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Ecos de sociedad y la cocina de Manolo Pagola

ECOS DE SOCIEDAD

Paquita, entre sus hijos Ion y Adrián, se despide de la vida laboral después de 36 años regentando el Bar Ligarza de Mendigorria, agradeciendo a sus clientes la confianza depositada en ellos durante todos estos años

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El Bar Ligarza de Mendigorria se despide

El 14 de agosto del año 1984 abría sus puertas en Mendigorria el bar Ligarza, de la mano de Pedro Yoldi y su mujer, Paquita Luquin. La pareja, apenas dos años después de su boda, había decidido comenzar una aventura empresarial en el sector de la hostelería tras una primera experiencia en el bar de las piscinas. “Desde aquel día ya no hubo un día libre de vacaciones hasta el año 2000”, recuerda Paquita. “A partir de ese año las costumbres fueron cambiando y el trabajo también. Ya no sólo se servían bebidas. Había que ir más allá y comenzamos también a ofrecer platos de comida”.

Pocos años más tarde, la familia sufriría la pérdida en accidente del hijo mayor, cuando contaba 20 años, y del marido de Paquita, quien falleció a los pocos meses. No quedó otra que tirar para adelante, y los hermanos pequeños, los mellizos Ion y Adrián, cogieron a sus 18 años las riendas del bar para sacar adelante, junto con su madre, un negocio que durante todos estos años se ha ido ganando el respeto del vecindario y de todos los forasteros que han pasado por Mendigorría.

“La mayor satisfacción es dejarlo sin tener que lamentar ningún percance señalado durante todos estos años, y pudiendo agradecer el respeto con el que nos han tratado siempre”, dice Ion, que trabaja como cocinero en un comedor escolar. Y es que tanto Ion como Adrián han compaginado durante todos estos años su trabajo en el bar con los estudios, de cocina uno y de ingeniería el otro, además de sus múltiples aficiones. “No sabemos estar parados”, apostilla Adrián. “Eso sí. Desde que hemos cerrado el bar, disfrutamos cada fin de semana como si de unas vacaciones completas se tratara”.

Paquita asiente con orgullo a los comentarios de sus hijos, quienes le arropan en el momento de despedirse de su vida laboral. “Es lo mejor para ella. Ya ha trabajado bastante. Además, la situación actual provocada por el coronavirus pone las cosas aún más difíciles, así que lo más sensato es dejarlo aquí”.

Los propietarios del bar Ligarza solo tienen palabras de agradecimiento hacia su clientela y, más aún, hacia tantos camareros que han pasado por este bar en los momentos de máximo trabajo. “Muchos de ellos son parte ya de nuestra familia”, confiesan.

Felicidades, Paquita, por tu merecida “jubilación” y por tu estupenda familia.

LA RECETA DE MANOLO PAGOLA

Conejo con caracoles

Ingredientes (4 p.)

- 1 conejo de 1 kg de peso - 1 cebolla mediana - 1 zanahoria - 1 pimiento verde - 2 dientes de ajo - Un poco de laurel - 1 copa de Brandy -1 vaso de vino Blanco -2oo ml de salsa de tomate - Unos 30 caracoles más ó menos - Sal al gusto

Elaboración

Partir el conejo en trozos, pasarlo por harina y freir. Se deja reposar en una fuente. Colar el aceite y poner en una perola. Ahí se echa la cebolla, la zanahoria, el pimiento verde y el ajo, todo bien troceado, que se refríe y que coja gusto la verdura con el aceite tan bueno de Valdizarbe. Después se agrega el conejo frito (que está frito, pero crudo); se revuelve, se echa el Brandy y se flambea (fuera de la campana de extracción, para evitar problemas). A continuación se pone el vino blanco y se deja rehogar un poco, y se agrega un poco de caldo. A los 15 minutos se incorpora el tomate y que se cocina unos

40 minutos despacio. (El tomate es mejor incorporar así porque echándolo a la vez endurece la carne del conejo). Finalmente, se agregan los caracoles bien engañados, como lo sabéis, y que cuezan 10 minutos. Así se junta bien con la salsa; por eso la salsa saldrá espesita por freír el conejo con la harina.

Nota

Este plato es muy bueno, nutritivo y no tiene grasa. Tiene proteínas y no da colesterol... Esta receta la dedico al equipo médico de Mendigorria (médico Carmelo; enfermera, Arantxa y administrativa, Ixone). Por lo bien que hacen su trabajo diario y más durante los meses tristes que hemos pasado, controlando al necesitado y todas las consultas. Para los tres un HURRA.

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