Prieto Borrego («Educación y cultura de las mujeres en la Restauración»). La historia de la ciudad fue tratada desde varias ópticas. Así, Óscar Carrascosa Tinoco pronunció la conferencia «Viajeros románticos en la Marbella del siglo XIX»; José Luis Casado Bellagarza la titulada «La economía de la costa occidental malagueña a mediados del siglo XIX. El tráfico comercial de los puertos de Marbella y Estepona entre 1857 y 1877»; Francisco Javier Moreno Fernández analizó «La morfología urbana en la Marbella del siglo XIX»; Antonio Rodríguez Feijóo dictó su charla bajo el título de «Marbella en el siglo XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal»; Calixto Rodríguez Romero intervino con «Elecciones a diputados y síndicos personeros. Elecciones en Marbella en el sexenio absolutista (1814-1819. Un atisbo de libertad en medio del tiempo»; Luis Hernanz Burrezo con «Cambio político y realidad económica. El Ayuntamiento constitucional de Marbella en el trienio liberal»; José Bernal Gutiérrez con «El sexenio democrático (1868-1874) en Marbella» y, por último, Esther Cruces con «Las fuentes documentales para el estudio de Marbella en el siglo XIX conservadas en el Archivo Histórico Provincial de Málaga». Estas cinco últimas intervenciones constituyen el dossier que presentamos.
Francisco de Asís López Serrano
En el primer artículo, «Marbella en el siglo XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal», Rodríguez Feijóo recorre la centuria para aproximarse a la génesis del liberalismo en la Marbella del siglo XIX, en el marco histórico español. Muestra las concordancias y las disonancias que, desde los acontecimientos políticos, económicos y sociales, se produjeron entre el emergente Estado liberal español y su concreción en la propia ciudad, sin olvidar tampoco las lagunas que lo jalonan, que hacen necesario profundizar en su estudio. Los siguientes tres artículos se van a centrar en tres periodos bien definidos: el de Calixto Rodríguez en el sexenio absolutista de Fernando VII y, en concreto en el sistema de elección y las características de los diputados del común y de los síndicos personeros, subrayando el carácter relativamente anacrónico de la elección de estos oficios; el de Luis Hernanz se fija en el denominado Trienio Liberal y analiza el intento de reestablecimiento de lo legislado en las Cortes de Cádiz a través de la vida económica y política del municipio, ofreciendo, de paso, un novedoso perfil de los personales más singulares del momento; José Bernal, por su parte, nos ofrece tanto las claves políticas en las que se fundó el Sexenio Democrático en la ciudad (en cuanto reflejo de los acontecimientos más relevantes a escala nacional), como las económicas, con la aparición de la colonia de San Pedro Alcántara y la sociedad minera The Marbella Iron Ore. El artículo de Esther Cruces nos proporciona una guía de fuentes para un conocimiento más preciso de la historia de Marbella; en este
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Presentación
caso, de la documentación que sobre el siglo XIX se custodia en el Archivo Histórico Provincial de Málaga, aludiendo, obviamente, a las instituciones productoras de estos documentos (judiciales, de la fe Pública, Jefatura Provincial de Minas, Gobierno Civil, etcétera). A parte de los trabajos citados, hemos querido dar un paso más, y publicamos los documentos que sirvieron de soporte a la exposición celebrada en el Cortijo Miraflores desde el 10 al 27 de noviembre de 2008, titulada «Un visado al pasado. Marbella y sus documentos: el siglo XIX» y que significó un complemento al ciclo de conferencias. Se trataba de una muestra de 22 documentos a través de los cuales se intenta hacer patente las dificultades por las que atravesó el municipio de Marbella durante una época que, paradójicamente, conoció una industrialización sin precedentes. Marbella, muy empobrecida tras la ocupación francesa, refleja de forma paradigmática las vicisitudes por las que atravesaban la mayoría de las localidades del país. Durante toda la centuria, el Estado se empeñó en racionalizar los procedimientos administrativos, pero el problema de mayor calado era la financiación. El Ayuntamiento de Marbella pondrá en marcha toda una serie de mecanismos destinados, no ya a sanear las arcas públicas, sino sencillamente a posibilitar su mera subsistencia y la de los ciudadanos. De ahí que la mayor parte de la documentación que se expuso afectara a cuestiones de índole económica o al acometimiento de las obras necesarias para el pueblo, muchas de las cuales, como es sabido, tardarían lustros en poder concluirse. n
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Marbella
en el XIX. Reflejo y espejismo de la España Liberal Antonio Rodríguez Feijóo
Profesor de Geografía e Historia I.E.S. Sierra Blanca de Marbella
RESUMEN Aproximación a la génesis del liberalismo en la Marbella del siglo XIX, en el marco histórico español. Se muestran los principales acontecimientos políticos, económicos y sociales que construyen la España liberal y su reflejo en la historia de Marbella, a veces con relevante protagonismo, puro espejismo sin continuidad en un municipio pleno de carencias. PALABRAS CLAVE Liberalismo, Juan van Halen, Antonio Jiménez, Milicia Nacional, Altos hornos, Ramón Ibáñez, Antonio Domínguez Alburquerque. ABSTRACT Approach to the genesis of the liberalism in Marbella during the XIX century, within the historical Spanish framework. The main political, economical and social events that build up liberal Spain and its reflection in Marbella’s history, sometimes with a relevant protagonism, was just a plain illusion with no continuation in a municipality full of loop holes. KEY WORDS Liberalism, Juan van Halen, Antonio Jiménez, National Soldiery, Blast furnaces, Ramón Ibáñez, Antonio Domínguez Alburquerque. Introducción
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l siglo XIX es un siglo convulso, un siglo en el que nuevos elementos de carácter económico, político, social y cultural surgen para vertebrar un mundo nuevo, moderno…, frente al anquilosado Antiguo Régimen. Un siglo en el que la historia se acelera respecto a épocas pretéritas, aunque no siempre a la misma velocidad para todos los que vivieron en él. Un siglo que anuncia la presencia de nuevos intereses en discordia, que enfrentan aparentemente a la aristocracia y a la burguesía, aunque pronto ambas clases se unen, recelosas, frente al creciente poder de la masa proletaria. Un siglo en el que se gesta el mundo que hoy conocemos y en el que nuestro municipio comienza a emerger. Con este trabajo intentaremos, siguiendo la propuesta de J. Fontana, «contribuir a la recuperación de este siglo calumniado y maldito»1, aproximándonos a la génesis del liberalismo en
Marbella a lo largo del siglo XIX, en relación con el marco histórico español. Este acercamiento ha de producirse, necesariamente, desde la perspectiva de una historia sobre el siglo XIX en Marbella pendiente de construir. Una historia que profundice nuestro saber a la luz de nuevas fuentes primarias. Una historia que abra nuevos surcos en campos yermos a la investigación. Una historia que aborde la documentación con la mirada de historiadores ansiosos de conocimiento. Es decir nuestra pequeña aportación sobre este siglo, en lo relacionado con Marbella, no pretende culminar, ni sintetizar anteriores aportaciones2 ni mucho menos dar el periodo por cerrado, sino todo lo contrario: motivar e invitar a cuantos les interese este siglo a iluminarlo con nuevas investigaciones que amplíen nuestro limitado conocimiento. En la España del siglo XIX se produce el fin del Antiguo Régimen y la transición hacia uno nuevo, merced a la discutida «revolución liberal burguesa». Hemos de indicar que este proceso
FONTANA, J.: La época del liberalismo, Madrid, Crítica / Marcial Pons, Historia de España, Tomo VI, Prólogo, 2007. Debemos destacar los trabajos del cronista de la ciudad, Fernando Alcalá Marín, por su aportación pionera sobre el periodo decimonónico, aunque ello no significa que haya dejado escuela. También hay que reconocer las investigaciones posteriores que se realizan, con una metodología científica y profesional, por historiadores que abordan diferentes aspectos de la historia de la Marbella del XIX. Entre ellos hemos de destacar a Lucía Prieto Borrego y a José L. Casado Bellagarza. Más tarde otros investigadores, en torno a la asociación Cilniana, han dejado interesantes contribuciones para el conocimiento de este siglo. 1 2
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tiene su germen en los siglos anteriores, pero especialmente en el XVIII, aunque será a lo largo del XIX cuando eclosiona definitivamente3. En el ámbito político, con el paso del régimen señorial-absolutista al nuevo régimen liberalconstitucional. En el terreno económico, con la desaparición de la economía de base señorial, campesina, artesanal y gremial que evolucionará hacia la creación de un tejido industrial moderno de carácter capitalista, industrial y financiero. Y en la esfera social, con la paulatina sustitución de la sociedad estamental, basada en desigualdad jurídico-civil, por una sociedad de clases. Todo ello en plena transición de un régimen demográfico antiguo a otro moderno. Nuestro acercamiento a la Marbella del XIX sería más comprensible desde la óptica de un siglo de ciclo largo, 1789-1917, sin embargo hemos optado por un ciclo más corto, 1812-1898, ya que la relativa carencia de fuentes locales y el protagonismo desencadenado por la invasión francesa en el origen del fenómeno liberal nos invita a iniciar nuestro estudio con el nacimiento del constitucionalismo español en 1812. Por otro lado la crisis finisecular de 1898 simboliza el final de un periodo protagonizado por la farsa del régimen liberal de la Restauración, que pone en jaque al liberalismo conduciéndolo a la crisis de 1917 y hacia posiciones autoritarias corporativas por miedo a la amenaza revolucionaria latente en el horizonte europeo. Este proceso, o parte de él, tendrá su repercusión en Marbella durante la génesis del liberalismo, reproduciéndose, cual reflejo especular, los principales acontecimientos de la España decimonónica, incluso alguno de ellos, con relevante protagonismo, aunque sólo haya sido un espejismo sin continuidad en un municipio pleno de carencias. Un proceso que se desarrollará con avances y retrocesos, en los ámbitos, político, económico y social, entretejidos mutuamente en el hilo de la Historia aunque para su explicación necesitemos mostrarlos por separado. No obstante serán ensayos de un futuro prometedor…
La Marbella del XIX. El territorio y sus habitantes I. Marbella y su población Cualquier acercamiento a la historia del siglo XIX en nuestro municipio debe tener muy presente que la Marbella de entonces era muy diferente a la actual y durante todo el siglo no pasará de ser un pequeño municipio andaluz, con una población que no superará en ningún momento los diez mil habitantes, en la periferia del poder provincial y alejado de cualquier ámbito de decisión. 1. La población de Marbella en su entorno Para hacernos una idea de la situación podemos utilizar las fuentes, bastante fidedignas, que aparecen a partir de la publicación del primer censo oficial en 1857. Así nos consta que en esa fecha la población de Marbella era de 6.564 h, una población similar a la de ciudades como Ávila (6.419 h), Guadalajara (6.533 h), Orense (6.872 h), Pontevedra (6.625 h) y superior a las de Soria (5.194 h) o Huesca (3.874 h)4, aunque todas ellas, en cuanto capitales de provincia, tenían una potencialidad mayor de crecimiento desde el punto de vista administrativo y representativo. Por otro lado, en la provincia de Málaga, superan a Marbella: Álora (8.370 h), Coín (9.273 h), Estepona (9.316 h), Vélez-Málaga (12.573 h), Ronda (19.334 h), Antequera (27.334 h) y en
GRÁFICO I
Elaboración propia Fuente: Censos de población y Nomenclátor años respectivos
3 Cf. GÓMEZ URDÁÑEZ, G.: «Reflexiones sobre la revolución burguesa en España. Una aproximación a los orígenes, ideario y práctica del pensamiento liberal», Cuadernos de investigación histórica Brocar, 20, 1996, pp. 327-345 (Edición electrónica: www. unirioja.es). 4 VICENS VIVES, J. (dir.): Historia de España y América social y económica, Tomo V, Barcelona, Vicens Vives, 1979, pp. 47-48.
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ese momento la ciudad de Málaga alcanza los 92.611 h5. En 1900, Marbella ha incrementado notablemente su población pues alcanza los 9.629 h. Sin embargo todas las ciudades citadas, salvo Soria (7.151 h), también han aprovechado su ventajosa situación y han superado a Marbella: Ávila (11.885 h), Guadalajara (11.144 h), Orense (15.194 h), Pontevedra (22.330 h), incluso Huesca con 12.626 h. Sin embargo, otras mantienen una población similar a la de Marbella: Cuenca (10.756 h), Teruel (10.797 h). Si observamos la población de la provincia de Málaga en 1900 podemos ver que se ha producido un significativo cambio. Ahora sólo superan a Marbella, aparte de la capital provincial, Antequera (31.609 h) y Coín (12.326 h), que aún mantiene un crecimiento relativamente importante, otras como Ronda (20.995 h) o Vélez-Málaga (23.586 h) han crecido relativamente poco, pero superan todas ellas a nuestro municipio. Por otro lado, Álora con 10.321 h tiene una población similar a la de Marbella y su crecimiento es poco significativo. El resto de los municipios que anteriormente superaban al nuestro, como Estepona (9.310 h), prácticamente no crecen y se verán superados por Marbella6. En ese momento Málaga alcanza los 130.109 h7. 2. Población relativa El municipio de Marbella mantendrá durante el periodo estudiado la misma superficie, 114 km², ya que las segregaciones de los municipios limítrofes, como Benahavís, Ojén e Istán, ya se han completado y aunque haya problemas con los deslindes permanecerá invariable a lo largo del XIX. Como hemos visto la población de Marbella se incrementa notablemente a lo largo del siglo, afectando de forma desigual a los distintos distritos de la población. La mayor parte se concentrará en el núcleo central, lo que hará que sufra especialmente el incremento de la presión demográfica, mientras que el resto estará repartida entre la colonia de San Pedro Alcántara, El Ángel y las Chapas. Durante el periodo de 1752 a 1821 la densidad apenas variará, pues tampoco lo hace su
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población. Así, estimamos que para 1752 Marbella tiene una densidad de 33,5 h/km², que alcanza, en 1821, los 41 h/km², y poco más hasta mediados de siglo, pues en 1847 podemos valorarla en 45 h/km². A partir de esos años intermedios se inicia una nueva etapa que duplicaría la densidad inicial llegando a su máximo al final de la primera década del siglo XX, en 1910, cuando llega a los 90 h/km². Si comparamos los datos resultantes para los años 1857 y 1900, en relación con el caso español, la densidad de Marbella (58 h/km² y 84 h/km² respectivamente) supera la media andaluza (33 h/km² y 41 h/km²) y española (31 h/km² y 37 h/km²), pero no alcanza el crecimiento de la capital de la nueva provincia de Málaga (13 h/ km² y 70 h/km²) que superará sustancialmente a nuestro municipio a lo largo del XIX8. Ambos núcleos de población crecen por encima del interior peninsular, con lo que se refleja su situación periférica mediterránea. 3. Distribución territorial Marbella, durante el siglo XVIII e inicios del XIX, era un recinto murado en el que la población residía esencialmente intramuros de la ciudad y su castillo9. Sin embargo sus murallas se encuentran ya en un estado lamentable, según aprecia en 1772 el viajero inglés Francis Carter, que nos indica que «actualmente la ciudad ha crecido bastante por el lado de la sierra, bajo la cual se encuentran un barrio y un convento de frailes»10 (se trata del Barrio Alto y el convento de San Francisco). Por el sur, alrededor de la muralla, aparte de la Marina, en donde hay algún almacén, sólo existen una serie de fincas y hacia levante comienza a surgir lo que en el XIX será conocido como Barrio Nuevo. Durante dicho siglo la muralla se reducirá paulatinamente a poco más de lo que aún perdura, en un proceso de nuevas edificaciones que la irán derribando, permitiendo con ello la ampliación del casco urbano hacia el sur a fines de la centuria, previa instalación de los almacenes de la Marbella Iron Ore C&L en torno a 1870. El número de habitantes por vivienda también se incrementa. Así en 1860 hay 4,7 h/vivienda y en 1900 sube a 5,6 h/vivienda lo que es
5 INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA (INE), Tabla: «Estado demostrativo por el orden de mayor a menor de los pueblos que sin ser capitales de provincia, comprenden mayor número de habitantes que la última capital del Reino, por razón de su población, conforme al Nomenclátor publicado en 1858» , p. 247. 6 INE: Censo de población de 1900. Málaga, pp. 188-190. 7 VICENS VIVES, J. (dir.): Historia de…, op. cit., pp. 47-48. 8 Las cifras se han obtenido a partir de cálculos realizados sobre datos de los censos y del nomenclátor para los años respectivos tomados del INE y del IEA. 9 Archivo General de Simancas (AGS), Plano de la Ciudad de Marbella y de su Castillo (s.f.) [Málaga 17 de julio de 1736]. Cuartel de Marbella. 10 CARTER, F.: Viaje de Gibraltar a Málaga, Málaga, Diputación Provincial, 1981, p. 154. Reedición del original A Journay from Gibraltar to Málaga, London, 1772.
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lógico si tenemos en cuenta que el incremento de población entre esos dos años ha sido de un 43,8% y el de viviendas sólo un 22,5%. La situación se refleja en un mayor número de albergues y en el aumento de plantas en los nuevos edificios. Aun así seguirá siendo insuficiente. Por otro lado, muchos de los edificios están arrendados por sus propietarios11. La situación que acabamos de describir refleja la escasez de solares y también la falta de edificios para albergar a una población creciente en número en la ciudad ya que aún no se ha iniciado una seria expansión extramuros, salvo pequeños núcleos del Barrio Alto y Barrio Nuevo o las cercanías de la Alameda. La mayor parte de las nuevas edificaciones, en general de dos plantas, se construyen en el campo en el último tercio del siglo. Para profundizar en el estudio del urbanismo en Marbella hemos de destacar los trabajos de Francisco Moreno, que nos detallan la evolución urbanística del municipio12, y en especial del centro histórico de la ciudad13. En cuanto al origen del núcleo de San Pedro Alcántara serán las investigaciones de José L. Casado, las que nos informen del desarrollo urbano de esta nueva población, que se constituye en torno a la plaza de la Iglesia de la localidad y de las diecisiete viviendas que formaban la Casa de Dependientes. Desde allí se teje una trama urbana jerarquizada que refleja las diferencias sociales y en las que se aprecia el contraste entre las modestas casas que se agrupan simétricamente en torno a las calles La Gasca, Duero y Pizarro y los edificios más sobresalientes, en tamaño y función, que se alzaban en la plaza principal de la Colonia14. Este núcleo de población cuenta en el momento de su fundación, en 1860, con 47 habitantes, pero se incrementa rápidamente a 529 habitantes, según el padrón de 1861, y que transitoriamente alcanza los dos millares de habitantes al final del siglo XIX15.
de un régimen demográfico antiguo, preindustrial, con altas tasas de natalidad y mortalidad, propio de un país subdesarrollado, a un régimen de población moderno, con bajas tasas de natalidad y de mortalidad, asociado a una sociedad postindustrial. Este cambio se produce mediante un proceso de transición demográfica que tendrá en Europa ritmos y perfiles diferentes según los países o regiones pues, aunque se inicia en el s. XIX, no se completará hasta el siglo XX. En España el tránsito fue más lento que en los países más avanzados de Europa, donde estuvo asociado al incremento de productividad agraria e industrial, y con periodos alternativos de rápido crecimiento pero más dilatados estancamientos16. En el caso de Marbella a lo largo del XIX se pueden atisbar cómo desde el punto de partida preindustrial se pasa a una transición que comienza a dar síntomas de cambio a finales del XIX (con un descenso claro de la mortalidad) que no se completará hasta la segunda mitad del siglo XX.
II. La transición demográfica en Marbella
1.2. Periodo de transición (1833-1900) A partir de esta época contamos con mayor información. Los registros civiles se convierten en una fuente imprescindible para conocer la evolución demográfica de nuestro municipio.
El incremento de población durante el siglo XIX se produce merced a una serie de circunstancias novedosas asociadas al cambio des-
1. Movimiento natural 1.1. Periodo Preindustrial (1752-1838) Aunque tenemos poca información acerca de este periodo de la historia de Marbella, por la carencia de fuentes en los registros eclesiásticos que aporten datos sobre natalidad y mortalidad, podemos deducir, comparando con la situación de partida en la década de 1840, que las tasas de natalidad y de mortalidad serían las propias de una sociedad rural de carácter preindustrial en la que la natalidad se aproximaría a los valores biológicos, alrededor del 50%, y la mortalidad superaría el 35% que, aun siendo muy alta, ascendería en los periodos de crisis. A esto habría que añadir una alta mortalidad infantil. El excedente de población sería eliminado regularmente por los obstáculos represivos —según denominación de Malthus— es decir: hambres, guerras y epidemias.
RODRÍGUEZ FEIJÓO, A.: Enseñanza liberal en Marbella (1833-1936), Marbella, Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Marbella, 1988, Tabla IV, p. 64. 12 MORENO FERNÁNDEZ, F. J.: «Datos para una historia urbana de Marbella», Cilniana, 12, 1999, pp. 8-21. 13 Cf. MORENO FERNÁNDEZ, F. J.: El centro histórico de Marbella: Arquitectura y urbanismo, Málaga, Universidad de Málaga, Asociación Cilniana, Ayuntamiento de Marbella, 2004. También la conferencia del mismo autor: «Morfología urbana en la Marbella del siglo XIX» presentada en el 1º Ciclo de Conferencias: El siglo XIX en perspectiva. 14 CASADO BELLAGARZA, J. L.: «La Casa de Dependientes. San Pedro Alcántara en torno a 1875», Cilniana, 10, 1998, pp. 59-66. 15 CASADO BELLAGARZA, J. L.: «Los habitantes de San Pedro Alcántara durante la etapa fundacional (1860-1873)», en F. de A. LÓPEZ SERRANO y J. L. CASADO BELLAGARZA, J. L. (coords.): Estudios en homenaje a Antonio Serrano Lima, Marbella, Asociación Cilniana, 2007, pp. 181 y 185. 16 A lo largo de este trabajo citaremos varias obras de la colección Historia de España 3er Milenio de la editorial Síntesis por facilitar una visión general, sintética y actualizada del XIX que nos permiten situar los hechos en el marco político, económico y social, 11
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Por suerte contamos con información detallada, a partir de 184117, en el Ayuntamiento, que podemos completar con la procedente del Registro Civil de los Juzgados a partir de su creación en 187118.
Con los datos que hemos recopilado podemos señalar que en nuestro municipio, desde 1841 hasta fin de siglo19, la natalidad se mantiene en una cifra inferior a los trescientos nacimientos durante el periodo anterior a 1865 y será superior a esta cifra y menor de cuatrocientos hasta fin de siglo, aunque hay que tener en cuenta que la población aumenta notablemente. La tasa de natalidad que estimamos para este periodo tendrá un máximo de 60% en 1842 y un mínimo de 30% en 1898, que se reducirá en el siglo XX, y que para el XIX la cifra media rondará el 44,1%, que es próxima a la fecundidad natural. Respecto a la mortalidad, aparte de su elevación durante las crisis epidémicas, podemos señalar que los años cuarenta del siglo XIX fueron los de más baja mortalidad de todo el periodo, oscilando entre 115 y 178 fallecidos, al igual que de 1851 a 1853. Sin embargo, a partir de 1855 las cifras superan los doscientos, e incluso, los trescientos
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fallecidos, pero hay que tener en cuenta que estos valores son absolutos y hay que ponerlos en relación a la estimación de población que, como sabemos, se incrementa notablemente. Así, la tasa de mortalidad media durante el XIX será de 33,8%, aunque con una clara tendencia a la baja a lo largo del siglo, especialmente durante la última década del mismo. Al final de esta etapa se produce una primera manifestación de la transición demográfica, al caer la tasa de mortalidad, que se reduce a cifras inferiores al 25‰ a partir de 1896 (salvo tres picos en 1901 con 27‰; 1906 y 1920 con 26‰), y la tasa de natalidad que alcanza valores inferiores al 30 ‰ a partir de 1926 (con seis anticipos
convirtiéndose en útiles instrumentos-guía que recomendamos para ampliar el estudio de esta época. Cf. SAIZ PASTOR, C. y VIDAL OLIVARES, J.: El fin del Antiguo Régimen (1808-1868) Economía, Madrid, Síntesis, 2001, pp. 16-17. 17 Cf. Ayuntamiento de Marbella, Archivo Histórico Municipal de Marbella (AHMMb), Actas Capitulares (AACC), 7 de julio de 1841. En esta fecha se ordena que se comunique al cura que no podrá enterrar sin que se presente la papeleta del Registro Civil creado en el Ayuntamiento. Este registro fue ordenado por el Decreto de Regencia del Reinode26 de enero de 1841 a fin de conocer los movimientos de población, dentro del término jurisdiccional del ayuntamiento, sin estar sujetos a que los datos suministrados por las autoridades eclesiásticas. En Marbella están los Libros de Nacidos de 1 de enero de 1841 a 3 de agosto de 1866 y Libros de Muertos de 1 de enero de 1841 a 18 de julio de 1870. 18 El Registro Civil actual se crea por Ley de 17 de junio de 1870 y comienza su aplicación a partir del 1 de enero del año siguiente. 19 Los datos se han tomado a partir de la Tabla I que aparece en RODRÍGUEZ FEIJÓO, A.: Enseñanza…, op. cit., p. 113. Esos datos sobre tasas de natalidad y de mortalidad son estimativos en las fechas intermedias o en las fechas anteriores a los censos oficiales y por tanto deben tomarse como una estimación.
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en 1898, 1904, 1909 y mayor en nuestro muMarbella tiene una población 1915 con 30‰; 1916 nicipio (104,4%) que con 28 ‰ y 1924 con cercana a los cuatro mil habitantes a para la media española 27‰), once años antes, comienzos del XIX, que pasan a casi (59,6%).Aunque los dala mortalidad (1907), y diez mil al final del siglo diez años después, la tos sobre población natalidad (1916), de para la época estudiaque dichas cotas fueran atravesadas por Espada son poco fiables21 y hay que tomarlos con ña20. El descenso de la mortalidad lo atribuimos precaución, a través de ellos podemos señalar, a las mismas causas generales de todo el país según los estudios realizados por diversos au(mejora de las condiciones higiénicas, introductores22, que durante el XIX el crecimiento espación de vacunas…) pero, sobre todo, a la benigñol mantendrá un ritmo anual de 0’5%. Nuestro nidad del clima. país pasa de los 10’5 millones de habitantes23 al A la vista de estos datos podemos concomienzo del XIX a los 18’6 millones/h en 1900. cluir que el movimiento natural de población en Este incremento será mayor durante la primeMarbella es similar al español de la zona meditera mitad del siglo, desde el fin de la guerra de rránea. Aun así, conviene precisar que en nuesla Independencia hasta la desamortización de tro municipio se produce un importante cambio 1855. Así, entre 1821 y 1860 se estima en 0’76% a lo largo del XIX, más notable que en el resanual24. to de España: la natalidad es muy superior a la Para nuestro municipio tenemos que utiespañola y la mortalidad aunque es superior se lizar datos aproximados por estimación para la aproxima más. TABLA II Creemos que en paralelo a la instalación de las ferrerías en nuestro municiEvolución de la población en el siglo XIX 25 pio se produce un importante descenso de la mortalidad que no se mantiene más allá de la crisis epidémica de mediados de los cincuenta. Esta contracción perdura hasta las últimas décadas del siglo, momento en que ya hay un cambio que parece ser permanente. En esos momentos se produce un incremento notable del crecimiento vegetativo en relación con España, por el descenso de la tasa de natalidad, pero especialmente por el que se produce en la tasa de mortalidad, siendo esta última bastante menor que la española, con lo que la transición demográfica pudiera haber empezado unos años antes que en el resto de nuestro país. 2. Evolución de la población en el XIX La población de España y de Marbella crece sustancialmente durante el siglo XIX, aunque con un incremento mucho
Elaboración propia: (*) Datos estimados. Fuente: AHMB, AACC e INE, Anuarios años respectivos
NADAL OLLER, J.: La población española (siglos XVI-XX), Barcelona, Ariel, 1991, p. 140. En algunos casos la población aparece en número de vecinos, y los datos a veces se repiten. La fiabilidad es muy limitada, más aún cuando son informaciones municipales que en algunos casos tienden a ocultamiento al proceder de fuentes fiscales, por lo que previsiblemente podrían elevarse algo más dichas cifras. Aun así estimamos que puede ser válido tomar como referencia el factor utilizado en sus cálculos por Madoz para Marbella: 3,9269 habitantes por vecino. 22 Cf. PÉREZ MOREDA, V. y REDER, D. S.: Demografía histórica en España, Madrid, El Arquero, 1988. PÉREZ MOREDA, V.: «La población», en Historia de España de Ramón Menéndez Pidal. Tomo XXXIII. Los fundamentos de la España liberal (1834-1900), Madrid, Espasa-Calpe, 1997, pp. 51-98. NICOLAU, R.: «Población», en A. CARRERAS (coord.), Estadísticas Históricas de España. Siglos XIX y XX, Madrid, Fundación Banco Exterior, 1989, pp. 49-90. 23 Según el censo de 1897 la población de España era de 10.541.221 h (Cf. «Población de España, según el Censo formado en 1797, clasificada según su estado civil», Anuario 1858, Fondo documental del INE, p. 240.) 24 SAIZ PASTOR, C. y VIDAL OLIVARES, J.: El fin del Antiguo…, op. cit., pp. 17-18. 25 Las fuentes consultadas son: «Censo de población según el decreto de las Cortes de 27 de Enero de 1822”, Anuario 18591860, Fondo documental del INE. «Habitantes que se computaron a cada provincia por Reales decretos de 1833, 1846 y 1850, comparados con los del Censo general de 21 de mayo», Anuario 1858, Fondo documental del INE, p. 243. «Habitantes de cada pro20 21
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primera mitad del siglo26. Marbella tiene una población cercana a los cuatro mil habitantes (entre 3.817 h estimados para 1752 y 4.712 h en 1821) a comienzos del XIX, que pasan a casi diez mil al final del siglo (9.629 h en 1900). Esta población crece a un ritmo estimado de 0,19%, para el periodo de 1752 a 1838, con lo que la se puede considerar que la población permanecerá prácticamente estable. Sin embargo, a partir de 1838 y hasta 1910 el crecimiento duplica la media española ya que alcanza una media del 1,15% anual27. Durante esta primera mitad del siglo podemos destacar el descenso de población, difícilmente evaluable y pendiente de un estudio detallado, que se produce en torno a la guerra de la Independencia, pero que pudiera deberse, aparte de a las bajas de carácter bélico, al abandono de parte de la población de la ciudad, como a la hambruna de 1812. De mayor importancia es la fluctuación que se produce en los años 1834-1838 debida a
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la epidemia de cólera morbo asiático que asoló la península entre enero de 1833 y el mismo mes de 1835, ocasionando 102.511 defunciones28, y que supuso para Marbella, en marzo de 1834, hasta siete muertos diarios29. Ello dará lugar a un descenso de población para dichos años del -7’9% anual; verdadera crisis poblacional, a pesar de que están comenzando a funcionar las ferrerías. A partir de aquí se iniciará un largo periodo de crecimiento que, aunque tenga manifestaciones de crisis episódicas, inicia una tendencia continuada al alza, por lo que podemos considerarla como la última de una demografía de Antiguo Régimen. Aparte de las crisis epidémicas puntuales de 1855 y 1885 hemos de destacar que el creciente incremento de población contará con otros dos baches demográficos: el primero entre los años previos al Sexenio, 1860-1867, y el segundo en la crisis finisecular de 1887 y 1897. En esta última fecha la población de Marbella según el censo era de 7.927 h30.
vincia, clasificados por su estado civil, según el Censo de población de 1857», Anuario 1858, Fondo documental del INE, p. 250. Cf. «Censo de población, referente a los años 1831 y 1832», Anuario 1859-1860, Fondo documental del INE, p. 76. «Población de España según el censo de 1860, y la que resulta de la diferencia entre los bautismos y las defunciones ocurridas hasta fin de 1867”, Anuario 1866-1867, Fondo documental del INE, p. 53. «Habitantes clasificados por edades, según los Censos de 1877, 1887 y 1900. Cifras absolutas», Anuario 1912, Fondo documental del INE, p. 113. «Resultados definitivos del Censo de la Población de 1897”, Censo de población de 1897, Tomo I. Resultados definitivos. Detalle por provincias, Fondo documental del INE, p. XXI. Para Marbella los datos de los años anteriores a 1857 son estimaciones en base al número de vecinos que aparecen en las AACC de los años respectivos en el XIX y en el Catastro de Ensenada para 1752. 26 Estas estimaciones sólo nos aportan datos aproximados que nos permiten hacernos una idea general, a la espera de estudios concretos que amplíen la información, por ello hay que tomarlos con cierta cautela. 27 RODRÍGUEZ FEIJÓO, A.: Enseñanza…, op. cit., pp. 62-63. 28 VICENS VIVES, J.: Historia de…, op. cit., p. 8. 29 AHMMB, AACC, 1 de marzo de 1834. 30 AHMMB, AACC, 14 de mayo de 1898. Según el Censo de Población a 31 de diciembre de 1897 la población de derecho de Marbella era de 7.927 h y de hecho 7.921 h.
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Durante el primer bache, entre 1860 y 1867, se producirá un importante descenso de la población, reflejo de la crisis que se produce en España en esos años por el incremento de los precios del pan, aunque en Marbella en parte se equilibra gracias a la creación de la Colonia de San Pedro Alcántara y el aumento de población consiguiente al llegar colonos especializados31, especialmente entre 1860 y 186532. Globalmente, tanto en valores absolutos como en tasa de crecimiento, observamos un descenso del -11’2‰ que podría deberse a la coyuntura iniciada en la década de 1850 y que tiene sus secuelas en la de 1860. Esta crisis coincide con la estudiada en el ámbito español por Sánchez de Albornoz y que sitúa entre los años 1857 y 186833. En San Pedro Alcántara, observa J. L. Casado, entre 1861 y 1871, «el número de habitantes atravesó distintos altibajos, motivado por la delicada situación financiera del propietario»34, incluso con incrementos o descensos bruscos de la población que, a finales del siglo, se estabiliza en torno a los mil habitantes, aunque haya un pequeño repunte, que duplica la población en 1900. La segunda crisis se produce en la década de 1887-97, momento en que se producirá un nuevo descenso de población que valoramos en un -10’5‰, aunque la tendencia global siga siendo positiva. Es el contexto de la crisis filoxérica. En fin, este periodo de transición continuará a lo largo del XX con altibajos hasta que a partir de los años cincuenta se produzca el definitivo paso al régimen demográfico moderno. El tránsito del Antiguo al Nuevo Régimen El proceso de transición demográfica en Marbella hay que situarlo en un marco más amplio: el del tránsito desde un modelo político económico y social propio del Antiguo Régimen, con un sistema cuasi feudal en el que la monarquía absoluta, la economía señorial y la sociedad estamental darán paso a un nuevo régimen caracterizado por el modo de producción capitalista, en el que triunfa un liberalismo político constitucional y participativo, una economía
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liberal-capitalista (industrial o financiera) y una sociedad de clases en la que la burguesía tendrá un relevante papel. I. El marco material. Economía y Comunicaciones 1. La tardía e incompleta Modernización Agraria Cuando comienza el siglo XIX los españoles viven fundamentalmente del sector agrario, y por ello los liberales gaditanos prestarán a la agricultura una especial atención, aunque los cambios serán escasos y tardíos. Con anterioridad, en el Informe sobre la Ley Agraria que solicitó Jovellanos a fines del XVIII, ya se plantean los principales problemas o «estorbos» que afectaban a este sector: las vinculaciones y mayorazgos, la cantidad excesiva de tributos, los privilegios de la Mesta o la falta de libertad para el uso de la propiedad35. Estas propuestas serán retomadas por los liberales y desarrolladas a lo largo del XIX. Para ello propondrán la abolición de los derechos jurisdiccionales y de los diezmos, la desvinculación de los mayorazgos y crear nuevas relaciones de producción, todo ello en paralelo al proceso desamortizador36. Así se podría cambiar la estructura de la propiedad y garantizar, en teoría, el acceso de los campesinos a la misma, convirtiéndolos en propietarios privados, a fin de modernizar el campo y obtener una mayor producción siguiendo la lógica del mercado. Además de conseguir adeptos a la causa liberal se pretendía acabar con el poder económico de la Iglesia, que apoyaba la causa carlista. Sin embargo, a medio plazo, los beneficiarios serán los aristócratas, que adquieren la titularidad de una tierra de la que sólo mantenían la jurisdicción, y la burguesía que, en connivencia con la antigua nobleza, se beneficiarán de la desvinculación de los bienes de manos muertas. Una alianza tácita que unirá a ambos grupos de poder por encima del campesinado que trabajaba la tierra37. Como era de esperar, a pesar de la buena voluntad de algunos de los legisladores liberales y del incremento de la producción a lo largo
31 Cf. CASADO BELLAGARZA, J. L.: «Los colonos de San Pedro Alcántara en 1861. El inicio del poblamiento», Cilniana, 9, 1997, p. 7-14. Proceden en su mayoría de Andalucía (76,64%) y especialmente de la capital malagueña (52,55%). De Marbella sólo son 15 (10,95%). 32 AHMMb, AACC, 18 de abril de 1865. 33 SÁNCHEZ ALBORNOZ, N.: La crisis de subsistencias de España en el s. XIX y Crisis de subsistencia y recesión demográfica, España 1868, Anuario del Instituto de Investigaciones Históricas, Universidad Nacional del Litoral, años 1962-63, pp. 27-40. Citado en M. ARTOLA: La burguesía revolucionaria (1804-1874), Alfaguara, Madrid, 1978, p. 66. 34 CASADO BELLAGARZA, J. L.: «Los habitantes…, op. cit., p. 208. 35 Cf. JOVELLANOS, G. M. de: Informe sobre la Ley Agraria, Madrid, Imprenta de I. Sancha, 1820 (edición digital en www.cervantesvirtual.com). 36 El proceso desamortizador comienza con Godoy (1798), se intenta durante la Guerra de Independencia (José I y legisladores gaditanos), en el Trienio Liberal y en la regencia de Espartero (1841), pero las más importantes son la de Juan A. Mendizábal (1836) y de Pascual Madoz (1855). Se vieron afectados los bienes del clero regular, el secular, las órdenes militares y los municipios. 37 GÓMEZ URDÁÑEZ, G.: «Reflexiones…», op. cit.
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del siglo en los principales productos, el proceso no culminó en una auténtica revolución agraria, ya que se centró en una agricultura extensiva que protegió los intereses de los productores cerealistas, y continuó utilizando el barbecho en perjuicio de la ganadería. Ello no quiere decir que no se produjera una intensificación de los cultivos y la roturación de nuevas tierras gracias al proceso desamortizador. Por otro lado, el objetivo del reparto de tierras tuvo resultados diferentes según los territorios, pero en el caso andaluz la nobleza conservó su poder territorial, con grave perjuicio para los campesinos, que se convertirán en jornaleros sin posibilidad de compra de las tierras que cultivaban con anterioridad. En cuanto a la producción agraria debemos destacar que el principal cultivo será el trigo (que ocupa el 80% de la superficie agrícola), aunque paulatinamente aparecerían otros relacionados con la demanda externa en el 20% restante: vid, olivo, o almendras y cítricos en las zonas de regadío. En la ganadería la decadencia es evidente. Aun así, resiste el ganado mayor readaptándose a nuevas labores (mulas, asnos) y el porcino, principalmente en Andalucía, aunque el vacuno y el ganado menor (ovino y caprino) sufra un importante retroceso, sobre todo desde la supresión de la Mesta en 1834. En fin, a pesar de que los liberales pusieron las bases jurídico-institucionales del cambio, los resultados a final de siglo serán insuficientes por lo que la modernización es incompleta, no se ha resuelto el problema del acceso a la propiedad y el de la emancipación campesina con lo que se generará una importante conflictividad social y, además, el XIX termina con una importante crisis que afecta al campo38. 1.1. El sector primario agrario En Marbella el sector agrario tendrá un importante protagonismo, especialmente en lo relacionado con la agricultura, que será la ac-
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tividad económica más relevante, tanto por la cantidad de huertas de las que viven los vecinos, como, al finalizar el siglo, por las colonias agrícolas. Junto a ello la explotación del monte, en el que tendrá influencia el proceso desamortizador con la consiguiente venta, generalmente a censo, a particulares, produciendo a medio plazo la pérdida casi total de estos bienes municipales39.
En Marbella el sector agrario tendrá un importante protagonismo, especialmente en lo relacionado con la agricultura, que será la actividad económica más relevante Debemos destacar la importancia de las huertas durante todo el XIX, lo que nos indica la relevancia de una agricultura de subsistencia durante gran parte de dicho siglo. De ellas hay amplia constancia40 en los topónimos del municipio: Huerta Grande, Chica, de San Ramón, de las Peñuelas, de Juanita, de Zallas, del Chorreadero, del Calvario, de Leganitos, del Convento, de Zamora, de la Florida, Huerta de Miraflores…41 Con anterioridad, en el XVIII, en el Catastro de Ensenada42, se citan huertas de árboles frutales muy variados como higueras, ciruelos, albaricoques, perales, granados, naranjos, cerezos, manzanos, limoneros… aparte del cultivo de hortalizas43. A comienzos del XIX se mantiene la importancia de las huertas, tal y como se desprende del número de hortelanos que aparecen en el padrón de 181444. A pesar de ello, conforme avance el siglo la calificación de hortelano irá desapareciendo, aunque los topónimos de las huertas se mantengan, pues los propietarios posiblemente se dediquen a otras actividades complementarias. Además, en algunos casos son sustituidas por plantaciones de viñas y olivos (de las que también hay constancia en los topónimos)45, y en otros, a finales del XIX, por instalaciones industriales y ya en el XX, por la construcción de nuevos edificios46.
Sobre la economía del XIX véanse las excelentes síntesis de SAIZ PASTOR, C. y VIDAL OLIVARES, J.: El fin delAntiguo…, op. cit. y BERNAL, A. M. y PAREJO BARRANCO, A.: La España Liberal (1868-1913) Economía, Madrid, Síntesis, 2001. 39 El proceso desamortizador está pendiente de un estudio detallado que nos ilustre sobre el mismo en el término municipal de Marbella. 40 AHMMb, Padrones. Padrón de vecinos del año 1897. Sig. 503-4. 41 En esta huerta se asienta el Cortijo de Miraflores que, por lo menos desde comienzos del XVIII, estará vinculado al mayorazgo de la familia Domínguez. Cf. LÓPEZ GONZÁLEZ, F.: «El Cortijo de Miraflores: Aproximación a sus aspectos artísticos», Cilniana, 9, 1997, pp. 21-27. En relación con los jardines de este cortijo es interesante el trabajo de LASSO DE LA VEGA WESTENDORP, B.: «Los jardines del Cortijo de Miraflores: un legado histórico», Cilniana, 9, 1997, pp. 15-20. Ver también ROMERO DOMÍNGUEZ, A.: «El cortijo de Miraflores. Los moradores en su historia», Cilniana, 8, 1996, pp. 42-51. 42 Cf. LÓPEZ GONZÁLEZ, F. y PRIETO BORREGO, L.: Marbella, 1752. Según las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada, Marbella, Asociación Cilniana, 2001. 43 AGS, Dirección General de Rentas, Estadística, Inventario…, F. 8. 44 AHMMb, Padrones, Padrón de Contribución Directa de 1814. Sig. 1.079/1. 45 Como muestra podemos indicar que en el padrón de 1897 aparecen: viña de Duarte, del Porral, de Chapresto, de Eugenio, de Quelart… 46 Es fácil deducirlo del rastreo sobre las AACC, en las solicitudes de licencias de plantación o de instalación de industrias, e incluso, más recientemente en el visible proceso urbanizador. 38
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En nuestro municipio, aparte de los montes, existían terrenos dedicados al secano y otros al regadío, realizándose este último mediante el sistema de acequias que era el tradicional de riego47, aunque no estaba sometido a ningún tipo de reglamento salvo el consuetudinario48. A comienzos del XIX la tierra dedicada al sector agrícola es relativamente escasa. La mayor parte
del XIX, con la construcción de pequeñas presas destinadas a garantizar el agua para las nuevas colonias agrícolas52. Avanzado el siglo, al igual que en gran parte de España, en la producción agraria destacan los cereales pero también el vino, los higos y otros productos. Esta diversidad se aprecia en un informe de 1836, donde se nos indica que en las tierras situadas al N, NO y E de la población hay una importante variedad de árboles: alcornoques, encinas, quejigos, algarrobos, acebuches, lentiscos y enebros, y en las faldas de los montes hay buenos plantíos de higueras y muy pocos olivos. Además se especifica que los más apropiados para el terreno son las higueras, alcornoques y quejigos. También destaca como cereal el maíz, pues la cosecha de trigo es muy escasa, y entre las legumbres los altramuces y los garbanzos53. Fachada Principal según el Proyecto para la construcción de la Granja-Modelo en Años después, a mediados San Pedro Alcántara, 1864. de siglo, en 1853, la cosecha de ceFuente: PRIETO BORREGO, L. y CASADO BELLAGARZA, J. L.: La Granja Modelo de San Pedro Alcántara. Un proyecto de innovación agraria, San Pedro Alcántara, 1994 reales54 asciende a 2.500 fanegas de maíz, 2.000 fanegas de trigo, 1.200 la ocupan los montes, y de la dedicada a la agrifanegas de cebada, 60 de centeno y además 56 cultura se reparten casi por mitad la dedicada fanegas de garbanzos55. al secano y regadío, según se aprecia en el inteAl finalizar el siglo XIX se aprecia un increresante trabajo de Rodríguez Romero sobre los mento de tierras en explotación, pues según nos «Cuadernos de Riqueza» de Garay en Marbella49. describe J. L. Casado en un riguroso trabajo56, de En él nos indica que, en 1819, hay «563,25 heclas 10.999,39 Ha dedicadas al sector agrario, la táreas de regadío, de la que más de dos tercios mayoría es superficie agrícola (3.887,77 Ha) y el son de buena calidad, repartiéndose casi igual la resto a montes y pastos (7.111,62 Ha). De la sude mediana y mala; 451,27 hectáreas de secano, perficie de la tierra dedicada a la agricultura gran la mayoría de mediana y muy poca de buena caparte se destina a cereales (2.043,55 Ha) —la malidad; pasando prácticamente lo mismo con las yoría de secano y muy poco de regadío (10%)— a 160,58 hectáreas de viñedo. El monte dedicado a viñas (515,19 Ha), olivar (145,20 Ha) y plantas infruto de bellota ocupa una extensión de 1506,23 dustriales (1.183,83 Ha). Entre estas hay que deshectáreas»50. tacar la remolacha azucarera (864,59%) y la caña A pesar de la importancia del sector agrade azúcar (319,24%). De la superficie de monte rio, las épocas de sequía suponen verdaderos pedestaca el monte bajo (5.416,61 Ha), erial, y a riodos críticos para el municipio, que se intenten pastos con higueras, a pinos o alcornoques. Los solventar mediante el aprovechamiento de las frutales más apreciados serán las higueras y muy aguas subterráneas51 o, a partir del tercer tercio lejos los almendros y algarrobos, aparte de los AHMMb, AACC, 4 de marzo de 1822. AHMMb, AACC, 20 de agosto de 1865. 49 RODRÍGUEZ ROMERO, C.: «Situación económica de la ciudad de Marbella al final de la segunda década del siglo XIX a través de los «Cuadernos de Riqueza» de Garay, en F. de A. LÓPEZ SERRANO y J. L. CASADO BELLAGARZA, J. L. (coords.): Estudios en homenaje…, op. cit., pp. 71-85. 50 Ibídem, p. 76. 51 AHMMb, AACC, 17 de febrero de 1884. 52 AHMMb, AACC, 6 de agosto de 1865 y 15 de octubre de 1882. 53 AHMMb, AACC, 16 de marzo de 1836. 54 Dada la cantidad de medidas y de valoraciones en torno a la fanega la utilizada en Marbella es la fanega de puño o de sembradura, que tiene valores diferentes y de difícil conversión a unidades métricas pues varía su valor incluso en la misma localidad según la calidad de la tierra. Cf. FERRER RODRÍGUEZ, A. y GONZÁLEZ ARCAS, A.: Las medidas de tierra de Andalucía según las respuestas del Catastro de Ensenada, Madrid, Tabapress, 1996, pp. 215 y 351. Ver también, LÓPEZ GONZÁLEZ, F. y PRIETO BORREGO, L.: Marbella, 1752…, op. cit. En la respuesta 9ª se detalla el significado de la fanega utilizada. 55 AHMMb, AACC, 8 de septiembre de 1853. 56 CASADO BELLAGARZA, J. L.: «Ocultación de la riqueza agraria en el municipio de Marbella. El catastro de 1897”, en Imágenes de Marbella. VIII. El Campo: Las colonias agrícolas de San Pedro Alcántara y el Ángel, Marbella, Asociación Cilniana, 2003, pp. 9-39. 47 48
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olivos que tienen cierta importancia. Parte de La de El Ángel, de casi 19 Ha. será reconoesta producción se destinará a la exportación: cida como colonia agrícola en 1880, por la iniciapasas, higos y más tarde cítricos57. tiva de Pedro López Ortiz y José Martínez y MarAl final del XIX se reintroduce la caña de tínez de Pinillos y se irá mejorando y ampliando azúcar y surge un paulatinamente. nuevo cultivo: la 1873, José No podemos dejar de citar la importancia Desde remolacha. Ello Martínez realiza de los montes que existen en Marbella será posible grauna importante cias a la creación labor para traer y que se verán sometidos al proceso en Marbella de las aguas a la finca, desamortizador a lo largo de todo el siglo desde los ríos y colonias agrícolas de San Pedro Alarroyos próximos cántara, El Ángel58 y Los Hallazgos59 en virtud de (río Verde, Guadaiza y arroyo Benabolá), también la legislación que se sucede entre 1845 y 186960, construye embalses (el Pantano Viejo de El Ánque han sido estudiadas ampliamente por J. L. gel en 1883, el Pantano Nuevo en 1890). Estos Casado61. embalses junto a los de Las Medranas (1884), de La primera y más importante será la de Cancelada (1889) y de La Leche (1903) de la coloSan Pedro Alcántara, creada a partir de la iniciatinia de San Pedro Alcántara serán, según Casado: va del marqués del Duero62, que tiene una super«los más antiguos levantados en la región para fificie próxima a las cinco mil hectáreas, y cuyos nes agrícolas y que continúan en la actualidad en límites en el territorio de Marbella —según el funcionamiento»66. La finca se ampliará en 1881 ayuntamiento, en 1861, a efectos de las cargas con arrendamientos de las 30,62 Ha. de dos finpara la edificación de su iglesia— son los terrecas próximas de José M.ª Marín Andrades (Los nos comprendidos entre el río Guadaiza y el GuaGranados y Haza del Alcornoque) y la compra dalmina63. Esta colonia agrícola llegará a contar de 499 Ha. de Tomás Domínguez (La Campiña). A partir de 1882 la finca será gestionada por la con un proyecto de Granja-Modelo, como centro sociedad «López, Janer, Cuadra y Compañía» que docente y experimental, con el objetivo de la forllega a una nueva ampliación hasta alcanzar las mación de personal intermedio especializado en 633 Ha.67 las labores agrarias. A pesar de la ayuda estatal y de la entrega del marqués del Duero, no consigue Otra, más pequeña, la de Los Hallazgos, de solventar el problema de la gestión del personal sólo 8 Ha., se funda en 1877 por José García Beque conduce a su relativo fracaso64. También será lón y al igual que otras de similar tamaño en la un importante centro de innovación en cuanto provincia, sólo pretendía aprovechar las ventajas a las máquinas que se utilizan en dicha colonia, fiscales de su reconocimiento legal68. como modernas sembradoras, trilladoras, avenEstas colonias son muy relevantes en la tadoras… e incluso un locomóvil65. evolución agraria del municipio de Marbella: por
PAREJO BARRANCO, A.: «Orto y ocaso de una experiencia agroindustrial: el azúcar de caña en la costa de Marbella (18711915)», en J. L. CASADO BELLAGARZA, L. PRIETO BORREGO y A. RODRÍGUEZ FEIJÓO (coords.): IV Jornadas Patrimonio Histórico «Centenario de la Sociedad General Azucarera: 1903-2003», San Pedro Alcántara (Marbella), Asociación Cilniana, 2005, p. 105. 58 CASADO BELLAGARZA, J. L.: «Capital físico y humano en la agricultura mediterránea andaluza: La colonia agrícola de «El Ángel» a finales del siglo XIX», Cilniana, 18, 2005, p. 54. 59 Cf. AHMMb, AACC, 15 de julio de 1877, 11 de septiembre de 1881, 5 de febrero de 1898, 23 de diciembre de 1899, 31 de marzo de 1900 y 11 de enero de 1905. 60 R. D. 23 de mayo de 1845 y Leyes de 24 de junio de 1848, 21 de noviembre de 1855, 24 de abril de 1860, 11 de julio de 1860 y 3 de junio de 1862 (Cf. GARCÍA GUZMÁN, A.: «Fluctuaciones del cultivo de la caña de azúcar en tierras de Marbella y su industrialización en los trapiches (1644-1869)», Cilniana, 1, 1982. En él cita Consejos Corregimientos de Pueblos. Legajo 13.616, AHN. Cf. Ley de 3 de junio de 1868 y de 1855 y 1866 y 3 de junio de 1868, citadas por CASADO BELLAGARZA, J. L.: «Capital físico…», op. cit., p. 55. 61 Un primer estudio sobre este tema fue el publicado por el cronista de Marbella Fernando Alcalá Marín en el libro San Pedro Alcántara. La obra bien hecha del Marqués del Duero, Marbella, Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Marbella, 1979, que aporta una visión general sobre el tema, aunque se ha visto ampliamente mejorado y ampliado por los rigurosos trabajos de José L. Casado Bellagarza, que aparecen citados a lo largo de este trabajo, y por Lucía Prieto Borrego. 62 Sobre la biografía del marqués del Duero puede ampliarse la información en RUÍZ DE AZÚA Y MARTÍNEZ DE EZQUERECOCHA, E.: «El Marqués del Duero: una primera aproximación a su actividad militar y política», en J. L. CASADO BELLAGARZA, L. PRIETO BORREGO y A. RODRÍGUEZ FEIJÓO (coords.): IV Jornadas…, op. cit., pp. 17-39. También en la misma obra cf. GUTIÉRREZ ÁLVAREZ, S. J.: «Las inversiones del Marqués del Duero», pp. 41-56. 63 AHMMb, AACC, 6 de octubre de 1861. 64 Cf. PRIETO BORREGO, L. y CASADO BELLAGARZA, J. L.: La Granja Modelo de San Pedro Alcántara. Un proyecto de innovación agraria, San Pedro Alcántara, Los Autores/Rosa Verde, 1994. pp. 131-136. 65 Ibídem, pp. 94-126. 66 Cf. CASADO BELLAGARZA, J. L.: «Capital físico…», op. cit., pp. 58-81. 67 Ibídem, pp. 61-63. 68 AHMMb, AACC, 10 de julio de 1877 y CASADO BELLAGARZA, J. L.: «Capital físico…«, op. cit., p. 55. 57
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la introducción de métodos agrarios modernos, de índole capitalista, con interés por la cualificación de los trabajadores y por la incorporación del uso de máquinas modernas en las tareas agrícolas. Sin embargo por su corta duración y su relativo fracaso (pues tiene cierta continuidad con otros empresarios) nos permite considerarlo un espejismo, dado el entorno de crisis y de subdesarrollo generalizado. Respecto a la riqueza forestal no podemos dejar de citar la importancia de los montes que existen en Marbella y que se verán sometidos al proceso desamortizador a lo largo de todo el siglo. La mayor parte de ellos serán enajenados pasando a manos de particulares. Estos montes, que tenían un arbolado muy diverso, o exclusivamente pinos, se irán poblando de olivos69 o de viñedos según la importancia que en cada momento adquiera uno u otro producto. La ganadería no alcanza la importancia de las anteriores actividades, salvo en la etapa final del siglo, ya que con el nacimiento de las colonias se incrementará notablemente, aunque sean pocas las personas dedicadas a esta actividad, que normalmente se reducía a pequeños rebaños de cabras y al ganado de labor y de carga, caballerías o mulas: vacas (118 cabezas), bueyes (70) como ganado de labor y las ovejas (1.142) y cabras (953)70. Al contrario que en el resto de España, destaca el ganado lanar y el caprino. También las colmenas71, para la producción de miel que, según Casado, en 1897 ascienden a 338. La apicultura no es nueva, ya aparece en el catastro de Ensenada y en las actas capitulares donde se recojen pequeños incidentes y quejas con los dueños de las viñas que piden su alejamiento de la ciudad. 1.2. El sector primario pesquero Aunque algunas familias vivían del mar —bien de la pesca o de otras labores relacionadas con la actividad marinera (salazones y ahumados o carga-descarga de barcos mercantes)— en la Marbella decimonónica, al igual que había ocurrido en épocas precedentes72, la pesca no tendrá la importancia, en relación con otras actividades productivas, que se le ha atribuido posteriormente. En 1836 se cita la pesca de sardina y caballa73, aunque a lo largo del siglo se extienda a otras especies. El gran problema de Marbella
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era la inexistencia de un puerto adecuado y su reivindicación será continua, pero más para la actividad comercial.
El Faro de Marbella entró en funcionamiento el 15 de marzo de 1863. Fotografía: Laurent, 1870
2. El fracaso de la Primera Industrialización Corolario en el Colonialismo Minero Extranjero
y su
Al igual que en el sector agrario, la industria española tendrá que poner nuevas bases y crear un marco jurídico-institucional de carácter liberal. La libre iniciativa, la libre competencia, la propiedad privada, la maximización del beneficio, en fin, la dinámica del mercado, serán nuevos hitos a alcanzar frente a la regulación de la producción o la ausencia de competencia del sistema gremial, propios del antiguo régimen. La industrialización de carácter dual permitirá la convivencia de una actividad fabril moderna en el ramo textil o siderúrgico (con mecanización y tecnificación), junto al taller artesanal, heredero de los antiguos gremios, que irá desapareciendo lentamente. Sainz y Vidal74 nos explican que este proceso no alcanzará el nivel de desarrollo de otros países de Europa porque el avance de la industria pesada en España se frustrará por carencias
AHMMb, AACC, 22 de enero de 1852. Cf. CASADO BELLAGARZA, J. L.: «Ocultación…», op. cit., p. 27. 71 RODRÍGUEZ ROMERO, C.: «Situación...», op. cit., p. 78. 72 Cf. LÓPEZ GONZÁLEZ, F. y PRIETO BORREGO, L.: Marbella, 1752…, op. cit, p. 13. Señalan que sólo hay entre 30 y 60 pescadores y que según la revista de la Matrícula de Marina de 1758 y 1765 Marbella sólo cuenta con 7 barcos de pesca, dos más que en 1752. 73 AHMMb, AACC, 16 de marzo de 1836. 74 Cf. SAIZ PASTOR, C. y VIDAL OLIVARES, J.: El fin del Antiguo…, op. cit., pp. 91-95. 69 70
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diversas: falta de materias primas energéticas de calidad adecuada, carencia de infraestructuras competitivas y de medios de transporte, escasez de demanda por el bajo nivel de renta de la mayor parte de la población agrícola, e insuficiencia jurídica por una regulación tardía (Ley de bancos y sociedades de crédito en 1851). Sin embargo otros tipos de industrias, de bienes de consumo, pudieron hacer frente a los costes relativos mediante la utilización de fuentes energéticas alternativas, como la hidráulica de los molinos, lo que facilitó una mejor adaptación del sector textil, algodonero o lanero, a los cambios. En cuanto a la política de obras públicas que se desarrolla a lo largo del XIX, especialmente en ferrocarriles, benefició fundamentalmente a las industrias y empresas extranjeras, favorecidas por una legislación librecambista errónea en un momento en que la competencia extranjera, en cuanto al material ferroviario, privó de oportunidades a un sector siderúrgico español que, posiblemente, tampoco pudiera hacer frente a tamaña empresa.
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de la agricultura, tanto en plantaciones, que se dedican a la obtención de caña de azúcar78, y que después se aprovechan industrialmente en los ingenios o trapiches azucareros, como en la producción de trigo, del que posteriormente se obtiene el correspondiente derivado en las fábricas de harinas, e incluso la de suelas que ya había hacia 181379. En relación con el azúcar cabe señalar que desde el siglo XVIII se construyen dos industrias azucareras en Marbella. La primera de ellas fue la conocida como trapiche de El Prado que, según Pérez Vidal80, era de las más antiguas de la provincia. Este trapiche fue creado por Matheo Marco y Bertó y por Gaspar Pompes en 1644. Lucía Prieto nos indica que la propiedad de este trapiche pasó a la Santa Inquisición de Granada tras ser incautado a la familia Castro en 1688 y su explotación se arrendará pasando a «manos de algunas de las familias más influyentes de la oligarquía local como los Godoy, los Martínez Cordero o los Espinosa o de hombres también como Pedro Millán de la Iglesia y arrendadores a su vez de las tierras más rentables tanto de cañas como de vid». En 1800 lo adquiere Enrique Grivegnée y posteriormente pasó a ser propiedad de su antiguo socio, Juan Bautista de Lesseps. Ya en la segunda mitad del siglo XIX pasará a manos del general Gutiérrez de la Concha81.
2.1. El sector secundario agrario industrial Debemos suponer que a inicios del XIX se mantengan algunos gremios entre los artesanos de Marbella, aunque su presencia sería bastante limitada si tenemos en cuenta la interesante información que sobre el tema nos aporta Catalina Urbaneja para etapas anteriores75. El sector secundario en Marbella tanto de carácter tradicional como moderno no tendrá relación con el sector textil que en Gran Bretaña sirvió de motor para la primera revolución industrial, puesto que según indica la información municipal de la época no había en nuestra ciudad fábricas textiles, telares de tejidos de seda, lana, algodón o cáñamo76. Las industrias que se crean en nuestro municipio tendrán relación con la transformación de la producción generada en la zona, procedente tanto del sector agrario como del sector minero77. Relacionado con el sector agrario debemos destacar las industrias derivadas Estado del Trapiche del Prado en 1995. Fotografía: José A. Prieto Borrego
Cf. URBANEJA ORTIZ, C.: «Los gremios de Marbella», Cilniana, 8, 1996, pp. 12-19. AHMMb, AACC, 17 de enero de 1836. 77 Cf. CASADO BELLAGARZA, J. L.: «El patrimonio histórico-industrial en el municipio de Marbella», en I Jornadas Patrimonio Histórico Local Marbella, Asociación Cilniana, 1999, pp. 185-243. 78 Cf. PUENTE FELIZ, G.: «El cultivo de la caña de azúcar en el litoral andaluz», en J. L. CASADO BELLAGARZA; L. PRIETO BORREGO y A. RODRÍGUEZ FEIJÓO (coords): IV Jornadas…, op. cit., pp. 57-93. También PAREJO BARRANCO, A.: «Orto y ocaso...», op. cit., pp. 95-121. 79 AHMMb, AACC, 16 de diciembre de 1813. Desconocemos si esta fábrica de suelas basaba su producción en el esparto o en la piel. 80 Cf. PÉREZ VIDAL, J.: «Cañas y trapiches de azúcar en Marbella», Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, Tomo XXVII, Cuaderno 3º y 4º, Madrid. Citado por PRIETO BORREGO, L.: «El trapiche de Marbella», Cilniana, 8, 1996, pp. 1-11. 81 PRIETO BORREGO, L.: «El Trapiche del Prado: un establecimiento preindustrial en la Marbella del Antiguo Régimen», Baetica, 30, 2008, pp. 487-505. 75 76
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Otra industria será la que se instale, a cote la edificación del correspondiente ingenio.88 mienzos del XVIII en Miraflores, propiedad de Esta fábrica fue inaugurada en mayo de 187189, y Tomás Domínguez Godoy, que arrendó el trapicomo instalación complementaria, el director de che del Prado de San Francisco, y construyó una esta fábrica, Severino Basseres, pretende, a fines casa, en el lugar que posteriormente sería conodel siglo, construir un almacén a 45 metros del cido como Cortijo de Miraflores82. mar.90 Unos años antes, en 1883, Luis de Cuadra Según Parejo, la decadencia y abandono instala otra fábrica de azúcar en la nueva colonia de estos trapiches tradicionales, en el último de El Ángel91. tercio del XVIII, se produce por la competencia Esta nueva etapa azucarera se caractedel azúcar antillano que les hacía poco rentables rizará, según Parejo, por la utilización de un siendo sustituido por el cultivo de la vid. Al prinnuevo tipo de tecnología y por modelos organicipio del XIX habrá un pequeño renacimiento, zativos con clara orientación hacia el mercado, con Grivegnée, abortado tras la guerra de la Incomercializando la producción por vía marítima dependencia83. Años después, en 1819, sólo apaa través de los puertos de Marbella y Estepona. rece una fábrica de azúcar sin uso84. Esta nueva etapa no tiene nada que ver con la Más adelante, en 1823, se construirá un anterior, y la producción de azúcar sustituirá a nuevo ingenio por parte de Juan Bautista de la siderurgia convirtiéndose en una de las actiLesseps en Guadaiza; sin embargo, como señavidades productivas más importantes de todo el la A. García Guzmán, todo este proceso induslitoral, alcanzando el 66,8% de las salidas de mertrializador se vendrá abajo —tanto por la fuerte cancías a comienzos del XX92. competencia del azúcar de ultramar, que obtiene En relación con la agricultura también deun beneficio del 114% mientras que el del litoral bemos destacar la creación de fábricas de harisólo consigue el 4%, como por la influencia de nas, tales como la de Tomás Domínguez Artola, la siderurgia— con lo que se producirá una reque ubica en el interior del castillo de Marbella, orientación económica de la zona85. A mediados en la Plaza de San Bernabé, en torno a 1872, y que cierra unos años más adelante93. O la situada del XIX, en 1845, Ramón de la Sagra señala la 86 desaparición de los ingenios azucareros . en El Ángel, del mismo propietario, en la antiTras la decadencia y abandono de los gua ferrería que compró a Guillermo Malcom en trapiches azuca1874 y que vende, reros87, se protres años después, ducirá un renacia José Martínez y miento de estas Martínez de Piniindustrias tras la llos94. Ya en el XX, fundación por el a partir de 1915, marqués del Duese construirá la ro de la Colonia fábrica de hariAgrícola de San nas «Covadonga» Pedro Alcántara. en las proximidaEn ese momento des de El Fuerte se proyecta la insde San Luis por talación de una iniciativa de don industria de caña Félix Jiménez LeFábrica de harinas «Covadonga» de azúcar mediandesma95. Fuente: RODRÍGUEZ PARRA, A.: Marbella antes, Marbella, 1986, p. 10 82 CASADO BELLAGARZA, J. L.: «El patrimonio histórico-industrial…», op. cit., pp. 229-230. Cf. ROMERO DOMÍNGUEZ, A.: «El cortijo de Miraflores», Cilniana, 8, 1996, pp. 42-51. 83 PAREJO BARRANCO, A.: «Orto y ocaso...», op. cit., pp. 103-104. 84 RODRÍGUEZ ROMERO, C.: «Situación…», op. cit., pp. 78. 85 GARCÍA GUZMÁN, A.: «Fluctuaciones…», op. cit., pp. 12, 23 y 25. 86 Ibídem, p. 27. 87 AHMMb, AACC, 24 de enero de 1858. 88 AHMMb, AACC, 8 de abril de 1869. 89 CASADO BELLAGARZA, J. L.: «El fin de una dinastía: Los Domínguez de Marbella. II. Inversiones y dispendios de Tomás Domínguez Artola (1843-1886)», Cilniana, 16, 2003, p. 22. 90 AHMMb, AACC, 3 de marzo de 1894. 91 CASADO BELLAGARZA, J. L.: «La Sociedad Colonia de San Pedro Alcántara a través de sus balances: 1883-1909», Cilniana, 19, 2006, p. 39. Sobre el tema de las industrias azucareras en Málaga y Marbella, en relación con Carlos de la Cuadra Viteri, ver el pionero trabajo de JIMÉNEZ QUINTERO, J. A.: «Don Carlos de Cuadra y el ingenio azucarero de Marbella», Cilniana, 3, 1983, p. 26-39. 92 PAREJO BARRANCO, A.: «Orto y ocaso…», op. cit., pp. 105-106 y cuadro 1. 93 CASADO BELLAGARZA, J. L.: «El fin de una dinastía: Los Domínguez de Marbella. II…», op. cit., pp. 22-23 y 27-28. 94 CASADO BELLAGARZA, J. L.: «Capital físico…», op. cit., p. 57. y AHMMb, Hacienda. Contribución Industrial, Matrícula de Subsidio Industrial. Repartimiento 20 de mayo de 1873, 1874-1875. 95 AHMMb, AACC, 10 de mayo de 1915.
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2.2. El sector secundario minero industrial Aparte de las industrias relacionadas con el sector agrario se crearán otras derivadas de la riqueza minera de la zona. Las primeras instalaciones tenían un carácter tradicional, artesanal, como la de crisoles que había hacia 181396 o la de jabón de 181597, y que ya habían desaparecido en 184698, o la citada con anterioridad que fabricaba suelas. Del mismo carácter será la que construya Juan Egiró en 1840 como tostadero de las minas de anglesita, —tras la desamortización de Mendizábal, en los sótanos del antiguo convento de San Francisco— del que aún se conserva la antigua chimenea99, aunque hay una nueva solicitud en 1851100. En 1864 renacerá la fábrica de jabón, otra de cal, una de vasijería y otra de cacharrería101. La de jabón y la de cal aún se citan en 1875102. Junto a estas industrias tradicionales se desarrollarán otras de marcado carácter capitalista, creadas mediante sociedades por acciones, directamente ligadas con la minería de la zona, y aunque sea de carácter extractivo, está íntimamente unido al sector secundario. Las industrias más importantes, y con una continuidad sin precedentes, serán las relacionadas con la explotación del hierro procedente de las minas situadas en torno al Peñoncillo. Según García Montoro, surgen «a la sombra de las favorables disposiciones que para el ramo de la siderurgia contenía la legislación minera de 1825» dando origen a la constitución en Marbella de dos sociedades industriales denominadas La Concepción (septiembre de 1826) y El Ángel (junio de 1831), que tienen por objeto la explotación de los yacimientos de mineral de hierro magnético próximos a Ojén, con la finalidad de obtener hierro colado para flejes y planchas de pipería, es decir, en función de las necesidades comerciales relacionadas con la producción agraria del momento103.
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La importancia de estas empresas, junto a las instalaciones de Málaga, se manifestó, según Jordi Nadal, en que «la hegemonía siderúrgica andaluza se mantuvo por espacio de treinta años»104, sin embargo por diversas circunstancias —como la competencia de las nuevas ferrerías del norte reabiertas tras el final de las guerras carlistas y la carencia de minas de carbón— terminarán provocando su cierre: El Ángel en 1862105, La Concepción en 1884 y La Constancia de Málaga en 1882. Aun así el peso de estas ferrerías se ha matizado posteriormente en relación con otras manufacturas no líderes relacionadas con el sector agrario predominante en Andalucía106. Estas industrias siderúrgicas tendrán una importante relevancia histórica para España y más aún para nuestro municipio. Ello es así por la importancia económica de la producción y exportación de hierro colado en el periodo central del siglo, y por haber sido los primeros altos hornos de carácter civil construidos en España. Sin embargo creemos que, para Marbella, sólo han sido un espejismo sin continuidad, al dilapidarse un importante activo (daños en los propios y deforestación), sin repercutir en una mejora sustancial y permanente de su calamitosa situación. Ello no obsta para reconocer una limitada bonanza temporal para el municipio (especialmente de carácter cultural y demográfico), y de la posibilidad de que facilitara su proyección en el exterior abriendo nuevas vías para el futuro. 2.3. La minería y el colonialismo imperialista La minería de la segunda mitad del XIX permite a España situarse en posiciones hegemónicas mundiales en el periodo intersecular: segunda productora mundial de cobre fino, tras EEUU, del 20% de plomo en barras de todo el mundo y la tercera productora de hierro de Europa, tras Alemania y Gran Bretaña. Con ello la minería se convierte en el sector más dinámico de la economía española de finales de siglo107.
96 AHMMb, AACC, 16 de diciembre de 1813. El año anterior, el Gobernador Intendente ante la pretensión de construir una fábrica, por iniciativa de José Benegas y Juan José Blanco, se cita que hay otra fábrica de crisoles de Tomás Domínguez y Vargas, aunque sin uso en esa fecha (Cf. AHMMb, AACC, 21 de diciembre de 1812). 97 AHMMb, AACC, 30 de septiembre de 1815. 98 AHMMb, Hacienda. Contribución Industrial y de Comercio. Matrícula o repartimiento general arreglo a tarifas 1ª, 2ª y 3ª Ley de 23 de mayo de este año, 1846. No son citadas ni por Madoz en su Diccionario, ni aparecen en la contribución industrial de dicho año. 99 SERRANO LIMA, A.: «El convento de San Francisco», Cilniana, 8, 1996, p. 62 100 AHMMb, AACC, 26 de junio de 1851. 101 AHMMb, Hacienda. Contribución Industrial y de Comercio. Matrícula, 1864-65. 102 AHMMb, Hacienda. Contribución Industrial y de Comercio. Contribución, 1875. 103 Sobre este tema cf. GARCÍA MONTORO, C.: «La siderurgia de Río Verde y la deforestación de los montes de Marbella», Cilniana, 5, 1983, pp. 10-17. Anteriormente se había publicado en Moneda y Crédito, IX/79, Madrid, 1978. También RODRÍGUEZ FEIJÓO, A.: «Las ferrerías de Río Verde y el efímero protagonismo industrial de Marbella», en F. de A. LÓPEZ SERRANO y J. L. CASADO BELLAGARZA, J. L. (coords.): Estudios en homenaje…, op. cit., pp. 87-117. 104 NADAL OLLER, J.: El fracaso de la Revolución Industrial en España, 1814-1913, Barcelona, Ariel, 1982, p. 168. 105 Que será vendida a William Malcom en 1868. Cf. BERNAL GUTIÉRREZ, J.: «El ferrocarril minero San Juan Bautista y el «Muelle de Hierro». El proyecto de infraestructura viaria de The Marbella Iron Ore C&L (1862-1872)», Cilniana, 19, 2006, p. 28. 106 Cf. NADAL J. y CATALÁN J. (eds.): La cara oculta de la industrialización española. La modernización de los sectores no líderes (siglos XIX y XX), Madrid, 1994. 107 Cf. BERNAL, A. M. y PAREJO BARRANCO, A.: La España Liberal (1868-1913) Economía..., op. cit., p. 142 y sig.
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En relación con la minería en Marbella debe destacarse el trabajo de José Bernal en el que nos muestra la importancia de ésta en la comarca108. El primer antecedente, citado con anterioridad, son las minas que desde el XVIII hay en Benahavís, a tres leguas y media de la Marbe-
Estado de la Ferrería de la Concepción en el año 2006 Fotografía: Antonio Rodríguez Feijóo
lla, donde había una mina de grafito que ya era aprovechada en 1749 por la familia Moros y que posteriormente explotará Tomás Domínguez en 1784109. En este año producía cerca de mil arrobas de lápiz-plomo que exportaron los ingleses para importarlo seguidamente «encerrado en palitos de madera»110. Posteriormente intentará su aprovechamiento Enrique Schnelbenbühel y más tarde una empresa británica con Pedro Casenave al frente. Esta mina de lápiz plomo denominada «Marbella» era de tal importancia que —siguiendo el principio regalista de las antiguas Ordenanzas de Felipe II (1584), que mantiene la nueva Ley de Minas de 1825— se considera propiedad de la Corona111 y se la reservaba la Real Hacienda, junto a las de azogue de Almadén (Ciudad Real), las de cobre de Riotinto (Huelva), las de plomo de Linares (Jaén) y de Falset (Tarragona), las de calamina de San Juan de Alcaraz (Riópar, Albacete)112, las de azufre de Hellín (Albacete) y Benamaurel (Granada). Estas minas, junto a las de hierro de Asturias y Navarra, destinadas a la fabricación de armas, y las de carbón de Morcín
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y Riosa (Asturias), pasarán a ser del Estado en lugar de la Corona a partir de la legislación liberal de mediados de siglo113. Aprovechando la citada Ley de Minas de 1825 surgirán diversas empresas dedicadas a la explotación minera, pero será a partir de las leyes liberales de mediados de siglo (Leyes de Minas de 1849 y de 1859)114, cuando se abra el largo debate sobre la posesión de la superficie y el subsuelo y el traspaso de la propiedad de este último del monarca al Estado. Más tarde estas medidas, en gran parte teóricas, se liberalizan aún más mediante la Ley de Minas de 1869115, que convierten la concesión en una auténtica desamortización, al liberarse la tierra y el capital, y garantizar una seguridad jurídica a la empresa concesionaria de la explotación. Esta legislación completa las medidas librecambistas de la Ley de Bases Arancelarias, promulgada el 12 de julio de 1869 con lo que se facilitará la inversión de sociedades mineras extranjeras que explotarán la riqueza minera del país. La explotación minera en Marbella es bastante amplia, pero muy desigual. Desde el XVIII se extraían minerales como el grafito de Benahavís y el plomo de la mina Buenavista, que era explotada en 1836 por una sociedad limitada formada por varios marbelleros (Antonio Domínguez, Bernabé Chinchilla y Fernando Acosta). A ellas habría que añadir el intento de aprovechamiento, por parte de Miguel Zurrubia de Loja, del nitrato de magnesio (jaboncillo de sastre) en 1844, aunque desconocemos si prosperó116. No podemos olvidar que también se ha explotado el cinc en 1864 por la Casa de Heredia que establece un horno especial de calcinación en la Marina de nuestra ciudad117. A fines del siglo XIX, en 1873, según Bernal, habrá 22 minas denunciadas en la zona de Marbella, la mayoría de plomo y hierro, pero también de esteatita (talco), antimonio y zinc. Sin embargo, señala, la mayoría de ellas no se corresponde con el interés empresarial sino el meramente especulativo pues las registraban en la Inspección de Minas y luego intentaban venderlas. La legislación liberal que facilita la explotación minera en Marbella será la derivada de la Ley de minas de 1825 y, especialmente, la ley de Bases de 1869.
BERNAL GUTIÉRREZ, J.: «Marbella minera», en Imágenes de Marbella IX «La minería», Marbella, Asociación Cilniana, 2003, pp. 9-34. Ibídem, p. 11. 110 Archivo Municipal de Málaga (AMM), El Guadalhorce, 15 de diciembre de 1839. 111 Cf. NADAL OLLER, J.: El fracaso…, op, cit., p. 89. 112 En Villaverde de Guadalimar (Riópar, Albacete) estaba la Real Fábrica de San Juan de Alcaraz que a partir de la calamina extraía cinc para fabricar latón. 113 Cf. Leyes de Minas de 21 de abril de 1849 y de 11 de julio de 1859 (Art. 32 Cf. Colección Legislativa de España, Tomo XLVI. Madrid, Imp. Nacional, 1849, p. 329). 114 Cf. GUILLÉN MESADO, J. M.: «Conciliación de derechos: Gobierno, propietarios del suelo y explotadores del subsuelo (18491859)», Revista de Estudios Constitucionales, 93, 1996, pp. 499-511. También véase NADAL OLLER, J.: El fracaso…, op. cit., p. 90-91. 115 Ley de Bases de 29 de diciembre de 1968. 116 AHMMb, AACC, 13 de octubre de 1844. 117 AHMMb, AACC, 23 de octubre de 1854. 108 109
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Por la ley de Minas de 1825, que todavía tiene un importante marchamo regalista, se facilitará la extracción, a la vez que se estimula la industrialización, al concederse el uso de las aguas, maderas y combustibles necesarios para la explotación, con lo que será determinante para el aprovechamiento industrial de las minas de Sierra Blanca. Por la segunda de estas leyes, la de 1869, verdaderamente liberal y complementada con el arancel de Figuerola, se facilitará la llegada de inversores extranjeros que explotarán y exportarán hacia Gran Bretaña el mineral de dichas minas, insertando a Marbella en el ámbito de la política imperialista que en esos años domina el mundo. La actividad minera más importante, y con una continuidad sin precedentes, será la destinada a la explotación del hierro de las minas situadas en torno al Peñoncillo que llegará hasta 1970. Así en 1830 ya se extrae la magnetita de las minas de Ojén para El Ángel y La Concepción. En 1839 se llegan a explotar cinco minas de hierro y ocho de plomo118. De la calidad de este mineral dará cuenta Domingo de Orueta y Duarte119, en un informe para el Instituto Geológico de España en el que expone: «El mineral como todos los de su clase, es de riqueza y pureza notables»120, tal y como lo prueba el análisis realizado. Una nueva etapa para la minería se iniciará en 1869, momento en el que, favorecidos por la Ley de Minas de dicho año, se permitía una auténtica colonización de empresas extranjeras. Así se instalará en nuestra ciudad la compañía The Marbella Iron Ore Company & Limited121, de origen británico y con un carácter netamente colonial. Sus promotores son los empresarios William y Samuel Senythe Malcom que instalarán un ferrocarril desde la mina al fondeadero122, al que añadirán oficinas y almacenes. Dicha empresa exportará el mineral de hierro, inicialmente mediante arrendamiento y posteriormente como propietarios, invirtiendo en mejoras técnicas para aprovechar mejor las antiguas escombreras que aún contienen mucha magnetita123 y que se habían formado por la inadecuada explotación anterior124. Todo ello hasta que en los primeros años de la Segunda República se cierre, ponién-
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dose a la venta en 1934 los edificios y los solares utilizados hasta entonces125. Dicho cierre se produce por falta de rentabilidad de las minas en un momento de reclamaciones de los obreros por la reducción de la jornada laboral y de los efectos de la crisis de 1929. Como se ve, la riqueza minera de Marbella será ampliamente explotada, con mayor o menor éxito, durante el siglo XIX, aunque bajo intereses foráneos que en poco beneficiarán a esta ciudad, ya que no generarán, salvo en el caso de las ferrerías, industrias relacionadas con ellas, sino que la extracción del mineral será exportada al exterior. 3. Las difíciles comunicaciones viarias en el marco de la Segunda Industrialización 3.1. Las comunicaciones marítimas y terrestres Uno de los principales factores para el desarrollo comercial e industrial de una población tiene que ver con la existencia de una red de comunicaciones que no sólo la liberen del aislamiento, sino que le permitan sacar sus productos al resto de los mercados126. En la España del XIX las condiciones físicas, relieve, clima e hidrografía dificultaban la creación de infraestructuras y el establecimiento de una red de canales que articulara el territorio en relación con la situación de otros países europeos. Los políticos ilustrados del XVIII y los liberales del XIX pretendieron una mejora de la situación invirtiendo dinero en nuevos puentes y caminos, pero estas medidas fueron claramente insuficientes para garantizar el movimiento de mercancías y pasajeros. Por los «caminos de herradura» y por los «caminos carreteros» se desplazaban los arrieros con sus animales y los carros o carruajes, que eran los medios de transporte más extendidos por vía terrestre, y más tarde, a partir de 1818, con la utilización de diligencias para viajeros. Sin embargo, el medio más importante de transporte será el marino con la navegación de cabotaje, con lo que en las zonas costeras se daban mejores condiciones para el transporte. Las redes de carreteras eran menos densas en las zonas costeras, en las que paulatinamente se iba instalando la población, y además no
AHMMb, AACC, 20 de mayo de 1839. RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, A.: «Orueta y las explotaciones mineras de Marbella», Cilniana, 9, 1997, pp. 43-46. Nos da una interesante información sobre la familia de Domingo de Orueta y Duarte, alumno de la Institución Libre de Enseñanza, que vivió, junto a su padre Domingo de Orueta Aguirre, en El Ingenio pues el primero fue director de esta fábrica. 120 ORUETA, D. de: Memoria Instituto Geológico de España, Madrid, Imprenta Juan Palacios, 1917, p. 529. 121 Cf. BERNAL GUTIÉRREZ, J.: «Proceso inicial de la colonización británica de las minas de Marbella. Fase previa a «The Marbella Iron Ore Company and Limited»», en Actas del III Congreso de Historia de Andalucía, Andalucía Contemporánea II, Córdoba, 2001, Córdoba, Cajasur, 2003, pp. 7-17. 122 AHMMb, AACC, 18 de abril de 1869. 123 ORUETA, D. de: Memoria…, op. cit., p. 531. 124 SALES GARCÍA, F.: Anales de Minas, Tomo 2, 1841, pp. 349-350, en C. GARCÍA MONTORO: «Fundación de las ferrerías La Concepción y El Ángel», Cilniana, 2, nota 11, 1983. Con anterioridad se había publicado en Anuario de Historia Moderna y Contemporánea, 4, Universidad de Granada, 1977. 125 AHMMb, AACC, 20 de septiembre de 1934. 126 RINGROSE, D. R.: Los transportes y el estancamiento económico de España (1750-1850), Madrid, Tecnos, 1972. 118 119
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se incrementaba la red, pues se consideraba que dichas obras dependían de la iniciativa privada127. Las mejoras ilustradas, desde finales del XVIII, se completan en los primeros años del XIX con el fomento de la construcción de caminos y carreteras, pero se interrumpe con la guerra contra los franceses y no se reanuda hasta los años cuarenta del nuevo siglo, en competencia con el ferrocarril. A este respecto, Marbella tendrá en el mar su principal eje de intercambio en el XIX ya que las comunicaciones por caminos o carreteras dejarán bastante que desear. Sin embargo, a lo largo del siglo mejorará la red viaria y paulatinamente contará con los más modernos sistemas de comunicación lo que la introduce en la segunda fase de la revolución industrial que llega a Marbella con el telégrafo y el teléfono.
al extranjero133. Durante cierto tiempo se utilizó en la construcción del puerto una brigada de presidiarios, pero desde 1826 a 1830 sólo habían trabajado cinco meses, ya que, según se denuncia, se utiliza a estos presos para trabajos particulares134, y sólo se realizan unos 50 o 60 metros, por lo que aún tendrá que esperar largo tiempo. Estos problemas no impiden que gran cantidad de barcos lleguen o salgan de Marbella. En 1844, según Madoz, llegan de 320 buques y la salida de 414 que importan fundamentalmente aceite, trigo y cebada y exportan sardina y otros pescados, higos, pasas y vino «aunque poco de buenas calidad». Entre 1844 y 1845, en pleno apogeo de las ferrerías, ha entrado por el puerto dinero por valor de 2.491.500 r.v. y han salido 807.000 arrobas de hierro y 428.397 arrobas de mineral de hierro. El valor diferencial es positivo para Marbella pues en un año común cita la salida de 2.460.715 r.v. mientras que sólo entran 1.584.822 r.v.135. La importancia del mar como medio de intercambio a través del comercio de cabotaje con otras zonas del país y más tarde con el extranjero es evidente, aunque en un continuado descenso hasta la construcción del muelle de hierro por los ingleses136. La propia colonia de San Pedro Alcántara contará, en 1877, con barcos propios, que permitían el traslado de las Muelle de hierro donde terminaba el pequeño ferrocarril minero, conocido con el mercancías al puerto de Marbella y quizá nombre de San Juan Bautista al de Málaga. Estos buques, fondeados Fuente: SERRANO LIMA, A. (coord.): Imágenes de Marbella VII. «La Mar», Marbella, p. 5 enfrente de la colonia, utilizarán a partir de 1875 la playa de San Pedro como En cuanto a las comunicaciones por mar fondeadero, y, según nos relata J. L. Casado, eran: dependerán en gran parte de la construcción «dos barcazas, denominadas Ana y Clara, que la del muelle de piedra que sufrirá avances y pacompañía ha mandado construir un año antes, ralizaciones. Su construcción fue autorizada por imprescindible para el transporte de mercancías Fernando VII en 1818128, aunque ya hay antecede la colonia […] que eran capaces de desplazar dentes desde 1792, en tiempos de Carlos III129, 9,75 toneladas de peso» completándose con la ade incluso se llegan a poner los arbitrios130. Sin quisición de dos laúdes, el Joven Rosita, en 1880, embargo en 1821 se paralizan las obras por falta y el Juanito, en 1883, que permitían llegar hasta de fondos131, aunque se reinician en 1826, pero Málaga, aunque posiblemente sólo lo utilizaran de nuevo se suspenden en 1830132. hasta Marbella137. Así en 1839 se solicita que se habilite el El problema del muelle se resolverá en muelle para la exportación de vino, pasas y frutas parte, a partir de 1870, cuando la compañía SAIZ PASTOR, C. y VIDAL OLIVARES, J.: El fin del Antiguo…, op. cit., pp. 98-99. AHMMb, AACC, 1 de junio de 1818. 129 AHMMb, AACC, 7 de junio de 1816. 130 AHMMb, AACC, 14 de octubre de 1816. 131 AHMMb, AACC, 21 de enero de 1821. 132 ALCALÁ MARÍN, F.: Marbella de ayer 1800-1900, Marbella, Ayuntamiento de Marbella, 1980, p. 62. Cita el 25 de agosto de 1812. p. 113. En este pionero trabajo el Cronista Oficial de Marbella nos aporta interesantes datos sobre el municipio en el XIX, pero, en muchas ocasiones, sin referencia documental alguna, por lo que, sin ponerlos en duda, nos impide poder contrastarlos. 133 AHMMb, AACC, 6 de mayo de 1839. 134 AHMMb, AACC, 17 de diciembre de 1839. 135 MADOZ, P.: Diccionario Geográfico Estadístico Histórico de España y sus posesiones de Ultramar, Madrid, 1848. p. 214. 136 Así nos lo muestra José L. Casado Bellagarza en los datos aportados en la conferencia «La economía de la costa occidental malagueña a mediados del siglo XIX. El tráfico comercial de los puertos de Marbella y Estepona entre 1857 y 1877», presentada en el 1º Ciclo de Conferencias: el siglo XIX en perspectiva, 2008 (Vid. artículo en Cilniana nº 21). 137 Cf. CASADO BELLAGARZA, J. L.: «La Sociedad Colonia…», op. cit., pp. 36-38. 127 128
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inglesa The Marbella Iron Ore C&L construya un muelle de hierro en el que termina un pequeño ferrocarril minero, conocido con el nombre de San Juan Bautista, de 2.110 m de longitud, que trae el mineral desde las minas de hierro en la zona del Peñoncillo hasta dicho fondeadero138. A partir de aquí se inicia una nueva etapa que favorecerá el intercambio de productos, de la localidad o de otras próximas, con otros puertos españoles y con el extranjero139. Ya hemos citado los problemas existentes para las comunicaciones viarias por carretera. Marbella en 1821 está en contacto con Ronda, Málaga y Algeciras a través de los caminos generales y por los particulares con los pueblos del contorno140. El problema de las comunicaciones se plantea en 1834, cuando se pide que se concluya el puente sobre el río Molinillo para mejorar la comunicación con el Barrio Nuevo ya que, tras comenzarse en 1815, se paralizó al año siguiente141. Además, ante las dificultades del camino de la costa, por carencia de puentes, se utilizará preferentemente el del interior, hacia Ojén y Coín, que la conectaba con Málaga. Por esta vía llegaba el correo142. En 1864, se considerará una mejora de las comunicaciones el nuevo camino que unía Alhaurín el Grande con la carretera de segundo orden que se está construyendo y que enlazaba Cádiz y Málaga en La Cala del Moral, próxima a Fuengirola143. Su construcción permitirá comunicar directamente, por la costa, Marbella con la capital de la provincia. Habrá que esperar al siglo XX para que se completen las mejoras de las comunicaciones con Málaga, imponiéndose primero las diligencias y, más adelante, durante la Dictadura de Primo de Rivera, los autobuses, aunque con una concesión en exclusiva otorgada a la empresa Portillo que será criticada poco después, en 1932, por los munícipes republicanos al considerar que impone precios elevados144. Para el servicio del nuevo medio de locomoción, el automóvil, se solicitan los permisos de instalación de dos gasolineras. La primera, a fines de 1925, situada al oeste de «La Jaula», al norte de la Alameda, a iniciativa de José Sánchez Ortiz145. La segunda, en 1926, construida por la Sociedad Española de Comercio Exterior en la esquina de la antigua plaza de toros146, al este de la Alameda.
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Puente sobre el Río Verde Fuente: Fotografía publicada en la Revista de Obras Públicas, 1.179, 28 de abril de 1898
En cuanto al ferrocarril, aparte del minero de San Juan Bautista147, que instalan los ingleses, nos consta que desde 1876 hay importantes muestras de interés por la unión por vía férrea, desde Málaga hasta Campamento cerca de Gibraltar. El proyecto contemplaba el paso por nuestro municipio y preveía un coste de doce mil duros por kilómetro. Llegará a contar con la subvención del dinero obtenido por la venta del pinar de Valdeolletas148, sin embargo no tendrá el éxito apetecido, ya que sólo llega a Fuengirola, donde en 1923 se paralizan las obras definitivamente a pesar de las continuas peticiones de los munícipes de Marbella149. 3.2. Otros medios de comunicación: correo, telégrafo y teléfono
Hay otros medios de comunicación que sin ser de transporte también serán importantes: el correo, el telégrafo y el teléfono. El correo, que tiene una larga tradición, tenía entonces cierta rapidez puesto que, a comienzos del XIX, tarda en llegar desde Málaga un solo día si se echan las cartas antes de que llegue el General, pero si se echan después se atrasa. En aquella época se recibía dos veces por semana por la casa de la villa de Coín «que es por donde más pronto puede llegar la correspondencia, sin otro obstáculo que el atraso que se experimenta luego que llegan las cartas de esta Ciudad a la Villa de Coín porque el conductor de ella se halla en Málaga cuando llega a dicha villa el de ésta ciudad y por consiguiente tiene que estar
AHMMb, AACC, 18 de abril de 1869. CASADO BELLAGARZA, J. L.: «El comercio marítimo de cabotaje (Marbella 1880-1891)», en Imágenes de Marbella VII, «La mar», Marbella, Asociación Cilniana, 2002, pp. 8-11. 140 AHMMb, AACC, 21 de enero de 1821. 141 AHMMb, AACC, 14 de agosto de 1834. 142 AHMMb, AACC, 15 de marzo de 1821. 143 AHMMb, AACC, 3 de julio de 1864. 144 AHMMb, AACC, 16 de noviembre de 1932. 145 AHMMb, AACC, 3 de septiembre de 1925. 146 AHMMb, AACC, 2 de enero de 1926. 147 Cf. BERNAL GUTIÉRREZ, J.: «El ferrocarril…», op. cit., pp. 27-34. 148 AHMMb, AACC, 3 de diciembre de 1876. Se basa en la Ley de 7 de marzo de 1873. 149 AHMMb, AACC, 10 de marzo de 1923. 138 139
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esta correspondencia detenida hasta que vuelve a salir el referido conductor de Coín a Málaga»150. A mediados de siglo, en 1856, se establece en Marbella una estafeta de sexta clase, agregada a la de Málaga y que comprendía Istán, Benahavís y Estepona. Ahora la conducción entre Coín y Marbella se efectúa tres veces por semana151, unos años después en 1863, se extenderá el correo diario a Estepona, Casares y Gaucín152. En cuanto al telégrafo, inventado por Morse en 1840, no tardará excesivo tiempo el llegar a España, ya que las primeras líneas se inauguran en 1852, y pocos años después, en 1857 se instala en Málaga153. En 1866, el director general de Telégrafos propone establecer dicha línea en Marbella154, y así se instala en casa del alcalde Francisco Rosado y Campoy a fin de que pudiera funcionar desde octubre de 1866155. Aunque sale del marco cronológico debemos destacar que la introducción del teléfono, inventado por A. Grahan Bell en 1876, aún tardará cincuenta años en llegar a nuestro municipio, pues los primeros indicios sobre su instalación por parte de la Compañía Internacional Telegráfica y Telefónica de Nueva York son del año 1923156. Otro tanto ocurre con la prensa, lo que es significativo, pues durante el XIX y gran parte del XX no habrá medios de prensa generados en nuestro municipio. Hasta los años sesenta del siglo pasado, concretamente 1963, no se edita Lookout, subtitulado Costa del Sol Magazine. Poco después, en 1967, nacerá el Sol de España157. Como se ve el nacimiento de la prensa tiene que ver con la llegada del fenómeno turístico. Todo ello nos indica la inexistencia de una burguesía mercantil relevante en nuestra ciudad que necesite promocionar sus negocios y defender sus intereses, pero también la escasez de potenciales lectores dada la escasa alfabetización de los marbellíes en el XIX158. Por otro lado, el alumbrado eléctrico llega con cierta rapidez a Marbella, pues aunque se rechaza introducirlo en 1890159, ya se ensaya en 1891, aunque no podemos olvidar que la lámpara
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incandescente aplicada a la iluminación pública llegó a Madrid en 1881 y al año siguiente a Barcelona, siendo Gerona, en 1885, una de las primeras ciudades del mundo en utilizar corriente alterna en su alumbrado160. Por ello, el que 1891 se acepte la propuesta de ensayo, con carácter provisional durante tres a cinco años, del ingeniero Carlos de Cuadra, al igual que en Ronda, nos resulta relativamente temprano161, a pesar de las quejas de Manuel Marcelo Pulido, arrendatario de consumos, que veía peligrar el suministro de petróleo, y que era la fuente de energía utilizada hasta entonces162. Sin embargo el ensayo no interesó, por lo que al acabar el plazo de cinco años previsto para el estudio se volverá, a fines de 1896, al alumbrado de petróleo163. A pesar de ello la muestra ha sido suficientemente convincente como para que en 1901 el síndico José Escámez apoye la vuelta de la electricidad, puesto que se ha avanzado tecnológicamente y hay una nueva fábrica en la ciudad con elementos modernos. Este interés por el alumbrado eléctrico favorece la contratación del servicio «con aumento del número actual de luces y por todas las noches del año, desde la oración de la tarde hasta las doce de la noche con excepción de las que es costumbre que dure la luz toda la noche y sin que deje de lucir las noches de luna llena»164. Ese mismo año de 1901 se instala un pararrayos en la Iglesia y otro en el Ayuntamiento por M. Joseph Parfoury, al igual que se habían instalado en casas particulares dando seguridad a los vecinos, especialmente tras la experiencia sufrida en septiembre del año anterior en que se había producido una fuerte descarga165. II. La sociedad en Marbella. Entre la crisis y el cambio 1. Génesis de la sociedad liberal en Marbella A través del análisis de dos padrones de fechas extremas en el siglo, 1814 y 1897, complementados con las actas capitulares y los registros de matrícula industrial, nos permitirán
AHMMb, AACC, 15 de marzo de 1821. AHMMb, AACC, 19 de enero de 1856. 152 AHMMb, AACC, 14 de mayo de 1863. 153 CLAVERO BERLANGA, J.: «El telégrafo en Málaga», 2000, en 150 aniversario del Telégrafo en España, Málaga, Universidad de Málaga, pp. 103-116. (Edición electrónica en http://www.coit.es). 154 AHMMb, AACC, 8 de julio de 1866. 155 AHMMb, AACC, 18 de noviembre de 1866. En esta fecha aparece citado el alquiler de la casa del alcalde para dicho fin. 156 AHMMb, AACC, 15 de septiembre de 1923. 157 Cf. CHECA GODOY, A.: «La prensa local en la provincia de Málaga (1808-1983)» Jábega, 46, 1984. Además las referencias a Marbella a lo largo del siglo XIX en la prensa local son escasas. 158 Sobre la educación y la amplitud del analfabetismo Cf. RODRÍGUEZ FEIJÓO, A.: Enseñanza…, op. cit., Marbella, 1988 159 AHMMb, AACC, 12 de mayo de 1890. 160 VICENS VIVES, J.: Historia de…, op. cit., p. 197. 161 AHMMb, AACC, 11 de abril de 1891. 162 AHMMb, AACC, 5 de septiembre de 1891. 163 AHMMb, AACC, 21 de junio de 1896. 164 AHMMb, AACC, 21 de junio de 1896. 165 AHMMb, AACC, 31 de agosto de 1901. 150 151
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acercarnos a la evolución social de Marbella, dentro de un marco eminentemente rural, desde el Antiguo Régimen hasta las primeras muestras de la nueva sociedad capitalista. 1.1. El punto de partida: la sociedad estamental Marbella era una ciudad de realengo que al inicio del XIX, una vez superada la crisis bélica de la guerra contra los franceses, se encuentra con una situación claramente peor que la existente en la segunda mitad del XVIII. Según el padrón de 1814166, Marbella cuenta con 952 vecinos (c. 3.738 habitantes)167, con lo que ha perdido parte de la población que tenía a
fines del XVIII, aunque mantiene las características propias de una sociedad del Antiguo Régimen similar a la que en ese momento predomina en España. Este modelo social se basa en la desigualdad civil entre los privilegiados y los que carecen de dichos privilegios, pero la situación se ha modificado algo respecto a la etapa anterior. La reducida minoría de 42 familias o individuos con fuero de nobles168, representan el 4,4% de la población. Esta minoría controla el poder político y económico. A ellos debemos sumar los 18 miembros del clero (1,9%) que se han reducido notablemente, pues no constan los del clero regular, cuyo convento ha sido tomado por los franceses, aunque más tarde vuelvan a ocuparlo169. El resto de los vecinos carecen de privilegios y pertenecen al Tercer Estado (93,7%), de ellos la mayoría dependían de la agricultura y de actividades relacionadas con el sector terciario.
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Observando los datos con más detalle, en el padrón de 1814, y valorándolo en términos de estructura socioeconómica, podemos apreciar que con una población activa de 670 personas el porcentaje de la población activa (17,9%) es muy pequeño, con lo que aumenta el número de la población improductiva dependiente de ella (82,1%). Este reducido porcentaje de activos se debería a la nula presencia de la mujer en el mundo del trabajo, salvo alguna viuda necesitada o maestra de amiga, y a la gran cantidad de población infantil propia de un país subdesarrollado. Entre los inactivos hemos de resaltar la citada nobleza, las 42 familias con fuero de nobles, que ocuparán los puestos dominantes de la sociedad de la época y son el símbolo claro de dicha sociedad estamental. Entre los inactivos hay que destacar, además, las 182 viudas que aparecen empadronadas en dicho año y que alcanzarían el 17,8% del total de vecinos. Del escaso número de personas que desempeñan una profesión y oficio habría que resaltar la gran importancia del sector primario, que con su 59,6% nos perfila una sociedad eminentemente
rural, con menos peso que en la etapa final del siglo anterior, y con un sector servicios que ha aumentado absorbiendo el 28,2% situándose en segundo lugar, mientras que la industria, todavía artesanal, sólo representa un 12,2%, pero que se ha incrementado respecto a fines del XVIII. De todas formas, habría que matizar estos datos con una somera descripción de los diversos ramos de cada sector. Así, dentro del sector pri-
166 AHMMb, Padrones. El Padrón de 1814 es de contribución pero en él están citados los vecinos de Marbella con sus correspondientes oficios. Es de destacar que aparecen una serie de personas a las que no se les adscribe profesión y entre los que están nombres conocidos por aparecer en el padrón de nobles (Cf. AHMMb, AACC, 16 de agosto de 1815 donde aparecen las familias con fuero de nobles). No consta la totalidad de la población por lo que hay que utilizar estos datos con suma precaución y sólo como una información meramente aproximada. 167 AHMMb, AACC, 25 de octubre de 1815 168 AHMMb, AACC, 16 de agosto de 1815. 169 Cf. SERRANO LIMA, A.: «El convento…», op. cit., p. 60. Cita la información firmada por el Secretario provincial de la Orden Fray Félix de San Martín.
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mario destaca el enorme número de trabajadores agrícolas (65,6% del sector), sobre la ausencia casi total de personas dedicadas a la ganadería (1,3%), pues sólo aparecen citados cuatro ganaderos y un pastor. Además, entre los dedicados a la agricultura destacan por su importancia los 112 jornaleros, que junto a los 60 citados como del campo, posiblemente pegujaleros, alcanzan
cerca de la mitad de los dedicados a este ramo. Una cifra tan elevada nos indica la situación de indefensión, especialmente de los jornaleros, ante las sucesivas crisis del XIX en la población marbellí, ya que su único medio de vida era trabajar intensamente en determinadas épocas, mientras que en otras se convierten en parados estacionales. Como propietarios que cultivan sus tierras sólo podríamos destacar 36 labradores, lo que nos permite pensar, dado que no aparece el término hacendado ni terrateniente, que el resto de los propietarios estaría repartido ente la nobleza, el clero y los dominios de propios del Ayuntamiento. A esto habría que añadir la relativa importancia que tienen las huertas dentro de la economía marbellí, lo que ya indicamos en su momento y que confirma el padrón, y que puede valorarse merced a la existencia de 47 hortelanos (casi el 7% del total de activos). Por otro lado, la Marbella de 1814 es una ciudad próxima al mar con 132 pescadores, la tercera parte del sector primario (33%), aunque sólo la quinta parte de la población activa (19,5%), lo cual es relativamente elevado respecto a épocas posteriores en que su número disminuirá con claridad. En relación con el sector secundario aún no podemos hablar de industria fabril en el sentido moderno del término ya que la actividad industrial es básicamente artesanal. Aun así la Marbella de 1814 está escasamente industrializada. De entre estas escasas «industrias» sólo podemos destacar 28
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un artesanado relacionado con la zapatería, ya que con veinte zapateros ocupará el 24,4% del sector y casi un 3% del total de activos, convirtiéndose el ramo de la piel (28%), en el más importante del sector. Hay incluso una fábrica de suelas en 1813, que creemos absorbería a la mayoría de zapateros. Le sigue el ramo de la madera, materia prima abundante en la zona, y a la que se dedica un 22% de los artesanos. Entre estos destacaríamos los dos barrileros y cuatro toneleros que fabrican los barriles y toneles en los que se guardaría la producción de pasas o vino. También los cuatro carpinteros y los seis calafates (carpinteros de ribera), estos últimos se dedicarían a la construcción o reparación de los escasos barcos de pesca. Al ramo de la alimentación pertenecen un 18,3% de la población activa y se centra fundamentalmente en actividades relacionadas con el suministro de pan a la población: cinco molineros, cinco horneros, tres panaderos y dos confiteros. Los demás ramos tendrán menor importancia: la construcción (13,4%) con nueve albañiles y dos alfareros; la metalurgia (9,8%) con cinco herreros, y muy lejos el sector textil (3,7%) con dos sastres y una costurera. En cuanto al sector terciario, con un 28% de la población activa, el ramo que más destaca es el que podríamos considerar como de servicios municipales o del Estado que ocupa el 27,5% de los dedicados a este sector y en el que se reparten por igual los que denominamos civiles y militares y que alcanza una importancia excesiva para la categoría de la ciudad. Entre los primeres destacamos los cinco guardas y tres torreros, aparte de un maestro, una matrona y el resto relacionados con la administración municipal. En-
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tre los segundos se citan 28 militares desde los soldados a los mandos respectivos que forman la pequeña guarnición de la ciudad tras la salida de los franceses. El siguiente ramo en importancia en este sector es el del comercio ya que ocupa un 25,4% del mismo destacando los 19 tenderos y los 16 dependientes, aunque ninguno dedicado a los grandes negocios170. También habría que destacar ocho barberos y dos estanqueros.
Le sigue muy cerca ocupando un importante lugar dentro del sector servicios el ramo del transporte que absorbe un 22,2% del mismo, aunque es un sector muy atrasado, en el que destacan los 39 arrieros que posiblemente se dedicasen a transportar productos agrícolas o el grafito de Benahavís y dos carreros. Con una importancia menor, aparece el ramo de la hostelería, al que se dedican once taberneros, alcanzando —junto a dos venteros, dos mesoneros y un bodegonero— casi el 9 % del sector. En relación con el clero debemos considerar que aunque se citan 18 clérigos, lo que supone un 9,5% del sector terciario, sólo trece son los de mayor categoría (ocho presbíteros, tres presbíteros beneficiados, un beneficiado vicario y un capellán); el resto están relacionados indirectamente con la Iglesia: tres santeros, un sacristán y un tercerista. Todos ellos del clero secular. No aparece en ese mo-
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mento ningún clérigo del regular lo que podría explicarse por la ruina de los conventos tras la ocupación francesa. Por último, habría que señalar el ramo de las profesiones liberales que ocupan el 4,2% del terciario y en el que destacarían un médico, un cirujano, un boticario y dos albeitares (veterinarios) que a la vez ejercían de herreros. Dentro de este ramo también hay que registrar a los tres escribanos y al director de las minas de grafito que reside en Marbella, mientras que los mineros debían residir, fundamentalmente en Benahavís, ya que no aparece ninguno empadronado en nuestro municipio. No podemos olvidar a los cuatro sirvientes del ramo doméstico (2,1% del sector). En resumen, en 1814, nos encontramos con una población netamente rural, arcaica en el sector secundario y en los servicios, con un abundante número de nobles (4,2%) para el total de vecinos y en el que no se puede desdeñar la importancia del clero aunque no aparecen citados los del clero regular171. Es decir, nos encontramos con una ciudad rural enclavada en pleno Antiguo Régimen, con una sociedad estamental que se basa en la desigualdad civil entre el grupo de privilegiados (nobleza y clero) y no privilegiados.
Aunque el fin de la sociedad estamental se produce conforme a los Decretos de Agosto de 1811 y a través de la Constitución de 1812 proclamada en Cádiz, en la práctica tal decisión se paraliza con el regreso del monarca absolu-
Uno de los más importantes será Enrique Grivegnée, no aparece citado en este Padrón, pues no es vecino de Marbella. Hemos de recordar que Marbella tiene en 1814 tres conventos: el de San Francisco, el de la Santísima Trinidad y el de San Juan de Dios, que según constaba en el catastro de Ensenada había llegado a tener 27 religiosos el primero (15 presbíteros, dos coristas, seis legos y cuatro donados); el segundo 29 religiosos, (22 presbíteros, un corista y seis legos) y también seis legos el tercero. Creemos que una parte de ellos se habrían trasladado durante la guerra y además los conventos aparecen con importantes daños para ser habitados. 170 171
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tista Fernando VII que anula gran parte de la obra liberal gaditana. Por ello habrá que esperar al inicio de la regencia de María Cristina de Borbón para que, merced a una nueva legislación de carácter liberal, se produzca el fin de dicha sociedad estamental. Ello se recibirá en Marbella, dada la experiencia anterior, con ciertas cautelas y precauciones a fin de sostener el orden público172. 1.2. Hacia la Nueva Sociedad Liberal de Clases Si ahora observamos el padrón de 1897173, nos encontramos con una población total de 7.785 habitantes174 de los que 1.685 personas (21,6% del total de habitantes) forman la población activa. Sin embargo sigue existiendo un elevadísimo porcentaje de inactivos (78,4%) que aún está constituido fundamentalmente por mujeres y niños, aunque también hay que añadir 316 viudas y un número importante de propietarios (97) que no podemos clasificar en ningún ramo específico, por lo que, a falta de más datos, los consideraremos como rentistas y 21 personas clasificadas como pobres. En 1897 continúa el predominio del sector primario, que no sólo ha aumentado cuantitativamente, sino también en tanto por ciento, ya que alcanza el 71% del total de activos. Los otros dos sectores disminuyen en importancia, el secundario al pasar al 10,2% y especialmente el sector terciario, de servicios, que se ha reducido casi diez puntos: a un 18,8%. Dentro de los diferentes ramos de cada sector se notarán algunos cambios importantes, ya que en el primario el aumento se debe fundamentalmente al ramo agrícola que da ocupación al 83,5% del sector, y lo que es más relevante, el porcentaje de personas que viven del campo se elevaría a más del 57’4% de la población activa de Marbella. Entre ellos destacan los 735 jornaleros175 y 182 que figuran como colonos y que entre ambos llegan a representar casi la mitad de los activos (54,4%), aunque también llama la atención que no aparezca ninguno con esta denominación en la antigua colonia de San Pedro Alcántara donde la mayoría son jornaleros. También resultará llamativa la desaparición de la figura del hortelano, por lo menos a nivel de denominación en el padrón, incluso en el de San Pedro Alcántara de 1861, aunque la
importancia del sector agrícola haya sido muy relevante en el momento de la fundación de dicha colonia por la llegada de agricultores procedentes de la región hortofrutícola levantina176. El ramo de la pesca ha reducido su importancia dentro del sector primario pues ahora
sólo representa el 14,6% (la mitad que en 1814) y aunque aumente en valor absoluto respecto al anterior padrón (si contabilizamos los 132 marineros junto a los 43 jornaleros de la mar) verá reducida su presencia a la mitad si consideramos que pasa del 19,5% del total de activos, en 1814, al 9,8% en 1897. Por otro lado la ganadería, con un 1,8% del sector, mantiene unas condiciones similares a la del padrón de 1814, aunque se triplica la cantidad de ganaderos, trece, y se citan ocho mayorales y un cabrero. Sin embargo las minas, que nos consta ocupan un significativo número de obreros,
AHMMb, AACC, 25 de mayo de 1836. AHMMb, Padrones. Padrón de vecinos de 1897. Sig. 503-4. 174 Hemos de señalar que la cifra que aporta el padrón, 7.785 h, no coincide con la que para esa fecha nos da el censo que es de 7.927 h Posiblemente la metodología censal o de empadronamiento o algún error facilita dicha diferencia que no alcanza al 2% del total máximo, aunque, hecha esta aclaración, tomamos como referencia los datos del padrón pues de él hemos obtenido los valores por ramos y sectores. 175 Aunque no podemos demostrarlo es posible que parte de estos jornaleros pudieran trabajar en la mina. 176 Cf. CASADO BELLAGARZA, J. L.: «Los colonos…», op. cit., p. 7-14. 172 173
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tendrán en su mayoría procedencia foránea o se encubren dentro de los que hemos citamos como jornaleros, ya que no aparece ninguno en el padrón de 1897. También es cierto que este padrón coincide con una etapa crítica para las minas, con un cierre temporal. Hemos de señalar que años después, en 1919, se contabilizan 600 obreros de Ojén y Marbella, de los que sólo estarán empadronados como tales 54 en nuestra ciudad, por lo que el resto procedería, posiblemente, de dicha población177. El sector secundario se ha reducido hasta el 9,6%, aunque se ha modificado cualitativamente pues el ramo que aparecerá ahora en primer
lugar será el de la construcción, con la tercera parte del sector (30,2%), en el que destacan los 23 albañiles y los quince capataces, aunque estos pudieran situarse en otros ramos. Detrás, el sector de la piel con un 19,8%, tiene una gran importancia para los 31 zapateros, aunque todavía aparecen dos alpargateros y un talabartero. Le sigue el ramo de la madera con un 18,6%, destacando los 25 carpinteros que representan un 78% del ramo y los cuatro calafates, dos silleros y un único barrilero. Menor importancia tendrá el sector metalúrgico pues con un 16,3% del sector cuenta con oficios tradicionales, como los 18 herreros (64,3% del ramo). Además cualitativamente aparecen nuevos oficios, como el de mecánico, con seis trabajadores, lo que denota un importante cambio en el sector tecnológico, lo que ya se había anticipado a mediados del siglo con los trabajadores de las instalacio177
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nes siderúrgicas. Ambos, aunque no de forma exclusiva, creemos que debemos de ponerlos en relación con el transporte del mineral que se efectuaría, en parte, con arreos, en parte, con el ferrocarril de San Juan Bautista, con el utillaje de la The Marbella Iron Ore C&L o con la actividad de las colonias agrícolas marbelleras. A nivel porcentual el sector terciario se ha reducido (18,6%). En él hemos de destacar la presencia de un ramo, que denominamos varios, con un relevante número de trabajadores asalariados o que están a la espera de un puesto municipal dependiente del partido gobernante. Nos referimos a los 45 empleados difíciles de encajar en ninguno de los otros ramos y a los 16 cesantes, que representan el 19,3% del total del sector. Aparte, los tres ramos que más destacan son casi los mismos que en 1814, el comercio (29,8%), el transporte (17,4%) y los servicios municipales, aunque ahora sean principalmente civiles (14,8%), pues los militares casi no aparecen citados en el padrón de 1897 (0,3%). En el comercio debemos citar los 21 industriales, los 18 dedicados a la venta de verduras, los 14 comerciantes y los 13 barberos. En el transporte los 34 arrieros y 14 carreteros, junto a cinco cocheros. En cuanto a los servicios municipales destacamos los civiles con 18 guar-
das, tres serenos y tres porteros, además de los seis maestros. De los 24 dedicados a profesiones liberales que ocupan un 7,6% del sector, destacamos seis médicos, cinco abogados, dos veterinarios, dos farmacéuticos, dos procuradores, dos escribientes, pero también dos ingenieros y un quí-
AHMMb, Acta de la Junta de Reformas Sociales, 29 de septiembre de 1919.
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mico. En este ramo se aprecia el avance de la segunda fase de la revolución industrial en nuestro municipio. De similar importancia cuantitativa será el ramo doméstico que tiene un 5,7% del sector, más del doble que en 1814, y en el que destacan las siete criadas, cuatro caseros, tres lavanderas, dos porteros y dos sirvientes. No podemos olvidar la reducida importancia de la hostelería, 1,9% del sector, en la que sólo encontramos dos posaderos, dos taberneros, un ventero (aunque en el padrón aparezcan varios ventorrillos) y un mozo de café. El clero se ha visto fuertemente reducido, al 2’5% del sector, pues ha desaparecido definitivamente el clero regular y el secular cuenta sólo con un párroco, un sacerdote, cinco presbíteros y un organista. A la vista de ambos padrones observamos que Marbella continúa siendo una población rural con características muy similares, aunque comienzan a apreciarse algunos pequeños cambios. La agricultura ha cobrado importancia no sólo a nivel cuantitativo, sino también cualitativo ya que han mejorado las técnicas de producción. Sin embargo la riqueza minera sigue en manos de foráneos convirtiéndose Marbella en una zona en la que la dependencia exterior de carácter colonial cobrará un importante tributo al consumir parte de su riqueza sin gran beneficio para la ciudad. El sector servicios se encuentra claramente inflado para las necesidades de la población y en él se manifiesta la presencia de una pequeña clase media en vías de expansión y de nuevas profesiones que nos acercan al nuevo mundo capitalista. A mediados del XIX, si observamos la contribución industrial de 1845, no aparecen rasgos que nos permitan pensar en el nacimiento en Marbella de una pequeña burguesía local, pues lo único verdaderamente original será la proliferación de tiendas (14) y tabernas, mesones y ventas que alcanza el número de 32. El fracaso de esta industria no dejará huella significativa a nivel de formación de capitales por los ciudadanos desde dentro de la ciudad que permitiera un despegue de su economía puesto que la siderurgia sólo repercutió localmente de forma muy limitada y transitoria con lo que podemos considerarla un espejismo. Los propietarios que aparecen son foráneos y muy pocos pueden considerarse que forman parte de esa incipiente burguesía local. Sin embargo, a nivel social es posible que dichas iniciativas fueran ejemplificadoras y permitiesen
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retomar nuevos caminos que de otra forma nunca hubieran sido proyectados. Nos referimos a la continuidad que, salvando las distancias, supuso el ejemplo de Heredia de cara a nuevas inversiones. Tal sería el caso de la iniciativa del marqués del Duero, que generó la Colonia de San Pedro Alcántara y que tuvo su continuidad, a diferente escala, en las de El Ángel y también, aunque de forma más depredadora, en la instalación de la The Marbella Iron Ore C&L. La Marbella de comienzos del XX presenta nuevos rasgos que la diferencian de la de comienzos del siglo anterior: han desaparecido los estamentos, no sólo a nivel legal, sino de forma efectiva al desaparecer la pequeña nobleza de comienzos de siglo. El peso cuantitativo, que quizá no cualitativo, de la Iglesia también se ha visto mermado —aparte de las consabidas desamortizaciones que redujeron su peso económico— pues de aquellos 28 clérigos seculares, 62 regulares y cinco ermitaños de 1752178, que posiblemente existiesen a comienzos del XIX (en el convento de San Francisco en 1834 aún hay 39 clérigos: 24 religiosos, 11 legos y cuatro hermanos)179, y que se reducen a ocho en 1897, con una población que duplica la anterior. Los efectos de las desamortizaciones liberales son evidentes. Otro síntoma de la formación de esta nueva sociedad será la presencia de la pequeña burguesía, quizá clase media de los negocios y de funcionarios a los que habría que añadir ese gran núcleo de propietarios que consideramos rentistas y por tanto fuera de la población activa180. También los comerciantes de diverso tipo e industriales junto a los profesionales liberales, y en menor medida algunos de los empleados y funcionarios municipales. Más significativa por su escaso número será la aparición en el padrón de profesiones como operario, fogonero, electricista, químico, ingenieros… que nos muestran un incipiente cambio de tendencia profesional que aproximaría a Marbella a una sociedad más tecnificada y en vías de una industrialización moderna, cambio que se produce, especialmente desde la instalación en 1870 de la The Marbella Iron Ore C&L, y que en el padrón de 1924 se ampliará con nuevas profesiones: relojero, soldador… A lo largo del XIX se está formando en Marbella una nueva sociedad, pero los cambios, aunque evidentes, se han producido lentamente por lo que no podemos más que destacar algunos hitos. La importancia de las colonias agrícolas en relación con la configuración social puede observarse en los padrones de San Pedro Alcán-
Cf. AG S, Dirección General de Rentas. Estadística. Inventario… Libro 294. SERRANO LIMA, A.: «El convento…», op. cit, p. 60. Cita la información firmada por el Secretario provincial de la Orden Fray Félix de San Martín. 180 El apartado de varios en el Padrón de 1897 es muy elevado e incluye los 97 propietarios de difícil clasificación, 45 empleados y 16 cesantes. 178 179
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tara181 de 1871 y 1897, especialmente en el primero donde puede verse la procedencia foránea de los colonos. En ambos prima fundamentalmente el sector primario que llega a alcanzar un 78’8% y un 66,5%, respectivamente, sobre el total de la población activa de la colonia y que se dedican esencialmente, como es de esperar, a la agricultura, aunque en el primero de ellos hay un importante número de ganaderos (22) que casi han desaparecido en 1897. Entre ambos se producirá también un cambio significativo, ya que si en 1871 hay 180 labradores y 52 jornaleros, en 1897 se citan tres labradores y 137 jornaleros y no aparece nadie como colono. Consideramos que se trata de trabajadores empadronados, más o menos estables, que se incrementan en determinadas épocas en función de las necesidades del campo, como ocurrió en 1905, momento en que San Pedro recibe casi dos millares de jornaleros182, lo que dará lugar a quejas en Marbella al ser aquéllos foráneos mientras los de Marbella se encuentran en paro183. En relación con los otros dos sectores no hay nada significativo que señalar, pues en una colonia agrícola como San Pedro Alcántara tenían que ser forzosamente reducidos y similares al global de Marbella, aunque un poco mayor el industrial (10,4% en San Pedro sobre el 9,6% global del municipio). La nueva situación social ha sido estudiada, para los años del Sexenio Democrático, por José Bernal184, el cual nos presenta una estratificación social en la que ya están presentes las nuevas clases sociales, que divide en altas, medias y bajas y que mantienen una estructura similar a lo largo de todo el Sexenio. Así, las clases altas estarían formadas por una minoría de la población, que en 1870 oscila en torno al 12,8%, y que está formada esencialmente por los propietarios de los medios de producción, profesionales, gerentes y altos cargos de grupos institucionales. La más numerosa, denominada clase baja en la jerarquía social, llegará al 57,9%, y está formada por trabajadores asalariados manuales especializados o no especializados, eventuales, aprendices, servicio doméstico… y por último la nueva clase media que ya alcanza el 29,2% y son esencialmente asalariados no manuales, maestros y asimilados, empleados de servicios y de la administración, funcionarios, fuerzas del orden, empleados de telégrafos y de nuevas profesiones que exigen cierta calificación técnica. En fin, la nueva estruc-
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tura social y las relaciones de producción generadas en este modelo capitalista que sustituye al estamental del Antiguo Régimen se ponen de manifiesto de forma cada vez más evidente. Estos cambios hay que situarlos en un marco político que se gesta en paralelo a la evolución económica y social y que dialécticamente se relacionan. 2. La
lenta respuesta a la miseria de las capas
populares
Durante el siglo XIX la mayoría de la población de Marbella no alcanza unas cotas de bienestar mínimas, ya que los porcentajes de población activa son verdaderamente escasos y dependen de ellos un gran número de personas. Sin embargo hay algunas familias que podrían ser consideradas como pudientes y que llevarían una vida desahogada. Dependiendo del momento histórico, podríamos considerar que los más solventes o bien eran los nobles de comienzos del siglo, o algunos propietarios que también se benefician del poder político, aparte de los profesionales liberales y los que desempeñan los escasos negocios que genera la ciudad. Ya hemos visto la evolución de la población de Marbella y el contexto económico, generalmente deprimido, en el que viven la mayoría los ciudadanos a lo largo del XIX. En esa complicada situación tendrán que soportar varias crisis, tanto demográficas como económicas. Las primeras se manifiestan en las epidemias que afectan a la población marbellí de modo casi continuo a lo largo del XIX, y las últimas en la carencia de trabajo con masas de jornaleros en paro. En ambos casos las hambrunas tendrán un importante protagonismo. 2.1.
Las
crisis
demográficas.
Las
epidemias
decimonónicas
En cuanto a las epidemias hemos de destacar que aunque ya no tienen la virulencia de las de épocas pasadas, gracias a los avances médicos y las medidas higiénicas, sí presentan una misma insistencia. Aunque todas las epidemias tengan incidencia económica debemos distinguir las que afectan directamente a la salud de las personas de las plagas que repercuten sobre los cultivos del municipio. Así, respecto a las primeras, nos encontramos en 1821 con la existencia de dos casos de mal lazarino (lepra) a los que se incomunica185,
AHMMb, Padrón de San Pedro Alcántara de 1871. AHMMb, Acta de la Junta de Reformas Sociales, 8 de abril de 1905. Se cita la presencia de 1.800 hombres en la recolección de la caña de azúcar. 183 AHMMb, AACC, 15 de marzo de 1905. 184 BERNAL GUTIÉREZ, J.: «Las relaciones de producción en la Marbella del Sexenio Democrático (1866-1874)», Cilniana, 12, 1999, pp. 22-27. 185 AHMMb, AACC, 22 de febrero de 1821. 181 182
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y que se repiten en 1822186. La lepra era endémica en Marbella durante el XIX187, y continúa a comienzos del XX, puesto que, en 1903, cuando se conocen algunos posibles casos en Marbella, varios clérigos regulares franciscanos de la provincia de Barcelona se ofrecen para cuidar gratuitamente a los leprosos188. En cuanto a la fiebre amarilla no hemos encontrado repercusión en Marbella de la de 1821189, año en el que dicha enfermedad ataca la costa desde Cádiz a Barcelona. Años después, en 1828, aparece en Gibraltar, ciudad a la que se envía ayuda desde nuestra ciudad190. Las epidemias que afectan con claridad a Marbella serán las de cólera morbo asiático. La primera de ellas se produce en 1834. En otras zonas de España durará desde enero de 1833 al mismo mes de 1835 y fallecerán más de cien mil personas191. En Marbella también alcanza una gran importancia al llegarse a los cinco, seis o, incluso, siete muertos diarios en marzo de 1834192. Entre las medidas sanitarias destaca la consabida cuarentena que obligará a la suspensión de la feria que debiendo celebrarse el 28 de mayo193, se propone aplazarla para el 2 de agosto,194 aunque no será aceptado por el gobernador. La epidemia se prolongará durante los meses de primavera y verano desapareciendo paulatinamente antes de 1835. La segunda epidemia de cólera que azotó a España, desde noviembre de 1853 a marzo de 1856 y que produjo el doble de muertos que la anterior195, llega tardíamente a Marbella, entre julio y octubre de 1855, momento en el que al acabar se verifica la correspondiente acción de gracias196, aunque todavía tendrá un rebrote en marzo de 1856197. El número de fallecidos, respecto a los años anteriores, es significativo y se aprecia con claridad en los índices negativos del
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crecimiento vegetativo que alcanzará el -14% en 1855198. Aunque se conoce la existencia de una terrible epidemia de cólera en Gibraltar y Barcelona en 1865 que segó 236.744 vidas, en Marbella se toman medidas y no parece que tuviera repercusión199, como tampoco la tuvo la de fiebre amarilla de 1870. Sin embargo la tercera epidemia de cólera que afectó especialmente a Andalucía y produjo alrededor de 120.000 muertos llega a las localidades próximas a Marbella en el verano de 1885, por lo que en el mes de julio ya se toman medidas de sanidad pública y se da orden de detener y poner bajo observación a cuatro personas procedentes de Gibraltar200. La epidemia llega a San Pedro Alcántara en octubre201 y a Marbella en diciembre de dicho año. En ese mes llegan a contabilizarse 160 enfermos y entre las medidas que se toman, siguiendo las instrucciones dadas por el gobernador202, destaca la incineración de ropas y camas, con lo que al afectar a un número amplio de las familias más pobres, podemos imaginar los efectos que tiene sobre estas familias y la situación de indigencia tras soportar algún miembro de la familia esta enfermedad203. Aunque el proyecto venga de años atrás, por fin el 1 de septiembre de 1885 se inaugura el nuevo cementerio204 que se construye alejado del núcleo urbano, y se ordena el cese de las inhumaciones en el recinto del antiguo castillo, a fin de evitar cualquier tipo de contagio. El cementerio del castillo se construyó en 1818205, aunque se mantuvo el de la iglesia hasta que en 1833 se prohibió enterrar en ella206. Se pretendió, durante un tiempo, hacer un cementerio en el Llano de San Ramón207, e incluso se contó con el arquitecto Cirilo Salinas208, aunque al final no
AHMMb, AACC, 22 de enero de 1822. Un hijo de Pedro Cortés al que se incomunica. AHMMb, AACC, 19 de junio de 1911. Lo dice el médico Félix Jiménez Ledesma solicita permiso para ir al extranjero a estudiar quimioterapia. 188 AHMMb, AACC, 29 de agosto de 1903. 189 AHMMb, AACC, 17 de abril de 1822. En ese año el Jefe Superior Político repite escrito del mes de enero sobre la proporción de la epidemia de fiebre amarilla. 190 AHMMb, AACC, 13 de noviembre de 1828. 191 VICENS VIVES, J.: Historia de…, op. cit., p. 8. Vicens da la cifra de 102.511 muertos. 192 AHMMb, AACC, 1 de marzo de 1834. 193 AHMMb, AACC, 15 de abril de 1834. 194 AHMMb, AACC, 27 de mayo de 1834. 195 VICENS VIVES, J.: Historia de…, op. cit., p. 8. 196 AHMMb, AACC, 22 de octubre de 1855. 197 AHMMb, AACC, 27 de marzo de 1856. 198 Cf. RODRÍGUEZ FEIJÓO, A.: Enseñanza…, op. cit., Málaga 1986, Tabla I. Evolución de la población en Marbella 1841-1940, pp. 113-114. 199 AHMMb, AACC, 17 de septiembre de 1865. 200 AHMMb, AACC, 24 de julio de 1885. 201 AHMMb, AACC, 11 de octubre de 1885. 202 AHMMb, AACC, 16 de agosto de 1885. 203 AHMMb, AACC, 16 de agosto de 1885 y 13 de diciembre de 1885. 204 AHMMb, AACC, 30 de agosto de 1885. 205 AHMMb, AACC, 14 de julio de 1834. 206 AHMMb, AACC, 1 de julio de 1833. 207 AHMMb, AACC, 3 de mayo de 1845. Además se crea la plaza de enterrador, que desempeña Nicolás Fribaldi (AHMMb, AACC, 8 de junio de 1845). 208 AHMMb, AACC, 18 de marzo de 1846. 186 187
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se construye por cederse el terreno a la ferrería de El Ángel209, por lo que se le rescinde el contrato210. La necesidad del nuevo cementerio ya se había planteado por el Gobierno Civil en 1856, en el contexto de la epidemia de cólera morbo que asoló la ciudad en dicho año, y que se pretendía que se hiciera, en terreno de propios, a dos mil leguas de la última casa al norte de la población y del destruido convento de San Francisco211, y se insiste en 1866, tras nueva visita del gobernador, para que se busque el terreno adecuado fuera de la ciudad212. En paralelo a la creación de la colonia, en 1863, se acuerda la construcción del cementerio de San Pedro Alcántara213, aunque todavía se elabora el expediente en 1867.214 Pocos años después, cuando los ingleses se instalan con la The Marbella Iron Ore C.& L. el vicecónsul de Gran Bretaña en Marbella solicitará terrenos en el Llano de la Pólvora para la construcción de un cementerio para los ingleses215, aunque no llega a hacerse. En cuanto a la mortalidad infantil, por sí elevada, se verá incrementada en algunos años como 1883 en que se produce una importante epidemia de sarampión216, y en el año de 1895 en que ataca la viruela 217, a pesar de que la vacuna llegó a España a principios de siglo XIX. Acabadas las grandes epidemias del siglo XIX aparecerán otras de menor importancia, pero que aún reflejan la insalubridad y malas condiciones higiénicas en que vive la población marbellí durante ese siglo e incluso a comienzos del XX. A mediados de siglo se realizarán algunas mejoras en las zonas más céntricas con la construcción de un alcantarillado que acondiciona las «madres públicas» y el empedrado de las calles disminuyendo en parte la insalubridad de estas calles218. Otro problema para la salud es el relacionado con la existencia de paludismo en varias
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zonas del municipio, lo que dificulta el trabajo de los braceros por las continuas fiebres que genera y que incluso, en 1898, produce la muerte de 20 personas219. Las zonas más afectadas serán aquellas que tienen grandes zonas de charcas estancadas, como el núcleo de San Pedro Alcántara o en la zona próxima a Calahonda a principios del XX220. Las últimas crisis epidémicas importantes se producirán en 1905 y 1918, ambas debidas a la gripe,221 esta última de importante repercusión en toda Europa. Un segundo tipo de epidemias afectarán fundamentalmente a la agricultura, en especial la relacionada con el cultivo de la vid. De ellas destacarán dos por su importancia. En primer lugar la epidemia de oidium que durante siete años, entre 1850 y 1857, atacará a las viñas destruyéndolas222, y que tendrá amplia repercusión en la economía de la población. Más tarde, la vid se verá afectada, esta vez por la filoxera, de la que ya tenemos noticias en 1874 y 1879223, pero que se centra principalmente en los años finales del XIX, en torno a 1893 y 1895224. Otro tipo de plagas que afectan al sector agrario será la pérdida por enfermedad de las higueras en 1895225, o la de langosta que hubo en Guadaiza en 1840 y contra la que se toman medidas al año siguiente para que no se reproduzca226, sin embargo reaparece en 1845227, en 1876228 y en 1902229, o la de glosopeda de este mismo año que hace enfermar al ganado230. 2.2. Las
crisis económicas: crisis de subsistencias, las
hambrunas y el paro
Desgraciadamente las crisis sanitarias no se han presentado solas, en ocasiones iban unidas al paro de la población que vive de la agricultura, a la elevación de precios o al hambre. También habrá crisis originadas por las inclemencias del tiempo, bien por inundaciones o por sequías,
AHMMb, AACC, 20 de mayo de 1849, 24 de junio de 1849. AHMMb, AACC, 16 de septiembre de 1849 y 30 de enero de 1850. 211 AHMMb, AACC, 15 de abril de 1856. 212 AHMMb, AACC, 8 de julio de 1866. 213 AHMMb, AACC, 5 de julio de 1863. 214 AHMMb, AACC, 30 de junio de 1867. 215 AHMMb, AACC, 9 de julio de 1871. 216 AHMMb, AACC, 20 de julio de 1883. 217 AHMMb, AACC, 1 de junio de 1895. 218 AHMMb, AACC, 27 de junio de 1858 y 20 de noviembre de 1859. 219 LÓPEZ SERRANO, F.: «Miseria, guerra y corrupción. Una aproximación a la Marbella de 1898”, Cilniana, 13, p. 7. 220 AHMMb, AACC, 27 de diciembre de 1902 y 13 de febrero de 1904. 221 AHMMb, AACC, 11 de enero de 1905 y 23 de noviembre de 1918. 222 AHMMb, AACC, 11 de octubre de 1857. 223 AHMMb, AACC,. 224 AHMMb, AACC, 8 de abril de 1893 y 18 de mayo de 1895. 225 AHMMb, AACC, 29 de mayo de 1895. 226 AHMMb, AACC, 18 de agosto de 1841. 227 AHMMb, AACC, 20 de abril de 1845. 228 AHMMb, AACC, 26 de noviembre de 1876. 229 AHMMb, AACC, 17 de mayo de 1902. 230 AHMMb, AACC, 24 de mayo de 1902. 209 210
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que dejarán ingentes masas de jornaleros sin trabajo. En general las crisis meteorológicas o económicas desencadenan crisis de subsistencias propias del Antiguo Régimen, sin que todavía se muestren las clásicas crisis de sobreproducción del capitalismo liberal. Las crisis meteorológicas se repiten cada cierto tiempo y ocasionan daños materiales en diverso grado, como es el caso de las inundaciones que afectan al barrio Nuevo, en Puente Málaga, en noviembre de 1852231. Incluso hay situaciones excepcionales, como ocurre en enero de 1841, momento en que se produjo un «fuerte huracán» (suponemos que fue un tornado) que arrancó el angelote de la torre de la iglesia232, otras serán las heladas y temporales los causantes de los daños, e incluso un posible terremoto a final del año 1884, con foco en Granada y que tuvo cierta repercusión en Málaga, pero que no parece que afectara mucho a nuestra ciudad pues se niega su existencia233. En 1838 los temporales impiden la salida a pescar conduciendo a situaciones calamitosas y de miseria de los pescadores y provoca un motín de hambre con el asalto a la carnicería y al almacén del maíz234. El hambre y la injusticia social generan un estado de violencia que será aprovechado por algunos para mejorar su situación, nos referimos al estraperlo de carne que se reconoce al año siguiente235. Este tipo de crisis es de carácter menor en relación con otras más estructurales, puesto que se repiten a lo largo de todo el siglo sin que se aborden medidas que permitan su solución. Tienen que ver con el incremento en el precio de los cereales en los años centrales del siglo XIX, tras un periodo de cierta estabilidad entre 1819 y 1846. Los cereales panificables casi no se producen en nuestra población por lo que hay una importante dependencia exterior, con lo que se reflejarán en Marbella las principales crisis que se producen en el marco español: la de 1847, algo menos la de 1856-57 y la de 1866-68236, que se completan con la conocida crisis finisecular.
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Así se manifiesta en la Marbella de 1847, con la subida de 10 reales la fanega.237 Esta situación de indigencia, que se extiende durante varios años, continúa en 1854 —con el hambre motivada por las sequías que paralizaron los trabajos campestres y afectaron a multitud de vecinos jornaleros a pesar de dejarles aprovechar el monte bajo con el carboneo238— y se agrava por el cese del trabajo en las minas en 1857239, provocando la emigración de algunos habitantes, lo que unido a la pérdida de brazos jóvenes en las levas para el Ejército y la Armada240, generará la consiguiente decadencia del vecindario241. En esta década de 1860 se repite la crisis cerealista en Marbella. En 1862, se produce una nueva y rápida elevación de los precios del pan generada por el estado de alarma entre los labradores que esperan el mal resultado de la cosecha242. En 1866 hay una nueva paralización de los trabajos agrícolas y de las faenas de pesca por los temporales de 1866 con la consiguiente miseria de la población243, que se agrava con la falta de trabajo en las fábricas244. La crisis de subsistencias tendrá su momento cumbre, en relación con la carestía del trigo y en consecuencia del pan, con el gran incremento de los precios245, al final de la década, en la primavera de 1868246, y que ya se manifestó en año anterior con la presencia de bandas de pobres de solemnidad que generan alarma, entre los mayores contribuyentes, por hurtos y robos247. Años después, en la primavera de 1874, se repetirá una nueva crisis por la sequía que produce la pérdida de cosechas y los consiguientes efectos sobre la población necesitada248, más aún al complicarse con la crisis filoxérica. En los años finales de siglo la situación es sumamente crítica, pues a lo anterior se unen los problemas en las minas y en la pesca lo que hará que, desde 1892, nos encontremos con una nueva situación de calamidad pública que perdurará hasta culminar el siglo.
AHMMb, AACC, 18 de noviembre de 1852. AHMMb, AACC, 15 de abril de 1841. 233 AHMMb, AACC, 20 de enero de 1885. 234 AHMMb, AACC, 3 de marzo de 1838. 235 AHMMb, AACC, 21 de enero de 1839. 236 SAIZ PASTOR, C. y VIDAL OLIVARES, J.: El fin del Antiguo…, op. cit., p. 51. 237 AHMMb, AACC, 10 de mayo de 1847. 238 AHMMb, AACC, 19 de noviembre de 1854. 239 AHMMb, AACC, 11 de octubre de 1857. 240 AHMMb, AACC, 11 de octubre de 1857. 241 AHMMb, AACC, 8 de diciembre de 1857 y 11 de octubre de 1857. 242 AHMMb, AACC, 27 de julio de 1862. 243 AHMMb, AACC, 5 de marzo de 1866. 244 AHMMb, AACC, 8 de diciembre de 1867. 245 AHMMb, AACC, 5 de enero de 1868. 246 BERNAL GUTIÉRREZ, J.: «Marbella entre el liberalismo y el proteccionismo. El comportamiento de los precios del cereal en el Sexenio Democrático: la crisis de 1868”, Cilniana, 14, p. 27-44. 247 AHMMb, AACC, 4 de noviembre de 1867. 248 AHMMb, AACC, 6 de julio de 1874. 231 232
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En 1892 Marbella está plagada de mujeres y niños pidiendo a la caridad pública ya que se encuentran más de 800 jornaleros sin trabajo, 170 de la mar y 300 de las minas, alcanzando el número de indigentes la cifra de 3.500, es decir, casi la mitad de la población del municipio, afectando especialmente a la de menor poder adquisitivo,249 situación que aún continúa sin solucionarse en diciembre de 1894250, y que se prolongará al primer tercio del XX. Nos encontramos, por tanto, en 1895, con familias enteras sin recursos251 cuya situación se agrava por las levas de 65 soldados que se realizan en ese año252, y que llegan a 71 en 1898253, para enviarlos a Cuba o a Filipinas. La solución propuesta, aunque insuficiente, vendrá de la aportación de alguna cantidad de dinero a cambio del arreglo de los caminos, playas y lavaderos254. Esta crisis finisecular se complica con la coyuntura provocada por los temporales y las consecuentes inundaciones que se producen en las carreteras y viviendas en 1881255, y 1884256, repitiéndose en los años finales de siglo desde 1895 a 1900257, a la vez que, en contraste, se produzca una importante sequía a comienzos del año 1897. Ante la gravedad de la situación los concejales constituyen, en dicho año, una Junta Local de Socorros para la clase jornalera258, aunque pocos meses después, el 9 de noviembre, se repitan las inundaciones con daños importantes, incluso con hundimiento de las calles259. La crisis del XIX en Marbella, estupendamente estudiada por López Serrano, se complica con las consecuencias del reclutamiento para la guerra de Cuba o Filipinas (antes y después con Marruecos), que era claramente discriminatoria para las clases más populares, dado el sistema de redención en metálico o personal mediante un sustituto, creado por el sistema liberal a partir de la Ley de Quintas de 1823260. Ello provocará la huida hacia América de parte de esa población más joven, y generalmente más pobre, a fin de evitar la movilización. De este exilio voluntario de algunos mozos en marzo de 1898 nos da noticias la documentación municipal261.
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2.3. Las escasas medidas para solucionar las crisis La situación de penuria que atraviesan las capas más humildes de la población es evidente. Las medidas que se toman para corregir estos
En 1892 Marbella está plagada de mujeres y niños pidiendo a la caridad pública ya que se encuentran más de 800 jornaleros sin trabajo, 170 de la mar y 300 de las minas, alcanzando el número de indigentes la cifra de 3.500 problemas serán de diferente categoría. Durante todo el XIX han aparecido y reaparecido, especialmente durante las festividades, las donaciones de pan a los pobres; incluso con motivo de algún acto luctuoso, como el asesinato de Cánovas, en plena crisis finisecular que, como señala López Serrano, permitió comer un día a los más necesitados a los que se le repartieron «abundante pan y vestidos»262. Limosna que podría tranquilizar las conciencias, pero que no solucionaba el problema. Son soluciones a la antigua usanza, pues no tenemos constancia de una toma de conciencia reivindicativa del movimiento obrero hasta comienzos del siglo XX. Como muestra de lo anterior recordamos algunas de las iniciativas en el nuevo siglo. Al principio, en varias ocasiones, se confía en reclamar la ayuda del gobierno siguiendo las corrientes de la época, pero paulatinamente aparecerán propuestas de nueva naturaleza, como la creación en 1905 de la Junta de Reformas Sociales con el objetivo de subsanar en lo posible estos problemas. Sin embargo, la inutilidad de dicha Junta es manifiesta, pues las reuniones son escasas y en 14 años sólo se realizan con la finalidad de elegir sus miembros y, únicamente en 1919, a petición de los empresarios, se trata el asunto de la jornada de 8 horas, que se niegan a aceptar263. Por su parte, los obreros comienzan a adquirir conciencia de clase y a organizar agru-
AHMMb, AACC, 12 de marzo de 1894. AHMMb, AACC, 29 de diciembre de 1894. 251 AHMMb, AACC, 23 de febrero de 1895. 252 AHMMb, AACC, 9 de febrero de 1895. 253 AHMMb, AACC, 10 de febrero de 1898. 254 AHMMb, AACC, 2 de marzo de 1895. 255 AHMMb, AACC, 3 de abril de 1881. 256 AHMMb, AACC, 22 de octubre de 1884. 257 LÓPEZ SERRANO, F.: «Miseria…», op. cit., p. 7. Se citan las inundaciones de febrero y marzo de 1895, noviembre de 1897, abril de 1898, febrero de 1899 y septiembre de 1900. 258 AHMMb, AACC, 21 de mayo de 1897. 259 AHMMb, AACC, 14 de noviembre de 1897. 260 Ley de Quintas de 1823 y Ordenanza de 1837. 261 LÓPEZ SERRANO, F.: «Miseria…, op. cit., p. 9. 262 Ibídem, p. 7. 263 AHMMb, Acta Junta de Reformas Sociales, 29 de septiembre de 1919. 249 250
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paciones de cara a la defensa de sus intereses. A través de los trabajos de Lucía Prieto264, podemos conocer la existencia de agrupaciones obreras como la sociedad de trabajadores Mar y Tierra, que desde 1902 intenta defender las libertades y derechos de sus asociados con un carácter reivindicativo y educativo, o la sociedad Junta de Defensa Administrativa creada en 1909265. Por otra parte, también tenemos constancia de asociaciones creadas en 1919, como la Federación Obrera El Progreso266 o la Sociedad de mineros y oficios varios El Despertar de Ojén267. En torno a la Segunda República germinarán nuevas asociaciones profesionales y sindicatos en Marbella que Lucía Prieto nos describe con detalle. En 1930 la Sociedad Cultural Recreativa268 y al año siguiente nuevos sindicatos: La Sociedad de Mineros de Marbella afecta a la UGT, la Unión de Chauffer y Anexos de Marbella, la Sociedad de Trabajadores de la Tierra (FNTT-UGT)269. El Centro Obrero La Defensa se conforma como Sindicato de Oficios Varios de la CNT, también hay constancia del Centro Obrero Libertad270 o al año siguiente, en 1932, del Sindicato Agrario Unión Agraria de San Pedro271. En todo caso, los patronos también se organizaron mediante la creación de la Sociedad de Propietarios Agrícolas de Marbella y la Alianza de Labradores de España, entre 1932 y 1933272, o con asociaciones de carácter más progresista inicialmente, como la Agrupación de Comerciantes e Industriales, aunque se aparte de esa línea a partir de 1933 al sufrir el boicot de la CNT. De carácter marcadamente profesional, la Asociación de Obreros y Empleados Municipales se constituye en 1935 y defiende los intereses de los funcionarios y empleados del Ayuntamiento273. III. El liberalismo político. Origen y evolución El liberalismo político en Marbella surge y se desarrolla en el siglo XIX de forma similar a la del resto de España, a lo largo de cuatro etapas netamente diferenciadas: 1. Los prolegómenos liberales (1812-1833), en los que se producen los primeros planteamien-
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tos del liberalismo, que se extienden desde la primera manifestación constitucional durante la guerra de la Independencia en 1812 —cortada de raíz por el regreso de Fernando VII, que impone una política reaccionaria antiliberal, a pesar de los múltiples y fracasados intentos de reponer un liberalismo constitucional— hasta que fallece el monarca absolutista en 1833. 2. La transición hacia el nuevo régimen liberal (1833-1843), que es la fase de configuración del sistema liberal. La regencia de Mª Cristina necesitará apoyarse en los liberales para garantizar el trono para su hija Isabel II, con lo que deberán hacer frente tanto a los absolutistas tradicionales como a los nuevos absolutistas representados por el carlismo. Se desarrollará desde la muerte de Fernando VII en 1833 hasta el fracaso de la política pseudoconstitucional del Estatuto Real, con la consiguiente proclamación de la Constitución de 1837, que provocará a medio plazo la Regencia de Espartero tras el primer triunfo sobre el absolutismo carlista. 3. El afianzamiento del sistema liberal (18431875) momento de consolidación del sistema. Se inicia con la mayoría de edad de Isabel II y se afianza durante la Década Moderada, momento en el que se origina la división dentro del liberalismo entre moderados y progresistas con el paulatino y continuado alejamiento de las clases populares del liberalismo. El Bienio Progresista de Espartero anuncia la crisis del sistema —tras un nuevo periodo moderado de la Unión Liberal de O’Donnell—, al concebirse nuevas formas democráticas que se ensayan durante el Sexenio Democrático (Gobierno Provisional, Monarquía Democrática y República), que ponen fin a la sociedad tradicional y marcan el despertar del proceso modernizador de España. 4. El régimen de la Restauración y la crisis del sistema liberal (1875-1898) vendrá determinado por el reparto de poder y la parodia del sistema canovista durante el régimen de la Restauración, que deja una imagen caciquil y de falsa apariencia democrática, con lo que arrastrará al descrédito a la clase gobernante. Su principal manifes-
PRIETO BORREGO, L.: «Republicanismo, obrerismo y caciquismo: Marbella (1900-1910)», en Actas del III Congreso de Historia de Andalucía, Andalucía Contemporánea III, Córdoba, 2001. Cajasur, Córdoba, 2003, pp. 429-441. 265 Ibídem, p. 441. En un interesante cuadro cita también la Asociación de Maestros de 1ª Enseñanza de Marbella y Estepona, La Sociedad Obrera de Instrucción y Socorros Mutuos, La Sociedad Obrera «La Emancipación», el Círculo Republicano Instructivo Obrero y el Círculo Agrícola e Industrial. 266 AHMMb, Acta Junta de Reformas Sociales, 29 de septiembre de 1919. 267 PRIETO BORREGO, L.: «La situación de las clases trabajadoras en Marbella durante las primeras décadas del siglo XX», Baetica, 2001, p. 701. 268 Cf. PRIETO BORREGO, L.: Marbella los años de la utopía. Estudio de una Comunidad Andaluza (1931-1936), Marbella, 1994., pp. 25-137 y 98-150. 269 Los representantes de este sindicato en la Junta de Paro Forzoso serán sucesivamente Fernando Sánchez Guerrero, Juan Martín Sánchez y José Ruiz Martín. 270 AHMMb, Actas Junta de Paro Forzoso 8 de febrero de 1933. El representante del Centro Obrero Libertad en esta Junta era Miguel Berrocal Lomeña, y hay constancia de su existencia en Marbella desde 28 de octubre de 1931. 271 AHMMb, AACC, 2 de noviembre de 1932 y cf. PRIETO BORREGO, L.: Marbella los años…, op. cit., pp. 98-150. 272 PRIETO BORREGO, L.: Marbella los años…, op. cit., p. 145. 273 Ibídem, pp. 146-150. 264
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tación será la crisis de 1898, en el contexto de la pérdida de las últimas colonias y de las crisis económicas finiseculares. A pesar del advenimiento al trono de Alfonso XIII en 1902, la crisis no se resuelve y desencadenará una nueva a partir de 1917, que afecta a los ámbitos militar, político y social, falsamente resuelta por la vía autoritaria y corporativa con la alianza entre el trono y el ejército a expensas de las desacreditadas elites políticas. El beneplácito real tras el golpe de Primo de Rivera y su apoyo a la Dictadura, arrastrará al trono y generará el advenimiento de la efímera Segunda República. 1. Los prolegómenos liberales (1812-1833) La convivencia del absolutismo de los Borbones con las ideas ilustradas se paralizará al año siguiente del acceso al trono del nuevo rey Carlos IV, tras el estallido revolucionario de 1789, por la amenaza procedente del otro lado de la frontera. Meses después, entre el 11 y 15 de febrero de 1790, se celebrará en Marbella su proclamación con grandes festejos274. Mientras, se cierran las fronteras al posible contagio revolucionario y a las ideas liberales que conectan con los herederos de la Ilustración francesa. 1.1. Los Primeros Síntomas de Cambio: a la Sombra de Constitución de 1812 Un hijo de la revolución, Napoleón, extenderá las ideas de «Libertad, Igualdad y Fraternidad» y el germen de los nacionalismos por la Europa ocupada por sus tropas, a la vez que funda una dinastía que impone a miembros de su familia en varios tronos europeos. Así, aprovechará el desenlace del Motín de Aranjuez, que dejó desvalido el trono español, para atraer a los monarcas hacia Bayona y, tras sucesivas cesiones del trono, cedérselo a su hermano José. Para Artola, se produce la desaparición de la estructura política multisecular (Reyes, Junta de Gobierno, Consejo de Castilla, Audiencias-Capitanes Generales), que será sustituida por una nueva legitimidad, la popular, a través de las Juntas Locales o Provinciales, que bajo la aparente división federalista y anárquica derivarán hacia la unificación estrenando «una conciencia nacional que los Borbones y la Ilustración habían forjado a lo largo de todo un siglo de tenaz labor política»275. El paréntesis dinástico genera la división en el pueblo hispano entre los afrancesados que
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apoyan a José Bonaparte, y que ven en ese apoyo la posibilidad de modernización de nuestro país, y un pueblo que se rebela y defiende en la calle a un monarca indigno de tal rango, a pesar de convertirse en El Deseado. Durante los cinco años de la llamada Guerra de la Independencia el pueblo español ensaya nuevas formas de autogobierno en libertad y asume el sentimiento nacional en el doble sentido de Nación y de expresión de su soberanía nacional. Este sentimiento se manifiesta en la presencia del pueblo en armas, bajo el sistema de guerrilla con el apoyo de la población civil en una situación de «beligerancia universal» que presupone el carácter nacional de la guerra. En Marbella esas armas se traen de Gibraltar mediante contrabando y así, acabada la etapa bélica en nuestra ciudad, Diego Ruiz, luego Contador de Guerra, hace varias reclamaciones para que le paguen los gastos del traslado de armas y municiones (397 r.v.), que había traído de la plaza de Gibraltar en 1810276.
la
Proclamación Constitución de Cádiz en 1812 en el Oratorio de San Felipe Neri. Fuente: Salvador Viniegra y Lasso – Museo Cortes de Cádiz
La aprobación de la Constitución de 1812 será el primer ensayo del liberalismo-constitucional en la configuración del nuevo estado liberal, frente a un absolutismo reaccionario, que sólo a fuerza de sangre aceptará perder sus privilegios. En el caso de Marbella la guerra termina en el verano de 1812277, momento en que se forma un nuevo ayuntamiento, que inicialmente será provisional, y que enseguida se sustituye por el que correspondía según las normas de la recién aprobada Constitución de Cádiz. Ésta representaba las aspiraciones de los liberales, que pretendían construir un nuevo régimen y transformar la sociedad. Entre las principales innovaciones
Cf. RODRÍGUEZ FEIJÓO, A.: «Carlos IV y las Fiestas de su Real Proclamación en Marbella», Cilniana, 9, 1997, pp. 28-38. En él describimos con detalle esta manifestación cívico-festiva que describe la situación de la Marbella del Antiguo Régimen en el contexto de la época. 275 ARTOLA, M.: «La España de Fernando VII: La Guerra de la Independencia y los orígenes del constitucionismo», en Historia de España de Ramón Menéndez Pidal, Tomo XXXII, Madrid, Espasa-Calpe, 1999, p. 384. 276 AHMMb, AACC, 30 de octubre de 1813 y 9 de mayo de 1814. 277 ALCALÁ MARÍN, F.: Marbella de ayer…, op. cit., p. 62. Cita el 25 de agosto de 1812. 274
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destacan, aparte de la soberanía solutistas y las nuevas ideologías nacional y de la relativa división liberales283. Esto se constata tras de poderes, el sufragio, aunque las elecciones de diciembre de restringido y masculino, que se 1813, momento en que se elige expresa en el ámbito municipal un nuevo ayuntamiento presidien la modificación del sistema do por el antiguo regidor perde organización y de formación petuo el absolutista Alfonso M.ª del ayuntamiento. Así en los muRoldán, ahora rehabilitado como nicipios liberados de la presencia alcalde284. El debate político se francesa, como en Marbella, tras el manifestará en que dicha elección ayuntamiento provisional, se reano será aceptada por su rival, el lizan las elecciones municipales. liberal Pedro Escobar, que consiDe esta forma se procederá a la gue ocupar el poder aunque por elección del primer ayuntamiento poco tiempo285, pues dos meses 278 constitucional de Marbella , que después será repuesto Alfonso vendrá a sustituir a los anteriores M.ª Roldán aprovechando la cocon oficios perpetuos279, por los yuntura absolutista. nuevos con alcaldes, regidores y Fernando VII en un campamento Fuente: Francisco de Goya, 1814 – Museo procuradores síndicos. 1.2. La reacción absolutista de del Prado, Madrid Lo más significativo, aparFernando VII (1814-1820) te de lo efímero del mismo, será: Tras el tratado de Valençay, Napoleón reEn primer lugar, la desaparición, tempoconoce a Fernando VII como rey de España y de ral, de la figura del corregidor (Vicente Alonso las Indias y regresa a la península. La vuelta del El Andrade y Sanjuán)280 que, como ciudad realenDeseado supone el fin temporal del liberalismo, pues el rey no estaba dispuesto a tolerar la pérga, le correspondía a Marbella en el Antiguo Rédida del poder y la reacción no se hace esperar. gimen. El corregidor dependía directamente del El 19 de mayo de 1814, poco después del Maninombramiento real y a partir de ahora deberá ser fiesto de los Persas y del consiguiente decreto de un representante del pueblo elegido mediante 4 de mayo —que aparte de no contener ninguelecciones el que ostente el máximo cargo muna doctrina política ni referencias a los problenicipal. mas de la sociedad española286 hacía ambiguas En segundo lugar y como consecuencia de lo anterior, el que por primera vez el alcalde, que promesas y declaraba nulos y de ningún valor ni hasta ahora era un noble, Alfonso M. ª Roldán, efecto «la Constitución y decretos de Cortes, y del que se eleva informe por su actitud con los reo de lesa majestad a quien tratase de hecho, franceses281, será sustituido por un representanescrito o palabra de restablecerlos»287— se prote de la nueva burguesía: el farmacéutico Manuel ducirán en Marbella, al conocerse la posición Martínez Molina282. de Fernando VII, una serie de alborotos que reEn tercer lugar que se abre el debate popondrán en el poder al antiguo ayuntamiento lítico a fin de controlar el poder, entre los ababsolutista presidido por Alfonso M.ª Roldán, al 278 Cf. AHMMb, AACC, 24 de septiembre de 1812. El primer ayuntamiento constitucional que se elige en Marbella y que permanece hasta final de 1813 está formado por: Alcalde: Manuel Martínez Molina. Alcalde 2º: Gaspar de Fuentes. Regidores: Manuel Escovar, Diego Martín Barragán, Juan Molina, Juan Becerra López, Martín Cerván, Pedro de Reyes, Benito López, Juan de Mesa, Juan de Valderrama, Cristóbal Alonso del Moral. Síndicos: Pedro Brunell y Juan Francisco de Lara. 279 AHMMb, AACC, 9 de agosto de 1814. El Ayuntamiento que había en Marbella en 1808 estaba formado por las siguientes personas: Alcalde y Regidor Perpetuo Decano Alfonso M.ª Roldán (noble). Regidores: Alonso Fernández Barrios (noble), Luis M.ª de Alcocer (noble), Diputado del Común: Andrés Alonso y Moral. Rafael de Toro (noble). Síndico: Pedro García (noble como médico). Procurador General: Fernando Espinosa. En 1810 el ayuntamiento estaba compuesto por: Alcalde y Regidor Perpetuo Alfonso M.ª Roldán (noble). Regidores: Manuel de Artola (noble), Alonso Fernández Barrios (noble). Síndico del Común: Andrés Alonso y Moral. AHMMb, AACC, 12 de noviembre de 1813. 280 ALCALÁ MARÍN, F.: Marbella de ayer…, op. cit., p. 235. Cita el nombre de este corregidor que es nombrado en 1804. 281 AHMMb, AACC, 4 de abril de 1813. 282 Cf. AHMMb, Padrones. Padrón de Contribución Directa de 1814. Aparece citado por su oficio. 283 Sobre este tema me remito a las conferencias de RODRÍGUEZ ROMERO, C.: «Elecciones a diputados y síndicos personeros. Elecciones en Marbella en el sexenio absolutista (1814-1819). Un atisbo de libertad en medio del tiempo» y a la de HERNANZ BURREZO, L.: «Cambio político y realidad económica. El ayuntamiento constitucional de Marbella en el Trienio Liberal» que aparecen en esta publicación. 284 Este nuevo ayuntamiento constitucional toma posesión el 1 de enero de 1814 y está formado por: Alcalde: Alfonso M.ª Roldán. Alcalde 2º: Josef Álvarez. Regidores: Juan Molina, Pedro de Reyes, Juan Becerra, Gregorio Atencia, Juan Guerrero, M. Cerván, José Duarte, Alonso Muñoz, Síndico: Pedro de Lara y Pedro Brunell. AHMMb, AACC, 1 de enero de 1814. 285 AHMMb, AACC, 19 de marzo de 1814. Este ayuntamiento constitucional está formado por: Alcalde: Pedro Escobar. Alcalde 2º: Josef Álvarez. Regidores: Antonio Hernández, Antonio Mata, Martín Cerván, Juan de Molina, Juan Becerra, Pedro de Reyes, G. Atencia, F. Aracena. Síndicos: Pedro Brunell y Manuel López. 286 ARTOLA, M.: Partidos y programas políticos, 1808-1936, I. Los partidos políticos, Alianza, 1991 p. 206. 287 ARTOLA, M.: La burguesía…, op. cit., p. 45.
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que habían sacado de su casa llevándole hasta reformista contenido en los derogados decretos el ayuntamiento288. de las Cortes293. No tenemos noticia de masones El sentimiento liberal era muy pobre en en Marbella en ese momento, pero sí del encierro la mentalidad de los marbelleros. La reacción en su castillo del capitán Juan Van-Halen, todo un acaba con rapidez con los primeros indicios de personaje del que incluso se ha novelado su vida cambio. Los alborotos se habían iniciado hacia por Pío Baroja294 y que a punto estuvo de ser ejelas nueve de la mañana. Se oyeron los gritos de cutado en nuestra ciudad en diciembre de 1815, «Viva nuestro Rey D. Fernando VII, la Religión y tras ser procesado por una supuesta orden real. la Inquisición». Esta es la verdadera realidad de Se sabe que en sus últimos momentos, ya en cala reacción: una trilogía inseparable del Antiguo pilla, será liberado de ser fusilado por el conde Régimen, y a la que se añaden los deseos de que de Montijo, capitán general de Granada, jefe de se aboliese lo establecido por la Constitución, e la francmasonería española, aunque más tarde, incluso el cambio del nombre de la plaza, que de en 1817, volverá a ser preso por nueva denuncia ser de la Constitución pasará a denominarse de por masón en Murcia de la que nuevamente se Fernando VII289. Unos días después, posiblemenlibrará295. te para no sentar el precedente del apoyo popular, se restablecerá por tres meses al anterior 1.3. El Trienio Liberal (1820-1823) ayuntamiento constitucional, aunque esta vez Varios pronunciamientos militares —Essin ese carácter y bajo la presidencia del corregipoz y Mina en Pamplona (1814), Juan Díaz Porlier dor Antonio García de la Puente290. en La Coruña (1815), Luis Lacy y Lorenzo Milans El 9 de agosto de 1814 se recibe la Real del Boch en Barcelona (1817), Joaquín Vidal en Cédula sobre extinción de ayuntamientos y alcalValencia (1819) — pretenden la vuelta del libedes constitucionales que permite, ralismo, pero fracasan uno tras bajo la nueva legalidad absoluotro. tista, el regreso al poder de los Por fin triunfa un pronunrepresentantes del Antiguo Régiciamiento: el que realiza el temen en Marbella, con Alfonso M.ª niente coronel Rafael de Riego Roldán al frente291. Como puede en Cabezas de San Juan el 1 de enero de 1820, que se convertirá, apreciarse, el sistema tradicional según Artola, en «el primer asalto aún tardará en modificarse, pero victorioso a la fortaleza del legilos primeros síntomas del cambio timismo continental (…) España ya se han manifestado. y su texto constitucional se conLa vuelta de Fernando VII vertirían en el centro y el modelo se caracteriza por la represión de de las revoluciones europeas»296. los defensores del liberalismo, lo que se refleja en Marbella al peSin embargo el pronunciamiendirse informes sobre determinato de Riego no consigue el éxito das personas: nobles, regidores, esperado y tendrá que recorrer e incluso presbíteros y beneficiaAndalucía proclamando la Constidos del clero292. tución en las poblaciones por las Juan Van-Halen La huida, el refugio en la que pasa ante la indiferencia de Fuente: Anónimo - Museo Naval, Madrid clandestinidad (masonería, inimuchos vecinos y con el apoyo de ciativas conspiradoras) será la única salida para otros, por lo que con el paso del tiempo el levanpreparar un nuevo asalto al poder, pues sólo retamiento pierde fuerza. Una serie de movimienconquistándolo podía hacerse viable el proceso tos (Quiroga en Cádiz, Azevedo en La Coruña, AHMMb, AACC, 19 de mayo de 1814. AHMMb, AACC, 19 de mayo de 1814. 290 AHMMb, AACC, 27 de mayo de 1814. 291 AHMMb, AACC, 9 de agosto de 1814. Alcalde: Alfonso M.ª Roldán. Regidores: Alfonso Fernández Barrios, Manuel Artola, Luis M.ª Alcocer, Joaquín Millán. Diputados del Común: Andrés Alonso y Moral, Rafael de Toro, Benito López. Síndico del Común: Pedro García, Juan Valderrama. Procurador General: Fernando Espinosa. En diciembre se renuevan los cargos. 292 AHMMb, AACC, 2 y 6 de agosto de 1814. Se piden informes al Ministerio de Gracia y Justicia sobre el corregidor Alfonso Mª Roldán y sobre otros personajes como los regidores Alonso Fernández Barrios, Manuel de Artola, el secretario Alejandro Manuel Aguado, los nobles Juan Alonso Torralba, Miguel A. Aguado, D. Juan Chinchilla, Luis Alcocer; el presbítero Diego Morito y los beneficiados José Martín Cantos y Bartolomé Martín. 293 ARTOLA, M.: «La España de Fernando VII…», op. cit., 1992, p. 616. 294 Sobre la vida novelada de este personaje puede consultarse la obra de Pío BAROJA: Juan van-Halen: el oficial aventurero, Madrid, Espasa-Calpe, 1970. Entre otras aparece citado por Benito PÉREZ GALDÓS en Los Ayacuchos. También hay una autobiografía titulada Memoires de don Juan van-Halen, Renouard, París, 1827. 295 FUENTE, V. de la: Historia de las sociedades secretas, antiguas y modernas en España y especialmente de la Franc-masonería, MadridLugo: Imp. a cargo de D.R.P. Infante, 1874- 81, pp. 146 a 151 y 181. (Cf. Texto de la obra original en http://es.wikisource.org). 296 ARTOLA, M.: La España de Fernando VII…, op. cit., p. 801. 288 289
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Ballesteros en Madrid…) forzarán al rey a jurar la Constitución de 1812, el 8 de marzo. Nos consta que Riego pasa por Marbella camino de Málaga297, y posiblemente estuviera en esta ciudad a mediados de marzo (a la que vuelve el 26 de septiembre de 1822)298. El 14 de marzo se reciben noticias de la publicación del Manifiesto del rey a la Nación Española y al día siguiente se produce la proclamación de la Constitución de 1812299. El nuevo gobierno no sólo restablece la Constitución sino que libera a los presos políticos, suprime la Inquisición300 y repone las antiguas autoridades constitucionales destituidas en 1814, aunque, en Marbella, el Jefe Superior Político no lo permite, pues lo considera una arbitrariedad y ordena que se realicen las correspondientes elecciones301. Efectuadas éstas se nombrará el nuevo ayuntamiento el 17 de abril de 1820, presidido por Francisco Granados302. Unos días antes se había publicado la Constitución y los nuevos regidores la juran el 20 de abril303. Por otro lado, el antiguo corregidor, Marcos Cachapero, medianamente restablecido de su enfermedad, se aproxima a jurar la Constitución como Juez de Primera Instancia el 24 de marzo de dicho año304. Otro cambio significativo, será el que se produzca en abril de 1820, en el que se coloca una placa en la plaza que, desde entonces, tomará el nombre de la plaza de la Constitución305. El nuevo régimen liberal también se pone a la defensiva y, a igual que hicieran los absolutistas en 1814, solicita informes sobre determinados empleados del ayuntamiento supuestamente adversos y que ocupan puestos importantes, la mayoría relacionados con la Hacienda306. Otro de los símbolos del cambio, un poco tardío en Marbella pues el decreto se publicó el
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24 de abril, será la creación, el 30 de noviembre de 1820, de la Milicia Nacional, pieza clave para los liberales a cuyo frente se coloca al capitán don Cristóbal Villalobos307. Dicha milicia está formada por un número amplio de miembros, 171, aunque mal armados ya que al pedir armas al capitán de la Compañía Fixa de Infantería sólo les entregara 54 fusiles (38 con bayonetas) por lo que la mayor parte están desarmados308. Quizá por eficacia este número se ha reducido a 77 en febrero de 1821309. El problema del armamento tratará de solucionarse sacando dinero mediante la organización de una novillada310. La falta de fondos económicos y el deseo de eliminar el peso de la Iglesia en el Antiguo Régimen lleva a las Cortes liberales a hacer una ley desamortizadora, el 1 de octubre de 1821, por la que se suprimen todos los monacales, colegios regulares y conventos de órdenes militares, a la vez que se suprimían todos los conventos que no llegasen a 24 monjes. Esta ley también tendrá su repercusión en Marbella ya que se producirá la supresión de los conventos de San Juan de Dios y de San Francisco con la consiguiente exclaustración, aunque siete de los monjes secularizados solicitarán inscribirse en la Milicia Nacional311. Sin embargo, las presiones sobre los regulares exclaustrados llegan a su culmen en junio cuando se recibe una circular del Jefe Superior Político de 17 de mayo ordenando que todos los regulares salgan del pueblo312. Abundando en lo anterior y en el mismo sentido hay que inscribir las medidas ordenando que no se pague nada a la Iglesia salvo por el Corpus, en las fiestas patronales y en el aniversario de la Constitución313. Lógicamente todas estas medidas, y lo que en sí suponían, no iban a aceptarse de forma pasiva, especialmente por el alto clero, que toma par-
297 AHMMb, AACC, 26 de abril de 1820. El propio Rafael del Riego pedirá un documento de buena conducta a su paso por esta ciudad. 298 AHMMb, AACC, 26 de septiembre de 1822. 299 AHMMb, AACC, 15 de marzo de 1820. 300 La Inquisición había sido suprimida por la Constitución de 1812 y por el decreto que la desarrolla de 22 de febrero de 1813. Repuesta por Fernando VII será nuevamente suprimida por el decreto de 9 de marzo de 1820. Con anterioridad había sido suprimida por José I. 301 Cf. AHMMb, AACC, 8 de abril de 1820. 302 AHMMb, AACC, 17 de abril de 1820. 303 AHMMb, AACC, 20 de abril de 1820. 304 AHMMb, AACC, 24 de marzo de 1820. Como se puede comprobar en las AACC, el antiguo corregidor aunque cesa como tal jura la Constitución y continuará como Juez de Primera Instancia hasta que fallece en el mes de mayo de 1820 (cf. AACC 12 de mayo de 1820) momento en el que es nombrado para sustituirle Josef M.ª Escobar. 305 AHMMb, AACC, 26 de febrero de 1821. 306 Cf. AHMMb, AACC, 11 de julio de 1820 y 7 de agosto de 1820. Son funcionarios de Hacienda como Josef M.ª Escobar, Baltasar Aguado, J. Joaquín Quintero y Benito de Hoces. 307 AHMMb, AACC, 30 de noviembre de 1820. Estaba formada por un capitán, dos tenientes, un sargento primero, cinco sargentos segundos, seis cabos, seis cabos segundos y 148 soldados. 308 AHMMb, AACC, 10 de enero de 1821. 309 AHMMb, AACC, 26 de marzo de 1821. Ahora consta de un capitán, dos tenientes, un sargento primero, tres sargentos, cinco cabos y 63 soldados. 310 AHMMb, AACC, 13 de abril de 1822. 311 AHMMb, AACC, 25 de enero de 1822 y 26 de febrero de 1822. Son José de Mesa, José Molino; José Canseco, Cristóbal Carrero, A. Ríos, José Manilo, Agustín Amadeo. 312 AHMMb, AACC, 3 de junio de 1822. 313 AHMMb, AACC, 3 de junio de 1822.
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tido contra los liberales, por lo que se advertirá a los predicadores cuaresmales que no mezclen en sus sermones «especie alguna contraria a la Constitución»314. Como nos muestra Juan Francisco Fuentes315, el régimen liberal aún no se ha asentado sobre bases firmes, incluso nos encontramos con una confusa dualidad de poderes entre el nuevo gobierno y las juntas locales que tendrán un importante protagonismo. Además el liberalismo se divide, pugna por la ley de imprenta, la creación de sociedades patrióticas, la reunión de Cortes, la reforma de la constitución (en temas como el sufragio y la ley de cámaras), entre la tendencia moderada —que representa el liberalismo doceañista, institucional u oficialista, apoyado por las clases propietarias: burguesía, terratenientes, clases medias profesionales y con líderes como Toreno, Muñoz Torrero, Martínez de la Rosa, Villanueva— y el liberalismo de base, más radical próximo a las clases medias y populares, los exaltados cuyos representantes eran Alcalá Galiano, Istúriz, Moreno Guerra, Calatrava, Moreno Alpuente y Flórez Estrada316. Tal como señala Artola, «a partir de 1821 la situación española refleja un doble enfrentamiento. Los gabinetes moderados de Bardají y Martínez de la Rosa son combatidos por los exaltados que les niegan carácter representativo en tanto comienzan a organizarse partidas realistas que intentan acabar por las armas con el régimen constitucional»317. Por otro lado, aparece una oposición absolutista legitimista que desde el mismo año de 1820, con el «Manifiesto que los amantes de la monarquía hacen a la nación española, a las demás potencias y a sus soberanos del marqués de Mataflorida, defienden la reacción, los mayorazgos, las inmunidades y rentas eclesiásticas, la Inquisición…» sin la menor referencia a la Constitución318. Habrá más intentos para acabar con el incipiente liberalismo. Se forman partidas absolutistas en diversas zonas de la península, formadas en ocasiones por antiguos guerrilleros que
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habían luchado contra los franceses y que también se aproximan a Marbella. En mayo de 1821 llegan noticias reservadas, del Jefe Superior Político de Algeciras al alcalde de Estepona, sobre un aviso anónimo de «revolución armada»319. A la vez se dan órdenes de búsqueda y captura de los líderes facciosos más significativos, como el guerrillero Pedro Zaldívar320. Al año siguiente, tras el fracaso del intento golpista absolutista de la Guardia Real de El Pardo (7 de julio de 1822) gracias a la actuación de la Milicia Nacional madrileña, se sustituye el gobierno moderado de Martínez de la Rosa por el exaltado de Evaristo San Miguel (el que fuera autor de la letra oficial del Himno de Riego)321. Los efectos de esta intentona también se reflejan en Marbella, donde llegan noticias de particulares cuatro días después322 y las oficiales del Jefe Superior Político con una semana de retraso323. En este contexto surgen desórdenes y alborotos e insultos al alcalde324, los síntomas de nerviosismo y de cambio en la evolución de los acontecimientos son evidentes, especialmente cuando se conoce la proximidad de facciosos con tambor y «bandera blanca con Cruz Roja» que iban hacia Jubrique325, y se recibe información sobre lo ocurrido en Ronda con los facciosos José Aguilar y Sebastián Tinoco326. Ante ello se convoca mediante bando a la Milicia Nacional, pero no tendrá la respuesta esperada, por lo que se amenaza con poner una multa de cuatro ducados a los individuos que falten a la nueva reunión327. También aparecen pasquines en las casas de los liberales328. Por todo ello no es de extrañar el ambiente de miedo que se respira, no sólo entre los liberales, sino en general en el pueblo. En este contexto se produce el destierro de la diócesis de Málaga de su obispo, Alonso Cañedo Vigil (antiguo diputado a Cortes por Asturias de ideología absolutista, presidente de las Cortes de Cádiz durante poco más de un mes329, que había sido nombrado obispo de Málaga por Pío VII en 1814 y tomó posesión en 1815330). Aunque en las fuentes de la diócesis se cita que
AHMMb, AACC, 5 de marzo de 1821. FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen (1808-1868) Política y sociedad, Madrid, Síntesis, 2007, pp. 51-52. 316 ARTOLA, M.: Partidos y..., op. cit., p. 209. 317 ARTOLA, M.: La burguesía…, op. cit., p. 48. 318 ARTOLA, M.: Partidos y…, op. cit., pp. 213 y 214. 319 AHMMb, AACC, 3 de mayo de 1821. 320 AHMMb, AACC, 13 de mayo de 1821. 321 ARTOLA, M.: Partidos y…, op. cit., p. 212. 322 AHMMb, AACC, 11 de julio de 1822. 323 AHMMb, AACC, 15 de julio de 1822. 324 Cf. AHMMb, AACC, 15 y 17 de julio y 28 de agosto de 1822. 325 AHMMb, AACC, 3 de agosto de 1822. 326 AHMMb, AACC, 6 de agosto de 1822. 327 Cf. AHMMb, AACC, 7 de agosto de 1822 y AACC, 9 de agosto de 1822. 328 AHMMb, AACC, 22 de agosto de 1822. 329 Relación de presidentes de las Cortes. El obispo fue presidente entre el 24 de diciembre de 1810 y el 23 de enero de 1811 en la legislatura de 1810 a 1813. Cf. Página oficial Congreso de los Diputados. 330 En la página web del Obispado de Málaga (Cf. http://www.diocesismalaga.es), bajo el título de Episcopologio, aparece una reseña biográfica de este obispo realizada por don Manuel LUENGO TAPIA sobre los libros Historia de la Diócesis de Málaga de los RR. 314 315
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el motivo de la expulsión fue la acusación de fomentar la rebelión contra el sistema político instaurado en el trienio constitucional, atribuyendo su salida hacia Gibraltar a una decisión personal por la persecución de los revolucionarios y, por la extrema necesidad y pobreza, sin embargo en las Actas Capitulares del Ayuntamiento de Marbella consta que hay una orden del Ministerio de Gracia y Justicia con la extradición del obispo, por resolución 23 de agosto, por lo que solicitan un pasaporte al Ayuntamiento331, así como la correspondiente protección mientras está a la espera para embarcar hacia Gibraltar. También solicitan que se haga una relación de los que le acompañan332. El Ayuntamiento no parece enterarse de lo que se avecina. Aparecen noticias anónimas de contactos entre las fuerzas navales francesas y los facciosos333, y también de la llegada a Málaga del faccioso Zaldívar, por lo que se pide la aplicación de la Ley Marcial de abril de 1821334. Incluso se reciben noticias de que los seguidores de Zaldívar se reúnen en el municipio335. Sin embargo, las medidas que toman son escasas, a pesar de que se dan órdenes de que se formen Compañías de a pie y a caballo para la vigilancia de los caminos336, e incluso el Jefe Superior Político les advierte de las noticias que han llegado a sus oídos, y que son negadas por los munícipes, en las que se asevera que en Marbella «se cometen desordenes, se abrigan vagos, jugadores, malentretenidos, enemigos del sistema insultan a los prohombres sin tomar medidas el ayuntamiento»337, e incluso se incluye esta cancioncilla que al parecer están en boca de algunos: «Que dolor de Compañía/que dolor de Capitán/ Estos pobrecitos Gefes/ Donde hiran a parar/ Ballan a guardar cochinos que es cosa muy regular/ Pues a la Junta de Provincia/ Los ha mandado retirar»338.
El miedo continúa en el nuevo año 1823. Hay noticias sobre la amenaza de la cuadrilla del
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guerrillero Francisco Gómez Pantisco, que inquieta a la población339. Mientras, los triunfos sobre los absolutistas son celebrados con actos religiosos como el Te Deum por la rendición de Urgell a Espoz y Mina340. En esa ciudad se había formado, en agosto de 1822, un gobierno absolutista presidido por el marqués de Mataflorida y por dos vocales: el barón de Eroles, y el arzobispo Jaime Creix, todos contrarios al liberalismo. Por temor a una posible invasión, Fernando VII y el gobierno liberal, se había trasladado a Sevilla y luego a Cádiz. En Marbella la situación se complica durante la Semana Santa por excesos de los cofrades que acuden con máscaras, palos, escobas y esteras como escapularios. Por ello el Ayuntamiento liberal decide prohibir las procesiones, aunque no será aprobado por el Jefe Superior Político al no haber antecedentes341. Se les permitirá, aunque sin túnicas y con el cierre de las tabernas342. 1.4. La Década Ominosa (1823-1833) El 7 de abril, se produce la invasión de los «Cien Mil hijos de San Luis» al mando del duque de Angulema, sin previa declaración de guerra. Ese mismo día en Marbella ya hay noticias de la amenaza de una posible invasión, y en previsión se ordena la realización de un inventario y recoger las alhajas de los conventos suprimidos343. Además, se procederá a tomar las medidas para la defensa frente a ese «ejército de esclavos» como en la «Guerra de la Independencia»344. Por decreto 23 de abril se recibe la orden de declaración de guerra a Francia345. A pesar de ello, Marbella no tiene medios de defensa ya que sólo cuenta con la Compañía de Inválidos Hábiles y la Milicia Nacional346, aunque hace todo lo posible para buscarlos, incluso se pide que se desentierren los cañones de bronce que estaban junto al castillo de San Luis desde la retirada de los franceses para ver si están en estado de servicio347. Otra vez los símbolos serán los primeros en caer. Se sabe que los serranos, al mando de
PP. don Lisardo Guede y Fernández y don Rafael Gómez Marín, Episcopologio de la Diócesis de Málaga del P. don Francisco Mondéjar, SJ, y el Boletín Oficial de la Diócesis. 331 AHMMb, AACC, 30 de agosto de 1822. 332 AHMMb, AACC, 31 de agosto de 1822. 333 AHMMb, AACC, 8 de septiembre de 1822. 334 AHMMb, AACC, 12 de septiembre de 1822. 335 AHMMb, AACC, 24 de septiembre de 1822. 336 AHMMb, AACC, 10 de diciembre de 1822. 337 AHMMb AACC, 24 de diciembre de 1822. 338 AHMMb, AACC, 24 de diciembre de 1822. 339 AHMMb, AACC, 20 de febrero de 1823. 340 AHMMb, AACC, 24 de febrero de 1823. 341 AHMMb, AACC, 23 de marzo de 1823. 342 AHMMb, AACC, 27 de marzo de 1823. 343 AHMMb, AACC, 7 de abril de 1823. 344 AHMMb, AACC, 28 de abril de 1823. 345 AHMMb, AACC, 4 de mayo de 1823. 346 AHMMb, AACC, 4 de julio de 1823. 347 AHMMb, AACC, 12 de junio de 1823.
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Bartolomé Espinosa, vienen con intención de derribar la lápida de la plaza de la Constitución348. El Trienio Liberal acaba en Marbella el 25 de julio de 1823, momento en que se repone el ayuntamiento de 1820, excepto Alfonso M. ª Roldán (que será purificado aunque más adelante reintegrado)349, Jacobo de Zafra y el síndico Francisco Álvarez por haber sido miembros de ayuntamientos constitucionales350. Al frente del nuevo ayuntamiento se pondrá a un nuevo corregidor interino, Juan Florencio Guzmán. De nuevo el ritual de los cambios: se nombra un corregidor como representante de rey en los municipios, con lo que ello significa de eliminación del sistema electoral constitucional; también se suspende la Milicia Nacional (importante apoyo del sistema liberal) y se forma a la Compañía de Infantería Fixa (al mando del capitán Juan Díez de Oñate) y una Partida Realista (al mando del subteniente Luis Mazoti) que incluye a solteros o viudos entre 17 y 40 años de Ojén, Istán y Benahavís351; además se cambia la placa de la plaza de la Constitución, que ahora pasará a llamarse plaza Real352. No debemos dejar de citar la aparición de los correspondientes informes e incluso, años después, las compras de títulos nobiliarios353. Fernando VII se asienta de nuevo en el poder como monarca absolutista y la revancha no se hará esperar: el exilio, las depuraciones (purificación) e incluso las ejecuciones estarán a la orden del día. Serán años de persecuciones de todo cuanto suene a liberal, protagonizadas en muchos casos por los Voluntarios Realistas que actuaban con patente de corso en las zonas donde casi no llegaba el Estado. En este periodo los liberales no desisten y durante esos años se producen diversos intentos de restaurar el orden constitucional. El 3 de agosto de 1824 el coronel Francisco Valdés sale de Gibraltar con unos doscientos hombres, y sorprende la plaza de Tarifa, incorporando á su gente los presidiarios y otros muchos comprometidos como el carbonario italiano Merconchini que desembarca en Marbella aunque ante el fracaso de la intentona consigue huir354. Sin
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embargo, otros no lo logran, pues nos consta que hay presos revolucionarios procedentes de Gibraltar encarcelados por invadir la ciudad el 7 de agosto de 1824355. Posiblemente esta incursión sea el detonante del intento de reforzar la defensa de la ciudad con una ampliación a una segunda Compañía de Voluntarios Realistas, tal y como le corresponde por la situación y el vecindario de la ciudad. Para ello, se hace una proclama invitando a los marbellíes a alistarse356, pero sólo se apuntan doce357. Por ello se atribuye la responsabilidad a la apatía del corregidor Antonio Gabriel Cánovas, que se disculpa por la cantidad de exclusiones, según informa el coronel Ildefonso M. Monesterio358. Este corregidor será suspendido en 1831 del cargo que tenía desde 1824, por «la criminal conducta moral y política»359. Estas acusaciones de amistad con los masones, de tener comunicaciones con Gibraltar, de revelar secretos de la policía, de estar unido a los contrabandistas, de dejar fugarse a los revolucionarios, de ser enemigo de los realistas, e incluso, de apropiarse de las multas para su bolsillo y estar amancebado. Estas acusaciones eran suficientemente graves como para provocar su cese360, salió bajo fianza en 1831361, se atribuyeron acusaciones falsas, no volvió a ocupar el puesto que poseía como corregidor en Marbella, aunque cobrará posteriormente los atrasos correspondientes en su nuevo destino362. El miedo al contagio revolucionario francés producirá un incremento de la represión en España. Desde octubre de 1830 se producen varios intentos liberales con partidas desde Francia. En noviembre de ese año, se reciben noticias en Marbella de la presencia de revolucionarios en la plaza de Gibraltar. Por ello se forma un retén de realistas que colocan por la noche en las playas363, al cual se une un refuerzo procedente de Igualeja364, que estará pendiente de cualquier posible movimiento de carácter liberal. Este «pábulo a los revolucionarios» es el reflejo que se produce en Marbella ante la revolución acaecida
AHMMb, AACC, 24 de julio de 1823. AHMMb, AACC, 27 de abril de 1826. Tras la purificación será rehabilitado. 350 AHMMb, AACC, 25 de julio de 1823. 351 AHMMb, AACC, 29 de julio de 1823 y 4 de agosto de 1823. 352 AHMMb, AACC, 3 de octubre de 1823. 353 AHMMb, AACC, 21 de diciembre de 1826 y 14 de marzo de 1827. En ellas se cita a Ildefonso Pérez de Vargas solicitando el título de Marqués de Castellón a fin de comprarlo. 354 FUENTE, V. de la: Historia de las sociedades secretas..., op. cit., p. 371. 355 AHMMb, AACC, 30 de septiembre de 1824. 356 AHMMb, AACC, 2 de junio de 1827. 357 AHMMb, AACC, 6 de julio de 1827. 358 AHMMb, AACC, 23 de julio de 1827. 359 AHMMb, AACC, 7 de abril de 1831. 360 AHMMb, AACC, 18 de mayo de 1831. 361 AHMMb, AACC, 3 y 13 de enero de 1831. 362 AHMMb, AACC, 17 de diciembre de 1832. 363 AHMMb, AACC, 5 de noviembre de 1830. 364 AHMMb, AACC, 13 de noviembre de 1830. 348 349
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en Francia en julio de 1830 y servirá de acicate para nuevas intentonas liberales (como la toma de Torrijos de La Línea o los fracasados desembarcos en las costas malagueñas en los primeros meses de 1831). El 2 de marzo Torrijos consigue llegar a la cala de Torre Nueva, noticia que se conoce en Marbella al día siguiente365, aunque será un fracaso por la detención y posterior fusilamiento de los implicados en esta intentona. Entre los 52 fusilados junto a Torrijos el 11 de diciembre de 1831, se encuentra un marinero de Marbella, Ramón Ibáñez366.
Vista de la Plaza de Riego (actualmente de la Merced) y monumento a Torrijos, Málaga Fuente: Grabado de P. Poyatos, Fundación Unicaja - ADE, Málaga
A pesar de reiterados y fracasados intentos, los liberales aún no han encontrado el momento oportuno para desarrollar su política. Este momento llegará tras la muerte de Fernando VII, con ocasión del problema sucesorio, pero no sin la presión de los carlistas ultramontanos. 2. La transición hacia el nuevo régimen liberal (18331843) El periodo clave, en cuanto a la transformación del Antiguo Régimen en un nuevo sistema político y social de carácter netamente liberal, será el comprendido entre 1833 y 1868. Durante el periodo isabelino, especialmente en los primeros años, se desmantela el A. Régimen y se sustituyen las formas antiguas de propiedad señorial por la nueva propiedad burguesa, se forma una burguesía agraria que se hace
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dueña de la vida municipal, y la monarquía absoluta es sustituida por una monarquía constitucional y una administración moderna basada en principios de racionalización, centralismo y uniformización, con lo que se construye el Estado liberal367. Ese proceso se desarrolla en dos etapas, la primera de transición o de configuración del sistema —en la que los liberales y la regente María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, viuda de Fernando VII, se apoyan mutuamente con el fin de defenderse del enemigo común: los carlistas— y una segunda etapa, en la que se producirá el afianzamiento o consolidación de dicho modelo político social. 2.1. La transición: entre carlistas y cristinos Fernando VII se había casado en cuatro ocasiones (María Antonia de Nápoles, Isabel de Braganza, María Josefa de Sajonia y María Cristina de Borbón) pero sólo tuvo descendencia, femenina, de su último matrimonio (Isabel y Luisa Fernanda), lo que servirá de disculpa para una reclamación jurídica por un supuesto problema sucesorio que encubre diferencias de fondo entre los partidos dinásticos. En realidad, el carlismo, que apoyan los partidarios de Carlos M.ª Isidro, se apoya en un antiguo régimen caduco anquilosado en viejas herencias medievales, con un integrismo católico que niega cualquier reminiscencia liberal e incluso se opone a la desaparición de un régimen gremial en peligro por el peso del incipiente capitalismo industrial. Todo ello sustentado en una ideología foralista (en sintonía con los nacionalismos históricos románticos europeos) que se enfrenta a cualquier intento de centralismo. Por todo ello representa el contrapunto del incipiente liberalismo368. La noticia del futuro enlace se conoce en Marbella en octubre de 1829369, dos meses antes de producirse. Más tarde se tendrá noticia del embarazo de la reina y se harán las correspondientes rogativas en el mes de mayo, quinto mes de su embarazo370. Este llegará a término, en septiembre de 1830371, con el nacimiento de una niña que será reconocida como princesa de Asturias por los munícipes en octubre de dicho año372. Casi dos años después, el 31 de enero de 1832, nacerá su hermana la infanta Luisa Fer-
AHMMb, AACC, 3 de marzo de 1831. Cf. FUENTE, V. de la: Historia de las sociedades secretas…, op. cit., p. 374. Ramón Ibáñez sale de Gibraltar y será el piloto de la barcaza Santo Cristo del Grao y oficial de la milicia de Valencia que los lleva hasta las costas de Fuengirola. Aparece en la lista de la plaza de la Merced de Málaga. Al parecer aparece representado en el cuadro de A. Gisbert de pie en primer lugar a la izquierda. 367 JOVER ZAMORA, J. M.ª: «Prólogo» a La era isabelina y el sexenio democrático (1834-1874), Historia de España de Menéndez Pidal, Tomo XXXIX, Espasa-Calpe, 1981, p. XXVI. 368 Cf. MARTÍ, C.: «Afianzamiento y despliegue del sistema liberal», Revolución burguesa, oligarquía y constitucionalismo (18341923), en Historia de España. Tuñón de Lara, Tomo VIII, Barcelona, Labor, 1981. 369 AHMMb, AACC, 8 de octubre de 1829. El matrimonio se celebra en Aranjuez el 11 de diciembre de 1829. 370 AHMMb, AACC, 17 de mayo de 1830. 371 AHMMb, AACC, 13 de septiembre de 1833. 372 AHMMb, AACC, 28 de octubre de 1830. 365 366
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nanda373, pero en ningún momento un hermano varón. 2.1.1. El problema sucesorio El problema sucesorio se plantea especialmente en el verano de 1832 durante los sucesos de la Granja, en el momento en que Fernando VII enferma gravemente y los partidarios de su hermano Carlos M.ª Isidro, entre ellos Calomarde, que nunca habían aceptado a Isabel como heredera, presionan a la reina para que derogue la Pragmática Sanción. Ésta será restablecida por el rey cuando se recupere y reforme el gobierno sustituyéndolo por personas más moderadas: cae Calomarde como ministro de Estado y nombra a Cea Bermúdez. Este acontecimiento acerca a Fernando VII a los liberales que, tras su muerte, se vincularán con el futuro de la monarquía que representa la nueva reina. Pero no será sólo una mera cuestión dinástica, sino que, tal y como señala Artola, «la defensa de sus derechos encubre el conflicto entre dos tendencias y aún más entre dos sectores de la sociedad cuyas demandas resultan excluyentes»374. Los carlistas no sólo eran absolutistas, defendían la plenitud del Antiguo Régimen y el mantenimiento de la Inquisición, por lo que el problema jurídico, sobre los derechos al trono, no es sino el pretexto que sirve para desencadenar el conflicto que existía entre dos tendencias políticas y, aún más, entre dos grupos sociales que no aceptaban convivir375. María Cristina necesitará apoyarse en los liberales para defender el trono de su hija Isabel II frente a los partidarios del pretendiente don Carlos, claro representante del Antiguo Régimen. De esta forma los liberales asumirán paulatinamente los puestos clave y desde ellos colaborarán de forma efectiva en la transformación del sistema, sustituyéndolo por otro más acorde a sus intereses, aunque con las dificultades inherentes a un régimen que se niega a desaparecer y obstaculiza cualquier intento de cambio. Este proceso de transición hacia el constitucionalismo liberal se manifiesta en la elaboración de una carta otorgada, el Estatuto Real, recurso pseudoconstitucional de apariencia parlamentaria, que intenta evitar la reimplantación de la Constitución de Cádiz y en el que la reina tendrá extensos
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poderes, con lo que se limitan los principales derechos, libertades y la soberanía nacional376. Marbella recibe el 15 de abril de 1833, meses antes de la muerte del rey, un oficio de la Secretaría de Gracia y Justicia por la que se ordena que «se cumpla lo que determinan los cuatro ejemplares del testimonio de actas de Cortes de 1789 sobre restablecimiento de la antigua ley y costumbre inmemorial en la sucesión de la Corona de España [...] cuyos documentos produjeron la Real Pragmática sanción de 1830»377. Es decir, se informa con claridad de la supresión de la Ley Sálica y de la vuelta a la tradición de las Siete Partidas de Alfonso X, a fin de que la primogénita de Fernando VII fuese reconocida como legítima heredera del trono. Sin embargo no todos están de acuerdo con este planteamiento por lo que tras la llegada al trono de Isabel II, el 29 de septiembre, comienzan una serie de levantamientos carlistas, el primero de ellos será el de los Voluntarios Realistas del día 3 de octubre en Talavera de la Reina dirigido por Manuel M.ª González378, seguido dos días después por el que dirige el marqués de Valdespina en Bilbao379. Este es el comienzo de un movimiento carlista a favor del hermano de Fernando VII, Carlos M.ª Isidro. Para evitar algo similar se reorganiza en Marbella la Primera y Segunda Compañía de Voluntarios Realistas a cuyo mando se encuentra Antonio Domínguez Alburquerque, que separará de ella a todos aquellos individuos que no considera adictos a la Regente380. El 5 de noviembre de 1833, poco más de un mes después del advenimiento al trono de Isabel II, se proclamará en Marbella a Isabel II y a la Reina Gobernadora, la regente María Cristina de Borbón, bajo la costumbre tradicional. Para ello, ante la falta de Alférez Mayor que la nombre y eleve el pendón, se eligió a Francisco de Asís Roldán «por su nobleza» (valor aristocrático del Antiguo Régimen) y «posibilidades» (valor económico, pues es uno de los mayores contribuyentes). También por «su adicción a los derechos de sucesión directa de la monarquía»381, es decir, por apoyar a Isabel II. Aunque no todos los presentes la apoyarán. 2.1.2. Los rescoldos absolutistas. Los carlistas Una de las primeras medidas de los cristinos para evitar la extensión a Marbella del foco
AHMMb, AACC, 13 de febrero de 1832. ARTOLA, M.: La burguesía…,op. cit., p. 48. 375 ARTOLA, M.: La España de Fernando VII…, op. cit., pp. 925-926. 376 ESTEBAN, J. de: Las constituciones de España, Madrid, Taurus, 1982, p. 19. 377 AHMMb, AACC, 15 de abril de 1833. 378 Cf. BURGO, J. del: «A los 160 años…», Boletín carlista de Madrid, Diciembre de 1993. Disponible en http://centrodeestudiosgeneralzumalacarregui.wordpress.com. 379 TUÑÓN DE LARA, M.: La España del siglo XIX, Barcelona, Laia, 1980, p. 96. 380 AHMMb, AACC, 21 de octubre de 1833. Antonio Domínguez Alburquerque hijo de Antonio Domínguez Vargas será miembro de la elite político económica de la Marbella del XIX que continúa en la figura de su hijo Tomás Domínguez Artola y en el cuñado de este último Joaquín Chinchilla y Díez de Oñate, casado con Francisca Domínguez Artola. Cf. CASADO BELLAGARZA, J. L.: «El fin de una dinastía: Los Domínguez de Marbella. I. La herencia de Antonio Domínguez Alburquerque (1806-1866)», Cilniana, 15, 2002, p. 17. 381 AHMMb, AACC, 5 de noviembre de 1833. 373 374
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carlista será la de informar, y en su caso depurar, a los que consideran adictos al pretendiente D. Carlos. El corregidor, José M.ª López Díaz, actúa con rapidez, puesto que ya había pedido información acerca de la conducta del teniente de carabineros Tomás Fernández Díaz el día de la proclamación de la reina Isabel II. Del mismo se deduce que no sólo se había negado a dar vivas a la Reina, a pesar de las indicaciones de los vecinos, sino que además «se le ve acompañado de personas que este pueblo tiene marcadas por adictas al D. Carlos». Es decir, existe en Marbella un pequeño foco de individuos que, públicamente, defienden el absolutismo carlista y que, además, se reúnen con frecuencia y de los que se sospecha que tratan de formar un grupo con intención de ir a Portugal, donde se encuentra el pretendiente, a fin de presentarse ante él. Entre los supuestos seguidores de don Carlos figuran el administrador de rentas Antonio Solier; el oficial de las mismas, Pedro Pareja, que a la vez era teniente retirado y excomandante de los Voluntarios Realistas de Marbella; el boticario Miguel de Torres; el presbítero, José de Mesa; el médico titular, Francisco Salgado; el Visitador de Rentas, Antonio López Arjona; el Escribano de número, Baltasar M.ª Aguado; el excapitán de los Voluntarios Realistas, Francisco Quiñones; el encargado de Correos, José Burel, y el ex Secretario de la Subdelegación de Policía de Marbella, Ildefonso Martín. Como vemos, destaca el núcleo relacionado con la Hacienda, pero más aún el de los antiguos Voluntarios Realistas al igual que el relacionado con la policía del antiguo régimen, sin faltar, para completar el cuadro, el médico, el boticario y un representante del clero382. Además se nombran a veinte vecinos voluntarios a los que se les arma para que custodien el pueblo383. Para reforzar la ciudad, en enero de 1834, se forma la Milicia Urbana384 que sustituirá en la vigilancia de la playa a la Brigada de Carabineros en 1835385. Años después, cuando la primera guerra contra los carlistas esté próxima su fin, en noviembre de 1836, se reciben noticias de aproximaciones a Marbella de la expedición del Mariscal de Campo carlista, el andaluz Miguel Gómez Damas que, desobedeciendo órdenes superiores, inició una expedición entre junio y diciembre de
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1836 por gran parte de España y llegó hasta Andalucía. José Bernal ha dejado constancia en un interesante artículo386 de la aproximación de esta expedición de Gómez a nuestro municipio. El 20 de noviembre salta la alarma por las noticias de la toma de Ronda y la sospecha de que lleva ánimos de invadir Estepona y nuestra ciudad387. Por ello se toman medidas para evitar desórdenes: se crea una Comisión de Orden Público y se pone a resguardo el archivo y los fondos municipales. Aunque desde Casares una pequeña facción llega a Estepona el día 22, se le impide acercarse por la presión de las tropas de Alaix, acantonadas en Marbella, con lo que tendrá que huir hacia San Roque. Al año siguiente los ciudadanos de Marbella se acogen a la suscripción voluntaria al socorro para las viudas y huérfanos de los que han resistido en la invicta Bilbao388, cuyo cerco por los carlistas se había levantado tras la victoria de Espartero en Luchana el 24 de diciembre de 1836, aunque volverán a saltar las alarmas cuando se reciban noticias de «aproximación a las Andalucías» de la facción de Ramón Cabrera y de Domingo Forcadell en 1837389, así como de la del rebelde Basilio Antonio García a Jaén en 1838390. 2.2. El fracaso del régimen del Estatuto Real y el Movimiento Juntero de 1835 La necesidad de una nueva organización y reparto del poder territorial que permitiese el control político gubernamental en perjuicio de los movimientos junteros o de los carlistas, se pondrá de manifiesto durante la presidencia de Cea Bermúdez, en noviembre de 1833, con su ministro de Fomento Javier de Burgos, el cual procede a conformar la actual división provincial a fin de conseguir la ansiada modernización de la administración, su racionalización y centralización, pero encontró resistencias en los territorios del norte, en Navarra y País Vasco, y en el antiguo reino de Aragón391. La creación del nuevo régimen provincial tiene su antecedente más lejano en la política reformista ilustrada de Carlos IV, ya que por R. D. de 25 de septiembre 1799 se produce una división provincial por la que se crea, entre otras, la provincia de Málaga que se independiza de la intendencia y junta provincial de Granada, aunque
AHMMb, AACC, 21 de diciembre de 1833. AHMMb, AACC, 7de enero de 1834. 384 AHMMb, AACC, 10 de enero de 1834. 385 AHMMb, AACC, 17 de septiembre de 1835. 386 BERNAL GUTIÉRREZ, J.: «Marbella en el contexto de la primera Guerra Carlista (1836)», Cilniana, 13, 2000, pp. 62-69. 387 AHMMb, AACC, 20 de noviembre de 1836. 388 AHMMb, AACC, 15 de enero de 1837. 389 AHMMb, AACC, 5 de abril de 1837. 390 AHMMb, AACC, 19 de febrero de 1838. 391 JOVER ZAMORA, J. M.ª: «Prólogo», en La era Isabelina…, op. cit., p. LXVIII. 382 383
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su aplicación tarde en completarse institucionalmente392. Esta división se mantiene con distintos límites en la realizada por los invasores franceses, merced a los proyectos de los afrancesados Llorente y Amorós, que dividen el territorio en prefecturas o departamentos, aunque con escasa influencia real. Pero también los liberales a partir de la supresión de los señoríos y de la Constitución de Cádiz necesitan una reorganización del territorio por lo que se le encargará su diseño a Felipe de Bauzá en 1813 y, aunque no llegó a aplicarse, servirá como base para la reforma del Trienio Liberal realizada por R. D. de 27 de enero de 1822, y desde ésta en la de Javier de Burgos por R. D. de 30 de noviembre de 1833, que prácticamente se mantiene hasta la actualidad393. Además esta reestructuración del territorio se completa con la división de la provincia en partidos judiciales, a fin de mantener el control de la oligarquía sobre los municipios394. Esta medida será insuficiente para superar la crisis de la hacienda pública, por lo que tras la presión generada por los reformistas obligará a la regente a cesarlo y sustituirlo por Martínez de la Rosa a mediados de enero. De la separación del antiguo reino de Granada con los nuevos límites provinciales y de la creación de las nuevas instituciones se dará cuenta al ayuntamiento de Marbella años más tarde, a comienzos de 1836, comunicando la rectificación de los límites de la nueva provincia de Málaga395, la instalación de la Diputación Provincial396, y la creación de partidos judiciales397. El partido judicial estará formado por Mijas, Benalmádena, Ojén, Istán y Marbella, del que Mijas propone a Coín como cabeza de partido.398 A lo largo del siglo, Marbella conseguirá encabezar el partido judicial en el que estarán Benahavís, Benalmádena, Fuengirola, Istán, Mijas y Ojén399. De nuevo reaparece la Milicia Nacional, que sustituye a los Voluntarios Realistas, aunque con el nuevo nombre de Milicia Urbana y que se constituye en Marbella el 10 de enero de 1834400, y que se moviliza en noviembre del mismo año401,
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en un contexto crítico tras los sucesos de finales de julio en Madrid, después de la proclamación del Estatuto Real (en abril de 1834), que dará lugar a la formación de las nuevas Cortes, en julio, en plena epidemia de cólera, tras el asalto a los conventos y el asesinato de frailes, así como por el descubrimiento de una conspiración de exaltados conocida como La Isabelina402.
A lo largo del siglo, Marbella conseguirá encabezar el partido judicial en el que estarán Benahavís, Benalmádena, Fuengirola, Istán, Mijas y Ojén El nuevo gobierno había intentado congraciarse con los liberales mediante el Estatuto Real, que era en realidad una carta otorgada insuficiente a todas luces para desarrollar la política de transformación que aquellos se habían propuesto, tal y como se reflejaría en las 56 peticiones formuladas entre julio de 1834 y mayo de 1835 las cuales, al verse rechazadas, determinaron, según Artola, «el abandono de los medios políticos de acción en favor de la conspiración, con esperanza de reconquistar el poder por medio de un pronunciamiento»403. Ello dará lugar a partir de 1835 al inicio de la vía conspirativa. En Marbella ya actúa la nueva Guardia Nacional en septiembre de 1835 sustituyendo a la brigada de Carabineros404, y el 6 de marzo de 1836 se nombran los nuevos oficiales405. Una primera intentona se producirá tras la sustitución, el 6 de junio de 1835, de Martínez de la Rosa —que representaba para los liberales la continuidad del espíritu del Estatuto Real y que había pedido a la Reina Gobernadora la disolución de las Cortes al no poder resolver los problemas del país— por un gobierno más liberal: el del conde de Toreno, que tenía como pieza fundamental al ministro de Hacienda, Juan Álvarez Mendizábal, que aún tardaría en llegar de su exilio en Inglaterra.
392 Cf. BURGUEÑO RIVERO, J.: Geografía política de la España constitucional. La división provincial, Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, 1996. 393 En 1822 se diseña un mapa territorial con 52 provincias, en quince regiones, que en 1833, se convierten en 49 provincias con el mismo número de regiones. A pesar de algunos cambios el número de provincias se mantiene hasta que por R. D. de 21 de septiembre de 1927, durante la dictadura de Primo de Rivera la región de Canarias se divida en dos provincias, con lo que España tendrá desde entonces las 50 provincias actuales. 394 JOVER ZAMORA, J. M.: «Prólogo», en La era Isabelina…, op. cit., p. LXXI. 395 AHMMb, AACC, 16 de febrero de 1836 (R. D. 30 de noviembre de 1833). 396 AHMMb, AACC, 31de enero de 1836 (Circular de 22 de enero de 1836). 397 AHMMb, AACC, 16 de febrero de 1836 (R. D. 21 de abril de 1834). 398 AHMMb, AACC, 16 de marzo de 1836. 399 I.N.E. Resultados Censo de 1900. p. 186. 400 AHMMb, AACC, 7 de enero de 1834. 401 AHMMb, AACC, 3 de noviembre de 1834. 402 CF. FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit., pp. 98-99. 403 ARTOLA, M.: La burguesía…, op. cit., p. 188. 404 AHMMb, AACC, 17 de septiembre de 1835 y 5 de marzo de 1836. Aparece la lista de los milicianos. 405 AHMMb, AACC, 6 de marzo de 1836.
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Tras los pioneros incidentes de la capital malagueña en marzo de 1835 se habían sucedido otros en diferentes lugares de la España, con especial violencia en Barcelona donde se producirá la quema de conventos y de la fábrica de «El Vapor» de Bonaplata y Cía. en la segunda quincena de agosto. Según J. F. Fuentes, «aquel movimiento un poco anárquico de violencia descontrolada, casi siempre de violencia anticlerical, empezó a derivar en una insurrección política en toda regla, con la formación de juntas locales que reclamaban un cambio político de signo liberal-revolucionario según el modelo juntero», lo que provocará la caída de Toreno y la llegada al poder de Mendizábal en septiembre de 1835406. Estos incidentes tendrán su réplica en Marbella, donde al igual que en otras ciudades, se formará la Junta Directiva dispuesta a colaborar con el Ayuntamiento, aunque parece que no cuentan con apoyo suficiente, según se queja Tomás García, pues «debiendo esta junta trabajar con la de la municipalidad ve con asombro que no se hallan presentes otros que su Presidente y Secretario». Ante ello, tras haber sido invitados los miembros del cuerpo municipal y no presentarse deciden «se proceda a sustituirlos por otros interinos que lejos de tibieza o debilidad diesen pruebas positivas de amor a las Libertades Patrias». Entre los elegidos destacan: Francisco Roldán, Jacobo García, Pedro Ortiz, Bartolomé Quirós, Lucas Martín, Pedro de Castro, Fernando Barragán, Roque Guerrero y don Juan de Flores. Las medidas aprobadas definen su programa reivindicativo que, con orden y sensatez, apoyen el movimiento de la capital malagueña y lo divulguen en los pueblos del entorno407. Así se cumplen las instrucciones dadas por la Junta Directiva de la Provincia que no reconocen el Gobierno de Toreno, «ínterin nuestra Reina Gobernadora permaneciera en aquel estado de coacción» y fuese sustituido por Mendizábal408. Una vez se produce el cambio de gobierno los nombrados interinamente solicitan ser cesados en sus destinos insistiendo de nuevo en que «no deseaban ni desean continuar» ya que el entrar «a ocupar los expresados destinos lo fue llevados
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del amor a la Patria y de las críticas circunstancias que ponían a ésta en el mayor conflicto; su conformidad entonces nacía de un movimiento que se dirigía a salvar a la Nación de los males en que se veía envuelta por el Ministerio Toreno de los que nuestra Augusta Soberana Gobernadora nos ha librado eligiendo sujetos dignos de la confianza de los españoles»409. Mendizábal, durante los siete meses de su gobierno reinicia el proceso revolucionario suspendido desde 1823410, asume los nuevos valores sociales como ningún otro ministro de Estado anterior411, con un estilo muy personal que a corto plazo produjo hostilidad y puso a muchos de los que le habían apoyado en su contra. A la vez generó el nacimiento de una nueva corriente política con la división de los liberales entre moderados y progresistas. En su truncada política de reformas hay que destacar la creación de la Guardia Nacional, el proyecto de dotar al país de una nueva ley electoral, la nueva ley de imprenta y comprometer la responsabilidad del Gobierno ante el parlamento. Pero fundamentalmente intentó resolver el problema carlista con un refuerzo de soldados, así como superar el problema financiero, existente desde la pérdida de las colonias, con la más conocida de sus propuestas: la Desamortización de los bienes del clero, con la consiguiente incautación por el Estado y su conversión en bienes nacionales que pasarían a la venta412. En Marbella se realiza una consulta sobre la ley desamortizadora413 y se responde un mes después indicando que en relación a la situación de los monasterios que hay en este partido están ruinosos y no pueden servir más que para hospital o fábricas414. Tras la desamortización de los conventos de los Franciscanos y Trinitarios se aprovecharán sus materiales por el crédito público415, de hecho la fuente de piedra que había en el patio se coloca en Puente Málaga416. También se pondrán a la venta alguna de las propiedades417, y se llega a hacer un inventario de los bienes científicos y artísticos procedentes de dichos conventos418. En cuanto a sus tierras se informa que el poseedor del solar y huerta del convento de San Francisco es un vecino de Málaga llamado Rafael López419. El convento de los Trinitarios será ena-
CF. FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit., p. 102. AHMMb, AACC, 25 de agosto de 1835. 408 AHMMb, AACC, 26 de octubre de 1835. 409 AHMMb, AACC, 27 de octubre de 1835. 410 ARTOLA, M.: Partidos y…, p. 225. 411 DÍEZ DEL CORRAL, L.: El liberalismo doctrinario, Madrid, Instituto de Estudios Políticos, 1973, pp. 521-523. 412 Cf. FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit., p. 105. 413 AHMMb, AACC, 16 de febrero de 1836. 414 AHMMb, AACC, 16 de marzo de 1836. 415 AHMMb, AACC, 8 de abril de 1838. 416 AHMMb, AACC, 24 de mayo de 1838. 417 AHMMb, AACC, 7 de junio de 1838. Subasta de la casa n.º 3 de la calle de Los Dolores que pertenecía a los Trinitarios. 418 AHMMb, AACC, 25 de junio de 1838. La comisión está formada por personas inteligentes e íntegras: Manuel Zurita, Francisco Salgado, Tomás García, Antonio Palomares. 419 AHMMb, AACC, 25 de febrero de 1839. 406 407
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jenado el 10 de abril420, y fue cuartel de Caballería e Infantería adquiriéndolo Antonio Hormigo421. 2.3. Del Estatuto Real al constitucionalismo liberal 1837 Dimite Mendizábal en mayo de 1836. Le sustituye Francisco Javier Istúriz que disuelve las Cortes, ante la falta de confianza de la cámara alta, y convoca elecciones, que, si bien le son favorables, no parecen representar el sentir general de la ciudadanía. Los progresistas, al considerar insuficiente el régimen del Estatuto Real para sacar adelante el proyecto liberal, se vuelcan en la vía conspirativa e inician un movimiento juntero que reclama la Constitución de 1812. La lucha se inicia en Málaga el 25 de julio extendiéndose rápidamente a Marbella donde cuatro días después se recibe un oficio de Antonio Miguel del Álamo, Secretario del Gobierno Civil y Jefe Político, que acompaña un pliego cerrado dirigido a la corporación por disposición de la Excma. Junta de Gobierno de Málaga. El escrito fechado el día 27 estaba suscrito por Don Juan Antonio Escalante, Presidente de la Junta de Gobierno de la Provincia. Con él se acompañaban varios ejemplares del manifiesto dirigido por la Junta a la Reina. En él se pedía que se nombrase «popularmente» un representante para la Junta por este partido Judicial, a la vez que se desea que se proceda a jurar la Constitución de 1812. Esto será lo más significativo del pronunciamiento ya que al considerarse insuficiente el Estatuto Real se ve más positivo volver a jugar un símbolo plenamente liberal: la Constitución de la Monarquía Española de 1812. Se sigue el proceso ordenado y según reflejan las actas capitulares se secundará el pronunciamiento de forma unánime asistiendo al juramento las principales autoridades422. Unos días después, el 9 de agosto, se procede al alistamiento voluntario en la Milicia, de nuevo Nacional, para defender las libertades patrias423, que ya sabemos se convierte en el símbolo por excelencia, no ya de los libeprogresista de
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rales sino, fundamentalmente, de la corriente progresista. Poco después el alcalde, Francisco de Asís Roldán, será sustituido por Antonio Domínguez Alburquerque424, aunque de nuevo vuelva a ser alcalde a comienzo del año 1837425. En Madrid se produce el motín de los sargentos en La Granja del 12 de agosto con el que fuerzan a la Regente la reposición, siquiera temporal, de la Constitución de 1812, y la formación de un nuevo gobierno progresista. Éste será presidido por José M.ª Calatrava y Mendizábal vuelve como ministro de Hacienda. Ello conduce a nuevas elecciones y a plantear nuevas reformas políticas de carácter liberal entre las que destaca la elaboración de una nueva constitución. En Marbella, mientras, la situación general desembocará en la formación de una nueva milicia que será depurada de los sospechosos de reaccionarios. Hay una clara desconfianza hacia alguno de ellos (como el médico, que había sido incluido anteriormente en la lista de los carlistas), por lo que la Junta de Gobierno ordenará que «se recojan los diplomas y documentos de gracias concedidos a varios particulares por hechos positivos contrarios al sistema de la Libertad como son el Escudo de Fidelidad y otras insignias acordadas en favor de los perseguidores de los patriotas Manzanares, Torrijos y otros de su clase, cesando igualmente en el desempeño de sus destinos». Es decir que alguno de los que habían jurado ahora la Constitución de 1812, eran absolutistas que pretendían pasar desapercibidos. Se trataba de Matías de Burgos (teniente retirado se le retira el grado y la cruz de San Fernando), Francisco Atienza (teniente de la Compañía de Veteranos) y Francisco Quiñones (Grado y cruz)426. A lo anterior hay que añadir la separación, a petición de la Milicia Nacional, representada por su comandante Antonio Domínguez Alburquerque, de Ramón Murúa y de Tomás García (tercerista, posiblemente encargado del cobro de los diezmos, y extranjero) «por no merecer la confianza de los hombres libres de esta Nación»427. Además el cuerpo de Carabineros será sustituido en la vigilancia de los puntos de resguardo por la Milicia Nacional428.
AHMMb, AACC, 15 de septiembre de 1842. AHMMb, AACC, 27 de agosto de 1842. 422 AHMMb, AACC, 29 de julio de 1836. En este acta aparecen la relación de autoridades que juran la Constitución de 1812 y que son: el Vicario Eclesiástico: Juan Chinchilla. Cura Párroco: Fernando Romero. Comandante de Carabineros: Salvador Romero. Comandante de Armas: Juan Díez de Oñate. Gobernador del Castillo de San Luis: Manuel Artola. Capitán retirado: Manuel Zurita. Teniente retirado: Matías de Burgos. Veteranos de esta Compañía: Francisco Cárdenas y Francisco Atienza. Juez de Primera Instancia: José Mª. López. Fiscal del Juzgado: Jacobo García. Ayudante interino de Marina y abogado: Rafael Gordillo. Administrador de Rentas: Bernabé Chinchilla. Contador de Rentas: Joaquín Fernández. Oficial de Rentas: Juan Alonso. Inspector de Minas: Francisco de Sales. Comisionado para el Crédito Público: Francisco Izoard. Administrador de Lotería: Amador Belón. Médico Titular: Francisco Salgado y Cirujano Titular: José Bueso de la Chica. 423 AHMMb, AACC, 9 de agosto de 1836. 424 AHMMb, AACC, 31 de agosto de 1836. 425 AHMMb, AACC, 2 de enero de 1837. 426 AHMMb, AACC, 26 de agosto de 1836. 427 AHMMb, AACC, 20 de agosto de 1836. 428 AHMMb, AACC, 30 de septiembre de 1836. 420 421
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Poco a poco se había reforzado el poder de la Milicia Nacional. Se requisan las armas de fuego de los vecinos del pueblo429, y a fines de 1836, alcanza los 195 fusiles y 190 bayonetas junto a dos cajas de guerra, aunque una parte de ellas se había enviado a Málaga con ocasión de la avanzada de Miguel Gómez. Aún así mantendrán un armamento relativamente poderoso: 111 fusiles y 126 bayonetas y una caja de guerra, por lo que poco a poco se convierte en una fuerza numerosa y, en esta ocasión, bien armada430. Al año siguiente se refuerza con la creación de una Compañía de Caballería431. La nueva Constitución de 1837, que sustituye pronto a La Pepa, ansiada pero fuera de tiempo, aunque fue elaborada por un gobierno progresista tendrá un carácter ecléctico u conciliador ya que contenía elementos progresistas pero también moderados. Sin embargo dejaba fuera algunas cuestiones esenciales como el sistema electoral (triunfará el sufragio censitario) o el funcionamiento de los ayuntamientos, lo que a la larga generará importantes controversias432. En Marbella será recibida con los correspondientes festejos el 3 de junio de dicho año433, y de nuevo se produce el cambio reflejado en los símbolos: la plaza volverá a recobrar el nombre de Plaza de la Constitución434. El gobierno Calatrava será sustituido por el de Bardají que convoca elecciones a las Cortes con lo que se pone en marcha la nueva forma de elección, que se completa con las elecciones en los ayuntamientos, de la que se informa en Marbella con gran detalle en noviembre de 1837435. La sucesión de gobiernos efímeros e inestables por las rivalidades internas del partido moderado gobernante (Ofelia, duque de Frías, Pérez de Castro, Antonio González, Valentín Ferraz) llevará al final de la regencia de M.ª Cristina. El detonante será la propuesta moderada de Ley de Ayuntamientos de 1840, que pretendía socavar el poder municipal de los progresistas quitando competencias a los ayuntamientos, reduciendo el censo electoral a los mayores contribuyentes y favoreciendo que en los pueblos los jefes políticos nombraran a los alcaldes. Aprobada la ley en junio de 1840, en medio de la oposición progresista, estos encontrarán el apoyo de Espartero frente a los deseos de la regente.
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2.4. La regencia de Espartero (1840-1843) Con el pronunciamiento de Espartero la transición entre un régimen absolutista y otro liberal se acerca a la fase de afianzamiento. Baldomero Espartero era el general victorioso contra los carlistas, el conde de Luchana, duque de La Victoria, el héroe del Convenio de Vergara (al final de sus días Príncipe de Vergara). Era el ídolo de la población, tal y como se reflejará en Marbella en los importantes festejos que se habían dedicado a la celebración de la victoria sobre los carlistas, que fueron los más celebrados de la centuria436. Del movimiento juntero de carácter insurreccional que se había iniciado en Madrid el 1 de septiembre de 1840, en contra de la Ley de Ayuntamientos, y que se constituye en Junta de Gobierno, se tiene noticia en Málaga y Marbella pocos días después y lo secundan el día 9 de septiembre, cuando se declaran decididos a «conservar el legítimo trono de Nuestra Inocente Reina y La Constitución de 1837»437. Entonces se decide aumentar y organizar la Milicia Nacional y se forma una comisión para que se tomen las medidas que se consideren convenientes a fin de que triunfe la revuelta. Esta comisión estará formada, en principio, por cuatro adjuntos entre los que destaca el licenciado José María Escobar y cuatro representantes del ayuntamiento; sin embargo la Milicia Nacional, a través de su capitán don Juan de Dios Quelart manifestará su disgusto por la elección entre los adjuntos de dos moderados: José María Escobar y el juez de Primera Instancia. En virtud de estas acusaciones se les separa de la comisión y serán nombradas las personas de signo progresista que la propia milicia apoya: Francisco Atienza, Máximo Cánovas, Baltasar Muñoz, Antonio Domínguez, Francisco Dumont y Bernabé Chinchilla438. El dos de octubre la Junta Gubernativa nombra como adjunto a Antonio Jiménez439, y el día siete disuelve el anterior ayuntamiento440. Y de nuevo el aspecto simbólico: se ordena la colocación del retrato del Duque de la Victoria junto al de la Reina en el salón de plenos441. Espartero ha triunfado también en Marbella.
AHMMb, AACC, 30 de septiembre de 1836. AHMMb, AACC, 27 de noviembre de 1837. Se enviaron a Málaga 84 fusiles, 64 bayonetas y una caja de guerra. 431 AHMMb, AACC, 23 de abril de 1838. 432 FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit., p. 114. 433 AHMMb, AACC, 3 de junio de 1837. 434 AHMMb, AACC, 11 de marzo de 1838. 435 AHMMb, AACC, 23 de noviembre de 1837. 436 AHMMb, AACC, 16 de septiembre de 1839. 437 AHMMb, AACC, 9 de septiembre de 1840. 438 Ibídem, Dos meses después son expulsados dos sargentos de la Milicia Nacional: Ginés Gallardo y Rafael Ruiz Gaitán (Cf. AHMMb, AACC, 9 de septiembre de 1840). 439 AHMMb, AACC, 2 de octubre de 1840. 440 AHMMb, AACC, 7 de octubre de 1840. 441 AHMMb, AACC, 11 de octubre de 1840. 429 430
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El liberalismo se consolida gracias a la ayuda de la Milicia Nacional, por su apoyo a la corriente progresista en la formación del gobierno local y por su distanciamiento de los moderados forzándoles a alejarse del absolutismo. Sin embargo no es fácil conseguir candidatos para ser oficiales442, aunque se presentan 82 voluntarios a esta milicia443, entre los que destaca Antonio Hormigo, que había pasado once años de exilio en Londres (dos años atrás había presentado un invento de una máquina para dar movimiento al balancín o fuelle de un horno de fundición de plomo que al parecer había en la marina de Marbella)444. Este afianzamiento no se produce sin importantes roces, incluso con la Santa Sede, que apoya claramente a los carlistas y que mantiene una actitud frentista contra la Regencia, especialmente desde la desamortización de los bienes del clero por parte de Mendizábal, por lo que los Estados Pontificios rompen las relaciones diplomáticas con el estado español, en octubre de 1836445, y no reconocerán a los prelados que se nombren desde ese momento, como tampoco habían reconocido a la nueva reina Isabel II. Pese a los intentos por mejorar las relaciones con el delegado pontificio Arellano y ante la actitud de éste, el gobierno cerrará la Nunciatura y procederá a la expulsión del Nuncio a finales de 1840. En este contexto hay que situar la alocución del papa Gregorio XVI, Aflicitas in Hispania res, en el Consistorio Secreto de 1 de mayo446, en el que se censuraba la posición de España desde la muerte de Fernando VII y se hablaba de la persecución anticatólica por parte de la Regencia, y la posterior reacción del gobierno Espartero contra aquél, que dará lugar a la publicación de un Manifiesto del Gobierno el 30 de julio de 1841, el cual se da a conocer por toda España, y que apoyan los munícipes en Marbella, que declaran desear una «religión desnuda de abusos y vicios» y que «resplandezca cual la hubimos del Divino Maestro»447. Esta situación de enfrentamiento hará que Espartero, que cuenta desde la convocatoria de
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elecciones a Cortes con una mayoría progresista indudable, inicie una política de este carácter desarrollando las medidas desamortizadoras de épocas anteriores. Así se procede a la ampliación de la desamortización a los bienes del clero secular (2 de septiembre de 1841) y de los bienes nobiliarios (19 de agosto). Respecto a la desamortización de las propiedades del clero secular se recibe información en Marbella quince días después448, y se procede a hacer la relación de bienes que este clero tiene en Marbella449. La supresión del diezmo, que se había convertido en propiedad del estado por obra de Mendizábal (de 29 de julio de 1837), se completa con la obligación de pagar a los sacerdotes por la Constitución de 1837 (artículo 11) para financiar a la Iglesia450, pero la negociación tardó cuatro años, por lo que no fue definitiva hasta que se promulga la Ley de Culto y Clero el 31 de agosto de 1841.451 Esta ley permite el pago a los sacerdotes y en nuestra ciudad no tardarán en reclamar el sueldo ante el ayuntamiento452, pero no se les pagará por no estar estipuladas las asignaciones453. Aun así, mantienen los derechos de estola y pie de altar para el mantenimiento de la iglesia454. El apoyo a Espartero comenzará a cuestionarse no sólo en relación a la forma en que debía estar constituida la regencia sino también en cuanto a la reforma militar, que generará un importante descontento455. A partir de septiembre Espartero tendrá que enfrentarse a un conjunto de pronunciamientos de raíz moderada y carlista, encabezado por O’Donnell en Pamplona y Manuel Montes de Oca en Vitoria, que se inicia el 27 de septiembre de 1841 y que tendrá como principal episodio lo ocurrido el 7 de octubre del mismo año en Madrid. Ese día se intenta acabar por la fuerza con la regencia de Espartero mediante un golpe de fuerza que «libere» a las hijas de María Cristina a través del asalto al Palacio Real dirigido por el general Manuel Gutiérrez de la Concha456 (con el apoyo de los generales
AHMMb, AACC, 6 de septiembre de 1840. AHMMb, AACC, 12 de octubre de 1840. 444 AHMMb, AACC, 19 de febrero de 1838. 445 DOMÍNGUEZ ROJAS, J.: «La realidad de las relaciones económicas entre la Iglesia Católica y el estado español», RS Cuaderno de Relaciones Sociales, 65-66, abril 2005, p. 3 446 ARMARIO SÁNCHEZ, A.: «Las relaciones entre España y Gran Bretaña durante la Regencia de Espartero (1840-1843)», Cuadernos de Historia Contemporánea, 109, 1988, pp. 157-158. 447 AHMMb, AACC, 28 de agosto de 1841. 448 AHMMb, AACC, 18 de septiembre de 1841. 449 AHMMb, AACC, 1 de octubre de 1841. 450 FERNÁNDEZ GONZÁLEZ, A. I.: «La supresión del diezmo y el establecimiento de la contribución territorial: La fiscalidad agraria directa en la España del siglo XIX», Hacienda Pública Española, nº Extra 1996, pp. 41-52. 451 MARTÍN SÁNCHEZ, J.: «La tutela de la arquitectura religiosa y la supresión del diezmo», en AA.VV.: La desamortización: El expolio del patrimonio artístico y cultural de la Iglesia en España, San Lorenzo del Escorial, 2007, p. 66. 452 AHMMb, AACC, 17 de noviembre de 1841. 453 AHMMb, AACC, 29 de diciembre de 1841. 454 AHMMb, AACC, 31 de abril de 1842. 455 Cf. FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo…, op. cit p. 145. 456 Manuel Gutiérrez de la Concha, marqués del Duero, se confabula junto a otros militares moderados antiesparteristas como O’Donnell, Monte de Oca y Dulce y tendrá que exiliarse tras el fracaso de la intentona golpista. (Cf. GUTIÉRREZ LLERENA, F.: «Historia 442 443
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Al año siguiente, en mayo de 1843, estalla un movimiento antiesparterista que, como señala Lucía Prieto «constituían un extraño conglomerado de progresistas, moderados y elementos partidarios de las Juntas». De nuevo Málaga será pionera en el levantamiento pues éste se produce el 23 de mayo458, y dos días después, el 25 de mayo, será apoyado en Marbella por el comandante de la Milicia Nacional Antonio Domínguez Alburquerque459. Es decir, Marbella, de forma pionera, se suma a la oposición moderada a Espartero, junto a algunos que anteriormente le habían apoyado, al contrario que en otros pueblos de la provincia que no secundan este movimiento. La Milicia Nacional también lo abandona aunque a la larga suponga su desaparición. La revuelta iniciada en Málaga y Marbella tendrá amplia repercusión en la península. Días después, el 27 de mayo, se produce en Reus el pronunciamiento de Prim y Milans del Bosch y en julio Serrano decreta la destitución del regente mientras Narváez se impone en Madrid. El 30 de julio Espartero inicia el destierro a Inglaterra460. En Marbella, el alcalde Francisco de Asís Roldán se mantendrá en su puesto461. En agosto se celebrarán las consabidas fiestas ya que se Baldomero Espartero “Duque de la Victoria” Fuente: José Casado del Alisal, 1872 – Congreso de los Diputados, Madrid
Leopoldo Pezuela y Diego de León) que pretende la vuelta a la situación anterior reponiendo a María Cristina como regente. El fracaso de la intentona, gracias a la resistencia de la guardia real, los alabarderos del coronel Domingo Dulce, y de los milicianos madrileños desencadenará la represión de los militares que no pudieron huir, como Diego de León o Manuel Montes de Oca, que al ser fusilados alejará a los militares de Espartero. Además, al año siguiente, la situación se complica en Cataluña cuando el 14 de noviembre de 1842 —ante el temor de las medidas librecambistas que se derivarían del acuerdo con Inglaterra y que perjudicaban a los industriales textiles catalanes— se produzca la insurrección en Barcelona, que será reprimida con suma dureza por Espartero y el capitán general de Cataluña Antonio van Halen457. La gravedad de esta decisión derivará en un enfrentamiento tanto con los moderados como con sus propios aliados, los progresistas que terminan abandonando al duque de la Victoria.
Manifiesto del jefe político, 23 de mayo de 1843 Fuente: ADE, C. 44, L. 4
de un pronunciamiento frustrado: octubre de 1841», Revista de estudios extremeños, Vol. 60, 1, 2004, pp. 97-150). 457 Cf. FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit., pp. 140-142. Era hermano de Juan Van-Halen. 458 Cf. PRIETO BORREGO, L.: «El movimiento revolucionario de Mayo y los principios de la reacción. Málaga 1843», Cilniana, 5, abril 1983, pp. 35-38. 459 AHMMb, AACC, 13 de agosto de 1843. 460 FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit., p. 150. 461 Cf. AHMMb, AACC, 2 de enero de 1843 y 22 de marzo de 1844. Gobernará hasta fin del año 1845.
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ha conseguido la «victoria completa contra los enemigos del país y de sus instituciones liberales y puesto a salvo tan caros objetos y con ello a nuestra adorada e inocente Reina»462. Incluso se dan premios a quienes habían prestado servicios para afianzar el glorioso pronunciamiento de 23 de mayo último en Málaga463. 3. El afianzamiento del régimen liberal (1843-1875) 3.1. La mayoría de edad de Isabel II. La Década Moderada (1843-1854) Esta situación desemboca en un acuerdo de los partidos moderado y progresista, que quieren evitar una nueva regencia, para declarar a Isabel II mayor de edad el 10 de noviembre de 1843, con trece años y un mes. Marbella festejará el acontecimiento con la presencia de la Milicia Nacional, que «deberá asistir y hacer tres descargas durante la función [solemne de la iglesia] y dar la guardia al retrato de S. M. que se hallará de manifiesto en el balcón de estas casas capitulares»464. El acto de jura de los munícipes se producirá el 1 de diciembre en nuestra ciudad465. Al comenzar el reinado de Isabel II los progresistas mantienen a Joaquín M.ª López en el poder y, tras su dimisión, a Salustiano de Olózaga que, incapaces de llevar a cabo reformas de índole progresista, por el bloqueo de las Cortes, terminan convocando nuevas elecciones. Los moderados acusarán a Olózaga de manipular a la joven reina y de secuestrar su voluntad con lo que se produce el acceso al poder de los moderados con el nuevo presidente Luis González Bravo. Con él se inicia el desmantelamiento de la obra progresista dando lugar a diversas revueltas que tendrán una respuesta represiva del gobierno con ejecuciones de los opositores. Ello desencadenará un cambio de actitud de los progresistas: su retraimiento en las elecciones municipales y a Cortes de 1844, con lo que facilitarán que los moderados dominen las instituciones. La etapa moderada se inicia con la reposición de la Ley de Ayuntamientos de agosto de 1840, que fuera el origen de la disputa466. A esta medida le seguirán otras no menos importantes como la disolución de La Milicia Nacional (tradicional baluarte progresista), que será sustituida por la Guardia Civil, cuerpo que, como señala Tu-
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ñón de Lara, debía de ser garantía para el orden restablecido467. La Guardia Civil fue fundada merced a sendos decretos de 28 de marzo y de 12 de abril de 1844, por Francisco Javier Girón y Ezpeleta, II duque de Ahumada, que figuraba entre los propietarios de fincas en nuestro municipio468, lo que no es de extrañar teniendo en cuenta que uno de sus antepasados, Pedro Morejón Girón y Ahumada, había sido regidor perpetuo de Marbella a mediados del XVIII469. Un año después de su creación se preparan alojamientos en nuestra ciudad para la Guardia Civil de Infantería, que se sabe está próxima a llegar. En un principio se piensa colocar su primer cuartel en los hospitales. El 27 de marzo de 1845 llega una partida de Caballería de la Guardia Civil por lo que se instalará una cuadra para los caballos en las bodegas del hospital Bazán470. Complementa estas medidas la designación por la Corona de alcaldes y tenientes de alcalde en las cabezas partido, o la ampliación de poderes y competencias para los jefes políticos, en virtud de las cuales, el Jefe Superior Político de la provincia visita Marbella el 3 de mayo desarrollando una importante labor de información y de asunción de medidas para el municipio471. El breve gobierno de González Bravo termina el 3 de mayo de 1844, poco después del regreso de la reina madre María Cristina, que influye en su hija para que forme un gobierno estable en la persona del general Ramón M.ª Narváez, el espadón de Loja, militar que tendrá un importante protagonismo como primer ministro durante el reinado de Isabel II. Durante esta Década Moderada se llevará a cabo una serie de reformas que consolidan una visión liberal conservadora del poder político y económico. Se promulga la Constitución de 1845 (23 de mayo), con soberanía compartida entre la Corona y las Cortes y sufragio censitario a favor de los mayores contribuyentes. En lo económico ese mismo año se realiza la reforma fiscal de Mon-Santillán que fija el modelo tributario español, socialmente discriminatorio por las posibilidades de evasión fiscal para los más poderosos y que consagró, según J. F. Fuentes, una doble fiscalidad: directa para el campo (contribución de inmuebles, cultivo y ganadería) con importante fraude por ocultación; e indirecta para
AHMMb, AACC, 5 de agosto de 1843. AHMMb, AACC, 24 de agosto de 1843. 464 AHMMb, AACC, 15 de noviembre de 1843. 465 AHMMb, AACC, 1 de diciembre de 1843. 466 AHMMb, AACC, 7 de enero de 1844. 467 TUÑÓN DE LARA, M.: La España…, op. cit., p. 162. 468 Cf. AHMMb, AACC, 5 de mayo de 1856 y 2 de agosto de 1913. 469 Pedro Morejón Girón y Ahumada, era su bisabuelo y fue Regidor Perpetuo de Marbella y Alférez Mayor, Maestrante y Regidor Perpetuo de Ronda. 470 AHMMb, AACC, 27 de marzo de 1845. 471 AHMMb, AACC, 3 de mayo de 1845. 462 463
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las ciudades (los impopulares consumos sobre los productos de «comer, beber y arder» pagados por los más humildes, y el subsidio industrial y de comercio). En el campo se exigió el pago en metálico de los impuestos, con lo que se dificultó el pago y generó a corto plazo un importante éxodo rural. Estas reformas se complementaron con otras de carácter técnico entre las que destacamos la Ley de sociedades por acciones (1848), la adopción del sistema métrico decimal con la Ley de Pesos y Medidas de 19 de julio de 1849, la construcción de los primeros ferrocarriles (en 1848 el Barcelona-Mataró y en 1851 el MadridAranjuez)472. En agosto de 1845 comienza a aplicarse esta legislación en Marbella al realizarse la lista de los peritos para el repartimiento del producto líquido de bienes inmuebles, propietarios forasteros y vecinos contribuyentes473. Durante esta década se sucederán dieciséis gobiernos (cuatro presididos por Narváez)474 que pondrán de manifiesto las tensiones internas entre los propios moderados, agravadas por las intromisiones de la Corte, especialmente por el asunto del matrimonio de la joven reina, por algunos movimientos insurreccionales o por las negociaciones del Concordato con la Iglesia. Respecto al matrimonio de la reina surgirán discrepancias en relación con el candidato a consorte. Unos deseaban que fuera próximo a los carlistas (el conde de Montemolín, para reunificar la dinastía), otros a los progresistas (Leopoldo de Coburgo, candidato inglés), y otros a los moderados (el duque de Montpensier, candidato francés). La decisión final, con su primo Francisco de Asís, quizá no fuera la más acertada ya que reforzó a la camarilla palatina y clerical. En cuanto a los movimientos insurreccionales, cabe destacar el levantamiento de Solís en Lugo el 2 de abril de 1846, que se salda con la intervención del general José de la Concha475, que derrota a los sublevados en la batalla de Cacheiras el 23 de abril y con los fusilamientos de Carral tres días después. También el rebrote del movimiento carlista, de los Matiners, en Cataluña, contra las reformas moderadas y las
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quintas, y que es considerado como la Segunda Guerra Carlista aunque sólo dura dos meses (septiembre a mayo de 1849)476. La desconfianza ante el primero de estos levantamientos tendrá repercusión en nuestra provincia, pues el 7 de mayo se recibe el Boletín Oficial en el que aparece la circular con la declaración del estado de excepción y la exigencia de recoger las armas de todas las personas que no inspiren confianza477. En cuanto a las relaciones con la Iglesia —perjudicada por las leyes desamortizadoras que permitieron el enriquecimiento de la burguesía— se producirá un nuevo acercamiento, que ya se había iniciado con la elaboración de la Constitución de 1845, y que se completa con el Concordato de 16 de marzo de 1851, durante el gobierno de Bravo Murillo. La Iglesia, con el papa Pío IX, reconoce el régimen liberal de Isabel II y la legitimación de las ventas de los bienes eclesiásticos desamortizados (paralizándose las ventas) y el derecho a patronato por parte del Estado. A cambio se reconocía a la religión católica como propia de España, el compromiso de atender el culto y clero por el Estado y se le encargaba velar por la adecuación del sistema educativo a la religión católica478. La tendencia hacia posturas cada vez más moderadas culmina, tras la influencia de la revolución de 1848, con la elaboración de un nuevo proyecto constitucional absolutista con el que el sucesor de Narváez, el tecnócrata Juan Bravo Murillo, pretendía dar más poder a la Corona, lo que, como dice Artola, «ni siquiera los moderados podían admitir», y ocasiona su caída479. Le seguirán varios gobiernos que o bien están mediatizados por la Corona (como los de los militares Federico Roncalli y Francisco Lersundi) o estarán, además, involucrados en escándalos político-financieros, lo que ni el pueblo ni los militares están dispuestos a permitir (como en el caso del gobierno de Luis José Sartorius por el negocio de las concesiones ferroviarias) tocando de cerca a la reina madre, a través de su marido y de financieros y especuladores de su entorno, como el banquero José de Salamanca480.
Cf. FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit., pp. 155-157, 162, 184 y 185. AHMMb, AACC, 28 de agosto de 1845, 7 de mayo de 1846, 6 de diciembre de 1846, 1 de enero de 1848. Años después, en el reparto de arbitrios provinciales de consumos por vino, aguardiente y carne le corresponde a Marbella 13.500 r.v. (AHMMb, AACC, 16 de marzo de 1856.) 474 Los presidentes del Consejo de Ministros hasta el Bienio Progresista fueron: Ramón M.ª Narváez, Manuel Pando (Marqués de Miraflores), Narváez, Francisco Javier Istúriz, Carlos Martínez de Irujo, Joaquín Francisco Pacheco, Florencio García Goyena, Narváez, Serafín M.ª de Soto, Narváez, Juan Bravo Murillo, Federico Roncali, Francisco Lersundi, Luis José Sartorius Tapia (Conde de San Luis), Fernando Fernández de Córdova y Ángel de Saavedra y Ramírez de Baquedano. 475 Era hermano de Manuel Gutiérrez de la Concha, marqués del Duero, y también consigue el ennoblecimiento como marqués de la Habana. 476 Cf. FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit., p. 160. 477 AHMMb, AACC, 7 de mayo de 1846. B. O. n.º 52. La segunda guerra carlista se extiende de septiembre de 1846 a mayo de 1849. 478 DOMÍNGUEZ ROJAS, J.: «La realidad de las relaciones…», op. cit., p. 4 479 ARTOLA, M.: La burguesía…, op. cit., p. 222. 480 Cf. FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit., p. 173 472 473
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El período conocido como Década ModeManifiesto de Manzanares (redactado por Cánovas rada tuvo, en lo económico, amplia trascendendel Castillo), el 7 de julio de 1854, con un claro cia en Marbella, especialmente por el papel que contenido progresista que conectará con el sentienen las ferrerías, sin embargo en el ámbito timiento popular y favorecerá que el movimiento político nos encontraremos con unos años en los revolucionario se extienda a todo el país. que el férreo control de las autoridades sobre el En Marbella, desde el 6 de julio de 1854 se sistema no permitirá desvíos. reciben con cierto interés noticias sobre la evoluUnos meses después de la aprobación de ción de los acontecimientos, bien a través de los la Constitución de 1845 en el ayuntamiento se boletines oficiales, bien de los bandos del Capitán informa sobre la devoGeneral. Gracias a ellos el lución de los bienes del ayuntamiento moderado El período conocido como clero481 que se confirman conoce la dirección de las Década Moderada tuvo, en lo en 1853, aunque se inditropas sublevadas, pero ca que algunos son del económico, amplia trascendencia se mantienen a la expeccomún482. sin tomar partien Marbella, especialmente por tativa Durante el godo489. Solamente cuando el papel que tienen las ferrerías el día 22 se reciben notibierno de Bravo Murillo, el 7 de febrero de 1852, cias del ayuntamiento de se produce un nuevo atentado contra la reina Málaga y de la Junta Provisional de Gobierno, se Isabel II por parte de Martín Merino Gómez, coconvocará una sesión extraordinaria, a las siete y nocido como el Cura Merino (el primero tuvo lumedia de la mañana, con la finalidad de mantener gar el 4 de mayo de 1847 durante la presidencia el orden público y adherirse al movimiento ahora de Joaquín F. Pacheco). El atentado fue durante triunfante. La situación se precipita. Pasadas las la presentación de la Princesa de Asturias, Isabel cuatro de la tarde tras formarse en Marbella (a La Chata, ante la virgen de Atocha. Ese hecho se imitación de la de Málaga) la Junta de Gobierno verá reflejado en Marbella el día 26.483 Unos días se procederá a destituir a los concejales. Esta Junta estará compuesta por Antonio Domínguez Alantes, el 19 de febrero, el Ayuntamiento, que burquerque, Francisco Acosta y Granados, Pedro aún no tenía noticia del atentado, había adquiriTorrisco, Pedro Gallardo y Burgos, Antonio Jimédo una Corona Poética para ofrecérsela a la Reina nez, Felipe Díez de Oñate y Juan de Dios Quecon motivo del alumbramiento de su hija484. lart. Como podemos ver el régimen de las Juntas En Marbella, en 1848, se reciben órdenes del Jefe Superior Político de la provincia para que también llega a Marbella. Entre las primeras meal ayuntamiento se suscriba a El Heraldo485, pedidas, aparte de la destitución del ayuntamiento riódico de signo moderado defensor de la línea moderado, con todos sus empleados, nombran dura de Narváez frente a Espartero y que descomo alcalde a Joaquín Belón y Vicente y como aparece en 1852486, Ahora el gobernador recosegundo teniente de alcalde al maestro Antonio mendará que se compre El Orden por sus ideas Jiménez490. Claro está que en el proceso no puede 487 templadas . faltar la reorganización de la Milicia Nacional, que estará formada por una Compañía de Granaderos 3.2. El Bienio Progresista de Espartero (1854-1856) y otra de Cazadores, llegando a constar de 184 La política represiva de Sartorius fomentó hombres491, aunque inicialmente y por urgencia la formación de un frente opositor «en torno a la sólo se pretenda «armar veinte vecinos honrados defensa de la moralidad pública y al rechazo de o más si preciso fuera para con el carácter de María Cristina y su camarilla»488 que dio lugar a Milicias Nacionales puedan contribuir al orden y una conspiración a cuyo frente se pusieron los seguridad de la tranquilidad pública»492. El acto figenerales Dulce y O’Donnell, que tras el incierto naliza con la toma de juramento al nuevo alcalde encuentro de Vicálvaro (28 de junio de 1854) susy concejales de acatar la Constitución de la Mocribirán, con intención de atraerse al pueblo, el narquía Española de 1837; adherirse al glorioso AHMMb, AACC, 4 de diciembre de 1845. AHMMb, AACC, 15 de septiembre de 1853. 483 AHMMb, AACC, 26 de febrero de 1852. 484 AHMMb, AACC, 19 de febrero de 1852. 485 AHMMb, AACC, 7 de mayo de 1848. 486 FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit., p. 165. 487 AHMMb, AACC, 26 de febrero de 1852. 488 FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit., p. 173. 489 AHMMb, AACC, 6 de julio de 1854, 13 de julio de 1854 y 20 de julio de 1854. 490 AHMMb, AACC, 22 de julio de 1854. 491 AHMMb, AACC, 24 de agosto de 1854. 492 AHMMb, AACC, 22 de julio de 1854. Al año siguiente se plantea la concesión de condecoración cívica a los milicianos nacionales (Cf. AHMMb, AACC, 26 de abril de 1855). 481 482
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pronunciamiento y a obedecer las disposiciones que adopte la Junta de Gobierno de la Provincia y de esta Ciudad493. El movimiento progresista que se ha extendido por el territorio español, también ha triunfado en Marbella, que seguirá fielmente a la capital malagueña, hasta el punto de que en el momento en que reciban orden de la Junta Popular de Gobierno de la Provincia ordenando la reposición de los ayuntamientos del trienio esparterista lo acatarán inmediatamente494, incluso tres días antes de que Espartero entre en Madrid (29 de julio) y de que se haga cargo de nuevo del poder con la formación del gobierno ese mismo día. La tendencia progresista de este movimiento se verá reforzada por la presencia del maestro Antonio Jiménez Parra que, aunque tuvo problemas por su posible incompatibilidad con el puesto docente, participará como segundo alcalde en dos gobiernos locales, e incluso como primer alcalde en el último de ellos495. El 5 de agosto, recién tomada posesión, propondrá un homenaje al duque de la Victoria496, en cuanto simbolizaba «la garantía de la libertad española». El homenaje consistió en pasear el retrato del duque de la Victoria por las calles con la mayor solemnidad y con cortejo y colocarlo en el balcón junto al retrato de la Reina, a la que al parecer no se paseará en dicho homenaje497, lo cual pronosticaba lo que ocurriría unos días después, el 28 de agosto de 1855, al producirse la expulsión del país de la reina madre María Cristina. Durante el bienio se intentará elaborar una nueva Constitución que no tendrá tiempo de germinar: será la non nata de 1856. En este marco aparecen en escena, aparte de los progresistas, los moderados de la Unión Liberal y los demócratas que el 30 de noviembre de 1855 votan, por primera vez, contra la monarquía como forma de gobierno en la persona de Isabel II. En el ámbito económico se desarrolla una política de reformas de amplio alcance con la Ley General de Desamortización de Pascual Madoz de mayo de 1855, que afectó, junto a los bienes de la Corona, a los bienes de los municipios
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(propios y comunes) y a los bienes inmuebles del clero secular. Sobre la desamortización de bienes del común, que permitían aprovechar colectivamente los montes de nuestro municipio, se informa al mes siguiente en el consistorio498. En diciembre se declaran los bienes que hasta ese momento eran de propios499, y que se arrendaban a los vecinos, y que ahora pasan a ser de aprovechamiento común: Sierra Blanca, Llanos de Nagüeles…500. En virtud de este acuerdo se intenta evitar la desamortización, a pesar de que unos días después se informa en pleno que según la citada ley desamortizadora (artículo 19 de la ley de 1 de mayo de 1855) se autoriza a los pueblos a emplear el 80% del producto de sus ventas de propios o una parte del mismo a obras públicas de utilidad local o provincial, a bancos agrícolas o industriales o a objetos análogos501. En este periodo se promulga la Ley de ferrocarriles de 1855, que dará un fuerte impulso a la construcción ferroviaria, y que se completa, en 1856, con la Ley de Bancos de Emisión y de Crédito, a fin de conseguir capital tanto de los ciudadanos españoles como de los extranjeros para las inversiones en el ferrocarril y en otras obras públicas. En este contexto se crea el Banco de España e, incluso, se produce el inicio de la Ley de Minas que se promulgará más adelante (1859 y 1868). Todo este conjunto de medidas favorecerá el nacimiento del capitalismo financiero español con la creación un número cada vez mayor de empresas de inversión en las que participa capital extranjero, especialmente francés y que desarrolla el marco económico liberal. Aunque no se construya en este momento ningún ferrocarril en nuestro municipio la promulgación de la ley de ferrocarriles influye indirectamente en Marbella, puesto que al año siguiente, en 1856, el ayuntamiento participará en el polémico debate sobre la construcción del ferrocarril en la provincia de Málaga502. Por otro lado, durante el Bienio Progresista las relaciones con el clero local se complican por la actitud del párroco Francisco Núñez Gallo, que residía en esta ciudad desde 1851, y que es acusa-
AHMMb, AACC, 22 de julio de 1854. AHMMb, AACC, 26 de julio de 1854. 495 Como segundo alcalde durante el primer gobierno, con Joaquín Belón y Vicente como alcalde (De 22 a 27 de julio de 1854 Cf. AHMMb, AACC, 22 de julio de 1854). También en el de Felipe Díez Oñate (De 5 de agosto a 28 de diciembre de 1854. Cf. AHMMb, AACC, 5 de agosto de 1854). Como primer alcalde de 1 de enero a 26 de marzo de 1855 (AHMMb, AACC, 1 de enero de 1855). 496 AHMMb, AACC, 5 de agosto de 1854. 497 AHMMb, AACC, 5 de agosto de 1854. 498 AHMMb, AACC, 10 y 17 de junio de 1855. 499 AHMMb, AACC, 14 de junio de 1834. En el Informe sobre Marbella que se realiza en 1834 se indica que pertenecen a los propios como fincas rústicas el Monte de las Chapas, el del Puerto de Ojén, el de Alcornoque y el de Fuensequilla, y «todas las tierras que están en su jurisdicción y no corresponden a particulares». Los propios procedían de la concesión por los Reyes Católicos Real Cédula de 6 de junio de 1488. 500 AHMMb, AACC, 9 de diciembre de 1855. Se insiste en la categoría de ser bienes del común desde la conquista en AHMMb, AACC, 10 de mayo de 1857. En lo mismo se insiste en AACC de 25 de febrero de 1869 sobre que se declaren del común exceptuando su venta: Sierra Blanca, Llanos de Nagüeles, Baldíos de Río Verde y Pinar de Valdolletas. 501 AHMMb, AACC, 13 de diciembre de 1855. 502 AHMMb, AACC, 15 de junio de 1856. 493 494
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do de conspirar junto con «otras personas asociadas al expresado Cura» para «destruir y oscurecer el brillo con que los ha eclipsado el resplandor del pronunciamiento Nacional»503. El sacerdote se verá apoyado por su hermano, que interviene avisando al alcalde Antonio Jiménez Parra de que no se altere el orden público por la visita del citado cura cuando pase por Marbella camino de su pueblo de nacimiento, ya que sabe que no es estimado por el pueblo. Además, proferirá amenazas intimidatorias sobre «el favor que le dispensarían las autoridades máximas de la provincia» y concluirá con la curiosa advertencia, o amenaza, de que «antes de quince días este pueblo sería otra cosa»504. Todo ello lleva al ayuntamiento a querellarse por injurias ante el gobernador militar y civil, que al declararse incompetente provocará la amenaza de dimisión de los concejales, y ante la Junta Auxiliar de Gobierno de la Provincia. Las acusaciones contra el sacerdote serán rebatidas tras finalizar el bienio por Juan de Quijada y Fourrat, alcalde moderado, que propondrá que se repare en lo posible los quebrantos, amarguras e injusta persecución contra el cura, y se consigne en las actas sus virtudes entre las que destaca «su adhesión a las instituciones actuales». Con ello se confirma la posición política moderada del sacerdote y su actitud no pastoral frente a los progresistas que representaba Antonio Jiménez y por ende Espartero. Aun así, este sacerdote no dudará en venir a ayudar a la población en pleno bienio durante la calamitosa epidemia de cólera que sufrió la ciudad en 1855 pese a la enemistad con los «revolucionarios de ficción de esta población»505. La situación del ayuntamiento en 1855 es lamentable: Antonio Jiménez tendrá que desempeñar las funciones de Alcalde por enfermedad del titular, Felipe Díez de Oñate, y a poco de ser elegido, como alcalde primero, fue suspendido en sus funciones por incompatibilidad por ser maestro. Antonio Jiménez será reelegido506 y apoyado por «porción considerable de vecinos» según expresa el teniente de la Compañía de Granaderos de la Milicia Nacional Ángel Millán507, aunque su nombramiento estará a la espera de la aprobación por la Diputación Provincial. Posteriormente se multará con 1.000 reales a los munícipes por haberle puesto como alcalde508.
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En ese momento las defecciones son continuas. El alcalde segundo, José Marín Andrade, alega enfermedad (no acudiendo a las sesiones desde el 14 de enero de 1855)509, por lo que tendrá que ser sustituido por Pedro Torrisco Lima como presidente en funciones hasta el nombramiento de otro alcalde.510 Su sustituto, elegido el 4 de abril tras visita del Delegado Nicolás Laborda511, enferma también el 15 de julio. Le tendrá que relevar Lucas Martín Gil en agosto512. Con este panorama nos podremos imaginar las consecuencias sobre el funcionamiento del ayuntamiento en plena amenaza colérica y de crisis del bienio esparterista. Únicamente Lucas Martín Gil permanecerá al frente del ayuntamiento hasta su suspensión en agosto de 1856 por el gobernador militar de la provincia513. 3.3. Segundo periodo moderado (1856-1868) La escasez de la harina y su alto precio generan motines de subsistencias en Castilla y en la costa mediterránea provocando el enfrentamiento entre los militares del general O’Donnell y la Milicia Nacional que, con los progresistas, apoyan a Espartero. La crisis interna en su gobierno, entre su ministro de la Gobernación (Patricio de la Escosura) y el de Guerra (O’Donnell), se salda con la salida del primero y la dimisión de Espartero al apoyar la reina a O’Donnell, al que encarga que forme nuevo gobierno el 14 de julio, con la oposición de los milicianos que siguen apoyando a Espartero en varias ciudades, entre las que se encontraban Madrid, Málaga, Zaragoza y Barcelona514. Tras los sucesos que en Madrid, llevan a O’Donnell a sustituir a Espartero y a disolver las Cortes en julio de 1856, se inicia el desmantelamiento de parte de la obra del Bienio, pues aunque se disuelve la Milicia Nacional, se añade un Acta adicional a la Constitución de 1845 que mantiene parte de la obra progresista: libertad de imprenta, funcionamiento ayuntamientos…, pero se niega a aceptar la paralización de la desamortización lo que provocará su caída y su sustitución por Narváez el 12 de octubre de 1856. Con ello se inicia una nueva etapa moderada en la que se deroga el Acta Adicional, se paraliza la desamortización, se restringe la ley de imprenta y de régimen local y se cancela el secuestro de los bienes de la reina madre María Cristina515.
AHMMb, AACC, 24 de agosto de 1854. AHMMb, AACC, 23 de septiembre de 1854. 505 AHMMb, AACC, 18 de enero de 1857. 506 AHMMb, AACC, 23-24 de enero de 1855. 507 AHMMb, AACC, 11 de febrero de 1855. 508 AHMMb, AACC, 14 de mayo de 1855. 509 AHMMb, AACC, 14 de enero de 1855. 510 Será presidente en funciones desde el 21 de enero hasta el 4 de marzo de 1855. 511 AHMMb, AACC, 4 de abril de 1855. 512 AHMMb, AACC, 29 de agosto de 1855. 513 Cf. AHMMb, AACC, 9 de agosto de 1856. 514 Cf. FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit., pp. 192-193. 515 Cf. FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, pp. 195-196. 503 504
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El bienio acaba en Marbella sin pena ni gloria. Unos días antes de la dimisión de Espartero se produce la reorganización de la Milicia Nacional516, con la dimisión de sus cargos del comandante, Antonio Domínguez, y de los oficiales de la misma: Jorge Grande (apoderado de El Ángel), Ángel Millán, Manuel Ortiz de Molinillo (representante del marqués del Duero), Antonio Jiménez, Pedro Gallardo, Pedro Torralba, Francisco Cano y Marcelo Hormigo517. El 9 de agosto de
Componentes de la Unión Liberal, 17 de julio de 1854. 1.- Espartero, 2.- O’Donnell, 3.- Dulce, 4.- San Miguel, 5.- Messina, 6.- Ros de Olano y 7.- Serrano Fuente: Grabado de Mitjana, Fundación Unicaja - ADE, Málaga
1856 el gobernador militar de la provincia nombra un nuevo ayuntamiento colocando como alcalde a Francisco de Prados518. Se inicia así una nueva etapa moderada en la que los gobiernos que suceden a O’Donnell (con su recién creada Unión Liberal) tendrán un especial protagonismo durante el período que se extenderá hasta la Revolución de Septiembre de 1868. A nivel político, en la sucesión de gobiernos municipales, desta-
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can las figuras de Francisco de Prados, Juan de Quijada y Fourrat y Francisco Rosado y Campoy. En esta nueva etapa moderada se sucederán trece gobiernos entre los que repite Narváez en tres ocasiones y O’Donnell otras tantas, aunque de mayor duración con el apoyo de la Unión Liberal519. Ente las medidas legislativas más relevantes del periodo de la primera etapa de Narváez destacaremos: La Ley de Bases para la redacción de la Ley de Instrucción Pública de 1857 (Ley Moyano) que reguló la enseñanza durante más de un siglo y otorgaba a la Iglesia el derecho de inspección. También en ese año se elabora el primer censo de población y se amplía el tendido telegráfico520. En Marbella el intento de evitar la desamortización de los bienes de propios con su transformación en bienes del común dará lugar a ciertas reclamaciones por parte de los arrendatarios. Así, en 1857, se producirá una aclaración sobre su situación al manifestar que son terrenos del común y no de propios desde la Conquista521. Aún así, habrá algunas reclamaciones de vecinos que tenían concesiones sobre minas de la Torrecilla522, San Juan, San Jaime y San José523, o en tierras en los Llanos de Nagüeles524. Estas reclamaciones siguen su curso y en 1859, cuando se informa a los munícipes sobre la venta de bienes de propios declarados de aprovechamiento común (contra lo dispuesto en la Ley Desamortizadora), se declara sin efecto en Sierra Blanca, Las Bóvedas, Baldíos de Río Verde y Pinar de Valdolletas525. 3.3.1. El gobierno largo de O’Donnell (1858-1863) El «gobierno largo» del general O’Donnell se inicia a fin de junio de 1858 y dura hasta enero de 1863. Es este un periodo de estabilidad política al frente de un partido, la Unión Liberal, que aspira a la unidad perdida de los liberales en un proyecto monárquico constitucional y parlamentario, con la unión de los moderados y de los progresistas más centrados, a fin de asentar el sistema liberal, en una época de claro auge económico, en busca de su legitimidad, para, según Fuentes, «crear un círculo vicioso de estabilidad, propicio a la puesta en práctica del proyecto histórico del unionismo, en el que se aunaban crecimiento económico, reformismo administrativo y aventuras militares en el exterior»526.
AHMMb, AACC, 6 de julio de 1856. AHMMb, AACC, 30 de julio de 1856. 518 AHMMb, AACC, 9 de agosto de 1856. 519 Los gobiernos desde 1856 a 1868 llevan el siguiente orden: Leopoldo O’Donnell, Ramón M.ª Narváez, Francisco Armero, Francisco J. Istúriz, Leopoldo O’Donnell, Manuel Pando, Lorenzo Arrazola, Alejandro Mon, Ramón M.ª Narváez, Leopoldo O’Donnell, Ramón M.ª Narváez, Luis González Bravo, José Gutiérrez de la Concha, marqués de la Habana. 520 Cf. FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit pp. 197-198. 521 AHMMb, AACC, 10 de mayo de 1857. 522 AHMMb, AACC, 14 de agosto de 1859. 523 AHMMb, AACC, 28 de agosto de 1859. 524 AHMMb, AACC, 30 de octubre de 1859. 525 AHMMb, AACC, 4 de diciembre de 1859. 526 Cf. FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit., pp. 198-201. 516 517
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Se intenta profesionalizar el aparato administrativo del estado modernizando la función pública a fin de potenciar el crecimiento del estado y de los negocios. Para ello se vuelve a poner en marcha la desamortización de Madoz, con las consiguientes enajenaciones, aunque provoque problemas sociales importantes, pero facilita los negocios con la construcción del tendido ferroviario. Todo ello en un contexto de intervención militarista, seguidista de la francesa, a la búsqueda de aumentar el prestigio internacional de España mediante intervenciones en la Conchinchina (1857-62), Marruecos (1859-60), México (1861-62) y la Guerra del Pacífico (1862-64), o la reincorporación de Santo Domingo (1861-65)527. En relación a la Guerra de Marruecos (185960), que se inicia el 10 de octubre de 1859 con una declaración de guerra al sultanato (Mohamed IV) por los continuos ataques a las ciudades españolas en la zona (en concreto a las fuerzas encargadas de la reconstrucción de la muralla de Ceuta) y que O’Donnell no está dispuesto a permitir. La guerra durará hasta la caída de Tetuán (tomada por Prim el 6 de febrero de 1860 y que en Marbella se da a conocer dos días después de producirse) 528 y la toma de Tánger el 23 de abril de 1860. La firma del tratado de Wad Ras dará lugar a la ampliación del territorio de Ceuta, la cesión de Sidi Ifni (Sta. Mª de la Mar Pequeña) y una indemnización que permite a los españoles ocupar Tetuán. La guerra afecta a nuestro municipio y para intentar superar los posibles efectos sobre los ciudadanos los munícipes acuerdan dar una pensión de tres reales diarios de por vida para cada uno de los dos primeros soldados y vecinos del municipio que resulten inutilizados contra los «moros marroquíes»529. En el contexto de la guerra de Secesión americana, en Santo Domingo su presidente, Pedro Santana, había declarado unilateralmente la reincorporación a España el 18 de marzo de 1861, por el miedo a la anexión de Haití. El gobierno español de Leopoldo O’Donnell acepta la petición en mayo y se envían tropas530. Sin embargo la situación no era tan clara y derivó en una dura guerra contra los dominicanos y en
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la que hicieron estragos las enfermedades entre los soldados. Producto del miedo a cualquier tipo de contagio es por lo que en enero de 1865 Marbella se une a Cádiz pidiendo a la reina que «los enfermos procedentes de la isla de Santo Domingo u otro puerto de las Antillas no sean desembarcados en Cádiz, ni asistidos en su Hospital Militar como providencia sanitario […] y no se altere el sistema cuarentenario existente en Antillas»531. Durante este periodo se produce en Marbella, al igual que en otros lugares, la enajenación de propios y baldíos, el cercamiento de fincas y las continuas restricciones al uso de los recursos de la naturaleza. Todo ello con el control de la Guardia Civil. La utilización de las tierras baldías no era nuevo, de hecho hay quejas sobre el uso que la Ferrería de la Concepción hace sobre las del Río Verde en 1855 (año de publicación de la ley desamortizadora)532, o sobre los bienes del común, ahora de propios que citamos con anterioridad, y que se completa con algunas reclamaciones de particulares sobre tierras supuestamente del común en el pago de Nagüeles533, en los Llanos de Nagüeles534, o en Guadalmina535 o enajenaciones en venta de edificios como El Pósito y la Alhóndiga536. Esta situación dará lugar a una importante conflictividad campesina y provoca importantes revueltas en Andalucía, como la de Utrera o el Arahal (en 1857) y la de Loja y otros pueblos de Granada, Córdoba y Málaga (Mollina, Loja, Archidona, Illora, Huétor y Alhama.) en el verano de 1861. De especial interés es la revuelta protagonizada por Rafael Pérez del Álamo, de la cual se informa en Marbella poco después al recibir noticias del Gobernador sobre una facción de Loja537. Con la enajenación de bienes, como en el caso del monte Bornoque, se pretende favorecer la construcción del ferrocarril Córdoba a Málaga del que, ya en 1852, los munícipes acuerdan informarse, pues lo consideran de interés para mejorar las comunicaciones vecinales y para exportar productos a los centros de consumo538. Sin embargo más adelante indican las dificultades
527 Cf. FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit., pp. 215. En la Conchinchina se produce la intervención como consecuencia de los incidentes producidos el año anterior a la llegada al poder de O’Donnell (asesinato de católicos el 10 de julio de 1857) y por la petición de Luis Napoleón III en virtud de la Cuádruple Alianza de 1834. 528 AHMMb, AACC, 8 de febrero de 1860. 529 AHMMb, AACC, 25 de diciembre de 1859. 530 Cf. FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit., p. 218. 531 AHMMb, AACC, 19 de enero de 1865. 532 AHMMb, AACC, 9 de abril de 1855, 8 de junio de 1855, 15 de julio de 1855, 7 de agosto de 1855, 18 de octubre de 1855, 15 de junio de 1856. Con anterioridad ya se han dado normas de enajenación en el monte Alicate (AHMMb, AACC, 22 de abril de 1852) y Herrizas de Nagüeles (29 de abril de 1852). 533 AHMMb, AACC, 5 de agosto de 1858. Reclamación de Francisco A. Roldán. 534 AHMMb, AACC, 30 de octubre de 1859. Reclamación de Pedro Artola. 535 AHMMb, AACC, 10 de febrero de 1861. Solicitud de acensamiento de M. Ortiz de Molinillo (apoderado del marqués del Duero). 536 AHMMb, AACC, 17 de febrero de 1861. Para ello se forma la junta pericial el 24 de marzo. 537 AHMMb, AACC, 7 de julio de 1861. 538 AHMMb, AACC, 14 de noviembre de 1852.
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para su construcción539 y en 1859, se pretenderá obtener los fondos necesarios poniendo a la venta dicho monte, bajo las condiciones que se propusieron dos años antes540. Ahora se plantea bajo la necesidad de traer carbón desde Córdoba para las ferrerías. Por ello se produce la visita del Gobernador y del marqués de Casa Loring a fin de convencer a la corporación541. Este monte ha sido muy codiciado en épocas anteriores y en varias ocasiones se pretendió enajenarlo para la obra del muelle, cárcel y del nuevo cementerio542. En 1860 se invita a la corporación a la inauguración del ferrocarril543, a cuya sociedad por acciones se habían destinado 4 millones de reales producto de la venta del monte Bornoque, aunque al parecer su transmisión no se había hecho efectiva, por lo que se insiste en la petición de su venta544. Al final se suscriben 521 acciones de 1900 r. cada una por un total de 989.900 r.v.545. La desamortización se confirma por R. D. 22 de enero de 1862546. Sin embargo, al año siguiente, unos días después de que los munícipes valoren las condiciones de deslinde y el justiprecio547, se informa al Ayuntamiento de que la compañía pide que se inviertan los dos millones de reales de la venta del monte548 y los munícipes todavía se replantean el uso de la venta, pues se defienden otras necesidades como la construcción del nuevo cementerio, el traslado de la cárcel y la edificación de las escuelas549. Al final se decide la compra de las acciones550. En 1864 se entregan 207.140 r.v. a la sociedad Ferrocarril Córdoba-Málaga, producto de la venta del monte Bornoque, como anticipo de los dos millones551. El monte fue comprado por Manuel J. Muñoz552, aunque más adelante
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se le tenga que reintegrar el dinero por haberse declarado nula dicha venta553. La razón que se aduce es que este monte no era de propios como se creía equivocadamente, sino que lo era del común por lo que se darán razones por lo que no se puede desamortizar554. Al final, en 1870, se recibe la noticia de la quiebra de la sociedad creada para el ferrocarril555. La promulgación de la Ley de Sociedades de Crédito de 1856 tendrá como consecuencia la creación del Banco Hipotecario en Málaga para el cual el gobernador también pide que se compren acciones y los munícipes acuerdan destinar parte de lo que se obtenga, de nuevo, por la venta del monte Bornoque556. Para la constitución de este banco, proyectado por Joaquín García Briz, se suscribirán 1.500 acciones en 1863557. En cuanto a la modernización técnica es importante destacar que, al igual que ocurre en otras zonas de España, la aplicación del sistema métrico aún tarda respecto a su creación en Francia en 1791, puesto que no se adoptó hasta 1849, e incluso no será obligatorio hasta 1880558. Sin embargo en Marbella, por orden del gobernador civil de 30 de junio de 1862, se toma la decisión de comprar una colección completa de pesos y medidas del nuevo sistema métrico, para el que se consignan 3.000 reales en el presupuesto ordinario de 1863559, y que llegan a nuestra ciudad, en tres cajones, en enero de 1865560. En el plano del capitalismo industrial y financiero tuvieron gran importancia en Málaga familias como los Larios, Heredia o Salamanca cuyo papel en nuestro municipio será relevante tanto en el XIX como en el XX.
AHMMb, AACC, 18 de agosto de 1853. AHMMb, AACC, 12 de abril de 1857. 541 AHMMb, AACC, 1 de noviembre de 1859. 542 AHMMb, AACC, 31 de mayo de 1850, 24 de abril de 1851 (condiciones de venta), 8 de julio de 1852, 30 de septiembre de 1852. 543 AHMMb, AACC, 11 de marzo de 1860. 544 AHMMb, AACC, 23 de octubre de 1861. 545 AHMMb, AACC, 1 de noviembre de 1861. 546 AHMMb, AACC, 2 de febrero de 1862 y 19 de enero de 1862 en el que se cita la liquidación de la lámina intransferible de la Sociedad Ferrocarril Córdoba-Málaga, convertida en títulos del 3% al portador. 547 AHMMb, AACC, 7 de junio de 1863. 548 AHMMb, AACC, 14 de junio de 1863. 549 AHMMb, AACC, 24 de junio de 1863. 550 AHMMb, AACC, 5 de julio de 1863. 551 AHMMb, AACC, 28 de febrero de 1864. 552 Cf. AHMMb, AACC, 8 de mayo de 1864 y 24 de julio de 1864. 553 AHMMb, AACC, 7 de mayo de 1865. Resolución de la Junta Superior de Ventas de 22 de abril que declara nula dicha venta y el reintegro de lo pagado al comprador. Aunque se produce una reclamación (AHMMb, AACC, 13 de agosto 1865) se confirma poco después (AHMMb, AACC, 10 de septiembre de 1865). 554 AHMMb, AACC, 12 de julio de 1866. 555 AHMMb, AACC, 4 de diciembre de 1870. 556 AHMMb, AACC, 4 de octubre de 1863. 557 AHMMb, AACC, 25 de octubre de 1863. 558 Por Ley de 19 de julio de 1849 se adoptó en España el metro como unidad fundamental de longitud y a partir de entonces se intenta desarrollar esta ley mediante la creación de la Comisión de Pesas y Medidas y plantear las equivalencias de las antiguas y nuevas medidas (R. O. de 9 de diciembre de 1852). La obligatoriedad no llegará hasta el 1 de julio de 1880 (Real Decreto de 14 de febrero de 1879). 559 AHMMb, AACC, 6 de julio de 1862. 560 AHMMb, AACC, 22 de enero de 1865. 539 540
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3.3.2. La crisis del régimen de Isabel II: la ruptura de la Unión Liberal (1863-1868) Tras la caída de Leopoldo O’Donnell por la pérdida de confianza de la reina, se produce la sucesión de ocho gobiernos diferentes561, de carácter moderado (o unionista), que no consiguen integrar a los progresistas dada su política de retraimiento, que deslegitimaba a la monarquía y les acercaba a los demócratas republicanos. La crisis económico-financiera de 1866 (ferrocarril, sociedades de crédito y de la banca), la intervención de la camarilla de la reina (confesor Padre Claret) en apoyo de la «cuestión romana»562, y en contra de los deseos de los liberales, junto a la conducta privada y supersticiosa (influencia de sor Patrocinio) de la reina Isabel II facilitarán su creciente desprestigio563, y desembocan en los incidentes de la Noche de San Daniel (10 de abril de 1865). Esta situación de crisis condujo al cese de Ramón M.ª Narváez y la vuelta al poder de Leopoldo O’Donnell que no consigue el cambio de táctica de los progresistas, ni impedir las intentonas de Juan Prim en Villarejo de Salvanés (2 de enero de 1866) o de los sargentos del cuartel de San Gil (22 de junio de 1866). Ello da lugar a medio plazo al Pacto de Ostende (agosto de 1866) por el que se unen los partidos demócrata y progresista para derrocar a Isabel II, y se amplía al nuevo líder de los unionistas —por fallecimiento de O’Donnell, el general Francisco Serrano— al año siguiente en el Pacto de Bruselas (30 de junio de 1867). A la citada crisis del capitalismo se une una crisis tradicional de subsistencias en 18671868, por escasez y carestía de productos básicos como el pan, que generan motines en diversas ciudades y que facilitarán el triunfo de la revolución de 1868. El fin del régimen estaba servido. En Marbella la situación de crisis se manifiesta en la emigración por el cierre de las fábricas y de las minas564, el incremento de los precios y la necesidad de suministrar ayudas, como forma de inversión, por la situación de calamidad pública en enero de 1868565. Además, durante estos años se producen un gran número de roturaciones en tierras
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enajenadas al parecer para ganar la titulación administrativa. Así consta en relación con Nagüeles (que se insiste que son del común) y con más de sesenta y cinco nuevas roturaciones de fincas566. 3.4. El Sexenio Democrático (1868-1874) 3.4.1. La Revolución Gloriosa y el Gobierno Provisional (18-9-1868 a 1-1-1871) El 18 de septiembre de 1868 se produce el pronunciamiento del almirante Juan Bautista Topete en Cádiz y se presenta el manifiesto firmado con los generales Juan Prim, Domingo Dulce y Francisco Serrano. Pronto se extiende a otras ciudades, especialmente de Andalucía de forma similar a anteriores ocasiones. Cae el gobierno de González Bravo y le sucede el del general José Gutiérrez de la Concha567, que envía tropas para contener a los sublevados. El enfrentamiento se produce en la batalla del puente de Alcolea (Córdoba) donde son derrotadas las tropas gubernamentales el 28 de septiembre. El 30 se va Isabel II. El pronunciamiento ha triunfado al formarse un Gobierno Provisional con Serrano al frente568. Desgraciadamente no podemos seguir directamente los acontecimientos que dieron lugar en Marbella tanto al Sexenio Democrático como a la I República569. El 23 de septiembre de 1868, sólo dos días después de la capital, se forma en Marbella la correspondiente Junta Provisional de Gobierno bajo la presidencia de Pedro Artola Villalobos, formándose una milicia armada y festejándose, como es costumbre, con iluminaciones y reparto de pan entre los pobres, al conocerse el éxito del pronunciamiento en Madrid. Como siempre, siguiendo los acontecimientos de Málaga, se dispone en octubre el cambio de nombre de las Juntas Provisionales por el de Juntas Revolucionarias y se destituye al párroco, Francisco Núñez Gallo, porque «su comportamiento demuestra claramente no estar identificado con las instituciones liberales que felizmente rigen». Tras las elecciones municipales que, según uno de los elegidos, ha sido «la primera [...] en que después de muchos años han tomado parte todas las clases del pueblo», es decir por sufragio
561 Los gobiernos de Manuel Pando, Lorenzo Arrazola, Alejandro Mon, Ramón M.ª Narváez, Leopoldo O’Donnell, R. Narváez, Luis González Bravo y José Gutiérrez de la Concha. 562 A la larga dará lugar al nacimiento del reino de Italia de Víctor Manuel II a costa de parte de los Estados Pontificios, con la oposición del papa Pío IX. 563 Cf. FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit., pp. 294-295. 564 AHMMb, AACC, 8 de diciembre de 1867. 565 AHMMb, AACC, 12 de enero de 1868. 566 AHMMb, AACC, 14 de enero de 1866, 12 de marzo de 1866. 567 Marqués de la Habana y hermano del marqués del Duero. 568 Cf. FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit., p. 235. 569 Faltan las AACC desde la sesión de 19 de julio de 1868 hasta final del año; desde la de 30 de mayo de 1869 a 2 de enero de 1870 y desde el 24 de diciembre al 11 de enero de 1874, ambas exclusive. Sobre este tema ha profundizado recientemente J. BERNAL GUTIÉREZ en la conferencia «El Sexenio Democrático (1868-1874) en Marbella».
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universal masculino, es elegido alcalde Pedro Artola Villalobos570. Las consabidas felicitaciones para el presidente del gobierno provisional Francisco Serrano y para Nicolás M.ª Rivero, presidente de las Cortes571. Ello no impide que haya incidentes importantes, como los que se produjeron, contra el alcalde Villalobos, por el denostado impuesto de consumos, durante la feria de San Bernabé de 1870, mientras se celebraba una corrida de toros en la plaza del Ayuntamiento, y los vecinos aprovecharon para saltar el balcón del edificio municipal572. En estos años se plantean los beneficios y las excepciones de la Colonia de San Pedro Alcántara y se expresa el deseo de hacer una industria para la caña de azúcar573. Además se proponen y se aprueban las condiciones del proyecto para la construcción del ferrocarril desde la mina de hierro en el Peñoncillo hasta el muelle de hierro en el fondeadero con una longitud de 2.110 metros574. La situación nacional se complica con la rapidez de acontecimientos que se suceden en estos pocos años. Se elabora la constitución de 1869, que mantenía la monarquía como forma de Estado, y a Serrano como Regente del Reino, mientras las Cortes se deciden a elegir a un candidato a monarca por votación entre varias opciones, entre las que estaba la republicana575. 3.4.2. El reinado de Amadeo de Saboya (2-1-1871 a 112-1873) Los diputados se decantan por Amadeo de Saboya (tataranieto de Carlos III), por 191 votos sobre 334, al que ofrecen el trono, aunque en una difícil situación por el asesinato de su principal valedor, el general Prim, el 27 de diciembre de 1870, poco antes de su llegada a España. La falta de apoyo hará que su reinado sea efímero (2 de enero de 1871 a 11 de febrero de 1873) y en un contexto muy complicado por el estallido de la Segunda Guerra Carlista (1872-1876) y la primera guerra de Cuba (1868-1878).
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Poco antes del final de su reinado se reconocen los méritos del general Espartero mediante la participación del ayuntamiento de Marbella, que colabora con 80 pesetas, en la construcción de un monumento al recién nombrado, por Amadeo de Saboya, Príncipe de Vergara en enero de 1872, que se colocará en la ciudad de Logroño a petición de su alcalde576, aunque aún tardará 23 años en inaugurarse577. 3.4.3. La Primera República (11-2-1873 a 2-1-1874) La dimisión de Amadeo I desembocará en la Primera República, que será proclamada por la Asamblea Nacional en Madrid el 11 de febrero de 1873 a iniciativa de Pi y Margall, eligiéndose en la misma sesión a Figueras como presidente. Esta Primera República tuvo una duración efímera de once meses con «una densidad de acontecimientos considerable: cuatro presidencias distintas (Figueras, Pi, Salmerón y Castelar), seis gobiernos, una fuerte agitación social, guerra carlista y cantonal en la península y colonial en ultramar»578 y con un importante aislamiento internacional. La República supone un cambio total con el modelo sociopolítico ensayado por la revolución liberal, que para José M. ª Jover se puede resumir en siete planos de ruptura distintos: «República frente a Monarquía, federalismo frente a centralismo, Estado neutro en materia religiosa frente a estado confesional o tutelar, «régimen de intelectuales» frente a «régimen de generales», desorden y utopía frente a orden identificado con eficacia administrativa al servicio de un poder concebido de la alianza entre nobleza y burguesía, religación entre ética y política frente al pragmatismo del moderantismo»579. Una utopía democrática para su tiempo en una España incapaz de comprenderla y por la que se verterá mucha sangre para intentar hacerla realidad. El movimiento cantonal que se produce en el verano de 1873 comienza en Cartagena el 12 de julio y se extiende por la costa mediterránea y Andalucía especialmente, aunque también a otros lugares de España. Málaga tendrá un especial pro-
570 AHMMb, AACC, 3 de enero de 1869. El sufragio universal masculino se convertirá en definitivo a partir de 1890. En Marbella aparece la relación de los 1.767 electores con derecho a voto, mayores de 25 años a 30 de julio de 1890, que pueden ejercer dicho derecho por ley electoral de 26 de junio de dicho año. 571 AHMMb, AACC, 21 de febrero de 1869. 572 CASADO BELLAGARZA, J. L.: «El fin de una dinastía: Los Domínguez de Marbella. II…, op. cit., p. 27. 573 AHMMb, AACC, 8 de abril de 1869. 574 Cf. AHMMb, AACC, 18 de abril de 1869 y 23 de enero de 1870. Las condiciones para la cesión de los terrenos para su construcción se presentan en AACC, 16 de junio de 1872. 575 El candidato portugués Fernando de Coburgo, no aceptó la oferta. El duque de Montpensier, Antonio de Orleáns, hijo de Luis Felipe de Orleáns y casado con la infanta Luisa Fernanda, hermana de Isabel II, cuya candidatura no prosperó al matar en un duelo al infante Enrique de Borbón, hermano del esposo de Isabel II, Francisco de Asís. El alemán Leopoldo de Hohenzollern Sigmaringen, apoyado por Bismarck, pero que fue vetado por Napoleón III. También el hijo de Isabel, Alfonso, que no fue aceptado por Prim. 576 AHMMb, AACC, 17 de noviembre de 1872. 577 La Rioja, 23 de septiembre de 1895. («Monumento a Espartero en Logroño», en la página web dedicada al general Espartero en http://www.bermemar.com. 578 SUÁREZ CORTINA, M.: La España liberal (1868-1917). Política y sociedad, Madrid, Síntesis, 2006, p. 42. De gran interés para la etapa final del siglo XIX. 579 SUÁREZ CORTINA, M.: La España…, op. cit., pp. 42-43. Cita a JOVER ZAMORA, J. M.ª: La imagen de la Primera república en la España de la Restauración, Madrid, Real Academia de la Historia, 1982.
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tagonismo en la caída del gobierno Salmerón el 5 de septiembre, cuando se niega a firmar varias sentencias de muerte y ante el veto del ministro Palanca a un asalto militar en Málaga que exigía Pavía. Durante este periodo ejercerá como alcalde José María Marín Andrade580. 3.4.4. El nuevo gobierno provisional (3-1-1874 a 1-11875) El golpe de Estado de Pavía (3 de enero de 1874) da lugar a una nueva etapa de Gobierno Provisional, a veces citada como república unitaria, macmahonista, en la que junto a la Jefatura del Estado asume la presidencia de un gobierno de coalición el general Francisco Serrano581. Posteriormente como presidente del Poder Ejecutivo de la República y con un jefe del Consejo de Ministros en la figura del general Zavala, al que sustituye a partir de septiembre Sagasta582. Durante este nuevo periodo de gobierno provisional en Marbella, permanece como alcalde accidental Diego Méndez Amado y desde el 25 de enero Francisco Sánchez García583. Poco después, el gobernador militar pondrá a Pedro Artola Villalobos como alcalde en febrero de 1874584, y se muestra la crítica situación por la que pasa la ciudad en el verano por la sequía y por las situación de la nueva guerra civil carlista585. Ante esta situación y conocida la presencia de supuestos malhechores en la zona que, al parecer, hacen daño a las propiedades de vecinos de «clases laboriosas y acomodadas», se crea un cuerpo de orden público formado por diez hombres586, un somatén, que intentará evitar daños como los que han producido por «los trabajadores y dependientes de don Cayetano Ardoy en la Sierra Blanca»587. A falta de estudios concretos, y a modo de hipótesis, estos hechos pudieran ser una primera muestra de la influencia del movimiento anarquista en nuestro municipio, que se deberá inscribir en la aparición del movimiento obrero en España y no dentro del socialismo utópico —que en esos años aparece bajo formas diversas: santsimoniana en Cataluña, fourierista en Cádiz y Madrid, cabetista en Barcelona— sino próximo a los postulados anarquistas, cuyos primeros pasos vinieron de la mano de Giuseppe Fanelli en 1868
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y que dieron lugar al núcleo provisional de la AIT con Anselmo Lorenzo al frente. Y más concretamente en un momento histórico en el que tras el fracaso del movimiento cantonalista acentúa su discurso radical con la formación de grupos de acción y con la defensa del colectivismo agrario588. La segunda guerra carlista (1872-1876), para otros la tercera si se incluye la de los matiners, había comenzado en abril de 1872, nada más abrirse las cortes de Amadeo de Saboya, pero se extiende durante el periodo de la Primera República y hasta el comienzo del reinado de Alfonso XII. En ese tiempo, los carlistas ocupan casi todas las provincias Vascongadas (menos Bilbao, Victoria y La Guardia y algunas zonas de Guipúzcoa), Navarra, menos Pamplona y la Ribera, e incluso avanzan en Cataluña y Valencia. Con dificultades se formó un estado carlista, estudiado por Julio Montero, formado por las provincias ocupadas del País Vasco y Navarra y bajo el Estado de guerra, con derechos arancelarios y aduanas. La base institucional fueron las Diputaciones forales (enseñanza, orden público y dirección económica) elegidas por las Juntas Generales («cuerpos universales» de la provincia) reunidas en Álava en 1874 y Guipúzcoa y Vizcaya en 1875. La corte de Carlos VII era itinerante, aunque estuvo preferentemente en Estella y Durango. El «despacho universal» del pretendiente se dividió en tres secretarías de Estado que formaron su Gobierno (Guerra; Negocios Extranjeros y Estado; y Gracia y Justicia, Hacienda y Gobierno político) y también contaba con un Tribunal Superior de Justicia en Estella. Emitió moneda y sellos de correos. Además, contará con un diario oficial El Cuartel Real desde agosto de 1873 y con boletines oficiales en las Diputaciones. En enseñanza creará la Real y Pontificia Universidad de Oñate589. El sitio de Bilbao por los carlistas, en la primera mitad del año 1874, fracasa a partir de mayo con lo que, una vez más, el liberalismo de la gran ciudad industrial vence a un movimiento carlista que se basaba en principios abiertamente confrontados con la modernidad y cuyo apoyo principal se encontraba en los territorios rurales de base predominantemente campesina. La incapacidad para tomar una gran ciudad se vuelve en contra y tras la ocupación de los liberales de Cataluña en el
AHMMb, AACC, 9 de agosto de 1874. Aparece una nota marginal a lápiz que dice que no es de elección legal. Serrano tenía familia en Marbella, puesto que era hijo del mariscal de Campo Francisco Serrano Cuenca que se había casado en Marbella el 11 de abril de 1806, cuando todavía era capitán, con Isabel Domínguez y Guevara, natural de nuestra ciudad. Ella era hija de Miguel Domínguez y Vargas y de Antonia Guevara. Cf. AAVV.: Enciclopedia de Historia de España, (Diccionario biográfico), Vol. IV, Madrid, Alianza Editorial, 1991. 582 Cf. SUÁREZ CORTINA, M.: La España…, op. cit., p. 57. 583 AHMMb, AACC, 11 de enero de 1874 y 25 de enero de 1874. 584 AHMMb, AACC, 4 de febrero de 1874. 585 AHMMb, AACC, 6 de julio de 1874. 586 AHMMb, AACC, 26 de julio de 1874. 587 AHMMb, AACC, 6 de septiembre de 1874. 588 Cf. SUÁREZ CORTINA, M.: La España…, op. cit., pp. 61-64 589 Cf. SUÁREZ CORTINA, M.: La España…, op. cit., pp. 69-70 y MONTERO DÍAZ, J.: El Estado carlista: principios teóricos y práctica política (1872-1876), Madrid, Aportes, 1992. 580 581
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verano de 1875 y la salida de Carlos VII el 28 de febrero de 1876 se pone fin a la guerra, el mismo día en que llega el nuevo rey Alfonso XII a Pamplona, poco después de producirse la Restauración590. 4. La crisis del (1875-1898) 4.1. El
sistema liberal de la
Restauración
Alfonso XII (1874-1885). La ResMarbella La restauración de la monarquía borbónica tras el golpe del general Martínez Campos en Sagunto el 29 de diciembre de 1874 coloca en el trono a un rey que, previamente y gracias a los oficios de Cánovas del Castillo, se había declarado liberal en el Manifiesto de Sandhurst (1 de diciembre de 1874). Será la monarquía liberal constitucional el eje del sistema político creado por Cánovas y por tanto su restauración en la figura de Alfonso XII será fruto de una larga preparación por un grupo de orientación liberal conservadora opuesta al republicanismo y a la monarquía democrática de Amadeo de Saboya. La principal figura de este movimiento será el malagueño Cánovas del Castillo que no deseaba la vuelta de los moderados y de los intereses que encarnaban. El procedimiento se inició con la creación de círculos moderados, conservadores y liberales y a través de banquetes, tertulias, salones entre las clases altas, medias y populares y en el ejercito, donde se gesta, poco a poco, un movimiento favorable al alfonsismo. La finalidad era crear una corriente de opinión favorable al hijo de Isabel II como candidato al trono. Cánovas quería proclamar a Alfonso tras la victoria contra los carlistas del general Manuel Gutiérrez de la Concha, marqués del Duero, pero se vio frustrada por la muerte de éste en Estella. Sin embargo, la intervención del general Martínez Campos, que era una figura próxima al sector moderado, y que no contaba con el apoyo de Cánovas, trunca el proceso y lo precipita, aunque luego lo aleja del poder. No es de extrañar que el pronunciamiento ocurra en Sagunto, dado el interés que la burguesía valenciana tenía en ultramar, y con la ayuda de los militares que secundan a Martínez Campos que al igual que él habían estado destinados en Cuba como gobernadores civiles o militares. Todo esto muestra, como señala reinado de
tauración en
Manuel Gutiérrez de la Concha, marqués del Duero Publicado en SUÁREZ, F.: Memorias del gobernador Antonio Guerola. Vol. IV. Málaga 1857-63, Sevilla, Fundación Sevillana de Electricidad, 1995
Piqueras591, el interés por mantener las colonias antillanas y el comercio de esclavos en Cuba en el momento de crisis en la zona y por tanto eran firmes defensores de la Restauración592. Pocos días después, el 2 de enero de 1875, se produce la proclamación de Alfonso XII como monarca en nuestra ciudad, bajo la presidencia de Pedro Artola Villalobos593, pues al comienzo del mes siguiente, el 24 de febrero, se forma un nuevo ayuntamiento nombrado por el Gobernador Militar en el que toma la vara de mando Juan de Quijada Fourrat, incluso con parte de los anteriores concejales594, y el 29 de marzo se celebra una gran fiesta por la finalización de la guerra civil carlista595. Le sucederán, entre 1877 y 1881, Diego Romero Amores596, Tomás Domínguez Artola597, Cristóbal Lara Urbano598 y Juan Fernández Belón599.
Ibídem., p 70. Vid. SUÁREZ CORTINA, M.: La España…, op. cit. 592 Cf. SUÁREZ CORTINA, M.: La España…, op. cit., pp. 80-81 y PIQUERAS ARENAS, J. A.: La revolución democrática (1868-1874): cuestión social, colonialismo y grupos de presión, Madrid, MTSS, 1992. 593 AHMMb, AACC, 2 de enero de 1875. 594 AHMMb, AACC, 24 de febrero de 1875. 595 AHMMb, AACC, 26 de marzo de 1876. 596 AHMMb, AACC, 1 de marzo de 1877. 597 AHMMb, AACC, 13 de septiembre de 1877. 598 AHMMb, AACC, 1 de julio de 1879. 599 AHMMb, AACC, 1 de julio de 1881. 590 591
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Acabada esta guerra, Cánovas del Castillo promulga unos decretos de carácter centralizador que, para Suárez Cortina, significan el fin del sistema foral vasco «y facilitó la conversión del viejo fuerismo en un nacionalismo vasco de base étnica, católica y xenófoba.»600. Cánovas, que procede de la Unión Liberal, también tendrá un importante protagonismo en la elaboración de la nueva constitución que se promulga en 1876 y en la transformación del partido moderado en conservador para hacer un partido aceptable en la Europa liberal. Con ello se conforma uno de los partidos base del sistema de la restauración. El otro, el Liberal, surgirá del partido Constitucional y a su frente estará Práxedes Mateo Sagasta601. El periodo de la Restauración en Marbella nos muestra curiosas afinidades familiares que, independientemente del partido que defiendan, mantiene a un determinado grupo en el poder durante largo tiempo. Tal será el caso de los alcaldes Juan Fernández Belón y Amador Belón Pellizó que ocupan durante catorce años, casi sin interrupción, la alcaldía de Marbella. Este periodo se inicia en junio de 1881 (recordemos que el turno bipartidista por excelencia comienza con el gobierno liberal-fusionista de Sagasta en febrero de 1881) y dura hasta julio de 1885. Incluso con el alcalde Diego Romero Amores continuará como teniente de alcalde Amador Belón Pellizó, sucediéndole de nuevo Juan Fernández Belón hasta septiembre de 1903 en que por renuncia pasa a Teniente de Alcalde. Podemos decir que durante la larga etapa democrática de la Restauración estos tres munícipes ocuparán los puestos más importantes del ayuntamiento marbellí. En este periodo reaparece, en julio de 1885, como alcalde Tomás Domínguez Artola, aunque gobierna poco tiempo, y además en los momentos más críticos de la epidemia de cólera no está presente en el municipio, incluso fallece durante su mandato, en Madrid, en febrero de 1886, por causas ajenas a la crisis epidémica602. Durante algunos de estos años los gobiernos municipales marbellíes sufrirán conflictos políticos que ocasionarán quejas, destituciones por el Gobernador, dimisiones (sólo afecta la del alcal-
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de «por no saber leer ni escribir»)603, suspensiones de algún concejal604, protestas contra el alcalde por no asistir a presidir las sesiones605, centrándose la mayoría de ellas en el periodo anterior a 1881. En dicho año comienza el sistema canovista de alternancia de partidos que logrará —con el apoyo de los gobiernos civiles y del famoso «pucherazo»— mantener una ilusoria apariencia democrática. Este sistema, fruto de la corrupción y considerado tradicionalmente como caciquil y oligárquico, es el resultado de unas relaciones de patronazgo en una España en la que el Estado liberal se conformó sobre vínculos clientelares que ya tienen una larga trayectoria cuando surge la restauración606. En este clientelismo sería muy importante estudiar desde el punto de vista local a personajes relacionados familiarmente en
Francisco Serrano y Domínguez, duque de la Torre Fuente: Imp. y Lit. Silva - Grabado publicado en DOMÍNGUEZ, F.: Los hombres de la Izquierda Liberal. El Duque de la Torre, Madrid, 1883
SUÁREZ CORTINA, M.: La España…, op. cit., p.70. El ala derecha del partido progresista y miembros de la Unión Liberal forman, en 1871, al año siguiente de la muerte de Prim, el partido Constitucional, al frente del cual estará el generalSerrano y Mateo Práxedes Sagasta. El ala izquierda de los progresistas junto con los demócratas, que optaron por la monarquía, formaron el partido Radical, dirigido por Manuel Ruiz Zorrilla. 602 AHMMb, AACC, Leg. 18-H Cf. CASADO BELLAGARZA, J. L.: «El fin de una dinastía: Los Domínguez de Marbella…, II…, op. cit., pp. 31-33. 603 AHMMb, AACC, 5 de agosto de 1877. 604 AHMMb, AACC, 24 de febrero de 1878. Causa abierta por contrabando. 605 AHMMb, AACC, 15 de enero de 1880. 606 Cf. SUÁREZ CORTINA, M.: La España…, op. cit., p. 97 y MORENO LUZÓN, J.: «El poder público hecho cisco. Clientelismo e instituciones políticas en la España de la restauración» en Política en penumbra, Madrid, Siglo XXI, 1996, pp. 169-190. El fenómeno del caciquismo no tendría tanto que ver con un sistema de dominación de clase (visión marxista), ni de carácter económico (teoría de la modernización) sino como resultado de las relaciones patrón/cliente. 600 601
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el entorno de la familia los entresijos y los grupos Domínguez y que han nade interés que se gestaron cido en Marbella como en nuestro municipio612. José Chinchilla y Díez de 4.2. La Regencia de María Oñate607 (con antepasados Cristina de Habsburgo-Lorena como Juan y Felipe Díez (1885-1898) de Oñate), el general José La muerte del rey AlLópez Domínguez608 (con fonso XII el 25 de noviembre Antonio Domínguez y Varde 1885, que se da a conocer gas, Tomás Domínguez Aral ayuntamiento de nuestra tola o Antonio Domínguez ciudad al día siguiente613, Alburquerque), o Francisco 609 desemboca en una regencia Serrano y Domínguez el de su viuda, María Cristina de cual, aunque no naciera Habsburgo-Lorena, en nomen Marbella, procedía de bre del hijo que espera y que la familia anteriormente nacerá unos meses después. citada610. Las relaciones faAunque el protagomiliares entre ellos, con las nismo directo de nuestro elites del poder central, y municipio es escaso en escon diversos personajes de tos años, se participa en el la oligarquía malagueña, IV centenario de la Conquisde los que serán sus repreta de Málaga en agosto614, y sentantes, apoderados o también se colabora con los simples correas de transmigastos de la Exposición Insión del partido gobernante, nos permitirán ahondar José Chinchilla Díez de Oñate, director general ternacional de Barcelona de 1888, a través de la compra y conocer el entramado de de la Guardia Civil Fuente: Retrato publicado en La Ilustración Española y de lotería enviada por el alpoder que se gesta a lo lar- Americana el 15 de marzo de 1899 calde de la capital catalana go del XIX y, especialmenpara ayudar a sufragar los gastos derivados615. te, durante el periodo de la Restauración611. El nombramiento del general López DoEste tipo de historia de carácter biográfico o mínguez como ministro de Guerra da lugar a una prosopográfico se ha incorporado con fuerza a importante celebración con reparto de pan para la investigación histórica de estos últimos años y los pobres, como se hacía tradicionalmente616, y permite reconstruir familias o relaciones mercanse le dedica el nombre de la calle Ancha617. tiles o de poder que nos pueden ilustrar sobre Poco después se producen incidentes en Melilla que desencadenan la participación de EsEl nombramiento del general López paña en dicha guerra (1893-1894) y ante el traslaDomínguez como ministro de Guerra da do de soldados se decide que se concederá una pensión vitalicia de 0’75 Pts. diarias a cada uno de lugar a una importante celebración con los cuatro soldados naturales o vecinos de Marbereparto de pan para los pobres lla que resulten inútiles en dicha guerra618. 607 Militar español, ministro de la Guerra, senador y gobernador de Cuba, nació en Marbella (Málaga) el 20 de Marzo de 1839 y murió el 11 de Marzo de 1899, siendo teniente general y director general de la Guardia Civil (Ver web Senado y La Ilustración Española y Americana del 15 de marzo de 1899). 608 Nacido en Marbella el 29 de noviembre de 1829 y fallecido en Madrid el 17 de octubre de 1911: Militar y político español que ocupó la presidencia del gobierno por breve tiempo durante el reinado de Alfonso XIII, desde el 6 de julio de 1906 al 30 de noviembre de 1906. (Ver web Senado). 609 Nació en la Isla de León (San Fernando, Cádiz) el 17 de diciembre de 1810 y falleció en Madrid el 25 de noviembre de 1885. Fue militar y político español. Regente, presidente del Consejo de Ministros y último presidente de la Primera República Española durante el Gobierno Provisional. (Ver web Senado). 610 Doña Isabel Domínguez y Guevara, nació el 21 Febrero 1793 en Marbella, testó en 22 Febrero 1868 en Madrid. (Cf.: http:// genforum.genealogy.com/serrano/messages/111.html). 611 PRIETO BORREGO, L.: «Nueva aproximación a la bibliografía sobre Marbella y la Costa del Sol Occidental», Cilniana, 15, pp. 57-58. Completa la anteriormente publicada por la misma autora Aproximación bibliográfica: Marbella y la Costa del Sol Occidental, Asociación Cilniana, Marbella, 1997. Más tarde se completa y actualiza con «Bibliografía y documentación», Cilniana, 17, pp. 71-88. 612 Cf. CARASA SOTO, P. (ed): Elites. Prosopografía contemporánea, Universidad de Valladolid, 1994. 613 AHMMb, AACC, 26 de noviembre de 1885. 614 AHMMb, AACC, 28 de julio de 1887. 615 AHMMb, AACC, 4 de noviembre de 1898. 616 AHMMb, AACC, 17 de diciembre de 1892. 617 AHMMb, AACC, 27 de agosto de 1893. 618 AHMMb, AACC, 28 de octubre de 1893.
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El fin de siglo buscan su salud o su El año culmina con una función en Marbella es ciercómodo bienestar en tamente crítico, la extraordinaria de fin de año y de siglo. ciudades que respeccorrupción municipal a su clima templaUn “Te Deum”, de agradecimiento y to continúa, a pesar de do son inferiores a ello, a mediados de de esperanza en un nuevo siglo que se Marbella.»626. 1895, el alcalde deciEl año culmina espera sea mejor que el que termina de comprar un puño con una función exde oro para el bastón traordinaria de fin de de mando por 75 pesetas619. Al año siguiente se año y de siglo. Un Te Deum, de agradecimiento llegará a acusar a los munícipes de malversación y de esperanza en un nuevo siglo que se espera de fondos y provoca su destitución por el gobersea mejor que el que termina627. 620 nador civil , «a virtud y conformidad de la Junta de Instrucción Pública»621, aunque al no poder CONCLUSIONES probarse será sobreseída en 1898622. En 1897 la noticia del atentado contra El nacimiento y evolución del liberalisCánovas del Castillo induce al cambio de mo en Marbella a lo largo del XIX sigue en nombre de la calle Nueva por el del político líneas generales, las pautas del proceso asesinado623. de la revolución liberal burguesa espaLa situación que vive el municipio ñola, aunque con las particularidades es extremadamente grave para los más huque, dentro de ésta, presenta el marmildes, lo que se evidencia en la decisión co andaluz. Aun así, Marbella tendrá del ayuntamiento de repartir más de un protagonismo y unas individuali600 panes para los jornaleros en la dades que se manifestarán esenfiesta la Inmaculada Concepción de cialmente a nivel económico, sin diciembre de 1899624. Ello no obsta olvidarnos de fenómenos de alcance más general. para que mantenga cierta relevanA modo de resumen y dencia puesto que, como señala F. de tro de los límites de este trabajo y de A. López Serrano, «Marbella era una las peculiares características del pequeciudad con una significación nada desJosé López Domínguez, ño municipio de Marbella en el deñable, en la que tenían su sede ministro de Guerra XIX, consideramos que los refleun viceconsulado británico, un viceconsulado belga, una agencia Fuente: Grabado publicado en La Ilustración jos y espejismos de nuestro muEspañola y Americana el 8 de agosto de 1893 nicipio, en cuanto a la génesis del consular francesa y una agencia liberalismo, se puede concretar en los siguientes consular norteamericana»625, todo ello, claro está, aspectos: en relación con la explotación minera de carácter – Sustancial y sostenido incremento de la colonial-imperialista de fines del XIX y que aportó población. El incremento de población de Marrelativamente poco a la economía de nuestro mubella, inicialmente más lento que la media espanicipio. ñola, ascenderá a partir de 1838 a un ritmo que Aun así, estos años también abren una duplica la media de crecimiento español, por lo puerta a la esperanza. En 1890 ante la petición de que presumimos que en ello tuvo especial incilos ingenieros Amador Villar Pérez de Castropol dencia el fenómeno de la industrialización y de y Jorge Fournier de instalar en Marbella una Estación de Invierno, en la que mediante helioterapia la creación de las colonias agrarias. a hidroterapia los europeos del norte se recupe– En cuanto al reparto de esta población rasen de sus dolencias gracias a la benignidad de por el municipio, la densidad de Marbella supenuestro clima, se reflexiona sobre estos benefira la media andaluza y española, con lo que se cios y el síndico Rafael Vallejo profetiza que «No refleja su situación periférica mediterránea. Sin puede calcularse hasta donde llegarían los beneembargo, no llega al nivel medio de la provincia ficios si se lograse atraer a este país parte de los durante el XIX, por lo que habrá que esperar al viajero de posición desahogada u opulenta que XX para que la situación se invierta. AHMMb, AACC, 8 de junio de 1895. AHMMb, AACC, 4 de abril de 1896. 621 AHMMb, AACC, 17 de diciembre de 1897. 622 AHMMb, AACC, 26 de marzo de 1898. Se cita a los concejales Diego Romero, Antonio Ruiz, Salvador Sánchez, José Escámez, Rafael Vallejo, Francisco Amores, Juan Álvarez, Antonio Sánchez. 623 AHMMb, AACC, 15 de agosto de 1897. 624 AHMMb, AACC, 2 de diciembre de 1899. 625 LÓPEZ SERRANO, F.: «Miseria…», op. cit., p. 5. 626 AHMMb, AACC, 28 de junio de 1890. 627 AHMMb, AACC, 2 de diciembre de 1899. 619 620
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– En cuanto a fenómeno de la urbanización, correrá paralelo al incremento de la población, tanto en la ciudad como en el campo, pero especialmente en este último. Con ello el número de habitantes por vivienda se incrementará, produciéndose un cierto hacinamiento en la segunda mitad del XIX, al subir la población un 43,8% y el número de viviendas sólo un 22,5%. – Manifestación clara de la transición demográfica desde el ciclo demográfico antiguo, propio del A. Régimen, caracterizado por una alta natalidad y mortalidad, a otro ciclo demográfico moderno, que no se completará hasta después de la Guerra Civil. Esta fase de transición tiene sus primeros síntomas hacia 1838, en paralelo al máximo auge de la industrialización y que enlaza con el nacimiento de las colonias agrícolas, pero se manifiesta con más claridad en las últimas décadas del XIX con un claro descenso de la mortalidad que se anticipa a la media española, aunque quebrará, temporalmente, en la segunda década de los XX, tras la crisis de la Restauración. También se nota en el descenso lento, pero continuado de la natalidad, aunque en este caso a comienzos del XX, con unos años de retraso respecto a la media española. – Apoyo al régimen liberal, ambiguo y esporádico antes de 1833, decidido durante la regencia de María Cristina. A partir de aquí desoye las escasas voces carlistas, secunda los movimientos junteros de 1835-36, 1837 y apoya la fase liberal de la regencia de Espartero, al que se opone con especial protagonismo en 1843, cuando muestra su faceta autoritaria, aunque de nuevo lo secunde en 1854. En general, la población colabora con las órdenes gubernativas oficiales que emanan de la capital de la provincia. – Temprano dinamismo industrial aunque tras su fracaso derive hacia el colonialismo minero extranjero. Pese al temprano dinamismo industrial siderúrgico —que fue favorecido por la presencia de materias primas minerales y de avispados promotores de la burguesía comercial malagueña—, tras fracasar por deficiencias estructurales degenerará, ante la inexistencia de una burguesía emprendedora local, en un neto colonialismo extranjero. – Tardía y original modernización agraria. Junto al protagonismo de las huertas, generalmente orientadas al autoconsumo y a la subsistencia, se puede resaltar la importancia de las explotaciones agrarias creadas a mediados del XIX. Este intento de renovación del sector agrario sin llegar a ser revolucionario, pues mantiene en algunos casos el barbecho, pretende modernizar el sector introducién70
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dolo en el marco del capitalismo agrario. El protagonismo de las colonias agrarias de San Pedro Alcántara y El Ángel presenta rasgos originales en los aprovechamientos agrícolas respecto a otras zonas de España, tanto estructuralmente (lejanos a los grandes latifundios de otras zonas de Andalucía), como en función de los productos cultivados (de origen tropical: caña de azúcar, más tarde remolacha azucarera…) o en los métodos de explotación (introducción de maquinaria, desecación de tierras, construcción de obras hidráulicas en las colonias agrícolas particulares y la construcción de modernos ingenios que sustituyen a los antiguos trapiches). – Carencias en las infraestructuras de comunicaciones viarias que dificultan la segunda industrialización. Las carencias en las infraestructuras penalizarán el desarrollo económico del municipio, especialmente por las deficiencias en las comunicaciones terrestres (caminos irregulares y fracaso del ferrocarril), salvado parcialmente por su situación costera. Fracasan los continuos intentos de construir un puerto o muelle que favorezca el intercambio comercial, y cuando éste llegue lo hará en función de los intereses mineros coloniales, aunque sea utilizado como vía de intercambio, tanto por Marbella como por los pueblos de la comarca. – Consolidación de la sociedad liberal burguesa a costa de la desamortización civil. A pesar de las carencias en los estudios sobre la desamortización local, podemos considerar que la nueva sociedad liberal se consolida sobre el irresuelto problema de la distribución de la tierra, tras las desamortizaciones, especialmente la que afecta a los bienes de propios en 1855. Sin embargo, la vía utilizada para privatizar las tierras y el destino de algunas de las inversiones se realizan en función de intereses foráneos (de la alta burguesía malagueña interesada en el ferrocarril CórdobaMálaga) y no redundaron en beneficio de la comunidad local. – Tardía e incompleta respuesta a la miseria de las capas populares. Las crisis demográficas o económicas, que aparecen y reaparecen en el ámbito local, no encuentran vías de solución por parte de los organismos públicos (ineficacia de las medidas propuestas, generalmente caritativas, a lo largo del XIX) o por la tardía formación de las agrupaciones obreras. – Escaso protagonismo de las elites locales que sólo tienen un papel secundario, a pesar de la potencial buena relación con los grandes prohombres del momento. Una relación que no supo aprovecharse, posiblemente por el escaso interés de dichas personalidades por el municipio de sus paisanos. n Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 7-70
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ISSN 1575-6416
Elecciones de Diputados y Síndicos Personeros. Elecciones en Marbella en el Sexenio Absolutista (1814-1819). Un atisbo de libertad en medio del tiempo Calixto Rodríguez Romero
Licenciado en Geografía e Historia
RESUMEN Los diputados del común y el síndico personero fueron oficios municipales creados durante el reinado de Carlos III, siendo en el Antiguo Régimen los únicos cargos nombrados por el pueblo. Este trabajo analiza su sistema de elección, la personalidad de los elegidos y cómo se llevaban a la práctica sus funciones durante el Sexenio Absolutista en la ciudad de Marbella. PALABRAS CLAVE Diputados del común, Síndico Personero, Siglo XIX, Sexenio Absolutista, Marbella. ABSTRACT The personero receiver and deputies common were created municipal offices during the reign of Carlos III, being in the «Antiguo Régimen» the unique positions named by the town. This work analyzes its system of election, the personality of the chosen ones and as it took to the practice his functions during the Absolutist Presidential term in the city of Marbella. KEY WORDS Deputies of the common one, Personero Receiver, Century XIX, Absolutist presidential term, Marbella.
1. Introducción
D
urante el primer tercio del siglo XIX las instituciones municipales estaban regidas según el sistema del Antiguo Régimen. Las leyes que se aplicaban emanaban de la Nueva Recopilación el antiguo cuerpo legal de la Monarquía Hispánica basado en las Leyes de Toro de 1505 y las recopilaciones anteriores (el Ordenamiento de Alcalá de 1348 y el Ordenamiento de Montalvo de 1484). Este cuerpo legal fue sancionado por Felipe II el 14 de marzo de 1567. Pero con el paso del tiempo y el cambio de dinastía, surgió la necesidad de una nueva compilación que se vio plasmada en la Novísima Recopilación de las Leyes de España, sancionada por Carlos IV en 1805 y publicada en 1806, debiendo adquirirse por los Ayuntamientos por Real Orden de 18141. Esta obra, que intentaba sistematizar el complejo legislativo del Antiguo Régimen, no deja de seguir la farragosa estela del mundo jurídico de su tiempo. Formada por 4.044 leyes, se dividía 1
en 340 títulos que se integran en 12 libros, los cuales abarcaban todo el derecho español. Su vigencia pervivió de forma parcial hasta finales del siglo XIX, pues su derogación fue paulatina con la aprobación de las diversas constituciones y el desarrollo de los diversos códigos jurídicos de la época. Fue criticada por el mantenimiento de leyes en desuso en contraposición con otras nuevas, omisión y repetición de otras, y, fundamentalmente, por su envejecimiento prematuro por los cambios políticos y sociales de los tiempos que se avecinaban. No obstante, fue fundamental en el estudio del derecho al implantarse por los Borbones el derecho real en las universidades en oposición al derecho común romano católico; y, finamente, básico como fundamento en la actualidad para el conocimiento de la historia. Por lo que respecta a los municipios, les estaba dedicado el Libro VII titulado De los pueblos y de su gobierno civil, económico y político. Este libro albergaba, como su nombre indica, todas las disposiciones referentes a la vida de los mu-
Archivo Histórico Municipal de Marbella (AHMMb), Actas Capitulares (AACC), Caja (C.) 5/8, Folio (F.) 158.
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nicipios. Dividido en 40 títulos, regulaba en ellos años y llevar como mínimo cinco de vecindad y todo lo concerniente al territorio: sus términos, residencia en el lugar; además, no podía optar a terrenos baldíos, montes y plantíos, despoblados ser nombrado ningún empleado público de nomy repoblación, etcétera; de lo que atañe a la políbramiento del Rey excepto el que sirva en las tica: ordenanzas, oficios públicos, corregidores, milicias nacionales; posteriormente, se impidió regidores, escribanos, consejos y ayuntamienla elección de los eclesiásticos. Esta política intos, privilegios…; de lo que atañe a la economía: tentaba obtener una independencia de la Admipropios y arbitrios, abastos, positos, compra nistración central, llevaba aparejada un espíritu y venta de pan…; de lo que afecta a la policía anticaciquil y la intención de evitar el cunerismo de los pueblos, diversiones públicas y privadas, de los sectores oligárquicos; además, los ayuntacaza y pesca, cría de mulas y caballos; además mientos deben tener un secretario, elegido por de lo concerniente a obras públicas, caminos y pluralidad absoluta de votos y un depositario de puentes, ventas, posadas y mesones, expósitos, los caudales de Propios2. Y, por último, una nuehospitales, socorro de los pobres… Como veva definición de sus competencias. Todo ello fue mos, una regulación muy intensa que encorsetaregulado en el Título VI de la Constitución. ba la vida de los pueblos, más aún si a lo que nos Éste fue el primero de los dos interludios referimos es al gobierno municipal. Éste estaba que hubo durante el primer tercio del siglo XIX, constituido por un corregidor, oficio enajenado en el que los ciudadanos eligieron a sus reprepor la Corona y que debía ostentar una persosentantes en el municipio, junto al Trienio Consna que no fuera del municipio, le correspondía, titucional, antes del fin del régimen absolutista. además de ser cabeza del gobierno municipal, Y, aunque la implantación que tuvo duro poco el impartir justicia; lo conformaba, también, los tiempo, su impronta duró todo el siglo para los regidores perpetuos, que debían ser naturales liberales. Sin embargo, durante los años en que de municipio y que eran ocupados por miemsiguió rigiéndose la vida municipal por los prinbros de la élite local; por último, los diputados cipios absolutistas dos figuras del poder municidel común y el síndico personero. Al municipio pal siguieron ostentando el pequeño margen de de Marbella le correspondían un corregidor, seis liberalidad que consentía el régimen absolutista: regidores perpetuos, dos diputados del común y los diputados del común y el síndico personero. un síndico personero. 2. Significado de los Diputados de Abastos y Síndicos Todo cambió con la invasión napoleónica, de manera que primero con el régimen francés Personeros del Común y su sistema de elección desde 1810 y posteriormente el de las Cortes de Cádiz, la administración municipal de Marbella La figura de los diputados de abastos surconoció nuevas formas de gobierno. Obviando ge en la época de Carlos III, concretamente por la el francés, que solamente estaba legitimado por resolución del Rey y auto acordado del Consejo la conquista y que prácticamente conservaba las de 5 de mayo de 1766, que en su capítulo 5 explica las razones para la creación de dichos cargos antiguas formas y se cimentaba en las élites lomunicipales: evitar a los pueblos todas la vejaciocales que les eran afectas, bien por necesidad, nes que por la mala administración o régimen de miedo, poder u otras causas las Cortes de Cádiz los concejales padezcan en los abastos y, además, sí presentaron una reforma municipal de amplio para involucrar al vecindario a través del conocicalado en tres sentidos: en cuanto a la elección, miento de los cauces por el que se desarrollan los al proceder a ser elegidos por sufragio universal mercados, en su mejora, favoreciendo con ello la y debiendo cesar en sus cargos los regidores y libertad de comercio. Para cumplir con sus obliaquellos que sirvan oficios perpetuos «cualquiegaciones los diputados serán nombrados por la ra que sea su título y denominación», debiendo vecindad y tendrán en el Ayuntamiento potestad cambiar los alcaldes todos los años, los regidopara examinar las prores y síndicos por mitad puestas y, también, voto cada año, sin que puLa figura de los diputados de para el establecimiento dieran optar a ser elegidos para ninguno de abastos surge en la época de Carlos de las reglas económiellos sin pasar dos años III, concretamente por la resolución cas en lo que respecta a estos asuntos. como mínimo, con lo del Rey y auto acordado del El síndico percual se democratizaba Consejo de 5 de mayo de 1766 sonero, en cambio, el sistema para el nomproviene de un oficio bramiento de los carexistente anteriormente: el procurador síndigos concejiles. Respecto a su composición, era co. Este cargo, existente en muchos pueblos, condición para ocupar los cargos ser ciudadano era habitualmente enajenado y con ello perpeen el ejercicio de sus derechos, mayor de 25 2
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Artículos 320 y 321, Aptdo. 3, de la Constitución de 1812.
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La elección anual de diputados y síndico del común se realizará por el voto activo de todos los vecinos y contribuyentes dividido en parroquias tuado por las familias; cuando esto no ocurría, era norma que fuera ocupado por un regidor del Ayuntamiento. Lo que realiza la reforma de 5 de mayo de 1766 es, sin acabar con la anterior figura, crear una a la par, elegida por el común de los vecinos y con la misión de pedir y proponer todo lo que convenga a la generalidad de los vecinos, pudiendo tener voz e intervenir en todos los actos del Ayuntamiento. La consideración formal de los diputados y su tratamiento, tanto dentro como fuera del Ayuntamiento, cuando estén ostentando sus cargos, será igual que el del resto de los concejales. La elección anual de diputados y síndicos del común se realizará por el voto activo de todos los vecinos y contribuyentes dividido en parroquias; si sólo hubiese una se nombrarán veinticuatro comisarios electores, en consejo abierto y presidido por la Justicia, que procederán a hacer la elección de los cargos en la casa consistorial. Todos estos actos se realizan bajo la supervisión del escribano del Ayuntamiento y se debe dejar constancia en un libro particular3. Una vez elegidos, al día siguiente tomarán posesión de sus cargos. La elección de estos cargos no podrá recaer en ningún regidor, ni individuo del Ayuntamiento, ni en quienes tengan parentesco con ellos hasta cuarto grado; tampoco podrán ser elegidos los deudores al común, ni aquellos que hayan ejercido en los anteriores dos años oficios públicos. La elección puede caer en nobles y plebeyos al ser enteramente dependiente del concepto público, sirviendo a cada uno en su clase de distinción y merito, pudiendo ser alegados como actos posi-
tivos, no obstante no conllevan la adquisición de derechos ni propina4. 3. Desarrollo de las elecciones en Marbella durante el Sexenio Absolutista Como exigía la ley, las elecciones se celebraban a final del año para tomar posesión en el siguiente. Fueron elecciones que no produjeron
En el AHMMb dicha documentación se encuentran en la C. 620, piezas 3 a 7 inclusive. En el sentido de la primera acepción de DRAE: «Colación o agasajo que se repartía entre los concurrentes a una junta, y que después se redujo a dinero». 3 4
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para el año 1815 celebrada en diciembre de 1814-Primero tenemos los nueve vecinos que acudieron a votar; en segundo lugar los vocales elegidos, señalados con NP los que no acudieron a votar, y seguidamente a quienes dieron su voto como diputado y síndico.
un gran interés en el pueblo, muy pocos vecinos acudían a votar, solamente lo hacía una exigua minoría. Tenemos en cada uno de esto años las cifras de 9-9-9-7 y 6 votantes. En total acudieron a las urnas 40 votantes para los años 1815 a 1819, de ellos 6 repitieron 2 veces y 2 repitieron 3, con lo cual sólo 22 vecinos votaron en estas elecciones durante estos cinco años. Como comparativa tenemos las últimas votaciones para el ayuntamiento liberal de 1814, que recogió la cifra de 68 votantes. Los votantes podían ser elegidos electores y no había que ser elector para poder ser diputado o síndico. En el Cuadro I podemos apreciar el desarrollo de las votación 5 6
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En cuanto a los elegidos como diputados y síndicos durante este período, su personalidad nos confirma que no hubo ninguna clase de restricción política para su nombramiento. De 1815 a 1819 ocuparon la plaza de diputados Benito López, Enrique Schnelbenbühel, José Álvarez, Manuel Martínez y Cristóbal Villalobos; y la de síndicos Manuel Martínez, José Escobar, Pedro de Castro, Cristóbal Villalobos y José Escobar. Podemos ver que la confianza depositada en algunos de ellos para estos cargos se repetía. Pero lo más curioso es lo que sabemos de alguno de ellos. Manuel Martínez y López, de oficio boticario, fue el primera alcalde constitucional de la ciudad y no obstante obtuvo cargo público durante este período realista; Benito López, labrador, fue regidor durante el año 1813 y era reconocido como liberal; José Álvarez, labrador, era liberal y fue segundo alcalde en 1813; y, finalmente sabemos que José Escobar tuvo que enfrentarse a unas pesquisas por infidencia, ya que fue uno de los elegidos como regidor durante la dominación francesa, de resultas que los informes dados por el ayuntamiento sobre su conducta durante la ocupación francesa decían de él ser adicto a los franceses y comportarse con rigor con la población5, a la que amenazaban con la pena de la argolla6, y en un informe posterior se afirma literalmente: «[…] sin que este Ayuntamiento se singularice en particular con alguno de los municipales, no obstante de que se notó, que no correspondiéndole a él la jurisdicción y sí a Rafael de Toro por ausencia de Francis-
AHMMb, AACC, C. 5/2, F. 21. Pena que consistía en exponer al reo a la vergüenza pública, sujeto por el cuello con una argolla a un poste.
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Cuadro I
co Granados la obtuvo, prueba de su afición a mandar, y su despotismo»7.
Por lo que respecta a las incompatibilidades tenemos algunos ejemplos de su cumplimiento. Así el 17 de mayo de 1815 el diputado del común Benito López, al obtener el empleo de Fiscal de Montes de la ciudad, es sustituido por Pedro Burell8 y éste, a su vez, solicitara su sustitución de las cargas concejiles, en el año 1816, por ser notario mayor del juzgado económico y de la curia castrense9. Por lo que podemos apreciar, las elecciones para diputados del común y síndico personero durante el sexenio absolutista en Marbella funcionaron tal como el ordenamiento jurídico tenía previsto. 4. Labor de dichos cargos en Marbella (1814-1819) Tenemos constancia de cómo desempeñaron su labor los diputados del común y el
síndico personero en Marbella, principalmente, mediante las Actas Capitulares. En ellas se reflejan las distintas misiones encomendadas y funciones realizadas. La mayoría de ellas responden a un ámbito de colaboración con la institución municipal. De manera que durante estos años, 1815 a 1819, tenemos los siguientes ejemplos: • Se pasan los autos del expediente promovido por Cristóbal del Moral, que desde Las elecciones para 1814 venía reclamandiputados del común do al Ayuntamiento y síndicos personero 42.000 reales que había dado a las tropas durante el sexenio españolas para su manutención a cuen- absolutista en Marbella ta de éste y el salario funcionaron tal como el que se le debe como ordenamiento jurídico contador de Propios tenía previsto del año 1813, a los
AHMMb, AACC, C. 5/4, F. 52. AHMMb, AACC, C. 6/2, F. 105. 9 AHMMb, AACC, C. 6-H/8, F. 214. 7 8
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diputados síndico personero y del común para que se informe lo que convenga10. • El capitán de la Compañía de Carmona, destinada al objeto de perseguir contrabandistas y malhechores, se queja del acuerdo tomado por los síndicos de suspender, hasta recibir órdenes superiores, el suministro a las tropas11. • Se suspende tratar sobre el entresaco del Monte del Puerto mientras no concurran todos los síndicos y diputados12. • Se encarga a don Benito López, diputado del común, que acuda a Málaga para traer varias órdenes sobre la observancia en el manejo y conservación de los montes del término de esta ciudad13. • Se acuerda que el síndico del común haga un reconocimiento de los caminos para determinar su estado y sus límites con las fincas colindantes14. • Los hacendados que se surten del sobrante de la cañería pública citan a esta ciudad para que se practique un reconocimiento en el que estará presente también el diputado de Aguas y el síndico personero15. • Acuerdo del Ayuntamiento para que se cobren los débitos de Propios debiendo los síndicos hacer su seguimiento16. • Enrique Grivegnée envía instancia solicitando que se le autorice, pagando lo que fuese regular, la entrada de mil quinientas cabezas de ganado. La ciudad acuerda denegarle la petición por el seguro perjuicio que generará para los labradores. Informe del síndico personero en contra17. • Sobre el recurso hecho al Supremo Consejo de Castilla solicitando que a los dos médicos titulares se les aumente la dotación en 250 ducados. Se pasa a informe de los diputados y síndico18. • Petición de Juan Molina de un año de prórroga para la limpia, corta y arranque de las cepas en Bornoque, informe negativo del síndico y no se le concede19. • Se vieron las cuentas de propios y se pasan a los síndicos para su inspección20. • Se vio los reparos puestos por los síndicos a las cuentas de propios de 181821.
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• Satisfacción de los reparos puestos por el síndico a las cuentas de propios de 1818 y remisión a la provincia22. Pero el espíritu de la ley al crear estas dos figuras es claramente la de ser un contrapoder de la oligarquía local y un medio de la defensa de los intereses de los ciudadanos y de la libertad económica. Por lo cual, al valorar su funcionamiento debemos de tener en cuenta, sobre todo, aquellas actuaciones especificas en las cuales la defensa de los intereses del pueblo esté de alguna forma en contraposición con los poderes fácticos. Y, de estos casos, encontramos en este período dos que son paradigmáticos. El 3 de febrero de 1815 el regidor y diputado de carnicerías Alonso Fernández Barrios se queja ante el Ayuntamiento pleno de que el síndico personero Manuel Martínez haya emitido órdenes en relación al sacrificio de las reses en la carnicería, lo que considera una falta de respeto a su cargo23. La contestación de la corporación es que al unir el cargo de síndico del común el ostentar ser doctor en farmacias, no sólo era su obligación sino que es la persona más adecuada para dar las disposiciones necesarias para el sacrificio de las reses y asegurar la salud pública. Pero no es el único caso que se enfrenta el síndico de este año en relación con la carnicería: el 15 de julio expone al Ayuntamiento que le han llegado noticias de posibles abusos en los precios que ponen los abastecedores de carne de la ciudad24 lo que posteriormente se verá confirmado con el memorial presentado el 19 de julio por los vecinos y criadores de ganado de la ciudad, Antonio Toro, Martín de Cerván y José Mata, en el que denuncian el excesivo lucro a favor de abastecedor de carnes Miguel de Rojas, y que en beneficio del común proponen nuevos precios25. El segundo de los casos comienza con un memorial (anexo) que presenta el síndico personero de 1819, José Escobar, el día 28 de abril a la Junta de Propios de la ciudad. En él refleja la preocupación ciudadana ante el abastecimiento de aguas, debido a la crítica situación de las cañerías, y alerta del peligro que ello supone para la salud pública. Este problema era estructural,
AHMMb, AACC, C. 6/1, F. 3. AHMMb, AACC, C. 6/1, F. 8. 12 AHMMb, AACC, C. 6/1, F. 43. 13 AHMMb, AACC, C. 6/2, F. 96. 14 AHMMb, AACC, C. 6/4, F. 160. 15 AHMMb, AACC, C. 6/4, F. 187. 16 AHMMb, AACC, C. 6/6, F. 12. 17 AHMMb, AACC, C. 6/6, F. 25. 18 AHMMb, AACC, C. 6/7, F. 98. 19 AHMMb, AACC, C. 6/8, F. 212. 20 AHMMb, AACC, C. 7/2, F. 62. 21 AHMMb, AACC , C. 7/3, F. 65. 22 AHMMb, AACC, C. 7/3, F. 75. 23 AHMMb, AACC, C. 6/1, F. 27. 24 AHMMb, AACC, C. 6/3, F. 145. 25 AHMMb, AACC, C. 6/4, F. 159. 10 11
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pues es tratado entre los asuntos de anteriores síndicos. Pero existen más referencias al problema: así es visto como obra urgente la reparación de las cañerías en febrero de 181526, y en ese mismo año el diputado de Cañerías hace un informe advirtiendo que las escasas aguas de las fuentes públicas, que provocan las continuas quejas del vecindario, se deben a usos indebidos procedentes de determinados hacendados27. Pero la novedad es que el síndico va a la raíz del problema, no hay abastecimiento de aguas porque no se arreglan las cañerías y esto sucede debido a que los ingresos de propios que deberían solventar el problema son desviados. Para el cobro de los morosos y la recaudación de los ingresos de Propios de la ciudad, el intendente de la provincia comisionó a Agustín Hugarte, el cual es acusado por el síndico de que su «interés único parece el de cobrar sus dietas y que estas duren, con cuyo objeto ha logrado en calidad de reintegro llevarse el poco o mucho fondo que había», por lo que solicita que se libere a la Junta como encargada de la recaudación y que se cumplan las obligaciones contraídas, como el pago de los funcionarios públicos, y que no suceda como hasta ahora que cobrando el comisionado más de 6.000 reales de dietas no haya ni para pagar 170 al relojero, por lo que llevan los ciudadanos dos meses sin saber la hora en que viven y además que el mayordomo de Propios rinda las cuentas desde principio de año. Ello obliga a la Junta de Propios a una reunión el mismo día, en la que también estará presente el comisionado, en ella se da las instrucciones para el cobro de morosos, se remita informe al Intendente provincial, se rindan las cuentas por el mayordomo de Propios y el comisionado pide testimonio literal de la exposición del síndico y del acta de la Junta, lo cual se le concede. Los resultados de esta reunión son pobres: en cuanto a la recaudación, no se llega nada más que a 300 reales por lo que el 10 de mayo se vuelve a reunir la Junta a petición del síndico, que pide y es concedido por la Junta, que el comisionado avive el cobro de las cuotas impagadas y que ingrese en la Depositaría de Propios las cantidades íntegras sin quedarse comisión alguna, presentando a su vez la nomina de sus dietas. El 21 de mayo se recibe oficio del intendente provincial en el que ordena la suspensión del comisionado mientras se resuelven las dudas que suscita en el cumplimiento de su cargo28. Este mismo día, el Ayuntamiento acuerda que para solucionar la falta de agua el alguacil mayor saque del abastecimiento las casas de campo29. Y el 25 de
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este mes se le manda al comisionado que rinda cuentas y entregue los expedientes, sabiéndose por el alguacil ordinario Pedro de Diego que se había marchado, por lo que se ordena a éste y su compañero Francisco Campillos que saliesen a contenerlo y llevarlo a la Real cárcel; lo que no pudo suceder ya que «desde la playa lo vieron a caballo a escape»30. Esta sería una victoria pírrica; el 1 de septiembre volvería para la cobranza de 1233 reales y 4 maravedíes de la contribución para los escopeteros de Andalucía31. 5. Conclusiones El nacimiento de la ley que crea los diputados de abastos y síndicos personeros del Común de los pueblos es la constancia que existe en el propio gobierno, ya en los tiempos de Carlos III, de que la administración municipal está anquilosada, que el gobierno de las oligarquías locales frena el comercio y las industrias, y termina siendo causa de múltiples injusticias vecinales. Pero la misma dinámica de la sociedad y poder del Antiguo Régimen provoca la única solución, ya que unos cambios radicales irían contra su propia estructura. Para saber cómo funcionó esta institución tendría que realizarse un estudio general y comparativo de los pueblos en el período en que estuvo vigente. En lo relativo a la ciudad de Marbella, por desgracia todo lo anterior se perdió durante la ocupación napoleónica. Del período que hemos analizado podemos sacar algunas conclusiones, pero sólo podemos restringirnos a él. Primero tenemos que hacer la observación de que el período estudiado viene inmediatamente después de las primeras convulsas alteraciones de la vida municipal desde la conquista de la ciudad por los Reyes Católicos, pasando por la opresión napoleónica y los nuevos aires de libertad concedidos al pueblo por la Constitución de Cádiz. La primera conclusión a la que llegamos es que las elecciones realizadas no se vieron matizadas por los acontecimientos pasados; los elegidos durante estos años participaron en los sucesos anteriores en diferentes claves, pero ello no fue óbice para sus nombramientos. Podemos decir que no hay constancia de que se pusiera obstáculo para su labor y que principalmente su mayor o menor implicación en las labores del cargo, dependía de la personalidad de los elegidos. Finalmente, los resultados no podían llegar a ser enteramente satisfactorios, pues las estructuras seguían siendo las del Antiguo Régimen. Sólo fue un atisbo de libertad.
AHMMb, AACC, C. 6/1, F. 43. AHMMb, AACC, C. 6/4, F. 183. 28 AHMMb, AACC, C. 7/2, F. 56. 29 AHMMb, AACC, C. 7/2, F. 57. 30 AHMMb, Actas de Junta de Propios y Arbitrios, C. 230/7. 31 AHMMb, AACC, C. 7/3, F. 82. 26 27
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Apéndice Documental
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Sres. De la Junta de Propios de esta ciudad. El síndico personero del común de esta ciudad se ve detenido en el ejercicio de sus obligaciones en el ramo de Propios, por lo ineficaces que han sido sus reclamaciones en junta; y sin poder ocurrir por ello a las atenciones públicas. Ya consta a V.SS. la escasez de agua que padece el vecindario por la obstrucción de las cañerías y lo expuesta que por ello está hasta la salud pública por la filtración del cieno fétido, raíces corrompidas y otras inmundicias que forman cuerda y causan la detención de las aguas; además de que reventadas por fuera y dentro de poblado dichas cañerías, perviven hasta partes excrementicias, o de intento pueden introducirlas los malintencionados, o los jóvenes por su poca aprehensión y propensión a hacer daños. Todo esto incita con razón la murmuración pública en toda clases de personas, y el síndico se ve acosado de quejas que no puede desatender en punto tan de su obligación: en una palabra no hay agua para el abasto público, y no habiéndola hoy, ¿que esperanza queda para el verano? Abasto tan urgente debe en el día ocupar la atención de V.S.S. aunque se prescinda por un momento de otras esenciales; y al efecto no solamente la provoco, sino que la reduzco a una seria protesta, y para ello como para que gravite contra quienes haya lugar, voy a fundamentarla, con otros causales correspondiente, al mismo ramo de propios que no puedo desatender. El síndico al tomar posesión de su empleo pidió las órdenes que hubiera de Propios y las comunicadas por el Excmo. Sr. Intendente de esta provincia, e instruido de ellas, reclamó su cumplimiento y observancia en todas sus partes, uniendo sus deseos a los de S. E., y con conocimiento también del estado de fondo y atenciones necesarias, reclamando el reintegro de deudas, la mayor economía en los gastos y la retención de cuanto entrase en el fondo para distribuirlo con oportunidad, en obras urgentes y con el debido conocimiento de toda la junta también se instruyó de haber un comisionado de la intendencia para la reintegración de deudas a costa de los morosos, con reglas que proporcionaban el mejor, más claro y expedito método para la cobranza; y de ello se alegró el síndico, creído en el buen resultado y en crecidos ingresos al fondo con los que subvenir a tantas y tan indispensables necesidades públicas. Con estos conocimientos y tan lisonjeras esperanzas descansaba el sindico creído en poder atender a las urgencias del común, y entre ellas a la obra precisa de la cañería, autorizada o permitida también de orden del Supremo Consejo; y al usar de sus arbitrios y poner en práctica sus proyectos se encuentra con que no hay un maravedí en el fondo y que muy lejos de haber ingresado por la comisión se ha chupado éste la poca entrada que ha habido; de forma que lejos de haber producido la comisión los fines que S. E., se propuso en cometerla, ha venido a resultar gravosa y perjudicialísima hasta de presente al común y a los propios; y todo por haberse separado de las ordenes de S. E. y procedido a contemplación de los responsables resultando solo beneficiado el comisionado cuyo interés único parece el de cobrar sus dietas y que éstas duren, con cuyo objeto ha logrado en calidad de reintegro llevarse el poco o mucho fondo que había, cuando de la orden en que S. E. mandó que se le socorriese, hasta que ingresasen caudales por la comisión y le hiciesen efectivos las costas de los morosos, de las que habían de satisfacer sus dietas; no entendiendo por lo mismo el síndico, como lo indicó en junta el pago total de aquellas sino otra ayuda de costa o alimenticia. De forma que con razón puede decirse que la comisión hasta ahora ha sido contraria a los fondos de Propios, y los deseos del Sr. Intendente; y aunque se ha tratado de cohonestar su indolencia y su indebido cobro con esperanzas lisonjeras como la de haber ofrecido el dicho comisionado la entrada en el fondo de cinco mil reales de un vecino de Istán y otras cantidades de dos deudores aplazados, nada se ha conseguido, y hasta los expedientes de aplazamientos que se han formado para el cobro de algunos deudores se han paralizado y sepultado sin saber el Síndico el motivo de tantísima retardación, y no siendo esta la suerte de S. E. debe serlo todo de un cargo grave al comisionado sin que de él se
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liberte a la Junta como principalmente encargada en el mejor manejo, expedición y recaudación de los bienes y derechos públicos, mayormente cuando toca que por tan injusta cobranza, estén por pagar los funcionarios públicos y las más o todas las obligaciones del reglamento por cumplir en el pasado año, siendo lo más escandaloso que al paso que ha cobrado dicho comisionado mas de seis mil reales de dietas no haya habido para satisfacer ciento setenta al relojero de la ciudad y se halle el público hace más de dos meses sin saber la hora que vive, particular a que como al de la composición de cañerías me contraigo, para que inmediatamente se ponga expedito el reloj y se evite una murmuración tan justa en esta parte. Todo esto mueve el celo y atención del síndico en este día, y no fiando ya sus reclamaciones a palabras, formaliza por escrito para libertarse de cargos y de las responsabilidad consiguiente a semejante abandono, y pidiendo que se le dé dentro de tercer día certificación del Mayordomo de Propios de las entradas y salidas que han tenido los fondos desde principio de año y con distinción de las que hayan ingresado de resultado de la comisión y percibido el comisionado, y además testimonio de este escrito y su acuerdo. Y de nuevo reclama el síndico el cumplimiento de las ordenes de S. E. por la junta y su cobro y la reintegración de las deudas, para que resulten fondos con que ocurrir a la obra útil, precisa y necesaria de la cañería, de lo contrario protesta los perjuicios públicos, no ser responsable de ellos ni al común ni a la superioridad; y ponerlo todo en queja a quien corresponde para el remedio de tantos males y del fondo de Propios para cuyo efecto usara de los documentos pedidos; y se unir este escrito al libro de Juntas. Así lo solicita y pide el Síndico en fuerza de su representación pública. Marbella 28 de abril de 1819 Fdo.: José Escobar AHMMb, Junta de Propios, caja 230, pieza 7
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Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 81-112
ISSN 1575-6416
Cambio Político y Realidad Económica. El Ayuntamiento Constitucional de Marbella en el Trienio Liberal Luis Hernanz Burrezo
Licenciado en Geografía e Historia Archivo Municipal de Marbella
RESUMEN Este artículo se acerca a una escena clave de la historia contemporánea de Marbella, el llamado Trienio Liberal. Entre 1820 y 1823, la ciudad, sumida en una profunda crisis, ve como las estructuras del Antiguo Régimen, representadas por Fernando VII, desaparecen ante la llegada imparable de la contemporaneidad encarnada en el liberalismo político. El ascenso y fracaso del nuevo régimen, la vida del municipio, su marco económico y material y los protagonistas del proceso marcan las coordenadas de esta época de transición que guarda muchas de las claves de la historia de España de los siguientes doscientos años. PALABRAS CLAVE Trienio Liberal, revolución burguesa, desamortización, absolutismo, Milicia Nacional, Alonso María Roldán, Cristóbal Villalobos, José María Escobar. ABSTRACT This article deals with a key episode in Marbella’s contemporary history, the so called «Liberal Triennium». Between 1820 and 1823 the town, submerged in a deep crisis, sees an the structures of the Ancien Regime, represented by Ferdinand VII, disappear before the unstoppable advance of contemporaneity incarnated in political liberalism. The rise and fall of the new regime, the life of the municipality, its economic and material framework, and the protagonists of the process, delineate the coordinates of this period of transition that is in large part key to the history of Spain in the subsequent two hundred years. KEY WORDS Liberal Triennium, bourgeois revolution, disentailment, absolutism National Milita, Alonso María Roldán, Cristóbal Villalobos, José María Escobar.
1. Introducción
L
a elección del momento del pasado sobre el que el historiador proyecta el foco del presente, la utilización de un armamento metodológico y conceptual determinado y el camino historiográfico elegido, con destinos como la política, las mentalidades o la economía, son, casi siempre, alternativas más o menos voluntarias del investigador. No va a ser éste, sin embargo, el perfil del acercamiento que realizamos a la historia de la ciudad. Si la aproximación al período del llamado
Trienio Liberal entre 1820 y 1823 es una opción, el resto de las variables planteadas van ser un claro fruto de la necesidad, dejando, a nuestro juicio, un escaso margen de maniobra. Así, frente al amplio abanico de líneas de investigación y debates historiográficos sobre el siglo XIX español, centrados en cuestiones tan sugerentes como los procesos de nacionalización del país, articulados a través del nacionalismo español, las visiones de la nueva historia política sobre la sociabilidad o el lenguaje de las élites gobernantes, las transformaciones de la propiedad o las cuestiones de género1, encontramos
1 Más allá de las grandes cuestiones clásicas, centradas en la existencia o no de una «Revolución Burguesa» y en los conflictos de clase, encontramos nuevas aproximaciones historiográficas al siglo XIX español. Una muy interesante visión de este proceso en SÁNCHEZ GARCÍA, R.: «La Revolución Liberal en España. Un estado de la cuestión», en CANCELA CARO, D. (ed.): El primer liberalismo en Andalucía (1808-1868), Política, Economía y Sociabilidad, Cádiz, 2005, pp. 11-62.
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un vacío casi completo en los estudios históricos sobre Marbella en la primera mitad del siglo XIX, vacío que va a condicionar de forma determinante nuestra aproximación al tema 2. Nos encontramos, pues, con la necesidad de perfilar los acontecimientos básicos que jalonan este episodio de transición del Antiguo Régimen al liberalismo. Enmarcar adecuadamente los tempos que van a llevar al asentamiento progresivo de los regímenes representativos, caracterizar a los principales personajes que van a participar en el proceso desde el punto de vista de su cultura política y establecer todas las interrelaciones posibles que desde el Concejo se van a generar con la sociedad marbellí del primer tercio del siglo, van a constituir los ejes fundamentales del presente trabajo.
Son multitud, una vez planteadas las premisas básicas del período, las interrogantes y, a su vez, las posibilidades de estudio Desde este punto de partida, no nos cabe duda de que uno de los resultados, a nuestro juicio, más interesantes del presente estudio, vendrá planteado no tanto por lo que se dice, como por lo que, ex silentio, no se dirá o apenas se intuirá. Son multitud, una vez planteadas las premisas básicas del período, los interrogantes y a su vez las posibilidades de estudio. Si en palabras de Raquel Sánchez, el Trienio es un «interesantísimo laboratorio político»3 en el que se aplica la Constitución de 1812 y del que saldrán las líneas fundamentales del resto del si-
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El Trienio es un interesantísimo laboratorio político en el que se aplica la Constitución de 1812 y del que saldrán las líneas fundamentales del resto del siglo glo, en las probetas de este laboratorio vamos a encontrar numerosos componentes necesitados de estudio. Quizá los más necesarios sean los referidos a la realidad económica y a los cambios en la estructura de la propiedad en el municipio. Asimismo, el estudio de los propios del Ayuntamiento, fuente casi exclusiva de su financiación y los problemas jurisdiccionales con los concejos vecinos, completaría un cuadro imprescindible para entender tanto el momento en sí, como los cambios que comienzan a adivinarse y que cristalizarán en la segunda mitad de la centuria. La otra coordenada necesaria para enmarcar adecuadamente este trabajo, viene determinada por las realidades demográficas y económicas del municipio en estas primeras décadas del siglo XIX. Los trabajos de Francisco López González y Lucía Prieto sobre el catastro de Ensenada4 y de Calixto Romero sobre los «Cuadernos Generales de Riqueza» llevados a cabo en el intento de reforma fiscal de Garay en 18175, nos permiten vislumbrar una situación nada positiva. Del estudio de ambos trabajos podemos concluir que el desarrollo soecioeconómico entre ambos momentos está prácticamente estancado, contando además con las pérdidas demográficas y las destrucciones que sufren la ciudad y su entorno, zona de operaciones de ambos contendientes durante el conflicto bélico.
Son muy escasos los estudios sobre este momento de la historia local y aunque un animoso grupo de investigadores va cubriendo cada vez más parcelas, es mucho el territorio que desconocemos. En este sentido, tenemos una única aproximación general al conjunto del siglo en ALCALÁ MARÍN, F.: Marbella de Ayer, 1800-1900, Marbella, 1980. Desde una perspectiva más académica, la historia del Concejo en el primer tercio del siglo ha sido tratada principalmente por Calixto Rodríguez Romero, con textos como «Situación económica de la ciudad de Marbella al final de la segunda década del siglo XIX a través de los «cuadernos de riqueza» de Garay», en F. de A. LÓPEZ SERRANO y J. L. CASADO BELLAGARZA, J. L. (coords.): Estudios en homenaje a Antonio Serrano Lima, Marbella, 2007, pp. 71 a 86 y «Elecciones a diputados y síndicos personeros. Elecciones en Marbella en el sexenio absolutista (1814-1819). Un atisbo de libertad en medio del tiempo», Cilniana, 20/21, 2007 - 2008, pp. ….. En lo relativo a historia política del municipio, debemos citar a José Luis Casado Bellagarza, que nos da una aproximación a una de las familias que constituyen el eje central de la oligarquía local, con cierta proyección nacional, los Domínguez, en «El fin de una dinastía: Los Domínguez de Marbella (I). La herencia de Antonio Domínguez Alburquerque (1808-1866)», Cilniana, 15, 2002, pp. 15 a 24; junto a ello, una visión del breve episodio del carlismo en Andalucía la encontramos en BERNAL GUTIÉRREZ, J.: «Marbella en el contexto de la primera guerra carlista (1836), Cilniana, 13, 1999, pp. 62 a 69. El medio físico de la ciudad, en cuanto a urbanismo e historia del arte ha sido ampliamente tratado por MORENO FERNÁNDEZ, F. J.: El centro histórico de Marbella: Arquitectura y Urbanismo, Málaga, 2004; una breve referencia al aprovechamiento del medio físico en GÓMEZ ZOTANO, J.: «El papel de Sierra Bermeja a lo largo de la historia y sus conflictos de uso», Cilniana, 15, 2002, pp. 5 a 14. Mucha mayor atención ha recibido el tema de la industria siderúrgica, una visión general de la cuestión con una amplia aproximación bibliográfica en RODRÍGUEZ FEIJÓO, A.: «Las ferrerías de Río Verde y el efímero protagonismo industrial de Marbella», en F. de A. LÓPEZ SERRANO y J. L. CASADO BELLAGARZA, J. L. (coords.): Estudios…, op. cit., pp. 87 a 118; más concretamente sobre la deforestación del término en beneficio de las siderurgias y la decadencia de los propios de la ciudad tenemos GARCÍA MONTORO, C.: «La Siderurgia de Río Verde y la deforestación de los montes de Marbella», Cilniana, 5, 2003, pp. 10 a 15. Por último, respecto a la importancia de la industria del azúcar en la ciudad, tenemos los estudios de GARCÍA GUZMÁN, A.: «Fluctuaciones del cultivo de la caña de azúcar en tierras de Marbella y su industrialización en los trapiches (1644-1869)», Cilniana, 1, 2002, pp. 19 a 31 y PRIETO BORREGO, L.: «El trapiche de Marbella», Cilniana, 8, 1996, pp. 1-11. 3 SÁNCHEZ GARCÍA, R.: «La Revolución…», op. cit., p. 25. 4 LÓPEZ GONZÁLEZ, F. y PRIETO BORREGO, L.: Marbella, 1752. Según las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada, Marbella, Asociación Cilniana, 2001. 5 RODRÍGUEZ ROMERO, C.: «Situación económica…», op. cit. 2
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Marbella cuenta con una población en torno a los 4.500 habitantes6, con un concejo permanentemente agobiado con las cargas fiscales, e incapaz de generar recursos más allá de la imposición de nuevos arbitrios y el aprovechamiento de las tierras de propios. La ciudad tiene graves problemas estructurales e importantes déficits de obras públicas complicados por las destrucciones de la Guerra de Independencia, con casos tan emblemáticos como la voladura del puente de Málaga. Son permanentes las referencias a un sistema de cañerías de agua potable y saneamientos ruinosos, a las difíciles comunicaciones entre el entorno de Málaga, el Campo de Gibraltar y el interior de la provincia, o a un muelle siempre inacabado que no proporciona nada más que un fondeadero natural, condicionando la presencia de una escasa flota pesquera y de una algo más pujante flotilla de cabotaje. El sector principal de la economía local será el agrícola, aunque las condiciones del medio físico lo limitan enormemente, con una montaña que sólo deja una estrecha franja de terreno llano hasta el litoral. No encontramos en Marbella grandes propiedades al estilo de otras zonas de Andalucía. Una comparación con un concejo como el de Antequera, con una enorme extensión de tierras de propios, que alcanzaría en su momento de mayor desarrollo unas 90.000 hectáreas y una pujante industria textil-lanera, puede resultar suficientemente clarificadora de las dimensiones urbanas, económicas y sociales del municipio7.
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Acta capitular de 26 de noviembre de 1822 donde se recoge la llegada a la ciudad del general Riego (Archivo Municipal de Marbella)
2. La Llegada del Nuevo Régimen A la hora de plantear el comienzo del nuevo episodio liberal en Marbella debemos hacer dos consideraciones previas. En primer lugar, las interrelaciones entre el período gaditano doceañísta y la nueva etapa del Trienio son muy intensas, tanto en lo personal, como en lo normativo. Hay así una decidida voluntad de poner en práctica múltiples iniciativas legislativas que resultaron de imposible
aplicación durante la Guerra de Independencia y los años previos al Sexenio Absolutista. Por otro lado, hemos de tener muy en cuenta la presencia de varias personalidades de fuerte incidencia en la vida ciudadana que recorren de forma transversal casi un siglo de su historia, desde las décadas finales del siglo XVIII hasta bien entrada la segunda mitad del XIX. Enlazan directamente con una de las líneas de debate más clásicas de la historiografía sobre el liberalismo: cómo se produce la revolución burguesa, con su acceso al nuevo sistema
6 Francisco López y Lucía Prieto en su estudio sobre el Catastro de Ensenada hablan de unos 4.000 habitantes al comienzo de la segunda mitad del XVIII (p. 10); el municipio contaría con 5.000 al comienzo de la nueva centuria, SANZ SAMPELAYO, J.: «Población y territorio en el siglo XVIII», en F. ANDÚJAR CASTILLO (ed.): Historia del Reino de Granada, Vol. III, 2000, pp. 346 y 347. Un acercamiento más exhaustivo en base a los padrones de contribución y el número de vecinos da una población para 1821 de 4.712 personas en el trabajo de Antonio Rodríguez Feijóo «Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal», incluido en el presente dossier. De cualquier manera, la concesión por la normativa electoral de 17 electores implica que el municipio contaba con más de mil vecinos pero menos de 5.00l. Archivo Histórico Municipal de Marbella (AHMMb), Expediente de elecciones para 1821, Signatura (Sig.) 620-11. 7 En este sentido es imprescindible la consulta de FERNÁNDEZ PARADAS, M.: Propios, Arbitrios y Comunales. El patrimonio territorial del Concejo de Antequera (siglos XV-XIX), Málaga, UMA, 2004.
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y la transformación de las clases dominantes del Común y Pedro Burell y Francisco Álvarez, como antiguo régimen. síndicos general y personero respectivamente. Son bien conocidos los hechos que llevan Especial peso dentro de esta élite gobera la sublevación de Riego en Cabezas de San Juan nante, puntal del régimen absolutista, y a pesar el primero de enero de 1820 y la evolución de de que en estos momentos no participa en las relos acontecimientos hasuniones del concejo, va a ta la jura por el Rey de la tener uno de los persoRoldán es un navegante de Constitución de Cádiz el social, económica altura que va a sortear múltiples najes 8 de marzo8. El recorrido y, sobre todo, políticacoyunturas de todo orden de la columna liberal en mente más influyentes su camino hacia Málaga, en la vida de la ciudad. Si ciudad a la que llega el 18 de febrero, le lleva a tuviéramos que destacar una de las cualidades Marbella probablemente hacia el día 159, aunque de Alonso María Roldán, ésta sería, sin duda, la el paso de las tropas no parece alterar la organide la supervivencia. Roldán es un navegante de zación municipal, ya que el concejo sigue actuanaltura que va a sortear múltiples coyunturas de do con cierta normalidad hasta que se producen todo orden, algunas de ellas, como la Guerra de los acontecimientos en Madrid que obligan a Independencia, de tal calado que de poco le haFernando VII a jurar la Constitución10. bría servido su posición para superarlas sin un De esta manera, la oligarquía local no pamás que probado instinto político. rece tener demasiados problemas para mantener Probablemente hijo de Miguel Roldán, el control de la situación, sin que haya, aparenteque ya ostenta el cargo de regidor perpetuo a mente, desórdenes públicos. Este mecanismo de mediados del XVIII, es además caballero maesactuación será una constante en la vida política trante de la Real Maestranza de Caballería de del municipio, cuyos cambios siempre vendrán Ronda. La invasión francesa le sorprende como planteados por fuerzas externas al mismo. Tanregidor perpetuo decano, ejerciendo además la to si se produce un cambio de régimen, con la Real Jurisdicción por la vacante del puesto de collegada del constitucionalismo, como si se trata rregidor. Será en este momento en el que la code restaurar el orden absolutista, los poderes loyuntura de la guerra lo arrastra irremisiblemente cales van a esperar a que sea el aparato políticocomo a tantos otros. Roldán, bien por voluntad administrativo en el primer caso y las partidas propia, bien comisionado por la ciudad, decide realistas en el segundo, los que pongan punto acudir a Málaga a «cumplimentar al Rey intruso»13 y final a una determinada situación, por mucho en la persona del general Sebastiani, al mando de que ésta se encontrase ya en sus estertores. las tropas francesas. La versión dada por el regiEste grupo, que viene controlando el condor en los diversos informes de conducta que se cejo y sus recursos de un modo u otro desde el siguen tras la guerra es que buscaba con ello evisiglo XVIII con apellidos ilustres como los Domíntar a la ciudad destrucciones innecesarias14. A su guez o los Alcocer, se articula en este momento a vuelta, este gesto tendrá consecuencias, ya que, través de los regidores perpetuos Manuel Artola11, aunque los franceses lo reconocen en el cargo, regidor decano, y Joaquín Millán12. Junto a ellos, éste «le duró poco, pues una Partida de Serranos Jacobo Zafra y Pedro de Lara, como síndicos del lo quitó, y siguió en el mando otro Regidor»15. 8 Una visión general de todo el período en ARTOLA GALLEGO, M. Á.: «La España de Fernando VII: La Guerra de la Independencia y los orígenes del constitucionalismo», en Historia de España Menéndez Pidal, Tomo XXXII-1, Madrid, 1989, pp. 634 y ss. 9 El propio Riego solicita al Ayuntamiento un informe sobre la conducta de sus tropas al pasar por la ciudad, manifestando la Corporación «que es publico y notorio el noble comportamiento y disciplina de la dicha División, propio de unos militares guiados por tan baliente Caudillo y creería este Ayuntamiento ofender la modestia de dicho Sr. si se escondiere en este punto, bastando el decir que el día de su partida de esta fue de luto para este vecindario, que pedía al Cielo para el feliz éxito de sus armas». AHMMb, Actas Capitulares (AACC), 27 de abril de 1820, p. 22. 10 El Ayuntamiento perpetuo se reúne de forma muy irregular a lo largo de 1820, probablemente a la vista de los acontecimientos políticos. Así, hasta el paso de Riego por la ciudad sólo hay dos sesiones los días 5 de enero y 14 de febrero (más de un mes sin que el Ayuntamiento se reúna). No volvemos a encontrar actas hasta los días 23 de febrero (el paréntesis entre los días 14 y 18, momento en el que la columna llega a Málaga, marcaría la presencia de las tropas liberales) y 3 y 9 de marzo. En ninguna de ellas hay alusión alguna a la situación generada por el levantamiento. AHMMb, AACC, Sig. 7-4. 11 Manuel Artola tiene el grado de capitán, siendo, además de regidor perpetuo, gobernador del castillo. Sufre varios procesos en la Chancillería de Granada por colaboración con los franceses de los que es declarado inocente en marzo de 1818 «por el juramento que presto a el francés por haver probado que lo hizo con violencia y sin el interés de ser empleado por el como en efecto no lo avia sido». Es por ello que se le restituye como regidor perpetuo. AHMMb: AACC, Sig. 6-10, p. 11. 12 También con pasado afrancesado. Es nada menos que capitán de la Milicia Cívica que en marzo de 1810 jura fidelidad a José I. Sobre la situación bélica en la zona vid. BERNAL GUTIERREZ, J.: «La costa occidental de la provincia de Málaga durante la invasión francesa en la guerra Peninsular: Marbella, Estepona, Casares y Manilva (1808–1812)», en M. REDER GADOW y E. MENDOZA GARCIA (coords.): La guerra de la Independencia en Málaga y su provincia (1808–1814): Actas I Jornadas sobre la Guerra de la Independencia en Málaga y su Provincia, celebradas en Málaga del 19 al 21 de septiembre de 2002, Málaga, CEDMA, 2005. 13 AHMMb, AACC, 2 de agosto de 1814, Sig. 5-7, p. 107v. 14 AHMMb, AACC, 4 de abril de 1813, Sig. 5-3, pp. 46 y ss. 15 AHMMb, AACC, 2 de agosto de 1814, Sig. 5-7, p. 107v.
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A la vista de ello, bien por su actuación, bien por evitar la dinámica bélica, se refugia en Coín hasta el fin de la guerra, sufriendo sus propiedades diverso grado de destrucción con el conflicto16. Una vez que los franceses se retiran de la zona, se reintegra con normalidad a la vida de la ciudad. Va a pasar entonces, como numerosos vecinos, por el filtro de diversos informes sobre su conducta. En uno de ellos, solicitado con motivo de su nombramiento como Diputado Provincial en abril de 1813, pide que el Ayuntamiento se pronuncie sobre su patriotismo, justificando sus actos durante el conflicto, ya que a este respecto «se halla adelantada la maledicencia»17. Si, como hemos comentado, el acceso de la burguesía al nuevo orden político y la transformación de las clases dominantes del Antiguo Régimen son uno de los temas clásicos en la historiografía sobre el liberalismo español, la figura de Roldán puede ser un magnífico ejemplo del pragmatismo con el que estos oligarcas afrontan las cambiantes situaciones y son permeables a las nuevas prácticas políticas, pasando sin el menor rubor del absolutismo al liberalismo y viceversa. Frente a ello, la familia Escobar es la representación de las clases burguesas emergentes. Su enfrentamiento integra buena parte de las características sociopolíticas del momento. Pedro Escobar, natural de Osuna y uno de los dos médicos de la ciudad, es el representante más claro del constitucionalismo marbellí. En las elecciones a alcalde para 1814, celebradas en 1813, ambos, Roldán y Escobar, parten como candidatos, venciendo el primero por un ajustado margen de votos. No obstante, Escobar acude al jefe político alegando irregularidades en la votación. La actuación de la autoridad provincial dará la alcaldía al médico18, aunque sólo por pocos meses. La restauración absolutista entregará en mayo de 1814 la alcaldía a Roldán, que no tiene ningún problema en, de nuevo, abrazar literalmente a su monarca portando por las calles en procesión el retrato de Fernando VII19. Inicia una vez más, sin reparo alguno, el camino de ida y vuelta desde el constitucionalismo al absolutismo. No será la última vez.
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Los casos de violencia política y los problemas de disturbios y orden público que van a salpicar el cambio de régimen son conocidos, tanto en los pueblos de señorío como en los de realengo, como es el caso de Marbella20. Aquí, sin que se llegue a extremos que imposibiliten la convivencia de las diversas facciones, veremos cómo la tensión entre las diferentes fuerzas que conviven en el seno de la nueva institución municipal es permanente, todo ello agravado porque, en muchos casos, son situaciones que hunden sus raíces en la ocupación francesa de la ciudad21. Este es el escenario en el que, tras el paréntesis del Sexenio Absolutista, en la tarde del 14 de marzo de 1820 se da lectura al bando que anunciaba la Constitución de la Monarquía Española, poniendo en marcha el proceso de cambio del Ayuntamiento Antiguo al nuevo Ayuntamiento Constitucional. Este cambio, curiosamente, traerá el primer conflicto político que se genera en la etapa del Trienio, no entre las fuerzas liberales y las absolutistas, como sería lo previsible, sino entre las liberales de la etapa doceañista, y las nuevas fuerzas que se mueven en el seno del liberalismo local. Ambos buscan controlar el concejo. Los primeros, con Escobar al frente, se legitiman con el continuismo de la anterior etapa constitucional, los segundos exigen la celebración de elecciones. Los acontecimientos se suceden y Escobar da su golpe de mano. Sin esperar a la celebración de elecciones, los regidores depuestos por la reacción absolutista del Sexenio forman el ayuntamiento constitucional en un acto en el que se produce el traspaso de poderes de manos de los regidores perpetuos, Alonso María Roldán, Manuel Artola y Joaquín Millán. Es significativo que entre los «prohombres» asistentes al acto abunden los militares y los funcionarios estatales. Con la excepción del cura párroco, Antonio Granados, y de un religioso que se significará en el futuro por su adhesión a la causa liberal, Diego de Lagos, ningún otro miembro de la oligarquía local o de la jerarquía eclesiástica está presente22. La intentona dura poco. La voluntad de la Junta Provisional Consultiva, constituida en Madrid hasta la celebración de las Cortes, de man-
16 Otros miembros de la oligarquía local siguen el mismo camino, refugiándose en pueblos como Coín o Alozaina, caso de los Alcocer, Inés del Castillo o el también regidor perpetuo Joaquín Millán, cuyas haciendas sufren una especial destrucción, sin que sepamos con claridad de cuál de los bandos huían o si lo hacían de los dos. AHMMb, AACC, 19 de noviembre de 1812, Sig. 5-2, p. 23v. 17 AHMMb, AACC, 4 de abril de 1813, Sig. 5-3, p. 46. 18 Todo el proceso de estas elecciones en AHMMb, Expediente de elecciones 1814, Sig. 620-1. 19 «Que se quitase la Lápida de la Constitución, y en su lugar se pusiese otra con la inscripción de Real Plaza de Fernando Séptimo. Que se destruyese cuanto fuese concerniente a el Gobierno Constitucional e hicieron comparecer a los Alcaldes Constitucionales, los que cedieron inmediatamente su jurisdicción, dejándola en el Sr. D. Alonso Maria Roldan». AHMMb, AACC, 19 de mayo de 1814, Sig. 5-7, pp. 66 y 66v. 20 CASTRO, C. de: La revolución liberal y los municipios españoles, Madrid, 1979, pp. 106 y ss. 21 Como veremos, del análisis de la actividad de los individuos que conforman el Ayuntamiento en el Trienio desde el fin de la Guerra de Independencia se deduce una clara línea que achaca actitudes colaboracionistas con los franceses de muchos de los que luego aparecerán caracterizados como los principales líderes liberales de la ciudad. 22 AHMMb, AACC, 15 de marzo de 1820, Sig. 7-5, p. 1 y 1v.
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tener el control de la situación es rápida y una de sus primeras medidas es la convocatoria de elecciones de Ayuntamientos Constitucionales. El control ejercido por la capitanía general de Granada y por el jefe político provincial es eficaz, a pesar de los intentos de los munícipes por dilatar el proceso23. Por todo ello, la actividad del Concejo presidido por Escobar no irá más allá del acto de su constitución, y el 25 de marzo se lleva a cabo la votación para decidir los diecisiete electores que deben votar a los dos alcaldes, ocho regidores y dos síndicos que conformarán el Ayuntamiento24. La reunión de estos diecisiete electores en la mañana del 26 de marzo supone el comienzo de los disturbios. Escobar intenta una última maniobra, dejando fuera por no tener la edad adecuada a Diego de Lagos y Miguel Añón, situando en su lugar a Francisco Álvarez y Benito de Hozes. Por las «varias dudas» (léase protestas) que se presentan sobre esta actuación, el alcalde suspende la sesión hasta la noche, aunque las algaradas tanto dentro de la sesión como en la plaza no cesan y vuelven a suponer la suspensión de la misma25. En la explicación de lo hechos que Pedro Escobar ofrece al jefe político de la provincia, además de un último intento por dar legitimidad a su Corporación, encontramos una curiosa referencia a la actitud de los regidores del ayuntamiento absolutista, que parecen, al menos tácitamente, apoyar a Escobar frente a sus adversarios. Así, tras un breve resumen en el que señala los problemas en la elección, indica que tras la suspensión de la sesión del día 26: «[…] no la ha celebrado en los tres días de Pascua por saber estar representado por dicho Sr. Alcalde y Electores a el Sr. Gefe Político de la Provincia esperando su resolución: A que se apoya que los Sres. Regidores Perpetuos antiguos asistieron a el acto y juraron y después el Sr. Corregidor se presento y también juro: Que seria un honor que unos empleos pribados por la
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constitucion se pusiesen en uso. Y que la citada orden entendió el Sr. Alcalde que se devia practicar en donde no huviese ya establecido el Ayuntamiento constitucional con la solemnidad de aquí»26.
La contestación del jefe político es contundente sobre la obligación de celebrar elecciones, arbitrándose medidas para impedir que el proceso volviera a interrumpirse. Se debía garantizar la elección, y para ello: «[…] y que esta de ningún modo pueda interrumpirse pásese oficio a el Sr. Comandante de las Armas de esta Ciudad a fin de que ponga en dichas Casas Capitulares toda tropa disponible, encargándola no deje subir ni permita entrar en ella mas individuos que los de Justicia y a los dichos diez y siete electores»27.
De aquí sale la primera corporación del Trienio, compuesta por Francisco Granados como primer alcalde, Miguel Quirós, como alcalde segundo, Pedro de Castro, Miguel de Cuesta, José Martín Ximénez y Francisco Rosado como regidores primeros. Como regidores segundos Juan de la Torre, Francisco Álvarez, Juan Becerra y Martín Servan. Los síndicos municipales son Miguel de Torres y Antonio Hernández. El desarrollo de las elecciones y el perfil de los nuevos munícipes dan algunas claves interesantes. Respecto a las primeras, la capacidad de adaptación al nuevo espacio representativo, con una elevada participación (63 votantes acuden a la cita) y la escasa oposición política y sociológica ejercida por lo sectores partidarios del Antiguo Régimen, habla a las claras de una rápida asunción de la situación28. Respecto al segundo, la caracterización biográfica y socioprofesional de los nuevos ostentadores del poder municipal nos permitirá contemplar la profundidad de la dinámica de cambio social del momento29.
23 Escobar, a pesar de convocar las elecciones en cuanto tiene noticias de las intenciones de la Capitanía General, envía una representación ante el jefe político. La respuesta de este es contundente en cuanto a la nulidad de los Ayuntamientos de 1814 y la obligación de convocar nuevas elecciones. AHMMb, AACC, 8 de abril de 1820, Sig. 7-5, pp. 8 y 8v. 24 Se trata de una elección indirecta. Los ciudadanos en uso de sus derechos eligen a 17 electores (el número de electores va en función de la población del municipio) que a su vez eligen los alcaldes y a los regidores. Normativa electoral dirigida por el jefe político provincial. AHMMb, Expediente de elecciones de 1821, Sig. 620-11 25 «En la Ciudad de Marbella dicho día mes y año (tarde del 26 de marzo), haviendo concurrido los diez y siete electores ya expresados, se presento D. Francisco Añon mismo, vecino de esta ciudad y dixo: que atencion del pueblo queria que se sacara de Alcaldes a D. Miguel Quiros, oficial disperso, y a otro del Campo y preguntado quien era el Pueblo dixo, que Antonio de Mata, y otros; Lo que oido por el Mata dixo,que el no trataba de eso: En seguida, entro Pedro de Reyes con la misma solicitud; y recombenido por D. Bartolome Martin uno de los Electores , que qué otro pueblo conocia mas que la Junta Electoral, dixo , benir equibocado, y se retiró: Y viendose el D. Bartolomé comprometido y sin libertad, se retira dela Junta y lo firma: En cuio acto, y haviendose adbertido voces y algun movimiento extraordinario en la Plaza; salieron de esta Sala Capitular los vocales y se marcharon». AHMMb, Expediente electoral de 1820, Sig. 620-9. 26 AHMMb, AACC, 8 de abril de 1820, Sig. 7-5, pp. 8 y 8v. 27 AHMMb, Expediente electoral 1820, Sig. 620-9. 28 Estos 63 electores suponen un aumento sustancial frente a los 25 de las elecciones a alcaldes y regidores de 1814. 29 La bases metodológicas y el análisis del problema del acceso de la burguesía al poder político en un entorno mucho más determinante por mucho motivos, como es el caso de Málaga lo encontramos en MORALES MUÑOZ, M.: «¡La burguesía al poder!: De la quiebra del Antiguo Régimen a La Gloriosa», en CANCELA CARO, D. (ed.): El primer liberalismo…, op. cit., pp. 157 a 206.
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Uno de los elementos ministro de la casa comercial Buena parte de las nuevas de Grivegnée. Ello junto a la más interesantes de esta caracterización que buscamos autoridades tienen un claro presencia de varios residenvendrá dada por la actitud tes de nacionalidad francesa, pasado afrancesado demostrada por cada uno de como Josef Bernard o Santiaellos nada menos que hacia go Yzuard, podría explicar el la administración de José I, ya que buena parte arraigo de las ideas liberales en la ciudad. de las nuevas autoridades tienen un claro pasaNo obstante, la caracterización de las élido afrancesado, sufriendo, tras la guerra, expetes políticas, sobre todo en momentos tan crítidientes e informes relativos a su cuestionado cos como éste, quedaría incompleta sin establepatriotismo. Especialmente llamativo es el caso cer las relaciones entre poder político y poder del nuevo primer regidor, Francisco Granados, económico, es decir, sin una radiografía social de teniente retirado que ocupa durante el período los integrantes de la nueva corporación que nos del «gobierno instruso» el cargo de corregidor, permita tener una imagen más nítida del proceso siendo acusado por la comisión de vecinos estade transición «revoluciónaria» que supone el fin blecida para depurar responsabilidades de comdel Antiguo Régimen. portarse30: En su estudio sobre el acceso al poder de la burguesía malagueña y la desarticulación po«[…] con excesibo rigor para la exacción lítica de las instituciones del Antiguo Régimen, de las Contribuciones y demás aflixiendo Manuel Morales nos ofrece un interesante anáa los vecinos y no admitiéndoles escusa la lisis de los cabildos municipales de la capital de mas mínima, ni usando de conmiseración la provincia entre 1807 y 1868. Así, encontramos ni benignidad, con palabras intempestibas que, a pesar del retorno del absolutismo, entre e irritantes, amenazando a los hombres 1814 y 1833 la presencia de hacendados y prohorados con la argolla y aun poniendolos pietarios se reduce, desde la hegemonía total de en la cárcel, siendo mui publica la estrela que gozaban desde mediados del siglo XVIII, chez que toman D. Francisco Granados y a algo menos de una cuarta parte (23,6%). Ello D. Josef Escobar con el comandante franes tanto más significativo en cuanto que supone cés y concurrencia en su casa.»31. prácticamente el mismo porcentaje que representan los profesionales liberales, que ascienden No obstante, algunos meses más tarde, hasta el 20% (tan sólo un 3% antes de la Guerra a solicitud del gobernador militar de la ciudad, de Independencia). Por su parte, el considerable Juan Díez de Oñate, el Ayuntamiento informa auge comercial, hace que un 36,5% de los miemen relación a la obtención del puesto de correbros del Concejo provenga de este sector35. gidor que ello fue «por nombramiento de los veLa comparación del Ayuntamiento marcinos sin titulo de nombramiento alguno por los bellí con estos datos nos va a aportar, sin duda, franceses»32. elementos clarificadores de la vida política local, La misma acusación es extensiva a otro que tiende a alejarse notablemente del esquemiembro de la nueva corporación también miemma de Málaga, aunque también va a dar paso bro del ayuntamiento josefino, José Martín, del a nuevos interrogantes que despejar. Para este que además se dice que «durante la ocupación análisis utilizaremos dos fuentes, por un lado, trabajaba en su oficio y tomaba raciones de los los niveles de renta de los ciudadanos según el franceses»33. amillaramiento que se realiza en septiembre de En la misma línea, especial interés reúne 1820 para el reparto de la Contribución General la figura de Juan de la Torre, del que se dice que del Reino36. Según este documento, el reparto «concurría mucho con los franceses y comió a la de la contribución entre los vecinos de la ciudad mesa del Comandante […] y ser en dicho tiempo dejaría la siguiente imagen sobre un total de probeedor de carne y utensilios»34. De la Torre 603 sujetos pasivos para un capital total final de tuvo además a su cargo la comisión para el su1.367.697 reales37 (Tabla n. º 1). Esta comisión formada por vecinos «que no han tenido empleo ni relación con los franceses» realiza informes de un buen número de ciudadanos, estaba integrada por José de Castro, Clemente Callejón, Diego de Rueda, Pedro Casimiro y Alonso Mata. AHMMb, AACC, 3 de noviembre de 1812, Sig. 5-2, pp. 10v y ss. 31 AHMMb, AACC, 15 de noviembre de 1812, Sig. 5-2, p. 21v. 32 AHMMb, AACC, 19 de junio de 1813, Sig. 5-3, p. 71v. 33 AHMMb, AACC, 3 de noviembre de 1812, Sig. 5-2, p. 12v. 34 AHMMb, AACC, 24 de noviembre de 1812, Sig. 5-2, p. 29v. 35 MORALES MUÑOZ, M.: «¡La burguesía…», op. cit. 36 AHMMb, Amillaramiento para el reparto de la contribución general del reino en el año de 1820, Sig. 1079-11. 37 Hemos excluido al ser poco relevantes, tanto los amillaramientos relativos a los forasteros hacendados como a los vecinos de Istán. El concepto «sujeto pasivo» viene determinado porque el amillaramiento afecta en determinados casos a personas jurídicas, principalmente eclesiásticas, pero también a mayorazgos o rentas diversas. 30
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Tabla n.º 1 - Contribuyentes
En segundo lugar, el padrón que forma el Ayuntamiento Constitucional de 1814 para servir de regla a la contribución directa, padrón que cuenta con la particularidad de relacionar a los vecinos y sus profesiones38. Si unimos ambas fuentes, la imagen de los munícipes que forman parte del primer ayuntamiento del Trienio Liberal es la expresada en Cuadro n. º 1. Según estos datos, el comienzo de esta nueva etapa liberal en Marbella no va a ser pilotado ni por los sectores ostentadores del poder político y económico en la etapa anterior ni por una burguesía comercial que acceda desde aquí a los resortes del poder. Serán mandos militares y funcionarios de nivel medio, pequeños propietarios agrícolas y algunos comerciantes y artesa-
es cierto apoyo a Escobar y a los miembros del ayuntamiento de 1814. En segundo lugar, no parece existir ese sector de pujante burguesía comercial ni el grupo de profesionales liberales que veíamos en el caso de Málaga. Lo más aproximado, como pueden ser los casos de Grivegnée y Schnellenbühel, no podrán articular, por su propia coyuntura personal, un grupo social digno de tal nombre.
2. El Ayuntamiento de 1820: la Pequeña Burguesía al Poder Tres serán las líneas maestras de actuación de la nueva Corporación: consolidación políticoadministrativa del nuevo régimen, reorganización y aprovechamiento de las tierras de propios de la ciudad y actuación sobre los problemas jurisdiccionales con los municipios vecinos. Todo ello condicionado por una permanente penuria económica que empezará pronto a asfixiar cualquier iniciativa política. La implantación de las nuevas instituciones y la sustitución de personas y cargos por otros afines al nuevo régimen constituyen Cuadro n. º 1 - El Ayuntamiento de 1820 uno los ejes centrales de estos primeros momentos de la nueva etapa liberal en la ciudad. De este modo, una vez constituido el nuevo ayuntamiento, tanto desde la administración provincial como desde la local se pretende la renovación de cargos en todas las esferas de la vida municipal, desde el alguacil mayor o el alcaide de la cárcel hasta los guardas de montes. De este proceso surgirá la única crisis política evidente en el período. La renovación de cargos lleva consigo la petición (*) Como hemos visto anteriormente, otras fuentes le señalan como teniente retirado. de informes relativos a la ad(**) En las actas de 21 de diciembre de 1833 se dice de él que es boticario, además de partidario de los carlistas. hesión de los interesados a nos, todos ellos con moderados niveles de renta, la causa liberal. Uno de estos informes será la los que asaltan el edificio absolutista. excusa que desatará la tormenta entre el primer De ello podemos extraer dos conclusiones regidor, Francisco Granados y el segundo, Miguel fundamentales. En primer lugar, la oligarquía loQuirós. La difusión pública de un memorial recal no demuestra ninguna capacidad de reacción, servado solicitado por la Secretaría de Estado bien porque, dada la permeabilidad con la que relativo a la adhesión al sistema constitucional acogen a las nuevas instituciones, no sientan el de Diego Ruiz, Contador General de Guerra, del fin del absolutismo como una amenaza, bien por cual el Ayuntamiento dice que «[…] no se le ha una pérdida total de control de la situación. De conocido afición alguna a las nuevas instituciohecho, la única maniobra que parecen orquestar nes ni antes ni después de haver sido aclamadas 38 39
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AHMMb, Padrón de Contribución Directa del año 1814, Sig. 1979-1. AHMMb, AACC, 17 de abril de 1820, p. 47v.
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generalmente»39 supondrá un intento del segundo alcalde de marginar al primer regidor. «Ha llegado a noticia de muchos de nuestros compañeros el haverse propalado cierto informe pedido sobre persona que todos conocemos; Esto no quiere decir que el Alcalde lo haya dibulgado, si no que tal vez, tomando el parecer de algunos sujetos, sean estos el origen de haverse sabido antes de la presentación de dicho informe a el Ayuntamiento.»40.
Con la acusación implícita de haber sacado a la luz el informe, Quirós, que aprovecha el absentismo del primer regidor debido a sus competencias judiciales, adopta medidas para que Granados no pueda acceder a la documentación que llega desde la administración nacional y provincial, pasando ésta directamente al secretario municipal. El pulso parece decantarse del lado del segundo regidor. «En este Cavildo, el Sr. Presidente D. Francisco Granados reclamó el celebrado en su ausencia el día 17 del que corre, como depresibo de su autoridad y contrario a su objeto a la inconcusa práctica observada en esta Ciudad, y sobre todo a su delicadeza y circunspección, pues que con el hecho de pribarsele de la facultad de coger el correo que se dirigia a este Ayuntamiento se le suponia infiel a su destino y capaz de ocultar las ordenes que se le comunicasen, de propalar las reservadas y de demorarse su cumplimiento y noticia a este Ayuntamiento»41.
La implantación de las nuevas instituciones culmina en este primer año del Trienio con la aparición en la ciudad de una de sus figuras más características, la Milicia Nacional. En un ambiente de «júbilo y complacencia»42 se pone en marcha esta fuerza ciudadana garante del orden constitucional, que debía implicar en la defensa del sistema a todas las capas de la sociedad. Estos objetivos, como iremos viendo a lo largo de las páginas del presente estudio, fracasan estrepitosamente. Sin financiación, mal organizada y peor armada, nunca será una fuerza útil ni para el control del orden público ni mucho menos para actuar contra las partidas realistas que operan en la sierra de forma cada vez más activa.
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En el momento de su constitución los efectivos totales de la compañía local ascienden a un capitán, dos tenientes, 18 suboficiales y 147 soldados. Su comandante será Cristóbal Villalobos, uno de las figuras centrales del período del que tendremos ocasión de hablar más adelante. Le acompaña como teniente Baltasar María Aguado, otro curioso personaje, hijo del secretario municipal, será él mismo escribano público hasta acabar detenido como carlista al comienzo del reinado de Isabel II43. Por lo que respecta a los Propios de la ciudad, éstos habían sido hasta el momento patrimonio casi exclusivo de la oligarquía local, con un elevado grado de corrupción en su gestión y aprovechamiento, por lo que sólo en contadas ocasiones revertían en fondos para las arcas municipales44. La actuación de los nuevos regidores en este primer momento, conscientes de su endémica debilidad económica, pasa por retomar el control de los mismos y establecer un sistema eficaz que permita cubrir, al menos en parte, los gastos corrientes del funcionamiento municipal. A ello se aplican desde un principio, aunque la pantalla de intermediarios y las corruptelas de los funcionarios de rentas provinciales y los guardas de montes hace la labor difícil. Veamos un ejemplo muy ilustrativo de la situación planteada: «El Sindico D. Miguel de Torres, que con respecto a que esta Ciudad, como dueña absoluta de sus montes acordó vender las leñas que resultasen ser inútiles y los árboles que por su espesura no coadyubasen a el fomento de la arboleda, subasto por los términos referidos, y con conocimiento del Tribunal de San Fernando el Monte de Fuensequilla, bajo la condición de que en el termino de cuatro años debía concluir la operación. Sobre estas reglas lo compro D. Josef Manzanares en la cantidad de ciento y treinta mil reales de vellón el que estuvo en quieta y pacifica posesión dicho tiempo; mas pasado los quatro años referidos, a solicitud del mismo D. Josef consiguió en aquel Tribunal licencia por dos años mas para renovar el marcolijo, desentendiéndose de los derechos mas sagrados de propiedad de esta Ciudad sobre sus montes, que como a tal dueña devio recurrir a ella para obtener la ampliación que obtubo por aquel Tribunal, mandando este se hiciese por el Delineador de esta Provincia y peri-
AHMMb, AACC, 28 de junio de 1820, Sig. 7-5, pp. 57 a 58 Ibid. 42 AHMMb, AACC, 30 de noviembre de 1820, Sig. 7-5, pp. 129 y 129v. 43 AHMMb, AACC, 21 de diciembre de 1833, Sig. 10-4, p. 107. 44 Un buen ejemplo de ello lo encontramos en la actuación de José María Escobar, del que hablaremos extensamente más adelante, contra las corruptelas de la gestión del Comisionado de la Intendencia Provincial. AHMMb, AACC, 21 de mayo de 1819, Sig. 7-2, p. 56v. 40 41
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tos que se nombraron. Se practico la operación sin conocimiento alguno de la Ciudad por el Delineador y dos peritos nombrados por el Subdelegado de Montes de ella, que por razón de Guardas de los mismos montes no devieron consumarse haciendo el señalamiento mas escandaloso marcolando los árboles y demás ramas útiles, de modo que ha dejado el monte en esqueleto y mas quanto el señalijo se practico contra todas reglas de ordenanza marcolando en la zona solamente una rama que devia cortarse, resultando que de ese modo, debiéndose cortar una rama las cortaban todas bajo el pretexto que todo lo que estaba por encima del marco debía cortarse, desentendiendose de que a cada pie devia quedarle Hosca, Gria y Pendon y a cada rama un codo de muñeca. En consecuencia de lo qual pedía el Síndico la suspensión de la corta; y que siendo insuficiente la firma por no ser dueño el fiador de la Finca hipotecada, amplíe la dicha firma y de no verificarlo se proceda a el embargo de los efectos de dicho monte que se hallen en el y de los que existen almacenados en esta manera. Lo que visto por este Ayuntamiento acuerda la suspensión de la operación del corte y fabrica de carbones y saca de curtidos y que el Sr. Manzanares de forma hasta con la cantidad de ochenta mil reales a las resultas de los mencionados daños»45.
A la postre, el esfuerzo de los miembros del concejo no irá más allá de actualizar los remates a pagar por los arrendatarios, sacar de nuevo a subasta algunas zonas que habían dejado de tener actividad y a solicitar una y otra vez a la Diputación Provincial autorización para licitar el aprovechamiento de nuevas tierras comunales con las que cubrir cargas fiscales o gastos concretos. La columna vertebral de los propios vendrá determinada por las subastas del fruto de bellota, eje fundamental de su capacidad para generar ingresos, aunque sus rendimientos serán rápidamente absorbidos por las famélicas arcas municipales.
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Desde esta coyuntura, en la que el Ayuntamiento intenta retomar el control de sus bienes, encontramos también tímidos intentos de recuperar tierras que se entiende han sido ocupadas ilegalmente. Son bien conocidos en otros municipios los casos de ocupación de tierras aprovechando determinadas coyunturas, principalmente bélicas46. En lo que respecta a Marbella, además del recurrente pleito con el conde de Luque, encontramos cómo ciertos oligarcas locales han usurpado tierras del común, caso del inefable Alonso María Roldán47. La destrucción de la documentación del archivo municipal por la guarnición francesa de la ciudad determinará la imposibilidad del Ayuntamiento de hacer valer sus derechos. Por otro lado, más allá de la penuria económica y las rivalidades políticas internas, la relación del Ayuntamiento de Marbella con los municipios vecinos, fundamentalmente Ojén, Istán y Monda, marcará buena parte de su dinámica interna y de su interrelación con la administración provincial. En un marco jurídico problemático, determinado, como hemos señalado, por la pérdida de casi toda la documentación del archivo municipal48, el Ayuntamiento intentará con diversa fortuna frenar lo que entiende como saqueo y quema sistemática de sus montes. No obstante el problema tiene dos vertientes, por un lado el intento de evitar el aprovechamiento de sus propios por vecinos de los municipios próximos, muchas veces con la complicidad de los guardas de montes. Por otro lado, desde el punto de vista de las mentalidades, de la actuación del concejo de la ciudad se desprende la no aceptación de la segregación de los términos municipales de Ojén e Istán. Se actúa así en ocasiones como si el concepto de la «Tierra de Marbella» fuese aún una realidad, un espejismo que las autoridades provinciales no tardarán en romper49. Todo el asunto se complica si tenemos en cuenta que, tras la segregación del término municipal de Ojén, localidad con la que se plantean la mayoría de los pleitos, parte de las tierras de propios del concejo marbellí quedan fuera de su término municipal y dentro de la jurisdicción del concejo ojeneto. Ello es determinante a la hora
AHMMb, AACC, 24 de abril de 1820, Sig. 7-5, pp. 18 y ss. FERNÁNDEZ PARADAS, M.: Propios…, op. cit., pp. 217 y ss. 47 Cierto arbolado del partido de Siete Revueltas es incluido por el Ayuntamiento en una subasta de bienes de propios. Roldán reclama porque entiende que esas tierras son de su propiedad. Al final acuerdan que Roldán siga disfrutando de ellas hasta que el Ayuntamiento disponga de la documentación necesaria para reclamarlas. AHMMb, Juicios de Conciliación de 1820, Sig. 57-1, pp. 29 y ss. 48 «[…] todo suspenso por las ocurrencias fatales que han acaecido en las épocas anteriores y lo que es mas que por la imbacion de los franceses y tiempo que permanecieron en dicha Ciudad de guarnición padecieron ruina y extravió los papeles que esta ciudad conserbaba en su Archibo». AHMMb, AACC, 16 de mayo de 1820, Sig. 7-5, p. 34. Las referencias a la destrucción del archivo por los franceses son continuas en toda la documentación de buena parte del siglo. A ello habría que sumar lo que Francisco L. Díaz Torrejón llama «la mutilación del miedo», cuya importancia cuantitativa y cualitativa ignoramos, es decir la destrucción selectiva de documentos, propia de momentos como éste, con el fin de eliminar datos políticos comprometedores, de propiedad, deudas, etc. DIAZ TORREJON, F. L: «De la Guerra de Independencia: El movimiento guerrillero en Málaga (1810-1812), Anuario de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, Málaga, 2005, pp. 94 a 101. 49 Las representaciones del Ayuntamiento de Marbella ante las autoridades provinciales suelen terminar mal para sus intereses. 45 46
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del pago de impuestos como la contribución directa, cuyo abono debía realizarse en Ojén, algo entendido en no pocas ocasiones como una auténtica humillación. Uno de los muchos ejemplos que podemos encontrar y que abundarán a lo largo de estos años se produce ya desde abril de 1820: la lucha por el control jurisdiccional entre los diversos municipios; lucha en la que menudean los pequeños enfrentamientos entre guardas y vecinos de uno y otro lado, y que acaba generalmente con una representación ante el jefe político provincial, que intenta, casi siempre infructuosamente, mediar en estos interminables conflictos. En este caso, la comisión del concejo marbellí al regidor Francisco Rosado (que ante la situación opta por ir acompañado de gente armada) para llevar a cabo un reconocimiento del Monte de las Chapas, ante los informes que hablaban de diversos destrozos en el arbolado, quemas indiscriminadas, pastoreo, carboneo, etc., provoca la queja del Ayuntamiento de Ojén ante la máxima autoridad provincial: «[…] avia entrado en el termino de dicha Villa, a pretexto de reconocer los montes de los Propios de esta Ciudad acompañado de Peritos y auxiliado de fuerza armada y exercido actos de Jurisdiccion; previniendo el dicho Sr. Gefe Político haver decir a este Ayuntamiento que por ningun pretexto y bajo su mas extricta responsabilidad traspase los limites de su termino, exerciendo actos jurisdiccionales con los demas que refiere; Lo que visto este Ayuntamiento teniendo presente que quanto es de la Villa de Ojen ha expuesto, es ocultando los principales fundamentos que movieron a el de esta Ciudad para la practica de cierto reconocimiento en el Monte de las Chapas de los propios de ella y expresando falsedades y abundando excesos que se han cometido en el destrozo y aniquilacion de los montes de esta Ciudad, que ha muchos años que sufren y han sido causados por vecinos de la Villa de Ojen»50.
3. El Ayuntamiento Miserias
de
1821
y el
Abismo
de las
En la ampulosa lírica al uso de los liberales decimonónicos vamos a encontrar una de las mejores expresiones del sentimiento que inspira la situación de la ciudad a sus gobernantes. En uno de los momentos del interminable pleito con el conde de Luque y lamentándose de que con los propios expoliados se cubrirían sobradamente las necesidades económicas del municipio, se dice que «desde que se la arrebataron de sus manos (las tierras) (la ciudad) ha benido y biene en decadencia hasta descoyarse en el abismo de las miserias»51. Si la primera corporación municipal del Trienio se caracteriza por una anómala presencia de militares y funcionarios de grado medio y pequeños comerciantes y artesanos, la segunda va a suponer la primera señal de reacción de las élites locales. Se trata de ciudadanos que, con elevada renta y directamente relacionados por lazos familiares y comerciales con la oligarquía local, representan el triunfo del nuevo sistema. El Cuadro n. º 2, de los nuevos munícipes, nos muestra una clara diferencia en las rentas del primer y segundo alcalde con las que vimos en el Ayuntamiento de 1820. La figura central en este momento, la que mejor nos va a mostrar las claves del proceso que se sigue en la ciudad es, sin duda, la del primer alcalde, el capitán Cristóbal Villalobos. No es hasta abril de 1816 cuando encontramos las primeras noticias de su participación en los asuntos ciudadanos52. Militar de profesión, su vuelta parece coincidir con el fin del período bélico y momento en el que inicia una escalada social basada en relaciones familiares que lo llevará, por un lado, a ser uno de los principales propietarios de la ciudad y, por otro, a tener en sus manos todos los resortes del poder político y militar, aunque, aparentemente, se trata de al-
Cuadro n.º 2 - El Ayuntamiento de 1821
(*) Aunque la profesión de Molina en el padrón de 1814 aparece como «marinero», los padrones de contribución le muestran como propietario de diversas fincas e inmuebles, y sobre todo de 3 barcos
AHMMb, AACC, 10 de mayo de 1820, Sig. 7-5, p. 33v. AHMMb, AACC, 18 de septiembre de 1821. 52 Figura en una lista de vecinos a los que se pide que, ante el pésimo estado de las finanzas, colaboren a modo de anticipio para el suministro a las tropas. En el acta se dice que se pase oficio a varios vecinos, entre ellos Villalobos, «luego que se tenga noticias de su regreso a ésta». AHJMMb, AACC, 17 de abril de 1816,Sig. 6-6, p. 54. 50 51
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guien con mayor interés por sus asuntos privados que por la res publica53. Villalobos no parece proceder de la oligarquía local54, no obstante, ya a finales de 1817, ha emparentado con los Artola, es hermano político de Manuel Artola, al que nos hemos referido anteriormente55, aunque su encumbramiento social y económico viene de la mano de su matrimonio con Nicolasa Domínguez, que en esos años disfruta del mayorazgo de Antonio María Domínguez y Vargas56. Su relación con la familia Domínguez dista mucho de ser pacífica. Villalobos va a ser el administrador de facto del mayorazgo, especialmente a partir de la enfermedad mental de su mujer. Sus intentos por enajenar parte del patrimonio familiar chocarán con la oposición de Antonio María Domínguez, que acaba llevando el asunto a los tribunales57. La muerte sin descendencia de Nicolasa en 1825 y probablemente la de Villalobos no mucho más tarde, zanjará la cuestión. En la línea de su mayor interés por lo privado que por lo público, se escuda en sus achaques de salud para renunciar a su elección como síndico personero en 1818. No será hasta 1820 cuando se decide a formar parte del engranaje del sistema, aglutinando buena parte de los poderes locales, primero como capitán de la Milicia Nacional, cuyo mando ostenta hasta 1822 y luego como alcalde en 1821. No obstante, a pesar de esta concentración de poder en sus manos, no consigue convertirse en el eje articulador del
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período y su presencia pública decrece notablemente a partir de este momento. De cualquier forma, toda la evolución del ayuntamiento tanto en sus aspectos políticos y organizativos, como en la voluntad reformista del nuevo régimen, vendrá condicionada por una realidad que lastrará irremisiblemente cualquier intento por desarrollar una actividad socioadministrativa coherente: hablamos de la absoluta falta de recursos económicos y la pesadísima losa de la presión fiscal. Si para Artola los problemas financieros del nuevo régimen constituyen uno de los factores decisivos de su naufragio58, en la traslación de esa realidad a la vida local contemplamos la debilidad general de un sistema sin grandes cambios en la política financiera anterior. Vemos los mismos desesperados intentos de imponer una contribución directa que permitiese superar el desastre económico de la hacienda del Antiguo Régimen. Deudas de diversos impuestos correspondientes al período 1817 a 181959, pago de los cupos de contribución general que corresponden a la ciudad, consumos, gastos de beneficencia, débitos de bulas, suministros a las tropas «estantes y transeuntes» en la ciudad60, sueldos del personal de la administración de justicia, armamento y equipo de la Milicia Nacional, dietas de los diputados de Cortes, niños expósitos, presos pobres… La lista es interminable y su gestión absorbe buena parte de las energías administrativas de la corporación.
53 Suele alegar problemas de salud para no intervenir en oficios públicos, aunque éstos no parecen afectar a su actuación en litigios privados. Los libros de Juicios de Conciliación de todo el período están repletos de pleitos en los que interviene en defensa de sus intereses. 54 Las referencias al apellido Villalobos en los padrones del primer cuarto de siglo nos hablan de profesiones como arrieros, sogueros, curtidores o pequeños propietarios agrícolas. 55 Su elección como síndico personero en las elecciones para 1818 es contestada por varios electores por esta relación familiar con Artola. AHMMb, Expediente de elecciones para diputados y síndico de 1818, Sig. 620-6. 56 Sobre la situación familiar de los Domínguez, CASADO BELLAGARZA, J. L.: «El fin de una dinastía… I…», op. cit. 57 «Juan de Chinchilla como apoderado de D. Antonio Miguel Domínguez, combocando a juicio de conciliación a D. Cristoval Villalovos como marido de D.ª Nicolasa Domínguez asociados ambos con sus hombres buenos D. Francisco Granados y D. Francisco Lozano: sobre que a voz y nombre de su poderdante se opone a la enajenación de las fincas de los vienes vinculados y juntamente a los que se hayan vendido hasta la presente en razon de que tiene echa consulta a los letrados de Madrid y Málaga los que son de dictamen que interin viva D.ª Nicolasa Domínguez no puede disponer D. Cristoval Villalovos de dichos vienes por hallarse la poseedora en estado de demencia como es publico y notorio y que siendo su marido un curador no puede aun con pretexto de alimentarla, según su estado y circunstancia, enajenar ninguna posecion: Y oída la antecedente relación por D. Cristoval Villalobos dixo: Que consecuente con lo que se le requiere por la parte contesta según con las facultades con que se haya de su legitima muger D.ª Nicolasa Domínguez en tiempo y quando estava en su total juicio y razon y que con arreglo a dichas facultades que presentara en caso necesario seguirá sobre lo vendido vendiendo en caso de necesidad y conforme y hasta tanto que le favorezca la ley, pues su espresada muger como al exponente con arreglo a las facultades que aquella le concedió. Y en vista de las antecedente relaciones los hombres buenos fueron de dictamen que según la cuestión que se presenta y que estas parte no pueden ser avenidas que usen de su derecho donde corresponda». AHMMb, Libro de Juicios de Conciliación de 1823, Sig. 57-4, pp. 21v y 22. 58 ARTOLA GALLEGO, M. M.: «La España de Fernando VII…», op. cit., pp. 751 y ss. 59 La insistencia en el pago de deudas que llegan en algunos casos hasta la Guerra de Independencia es una fuente más de tensión con los regidores perpetuos de las anteriores corporaciones, dado que los nuevos regidores tienden a responsabilizar a aquéllos de los débitos. El problema da lugar a reflexiones curiosas en la que los miembros del ayuntamiento, hartos de las reclamaciones del Intendente Provincial, dicen ser sólo responsables de la actividad económica de sus corporaciones «y no de unos devitos que seguramente tienen su origen de quando los individuos que componen esta Corporación estaban en la mente de Dios». AHMMb, AACC, 27 de diciembre de 1821, Sig. 7-10, p. 43. 60 Una situación especialmente gravosa para la ciudad en este momento, pues a las unidades de guarnición se suman las tropas del 2º Batallón del Regimiento de Cataluña que componen el cordón sanitario establecido para frenar la epidemia desatada en Málaga y cuyo abastecimiento corresponde al municipio. AHMMb, AACC, 25 de octubre de 1821, Sig. 7-10, p. 2.
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Frente a ello y agotadas las posibilidades de establecer nuevos arbitrios, el ayuntamiento dispondrá como único recurso de la gestión de sus propios. Un ejemplo muy ilustrativo de la gravedad de la situación lo tenemos en el conflicto que se mantiene en este momento con la administración de justicia local. Ni el juez de primera instancia, ni el promotor fiscal, ni los oficiales, ni siquiera el administrador de correos reciben su sueldo. El tono de las protestas desde el juzgado va aumentando de nivel y salta de la administración local a la provincial, ordenando la Diputación el pago inmediato de todos los atrasos. El ingreso por parte del Ayuntamiento de un remate por la subasta de un monte de propios sin que ello suponga un cambio significativo en la situación de las deudas desata las iras del juez. La contestación del Ayuntamiento revela la apurada situación de la hacienda municipal: «[…] que tan luego como llegó a noticia de estos vecinos, acreedores del Caudal de Propios la entrega que se havia hecho de veinte mil reales en el arca de dichos efectos, por la anticipación que hizo el postor en cuenta del remate de la majada vieja del Monte de las Chapas, se presentaron haciendo ver la necesidad que tenían de algún socorro para aliviar su indigencia, de que este Ayuntamiento no pudo desentenderse ni escusarse, y que por lo mismo acordó el medio de repartir, como con efecto repartió dicha cantidad entre todos, librándole a cada qual en proporción la que le pareció correspondiente, y a el dicho Sr. Juez doscientos ducados por cuenta de su salario por a hora, y hasta que ingresasen mas caudales en el dicho fondo en cuyo caso se le pagará por completo, pareciéndole a este Ayuntamiento dicha deliberación la mas conforme y análoga a la situación en que estaban constituidos los referidos acreedores y justa razón con que clamaban su socorro»61.
Sin duda, el establecimiento de un sistema fiscal basado en una contribución directa y progresiva que sirviese como base a toda la hacienda nacional y permitiese el desmantelamiento de las estructuras impositivas del Antiguo Régimen va a ser una de las constantes de la historia económica nacional no sólo en el período del Trienio, sino desde mediados de la centuria anterior. No obstante, el reflejo en la vida cotidiana de una ciudad sumida en una crisis, de la
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que no se ha recuperado desde el fin de la guerra, no podrá ser más descorazonador, siendo, como hemos apuntado, una de las principales razones para que el sistema no pudiese atraerse para su consolidación una base social amplia. La sensación que el Ayuntamiento quiere transmitir en este sentido a la administración estatal es clara, pues ésta «[…] conoce que es sumamente imposible la total cobranza en el presente tiempo por la miseria en que se hallan constituidos estos vecinos, la que podrá verificarse en la próxima cosecha»62. El procedimiento de imposición y cobro de la contribución directa y del resto de los arbitrios ocupa un amplio espacio en tiempo y recursos del concejo. Formación de padrones y amillaramientos, comisiones, períodos voluntarios de cobro, prórrogas, consultas y correspondencia permanente con la Intendencia Provincial van a tener un final anunciado, dada «[…] la falta de cumplimiento tan notable como escandalosa»63 de los vecinos en el cumplimiento de sus obligaciones. Los mecanismos de apremio serán el colofón de todo ello. Tras el realizado por el propio ayuntamiento, la maquinaria administrativa provincial continúa con diversas medidas que culminarán con el apremio militar. La presencia de la tropa, costeada por el ayuntamiento moroso, supone un cargo más. La solución última al problema supondrá, en primer lugar, el embargo y subasta de los bienes de los deudores y si, como ocurre en este caso, ello no cubre el cupo necesario, con el embargo de los bienes de los propios regidores. La consecuencia política no puede ser otra que socavar el apoyo del estamento que debía servirle de base al sistema: «[…] infiriéndose de todo que no se trata de exigir la contribución del verdadero contribuyente y si de los Concejales del Ayuntamiento, para hacer odiosos estos destinos y que se verán los pueblos en el caso de no tener quien los represente ni aun a viva fuerza»64.
Por otro lado, ante la imposible carga fiscal, comienza a provocar amagos de abierta desobediencia: «[…] que no estando este Ayuntamiento en el caso de los demás, que no han satisfecho sus cupos respectivos, no es justo se sostenga en el seguimiento del apremio que sufre: Que mui bien le consta que por
AHMMb, AACC, 25 de enero de 1821, Sig. 7-6, p. 12. AHMMb, AACC, 11, de mayo de 1821, Sig. 7-7, p. 47v. 63 AHMMb, AACC, 5 de abril de 1821, Sig. 7-7, p. 21. 64 AHMMb, AACC, 3 de diciembre de 1821, Sig. 7-10, p. 26 61 62
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ordenes del Sr. Intendente de esta Provincia, se ha estado suministrando a las tropas existentes en esta ciudad del azeite y leña que han necesitado, cuios suministros se están liquidando en el Capital como igualmente lo que se ha satisfecho por los Depositarios, y por cuios dos conceptos esta plenamente cubierto el primer tercio de la Contribución del presente año Económico, como se le ha manifestado en diez del corriente: Y que si todo lo expuesto no hase fuerza a dicho Contador para levantar el apremio indicado, se le advierte, que sus disposiciones serán desatendidas sobre este particular, no aceptando los que nuebamente intente por no ser conforme a razón y justicia, tomando los recursos que a bien tenga: Y que los perjuicios que dimanen de sus procedimientos no responde este Ayuntamiento y si serán de cuenta y cargo de quien haya lugar»65.
Ante la amenaza real del embargo de los bienes de los regidores, la única solución que consigue arbitrar el ayuntamiento es el préstamo que realizan dos de sus miembros, Francisco Rosado y Miguel de Torres para evitarlo66. La realidad así, es de una marcada bipolaridad entre los propósitos reformistas y normativos del nuevo régimen y su realidad material. Los primeros, herencia ilustrada, se proyectan sobre múltiples ámbitos de la vida ciudadana. Tanto la Diputación Provincial como el jefe político piden numerosos informes sobre salud pública, especialmente sobre la presencia de leprosos en la ciudad67, situación de los hospitales y las ventajas de unificarlos en un único establecimiento68, reformas de la cárcel, eficacia y plazos en el servicio de correos69, salubridad y características del cementerio70 o situación de la enseñanza71. Respecto a la segunda, la deplorable situación de las infraestructuras municipales y los servicios más básicos hacen que este objetivo de
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reforma no sea más que un rosario de buenas intenciones. En contestación a una solicitud de informe del jefe político provincial sobre obras públicas se dice que: «[…] en esta ciudad y su termino no hay mas caminos generales que el de Ronda, Málaga y Alxeciras y los particulares de los pueblos del contorno y todos escabrosos y montuosos y a las veces intrancitables: Que no hay canales de nabegacion y riego, azequias pantanos, ni mas obra pendiente que del muelle en esta marina, beneficiosa a la Nación y particularmente a este Pueblo y los inmediatos que en virtud de Vuestra Orden se principio en el año pasado de 1819 bajo la protección del Excmo. Capitán General del Reino y Costa, cuia obra se halla en el día suspensa por falta de fondos, […] No menos asimismo es de consideración la obra indispensable de la cañería publica de que se surte de agua este vecindario, la qual se halla rota y descubierta por algunos tramos perciviendo las inmundicias y escombros en perjuicio de la salud publica que no puede remediarse con la prontitud que exige esta tan urgente necesidad por falta de fondos en los Caudales públicos que han subenido a este coste en otras ocasiones de igual apuro»72.
Si la reforma del sistema fiscal es uno de los caballos de batalla de la visión económica del liberalismo decimonónico, la transformación de la estructura de la propiedad tendrá la misma consideración. Los diferentes procesos desamortizadores que se desarrollan a lo largo del siglo, que afectan tanto a bienes comunales como eclesiásticos, tienen en la normativa emanada de las Cortes de Cádiz y en la actividad política del Trienio su punto de origen, en un proceso en el
AHMMb, AACC, 12 de diciembre de 1821, Sig. 7-10, p. 29v. AHMMb, AACC, 29 de agosto de 1821, Sig. 7-9, pp. 26v y ss. No obstante, el préstamo se reintegra en diciembre del mismo año con mas rapidez de la que podría indicar un ayuntamiento en tan mala situación financiera. AACC, 27 de diciembre de 1821, Sig. 7-10, p. 40. 67 La Comisión establecida al efecto localiza a 3 enfermos. AHMMb, AACC, 22 de febrero de 1821, Sig. 7-6, p. 39 y 39v. La presencia de leprosos se constata en todo el período, así, en enero de 1822 se detectan nuevos casos. La solución planteada por el ayuntamiento deja a las claras la crudeza de esta realidad: «. que una de las barracas que han servido para las guardias de sanidad, se coloque a la salida de esta Ciudad por el camino de Malaga y a una distancia proporcionada y en ella se ponga a el Cortes y demas de su familia que se hallen padeciendo la enfermedad indicada.» AHMMb, AACC, 22 de enero de 1822, Sig. 8-1, p. 26. 68 AHMMb, AACC, 21 de enero de 1821, Sig. 7-6, p. 20v. 69 AHMMb, AACC, 15 de marzo de 1821, Sig. 7-7, p. 13. 70 AHMMb, AACC, 18 de marzo de 1821, Sig. 7-7, p. 17. 71 El Ayuntamiento «[…] respecto a los 6 puntos que solicita la diputacion que 1º En esta Ciudad hay un solo maestro de escuela, dotado de los fondos de estos propios que consta por Reglamento. 2º Este maestro goza de la dotacion de cinquenta ducados annuales en virtud a orden del Consejo, la qual se ignora y el tiempo desde que lo percive y se tiene noticia de esta por oidas, la qual dotacion no es suficiente. 3º Los ramos que enseña este maestro son a escribir por D. Torquato Torio de la Riva; ortografia y gramatica castellana, aritmetica y sus distinciones: Libros de segundo clase; Libro Segundo de los Niños Id. De la Infancia o ideas generales: El Fleury; y el Catecismo Constitucional. Art. 4º El maestro esta examinado por SE la Diputación Provincial de Granada y obtiene el correspondiente titulo. Art. 5º Escuelas de fundacion publica no las hay». AHMMb, AACC, 20 de diciembre de 1821, Sig. 7-10, pp. 33v y 34. 72 AHMMb, AACC, 21 de enero de 1821, Sig. 7-6, pp. 18v y ss. 65 66
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que «revolución agraria» y «revolución burguesa» debían ir de la mano73. El restablecimiento del corpus normativo gaditano supone la aplicación de varias normas desamortizadoras. El decreto de 4 de enero de 1813 reducía a dominio particular todos los baldíos, propios y arbitrios, distribuyendo los baldíos en dos partes, una dedicada a servir de hipoteca a la deuda nacional y otra distribuida entre militares y guerrilleros. La orden de 28 de noviembre de 1820 regula el procedimiento de tramitación de los expedientes desamortizadores que debían elaborarse. Por último, el decreto de 29 de junio de 1822 sustituye a los anteriores, aunque sin modificaciones sustanciales, salvo en lo relativo a cierta legalización de las roturaciones realizadas en tierras comunales. Todo ello, que debía suponer una transformación del sistema de propiedad con la superación de las relaciones de producción de un modelo precapitalista y la articulación de mercados nacionales fracasará, en buena medida, porque lo que realmente se produce no es más que un mero cambio jurídico y nominal de la propiedad. La sustitución de propietarios eclesiásticos o comunales por oligarcas y burgueses, por sí mismo, ni transforma ni articula nada. El predominio de la pequeña propiedad en el término marbellí acentuaría aún más este hecho, al imposibilitar la creación de fincas de un tamaño razonable y favorecer el carácter meramente rentista de los nuevos propietarios. En lo que respecta al ayuntamiento, éste se resistirá, aparentemente con éxito, a las medidas desamortizadoras, que, a los ojos de los regidores liberales, sin especiales intereses terratenientes, no suponen más que la pérdida de la única fuente de ingresos del consistorio. La primera noticia en la que se pone de manifiesto la puesta en marcha de procedimientos desamortizadores de bienes de propios la tenemos en enero de 1821, cuando el ayuntamiento, en cumplimiento de una orden del jefe político, establece una comisión formada por dos regidores, un síndico y tres peritos para «la distribución de los terrenos de baldíos y de propios»74. A partir de este momento, el ayuntamiento adopta una estrategia dilatoria en la trami-
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tación de los expedientes, estrategia en la que se demuestran como maestros consumados75. Ello provoca en mayo la primera advertencia de multa de 50 ducados por parte de la Diputación Provincial si no se remitía el expediente formado por la comisión76. Una vez enviado éste y ante la orden de 14 de agosto de convocar a los acreedores para liquidar los créditos, el ayuntamiento decide jugar al gato y al ratón y alega no tener el mencionado expediente al haberlo remitido a la propia Diputación «y no saviendo el modo y forma que deva practicarse, y el canon que por los que recivan tierras deba satisfacerse tendrá SE la bondad de instruir a este Ayuntamiento para que no se experimente retraso en la execución de las Reales Ordenes Comunicadas»77. No debe extrañar que a partir de aquí el tono se endurezca considerablemente. En septiembre, la Diputación y la Intendencia Provincial pretenden agilizar el proceso dando los pasos necesarios para que los ayuntamientos puedan liquidar sus deudas con la venta de las tierras de propios. Así, a pesar de que «los Ayuntamientos Constitucionales no habian practicado las gestiones que se les prebino resultando un vacio en el actuado que era necesario llenar»78, se ordena la convocatoria de los vecinos que tuvieran créditos contra el caudal de propios para que se pague en tierras la deuda existente. Dichos créditos debían dividirse en tres clases: créditos corrientes, créditos no reconocidos y los pertenecientes a manos muertas. El ayuntamiento sigue sin tener la más mínima intención de complacer los deseos de las autoridades provinciales, aprovechando para ello cualquier excusa, en este caso una epidemia. Así, en noviembre, se informa que no se ha podido iniciar adecuadamente el expediente ordenado en agosto «en razón a la circunstancia de sorpecharse se padece en Málaga el contagio»79. No obstante, en la telaraña administrativa de demoras y consultas que teje, empiezan a adivinarse los auténticos motivos de la resistencia pasiva que ejerce la corporación, ya que respecto a los terrenos que deben entregarse a los acreedores se plantean si «[…] deben comprenderse los que tengan árboles de llebar fruto de bellota, porque no de ser así, con todo el terreno que posee esta ciudad no es suficiente para satisfacer los dichos acreedores»80.
73 Sobre el primer proceso desamortizador en Andalucía tenemos GONZÁLEZ MOLINA, M.: «Estancamiento agrario y desamortización en Andalucía (1820-1823)», Agricultura y Sociedad, 30, 1984, pp. 169 a 197. 74 AHMMb, AACC, 15 de enero de 1821, Sig. 7-6, p. 15. 75 Así, no será hasta abril que se solicite de los vecinos y forasteros la presentación de sus títulos de propiedad. AHMMb, AACC, 9 de abril de 1821, Sig. 7-7, p. 23v. 76 Recordemos que, aunque el procedimiento lo realiza el ayuntamiento, lo aprueban la Diputación Provincial y el Gobierno. AHMMb, AACC, 13 de mayo de 1821, Sig. 7-7, p. 49v. 77 AHMMb, AACC, 14 de agosto de 1821, Sig. 7-9, pp. 20v y 21. 78 AHMMb, AACC, 9 de septiembre de 1821, Sig. 7-9, p. 32. 79 AHMMb, AACC, 28 de noviembre de 1821, Sig. 7-10. p. 20. 80 Ibid.
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Nuevas amenazas de multas, en este caso de 300 ducados, no parecen cambiar la actitud de los regidores, que son perfectamente conscientes de lo que se juegan en el envite. En diciembre de 1821 el ayuntamiento aún no ha procedido a repartir terreno alguno de sus propios. La contestación del concejo a la máxima autoridad provincial nos va a proporcionar un magnífico muestrario de las razones para ello: «[…] en razon a que la mayor parte de los montes de estos Propios existen en el termino de la villa en Ojén y en el que puedan señalar a el lugar de Istán, no queda mas que una corta porcion de monte para repartir a este Vecindario, y lo mas del terreno árido e insuceptible de fructificar, de modo que lo mas pingüe de los montes y tierras según el Decreto de 4 de enero de 1813, tiene que repartirse a los vecinos en cuyo termino existan, y esta Ciudad tiene que verse totalmente desausta de termino y reducida a la orilla del mar que lo único que le queda: Que teniendo remitido el expediente y los memoriales de los que han solicitado tierras a S.E. la Diputación Provincial, ni save a quien ha de repartir, ni donde, ni lo que han solicitado, pero para que no se le atribuya falta de cumplimiento a este Ayuntamiento, ba a proceder al reparto de lo que exista para no contrabenir a la relacionada orden ni menos para verse en el caso de que se le exija la multa con que se le conmina: Igualmente hizo consulta a SE sobre si los terrenos que devieran distribuirse al pago de los acreedores de Propios debían ser de los que tubiesen arbolado a la qual se sirvio contestar sin aclarar la pregunta, de modo que se halla este Ayuntamiento en igual insertidumbre y sin saber si se han de pagar los atrasos en dinero o en terreno que tenga arbolado»81.
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Junto a la enajenación de los bienes de manos muertas y comunales, otra de las señas de identidad del nuevo régimen estará, sin duda, en su relación con la Iglesia. La supresión del Tribunal de la Inquisición, una de las primeras medidas de la Junta Provisional Consultiva, y de las órdenes regulares ponen claramente de manifiesto la voluntad de actuar en este sentido. El reflejo más evidente de ello en la vida de la ciudad vendrá a través de la desamortización de varios edificios religiosos y la reutilización de los mismos. El proceso, que parece ponerse en marcha a finales de 1820, afecta a los tres conventos existentes en la ciudad82. Ya en enero de 1821 tenemos la primera noticia en este sentido, cuando Vicente López, al que se señala como «Ex prior del Combento de San Juan de Dios y Asentista del Hospital Militar della» se dirige al ayuntamiento señalando que tras la supresión del convento no tenía fondo alguno al que acudir para la asistencia de los enfermos83. Ante esto no es de extrañar que a pesar del alto contenido ideológico de todas estas medidas, la principal preocupación planteada por el Ayuntamiento tenga un tenor mucho más utilitarista: la obligada asunción por el municipio de las funciones de salud y beneficencia de estas instituciones y la incapacidad económica para sostenerlas. 1821 va a ser también el año en el que comienzan a aparecer las primeras amenazas para el régimen constitucional. Los enemigos, tanto interiores como exteriores, hacen acto de presencia, con lo que ello supone, además, de reforzamiento de la cultura política y del imaginario liberal. Ya en enero se ordena al Ayuntamiento que auxilie a las columnas del ejército permanente encargadas de la persecución de «forajidos, ladrones y malhechores», lo que podría suponer la presencia de partidas realistas en la zona84. La amenaza se materializa de forma más evidente cuando en mayo, el jefe político pone en alerta a toda la zona desde el Campo de Gibraltar ante las evidencias de una posible suble-
AHMMb, AACC, 27 de diciembre de 1821, Sig. 7-10, pp. 41 y 41v. «Vieronse por este Ayuntamiento los cinco exemplares de las ordenes que remite por vereda el Sr. Gefe Político de esta Provincia con su Oficio ocho del que corre para que se circulen a los Pueblos del Partido y entre ellas la de supresión de monacales reformadas y de regulares, la que vista mui detenidamente por este Ayuntamiento acuerda su cumplimiento en todas sus partes y que para ello se oficie a los Prelados de los tres combentos existentes en esta Ciudad a fin de que manifiesten el numero de Religiosos de que se componen sus comunidades; y por lo que respecta a el de San Juan de Dios además exprese con que arbitrios y fondos cuenta para subenir a la subsistencia de enfermos y numero de estos y con efecto aviendose pasado dichos oficios igualmente acuerda que benidas sus contestaciones se consulte a el Sr. Gefe Politico de la Provincia manifestandole la combeniencia que resultara a esta Ciudad y sus vecinos de que subsista el Combento de San Francisco con atención a lo que expresa en la misma orden y que de faltar este auxilio, faltara tambien el pasto espiritual, y particularmente siendo el unico que debe quedar en esta Ciudad, asi tambien del modo que se ha de conducir este Ayuntamiento por lo que respecta a el Combento de San Juan de Dios, el que aparece no tener fondos ni arbitrios que socorran los enfermos que en el subsisten, ni menos este Ayuntamiento se halla con ellos para subenir a los gastos que de hacerse cargo de dicho Hosptal le sobrebendrian.» AHMMb, AACC, 14 de noviembre de 1820, Sig. 7-5, pp. 124 v y 125. 83 AHMMb, AACC, 9 de enero de 1821, Sig. 7-6, p. 4. De la extinción de este convento también da noticia el comisionado del convento en Ronda, que reclama en diciembre una deuda de 800 reales por las rentas dejadas de percibir. 84 AHMMb, AACC, 15 de enero de 1821, Sig. 7-6, p. 12v. 81 82
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vación realista que debía iniciarse en la campiña zada, en la medida de sus posibilidades, como jerezana y la serranía de Ronda85. fuerza de orden público, especialmente en los Es posible detectar también una fuerte problemas jurisdiccionales con los municipios actividad de contrabando en la costa, común vecinos. a todo el período, que podría estar relacioA todo ello hemos de unir la previsible nada en parte con los opositores al régimen. resistencia interna al régimen desde los estaAsí, ante una consulta del comisionado del mentos más contrarios al nuevo sistema. En este Resguardo el Ayuntamiento informa que «(…) sentido, el jefe político ordena «que por ningún la voz pública y general es de que se estan pretexto ni consideración se tolere que el predihaciendo continuamente desembarcos fraucador quaresmal mezcle en sus sermones espedulentos por todos los puntos desta Costa cie alguna contraria a nuestras actuales Institusin haver quien lo impida e ignora esta Corciones Constitucionales»91. poración quienes sean los complices y protextores»86. Poco podía ignorar el ayuntamiento este extremo cuando ya un año antes, en agosto de 1820, informaba sobre el cabo del resguardo, Roque Puerta. Éste era claramente contrario al régimen y había conducido a Estepona los prisioneros que hizo O´Donnell a las tropas de Riego «del modo más inhumano». De los demás integrantes del resguardo se dice que no hay una idea clara de su adhesión al sistema liberal y que «sus qualidades morales, políticas y civiles son las mas notadas por el publico, pues al par que son los mas puntuales para el cobro de los haveres, no lo son igualmente para llevar sus atribuciones en concepto a los continuos desembarcos que están haciendo»87. Frente a ello, el instrumento de acción que articula el gobierno liberal, la Milicia Nacional, permanece absolutamente inactivo. La reorganización de sus efectivos, que pasan a la mitad de los que tenía en principio por las diversas exenciones88, ocupa casi todo el año89. La dotación de material no va por mejor camino. Al no disponer de fondos se recurre a las unidades militares regulares, a las que se pide que entreguen el material sobrante. La iniciativa no da resultado ya que el capitán de la compañía de inválidos (una suerte de unidad de reserva) se niega a entregar arma alguna y el de la compañía de guarnición en la ciudad entrega material en su mayor parte inservible.90 Ante este panorama, la Milicia Nacional sigue careciendo de Acta capitular de 24 de julio de 1823 donde se describe la entrada en la ciudad de cualquier posibilidad operativa frente a las partidas realistas y el derribo de la lápida de la constitución, sustituida por un guerrilleros y contrabandistas y es utili- retrato de Fernando VII (Archivo Municipal de Marbella) AHMMb, AACC, 3 de mayo de 1821, Sig. 7-7, pp. 36 y ss. AHMMb, AACC, 3 de agosto de 1821, Sig. 7-9. p. 19. 87 AHMMb, AACC, 7 de agosto de 1820, Sig. 7-4, págs. 79v y 80. 88 AHMMb, AACC, 26 de febrero de 1821, Sig. 7-6, p. 42. 89 AHMMb, AACC, 7 de junio de 1821, Sig. 7-8, pp. 23 y ss. 90 AHMMb, AACC, 21 de enero de 1821, Sig. 7-6, pp. 17v y 18. 91 AHMMb, AACC, 5 de marzo de 1821, Sig. 7-7, p. 2. 85 86
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4. El Ayuntamiento de 1822: La Eclosión Liberal Si 1820 y 1821 suponen la implantación del nuevo régimen y la esfera económico-administrativa es la que predomina en la vida del nuevo ayuntamiento constitucional, 1822 será, sin lugar a dudas, el año de la política. Los grandes temas transversales del período, necesitados de estudios particularizados como ya hemos señalado, van a seguir estando presentes. La gestión y el control de los propios generan una importante actividad, dificultada por la permanente presencia de furtivos y la corrupción practicada como norma, y amplificada por la irrupción de la Diputación Provincial como control externo de la actuación municipal: las disputas jurisdiccionales con los pueblos vecinos, particularmente Ojén, que casi degeneran en conflicto armado con la presencia de la Milicia Nacional de ambos pueblos y que obliga a la permanente intermediación de las autoridades provinciales, y la losa de la presión fiscal, permanente y asfixiante, aunque sin llegar a los extremos que hemos visto en 182192. Todo ello palidece ante el hervidero político en el que se convierte la ciudad en 1822 por tres motivos fundamentales: las disputas internas del liberalismo marbellí, los enemigos del régimen, con partidas realistas en las inmediaciones de la ciudad y la sombra amenazante de las potencias extranjeras y, por último, la presencia de una cada vez más evidente quinta columna absolutista dentro de la ciudad. Pero antes de entrar en estos temas, es necesario ver también la composición del ayuntamiento para 1822 (Cuadro n. º 3). Por primera vez desde el comienzo de la nueva etapa liberal, uno de los miembros de la
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oligarquía local, Rafael Alcocer, ocupa el puesto de primer regidor93. La extracción de los restantes miembros de la Corporación, como vemos, continúa viniendo del comercio y la pequeña propiedad, con niveles de renta crecientes94. El asentamiento político de las nuevas clases sociales parece asumido con absoluta normalidad por la sociedad marbellí. Sin duda, uno de los elementos más característicos de la vida política del Trienio, tanto a nivel local como a nivel nacional, es el enfrentamiento entre los diversos sectores del liberalismo, auténtico acto inaugural de la geografía política nacional en toda la época contemporánea. Moderados y radicales van a consagrar así un modelo de largo recorrido que, con distintas denominaciones, alcanza hasta el primer tercio del siglo XX. Por otro lado, sociedades patrióticas, logias masónicas o espacios de sociabilidad característicos, como las tertulias, van a establecer en este momento las coordenadas de la situación en cuanto a la cultura política de los integrantes del liberalismo marbellí. La ciudad no puede ser ajena a ellas, aunque el acercamiento quede condicionado por la consistencia de las fuentes en este sentido. Disponemos de poca información sobre los espacios donde las diferentes sensibilidades políticas locales se reúnen y organizan, así como de la presencia de sociedades o logias en la ciudad. No obstante, el grado de organización de los diferentes grupos y la tensión política que se va a ir desgranando hasta el fin del período no deja lugar a dudas de su existencia. A ello hay unir que en espacios urbanos reducidos como es el caso de la Marbella del Trienio, las rivalidades políticas, familiares y personales se entremezclan, formando un totum revolutum en el que es difícil desenredar la madeja. Éste es el caso del personaje, de 1822 a nuestro juicio, más interesante de todo el período, hablamos de José María Escobar, hijo del ya mencionado Pedro Escobar, cabeza de una familia que articulará el liberalismo local durante el primer cuarto del siglo95.
92 Aunque las deudas municipales y la presión de la hacienda provincial y estatal no hacen más que aumentar, no encontramos en este período situaciones tan críticas como los apremios militares con embargo de bienes de los regidores que vimos en 1821. 93 La familia Alcocer tiene una amplia presencia en la ciudad. Algunos de sus miembros cuentan con el fuero de nobles, como Micaela, Juan y Luis María de Alcocer, este último es regidor perpetuo y Contador de Guerra. Rafael Alcocer ya fue elegido como Síndico Personero en 1818. AHMMb, Expediente de elecciones para Diputados y Síndicos, Sig. 620-6. 94 Más difícil resulta la caracterización del 2º Alcalde, Luis Mazoti, del que no disponemos de datos ni profesionales ni económicos. Probablemente era hijo de Francisco Mazoti, que aparece como Alguacil Mayor en 1819. AHMMb, AACC 1818, Sig. 7-1, p. 64. 95 José María Escobar Giménez nace en Marbella en 1778 y muere de cólera en la misma ciudad a los 78 años, el 27 de marzo de 1856. AHMMb, Libro de defunciones, Sig. 525-2. Agradecemos a Francisco Machuca Prieto este dato, proveniente de su investigación en curso sobre parlamentarios españoles.
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Con un claro interés por la res pública, Escobar es Bachiller en Leyes y Cánones en la Real Chancillería de Granada. La coyuntura de la Guerra de Independencia y su actitud política lo sitúan en el bando afrancesado. Forma parte de la Junta de Municipalidad con los franceses, lo que le supone en los informes de conducta que se siguen tras la guerra, al igual que en el caso de Granados, las acusaciones más graves por colaboracionismo. Así, a pesar de ser nombrado en septiembre de 1812 como Contador de Propios96, los informes solicitados sobre su conducta muestran la animadversión que le profesan los regidores del momento, que también lo señalan por su rigor con los vecinos «amenazándoles con la argolla» y «siendo mui pública la estrechez que toman (él y Granados) con el Comandante francés»97. En el proceso que se le abre por esta causa Escobar comienza a mostrar su habilidad política y procesal y pide nuevos informes de su actuación, sobre bases muy claras. De esta manera, sin negar su relación con la administración josefina, pide que el ayuntamiento concrete sus acusaciones: «[…] manifiesten y determinen con sus propios nombres las personas que yo encarcelé y amenazé con la argolla en el tiempo que regente la jurisdiccion baxo el gobierno intruso, y en caso de señalar algunas, que expresen los motibos que huvo para ello y asimismo que manifiesten clara y terminantemente en que consistía el despotismo que se me atribuye»98.
El ayuntamiento, ante la petición de Escobar, es incapaz de dar la información que se le pide y no va más allá de acusarle de «afición a mandar» y poner de manifiesto vaguedades como la «indisposición de los vecinos», pero ni una palabra de los hechos de los que se le acusaba99. Todo ello no parece frenar su actividad pública y administrativa durante la primera etapa constitucional y el sexenio absolutista. En 1818 es elegido como síndico personero, aunque re-
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nuncia al puesto por su trabajo en la Ayudantía de Guerra y Marina. En 1819 es de nuevo elegido, ocupando de forma efectiva el puesto y comenzando una labor característica en su carrera de persecución de las corruptelas habituales en la administración de la época100.
La figura más interesante de todo el período es, sin duda, José María Escobar Ya en el período del Trienio, en mayo de 1820, a la muerte del juez de 1ª Instancia, el que fuera corregidor de la ciudad Marcos Cachapero, es nombrado interinamente para la plaza101. No obstante, a pesar de ser el único letrado en la ciudad y de los inmejorables informes dados por el Ayuntamiento, que hablan de su inquebrantable adhesión al régimen constitucional «asta antes de que el Rey jurase aquella» y del apoyo mostrado a la columna de Riego a su paso por la ciudad102, cesa en agosto de ese mismo año por el nombramiento como juez interino de Juan Antonio Pando, abogado del Colegio de Málaga103, hasta el nombramiento definitivo de Juan Florencio de Guzmán como juez en enero de 1821104. Ello no lo separa de la Administración de Justicia, desde donde va a dar la batalla a otros sectores del liberalismo local como promotor fiscal105, además de su labor como notario y abogado. Su participación en la vida política se centra en las elecciones para electores a diputados a Cortes, empatando en la de 1820-21 con el cura párroco Fernando Romero (que acabaría siendo el designado por sorteo), y resultando elegido en la de 1822, figurando como vocal suplente a las Cortes de 1821. Su inclinación reformista se pone de manifiesto en su activa participación en las juntas de beneficencia y sanidad y en su tenacidad por una administración justa y correcta de los bienes públicos106. Su compromiso político, fuera de toda duda, se plasma aún más con la jefatura de la Milicia Nacional en una fecha tan tardía como
AHHMb, AACC, 26 de septiembre de 1812, Sig. 5-1, pp. 2v y 3. Ibid., p. 21v. 98 AHMMb, AACC, 17 de abril de 1813, Sig. 5-3, p. 53. 99 Ibid. 100 Muy significativo en este sentido es la representación que lleva a cabo contra el Comisionado de la Intendencia Provincial, Agustín Hugarte, que estaba utilizando su labor de apremio de deudas para lucrarse a costa del Ayuntamiento. La denuncia de Escobar acaba con Hugarte huyendo a caballo de la ciudad para no ser encarcelado. AHMMb, AACC, 21 de mayo de 1819, Sig. 7-2, p. 56v. y Acta de la Junta de Propios y Arbitrios, abril y mayo de 1819, Sig. 230-7, pp. 30 y ss. 101 AHMMb, AACC, 12 de mayo de 1820, Sig. 7-5, pág. 34. 102 AHMMb, AACC, 11 de julio de 1820, Sig. 7-5, págs. 64v y 65. 103 AHMMb, AACC, 21 de agosto de 1820, Sig. 7-5, pág. 86. 104 AHMMb, AACC, 25 de enero de 1821, Sig. 7-8, pág. 11. 105 AHMMb, AACC, 2 de septiembre de 1821, Sig. 7-9, pp. 28v y 29. Probablemente ejerció el cargo de forma interina desde fines de 1820. 106 Escobar es el azote del habitual trapicheo en las rentas públicas. En este caso por algo tan llamativo en 1822 como la falta de una convocatoria pública en la subasta de los ramos de aceite, vino y licores. AHMMb, AACC, 31 de julio de 1822, Sig. 8-5, p. 23. 96 97
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noviembre de 1822107, momento que coincide, como veremos, con una clara radicalización de la actuación de esta institución. Todo ello, en el contexto de la represión fernandina, no podía tener otro colofón más que la huida y el exilio108. Así, no volvemos a tener noticias de él hasta 1837, cuando ante la solicitud de ingreso de su hijo, Pedro Escobar, en la Milicia Nacional, el Ayuntamiento emite un informe en el que expone: «[…] que el espresado D. Jose Maria Escobar merese en concepto de esta Corporacion el aprecio general de la misma y su vecindario por su decidida adecion en todas epocas a las Libertades Nacionales, y por las que ha sufrido grandes persecuciones, privandole de la satisfaccion que le cupiera viviendo en su patria y despojandolo de los destinos que obtenia durante la anterior epoca Constitucional»109.
Su actividad política va a ir de la mano de su longevidad, sin que pierda un atisbo de esa pasión por las libertades. Así, será alcalde primero en 1838110, y síndico de nuevo en 1846, nada menos que con Francisco Roldán, hijo de Alonso María Roldán, como alcalde111. Escobar es así uno de los referentes más claros de todo el período, siendo su papel especialmente determinante a partir del momento que marca el punto de inflexión de esta nueva experiencia liberal, el verano de 1822. Si hasta el momento la vida de la ciudad y de su ayuntamiento constitucional viene marcada por los cambios políticos y normativos y por la acuciante situación económica, una sucesión de hechos acontecidos a lo largo del verano de este año dejará todo esto en segundo plano. Se agravan, por un lado, las tensiones en el seno de las fuerzas liberales de la localidad y se reactiva, por otro, la oposición de los partidarios del rey absoluto. La toma en junio de 1822 de la Seo de Urgel con el comienzo de la Regencia, el levantamiento de los guardias reales en Madrid en julio y la abierta hostilidad de las potencias legitimistas europeas, dibujan un escenario que va a tener un claro reflejo en la vida de la ciudad. Así, en la noche del 11 de julio, José Joaquín Quintero (Administrador de Rentas Nacionales), José María Díaz (contador de la misma ins-
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titución) y José María Escobar (promotor fiscal), tras personarse en casa del primer alcalde Rafael Alcocer al que no encuentran, van en busca del segundo alcalde Luis Mazoti, con un folleto impreso en Málaga en el que se da noticia del fracaso de la intentona de los guardias reales, algo que en la capital de la provincia se había saludado con salvas y repique de campanas. El ayuntamiento, reunido de urgencia, tan sólo decreta que se ilumine el balcón de las casas consistoriales: «[…] evitando qualquiera otro regocijo en razón de ser ya una hora intempestiba de la noche, a evitar que pueda ocurrir alguna desgracia e igualmente que este vecindario se alborote creído que es alguna invacion y hostilidad que intentan hacer por esta Costa los Argelinos, pues en el día de ayer se publico vando para que estos vecinos estubieran en espectatiba luego que hubiese alguna comicion y oyesen el repique de campanas»112.
La frialdad con la que el segundo alcalde acoge este hecho no parece gustar al núcleo duro de los liberales radicales de la localidad, formado como hemos visto por funcionarios de administraciones ajenas al consistorio. La situación se complica con el enfrentamiento en la madrugada del 14 al 15 de julio entre Mazoti, que dirigía la ronda nocturna, y Quintero, Díaz y el ex regidor Miguel de Cuesta, «con motivo de las repetidas quejas que por varios vecinos de esta Ciudad se la havian dado de los desordenes y arborotos» presuntamente cometidos por éstos. De todo ello se da cuenta al primer alcalde, ausente en estos momentos, y se nombra una comisión para que investigue los hechos. Esta escaramuza degenerará en una grave crisis que obligará a intervenir a las autoridades provinciales y de la que, como veremos, Mazoti será la víctima principal113. No es de extrañar que los sectores más afines al liberalismo de la ciudad desconfíen de los primeros regidores. No serán los únicos. En agosto, el jefe político provincial envía un oficio al alcalde mostrando su extrañeza por que no se ha puesto en su conocimiento que las casas de los liberales más destacados han aparecido marcadas con cruces blancas y se han fijado pasquines amenazantes en las puertas. La respuesta del ayuntamiento no puede ser más desconcertante,
107 Escobar aparece como jefe de la milicia local exigiendo en un oficio al Ayuntamiento, armas y uniformes para los milicianos. AHMMb, AACC, 4 de noviembre de 1822, Sig. 8-7, p. 41v. 108 En noviembre de 1823, Escobar da poderes a Juan Pablo Gadeo, procurador de la Real Chancillería, para que le represente en cualquier tipo de juicio. Archivo Histórico Provincial de Málaga (AHPM), 6 de noviembre de 1823, Sig. P-4924. 109 En estos momentos Escobar reside en Estepona. AHMMb, AACC, 20 de marzo de 1837, Sig. 11-7, p. 27 y 27v. 110 La elección se aplaza a abril a causa de la guerra. AHMMb, AACC, 4 de abril de 1838, Sig. 11-11. 111 También aparece en el listado de los 9 mayores contribuyentes del municipio, encabezado por el propio Roldán. AHMMb, AACC, 12 de julio de 1846, Sig. 14-3, pág. 2v. 112 AHMMb, AACC, 11 de julio de 1822, Sig. 8-5, pp. 1 y ss. 113 Ibid., p. 4.
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dando crédito a rumores según los cuales los culpables de ello «havian sido alguno de los mismos que se decían agraviados con el objeto de mover a inquietud y disgustos»114. El consistorio no ha movido un dedo para encontrar a los culpables y se justifica por ello ante la autoridad provincial diciendo que: «[…] acaso de haverlo intentado además de no haver descubierto medio de calificar y aclarar, y como a la verdad fueron cosa que no se conceptuo de mayor momento le parecio a este Ayuntamiento por entonces que no devia molestar la superior atención de dicho Sr. Gefe Político, mayormente quando la consideraba ocupada en asuntos de mucha importancia.»115.
El jefe político provincial, que sí parece dar importancia al asunto, entiende alto y claro el mensaje. Sólo tarda ocho días en enviar un «delegado», Casimiro Brodett, capitán del Regimiento de Infantería de Valencia, para «prestar a dicho Sr. Alcalde el auxilio que pudiese necesitar contra toda alteración del orden público por facciosos, por ladrones o por contrabandistas»116. Su presencia coincide, además, con un hecho relevante, el embarque a primeros de septiembre en el puerto de Marbella, camino de su exilio en Gibraltar, del obispo de Málaga, Alonso Cañedo y Vigil117. En 1824, el capitán Casimiro Brodett, pretendió casarse con Mariana Pineda, pero no se le concedería la licencia solicitada por sus ideas liberales. Fuente: RODRIGO, A.: Mariana de Pineda. Heroína de la Libertad, Barcelona, Plaza & Janes, 1984, pp. 63-68 y 241. Si el conflicto estaba larvado, todo esto lo hará explotar. Escobar, con el apoyo del juez y de los funcionarios de la administración provincial y nacional, actuará de punta de lanza simultáneamente contra dos objetivos claros: el escribano del cabildo Baltasar María Aguado y el segundo alcalde Luis Mazoti. Contra el primero, hijo del anterior secretario municipal que, además del cargo de escribano municipal, ocupa los puestos de escribano del juzgado y administrador del correo, reclama en la Diputación la incompatibilidad de los car-
En 1824, el capitán Casimiro Brodett, pretendió casarse con Mariana Pineda, pero no se le concedería la licencia solicitada por sus ideas liberales Fuente: RODRIGO, A.: Mariana de Pineda. Heroína de la Libertad, Barcelona, Plaza & Janes, 1984, pp. 63-68 y 241
gos que ostenta. Va a conseguir con ello que la autoridad provincial lo separe de sus oficios en el juzgado y en correos, en un proceso en el que el Ayuntamiento se posiciona claramente del lado de su secretario118. Contra el segundo, al que vimos implicado en varios enfrentamientos, promueve un pro-
Mariana Pineda en Capilla Fuente: Óleo de Juan A. Vera Calvo, 1862 – Congreso de los Diputados, Madrid
AHMMb, AACC, 22 de agosto de 1822, Sig. 8-6, p. 3v. Ibid., p. 4. 116 Ibid., p. 10. 117 Alonso Cañedo y Vigil es obispo de Málaga desde 1815 y uno de los diputados «serviles» más activos de las Cortes de Cádiz. Sus actividades antiliberales le llevan al destierro que, curiosamente, no se materializa en el puerto de Málaga sino en el de Marbella. En la madrugada del 31 de agosto se reciben órdenes del Jefe Provincial en este sentido: «Protegerá V. S. por todos los medios que están en sus atribuciones la seguridad de la persona del Reverendo Obispo de Málaga D. Alonso Canedo y Vigil hasta que se verifique su embarque en el Puerto de su Ciudad en el día de mañana o pasado mañana, en que se presentara en el un barco para conducirle a Gibraltar, auxiliando a V. S. si fuese necesario los demás individuos del Ayuntamiento Constitucional y la Milicia Nacional Local, que obraran en unión con la tropa del exercito permanente a las ordenes del Comandante Brodet». También se pide una lista de todas las personas que sigan al Obispo. AHMMb, 31 de agosto de 1822, Sig. 8-6, pp. 13 y 13v. 118 Aguado realiza un recorrido político que le lleva de segundo jefe de la Milicia Nacional en 1821 a ser detenido como sospechoso de carlista en 1833. 114 115
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cedimiento por «infracciones de Constitución», una grave acusación que respaldada por el juez de Primera Instancia, provoca la suspensión de funciones del segundo regidor119. El acoso y derribo contra Mazoti abre una profunda brecha en la sociedad marbellí, aunque en estos momentos las fuerzas que componen el mosaico político del liberalismo local consiguen reconducir la situación y mantienen una actitud pacificadora auspiciada por el jefe político provincial. Así, el mismo día de la suspensión del segundo alcalde, en una reunión celebrada en casa de Alcocer, se acuerda una conciliación general con el fin de devolver la calma a la tensa vida política de la ciudad. Esta conciliación se traduce en un acto público a celebrar el día 26 de septiembre al que se convoca a todas las fuerzas vivas de la ciudad para el sobreseimiento de todas las causas abiertas y en el que, como solución al problema creado, Alcocer planteaba lo siguiente: «[…] propuso que para consolidar y dar una prueba publica de esta verdad, suplicaba a el Sr. Juez de Primera Instancia y al Promotor Fiscal, que antes de la desunión quedase repuesto en su empleo el Segundo Alcalde Constitucional D. Luis Mazoti, y haviendo segundado esta pretencion el Ayuntamiento y los Sres. Concurrentes por si y a nombre de este Pueblo, con annuencia del dicho Promotor y por la paz que es la primera Ley de toda Sociedad, combino en ella»120.
Mientras todo esto ocurre, en el horizonte se perfilan amenazas mucho más determinantes para el futuro del sistema. Partidas realistas, potencias extranjeras y algún que otro viejo conocido de otras épocas, constituyen los verdaderos enemigos a batir. Como ya hemos señalado, la acción desorganizada y aislada de las partidas realistas a lo largo de 1821 no parece constituir una amenaza real y van a estar localizadas fundamentalmente en Navarra y Cataluña121. El cambio de escenario supone una clara reactivación de las actividades militares de la guerrilla absolutista en el entorno de la Serranía de Ronda. El 3 de agosto un grupo de unos 60 «facciosos», probablemente de la partida liderada por José Aguilar y Sebastián Tinoco, entra en Genalguacil dando vivas al Rey y a la religión,
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destruyen los símbolos liberales, ordenan que se cante el Te Deum y se retiran en unas horas sin que, aparentemente, haya ni resistencia ni víctimas en el ataque. Las autoridades achacan la falta de oposición a que los miembros de la Milicia y los vecinos del pueblo estaban en esa hora en sus labores del campo122. Tras esta demostración de fuerza, la partida de Aguilar y Tinoco se siente con capacidad para, tres días después, repetir la misma escenografía nada menos que en Ronda. La amenaza es tomada en serio y varias columnas del ejército entran en la Serranía por diferentes puntos en busca de los facciosos. El jefe político acusa directamente de colaboracionismo a algunas autoridades municipales pues: «[…] de esto eran culpables algunos ayuntamientos y alcaldes constitucionales que, olvidados de sus deveres y con mengua de la lealtad española, les han prestado abrigo y auxilios sin haver dado aviso ni parte alguno»123.
La proximidad de la amenaza pone a Marbella en estado de alerta, movilizando sus escasos recursos, ya que en este momento no hay evidencia de la presencia de más fuerzas militares en la ciudad que las normales de guarnición. Así, el día 6 de agosto se ordena al capitán de la Compañía de Inválidos que entregue los fusiles a los milicianos nacionales (anteriormente se negó), se forma una matrícula con todos los vecinos que poseen armas, ordenándose que al toque de campana se presenten en la plaza de la Constitución, también se forman patrullas y se establecen puestos avanzados. No obstante, el ayuntamiento advierte al jefe político de la debilidad de las fuerzas con que cuentan124. La situación se reproduce en septiembre cuando ante la presencia de la partida de Zaldívar, proveniente de Jerez, se proclama la ley marcial y se ordenan diversas patrullas de la Milicia Nacional125. La ciudad cuenta ya con la presencia de fuerzas del Regimiento del Caballería del Rey, a cuyo capitán se solicita que deje en la ciudad un sargento y ocho soldados para prevenir ataques126. Junto a ello, la amenaza de las potencias de la Santa Alianza se va haciendo sentir, en este caso, como apoyo logístico a los guerrilleros realistas:
AHMMb, AACC, 17 de septiembre de 1822, Sig. 8-6, p. 37v. AHMMb, AACC, 26 de septiembre de 1822, Sig. 8-7, p. 7 y ss. Curiosamente la Junta Popular de Conciliación coincide con la llegada de Riego a la ciudad en la madrugada de ese mismo día. 121 ARTOLA GALLEGO, M: «La España de Fernando VII…», op. cit., , p. 777 y ss. 122 AHMMb, AACC, 3 de agosto de 1822, Sig. 8-5, p. 25. 123 AHMMb, AACC, 6 de agosto de 1822, Sig. 8-5, p. 26v. 124 AHMMb, AACC, 6 de agosto de 1822, Sig. 8-5, p. 25. 125 AHMMb, AACC, 12 de septiembre de 1822, Sig. 8-6, pp. 30 y 30v. 126 AHMMb, AACC, 25 de septiembre de 1822, Sig. 8-7, p. 5. 119 120
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«[…] que las fuerzas navales destinadas por el gobierno francés a el crucero en siertos puntos de las Costa de Andalucía señaladamente en Ayamonte, Moguer, Almería y Málaga tienen por objeto abrir comunicacion con los facciosos por medio de los faluchos de pescadores, para lo qual traen dinero y municiones de Paris con lo demás contenido prebiniendo dicho Sr. Gefe se bele incesantemente las costas de esta ciudad para ebitar pueda beneficiarse lo que se indica en el relacionado oficio».127
Por último, si la situación no es de por sí suficientemente compleja, aparece un antiguo enemigo que hace suyo el refrán de a río revuelto… ganancia de piratas argelinos. Así, también en julio, el jefe político advierte a las autoridades locales de posibles ataques en sus costas por parte de buques corsarios del Bey de Argel, por lo que se toman medidas como el establecimiento de guardias nocturnas, retenes, presencia de torreros o la instalación de la campana del convento de San Francisco, para poder tocar a rebato en caso de necesidad128. Frente a todo esto, la Milicia Nacional continúa presentando un balance paupérrimo y acaba por constituir más un problema que una solución, tanto en el alistamiento de los milicianos129, como en su financiación130, como en su disciplina y capacidad real como unidad de combate. Ello lleva a su capitán Cristóbal Villalobos, que recordemos era militar profesional, a remitir al Ayuntamiento en junio de 1822 un informe sobre el estado de la milicia en el que se reconoce incapaz de mantener la disciplina por más castigos que impone y en el que avisa de la total carencia de armas de sus efectivos. Añade que apenas cuenta con una docena de milicianos porque muchos alegan privilegios, tienen labores en el campo o están exceptuados del servicio131. La descomposición interna de la Milicia Local es rápida. Villalobos, cuyas relaciones con el Ayuntamiento no hacen más que empeorar, intenta poner orden arrestando a varios milicianos por insubordinación132. Al acudir éstos al jefe político planteándoles su caso, justifican su actua-
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ción relacionando una serie de hechos que dan una clara imagen de este Cuerpo: «Que no se ha podido verificar el juramento de dicha Milicia, como previene el Reglamento vigente a causa de no haver sido posible ver reunida dicha Compañía por el motivo de serlos mas de sus individuos gente de campo, quasi en la clase de Jornaleros ocupados siempre en su trabajo personal; y de hallarse sin armamento ni fornitura, pues aunque hoy existan algunos fuciles en poder de los Nacionales, ha sido por haverlos prestado la Compañia de Imbalidos de esta ciudad, con motibo de las actuales circunstancias y otros que anteriormente havia prestado también la fixa de ella todos inútiles, y se han compuesto por este Ayuntamiento y por de practicarse un acto tan solemne en los términos referidos, bendria a ser irrisible dicha Milicia»133.
Así pues, en dos años de actividad del cuerpo, no ha sido posible reunir al completo la unidad ni una sola vez ni siquiera para jurar la constitución, unidad que, por lo visto, sólo mueve a compasión. Los acontecimientos del verano de 1822 y el papel que en ellos debería jugar la Milicia hacen que las autoridades municipales y provinciales intenten reconducir la situación, en primer lugar con un cambio en los mandos, pasando José María Escobar a ser su comandante. Junto a ello, la Diputación autoriza por primera vez la utilización de fondos del pósito para componer las armas inútiles entregadas por el ejército134, se autoriza una subasta de leña para uniformar a los milicianos135 y se ordena el alistamiento de todos los varones entre 20 y 45 años. El resultado de todo ello distaba mucho de ser el esperado. De garante del nuevo sistema, la milicia local pasa a convertirse en un problema de orden público, especialmente el cuerpo de guardia existente en las Casas Capitulares, que acabará siendo retirado, ya que su actividad:
AHMMb, AACC, 8 de septiembre de 1822, Sig. 8-6, p. 28. AHMMb, AACC, 9 de julio de 1822, Sig. 8-4, pp. 46 y ss. 129 Hay multitud de exenciones y de consultas al jefe político, entre otras, sobre la no exención de religiosos secularizados o la remisión de partes de fuerza «teniendo particular cuidado de no incluir en la palabra voluntarios los que realmente no lo sean». AHMMb, AACC, 17 de abril de 1822, Sig. 8-3, p. 25. 130 La falta de fondos para dotar a la Milicia lleva a iniciativas imaginativas como la celebración de corridas de novillos para financiar la compra de armas. AHMMb, AACC, 20 de abril de 1822, Sig. 8-3, p. 19v. 131 Villalobos intenta exonerarse de la responsabilidad aunque el Ayuntamiento le recuerda sus deberes como capitán de la Milicia. AHMMb, AACC, 13 de junio de 1822, Sig. 8-4, pp. 24 y 24v. 132 AHMMb, AACC, 9 de agosto de 1822, Sig. 8-5, pp. 35 y ss. 133 AHMMb, AACC, 19 de agosto de 1822, Sig. 8-5, pp. 50 y 50v. 134 Se entregan 43 fusiles, 8 españoles y el resto ingleses, probablemente de la Guerra de Independencia. AHMMb, AACC, 20 de octubre de 1822, Sig. 8-7, p. 25v. De ellos sólo pueden recuperarse 23, que son entregados a los Nacionales locales a mediados de noviembre, pp. 47v y 48. 135 AHMMb, AACC, 4 de noviembre de 1822, Sig. 8-7, pp. 41v y 42. 127 128
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«[…] no ha correspondido a los deseos benéficos de esta Corporación, antes por el opuesto extremo, ha notado mucho escándalo, embriaguez y casi continuos insultos a los ciudadanos que pasan a prima noche por la Plaza y principalmente en la anterior que abandonando algunos individuos de la misma Guardia su puesto han andado por la calles en correrías alborotando y aun han disparado un tiro de fuego a un vecino en la puerta de su casa».
No sabemos qué parte tienen algunos regidores en el descrédito de los nacionales, que custodiaban las Casas Capitulares. No parece que a estas alturas, la presencia de una fuerza armada a las puertas del Ayuntamiento, con una disciplina cuestionable y un mando bajo sospecha hiciese muy felices a los miembros de la corporación. Lo cierto es que la Jefatura Política y la Diputación también manifiestan cierto temor ante la creación de nuevas unidades de la Milicia Nacional. El deterioro de la situación internacional lleva a las autoridades gubernativas a proponer la creación de nuevas unidades de la Milicia Nacional. Serían éstas Compañías de Cazadores, una suerte de fuerza auxiliar de la Milicia que debía ser también organizada por los Ayuntamientos. La noticia de la regulación de estas unidades es suficiente para que el consistorio marbellí comience el alistamiento de una nueva compañía de entre 80 y 120 hombres. En cuanto la Diputación y la Jefatura Provincial tienen conocimiento de ello ordenan que no se movilice dicha unidad hasta que las autoridades gubernativas no lo autoricen y se justifique su necesidad. El informe dado por el Ayuntamiento es muy interesante, ya que pone de manifiesto un elevado grado de inseguridad fuera del casco urbano de la ciudad. De hecho, el Ayuntamiento informa de que dicha compañía se formaría sin problemas con los hacendados y pequeños propietarios que ven en esta fuerza la única forma de defender sus propiedades y su ganado. A pesar de ello, parece pesar más en las autoridades provinciales el miedo a unidades armadas incontroladas que las razones expuestas por el municipio136. Más allá de toda esta situación, también resulta interesante ver cómo cambia la línea política de la nueva corporación en uno de los temas fundamentales del período: la desamortización de bienes comunales. La primera medida
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adoptada va dirigida a la enajenación de tierras de propios entre acreedores de éstos. Así, ya el 3 enero se dice que: «[…] los vecinos que quieran suertes de tierras de los mismos, presenten sus memoriales para que se tengan presentes en el reparto que se ha verificar de los terrenos de propios»137.
El jefe político va a enfriar rápidamente los ánimos del gobierno municipal, que empieza a mostrar un repentino interés por el proceso desamortizador y una cierta tendencia a ignorar a la autoridad provincial, indicándole que: «se abstubiese de hacer distribución alguna de los terrenos y se dedicase únicamente a la instrucción y formación de los expedientes»138.
El procedimiento continúa al devolver en marzo la Diputación el expediente de repartimiento. La liquidación de deudas comienza con las cantidades atrasadas a los guardas de montes, ordenándose que: «[…] se proceda a señalárseles y justipreciárseles quanto vaste a su pago»139.
La enajenación de los propios, que parece claramente impulsada por Alcocer, va a chocar frontalmente con la inesperada resistencia de buena parte de los regidores municipales. Sólo Benito López, Jacobo Zafra y Antonio Crespo apoyan al primer alcalde, mientras Alexandro Perales, Fernando Acosta, Andrés de Montes y Rafael Blanco y los síndicos Juan Martín Álvarez y José Berdejo Cantos se oponen al repartimiento. La tesis de los regidores rebeldes es clara «que el propietario que se desprende de una finca, tarde o nunca pone otra en su lugar»140. Piden así el pago de las deudas en metálico, pactando aplazamientos con los interesados y recurriendo al medio habitual: la subasta de leñas de los montes de propios. La resistencia parece tener efecto. No será hasta octubre cuando la Jefatura Provincial haga un nuevo intento de reactivar el procedimiento en relación al Decreto de las Cortes de 29 de junio, por el que se ordena: «[…] se reduzcan a propiedad particular todos los terrenos baldios, realengos y de
AHMMb, AACC, 24 de diciembre de 1822, Sig. 8-8, pp. 19 y ss. AHMMb, AACC, 3 de enero de 1822, Sig. 8-1, p. 3v. 138 AHMMb, AACC, 10 de enero de 1822, Sig. 8-1, p.11. En este, como en otros casos, la celeridad de la contestación de las autoridades provinciales resulta sospechosa y parece indicar cierta conexión con algunos miembros del concejo. 139 AHMMb, AACC, 11 de marzo de 1822, Sig. 8-2, p. 39. 140 Ibid. 136 137
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propios y arvitrios, así en la península e islas adyacentes como en Ultramar»141.
El único resultado de todo ello es, de nuevo, el nombramiento de una comisión para efectuar los deslindes y más ejemplos de cómo poner trabas a un expediente. Los comisionados para efectuar los deslindes presentan una cuenta de gastos ocasionados por la operación, que asciende a 1.552 reales. El ayuntamiento, que dice no disponer de fondos para el pago, advierte de que no podrá seguir con la operación si la Diputación no habilita fondos para ello142. No queremos cerrar el capítulo dedicado al año de 1822 sin hacer referencia a un episodio que, desde el terreno de la anécdota, va a decirnos mucho del universo de valores y del imaginario colectivo del momento. Ya hemos hablado ampliamente a lo largo del presente estudio de la situación de las infraestructuras de la ciudad: 1822 no contempla mejora alguna. En enero, la Diputación solicita un informe del coste que supondría el arreglo del camino Málaga-Coín-Marbella. El Ayuntamiento lo cifra en 176.000 reales, aunque advierte de que carece totalmente de fondos para ello y que, de existir, los dedicaría a la finalización del puerto que constituye su primera prioridad143. Los ejemplos sobre la situación de la ciudad son multitud: «Este ayuntamiento constitucional no pudiendo mirar por mas tiempo con indiferencia la ruina que amenaza a este ignosente Pueblo por falta de metálico para precaberla, hace mucho tiempo se hayan segadas y llenas de inmundicias las madres de esta Ciudad, motivo que ocaciona en las epocas de llubias inundaciones fangosas que privan el transito por sus calles y en el de calor es tal la fetidez que desi exalan, que muchos dias no se puede tolerar; indiferentes serian las malos ratos que se sufren, sino se esperaran las funestas consecuencias de un próximo contagio, como comunmente suele suceder al Pueblo que se abandona en su miseria: Y este Ayuntamiento si permaneciera en innaccion sepultado en su silencio sin hacerlo presente a la Autoridad que puede remediarla y por el qual resultasen los males que prevee tendria el mas severo cargo en el Tribunal Supremo de la Omnipotencia: Que esta ciudad consiguió licencia del extinguido Consejo de Castilla para la redificacion
del Puente que la divide, arruinado por los franceses en el tiempo de su imbacion, cuia obra preciso a abandonarla la falta de metálico que se ha experimentado en los fondos de estos Propios, no haviendose hecho mas que un Callejón para la comunicación de los vecinos, y traginantes y con motivo de su imperfeccion y la continuación de las llubias de los años anteriores se ha recalado en términos que en el día se halla ruinoso y sino se aplica pronto remedio llegaría el caso de que se experimente su total destrucción y pasándose por el caso que en las avenidas del Río en que se sitúa dicho Puente, carezcan de pan estos vecinos que se surten del Pueblo de Monda como es notorio, cuya entrada lo es por el mismo»144.
A la vista de este desolador paisaje, las autoridades provinciales solicitan un informe donde se tasen las obras públicas que el Ayuntamiento estime como más necesarias y se establezcan los arbitrios necesarios (exceptuada la tala de montes) para costearlos. La respuesta municipal no puede ser más desconcertante. De todas las urgentes necesidades pendientes en la ciudad, junto a la reparación del sistema de alcantarillado, los regidores tienen claras sus prioridades y entienden que: «[…] es de indispensable y precisa necesidad la colocación de un Relox que hace muchos años tiene en su poder este Ayuntamiento y ha de servir para el gobierno del publico y auxilio de los enfermos»145. De la reparación del sistema de alcantarillado no volvemos a tener noticias; en cambio, la instalación del reloj, que supone la construcción de un segundo cuerpo para la torre de la iglesia, continuará generando documentación durante todo el período. 5. Último 1823
acto:
El
ayuntamiento constitucional de
A lo largo de las páginas del presente estudio hemos podido observar, como una de las características del cambio de régimen, la permeabilidad con la que los grupos de poder teóricamente más afines al absolutismo fernandino se adaptan a las nuevas instituciones y asumen el nuevo sistema representativo y la llegada de la pequeña burguesía local al poder político. En 1823 vamos a contemplar un nuevo elemento de este paisaje: cómo la oligarquía local domina rápidamente los entresijos del siempre apasionante arte del fraude electoral.
AHMMb, AACC, 1 de octubre de 1822, Sig. 8-7, p. 17. AHMMb, AACC, 2 de noviembre de 1822, Sig. 8-7, p. 38v. 143 AHMMb, AACC, 1 de febrero de 1822, Sig. 8-1, pp. 40 y 40v. 144 AHMMb, AACC, 4 de marzo de 1822, Sig. 8-2, pp. 27v y 28. 145 AHMMb, AACC, 16 de mayo de 1822, Sig. 8-3, p. 42. 141 142
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La primera res que llevar a la voLa oligarquía local domina prueba de ello, initación a los militares ciando un camino rápidamente los entresijos del siempre que se encontraban muy transitado a lo apasionante arte del fraude electoral de guarnición en la largo de todo el siglo, ciudad. A pesar del la encontramos en las efecto intimidatorio, elecciones a alcaldes y regidores de 1823 y la prola iniciativa no tendrá éxito: tagoniza un viejo conocido, Alonso María Roldán. El número de ciudadanos que toma parte «En este estado hayandose la Junta siguiendo la elección y resivimiento de voen los procesos electorales durante el Trienio sutos de los ciudadanos que se presentaban fre, como ya hemos visto, un enorme incremento con la mayor tranquilidad siendo como en relación tanto a las elecciones del período dolas nuebe de la noche de este dicho día ceañista como en las de síndicos y diputados del se persono D. José Joaquín Quintero que común del Sexenio Absolutista. El Cuadro n. º 4 ya anteriormente havia hecho su votación, nos mostrará con claridad las diferencias.
Cuadro n.º 4 - Participación en Elecciones
Los sucesos del verano de 1822 y la situación nacional e internacional no parecen dejar indiferentes a los poderes fácticos locales, que deciden tomar cartas en el asunto y controlar las instituciones de gobierno en momentos tan determinantes. Movilizan así a sus respectivas clientelas con una profundidad desconocida hasta el momento, triplicando casi el número de electores que normalmente participaban en los comicios. Además, conocen y utilizan a su favor la mecánica electoral y se aseguran el control de los órganos que dirigen la votación, poniendo de manifiesto con claridad que estamos ante un acto perfectamente orquestado146. El golpe tiene éxito y coge completamente por sorpresa al sector radical del liberalismo local que sólo pueden plantear respuestas a la desesperada para contrarrestar la avalancha que se les viene encima. José Joaquín Quintero, el administrador de Rentas que vimos implicado en el enfrentamiento con Mazoti, no ve más alternativa para intentar equilibrar el número de electo-
conduciendo e introdusiendo en la mesa a D. Agustín Aguilar Rodríguez que así dijo llamarse y ser Oficial del Resguardo Militar de Caballería con su partida exponiendo este que venia a votar con todos los individuos de ella y reflecionando la Junta por una parte que dicho Oficial y soldados estaban con sus sables y por otra que acababan de llegar a esta ciudad sin tener la residencia prebenída por superiores ordenes para poder votar en las elecciones de concejales por carecer absolutamente del conocimiento de este vecindario requisito indispensable para este acto de que estaban penetrados los ciudadanos concurrentes y por quienes se manifestó haviertamente oposición por los dos motivos significados y por ser infrasion visible de la Constitucion que tal bez podía ignorar el sitado oficial deseando esta Junta ebitar disgustos y funestas consecuencias según advertía en el semblante de todos tuvo por combeniente acordar para mantener el orden que el dicho oficial con su partida se salieran fuera de la Iglesia sin admitirle la votación que querían hacer bajo las protestas que tuviera por combeniente hacer y que siguiese la votación lo que así se ejecuto»147.
De cualquier forma, la naturaleza de la situación provoca múltiples denuncias por todo tipo de irregularidades, todas ellas obviamente desestimadas: manipulación de papeletas, dupli-
La mecánica se aprende con rapidez y pone a las claras la disciplina de voto establecida y la complicidad de la mesa electoral. Así una de las denuncias hechas por irregularidades en el proceso señala que: «al mismo tiempo de hir anotando los votos de los ciudadanos en los quadernos una nota del escrutinio publico de sobre valla a cada uno de los que se le ban estimando los votos por donde le sirbe de norma a los votantes para fomentarlos uno en razón a que a pesar de las medidas tomadas por el Sr. Presidente y demás Sres. Ciudadanos que componen la Junta de la mesa usan los referidos apuntes y listas de rallamientos que llevan». AHMMb, Expediente de elecciones de Alcaldes e individuos del Ayuntamiento Constitucional para el año entrante de 1823, Sig. 620-13. 147 Ibid. 146
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cidad, criterio en la elección de los escrutadores, organización del voto de los «clientes» mediante listados de votación suministrados por la propia mesa o el abandono de ésta por sus miembros en varias ocasiones: «quando lo berificaron por urgencia indispensable y este tan solo mientras se encendían las luces que fue en un momento regresando a su respectivo lugar»148. El resultado de este «pucherazo», precursor de la mejor tradición caciquil, será un Ayuntamiento presidido por Alonso María Roldán, que, como veremos, no tardará en arrepentirse de su iniciativa149. Estará acompañado por un grupo de regidores cuya característica fundamental viene determinada por haber pertenecido a los ayuntamientos de la primera etapa constitucional de Cádiz y al efímero primer ayuntamiento del Trienio presidido por Pedro Escobar150. El liberalismo moderado, apoyado por la oligarquía local, parece ganar la partida a los radicales, que harán de la administración nacional, la provincial, la judicial y especialmente de la Milicia Nacio- Tras la muerte de Fernando VII se tachan de las actas capitulares las referencias nal, sus reductos principales. a los liberales más señalados en los procesos que se abrieron contra ellos en 1823 En ningún caso parecen dis- (Archivo Municipal de Marbella) puestos a dar tregua a la nuedad de los «gabinetes del norte», armas y pertreva administración151. chos para la milicia y un espacio de reunión (en los Será desde la institución militar desde bajos de la casa consistorial) para que el pueblo donde, apenas constituido el ayuntamiento, se pudiera reunirse, leer la prensa constitucional y exija de éste un posicionamiento claro al lado del fortalecer su ideario liberal152. amenazado régimen liberal. El síndico Antonio El primer regidor, Roldán, que había reHernández presenta un escrito firmado por todos corrido varias veces el camino de ida y vuelta los integrantes de la Milicia en el que se pide al del absolutismo más estricto al liberalismo más Ayuntamiento tres cosas: una declaración pública pragmático, no tendrá problema alguno en rede apoyo al Congreso Nacional frente a la hostiliIbid. Como veremos, Fernando VII no va a perdonar a aquellos que han tomado parte en las administraciones liberales, aunque se declaren abiertamente partidarios suyos. Roldán y otros oligarcas y miembros de la administración serán separados de sus cargos y pasará cierto tiempo hasta su redención pública. 150 Gregorio Atencia forma parte de la junta de municipalidad josefina de 1811; Pedro de Reyes es regidor en los ayuntamientos de 1812 y 1813 y ambos son regidores con Roldán como alcalde en 1814. Los dos, junto a Antonio Hernández forman parte del primer concejo del Trienio presidido por Pedro Escobar. 151 La «limpieza» de los liberales más exaltados alcanza a todo el aparato administrativo municipal, así Cristobal Villalobos y Miguel de Torres sustituirán a Diego de Lagos y Gaspar Romero como vocales de la Junta de Beneficencia. AHMMb, AACC, 7 de enero de 1823, Sig. 8-9, p. 9. 152 AHMMb, AACC, 22 de enero de 1823, Sig. 8-9. 148 149
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Cuadro n.º 5 - El Ayuntamiento de 1823
solver el envite. Dicta la declaración pública de apoyo al gobierno de la nación, hace una vaga promesa de armas y equipo para la milicia (recordando que ya se han entregado 30 fusiles y depende de la Diputación Provincial obtener más fondos para el resto) y no está dispuesto bajo ningún concepto a proporcionar un peligroso espacio de sociabilidad a sus adversarios (con la lectura de las órdenes recibidas tras la misa mayor es suficiente)153. Éste será el último conflicto visible entre las diversas fuerzas del Cuadro liberalismo local. A partir de aquí, Roldán parece controlar la situación del gobierno municipal y sus oponentes tienen problemas mayores de los que preocuparse. Los ejes de actuación de este último Ayuntamiento del Trienio serán diversos, muchos condicionados por la situación prebélica que se vive, y otros por las habituales claves de los gobiernos liberales del momento. Entre las primeras, hay mucha información sobre control y represión de desertores y de los que les cobijen, preparativos militares, requisas y actividad fiscal que, con escaso éxito, busca fondos para el conflicto que se avecina154. Entre las segundas, las más características seguirán siendo las referidas a la actitud reformista e ilustrada, como los reglamentos de policía o de primera enseñanza155. La estructura de la vida económica del consistorio nos va a quedar claramente expresada gra-
cias a un documento radicalmente nuevo: el presupuesto municipal. Si bien no podemos decir que existan estos presupuestos como tales hasta la entrada en vigor el Real Decreto de 23 de julio de 1835156, las legislación del Trienio va a regular este punto en su decreto de 29 de junio de 1822, que, aunque inmediatamente derogado por la reacción absolutista, dio lugar a un documento básico en este sentido: el presupuesto de gastos e ingresos del n.º
6 - Presupuesto Municipal 1823
Ibid., p. 27 v. Vuelven los apremios militares, los embargos de bienes de deudores y las amenazas de embargo de bienes de los regidores. Hasta en siete ocasiones es apremiado el ayuntamiento en estos meses. La presión fiscal se vuelve, si cabe, aún más asfixiante con los repartimientos extraordinarios y los cobros anticipados de contribuciones. Se vende el trigo del pósito y se eleva el precio de productos básicos. El ayuntamiento abandona además buena parte de sus obligaciones de beneficencia (presos pobres, niños expósitos, etc.) por falta de fondos. 155 El Reglamento Provisional de Policía de 6 de diciembre de 1822 regulaba aspectos como la numeración de las casas, la colocación del nombre de las calles al principio y al final de las mismas, censos de «fondas, mesones, posadas, trifones, bodegones, tavernas, cafés, casas de vevida, las de licores, las de juegos de truco, villas y bochas», regula además las licencias de estos establecimientos y el deber de sus propietarios de informar de las personas que se alojen en ellas. AHMMb, AACC, 16 de enero de 1823, Sig. 8-9, pp. 15v y ss. 156 GARCIA RUIPEREZ, M.: Tipología documental municipal, Toledo, 2002, p. 125. 153 154
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ayuntamiento de Marbella para 1823, elaborado en noviembre de 1822157. En este documento se establecen dos presupuestos, uno de gastos y otro de ingresos. El primero, que recoge los sueldos de aquellos que desempeñan oficios para el ayuntamiento y determinadas obligaciones de pago, asciende a 82.012 reales (Cuadro n.º 6). El segundo, que recoge los ingresos estimados del caudal de propios de la ciudad, montes de bellota y leña, réditos y censos, el producto de las denuncias por aprovechamiento de los propios y licencias por corte de madera es, para el ayuntamiento, imposible de evaluar: «El valor anual de los fondos de Propios es incierto y no puede calcularse prudentemente ni aver por aproximación por quanto que depende de la suerte de buenos o malos años su mas o menos valor consiste en la venta de la bellota y alguna otra bez de las leñas de sus montes»158.
El desequilibrio entre ingresos y gastos sólo puede tener una consecuencia: «[…] y no alcanzado los arvitrios del segundo presupuesto para los gastos del primero ha acordado los nuebos que han juzgado combenientes por necesitarse para dichos gastos»159.
Todo ello quedará en nada y se verá detenido por la guerra que se avecina y que centra la atención del conjunto de la vida de la ciudad. Será el 28 de abril de 1823 cuando se reciba la primera noticia de la invasión francesa: «Viose Orden de la Diputacion Provincial su fecha 25 del corriente en la que manifiesta que un Excercito de esclavos que pretende embilecernos ha invadido nuestro territorio, que somos españoles y que es preciso defender a toda costa el honor y livertad nacional. En los adjuntos impresos que tambien se han leido manifiesta la Diputacion sus sentimientos y disposiciones para repeler agrecion tan injusta que espera que este Pueblo repetira con la misma decision los sacrificios que hizo en la Guerra de la independencia franqueando toda clase de recursos»160.
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Las comparaciones con la Guerra de Independencia no van a ir más allá de la retórica patriótica del momento y los preparativos para el conflicto dicen poco de la capacidad real del régimen para movilizar a la sociedad a su favor. Requisas de animales y contribuciones especiales bajo la amenaza de apremio militar son las únicas referencias en este sentido. Desde un punto de vista estrictamente militar la situación no mejora mucho. La ciudad, bajo la jurisdicción del ejército de reserva de Villacampa primero y del 2º ejército de operaciones de Ballesteros después, aporta algunos efectivos de reemplazo, moviliza, al menos teóricamente a la Milicia Nacional, proporciona suministros a las tropas transeúntes y adopta medidas que ponen de manifiesto el carácter puramente idealista de la situación. Tanto es así, que la Diputación ordena desenterrar de la playa dos cañones de bronce abandonados por los franceses en 1812 junto al castillo de San Luis para ver en qué estado se encontraban161. Escaso bagaje para enfrentarse al duque de Angulema. El 17 de junio se tienen las primeras noticias en la ciudad de la presencia del ejército francés en Andalucía, estableciéndose por iniciativa del Ayuntamiento de Ronda, uno de los más expuestos por la actividad de la guerrilla realista, un sistema de correos urgentes para: «participar rápidos avisos de quanto observen, oigan y entiendan sobre el indicado objeto y con particularidad en razón de la proximidad de toda clase de tropa o fuerza militar, disciplinada o no»162. Aunque Málaga permanece fiel al gobierno liberal, éste se encuentra sitiado en Cádiz junto al Rey, más en calidad de prisionero que de gobernante. No quedan demasiados resquicios para que alguien pueda engañarse sobre el cariz de la situación y las fuerzas constitucionalistas locales no parecen dispuestas a inmolarse en una lucha sin sentido. No es de extrañar, por tanto, que el 4 de julio se convoque una reunión a la que acuden los miembros del gobierno municipal, los responsables de las unidades militares de guarnición, los ex regidores que han sido miembros del ejército y la jerarquía eclesiástica, con el objeto de evaluar la capacidad de resistencia de la ciudad ante una invasión. José Fortún, capitán de la Compañía de Inválidos y José María Escobar, comandante de la Milicia, tienen una respuesta clara:
AHMMb, Presupuesto de gastos de 1823, Sig. 629-1. Como montes de bellota y leña de los propios señala los de Alicate, Majada de la Cruz, Balatín y la Negra, Fuensequilla, Bornoque, Las Chapas, Tinahones y Gamonales y El Puerto. Ibid. 159 Ibid. 160 AHMMb, AACC, 28 de abril de 1823, Sig. 8-11, p. 5. 161 AHMMb, AACC, 12 de junio de 1823, Sig. 8-11, p. 34v. 162 AHMMb, AACC, 23 de junio de 1823, Sig. 8-11, p. 38. 157 158
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«A lo qual confeso el primero que en su Compañía no havia fuerzas que pudieran servir para contener ninguna invacion, Y el segundo que en verdad no existia semejante compañía de Nacionales pues ni han estado, ni están armados, ni uniformados»163.
Ante lo cual, los responsables del gobierno municipal optan por no ofrecer resistencia ante la llegada de las fuerzas absolutistas: «[…] a presencia de lo qual, y del conocimiento que tienen todos los Sres. concurrentes de que este Pueblo no se halla en estado de tomarse defensa alguna por sus vecinos, y conferenciando extensamente sobre ello acordaron, no se haga oposición ni resistencia alguna y que solamente se vieran los medios que dicte la prudencia para precaber que este Pueblo experimente extorciones, incomodidades, ni daños algunos»164.
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que entran en la ciudad escenifican el ritual habitual de destrucción de los símbolos liberales. El contrapunto lo pone el comandante realista que pide al ayuntamiento «un certificado del buen comportamiento que havia observado su partida»165. La formación del nuevo consistorio planteará dos cuestiones básicas en este momento de transición: la sorpresa con la que parte de la oligarquía local descubre la escasa capacidad para la clemencia con la que actúa el rey y el comienzo de la represión. Las nuevas autoridades, articuladas a través de las comandancias militares hasta la restauración de los concejos perpetuos, tienen órdenes claras: todo aquel que haya formado parte de los ayuntamientos liberales está contaminado. No importa su nombre, ni su trayectoria, ni su pasado. El estigma de haber pertenecido de una u otra manera a las diferentes administraciones del Trienio los incapacita para formar parte de esta vuelta al pasado. En un principio, hombres como Roldán, con una más que demostrada «cintura» política y los demás regidores que habían permanecido
El 7 de julio ya hay noticias de la presencia de «serranos» en Estepona y Las partidas de serranos que entran en aunque el jefe político informa que se ha dado orden al ejército de reserva para con- la ciudad escenifican el ritual habitual de destrucción de lo símbolos liberales tenerlos, la información provoca la rápida descomposición del consistorio marbellí. en la ciudad, no parecen querer entender la inAnte la marcha de la ciudad de los liberales más flexible postura que les transmiten los delegados señalados, Escobar, Granados, Molina y Diego militares, que les excluye de la reposición de los de Lagos entre otros, y la ausencia de buena ayuntamientos de 1820. Así, en el acto de constiparte de los regidores, unos «enfermos»y otros tución del nuevo consistorio se plantean diversas protegiendo sus haciendas, Roldán convoca una interpretaciones de las órdenes, por lo que se enespecie de gabinete de crisis con personalidavía a un regidor a pedir al comandante local que des destacadas de la ciudad. Lo integran, entre se persone en el ayuntamiento para resolverlas. otros, además del propio Roldán, el Juez de 1ª Algo que hace sin dejar resquicio a la duda: Instancia, Acosta, Atencia, Antonio Hernández, Josef Fortún, Diego Merino, Manuel Zurita, José «Y a poco volbió expresando que aquel de Chinchilla, Miguel Añón, Rafael Alcocer y Crisno tenia a bien el venir a las Casas Capitóbal Villalobos. La vida de este gabinete será tulares, pues no havia necesidad de otra efímera y de facto será Roldán el que, prácticacosa que buscar el libro Capitular del mente en solitario, guíe la actuación del Ayuntaaño de beinte y poner en posesión a los miento en los escasos días que mediarán hasta la individuos que resultasen de el y que no entrada de los realistas. 6. La
imposible vuelta al pasado: el comienzo de la
hubiesen servido destinos en el Gobierno Constitucional»166.
década ominosa
Las medidas adoptadas por los responsables municipales van a permitir una relativamente pacífica toma de la ciudad por los fieles a Fernando VII. El 24 de julio se certifica el fin del gobierno constitucional marbellí. Las partidas de «serranos»
De resultas de ello, los únicos que pueden formar parte del nuevo Ayuntamiento son Manuel Artola y Joaquín Millán, como regidores perpetuos, y Pedro Burell como procurador general. El resto, especialmente Roldán, quedarían inhabilitados de ocupar sus oficios167.
AHMMb, AACC, 4 de julio de 1823, Sig. 8-11, pp. 42v y 43. AHMMb, AACC, 4 de julio de 1823, Sig. 8-11, pp. 42v y ss. 165 AHMMb, AACC, 24 de julio de 1823, Sig. 8-12, p. 1. 166 AHMMb, AACC, 25 de julio de 1823, Sig. 8-12. p. 3. 167 En una orden dictada por el jefe político y militar de Málaga, se reglamentaba la formación de ayuntamientos, restituyén163 164
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El paso siguiente Cuadro n.º no puede ser otro que la creación de una comisión de vecinos de probada fidelidad, formada por José Martín y Cantos (vicario), Esteban Blanco (teniente de cura), Diego Merino y Francisco Quixano (presbíteros), Juan Díez de Oñate (teniente coronel retirado) y Juan José Pereira (capitán retirado) encargada de «asesorar»sobre la adhesión a la causa del rey de los candidatos a formar parte del gobierno municipal, que serían las expresadas en el Cuadro n.º 7. Los regidores aceptan estos nombres y se les convoca en el Ayuntamiento con el fin de tomarles juramento. No obstante, ni siquiera el aval de esta comisión y el respaldo de facto de las fuerzas vivas locales bastará para borrar la mancha de un pasado liberal. Cuando se presenta esta lista al comandante general de la Serranía y la Hoya de Málaga, éste manifiesta «lo desagradable que le havia sido el nombramiento hecho de Corregidor de esta ciudad de D. Juan Florencio de Guzman», contraviniendo un Real Decreto que mandaba el cese inmediato de los jueces de primera instancia del período constitucional. La jurisdicción recaerá así sobre Manuel Artola como regidor más antiguo168. Este fervor integrista inicial se diluirá en pocos meses. Ello permitirá a nuestro inefable Roldán, apartado de su oficio de regidor en un primer momento, actuar nada menos que como subdelegado especial de la Policía del Distrito169, hasta su perdón definitivo en abril de 1826, que supone su vuelta como regidor perpetuo decano al consistorio170. El memorial que envía al Ayuntamiento con este motivo, justificando su actuación durante el Trienio, impregnado de santa indignación por verse apartado del amor de su soberano, alcanza cotas de cinismo político difícilmente superables. Explica así los motivos que convierten al último alcalde constitucional en un claro referente absolutista: «Si el haver sido Alcalde Constitucional de una ciudad realista por esencia,
7 - Ayuntamiento Absolutista de 1823
qual es Marbella a invitaciones y ruegos no de vosingleros sino de la totalidad de los hombres mas de vien y que han gozado y gozan del concepto de acrisolados realistas: si el haverlo sido, repito a pesar de formales renuncias y de una resistencia constante combirtiendo en obsequio de la Justa Causa los medios y facultades que se me conferian para destruirla, es motivo para desirse un hombre sospechoso para pribarle de la confianza publica y para despojarlo de los derechos mas legitimos dislacerando nunca desmentida opinión y buena fama, pocos serán los hombres que mereceran ocupar los empleo de Republica los cargos y los empleos de Nación»171.
El otro apartado importante de este cambio de escenario es, sin lugar a dudas, la represión que se ejerce sobre los enemigos del rey absoluto. Conocedores de las dificultades en las que se encontrarían de permanecer, los liberales más señalados escapan de la ciudad. Escobar inicia una huida que terminará en el exilio. José Joaquín Quintero y José María Díaz marchan, el primero a Cádiz y el segundo a Málaga. Otros como Granados o Diego de Lagos también han dejado Marbella. Los que deciden quedarse tendrán rápidamente la ocasión de comprobar los métodos de la nueva administración. En pocos días, viéndose el ayuntamiento «en el mayor apuro», se ordena un repartimiento «especial» en el que varios vecinos tienen un plazo de 3 horas para satisfacer 7.700 reales del suministro de tropas, ya que de no hacerlo:
dose los de 1820 siempre que sus miembros «no hubiesen pertenecido a asociaciones clandestinas como mazones, carbonarios, comuneros y otras semejantes, servido voluntarios o forzados en la Milicia Nacional o comprado Bienes Nacionales». AHMMb, AACC, 15 de septiembre de 1823, Sig. 8-12, p. 62. 168 AHMMb, AACC, 28 de agosto de 1823, Sig. 8-12, p. 44. El látigo de la venganza también alcanzará al secretario municipal Baltasar María Aguado, que no será repuesto en el cargo hasta ser «purificada» su conducta por orden del Real Acuerdo del Superior Tribunal del Territorio en mayo de 1825. 169 AHMMb, AACC, 27 de agosto de 1824, Sig. 9-2, p. 45. 170 AHMMb, AACC, 27 de abril de 1826, Sig. 9-6, p. 20. 171 AHMMb, AACC, 27 de abril de 1826, Sig. 9-6, pp. 21v. y ss.
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«[…] se les apremiará con la fuerza armada que se halla en este pueblo y pagaran además a cada miembro de la partida cuatro reales cada dos horas en que se experimente la rebeldía, sin perjuicio de que se reagrabara el apremio si fuese necesario»172.
Desgraciadamente, gran parte del aparato represor del régimen ha sido literalmente arrancado de la historia. Poco antes de la muerte de Fernando VII, en julio de 1833, en cumplimiento de una Real Orden, se procede a arrancar y tachar las hojas de los cuadernos capitulares de 1823 y 1824 que contuviesen datos que «de algún modo fuesen ofensivos a los vecinos honrados de esta ciudad»173. Se eliminan así, entre agosto de 1823 y diciembre de 1824, 42 páginas y 141 renglones que contenían, fundamentalmente, informes y memorias de la actuación de todos aquellos que el régimen consideraba como sospechosos de un pasado liberal. 7. Primeras Conclusiones Hemos señalado repetidamente a lo largo de las páginas del presente estudio la diversidad de rutas abiertas para futuras investigaciones que nos darán un conocimiento más profundo tanto del período del Trienio Liberal como de procesos históricos de largo recorrido que cruzan buena parte de la historia contemporánea de España. Un complejo puzzle del que los años que van de 1820 a 1823 son una importante pieza. Es por ello que debemos dotar a estas primeras conclusiones de un elevado grado de provisionalidad, ya que, sin duda, se verán modificadas o completadas por estudios sectoriales que darán perspectivas distintas a los principales problemas del momento. De cualquier forma, la primera conclusión importante que parece desprenderse de esta aproximación al Trienio tiene que ver con uno de los temas vertebradores de la historiografía sobre el siglo XIX en nuestro país, la existencia o no de una revolución burguesa. Marbella, en este sentido, tiene sus propias claves. Especialmente interesante es el pragmatismo de las clases dominantes que aceptan sin aparentes problemas el cambio de régimen, la existencia de instituciones más o menos representativas y el acceso al poder político de otros sectores sociales que, en el caso que nos ocupa, estarían representados por pequeña burguesía comercial, artesanos, pequeños propietarios agrícolas y escalafones intermedios tanto de la administración civil como de la militar.
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También resulta llamativa la capacidad para invertir la situación cuantas veces sea necesario y pasar de nuevo a formas de gobierno absolutistas sin que ello parezca suponer un excesivo esfuerzo ni ideológico ni político para los actores sociales. La composición socioeconómica de las clases dirigentes en estos años nos dice mucho de las características de la Marbella del primer tercio del siglo XIX. No existe en este momento una burguesía comercial, industrial o agraria digna de tal nombre, lo que va a condicionar de forma decisiva la evolución política de los acontecimientos. Sí están presentes en la vida de la ciudad las tensiones propias del liberalismo de la época, moderados y radicales propician diversos enfrentamientos e inauguran un modelo político que estará presente a lo largo de la centuria. En lo material, todo es miseria y crisis, sin recursos que permitan afrontar ni la reconstrucción de las destrucciones de la Guerra de Independencia ni sus grandes proyectos siempre inacabados, caso del puerto. Junto a ello, una presión fiscal constante y asfixiante ahoga cualquiera de las iniciativas reformistas del régimen que, siempre presentes en materias como beneficencia, enseñanza o salud pública, no pasan del grado de las buenas intenciones. Este marco de referencia económico tampoco parece el más propicio para que el nuevo régimen constitucional sumase adhesiones, especialmente de aquella parte de la población más castigada por la crisis y la fiscalidad. Por otro lado, la gestión de los propios de la ciudad, única fuente de ingresos de las arcas municipales, va a dar tres de las claves principales del presente estudio. La primera caracterizada por la gestión administrativa de los mismos, que consume buena parte de las energías administrativas municipales. La segunda, por los conflictos jurisdiccionales que plantea con los municipios vecinos en lo relativo al aprovechamiento de los bienes comunales. Y la última, y no menos importante, la que concierne a las diferentes iniciativas desamortizadoras iniciadas en este momento y a las que el Ayuntamiento se resiste con todas sus fuerzas. Nos encontramos, así con un momento de la historia de Marbella de gran densidad de acontecimientos, políticos, sociales y económicos, donde comienzan a fraguarse los grandes temas que condicionaran la vida tanto de la ciudad como del país en las siguientes y decisivas décadas. n
172 Los apremiados son Enrique Schnellenbühel (1.000 reales), Josef Bernard (2.000), Diego y Miguel Cuesta (1.000), Diego de Lagos (800), Juan Bautista Lagos (100), Gaspar Romero (300), Francisco Ardois (1.000), Gaspar Barragan (200), Juan Sánchez (200), Antonio Hernández (300), Joaquín Vicente (1.000) y Juan Molina 500. AHMMb, AACC, 6 de agosto de 1823, Sig. 8-12, pp. 30 y ss. 173 AHMMb, AACC, 15 de julio de 1833, Sig. 10-4, p. 70.
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