UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ZARAGOZA
CARRERA DE MÉDICO CIRUJANO
COMENTARIOS A DIVERSAS LECTURAS COMPLEMENTARIAS AL PROGRAMA DE ESTUDIO
COMPONENTE: SALUD MENTAL PRIMER AÑO DE LA CARRERA
Autora: Margarita Juárez Hernández Editor: Enrique Aguirre Huacuja México D.F. 2009
PRESENTACIÓN El presente texto es el resultado de los trabajos que el profesor Enrique Aguirre Huacuja solicita a sus alumnos como parte de las tareas que, obligatoriamente tienen que cumplir, como parte de sus responsabilidades en el desempeño de sus labores de aprendizaje que se han de reflejar en sus respectivas calificaciones. Son fichas de trabajo que resumen las lecturas de diferentes obras en torno a los temas incluidos en el programa de Salud Mental del primer año de la carrera de Médico Cirujano en la FES Zaragoza UNAM. Son lecturas que complementan la formación de los estudiantes a propósito de los contenidos tratados en los módulos que conforman los programas de estudio y también pretenden llenar algunos vacíos respecto al abordaje que previamente debieron haber realizado en los niveles previos a su ingreso a la licenciatura y que contribuyen a la aportación de una formación un poco más sólida dentro del enfoque humanista que se debe promover y propiciar en la formación de los futuros médicos.
En esta ocasión se trata de los textos elaborados por una alumna, Margarita Juárez Hernández cuya calidad en la redacción y claridad en la conceptualización de los temas merecen la pena de que se difundan en un ámbito más amplio cuyas repercusiones sean aprovechadas por las personas que se encargan de la formación médica y de los propios estudiantes de las carreras impartidas en esta dependencia y se enfocan al cuidado y preservación de la salud.
La revisión y pulimiento de los mismos estuvo bajo la responsabilidad del profesor Aguirre y que realmente representaron un mínimo trabajo dado el dominio del lenguaje y la destreza demostrada por la autora.
EL ABORTO María Scherer Ibarra Mar, Monge Raúl, Delgado Álvaro “Aborto, el dilema: vida o muerte, libertad o crimen Religión o política…” Proceso 1242/20 de agosto/2000.
El aborto es un tema difícil de tratar, ya que confluyen aspectos morales, económicos, políticos y por supuesto en cuanto a la salud pública. Hay dos definiciones de aborto: a) La definición médica, que indica que un aborto es la interrupción del embarazo antes de las 20 semanas y con un peso menos a 500gr; b) La definición jurídica que señala que el aborto es la interrupción del embarazo en cualquier parte de éste. La discusión básica en torno al aborto es: ¿cuándo el embrión se considera ser humano?; ¿cuándo se atenta contra un ser individual? y por lo tanto ¿cuándo se considera homicidio?. Para algunos hombres la vida humana comienza con:
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la existencia de un “genoma humano”,
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la individualización;
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la “movilización embrionaria”,
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“la emergencia de una forma humana inconfundible”.
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Que la vida se da desde el momento de la concepción.
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Que la persona es la vida que tiene la capacidad de albergar un alma.
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Que una persona humana es cuando cumple con sus derechos, obligaciones morales, y jurídicas, y puede ser autosuficiente.
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Que una persona humana es cuando ya no está ligada a la madre.
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Que un individuo es cuando se forma su SNC (sistema nervioso central) y corteza cerebral.
Luis Villoro, filósofo e investigador emérito en nuestro país, expuso que “el Estado que se precie de ser liberal, debe respetar las opiniones de los distintos sectores de la sociedad, siempre y cuando no atenten contra las concepciones contrarias”. Al optar por una teoría de la vida, ya sea religiosa o biológica, el Estado dejó de considerar, y respetar muchas otras. No sólo impuso su criterio a la sociedad sino que evadió remediar las causas del mal. De esta manera, las feministas argumentan que el Estado mexicano se convirtió en controlador de cuerpos. Obliga a la maternidad arguyendo la defensa del derecho a la vida, protegiendo el más básico de los derechos, pero impone una vida sin libertad y calidad.
Villoro afirma que en la concepción hay una nueva vida, pero ésta no implica la existencia de una “persona humana”; por otro lado, la iglesia católica considera que desde el momento de la concepción hay una “persona humana”. Ni filósofos, ni teólogos han llegado a un consenso en cuándo se le debe otorgar al embrión cualidad de “persona”. Según Enrique Maza, estudioso de la filosofía y la teología, la postura de la Iglesia Católica en materia de aborto contradice a la Biblia, que concibe al hombre como “una unidad indivisible, un ser viviente único que no está compuesto de dos partes separables”. Además se argumenta que el hombre sólo llega a ser verdaderamente persona cuando se encuentra dentro de una comunidad, con relación a su prójimo y con Dios. “La esencia del hombre es su capacidad de relación”. Sin embargo, con la orientación de la ciencia, pero sin soluciones definitivas, los hombres deben elegir y justificar su elección con base a su moral. El Dr. Rubén Lisker, actual director investigador del Hospital de Nutrición Salvador Zubirán, asegura que “en el aborto nunca habrá consenso” y que “el punto crítico del aborto” es que no existe ningún criterio médico capaz de establecer categóricamente cuándo se inicia la vida humana. La legislación estadounidense en materia de aborto está basada en una teoría científica acerca del comienzo de la vida. En ese país, el derecho de una mujer a la libertad de reproducción está protegida por la garantía constitucional de la intimidad; y el argumento adoptado fue el de la viabilidad: que es la capacidad del feto para poder vivir fuera del vientre materno, y que depende fundamentalmente de la capacidad para respirar. A partir de este criterio, la legislación permite a los estados prohibir el aborto en el tercer trimestre del embarazo. Durante el segundo trimestre, el gobierno puede regular el aborto, sólo para preservar y proteger la salud de la madre y para garantizar que el procedimiento se lleve a cabo en condiciones de salubridad. En el primer trimestre, el Estado no puede intervenir en la decisión de la mujer por que se impone su derecho de intimidad. En Francia se permite la interrupción voluntaria del embarazo en las primeras diez semanas. En España, para despenalizar el aborto, los legisladores argumentan la realidad del aborto clandestino como respuesta de la mujer a la persecución legal del aborto voluntario, y como un grave riesgo a la salud. La legislación concibe que la prohibición del aborto fuera un atentado del Estado en contra de la libertad de la mujer para constituir las condiciones de su vida y su personalidad. En México el tema del aborto ha sido planteado desde 1871, a partir de entonces cada estado de la República empezó a regularlo, algunos sólo lo aprobaban en casos de violación, mientras otros aún tenían sus reservas. En 1974 en la Constitución Mexicana en su Art. 4°, se establece la libertad reproductiva en las mujeres. A partir del año 2000, y en consecuencia del famoso “caso Paulina y la Ley Robles”; los estados de Baja California Sur, México, Morelos, San Luis Potosí, Veracruz y el Distrito Federal han modificado las normas en su Código Penal.
En el Código Penal del Distrito Federal se establece que el aborto es permitido cuando: 1)
El producto presente malformaciones congénitas o genéticas graves.
2)
De no provocarse el aborto se ponga en riesgo la salud de la mujer.
3)
Cuando el embarazo sea resultado de una inseminación artificial no consentida.
Actualmente, en el Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal se autoriza la interrupción del embarazo cuando es producto de una violación o inseminación artificial no consentida. La directora de Mujeres Católicas por el Derecho a Decidir tiene una posición flexible respecto al aborto. Se niega a que las madres conciban hijos no deseados, pues “la maternidad niega la vivencia de la sexualidad en función de la unión, del amor y del crecimiento espiritual” Marta Lamas en su libro “Aborto: la frontera del derecho a decidir”, nos señala que “dado que sólo la mujer y su pareja, cuando la tiene, son quienes asumen el costo emocional y económico de una criatura no planeada, ni deseada, ¿hasta dónde puede la sociedad y el Estado interferir en esa decisión sin asumir ninguna responsabilidad?, ¿Debe el Estado mantener a los hijos no planeados o no deseados de las mujeres a las que se les prohíbe abortar?, ¿quién debe crear el gran orfanato Nacional, el Estado o la Iglesia Católica? En nuestro país a pesar de que la sociedad urbana –principalmente-, es más liberal, aún hay tabúes que impiden hablar del aborto abiertamente. Marta Lamas en su entrevista con Alejandro Brito para Letra S, menciona que no basta con que esté escrito en el Código Penal el derecho de una mujer a la interrupción del embarazo bajo ciertas condiciones, se debe hacer que la ley se cumpla. Con lo cual es necesario que la gente esté informada de cuáles son los abortos permitidos y bajo qué circunstancias; así como realizar un referéndum o plebiscito, en donde la población opine al respecto. No debemos olvidar que esta polémica ha dejado huella desde 1936 cuando integrantes del Frente Único, Pro Derechos de la Mujer, plantearon por primera vez en México, la legalización del aborto. Y recientemente en 1999, con el caso Paulina y la Ley Robles. En estos años el debate no sólo se politizó, sino también hubo opiniones partidizadas, por un lado estaba el PAN y sus posturas en Guanajuato, y por otro estaba el PRD y su modificación de la ley. A pesar de que hay hondos intereses políticos y religiosos en no revalorar el tema del aborto, como problema de Salud Pública es deber de la comunidad médica, volverlo a colocar sobre la mesa de juicio, y apoyar toda iniciativa que convenga a la población.
Comentarios -
Realmente es un trabajo difícil para un gobierno tratar de respetar cada posición sobre este tema en un país de 100 millones de habitantes donde los puntos de vista son contradictorios. La utopía sería que el estado y todos los ciudadanos tomarán el ejemplo de Valéry Giscard, ex presidente francés que permitió a cada cual respetar los imperativos de su conciencia o de su fe, sin decidir por los demás o tratar de imponer las convicciones personales a los ciudadanos.
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Los puntos que me parecen importantes del artículo, son que las personas son autónomas y un Estado democrático debe respetar su decisión sobre su cuerpo, su vida y las normas que deben regir esa vida.
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Estos acuerdos se deberían realizar pensando en las mujeres para proteger su calidad de vida y no para condenar a un niño o una vida sin calidad. Otra opción sería el buscar los medios que garanticen una adopción satisfactoria.
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En estos momentos de “cambio” que vive nuestro país, han sido aprovechados políticamente para demostrar que un solo partido no es el que tiene el poder y no será fácil para ningún partido político imponer sus creencias a los ciudadanos, con el fin de atraer más simpatizantes.
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Varias discusiones se abren en cuanto al aborto, sin llegar realmente a un acuerdo entre: población, Estado y religión. En estos tres renglones, defiendo la postura de cada una, primero: estoy de acuerdo que se realice el aborto, ya que la mujer tiene el derecho a decidir sobre su organismo y su situación social. También coincido en que se penalice y no se practique deliberadamente, porque de lo contrario la pareja se deslindaría de responsabilidades y haría efectivo el aborto como medida de planificación familiar. En el ámbito legal creo que las reformas hechas en el Código Penal favorecen a la mujer.
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Concluyo que nuestro gobierno debería hacer un esfuerzo por mejorar la educación sexual, para evitar este tipo de discusiones que no llegan a un fin común, y que además se evitarían tantos embarazos no deseados y por consiguiente el aborto.
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Mi punto de vista sobre el artículo leído, es que sólo las mujeres deben estar implicadas en esta decisión, ya que ella es la más afectada, tanto moralmente, físicamente, psicológicamente como socialmente.
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Es importante tener presente que cuando se tiene vida sexual activa, hay que ser responsables y no tratar de solucionar el problema cuando ya está, en vez de prevenirlo.
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Por otro lado, encontramos un punto importante que es el concebir un ser en caso de una violación, como en el “caso Paulina”, la que fue violada y obligada a tener el producto de la misma; en este caso estoy segura que hubiera sido mejor optar por el aborto, ya que la pequeña no tenía la edad, ni la madurez suficiente para una responsabilidad que ella no provocó.
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En conclusión pienso que el aborto es un crimen cuando se practica para desligarse de una responsabilidad. Cuando la mujer es violada, o el producto no es viable se debe dejar a libre elección. También creo que en vez de que sea legalizado el aborto y esto provoque un alto índice de embarazos no deseados y estos conlleven al aborto; deberíamos de pensar en propagar más educación sexual.
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La lucha contra el aborto, es una guerra que no tendrá fin ya que en nuestro país la educación sexual está subestimada. Tampoco estamos preparados para una cultura del aborto, es decir una cultura donde se respeten las decisiones de las personas de una manera laica y sin recriminación; si no se promueve desde las nuevas generaciones, el machismo se encargará de orillar a más mujeres a tomar el aborto como una escapatoria, y no como una solución consciente que promueve la vida y dignidad de la mujer, ya que la vida sin dignidad no es vida.
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Basándonos en la consideración de que no existe un parámetro definido para permitir o no el aborto por parte del gobierno, la decisión de realizar o no el aborto quedaría en manos de la madre, y aunque se considera que el feto no forma parte integral del cuerpo de la mujer, es decir, que es un ser individual; la madre como seno de la gestación y como persona consiente sobre el nuevo ser en formación, es la única facultada para decidir.
EL PACIENTE Y SU MÉDICO Horacio Jinich El papel que ha desempeñado el médico, a través de la historia, ha sido de gran importancia y resulta imprescindible hasta la fecha. Entre triunfos, avances y tragedias se ha desarrollado en la vida del médico la capacidad de abrir un espacio, dentro de sus propios intereses y obligaciones, para dar lugar a la vida del paciente. Es aquí donde cabría hacer muchas reflexiones acerca del quehacer médico y de su misión que lo compromete con la sociedad. Por eso, no son pocas las veces que una persona que recibe atención médica, tenga un rato de reflexión acerca del servicio que se le brinda. Puede catalogarlo como bueno, pero en otras como deficiente o malo; la mayoría de las ocasiones es la segunda aseveración, pero por qué se cataloga como malo, si se busca afanosamente diagnosticar la enfermedad, se buscan sus causas para poder obtener la meta final que es el diagnóstico. Así tenemos que el binomio paciente-médico, implica una variedad de factores importantes que en el transcurso del desarrollo de la humanidad se han ido desvaneciendo y esfumando. Los valores que caracterizaban a los grandes médicos de antaño, lo colocaban en un lugar muy especial dentro de la sociedad. Hoy se encuentran encerradas en el baúl de la conciencia médica. Se ha caído en el error de separar: “cuerpo y persona.” Cuando un paciente se queja de algún dolor en cierta zona específica de su cuerpo, se centra la visión en el órgano involucrado, sin tener interés en otras molestias, lo que piensa, lo que siente, y lo que quisiera que hiciéramos por ellos. Con ello es necesario apreciar la diferencia entre enfermedad y padecer; la primera atendida y buscada exhaustivamente por el médico, mientras que el padecer es olvidado y muy pocas veces tomado en cuenta. El padecer es el conjunto de síntomas, sensaciones y emociones que una persona experimenta cuando tiene una enfermedad o cuando cree tener una enfermedad, así pueden presentarse los dos de manera aislada, es decir, puede haber padecer sin haber enfermedad o puede haber enfermedad sin que exista padecer. Es frecuente que el médico diagnostique un caso en cuanto a enfermedad, ignorando el padecer, -como ya se mencionó, el padecer trasciende el daño biológico-; por ello pocas veces se tiene un adecuado tratamiento y éxito en el mismo. Para entender el padecer se debe primero aprender a escuchar, así como a identificar las diferentes personalidades de los pacientes, tomar en cuenta el conflicto y duelo desencadenado dentro del círculo familiar. En la medida en que podamos estar en el lugar del otro, podremos sensibilizarnos y al mismo tiempo cambiar nuestros actos.
Es paradójico, en cuanto la ciencia médica más ha tratado de acercarse a la solución de problemas de salud, a través de mejores medicamentos, el desarrollo de la ingeniería al servicio de la medicina, entre
muchos
avances más; al mismo tiempo estos logros han abierto una brecha entre médico y paciente. El autor argumenta que dicho quebrantamiento entre el ideal de la medicina y la práctica moderna, se ha forjando a partir de la confusión entre “enfermedad y padecer”, así como apatía ante el paciente. En cuanto a este último, el autor cita a Pablo Latapí que resume lo siguiente: “...si hoy no se puede ser médico cabalmente, es porque no se puede ser hombre cabalmente”1, lo cual nos hace pensar que esa formación ideal del médico, no estriba únicamente en los libros de texto, en la habilidad clínica, o en los reconocimientos académicos, sino que se enriquece de las experiencias, el crecimiento individual y la honda conciencia de sí mismo. Se dice que el daño iatrogénico puede causarse porque el clínico influye en la psique del paciente, a tal grado que la problemática de éste tiende a exacerbase. Generalmente el daño está dado por la falta de sensibilidad y tacto para manejar alguna situación desagradable para el paciente. Otro factor que influye es porque el médico, ante la amenaza de las posibles demandas legales, mantiene una actitud defensiva. En otras ocasiones se oculta la verdad hacia el paciente argumentando que son “mentiras piadosas”, permitidas dentro de la ética médica. Sin embargo antes de ocultar una problemática y hacerla más grande se deberían tomar en cuenta los mecanismos psicológicos de cada paciente, y respetar sus decisiones. El daño iatrogénico podemos entenderlo como aquél causado por el propio médico, ya sea de manera consciente o inconsciente. Quizá con la intención que el paciente acuda a realizarse determinado estudio de laboratorio, alarma al paciente con un peligro aún no comprobado, y en vez de que el paciente tome conciencia de su enfermedad, se deja abatir ante un posible cáncer; en otras ocasiones el médico adopta la actitud del capataz que manda y dirige al paciente sin importar sus necesidades reales. Dado que la relación que se establece entre ambos involucra emociones y experiencias, la comunicación clara y abierta garantiza mejores resultados en la relación medico-paciente. El autor nos señala que actualmente “... hay una preponderación del modelo biológico lesional sobre el modelo biopsicosocial, en la medicina contemporánea… La consecuencia de esta preponderación es el interés por la enfermedad, y no por el enfermo y su padecer...” 1 Lo anterior lo podemos constatar en el caso de los pacientes que sufren el síndrome de somatización, en el cual muchas veces el especialista se preocupa por la búsqueda de las alteraciones anatómicas para explicarle el padecimiento a su paciente. En otros casos se logra establecer un vínculo, en el cual la enfermedad juega un papel secundario (o quizá éste no exista), es entonces cuando el padecer es atendido por el médico. Ya el autor nos menciona cómo en el caso de la Sra. Rosa, se logra establecer la empatía entre paciente y médico; algunos autores lo califican como “dimensión espiritual o transpersonal”. Dicha conexión inefable, es el resultado de la necesidad de comunicarnos, de encontrarle 1
Op cit pàs 35
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sentido a la vida y a nuestros actos. En el ejercicio de la medicina es fundamental esta retroalimentación, y por ello Jinich nos señala “curamos para ser curados”. Debemos entender que el dolor no solamente corresponde a
una respuesta somática, transmitida por el
cerebro, sino que esta sensación puede presentarse en ausencia del dolor y por el contrario puede no haber estímulo somático y presentarse dolor. Cuando el dolor no se acompaña de alguna alteración biológica, estamos ante un caso cuya etiología corresponde al ámbito psicológico, y es claro que en este sentido el galeno debe aliarse con los profesionales en salud mental. El dolor es una experiencia individual, que puede ser parte de otros mecanismos de defensa o protectora para el paciente. Algunos la utilizan para llamar la atención en busca de un consuelo, o para mitigar la culpa (pagar los pecados con sufrimiento); pueden presentarse muchas causas psíquicas, en las cuales el dolor afecta a una persona. Cuando en un padecimiento, un tanto ya predecible, el paciente refiere dolor fuera de la norma, se llama a la experiencia dolorosa: “rúbrica de la persona enferma”. Mientras más complejas sean las imágenes utilizadas en la descripción del dolor, más complejos
son los procesos psíquicos que le dan origen. Ante una úlcera
duodenal, hay quienes afirman sentir un “fuego que les sube por dentro”, y lo manifiestan en forma más aguda, después de un coraje o preocupación. La mente puede desencadenar múltiples reacciones ante su padecimiento, que no necesariamente obedecen a la historia natural de la enfermedad, sino que interviene la actitud psíquica. Pueden reaccionar de forma violenta, depresiva, impulsiva, agresiva, etc. Sin embargo nos damos cuenta que hay una serie de etapas que van desde la negación, coraje, culpa, conmiseración, ansiedad, confusión, rechazo, aislamiento, cambios en la autoestima, hasta la aceptación y por último la preparación para la muerte. La transición de una etapa a la otra denota más la evolución del padecimiento que de la enfermedad, es decir la manera en cómo se le enfrenta y se le vive. La aparición de la especialidad en el campo de la medicina ha sido
producto del trabajo de numerosos
hombres, en su lucha por perfeccionar la práctica médica y por restablecer al organismo, el cuerpo es diseccionado. Ahora se tiene dominio sobre el cuerpo, se erradican enfermedades infecto-contagiosas, se tiene una mayor esperanza de vida. Pero, al mismo tiempo que la ciencia ha contribuido para perfeccionar el campo de la salud, se ha notado una pérdida de cualidades y actitudes por parte del clínico. Ciertamente, para comprender la parte de un todo es necesario abrazar sólo un fragmento, también es cierto que para entenderlo requerimos de ese todo. De nada sirve conocer perfectamente la anatomía del lobulillo hepático que se encuentra dañado, o la fisiopatología de la
pancreatitis, si la etiología del alcoholismo del paciente es
multifactorial. “Las partículas subatómicas están organizadas en átomos, éstos en moléculas, éstas en organillos, éstos en células y así, sucesivamente, tejidos, órganos, individuos, personas, familia, sociedad, etcétera. En esta jerarquía, cada nivel representa un todo… Ningún sistema existe en aislamiento, sino que se
encuentra caracterizado e influenciado por la configuración y el estado, de los sistemas de que forma parte.” 1 Se dice que la especialización reduce a la persona en sólo una porción de su organismo; depende de cada especialista no olvidar que la compleja maquinaría humana funciona como unidad, y como unidad espiritual, bioquímica y social.
El autor nos señala que hay una marcada diferencia entre lo que el paciente pide y lo que el médico le proporciona, mientras uno expresa su padecer, el otro trata de solucionar el daño fisipatológico. Ciertamente el daño debe ser tratado con todos los medios de la medicina científica, por lo cual el médico tiene la obligación de actualizarse y aplicar sus conocimientos. Muchas veces a pesar de que el especialista actúa de la manera más inteligente, y lleva a cabo el procedimiento con bastante habilidad, el paciente manifiesta cierto disgusto, espera “algo más”, y ese “más”, va de la mano con la empatía y el tiempo dedicado a no sólo escuchar al organismo, sino a descifrar el lenguaje que se expresa por medio del cuerpo. Esto es muy común en las enfermedades crónico-degenerativas, el paciente no acude a su cita por la misma receta que prescribe enalapril, naproxeno y gliblenclamida, el paciente diabético e hipertenso, ya conoce su tratamiento de base, sin embargo el disgusto con el cónyuge o la pérdida del empleo orillan al paciente a manifestar exacerbación de sus síntomas, e incluso ahora refiere las famosas “reumas”. Es aquí donde el clínico debe tener la habilidad para descifrar esta metáfora del cuerpo y aminorar el padecer. ¡Claro! que ponerse a escuchar a treinta pacientes, bajo las normas institucionales no es posible, pero si puede tener la humildad para ponerse en el lugar del otro, y saber que cada paciente es una historia diferente y por lo mismo un nuevo reto para el clínico. Uno de los factores que ayudan a tratar el padecimiento, es la motivación: amor a la vida, fe y esperanza, pero como se nos advierte en el libro “para cumplir con el objetivo es necesario que antes el propio médico crea en ello.” Así que tratar el padecimiento es un desafío que pocas veces se nos enseña, y en realidad más que aprenderlo en cinco lecciones, es una condición humana. A pesar de los logros obtenidos por la medicina científica, podemos darnos cuenta que la práctica del curanderismo sigue influyendo de manera considerable en las personas. Para el curandero, el padecimiento es el resultado de un desequilibrio entre los factores físicos, psíquicos y espirituales. Se arma de todo tipo de artilugios, pertenecientes a la propia naturaleza del paciente, es entonces cuando toma en cuenta el bienestar del paciente desde el punto de vista holístico. Si bien es cierto que las plantas que recomienda el curandero tienen un efecto farmacológico, su terapéutica más usada es la psicoterapia y sugestión. El curandero puede entender el padecer del paciente, porque este comparte la religión, las mismas problemáticas de la comunidad y cosmovisión; por ende, es más factible que pueda conocer al paciente como ente biopsicosocial. Por lo anterior el autor nos indica que la medicina científica debiera recuperar el sentido ancestral del curandero.
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Debido a que cada uno de nosotros somos diferentes, el significado de un padecimiento tiene su propia interpretación, su propia manera de sufrirlo y vivirlo, así ante un procedimiento quirúrgico se puede reaccionar con estrés, angustia, miedo, depresión y mayor vulnerabilidad. Hasta ahora no se ha sabido de una persona que un día previo a su cirugía realice una fiesta, y salte de alegría porque al día siguiente le van a meter el cuchillo, quizá pasa sólo en casos en que se tiene la certeza del beneficio. En la mayoría de los casos, hay incertidumbre, miedo, negación o sentimientos de muerte. Y los mismos cirujanos le advierten al paciente “toda operación es un riesgo para la vida, puede fallar la anestesia, o se puede desencadenar imprevistos de cualquier tipo”; y se le hace firmar la famosa carta de consentimiento informado, donde el paciente deja su cuerpo en las manos del especialista. El acto quirúrgico por si mismo es agresivo y grotesco, el paciente cede sus fuerzas y se reduce a un pedazo de carne; ya no tiene libertad para decidir qué harán con él, ni siquiera los propios familiares tienen esta facultad, porque a menos que el tío o el hermano sean médicos, generalmente se confia totalmente en los galenos. Y no es sólo el hecho de estar a merced del cirujano; sino también el significado de la enfermedad para cada quién, por ejemplo una apendicectomía, una rinoplastia, o una amputación del miembro pélvico, pueden llegar a desencadenar la misma angustia, depresión y miedo. Los tres actos son totalmente distintos, con diferentes causas y pronósticos, sin embargo pueden generar sentimientos parecidos
porque cada quien tiene su
manera para afrontar el duelo, su propio umbral al dolor, su esquema de valores y su contexto sociocultural. Mientras a uno le preocupa la estética de su rostro, el qué dirán sus amistades con la nueva apariencia, o el temor a no quedar según sus expectativas; al otro le angustia la invalidez a la que estará atado, la carga que será para la familia, o la perdida del trabajo. Toda cirugía es dolorosa, desencadena un estado de estrés físico y psicológico; es tarea del médico tratar de aminorarlo, informándolo adecuadamente de qué es lo que le van a hacer, infundiéndole confianza y respetando su dolor y miedo. Frecuentemente el paciente se preguntará: ¿Por qué yo?, ¿qué hice para merecer esto?, ¿cuál es el sentido de la vida? ¿Por qué sufrimos?, la ciencia aportará respuestas poco satisfactorias, quizá ninguna para determinada población o individuo. Aquellos familiarizados con ese lenguaje técnico quizá entiendan el proceso de la enfermedad, pero no dejaran de sentir esa impotencia, esa vulnerabilidad. Otros sólo podrán comprenderlo y aceptarlo bajo una justificación religiosa, es aquí donde la fe adquiere su validez. Fe necesaria para salir adelante ante cualquier crisis, fe que si bien no desaparece el tumor maligno o le devuelve el miembro al amputado, si le ayuda a cambiar su actitud frente a la vida, y éste acontecimiento no sólo saca adelante al paciente, también el médico se beneficia, hay mayor apego al tratamiento, acude a sus citas oportunamente, e incluso
hay quienes se vuelven voluntarios en alguna asociación civil en apoyo a los enfermos de cáncer,
SIDA, u otra enfermedad.
Aunque queden en el tintero muchos cuestionamientos que el médico relegara a la religión, el profesional debe estar convencido que su papel es tratar de curar, aliviar y consolar; tal y como nos enseñan los principios hipocráticos. En mucho ayudará que en la relación paciente-médico se compartan creencias, y que el clínico pueda dar hálitos de fe, pues es él quién acecha el dolor y la muerte de frente; es el mediador entre ésta y la vida, más nunca el que tenga la última palabra.
Los principios de la profesión médica nos guían a preservar la vida, a buscar afanosamente los medios para restaurarla, a mantener las constantes vitales en parámetros que se nos enseñan como normales. Pero ¿qué es la vida?, ¿acaso un pulso que pende de las aminas o del ventilador artificial? ¿A costa de quién, qué y cómo se pretende solventar esa vida humana? Pero la vida y la muerte como tal es discutida ampliamente por los filósofos y literatos, ellos han cuestionado y seguirán preguntándose qué es, mientras el médico pocas veces se detiene a contemplarla, y a pesar de siempre enfrentarla en cada nacimiento y deceso, hay que diferenciar entre vida biológica y vida humanística. Anteriormente se consideraba a una persona muerta cuando cesaba la actividad cardiorrespiratoria, hoy se sabe que ésta
puede ser sostenida artificialmente e incluso tomar
mediadas de urgencia para revertir el paro cardiorrespiratorio. El paciente en estado comatoso, descerebrado y totalmente inconsciente, se le puede mantener con los signos vitales, nutrición parenteral y sondas que le permitan seguir con las funciones vegetativas, pero cualquiera que sea testigo de un espectáculo así, se preguntara qué clase de vida se trata de conservar, peor aun cuando el pronóstico es desfavorable y pocas son las posibilidades para revertir el estado patológico. Ante este cuadro los familiares llegan a pedir que se le retire el soporte básico de mantenimiento, y dar por concluido el sufrimiento. Quizá el médico como acto piadoso también crea que esto es lo mejor, y aunque éticamente se considere como un crimen, el profesional no dejará de preguntarse qué es lo mejor para el paciente y para los familiares. Ante esta disyuntiva se han establecido criterios de muerte cerebral que determinan que el paciente no podrá volver a ser una persona
humana
consciente: 1-
Cesación de la actividad cerebral, a juzgar por un trazo electroencefalográfico plano.
2-
Cesación de la actividad del tallo cerebral, demostrada por dilatación de las pupilas.
3-
Cesación de la actividad bulbar, a juzgar
por la ausencia de movimientos respiratorios durante no
menos cinco minutos, una vez desconectado el aparato de respiración artificial. 4-
Cesación de la actividad medular, demostrada por al ausencia de reflejos.
No sólo el tema de la eutanasia debe ser punto de reflexión para el galeno, día a día tiene que enfrentarse con situación como el aborto, el trasplante de órganos, negligencia, iatrogenia; temas que han conformado una nueva disciplina que es la bioética y que para muchos está más cerca del pensamiento filosófico que del ejercicio médico, sin embargo si no nos detenemos a cuestionar habremos pedido la batalla por cuidar el bien más preciado que es la salud.
Se sabe que actualmente más del 80% de la población pasa sus últimos días encamado en un institución hospitalaria, hecho que el personal de salud está tan habituado que olvida la trascendencia para el paciente y sus familiares. Como bien se marca en el texto, se tiene poca preparación para ser testigos de la muerte de nuestros pacientes, de estudiantes lo único que se nos advierte es del respecto que se debe guardar, pero no se nos dice cómo actuar. Para entender el proceso de muerte es necesario reconocer las etapas por las cuáles se cursa, así cómo identificarlas en el paciente próximo a morir. Una vez acontecida la muerte, no termina ahí la función del médico, no basta con firmar el acta de defunción, el médico tiene la tarea de enfrentar a los familiares, de hacer menos dolorosa la muerte. El llanto y la desesperación deben ser expresados libremente sólo así el medico cumple su misión de acompañar al doliente, de hacer menos técnico y burocrático un proceso tan particular como es el fallecimiento del familiar.
Comentarios -
Este libro se me hizo muy interesante porque trata de muchos aspectos y problemas a los que tiene que enfrentar el médico. Es como una guía, nos da una idea de las situaciones que a veces se nos van a presentar y más o menos qué actitudes debemos tomar, para no cometer graves errores. Entre otras cosas habla de la diferencia que hay entre padecimiento y enfermedad. El padecimiento, como lo entendí, es el dolor, los cambios en la vida del paciente, los síntomas causados por una enfermedad pero no sólo físicos, sino más bien multidisciplinarios.
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El libro de Horacio Jinich está integrado por 18 capítulos, con los temas: ¿Por qué se busca al médico?, ¿Consulta médica o entrevista clínica?, Brechas entre el ejercicio médico y el enfermo, Entrevista clínica y personalidad, La familia del paciente, el daño iatrogénico en la relación médico-paciente; Empatía, El síndrome de somatización, El dolor, Las reacciones de los enfermos ante el hecho de enfermar, El dilema del médico especialista, El tratamiento del padecer, El ansia de vivir, El curanderismo, Estrés y cirugía, Entre la misericordia, la ética y la ley, El médico ante la muerte. Cada uno de los capítulos nos revela un panorama más completo y complejo del ejercicio medico, no desde la lesión física, sino del padecer. Lectura ampliamente recomendable no sólo para el estudiante de medicina, sino también para aquél profesional que es su trabajo cotidiano olvida la importancia de la relación: “paciente-medico.”
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Este libro es muy completo y es un tanto difícil mencionar todos los temas que abarca pero puedo decir que por lo menos a mi es de mucha utilidad, y espero poder aplicar de una manera correcta los conocimientos que adquirí con la lectura.
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Se dice que para comprender al maestro es necesario ponerse en su lugar, así para comprender al enfermo hay que tratar de ponerse en su lugar, pensar por un momento en lo que se encuentra viviendo, en todas las cosas por las que está pasando que pueden o no agravar su enfermedad o inclusive que la pueden mejorar.
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El médico no lo hace sólo su conocimiento adquirido en la facultad; ya que la mayor experiencia se cimentará de los mismos pacientes. Pero ¿cómo
ha entendido el médico el término de paciente?
Tristemente muchos solo lo ven como el medio por el cual hallaran las ganancias de sus estudios, otros los ven como instrumentos para lograr alcanzar sus beneficios en los experimentos emprendidos y simplemente para alguno les son indiferentes. Pero han sido pocos los que inviertan su tiempo en busca de una mejor relación médico-paciente, que ayude a la promoción de la salud mental. Por lo tanto creo, que el perfil que se requiere para ser médico no acaba en tener buenos hábitos de estudio, disponibilidad, entrega y buena voluntad. Si no hay VOCACIÓN no ¡hay nada!, pero hablo de una vocación que no sólo abarque ideales muy personales y válidos, si no que permita al profesionista tener la capacidad de hacer conciencia del padecimiento de su paciente y de sí mismo, vocación que tenga por expresión la entrega a la misión de no sólo llevar alivio; sino consuelo y esperanza para el paciente y su familia. -
Creo que una de las principales figuras en la vida de todo ser humano, es la del médico, sin embrago es no todos guardan la misma imagen, para algunos ha sido muy desagradable, mientras que para otros les trae buenas experiencias, pero ¿qué ha hecho que una persona quede agradecida o inconforme con la labor de un médico? Más que el saber médico, creo que el éxito está en el cómo aplica ese conocimiento en la clínica diaria, cómo logra inspirar confianza al paciente y sobre todo cómo logra limar las barreras que hacen más lejana la relación médico-paciente.
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Hoy que pertenezco a la comunidad estudiantil de la carrera de Medicina, me he dado cuenta de lo importante que resulta estar comprometido con la carrera, sólo de esa forma podré responderle como se debe y no sólo para cumplir una obligación.
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Hoy por hoy la sociedad necesita médicos que no sólo centren su atención a lo biológico y patológico, sino que también que tengan la capacidad de abordar el ámbito psicológico, desarrollando habilidades – como la clínica- a la misma velocidad en que progresa la ciencia.
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Sólo si el médico invierte en el banco de la relación médico-paciente, podrá no sólo aliviar el dolor sino que trascenderá su labor, dignificará al paciente junto con su familia, y como resultado: la satisfacción y el agradecimiento de por vida de las personas a las que se ayudó para que el paciente pudiese mantener su salud. Pues la ciencia no es ciencia... si no se tiene conciencia.
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Esta lectura me pareció la más interesante y de mucha utilidad, en todo lo que dice. Me ánima para seguir estudiando aun más de lo que tal vez pensaba. El autor comienza a decir el porqué escogió la carrera de medicina y dice: “deseaba que mi vida tuviera un sentido moral y altruista”. Supongo que la gran mayoría tiene estos ideales y es nuestra tarea como universitarios mantener la flama viva, para poder un día llegar a brindar un servicio de calidad, tal y como a nosotros nos gustaría ser atendidos.
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Me gustó mucho haber leído este libro de Horacio Jinich, ya que nos transmitió aquellos conocimientos básicos sobre la relación médico-paciente, que no nos enseñan en la carrera de medicina cotidianamente. Gracias a la lectura sé que el medico debe desarrollar la capacidad de escuchar, observar; debe mostrar interés por entender a su paciente. Este diálogo constituye uno de los mejores recursos terapéuticos que no sólo ayudan al paciente, sino que el mismo profesional se vera recompensado al tener éxito en su tratamiento.
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El tema principal que maneja Jinich es la empatía. Uno de los problemas de la medicina actual es la perdida de la relación médico-paciente, debido a circunstancias económicas y políticas, institucionalmente se aprecia lo difícil que es mantener este círculo. Pero sean las casusa que limiten esta comunicación debemos preocuparnos por conocer más a nuestro paciente, a veces lo que refiere no siempre es lo que realmente tiene, quizá necesita ser escuchado y acude al servicio sólo por esa causa; o la enfermedad hace estragos en su vida y la de su familia. 7
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Existen diversas circunstancias que muchas veces no podemos controlar, pero el secreto de un buen médico es la relación “médico-paciente”, una buena atención y diagnóstico, porque en la medida en que conozcamos a nuestros pacientes podremos hacer un mejor diagnóstico y tratamiento. Y como dice nuestro lema: “Lo humano eje de nuestra reflexión”
PROCESOS PSÍQUICOS Y PSICOSOCIALES DEL PARTO Enrique Aguirre H. El parto es y seguirá siendo el acontecimiento más perfecto de la naturaleza, mismo que es centro de múltiples sentimientos, ideas, costumbres, mitos que confluyen en el suceso. De ser una experiencia en la que el amor materno no tiene fronteras pasa a ser - para algunas mujeres- el acontecimiento más doloroso. Este texto nos hace un breve análisis de los procesos fisiológicos que ocurren durante el parto, así como una recapitulación de algunas costumbres sociales en torno al mismo y sobretodo de aquellos procesos psicodinámicos que la mujer experimenta. El parto es visto de diferente manera dependiendo de la sociedad en la que se encuentre. En el texto se menciona que esas actitudes van de un extremo a otro, oscilando en lo negativo cuando se le considera como un castigo: un dolor que la madre debe padecer; y siendo positivo cuando la comunidad participa y es motivo de festejo y veneración. El dolor que se produce en el trabajo de parto trae como resultado un sin fin de miedos, angustias y sentimientos de muerte. Es cierto que en nuestra sociedad el parto se ha institucionalizado; siendo la tarea del obstetra el disminuir el dolor físico y a la vez despojar a la parturienta de una participación consciente en el mismo. Por otro lado está la inclinación hacia la educación y concientización de la parturienta, con el fin de mitigar su angustia, haciendo de esto un proceso natural y gratificante. Para ello se ha diseñado un programa que orienta a la parturienta con ejercicios para aumentar la flexibilidad muscular, así como respiratorios. A esto se le denomina programa psicoprofiláctico, diseñado por Fernan Lamaze En nuestro país, sólo algunas instituciones cuentan con estos programas, pero generalmente es la comadrona quien guía el trabajo de parto, proporcionando en estos casos seguridad psíquica y apoyo grupal. Durante el trabajo de parto se agudiza la psicodinámia propia de la parturienta. Diferentes analistas señalan que se presenta la angustia original, ansiedad de vaciamiento, el sentimiento de castración, negación, sentimiento de culpa y castigo. Como resultado se presentan algunos mecanismos de defensa como la disociación, negación, retracción narcisista, fragmentación esquizoide, obsesión, conductas psicópatas, sublimación y reparación. Esto en el momento del parto dificultará el alumbramiento, originando problemas psíquicos y físicos tanto para el producto como para la madre. Sin embargo, hay que recordar que el embarazado involucra a dos personas y si esa pareja no espera con amor el fruto de su relación, comienza a ser el embarazo un momento de angustia para la madre y una pesada carga para el padre que durará el resto de su vida. Si ignoramos que el hombre no es un ente biológico, sino también psíquico y social, no lograremos detectar y comprender el origen del por qué para algunas mujeres el ser dadoras de vida, resulta un trauma y en ocasiones un mal que cambiará su visión ante la vida. Es en este contexto, donde podemos hablar acerca del “Proceso del parto “y del impacto que rodea a la futura madre. Siempre de ha dicho que cuando la maternidad es planeada y deseada, el producto representa la
trascendencia del fruto del amor de una pareja. Por tanto, la consolidación de la pareja será el pilar de una maduración psicológica que no dará margen a sentirse castrada o pisoteada la fertilidad.
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Hoy por hoy, nos corresponde a los futuros médicos integrar a nuestra formación académica la cualidad de entablar una buena relación médico-paciente, en la cual no se cierra a sólo querer recetar, al contrario, preocuparse un poco por el tipo de vida que lleva su paciente, pues el simple escuchar, a veces, es la solución más efectiva para algunos problemas de salud.
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He aquí porque a veces muchas mujeres buscan y recurren a las parteras, ya que en ellas encuentran confianza y no un juicio de estilo de vida que llevan. El riesgo es que no todos los conocimientos están al alcance de estas personas, como tampoco el médico los tiene.
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Una parte que me gusto mucho del texto fue la de la relación entre el parto y el placer erótico: “Estas piernas que abrí al placer, la miel que fluía en el placer,
Estas piernas que están ahora retorcidas de dolor y la miel fluye mezclada con la sangre. La misma humedad de la pasión, pero esto es morir y no amar”, me gusto esta analogía entre el placer y el dolor. -
En general el texto me pareció muy interesante ya que nos muestra el parto desde diferentes perspectivas que pues la verdad yo no había pensado, ni siquiera las había imaginado.
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Pertenecemos a una época en la que se requiere de un amplio criterio para no dejarse llevar por mitos de nuestra cultura como: “la mujer parirá sus hijos con dolor”, si somos víctimas de estas ideas, se seguirá perdiendo el gran valor que les otorga la naturaleza a las mujeres de ser fuente que emana y da vida.
LA EXPERIENCIA HOMOXESUAL Marina Castañeda Uno de los temas más trillados y discutidos en los últimos tiempos es la homosexualidad, pero esta diversidad no es ni enfermedad, ni algo que sea sucio, promiscuo o pervertido, como todos lo hemos llegado a considerar. La homosexualidad es una postura más ante la vida, es una manera de vivir diferente a la que comúnmente observamos, como lo es la heterosexualidad. La homosexualidad no es aceptada en la sociedad en la que vivimos y se le relega, lo cual hace que la persona homosexual se enfrente a muchas contrariedades como la soledad y sobre todo la aceptación. “La experiencia homosexual”, libro de Marina Castañeda, psicoterapeuta residente en México, D.F., nos proporciona nuevas reflexiones en torno a la homosexualidad, la dinámica familiar, de pareja y social. “Este libro no pretende ser un ensayo académico para especialistas, sino una reflexión accesible tanto para los homosexuales como para sus familias y terapeutas”.2 La identidad homosexual: aspectos biológicos y sociales Es durante la adolescencia cuando la incertidumbre de la identidad homosexual aparece. Dentro de esta conducta los actos, deseos y sentimientos pueden florecer y confundir al adolescente, ocasionándole un verdadero estado de estrés que influye en todas las áreas de su vida. Sino logra esclarecer sus inquietudes se vivirá en un continúo desequilibrio. Es común etiquetar en toda relación sexual a un sujeto activo y un pasivo, recibiendo una connotación de masculino o femenino. De esta manera hay casos en que un hombre penetra a otro, considerando al pasivo como homosexual. Criterio usual en América Latina. Sin embargo en Europa y EU, el homosexual es todo aquél que mantiene relaciones sexuales con personas de su mismo sexo, sin importar ese rótulo de activo o pasivo. Otro aspecto que influye en la toma de conciencia de la identidad sexual es el amor y el deseo. No son raras las amistades enlazadas por un firme sentimiento de amor, que en algunas ocasiones esconde el impulso erótico; pero tanto los sentimientos como el deseo son tan engañosos que la presencia de uno no determina la orientación sexual de una persona. Es decir, se puede tener admiración o atracción por el amigo o amiga, pero esto no quiere decir que tan sólo por eso se sea homosexual. Entendamos que la identidad homosexual es un proceso que involucra el desear, actuar y el pensar. A lo largo de la historia del estudio de la homosexualidad se ha querido explicar este fenómeno desde la postura biológica o social. En la primera variante, también llamada esencialista, se busca la explicación científica y médica, ya sea por la apariencia física, alteraciones hormonales o variaciones genéticas. Por otra parte, las teorías sociales consideran a la homosexualidad como fenómeno histórico, cuyas modificaciones dependen de la época, sociedad e individuo.
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Castañeda Marina, “La experiencia homosexual”
La identidad homosexual no sólo se satisface con explicaciones biológicas o sociales, necesita ser vivida con plenitud y dignidad. La orientación sexual difiere de la identidad sexual, en que en el primer caso es el deseo y amor hacia algún sexo, y la identidad sexual involucra no sólo la orientación, sino una manera de vivir plenamente esa sexualidad. También puede haber confusión en cuanto a la conciencia de género, ya que si un individuo no se comporta según las características propias de su género, se le llega a etiquetar como <<afeminado>> o <<machorra>>. Aquí participan esos roles que imperan en una sociedad. Marina Castañeda señala que “quizá (y esto es pura especulación) habría menos homosexualidad, si los roles masculino, femenino fueran menos rígidos para los niños y los adolescentes…”3 En este contexto la teoría psicoanalítica postulada por Freud, afirma que la homosexualidad se debe a un complejo de Edipo mal resuelto. Para Freud hay tres vertientes de homosexuales: a) los absolutos, b) los antígenos o hermafroditas psicosexuales y, c) los ocasionales.
La conducta homosexual es multicausal, cada quien va construyendo su propia orientación sexual, así que tratar de encontrar una causa sería como atribuirle un trasfondo patológico. “Pero en el momento en que dejemos de ver la homosexualidad como una enfermedad… se abrirá la posibilidad teórica de muchas causas y muchas formas, que ya no dependen de un proceso patológico determinado, sino de la psicología personal, familiar y el entorno social y cultural”4 Ciertamente la adolescencia es una etapa de encrucijada, de cambios, y si a estos se le añaden
la
incertidumbre de la identidad sexual, las problemáticas y procesos naturales del adolescente, el camino se tornará más difícil. A esto se le conoce como adolescencia bifásica, proceso que cursa por dos etapas en las cuales se consolida la propia identidad. Muchos homosexuales reafirman su identidad sexual entre los 28 y 30 años de edad. Así que sólo después de la adolescencia cronológica (12-20 años), es cuando se confirma esta identidad. Mucho tiene que ver la aceptación para vivir una homosexualidad lo más íntegra posible, pues no es la homosexualidad fuente de neurosis, depresión y ansiedad, sino la forma de asumir esa identidad. . En muchas situaciones el homosexual por muy asumido que esté, no podrá gozar del reconocimiento social como un heterosexual. Por lo cual, salir del closet no siempre es factible, aunque no siempre se puede estar dentro de éste. La autora señala que muchas veces el círculo familiar y de amistades vuelve a confinar al homosexual en el closet, simulando una normalidad falsa. El movimiento gay lucha por hacerse visible y respetable. En opinión de la autora, “los homosexuales nunca 3 4
Op. Cit. p: 62 Op Cit P: 63
podrán afianzar sus derechos civiles sino dan a conocer públicamente su peso numérico y por lo tanto electoral”5 Cuando un homosexual sale del clóset, autoriza a ser etiquetado. Al hablar de ellos se menciona su identidad sexual: el escritor gay, la maestra lesbiana… de una u otra manera se está dentro y fuera del clóset, ya que no siempre es posible anunciarlo o no se tiene la obligación de informar la orientación sexual a todo aquél que se conoce, como si este hecho cambiara su personalidad. Enfrentar a la familia en estos menesteres, tiene sus pros y contras, hay que valorar la dinámica e integridad familiar, así como las expectativas que se pretenden alcanzar. De lo contrario se presentaría cierta frustración tanto de la familia como del homosexual, ya que al no compartir los mismos intereses y deseos pueden generarse culpas, resentimientos y mentiras. ¿Deben ser homosexuales los terapeutas que trabajan con gays y lesbianas? Este cuestionamiento abre una nueva polémica. Muchos homosexuales se sienten más identificados con un terapeuta también homosexual, pero esta condición no garantiza un mejor tratamiento. Sin embargo la formación de profesionales de la salud mental, aún guarda ciertos prejuicios, menguando el trabajo terapéutico. Incluso algunas instituciones descalifican al terapeuta homosexual. Dentro de las lagunas que se albergan en torno a la homosexualidad, se han reportado mejores resultados cuando el facilitador es homosexual, sin embargo habría que considerar qué tanto prejuicio aún hay en esto.
Homofobia internacionalizada “La homofobia es el miedo o rechazo hacia la homosexualidad… Es un hecho cultural, propio de ciertas sociedades en ciertas fases de su historia”6 La autora advierte que no es el rechazo a las relaciones homosexuales, sino es la confusión de genero lo que alarma a la sociedad. Una mujer con apariencia masculina o un hombre que busca la imagen femenina, son más descalificados que aquellos cuya identidad sexual no es visible. La homofobia en los heterosexuales reitera una sola moral y conducta válida. Asimismo, es una proyección de algo que se quiere evitar a toda costa. Y para nuestra sorpresa, los homosexuales también han construido su propia homofobia, ya sea por vergüenza, rechazo al modelo popular y vulgarizado del gay, o por prejuicio de que todo homosexual es promiscuo. Los estereotipos globales y locales son aprendidos por la comunidad homosexual, y esto depende del contexto social. Marina Castañeda afirma que en los países donde los roles
masculino-femenino están más
diferenciados, se observan homosexuales más estereotipados, aprenden ciertas conductas, modas, diversiones y gustos, de tal manera que internalizan y repiten roles. Cuando estos estereotipos dejan de ser trascendentes, la convivencia entre heterosexuales y homosexuales se hace más fácil. 5 6
Op Cit p: 86 Op Cit Pp: 110
Vida en pareja Otro punto que trata la autora es la vida en pareja, seguramente muchos creemos que la pareja gay o lésbica es más sólida, hay mayor comprensión y respeto, pues no todo es color de rosa, también tienen sus malos momentos. A pesar de compartir ciertas características con la pareja heterosexual, difiere en cuanto a la libertad social y su reconocimiento así como el apoyo emocional y económico. Una marcada diferencia entre parejas heterosexuales y homosexuales, es que el ciclo vital de la pareja gay o lésbica carece de tiempos, como la boda, el nacimiento de los hijos, etc. El futuro de la pareja homosexual se torna incierto y por lo mismo más inestable. En la pareja heterosexual los roles están bien estipulados, en cambio en la pareja homosexual la división de trabajo puede originar conflictos. También puede dar lugar a comparaciones- quién es más atractivo, más fuerte, exitoso etc., lo que ocasionará envidias, inseguridad y rivalidad Por otro lado la conceptualización tradicional de amor, amistad y sexualidad, ceden sus límites en la relación gay. Se cambian paradigmas, las relaciones sexuales no necesariamente tienen que involucrar mayor intimidad, la pareja crea lazos
igualitarios, promueve la independencia y sobre todo la pareja se reinventa
constantemente. La pareja lésbica tiende a la fusión y sobreprotección, los problemas emocionales afectan la actividad sexual de la pareja, esto es porque el amor y el sexo en la relación lésbica están estrechamente relacionados. En la pareja homosexual masculina, los estereotipos como activo y pasivo indican la presencia de cierto machismo, pues se intentan copiar un modelo tradicional en donde uno es sometido a los designios del otro, impidiendo igualdad, intimidad y compromiso. La pareja gay ha transformado sus actividades sexuales y de pareja. A partir de la liberación gay la homosexualidad se ha vuelto un estilo más de vida. Los lugares de encuentro gay son visibles y aceptables en las ciudades industrializadas. La sexualidad se ha vuelto un producto de consumo más y con ello la homosexualidad también se comercializa. Así vemos antros y sexshops
que abren sus puertas a la vida
pública. Sin embargo ha sido el SIDA lo que ha frenado viejas costumbres condenables sólo a la comunidad gay, lo cual ha hecho cambiar esquemas sexuales y sociales de los homosexuales. Retomando el tema de la vida en pareja, tenemos que entre hombres es más inestable la relación, que entre las lesbianas, porque este último se asemeja más al modelo tradicional que es el matrimonio; basada en el amor y compromiso a largo plazo. En cambio en la pareja gay no necesariamente se encuentra el discurso amoroso, sin embargo en la última década la liberación gay ha permitido que la vida homosexual sea más pública, aunado con el SIDA, las parejas homosexuales eligen la estabilidad y la monogamia. Hay que considerar que las relaciones homosexuales pueden ser abiertas o cerradas, es decir, no es tan condenable el encuentro sexual con otras personas. Muchos homosexuales marcan una diferencia entre
fidelidad y monogamia; la primera se identifica con la emotividad y la segunda se refiere sólo al placer sexual. Si culturalmente al hombre se le ha permitido gozar de mayor libertad sexual, es de entender que la pareja gay desliga fácilmente lo sexual de lo afectivo. Lo contrario sucede entre las féminas, culturalmente la mujer pide estabilidad, vínculo afectivo y fidelidad. Pero sea cual sea el modelo de pareja, los problemas surgen cuando no consolidan acuerdos, respeto y comunicación. Por otro lado la bisexualidad plantea una nueva posibilidad de relacionarse, tanto desde el punto de vista afectivo como sexual, sin embargo la autora nos advierte que en ocasiones la bisexualidad surge por insatisfacción sexual y emocional en la pareja, ya sea homosexual o heterosexual. ¡Aguas!, si fulanito sale con Juanito y luego con Juanita, en lugar de preguntarle ahora quién toca, sería mejor preguntarle qué le hace falta. A partir del movimiento de liberación gay, los homosexuales se muestran ante la sociedad, pidiendo ser escuchados. Simpatizantes y activistas
han construido una comunidad y cultura gay,
cuestionando la
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funcionalidad y conceptualización del modelo tradicional que tenemos como pareja; así como al matrimonio como institución. La autora nos indica que “los homosexuales plantean otro tipo de pareja, otras reglas de juego, que pueden ayudar a los heterosexuales a establecer nuevas formas de relación. Así, los heterosexuales podrán entender mejor y desarrollar más plenamente su propia sexualidad cuanto mejor comprendan la orientación homosexual, liberándose de prejuicios y estereotipos que también los afectan a ellos”.
Comentarios •
El libro trata varios temas que giran en torno a la sexualidad. Después de leerlo se abrió un poco mi manera de pensar, ya que yo era una persona muy cerrada en cuanto al tema. En lo particular yo me consideraba una persona homofóbica pero creo que después de haber leído el libro cambio mucho mi manera de pensar
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Una vez que he tenido la oportunidad de haber leído este libro, puedo darme cuenta, en primer lugar, de lo necesario que resulta seguir escribiendo acerca de este tema ya que en teoría representa un abismo que ni la misma psicología ha logrado entender y como habría de hacerlo si el hombre cada vez encuentra una, manera distinta de encauzar su ser, ser que es distinto uno del otro y de acuerdo a esta pluralidad, resultaría imposible clasificar o hacer estereotipos para todo aquel que elige su orientación sexual.
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Este tipo de literatura siempre me ha despertado un pensamiento que gira en torno al egoísmo, mismo que ha encadenado al hombre para no dar lugar a diferentes maneras de pensar. La naturaleza es sabia y para ella no existe diferenciación que la que el mismo hombre ha creado...
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Pero es necesario romper esas cadenas empezando por dejar de clasificar a estas personas puesto que ya hemos visto que en realidad no conocemos nada de ello y mucho menos sabemos a ciencia cierta a qué se debe que sean de ese modo; así como no se sabe porqué todo hombre tiene que ser heterosexual.
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La homosexualidad definitivamente nos atañe a todos pues queramos o no las personas homosexuales Op Cit p: 24
forman parte de nuestra sociedad pues son personas como nosotros, que deberían tener los mismos derechos, cosa que no se da ciertamente. La vida homosexual es una vida ciertamente difícil pues el conjunto de estereotipos que abundan en la sociedad, invaden también el pensamiento de la persona homosexual y tienen repercusión en está haciendo que tenga miedo, que tenga homofobia, es decir miedo a su propia manera de vivir.
RESPUESTAS PARA VIVIR UNA SEXUALIDAD INTELIGENTE Y SEGURA Anabel Ochoa
El sexo, aunque no es tan evidente, o más bien no se hace, es una de las cosas que más ocupan nuestro tiempo, en muy alto índice determinan nuestras actividades y pensamientos, sin embargo, hay muchas cosas que están relacionadas con el sexo y no las conocemos, lo cual define que, a veces, no se sostengan relaciones personales e íntimas estables. El desconocimiento de las cosas que van ligas al sexo, tienen como antecedente la poca difusión de la información, es decir, la educación sexual. En lugar de que los padres hablen con sus hijos, para orientarlos en educación sexual, lo que se hace es decir mentiras, y mentiras en muy corto tiempo, pues la plática acerca de sexualidad no se alarga más de diez minutos y esos diez minutos como lo argumenta Anabel Ochoa, no contienen más que cuatro mentiras mal dichas, con una actitud de espanto o de asombro por parte de las personas que las dicen, lo cual en vez de ocultar realmente lo que se quiere ocultar, sólo incita a las personas a que pregunten, a que busquen las respuestas en otra gente que se las dirá pero de manera deformada. El libro “Respuestas para vivir una sexualidad inteligente y segura”, es una guía práctica que pretende ayudarnos a perder el temor a cerca de nuestro cuerpo y de la sexualidad. Comienza introduciéndonos al mundo de las enfermedades venéreas o de transmisión sexual. Se aborda el tema de la persistencia de la sífilis a través de los siglos; después nos habla del virus del papiloma humano que causa cáncer cérvico uterino (CACU) -¡La primera causa de mortalidad femenina en nuestro país!- que puede prevenirse realizándose un estudio citológico (Papanicolau) todos los años a partir del inicio de una vida sexualmente activa (¡Chicas, ¿qué esperan?!). En la misma dirección se menciona a la gonorrea como otra de las ETS (enfermedades de transmisión sexual) con síntomas muy dolorosos, que sí no se ocupan de ella y dan tratamiento adecuado y oportuno, puede llegar a causar esterilidad en hombres y mujeres. “La enfermedad del siglo”, o el SIDA, no sólo puede contraerse por vía sexual –también por hemotransfusiones, entre otras cosas, -sin deberla ni temerla-. Esta enfermedad, como bien es sabido, se origina por el VIH y causa en todos los casos, la muerte. En el siguiente apartado se menciona a la Eyaculación Precoz, que es cuando un hombre eyacula, antes que su compañera. Anabel Ochoa nos advierte que más que un trastorno físico es un problema cultural, ya que desde chicos se practica la rapidez como un concurso de quién es el más hábil, y después están las consecuencias. Este término de “eyaculador precoz” es en nuestra sociedad, casi un insulto, pues habla de un varón que no es capaz de satisfacer a su pareja. Pero esto puede corregirse, ¿cómo?
El sexo no es solamente penetrar y eyacular, para alcanzar un orgasmo realmente satisfactorio la autora nos recomienda hacerlo más lúdico, más divertido, donde la imaginación y el cariño por la otra persona enarbolen el acto. Se dice que en una relación así, hasta puede prescindirse de ésta (la penetración). Y ahora bien ¿cómo es el orgasmo femenino? Una mujer puede tener distintos tipos de orgasmo, está el vaginal, el clitorídeo, el que se experimenta al estimular el punto G, etcétera. La mujer se recupera mucho más rápido de la sensación de relajamiento que produce su orgasmo y puede repetir el acto cuantas veces desee... el hombre, no. Y bien, si pudieras estar ejercitándote y preparándote para sincronizarte con tu pareja a la hora de tener el orgasmo, ¡ya ni lo intentes! El hombre y la mujer son muy diferentes, y en su fisiología también. Ocúpate mejor de tener atenciones con tu pareja a la hora de la hora y preocúpate porque sienta el mismo placer que estás sintiendo tú. Se aborda también en el texto el tema de que con el paso del tiempo el deseo sexual disminuye, todo se torna monótono y se convierte en una rutina, un deber que se adquiere con el matrimonio. Las relaciones sexuales en la pareja con varios años de convivencia pueden volver a ser excitantes, emocionantes... ¿Cómo? Pues haciendo uso de la imaginación y del ingenio; quizá debamos visitar una de esas sex-shops (¿qué te pasa, estás loca o qué? Ya imagino a mamá si me oyera dar una recomendación así). De lo que se trata es de intentar nuevas cosas, de seguir usando tal vez esa lencería provocativa y sugestiva (¡Santo Dios!), de intentar posiciones diferentes, quizá tengamos que “escenificar” alguna historia pequeña, como que somos strippers o algo así... en fin de lo que se trata es de pasarla bien, pero ese bien no llega sólo, ni basta con todos los artilugios y fantasías que se tengan en mente, una buena dosis de comunicación facilita el camino. Si la pareja está en sintonía, las fantasías surgen por si mismas. Además ¿qué onda con la virginidad? Del latín virginem, entiéndase como “lo que no ha sido explorado, ni explotado, lo no procesado, no cultivado”, adquiere con el paso del tiempo un nuevo significado. Ser virgen en esta sociedad está cambiando. En los años de mi madre y aún antes, el ser virgen era lo máximo, un requisito que debía cumplirse si te querías casar con alguien, si querías ser “digna” de un buen matrimonio. Pero ahora... ¡Mmmmm! Eso de ser virgen como que ya está pasando de moda, ¿Eres virgen? ¡Qué inexperiencia por Dios! La virginidad como tal, es un estado emocional, es algo interno que no estará determinado por una membranita vascularizada que sangra a la primera. Incluso se puede ser “demi vierge” (semivirgen) y gozar de la masturbación, abrazos bien apretaditos, caricias, penetración anal y sexo oral, sin llegar a la cópula vaginal, y todo para mantener intacta la dichosa membranita, pero en éste sentido no es más que una doble moral y represión sexual, que impide vivir plenamente la sexualidad. Mitos y prejuicios tejen esta membrana, primero elevan a la mujer al altar y después viene la ignominia. Poco a poco van cambiando los paradigmas y lo que antes tenía valor, ahora ocupa otro lugar, no por ello se han perdido los valores morales –como muchos aseguran-, más bien cambian, como cambian la época y los usos, y costumbres. Pero tampoco hay prisa por quitarse el estigma de doncella o de quintito, con el primero que se nos ponga encima, hay que tomarse su
tiempo y estar seguros, y conste que la primera no siempre es la mejor, claro que con el tiempo se tiene más experiencia y paciencia. Y hablando de costumbres una vez leí un artículo en la revista “Selecciones del Reader’s Diggest” de una modelo de raza negra, que cuando cumplió cinco años de edad su madre la llevó con una matrona; a la pobre la amarraron de pies y manos y vio como esa señora sacaba de entre sus andrajos una navaja manchada de sangre ya coagulada, a la que le escupió encima para después limpiarla con un trozo de su vestido. Entonces comenzó la tortura, le “rebanaron” los labios mayores, el clítoris y los labios menores; ella se desmayó del dolor y luego despertó adormilada para ver cómo con la punta de una planta (algo como un maguey) le “cosían” lo poco que le quedaba. Después su hermana la llevó a un lugar apartado donde la vendó de piernas completas. Y cuando quería orinar sintió que la orina le quemaba la herida; y en qué condiciones de deficiente higiene se llevó a cabo esto. Todo para que la chiquilla no “pecara” después. ¡Qué métodos tan poco filantrópicos (más bien misóginos) utiliza a veces la sociedad para “suprimir” la conducta (en especial del tipo sexual) de la mujer! A ver, ¿por qué no hacían lo mismo con los hombres? ¡Todo sea por la fidelidad!
Anabel Ochoa también nos habla de todas esas “perversiones” o “aberraciones” sexuales.
Coprolalia, la
coprofilia, la necrofilia, la paidofilia, fetichismo, exhibicionismo, voyerismo, sadomasoquismo, picacismo la gerontofilia... y un montón de filias... He leído que los romanos, después de la excitación que les producía el presenciar los sangrientos combates en el circo romano, tenían prácticas zoofílicas, y bulímicas de paso. Por Internet, hace un tiempo, llegó un documento que hablaba de un joven que había ido al cine con su hermanito menor; en el intermedio el menor fue al baño. El joven notó que su hermanito tardaba mucho en regresar, así que fue a buscarlo. Cuando llegó al baño “de hombres” descubrió con horror a su hermanito que temblaba hecho un ovillo, agolpado por un sollozo entrecortado, al tiempo que se daba cuenta de que su ropita estaba rasgada y un poco ensangrentada. Fue hacia él y se lo llevó de ahí. Después el pequeño confeso que lo habían violado unos “hombres”. Inmediatamente fueron a denunciar. Pero como México, es el país que no pasa nada, adivinen qué pasó... ¡Exactamente...NADA! Tiempo después el joven realizaba una investigación sobre la pornografía infantil y, descubrió, aterrorizado, entre uno de los videos que analizaba y entre los gritos de dolor de un inocente, a su hermanito siendo violado por dos tipos. Presentó el video como prueba que apoyara su denuncia, pero le voltearon la tortilla, hasta lo acusaron por posesión ilegal de pornografía infantil... ¿Qué placer hay en forzar a alguien a tener relaciones sexuales cuando no las desea? ¿Qué placer hay en abusar de unos pequeños (paidofilia)? ¡Ahí es cuando puede entrar eso del masoquismo y del sadismo, el placer de maltratar y ser maltratado!... Y qué curioso, la mujer siempre asume el papel de masoquista sumisa, reprimida y sometida y el macho (no hombre, mucho menos caballero) el de sádico sometedor y represor.
En fin, siempre hay un masoquista para un sádico... ¡Ah no, así no va, es “siempre hay un roto para un descosido”! ¿Y de aquéllos que gustan de exhibirse o ver a los que se exhiben? Bueno, ésos se llaman “exhibicionistas” y los otros “voyeristas”. A ver chicas, no nacimos en coche, así que todas hemos viajado alguna vez en el metro, o en los benditos microbuses ¿o no? Pues ahí los frotistas hacen lo propio, ¿qué mejor lugar que ésos donde vamos todos juntitos, apretaditos y de paso calientitos? En fin, como dice Anabel Ochoa, todos tenemos algo de exhibicionistas, de voyeristas (¿quién se va a resistir a admirar los atributos de una modelo –para los varones- o esos “ojotes” del Di Caprio?), de sádicos o masoquistas, o de frotistas cuando el niño de sexto de primaria le acaricia la mano a su compañerita de salón... el que esté libre de filias que arroje la primera piedra. Aunque claro siempre hay que reconocer que hay límites, cuando las parafilias (pasiones paralelas) son la única forma de relacionarnos con la pareja, o simplemente se busca la satisfacción a cómo dé lugar, no debemos dudar que algo anda fuera de órbita, y es momento de acudir a un especialista. Y eso del sexo oral (tiempos aquéllos en que creía que eran conversaciones subidas de tono), que si es mejor, que si es peor, que si nos forramos “aquellito” con las bolsas para el sándwich de mañana... Total, quien quiere Hacer el amor -en toda la extensión de la frase- no necesita más que el mero sentimiento y el deseo de fundirse en uno con su pareja (del modo que mejor le parezca) y de demostrar lo que se siente. ¡Qué clítoris... ni qué pene! La poca información que se maneja del sexo entre la mayoría de los que vivimos en México hace que ni siquiera conozcamos nuestro cuerpo, nuestro erotismo y que no nos demos cuenta de la diferencia que existe entre el erotismo de los hombres y el de las mujeres.
Para concluir, podemos decir que si existiera una educación sexual basada en conocimientos sólidos, en la actualidad no habría tantos embarazos no deseados, tantas parejas separadas a causa de una incompatibilidad sexual o inclusive tantos abortos clandestinos y así, existirían relaciones sexuales plenas y relaciones de pareja más duraderas.
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¿Con condón se siente igual?, ¿Los homosexuales nacen o se hacen?, ¿No hay peligro de que la educación sexual aporte demasiada información a los niños?, ¿Cómo se consigue el orgasmo simultáneo en los dos miembros de la pareja?, ¿Qué es el sexo oral?, ¿A qué se le llama “sexo seguro”? ¿Qué significa ser gay?, ¿Qué es el punto G?, ¿qué son los anticonceptivos de emergencia?... éstas y otras preguntas nos responde Anabel Ochoa en su libro “Respuestas para vivir una sexualidad inteligente y segura”, libro que no sólo nos ayuda a tener una mejor visión de nuestras relaciones de pareja, sino que también nos lleva de la mano a entender nuestra propia sexualidad. Creo que si este tipo de libros nos los debería dejar leer desde la secundaria, así la adolescencia sería menos confusa. Si a los veintitantos lo adquirimos, pues para muchos… ya para qué. Aunque nunca es tarde para conocernos un poco más.
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La educación sexual lleva implícita cosas como la platica de la impotencia sexual que es corregible, la homosexualidad y las perversiones sexuales que solamente hay motivo de llamarles así cuando las prácticas infringen con la libertad de los demás y ocupan la mayoría de su tiempo.
YO SEXO, TU SEXO, NOSOTROS....
Vivianne Hiriart.
Sexo, sin duda es una palabra que a todo mundo relaciona, pero que no todo mundo se siente relacionado con ella, por muy obvias razones, la principal es la censura social y moral. Actualmente se escucha la palabra “sexo” en la radio, la televisión, en internet, revistas, periódicos, manuales de desarrollo humano, etc. Incluso en las escuelas de educación básica han abierto sus programas académicos con temas de sexualidad. Muchos son los medios que propagan la información sexual, sin embargo ante este abanico de posibilidades también encontramos hoyos negros en sus contenidos. Hasta hace unos diez años la censura sólo dejaba que unos cuantos pudieran tener acceso a información veraz y científica, dejando al resto en la orbita de los mitos y prejuicios. Hoy es difícil elegir, más si la información se pretende dirigir a niños y adolescentes, pero ¿que hay de aquellos ya entraditos en años que todavía creen algunos mitos? No se trata de arrojar una lista de pasos y técnicas para llevar al cabo el acto sexual, ni que se nos digan los trucos más legendarios para conquistar al amado. Hablar exclusivamente del acto sexual sería como centrar la sexualidad en la genitalidad, -cosa que para tal, no se requieren demasiadas recomendaciones, ya que la misma naturaleza guía-. Al ejercer nuestra sexualidad no sólo nos vinculamos con una sola persona, también está la familia, la comunidad, el momento histórico, político, económico, religioso y hasta las medidas de salud en seguridad social; y claro, nuestra autoestima. La sexualidad a través de la historia ha cambiado sus enfoques, ya lo constatamos en los años setentas con la liberación femenina y el uso de la píldora, hecho que no sólo marco el control de la natalidad, sino el uso que cada mujer tenía con respecto a su sexualidad. También, no es lo mismo que la chica de 15 años acceda a tener relaciones sexuales con el noviecito, bajo la ya tan trillada “prueba de amor”, a que la chica tome la decisión sin ninguna presión y con toda la responsabilidad para ser plena. Quizá en el primer caso, la chica después de una riña con los papás necesite el apapacho de un tercero y por ello acude al noviecito. Es bien sabido, que la baja autoestima condicionan mucho de los impulsos de los adolescentes. Sin embargo si a la misma chica se le proporcionan una serie de herramientas que fortalezcan su autoestima, seguramente sus decisiones serán desde otra perspectiva, serán más plenas y responsables en el ejercicio de su sexualidad, y no condicionadas por la famosa “prueba de amor.” Incluso la sexualidad ha modificado la estética de la mujer, recordemos a la hermosa Cleopatra con sus ojos negros perfectamente maquillados, a las mujeres de la época victoriana con sus vestidos que resaltaban el busto, estrangulaban la cintura y exageraban las caderas. ¡Ah! y las bellas y carnosas actrices de la época dorada del cine mexicano, ahora tan olvidado y sustituido por las anoréxicas modelos de televisión. Los usos y costumbres modifican la vida, desde el vestido que llegaba por debajo del tobillo hasta la minifalda, el pantalón ajustado, y aditamentos que antes se hubieran considerado innecesarios como la lencería. La manera de apreciar o exhibir a la mujer, socioculturalmente marca un estilo de vida, una época y un mercado. Ahora nadie quiere tener caderas prominentes y esas lonjitas coquetas. Se cree que entre más hueso, más sexy. Pero acaso hemos olvidado la tersura del cuerpo femenino como la Maja de Goya, la Odalisca de Henri Decaisne, La
Bacante de Adolphe-René Lefébre, las Tres Gracias de Paul Rubens, acaso hemos entrado en el mercado de senos, pompas, y cuerpos esculpidos por el cirujano plástico. Todo en miras de atraer al sexo opuesto, de sobresalir entre las otras competidoras. Aquí también ejercemos nuestra sexualidad, en cómo nos reconocemos -hombres o mujeres-, cómo asumimos los roles de género, cómo nos comportamos, lo que sentimos, hacemos o utilizamos del otro. Hay quién trabaja del sexo, quien sufre de él en caso de una violación, los acosados sexualmente en el trabajo, los que sellan un negocio por medio del sexo; los que en una campaña publicitaría exhiben un desnudo y obtienen más ganancias de mercado; los que prohíben y censuran libros de literatura , los que escriben y subliman; los que se masturban y sólo tienen 5 años, los que compran revistas y miran a hurtadillas, los abstemios en nombre de una religión, los que se cansaron del misionero y buscan otras actividades más divertidas, los que mienten, los que chantajean al cónyuge, los asesinos pasionales, los que inventan nuevos ritmos musicales y crean verdaderas fiestas bacanales; los que contraen sífilis, gonorrea, cóndilomas y VIH por olvidar el condón, los que son padres sin haberlo imaginado, los que abortan y penan, los que llevan dos años en tratamiento para la infertilidad, los que buscan un nombre para el nuevo hijo; los que discriminan al homosexual, los que prohíben el uso de cualquier anticonceptivo, y los que leen un libro de educación sexual sólo por curiosidad. Sin duda la sexualidad está por todos los rincones, es parte de cualquier ser humano, no se restringe al ámbito de la procreación; la sexualidad es parte de nuestra cotidianidad. Aún hay mucho por hacer, y un muy buen comienzo es leer “Yo sexo, tú sexo, nosotros…” La atracción física y la seducción son el primer paso para desencadenar el enamoramiento, siempre se habla del clásico flechazo, amor a primera vista, y sobretodo, que le brillan los ojitos a uno, cuando vemos a la víctima que deseamos clavarle los labios. Esto es precisamente lo que pasa “nos brillan los ojitos” (se dilatan las pupilas); pero nosotros hacemos que ese estado de excitación se nos note más con el maquillaje. Aunque ¡claro!, no sólo los ojos intervienen, también las manos, los labios, senos, manera de expresarse, entre otras cositas. Los senos son una zona muy erótica para hombres y mujeres, además que influyen en la autoestima si son bien proporcionados, frondosos y juntos, pero la bajan cuando son pequeños, puntiagudos y separados. Los glúteos son también una zona interesante, relacionada con el desnalgamiento de Satán o con los bien dotados angelitos. Lo que se sufre ser bello sin vello, es bien sabido que una chica bien depilada, con piel tersa y trasero de bebé, es mejor vista que una “peluda”, mientras que los hombres sólo se rasuran el rostro y no sufren tanto como las féminas, en ellos entre más vello más atractivo, símbolo de masculinidad, poder y fuerza, algo parecido a las melenas de los felinos. Sin embargo el vello sirve para protegernos del medio ambiente, de los olorcitos excitadores sexuales, que sinceramente no creo que sean tan excitadores en el metro Balderas a las 17:00hrs, bueno, demos gracias que en su mayoría son vellos y no pelos como nuestros antepasados los monos.
La seducción es un acto de conseguir algo, con ese jueguito de miradas desnudadoras que despiertan una sonrisa de aquél que nos trae babeando la calle.(Pensándolo bien, si todos leyéramos este libro, sobre todo en lo que significa cada movimiento de seducción, trataríamos de disimularlo o lo haríamos más notorio; se quitaría el encanto de lo desconocido y el rito de la seducción tan espontáneo, diríamos: “se le dilataron los ojos a fulanito, se le subió el rubor a las mejillas… cuando me vio, es que lo traigo ufff”). Las cinco etapas de la seducción inician haciendo circo, maroma y teatro, para decir: “hey aquí estoy”- llamar la atención-; seguida de la respuesta, con las miradas telepáticas del sí, no, tal vez –reconocimiento-; como tercer paso: la voz que acaricie el alma, si es que somos correspondidos, sino pues nos cae como balde de agua fría el cortón, está etapa es la conversación; el cuarto son los roces, caricias sin querer queriendo; y el último paso es de espejito: “yo hago lo que tú hagas mi vida”. Y en el estira y afloje, el cuerpo tiene su propio lenguaje, como la sonrisa. La autora son señala tres tipos de ella, la estirada como en un saludo, la que demuestra interés, que es mostrando los dientes superiores, y la nerviosa mostrando todos los dientes, el quítate de aquí. Como ya se mencionó, la moda va de acuerdo a la época, gordas, delgadas, musculosas, anoréxicas, prefabricadas y reconstruidas. El modelo femenino se impone en la sociedad y por desgracia también en nuestra salud. Como las mujeres en el romanticismo y sus grandes armaduras de varilla, esponjas, pelucones, plastas de maquillaje, zapatitos de puntilla, entre otras cosas torturadoras; sin salvarse los hombres. O el diminuto pie de la mujer oriental. Pero estás modas no son de a gratis, la seducción es uno de sus ejes. Pero como popularmente se dice: “aunque la mona se vista de seda mona se queda”, y no por verse “bien”, al rato se tiene un daño físico o mental. Una dorsolumbalgia por las fajas, un esguince de tobillo por las zapatillas, una candidiasis por la tanguita que no deja respirar, una dermatitis por el maquillaje, la caída del cabello por los tintes y permanentes, y ahora hasta un VIH de a gratis por una perforación sexy en el ombligo. Seguro, que si supiéramos las consecuencias de esto lo pensaríamos dos veces. Cuando se ha conseguido una respuesta positiva entre el seductor y el seducido, se establecen vínculos, uno de ellos es el enamoramiento, (que como un amigo me dijo: el atontamiento, claro que con otras palabras) ¿Quién no ha sido víctima del travieso Eros? En esta etapa el moreno es rubio, el gordo musculoso, el mentiroso creativo, el bobo gracioso, el tímido es reservado, y el negro es blanco. Justificamos, asesinamos su personalidad real, para otorgarle otra, otra figura, otros pensamientos. Y cuando llega la hora de las verdades, pues resulta que ya son las 12:00 hrs y el carruaje se convirtió en calabaza, y la princesa, no es tan princesa. Se acabo la química - dicen popularmente- y en realidad esto es cierto, la bioquímica cerebral cambia ante un enamoramiento, los neurotrasmisores entre ellos las endorfinas hacen sus estragos en el sistema límbico. Así que cuando se acaba, pues no hay vuelta de hoja, hasta que otra vez el pícaro de Eros nos vuelva a flechar. Pero ¡aguas!, si en esta etapa uno se llega a casar pues hay que ir ahorrando para los honorarios del abogado, porque seguro el matrimonio no dura mucho. Esto no quiere decir que uno debe evitar los enamoramientos, lo que hay que evitar es quedarse ahí y no trascender con la pareja. Por eso como dicen: para conocer a alguien hay que pasar por todas las estaciones del año, desde la hermosa primavera, hasta el frío invierno.
Aunque ya las costumbres de que los padres elijan a la pareja del hijo ya está pasado de moda, todavía en algunos pueblos existe, porque casarse implica un lugar en la vida social, un reconocimiento que legitimiza, la etapa de adultez, un sacramento religioso, y un mero pretexto para hacer mole para la fiesta. El noviazgo es fundamental para conocerse, compartir ideales y objetivos. La edad y el tiempo de duración del noviazgo influyen en el éxito o fracaso del matrimonio. No es lo mismo casarse a los 17 años en plena adolescencia, que a los 30, cuando se supone uno ya sabe qué es lo que quiere. También, se ha documentado que las parejas que se casan durante el primer año de noviazgo, generalmente están en la etapa del enamoramiento, como en este período hay intensidad, mas no profundidad, es fácil advertir que los lazos son poco sólidos. El grado de satisfacción de todo matrimonio, tiene varios puntos como la comunicación, críticas constructivas, actividades, deseos, hijos, seguridad. La relación en pareja implica pasión, compromiso e intimidad. Como sabemos la vida de soltero no es color de rosa, ni mucho menos la del casado, el matrimonio pasa por distintos conflictos, desde el tipo económico, hasta el sexual, este último puede ser causa de divorcio por infidelidad, incompatibilidad sexual, infertilidad o sencillamente porque ya las ganas son menos. Así que el conflicto en la pareja es una constante en el matrimonio, el ciclo vital de una familia y de una pareja tiene sus altas y bajas, lo importante es saber solucionar los conflictos, llegar a los acuerdos sin perjudicar a terceros -como los hijos-, y saber afrontar con responsabilidad cualquier cambio que ponga en peligro la ruptura del vínculo. No existe pareja ideal, lo que tenemos que hacer es aprender a crecer en pareja, pero para llegar a ello, hay que partir de lo individual, amarse a uno mismo, y saber reconocer nuestros errores. La masturbación o autoestimulación, es la necesidad de conocer el propio cuerpo, de conocer la capacidad que tenemos de placer, nos podemos dar una ayudadita con lo famosos sueños húmedos (con Bradd Pitt o Salma Hayek). La autoestimulación ayuda a sacar la tensión, estrés y la histeria (paroxismo histérico). Para muchos padres todavía es motivo de censura y preocupación; ya sea que el niño que se masturbe tenga 5 ó 14 años, los padres se preguntarán qué es lo correcto, frecuentemente se tiende a prohibir el acto y cubrirlo con mitos y castigos, que sólo orillaran a que el chico experimente culpa y represión. El beso: primero contacto físico con el ser amado, “el aliento que contiene el alma”. Todos hemos experimentado las sensaciones que se despiertan con un beso, desde los besos más tímidos y tiernos, hasta los más profundos y apasionados. Un beso dice mucho, es la pasión, la entrega o el simple juego de la botella, claro que cada tipo de beso tiene su respectiva técnica de respiración y tragar saliva para no babear. Además de transmitir sensaciones, el ósculo (el beso) es vehículo de 250 bacterias aproximadamente, pero a la hora del encuentro qué importa que sean dos, o mil bacterias. Después del beso, vamos por las caricias dibujadas en ese mapa que es la piel, ascendemos a territorios que hasta entonces nos eran vedados. Los estímulos varían según el hombre o la mujer, generalmente se dice que el hombre opta por el tacto y el gusto, la mujer por el oído y el gusto, aunque no quedan exentos el gusto y el olfato. El clásico punto G o de Grafenberg a cinco centímetros en la vagina en la pared anterior, de un tejido y
tamaño de una alubia, que además de proporcionar placer en el acto sexual, es analgésico durante el parto. Su equivalente en el hombre se ubica en la próstata, se estimula por ano y perineo. ¡Así que muchachos, a jugar al boy scout, y buscar esos puntos G! Los afrodisiacos también estimulan el apetito sexual, y su mejor desempeño a la hora de la lucha libre, al menos eso es lo que se dice. Lo que si está comprobado es que una alimentación balanceada acompañada de vitamina A, B, y C, acompañado con
la practica de cualquier deporte, ayudan a mantener en buen
funcionamiento a las hormonas y las glándulas. La respuesta sexual es el proceso desencadenado por diferentes estímulos ya sea visuales, de contacto o emocionales. En la excitación se presenta la erección de los pezones, aumenta la circulación, la frecuencia respiratoria. Como etapas bien estudiadas y clasificadas, tenemos a la meseta, orgasmo, resolución y periodo refractario. El acto sexual tiene que ver con el funcionamiento del sistema parasimpático, y en un esfuerzo por querer ser maravillosos, se nos baja todo y activamos el simpático, por eso: “flojitos y cooperando”. Generalmente estamos acostumbrados a asociar erección igual a excitación, pero esto no es del todo cierto, puede ser que haya personas que se estimulen muy rápido con apenas un roce, o en la noche con los famosos sueños húmedos.
Hay situaciones fisiológicas como la aproximación de los testículos al cuerpo que
desencadenan un ligero aumento del tamaño del miembro. Es más, la virilidad no siempre es por la cantidad de eyaculaciones, también algunas mujeres tienen un apequeña salida de flujo blanquecino, así que no nos sorprendamos si esto pasa. Para el multiorgasmo hay varias técnicas que se tienen que practicar como la respiración, la contracción de músculos pubococcígeo, concentración, y hasta un poco o mucho de fantasías sexuales. El juego sexual intensifica y prolonga la excitación, porque no precisamente el eyacular y dar unos cuantos grititos es sinónimo de orgasmo. Las parafilias son variaciones o preferencias sexuales, es lo que nos hace diferentes de los demás. Entre las más
importantes
están:
paidofilia,
gerontofilia,
coprofilia,
urofilia,
voyerismo,
fetichismo,
troilismo,
sadomasoquismo, entre otros. Que cada quién se incline por la que más le acomode, siempre y cuando no vaya contra uno mismo y los demás. Los discapacitados no son asexuales, también tienen su corazoncito y zonas erógenas muy desarrolladas a falta de otras. Al centrar la sexualidad en los genitales, dejamos de lado otras posibilidades de vivir la sexualidad. Quedarnos en el falo y la vagina, como únicas superficies de contacto, y de sensibilidad, hacen que consideremos a las personas con alguna discapacidad física como seres asexuados, y entonces el médico hace énfasis en la rehabilitación física, más no psicológica y menos sexual. Anteriormente se llamaban orgasmos fantasmas, a los estímulos
producidos en zonas no genitales, hoy se sabe que en realidad se pueden
desencadenar sensaciones orgásmicas (físicas y mentales) cuando se excita por medios visuales, olfativos, de contacto en regiones sensibles, y fantaseando.
El león no es como lo pintan, más si se trata de orientaciones sexuales. La autora concluye con este tema, pero ¿qué es la orientación sexual? Es la atracción erótica que se tiene por un sexo en particular, donde no hay libre elección. La homosexualidad, no se sabe si es por causa hormonal, genética o adquirida a lo largo de la vida, de hecho hay muchas teorías que tratan de explicarla; pero ¿cuántas son las teorías que explican a la heterosexualidad?, si bien ésta no necesita explicación porque la sociedad la califica como “normal”, pues permite la reproducción de la especie humana, mientras que en la homosexualidad esto no es posible y se le considera en contra de la naturaleza. ¿Quién nace siendo homosexual o heterosexual?, una cosa es el sexo biológico que tienen que ver con las características sexuales con que nacemos, como el tipo de cromosomas, XX o XY, y otra como desempeñan sus roles ante la sociedad. Hoy en día convivimos a diario con una serie de sensaciones y costumbres que tienen orígenes primitivos y recientes. La relación en pareja o nos hunde en un abismo o nos saca de otro, es un todo que no entendemos, una canción con diferente ritmo, un proyecto en proceso de realización, un espejo que no termina de mostrarnos sus aristas. Al convivir en pareja vamos depositando nuestra historia: triunfos y fracasos, desilusiones y experiencias. Ante esa brecha que se abre entre uno y el otro, hay un puente que nos acerca, esto es la comunicación. Así la palabra es el principio y el fin de toda negociación, con la palabra se declara la guerra o la paz, se dan los encuentros o se dice: adiós. La palabra es la sensación mágica de reconocer la existencia del otro, y de sentirnos “nosotros” cuando alguien repite nuestro nombre. Por eso las palabras amor y sexualidad no están divorciadas una de la otra y cuando estás se convierten en verbo, los encuentros sexuales adquieren otro significado. Hiriart menciona que “para que el amor esté completo, son necesarios tres componentes: la pasión, que se refiere a la atracción física y erótica; el compromiso, que implica la aceptación de estar enamorado y el deseo de seguirlo estando; y la intimidad, que se asocia con la confianza, la comprensión y el deseo de procurar el mejor al otro”. * Generalmente se manejan como sinónimos, las palabras: sexo, relaciones sexuales y hacer el amor, sin embargo cada palabra guarda su significado y significante de acuerdo a conceptos y experiencias de cada individuo. No es lo mismo tener un experiencia sexual con una persona que apenas y conoces, a tener un encuentro íntimo en donde las emociones están involucradas; pero en este juego de palabras, hombres y mujeres conceptualizamos de manera diferente y lo peor es que antes de llegar a la relación no se ponen en claro, lo que para uno significa para el otro tiene otro valor, y así vamos a tientas confundiendo el color de la cereza, o se cae en el juego del sometido, víctima y victimario. Codependencias que fincan matrimonios en vistas de un futuro incierto, parejas que no saben cómo caminar juntos, cómo acompañarse. Por eso como dijo Voltaire “Antes de hablar define tus términos”, pero para llegar a los acuerdos, hay que saber qué es lo que uno quiere, partir de dentro hacia fuera, de lo particular a lo general. Ser la unidad y no la media naranja en busca de otro cuerpo, de otro medioser, de otro mediohumano.
*
Hiriart Viviane. Yo sexo, Tú sexo, nosotros,,, Editorial Grijalbo, México 2001 p: 54
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Si uno de los objetivos de este libro es informar de una manera muy fácil acerca del tema de la sexualidad y cómo nos relacionamos con ella; lo cumple enteramente. El libro proporciona, explicaciones que anteriormente habían sido tratadas si no con cierto recato si con menos naturalidad y gracia, esta es la forma ideal para hablar de un elemento tan natural de la vida humana. Quizá ya conocíamos las fases de la respuesta sexual, pero en este libro no habla de lo que hay más allá del uno, dos, tres, lo que cada fase encierra.
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Un buen libro, lo recomendaría tanto a jóvenes como a adultos, inclusive sería bueno releerlo; muy bueno, claro, útil, muy entretenido. ¡MUY BUENO!!! No tiene por que dársele un tono sucio y/o morboso al ejercicio de la sexualidad. Vivianne me ayudó a entender dos o tres cuestiones que tenía latentes.
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Un libro útil para entender o al menos tratar de entender a una pareja. La comunicación es indispensable, no se puede suponer que es lo que piensa, siente o desea el otro, hay que averiguarlo, indagarlo de él mismo. En fin, estos y otros temas abordados en el libro son temas muy interesantes, adecuados.
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Pero no cabe duda de que, una vez cerrado este libro, tendremos que afrontar directa y personalmente, los mil problemas que debemos resolver y superar. Creo que los mensajes del libro son útiles para poder llevar una vida sexual plena, no sólo como guía, sino como instrumento dirigido para la práctica.
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El tener relaciones sexuales implica responsabilidad, por eso es importante no dejarse influenciar, hay que disfrutar plenamente la relación sexual ya sea por la posición que sea, que nos guste (anal, oral, vaginal, etc.) eso sí con la seguridad y autoestima que se requiere para compartir el placer con la pareja. Es más el tener relaciones sexuales ayuda a la salud, a la oxigenación
muscular, activación nerviosa y
bioquímica, claro no significa hacerlo a cada rato. Y el mejor amante es el que se pone de acuerdo con su pareja para llevar a cabo la relación sexual; la manera en que se harán y ser romántico al terminar las relaciones, no que “ya acabe y cada quien a su rincón”. -
Sin duda muchos jóvenes dirigiremos nuestra atención a todas las selecciones de este libro. Porque no hay asunto que genere tantas preguntas, y confusión como lo sexual y la moralidad. Considero que la información sexual más completa es la mejor, creo que ninguna censura es deseable, pues los principios éticos varían según la época y el lugar.
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Todo lo que en este libro se menciona sobre el coito y las relaciones sexuales, brindan un nuevo lente para saber cómo vincularse con los demás. Ayuda a comprender la fisiología, el lenguaje corporal y su expresión en la sociedad.
LA MEDICINA TRADICIONAL EN MÉXICO Y SU PERVIVENCIA Rodolfo Herrero y colaboradores El libro nos introduce en las diferentes corrientes o variantes de la medicina tradicional que han sido y seguirán arraigadas en la idiosincrasia mexicana. Es una manera de abordar la medicina desde otra perspectiva no académica, una ventana abierta a otro tipo de conocimiento, que finalmente nos brinda las herramientas necesarias para entender el lenguaje del paciente, el lenguaje y su estado salud-enfermedad. Si entendemos
que la estructura cultural de una sociedad se va edificando por medio de símbolos, y
conocimientos que emanan de su propia naturaleza – su cosmovisión-, entonces podemos comprender que su manera de llevar su vida es diferente al resto de otras civilizaciones. Así tenemos que la cultura de un pueblo es el reflejo de sí mismos. Su vida política, económica, social e ideológica se articula en la construcción de códigos y símbolos que legitimizan esa comunidad. En todas las épocas de la humanidad y en todos los lugares la salud-enfermedad adquiere su propio significado. Es un suceso cultural en donde la relación del hombre con la naturaleza define conceptos axiológicos en torno al proceso salud-enfermedad, siendo éste el marco de referencia en donde se reconocen e interpretan fenómenos de la cotidianidad. “La cultura es el campo de producción simbólica en la que el hombre se reconoce a sí mismo y por el que se integra e identifica un grupo. Allí se contiene de manera trascendente un conjunto de explicaciones en el caso de salud-enfermedad y las practicas curativas se ligan al pensamiento y la acción de las significaciones más profundas de la existencia…” En México, nuestra cultura es producto del pensamiento mesoamericano y occidental, dando como resultado una ideología que constantemente es dinámica y al mismo tiempo lucha por encontrar sus raíces. Por un lado las practicas y tradiciones de los pueblos indígenas, y por el otro la introducción del pensamiento europeo. La cosmovisión indígena despertó el interés de los conquistadores, ya que estos compartían ciertos modelos de atención a la salud. Sin embargo la religión impedía la homogeneidad de pensamiento, teniendo que unificar la realidad de un pueblo en contraste con el otro. Más tarde sin que unos abandonaran totalmente las prácticas religiosas y sin que otros nieguen la eficacia terapéutica de la herbolaria, surge la medicina tradicional. A medida que se trata de imitar el estilo de vida de las sociedades industrializadas y se abre camino a la llamada modernización, el modelo de atención a la salud, se vuelve más cuantitativo. Así las metas del sector salud se valoran por el número de consultas, campañas de vacunación y las altas y bajas de un hospital. Un modelo de atención a la salud se entiende como “ los conjuntos de sistemas y acciones encaminados a responder a las necesidades de salud individual y colectiva” 8 El modelo institucional de la atención a la salud, apegado a un discurso político, le ha otorgado a la opinión médica un poder que impera sobre cualquier otro tipo de ideología, generalizando la terapéutica, así como optimizando tiempo y materiales al servicio de la salud, sin embargo esta masificación de enfermedades reducidas a cifras estadísticas no han respondido con el 8
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fenómeno de salud-enfermedad. De esta manera surge la crítica al modelo institucional, el cual propone la participación comunitaria en el nivel de atención primario, asegurando una mejor cobertura de salud en el país. El modelo institucional modifica y crea paradigmas en la sociedad que se identifica con ellos, ignorando y reprobando la práctica de la medicina tradicional. Contrario a lo que se esperaría, la población manifiesta insatisfacción del modelo institucional, pues pone en juego la identidad cultural. También se ha observado, que mientras los habitantes del campo desean tener acceso a la medicina tecnificada (desdeñando a su propio modelo de atención), los habitantes de las grandes urbes son seducidos por las corrientes novedosas que pretenden rescatar los valores de la naturaleza, como el naturismo, herbolaria, homeopatía, y acupuntura. Dentro de la medicina tradicional se entiende por entidad nosológica “al conjunto de signos y síntomas multifacéticos que pueden obedecer a diferentes etiologías y etiopatogenias, en los que existen elementos de causalidad natural y/o mágicas del entorno de deidad, animales, cosas o personas” 9. Las entidades nosológicas varían de acuerdo al grupo étnico y cultural, por lo tanto su tratamiento varía según la población, para algunos grupos indígenas un mal respiratorio puede corresponder a un “aire”, mientras que para otros es por la “humedad”. El aire es la entidad nosológica más frecuente y extendida dentro de la medicina tradicional. Puede ser vehículo para adquirir la enfermedad o propiamente ser la enfermedad. Se menciona que no hay un solo órgano vulnerable; puede causar debilidad o puede entrar en un cuerpo enclenque causando daños en la piel, el aparato respiratorio o musculoesquelético. La definición de “aire” cambia según los autores consultados y la comunidad estudiada, sin embargo coinciden en que el <<mal de aire>>, es una especie de energía negativa que entra en el cuerpo, pero también puede generarse por brujería, o como castigo por haber violado alguna norma o por pasiones, aquí tenemos: a)
los que ya tienen el mal de aire y pueden trasmitirlo, por ejemplo los cadáveres.
b)
Los que pueden tomar el mal aire de afuera y dirigirlo al enemigo.
La sintomatología puede presentarse como dolor muscular de localización diferente; inflamación estomacal; fiebre, dolor de cabeza, asma y otros padecimientos de las vías respiratorias. La presentación en cuanto al sexo y edad es indistinta. La terapéutica se basa en combinar hierbas en la limpia, que varían según el órgano dañado. Susto Algunos investigadores toman al susto y al espanto como sinónimos, pero se menciona que en el susto el alma sigue en el cuerpo, mientras que en el espanto ésta se aleja. En el espanto participan tres elementos: 1)
la víctima que puede ser objeto, planta, animal o persona
2)
lo que provoca el espanto y
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3)
el que atrapa el alma.
La impresión que causa un hecho inesperado, ya sea por un suceso natural, un animal, la aparición de una persona o algo sobrenatural, se cree que aturde el alma (o tonal). El nombre del susto depende del agente causante. Para el tratamiento es necesario decirle al terapeuta tradicional cómo ocurrió el fenómeno, y éste deberá ir en busca del alma perdida, en estos casos se debe actuar de urgencia, de lo contrario sobreviene la muerte. Mal de ojo El mal de ojo no sólo afecta a seres humanos, también a plantas y animales e incluso objetos. Se establece como causa la “mirada fuerte”, ya sea que venga de aquellos que la tienen permanentemente o los transitorios como borrachos, iracundos, ansiosos, etc. Para su diagnóstico el terapeuta tradicional, inspecciona la mirada del enfermo, pregunta por un posible encuentro con una persona de mirada fuerte; realiza una limpia con plantas y con un huevo determina la gravedad del mal y al mismo tiempo lo extrae. Para prevenir el mal de ojo se recomienda usar listones rojos y el ojo de venado. Empacho Se entiende por empacho como la adherencia de alimentos en la pared del estómago, provocando un cuadro clínico característico. A diferencia de otras entidades nosológicas, en el empacho no es necesario que el terapeuta lleve a cabo el tratamiento, puede hacerlo cualquier otra persona, como la mamá, la abuela, la tía, etc., basta con la habilidad. Los niños son los más susceptibles a padecer empacho. En el empacho hay dos variantes: - agudo o fuerte; se acompaña de diarrea. - y seco o ligero; es como el estreñimiento. El cuadro clínico propio del empacho es flatulencia, tenesmo, estreñimiento, dolor abdominal, perdida de apetito. El tratamiento varía desde sobadas o masajes, en el abdomen a preparados de té. El remedio más común es dar masaje en la parte dorsal cerca de la columna vertebral, se realiza una maniobra característica a la que le llaman “tronar”. También se recomienda cambiar la dieta y los hábitos alimenticios, como los horarios y cantidad del alimento. Bilis Se entiende por bilis a un “humor que se derrama y altera el equilibrio de los líquidos corporales enfermando a los sujetos…”10 Esta entidad nosológica se relaciona directamente con el estado emocional, ya que el aumento en la secreción de la bilis, se le atribuye a un coraje, una preocupación, o una desgracia. Prevalece en las mujeres. Los signos y síntomas corresponden principalmente a trastornos gastrointestinales inespecíficos. Se reportan 10
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manifestaciones como dolor de estómago, sueño, sabor amargo en la boca y pérdida de apetito. La terapéutica es básicamente a base de tés, aunque también se menciona que cepillan al enfermo, lo frotan y le untan gotas de Guatemala.
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El libro nos comenta las interesantes corrientes de la medicina tradicional y el punto de vista de la medicina occidental; creo que es muy importante hacer reconocimiento a la medicina tradicional, pues ha sido y a mi manera de pensar, continuará arraigada a las costumbres del mexicano, pues con el paso del tiempo, desde sus orígenes, antes de la conquista, era el método
eficaz conocido por la población
mexicana, desde los rarámuris en la Sierra de Chihuahua, pasando por los Mixtecos, Zapotecos, etc., los que se han encargado por velar y cuidar lo mas preciado en este mundo: la salud. Más sin embargo al encontrarnos de frente con la historia, la conquista del pueblo europeo con el americano, surge el choque de pensamientos, ideas, y estilos de mantener la salud en la gente, una con carácter de científica, gracias a la Revolución Industrial, y por otro lado la medicina tradicional, enriquecida con las creencias, y envuelta con este sucedo místico que siempre se encuentra presente en la cultura indígena. Cabe señalar que hoy por hoy gracias al auge que ha tenido la revolución científica, apoyada en un sistema financiero impresionante, así como protegida por la mercadotecnia, apoyada e los medios de comunicación ha tenido ventaja sobre la medicina tradicional, sin embargo el autor nos propone a los estudiantes de la carrera de médico cirujano de la FES Zaragoza, una visión interesante sobre la denominada “medicina tradicional”, y creo que es muy importante tener siempre en mente que la población que acude más a este recurso son la gente de campo, no quiero decir que la gente que habita en una sociedad urbanizada no acude también, sino que los pobladores de un ambiente rural son los que se encuentran más cercanos a curanderos, parteras empíricas, hueseros, etc. Quiero exponer que es difícil para el estudiante sensibilizarse sobre este tema, pues la formación que tiene el estudiante de medicina es una visión científica. En lo personal resulta un tanto contrapunteado, que por un lado tenemos clases de bioquímica, histología, y por otro lado tengamos que abrir el campo científico para permitir el reconocimiento de una persona que cuida la salud por medio de hierbas, las cuales son dosificadas de acuerdo a “puñitos”.
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Sin embargo en este momento recuerdo una situación en el hospital. Teníamos una paciente con un Ca. (neoplasia) de mama derecha, que había sido intervenida primeramente con radioterapia extrínseca, para disminuir la carga tumoral y así poder realizar un procedimiento quirúrgico menos riesgoso, después de la RT(radioterapia), se tuvo que realizar varios ciclos de quimioterapia, (cisplatino en 3 ciclos ) y, bueno... el chiste es que al final de cuentas, la paciente terminó en mastectomía tipo Patey. Era una paciente campesina que no hablaba el español, siempre estaba acompañada por su hermana que hablaba el español y el otomí, pero un día previo a la cirugía, su hermana llevó al Instituto Nacional de Cancerología, al curandero del pueblo. Recuerdo que era un tipo con apariencia campesina, y llevaba una bolsa de mandado con hierbas, huevos, y varios utensilios. Él nos comentaba que estaba convenciendo de que no se debía realizar la cirugía por que el curaba el cáncer; en ese tiempo yo empezaba a fungir mis actividades
como jefe del servicio de cirugía oncológica hospitalización , y recuerdo que la hermana del paciente me pidió permiso para que este señor pasara a curar a su hermana, y bueno, a pesar de las reglas del Instituto me pareció interesante lo que le iba a hacer este señor, y la decisión fue que le podía hacer todo lo que quisiera pero que no le diera nada por vía oral y tópica, por otro lado las críticas de mis compañeros no se hicieron esperar: ¿cómo era posible que siendo un instituto de alta especialidad, supuestamente con tecnología de punta permitiera el acceso a este personaje? Y recuerdo que les comentaba que la fe que tiene un paciente era un punto especial para restablecer la salud de su entorno, tal vez no la física pero la emocional sí, y que tal vez estas actividades podrían hacer que la paciente se motivara más para salir adelante. Para constatar de que no se le diera nada por vía oral y tópica, acudí a la consulta del personaje, y observé que le rezó, le realizó lo que dicen limpiar el aura con hierbas, no sé qué tanto le dijo en su dialecto y la paciente se quedó tranquila, pudo dormir bien un día antes de la cirugía. Finalmente se le realizó el procedimiento, la paciente salió adelante -tenía un buen pronóstico-, sin embargo jamás regresó. Aquí me surge la duda; ¿qué fue lo que pasó con esta señora? creo que muchos miembros del equipo de salud, ven esto como charlatanería, otros lo ven como algo que no se explica y existimos otros que pensamos; ¿en verdad funciona? Sin embargo creo que independientemente de todo esto, la figura del curandero, curandera, etc., es una imagen protegida por las costumbres e ideales del mexicano. Esto me hace pensar si en los sitios lejanos, como la sierra, la selva, donde no hay servicios de salud, la gente cómo se cura, cómo enfrenta el proceso salud – enfermedad. -
Creo que el libro nos muestra un panorama diferente e interesante desde el punto de vista de la medicina tradicional en México, situación que se encuentra golpeada por la situación económica, marginación, son trascendentales en el auge que ha venido teniendo la medicina tradicional en nuestro país.
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Considero de vital interés el hecho de tratar tan importante tema sobre todo para la colaboración en nuestra formación como médicos ya que es gracias a este tipo de temas y lecturas que aprendemos a humanizarnos más y tecnificarnos menos, como bien lo indica el libro, recordándonos nuestra obligación como universitarios de preservar los valores culturales y lo importante que es estudiar recursos que suelen resultar complementarios a nuestra formación.
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Creo de suma importancia el estudio de la medicina tradicional sin dejar de lado a la científica pues bien y a mi parecer ambas podrían complementarse, ya que finalmente la herbolaria y otras prácticas han sido la base de la medicina moderna. A través de la lectura podemos darnos cuenta que hay una gran cantidad de plantas medicinales de México que son conocidas y aplicadas desde tiempos indígenas y algunos pasaron a conocimiento de España y el mundo, así mismo los antiguos habitantes de México conservaron sus conocimientos herbolarios trasmitiéndolos por generaciones, así como también las entidades nosológicas de las que muchas veces nos burlamos, pero que sin duda en algún momento llegamos a creer e incluso utilizar.
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Además el libro nos habla de los modelos de atención a la salud que han evolucionado a través de las década, pero talvez no hemos sabido aprovechar. Aunque contamos con modernidad industrial no nos percatamos de que ponemos en juego nuestra identidad cultural, Así la comunidad busca la llamada “medicina natural” que responda a las necesidades sociales, psicológicas y biológicas del individuo.
Podemos analizar que este cambio debe comenzar desde nosotros como estudiantes de medicina, como integrantes de una comunidad universitaria, como pacientes y ciudadanos.
Lo normal y lo patológico Georges Canguilhem La mayoría de las veces, no reflexionamos acerca de por qué determinada situación o determinado objeto son considerados como tal o bien llevan tal nombre, un ejemplo fácil de esto es la consideración de por qué el blanco es blanco y el negro es negro, y no es de forma contraria; esto nos lleva a pensar en la cotidianidad con la que usamos las palabras. Normal y patológico son considerados generalmente como polos opuestos, en muchos de los casos lo normal se considera como lo común, lo cotidiano, lo siempre visto, lo que siempre se presenta; y lo patológico como aquello que es contrario a lo cotidiano, como aquello que generalmente no se presenta, como algo que es anormal. Pero en verdad qué quiere decir normal, ¿qué es la salud? ¿Qué es la enfermedad?, ¿qué es lo anormal entonces? En un principio, las consideraciones se enfocaron hacia la visión de una continuidad entre un estado y otro, es decir que uno dependía del otro para poder darse y que no era posible distinguir cuando cambiaba, esto es, que no era posible determinar el momento preciso en que del estado de normalidad se pasaba al estado patológico, pensándose que el estado patológico era una reacción orgánica atenuada o bien exagerada. Introducción al problema En las concepciones de la medicina griega se planteaba que toda enfermedad se debía a un desequilibrio en la naturaleza (Phycis), cuyos elementos: agua, tierra, fuego, aire interactuaban no sólo con una parte del hombre, sino con todo el individuo. Dentro de la visión naturista, la enfermedad es una reacción generalizada, con la intención de llevar a la curación, si se tiene un exantema, es porque el cuerpo se está liberando de las toxinas por medio de la piel. Se expresa una alteración a través del cuerpo, para dar lugar a la salud. Bacon se preguntaba ¿sólo se gobierna a la naturaleza obedeciéndola? En este caso es el estado patológico el que nos avisa, cuándo un proceso mórbido se presenta en el cuerpo. Otro planteamiento es que aquello que el hombre ha perdido puede serle restituido, y lo que ha entrado en él, puede también salir. A partir de Harvey y Haller la fisiología adquiere importancia. Los anatomistas, por su parte convierten el cuerpo en un mapa, en donde localizan puntos nosográficos, lo cual obliga a diseccionar el cuerpo, cada vez más, hasta llegar a la parte más minúscula que lo constituye: la célula. Durante el siglo XIX, el pensamiento científico garantizaba que cualquier proceso patológico fuera real, y no mera especulación filosófica, religiosa o psicológica. Los fisioanatomistas y médicos son autorizados para explicar cualquier fenómeno corporal. Ahora se tiene que poner en evidencia al agente patógeno, y señalar objetivamente dónde está la enfermedad. Comte aducía: La identidad de lo normal y de lo patológico es afirmada para beneficio de la corrección de lo patológico. No obstante, otros insistían: el valor de todos los estados mórbidos muestra un aumento en las condiciones normales, difícilmente visibles en estado normal.
Auguste Comte y el “principio de Broussais” Éste proponía un alcance universal en el orden de los fenómenos biológicos, psicológicos y sociales, como lo propone el positivismo, estableciendo una relación fundamental entre la patología y la fisiología. “De modo principal se resalta que la enfermedad sólo es un cambio de intensidad de los valores normales y no un cambio de estado o una diferencia.” En oposición se planteó que la enfermedad desempeña para el científico un experimento espontáneo que permite una comparación entre lo normal y las variaciones adversas en los organismos, y que la vuelta al estado normal es una contraprueba verificadora. Pero no es suficiente, porque no se propone ningún criterio para reconocer a un fenómeno como anormal. Para Broussais el hombre sólo existe en virtud de la excitación que ejerce sobre sus órganos el medio ambiente, que son de dos tipos: 1) los extraños y 2) la influencia del cerebro. “El médico sólo debe preocuparse por la aberración que experimenta la incitación, para volver a llevar por los medios convenientes al punto en el cual reside la salud”. Por otro lado se habla de que la patología es un departamento de la fisiología. Además, se argumenta que mientras <<aumento >> y << disminución>> son cuantitativos, toda alteración es cualitativa. Claude Bernard y la patología experimental Se dice que él considera que toda enfermedad tiene una función normal respectiva de la cual sólo es una expresión perturbada, exagerada, aminorada o anulada. Pero, ¿de qué fenómeno fisiológico es la glucosuria, una exageración cuantitativa si no existe normalmente glucosuria? “No es posible atribuir al estado diabético a la exageración de algo que no existe”. Cabe aquí muy bien la expresión de que la enfermedad y la salud no deben ser consideradas como principios distintos o entidades que se disputan al organismo vivo en el teatro de la vida. Asimismo, la salud perfecta no existe, por lo que la enfermedad no podría ser definida. Defectos como los álcalis que provocan la orina negra de ningún modo pueden ser tomados como la variación de una cantidad normal, porque la orina negra no existe. Aunque Bernard señala que sería ideal que la naturaleza se comportará con funciones como mecanismo para advertir las anormalidades. Por ello, es imposible determinar el comportamiento normal pariendo del patológico.
Las concepciones de Leriche. Cuando se califica de patológico, a un síntoma o mecanismo aislado, se olvida que aquello que lo hace así, es su relación con la totalidad. En tanto, propone que la enfermedad es otro modo de andar de la vida, sólo que existen los desordenes pagando la prodigalidad con que fue construido nuestro organismo. “Si se quiere definir la enfermedad es necesario deshumanizarla”. Resalta así, que en la enfermedad lo menos tomado en cuenta por el médico es el hombre, su dolor y la pérdida de funciones. La salud en los enfermos, es un estado anclado en el pasado, por ello, el diagnóstico médico puede provenir de la experiencia relatada por el afectado. Él es quién señala cómo era el antes y cómo ha cambiado su entorno a partir de la enfermedad. Con base en esta comparación, el médico tiene un marco de referencia para su estudio. La medicina justifica su existencia por los enfermos y no porque los médicos se enteren de las enfermedades. Se conoce que hay variaciones ejemplificando que una arteria obstruida ya no es una arteria, sino un obstáculo. Así, las afecciones son algo rebelde a la ley normal. Implicaciones de una teoría La medicina y cultura van de la mano, porque toda concepción al respecto se guía por las ideas de la época, como sucedió con Pasteur, cuando se estableció un maniqueísmo médico. En tanto, Leriche dijo que hay en nosotros en cada instante muchas más posibilidades fisiológicas de las que dice la fisiología, pero se necesita la enfermedad para que se nos revelen. Mientras, sostiene Hegel que la cantidad por su aumento o disminución se transforma en cualidad, lo que impugna que los términos más y menos tengan un significado cuantitativo puro. ¿Existen ciencias de lo normal y lo patológico? Un médico no puede comprender la experiencia vivida por el enfermo a partir de sus relatos, de una cosa para la cual carece de conceptos. Dentro de la psiquiatría está la dificultad para delimitar el campo de lo normal y patológico, ya que a diferencia de las enfermedades somáticas, los padecimientos mentales no siempre se pueden definir. A pesar de que el campo de estudio del médico es la enfermedad, éste parece ignorar el sentido que encierra la palabra. Tanto paciente como médico le atribuyen un valor negativo e indeseable. De tal manera que la medicina aliada con la fisiología van formando ideales biológicos a partir de conceptos teóricos, y en base a esto se estandariza lo que está bien y lo que está mal.
Examen crítico de algunos conceptos de lo normal, de la anomalía y de la enfermedad, de lo normal y de lo experimental. Lo normal (normales, de norma, regla) se le entiende como la regla, lo regular, la escuadra, que no se inclina ni a la izquierda, ni a la derecha, lo que está en el punto medio, o lo que se haya en el promedio. Finalmente, esta palabra es depositaria de un valor. La vida misma y no el juicio médico, convierten a lo normal biológico en un concepto de valor y no en un concepto estadístico de realidad. Anomalía viene del griego anomalía, desigualdad, aspereza; amalos, unido, igual, liso; quedando an-omalos, desigualdad, rugoso, irregular. En otra acepción se utiliza el sufijo nomos, ley, quedando “sin ley”. Así se define toda variación del tipo específico, comparando con la gran mayoría de los individuos de su especie. Surge con ello la división de anomalías en variedades, vicios de conformación, heterotaxias, y monstruosidades. La mayoría se ellas se advierten después de la muerte, cuando se examina un cadáver y se encuentra que el tamaño o la forma de tal órgano no corresponde al resto de los demás, y sin embargo era totalmente funcional. No siempre una anomalía refleja un estado mórbido e incluso el mismo sujeto puede ignorarlo, por lo tanto no toda anomalía es patológica. También se le puede entender como una forma de diversidad humana y la diversidad no es igual a enfermedad. Patológico implica pathos, sentimiento de sufrimiento e impotencia, de vida contrariada. En tanto la salud define un ideal de estructura y de comportamiento orgánico. Y anormal quiere decir inexistente o inobservable. En esto el ambiente juega un papel importante, ya que en él la especie expresa cierta normalización momentánea. Por su parte, los cambios como la mutación son la evolución evocada por Darwin, lo que hace normal al agente y al ambiente, sólo si están juntos. También se entiende que si experimentalmente se provoca una crisis convulsiva no por ello se trata de epilepsia, para que la alteración como tal se dé, el individuo necesita padecerlo con todos los estragos que esto implica.
Norma y promedio La norma de acuerdo a lo expuesto en la lectura, lo podemos definir como aquello que se apega a lo normal, y lo normal es aquello que es más común, lo que generalmente pasa, lo que en la mayoría de las veces se presenta; aun así sería necesario conjuntar aquello que es lo más común y englobarlo en aquello que da pauta para considerar alguna situación normal, esto es la norma en sí y esta conjunción nos da el promedio. La norma apegada al promedio busca la estandarización, la generalización de la mayoría de los casos para poder establecer lo que es normal y que se supone debe ser lo fisiológico compatible con la vida; pero para esto hay sus excepciones, porque hay alteraciones que definitivamente son compatibles con la vida y salen fuera de la norma. Con ello podemos decir que existen alteraciones que permiten la vida y podemos considerar a lo normal como
anormal en otro espacio, en otras poblaciones; esto quiere decir que la normalidad depende de las interacciones con el medio, la cultura adquirida e incluso del proceso adaptativo y funcional de cada persona. El fisiólogo encuentra en el concepto de promedio un equivalente objetivo y válido del concepto de normal, pero cabe preguntarse si todo viejo que muere antes de un siglo de vida es de hecho un enfermo por desviarse del promedio, como si la sociedad tuviera el promedio de muerte deseada. Resulta también el asunto de los ambientes, dado que los negros de África no padecen lo mismo que los europeos o los chinos. Destaca que los mayas tienen un metabolismo más elevado con pulso retardado y tensión arterial rebajada, lo que demuestra que el organismo enfrenta al medio ambiente. Enfermedad, curación, salud. Al referirnos al estado patológico, o anomalía, es necesario ceñir los conceptos de normatividad a un estado individual, ya que el promedio –estadísticamente obtenido-, no determina si un individuo es normal o no; recordemos el caso de Napoleón , cuyo pulso de 40x le permitía cubrir sus exigencias orgánicas. Sigerist advierte que no basta “comparar una norma que resulta del promedio, sino en la medida de lo posible con las condiciones del individuo examinado.” Se requiere comprender al fenómeno patológico como algo que revela una estructura individual modificada. Un óptimo estado de salud, incluye la posibilidad de poder enfermar y restablecerse. Pero la angustia que se libera a partir de un estado mórbido, no es por la enfermedad en sí, sino por las consecuencias y complicaciones que involucra a otros órganos y sistemas. De aquí, que la diabetes no es tan mala como una ceotoácidosis diabética, un estado hiperosmolar o un la gangrena del pie diabético. Por ello, se entiende que la salud es para el hombre un sentimiento. Un sentimiento de certidumbre para el presente y un seguridad para el futuro. La salud es más que el buen funcionamiento mecánico del cuerpo; “es la manera de abordar la existencia, sintiéndose no sólo poseedor o portador, sino también si es necesario: creador de valor, instaurador de normas vitales”11 Lo normal es entonces aquello que se apega a la norma, pero que no necesariamente indica lo que es compatible con la salud o con la vida, así podemos considerar a lo anormal como aquello que no se apega a la norma y lo patológico a aquello que en un caso no se apega a la norma y altera al estado fisiológico, o bien aquello que aun apegado a la norma causa enfermedad. Fisiología y patología La fisiología se asume como la ciencia de las constantes, de la vida normal, lo patológico se entiende como otra anormalidad. De este modo, la fisiología se inclina más hacia lo que es la historia y no una ciencia de la naturaleza. Historia porque la fisiología es como un documento que testifica lo que se supone debe ser. La experiencia de vivir una enfermedad no puede reducirse en conceptos abstractos desde la perspectiva científica, ya que los fenómenos fisiológicos y patológicos no bastan para explicar una enfermedad, la cual involucra una actitud hacia la vida, un comportamiento e interacción con el medio ambiente. Al referirse al hallazgo patológico como herramienta científica para el diagnóstico, se cae en la confusión y masificación de 11
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diagnósticos, ya que el corte histológico, el examen bacteriológico; sólo nos hablan de una parte del organismo que ha entrado en desequilibrio, por ello la práctica de la clínica pretende individualizar el diagnóstico, así como su tratamiento. Las normas biológicas no son una sumisión al medio ambiente, sino una institución de su propio ecosistema, cuyas reglas rigen a éste y al propio individuo. Esto se denomina “normatividad biológica”. Pero la normatividad de la vida y la normatividad fisiológica no necesariamente tienen que ir de la mano, ya que la enfermedad es también una manera de vivir, siempre y cuando el individuo sea funcional dentro de su contexto. La medicina en su afán de restablecer el equilibrio perdido, utiliza a las demás ciencias como aliados, en esta normatividad biológica; así la fisiología, patología, bioingeniería, ciencias genómicas etc., adquieren su importancia en función del padecimiento en el ser humano y no como fenómenos fisiológico-patológicos aislados.
Comentarios
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“Lo Normal y lo patológico” es un texto que encierra una serie de razonamientos ordenados que nos ofrecen distintos pensadores a cerca de la salud –enfermedad, y es que ha sido éste binomio el que con mayor frecuencia hace efecto en la vida del hombre. No obstante me resulta difícil entender el por qué para algunos, la enfermedad no es más que un defecto o es resultado del desorden anatómico y fisiológico. Es cierto que la enfermedad nos lleva a un desequilibrio, pero ese desequilibrio no siempre rompe con toda la integridad de la persona, además se puede estar enfermo y no padecer ningún síntoma. Por tanto la enfermedad es y seguirá siendo sólo un fenómeno que lejos de hacernos diferentes a las personas “sanas”, nos hace pensar en el ciclo que se debe cumplir por ser sistemas abiertos a un medio ambiente. Y si hablamos de salud tenemos que hoy en día representa un privilegio tenerla, como si fuera signo de perfección y normalidad. Todo esto me ha llevado a reflexionar que el médico por más que intente definir a la enfermedad, no podrá más que entenderla en algunas ocasiones, pues con toda la literatura que se tiene sólo se ha logrado encuadrar, y limitar un hecho que es infinito a la luz del conocimiento humano.
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Finalmente creo que en nuestros días resulta importante estudiar la evolución natural de varias enfermedades que han logrado romper el equilibrio y que en muchas ocasiones han sido motivo de muerte; mas no tentar contra la sabiduría de la naturaleza ya que ni la misma ciencia podrá codificar las entrañas de la vida.
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La enfermedad entra y sale de nuestro cuerpo como a través de una puerta. La salud y la enfermedad juegan un papel dinámico, ya que debe existir un equilibrio para regular estos dos estadios. La salud y la enfermedad no son entidades diferentes, sino estados que se disputan al organismo, en cuanto uno de ellos deja de funcionar el otro se aprovecha para manifestarse. Como es sabido no existe la salud (biopsicosocial) perfecta, ya que siempre de una u otra manera algo falla. El problema de la medicina en cuanto a lo normal y lo anormal es que tiene demasiadas ciencias separadas, que desarticulan al paciente, así lo normal y patológico adquiere otras dimensiones. En el texto de Georges Canguilhem, el tema saludenfermedad es discutido como problema filosófico más que como un problema con una sola respuesta, además trata de que el medico -y todo aquel interesado- reflexione sobre estos temas, para lograr entender qué es lo normal y lo patológico.
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Gracias a esta lectura comencé a cuestionarme qué entendía como normal, y anormal – de igual manera como en alguna vez me pregunté qué era la belleza-, rápido caí en la cuenta qué la respuesta no está escrita en los libros de texto que debemos estudiar para la carrera, más allá de esto se abre un marco filosófico que está íntimamente vinculado con la ciencia. Empezar a cuestionarse es ya el principio de hacer y pensar diferente.
PUNTO Y COMA (Obra de teatro)
Comentarios -
Punto y coma, es una obra de teatro fuera de lo común con respecto a otras que he presenciado. Digo fuera de lo común por dos motivos: 1) nunca había visto una obra tan relacionada con la carrera, 2) me sorprendió lo magníficamente bien realizada y que despertara tanto interés en el público.
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El tema es tan directo y contemplativo que nos hace pensar en lo inhumanos que podemos ser, me refiero a todo los aspectos; hemos llegado a convertirnos en un material más. Inhumanidad, desinterés, conveniencia, fastidio, incomprensión y otros calificativos describen la atención que continuamente recibimos y llegamos a dar; no sólo me refiero a la atención médica, la cual constituye el tópico de la obra teatral; sino en todos los vínculos que establecemos ante una ventanilla, un mostrador, un escritorio, en la calle, con el profesor. Sin duda la obra abre interrogantes sobre el ejercicio medico y sobre nuestro papel como ciudadanos. Le toca a cada quien detenerse a la reflexión.
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Nunca antes me había cuestionado del por qué se actúa de tal manera en el ejercicio de la medicina. Yo, nada sé de la vida en un hospital de tercer nivel, apenas mi relación con los pacientes se limita a un consultorio en donde solo realizo un interrogatorio, e imito una exploración física. Lejos de ver al paciente como tal lo tomo como un “examen”. Tampoco sé nada de la vida de un paciente con cáncer metastático de ovario en la cuarta etapa o con cualquier otra enfermedad terminal, porque afortunadamente nunca he tenido la oportunidad de experimentarlo y ser testigo de ello; sin embargo creo que todos necesitamos de todos, todos sentimos, todos pensamos, con sentimientos buenos o sin ellos, todos deseamos una buena atención medica o de cualquier tipo, y por ese mismo derecho que tenemos de ser tratados con dignidad, también tenemos la obligación de brindar el mejor servicio que este en nuestras manos.
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Una historia verdaderamente paralizante e impactante. No es lo mismo leer un libro -como lo fue el de Horacio Jinich- a verlo, podríamos decir casi en la vida real. Uno se percata de la importancia del contacto de los médicos con sus pacientes, de atender o curar al paciente y no a la enfermedad. Darnos cuenta que se trata con seres humanos que sientes, piensan y necesitan afecto igual que nosotros.
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Al observar la obra me di cuenta de muchos errores que todavía no cometo, y esto es porque no atiendo pacientes, pero seguramente los hubiera cometido. Aunque en clínicas nos enseñaron la importancia de la relación “médico-paciente”, más nos enfocamos en aprehender métodos, técnica y pasos a seguir; y vamos dejando en el olvido implementarlas y conjuntarlas con la relación “médico-paciente”.
¡TOC, TOC! ¿HAY ALGUIEN AHÍ? Feggy Ostrosky Quisiera saber quién usa en verdad todo su cerebrote, es decir quién de verdad sabe utilizarlo. Hoy en día con toda la tecnología que tenemos hemos avanzado mucho en su estudio, en la ayuda para diagnosticar enfermedades (Alzheimer o Parkinson).
Los trastornos mentales han dejado de ser parte del terreno del
misticismo y en su lugar se tienen más estudios de las bases bioquímicas y neuroanatómicas del cerebro; con lo cual se pueden comprender mejor los padecimientos en todos sus aspectos, desde la manera de prevenir algunos factores de riesgo, hasta tratamientos más eficientes. Pero qué hay con nuestro interior, el yo, las emociones, el amor, el miedo, la memoria, inteligencia, etc. En realidad el logro del humano no ha sido por tener la masa cerebral allá arriba, sino en cómo se ocupa. Entender nuestro comportamiento y funciones básicas del cerebro ayudan a sacarle mayor provecho, así como aprender a controlar nuestros impulsos y estrés. Este manual nos contesta algunas de las preguntas más frecuentes que nos hacemos con respecto al cerebro que hasta hace un siglo era el gran misterio de la naturaleza Muchos hacemos estimaciones erróneas de la edad de las personas, ¡cuidado!, que hay edad biológica (por el desgaste del organismo) y la edad cronológica (según la fecha de nacimiento). Un ejemplo de cálculos de la edad biológica es el caso del jazzista Charly Parker, al morir le calcularon una edad aproximada de 50 años, cuando en realidad tenía 35, el equivoco se debió a que él abusaba del alcohol y las drogas, lo cual lo llevo a un rápido deterioro físico. Ahora, la esperanza de vida ha aumentado. A los 45 años se dice que una persona está en la mitad de su vida, pero no es la cantidad sino la calidad lo que debería preocuparnos. Vivir mucho no convendría tanto si nos jubilamos a los 65 años, ¿qué haríamos con los demás años si mejorara la esperanza de vida a los 120 años?, también habría que buscar un mejor modo de vivir para la vejez. Todos tenemos que envejecer algún día, ¿por qué? Hay varias teorías que responden: 1-
Teoría de los telómeros, que hay elementos genéticos que controlan el número de divisiones celulares.
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De la degradación del sistema endocrino.
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Todo lo que se usa termina por desgastarse.
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De las toxinas que nos “oxidan”.
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De los radicales libres.
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El inicio y fin – Ley de la entropía-.
Pero, qué no cunda el pánico, no deberíamos preocuparnos en cuándo y cuánto envejecemos, más bien en vivir bien hoy para llegar a una vejez satisfactoria. Hay otros factores relacionados con el envejecimiento: el cardiovascular, si no nos cuidamos y seguimos con la clásica dieta T, es muy probable que suframos problemas cardiovasculares como cardiopatía, hipertensión
arterial sistémica, dislipidemias, evento vascular cerebral, etc. El inmunológico, y sobre todo el medio ambiente que influye directamente sobre nuestro estilo de vida. Para que no nos pase lo del saxofonista Parker, hay van algunos tips, que previenen dañarnos irreversibles, y a no acelerar el proceso natural del envejecimiento:
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No fumar
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No exponerse a contaminantes (smog)
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Ejercicio por lo menos 20 minutos tres veces a la semana
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Tener perro que nos ladre, o mascota
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Cuidar esos kilitos de más
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Comer jitomate ( antioxidante natural por excelencia)
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Desayunar diariamente ( y no necesariamente el tamal con la doña de la esquina)
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Baños de sol; pero ni tanto que queme el santo, ni tanto que no lo alumbre.
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Higiene bucal; para conservar esa sonrisa Colgate
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Evitar accidentes
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No conducir si utilizamos el teléfono celular, para eso ya está el teléfono a manos libres.
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Chocarnos la presión arterial (115/75)
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Tener actividad sexual monogámica, se dice que aumenta de 1,7 a 8 años la esperanza de vida.
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Control de nuestras finanzas
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Reducir el estrés
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Trabajo creativo no monótono
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Reírse mucho
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Participar en actividades comunitarias
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Actividad intelectual, como leer, entre más utilicemos el cerebrote más se activa. Hacer nuevas conexiones neuronales, estimulándolo con rompecabezas, adivinanzas, ejercicios aritméticos, y de lenguaje. Se ha demostrado que el cerebro es flexible, y la clave está en las conexiones (sinapsis), y en las células gliales.
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No alcohol, y mucho menos los estupefacientes, drogas o estimulantes.
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Buscarse un compañerito, para mantener el corazón latiendo de emoción.
Sabemos que la memoria es “la habilidad para registrar y almacenar o guardar la experiencia, o la consecuencia del aprendizaje, la cual va cambiando con la practica” Para entender esta capacidad de “cerebruto” hay que hacer una clasificación sencillita. La memoria se clasifica como: •
Sensorial
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Corto plazo. Minutos- días
•
Largo plazo. Días – años
En todas ellas hay estímulos como el tacto, olfato, gusto, audición y visión. La memoria a largo plazo puede ser: •
somática- relacionada con el mundo exterior, el medio ambiente.
•
Episódica- es la autobiografía
•
Procesamiento- habilidades específicas que se adquiere con la práctica
•
Declarativa- de la conciencia
A su vez en el proceso del recuerdo tenemos el registro, después la retención, y luego la recuperación. Para una adecuada retención debe haber: atención, asociación y repetición. En la recuperación de la información tenemos la evocación (búsqueda autónoma) y el reconocimiento (diferenciar la información) Ahora, el por qué olvidamos es por varias razones: •
no ponemos atención
•
lo que hacemos es tan aburrido y automático
•
la información es nueva
•
no recordamos las claves
•
falta de uso
•
mezclamos memorias a través del tiempo.
Los recuerdos no están en las neuronas, sino en las sinapsis que recuperan la información. El hipocampo mantiene y registra todos los eventos complejos y los une. Para aumentar la memoria hay que realizar varias cosas como: atender, revisar, repetir, practicar, escuchar, observar, utilizar, descansar, comprender, organizar, asociar, imaginar, revisualizar, arte de memoria, autoinstrucción, consumir productos herbales como (Ginkgo Biloca), buena alimentación, estrógenos en la menopausia. Una de las características de la memoria es la “atención”, y para ello hay que estar despierto, vigilante y tener la capacidad de percibir estímulos relevantes y desechar información insignificante. La memoria se refuerza con los sentimientos de agrado, desagrado, dolor o placer que acompañan a la impresión. Las impresiones que despiertan una emoción, sea positiva o negativa, se recuerdan mejor que las que nos dejan indiferentes.1 No se vale estar somnoliento (como lo estamos después de una clasecita de bioquímica), obnubilado, en semicoma y lo que es obvio en coma. Para estar atento, hay que estar concentrado, y mucho tienen que ver la alimentación, el estilo de vida, las horas que se descansa y síndromes en particular. Hoy se habla mucho del síndrome de atención e hiperactividad (DHA), este síndrome a su vez se clasifica según la alteración: Primer grupo cuando la falla es atencional; segundo grupo, cuando hay hiperactividad1
Wolff Werner. Introducción a la Psicología. Fondo de Cultura Económica pag: 97
impulsivo; tercer grupo, hiperactividad con problemas de atención. Cada rubro con sus propias características como la desorganización, no realizan tareas, fallas en la memoria, inquietud, impacientes, no pueden mantenerse realizando un solo ejercicio, no se relajan, se distraen con facilidad. Incluso los síntomas pueden persistir en la adultez. Lo que sucede en el cerebro es que no hay capacidad para filtrar entradas sensoriales, tienen alteraciones en la corteza cerebral prefrontal, parte del cerebelo y los ganglios basales, la vermix del cerebelo es más pequeña. También hay variaciones en el gen involucrado en el transporte de dopamina (la que inhibe emociones y movimientos). Hay factores predisponentes como el nacimiento prematuro, alcoholismo, tabaquismo materno, drogadicción, exposición a altos niveles de plomo en la niñez. Para el diagnóstico es necesaria la ayuda de un profesional como el paidopsiquiatra, no vayamos a pensar que por que Juanito no entró a clase de álgebra por irse al concierto de la Maldita Vecindad, pues ya se tenga un DHA. Si nos preparamos podremos mejorar la atención, algunas recomendaciones son las siguientes:
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no demasiados estímulos a la vez,
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lograr las metas propuestas,
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tranquilidad psicológica,
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confianza en sí mismo,
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ahorrar tiempo y esfuerzo,
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claves de interlocutor,
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no preocuparse tanto,
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hablar y escuchar,
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tomar notas,
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actitud positiva,
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imaginación,
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actividad recreativa,
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utilizar el RALE (resumir, anticipar, leer entre líneas, y evaluar).
¿Qué tan inteligente soy?, No lo sé, y creo que nadie sabrá a ciencia cierta cuán inteligentes Somos a pesar de la psicometría, por que la inteligencia es muy amplia. Por lo general la persona que cuenta con una excelente memoria se le califica como inteligente. ¿Pero realmente lo será? La autora nos señala que el ser inteligentes es aprender a utilizar todo aquello que se posee. Es la adaptación del individuo a su medio ambiente, es la capacidad individual para aprender y la capacidad para pensar en forma abstracta. Está claro que sin memoria no podemos aprender, y sin aprender no podemos vivir. Pero la palabra aprendizaje implica un grado de maduración de aquello ya conocido, y esa maduración se alcanza con la suficiente estimulación y las condiciones necesarias tales como económicas, estabilidad emocional, alimentación, apoyo familiar, etc. Cada quién desarrolla un tipo de inteligencia, así alguien puede ser hábil en la música, el lenguaje, las matemáticas, etc. Algunas pruebas para medir el IQ son limitativas, ya que valoran sólo algunas áreas, y se
rigen de acuerdo a los patrones seleccionados por otros países que distan mucho de tener las mismas condiciones de vida que en México. Entre las principales áreas de inteligencia tenemos:
Tipo de inteligencia Verbal –lingüística
Lugar de localización Hemisferio izquierdo
Características Literatura, periodismo, derecho,
Lógica-matemática
Áreas frontales
poesía, locutor, etc. Finanzas, contaduría,
Espacial
Lóbulo parietal derecho,
ingeniería, programación Arquitectura, diseño gráfico,
Musical
occipital Lóbulo temporal
arte en general Pianista, guitarrista, canto,
Corporal-quinestésica Interpersonal-social
Corteza y ganglios, cerebelo Lóbulo frontal derecho
teatro… Bailarines, deportistas Maestro, político, sociólogo,
Interpersonal o
Lóbulo frontal
antropólogo, religioso. Psicólogo, psiquiatra, filosofo,
introspectiva Naturista Espiritual-existencial
---------------------------------------------------
investigador Biólogos Líderes religiosos, filósofos
La creatividad no es lo mismo que la inteligencia, pues todos podemos tener inteligencia ordinaria, pero no extraordinaria como los grandes genios. Los genios no sólo son inteligentes y creativos, son originales y cambian el curso de las cosas, encuentran el problema más que solucionarlo, son obsesivos infantiles, combinan ideas y símbolos; son sintéticos y analistas; arriesgados, toleran la ambigüedad. Su materia gris es más compleja, tienen más oligoendroglia, la circulación del hemisferio izquierdo es mayor. Actualmente se sabe que desde la etapa prenatal el feto, es capaz de captar los estímulos rítmicos de una melodía y los asimila de manera agradable; de los 8 a los 11 meses puede reconocer sonidos armoniosos y rítmicos que interpreta como agradables. A los 2 años logra inventar canciones. Y de los 3 a los 10 años es la mejor época para que pueda aprender a tocar algún instrumento musical. Se ha demostrado que los músicos tienen ciertos cambios en la estructura de su cerebro, ello demuestra que este tipo de estimulación influye en el desarrollo del individuo.
La música juega un papel importante en nuestro desarrollo; ritmo, armonía y tonos musicales están plasmados en nuestra vida cotidiana , como el latido del corazón, el ir y venir de las olas del mar, el canto matutino de las aves, el galope de la lluvia, el tic-tac del tiempo; sonidos que hacen música, música que despierta los sentidos. Por algo dicen que la música es el lenguaje universal, influye en el estado de ánimo, recrea escenas, recuerdos y
momentos; despierta habilidades –espaciales, matemáticas, verbales y no verbales-, nos ayuda a
evocar la memoria, aprender mejor con la estimulación cerebral, a relajarnos. La música no sólo sirve para
divertirnos o expresar sentimientos, también puede ayudar a tratar algunas enfermedades como el Parkinson, embolia y otros problemas neurológicos. De ahí que surja la musicoterapia.
“La música es terapéutica y
siempre lo ha sido... pero sólo en nuestro medio en exceso metódico y enfermizo no s hemos visto obligados a redescubrir las técnicas, los métodos específicos de aplicar la música a la rehabilitación de personas que sufren cualquier dolencia...” * Recientemente se ha investigado más acerca de los efectos que tiene la música en el cuerpo, y el estado mental, algunos ejemplos son los siguientes:
TIPO DE MUSICA Jazz muy tranquilo
EFECTO Tranquiliza, baja la frecuencia
EJEMPLO John Coltrane, Duke Ellington, Louis
Jazz movido
cardiaca y la tensión arterial Activa la circulación
Armstrong (latín jazz, Swing)Paquito de Rivera, Mongo Santamaría, Ray Barreto
Música barroca Música clásica Música romántica Música impresionista Ritmos africanos Música latinoamericana
Estabilidad, orden, seguridad,
Bach, Vivaldi, He andel
estimulante para el estudio Mejora percepción de espacio Individualismo y misticismo Evoca imágenes parecidas a los
Haydn, Mozart Chopin, Schubert, Tchaikovski, Liszt Debussy, Fauré, Ravel
sueños Ánimo, alegría y confianza Acelera el ritmo cardiaco,
Soul, Calipso, jazz Salsa, cumbia, rumba, merengue
aumenta la frecuencia respiratoria, pone el cuerpo en Samba Cantos gregorianos
Estimula,
movimiento tranquiliza, pone
cuerpo en movimiento Relajación en el espacio, meditación, estudio, reduce el estrés
¿Qué si soy alegre o triste? Francamente, no lo sé La tristeza ¿en qué consiste? De la alegría ¿qué haré? No soy alegre ni triste No sé en verdad, qué soy yo *
Yehudi Menunhin
el
Soy cualquier alma que existe Siento lo que Dios me dio Pero, en fin ¿alegre o triste? Pensar no lleva a buen fin, Y la tristeza consiste En no saber bien de mí Mas la alegría es así… Pessoa Fernando
La vida o la muerte, lo bueno y lo malo, tristeza y alegría; dualidades inseparables de este deambular por el mundo. Como el poeta muchos oscilamos entre un estado y otro: la alegría y la tristeza. Las emociones nos ayudan a utilizar al máximo nuestras fuerzas durante periodos cortos, a sostener actividades durante más tiempo, disminuye o aumenta la sensibilidad al dolor. Las emociones son el motor que nos alienta o nos hunde; alegría y tristeza van de la mano, una no existe sin la otra. Hay dos sustancias que regulan las emociones: la noradrenalina que contrae los músculos y pone a funcionar el sistema nervioso central –y patitas pa´que las quiero-; mientras que la adrenalina dilata y tienen control sobre el sistema autónomo o visceral.
Las situaciones de estrés individual y colectivo generan pérdidas económicas en un país, de ahí que su estudio y tratamiento ha tomado mayor importancia. El estrés se define como “proceso físico, químico o emocional productor de una tensión que puede dar origen a una enfermedad” No es extraño que la presión arterial se agudice, o que se desarrolle una úlcera duodenal en estados de estrés. No olvidemos que también contribuyen las enfermedades psicosomáticas que pueden ocasionar desde una simple urticaria, cefalea, a una conjuntivitis crónica, así que no le echemos la culpa al “me embrujaron”, que es más bien por el estrés que llevamos en los hombros. Dentro de la clasificación de los agentes de estrés*2 tenemos que sus efectos sobre la salud pueden ser positivos o negativos (euestrés o distrés). El efecto que tienen sobre el individuo obviamente depende de la actitud que se tenga para manejarlo. Por otro lado, se dice que la reducción de estresantes físicos, biológicos o psicológicos ocasionan un estado de reposo nocivo. El cerebro va perdiendo su actividad y es más susceptible a la depresión. Pero cuando las demandas en un individuo sobrepasan su capacidad de respuesta, se genera un estado de inestabilidad tanto mental como corporal. Así que con estrés nos enfermamos y sin él también. Pues ni mucho, ni poco, de todo un poco. En la fisiología del estrés tenemos que las catecolaminas juegan un papel básico; también se sabe que la compleja maraña de procesos mentales involucrados en un psicotrauma crea un estado de conflicto. Cuerpo y *
2
Orlandini Alberto. Qué es el estrés y cómo evita7777rlo. Fondo de cultura Económica. P:20
mente se entrelazan para generar una enfermedad. Pero, ¿por qué una persona es más susceptible que otra? Cada quien
tiene su talón de Aquiles, ya sea por factores genéticos o porque psicológicamente algunos
órganos simbolizan el conflicto. Así para los chinos el hígado es asiento de la ira, el riñón del miedo, la vesícula de la pena, el corazón del júbilo, el pulmón y el colon de la ansiedad y depresión. Los teóricos en los trastornos psicosomáticos han clasificado las patologías en trastornos cardiovasculares, respiratorios, digestivos, urinarios, inmunológicos, del sistema nervioso, endocrino y de la musculatura estriada. Y como los chinos cada sistema está relacionado con una emoción en particular. Para Alfred Adler, las personas no piensan con el cerebro, sino con las glándulas, el estómago, corazón y otros órganos. Como vemos esta afirmación no dista mucho de la realidad; no es extraño recibir en la consulta médica al paciente que describe cuidadosamente cada síntoma, relacionándolo con un complejo mecanismo psicológico. Por más que el clínico trata de armar ese rompecabezas, pronto se da cuenta que está ante un trastorno psicosomático. La conducta y personalidad son pistas que nos guían para saber qué tipo de paciente se tiene en frente. La personalidad tipo A es aquella impulsiva, competitiva, impaciente, hostil; la tipo B es más tranquilo, sin impulsos agresivos, quizá un poco perezoso, hedonista. Se sabe que la conducta tipo A está más propensa al estrés y por ende a las enfermedades crónico degenerativas. Para prevenir un ataque de estrés por los exámenes departamentales que ya se aproximan, más vale seguir estos consejitos: -
Quererse mucho.
-
Vivir el presente.
-
Organización.
-
Controlar pensamientos negativos.
-
Ayudar a los demás.
-
Respeto y tolerancia.
-
Reírse mucho.
-
Mantener una red de apoyo social.
-
Ejercicios.
-
Masajes y meditación.
-
Alimentación adecuada.
Hay sustancias bioquímicas en nuestro organismo que transportar información, estamos hablando de los neurotrasmisores, neuromoduladores, hormonas y las famosas feromonas. Las feromonas se encargan de los ciclos reproductivos de los animales (abejas, insectos, mariposas, primates, perros, etc.) dichas sustancias tienen la capacidad de atraer al compañero para producir la cópula. Se percibe a kilómetros de distancia por medio del vomeronasal y epitelio olfativo, son capaces de cambiar la conducta del animal. Hasta hace poco no
se había demostrado la existencia de feromonas en el ser humano, ahora hay investigaciones que afirman lo contrario, pues existe en la orina y el sudor. En sí las feromonas no despiertan el amor romántico y las grandes pasiones, pero sí la conducta social. En
la memoria olfativa queda la sensación de bienestar y calidez. Las
feromonas han sido elaboradas para tratar el síndrome premenstrual, cáncer de próstata, ataques de pánico, anticonceptivos, impotencia, enfermedades hormonales. En resumen las feromonas son el sexto sentido de muchos animales; quizá entre ellos el hombre. El miedo es un mecanismo natural de defensa y supervivencia, nos protege contra el peligro, si no podemos huir, atacamos. Pero existen de miedos a miedos, algunos se llegan a convertir en “fobias y crisis de pánico”. Algunos ejemplos son el estrés postraumático acompañado de ansiedad severa; el trastorno obsesivocompulsivo; la ansiedad generalizada que es la preocupación excesiva por periodos largos. Los miedos son diferentes de acuerdo a la edad. A diferencia del miedo, en la ansiedad no existe estímulo externo; es normal sentir miedo o ansiedad, pero dejan de serlo cuando impiden la vida, cuando se presentan constantemente, y no dejan que el individuo realice sus actividades cotidianas. Fisiológicamente el miedo se genera a partir de un estímulo, éste es captado por los sentidos, viaja al tálamo, de ahí a la corteza cerebral, pasa por la amígdala, y llega al hipocampo, donde se genera la respuesta y se registra como “Miedo”. Los miedos irracionales se tratan con fármacos o neurotrasmisores como el prozac, zoloft, paxil, etc. O con técnicas conductuales y sistémicas de desensibilización, enfrentándolos poco a poco con su miedo. El miedo y el síndrome deficitario pueden ser por los genes 11 y 17 en los alelos de los receptores D2 y D4 en la transformación de dopamina en adrenalina, GAB, serotonina y endorfina. El lenguaje no verbal o sutil nos sirve para diferentes cosas como transmitir nuestro interés en otros, iniciar y terminar una conversación, expresar sentimientos, y para impresionar. Es el lenguaje que se usa con más frecuencia, espontáneo y sincero. En el lenguaje no verbal intervienen dos factores: -
El sujeto con la intención del mensaje
-
Y el que recibe el mensaje, con una interpretación de éste.
La comunicación no verbal puede ser: quinestésica, olfativa, de apariencia física, vocálica, proxímica, háptica, temporal, medioambiental Hay ocasiones en que podemos ser engañados por un actor profesional de la mentira, para reconocerlo podemos guiarnos de: •
no contesta preguntas,
•
da respuestas evasivas,
•
dice tonterías,
•
talla el dedo gordo con el piso,
•
tiembla,
•
se rasca la raíz del cabello con sus dedos.
La timidez es un problema social, incluso ocupa el tercer lugar de trastornos después de la depresión y la farmacodependencia. La timidez es la inseguridad en uno mismo y de las relaciones con el prójimo. Tiene bases genéticas con diferencias fisiológicas en el cerebro, hay mayor actividad en la corteza frontal derecha. También influyen los padres y la autoestima. Los sujetos tímidos tienden a compararse con los extrovertidos, tienen una pobre imagen de ellos, sienten que todos los miran y juzgan, crean un mundo fantástico en el que se sienten más seguros. Hay estrategias para superarla o al menos tratar de ayudarse: esforzarse por una mejor vida social, pensar positivamente, involucrarse con la familia o comunidad, mostrarse interesado o interesante, entrar sutilmente en conversaciones, no ser ansioso, ayudar a que el grupo tenga una mejor conversación, aprender a manejar fracasos, controlar las emociones, ser tolerantes, reírse mucho.
La depresión disminuye la esperanza de vida incluso lleva al suicidio. La depresión es una tristeza profunda de dolor patológico. Es una enfermedad que el individuo carga en su interior, sobretodo las mujeres son más susceptibles. Se caracteriza por cambios en el apetito y peso corporal; alteraciones en el sueño, fatiga y pérdida de energía, incremento de la actividad física e inquietud general, decremento del interés sexual, sentimientos de culpa, dificultad para pensar y concentrarse; dificultad en la memoria, pensamientos suicidas; dificultad para relacionarse. Una terapia puede ser la cognitiva, los antidepresivos, y en casos extremos la hospitalización. Se tienen pensamientos como: todo o nada; sobre generalizan, rechazan ayuda, niegan, exageran y magnifican, el razonamiento es emocional. La depresión es un sentimiento del que todos tenemos alguna experiencia, pero cuando traspasa sus límites, se requiere tratarla como cualquier otra enfermedad ya que invade el estado general de la persona. Como vemos, el cerebro no sólo manda y dispone por sí solo, necesitamos echarle una ayudadita, manteniéndolo en óptimas condiciones, para que nuestro estar aquí en el mundo sea más provechoso.
LOS ENVIDIOSOS Francesco Alberoni
La palabra envidia ha sido constituida como algo vergonzoso, que no nos atrevemos a confesar. Pero, ¿qué entendemos por envidia? La palabra envidia etimológicamente viene del latín “envidere” que se refiere al descontento al contemplar el bien ajeno y deseo de poseerlo. Si entendemos esto como la carencia de lo que deseamos, entonces podríamos hablar de que la envidia es continua, ya que siempre deseamos lo que no poseemos y nunca quedamos satisfechos. El inicio de la envidia es la comparación, aquí salimos perdiendo porque tenemos la percepción de ser inferiores a los que nos estamos comparando, no podemos defendernos, nos sentimos disminuidos, vacíos, tontos y miserables. Como respuesta se asume una actitud de agresividad; se desvaloriza a la persona envidiada. En este sentido la envidia se asume como mecanismo de defensa, para destruir y dañar al otro; antes de ser aniquilado uno mismo.
La envidia se considera como un sentimiento vergonzoso, que no lo podemos declarar abiertamente, se disimula, se trata como secreto, porque no queremos que los demás nos sepan vulnerables, disminuidos, derrotados y que admiramos la superioridad del otro, y peor aún, que sufrimos por ello. Admitirlo sería nuestra destrucción.
José Emilio Pacheco ejemplifica este fenómeno en su cuento: “La reina”; en el cual Adelina, chica regordeta y poco agraciada, experimenta la envidia contra su rival; que es seleccionada para ser “la reina del carnaval”. Adelina es agredida por su familia y amigos, los cuales le señalan sus pocas posibilidades para ganar el concurso de “reina”. Ella quiere ser admirada y pretendida, ella quiere tener la imagen de la otra, una y otra vez se pregunta ¿por qué ella no?, ¿por qué la otra tiene todo? Entre la ira y la frustración, entre la negación y la rivalidad, llega a un estado de catarsis: “Y mientras hablaba, gritaba, gesticulaba con doliente furia iba rompiendo su cuaderno de cartas…se detuvo en el espejo…miró su pelo rubio, los ojos verdes, el rostro pálido cubierto de confeti, rimel sudor maquillaje y lágrimas. Y se arrojó a la cama llorando, demoliéndose, diciéndose: Ya verán, ya verán el año que entra.” Y en esta última frase se asoma el dolor y el coraje, coraje suficiente para dejar entre dicho la venganza, el “ya verán”, el arrebato de envidia y sufrimiento. Francesco menciona que la envidia surge de la prohibición de la violencia. En el caso de Adelina ella desea destruir a su rival y ante su imposibilidad vuelva la violencia contra sí misma. La violencia no puede ser gritada, hacerlo significaría echarse encima a los demás, ser juzgado y señalado; por eso tiene que callárselo o canalizarlo para borrar sus huellas.
¿Hay un sólo tipo de envidia?, el autor nos responde que no, y así identifica a los siguientes tipos: -
Envidia competitiva: Cuando se genera el impulso de superar al otro.
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Envidia depresiva: Se deja caer la toalla antes de la competencia, de declara el fracaso anticipado.
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Obsesión envidiosa: Es la envidia que busca constantemente a la víctima.
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Envidia maligna: Veneno que encuentra el placer en el fracaso de los demás.
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Envidia avara: Cuando las personas mayores temen el éxito de los discípulos.
En general se dice que hay una envidia buena y una mala; la primera es transitoria, no genera conflicto. La otra es dolorosa, genera sentimientos encontrados. ¿Cuántos de nosotros no hemos experimentado un momento de envidia? Muchas veces es sólo una punzada que suele nacer de manera espontánea, cuando se desea ser como la otra persona, entonces surge una pregunta ¿por qué, él y no yo? La “punzada de envidia”, no es perpetua, desaparece y vuelve a aparecer, como su nombre lo indica es sólo una “punzada” Un estado capaz de modificarse, un estado breve. Se dice que la punzada es la sensación de envidia más completa, es decir, que pasa por todas sus etapas. “Es confrontación, descubrimiento de la propia nulidad y de la propia impotencia, es rabia y agresividad contra el otro, es conciencia de la envidia y vergüenza de experimentarla.”12 La punzada es el instante donde nos vemos anulados y perdidos. Depende de la madurez de cada individuo, el superarla o simplemente no darle más importancia de la que tiene. Y así como hay punzada de envidia, la hay de celos, y de miedo. Envidia y celos, ¿sinónimos?, parecidos pero no iguales. En los celos, aparece un tercer protagonista, “el rival”, el sujeto que tiene el objeto que se desea, -comúnmente una persona-. Amado, amante y rival, juegan la tríada del drama, mientras que en la envidia sólo actúan el envidiado y el envidioso. En los celos la culpa la tiene el tercero, es él quien molesta, quien no debe estar ahí, sin su presencia el río vuelve a su cauce. En la envidia no hay culpables, pretextos, ni atajos, y por lo mismo el envidioso guarda en secreto su ignominia, se sufre en soledad; no hay cómplices que lo validen. ¿La admiración es el camino de la envidia? el autor nos contesta que no, la admiración es una fuerza ascendente que estimula, que empuja a llegar a ser como el admirado, no en un afán de rivalidad, sino como punto de partida para alcanzar otros logros. El chico que admira a su maestro por los libros publicados, querrá llegar a ser como él, pero nunca querrá ser él. Reconocerá sus capacidades, su propio sentido de existencia, sabrá que él tiene otras capacidades. En cambio en la envidia está relación de superación se vera truncada, no se aceptan las limitaciones, se quiere ser el otro, se quiere tener lo del otro. El envidioso nunca reconocerá el trabajo, el esfuerzo y los méritos del otro. “La envidia me impide comprender a mi vecino. La envidia me impide captar la profundidad de su pensamiento. La envidia me cierra los ojos y los oídos. Por eso, cuando elimino la envidia-como hago con el soberano o con el líder o con el maestro- vuelvo finalmente a ser capaz de escuchar y comprender cuanto ellos dicen” El envidioso ignora, no sabe lo que pasa a su alrededor, porque sencillamente 12
Alberoni. Los envidiosos, p: 43
está inmerso en sí mismo. Para saber a quién envidiamos, debemos comprender que generalmente lo que deseamos y queremos está condicionado, es una actitud aprendida. No queremos un coche de la noche a la mañana, ni ganar el premio Novel, si no sabemos lo que esto significa. El autor señala que los deseos se aprenden desde la primera infancia y a través del transcurso de la vida, a lo cual se llama identificación e indicación. En la identificación como su nombre lo dice, se reconoce el deseo, y en la indicación se subraya qué es lo qué tiene valor y qué no. La televisión, la mercadotecnia, las revistas y propagandas “indican” qué es bueno y qué es malo, qué vale la pena y cuál es rechazado por la sociedad. Así que no se quiere el coche del vecino, si no se identifica e indica como objeto de prestigio social. Tampoco se quiere ganar el Premio Novel de literatura o de química sino se pertenece a la comunidad en dónde se es apreciado. El deseo está condicionado por lugar, y tiempo. Se envidia lo que es factible, lo que pertenece a mi entorno social e ideológico. Quizá en épocas precolombinas se hubiera deseado ser la doncella o el guerrero sacrificado en honor a un dios mítico, ahora ni quién sueñe en ello, los valores cambian y adquieren nuevos significados. Alberoni cita a Aristóteles “envidiamos a las personas que están cerca, en tiempo, en el espacio, en la edad, en la reputación (y en el nacimiento)” Por lo cual “la envidia nace de una herida en esta epidermis social que se extiende, que se desgarra y deja que irrumpan lo infinitamente deseable y la confrontación imposible. Se agolpan entonces en esta herida todos los sueños prohibidos, todas las esperanzas reprimidas, pero solamente para provocar una derrota, para revelar una impotencia”13 Envidiamos lo que no tenemos, lo que deseamos y sin embargo, esto también surge de la comparación. Supongamos que Pedro después de grandes esfuerzos ha podido hacerse de
un pequeño departamento.
Visita a su viejo amigo y se da cuenta que tiene una casa más grande, con jardín y ubicado al sur de la ciudad en una colonia de prestigio. Pronto advierte que él otro tiene más, que él otro heredo la propiedad y no hizo grandes esfuerzos para conseguirla, se compara y anula sus propios
meritos, deposita el valor en la
adquisición de un objeto. Ante los ojos de los demás, el otro es más exitoso, ese valor se lo otorga él y la colectividad. Se pone en la balanza el valor que tenemos nosotros
mismos, y el valor que los demás nos
atribuyen. Esta comparación se llama: confrontación envidiosa. De aquí se desprenden los conceptos: Confianza de base y estima de base. La confianza de base muestra las herramientas personales que se han adquirido para llevar a cabo objetivos, retos y metas. “Es la seguridad o inseguridad con que afrontamos la vida” La estima de base no parte de lo interno, el reconocimiento y valor lo otorga la sociedad. “Es una relación entre las aspiraciones y los reconocimientos”, entre lo que yo quiere, y lo que la sociedad espera de mi. Cuando no se logran las metas esperadas por los demás, la persona experimenta el estrés y la envidia de que otros lo superen. Es entonces en el marco de esa rivalidad donde surge la competencia. La competencia no se presenta entre desiguales, nadie se atrevería a luchar con un atleta de1.80cm de estatura y musculoso, si se es bajito, delgado y poco hábil para ese deporte. Ni alguien participaría en un torneo de ajedrez sin apenas se tiene conocimiento de cómo van las piezas en el tablero. Competir en este 13
Alberoni. Los envidiosos p:84
sentido sería absurdo, la incertidumbre se desvanecería, ni siquiera los participantes podrían sentir que han hecho su mejor esfuerzo, ni que valga la pena desgastar sus energías en esa confrontación. El ejemplo más claro de competencia es la deportiva, aquí los participantes tienen las mismas actitudes, su disciplina y entrenamiento es el mismo, están bajo las mismas reglas y ambos son capaces de salir triunfantes. Sin embargo, ambos rivales reconocen las capacidades que tiene cada quien, y por eso el vencido no sentirá la envidia, o al menos no a grados patológicos. Muchas veces la gente se enfrasca en una competencia que parte de la diferencia, a veces se ignora o no se acepta, y cuando es vencido se exclama que es injusto, que el otro no merece el premio, que él pudo hacerlo mejor; sin embargo quizá en este caso nunca hubo tal competencia. Así “la envidia es un afanoso interrogarse sobre una competencia que nunca existió, un afanoso debatir sobre reglas que nunca fueron establecidas”14 El autor menciona 5 etapas que se desarrollan en el proceso del envidioso: -
Negación del valor: No se aceptan las virtudes del otro.
-
Revisión del valor: Se cuestiona qué tan bueno es el rival.
-
La proyección de la falta de valores: De manera diplomática le asignan atributos negativos.
-
La calumnia. Es la campaña a todas voces, para desprestigiar y acusar al otro.
-
Desplazamiento del valor. Se pierde el interés hacia el otro, ahora se ocupa de sí mismo, trata de esforzarse para crear sus propios valores y alcanzarlos. Alberoni argumenta que llegar a este punto “es una expulsión de la envidia, una cura”.15
Otra característica que se presenta en el envidioso, es el buscar aliados, testigos que validen la envidia. A esto el autor lo llama “Proselitismos envidioso”. En soledad el envidioso sufre su propia condena, en cambio cuando comparte su molestia y la justifica ante los demás, éstos lo acompañan en el camino de la envidia, y el trance se hace menos pesado. En grupo se pueden confabular calumnias para aniquilar el valor del otro; “todos juntos lograremos expulsar el cuerpo extraño y la envidia desaparecerá”.16 Cuando la envidia está presente en la esfera política, las ciencias y las artes, -en general en la vida publica-, el objeto de envidia adquiere mayores dimensiones que realmente llegan a ser devastadoras para el envidiado, basta ver los periódicos y leer las críticas que se hacen contra un músico, un artista plástico, un político, un periodista, etc. Todo proselitismo envidioso va de la mano con la mala fe, y con ella la mala intención. Para llevar a cabo las malas intenciones, el envidioso se vale de la mentira, del engaño, de la persuasión. El envidioso trata de disimular su envidia, declararla sería como echarse la soga al cuello, porque entonces sería señalado, así que la mejor manera de llevar el proselitismo envidioso, es por medio de la mentira. Está cerca del envidiado, pero a 14 15 16
Alberoni. Los envidiosos. P: 113 Op Cit pag: 122 OP Cit pa: 142
su vez lo rechaza, le repugna su presencia, y como dicen:
si quieres acabar con el enemigo, únete a él. “La
envidia es definitiva un gran fingimiento, en el cual el actor quisiera huir de su papel pero no logra hacerlo. No puede decir la verdad sobre sí mismo, porque debería decir que ha odiado a quien consideraba mejor que él, y que les ha mentido a todos.” 17 Para que exista un victimario debe haber una víctima; agresor y agredido, envidioso y envidiado; uno no existe sin el otro. ¿Qué tan responsable es el envidiado en esta partida de ajedrez?, ¿quién lanza la primera jugada? El envidiado puede tomar parte activa en este juego, puede ser él quien la provoque. Entonces muestra sus éxitos de manera arrogante, se exhibe descaradamente para ser aún más admirado. Ciertamente hay quienes lo hacen con toda alevosía y ventaja, y quienes hieren sin darse cuenta, sin haber reparado en el daño que causara en sus semejantes. Si el envidiado incide constantemente en la herida, provocará un sentimiento de peor envergadura: el odio. El envidioso tendrá justificantes para declarar su maledicencia, sabrá que él no es culpable de sentirse humillado y agredido, también los demás reconocerán la llaga. Así la provocación convierte a la envidia en odio. Odio que tarde o temprano buscara su venganza. Puede ser que la envidia desaparezca cuando el envidiado le tiende la mano, lo haga participe de sus éxitos, “lo reconozca”. El autor dice que cuando el envidiado se hace amigo del envidioso, se elevan al mismo plano. “Vale tanto como yo, y es tan cierto que lo elijo como amigo. Reconozco su valor y por eso vosotros también deben reconocerlo”18. Por eso de alguna manera lo busca, desea pertenecer a su círculo social, que los demás lo vean públicamente con el virtuoso. Hay quienes estarán satisfechos por ser reconocidos, por acompañar y ser parte del otro, del envidiado, pero otras veces lo único que se logra en esta amistad, es avivar el fuego de la envidia. Poco a poco el envidioso tratará de imitarlo, de ganarse el prestigio y los aplausos, pronto el envidioso se obsesionará en ocupar el lugar del otro. La amistad se rompe, o se vuelve enfermiza; la cercanía le ha permitido al envidioso conocer y seguir las huellas de su oponente, tendrá las herramientas necesarias para sustituirlo, para eliminarlo. Alberoni argumenta que la amistad es sólo posible entre iguales o entre desiguales que no se comparan. Para que exista amistad es necesario que cada uno encuentre en sí mismo su fuente de valor, una fuente de valor que el otro reconoce y de la cual no trata de apropiarse. En este sentido la amistad difícilmente surge de la envidia. El sentido de envidia es un sentimiento parecido al de la injusticia, es la tristeza que sentimos cuando se hizo algo hermoso, y la gente no lo reconoce como tal. Este sentimiento tan amargo es una sensación de injusticia. La justicia es el intento de convencernos a nosotros mismos y a los demás que se es víctima, que el orden de las cosas está mal, que todos podemos acceder a lo mismo, que no es envidia sino injusticia.
La gente busca la igualdad, y en esa búsqueda se han construido ideologías y movimientos que intentan cambiar el orden social y económico. La lucha de clases no es más que un ejemplo; la colectividad comparte las 17 18
p: 147 p: 159
mismas necesidades y aspiraciones, entonces se organiza para alcanzar otro orden. A esto se le llama “revolución de las expectativas crecientes”, el proletario cuestiona su situación de trabajador, si antes veía lejano y superior al patrón, ahora alza la voz que reclama derechos y justicia. Se ha mencionado que la envidia se da entre cercanos, en el caso del obrero y el patrón no hay tal cercanía, no hay punto que los coloque en el mismo plano, por eso en los movimientos sociales, en la lucha de clases, el simple sentimiento de envidia se trasforma en indignación, cólera, odio. A través de la historia podemos darnos cuenta que la envidia siempre ha estado presente, como mecanismo de supervivencia, como envida colectiva, como conquista de nuevos pueblos. Por lo cual no podemos decir que en la sociedad actual se destila más envidia que antes, lo que ha cambiado es el objeto de envidia. En algunas culturas como la griega, esa envidia desembocaba en la creación (filosofía, olimpiadas deportivas, política, arte, etc.) Actualmente es amenaza contra el otro, es competencia descarnada, es compra y consumismo. ¿La envidia es mala o buena? Los cristianos no dudarán en reprenderla y la arrojarán al mundo del pecado. Y aunque esto no fue siempre así, en la historia está marcada como violación a uno de los diez mandamientos de moisés. Pero, concebirla como pecado sólo origina a que el envidioso sienta culpa y remordimiento por algo tan espantoso y no poderlo evitar. Envidia y relaciones amorosos. ¿Hay cabida para la envidia dentro del amor? El autor nos afirma que no, la envidia y el amor son polos opuestos. Y esto es muy lógico si concebimos que en el amor se desea lo mejor para el otro, a pesar que esto no sea lo mejor para mi. En el circulo familiar se puede dar el caso que algún miembro sienta envidia por el otro, ya sea el padre al hijo, el hijo al padre, o entre hermanos. En estas relaciones el amor y el odio se presentan juntos, a lo cual Freud denomino: “ambivalencia”. Ambivalencia que marcará al individuo para toda su vida si no es atendido por un profesional en la salud mental. Quién no ha sabido de casos donde la madre se viste como la hija, en un afán de imitar su juventud y su belleza; o de peleas constantes entre hermanos, donde uno siempre es premiado y el otro comparado con aquél que cumple con las expectativas de los padres. Popularmente se dice que después del amor viene el odio, ¿después del enamoramiento también llega el odio? Quizá después, pero nunca “durante”, mientras dura el enamoramiento la envidia y el odio no tienen nada que hacer ahí, su presencia se aniquila ante la idealización del amado, ante esa admiración, y ese deseo por unirse a él. Unión, más no deseos de sustituirlo. Sin el amado, el amante se aniquila, necesita su presencia para existir, para conservar el estado naciente del deseo. En el terreno de la amistad, los amigos valoran los éxitos del otro, respetan las diferencias, conocen las virtudes y los defectos de cada uno, los triunfos se comparten. Los amigos son diferentes, los valores de cada uno los colocan a la misma altura, así que no hay deseos de ocupar el éxito del otro. Claro que de vez en cuando se presenta la punzada de envidia, sensación que fácilmente se supera cuando el envidioso se concentra en el amigo, y no en el objeto de envidia; es decir, lo entiende y participa de su alegría. Si nos hemos identificado con lo hasta aquí expuesto, y no estamos seguros de saber si es envidia o no, ahí
van algunos síntomas que el autor nos señala: -
Maledicencia. Es la habilidad para desvalorizar a su oponente.
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El justiciero: El envidioso frecuentemente se pregunta: ¿por qué él y no yo?
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Pesimista: Teme a los cambios y a los esfuerzos, el pesimista no hace mucho para salir de la rutina, y en esa pasividad, sólo le queda contemplar al otro, y sentir envidia por sus logros. Crítica: el crítico está atento a encontrar defectos y errores en los demás, y aunque el otro sea
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aplaudido, el envidioso siempre antepondrá cualquier comentario con un : “si, pero …” El que da malas noticias: Aprovecha el momento más inadecuado para perturbar la tranquilidad del otro.
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“Cuando se nos acerca y nos susurra desventuras, desahoga su rencor envidioso” Autoconmiseración: El envidioso puede optar por otro camino que oculte su envidia, esto es por medio
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de repetidas lamentaciones. En esa queja constante se asoma el resentimiento, el coraje y la envidia ante la fortuna de los demás. Honras: Hay quienes acumulan premios, aplausos y reconocimientos, en el fondo sienten envidia por
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todos aquellos que pueden igualarlo o superarlo, así que tratan constantemente de ser el punto de atención.
Generalmente nuestra atención se fija en el otro, nunca en nosotros mismos, Ovidio nos indica “siempre parece más copiosa la mies del campo ajeno; y más llenas las obres del ganado del vecino”(4) Ese ignorar, de nuestros talentos, debilidades, posesiones y valores nos orillan a un olvido, a un aislamiento donde no somos capaces de compartir y de ser testigos de la fortuna de los demás. El envidioso se siente ajeno, no puede reír o llorar en compañía, por que está inmerso en sí mismo. Alberoni nos dice “la envidia, es un estado de soledad, de perdida de relaciones, de raíces, de sentido”. La envidia desaparece cuando nos sentimos parte del universo, parte de una comunidad, de un grupo, cuando somos capaces de ir más allá de nuestras cuatro paredes, cuando nos sentimos conmovidos ante la desgracia de alguien, y orgullosos del bien ajeno. ¿Cómo superar la envidia? El autor hace una breve recapitulación de su libro y señala: Ánimo. Si, se necesita ánimo para afrontar nuestras limitaciones, y diferencias; para reconocer que en
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la vida unos llegan primero a la meta y otros se quedan atrás. Emulación: Tomar al otro como punto de referencia, y en base a él, construir metas, retos y nuevos
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proyectos que estén al alcance de uno. Sinceridad: No mentir ante los demás y consigo mismo. Aceptar que se es envidioso, aceptar que hay
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diferencias y que cada una vale tanto como la otra.
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Apertura. Apertura hacia el mundo, hacia el otro. Donde sus intereses y mis necesidades puedan acompañarse.
(
4)
Ovidio Nasón. El arte de amar.
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Imparcialidad: “significa prestar a cualquier otro la misma atención y el mismo respeto que justamente pido que se me preste a mi”.
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Concentración: si nos obsesionamos en el otro, muy probablemente nunca haremos algo que nos satisfaga, pero si nos concentramos en ello que se desea alcanzar, y ponemos nuestro mejor esfuerzo, esto será igualmente reconocido como aquél al cual llegamos a envidiar.
Comentarios -
Cuando hay envidia pueden suceder dos cosas, la primera seria salir adelante, puesto que si se envidia algo se trabaja por conseguirlo, alcanzarlo y ser una mejor persona; pero puede suceder lo contrario, que se retire de la competencia como un perdedor, esto quiere decir que la envidia nos impone retos y nos marca limites en nuestra vida.
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Muchas son los cuestionamientos y reflexiones que puedo citar en este momento y que han derivado de esta lectura. Me ha hecho reconocer los momentos en que he envidiado y en los que he sido envidiada. Puedo considerar que el libro está basado en nuestra realidad como sociedad. Pero la opinión buena no basta, debemos cambiar los resentimientos que como se menciona son miedos impotentes, deseos bañados de renco. Espero que con las reflexiones del libro me ayuden a que si alguna vez sentí envidia por algo o alguien, no lo sienta más, no quisiera tomar el papel de envidioso ni de envidiada.
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La envidia siempre estará a nuestro alrededor tratando de apoderarse de nosotros, tendremos que aprender a vivir con ella y confrontarla lo mejor posible, siguiendo los ejemplos que el autor nos señala, así trataremos de ser mejores personas.
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Considero de esencial importancia la forma en que el autor a lo largo de sus líneas me ayudó a ir reflexionando. Envidia: seguramente muchos seres humanos hemos sido capaces de experimentarla, incluso, talvez sin percatarnos. Si bien no se da diariamente si podemos vivirlo en cualquier momento de nuestra vida; una envidia que nace de la desigualdad, del deseo de lo que miramos, del querer ser de tal o cuál manera. Esta envidia tiene origen en nuestras aspiraciones más elevadas, es un mecanismo de defensa, un intento de no quedar desvalorizados y que si desvaloriza al envidiado. Detenernos al examen interior ha sido la tarea que nos deja esta lectura.
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INTRODUCCIÓN A LA BIOÉTICA Kuthy Porter y colaboradores “La burguesía ha despojado de su aureola a todas las profesiones que hasta entonces se tenían por venerable y dignas de piadoso respeto. Al médico, al jurisconsulto, al sacerdote, al poeta, al sabio, los ha convertido en sus servidores asalariados” Kart Marx. Las ciencias se han vuelto una vorágine que intenta devorar nuestra propia naturaleza para darle una explicación. Se eleva como máximo conocimiento a la “razón”, a la ciencia, desdeñando áreas dedicadas al humanismo, que son calificadas como subjetivas. En este intento de dominar la naturaleza pareciera que olvidamos, cuáles son los beneficios, cuáles son las expectativas, los paradigmas y dilemas que ofrece la tecnología; cuál es el costo de la salud. En las últimas décadas han surgido corrientes como filosofía de la ciencia y la bioética que tratan de cuestionar y responder, la paradoja de la ciencia. La bioética es todo un sistema filosófico que se preocupa por el actuar en la vida del hombre tanto a nivel colectivo como individual. Comprende los problemas en el ámbito de la salud, la investigación terapéutica y del comportamiento del hombre, problemas epidemiológicos y ambientales.
La doctora Martha Tarasco señala que hay una diferencia entre ser médicos y técnicos de este arte. “Los primeros tenemos la obligación de proporcionar un bienestar, que llamamos salud, a un ser que es una persona y que debe incluir a la totalidad de la misma. Mientras que el técnico enfocará su atención a la resolución de problemas concretos que aquejan a una parte sólo de la persona”. (23) Lo anterior nos recuerda que el ser humano no es una máquina a la que simplemente se le deba dar mantenimiento, sino que somos una especie de cosmos que comulga con el universo. La bioética permite integrar todos aquellos elementos que forman al individuo en la sociedad, pretende ampliar su dimensión apoyada en áreas tanto científicas como filosóficas y jurídicas.
Todo sistema que pretende instituir normas, principios morales y jurídicos, tiene aristas que la sostienen. En la bioética, muchas son las tendencias filosóficas que la influyen, las mencionadas en el libro son las siguientes: -
El naturalismo sociobiologista: Apoya la selección natural, la adaptación al medio ambiente, y la lucha del más apto. En base a esto, los valores se circunscriben sólo a un grupo reducido. Se menciona que este modelo filosófico dio origen al nazismo
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El modelo liberal radical o no cognoscitivista: brinda el principio de autonomía y autodeterminación, donde cada individuo tiene la libertad de elegir su beneficio. Las reglas morales se centran en el individuo. Generalmente son la base en áreas como la sexualidad y los derechos reproductivos.
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El pragmático utilitarista: En este modelo se instaura el concepto de costo-beneficio, la utilidad social como marco de referencia.
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El modelo personalista: La persona es tomada como el centro de donde deben partir las decisiones. Al individuo se le reconoce como unidad biológica, social, psíquica y espiritual. Y sin desatender cada uno de estos rubros se le brinda la atención necesaria.
Ninguno de estos modelos filosóficos es dogma en el ejercicio de la bioética, unas y otras entran en discusión, en busca de consensos que puedan ser legislados.
Puede haber enfermos sin médicos, pero no hay médicos sin enfermos; es decir, que el proceso patológico de alguien es un acontecimiento que escapa de las manos del paciente. La sola enfermedad coloca a la persona en calidad de paciente, de enfermo. No así el médico que depende del paciente para su ejercicio, ya que sin éste su trabajo sería inútil, no tendría razón de ser. El médico o especialista puede tener información acerca de los procesos mórbidos, puede saber el nombre de la enzima, o célula involucrada en el fenómeno patológico, pero esto de nada sirve si el conocimiento se queda en el plano de la mera información. En este sentido se hablaría de un académico dedicado a la biomedicina y no del clínico. Médico y paciente forman un vínculo, son el binomio que sostiene el ejercicio de la medicina. Pero, ¿Por qué se nos hace tanto énfasis en la facultad para mantener esta relación?, todos al ingresar a la carrera tenemos la seguridad que vamos a trabajar con personas, y no con bichos de laboratorios o plantas como lo hacen los biólogos u otros profesionales del área. Si el deseo hubiera sido ese, hubiéramos optado por estudiar ciencias genómicas, biomedicina, biología, química o cualquier otra. Como sueño romántico, el estudiante de medicina no imagina otra posibilidad de llevar a cabo su labor de médico, mas la práctica cotidiana afirma lo contrario, y es que en-- la relación médico - paciente subyace una ruptura. Se nos dice que el clínico está deshumanizado, que ya no se tiene la vocación del galeno de hace un siglo; lo cierto es que las relaciones humanas han cambiado al igual que ha cambiado la sociedad, y sus nuevas tecnologías. Si antes el clínico sólo contaba con el tacto para tomar el pulso, un rustico estetoscopio y el tiempo para escuchar a su paciente; hoy las necesidades son otras. La medicina institucional no perdona las demoras, ni los errores; la exactitud del diagnóstico se apoya por medio de sofisticados instrumentos y los tratamientos abren una nueva demanda comercial. Ya no basta la palmadita en el hombro para calmar las ansias del paciente, éste exige y pide respuestas inmediatas a sus inquietudes. Muchas veces en lugar de ser aliados en busca del restablecimiento de la salud, la relación medico y paciente es un estira y afloje. Y así como hay médicos comprometidos, los hay mecanizados; y como hay pacientes responsables, también los hay conflictivos. Se han determinado distintos modelos en la RMP (relación médico paciente): 1)
El paternalista o activo/ pasivo,
2)
El mecánico: en el cual se busca el bien físico y olvida el padecer.
“Con el modelo paternalista su autoridad moral domina la relación de tal forma que la libertad y dignidad del paciente se minimizan; con el mecánico, los médicos se vuelven técnicos sin integridad moral” (43) 3)
En el modelo compartido: se trabaja en conjunto, como un equipo, los valores y opiniones se unifican. Se menciona que tanto médico como paciente están en una situación de igualdad.
4)
Modelo de compromiso o respeto mutuo: Los valores y opiniones se respetan y se trata de llegar a un acuerdo en común.
En la relación médico–paciente, también está determinada por el “tipo”, es decir: la manera en cómo se da. No es lo mismo un vínculo con el médico de la familia o de la comunidad a con aquél que es la primera vez que se le ve, como muy frecuentemente ocurre a nivel hospitalario, o por medio de los famosos seguros médicos. Y peor aún, cuando el paciente recibe interconsultas de todo tipo de especialistas, o encamado ve desfilar ante él un sinnúmero de médicos de guardia, residentes, internos y para variar estudiantes. La relación que se da en estos casos es fugaz, apenas si se conoce el número de cama del enfermo, y el enfermo apenas y recuerda el rostro del portador de bata blanca. Algunos de los obstáculos que se presentan en la relación médico-paciente son los siguientes: -
Competencia profesional
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Cantidad de consultas al día
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Capacidad de comunicación tanto del médico, como del paciente.
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Prejuicios
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Nivel educativo y cultural
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Actitud emocional
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Interposición de artefactos médicos
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Normas institucionales
De las características que distinguen y fomentan la RMP son la empatía, la congruencia, el compromiso, y el interés positivo. El término “empatía” se refiere a la comprensión y el conocimiento de los sentimientos de otra persona sin participar el ellos; el paciente está triste puede sentirse la tristeza sin estar triste uno mismo. La congruencia se relaciona con el significado de las expresiones verbales y corporales, estas deben contener el mismo mensaje. Si el paciente dice estar bien y se le nota ansioso, hay que estar atento al mensaje que en realidad desea transmitir; y viceversa, el paciente se da cuenta si el mensaje del medico es engañoso o incongruente. Es compromiso del médico, el tener la capacidad de resolver los problemas de los cuales es responsable, como estudiar y saber qué es tal o cuál enfermedad, o saber realizar un determinado procedimiento medico. Se compromete de estar siempre actualizado y al tanto de la evolución de sus pacientes. Finalmente, el interés positivo es la demostración activa a los pacientes, se les considera personas valiosas. Si los pacientes sienten que se les ve en forma negativa o se les juzga, habrá tropiezos u obstrucciones en las vías de comunicación.
Pero no sólo en la RMP hay disfunciones, sino también están presentes en el equipo de salud. Generalmente los problemas en los hospitales surgen de la mala comunicación que hay entre el médico y el equipo de enfermería o con otro profesional. Egoísmo, envidia
soberbia, orgullo y competencia constituyen
algunos de los pilares para que la relación entre estos no se pueda dar. Se olvida que cualquier esfuerzo en conjunto va dirigido hacia el bienestar del paciente.
Es frecuente escuchar malos comentarios de un diagnóstico entre colegas, o con el fin de ganarse la clientela del otro galeno, se asegura tener el remedio para tal o cuál enfermedad. En lugar de formar alianzas los médicos tratan de solucionar problemas por separado, no se repara que quién paga los platos rotos es siempre el paciente. Puede ser que tal medico de guardia no está de acuerdo con el tratamiento prescrito en el otro turno, toma la decisión de cambiarlo repentinamente y si tiene éxito se vanagloriará de ser él más apto e inteligente que el otro. Lanzará una campaña de desprestigio y poco a poco los pacientes desconfiarán no sólo de la capacidad de tal médico, sino que desconfiarán de cualquier otro médico. Quizá por eso los pacientes no se conforman con consultar a un solo profesional, quieren validar las opiniones, encontrar la mejor oferta, el mejor precio; como si la salud fuera una mercancía de fácil manipulación. La divergencia de opiniones y costos hace que el paciente tenga cierta reticencia ante el nuevo médico. Se sabe que el trabajo en un hospital es multidisciplinario, desde el camillero, la recepcionista, la trabajadora social, la enfermera, el nutriólogo los especialistas, el radiólogo, el anestesista, etc., cada uno debe cumplir con su función para que los engranajes de esa máquina hospitalaria funcionen lo mejor posible. Pero, como todo equipo de trabajo integrado por mortales y no por dioses, siempre hay fisuras, malos entendidos, envidias, chismes, calumnias, groserías, maldades, como también hay compañerismo, ayuda, respeto y enseñanza.
Dentro de las normas que la sociedad ha impuesto, la salud también se ha tenido que legislar como una necesidad de controlar y regular el ejercicio de la medicina. Ello nos habla de la importancia que han adquirido los problemas de salud y su preocupación por solucionarlos. La ley general de la salud tiene como finalidad lograr el bienestar físico y mental del hombre, prolongar y mejorar la calidad de vida. Para lo cual se han establecido, derechos y obligaciones, tanto en las dependencias públicas y privadas. Las obligaciones del personal también están legisladas en la Ley General de Profesiones, en la cual se estipula las obligaciones del ejercicio de su profesión. La Ley General de Salud funge también como ley penal, en caso en que se esté agrediendo el ambiente y por tanto la salud de la población.
También existen otras leyes que regulan las actividades sanitarias; entre ellas la legislación civil, que señala obligaciones específicas en la elaboración de certificados médicos prenupciales, certificados de defunción y registros de nacimiento. En la Ley Federal de Trabajo también se regulan las actividades de los profesionales, técnicos o auxiliares de la salud. Las obligaciones fiscales del médico y demás trabajadores de salud, están estipuladas en la Legislación Fiscal, sin embargo frecuentemente están leyes se ven manipuladas. La legislación penal tiene carácter federal y estatal, en cuanto a las actividades que son consideradas como delito, tomando en cuenta los daños ocasionados al paciente. Con base en esto, el profesional tiene la responsabilidad civil, para responder por los actos que perjudiquen a la sociedad. Por lo cual la negligencia, la impericia y el dolo son las actividades más castigadas. -
La negligencia es cuando no se lleva a cabo una actividad específica a pesar de contar con los medios para llevarlo a cabo.
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Se entiende por impericia la falta de conocimientos que por su preparación académica está obligado a conocer (80)
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Dolo es cualquier sugestión o artificio empleado para inducir a error o mantener en él a alguno de los contratantes.
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La precipitación es cuando se actúa precipitadamente, sin dar tiempo para buscar otras soluciones menos riesgosas para el paciente
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La inobservancia es pasar por alto, ciertos preceptos legales y éticos que atentan contra la sociedad, como notificar una epidemia.
En el área de la salud por tratarse de vidas humanas el delito recae exclusivamente en la responsabilidad del profesional y no en la profesión médica. También hay reglamentos para que el médico y personal de salud redacten de manera correcta y de acuerdo a la ley, ciertos documentos que constituyen las pruebas fehacientes en caso de incumplimiento de las obligaciones del personal de salud. Tales documentos son: el expediente clínico; un “Aviso” en caso de epidemia, sospecha de maltrato a un menor entre otras; la receta médica que debe de llevar una serie de normas de acuerdo a la legislación sanitaria; el Certificado prenupcial, de defunción y muerte fetal, debe ser expedido en términos de la Ley General de Salud; constancias de salud o enfermedad y el dictamen. La iatrogenia del griego iatros, “médico”, y genus, “producir” o “engendrar”es el daño producido por el propio médico, ya sea consciente, inconsciente o de manera criminal ; este último es gravemente penalizado y se le anexan otros delitos como fraude, aborto, homicidio etc. “Lo que yo vea o escuche en el curso del tratamiento, o aun al margen de éste, en relación con la vida de los hombres, que de ninguna manera debiera difundirse, lo mantendré en secreto y consideraré vergonzoso hablar de ello.” El párrafo anterior forma parte del famoso “Juramento Hipocrático”, aquí y en otras inscripciones
antiguas se hace referencia al secreto profesional. Actualmente en la Ley General de Salud y el Código Penal está legislado el mal uso ante el secreto profesional, se puntualiza qué casos y cuáles son las sanciones para cada uno.
¿Honorarios?, ¿cuánto?... ¡Treinta sueldos por una lavativa! Ya sabéis que gozáis de mi sincero afecto. Pero en otras cuantas me las habéis puesto a veinte sueldos nada más…Más del mismo día, una buena ayuda detersiva, compuesta de diacatolicón doble, ruibarbo, miel rosada y otros, para lavar y limpiar el hipogastrio del señor; veinte sueldos; más, del mismo día por la noche, un julepe hepático, soporífero y somnífero, compuesto para hacer dormir al señor; treinta y cinco sueldos. Más una porción cordial y preservativa, compuesta por doce granos de bezoar, jarabes de limón y de granada y otros; cinco libras. ¡Ah, señor Fleurant!, vayamos despacio, despacio, por favor; si las gastáis así, nadie querrá estar enfermo…” 19 Se dice popularmente que el medico debe actuar caritativamente, y que no hay mayor paga que el bien del otro. Pero, si nos ponemos del lado del médico nos preguntaremos ¿de qué va a vivir? Nunca se nos enseña en la facultad cuál es el costo aproximado de la consulta, o por realizar un determinado procedimiento. Si bien es cierto
hay profesionales que abusan en sus tarifas, piden exámenes y realizan intervenciones quirúrgicas
innecesarias, también se deben considerar gastos extras en el consultorio, como la renta, la ubicación, el salario de los empleados, el equipo médico, etc. Pero ni tanto, ni mucho, porque la mayoría de los pacientes no cuentan con los recursos suficientes para desembolsar en la salud. Para regular el asunto de los honorarios, el texto subraya que se deben considerar dos factores: -
Factores personales del médico
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Factores personales del paciente
Ya que tanto uno tiene el derecho de recibir una paga por su dedicación, trabajo y experiencia, y al otro se le debe brindar el mejor servicio sin pretender lucrar con su padecimiento. El ejercicio de la medicina implica responsabilidad moral y ética, y más con la introducción de nuevas tecnologías o la investigación en cuanto a biología molecular y genética. Las necesidades actuales de la sociedad, orillan a regular el ejercicio de la medicina y no dejarlo solamente al juicio de cada profesional; debido a esto la UNESCO creo el Comité Internacional de Bioética (CIB), a partir de lo cual se crearon otros comités en diferentes países con la finalidad de asesorar en cuanto a la legislación de los problemas éticos, vigilar el cumplimiento de los derechos tanto del paciente como del médico. A partir de aquí surgen los comités de bioéticas estatales y locales. Dichos comités intervendrán cuando el paciente no sea tratado de manera apropiada; para lo cual el comité de bioética implantará un plan de estudio.
19
Fragmento tomado de la obra de Moliere “El enfermo Imaginario”
Los comités están integrados por especialistas en el campo de la salud, humanismo, jurídico y tecnológico.
Una y otra vez, nos preguntaremos: ¿en qué momento inicia la vida?, ¿en qué momento el ser humano es tal? A partir de la concepción, óvulo y espermatozoide dejan de ser dos entidades diferentes para constituir una sola, de blastocito, cigoto, embrión, y feto pasa a ser el futuro neonato. “El embrión... no es individuo humano en potencia, lo es ya en acto”.1 Muchos especialistas argumentan sobre la individualidad genética del cigoto, se afirma que desde el sexto día el embrión es capaz de ejercer su autonomía en el cuerpo materno, el embrión marca su territorio como ser que busca subsistir ante el medio. Si bien lo anterior anula cualquier frontera entre célula y ser humano, también ha dado pie para la penalización legal en cuanto al aborto e investigaciones con embriones. La discusión se amplía cuando nos preguntamos ¿cuándo se es persona? En el texto se menciona que un ser humano es justamente corpóreo y espiritual y esto se extiende a lo largo de la vida. Una persona no nace de la noche a la mañana, no es un organismo con necesidades exclusivamente vegetativas. Así que considerar cuándo el embrión adquiere la categoría de ser humano es más complejo de lo que hubiéramos creído. Las leyes españolas han nombrado pre-embrión hasta los 14 días de vida, embrión a los 2 meses y feto al nacimiento. Esta clasificación permite la legalización del aborto y su uso para experimentación. Para fines legales se ha establecido un plazo determinado para realizar el aborto. “El embrión y el feto no entran por tanto como sujeto en el ámbito de derecho hasta después de tres o seis meses, es sólo porque la realización del aborto se efectúa con mayor facilidad.”20 Los autores cuestionan qué tanto se le resta el valor de vida y ser humano a un embrión y para qué fines son estos. Aborto provocado, es y será tema de constantes reflexiones, y aunque sabemos que se práctica constantemente, su legalización exhibe la problemática desde diferentes aristas. El Dr. Fernández del Castillo, argumenta que por ninguna vía el aborto provocado se justifica; ya que si bien se le ayuda a la madre a la realización de un aborto con todas las medidas higiénicas y sanitarias; al producto se le elimina con toda “premeditación, alevosía y ventaja”. Sin embargo habría que pensar sobre la calidad de vida que tendrá ese producto en vida extrauterina. Algunos sectores eclesiásticos o de Provida paradójicamente defienden la vida del producto, pero al mismo tiempo prohíben el uso de anticonceptivos. Se argumenta que el destino de cualquier vida humana, no es algo que nos pertenezca, que se atenta contra las leyes naturales, pero ¿qué hay de la educación sexual, y el derecho a elegir? Por otro lado, tenemos que la fecundación in vitro, ha estado tratando de mejor su técnica y aumentar el número 1 20
Kuthy Porter. Introducción a la bioética. Méndez Editores. Pa: 144 p:146
de nacimientos por esta vía, con lo cual se resuelve esterilidad de los matrimonios. También se utiliza como auxiliar en la producción ganadera. Sin embargo los resultados en humanos no han sido muy satisfactorios, generando un hermetismo con respecto a su eficacia. El autor señala, que la curación de la esterilidad ha sido utilizada como pretexto para la manipulación de los embriones. Este utilitarismo permite que los embriones sean instrumentos de laboratorio, como cualquier otro espécimen que se usa y se desecha. Hasta la fecha aún no se ha encontrado alguna cura mediante la investigación en embriones humanos, y aunque los beneficios que los científicos pintan son muy atractivos p detrás de todo esto ignoramos sus terribles consecuencias. La meta de una investigación con humanos debe considerar: riesgos y beneficios, debiendo ser los primeros menores que los segundos. Por lo cual “la ciencia debe estar al servicio del hombre y no el hombre al servicio de la ciencia” Con respecto al genoma humano, debemos de considerar que a pesar de lo novedoso que resultan estas investigaciones, ensimismo alberga peligros que han sido subestimados. El conocimiento del DNA ampliará la comprensión de la estructura de diferentes proteínas, pero se seguirán ignorando muchas enfermedades en donde no está implicado el genoma, y sólo aquellos que puedan costear las nuevas terapias y diagnósticos serán beneficiados. Los genetistas están interesados en revolucionar su campo de estudio; pero no depende totalmente de ellos el decidir hacer lo correcto o no con los resultados obtenidos. Las buenas intenciones no están a discusión, pero ¿quién las manipula? Puede haber - y hay- diferentes grupos de poder que se aprovechan de la ambición científica, para tergiversar los beneficios que se dicen obtener con las investigaciones. “Más allá de preguntarse qué investigación genética debe realizarse y cómo debe aplicarse, debemos cuestionarnos la actual perspectiva de los genes como determinantes de nuestro desarrollo, salud y comportamiento. Centrarse en los genes lleva casi inevitablemente a una asignación de valores: estos son buenos, estos genes son malos”
*
Consideremos que un gen no determina por si sólo el fenotipo de una persona ya que éste interactúa con otros genes y con el ambiente. Por lo tanto el afirmar que todo ya está determinado por los genes no es válido. Sin embargo se ha hecho habitual afirmar que enfermedades como cáncer, diabetes, infartos, hepatopatías e incluso el alcoholismo, están determinadas por genes. Con lo cual los genetistas tratan de justificar
sus
investigaciones, aduciendo que con su detección, la enfermedad disminuirá. La lógica parece prometedora, pero aún el tema está en discusión por el riesgo-beneficio. Esta búsqueda cada vez más imperante de descifrar fragmentos del DNA, no curará o mejorará las perspectivas de una persona (o de la población) sino que crearán genes estigmatizados que probablemente influirán en la psique de la persona, condenándolo como incapacitado en potencia. “El hombre, como lo conocemos está en juego: la biotecnología está creando un nuevo día de génesis. Pero no se deben cerrar los ojos ante esta realidad inventada, debemos proponer – con base al conocimiento adquirido *
Hubbarg Ruth, Waldd. El mito del gen. Editorial Alianza. México : 1999: 274
y una profunda reflexión ético filosófica- una nueva, más correcta definición del hombre. Ser humano que, al ser capaz de auto modificarse, tendrá –por primera ocasión en la historia- el papel de dios de sí mismo.” Lo anterior señala lo peligroso que pueden ser esta manera de jugar con los límites de nuestra condición y naturaleza, por lo tanto debemos considerar tanto esos posibles beneficios como los riesgos que entraña. Suetonio, en los 12 Césares, relata que cuando Augusto, escuchaba que alguna persona había muerto sin sufrimientos, pedía que él también muriese de esa manera, para lo cual
empleaba la palabra griega
“Eutanasia”, que significa, buena muerte, sin sufrimiento. Alo largo de la historia, el hombre ha llevado a cabo prácticas que no intentan prolongar la vida a costa del sufrimiento. Estas prácticas han generado discusiones, revalorización de los valores y necesidades tanto de médicos como de pacientes. Actualmente se divide la eutanasia en activa y pasiva, la primera se refiere cuando se procura una acción dirigida a facilitar la muerte del doliente y la pasiva cuando se renuncia a la prolongación artificial de la vida; también puede ser voluntaria e involuntaria. Dichas diferencias pueden acarrear diversos problemas éticos y legales. La religión y el fin hipocrático de la medicina, son elementos que juegan un papel importante en el bien morir. Por un lado está el principio de preservar la vida, y el dejar la muerte en manos de un ser superior; por otro lado está el deseo del doliente. Sin embargo con el avance tecnológico, se ha tratado de prolongar la vida a consta de su calidad. Esta dificultad para morir, o muerte dolorosa se conoce como distanacia, lo cual también es punible. En este rubro entrarían aquellas medidas artificiales, que tratan de prolongar la vida a pesar de que el paciente esté en estado irreversible. Empero, los teólogos afirman que es obligación del médico sostener la vida. Por otra parte, la adistanasia, pretende no interferir en el proceso natural del morir; en este caso el paciente y/o sus familiares pueden tomar la decisión libremente. La ortotanasia, no adelanta ni retrasa la muerte, pero podemos encontrarnos que mientras se deja su curso natural, el dolor se hace cada vez más inminente. Actualmente en nuestro país, las leyes y la religión condenan la eutanasia, sin embargo la practica de la medicina moderna, nos orilla a revalorar cuándo es mejor aplicar la eutanasia, siempre en beneficio del doliente y sus familiares. Hoy en día, el sistema neoliberal nos orilla a abandonar la reflexión de los beneficios que se pretenden y a consta de qué. “El médico atrapado, en esa vorágine tecnológica, puede terminar como técnico al servicio de aparatos que lo deslumbran, resultado de inventivas médicas que además, ignora” Ciertamente en un afán por justificar los intereses de otros, podemos ignorar los riegos que hay detrás de estos. Asimismo el Dr. Federico Ortiz Señala: “No es mi intención menospreciar las bondades de las nuevas técnicas. Lo que deseo es destacar la trasformación que se opera en un modelo médico en donde los profesionales de la medicina se deslumbran cada vez más de estos novedosos aparatos...” * *
Ortiz Quezada Federico. El trabajo del médico. Biblioteca Médica Mexicana JGH. México 1997:
Un claro ejemplo de esa carencia de sensibilidad es ante las personas infectadas de VIH, valorar cuándo el secreto médico se puede ejecutar, responsabilizarse ante sus consecuencias y tomar en cuenta la actitud particular del paciente. Antes de emprender nuevas tareas en busca de la perfección científica, se debería revalorar el actual ejercicio de la ciencia y la medicina. Recuperar su más pura esencia y cuestionar su condición humanística, así como mejorar el modelo educativo en la formación de los futuros galenos; sin embargo creo que esa adquisición de valores se edifica de manera particular, buscando nuestra naturaleza humana como cualquier otro.
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EL ARTE DE AMAR Erich Fromm El amor, palabra cuyo significado se tergiversa, se eclipsa por la pasión. El autor nos plantea que aprender una disciplina u oficio es todo un arte, de igual manera como lo es el amor. Pero el dominio de cualquier arte, no es súbitamente; pide conocimiento, cuidado, voluntad y constancia. ¿Quién no desea ser docto en éste campo? Pero como dice Fromm, no se puede dominar un arte sin conocerlo primero. El autor asevera que el amor surge como respuesta para superar la soledad humana. Muchos son los refugios que ha encontrado el hombre para mitigar su angustia de separatividad; como el sentirse parte de una comunidad, de una trabajo, el alcoholismo, drogas, sexo o la actividad creadora. Pero sólo en una relación interpersonal se logra satisfacer esta necesidad. En nuestra cultura occidental muchas veces esta unión es simbiótica, en donde siempre hay un sujeto activo y otro pasivo; de aquí surgen los extremos de sadismo-masoquismo. Esta forma de relacionarse sólo nos refleja dependencia y por lo tanto inmadurez. Fromm señala que a diferencia de este tipo de vínculo, el amor maduro, siempre resguarda la individualidad, mantiene la actividad, entendiéndola como el “dar” –fundamento característico del concepto amor-. Pero en este sentido el “dar” está divorciado del sacrificio, la renuncia, la paga mercantil. “Da”, significa compartir alegrías, tristezas, conocimientos, interés, comprensión; facultades humanas que retroalimentan todo vínculo. Pero el amor también implica cuidado, responsabilidad, respeto y conocimiento. Estos elementos sólo podrán destilar de una persona madura:, entendiendo por madura a “ la persona que desarrolla productivamente sus propios poderes, que solo desea poseer lo que ha ganado con su trabajo, que ha renunciado a los sueños narcisistas de omnisapiencia y omnipotencia, que ha adquirido humildad, basada en la fuerza interior que sólo la genuina actividad productiva puede proporcionar” 21 Es en el seno familiar, donde el ser humano puede establecer el primer vínculo de amor. Sin embargo el amor maternal es diferente del paternal. Mientras que para la madre es incondicional, para el padre es lo contrario, éste busca la aprobación para ser amado. El amor fraternal, no tiene preferencias “se basa en la experiencia que todos somos uno”. El amor erótico es más engañoso, pues busca la fusión con una sola persona, la exclusividad. Además se le confunde con el enamoramiento cuya explosión pasional satisface la separatividad física, por medio del contacto sexual. Esta fusión física que caracteriza al amor erótico, no siempre tiene de eje al amor; otros factores como la soledad, vanidad, y deseo influyen en esta unión que generalmente se confunde con el amor maduro. En este contexto Fromm señala que el “amor empieza a desarrollarse cuando amamos a quienes no necesitamos para nuestros fines personales”. Por otro lado, para Fromm el amor así mismo no es paralelo al concepto de Freud, el cual se refiere a un estado narcisista, una vuelta a la libido del propio ser. Fromm rescata las premisas bíblicas que ordenan <<ama a tu 21
Fromm E. el arte de amar. P: 40
prójimo como a ti mismo>>, con este fundamento, el autor unifica al propio ser con los demás. Por lo cual el amor a sí mismo es directamente proporcional al amor a los demás, en este sentido entendemos que las personas narcisistas son incapaces de amarse así mismos. “El respeto por la propia integridad y unicidad, el amor y la comprensión del propio si mismo no pueden separarse del respeto, el amor y la comprensión del otro individuo.”22 La persona egoísta centra todas sus atenciones a sí misma, permaneciendo indiferente a las necesidades de los demás. Este narcisismo es sólo el reflejo de insatisfacción, preocupación e incapacidad para valerse por si mismo.
Para entender el amor a Dios, el autor nos plantea dos modalidades; por un lado la divinidad matriarcal y por otro el patriarcal. Como ya se mencionó uno tiene la naturaleza de protección incondicional y el otro otorga la redención. El individuo busca auspiciarse en esa madre omnímoda y al mismo tiempo pretende ser el hijo preferido. Desea alcanzar la inmortalidad, deposita la fe y los miedos en ese ser protector. La cual implica también una necesidad del objeto divino. Pero el amor a Dios no sólo estriba en esa naturaleza, también influyen la madurez y la experiencia individual. Hay quienes viven la religión con una ilusión aún infantil, es decir buscan la protección, el perdón, el castigo, etc. El amor a Dios no pide ni espera nada. Vive y crece en los principios que Dios representa. La conceptualización del amor a Dios difiere del pensamiento occidental al oriental; en el primero rige la lógica aristotélica, mientras que en oriente las bases filosóficas son de la lógica paradójica. Esta disyuntiva explica porque el fin religioso del pensamiento oriental, no es la creencia, sino la acción. Es así como el amor a Dios se expresa en los actos, mientras que en occidente el amor a Dios es fundamentalmente una experiencia mental. Otro tema planteado por Fromm, se refiere a la desintegración del amor y formas de paseudoamor en la cultura occidental moderna. El amor en la sociedad occidental contemporánea está influenciada por el sistema capitalista; el intercambio de productos: se da y se recibe; de igual manera el amor está supeditado en ese dar, y recibir proporcionalmente. En la medida en que tú eres generoso conmigo, me proporcionas afecto y seguridad emocional, yo correspondo con la misma moneda. En general el modos vivendi en las ciudades, orilla a
que el hombre ignore su soledad y la llene con
mercancías. Por lo cual las relaciones de pareja se ven frustradas y empobrecidas. Al surgir y hacerse latentes las disfuncionalidades matrimoniales, se lanzan al mercado un sin número de productos (como libros de superación humana, audiocintas, videos, paquetes de Yoga y bienestar) que pretenden solucionar la problemática de la pareja. El autor analiza el proceso de esta desintegración en la sociedad occidental, tomando en cuenta a la teoría freudiana; el apego a la figura materna y la libido. El amor neurótico se va a presentar cuando uno- o ambos- integrantes de la pareja, mezclan los sentimientos 22
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depositados en el progenitor y los que se construyen con la pareja; es decir, la pareja toma el papel del padre o la madre. Otra forma de pseudoamor, es el idolátrico, en el cual hay una enajenación de sí mismo y estos ideales se van a depositar en la persona amada. Esta idolatría nos muestra un vacío, una carencia del propio ser; por lo cual va a idealizar a su complementario a la parte que se necesita para sentirse íntegro. El amante moldea la figura que representa este vacío y se le atribuye al otro; por lo tanto, al experimentar la perdida de la persona amada, también siente una pérdida de sí mismo. El amor sentimental, no lo han vendido en novelas románticas, canciones de moda, películas etc. La pareja no se apropia de un sentimiento sino que experimenta el ajeno, también tienden a la <<abstractificación>> en donde la pareja sólo se encuentra unida a un pasado amoroso que quizá nunca se vivió. Se vive en una atmósfera ficticia y sentimental del ayer y el mañana. En el amor proyectivo, el amante deposita sus debilidades en su pareja, acusándola de sus propias fallas. Esta proyección también se presenta en los hijos; cuando el padre obliga al hijo estudiar lo que él hubiera querido. Para Fromm, el amor es parte de un desafío constante. No es estático, hay problemáticas que deben superarse, de lo contrario la relación no evolucionará, la pareja no experimentaría un madurez y por ende un aprendizaje. El hecho de creer en el amor como ausencia de conflicto, es creer en una idealización y no en una realidad.
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REFLEXIONES EN TORNO A LA EDUCACIÓN MÉDICA
ENRIQUE AGUIRRE HUACUJA
“El espejismo de eso que llamamos libertad es, en un individuo, la medida en que capitaliza sus diferencias ó desarrolla sus potencialidades de capitalizar sus diferencias”. INTRODUCCION El presente documento representa un breve repaso que, a través de la reflexión, se hace respecto a la educación médica a partir de lo que es la formación y la práctica médica, la desacralización actual de su interpretación, con el planteamiento de los griegos, que iba desde una mera clasificación taxonómica, meramente analógica con la matemática, hasta la interpretación de que la enfermedad era un castigo divino ó la consecuencia de haber atentado contra las “reglas del juego” establecidas por Dios o los dioses, en un genuino intento del ser humano por encontrar explicaciones mas acordes con la satisfacción de sus necesidades de respuesta para entender la naturaleza que lo rodeaba, incluido el Cosmos con su séquito y sus secuencias de fenómenos, pero, sobre todo, entenderse a sí mismo, entender el sentido de su existencia, el por qué de su vida y el por qué de su muerte. El ser humano es, demostrable hasta este momento, el único ser viviente que tiene conciencia de la muerte, tratar de resolver el misterio de la vida y de la muerte generó el desarrollo de cerebro. Asimismo estas reflexiones epistemológicas se unen con las que se despiertan al repasar las condiciones y las circunstancias que dieron pie al fincamiento de la clínica con una base científica y, finalmente, al sorprendente hallazgo de que detrás de toda educación hay una imposición, hay un sometimiento, hay un ejercicio del poder, que lo mismo se da en la acción pedagógica que en la relación médico paciente. Podemos entender que todo ello es el resultado de la socialización y del juego de fuerzas que necesariamente aparece en la interacción humana, pero también proviene de la inquietud del ser humano por entenderse y entender lo que le rodea. En ese afán, en esa inquietud de explicarse lo que él es y su contexto, el ser humano tuvo el propósito, la intención de abarcarlo todo y al hacerlo y preservar esas explicaciones creó, como consecuencia, saber, conocimiento. REFLEXIONES Dentro de las variadas explicaciones, que fueron muchas y muy diversas dependiendo del sitio, las culturas, los
tiempos, encontramos un común denominador, el mito, cuyo tiempo es circular, es decir, los fenómenos reiterativamente presentan una secuencia cíclica fácilmente predecible para aquellos que detentaban el saber, pero difícilmente accesible para los legos. Otra vertiente para basar las explicaciones necesarias fue a través de la clasificación, las clasificaciones que les daban a los seres, dependiendo de sus características particulares y del lugar que ocupaban en un determinado orden acorde con las mismas. Estamos hablando de taxonomía. En Grecia aquellos que se reservaban el privilegio de pensar, de crear explicaciones, de construir los saberes y el conocimiento se les denominaba filósofos (amantes de la sabiduría), a diferencia de aquellos cuyo quehacer estaba enfocado exclusivamente a las cosas manuales, las cosas mecánicas, a éstos se les denominaba technitai. En esas épocas helénicas, cinco siglos antes de lo que se reconoce como nuestra era, los médicos eran precisamente technitai. El salto del mito a la interpretación más próxima a la realidad, tuvo varias aportaciones, una de ellas fue la de los pitagóricos con su propuesta de explicación matemática, es decir, a través de relaciones y proporciones. Otra propuesta fue la de Anaxágoras con su planteamiento de basar la explicación en datos experimentales, por ejemplo a través de la disección de animales sacrificados específicamente con ese fin. El animal matado. Matar (al animal) para conocer. Lo anterior se refleja con más precisión con Parménides quien con su posición contribuye a desacralizar las explicaciones respecto a los fenómenos vitales y mortales que rodean nuestra existencia. Llevar a los términos explicativos sólo aquello que descubre nuestra mirada, rescatar lo visible para aproximarse a la comprensión paulatina del todo, ya que lo visto y sólo lo visto puede ser explicado y lo explicado, lo hablado, lo que se halla expreso en el lenguaje es lo único que le da sentido y razón al ser a la existencia. El ser adviene en el lenguaje pero el todo no está en el lenguaje, ya que el lenguaje no puede capturar al todo. Aristóteles al aportar la neutralización, utiliza lo fenomenológico y la aplicación neutra con el artículo “lo”, unifica las dos posiciones aparentemente antagonistas e impulsa el método analítico. Se establece entonces una ordenación diarética, es decir, el orden a través de los modos de ser. El todo es igual a la substancia, la parte es la relación entre los elementos del todo. Por otro lado, y hablando precisamente de posiciones y de la relación que existe entre las diferentes posiciones, en el caso de los individuos, de las personas. Recordemos que persona quiere decir máscara, un personaje es aquel que desempeña un cierto papel en el teatro, es decir, asume un rol, aquellos que no asumen su rol fácilmente caen en estrés. El comentario anterior tiene que ver con el juego de fuerzas que se da entre quienes detentan el poder y quienes son los afectados por ese poder, aunque cabría pensar que también los poderosos podrían ser afectados y son afectados por el poder que ejercen. Llama mucho la atención que del nacimiento de la racionalidad científica, siglo V antes de Cristo, al nacimiento de la clínica científica, ocurrido entre los siglos XVIII a XIX haya pasado tanto tiempo, ¿por qué sucedió así?, ¿Qué hubo para tener esta resultante? La respuesta más inmediata es debido a la presencia de la Iglesia Católica cuyos efectos rebasan incluso la obscura Edad Media. Se pueden descubrir relaciones interesantes, la existente entre la cosa y el objeto y la correspondiente al
significante y el significado. La cosa existe, el objeto se construye, y este constructo para que el objeto sea, sólo podrá ser logrado por el fenómeno del lenguaje. El objeto se circunscribe y forma la realidad humana, la cosa es la realidad “a secas”, una misma cosa puede ser múltiples objetos dependiendo de quien lo mire, dependiendo de la mirada, si no está presente la mirada simplemente es cosa. Se podría extrapolar lo anterior al significado y el significante, el significante podría ser la cosa que al imprimirle el significado pasa ya a ser objeto de interés o de estudio. De lo anterior resalta que el otro (interlocutor) tiene el poder de la significación, así como uno tiene el poder de construir sus propios objetos, y, si se recapacita en el enorme potencial de objetos por construir, de discernir, de inventar y de hablarlos, recordamos lo que dice Foucault “. Lo que cuenta en los pensamientos de los hombres no es tanto lo que han pensado, sino lo no pensado”. Un camino asequible para descubrir el por qué un objeto es, sería buscando la intención que hubo detrás de su ejecución; asimismo debemos tener muy clara nuestra intención que perseguimos cuando deseamos construir un objeto. Entre las palabras y las cosas se traba una alianza que hace ver y decir. Entre lo que se muestra y lo que se oculta está el decir. Qué provocativos resultan los conceptos anteriores, porque estimulan la reflexión para tratar de relacionar lo no pensado con lo no dicho y a su vez con lo no visto. Es decir, que lo no visto nunca podrá ser dicho y si no puede ser dicho quizá nunca pueda ser pensado y, si no puede ser dicho ni pensado, seguramente nunca podrá existir para la realidad humana. Lo anterior trae como consecuencia mencionar, decir que, lo que veo es, porque lo conozco, porque lo sé, aunque hay que diferenciar conocimiento de saber, el saber está hecho de conocimiento, pero el conocimiento no está hecho de saber. Conocer es alumbrar, es parir, un mundo, un universo. Al nacer la clínica en su acepción moderna se retoma el atractivo por la taxonomía pero ahora aplicado a las enfermedades, cómo se distribuyen, qué configuración tienen, qué similitudes comparten, cuál es su parentesco, cuáles son sus afinidades o diferencias lógicas, estas clasificaciones generaron una teoría que a su vez sustentaba y se corroboraba en la práctica; desde entonces el binomio teoría práctica ha ocupado y preocupado a los educadores médicos y ha sido motivo de acercamiento, distanciamiento, polémica, retórica, disenso y consenso sin que hasta la fecha exista un acuerdo universal al respecto, sin embargo en eso radica la riqueza de la educación médica en donde lo que nos debe importar son los fines que se persiguen con ella, independientemente de los medios o los caminos que tengan que recorrerse para alcanzarlos. En esta interacción de la teoría y la práctica también se puede encontrar una extrapolación del significado y el significante, se podría decir que la anatomía es el significante cuyo significado es la fisiología, es decir que la teoría de la anatomía es la fisiología. La teoría de la fisiología es la bioquímica. La teoría de la bioquímica es la genética y la teoría de la genética es la evolución. Hablar de Estado y Medicina es hablar de una forma de ejercer el poder, y, si se entiende que la Iglesia Católica ya estaba consolidada dentro del Estado, era parte de él, desde la temprana Edad Media hasta siglos más recientes, se ve que el Estado se ha apoyado en estas dos instituciones para un mejor control, cerrando la pinza compuesta por un lado la Iglesia, cuya bandera, su aparente razón de ser eran las almas y su respectiva salvación. Su contraparte eran los médicos cuya principal incidencia radicaba en la curación de los cuerpos, de los cuerpos enfermos.
Si por un lado la Iglesia poseía la poderosa herramienta de la confesión para obtener información de sus feligreses, e información es poder, los médicos tenían otra herramienta, tan poderosa o más que la confesión, que está contenida en lo que hoy denominamos relación médico-paciente, que integra un mucho de la confesión, otro poco de la intimidad, cuyas acciones podían tener resultados más claros y concretos que la promesa del bienestar en el “más allá”, los médicos eran el vehículo de la voluntad divina y a su vez los recipiendarios de la regresión esperanzada, y de la fe, componentes obligatorios junto con la capacidad técnica y el saber del médico tratante para lograr la curación. Lo anterior visto desde el nivel individual, pero también los médicos jugaron un papel predominante, sobre todo a partir del siglo XVII, en el propósito de controlar las epidemias, si se enfoca desde el punto de vista de la colectividad. Entonces vemos que estos dos componentes, Estado y Medicina, se funden en un poder centralizado que coadyuvan para mantener el control, mantener el orden en los seres, los objetos y las cosas. El Estado, y más concretamente el gobierno, se encarga de mantener ese orden y, el potencial del poder depende de la posición en donde se ubique un determinado ente dentro de ese particular orden, esta posición depende del capital económico y del capital intelectual, es menos frecuente que ambos coincidan en solo punto, en una sola persona, en una sola institución, aunque hay casos que, por prosapia, abolengo, alcurnia, y esas escasas distinciones, se da la coincidencia de conjuntar capital económico y capital cultural, aunque en ocasiones no necesariamente vayan acompañadas de un respaldo axiológico. Quizá en la intención de conjuntar el capital económico con el capital cultural se puede encontrar el origen del mecenazgo. Para entender la generación del capital económico, de una manera muy simplista, se podría decir que tuvo su origen cuando se cimentó la agricultura y que esta consolidación produjo un excedente de los bienes cosechados, esto permitió contar con recursos para el intercambio de dichos bienes, obviamente se requería de la comunicación entre los interesados con un código que les permitiese cumplir ese trueque ordenadamente. Para mantener ese orden social se requiere establecer y legitimar “reglas del juego”, normas, leyes, leyes sociales que regulen la actuación de los individuos en un contexto de civilidad, que a diferencia de la ley natural en donde impera el más fuerte, el más apto, y el resto se somete. Resulta curioso, sin embargo que, en el imperio de las leyes sociales, para mantener el orden se requiera de la fuerza, aunque no necesariamente la fuerza implique violencia física, hay otros tipos de fuerza o de violencia a los que se hará referencia mas adelante. Uno de los elementos que caracterizan el ordenamiento para el trueque es la relación de valor que es la equiparación, la compulsa entre los productores privados o independientes, para establecer la equivalencia del valor de los productos en el mercado, es decir las relaciones de poder a través de la oferta y la demanda, en donde intervienen tanto la objetividad cuanto la subjetividad. El capital cultural se gana por la intención, por el esfuerzo por conseguirlo, pero sobre todo por satisfacer la curiosidad innata en el ser humano, lo que repercute en el placer de tener acceso al conocimiento, trasmitirlo, acrecentarlo en el acto sublime e inefable de alcanzar nuevo conocimiento, nuevo saber. El adquirir o poseer capital cultural puede significar una diferencia, y la diferencia permite ubicar al individuo diferente en otra posición respecto al resto, esto puede representar poder aunque paradójicamente este individuo pueda sufrir discriminación, segregación, persecución e incluso la muerte. El Estado para guardar un
control más eficaz pretende igualar, eliminar las diferencias, cimentar su poder y dejar que las transgresiones al orden las dirima la ley, hace a los individuos sujetos de ley, aunque hecha la ley hecha la trampa. Nos topamos aquí con esa vieja pugna, ese juego de fuerzas, entre la masa y la individualidad, entre las consignas de igualdad, fraternidad, equidad, y los cada vez más en boga ejercicios y defensas de los derechos humanos creando a veces una no tan sutil paradoja, producto de las diversas interpretaciones, lo que da como resultado que el transgresor es a quien se defiende. Cuántos añoran estilos de gobierno más rígidos “como los de antaño” sin percatarse de que esas añoranzas favorecen la instauración de estados totalitarios, algunos de ellos apoyados en credos fundamentalistas. El poder tiende al bien, según Lacan, pero ¿cuántas dudas surgen cuando vemos cómo se interpretó y se interpreta el ejercicio del poder por nuestros dirigentes en el presente siglo? “el poder tiende al bien” pero, ¿al bien de quién?, ¿A quienes vemos favorecidos con el ejercicio del poder?, Si percibimos que se repiten injusticias milenarias, si vemos que la impunidad sienta sus reales hasta las más hondas entrañas del Estado, si percibimos que la violencia, la iniquidad, el trastrocamiento de los valores impera en el interior mismo del Estado, sin que éste haga gran cosa para evitarlo. Estamos en los inicios de un nuevo siglo, y parece que la promesa de cambios, que vendrán aparejados, es sólo un espejismo ó la reacción lógica y necesaria ante esta etapa de sinrazones y de incertidumbres. ¿Será necesario tocar el fondo de desencantos y de antivalores para acceder a la promesa de que algo vendrá y que, mucho de lo que hoy nos aqueja, cambiará? Pero, pasando a la práctica de la clínica, se puede decir que arranca por el ejercicio de la mirada, la cual va unida a un complejo sensorial complementado con lo tocado, con lo olfateado, con lo escuchado, el lecho del enfermo se convierte en un campo de investigación en donde el dominio de la experiencia en la percepción se convierte en la base del razonamiento y en su correspondiente expresión verbal, sin embargo, la mirada se privilegia porque es en ella donde ocurre el primer punto de contacto entre el paciente y el médico. Asir al paciente con la mirada, es prestarle la importancia y el interés que él espera en esa temporal relación, cautivarse con la mirada del paciente, es abrirse a la comprensión de su padecer. La mirada del paciente despierta el imaginario del mismo y el médico se convierte en el interlocutor de la existencia del paciente y por qué no, en una relación dialéctica, el paciente se convierte en el interlocutor del médico en una relación que rebasa incluso el mero acto clínico, después del acto clínico, en el paciente puede que nazca o renazca la esperanza, que se afiance su autoestima y que aporte las bases que a él le corresponden para su curación. El imaginario del médico, el complemento de su razonamiento se da después del acto clínico, casi de manera inmediata y se ratifican o rectifican las hipótesis clínicas de manera mediata al acto clínico. El conocimiento médico y la medicina, unidos en la clínica se convierten así en una elite, y, uno de los rasgos humanos más cercanos a realizarse como elite es el amor, en un primer momento, enfocado individualmente, y que, después podrá sublimarse hacia el enfoque social. Ese es uno de los aspectos en donde radica el poder de la clínica, el cual despierta inquietud, interés, deseo por aprehenderlo y de utilizarlo con propósitos que a veces se escapan al de la mera curación. Se ha reflexionado mucho respecto a la relación médico paciente, se ha debatido, especulado, e incluso se han justificado iatrogenias, por omisión, comisión, negligencia o ignorancia o de plano indiferencia e insensibilidad. Martínez Cortés reconoce que si bien el arte de la clínica se aplica, como señala el médico José Terrés, a “conocer cómo los cuadros generales de la patología se dan en determinado enfermo”,
toda la tradición
académica de la medicina moderna tiende a hacer, como indicaba Bernard, “una medicina sin enfermos”. De esta manera se olvida una de las claves esenciales del arte: la relación del médico con el paciente, la atención a su padecer personal, concreto, como fin último de la medicina y como medio de comprender su enfermedad y actuar sobre ella. Es muy fácil que el médico pueda distorsionar su práctica y esto se debe a múltiples causas, tanto intrínsecas cuanto extrínsecas, y el insospechado puente que es la propia formación, ó deformación que tuvo, con quiénes, con qué, en dónde, qué modelo curricular siguió, a quién imitó, cómo se fomentó su capacidad de razonamiento, su capacidad pensante. Todo lo anterior son algunas de las cosas que en conjunto conforman lo que reconocemos como educación medica. La práctica médica depende extrínsecamente del modelo de atención al que esté obligado a seguir, si lo hace dentro del ámbito público, instituciones del sector salud; o en el ámbito privado, o en ambas; esto último podría propiciar una situación esquizoide en donde podría haber dos tipos de médicos encarnados en una sola persona, con distintos horarios y escenarios en donde se alterne su manifestación. Los componentes intrínsecos corresponderían a la conciencia e introspección que el propio médico tenga respecto a la adquisición de valores, actitudes, aptitudes, cualidades, defectos, y toda esa gama de elementos que, conjuntados, repercuten en la calidad y calidez de su atención, incluidos los aspectos, cada vez más marginados de la ética profesional. Uno de esos elementos intrínsecos tiene que ver con la interpretación y la propia conciencia que se tiene respecto al ejercicio del poder del profesional en la relación médico paciente. En esta interacción es muy fácil que se presente la relación de poder, se podría decir que siempre. Las razones son muy sencillas, una, el paciente se pone en las manos del otro para ser curado, es decir hay una actitud de regresión a etapas primarias de su vida en donde la indefensión y la desprotección de su propia condición propiciaban una situación de dependencia, similar situación produce el padecer del individuo que acude a que se restablezca su salud, es esa regresión esperanzada, factor indispensable para la cura, una de las circunstancias indisolubles en el ejercicio del poder durante la relación médico paciente, la otra es la que la institución le reitera, le ratifica al médico. La institución como tal, ejerce un poder, un sometimiento a sus reglas, condiciones y modos de ser. Los que imponen son los dominadores, los que aceptan son los dominados. La relación médico paciente, tiene similitudes con la relación docente alumno, al ejercer la violencia simbólica, este concepto lo abordan profundamente los autores Pierre Bourdieu y Jean-Claude Passeron en su obra “La reproducción. Elementos para una teoría de enseñanza”, en ella establecen cinco premisas, setenta y siete subpremisas acompañadas por diversos escolios y que, concatenadamente giran y explican los conceptos contenidos en dicha obra. Violencia simbólica, acción pedagógica, autoridad pedagógica, trabajo pedagógico, autoridad escolar, sistema de enseñanza, trabajo escolar, relaciones de fuerza, imposición, poder arbitrario, arbitrariedad cultural, inculcación, legitimación, reproducción cultural, reproducción social, relaciones simbólicas, relaciones de comunicación, son los más importantes conceptos que se explican y que permiten entender el juego de fuerzas que detrás de la enseñanza, es decir de la reproducción de los contenidos que aseguran la perpetuación del modelo para el ejercicio y la conservación del poder en la práctica pedagógica. Baste dar algunos ejemplos de las premisas contenidas en la obra citada. 0. “Todo poder de violencia simbólica, es decir, todo poder que logra imponer significados e imponerlos como legítimos disimulando las relaciones de fuerza en las que se basa su fuerza, agrega su propia fuerza, es decir, una fuerza específicamente simbólica, a estas relaciones de fuerza”.
1.
“Toda acción pedagógica es objetivamente una violencia simbólica en cuanto se impone, a través de un
poder arbitrario, una arbitrariedad cultural.” 2.
“En tanto que poder de violencia simbólica que se ejerce en una relación de comunicación que sólo
pueden producir su efecto propio, o sea, propiamente simbólico, en la medida en que el poder arbitrario que hace posible la imposición no aparece nunca en su completa verdad, y como inculcación de una arbitrariedad cultural que se realiza en una relación de comunicación pedagógica que solamente puede producir su propio efecto, o sea, propiamente pedagógico, en la medida
en que la arbitrariedad del contenido inculcado no
aparece nunca en su completa verdad, la autoridad pedagógica implica necesariamente como condición social para su ejercicio la autoridad pedagógica (AuP) y la autonomía relativa de la instancia encargada de ejercerla.” 3.
“Como imposición arbitraria de una arbitrariedad cultural presupone la AuP, o sea, una delegación de la
autoridad, que implica que la instancia pedagógica reproduzca los principios de la arbitrariedad cultural que un grupo o una clase impone presentándolos como dignos de ser reproducidos tanto por su misma existencia como por el hecho de delegar en una instancia la autoridad indispensable para reproducirla, la autoridad pedagógica (AP) implica el trabajo pedagógico (TP) como trabajo de inculcación con una duración, suficiente para producir una formación duradera, o sea, un habitus como producto de la interiorización de los principios de una arbitrariedad cultural capaz de perpetuarse una vez terminada la AP y, de este modo, de perpetuar en las prácticas los principios de la arbitrariedad interiorizada. 4.
“Todo sistema de enseñanza institucionalizado (SE) debe las características específicas de su
estructura y de su funcionamiento al hecho de que le es necesario producir y reproducir, por los medios propios de la institución, las condiciones institucionales cuya existencia y persistencia(autorreprodución de la institución) son necesarias tanto para el ejercicio de su función propia de inculcación como para la realización de su función de reproducción de una arbitrariedad cultural de la que no es el productor (reproducción cultural) y cuya reproducción contribuye a la reproducción de las relaciones entre los grupos y las clases (reproducción social)”. De manera muy sucinta se pude decir que el poder de la violencia simbólica consiste en la aceptación disimulada del ejercicio del mismo esto significa la legitimación de este poder ya que si se ejerciera sin disimulo, emergería la violencia real, y cuando la fuerza se impone de manera directa es muy costoso imponerla. La fuerza bruta es muy diferente de la fuerza simbólica ya que ésta representa una fuerza legitimada. La violencia simbólica es exactamente la acción pedagógica que impone significaciones y las impone como legítimas. De hecho quien tiene el poder es el que impone los símbolos y sus significados. Lo anterior se aprecia en lo que se denomina metarrelato que, a nivel nacional, es la imposición de una historia común. La educación es siempre sometimiento, de tal manera que si no fuese así, no sería posible la reproducción de los sistemas y modelos de ejercicio del poder. La reproducción está en nosotros para quedarse eternamente y no hay modificación o revolución que nos libere de ella. Contra la violencia simbólica no hay defensa. La educación es siempre un sometimiento. La educación médica no se excluye de esta premisa. “La utopía autodestructiva de una pedagogía sin arbitrariedad o de la utopía espontaneísta que atribuye al individuo el poder encontrar en sí mismo el principio de su propio desarrollo, utopías todas que constituyen un instrumento de lucha ideológica para los grupos que, a través de la denuncia de una legitimidad pedagógica, pretenden
asegurarse el monopolio del modo de imposición legítima….” Los planteamientos de los autores son demoledores, y como un bumerán los efectos de sus planteamientos se les revierten, sin embargo podemos apreciar qué hacer y tener conciencia de ello nos permite ubicarnos y ubicar mejor los componentes y los actores que participan en este “juego” que denominamos educación para la práctica médica, educación médica, que debe ser reconocida en sus diferentes fases como lo son la fase formativa, mas centrada en el pregrado, la fase de educación continua, mas centrada en el posgrado la fase del auto-estudio, que debe ser permanente y la fase de integralidad, articulación e interacción con otras profesiones de la salud, con disciplinas afines y en fin con todos aquellos campos de la cultura que aporten todos aquellos elementos humanistas para ejercer cada vez mejor la profesión. La educación médica lejos de ser lineal y unívocamente direccional debe entenderse como una situación dinámica que se desarrolla en una espiral ascendente en donde la gran responsabilidad de los educadores radica en la congruencia entre lo que imparten y cómo ejercen la profesión, entre el deber ser y el hacer, sobre todo si reconocemos que la educación se impone por la violencia simbólica, el educador debe mantener la legitimidad de su papel y el de la institución que representa, se educa con el ejemplo y en el caso de la medicina, el dominio técnico de la profesión, la actualización constante de los conocimientos, debe estar aparejada con un permanente desarrollo de actitudes y consideración a sus pacientes, el sentido humanista que le impregne a su quehacer médico, con ética, con respeto, con madurez tanto con sus pacientes cuanto con sus alumnos, colegas y demás colaboradores. El alumno debe contar con la plena conciencia de su compromiso, de que obedece a una verdadera vocación, de servicio, de apostolado, de solidaridad, y tomar en serio su papel como permanente estudiante y estudioso de la medicina, debe
asumir un papel proactivo en su propio
aprendizaje y debe estar informado de las megatendencias que implica el desarrollo social así como de las tendencias del desarrollo de la medicina en un horizonte de por lo menos diez años, para que contraste y adecue su proyecto de vida profesional dentro de su propio proyecto y, de esta manera, cumplir cabalmente sus expectativas las cuales se corresponderán con mayor congruencia con el contexto y contribuirán a la construcción de un futuro mejor y más digno para él y los habitantes de este país, aquellos quienes deben ser el fin último de nuestros esfuerzos, intenciones y voluntades. La medicina es una ciencia multidisciplinaria y qué bueno que su desarrollo en cuanto tecnología y el incremento del conocimiento se realicen con una velocidad vertiginosa, la cual nos obliga a, por lo menos, tener conciencia de ello y seguir ese ritmo lo más cercanos
posible, dependiendo de nuestros intereses y
capacidades, pero no hay que olvidar que la medicina también es un arte, y como tal, requiere disciplina, constancia, cuidado, interés, responsabilidad, sensibilidad, y todos aquellos elementos de la mas pura raigambre humanista, en suma es un arte al cual hay que amar y de esta manera proyectar ese amor en los que acuden al médico, buscando alivio a su padecer. La medicina es ciencia, arte y amor. Ejercer la medicina con estas características, impartir la educación médica con esas mismas características es algo que permite distinción, lo cual acarrea la posibilidad de capitalizar esta diferencia, y esta capitalización permitirá acercarnos más al ejercicio de la libertad.
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS Vegetti, Mario. ”Los orígenes de la racionalidad científica. El escalpelo y la pluma”. Editorial Península, Barcelona, 1981. Foucault, Michel. “El nacimiento de la clínica. Una arqueología de la mirada médica”. Siglo XXI Editores, 12ª. Edición, México 1987. Bourdieu, Pierre. y Pesseron, Jean Claude. “La reproducción. Elementos para una teoría del sistema de enseñanza”. Editorial Laia, Barcelona, 1979. Antaki, Ikram. “Filosofía, 2ª. Serie, en El banquete de Platón.”. Editorial Joaquín Mortiz, México, 1998. Abbagnano, Nicola. “Diccionario de filosofía”. Fondo de Cultura Económica. Tercera edición. México 1998. Jinich, Horacio. “El paciente y su médico”. Facultad de Medicina UNAM, JGH Editores, México, 1997. Martínez Cortés, Fernando. “El hombre y su padecer, centro de una nueva medicina”. Revista Moderno77. Año XXXIV No.2 Octubre 1995.
Médico
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ZARAGOZA
CARRERA DE MÉDICO CIRUJANO
SIETE OPINIONES SOBRE UNA VIEJA…ALTERNATIVA
ENTREVISTAS REALIZADAS POR: ENRIQUE AGUIRRE HUACUJA
PRESENTACIÓN
Este libro presente pretender cubrir el propósito de divulgar algunas opiniones emitidas por personajes que, de alguna manera han estado muy relacionadas, directa e indirectamente, con un destacado fenómeno cultural en nuestro País: La Medicina Tradicional Mexicana.
Este fenómeno permanece vigente en una constante dinámica comunicante, interactuante, dialéctica mítica, mágica, vital; que atraviesa todas las capas de nuestra sociedad, y en donde se evidencia, no sólo como una alternativa paralela o complementaria sino que, para algunos sectores, ha sido el único eje que articula las acciones para el cuidado, preservación y restauración de la salud dentro de un marco de cosmovisiones congruentes con el devenir, en donde lo que pervive es la esencia del Ser Humano. Los interlocutores entrevistados en esta obra, o han estado en contacto cercano con el fenómeno, por el ejercicio en su área de competencia, o su propio interés les ha llevado al estudio de esta manifestación cultural. Un reflejo de sus experiencias pretende ser captado en estos documentos con un enfoque poli disciplinario que a veces coincide, a veces se complementa, en otras se contrapone, y en ocasiones la opinión se aísla o se ausenta. Se utilizó la técnica de la entrevista para dejar el discurso más cercano a los lectores, y que puedan ser los testigos de una charla cuyos propósitos son, en lo más fútil, dar satisfacción a las curiosidades y quizá más pretenciosamente asidero a las comprensiones y estímulo a las conciencias. ¿Podrá cumplirse esto en los amables lectores? El tiempo lo dirá, lo que sí es seguro para el autor es que se convierte en inquietud y reto para continuar con la articulación de opiniones que sirvan de pretexto a futuras publicaciones. La anterior era la presentación que se tenia preparada para que la presente obra fuera publicada hace 19 años y que, por diversas circunstancias, no se pudo efectuar, sin embargo, muchos de los elementos, conceptos y opiniones siguen siendo vigentes en esos momentos y, es mas, cobran mayor relevancia en las condiciones criticas económicas y sociales que afianzan su carácter crónico. Por el tiempo que ha pasado algunos datos, como por ejemplo, los proporcionados con relación al Programa IMSS-Solidaridad ya están desactulizados, pero la filosofía y la apertura a la medicina tradicional mexicana sigue vigente, lo mismo se pueda aplicar a las aportaciones del resto de los entrevistados. ENRIQUE AGUIRRE HUACUJA.
DR. ALFREDO ALCANTAR.
Enrique Aguirre. (E.A.) –Dr. Alcántar, dentro del ámbito del estudio de la Medicina Tradicional Mexicana, reconocemos la importancia al sustrato psicológico, por la predisposición que existe en los pacientes para el éxito de su cura. ¿Podrías decirnos qué elementos existen en esta predisposición psicológica? ¿Cuáles son las condicionantes, en dónde está su origen; hacia dónde se canalizan y cómo se da este fenómeno? Son varias preguntas en un principio, pero podríamos ir desglosando sus respuestas. Alfredo Alcántar. (A.A.)
–Bien, considero que la predisposición psicológica para la enfermedad, es una
predisposición psíquica universal para la vida misma, pues todo lo que afecta a la vida también afecta a la salud o a la enfermedad. En lo particular, en el fenómeno de la cura interviene una actitud de espera confiada, una actitud de regresión a favor del yo que podemos considerar favorable para la intervención del terapeuta de cualquier tipo, dentro de cualquier ámbito. E.A. -¿Querría decir esto que esta predisposición existe independientemente de cualquier tipo o modalidad de medicina que se esté ejerciendo? A.A. –Existe independientemente, por la naturaleza del ser humano y por la enfermedad misma, ya que la enfermedad implica regresión, un fenómeno psicológico de defensa. La regresión es una actitud. Una condición que fue estudiada como un mecanismo de defensa y es precisamente la situación que permite la actitud favorable para ponerse como un niño indefenso y confiado en brazos de otro, y ese estar como un niño indefenso en brazos de otro y la disposición del otro, favorecen la cura. E.A. –La regresión quiere decir: ¿Regresar en edad actitudinalmente? ¿Regresar a etapas más tempranas de la vida personal para ponerse en manos de quien puede depender nuestra cura? ¿Dependencia de una persona externa? A.A. –Sí, no solamente es la espera de un individuo o de algo que nos proporcione un individuo específico, sino también puede ser la espera de algo mágico o religioso, cómo podría ser la espera de la divina providencia, la espera de la intervención de espíritus benignos o la espera de influencias benéficas para eliminar los males. E.A. -¿En cualquier situación de enfermedad se da el fenómeno de regresión? A.A. –En cualquier situación de sufrimiento y de padecer. Estamos habituados a hablar de enfermedad los médicos o en la etapa moderna crítica que vivimos todavía se utiliza el término de enfermedad como una condición del cuerpo o un malestar psicosomático o inclusive en alguna enfermedad mental, todavía existe ese criterio pero, hay diferentes formas de sufrir y del padecer que no son enfermedad y todas ellas implican una
regresión. En toda condición del padecer se desarrolla una regresión como una defensa, que es un funcionar primitivo, pre-intelectual, pre-racional, intensamente emotivo, sensitivo y somático. E.A. -¿El fenómeno de regresión es una situación “sine qua non” para que exista cura? A.A. –Podemos decir que si, porque en la regresión el psiquismo está dispuesto a recibir todo; todo lo que sea benévolo y en esa situación la esperanza florece, la cual es la actitud del niño que sabe que va a recibir bienes, que va a ser atendido y que sus necesidades se van a satisfacer. E.A. –El contexto cultural puede tener una diversidad tal, que está constante en los valores subjetivos como lo es en la esperanza, como lo es en la regresión, que pueden tener diversas manifestaciones; el problema sería que un individuo proveniente de un diferente contexto cultural que otro, provocaría un conflicto, un choque o quizá incomunicación. ¿Qué opinas al respecto? A.A.
–Se podrían presentar ambas cosas, la transculturación contiene en sí misma problemas de
comunicación. En mi experiencia profesional, cuando trabajé en hospitales psiquiátricos, vi enfermos mentales que sólo hablaban náhuatl o mazateco o algún otro dialecto indígena. La comunicación verbal directa con ellos era prácticamente imposible, tenía que estar interviniendo un intérprete y éste ponía algo de su cosecha supongo, tanto para comunicarme lo que el paciente decía, como para transmitirle lo que yo quería; sin embargo, esto no influye tanto en la cura y en el fenómeno de la esperanza y de la regresión como la actitud propia del médico. El médico mismo puede fortalecer y favorecer una regresión saludable en el sentido que la regresión opere en beneficio de toda la persona o bien mantener o prolonga una regresión y empeorar al paciente. Eso depende de la actitud del médico y desde luego del contexto en donde el médico se mueve; por eso es que en ciertos ámbitos culturales muy técnicos, la despersonalización de la atención médica induce, más que una regresión esperanzada, a una actitud de suspicacia y de temor. E.A. –Este elemento, -regresión- es uno de los elementos que conforman el sustrato de la predisposición psicológica. ¿Existen algunos más? ¿Cuáles son? A.A. –Podría decir que la esperanza. La esperanza más que una actitud fantasiosa o una condición virtual, es una conquista que resulta de la buena relación del niño con la madre, es decir, resulta de la relación de dos seres humanos. Si la primera experiencia es amorosa y adecuada en términos de lo constructivo y de la protección otorgada, entonces el ser humano puede adquirir la esperanza como una conquista, una conquista que le permite afianzarse a la relación con el otro, y esta esperanza es básica para la cura. Los fenómenos culturales, las tradiciones, los ritos, todo ello influye sobre la regresión y sobre el acrecentamiento de la esperanza, o bien, sobre ninguno de los dos, depende de cómo esto se maneje. E.A. -¿Tendría alguna relación con una continuidad ontológica o filogenética o con ambas?
A.A. –Podría referirme, en este contexto, a la regresión como un fenómeno general de todos los seres vivios, por lo menos de los mamíferos que estamos habituados a tratar con mayor familiaridad; los mamíferos: los perros, los gatos, los animales domésticos desarrollan actitudes semejantes a la regresión cuando están enfermos o cuando necesitan algo, cuando tienen hambre o están abandonados, adoptan actitudes de necesidad de protección. La Etología nos muestra que, también emiten señales, que producen, en el contexto de su sociedad animal, respuestas de protección. Esto es tan evidente si recordamos algunas de las actitudes de los macacos, los gibones. Por ejemplo: cuando un gibón joven se ve atacado por el macho dominante, adopta una actitud femenina, corre, huye, hasta que encuentra un cachorro y lo abraza y se sienta con él como una madre, y esa actitud maternal inhibe la agresividad del otro, el cual en ese momento lo respeta y no lo ataca, le da la vuelta, y eso es una señal de inhibición de la agresión, y es una señal de protección, el gibón se protege con esa actitud, podríamos decir que, es un fenómeno de regresión porque de ser un macho retador, adopta una actitud femenina, maternal, pasiva, protectora a su vez. Otro ejemplo: es el de aquel animalito que cuando se ve acosado, se hace el muerto, cuando se ve perseguido por los depredadores, y de repente se deja caer como si estuviera muerto en una señal de que ya no lo persigan. E.A. -¿Es el mismo tipo de conductas que se manifiestan en el ser humano? A.A.
–En el ser humano también se presentan este tipo de conductas, sobre todo en
los niños se ve
frecuentemente, cuando el niño ha hecho alguna travesura y se siente culpable o ha dejado de hacer alguna tarea, recurre a alguna queja o algún gesto-señal de: “estoy asustado”, “no me peguen”, “necesito protección”, siempre hacen este tipo de señales. Todo esto podemos considerarlo en el contexto de la regresión para referirme a lo que preguntabas si se observa en el desarrollo filogenético y en lo ontológico evidentemente también, pero esto se percibe más específicamente respecto a la esperanza; la esperanza es una conquista humana, sólo la observamos y la hemos estudiado en los humanos, no sabemos si los animales desarrollen y conserven la actitud de la esperanza; en los seres humanos es algo fundamental, tanto para el equilibrio y la salud psíquica, como para lo somático y la salud integral. E.A.
¿La esperanza construye los escenarios futuros o contribuye a construir la planeación de lo que el
individuo quisiera llegar a ser? A.A. –Ese es uno de los elementos fundamentales. Es uno de los cimientos del futuro ser humano, la espera resulta de lograr lo que, -estoy pensando en un autor- Erikson, llama la confianza básica, de hecho es Erikson quien logra especificar muy bien cuándo se obtiene la confianza básica tras una buena relación madre-hijo, y una buena capacidad del hijo de integrar a la madre en sí como una realidad interior y como una realidad interior agradable, saludable, benévola; la esperanza es un resultado concomitante, porque aquel niño que sabe que va a ser alimentado y atendido en sus necesidades puede tolerar que la madre se retire de él una hora, dos o más, y cuando la madre regresa, podemos decir que el niño ya tiene en sus rudimentarios elementos psíquicos, la conquista de la espera, la esperanza; sabe esperar con tranquilidad porque “sabe” que le van a ser satisfechas sus necesidades.
E.A.
–Podríamos decir que la regresión existe siempre, pero habrá individuos que puedan o no generar
esperanza. A.A. –Si, de hecho no una es consecuencia de la otra. Algunas regresiones son causa de enfermedades, puedo decir que las neurosis, las desintegraciones neuróticas más graves, las escisiones psicóticas más severas son debidas a regresiones, a pérdidas de la capacidad de defensa y de los mecanismos eficaces para mantener el equilibrio y la adaptación; esta ruptura hunde al individuo en una regresión patológica que no va acompañada de la esperanza necesariamente. E.A. -¿Existe algún otro elemento además de la esperanza para hablar de este sustrato psicológico? A.A. –Si, existe otro elemento: la fe; la fe que en la época moderna, -después de los trescientos o cuatrocientos años de modernismo que estamos viviendo-, ya no sabemos qué es la fe; sin embargo, los médicos, sobre todo los psiquiatras, los psicoterapeutas y los analistas, sabemos que la fe es una condición indispensable para nuestro trabajo y para sus buenos resultados. E.A. -¿La fe en el terapeuta, en los recursos terapéuticos? A.A. –Pienso que es la fe en el terapeuta, en el recurso terapéutico, en el ser humano en general, la fe en sí mismo y en la vida. E.A. –Y dependiendo de la cosmovisión que se tenga ¿sería la fe en alguna entidad superior? A.A. –Si, eso ya sería como una dimensión más amplia de lo que es la fe, la fe en Dios, la fe en la Virgen María, en algún santo, en algún intermediario. Inclusive el médico puede ser un intermediario de Dios. Es muy frecuente escuchar que los pacientes digan: “Gracias a Dios y a usted estoy mucho mejor”, o “Gracias a Dios y a usted me he curado”. El fenómeno de la fe no es exclusivamente religioso, pienso que está entrañablemente relacionado con la virtud de la esperanza y con la regresión esperanzada, el ponerse uno en manos de otro sabiendo que va a ser ayudado y confiando con fe en esa ayuda. E.A. –En este caso, el concepto de fe no tiene connotación religiosa que se le ha dado por mucho tiempo, sino que quizá ha sido al revés, la religión católica tomó y capitalizó los elementos de la fe y la esperanza para poder adecuarlos a su marco filosófico político, pero existen desde que el hombre es hombre, son elementos inherentes a él. A.A.
–Podríamos decir que si, son inmanentes al ser humano.
específicamente humana”.
Sería algo así como una “cualidad
E.A. –Recapitulando, la regresión esperanzada, la esperanza, la fe. ¿Existe algo más? A.A. –Podríamos decir que, para no salirnos del marco de lo moderno, -aunque ya la realidad nos está sacando de la modernidad-, la racionalidad es un elemento que interviene también en la cura, la racionalidad práctica o para decir de otra manera, la racionalidad que está vinculada directamente con la realidad. En un contexto científico, lo racional es el sustrato básico, no hay científico que no sea racional, y no hay trabajo científico que no implique racionalidad, la medicina científica, de la que formamos parte, querámoslo o no, esta medicina que está tan atacada, tan criticada, pese a los enormes logros que ha alcanzado, requiere de ese sustrato de racionalidad. El médico científico, necesita que el paciente se someta a críticas meramente racionalistas, y el paciente no exige del médico más que una actitud racional, en el fondo está necesitando todo lo demás, la atención que el niño está demandando de la madre, la capacidad de infundirle la fe y de fortalecerle la esperanza. El médico de pronto es todo un arquetipo en donde interviene lo divino, lo materno, lo paterno y todo poder: lo mágico, lo chámanico, toda capacidad benigna. Pero en la mente todo lo que es bueno puede transformarse en malo, todo lo que es positivo puede transformarse en negativo. Porque en la mente existen los pares de opuestos de tal manera organizados, de tal manera en equilibrio, que cualquier alteración, cualquier regresión, puede invertir los términos y de hecho el niño pequeño que recibe satisfacciones abundantes por el pecho lleno de leche puede sentir a ese mismo pecho como maligno, como malo y frustrante, sólo porque se ha acabado la leche, o bien por envidia de que es tan generoso ese pecho, porque está tan lleno y tiene tanto que dar. La envidia y la proyección pueden convertir al objeto bueno en malo, porque se proyecta en él la maldad interior que procede de la destructividad o de la envidia. E.A. –Yéndonos a estas polaridades, ya vimos los aspectos o elementos positivos que favorecen la cura, necesariamente existen elementos negativos que la entorpecen, uno de ellos puede ser la envidia, llevada a ese estrato psicológico que entorpece la curación. ¿Cuáles otros serían elementos negativos? A.A. –En una cura analítica o en una cura psíquica, que es a largo plazo o sin límite de tiempo, existe el espacio para que florezcan más los elementos negativos, y de hecho una de las condiciones para que se dé por terminado un tratamiento psicoterapéutico es que se hayan enfrentado los elementos negativos, que hayan aflorado y se hayan atacado.
Los elementos negativos son precisamente los que ya he mencionado: la
proyección de toda la maldad, de toda destructividad, de toda la mezquindad propia en el otro. Así como el niño proyecta en el pecho, el joven o el adulto proyectan en la persona total del otro, esto también tiene su importancia en las relaciones de pareja: de pronto el otro se convierte en malvado. De ser deseado, se convierte en indeseable, de ser bueno y generoso, se convierte en cruel y el más malvado, porque ha cambiado el giro de la investidura, y se proyecta toda la maldad y toda la mezquindad y la ruindad y envidia propia en el otro. La libido –amor- es suplantada por el instinto de muerte –odio- en el objeto. E.A. –Fromm, lo pone muy claro en el “Corazón del Hombre”, al hablar de la biofilia y la necrofilia. mencionado anteriormente ¿correspondería a la necrofilia según Fromm?
Lo
A.A.
–La teoría frommiana es precisamente la que más hace participar las cuestiones morales, podrían
llamarse las condiciones éticas, humanas, en el proceso de la salud, la enfermedad y la cura. Si, todo lo que es destructividad en Fromm está vinculado al síndrome de decadencia, de la destructividad, el apego a lo muerto, el apego a los vínculos ya pasados, y el mantenerse como momificado en un mismo tipo de relación es lo que compone el síndrome de decadencia, que para Fromm y para los frommianos es una de las condiciones más patológicas del ser humano.
Es la destructividad en un vínculo simbiótico, incestuoso, fino, es decir:
“necrofísico y estático”. E.A. –Llevando lo anterior al tema-eje de nuestra conversación, que es la Medicina Tradicional Mexicana, podríamos ubicarlo en la relación terapeuta-usuario, médico-paciente, etc. ¿Es factible aplicar todos estos conceptos en la relación médico-paciente dentro de la Medicina Tradicional Mexicana? A.A. –Yo pienso que no solamente es factible, sino que es necesario. Que bueno que tocas este tema, porque la condición de la relación médico-paciente, obedece a la misma condición básica del ser humano que necesita vínculos. Todo ser humano necesita forjar, integrar vínculos importantes, significativos para su desarrollo, para su crecimiento y para su equilibrio, para mantenerse, además de saludable, funcionando adecuadamente y para crecer, para alcanzar las metas más caras de creatividad y los logros de su personalidad solamente pueden darse si se cuenta con un vínculo significativo. Llevando lo anterior al contexto de la relación médico-paciente o chaman-usuario, es lo mismo. Lo importante es el vínculo interhumano, y el que padece pueda confiar esperanzadamente en el que ofrece ayuda, además que socialmente ambos estén protegidos por el contexto cultural. Por ello es tan importante el chaman en las comunidades, y mientras más cerradas y tradicionales sean las comunidades, más importancia tiene el chaman. Traer un chaman a la Ciudad de México, al Centro Médico, resultaría absurdo, porque ahí no tiene el poder. El poder es el contexto que le da la sociedad en la que vive, la comunidad en donde ha crecido su poder. Igual que absurdo como llevar al más especializado de los técnicos en cateterismo cardíaco, llevarlo sin ningún aparato a una comunidad indígena de la sierra; descontextualizarlo, es reducirlo a la impotencia y entonces sólo le quedaría lo que al más primitivo de los chamanes, sólo le quedaría el poder del encuentro interhumano. O a la madre, que fue la primera médica, la madre es y siempre ha sido la primera médica, la madre es la que alivia los primeros dolores, las primeras molestias y el hecho de mantenerse ahí frente al otro que necesita, es la condición básica, el vínculo. E.A. –Dentro de este vínculo, podrían explicarse los fenómenos de transferencia, contra transferencia, que seguramente también ocurren en la Medicina Tradicional Mexicana, ¿podrías abundar un poco más en ello, y si es posible, brindar algunos ejemplos? A.A. –Esto es muy interesante. Precisamente con las indagaciones que hemos hecho para las propuestas en los coloquios de medicina tradicional realizados aquí en la escuela, he encontrado que el fenómeno del chamanismo, del curanderismo y de la brujería, que están tan íntimamente ligados a la medicina tradicional, también presenta fenómenos de transferencia y contra transferencia, por supuesto. Lo más notable, es la contra transferencia. Como la gente, la comunidad piensa que el brujo se transforma en una bestia, en un
nagual, un nagual destructor, maligno, perverso, el mismo ser que es benévolo y curador, que ayuda, de pronto se transforma en todo lo contrario, en una bestia.
Yo lo entiendo, hablamos precisamente de la teoría
psicoanalítica, como una proyección, como un mecanismo social, parecido al que aparecía en la antigua religión judía. El médico, el nagual, es el resultado de la transformación del brujo en bestia. De pronto todo lo bestial cobra realidad en su naturaleza, todo lo malo de la comunidad, todo lo malo del psiquismo individual y colectivo se concentra en una sola persona y se transforma en una bestia, una especie de demonio. Recordé la antigua religión judía, porque para ellos el carnero expiatorio debía sacrificarse porque en él se concentraba toda la maldad y todos los pecados que habían cometido los judíos en un determinado tiempo; luego había que llevarlo al desierto y dejarlo perder o bien sacrificarlo, porque era el más horrendo de los animales, porque había concentrado todo lo negro y despreciable del espíritu humano. Y pienso que esa es una de las raíces de lo diabólico, de lo satánico, que un elemento simbólico concentra por proyección todo lo malo que se genera en el ser humano. En la medicina tradicional, evidentemente también se desarrollan estos fenómenos de contra transferencia, aunque los puristas de los conceptos psicoanalítico se opondrían a utilizar el término para ello, ya que lo dedican o lo consagran exclusivamente para la relación analista-analizado. Sin embargo, en la actualidad, como ya no existe tanta ortodoxia ni en los círculos más estrechos de la práctica psicoanalítica, entonces creo que tenemos derecho a utilizar estos recursos técnicos en un contexto más amplio. Lo importante es utilizar el pensamiento de los talentos, de los genios, para explicar todo lo que no está explicado en la medicina tradicional. Repito, necesariamente tiene que darse el fenómeno de la transferencia. La transferencia es precisamente favorecida por la regresión, es colocar en la imagen del curador, del terapeuta, del chaman, la potencia materna, la capacidad de resolver la necesidad y de aliviar el displacer, de aliviar el sufrimiento, de aliviar los malestares. Como eso hace la madre en los primeros tiempos, necesariamente la transferencia reaviva esa imagen en la psique. Aunque también lo contrario, la transferencia negativa es colocar, proyectar en la imagen del otro la propia maldad interior. En la condición complementaria, la contra transferencia también ocurre, el terapeuta tradicional se siente un protector, se reviste o toma la investidura que la comunidad le ha otorgado, y se la coloca, él vive el personaje y se convierte en el personaje que la comunidad quiere y necesita que sea. Por lo tanto, puede contemplar a su paciente como un ser necesitado de ayuda, como un pequeño que hay “que proteger”. Estoy asociando libremente, como estoy habituado a escuchar asociaciones libres, me gusta hacerla, estoy recordando las palabras guadalupanas, que cuando se dirigen a Juan Diego, lo hacen como si fuera a un niño, le dice: Juan Dieguito, le habla de que ella es la madre y que él es su pequeño, el más pequeño de todos, su hijo muy amado, y que ella lo protegerá y está siempre con él. Es un mensaje que, -cualquiera que sea su origen histórico-, lo que menos importa, ya que lo más significativo y trascendente, es la vigencia que tiene para un pueblo como el nuestro. El fenómeno del guadalupanismo denota una relación madre-hijo llevada a lo sublime, a lo mítico, lo sagrado y perdurable.
E.A.
–Dentro de este vínculo, de esta relación transferencia-contratansferencia, subsiste también una
atmósfera de poder, del ejercicio del poder. ¿Qué puedes decir acerca de ello? A.A. –Desde luego, el ejercicio del poder es una condición muy generalizada, y todo aquel que ejerce el poder necesariamente humilla a otros, aún sea en las formas más organizadas y racionales del ejercicio del poder, siempre se está sometiendo y siempre hay quien se someta. Someterse y someter francamente depende más bien de juegos psicodinámicos muy finos y altamente movibles. En el ejercicio médico tradicional, pienso que se da similarmente como en la medicina hegemónica. El chaman goza de un poder, de un prestigio, se le teme igual que se le respeta, porque como se transforma en nagual, puede ser altamente malévolo, así como puede ser grandemente benigno. El poder es inmanente a la regresión, más bien se corresponde con la regresión; si uno está en regresión, el otro tiene el poder. Le concede uno el poder al otro y se somete automáticamente. En eso consiste el fenómeno implícito del ejercicio del poder, la regresión es una señal para que el otro tome el poder, y el otro ejercer el poder para curar, para resolver problemas, es el poder benévolo, el que ayuda, el que construye, el que contribuye al bienestar y disuelve los malestares. Este poder puede convertirse en abuso, en diferentes formas, diferentes grados y matices. Un chaman puede ser muy poderoso. De hecho hay ciertos momentos de desarrollo en las sociedades, en los que los chamanes luchan contra los sacerdotes por el poder, y sacerdotes militares ejercen un poder asociado al religioso. Ha habido también sabios curanderos, científicos o dirigentes espirituales o dirigentes políticos. Todavía en ciertas tribus primitivas, el jefe de la tribu, el jefe de grupo goza de cierto prestigio de poder de curar, y aquí caemos en la cuestión semántica. En español, poder es capacidad de hacer, por una parte, poder curar es tener la capacidad de curar y la otra connotación, en español, sería la de prepotencia o la capacidad de imponerse sobre otros o de disponer de la vida de otros o de la condición pasiva y sumisa de otros. Pienso que depende de la calidad de la persona y de la calidad de la relación como se ejerza el poder. E.A. -¿Qué nos puede decir del simbolismo con relación a nuestro tema-eje? A.A. –El simbolismo, no es sino una forma compleja y oscura, muda de comunicarse; cuando no es posible decir algo con palabras, ni expresarlo con dibujos, dibujos simples o planos como los códices mexicanos, que además de tener figuras tienen símbolos. El símbolo va más allá de lo que realmente está expresando, y eso que está más allá es inasible, es imposible acceder a él a través de lo racional. El símbolo va de inconsciente a inconsciente; digamos que el ámbito de lo simbólico es inconsciente. Por eso es que un gesto mágico, un gesto chamánico, tiene el poder curador, porque es un gesto dirigido hacia adentro, hacia la interioridad del sujeto. En un contexto racional, eso sería absurdo, infantil o todo lo que se quiera decir; sin embargo, en la calidad de la relación entre el chaman y el enfermo, y en el contexto de su comunidad es una relación simbólica, y el gesto, el hecho de utilizar una rama de pirú, una gallina negra para ciertas prácticas chamánicas o curanderistas, implica simbolismos, y el simbolismo, vuelvo a decir, es el lenguaje del inconsciente, es el lenguaje que no habla, es la expresión de lo inexpresable.
E.A. –Este lenguaje va dirigido al inconsciente, el simbolismo incide en él, y a su vez, el inconsciente puede provocar algún cambio que favorezca la curación, ¿es así? A.A. –Sí, efectivamente, el símbolo puede tener la capacidad de trastocar algo internamente; de transmutar, para utilizar un término todavía más extraño a la mente moderna.
Transmutar, así como los alquimistas
gustaban transmutar los metales vulgares en oro, el médico, el curandero, siempre intentan transmutar el dolor, el sufrimiento en bienestar, y pienso que ésta es una condición que tiene que ampararse en todos los lenguajes posibles, en todas las formas de comunicación. Y precisamente, lo simbólico es lo que tiene más poder para transmutar, porque no depende de una palabra dicha comúnmente, como en el contexto de la medicina institucionalizada hegemónica: “Usted no tiene nada”, esta frase es vacía de un significado profundo, puede ayudar, puede disminuir cierta aprensividad, pero no cura. Cuando el médico declara sano a alguien, no quiere decir que ya lo ha curado, o que ha disminuido su malestar, puede quitarle cierto peso, pero el hecho de que otro diga que uno está bien, ayuda grandemente, pero no necesariamente alcanza la transmutación que es lo más profundo del fenómeno de la cura. Aquí es donde adquiere relevancia e importancia lo simbólico, de hecho, en ciertos momentos la aparición de la cruz en la religión cristiana, en un contexto sagrado, es un elemento transmutador.
Lo que en las comunidades medievales era algo inalcanzable, como el Santo Grial, es
precisamente un símbolo de todo el bienestar, de la libertad, de la pureza de espíritu, de la generosidad, de la bondad, de la justicia y de la salud. Todos estos ideales humanos se objetivan en aquel tiempo en un símbolo que es el Santo Grial. Es algo indefinible porque es un símbolo, en otro contexto indefinible. E.A. -¿Esta transmutación también podríamos llamarla magia? ¿Qué es la magia? A.A. –Podríamos decir que está relacionada con la magia o con sus efectos. La magia logra transmutaciones, la magia es mágica, valga la redundancia, lo es en tanto produce cambios sin causalidad lineal. E.A. –Sin embargo, ¿cómo explicarías o definirías tú a la magia?, desde tu punto de vista, obviamente, y ¿cómo la relacionamos con la relación médico-paciente dentro del proceso salud-enfermedad? A.A. –A mí, me da trabajo hacer reflexiones y definiciones muy racionales en términos del lenguaje moderno. Hacer definiciones digitales en términos de máquinas, me cuesta trabajo porque yo pienso en términos analógicos. Los que trabajamos con los inconscientes, y desde los inconscientes podemos esperar todo, y nos sorprende de vez en cuando la aparición de cosas que creíamos ya superadas, de fenómenos, de temores que la gente creía ya superados, o de creencias y actitudes que cuatrocientos años de modernidad ya han desterrado, o que cien años de éxitos científicos ya han rebasado, pero no es cierto. El retorno de la magia es una realidad, y es una realidad no porque la ciencia haya fracasado, sino porque tiene sus límites, y la humanidad ha llegado a la saciedad en cuanto a los límites de la racional y lo digital. Estamos buscando nuevos horizontes para darle vía a todo lo que es inquietud inexplicable, y en este contexto de la crisis de la modernidad, está surgiendo la magia. La magia es una capacidad humana, tanto de transmutar en el otro lo que
necesita ser transmutado, como la capacidad de ejercerla, es decir, de despertar en el otro la posibilidad de la transmutación, todo esto es mágico. En este contexto, la psicoterapia y el psicoanálisis son mágicos. Como todo ejercicio médico, tienen sus perfiles para ser magia. Toda acción médica y de enfermería, o toda práctica en cuestiones de salud, tiene elementos mágicos. Pero hay magia por sí misma, por su propio derecho, y magia en cada acto mágico. Se ha utilizado banalmente, los medios de comunicación, los periódicos y las revistas. La televisión, sobre todo, utiliza el término magia de manera bastante vulgar, no solamente convencional, sino vulgar y que la han descontextualizado. Es algo comercial, se habla de la magia de la televisión y –“a través de la magia del satélite”-, pero eso no es magia, eso es tecnología, tecnología avanzada, y tiene sus explicaciones en la física. La magia no, no tiene su explicación en la física, sino en el psiquismo y en el ámbito de lo sagrado. E.A. -¿Qué lugar ocuparían los ritos dentro de esto? A.A. –Los ritos primitivos son mágicos. Porque hay ritos religiosos que buscan al individuo, a la humanidad con Dios, con la divinidad; pero los ritos primitivos son los que más han durado en la humanidad. Son los ritos mágicos. Las religiones tendrán cinco mil o siete mil años de historia. Pero la magia tiene mucho más, no sabemos cuántos, veinte, treinta mil años de desarrollo, o más bien de duración de la magia, porque la magia como tal, como condición de lo humano no tiene una meta de desarrollo. No pretende evangelizar como en la religión católica o expandirse como el budismo o implantarse como la democracia norteamericana, (ser implantada y transfundida a otros lugares para darle el “american way of life”), la magia no tiene esas pretensiones, se ejerce en el momento necesario y tiene su efecto. E.A. –Has mencionado frecuentemente la crisis de la modernidad, esto no sugiere una pregunta casi obligada, ¿el auge o el interés que recientemente se ha despertado en relación con la medicina tradicional, es parte de esta crisis de modernidad?, o para decirlo de otra manera, ¿el interés por la medicina tradicional es característica de la posmodernidad? A.A. –Toda la inquietud que ha surgido entorno de la medicina tradicional, y de todo nuestro pasado tan rico en símbolos y en significados desconocidos, son una fascinación que nos tiene ganados, precisamente porque ya contemplamos los límites escuetos de la modernidad. ¿Qué nos espera como país capitalista moderno dependiente de los Estados Unidos? Solamente nos espera irnos en picada junto con ellos, en este declinar necesario e impostergable de la historia. Nos aferramos a un pasado porque lo tenemos, y es un pasado de profundas raíces históricas, y considero que la posmodernidad va a ser zurcida, va a ser tejida a partir de los hilos del pasado. Recuperar elementos del pasado para tejer y construir algo distinto que no sean ya las perspectivas de la tecnología, de la ciencia deshumanizada, y del capitalismo financiero. Por eso pienso que, la posmodernidad en México tiene posibilidades, grandes posibilidades de crecimiento y de desarrollo, porque tenemos más pasado. Lo entiendo como advenir a la conciencia elementos del inconsciente. Hemos estado viviendo hasta ahora con lo rudimentario de lo racional, con muy poco y con muy pocos elementos de la
ilustración y de la racionalidad política, económica, social, y todo esto necesariamente influye sobre el ejercicio médico, y sobre la atención a la salud. Pero como todo esto está tan limitado ya, como estamos viendo por todos lados cambios que nos parecen muy extraños, y que no se explican con criterios de modernidad únicamente, podemos ahondar y abrirnos más a los enigmas de nuestro pasado. ¿Qué era o quién era Quetzalcoatl? ¿Qué cosa es? Era serpiente emplumada, pero ¿Qué es eso? No solamente Ce-acatl-topilzin, príncipe, el Príncipe de Tula, sino que es un significado más profundo, mucho más hondo que tiene que ver con la dualidad de la persona humana, y con la dualidad de la existencia sobre la tierra, del arraigo sobre la naturaleza. ¿Qué es el dios opuesto? ¿Qué es Tezcaltlipoca? Que a la vez es un guerrero magnífico y el peor de los dioses, el que encarna los vicios más horrendos y más vergonzosos. ¿Cómo hacerlos actuales, cómo vivirlos? Ahí está una enorme puerta para nosotros. E.A. ¿Podría decirse entonces que, la posmodernidad sería una regresión esperanzada colectiva? A.A. –Pienso que esa es una buena síntesis de todo lo que hemos dicho. La posmodernidad requiere de una actitud de regresión, de renuncias a este intelectualismo de consumo, ramplón y superficial. E.A. -¿No evidencia entonces una vulnerabilidad? A.A.
–Sí, sí sería una vulnerabilidad.
Toda crisis nos vuelve vulnerables, pero también hace posible la
reconstrucción, y dar el paso hacia delante. De hecho, la crisis de enfermedad va acompañada de la regresión, porque nos permitirá dar el paso hacia delante y curarnos. En chino la palabra crisis significa posibilidad de cambio, es el mismo ideograma crisis que posibilidad de cambio, entonces toda crisis implica la posibilidad de cambio para mejorar. En ese sentido, vivir la crisis, vivir la regresión, es vivir la oportunidad de cambiar hacia lo mejor. Pienso que en este final de siglo y esta enfermedad social que estamos viviendo, por decirlo en términos médicos, puede tener su esperanza en posibilidad tan hondas que no hemos desarrollado, con las que no hemos contado, todo aquello que está oculto como vergonzante,, lo simbólico, el lenguaje primario de lo simbólico, el deseo y la posibilidad de que dentro de la regresión podamos llegar a un advenimiento de lo mejor de la naturaleza humana. E.A. –La mente humana tiene una potencialidad que todavía no ha sido descubierta y valorada en toda su dimensión, existen elementos que algunas personas engloban en algo que llaman energía mental, incluso sucede algo, fisiológicamente hablando, cuando hay una congruencia entre ambos hemisferios cerebrales. ¿Cuál es la relación entre el plano fisiológico y el plano imaginativo, racional o inconsciente? Esta relación, si es que existen en un precario equilibrio, ¿cómo se dan en el fenómeno salud-enfermedad, y a su vez cómo se exteriorizan en la relación médico-paciente? A.A. –Es una pregunta compleja, trataré de responderla por partes. Los neurofisiólogos han estudiado este fenómeno, y ellos saben que la energía que fluye por el sistema nervioso puede sufrir cambios o alteraciones
como en todas las formas de energía, puede tender hacia mejores desarrollos, o pueden tener hacia la desorganización, esto fue estudiado desde el siglo pasado con las leyes de la termodinámica que Freud aplicó a lo psíquico. En el contexto actual del psicoanálisis, no se considera que la energía psíquica sea separada de la energía física, se considera que es la misma, una sola forma de energía, solamente que en lo psíquico se manifiesta de otra manera, las representaciones psíquicas, las imágenes, la fantasía, el sueño, -me refiero al soñar, no al dormir-, es el resultado de esa energía, así como lo son las emociones, pero en diferente nivel de realidad, y diferente nivel de complejidad.
En términos neurofisiológicos, la enfermedad y toda forma de
displacer resulta de una desorganización de la energía, y lo que en términos psíquicos de una represión o de una abrupta catarsis de lo que ha sido contenido, todo esto implica energía, energía libre o energía reprimida. En toda relación humana se libera energía, y solamente puede darse la relación humana a través de la energía, de hecho, solo los muertos no se comunican, todo ser viviente por callado que esté, está comunicando algo. Como dicen algunos teóricos de las terapias familiares, “es imposible no comunicar”, y es precisamente porque se irradia energía y un gesto, una actitud, una posición corporal, están diciendo algo. El cuerpo, es un emisor y recepto de energía. Nosotros vemos, sentimos, escuchamos al otro, y en el contexto particular de la relación médico-paciente, vemos, sentimos, y hasta olemos al médico; este médico huele a jeringas o a desinfectante, o este médico huele a copal o a hierbas, son contextos diferentes. Esta médica huele a humo de leña, huele a cocina, que puede ser muy reconfortante, es sentir el calor de un hogar, de un regazo. Las señales corporales, los gestos, la vestimenta, la forma de caminar, la forma de sentarse dicen, comunican algo al otro, y por lo tanto, están sentando las bases de la evolución de la relación médico-paciente, son los elementos a través de los que se da la relación. La materia de la relación médico-paciente, es la comunicación de los lenguajes no verbales, de todo lo somático, de todo lo experencial y vivencial de mantenerse uno junto a otro, uno frente a otro. Un médico envuelto en una bata blanca, puede dar señales de esperanza, de alivio o de protección. Alguna persona puede sentirse aliviada con el solo hecho de ver batas blancas, pero otras pueden sentirse suspicaces y desconfiadas; depende también del contenido interno, las vivencias o las experiencias recientes o anteriores. Depende como interpretemos la señal; entonces la interpretación individual de las señales que el otro emite son los elementos con los cuales se teje la relación médico-paciente, y toda relación personal. ¿Cómo entendemos que una persona estornude cinco veces cuando estamos hablando de ella? Un psicoanalista clásico, freudiano, muy interpretador, podría, por ejemplo, estar diciendo que es una señal de rechazo; que el otro estornuda porque está sintiendo escozor en su interioridad por la presencia del analista, o que uno es una especie de alérgeno hacia el otro. En el contexto de la relación psicoanalítica, esto es muy importante. Pero en el contexto de una relación médica sencilla, simple, común, o en la relación con un chaman, pienso que esto se toma como algo muy “objetivo”. Un alergólogo diría: “a ver, qué alergenos tengo por aquí”, o “tal vez mi suéter tiene alguna sustancia a la cual él es alérgico”. No es la persona solamente como lo interpreta el psicoanalista clásico. Entonces los matices de la relación médico-paciente son influidos por la escuela del médico y por la experiencia del paciente de cómo éste ha vivido en su comunidad la relación con los curadores, con los terapeutas y cómo el terapeuta ejerce su poder también.
E.A. -¿Cuál será tu recomendación entorno al desarrollo de los estudios sobre Medicina Tradicional, tanto en nuestro país como en nuestra institución, y en nuestra escuela en particular? A.A. –Ya que estamos en el contexto particular de nuestra escuela, considero que no debemos descuidar la inquietud que existe en muchos de nuestros profesores, e incluso en nuestros alumnos, entorno a los fenómenos de la cura tradicional o de la cura paramédica. Es una oportunidad que hemos visto crecer y florecer aquí, y que es nuestra responsabilidad no dejar perder. No debe ser una moda de sexenio o de cuatrenio, ya que es un elemento que está yaciendo en la mente de la gente, en la mente colectiva de la comunidad, y que nos vemos obligados a desarrollar y a explotar. Una de las maneras es manteniendo los coloquios como un foro abierto, y continuar con las publicaciones de trabajos que los miembros de la comunidad vaya haciendo, tanto de reflexiones como de investigación. Pienso que esto es una responsabilidad nuestra, y que el perderlas sería incurrir en una irresponsabilidad. Trascender a toda la UNAM me parece que es difícil, sobre todo en el ámbito médico. El ámbito médico es reacio “per se”, porque está asentado en un racionalismo del siglo XIX, en un racionalismo que tarde o temprano va a terminar, y los médicos racionalistas del siglo XIX, que todavía hay, abundantes y poderosos, tendrán que reconsiderar su visión del mundo y su visión del ejercicio médico. La tarea nuestra es, darle con un martillo de juguete a una gran roca que está frente a nosotros; la de la incomprensión, la de la intolerancia racionalista, la de la actitud vergonzante hacia todo lo que es pre-científico o podría decir, postcientífico, es lo mismo. Trascender al ámbito nacional creo que no podemos hacerlo porque es una realidad tan amplia, la realidad del país es tan amplia, tan diversa, que cada región, cada zona, tiene sus propios valores, sus propios universos, y para hacer una especia de vínculo, de círculo amplio que reúna de alguna manera a todos los que estamos interesados en esto. No podemos esperar a dirigir o a orientas, porque podría haber gente más entregada a ésta causa, o podrá haber gente con más disponibilidad, o más poder para hacerlo; pero creo que intentarlo y comunicarnos con los demás son otros de nuestros deberes. E.A. -¿Quisieras agregar algo más para concluir? A.A. –Sólo agradecer la oportunidad que me das para hablar de estas inquietudes, y señalar aspectos que creo que pocas veces señalan, incluso en el ámbito especializado, en psicoanálisis o en psicoterapia muy poco se habla de esto. Quien habla de ello en esos contextos, huele a chaman, a mago, y es mal visto. Que bueno que tenemos la oportunidad de afirmar nuestra postcientificidad, esperando a ser justos con toda la sabiduría de nuestros antepasados. E.A. –Al contrario, el agradecimiento es nuestro por haber brindado tu tiempo para tus valiosos comentarios y opiniones.
DR. MIGUEL CRUZ.
Enrique Aguirre. -Dr. Miguel Cruz, ¿qué recomendarías a las personas interesadas en estudiar la Medicina Tradicional Mexicana, en relación con la metodología a utilizar? Miguel Cruz. –La respuesta sería muy amplia, recientemente se han hecho planteamientos en el pasado coloquio realizado en la ENEP-Zaragoza, y tienen un buen porcentaje de profundidad, porque es el resultado de lo que nosotros hemos encontrado hasta el momento. En primer lugar: una metodología general para el estudio de las medicinas alternativas, la medicina tradicional; nosotros les llamamos medicinas alternativas por muchas razones y desde muchos puntos de vista, está dado con base en la metodología de las ciencias sociales, hasta que nosotros no dispusimos de suficientes instrumentos, ahora vamos disponiendo cada vez de mejores instrumentos para el estudio de la sociedad, hemos tenido que estudiar a la medicina tradicional con un enfoque meramente antropológico, ubicando a la medicina tradicional dentro de las culturas populares, como una parte de la cultura, el enfoque antropológico se orienta precisamente hacia ello, a incluirla dentro de la cultura popular, y después a pugnar por la defensa de ésta, y por ende de la medicina tradicional. Aquí nos haríamos la pregunta: ¿importa defender la medicina tradicional, o importa defender a quienes utilizan la medicina tradicional porque no tienen acceso a la medicina, llamémosle oficial o científica?, ¿las utilizan complementariamente? Dentro de las mismas ciencias sociales, hemos encontrado trabajando en campo a los sociólogos, estudiando a la medicina tradicional con el enfoque sociológico, que aunque tiene componentes antropológicos, no priorizar por fuerza los aspectos culturales, la sociología se preocupa por ver los beneficios colectivos, en el caso de la medicina tradicional, sus componentes y su eficiencia en comparación, complemento o sustituto de la medicina científica. Hemos encontrado la experiencia popular de la medicina tradicional vivida por nuestra población, encontramos el fenómeno de que, toda aquella población, la más amplia del País, que no está dependiendo de las instituciones oficiales, las cuales tienen ya una población derechohabiente muy precisa, como el IMSS o el ISSSTE; esa población abierta la maneja la Secretaría de Salud, y la mejoría en las condiciones de salud de esa población se la arroga la propia Secretaría de Salud, entonces todas estas medicinas tradicionales regionalmente funcionando, descargan a la medicina oficial, como es la Secretaría de Salud y los Servicios Coordinados de Salud de los estados, les descargan de una buena parte de la mejoría de las condiciones de salud, y eso no se les toma en cuenta a las medicinas tradicionales. Lo anterior, más lo que hemos visto con relación a cómo el Estado mexicano se vale de ellas para incrementar su atención, y oficialmente ampliar su cobertura, es decir, actualmente funcionan, pero no están oficializadas, el Estado está volviendo los ojos a estas medicinas para incorporarlas; hablo de partes empíricas, de curanderos, de yerberos, gente que juega un papel importante en este campo, y que actúa por su cuenta.
Se está buscando incorporarlos, reconocerlos
oficialmente para que pasen a formar parte del llamado Sistema Nacional de Salud. Todas estas experiencias
las hemos obtenido en campo, recuerdo una reciente, -y hay que ponerle mucha atención a esto- es el encuentro que tenemos frecuentemente con gente que viene al campo a estudiar la medicina tradicional pagada en dólares, es gente que trae otros objetivos, que viene pagada por la industria farmacéutica trasnacional para buscar en las hierbas principios químicos activos para industrializarlos, convertirlas en fármacos, con un afán de medicalización, de comercialización, o llevarlas al nivel de la llamada resignificación, se utilizan, sirven, el curandero las usa, sabe qué es útil para un determinado tipo de males, pero no tiene dentro de su “catálogo”, de su clasificación de enfermedades, “x” enfermedad, la úlcera gástrica, por ejemplo: cuando los laboratorios estudian esto, descubren que la planta tiene una sustancia que sirve para curar tal o cual padecimiento, entonces el curandero se entera y adopta un nombre nuevo que viene de la medicina oficial, y lo incorpora al conjunto de enfermedades que trata. Este es, brevemente, el panorama que hemos encontrado en el campo, donde también hemos encontrado gente de partidos políticos recolectando grandes cantidades de plantas medicinales regionales, conjuntamente con los curanderos del lugar, con una orientación ideológica muy precisa, y es que todo este saber debe seguir conservándose popular, debe entregársele a las mayorías. Al encontrar todas estas cosas, uno se hace varias preguntas, obviamente cuestiono a la gente enviada por la industria química farmacéutica, y también a la que llega por algún partido político, hace este trabajo y lo deja en un nivel de compilación y enumeración de muestras, de muestras que están bastante estudiadas en el mundo, si algo se ha estudiado de las medicinas tradicionales son las hierbas, queda entonces la idea de que la intención es la medicalización, para ubicarlo todo dentro del concepto de fármacos que curen, parece ser que sigue prevaleciendo como concepto de curación el siguiente: una enfermedad es igual a la aplicación de un fármaco, en este caso es una hierba. E.A. –Dentro de la experiencia que tú has tenido, identificas tres modalidades de interacción: primera, entre las medicinas, la oficial y la tradicional; segunda: la de la industria farmacéutica con los recursos herbolarios, y tercera: la de los partidos políticos para rescatar una bandera con un sentido populista; cada una de estas interacciones lleva un cierto riesgo, en el primer caso ¿existe conflicto con los recursos humanos formados en las escuelas, institutos y universidades, al entrar en contacto con las medicinas tradicionales? ¿Cuáles son estos conflictos? MC. –La experiencia ha sido muy evidente, muy enfática, tú sabes que nosotros trabajamos áreas de servicio social rural regionalizado en Chiapas, en el Plan de la Selva, en el Plan Tojolabal, los manejamos con pasantes de enfermería y medicina, desde hace quince años ha operado esto, ya existe toda una infraestructura comunitaria en salud, en atención primaria, la comunidad es participativa, ya saben de lo que se trata, ellos toman a los pasantes recién llegados, todo eso ya está muy establecido; sin embargo, un problema muy importante que hemos visto, yo lo intenté enfrentar y no he seguido adelante, es explicarle al joven recién egresado de la carrera que ha recibido una concepción biologista, funcionalista del proceso salud-enfermedad, ha aprendido en la escuela la estructura macro y microscópica de una unidad biológica, de un cuerpo humano, aprende cómo funciona, aprende cómo se enferma, aprende cómo se cura, es decir, cómo se combaten o se arreglan esos desarreglos que se presentan, se le da un esquema farmacológico y se le da terapéutica y con
ellos van esquemas y elementos conceptuales de cómo cura nuestra medicina, generalmente utilizamos sustancias que combaten al agente agresor o que lo contrarrestan. A ese joven que sale con esos esquemas y es un individuo muy joven, que acaba de aprender algo de farmacología y de terapéutica, le hablas de algo que nunca escuchó durante la carrera, la medicina tradicional y de que es posible curar con hierbas, de alguna manera ellos lo saben, porque en la cultura de nuestro país, todos hemos tenido experiencias desde muy pequeños; en alguna ocasión, nuestras abuelas, nuestras mamás, nos dieron remedios caseros utilizados como recursos de la medicina tradicional, pero ya emplearlos como un profesional es otro asunto, como médico yo no puedo prescribir el uso de una hierba o de un remedio casero, esto no es serio, no es científico, dentro de la concepción aprendida en las aulas. Cuando hice los primeros intentos de llevar a los pasantes a que se desenvolvieran en el terreno de la medicina tradicional, obtuve una renuencia terrible, al principio yo me decía: “bueno, si se los estoy explicando, si ellos saben que esto existe, no hay engaño, saben que hay mercado donde venden hierbas, saben que en nuestro país entero existe desde épocas precortesianas, con su vigencia actual”; se resistían, y ya después analizándolo con ellos, me di cuenta de que no podía romperles un esquema muy joven, muy nuevo, muy endeble, para que de repente empiecen a aceptar y aplicar las medicinas tradicionales. Esta experiencia la he tenido tanto con médicos como con enfermeras pasantes; cuando detecté esto, hice una pequeña encuesta entre médicos de mayor edad en todo el país donde los iba encontrando, les hacía el mismo planteamiento, y la mayoría de los médicos ya maduros, seguros de sí mismos, saben los alcances reales y las limitaciones de nuestra terapéutica, de nuestra medicina alópata, y que muchos recursos de la medicina tradicional curan; éstos médicos ya no son inflexibles, algunos prescriben algún tipo de estos recursos en la zona o región donde laboran. Es muy clara la actitud, ante la medicina tradicional, del médico que ya tiene experiencia y madurez en contraste con las actitudes de los jóvenes. E.A. –Otra manera de abordarlo sería integrar contenidos de la medicina tradicional en los curricula, ¿serían éstos un elemento determinante para modificar actitudes en nuestros estudiantes, o habría algún otro mecanismo? M.C. –Cuando a mí me comentaron los avances que se están haciendo en la ENEP-Zaragoza en este rubro, me parece que se hacen con la mejor intención, no sé exactamente qué se persigue, porque no conozco cómo se ha planeado y programado dentro de la estructura curricular, provengo de una escuela que por más que se hable del compromiso con el campesino y con el trabajador, fundada por Lázaro Cárdenas, donde se cursan obligatoriamente materias dentro de las ciencias sociales desde que se fundó la escuela, el egresado en este respecto es igual al egresado universitario, no hay diferencia, nuestra escuela se ha medical izado y se ha metido muy bien en el contexto hospitalario de la medicina curativa; ahora si acaso, se incluyeran materias dentro del currículo o una materia en donde se trate la medicina tradicional, lo recomendable sería incluirlas como materias obligatorias, no optativas; si se quiere inducir un cambio en la mentalidad del egresado, tienen que ser obligatorias, y tendrían que iniciarse con un nivel descriptivo, con un correlato entre las distintas medicinas en las distintas épocas del desarrollo de la humanidad, para que el alumno entienda cómo el médico,
el ejercicio de la medicina, el concepto de salud-enfermedad y el del propio médico, no han sido los mismos a lo largo de la historia, si se trabajara mucho en ese sentido habría una aceptación, porque entonces se entenderían a éstas medicinas como parte de nuestra cultura, nosotros gente mestizada producto de una fusión entre las culturas autóctonas y la cultura española en un sincretismo.
De otra manera: ¿cómo evitar el
enfrentamiento con la terapéutica alópata muy científica, terriblemente científica? Aunque recordemos que mundialmente el método científico ya está siendo cuestionado por las limitaciones que presenta y encasilla, obliga a obtener los resultados que se quieren encontrar y nada más, lo cual circunscribe a sólo reproducir, no a inventar o crear, y eso es una limitante; se puede evitar este choque con planteamientos que no tienen nada de científico en un momento dado, los de la medicina tradicional. ¿Qué objetivos persigue la escuela con todo esto?, ¿darlo a conocer en el ámbito de información general? Creo de entrada que, eso debe ser parte de la cultura médica, ¿se quiere ir más allá? ¿fundir ambas terapéuticas? El problema es el que la terapéutica alópata es una, hegemónica, muy bien fundamentada, y la otra, las otras aunque tienen rasgos generales, son medicinas tradicionales, no hay una sola medicina tradicional, no está hegemonizada, si se va a distintas regiones, aunque se parece mucho la estructura de quienes la ejercen, no es lo mismo el curandero que el yerbero, que el huesero, que la partera, que el brujo, que el chaman, son niveles, jerarquías diferentes, y no hacen lo mismo, es un poco como las especialidades nuestras, lo que no tienen es un cuerpo teórico que apoye a su práctica terapéutica. Todo ello produce en el alumno un enfrentamiento, una angustia, una ansiedad, si no les exiges que la practiquen, entonces no hay problema, si les recomiendas que la practiquen o que confíen en determinados aspectos, tendríamos que sistematizarlos, hacerlos nuestros de alguna manera, escribir un libro que sí pueden usar la infusión de manzanilla, para tal y tal cosa, ampliar nuestra farmacopea, no sé si se tiene un criterio antropologista, sociologista y psicologista, y este criterio es muy importante, por lo que quiero hablar de ello después, no entiendo bien qué se esté manejando, qué se persiga, a dónde se quiera llegar, ¿cultura médica?, adelante, si es hasta ahí; si se quieren incorporar las terapéuticas, hay puntos que deberán abordarse. En primer lugar, se tendrían que sistematizar a nuestra manera, para ordenar un
listado con remedios por aparatos y sistemas.
Al llevar estas medicinas a la
estructura curricular en niveles particulares, no sé si se pudiesen llevar en algunas cátedras en especial, se pudiesen ejemplificar con algunas hierbas, porque yo creo que una materia aislada o dos o tres materias, durante toda la carrera, prácticamente no servirían si se quieren cambiar las actitudes de los egresados, creo que eso se tendría que cursar como un tema obligado, en prácticamente todas las materias donde fuera factible, aunque habría unas cuantas donde no sería así.
Sería recomendable que el neumólogo, el
gastroenterólogo, el cardiólogo, cuando estuviera impartiendo su clase, tocara estos aspectos, pero el problema central es la resistencia que tiene la mayoría de los médicos para “rebajarse” hablando y tratando temas de la medicina tradicional dentro de las aulas, en esos templos de la medicina, ¿cómo hablar de los curanderos? que no saben leer ni escribir, y de la medicina que todavía no tiene una base científica, apenas se está empezando a estudiar científicamente. Estas son las dudas que he tenido, ¿cómo haría si yo fuera a incluir estos temas en el currículo?, ¿Para qué?, ¿Qué perseguiría y hasta dónde lo llevaría?, tendría que estar trabajando continuamente en toda la carrera y los
docentes tendrían que estarlo manejando también. No sé cómo lo tengan contemplado ustedes, y si ya se hace en algún lugar, a qué nivel de profundidad lo han abordado. E.A.
–Posteriormente, yo te podría comentar con mayor amplitud cómo está hecha la propuesta, por el
momento, es una propuesta pendiente todavía para pasar al pleno del Consejo Universitario, y es una primera aproximación, pensamos que deberíamos estar incidiendo más, simplemente te puedo decir que no se trata de formar curanderos, o médicos tradicionales, sino que al estudiante de medicina y de las otras carreras de la salud, poderles dar elementos para que entiendan estos fenómenos, que adopten otra actitud durante su ejercicio profesional, que sepan que existen otros recursos, y que no necesariamente tienen que estar contrapuestos unos con otros. M.C. –Ah, bueno, ya está preciso lo que se espera, lo que se pretende a nivel de cultura general, y de enseñarlos a respetar algo que ya existe, que está ahí y que no pueden cerrar ojos y oídos aunque no lo practiquen, pero que sean respetuosos en este campo, que no se burlen, que no manipulen tanto este saber, para mí esto es ya un avance importantísimo. E.A. -¿Qué hacen las instituciones prestadoras de servicios de salud ante la medicina tradicional? M.C. –Lo primero que viene a la cabeza, es lo que ha hecho el IMSS en el Programa IMSS-COPLAMAR, han colectado una cantidad muy grande de plantas medicinales, han hecho avances muy importantes en algo que se ha hecho en el mundo entero, han reproducido la misma dinámica, estudian las hierbas por sus contenidos, por lo que tienen, y además parece que están estudiando la forma cómo se aplican, el uso de las hierbas; no sé si han llegado más allá, o si tienen otra intención, lo que he escuchado es que quieren ampliar, es decir, cuando hay crisis financieras en el país, se pone atención en lo más barato, y en este caso, ésta medicina se considera más barata, pero también hay toda una actitud institucional, y en los propios médicos para verlas con un dejo despectivo, es una medicina de segunda o de tercera, para ciudadanos también de segunda o de tercera, no se está planteando saber más de la medicina tradicional para enriquecer importantemente la medicina alópata; la medicina alópata es otro mundo, está en otro sitio, dirigida a la gente que puede pagar sus servicios, se atienden aquí o en el extranjero, pero no van a utilizar la medicina tradicional, ésta se utiliza por aquellos que no tienen acceso a la medicina oficial, entonces, cuando menos, vamos a darles las medicinas tradicionales, y aquí subyace una actitud de clase. Recuerdo una de las experiencias con el tepezcohuite; yo trabajaba en el Hospital Rubén Leñero, ahí se manejan muchos quemados, y pregunté respecto a la difusión que se le hizo a través de programas de televisión, se magnificó, se hizo muy popular, y la gente buscó el tepezcohuite, rápidamente se comercializó y se convirtió en un negocio, dicen que Japón empezó a adquirirlo. Realmente qué pasa, varios médicos me dijeron “no sirve para nada, es pura mentira”, “las heridas se infectan”, “aquí hemos tenido muchos heridos que lo utilizaron y venían con unas infecciones terribles”. Entiendo que esa actitud tiene mucho de rechazo a lo que no ha sido producido en un laboratorio, lo dice un médico de hospital, lo entiendo, pero para mí no es confiable
esa opinión; la otra tampoco, porque la trasmite micrófono en mano un individuo en la televisión, y es interesante pero no tiene que ser serio, hay que tratar de verlo científicamente, decir vamos a estudiarlo para identificar qué tiene de bueno qué le vamos a obtener; sin embargo, esto mismo vuelve a ser medicalización del concepto del proceso salud-enfermedad, medicalizamos al concepto de atención a la salud, cura de una enfermedad igual a un medicamento fulano de la industria químico farmacéutica, y no nos sustraemos fácilmente a esto. Estas instituciones ven en las medicinas tradicionales la posibilidad de sistematizarlas; el Estado mexicano, de hacerlas suyas, de ampliar y aceptar, dando un reconocimiento a todos estos, prácticamente de estas medicinas para que se oficialice su trabajo, se les reconozca y se someta a un proceso estadístico, teniendo como consecuencia el incremento de la población atendida por estas instituciones. El IMSS trabaja en ese nivel, no sé qué más ha hecho con la compilación, pero oficialmente desconozco mucho de lo que ha hecho, no sé si ya ha publicado algo diciendo: “de hoy en adelante, el IMSS reconoce, autoriza que en su nombre y en sus clínicas se utilicen herbolaria, remedios caseros, etcétera”, o va a reconocer a todos los curanderos de una determinada región para que en su nombre presten servicios. Esto se ha comenzado a hacer con las parteras empíricas, la Secretaría de Salud lo ha hecho, supongo que el IMSS también, yo he estado en estas acciones en coordinados de los estados, tengo experiencia en Tabasco, en Chiapas, en Veracruz, en varios sitios las parteras empíricas son capacitadas por nosotros, son incluidas, en realidad yo he tenido oportunidad de ver parteras capacitadas por nosotros y parteras no capacitadas, y según las estadísticas registradas en el hospital más cercano, no tenían mucha diferencia entre ellas, no es cierto que exista mucha mortalidad cuando los partos se atienden en los domicilios; un problema serio es el tétanos en situaciones por falta de higiene, el punto clave es el manejo del cordón; si se pone atención al manejo del cordón y a las infecciones oculares, todo lo demás no tiene problema, es un acto fisiológico, quizá por eso ha sido posible atraer a las parteras empíricas a estos programas, se les dan cursos, algún equipo, algunos reconocimientos, el trabajo con ellas es muy interesante. Eso es lo que yo podría responder respecto a lo que las instituciones hacen, con esa intención de ver qué pueden sacar, y cómo pueden aprovecharse de estas medicinas, darles visos de medicina oficial y de alguna manera, al incorporarla la desaparecen, la desculturalizan, como dicen los antropólogos, ya no se mantiene como tal; se considera esta medicina como parte de una reacción cultural de las etnias como autoprotección, como muchas otras que tiene, despojarlas de eso es desculturizarlas, son planteamientos de algunos pensadores. E.A. -¿Querrías abundar sobre lo que mencionaste anteriormente, el psicologismo? M.C. –Cuando nosotros estudiamos, de manera muy general, comparamos el listado de entidades nosológicas nuestras, en su manifestación de morbi-mortalidad en alguna provincia mexicana, en áreas indígenas, especialmente, y lo comparamos con el listado de entidades nosológicas de la medicina tradicional, vemos que muchas no existen, no tienen nada que ver entre sí, otras son más o menos identificables, y existen con distinto nombre, según regiones, o con el mismo nombre un poco modificado; por ejemplo: en lugar de hablar de
erisipela, hablan de disípela, es más o menos lo mismo, pero a veces a un término médico nuestro, lo ponen en otro contexto de enfermedad.
Vemos gran cantidad de padecimientos de ellos, de la región, tienen un
importante componente psicológico, el susto, el empacho, la pérdida de la sombra, el mal de ojo, y muchos otros, tienen un importante componente psicológico. Ahí hay mucho que decir, dentro de las recomendaciones para estudiar la medicina tradicional, yo plantearía que hay que estudiar el acto médico curativo nuestro, y el acto médico curativo de las medicinas tradicionales, tendríamos que estudiar la relación médico-paciente o curador-paciente, tendríamos que estudiarlo, ponerle atención porque tiene mucho que ver con el esquema terapéutico; lo que ampliamente se ha encontrado, hay mucho escrito sobre ello, es que la cultura determina la concepción del proceso salud-enfermedad, esa cultura específica determinante de una concepción de enfermedad, de curación, se da a través de una concepción de la realidad perteneciente a una determinada cultura, y esa define las características del proceso de enfermedad y de curación. Una cultura define de qué se van a enfermar, cómo se van a enfermar, y cómo se van a curar sus individuos, esto está muy tipificado en muchas partes, y en ocasiones se les atribuyen componentes emocionales, de histeria, de problemas que tenemos bien clasificados en nuestro contexto, pero allá no siempre obedecen a ésta clasificación. Ya definido esto, el proceso terapéutico también está definido, y se recurre a un ritual curativo, con un contexto, un conjunto de simbolismos, en un sitio adecuado, con una vestimenta adecuada, válido también para nosotros, la bata blanca, el consultorio, el olor de los medicamentos, el estetoscopio, y el manejo autoritario hacia el paciente, la disposición del paciente a acatar todo lo que le dice el médico, no pregunta por qué y si pregunta no siempre se le explican los porques. Hay que estudiar mucho el acto médico, en términos generales, eso que se califica como la deshumanización de la medicina. El acto médico curativo de la medicina tradicional es más humano, es más completo en este planteamiento del ser humano como una unidad bio-psico-social; en nosotros no es cierto que lo hagamos al dar una consulta, con el curandero no sucede así, el curandero conoce al paciente, es de su cultura, es de su comunidad, le explica su enfermedad en términos de su cultura, si ha violado alguna norma social, ha pecado, todo explicable dentro de una lógica cultural aceptada y comprendida por los dos, además, él como integrante de la comunidad, conoce al paciente, no sólo como paciente, sino como integrante de la comunidad, como ser humano y sabe su problemática, sabe si es casado, divorciado, si es borracho, si es bígamo, si a la señora le pega su marido, si tiene un hijo borracho, todas esas situaciones características de las vidas de cada paciente, las conoce el curandero, entonces el acto médico curativo es más integral, si toca los tres aspectos, el biológico, el psicológico y el social. Hay que estudiar el acto curativo, la relación médico-paciente en los dos terrenos de la medicina, la oficial y la tradicional, con todos los matices y variantes que hay. Dentro de la esfera psicológica hay que estudiar muchísimo el efecto placebo, se sabe algo acerca de él, pero no lo suficiente, todos hablamos de él, todos los conocemos, todos lo hemos encontrado, lo describimos, pero no sabemos exactamente cómo funciona en el organismo. Sabemos que si se le da una sustancia inerte al organismo, a un paciente, diciéndole que es un medicamento, se lo toma, y puede quitarle un dolor, una molestia, hasta provocarle situaciones de intoxicación diciéndole que es morfina, hidrocortisona, el individuo se
comporta como un verdadero intoxicado, ¿qué pasa?, sabemos que hay estudios en donde se demuestra que el efecto placebo provoca leucocitosis, fiebre, cefalea, vómito, alteraciones en el músculo liso, taquicardia, taquipnea, ¿cómo se da esto?, ¿Qué pasa con el efecto placebo? Eso fue visto desde hace muchos años, en muchos momentos, incluso por gente no médica, se habla de la autosugestión, de sugestión, llevada en niveles no científicos, pero ahora se sabe que en los ancianos, existe un estudio en el Canadá, que por el momento no tengo la cita, unos psicólogos refieren que en un grupo de ancianos donde estudian la inmunodeficiencia adquirida, se vio que en este grupo a los que se les dio placebos, y a otros un medicamento para observar la respuesta en un determinado proceso y a unos se les atendió muy bien, se les hablaba por teléfono, se les daban obsequios, se relacionaban con ellos, se les dio afecto y se midió la cantidad de leucocitos circulantes, leucocitos cooperadores y resultaron muy favorables. No tengo los datos con precisión, pero me pareció impactante, porque el personaje que estaba dando su conferencia respecto al SIDA estaba hablando del aparato inmunológico y sus depresiones, nos mencionó esto, cuando sólo hay un componente afectivo, psicológico, lo asocia con estos procedimientos. Habría que ver cuántos medicamentos en realidad no tienen el efecto que decimos que tienen, pero si el paciente dice: “le tengo mucha fe a este médico, basta que yo lo vea para que me cure”, esto es textual y reiteradísimo; se le puede dar talco, aspirina y otro fármaco. Muchos de los remedios, hemos oído que dicen: “yo tenía cáncer y me curó el curandero tal”, y uno piensa que no sería cáncer, aunque ahora está resultando que sí puede haber una relación, porque estamos viendo en nuestra medicina que hay una relación importante entre la gente que desarrolla un cáncer, que al final de cuentas es una desorganización celular de su organismo cuando el individuo va perdiendo las perspectivas de vivir o se siente ya eliminado de la sociedad, recluido, todo esto lo conjuntamos porque de ahí se pueden extraer muchas cosas para explicar el efecto placebo.
Lo encontramos cuando estudiamos la medicina tradicional,
profundizamos en ello, pero cuando lo retrotraemos a nuestro acto médico curativo en la alopatía, es lo mismo, nuestro médico hace magia en el consultorio cuando da una consulta, pero no le puede uno decir como profesor que el acto médico curativo contiene un buen porcentaje de magia, y además él no puede hacértelo científico, es una limitante, magia en el sentido de que se están usando recursos y procedimientos que no sabemos cómo son, qué son, ni qué pasa cuando los usamos; hay muchos médicos que tienen muchos pacientes, y otros que no, y la diferencia está en el trato, estoy casi seguro de que si revisáramos el uso que hace de los fármacos, hasta se equivoca o son peores que aquellos que tienen menos consulta, que pueden ser más rigurosos, más científicos, pero el otro componente cuenta mucho, cura.
Para terminar, yo les digo a mis alumnos,
frecuentemente, la medicina tradicional, para desgracia de los que están en contra de ella, cura; lo que pasa es que no es sustituto de la medicina alópata, no cura todo, no se debe pensar en que es cura-todo, hay que tomar en sus dimensiones reales, hay que usarla como un complemento, como un acto médico curativo, como un acto humano, humanista, de relación entre humanos, no como un acto medicalizado, ahí hay un punto que también hay que estudiar, además del placebo, la medicalización nos limita, dentro de la medicalización está la metodología científica o al revés. E.A. –Este racionalismo que caracteriza a la modernidad, vemos que se está derrumbando en muchas de sus bases, por eso podríamos pensar si el auge que está cobrando la medicina tradicional, independientemente de los elementos de la crisis económica, también tiene mucho de estas consecuencias procedentes de desechar la
modernidad que limita y circunscribe racionalmente, y que todo ello podría contribuir a lo que hoy se ha dado en llamar postmodernismo, ¿qué opinas al respecto? M.C.
–Antes de brincar al postmodernismo, quisiera señalar que, dentro de nuestra propia medicina, la
atención primaria para la salud, recomienda el uso de la medicina tradicional, esto es un acuerdo internacional, la misma estrategia de atención primaria le está dando un viraje a nuestro modelo hospitalario, es un viraje resultado de un análisis concienzudo, es una apertura, si quieres, restringida, relativa y con determinadas condicionantes, pero es un intento de controlarla, es un vuelco y es coincidente con los planteamientos de la modernidad, los planteamientos de la modernidad arrancan por los sesentas, la atención primaria a la salud se oficializa en 1978, pero todos los que hacíamos medicina comunitaria desde los sesentas, setentas, hicimos lo mismo, si se compara qué es atención primaria, y qué es medicina comunitaria, se encuentra lo mismo, un poco más sistematizados en la APS, pero es medicina comunitaria, ahora magnificada, internacionalizada, de ahí vendrían los planteamientos en el ámbito de la modernidad, para mí la modernidad amplía no la postmodernidad tal cual, sino la modernidad rompe, es una crítica, habla de una democratización para romper con todos los planteamientos teórico-filosóficos hasta el momento, las dos grandes corrientes, el funcionalismo por acá; el marxismo, el materialismo dialéctico, por otro lado, todo ello cimbra de tal manera que uno dice: ¿Qué pasó?, ¿Se acabó el mundo?, ¿Se acabó esta filosofía?, ¿Se acabó la otra filosofía?, todo lo que ahora se está manejando. Yo creo que esto no es más que el avance del desarrollo del ser humano en un salto cualitativo que se está dando, es mi interpretación con toda la limitación con la que puedo incurrir, porque no soy experto en este campo, así la percibo. La modernidad plantea la profundización de aspectos de la lógica dialéctica hasta puntos en que los teóricos del materialismo histórico no pudieron llegar en su momento, y ahora lo que pasa es que se está profundizando, bueno, eso sería tema de otra conversación, pero por lo que veo y hablaría de las categorías filosóficas utilizadas para el análisis de la realidad, son las mismas llevadas a profundidad. La posmodernidad, lo poco que percibo de ella, la veo como una respuesta a la modernidad, una resultante necesaria, el sistema capitalista, en el cual estamos inmersos nosotros, aunque sea como países económicamente dependientes, ha dado, de tal manera que tiene que sufrir transformaciones; en estos momentos estamos viviendo ese proceso de transformación, y por eso no detectamos con precisión en qué consisten todos estos cambios, los estamos viviendo atropelladamente, apresuradamente. El sistema socialista parece ser que también dio, no logró todos los objetivos que inicialmente se plantearon, y de repente viene un hombre como Gorbachev y viene a hacer estos cambios que son impactantes, a mí me parece que el hombre no está perdido, ni está fracasando el socialismo, ni nada de ese tipo que también, ideológicamente, se está manejando, es que o se hace todo eso o de verdad habrá situaciones muy cruentas, y digo en los dos mundos, ahora nada más se está viendo allá porque aquellos, con más colmillo, están soltando la rienda más rápido, para que se autonomicen los estados, y puedan dar de sí hasta donde sea posible, ellos no lograron ni modificar su estado económico, ni hacerlos avanzar en sus niveles de productividad, ni mejorar sus niveles de vida como lo plantearon, no porque la dinámica fuera suficiente, sino porque yo creo por incapacidad de poder hacerlo con un régimen centralista, llamémosle, de definir todo desde el centro, esa parte se tenía que dar en la historia y luego viene ésta, la de soltar para que cada cual opte por su camino desde todos los puntos de vista, ideológico, sociológico, económico, todos los planteamientos que hay, pero creo que ya hay una directriz, que
no se va a perder. En los países socialistas, estos planteamientos de la medicina tradicional, son el pan nuestro de cada día, se optó por ellos desde hace mucho tiempo, el ejemplo de China, sus médicos descalzos, la acupuntura, todo esto que viene a asombrar al occidente, ellos lo aplican de tiempo atrás, y han logrado mejores resultados en la atención a la salud, cuando ellos integran o mezclan o toman lo mejor de cada una de sus medicinas, ellos si lo han hecho oficialmente, y lo han ampliado con éxito. Ahí está lo que aquí están queriendo hacer con otros conceptos un poco oficialistas, mercantilistas y demás, allá lo han hecho en realidad para beneficiar a las mayorías, y creo que han avanzado, tienen un modelo o varios modelos que muestran su eficacia y su eficiencia. Todo esto es lo que te puedo decir a partir de nuestra experiencia, te recuerdo que no somos teóricos de la medicina tradicional, sino que hemos hecho algunas investigaciones, y un trabajo académico, políticoacadémico en un momento dado, con investigaciones científicas aumentadas siempre a este tipo de búsquedas, para mejorar las condiciones de salud de las etnias, de los grupos que consideramos que deben recibir estos beneficios, y ahí es donde hemos detectado estas cosas. E.A. –Me gustaría que mencionases, si existe una recomendación para evitar la explotación por parte de las industrias farmacéuticas. M.C. –En este aspecto, la presencia de esta gente en campo es evidente, los hemos encontrado haciendo este trabajo, bien pagados, la impresión que tengo, es que la industria químico-farmacéutica paga a esta gente para que vaya a campo a hacer estas compilaciones, porque con un fármaco que detecten al año o en un semestre, un principio farmacológico de trascendencia que logren extraer de una planta, un principio activo para esta medicalización, ellos sacan un dineral, ellos lo hacen con esos intereses, encontrar un principio activo para, ¿qué se yo?, las quemaduras, para el cáncer, para la diabetes, con esa idea hacen sus investigaciones, y si ellos llegan a encontrar un fármaco al año o al semestre, con dos fármacos al año, ellos le sacan millonadas. Para mí esa es la idea, y que le he escuchado a la gente con la que hablo, y que va a hacer estas investigaciones, va a buscar, para pasar por un tamiz, todas las plantas que encuentran y todo lo que les dicen y les sugieren lo toman de esa manera. Desde ese punto de vista, no creo que ellos produzcan mucho daño a la herbolaria o de los esquemas terapéuticos regionales de la medicina tradicional, porque no la quieren para competir con la medicina tradicional, quieren ese saber para incorporarlo a su base de medicamentos, o para abrir investigaciones, para ver si una planta tiene una determinada efectividad para curar, ver si tiene algún compuesto o principio activo útil, y si ellos pueden producir otro compuesto activo artificial, sintético, saben que si meten millones, también van a sacar millones. Esto es en lo referente a la herbolaria, estrictamente hablando, ahora en relación a otro tipo de remedios que no necesariamente son herbolarios, parece ser que la industria farmacéutica no se mete con ellos, no creo que dañe todo eso, pero sí debería haber una prohibición, no debería permitírseles, porque
es rapacería, es una forma de incidir sin ningún respeto a las culturas, van y se meten y saquean. Por otro lado, la explotación de la misma herbolaria, en un momento dado, para mi es utópica, porque, por ejemplo: la corteza del árbol de tepezcohuite o la corteza del árbol del nanche, que se usa para las diarreas, o las hojas de guayaba que sí sirven, una infusión de estas hojas tiene tanino, produce un efecto astringente que disminuye o detiene las diarreas, pero, ¿qué cantidad de toneladas de hojas de guayaba o de corteza del árbol de nanche se tendrían que usar con criterio industrial, para surtir en todas las farmacias ese medicamento?, entonces contra lo que no pueden ellos, es que el grupo humano extrae del medio ambiente todas sus necesidades, sus satisfactores entre ellos las plantas medicinales y las usa, son diferentes en cada área, y casi todas sus necesidades se satisfacen con ellas, eso es lo que no se pueden llevar, no lo pueden industrializar, y se convierte en una defensa, porque todo eso no se lo pueden llevar, buscarán algo y se llevarán lo más valioso, no hay defensa para ello, vemos que el Instituto Lingüístico de Verano se mete ahí, y por más que se dice y se denuncie, el Estado ahí lo mantiene, porque hay intereses de diversos tipos, y las sectas religiosas protestantes haciendo su labor en contra, aún del Estado mexicano y simultáneamente contra el comunismo, hay unos documentos, todo un paquete de proselitismo, que conocemos muy bien, y esos andan a pie, se encuentran con nuestra gente que anda trabajando en campo, se los encuentran donde quiera a ellos y a los anuncios de Sabritas y de Coca-Cola. E.A. –Con relación a los grupos militantes de partidos políticos que toman populistamente la bandera de la medicina tradicional, ¿qué dices? M.C. –Efectivamente, yo creo que es un enfoque populista, es una intención populista que también conduce a muy poco, no creo que conduzca a un logro político de trascendencia, se les ocurrió porque esto es propiedad cultural, dentro de los enfoques antropologistas, algunas de las personas que andan con estos grupos han de ser antropólogos, y deben abordar esto con verdadero interés de defensa de las culturas y demás. Te puedo decir que, ha sido muy lesivo, en las zonas donde he estado, el trabajo político en las comunidades, el trabajo político en general, y te menciono sin ningún empacho al PRI, PRD ahora, que antes era el PSUM, al PRT y al PMT; el problema es cómo se presentan y cómo manejan su ideología, el conjunto de planteamientos ante un campesino que tiene una cosmovisión muy específica, y viene un individuo del medio urbano, con otra cosmovisión, y le hace una serie de planteamientos para decirle que toda su problemática obedece a que hay ricos y pobres, y que los ricos son muy malos, y por ello sus hijos están enfermos de diarrea, aunque el esquema tenga algo de verdad no es lo suficientemente explicativo, y se presenta de tal manera, no cuestiono la veracidad del contenido del planteamiento, sino la forma del planteamiento, es tan equívoco, tan mal elaborado, que produce efectos como los siguientes: llega el PRI, predica, plantea, pide apoyo para el gobierno, el gobernador del estado, y les da algo, lo reciben, y si a la semana siguiente llega el PRD o el PMT, cualquiera de ellos que dicen, prometen y les ofrecen, si les dan algo lo reciben, si les ofrecen, se comprometen ellos, y hay pueblos completos que hoy son del PRI, y mañana son del otro partido, pero con la misma facilidad, todo el pueblo a los veinte días puede volver a ser del PRI; comento esto para que se tenga una idea de lo que sucede, de cómo se manejan los partidos políticos allá, no se percatan de lo que están haciendo, claro que para fines electoreros de ganar votos, hacen estas cosas y luego se van, nada más, o ganan o pierden un determinado
candidato en las elecciones se van y no se vuelven a parar hasta el otro año. Esa es la imagen que tienen de los partidos, muy similares son este tipo de esfuerzos, hasta donde yo he visto, tengo entendido que por aquí en Morelos o lugares cercanos, han hecho un trabajo más sólido, más persistente, pero lo desconozco, obviamente, estas generalizaciones tienen como base lo que hemos vivido, lo que hemos visto, en Oaxaca, en Chiapas, en Tabasco, en Veracruz, inclusive tengo varias entrevistas hechas con los líderes de la comunidad, sobre esto dicen: “este señor nos ofreció esto...”, “nos vino a invitar a que, yo como curandero los lleve a una excursión para mostrarles todas las plantas medicinales que encuentre, que les diga cómo se llaman y para qué sirven, y pues me pagan y además me van a regalar una beca para mi hijo en la secundaria en la capital del estado y yo acepto, claro que no les digo todas las plantas, las que están más allá en la montaña, esas no se las digo, yo les digo las que están aquí, afueritas del pueblo, dicen que las van a estudiar para ver si pueden hacer medicinas con ellas, y que nos van a reconocer que nosotros les dimos los nombres...”. En fin, no se ve mayor solidez, no se ve más que lo que realmente persiguen, y es lo que hacen; a través de esto ideologizar al pueblo, explicarles la industria químico-farmacéutica, todo ello se los explica, pero después escucha uno la versión que te da el campesino, y te das cuenta que quedó muy poco, es un problema básico de comunicación, de mal manejo de la metodología para la trasmisión del conocimiento, es gente que no sabe que no lo está haciendo bien, que desconoce que el campesino no está escolarizado, no aprende con una dinámica escolarizada como nosotros que estamos habituados desde pequeños, ellos tienen otra dinámica para aprender y cuando se les llega con nuestro esquema y se les quiere retener por cuatro horas o dos horas escuchando un mismo tema, se duermen, se aburren, se cansan. La forma de hablar con ellos es en otro momento, y primero hay que escucharlos cómo plantean las cosas con su cosmovisión, y tomarlas para ir ejemplificando y aceptando la mayoría de sus planteamientos, la verdad es que uno aprende más de lo que se les puede enseñar. El partido, los partidos políticos confunden a las comunidades, las manipulan y las botan sin ningún escrúpulo, hay partidos de los cuales no me extraña que así lo hagan, pero hay otros que yo esperaría que no lo hicieran así, y lo hacen igual o peor, lo cual es más criticable. E.A. ¿Quieres hacer un comentario final para cerrar esta entrevista? M.C. –Agradecerte la distinción de preguntarme estas cosas que no nada del otro mundo sus respuestas, pero que igual que en reuniones previas que hemos tenido en los pasados coloquios, reitero que si en algo se puede contribuir, y algo podemos aportar y enriquecer la discusión, se cuente con ello.
DR. JACOBO GRIMBERG
Enrique Aguirre. -Dr. Grimberg, dentro de las aportaciones que has tenido en el terreno de la neuropsicología, está la creación de la Teoría Sintérgica, en la cual podemos reconocer los componentes siguientes: -El campo cuántico o la lattice del espacio-tiempo. -El campo neuronal del cerebro humano y sus interacciones. -Los algoritmos neuronales. -La duración del presente. -La organización del espacio. -La complejidad algorítmica y su coherencia. -El factor de direccionalidad. -El procesador central. ¿Es correcto todo esto? Jacobo Grimberg. -Sí. E.A. –De estos elementos, ¿cuál es o cuáles son los que tendrían mayor relevancia dentro de la Teoría Sintérgica? J.G. –Bueno, la Teoría Sintérgica, de manera muy sintética, es una teoría que intenta explicar la creación de la percepción, esta teoría postula que lo que nosotros llamamos mundo perceptual es una transformación que efectúa el cerebro a partir de una matriz fundamental de la organización del espacio, y el postulado básico de la teoría es que la percepción surge como una interacción entre esta matriz fundamental que es la lattice del espacio-tiempo, y un campo neuronal conocido por el cerebro. Con relación a la pregunta se puede decir que, los dos componentes más importantes de la teoría son: el campo neuronal y la lattice del espacio-tiempo, la lattice del espacio-tiempo es la matriz fundamental básica, la estructura energética base del espacio, este no es un término inventado por mí, la traducción de lattice sería el enrejado, la celosía o la matriz. Considerando esto, se dice que el espacio tiene diferentes niveles de organización, un nivel en donde están las partículas elementales, otro nivel asociado con los objetos, las masas, y otro nivel del cual surgen los otros que es la lattice; la lattice sería su estructura fundamental, y como tal, es una estructura de total coherencia y simetría. Cuando se distorsiona una porción de la matriz se le llama materia, por ejemplo: una distorsión elemental de la lattice sería una partícula elemental, una distorsión más compleja sería un objeto. El campo neuronal, es la resultante energética de todas las interacciones que ocurren en el cerebro humano. Cada vez que se activa una neurona, una dendrita en el cerebro, se produce una micro distorsión de la lattice,
hay un cambio en la organización básica del espacio por estas activaciones neuronales, y cada de estas micro distorsiones interactúan entre sí, entonces el cerebro humano tiene 12 mil millones de elementos que están micro distorsionando la lattice, que están interactuando entre sí, y la resultante total de todas estas interacciones entre todos estos elementos, la teoría sintérgica lo llama el campo neuronal. El campo neuronal surge como resultado de las interacciones de todos los elementos del cerebro e interactúa con la lattice, y a ésta macro distorsión hipercompleja de la lattice se le llama mundo perceptual en la teoría sintérgica. E.A. -¿Podrías abundar respecto a la relación existente entre complejidad algorítmica, coherencia especial y visibilidad, invisibilidad? J.G. –Un algoritmo es un patrón, una fórmula que concentra información en forma lógica; por ejemplo: una fórmula matemática es un algoritmo. E.A. -¿Podríamos entender que es la condensación de información representada de alguna manera? J.G. –Exacto, exacto. Hay algoritmos biológicos, por ejemplo: el ácido desoxirribonucleico humano, es un algoritmo natural que sería el algoritmo del cuerpo humano, está ahí todo la información suficiente como para crear un cuerpo humano, es un ejemplo muy bello de un algoritmo de mucho poder, porque concentrada en una diminuta estructura contiene toda la complejidad de un organismo. Un algoritmo, sobre todo de este tipo, necesita para poder construir el territorio que representa, un decodificador, en este caso el decodificador es una mujer, el cuerpo de una mujer, su sistema reproductivo de alguna manera crea un nuevo ser a partir de este algoritmo de altísima complejidad. Nuestro cerebro también funciona en forma neuroalgorítmica; neuro, porque está asociada a los elementos neuronales, por ejemplo: la retina humana tiene más de 360 millones de receptores, y tiene un millón de axones de salida, entonces hay una convergencia de 360 a 1. Cada axón en promedio, recibe una información de un gran número de receptores, por ello la salida de un axón es en un código algorítmico que concentra información proveniente de un territorio mayor, y en las profundidades del sistema, por ejemplo: en las cortezas visuales, hay tres cortezas visuales: la primaria, la secundaria y la terciaria, también hay circuitos de convergencia o de neuroalgoritmización, de tal forma que en los últimos niveles que correspondería a la salida de la corteza 19 hacia la corteza parietotemporal, son códigos de alta concentración informacional, códigos neuroalgorítmicos que de alguna manera en un espacio reducido, desde el punto de vista población neuronal, concentran información gigantesca, entonces la complejidad algorítmica se refiere precisamente a la cantidad de información contenida en un algoritmo, y a su representación en ese algoritmo; mientras más información se concentra, más complejo es ese algoritmo, por ejemplo: la fórmula que representa el agua, que son dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, es un algoritmo mucho menos complejo que la fórmula que representa el ácido desoxirribonucleico. La complejidad está relacionada con esta cantidad de información concentrada, y en el caso de maquinaria cerebral es lo mismo, mientras más complejos sean los neuroalgoritmos, quiere decir que,
concentran mucho mayor cantidad de información, y se asocia la complejidad algorítmica con funciones mucho más complejas, con funciones relacionadas con aspectos yoicos de integración. La teoría sintérgica afirma que, la percepción surge de la interacción del campo neuronal y la lattice, mientras mayor poder neuroalgorítmico tenga un cerebro, la sintergia del campo neuronal se incrementa, ¿qué quiere decir esto de la sintergia del campo neuronal?, la densidad informacional, la frecuencia y la coherencia del campo neuronal se incrementan mientras mayor sea el poder neuroalgorítmico de la codificación neuronal. Un campo neuronal de alta sintergia va a interactuar con una porción de la lattice también de alta sintergia, de alta coherencia, de alta densidad informacional y de alta frecuencia. Puesto que la percepción surge de la interacción congruente entre el campo neuronal y la lattice, mientras mayor sea la sintergia del campo neuronal, mayor es la amplitud perceptual, la lattice en su estado fundamental, básico, es una estructura de altísima sintergia, quizá, por lo menos en mi conocimiento, es la de mayor sintergia posible, es una estructura en donde cada punto de ella contiene toda la información del universo, por lo tanto, la densidad informacional de la lattice en su estado básico es altísima, la coherencia es altísima, la frecuencia también es infinita. E.A. -¿Existe una unidad de medida para la sintergia? J.G. –No, pero sería interesante experimentarla. E.A. –Cómo para poder decir: si tenemos los factores de la coherencia, la frecuencia y la densidad, cómo se podría esto traducir para decir: este punto o esta situación contiene “X” unidades de sintergia. J.G. –Sería muy interesante y necesitaríamos un matemático para que nos ayudase... E.A. -... quizá con un modelo matemático que crease un algoritmo del algoritmo que tratamos de explicar. J.G. –Así es, pero podríamos ahora inventar un término, podríamos hablar de los intergiones, y podríamos decir que la lattice en su estado fundamental tiene el valor 1 de sintergia. Si el campo neuronal no tiene el mismo valor, entonces no puede decodificar a la lattice, la interacción entre el campo neuronal y la lattice no sería congruente a esos niveles. E.A. –Habría entonces un diferencial que podría ser factible de referirse en esa medida, por ejemplo: un diferencial de 0.01. J.G. –Exactamente. E.A. –Entonces creo que por ahí se puede escarbar y trabajar mucho.
J.G. –Ah si, muchísimo. Entonces, si el campo neuronal no alcanza la sintergia de lo que quiere decodificar, o con lo que quiere interactuar, aquello permanece invisible. Nosotros no vemos el espacio, para nosotros es invisible, vemos los objetos, porque los objetos tienen una complejidad menor que la que el cerebro puede decodificar, nuestra complejidad es mayor que la de los objetos, por eso les podemos percibir, pero si la complejidad de alguna organización informacional sobrepasara la capacidad de decodificación cerebral, permanecería invisible para la percepción. Esto también ocurre a nivel de relaciones humanas, si dos seres humanos interactúan y uno de ellos es mucho más abstractos que el otro, el otro no lo va a poder entender, porque no lo va a alcanzar, su complejidad es menor, y por lo tanto, lo sobrepasa y no lo va a poder entender, o en el peor de los casos, y es lo que sucede mucho, se puede considerar que lo que una persona de alta capacidad de abstracción o de alta neurosintergia dice o percibe es falso, esto es lo que nos ocurre; por ejemplo: todas las instituciones fascistas en la historia de la humanidad, que han juzgado a seres humanos, tienen mayor sintergia que ellos, entonces no los han podido entender, o los consideran herejes, en el caso de la Santa Inquisición, o los consideran fuera de contexto, como en el caso de algunas sociedades científicas, etc., o también ocurre a nivel de teorías, por ejemplo: una teoría novedosa que de alguna manera sobrepasa la capacidad conceptual de los técnicos y de los científicos de la época, necesita de un desarrollo de ellos para poder ser entendida, para poder ser aceptada. E.A. -¿Algo similar podría pasar con la teoría sintérgica? J.G. –Si, así es. E.A. –Porque no es fácil entender, por nuestro condicionamiento que estamos en medio de una gran red, que nos desplazamos entre ella, y que somos parte de ella; sin embargo, esta teoría nos abre muchas posibilidades para explicarnos muchos de los fenómenos que no entenderíamos, por ejemplo: la práctica desarrollada por nuestros chamanes. J.G. –Exacto. E.A. -¿Entenderíamos que el mundo que nos rodea es una proyección de nosotros mismos, o es al revés? ¿Cuál sería la explicación al respecto? J.G. –El sentido común, nos dice que existen objetos externos a nosotros por su existencia absoluta y además separados los unos de los otros, eso es lo que vemos y consideramos que lo que vemos es un estímulo, tenemos la impresión de que lo que estamos percibiendo es la realidad, y no nos damos cuenta que lo que percibimos es el producto final de un procesamiento complejísimo, entonces lo que estamos percibiendo no es un estímulo que nos guíe, sino es nuestra respuesta ante, ciertamente, información contenida en la lattice que decodificamos, y que después transformamos en nuestra percepción tal y como la conocemos. De esta forma, lo que nos rodea, lo que parece ser externo realmente es una proyección nuestra, y no sabemos qué es lo que
nos estimula, no sabemos; lo único que sabemos es lo que respondemos ante lo que nos estimula, y el mundo visual es un ejemplo de mi respuesta, no de un estímulo. Ese es el nivel de realidad que percibimos, que transformamos. Si pudiéramos percibir la lattice directamente, nos daríamos cuenta que no hay “interno” ni “externo”, sino que todo estaría compenetrado de una misma red energética, y que nuestro cerebro y nuestro cuerpo es parte de lo mismo, y el campo neuronal sería como una interfase entre el reino de la lattice en sí y el reino de la percepción de la misma. E.A.
–Ante esto se abren dos caminos de preguntas: uno sería, todos estos “mundos” que conocemos
indirectamente a través de los avances tecnológicos, por ejemplo: la exploración de nuestro sistema solar con una sonda interespacial que nos envía una información que se decodifica y aparece como una fotografía de las turbulencias jupiterianas o en el otro extremo, las fotografías obtenidas con el microscopio electrónico, etc., cuando nosotros las percibimos, a través de estos aparatos, necesariamente tienen que pasar por ese filtro de nuestra percepción, entonces todo estará condicionado a cómo lo interpretemos, a cómo respondamos, y aunque los aparatos lo perciban como es en realidad al momento de que nosotros lo percibimos, también así lo interpretamos como tradicionalmente lo entendemos. J.G. –Pero, ¿quién inventó los aparatos? Ya desde la decisión de qué medir, ya estamos utilizando un filtro. La ciencia trata de deslindar, de llegar a una objetividad, pero la objetividad no existe, de hecho la física contemporánea en una de sus aportaciones más importantes, se ha dado cuenta de la participación del observador en los fenómenos. E.A. –Lo anterior, ¿podría enmarcarse en la corriente filosófica del idealismo, o lo retomaría la premisa de “pienso, luego existo?” J.G. –En cierto sentido, sí. E.A.
–En el caso de los otros animales, hablo de animales evolucionados, mamíferos, ¿tendrían esta
posibilidad de crear sus algoritmos de respuesta? J.G. –Ah, sí claro, ellos también perciben el mundo a través de un filtro, lo que es su propia estructura cerebral, y a través de una interacción de sus campos neuronales con la lattice, lo que perciben es diferente a lo que percibimos nosotros, en el sentido de que no incluyen lo que percibimos nosotros, esto es, un perro por ejemplo, debe ver muy parecido a como vemos nosotros, debe oír también muy parecido a como nosotros oímos, aunque su capacidad es mayor, pero su nivel de algoritmización le permite un grado muy restringido de “lenguaje”, en cambio nosotros, tenemos mucho más lenguaje, nosotros incluimos al perro, aunque hay ciertos aspectos en los que no lo podemos igualar, su capacidad olfatoria, su capacidad auditiva, pero su capacidad algorítmica es mucho menor, por lo tanto, su capacidad de abstracción es menor, aunque son capaces de aprender, son capaces de comunicarse, el dueño de un perro que tenga una relación buena, sabe que hay una
comunicación, en parte verbal, en parte emocional, pero restringida. E.A. –En la teoría sintérgica, se le da mucha importancia a la percepción visual, ¿qué pasa con los otros sentidos? J.G. Es lo mismo, lo que sucede es que la percepción visual es el último logro de la evolución a nivel de automatismo perceptual. Nosotros abrimos los ojos y no tenemos que pensar en crear una imagen, en cambio si creamos un poema, ahí si tenemos que intervenir pensando, no es tan automático, aunque también tiene otra parte, la inspiración es un fenómeno muy interesante. La insistencia en percepción visual es porque es un modelo muy bello de la interacción en el campo neuronal y lattice, pero eso no quiere decir que el mundo auditivo no sea también un producto de esta interacción, solamente que es de menor complejidad. La cantidad de información que se puede medir, vamos a decir, a través de la experiencia auditiva, es mucho menor que la asociada a la percepción visual, y requiere de un mecanismo más paralelo, y de un número mayor de interacciones neuronales, el campo neuronal capaz de interactuar congruentemente con la banda de la lattice asociada con el mundo visual, requiere más o menos 50 milisegundos de procesamiento, en cambio el campo neuronal capaz de interactuar congruentemente con la banda de la lattice asociada con el mundo auditivo requiere 20 milisegundos de procesamiento. La sintergia del campo neuronal visual es mucho mayor que la del campo neuronal auditivo, y a su vez ésta es mucho mayor que la del táctil, pero la teoría sintérgica afirma que todas las cualidades sensoriales se fundamentan en la misma interacción. E.A. -¿Cómo explicas la paradoja de que esta relevancia de la percepción visual, y los casos de algún chaman que ha perdido su capacidad de percepción visual, como es el caso de Pachita, que progresivamente se fue quedando ciega, o en el caso de la joven Mayra que es invidente también, y que actualmente se están estudiando las capacidades de su campo neuronal, y su respectiva direccionalidad de su interacción con la lattice? J.G. –Mayra es una chica extraordinaria, con una sensibilidad maravillosa, y es invidente desde su nacimiento. Pachita no era invidente de nacimiento, ella perdió la vista ya grande, y una vez le pregunté a Pachita que, por qué teniendo perdida la vista tenía estas capacidades sensoriales extraordinarias, ella contestó que Dios le había hecho perder la vista para aprender a ver con el corazón, y que esto le permitía tener mucho mayor intimidad con ciertos fenómenos que lo que le permitía tener la capacidad visual. Mayra es una persona que ha desarrollado capacidades de decodificación, que en cierta forma suplen su carencia visual, y no sólo la suplen sino que la rebasan y se conduce en parte como una vidente, parecería que puede ver, y muchas de las cosas que “ve”, yo por ejemplo, no soy capaz de verlas, me sobrepasan; quizá porque esta carencia le ha hecho activar procesos de decodificación que nosotros no necesitamos activar. Es como en el caso del teléfono, que dicen por ahí que hizo que la capacidad de comunicación directa que ocurría antes del teléfono, ya no tuviera que utilizarse, porque ahora si queremos hablar con alguien pues simplemente le hablamos por teléfono, anteriormente ha habido tantos casos de que si había alguna persona que se quería
comunicar con alguien, se la imaginaba, sentía a la persona, quizá provocaba algún punto de conexión, que es lo que actualmente estamos viendo en este laboratorio, estamos viendo que hay interacciones directas en el cerebro que apoyan a la postulación de la existencia del campo neuronal, porque si el campo neuronal es un medio de interacción con la lattice, de decodificación directa, se puede postular que hay interacción entre campos neuronales, que a su vez afecten la actividad cerebral, y es lo que estamos estudiando actualmente en el laboratorio, y ya hay evidencias muy fuertes acerca de esto. E.A. –Esto me permite articular la pregunta siguiente: ¿cuál es la vinculación de todos estos estudios con la ciencia?, ya que esto parece ser el punto medular para poder aportarle la herramienta y la categoría científica al saber empírico que manejan los practicantes de la medicina tradicional mexicana. J.G. –Toda teoría, toda innovación científica surge de un proceso muy complicado, muy complejo, en donde el creador tiene que activar procesos intuitivos muy fuertes, tiene que incorporar información de muy diversas índoles, y después de todo este proceso surge la teoría como un cuerpo conceptual organizado, y después del surgimiento de la teoría entonces, en el caso de una teoría científica, se somete a prueba experimental, los postulados de la teoría dan pie a experimentos para probar si son o no son ciertos. Exactamente lo mismo acontece con la teoría sintérgica, la cual para haber podido ser creada, requirió un acopio de información muy grande, procedente de diversas áreas, parte de esta información fue obtenida a través de los estudios de los chamanes de México, que son gente que tiene un desarrollo extraordinario en muchos aspectos, lo que permite surgir la teoría y empiezan a plantearse experimentos para probar sus postulados e hipótesis, y es lo que hacemos en este laboratorio. Los experimentos que hacemos son casi todos ellos utilizando la herramienta, el equipo electrofisiológico, por ejemplo: si estamos postulando que existen interacciones entre campos neuronales que a su vez producen una alteración en la actividad cerebral de las personas que están interactuando , lo que hacemos es crear un experimento, registrar la actividad cerebral de los participantes, y colocarlos en una situación tal, que permita saber si hay o no hay interacciones directas entre sus cerebros, y por lo tanto, si las hay, este hecho apoya la hipótesis de la interacción entre campos neuronales, tenemos el caso del último número de la revista Intercontinental de Psicología y Educación, se publicó nuestro último trabajo que está precisamente dirigido a un estudio experimental del campo neuronal, se llama “El Potencial Transferido en el Cerebro Humano”, el cual es un artículo científico donde se presenta la evidencia que a su vez apoya la teoría sintérgica. E.A. -¿Se podría decir que todo lo anteriormente dicho correspondería a las bases teórico-conceptuales para la sistematización de estos estudios? J.G. –Exactamente. E.A. –Es muy necesario contar con un cuerpo teórico que facilite la sistematización de los estudios respecto a todas estas prácticas, y que a su vez aporten metodologías útiles y extrapolables a los grupos de personas interesadas en estudiar el saber empírico circunscrito a la medicina tradicional mexicana.
J.G. –Ese es el interés fundamental de la creación de una teoría, que ayude, dé claridad y una dirección para incorporar una serie de informaciones que antes de la postulación teórica estaban dispersas, desligadas, y que la teoría permita encontrar un marco de liga, de coherencia entre ella. E.A. -¿Existe alguna otra metodología para el estudio del chamanismo? ¿Se utilizó la misma que ha servido para la experimentación de la teoría sintérgica? ¿Qué pasos se siguieron para obtener esa rica información que está vertida en tus libros? J.G. –Se tenía el intento de traer chamanes al laboratorio para registrar su actividad cerebral, y ver los índices de su funcionamiento y de sus facultades, pero eso no fue posible, excepto en un solo caso, Don Rodolfo de Xalapa que se prestó amablemente a ello. E.A. -¿El impedimento fue porque ellos no quisieron acudir o hubo alguna otra razón? J.G. –Por dos razones. En primer lugar, los chamanes están distribuidos en toda la república; los chamanes que más nos interesaban estudiar eran los de la Sierra Tarahumara, los del mundo Maya, los de la Ciudad de México, que también existen, entonces traer a un chaman rarámuri al Distrito Federal para hacerle un estudio o llevar un equipo de electroencefalografía para hacer el estudio allá, presentó dificultades técnicas muy grandes. Por otro lado, el chaman auténtico, sobre todo el chaman indígena no le interesa mucho el conocimiento que se puede derivar o ser conectado a un instrumento, por otro lado, y esto es lo más importante, la información que se podía obtener a través de esta aproximación era tan pobre, comparada con la información que se podía obtener a través de otra metodología, que definitivamente se decidió que no tenía ningún sentido. La decisión fue el ir a compartir con los chamanes en sus lugares de origen su enseñanza, intentando, hasta donde fuera posible, ser aceptados como sus discípulos. El estudio consistió en aprender directamente con toda humildad y con toda honestidad lo que el chaman quería y podía compartir a través de una interacción directa. En muchos casos viví con chamanes sus vidas cotidianas, las sesiones chámanicas, pláticas con ellos; me sometí a tratamientos chamánicos, a iniciaciones chamánicas para vivir en mí la experiencia, su forma directa y a partir de ahí, relatarla, pero ya como una experiencia probada en mí mismo, esa fue la gran parte de la labor en el estudio de los chamanes de México. Prácticamente, desde la primera o segunda entrevista, me di cuenta de que solamente si me aproximaba al chaman con un deseo genuino de aprender, con una humildad y respeto a su conocimiento, sin querer investigarlo como a un objeto, sino más bien interactuando en forma humana y con interés genuino, era yo aceptado; en cambio tuve la experiencia con un chaman en la península, que fue muy fuerte, porque llegué con una grabadora, con cámara fotográfica, con todo el intento de hacerle una entrevista, tomándole fotografías, y el chaman me rechazó energéticamente de una forma tan poderosa que jamás me volví a atrever a intentar hacer una cosa así. Más bien, fue muy mágico el estudio, porque me empezaban a pasar cosas que requerían de un nivel de entendimiento que solamente me lo podía dar el siguiente chaman, entonces llegaba con él, con toda una serie de inquietudes acerca de lo que me estaba sucediendo, y coincidía en que el chaman detectaba que sí había un interés genuino, que sí era vital lo que estaba sucediendo, y
accedía a compartir su información con nosotros. E.A. -¿Tenías previstos algunos puntos para explorar que sirvieran de común denominador para cada uno de estos personajes, que te sirvieran para organizar mejor tu labor, y que correspondieran a ciertas variables y que facilitara identificar la riqueza en esa articulación con una metodología científica? J.G.
–Bueno, yo tenía preguntas que me planteaba desde el inicio del estudio, por ejemplo: mi primera
interacción con un chaman sucedió hace casi quince años, Don Lucio, fue el primer chaman que conocí, ni siquiera sabía que era un chaman, yo estaba interesado en los estudios del tiempo, estaba escribiendo un libro acerca de las relaciones entre aspectos temporales y actividad cerebral, y le pregunté a un antropólogo si conocía a algún sabio indígena que fuera especialista en el tiempo, me dijo: si, hay una persona; la fui a conocer con ese interés, llevaba una pregunta específica respecto al tiempo, pero fue sorprendente la respuesta, está descrito en alguno de los volúmenes de los Chamanes de México lo que sucedió ahí. En el caso de Pachita había una inquietud muy grande para entender hasta dónde un campo neuronal podía alterar la lattice o tenía un efecto sobre la lattice, además un efecto con la suficiente consistencia y temporalidad como para volverse visible; porque nosotros todo el tiempo estamos alterando la latticc, estamos modificándola a través de nuestro campo neuronal, y de ahí surge la percepción de los objetos, pero es muy difícil materializar un objeto, lo materializamos perceptualmente pero no somos capaces de darle la duración a la distorsión de la lattice como para que aparezca un objeto, Pachita si lo hacía. E.A. –Y hacer copartícipes a los que la rodeaban, tú fuiste un actor en muchas ocasiones en todo ello. J.G. –Así es, y una de las interrogantes que estaba planteada subtextualmente en mi interacción con Pachita era, ¿hasta dónde el cerebro humano es capaz de modificar la lattice?, y la respuesta fue que es capaz de modificarla a un grado inconcebible, al grado de materializar objetos u órganos biológicos. Entonces sí es cierto que siempre había una inquietud más o menos concreta, una dirección; pero yo tenía que estar muy claro para sacrificar esa inquietud o esa interrogante ante la impredictibilidad de la vivencia, porque siempre surgían cosas absolutamente novedosas, y si yo me quedaba en la interrogante simplemente las iba a desechar, las iba a filtrar. E.A. –En algún párrafo se menciona, que cuando empezabas a rescatar algunas preguntas, inmediatamente se perdía energía que era necesaria en ese momento vivencial, ya que había una unificación intercerebral. J.G. –Exacto, y a veces si coincidía, pero a veces no. E.A. -¿Y te daba la respuesta el Hermano? J.G. –Exacto.
E.A. –En el volumen número 4 “La Cosmovisión de los Chamanes”, se presentan casos anecdotarios, pero no se explicita cuál es esta cosmovisión, cuál es el común denominador o la homogeneidad de esta cosmovisión; se presentan los casos y se deja que el lector haga sus propias conclusiones. ¿Podríamos decir que hay un común denominador en esta cosmovisión? J.G. –Si, hay varias, y de hecho en los siguientes tres volúmenes de la serie, el quinto volumen es un análisis de las relaciones entre el cerebro y los chamanes; el sexto volumen, se llama “La Voz del Ver”, en honor a Don Juan Matus, y el séptimo volumen se llama “La Inexistencia del Azar en el Chamanismo Mexicano”, en estos tres últimos volúmenes se presenta un intento de integración teórica, en donde precisamente los aspectos comunes son resaltados y son tratados de ser explicados. ¿Qué aspectos son? Diría que en primer lugar la consideración de que la realidad es bifactorial, por lo menos bifactorial, en el sentido de que para el chaman existe una realidad cotidiana que es compartida con la generalidad de la gente, y que hay un nivel de la realidad invisible para la mayoría, y a la cual tiene acceso el chaman, diferentes chamanes le llaman de diferente forma, Don Lucio la llama el Mundo Invisible, Don Juan le llama el Nahual, Pachita le llamaba el Hermano, y los aspectos asociados con el Hermano, pero en realidad es una consideración común de por lo menos dos niveles de la realidad, uno visible, el otro invisible; uno el nahual y el otro el tonal; uno la vida cotidiana, y el otro la vida de los trabajadores del tiempo, de los protectores, un mundo etérico. E.A. –Que también se corresponde al plano de la lattice y su congruencia, la visibilidad o la invisibilidad. J.G. –Claro, la consideración teórica sería: el chaman ha logrado activar un campo neuronal de la sintergia suficiente como para poder interactuar con niveles de la lattice que nosotros no podemos, y hay un umbral, de la misma manera que hay umbrales entre la percepción visual y la auditiva, podríamos decir que la percepción auditiva es un cierto territorio de la conciencia y la percepción visual es otro territorio que entre uno y otro parecería que hay un paso abrupto, son como bandas cuánticas de interacción a las que les llamo las bandas sintérgicas. E.A. -¿Cómo las bandas que menciona Don Juan? J.G. –Así, la aproximación de Don Juan es muy similar a la teoría sintérgica, en otro lenguaje, pero ¡qué bueno!, eso significa que estamos hablando de la misma realidad. En el sentido de cosmovisión esos serían los elementos comunes. E.A. –Porque diferencias habría innumerables, y nos tardaríamos mucho en enunciar todas estas diferencias, lo que importa es lo que las une. Hay una clasificación de los chamanes, ¿qué bases sustentan esta categorización de los chamanes, y qué caracteriza a cada una de estas categorías?
J.G. –En primer lugar, la visión del mundo chamánico en cinco categorías, es una visión no absoluta, en realidad es un continuo el que existe, pero que con fines didácticos se considera conveniente dividir este mundo chamánico en varias categorías, y quiero dejar bien sentado esto. E.A. –Claro, y así se entiende, es decir, puede alguno de estos personajes tocar varias de estas categorías al mismo tiempo. ¿Cuáles son estas cinco categorías? J.G. –Empezaré por la más avanzada, más desarrollada, más sutil, más abstracta, y que sería la del CHAMAN NAHUAL, el chaman nahual, sería el maestro de maestros, director de un linaje, muchas veces el originador de un linaje, aunque la mayor parte de las veces corresponde a una herencia que viene de tiempo atrás. E.A. –Prehispánica inclusive. J.G.
–Si, por supuesto prehispánica, pero el chaman nahual es el personaje que ha alcanzado mayor
desarrollo, el que es capaz de iniciar chamanes, que tiene un poder personal enorme que le permite llegar a hazañas increíbles como las de Pachita en su manejo de interacción con la lattice, hasta el grado de materializar o inmaterializar, hacer operaciones quirúrgicas inconcebibles para la ciencia actual; es un personaje de una fortaleza emocional inconmovible, que tiene un conocimiento profundo acerca de su tradición, ese sería el chaman nahual. La siguiente categoría, es la del CHAMAN, que también es una persona con un poder enorme, con un conocimiento profundo; la diferencia entre el CHAMAN y el CHAMAN NAHUAL, es que éste ha llegado a un nivel prácticamente insuperable, en su capacidad de control sobre la lattice, en su conocimiento de sí mismo, en su conocimiento de las técnicas de iniciación, en su conocimiento acerca de la naturaleza, y el chaman está todavía en proceso, no ha llegado a esta maestría, aunque es un personaje extraordinariamente desarrollado, el chaman para serlo, requiere de un cierto nivel energético, sobre todo para llegar a ser chaman nahual, toda una organización corporal especial que le permita manejar la energía como la manejan ellos, inclusive los chamanes están de acuerdo en que un chaman nace, dicen que es muy difícil aprender a ser chaman, que más bien hay algo hereditario ahí, alguna predestinación, algún don, que después se desarrolla. E.A. -¿Algo tiene que ver también con la fecha de su nacimiento o por los genes que le han trasmitido? J.G. –Yo creo que tiene que ver con todo, habría que hacer un estudio acerca de eso, esto si no lo he hecho; por ejemplo: entre los graniceros del estado de Morelos, para que alguien se convierta en chaman, la decisión no puede provenir de él, sino que tiene que provenir de otras instancias del mundo invisible, y la decisión se hace entre los seres que pertenecen a otra dimensión, los cuales escogen a un candidato y lo inician en el chamanismo, entre los graniceros los inician de forma brutal, lanzándole un rayo. Otros chamanes no tienen esta iniciación tan fuerte, pero en general para que alguien se convierta en chaman, tiene que pasar por pruebas enormes, de paciencia... de poder... de conocimiento, prácticamente todas las tradiciones tienen estas pruebas; los iloles de Chiapas pasan pruebas durísimas, ayunos... los oguirames de la Sierra Tarahumara también, la comunidad los prueba, por ejemplo: surge un curandero que empieza a curar, entonces es probado
en forma natural, la comunidad va a verlo y dependiendo si satisface sus expectativas, lo acepta o no. E.A. –Eso es muy importante, la aceptación social que tenga para el ejercicio de su función. ¿Verdad? J.G.
–Sí, tiene que ser probada su capacidad por la misma comunidad; entre los maracames, con los
huicholes, ellos tienen el convencimiento de que el maracame no sólo trata aspectos de curación, sino también es un experto en la interpretación de sueños, de tal forma que en las mañanas se reúne la comunidad con el maracame y escucha los sueños de todos, y hace una interpretación comunitaria, porque ellos consideran que la vida onírica es más real que la vida de vigilia. Así es con todos los chamanes, tienen que probar su capacidad en su ejercicio con la comunidad. La tercera categoría corresponde al PSICÓLOGO AUTÓCTONO o el MÉDICO TRADICIONAL, o algo parecido, que es el discípulo del chaman que empieza a curar, que empieza a utilizar hierbas, que tiene un conocimiento técnico, que también tiene un conocimiento psicológico, por eso es psicólogo autóctono. El psicólogo autóctono es el psicólogo que no tiene título universitario, pero no por ello no ejerce su “función profesional”, la mayor parte de los psicólogos del país, son psicólogos autóctonos. Comunidades enteras van a consultar sus problemas emocionales, sus problemas de tipo salud mental, entonces el psicólogo autóctono sería un especialista en salud mental, el médico tradicional sería un especialista en medicina tradicional, dentro de ellos hay diferentes especialidades, el rezador, el yerbero, el huesero, el sobador, el partero o partera, que son especialidades dentro de la misma categoría, es un personaje que tiene el conocimiento sí de técnicas, pero que no llega a nivel de maestría y poder como el chaman; tendrá que pasar muchas pruebas, tendrá que comprobar su efectividad, sobre todo en la curación para poder pasar a la siguiente categoría, y recibir una iniciación especial que difiere en cada linaje. La segunda categoría, de abajo a arriba, correspondería al TÉCNICO, por ejemplo: el sobador, el curandero, pero que tiene una sola especialidad... la partera... el huesero, que sabe nada más como arreglar huesos, no se mete con nada más ni tiene conocimiento psicológico como sería el psicólogo autóctono. El psicólogo autóctono también tiene especialidades, pero son más amplias, no es una sola especialidad, a medida que avanzamos o subimos en este eje de categorías, el repertorio aumenta de tal forma que el chaman nahual es un sabio que tiene conocimiento en muchísimas áreas, el chaman es también un maestro que tiene conocimiento, pero no de tantas; el psicólogo autóctono, el médico tradicional es un especialista en varias áreas. EL CURANDERO sería la cuarta categoría de arriba abajo, es un técnico en una sola especialidad. E.A. -¿Y el básico? J.G. –Es el aprendiz, el muchachito que está interesado y que va con el curandero, y le pide que si lo puede ayudar, y el curandero acepta y empieza a enseñarle, primero su especialidad, y si el joven tiene el suficiente talento llega a tener maestría en esa especialidad, y luego va a buscar a otro curandero que le enseñe otra.
E.A. –Aunque no necesariamente tiene que seguir esa secuencia. J.G. –Ah no, definitivamente. E.A. –Alguien puede nacer con potencialidad para ser chaman nahual. J.G. –Bueno, no sé si chaman nahual, no sé... chaman si, por ejemplo: otra vez, Don Lucio es un caso muy claro, es un caso muy ejemplar; Don Lucio era un campesino que no sabía nada de hierbas medicinales ni de curar a otras personas, era un campesino común y corriente que fue iniciado, seguramente tenía algunas características que lo favorecieron para esta iniciación, la cual fue larguísima, duró tres años, casi inconsciente, después de lo cual se recupera y es chaman. Desde el punto de vista del mundo visible no tuvo maestro, o una secuencia de aprendiz-curandero-chaman, sino que recibió su entrenamiento en otra dimensión, donde recibió su entrenamiento en una secuencia congruente en esa otra dimensión. E.A. -¿Cómo se define el linaje de los chamanes? ¿Qué circunscribe un linaje de chamanes? J.G. –Una tradición, una cadena de maestros. De tal manera que existe una genealogía, por ejemplo: los graniceros del estado de Morelos, el 5 de mayo se reúnen en una cueva, entre los volcanes Popocatepetl e Iztaccihuatl, y en esa reunión ellos piden poder para su trabajo chamánico, es una ceremonia muy impresionante, yo he tenido la oportunidad de asistir ya dos veces; esta cueva contiene toda la genealogía de los graniceros desde épocas remotísimas. Una de las partes de la ceremonia consiste en... E.A. -¿Existen identificadas las personas que han correspondido a esta genealogía? J.G. –Sí, sí, sí, los maestros del pasado... y entonces el chaman y todos sus acompañantes rinden honores a sus maestros de antaño, y se pone una vela en cada una de las zonas correspondientes a los antepasados del linaje. E.A. -¿Existe registro de ellos? J.G. –Los dirigentes del linaje sí saben que antes fue “x”, y antes fue “z”, y conocen los nombres. E.A. –Pero, ¿existe por escrito? J.G. –Yo nunca vi un registro escrito, supongo que ha de ser por tradición oral. En el linaje de los chamanes yaquis, también el último representante fue Don Juan Matus, pero antes de Don Juan estaba Don Elías, y antes de él, Don Julián, y antes de ellos estaban otros, hasta la época de los toltecas. Bueno, en el caso del linaje de Don Juan, parece ser que su origen fue alrededor del Siglo XVIII, pero recibían información de videntes precortesianos, pero tal y como lo describe Carlos Castaneda, el linaje tiene un origen no tan remoto.
E.A. -¿Te has entrevistado con Carlos Castaneda? J.G. –Sí, es mi amigo. E.A. -¿Cuántos o cuáles son los linajes de chamanes más importantes que existen en la actualidad? J.G.
–Me siento incapaz de contestar esta pregunta porque, si acaso estudié el 1% de los chamanes
existentes, si acaso y quizá menos, es una riqueza enorme, tan grande, que digamos, el intento que he hecho es muy humilde, muy reducido comparado con lo existente. De tal forma que yo no me atrevo a decir cuántos linajes existen. Conozco varios. E.A. –De los que conoces, ¿cuáles nos puedes mencionar?, por ejemplo: el de Don Juan Matus. J.G. –Juan Matus, y lo conozco indirectamente, conozco a Carlos Castaneda, conozco varios chamanes, que por cierto tienen el mismo apellido Matus en el territorio yaqui, he ido allí a investigar. E.A. -¿Habrá alguna relación de consanguinidad o simplemente es coincidencia? J.G. –Hay mucha gente que en el territorio yaqui se apellida Matus, hay muchas familias Matus, yo conocí a Doña María Matus, que es una chamana extraordinaria, y que no habla español; algunos dicen que es hija de Don Juan, otros dicen que no, de tal forma que no puedo asegurarlo, pero es María Matus, y es una gran chamana en el territorio yaqui; por cierto, hay una anécdota muy interesante, yo estaba indagando acerca de la fecha de nacimiento de Don Juan Matus, porque tenía interés en ver si había alguna relación con lo que comentábamos antes, y fui al registro civil del territorio yaqui, y estuve con los jueces y las personas encargadas de los archivos, las cuales me permitieron revisar las actas de nacimiento desde 1900 a 1910, en que calculo pudo haber sido la fecha de nacimiento de Don Juan. No encontré el acta de Don Juan, pero fue curiosísimo, porque mientras estaba buscando, se dio un caso que corresponde a la sincronicidad, una broma divina, estaba buscando las actas y vino una señora a registrar a su hijo, y en el momento de estar registrándolo, preguntando nombres, de pronto escuché que el juez le preguntaba: ¿y cómo se llama su hijo?, la señora contestó: Juan Matus,... incluso me permitieron ser testigo, firmé el acta de nacimiento de Juan Matus. Regresando a los linajes, conocí también a los graniceros del estado de Morelos, Don Lucio, Don Nicolás, Doña Praxedis, la mayora de Amecameca, hay muchas personas. E.A. -¿Don Lucio es de Tepoztlán? J.G. –No, de Nepopualco. Luego están también los iloles de Chiapas, que serían macrolinajes, porque los iloles serían todos los chamanes, y entre ellos hay varias escuelas, los oguiarames de la Sierra Tarahumara,
sería otro; el linaje de Don Panchito de Yucatán, que son los herederos de la tradición maya, que por cierto, murió Don Panchito. E.A. ¿Ya era muy grande Don Panchito? J.G. –No sabemos, tendría 120 ó 130 años. Por cierto, hay un linaje en Yucatán, que podríamos decir son los “manejadores del fuego”, que hacen sus diagnósticos a través de la decodificación del fuego. E.A. -¿Es algo distinto a la interpretación de la flama de la vela? J.G. –Es distinto, aunque dentro del macrolinaje sería como un común denominador. Serían los rach-pech de Motul. Luego está la gente que trabaja en Veracruz, con uno de los representantes más renombrados que es el Cuate Chagala en Santiago Tuxtla; están los maracame con los huicholes. Hay muchos linajes, pero repito, yo conozco muy poco de ello. E.A. –Esto de las prácticas chamánicas a través de sus diversos linajes, y pese a las diferentes categorías en el chamanismo, en todas ellas se necesita un reconocimiento social a su práctica, ¿es muy difícil impedir la intervención de un cierto charlatanismo? ¿Cómo se puede deslindar entre una práctica real del chamanismo y el charlatanismo? J.G. –Primero, por los errores que los charlatanes comenten, más tarde o más temprano el charlatán incurre en errores... E.A. –Y recibe el rechazo de su comunidad y del grupo social al que pertenece. J.G. -... además, las pruebas son tan fuertes que un charlatán no las puede pasar, por ello el proceso es autoseleccionable, es un proceso natural, es un filtro que no deja pasar aquellos que no tengan un verdadero conocimiento, pero claro que hay charlatanes, y se reconocen primero por su énfasis en aspectos económicos, el charlatán está más interesado en cuánto va a ganar que en la verdadera curación. Se reconocen también por su carencia de poder, pero eso es un reconocimiento directo, el que conoce a un verdadero chaman ya no se confunde con un charlatán porque ya reconoció a nivel emocional, a nivel vegetativo lo que se siente al estar con un verdadero chaman; un charlatán no puede imitar el poder de un verdadero chaman, se reconoce por sensación directa. E.A.
–Puede ser una interpretación de estas interacciones dentro de una coherencia que es peculiar,
indescriptible muchas veces, pero que cada cual lo sabe reconocer. J.G. –Claro, claro, ahora el nivel se reconoce por la necesidad en el uso de herramientas. Mientras más bajo es el nivel, es mayor la necesidad de utilizar herramientas; un chaman que utiliza sólo su mente para curar, es
mucho más desarrollado que el que requiere diversos recursos. E.A. -¿Podríamos decir que nosotros estamos más propensos al charlatanismo, en comparación con otros ámbitos donde se practica el chamanismo? Entendiendo por nosotros, los que integramos un nivel social urbano. J.G. –En cierto sentido sí, pero no completamente. E.A. –O en el terreno donde estamos tratando de incidir como universitarios, donde estamos tratando de interpretar académicamente, la práctica chamánica, ¿tenemos también elementos para reconocer y descartar el charlatanismo? J.G. –Sí, claro. E.A. –Podemos estar tranquilos. J.G. –No, no podemos estar tranquilos, una persona que no sabe cuáles son estos elementos, si puede ser sujeto a las prácticas o al beneficio de un charlatán; pero una de las condiciones urbanas para reconocer el éxito de un chaman es igual, es la cantidad de gente que lo a ver. Hay grandes chamanes en la Ciudad de México, y es muy difícil el acceso a ellos, se necesita pasar por varios filtros. E.A. -¿Actualmente tienes contacto con alguno de ellos? J.G. –Ajá, sí. E.A. -¿Con los mismos propósitos del estudio que has venido realizando? J.G. –Realmente el estudio ... bueno, no puedo decir que el estudio ya terminó, porque esto no termina nunca, pero la fase de investigación fuerte, mía, ya terminó, en este momento estoy más dedicado a escribir y al laboratorio, no a los estudios de campo, aunque todavía los hago, pero no con la intensidad de antes. Fue una etapa que ya se cubrió, porque me fijé a mí mismo la meta de publicar la mayor parte de lo que había visto. E.A. –Es una obligación, un compromiso, ¿verdad? J.G. –Sí, así lo siento, y estoy a punto de publicar el séptimo volumen, que es el último de la serie, con eso cierro.
Estaban planeados diez volúmenes, pero no dimos cuenta que se podían reducir a siete, que no era necesario publicar diez. E.A. –Hay algunas cosas que se repiten en estos volúmenes, ¿fue intencional? J.G. –La idea fue de que cada volumen fuera autoindependiente, es decir, que una persona no tuviera que leer los siete volúmenes para captar lo esencial, y ese fue el compromiso, tenía que repetirse en parte y en parte no. E.A. –Veo que está esa pequeña esfera de cristal en tu escritorio, ¿es de cuarzo? En algún párrafo se menciona que tiene sus riesgos porque puede revertirse su poder, ¿qué nos puedes decir de ello? J.G. –Bueno, éste no es un verdadero cuarzo, es cristal de roca. A mi me regaló Don Panchito una de sus esferas, y esa la tengo resguardada en mi casa. En general, el cuarzo es un amplificador, nosotros hemos visto muchas experiencias con cuarzo, inclusive en uno de los estudios que se hizo acerca de lo que se llama visión extraocular, utilizamos el cuarzo con los niños y amplificaba la visión extraocular.
Si tiene efectos de
amplificación y se puede utilizar para curación, se dice que más vale no tener un cuarzo en un ambiente negativo porque lo va a amplificar, porque todo lo amplifica; es una especie de mascota que uno tiene que alimentar y estar en buena relación, y hay toda una tecnología respecto al cuarzo que los mayas ya conocían desde tiempos muy remotos. Don Panchito utilizaba el cuarzo. E.A. –Y llegan solos los cristales de cuarzo. J.G. –Ah sí, decía que llegaban solos. E.A. –En tu caso, te lo regaló Don Panchito, llegó solo, no tienes que andarlo buscarlo, no hay tiendas de cuarzo. J.G. –Aunque en la Península de Yucatán suceden las cosas más inconcebibles. Ya no me acuerdo cómo se llama un pueblo en donde hay varios chamanes, y hay un chaman que tiene un procedimiento de interacción con el mundo invisible, de facilitación de la interacción de sus pacientes con el mundo invisible, ella en ocasiones da recetas y le dice a su paciente: mira, tienes que untarte o frotarte con tal líquido, al preguntarle ¿dónde se consigue ese líquido? A lo que contesta: en la farmacia; porque en la farmacia del pueblo venden un líquido para salirse del cuerpo. Yo considero que esto es una cosa preciosa, que exista un país en donde en una farmacia se venda líquido para salirse del cuerpo, y acatar la receta de un chaman, eso no se da en el primer mundo. E.A. –Y se consume. J.G. –Se consume si, es curiosísimo lo que pasa en México. Es mágico, es como llegar a un supermercado y
que exista una sección de... bueno, que sí lo existe, existen los mercados... E.A. –El Mercado Sonora. J.G. –Hay una sección chamánica. Es que nuestro país es mágico. E.A. –No sé si quieras agregar algo más. J.G.
–Bueno, lo que te decía, ojalá todo este conocimiento fuera posible empezarlo a dar en nuestras
universidades, formar parte del currículo, porque es muy curioso, tenemos tal cantidad de conocimiento en México, y es mínimo lo que se toca en las universidades. Bueno, aunque estamos, ustedes, nosotros, haciendo intentos por rescatarlo, por darlo a conocer, pero es rarísimo; por ejemplo: que en las escuelas de medicina se tengan textos y herramientas del primer mundo, lo que tenemos aquí no se enseñe, me parece que es un desperdicio enorme, es una de las... de lo que a mí me gustaría muchísimo que hubiera, que todo este esfuerzo enorme, estuviera en la mayor facilidad de acceso para nuestros estudiantes. E.A. –Ese es nuestro interés, es donde estamos tratando de incidir, que no es fácil, porque siempre cambiar alguna inercia que ya se viene arrastrando, cuesta, y como tú dices: está el concepto de sincronicidad, y de alguna manera nos articulamos en ello.
DR. RODOLFO HERRERO R.
Enrique Aguirre. -Cuál es para ti la aportación que la medicina tradicional tiene a la preservación y el cuidado de la salud en nuestro país? Rodolfo Herrero. - Yo creo que deberíamos analizar el problema bajo dos perspectivas, la perspectiva estricta de la atención a la salud por parte del pueblo de México, y la perspectiva del sustrato cultural que representa la medicina tradicional. En la primera perspectiva, tenemos que considerar que desde la época prehispánica, los habitantes de nuestro país recibían atención, y creo que una atención muy válida por parte de los médicos tradicionales, que basando su quehacer médico en la herbolaria, en la utilización del acto mágico mismo, dentro de su cosmovisión, llevaban al cabo prevención, tratamiento y rehabilitación de los padecimientos de la población en aquella época. Es conveniente recordar que, antes de la llegada de los españoles, existían bastante bien sistematizados, una serie de conocimientos enfocados a la clasificación de padecimientos, a su diagnóstico, y finalmente a los elementos físicos (plantas, animales y minerales), y mágico-religiosos utilizados en la atención a la salud. A la llegada de los españoles, dado que en esa época en el mundo occidental también privaban alternativas y concepciones similares para atender los problemas de salud, claro que con una cosmovisión diferente, pero en algunos puntos muy semejantes en lo que existía en el México prehispánico, se fundieron en una sola manera de entender las enfermedades y aplicar la medicina; esta mezcla, esta cultura médica prevaleció durante muchos años, evidentemente hubo necesidad, por parte de los españoles, de eliminar todo aquello que a sus ojos era diabólico, era cuestión de eliminar el panteón prehispánico que era totalmente contrario a la concepción religiosa de los españoles; en ese sentido sí hubo diferencias, pero de alguna manera la concepción era muy similar y prevaleció este enfoque durante muchísimos años; los indígenas se acostumbraron a manejar este tipo de medicinas, que venían de antaño, pero que fue su opción, y que en muchas ocasiones pervive como la única alternativa de atención a la salud en sectores muy importantes de nuestro país, sobre todo en la población indígena; esa medicina tradicional que aún persiste, variada, cambiada con el enfoque religioso cristiano, pero de alguna manera la misma medicina que han venido utilizando desde épocas remotas.
E.A. -¿Podrías decir que ésta puede ser la única alternativa, la alternativa para la atención a la salud en una población importante de nuestro país? R.H. –Yo diría que hasta épocas muy recientes, sí. Fue la alternativa y digo, épocas muy recientes, porque con el incremento en la transmisión de la información, la llegada hasta lugares muy escondidos de nuestro territorio, de difícil acceso, de conocimientos de la medicina occidental actual, de alguna manera modificó también la cosmovisión, la estructura mental de nuestros indígenas, y en el momento actual, me atrevería a decir que hay
una mezcla muy singular, entre la utilización de la medicina tradicional mexicana de antaño y la medicina oficial o sus recursos que junto a la utilización de una hierba, de un pase mágico, nuestros indígenas exigen que se les vacune en el sistema de salud oficial, o quieren que se les tome una radiografía; están en ese plano muy interrelacionadas ambas medicinas, pero sigue siendo importantísimo, -yo no diría la única alternativa- pero si una alternativa amplia, sumamente profunda, la utilización de la medicina tradicional, sobre todo en el contexto rural, en las comunidades indígenas más alejadas. Esto ha ido variando, sobre todo en las poblaciones más cercanas a las ciudades, o en las propias ciudades, en donde podríamos decir que, ya no es en sentido estricto la medicina tradicional prehispánica, sino que es una medicina popular en la que un medicamento “populachero” como es el mejoral, adquiere también una connotación mágico-religiosa, y se entremezclan entonces la utilización de medicamentos alopáticos, pero con este enfoque familiar: el de la abuelita, que además de dar la aspirina, le pone un emplasto en los pies al niño que está enfermo. Están entonces ya muy mezclados los enfoques, generando uno nuevo, el de la medicina popular, que es la que se da en el terreno citadino. De cualquier manera, en las últimas épocas, a raíz de la crisis económica y, diría que ha sido uno de los factores que ha llevado a la reactivación en su utilización de los elementos de la medicina tradicional, porque el medio familiar que no tiene posibilidades económicas para acceder a un médico particular o que no tiene derecho al sistema oficial al IMSS o el ISSSTE, o que este sistema oficial no le cubrió sus expectativas completamente, casi cotidianamente el mexicano actual de clase media para abajo, utiliza como una alternativa sumamente importante, la medicina tradicional, con su enfoque de medicina popular en las ciudades, pero finalmente con una base en la medicina tradicional mexicana. Haciendo este breve y muy sucinto análisis, yo diría que en el momento actual la medicina tradicional mexicana es una opción a ser utilizada por el pueblo de México de manera muy importante, que es una alternativa para solucionar problemas reales de salud. Si tomamos el contexto de la atención primaria de salud, con sus elementos de autocuidado de la salud, participación comunitaria, y que la estrategia contempla la prevención y la atención de las enfermedades fundamentalmente no complicadas, las más frecuentes, se pueden resolver por arriba del 90% de los problemas de salud con elementos de la medicina tradicional mexicana, también es muy importante que quede claro, no debemos considerar que es la única alternativa, porque hasta el indígena que vive en el sitio más alejado, cuando tiene una complicación y tiene acceso al servicio de salud oficial, desea ser atendido por la medicina oficial, pero en una primera aproximación, la utilización de la medicina tradicional mexicana es sumamente frecuente, es la alternativa para esos casos que hemos mencionado. Ahora, si tomamos en cuenta otros aspectos, no sólo de crisis económica, sino de un revire del enfoque modernista de la vida, la sociedad empieza a analizar que la industrialización, que el bienestar, que... en fin, todo lo que una sociedad moderna supuestamente iba a resolver para el ser humano en su cotidianidad, empieza a darse cuenta que al contrario, ha complicado más su vida. La industrialización, si bien ha resuelto muchas cosas; asimismo la tecnificación, también han creado muchas condiciones y ámbitos negativos, y el mundo en pleno está volteando hacia atrás y está recuperando un enfoque naturista, un enfoque para reforzar el contacto con la naturaleza, para protegerla y hacer las cosas ya
no tan tecnificadas, y en este mismo contexto si lo enfocamos a la medicina, también hay un deseo de utilizar, por parte de la sociedad –y hablo de todos los estratos, hasta los más altos- la herbolaria, la medicina tradicional, porque se han percatado que la utilización de medicamentos trae consigo muchos problemas iatrogénicos; este revire de alguna manera contribuye a caracterizar esto que se ha dado en llamar la posmodernidad. E.A. –con relación a la posmodernidad, a mi me gustaría que abundaras más, pero antes de hacerlo, me gustaría dieras tu opinión respecto a cuál debe ser el papel de la Universidad Nacional Autónoma de México, con relación a este importante saber. R.H. –Yo lo enfocaría primero a mencionar cuál es el papel de la Universidad. Evidentemente, el papel de la Universidad está y debe estar íntimamente ligado con la problemática que la sociedad le plantea, debe estar en íntima relación, debe responder a las necesidades sociales, está hecha, está creada, está concebida justamente para mezclarse, para ser parte de la sociedad y responder en términos de investigación, de docencia, de formación de recursos humanos, a ella. Si, la Universidad está y debe estar íntimamente ligada a las necesidades sociales, y uno de los ámbitos inmersos completamente en la sociedad mexicana es la medicina tradicional, siento que la Universidad tiene la obligación de profundizar, debe estudiar de manera sistematizada la medicina tradicional mexicana como un fenómeno cultural, pero también como una alternativa que solucione problemas de salud en el país, utilizando los métodos, los recursos científicos y tecnológicos con los que está dotada, utilizando lo mejor de sus recursos, sus recursos humanos, su inteligencia, su capacidad creativa. No es una potencialidad la medicina tradicional, es una realidad actual, todo mundo lo sabe, lo palpa, lo vive, no es que dentro de algunos años vaya a ocurrir esto: ya está ocurriendo. Si esto es un fenómeno que se está dando en nuestra sociedad actual, la Universidad tiene la obligación de estudiarlo seriamente, científicamente, sistematizadamente, debe generar los estudios y el conocimiento adecuado para comprender mejor este fenómeno, para encauzarlo a otros estratos sociales que no lo conocen suficientemente, debe ayudar a hacer que el sistema de salud de este país comprenda y acepte una realidad que está ahí, que se está dando en el contexto de la sociedad mexicana. Yo no puedo dejar de reconocer que muchos universitarios se han dedicado a estudiar este fenómeno, pero también, siento que no ha habido la suficiente sistematización concreta para su estudio, creo que se ha debido más al interés personal de los investigadores que a un compromiso sistemático de la Universidad. Evidentemente, la Universidad apoya el esfuerzo de estos investigadores, pero siento que ha faltado la sistematización profunda multidisciplinaria, la creación de un grupo que seriamente analice el fenómeno en el contexto médico, en el contexto cultural, antropológico, en su contexto occidental, sus relaciones en lo que mencionaba anteriormente de la posmodernidad, sus relaciones con tantas y tantas disciplinas, no sólo las médicas. Es imperativo que en este momento grupos multidisciplinarios con sociólogos, psicólogos, médicos, biólogos, bioquímicos, fisiólogos, lingüistas, musicólogos, contribuyan a su estudio, y siento que ahí radica nuestra falla, y que tenemos la obligación de rescatar, no sólo para su estudio como fenómeno social, sino también para algo que a mí me ha preocupado mucho, si este fenómeno está ahí y se da
en el paciente potencial que va a llegar, en un momento dado a ser entendido por un médico formado en una universidad, o un odontólogo, o una enfermera, o un psicólogo, tenemos que hacer conscientes a nuestros estudiantes durante el proceso educativo, de la existencia de este fenómeno para que lo vean con el respeto que se merece, el respeto cultural, porque siento que ahí es donde ha habido una gran falla; el médico, la enfermera, el psicólogo, el odontólogo, al egresar de las aulas de las universidades, contempla el fenómeno de la utilización de la medicina tradicional como algo carente de respeto, como algo que no merece la menor atención, como una manifestación de ignorancia absoluta por parte del usuario, lo minimiza, los hace a un lado, y tenemos ejemplos sumamente dolorosos, como algunos estudios que se llegaron a realizar en el Hospital General de la Ciudad de México, en donde quedó de manifiesto, al entrevistar a una serie de pacientes, procedentes de todos lados del interior de la república, y que suelen utilizar la medicina tradicional, al interactuar con su médico, se sentían sumamente dañados por no encontrar comprensión de este fenómeno por parte de estos profesionales de la salud. En la relación médico-paciente, debe existir una gran comprensión por parte del médico hacia los pacientes, y si minimizamos este fenómeno de la medicina tradicional, si lo seguimos considerando como algo deleznable, si seguimos propiciando ese desprecio hacia la medicina tradicional, en un ámbito muy amplio, estaremos propiciando también un bloqueo importantísimo en la relación médico-paciente. A mí me preocupa mucho que la Universidad lleve a las aulas, donde se forman los recursos humanos para la salud, el conocimiento de la medicina tradicional, no necesariamente para que los médicos formados alopáticamente vayan a utilizarla, sino fundamentalmente para la comprensión de este fenómeno y el respeto que se merece. E.A. ¿Cuál sería la forma en que se concretaran efectivamente estas ideas, para establecer la estrategia operativa para realizar ya actividades en donde se viera objetivamente el compromiso de la Universidad con relación a la medicina tradicional? R.H.
–Lo primero que se requiere es la creación de un grupo multidisciplinario, es decir, la configuración de un
grupo de universitarios con inquietudes por estudiar el fenómeno de la medicina tradicional, para que de una manera sistematizada unan sus esfuerzos y realicen investigaciones con un enfoque precisamente multidisciplinario e interdisciplinario; primero para crear esta conciencia de respeto hacia el fenómeno, y segundo, para conocer este fenómeno con una perspectiva universitaria, con todo lo que esto implica y significa. Conformado este grupo, creo que la Universidad debe llevar a cabo la creación de un centro, una unidad, un organismo donde los profesionales interesados en el tema, de todas estas disciplinas puedan realizar sus estudios de todo esto que estoy planteando, darle la dimensión real, darle la seriedad que se merece el abordaje de este fenómeno, y de ahí desprender muchísimas acciones, no sólo la realización de estudios e investigaciones; ayudar a la difusión de este conocimiento, introducir y promover la inclusión en los curricula de contenidos y elementos de la medicina tradicional; incidir también en el ámbito del sector público, del sector salud, de los organismos que agrupan a los médicos alópatas, la Academia Nacional de Medicina, las sociedades médicas, etcétera; difundirles, sensibilizar a estos organismos para promover la aceptación respetuosa de este fenómeno, yo no estoy hablando de que se cree el sitial en la Academia Nacional de Medicina para el especialista en medicina tradicional, no es por ahí el asunto, simplemente que los médicos, el
sistema de salud, vean el fenómeno como una realidad que merece nuestro respeto y atención. E.A. -¿Qué hace la ENEP-Zaragoza con relación a la formación de los futuros cuadros de profesionales para la salud, con relación a la medicina tradicional? R.H. –Nuestra escuela, parte integrante de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde su fundación, enfocó la formación de los recursos humanos del área de la salud que tenemos ahí, medicina, odontología, enfermería; del área quimicobiológica, biólogo, químico farmacéutico biólogo e ingeniero químico y del área del comportamiento con psicología, tratando de darles los elementos suficientes como para que se involucraran en la resolución de los problemas sociales que vive el país, nuestros alumnos han estado inmersos en planes de estudio que desde las primeras etapas, y quisiera referirme concretamente en este momento a las carreras del área de la salud, tienen contacto directo con los problemas de una población muy necesitada, con muchos problemas de salud, muy cercana a nuestra escuela, la población de Cd. Nezahualcóyotl y Los Reyes-La Paz. En sus prácticas de campo, desde el primer año de la carrera, interactúan con esa problemática a través de sus actividades de campo, y a través de atención que se otorga a la población en siete clínicas multidisciplinaria que tenemos ahí, y nos encontramos con una realidad ante la cual no podemos cerrar los ojos, y es que un número importantísimo de esa población hace uso de la medicina tradicional ya trasladada al medio urbano o suburbano, digamos medicina popular. Inicialmente los alumnos no tenían suficientes apoyos informativos para atender esa realidad; por lo que nos dimos a conformar un grupo interdisciplinarios que tuviera la tarea de investigar un poco respecto a la medicina tradicional, y además creamos una serie de condiciones en la escuela, para que no sólo las carreras del área de la salud, sino dadas las características de multidisciplinariedad de la ENEP-Zaragoza, las otras carreras como Biología y Q.F.B. también interactuarán a través de la captación de información sobre las plantas medicinales, y entresacar de ellas lo útil, trasladarlo a varios laboratorios suficientemente equipados para poder extraer los principios activos y estudiarlos científicamente, con esto, lo que quiero decir es que en prácticamente todas las carreras que se imparten en la escuela, consideran esa realidad y tocan algunos de los contenidos de medicina tradicional; se ha creado también en las instalaciones de la escuela un jardín botánico medicinal, donde los biólogos tienen contacto con un número importante de especies medicinales, y estudian cómo protegerlas, porque el problema no es solamente saber cómo utilizarlas, sino también saber cómo protegerlas de la depredación que el propio hombre ha hecho en todos estos años. En el terreno biológico, estamos interactuando así. En el terreno de medicina y enfermería, se han incorporado en sus respectivos planes de estudio elementos de la medicina tradicional para que puedan entender precisamente esta realidad cuando salen como pasantes a realizar su servicio social, conocen la terapéutica, conocen la manera en que el terapeuta tradicional interactúa con el paciente, conocen de las entidades nosológicas de filiación tradicional que existen. Nuestra idea es que conozcan de esto y que aprendan de los terapeutas tradicionales algo que se ha ido perdiendo infortunadamente: la relación, la buena relación médico-paciente. Estamos ciertos de que un porcentaje muy importante del acto terapéutico que se efectúa entre pacientes y
terapeutas, está basado en esa interacción humana, ese entendimiento del problema del paciente, ese entendimiento de la filosofía, la psicología, la cosmovisión que tiene ese paciente; en la medida en que el terapeuta tradicional entiende mejor esta situación de su paciente; los resultados son infinitamente mejores que cuando no existe esto que técnicamente en la medicina académica nosotros la llamamos “rapport”, la calidez humana, sin despreciar o pasar a un segundo término los elementos importantísimos que tiene la medicina alopática, porque finalmente estamos formando médicos alópatas, pretendemos que nuestros alumnos conozcan la realidad de lo que sucede en el medio mexicano, tanto rural como urbano. En el momento actual, hemos ido descubriendo, en la medicina alopática, algunos elementos que se nos antojaban mágicos, por ejemplo: la producción de las endorfinas, de reciente descubrimiento, las cuales son unas sustancias que modifican la capacidad de respuesta al dolor, y que aparentemente salen a la circulación corpórea mediante masajes, ¿qué tanto? Muchos de los tratamientos tradicionales que se han venido haciendo durante milenios, y que tienen una excelente respuesta para el dolor, se basan, empíricamente desde luego, sin saber lo que ahora sabemos, en la producción de endorfinas; la verdad es que, cuando hablamos de medicina tradicional, yo quisiera comentar que la medicina alopática es una medicina tradicional, de milenios. Nosotros, los médicos alópatas somos los depositarios de una tradición que viene desde Grecia y Roma, y que a través de los siglos de evolución se ha llegado a la medicina actual; la medicina tradicional mexicana merece que se le estudie sistemáticamente, que se le dé el cuerpo de conocimientos adecuado para que se complemente con la medicina alopática, finalmente todas las medicinas comparten la meta común de preservar y restaurar la salud. E.A. –En este momento, cuando se está caminando hacia el Congreso Universitario, piensas que en esas circunstancias favorezcan a que se le dé un mayor apoyo a estos estudios de la medicina tradicional, contextuando en el propio Congreso Universitario. R.H.
–El Congreso Universitario lo visualizo de otra manera, no lo veo para que ahí emerjan áreas de
conocimiento susceptibles para ser estudiadas por la Universidad, no creo que se llegue a eso, no creo que en el Congreso Universitario se llegue a la conclusión de que se debe estudiar el dengue, porque es más frecuente de lo que era hace cincuenta años, o estudiar la utilización del petróleo con tal o cual enfoque, no creo que por ahí vaya la cosa, puede sensibilizar; tal vez, si las conclusiones del Congreso se orientan en sentido de que la Universidad debe reforzar y ampliar su vinculación con la sociedad mexicana, esto podría propiciar de alguna manera el que dentro de esta decisión que se tome, una de las áreas a atender, pero posteriormente, sea la de la medicina tradicional, en ese sentido, el Congreso podría facilitar al dar un marco de referencia donde se puede insertar el estudio sistematizado de la medicina tradicional por parte de la Universidad, no creo que rebase más allá. Pero lo marque o no lo marque el Congreso Universitario, existimos universitarios que consideramos que esto es importante llevarlo al cabo. Considero que hay un número suficiente de universitarios que están llevando al cabo esfuerzos en ese sentido. E.A. ¿Cuál podría ser la metodología recomendable para abordar, como tú lo dices, sistemáticamente, con herramientas científicas, para realizar los estudios de la medicina tradicional mexicana, y darles el sustrato
científico adecuado? R.H. –Desde luego, y en primer lugar, a guisa de parecer reiterativo, concibo este estudio de una manera multidisciplinaria, donde concurran con su propia metodología, con su propio enfoque, diversas disciplinas para abordar la mayor parte del fenómeno. Tenemos la obligación de llevar un estudio nosotáxico, debemos analizar en el fenómeno de la cotidianidad el aspecto cultural, lo que significa culturalmente la medicina tradicional, tenemos la obligación de preservar precisamente los valores culturales de México, debemos asimismo entender el fenómeno mágico-religioso, y la relación terapeuta tradicional-usuario; hay tantos ámbitos en donde se debe incidir, no sólo en la herbolaria, no sólo en la etnobotánica, sino en todos los fenómenos alrededor de la medicina tradicional, pero siguiendo justamente el señalamiento de la estrategia de la atención primaria a la salud que nos marca el trabajo multisectorial, creo que la Universidad sola ha hecho un esfuerzo extraordinario, pero debe unirse con otros sectores, con el Sector salud primordialmente para realizar estos estudios. Existen y han existido, sobre todo en el terreno de la salud, muy añejas relaciones entre la Universidad y el Sector Salud, en ese caso particular, se trataría de reforzar y abrir nuevas vías de comunicación entre ambas instancias. Asimismo, plantearlo con otros sectores, como por ejemplo: con la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología, con institutos como el I.N.I., con organismos internacionales como la O.P.S., por ejemplo, podemos unir esfuerzos de todos estos sectores para realizar estos estudios, es imperativo que lo hagamos mancomunadamente y con el interés de aportar algo útil para la preservación y el cuidado de la salud de nuestra población y de la cultura de nuestro país.
MAESTRA EDELMIRA LINARES
Enrique Aguirre. - Maestra Linares, es muy reconocida su contribución al estudio de las plantas medicinales, sabemos de sus trabajos con las personas que están expendiendo estas plantas en el Mercado Sonora, estuvimos en la presentación de sus libros, en uno de ellos se explica, en un pequeño porcentaje de toda esa gran tarea que han hecho ustedes, ¿cuáles son las bases metodológicas en sus estudios desarrollados durante cinco o seis años? y ¿qué recomendaría a futuros grupos estudio que utilizaran como elementos metodológicos para ello? Maestra Edelmira Linares. -Primero que nada, quisiera decir que nosotros somos etnobotánicos, lo que le platicaré será con relación a la metodología en etnobotánica; supongo que cada grupo de cierta disciplina tiene su propia metodología, en este caso, ni los propios etnobotánicos en México nos hemos puesto de acuerdo en una metodología general, en una metodología universal, sin embargo, sí coincidimos en varios de los puntos que nosotros llevamos al cabo al realizar este tipo de trabajo. Hacemos visitas periódicas donde tratamos de incluir la información que nos da la gente hasta donde nos la quiera dar, nunca forzamos a la gente para que de más, porque nunca nos vuelve a recibir, entonces si un día nos quiere platicar de dos plantas, la información que vamos a recabar es de dos plantas, y si otro día quiere de diez, pues será de diez, y si otro día no quiere, volvemos al otro día. Hay personas que piensan que en una semana van a hacer un estudio etnobotánico, ellas están en un error, uno debe respetar al colaborador-informante para que esto no vaya a propiciar una situación forzada, que incluso, por propio coraje den otra información. Otro aspecto fundamental es que siempre que nosotros recabamos una información respecto a una planta, obtenemos un espécimen botánico para que avale una identificación posterior que haremos en el laboratorio, estas listas de plantas que son usadas para “x” o “y” enfermedad, si no tienen ejemplares botánicos que las avalen, realmente no sabemos de qué planta se trata, desde el punto de vista etnobotánico siempre deberíamos que tener ejemplares, los especimenes, que vamos a herborizar, y por otro lado, cuando nosotros colectamos estos ejemplares hacemos un análisis concienzudo de qué planta se trata, a veces las plantas que ellos usan no contienen los elementos suficientes para poderles dar una clasificación botánica correcta, por ejemplo: en el caso de las raíces, es muy difícil identificar una planta a través de una raíz, si es que no se conoce previamente, por tanto, en esos casos tenemos que llegar a desarrollar el ejemplar, en el invernadero aquí en el Jardín Botánico, tenemos las facilidades para poder hacer desarrollar esas plantas, hacer crecer esas plantas, obtener ejemplares vegetativos, con flores y frutos, y de esa manera corroborar la identificación botánica tentativa que se hace sobre una u otra planta. Otro aspecto fundamental que nosotros nunca dejamos a un lado, es el documentar fotográficamente todos los ejemplares que colectamos, porque no sabemos en un momento dado, si al secarse o al ser procesados, estos ejemplares cambien de forma, o cambien de color, y tal vez esas características son importantes para su futura identificación, por tanto, siempre tenemos un registro fotográfico de todas las plantas que hemos colectado,
siempre fotografiamos los especimenes, por si en un futuro tenemos un problema de identificación ocasionada por ejemplo por deformaciones a la hora de secado.
Siempre tenemos como base en la información de
ejemplares botánicos, que además tienen que ser depositados en una institución para que esa institución los haga accesibles al público. Es decir, que si usted hace un trabajo sobre el chuchupate, y afirma algo sobre sus usos, bueno, pues si yo quiero ratificar su trabajo, necesito saber donde está depositado el espécimen, en qué institución, para que yo lo pueda ver, y decir que es la misma especie de la que estamos hablando. Es muy importante, además de la colecta todo lo que implica, depositar en una institución los datos, para que en un futuro cualquier gente que esté interesada en conocer algo más sobre eso lo pueda hacer. En el caso de nuestro estudio de mercados, una cosa son las colectas en los mercados, y otra la del estudio de campo, pero generalmente tiene que haber una contraparte con ese trabajo de campo, muchas veces las muestras que llegan a los mercados no son completas en ciertas especies, nunca llegan flores o frutos porque la gente no usa las flores y los frutos, o piensan que cuando la planta ya ha floreado, ha perdido su alma o ha perdido su vitalidad, o ya no va a ser lo suficientemente activa, entonces hay que ir al campo con estas mismas personas para ver como manipulan las poblaciones. Por ejemplo: en algunos casos preguntamos si esa planta tenía flor, y ellos decían que nunca florecía, y nosotros sabemos que todas las plantas florecen. Fuimos a su lugar de origen, y vimos que realmente sus plantas nunca florecen debido a la poda constante, y no alcanzan a tener tal energía para poder hacerlo. El trabajo de campo, siempre debe tener un complemento de información en la comunidad del mismo lugar, en el caso de tratarse de comunidades de donde proceden los vendedores del mercado, para hacer ejemplares de referencia de los especimenes obtenidos en los mercados, es necesario documentar la biología de la planta, ver en qué tipo de ecosistema se encuentra, cuáles son las relaciones con otras plantas. Hay gente que cree que ir al mercado y hacer una lista de datos ya tiene un trabajo etnobotánico, y no es así, ésta es el inicio de un trabajo etnobotánico serio. Como botánicos que somos nos centramos en las cuestiones etnobotánicas, bueno y usted me dirá: ¿y el susto? y ¿problemas que ustedes detectan? Nosotros anotamos toda esa información y la pasamos al antropólogo, al médico, la dejamos para la gente que trabaja en esos campos, y nosotros nos centramos realmente en entender cómo usan las plantas. Una vez que hemos colectado las plantas en el campo, que las tenemos identificadas, que sabemos de cuál ecosistema provienen, cuáles son sus relaciones en dicho ecosistema, entonces podemos trabajar un poco más allá con ellas, en los estudios que hemos hecho en el Mercado Sonora, y que por cierto todavía no hemos publicado todos ellos, espero que pronto tengamos tiempo de sacarlos, hemos detectado que la gente considera a las plantas como complejos, recientemente publicamos un trabajo sobre cuatro complejos de plantas medicinales.
Por ejemplo, cuando se habla de
matarique, incluye cuatro tipos de matariques, cuando hablan de árnicas, hablan de 6 especies distintas; cuando hablan de toronjil son dos sub-especies distintas, y una serie de diferentes géneros aunque pertenezcan a la misma familia botánica, también eso se tiene que dilucidar, y sólo puede hacerse con los especimenes botánicos, porque la bibliografía es muy escasa en este sentido, realmente sobre plantas medicinales hay muchos errores en la bibliografía, y hay plantas que ni siquiera están registradas en la misma, y son de uso común. Tal es el caso de cancerina, que la hemos encontrado presente en casi todos los compuestos de
plantas medicinales que se venden para enfermedades de la mujer, del riñón, cardiovasculares, gastritis, inflamaciones, siempre está presente, y usted va a la bibliografía y no está reportada. Hay un gran hueco por identificar las plantas que tienen una gran cantidad de usos, y que siempre están presentes aunque no estén presentes en la bibliografía. La bibliografía nos ayuda en cierta forma, pero todavía falta mucho que registrar y aprender respecto a las plantas medicinales. Por otro lado, cuando vamos a ver los ecosistemas, y vemos qué tipo de plantas son, de qué lugares provienen, nos da la oportunidad de conocer más la relación que el hombre tiene en manipular esas poblaciones, y a la larga cuál va a ser el efecto manipulador, para una domesticación futura. Este es otro campo muy importante para la etnobotánica, en nuestro caso, desde el punto de vista botánico, estamos viendo cómo la gente manipula las especies, y podemos ver un poco a la larga, cuál va a ser el resultado final de estas especies. Incluso si usted analiza el toronjil, el toronjil blanco nunca lo encontrará en la naturaleza, es un producto casi del hombre, y lo está manteniendo él mismo porque es una planta muy lábil, es una planta que no está bien adaptada, como lo está una planta silvestre, como lo es el toronjil rojo; vemos que también ese es otro campo de la etnobotánica en el cual nosotros estamos trabajando, entender el proceso y la relación no sólo de la planta hacia el hombre, sino también del hombre hacia la planta, porque el hombre está seleccionando ciertas características que él considera importante, y que quiere tener en la planta. A través de esos estudios estamos tratando de entender cuáles son las poblaciones seleccionadas, y porque si usted va al Mercado Sonora y pregunta: ¿cuál es la mejor ortiga?, le van a decir que es la de Ozumba, porque esa es la más carnívora, la mejor, o si va y les pregunta respecto a otra planta, le van a decir que la de otro lugar porque ese lugar es el mejor, y esto nos da una entrada a hacer estudios químicos y farmacológicos de las plantas, a través de este tipo de estudios identificamos cuáles son las plantas mejores, las más carnívoras, las que tienen más alma. Dentro del concepto popular, las diferentes potencialidades de las plantas dan indicios de actividad, nosotros nos enfocamos a estudiar químicamente a las plantas favoritas. Tenemos varios proyectos en colaboración con el Instituto de Química y la División de Estudios de Postgrado de la Facultad de Ciencias Químicas de la UNAM, donde estamos trabajando varias plantas medicinales que han resultado un “hit”, realmente han resultado plantas importantes porque tienen nuevos compuestos, otros que no han sido reportados en la familia, por ejemplo: este es el caso de la Hintonia latiflora, se encontró que esta especie tiene curcubitáceas; este descubrimiento abre la puerta para hacer estudios filogenéticos posteriores. En estos estudios químicos, además se está probando su efectividad. Se han encontrado especies de gran potencial económico que esperamos puedan ayudar a nuestro país, porque muchas de estas substancias se importan. Otro aspecto interesante que sería complementario a la metodología que nosotros usamos, y que hasta la fecha no hemos llegado a las pruebas farmacológicas probando estas substancias clínicamente para ver si son efectivas, y así poder cerrar el ciclo, para ver si realmente estas plantas son efectivas o no. Realmente la parte que nosotros hacemos es una parte que se debe complementar con otras esferas del conocimiento.
E.A. –Una de las cuestiones que, en lo particular me llama la atención, es esa disponibilidad o actividad de apertura para vincularse con otros profesionales, aquí ya estaríamos hablando del terreno de la multidisciplina, o el de la interdisciplina. ¿Qué opina al respecto del riesgo que hay en volverse etnobotánico centrista y no ver más allá para articularse con profesionales de otras disciplinas; E.L. –Pienso que si nosotros no nos vinculamos con otros profesionales, nuestro trabajo no tendrá el mismo alcance que podría tener dentro de un grupo multidisplinario. Yo reconozco mis limitaciones en varios campos, yo no soy antropóloga por ejemplo, yo no soy médica, no soy química, pero sí soy botánica, y hemos identificado que en nuestro mismo campo hay tanto por hacer, es importante relacionarlo con otros campos para que tenga una proyección más trascendental hacia el futuro. No concibo la etnobotánica como una ciencia que va a hacer todo y que no necesita de ningún otro profesionista, al contrario, pienso que nosotros somos la base para realizar muchos estudios, químicos, taxonómicos, de propagación masiva, y de hecho este Jardín Botánico está planeado en ese sentido. Aquí existe un grupo de etnobotánicos que trabajan en colaboración con taxónomos, con citogenetistas, con cultivo de tejidos, con químicos, y de esta manera los etnobotánicos identificamos la planta, por decir así de manera muy general, que va a tener un potencial o un desarrollo, y son otros grupos de trabajo los que llevan hasta las últimas consecuencias lo que nosotros vislumbramos. En el caso de la etnobotánica, hay grupos que nos lo demuestran, por ejemplo: el grupo donde está incluido el Maestro Miguel Ángel Martínez, donde hay antropólogos de varias ramas de la antropología, porque también es muy vasta la ciencia antropológica.
También hay médicos, historiadores, y de esta manera se tiene una
concepción más global del problema, sin embargo, algunos etnobotánicos quieren hacer todo eso y no permiten que otros grupos hagan la parte que les corresponde, y yo supongo que un químico entrenado tendrá mejor resultado que un botánico que quiere hacerle al químico o viceversa; siempre tenemos que tener en cuenta estos grupos, porque si no, desde mi punto de vista, no vamos a tener el impacto que nosotros quisiéramos, y no podremos conocer y entender el problema de una forma más global. E.A. -¿De hecho se está realizando este tipo de trabajo aquí en el Jardín Botánico? E.L. –De hecho nuestro trabajo siempre está incluido dentro de otros trabajos multidisciplinarios, nosotros somos el primer peldaño de la escalera, los etnobotánicos, identificamos las plantas, vamos a las comunidades, vemos cuáles son las dietas. Aquí hay un grupo que trabaja plantas comestibles e incluyen dentro de sus estudios, cómo se consumen las plantas, con qué se combinan, para poder ver si realmente una dieta es complementaria en aminoácidos, cómo se cultivan esas plantas, cuándo se cosechan, por ejemplo: los quelites no siempre se comen aunque sean la misma planta, solamente en una época del desarrollo de esa planta; estudiamos el por qué, y ha resultado que en esa época generalmente hay pocas toxinas dentro de la planta; todo esto nos ayuda para identificar cuáles son las plantas, como decía el Dr. Lozoya, estrellas de algún u otro uso. Este estudio como una cadena, como decía el Dr. Sarukhán, una cadena de ferrocarril donde la parte etnobotánica es la máquina, pero siguen otros vagones que incluyen varias investigaciones como: la investigación citogenética, la genética, la farmacología, la química, la propagación por sistemas tradicionales y
por cultivos de tejidos, y la evaluación final para obtener una planta que ha sido probada en varias esferas, de hecho así trabajamos aquí en el Jardín Botánico.
Nosotros hacemos trabajos interdisciplinarios con otras
dependencias, porque no contamos con todos los grupos de trabajo que quisiéramos dentro del Jardín, aquí no tenemos farmacología, no tenemos médicos que puedan probar clínicamente las plantas, no tenemos químicos, pero dentro de la UNAM existen esos grupos de trabajo, y nos vinculamos con ellos para optimizar y tener mejores resultados, a los químicos con los que trabajamos, también les facilitamos las colectas, ya que si nosotros identificamos una planta, nosotros nos hacemos cargo de todas las colectas botánicas, para que ellos nada más se dediquen a su cuestión química, esto ha resultado hasta ahora muy bien. E.A. –Recuerdo muy bien una pregunta que usted hizo en una ocasión al Dr. Herrero, en alguno de nuestros coloquios, sobre cuáles eran los problemas más importantes que se tenían que sortear para el desarrollo del trabajo interdisciplinario, en ese momento el Dr. Herrero respondió con los elementos que teníamos, los de la propia experiencia, a mí me gustaría devolverle la pregunta, no con otro afán, sino con la intención de conocer lo que usted, Maestra Linares, ha tenido que enfrentar, superar para el trabajo interdisciplinario, que en sí la interdisciplina entendida como la entiende Follari, no es fácil porque inciden y participan muchos elementos, ¿en su caso, cuáles han sido estos elementos? E.L.
–Los problemas a los que nosotros nos hemos enfrentado cuando trabajamos con gente de otras
disciplinas, es diferencia de puntos de vista; por ejemplo: un químico, que es con quienes más hemos trabajado, ellos piensan que es muy fácil ir por una planta, y que si se echa a perder se puede pedir más; “quiero otros cinco o diez kilos más de esta planta”, veces no se toma en cuenta que es una planta silvestre que crece en un lugar endémico de la Sierra de Chihuahua, y hay que ir dos horas en mula para poderla encontrar, y que con toda seguridad no es tan abundante para recolectar 5 ó 10 kilos para que se puedan hacer los “scranings” y todo esto que hacen los químicos. Esto ha sido lo más problemático, hacer entender en este caso a los investigados químicos, los problemas que la recolección de estas plantas representan para nosotros, por un lado, y por otro lado, que entiendan que el trabajo de un botánico, no es simplemente ir a recolectar a la planta, que cuando se publica un trabajo a la hora de los créditos, por autoría, se le da el agradecimiento al botánico que le proporcionó la planta “x”, y no se considera al botánico como un segundo o tercer autor o un coautor, esta ha sido una lucha de convencimiento para demostrar que no sólo es ir a recoger una planta, es seleccionar a la población, ver si no hay una raza edáfica, tener una forma de recolectar especial, para que los resultados sean homogéneos, en fin ..., después de varios años que hemos trabajado con ellos, ahora ya estamos publicando trabajos en coautoría compartida; cuando sacan ellos trabajos son los primeros autores, cuando nosotros sacamos la parte botánica donde incluimos algunos de los resultados químicos, somos los primeros autores, y ellos los segundos. En el caso de la tesis, cuando se co-dirige una tesis, digamos en disciplinas diferentes, es difícil que se considere un co-director en otra disciplina, y nada más se habla de créditos a la hora del trabajo pero realmente es una labor que implica hacer un seguimiento, revisar los manuscritos. Por otro lado, nos hemos dado cuenta que, a veces, no tanto es la problemática de la interdisciplina, sino de la interrelación humana, en relación con diferentes características, porque eso para mí ha sido realmente importante, ver con quién vamos a trabajar, hay gente muy eficiente, muy interesada en su campo, pero que
realmente no le interesa otra cosa, y con una gente que no tiene apertura amplia para poder intercambiar ideas, no se puede trabajar, así sea la eminencia en su campo. Ese es otro de los problemas, incluso a veces es difícil dentro del mismo campo, entre los mismos colegas, que alguien piensa que una metodología es mejor que la otra, y no nos alcanzamos a poner de acuerdo en qué hacer conjuntamente. Hay que tener una apertura, no quiero decir hacer todo lo que los demás quieran, pero si tener una apertura, decir: si esto te ha resultado muy bien, vamos a probarlo, y tú prueba lo mío y a ver cuál resulta lo mejor de las dos, llegar a eso es difícil. E.A. –Para decirlo de otra forma, ¿sería una recomendación tener flexibilidad para poder empezar a trabajar interdisciplinariamente? E.L. –Tener flexibilidad y tener una apertura de aceptación para lo que hacen otras personas, que lo que hacen otras personas puede estar bien hecho, además tener fe en lo que hacen otras personas, no tratar de probar todo, es decir, si yo trabajo con un químico, debo tener la confianza, seguridad y creer en el trabajo de ese químico, no me voy a poner a probar lo que el ya probó, yo me voy a basar en su trabajo, le voy a dar el respeto al colega en lo que merece, pero a su vez yo exijo para mi trabajo el respeto correspondiente, porque también estoy haciendo el trabajo lo mejor que puedo. E.A. -¿En cuanto a la articulación de los discursos, no ha tenido problemas? E.L. –Hemos visto... bueno, yo no soy muy hábil en el sentido de que cuando hablo con un antropólogo o una persona con una formación dentro del campo humanista, me he dado cuenta de que hay diferentes realidades, yo percibo la realidad de un hecho diferente a como lo percibe una persona de otra disciplina, y no quiero decir que él esté mal, ni que yo estoy mal, sino que son realidades distintas, cuando estamos hablando de un mismo hecho, tenemos percepciones diferentes de ese mismo hecho que tal vez están influidas por la formación profesional que hemos tenido, o por la forma de ser de la misma persona, en cuanto a los discursos hay cosas que para ello pueden ser muy importantes y para nosotros no lo son, sin embargo, si nos dicen que es importante, lo respetamos, pero de preferencia nosotros, yo en especial, procuro no caer en discusiones gigantescas que tal vez no nos van a llevar a ningún lado, al contrario, expresan nuestra opinión desde el punto de vista objetivo, para que esto no se haga como bolas de nieve que nunca terminan. E.A.
–Mencionaba usted, la articulación, y citó la palabra articulación porque refleja más claramente la
colaboración interinstitucional o intrainstitucional, mencionaba usted la vinculación con otras dependencias de la UNAM, pero sé que tienen vinculación con otras instituciones fuera del país para tener intercambio de experiencias ¿qué comentaría al respecto? E.L. –Sí, realmente tenemos mucho intercambio aquí en el Jardín Botánico, somos una dependencia que en este año cumple treinta años, en todo este tiempo todos lo que nos han antecedido han tenido mucho interés en intercambiar ideas, y a nosotros nos han facilitado el recorrido, porque ya hay mucha tradición en intercambios. Tenemos intercambio con muchas universidades extranjeras, por ejemplo: Jardín Botánico intercambia semillas
con 300 jardines botánicos de todo el mundo, en el campo de la etnobotánica formamos parte de sociedades internacionales, como lo es la Sociedad Etnobiologica de los Estados Unidos, donde organizan congresos periódicos, y para mí es muy interesante asistir a los congresos, porque además de escuchar las ponencias, no tanto por las ponencias mismas, sino por las relaciones que hacemos con los congresistas, y de estos congresos han salido proyectos conjuntos en diferentes ramas de la etnobotánica, colectas conjuntas que hemos hecho con colegas extranjeros, con la posibilidad que ellos nos invitan a sus instituciones a dar pláticas; nuestra tarjeta de presentación siempre ha sido el trabajo que hemos hecho aquí, tratando de que sea algo novedoso, que no sea algo que se haya hecho desde hace muchos años, tratando de que nuestra metodología sea lo más clara posible para la gente, y demostrando nuestros resultados, esa es la mejor carta de presentación que hemos tenido. Hace dos años tuve una invitación para ir a Arizona al Museo del Desierto de Arizona, donde ellos estaban por inaugurar precisamente una sección de etnobotánica respecto al uso de las plantas medicinales del desierto, para mí fue una experiencia muy enriquecedora, porque ellos me platicaban sobre su metodología, cómo lo habían hecho, como habían incluido a México en esa exposición, y a mí vez yo les comenté como llevábamos aquí nuestra metodología, y realmente hemos seguido este intercambio de ideas con muchos colegas dentro y fuera del país; cada vez que algún colega latinoamericano o de cualquier parte del mundo nos solicita un sobretiro de nuestro trabajo, dar la respuesta tiene la prioridad, y se lo enviamos, porque nosotros aseguramos que si nosotros lo solicitamos obtenemos la misma respuesta. A veces no es fácil, hay que hacer un esfuerzo extra, por ejemplo: cuando vienen a México estas personas, dedicarnos realmente a ellas, atenderlas, ver a qué lugares quieren ir a colectar, etc. No sólo dentro del campo de la etnobotánica, también hemos tenido intercambio con el archivo Mesoamericano, que es un grupo de investigadores que tienen como sede Boulder, Colorado, en la Universidad de Colorado en los Estados Unidos, y que estudian aspectos históricos de México, estudian lo que pasaba en el Tlatelolco precortesiano; en Tlatelolco, usted sabe, que de acuerdo con los rastros arqueológicos se ha demostrado que era un mercado muy interesante, y como ellos saben que trabajamos plantas medicinales de los mercados, nos consultan. Este año se trabajó conjuntamente con otras dependencias de la UNAM y con el INAH, sobre el pulque que tiene otro aspecto ritual muy importante, y que para nosotros nos abre una puerta para ver cuántos tipos de maguey hay en México, cómo se extrae el pulque, cómo selecciona el maguey la persona, cómo lo cuida, en fin, y ellos ven la cuestión ritual, otros ven la cuestión respecto a los fermentadores del pulque, las bacterias del pulque, otros estudian cómo influía el pulque en los rituales prehispánicos, en fin, son disciplinas y lo que a veces si es difícil es que cada disciplina tiene su esfera de razonamiento e incluirse en esas esferas para seguir el razonamiento de todos, cuesta a veces mucho trabajo, pero por lo menos lo hemos intentado. E.A. Además, permite el enriquecimiento personal... E.L. –Definitivamente, porque nos damos cuenta que ellos ven cosas que mi no se me habían ocurrido, pero que en mis próximos viajes de colecta voy a incluir para preguntar, para observar, por ejemplo: lo de las plantas frías y calientes. Al principio, nosotros no queríamos tener nada que ver con esos, porque era una cosa que no entendíamos y ahora vemos que para las personas que trabajan las plantas medicinales es una cosa vital para
saber cómo se usan, con qué se combinan, y por lo tanto, ahora siempre estamos pendientes de preguntar si esa planta es fría o caliente para entender un poco más de esto. E.A. –Hay algunas posiciones respecto a estas cuestiones de intercambio que quizá podrían interpretarse como chovinistas con relación a que sienten que existen, si no un saqueo, sí, una fuga de esta información, de estos materiales, de estas poblaciones y especies que se van al extranjero, en lo particular pienso que es importante este intercambio, sin detrimento de lo propio, porque finalmente nosotros nos enriquecemos también y quizá habrá que ubicar el sentido nacionalista dentro de un contexto más universal. ¿Le ha tocado a usted algo de esto? ¿Lo ha vivido? E.L. –Yo soy nacionalista y estoy casada con un norteamericano, entonces realmente a veces el nacionalismo es mal entendido, lo que sí exijo es que se nos dé nuestro lugar, que no se nos considere como simples colectores y que en el extranjero se publique todo sin que se nos tome en cuenta, esas épocas ya pasaron, aquí tenemos científicos reconocidos y que estamos a la altura de científicos de cualquier lugar; sin embargo, hemos tenido proyectos financiados por varias agencias internacionales donde no somos los únicos investigadores, sino que también hay investigadores extranjeros; los resultados se publican con el mismo nivel, tanto los extranjeros como nosotros, eso sí lo exigimos de entrada, porque hay gente que piensa que los países del tercer mundo todavía no han llegado al desarrollo que pueda compararse con los países del primer mundo, sin embargo, en la etnobotánica no es el caso, nuestros colegas nos respetan, aunque nos ha costado bastante trabajo; son bastantes años de estar publicando y estar demostrando que somos personas serias, nos respetan y estamos a la par de nuestros colegas internacionales, y tenemos la ventaja de que nosotros vivimos en México y ellos no. México es uno de los grandes centros de diversidad que hay en el mundo, sólo hay cuatro o cinco en todo el mundo, y que nosotros somos mexicanos, y también nos interesa conocer los recursos de nuestro país, por lo tanto, o nos tienen que respetar o mejor que no trabajen con nosotros, pero yo no he encontrado ese caso en donde ellos quieran aprovecharse de todos los recursos, no, al contrario, generalmente a lo mejor los que más quieren aprovecharse somos nosotros, y con el punto a nuestro favor de que tenemos la sartén por el mango, porque nosotros tenemos los recursos, ellos vienen y estudian aquí, pero quien los tiene realmente es este país, es México, y hay que aprovechar esta posibilidad que tenemos. E.A. -¿Cómo ve Usted el riesgo de daño ecológico a esta diversidad múltiple de los recursos vegetales que tenemos en nuestro País, y qué aporta el Jardín Botánico para atender este riesgo? E.L. –Mire, en el campo de las plantas medicinales, es muy curioso, porque hoy tuve una conferencia de prensa donde nos hacían esta misma pregunta: ¿qué aportaba el Instituto de Biología para la conservación de las plantas en peligro de extinción? Fue muy interesante la discusión que ahí se dio, pero realmente es que no sabemos qué está en peligro de extinción en México, porque no tenemos un inventario florístico y faunístico de lo que tenemos, si no conocemos lo que tenemos, cómo vamos a saber que está desapareciendo; desde este punto de vista, el Jardín Botánico, como parte del Instituto de Biología, cumple un aspecto fundamental en la documentación de los recursos biológicos de nuestro país. Cuando nosotros sepamos qué tenemos, entonces
podremos evaluar la dinámica ecológica en la que esas especies están inmersas, mientras no sepamos qué tenemos y no hay un inventario de lo que tenemos, dónde está localizado, en qué tipo de ecosistema se presenta, con qué otras especies cohabitan, no podemos dar esa información; sin embargo, en el campo de las plantas medicinales, nosotros, bueno, yo trabajo específicamente con mercados de plantas medicinales, y cuando vamos a algún lugar, la gente nos dice: “hace cinco años aquí había mucha de esta planta, pero ahora ya no hay, ahora tenemos que ir hasta no sé dónde para conseguirla”, así vamos siguiendo las cadenas “a priori”, yo podría decir que sí si están sobrecolectando muchas especies, y que no sabemos qué va a pasar con ellos, muchas de ellas son de gran potencial. Aquí en el Jardín Botánico es muy importante detectar este tipo de plantas para iniciar proyectos de investigación, horticultoría de cultivo de tejidos para una propagación masiva de estas plantas, y luego una reintroducción a su área de origen. El Jardín Botánico tiene como principal objetivo detectar estas especies amenazadas o en peligro de extinción, para que no se pierda el recurso. Desde este punto de vista, la Unidad de Investigación del Jardín Botánico fue creada con esa visión futurista. E.A. –Decía usted que no hay un registro, que no hay inventario, entonces: ¿sería recomendable que así como se hacen, periódicamente los censos de población, los censos económicos, que se hicieran los censos etnobotánicos, los censos botánicos, o los censos biológicos, por así decirlo? ¿A quién le correspondería esta tarea? E.L. –Pues yo creo que a todos los biólogos de México. No nos daríamos abasto en hacer un inventario de este estilo, no sólo al Jardín Botánico de la UNAM, al IPN, a Chapingo, a todas las instituciones donde estamos trabajando biología; si realmente queremos evaluar el impacto ambiental y cómo se ven afectadas las plantas por la contaminación, cómo se ven afectadas por los desmontes, tendríamos que incidir, paralelamente, a lo que estamos haciendo, siempre tratando de buscar cuál es el estatus real de las plantas en ese momento, y a través de comparaciones, a lo largo del tiempo saber si mantienen su mismo estatus o no; en el caso de los animales es un poco más fácil, porque son más evidentes, por ejemplo: el Dr. Villa hoy hablaba de la vaquita y del manatí, que ellos ya tienen muy bien identificados cuántos ejemplares quedan, cuántos ya se murieron, porque han seguido todo un proceso, pero esas son sólo dos especies. Si hablamos de que la flora mexicana tiene entre veinte y treinta mil especies, entonces esto es realmente problemático. E.A. –Me imagino que el órgano regulador para estos censos sería la SEDUE a través de jornadas nacionales, ¿la SEDUE ha hecho algo al respecto? E.L. –La SEDUE ha hecho intentos en colaboración con la UNAM, la SEDUE por ejemplo: en el proyecto de la recuperación de especies de Cerro de Oro, precisamente donde se va a inundar una gran extensión de hectáreas en Tuxtepec, Oax., con motivo del desarrollo de la presa Cerro de Oro. No se sabe aún cuántas especies hay allí, y hemos trabajado con ellos para evaluar cuántas especies existen, rescatar lo rescatable e introducirlo en nuestras colecciones.
E.A. –Pero son ejemplos aislados. E.L. –Aislados si, que yo sepa no existe una red nacional que hiciera este trabajo periódicamente, porque esto no lo puede hacer un solo organismo, tendría que ser una red de instituciones, y de preferencia que la gente trabaje en sus localidades, sería una tarea ideal para poder evaluar. Nosotros en el caso de la etnobotánica, cuando nuestros colaboradores nos dicen que ahora ya no hay y antes había, lo tomamos como un indicador de ¡cuidado!, esta planta está siendo sobrecolectada en esa área, no nos vamos a esperar a que exista esta red y que se haga de esta manera, porque tenemos que prever la desaparición de las plantas. E.A. -¿Podríamos decir que hay niveles de riesgo? E.L. –Si, si los hay, sobre todo en plantas donde se consumen cortezas o donde se consumen raíces, porque tienen que matar la planta para extraer la raíz; en el caso donde se consumen hojas, no hay tanto problema, porque se regeneran las hojas y se vuelven a cosechar, pero en el caso de las raíces es diferente, por ejemplo: las raíces favoritas por su rendimiento incluyen plantas que tienen treinta o cuarenta años, y la semana pasada entraron al Mercado Sonora tres toneladas de estas plantas, decimos: ¿de dónde vienen? Si hemos estado buscando en la Sierra de Guerrero, semanas y semanas, y sólo encontramos un ejemplar aquí y el otro hasta allá. Sí es una situación preocupante la que le menciono. E.A. –Díganos, por favor, de su experiencia tan rica con los vendedores del Mercado Sonora, ¿cuál ha sido la cuestión más significativa en toda esa experiencia, en ese vínculo, en esa comunicación con ellos? E.L. –Pues mire, ya casi todos somos compadres, porque ha habido una relación que va más allá del trabajo, realmente ellos nos consideran, en ciertas ocasiones, hasta parte de su familia, y esto ha permitido que nuestros estudios sean más profundos. No es la simple relación que por salir del paso le digo cualquier cosa, sino que podemos entender realmente más a fondo, por qué lo hacen, cómo lo hacen. Nos invitan a sus hogares, nosotros los vemos, participamos, les ayudamos, sabemos lo que es ir a colectar en burro; es una relación que va más allá de la relación simple de trabajo, esto nos ha acarreado también responsabilidades, porque ahora hay que cuidar al ahijado, ver cómo se desarrolló; pero yo creo que la etnobotánica tiene que cumplir ese objetivo, es una relación humana también, que no es nada más obtener lo que yo quiero y no darte nada a cambio, sino es una relación de toma y daca; yo te doy, pero tú me das, y de esta manera se va desarrollando, para mí es una cosa nueva, le seré sincera, yo nunca había tenido una comadre, ahora tengo varias, esto ha sido muy interesante para mí, además la posibilidad de observar la relación entre ellos mismos, una persona maneja una esfera de conocimientos, otra maneja otra, y cómo cuidan que la de junto no se vaya a enterar de cómo se hace el compuesto, porque ella tiene sus clientas, y la otra tiene sus otros clientes, cuando se cortan estas barreras y la relación no es solamente en el mercado, se da uno cuenta y evalúa el conocimiento más fácilmente en cada persona, de dónde lo obtuvo, si ella aprendió de su tía, poder ver a la tía; para mí ha sido muy interesante, no sólo desde el punto de vista etnobotánico, sino desde una vivencia humana, y un enriquecimiento que yo he tenido con todas estas personas.
E.A. –Me imagino que en todo ello tienen como base muy importante al respeto, porque si hay este celo, digamos de mercado, ustedes no van a ser la vía de comunicación de sus secretos, sus recetas particulares. E.L. –Nosotros respetamos a toda la gente, incluso, hay un caso en donde tengo dos comadres en el mismo pueblo, y eso se ha convertido para mí en un problema, porque el día de la fiesta del pueblo, mi comadre “x” quiere que vaya a su casa a comer mole, pero también lo quiere mi comadre “y”, si voy a la casa de “x”, y no voy a la de “y”, es un problema espantoso, o si yo le hablo a una, tengo que hablarles a las dos, y esto pues ya es de relaciones humanas ¿no?
Otra cosa que hemos visto es que, para ellos tener una relación de
compadrazgo con los maestros de la UNAM, porque así nos llaman, los güeritos, o los maestros de la UNAM, a ellos les ha dado cierto estatus en la comunidad, y lo manejan muy bien, por eso si voy a casa de una y no voy a casa de otra, este estatus se ve afectado. Para mí ha sido difícil entenderlo, pero creo que más o menos ya lo entendí. Tengo que respetarlas y nunca les hablaré de lo que me dijo una a la otra, porque creo que cada persona tiene que ser respetada, sino yo creo que ya no me vuelven a aceptar para platicar conmigo, ni cosas así. E.A. –Rebasando un poco los elementos de la etnobotánica, ¿le han permitido penetrar un poco en elementos, por ejemplo: de la eficacia simbólica, los rituales, etc? E.L. –Mire, yo tengo buen cuidado de no entrar en ese campo, ellos si me lo han permitido y a mi esposo también, hemos participado en ceremonias que no cualquier persona participa, pero no queremos entrar en este campo, porque consideramos que esto lo podría hacer mejor un antropólogo, y que aunque uno participe, no puede entender el fondo o más allá de lo que uno quisiera, a lo mejor está uno limitado en metodología o en conocimientos, pero si nos ha permitido participar, de hecho hace dos años tuvimos una vivencia muy interesante: organizamos un taller sobre temascal, donde invitamos a participar, entre otras personas, al Dr. Robert Trotter de la Universidad de North, Arizona; él es el Director del Área de Antropología de esa Universidad, ha trabajado el susto entre muchos grupos mexicano-norteamericanos de la frontera de México, lo invitamos a que platicara del susto y que participara en el taller del temascal, este taller se realizó en una comunidad cercana a Texcoco, con algunos de nuestros colaboradores, y ésta persona nos ha entendido muy bien en lo que queremos, y nosotros le hemos entendido muy bien respecto a lo que le podemos dar, entonces hubo una apertura más allá de lo normal, por así decirlo, en esta participación de lo que es el temascal, su función, hecho con todas las de la ley, cosas que si son para turistas o para alguien que no le interesa, no lo haría. Hubo acciones desde ir a colectar las plantas, rezarles cuando se les cortaba, porque tienen alma y se les pide perdón porque se les tiene que cortar, con la promesa de darles buen uso. Este antropólogo estuvo muy interesado en seguir estudiando todo este proceso, e invitaron a nuestros colaboradores y a nosotros a dar un taller de temascal en Arizona, y fuimos a Flagstaff, Arizona, a tener un intercambio con los “sundancers”, los “sundancers” son un grupo de varias tribus norteamericanas que tienen varios sistemas de purificación a través
de baños de vapor y a través de ritos donde se cuelgan, ... no sé si usted vio una película que se llama “Un hombre llamado caballo” con Richard Harris..., se les desgarra la piel, y así prueban su valor y ganan su purificación.
Fuimos con nuestros colaboradores a tener ese intercambio, ellos ya habrían construido su
temascal allá, siguiendo los lineamientos exactos que les enviamos desde aquí, todo lo siguieron rigurosamente al pie de la letra; cuando llegamos a Arizona, después de muchas peripecias, porque fue un viaje muy accidentado, pero al fin llegamos, resulta que estas personas, nuestros colaboradores no hablan inglés, nuestros anfitriones no hablan español, nosotros fuimos los traductores, pero entre ellos se entendían sin tener que hablar, los dos tenían la misma mitología sobre el lobo y el coyote, otro tipo de perro salvaje que había allá; ellos tenían la misma mitología sobre el oso, que la que se tiene aquí.
Era un hablar sin palabras muy
interesante, ellos entendían los mismos ritos, tenían los mismos sistemas de purificación, y nuestra colaboradora les enseñaba simplemente a señas, a través de masajes, porque tenían los mismos principios; para mí fue una gran apertura ver cómo los grupos indígenas se pueden interrelacionar unos con otros, y puede haber una comunicación más allá de los idiomas, más allá de las palabras, teniendo como elemento común los ritos de purificación con base en plantas; tenían las mismas familias de plantas para purificar, allá usaban unas artemisas, aquí también usaban otras artemisas, salimos de colecta con ellos, y nuestra colaboradora decía: esa puede ser, y les contestaban: sí, esa es la que usamos. Pero ella jamás había visto las plantas de allá, además no es botánica, para mí fue de las experiencias que han dejado huella en mi vida, ver cómo la gente si tiene el mismo interés espiritual, el mismo interés de purificación, y entender a las plantas en ese contexto lo pueden hacer. E.A. ¿Han repetido esa experiencia? E.L. –No, y no sé si estoy preparada para ello, para mí fue una cosa muy profunda que me dejó exhausta, no sé si por el tener que traducir, o por el choque natural, si el ver que se colgaban, si era participar en sus ritos de purificación, en unos ritos de purificación diferentes a los que aquí había, o que fue, pero no lo hemos vuelto a repetir, a lo mejor en un futuro. Ellos manipulaban otro lenguaje; a nuestra colaboradora la iniciaron en su grupo de “sundancers”, y ella lo aceptó como si fuera uno de ellos, fue una cosa que nos costó digerir y entender que habían pasado meses, era una cosa muy compleja. E.A. -¿Tuvieron registro de aquello? ¿Sólo fue la vivencia personal? E.L. –La propia vivencia personal. E.A. -¿Llevaron grabadora, cámara fotográfica? DR. ROBERT BYE. –Aparte, es que tuvimos que respetar a los “sundancers”, porque ellos tienen su propio rito, por ejemplo: yo quise tomar unas fotos y… E.L. –No dejaron.
R.B. –Para ellos, lo que es una práctica común entre otros grupos étnicos de los Estados Unidos, la historia, la cosa verbal que es el registro de sus actividades, ellos cuentan sus historias por años y años, con base en una tradición oral. En cambio, nosotros estamos acostumbrados a cámaras, a libros, a grabadoras, pero ellos dicen que esto no vale, es la experiencia vital la que es importante, por eso recurren a ellos y no quieren nada de este tipo de objetos. E.A. –Hay que respetar eso, porque sino se bloquea la relación, y es uno rechazado. R.B. –Exacto. E.L. –Nos permitieron tomar algunas fotografías. E.A. -¿Fuera de la ceremonia? E.L. –Fuera de la ceremonia si, nunca dentro de ella. Tenemos fotografías de cómo nuestra colaboradora curaba a la gente, cómo los masajeaba adentro del temascal, pero nunca dentro de la ceremonia nos permitieron tomar nada, ni registrar con grabadora nada, porque era alterar realmente la comunidad que todos teníamos ahí, por ejemplo: la vivencia que yo tuve fue diferente a la que Robert tuvo en la ceremonia de purificación, porque las mujeres se purifican diferente que los hombres. R.B. –Los hombres en un lado y las mujeres en otro lado. E.L. –Para mí, era una situación que yo no sabía si salir corriendo o quedarme callada, o qué hacer, estaba totalmente desconcertada, a punto que casi me desmayo, y me tuvieron que sacar porque no podía más; nuestra colaboradora, haga de cuenta que era una de ellas, en la purificación donde se tiene como un metro de diámetro, son 20 personas, están cubiertas con ramas, se tiene un vapor y piedras incandescentes en medio, es un vapor y un calor muy intensos, yo no puede aguantar lo que nuestra colaboradora pudo, para ella eso era parte de la vida, porque ella participa en baños similares en México; había que estar entrenada para eso, para mí fue muy difícil. E.A. -¿Ya sabían que se iban a encontrar con este tipo de fenómeno, de alguna manera? E.L. –Sí y no. R.B. –Sí y no, ellos fueron a recogernos al aeropuerto, nos preguntaron algunas cosas y contestamos que estábamos dispuestos a platicar con la gente durante la noche. Dijeron que iban a hacer una ceremonia, pensamos que sería una ceremonia para presentarnos o algo así.
E.A. -¡Ah! Entonces fueron recién llegados. E.L. –Del avión nos metieron a la ceremonia. R.B. –No, bueno, pasaron dos horas después de nuestra llegada. E.L.
–Bueno, manejar dos horas de Phoenix a Flagstaff para poder llegar, pero llegamos y directo a la
ceremonia, bueno, nosotros teníamos una apertura e íbamos a lo que ellos querían, íbamos abiertos para participar con ellos, entender y darles lo que nosotros les podíamos dar, y esa era la actitud de nuestra colaboradora, ella cada cosa que se hacía tenía relación directa con un significado, con un dios, por ejemplo: el avión se llamaba Iztaccihuatl, ¿se imagina lo que eso representó para ella, que la mujer blanca la llevase a tierras tan lejanas? A cualquier cosa le encontraba una simbología, a la salida del avión se le atoró el tacón y no se podía bajar, todo era así con ella. Nos perdimos en Los Angeles, perdimos el avión, llevábamos un año tratando de sacarle el pasaporte, no podíamos sacar el pasaporte, el día que teníamos cita con el attaché cultural para que le diera un pasaporte especial, porque ella no tenía cuenta bancaria, ni tarjetas de crédito, nada de esas cosas, parecía ser que ella se podría ir a trabajar ilegalmente, el día que nos lo iba a organizar el attaché cultural, ella no llegó a tiempo, perdió el camión, así un año, y cuando llegamos allá, todo cambió, gente que iba desde Los Ángeles manejando un día y una noche para conocerla, porque existía una profecía que iba a llegar una curandera de México en esa año y todo ya estaban preparados. R.B. –En ese lugar, porque ese lugar es un lugar sagrado, es uno de los pilares del mundo, según sus tradiciones. E.L.
–Fue una cosa que yo no sé si podría volver a participar en algo así, porque creo que no me he
recuperado. R.B. –Pues de todas manera, fue muy interesante para nosotros, porque como estamos observando un poco a distancia, al final, como fue invitación de la universidad de allá, tanto como del grupo indígena “North American Comunity Action”, ellos hicieron una excepción para nosotros; fue interesante, porque estaba la gente de la mesa directiva de la universidad, muchos de ellos eran chicanos, y por otro lado, los “sundancers” indígenas que incluían hoppy, navajos, etc., y nuestra colaboradora se movió entre los dos sin problema, sin choque ni nada, mientras nosotros estábamos tratando de estar con nuestros amigos indígenas un rato y luego al pasar con el otro grupo, me sentí medio mal, y tuve que acostumbrarme durante unos diez minutos antes de trabar alguna conversación, y ella estaba entre los dos sin ningún problema, ni de comunicación ni de nada, además uno de los miembros de la mesa que estaba tratando de tocar su guitarra, tuvo un problema con su músculo de su hombro, le dijo: “quítese su camisa ahorita lo voy a arreglar”, lo arregló y ya, y todos quedaron impresionados. E.L. –Por otro lado, se movía con el grupo de los indígenas y la iniciaron, ahí la iniciaron con su pluma de
águila, que es ilegal portarla, porque es una especie en peligro de extinción, es ilegal si no es un nativo y parte de este grupo ceremonial. E.A. –Tiene esa excepción para ellos. E.L. –Exacto, entonces ella podía portar esa pluma de águila porque ya era parte de ellos, ellos no nos dieron a nosotros ninguna pluma, pero a ella sí. E.A. -¿Ella tiene la especialidad de sobadora o alguna otra? E.L. –Ella es sobadora, es curandera, es yerbera, sabe mucho de temascal, generalista, también es partera. E.A. –Toca varias especialidades. R.B. –En su comunidad como ella no es la hija mayor, no tiene derecho para ejercer como tal, porque está su madre y su hija mayor que es la curandera oficial. Llegan hasta su pueblo camiones de Oaxaca, de Chiapas, para que esta señora los cure.
En cambio, ella, probablemente no tiene derecho a ejercer este tipo de
actividad, pero como creció dentro de esta familia sabe cómo manejar estas cosas, y aunque no tiene este reconocimiento en su propia comunidad, no quiere decir que desconozca de esto. E.L. Pero la sacamos de ese medio y tuvo una proyección que nosotros nunca habíamos previsto. E.A. -¿En su comunidad no acuden con ella? E.L. –Bueno, su propia familia o gente que la conoce. E.A. –Maestra, ¿cuál es su perspectiva dentro del desarrollo de los estudios de etnobotánica que realizan aquí en el Jardín Botánico? E.L. –Bueno, me gustaría tener más tiempo para dedicarme a mis estudios, me gustaría seguir trabajando el mercadeo de plantas medicinales, y seguir con mi tesis doctoral, que es el mercado de Ozumba y su área de mercadeo, ya que es un lugar donde confluyen plantas desde la zona tropical de la zona de Guerrero, y también por parte, de zonas frías y con un sistema de producción y recolecta; espero en un futuro seguir estudiando más a fondo todo esto, para ver cómo ha influido y va cambiando el uso de las plantas medicinales, por diversos elementos culturales que se van introduciendo en estas comunidades. Estudiar más sobre los complejos de planta, las interrelaciones que en las comunidades existen, cómo se intercambian las plantas, cómo seleccionan las plantas más efectivas para llegar al Mercado Sonora, porque a fin de cuentas es el mercado centralista donde realmente se redestribuyen las plantas y ver hasta dónde llegan.
E.A. –Además, también está el compromiso de publicar los siguientes volúmenes de su libro, que ya están muy solicitados. E.L. –Tenemos mucha información en el tintero, que por falta de tiempo no hemos podido procesar, hemos identificado problemas muy interesantes, de acuerdo a las enfermedades, estamos dirigiendo varias tesis, no como una cosa general del mercado, porque pensamos que ya lo hemos cumplido, estamos ahora viendo qué plantas se usan, por ejemplo: para la diabetes, qué plantas se usan para enfermedades cardiovasculares, y hacer estudios comparativos con otras regiones del país, a ver si existe un cuadro básico que sea común a diferentes zonas de México, porque cuando una planta sale en forma de mercadeo de su lugar de origen de su distribución natural, es que tiene alguna sustancia que consideran efectiva.
El PROGRAMA IMSS-COPLAMAR * Agosto de 1989.
El Programa IMSS-COPLAMAR atiende a 9.7 millones de habitantes del medio rural marginado en 17 entidades federativas del país. Opera una infraestructura de 2,325 unidades médicas rurales, y 52 hospitales abiertos las 24 horas del día, todos los días del año, zonificados y regionalizados para facilitar la derivación de pacientes, capacitación continua del personal, supervisión, información, abasto, conservación, evaluación y control financiero. El Programa se financia con recursos federales, y lo administra el Instituto Mexicano del Seguro Social a partir de 1979, cuando se firmó un convenio entre el Instituto y el Gobierno Federal a través de la Organización COPLAMAR, que agrupaba a 11 organismos de desarrollo rural. Los orígenes del Programa IMSS-COPLAMAR, y la razón por la cual el Gobierno Federal le confió al Instituto la responsabilidad de administrarlo, fue porque desde 1974 el IMSS operaba, gracias a los cambios introducidos a su legislación en 1973, el Programa de Solidaridad Social, destinado a campesinos sin capacidad contributiva para incorporarse a la Seguridad Social. Este Programa se financió con 40% de aportación institucional, y 60% de fondos federales. Al firmarse el convenio IMSS-COPLAMAR en 1979, ambos programas se fundieron en uno sólo, y actualmente ambos trabajan con población rural marginada, y con el mismo enfoque. A partir de 1983, al desaparecer COPLAMAR, el Gobierno Federal ratificó al Instituto la responsabilidad de seguir administrando el Programa. El apoyo del Instituto hace factible que se pueda proporcionar atención médica de calidad, y operar un modelo de atención integral a la salud, sustentando en la participación comunitaria, la promoción de la salud, el autocuidado y la prevención de enfermedades, a un costo factible para el País. (Para 1988 el costo por sujeto adscrito fue de $22,893.00 M.N.. Se conservó el nombre de IMSS-COPLAMAR, porque la población conocía estas palabras y le tenían confianza a los servicios que así se designaban. Actualmente, el Programa opera en 20,289 localidades, de las cuales, el 96.25% tienen menos de 2,500 habitantes. Además, en el 77% del total de localidades, las viviendas se encuentran dispersas, lo que hace evidente las dificultades para llevar servicios de salud a la población rural. El Programa tiene un sistema de radiocomunicación que sirve para proporcionar asesoría técnica, derivación de pacientes y apoyo administrativo.
En las entidades federativas donde trabaja el Programa se ubica el 64.9 de la población rural, el 68.8% de los productores de subsistencia e infrasubsistencia, y el 85.7% de los 56 grupos étnicos asentados en el País. Las condiciones de salud de los habitantes del medio rural disperso están determinadas por sus deficientes condiciones de vida, y la carencia de satisfactores mínimos de bienestar.
Predominan los padecimientos
derivados de la falta de servicios públicos básicos, falta de saneamiento y precarias condiciones de vivienda. El analfabetismo asciende al 25%, se dan crecientes procesos migratorios, (el 21% de la población en edad productiva del ámbito del Programa emigra fuera de su comunidad por períodos variables de tiempo. Persiste la alta fecundidad y las complicaciones derivadas del embarazo, parto y puerperio afectan las frágiles condiciones de salud de las mujeres, debilitadas por la desnutrición, la maternidad temprana y la carga de tareas agrícolas y familiares que deben desempeñar. Persisten padecimientos endémicos en algunas zonas como el dengue, paludismo y oncocercosis, y han manifestado su presencia las enfermedades crónicodegenerativas, y los daños a la salud derivados del alcoholismo, los accidentes y la violencia. La problemática descrita se enfrenta mediante acciones coordinadas con la población, y con otras instituciones y sectores de la administración pública para actuar sobre las condicionantes de las enfermedades, y que la población adquiera el compromiso de cuidar su propia salud, adquiriendo hábitos favorables a la misma, y organizándose para realizar acciones de mejoramiento colectivo. Para ello, en los diferentes niveles de la organización se trabaja por medio de equipos multidisciplinarios: médicos, enfermeras, personal de ciencias sociales, técnicos de saneamiento y administradores, y con respecto a la cultura local y a las prácticas tradicionales de atender la salud de la población, se capacita a las parteras y se establece relación con los médicos tradicionales. En cada localidad se elabora un Diagnóstico de Salud con la participación de todos, y con base en el se programan y desarrollan acciones que se evalúan periódicamente. En las Unidades Médicas Rurales, que irradian su acción a 3 localidades más, trabajan un médico y 2 auxiliares de área médica, de la localidad, bilingües cuando se requiere, y capacitadas para este fin. Los hospitales amplían su acción a 12 localidades cercanas, tienen médicos residentes de 3er. Año de las especialidades troncales, y de Medicina Familiar, y pasantes de diferentes disciplinas. El personal auxiliar es de la localidad, capacitado para sus funciones. Las UMR tienen un cuadro básico de 92 medicamentos, y los hospitales de 202. La población no paga en dinero los servicios ni los medicamentos, pero se compromete a trabajar en beneficio
de su salud. En asamblea general se elige a los miembros del Comité de Salud que se capacitan para el desempeño de su tarea.
Los asistentes rurales, capacitados en un curso de 2 meses, manejan 10 medicamentos, realizan
acciones preventivas, de promoción de salud y derivan oportunamente a las unidades a las personas que lo necesiten. También hacen seguimiento de pacientes crónicos. Reciben una remuneración simbólica para pasajes. Los promotores voluntarios, capacitados en un curso de 20 horas, comparten lo que saben y lo que aprenden lo enseñan, y vigilan la salud de su familia, y de otras familias para que vacunen a los niños, hiervan el agua, atiendan el desarrollo y crecimiento de los pequeños, los alimenten mejor, cuiden que no se deshidraten por diarrea; que las embarazadas vayan a consulta, que se eliminen adecuadamente los desechos. Mejoran sus viviendas, se alfabetizan, e igualmente siembran huertos con nueva tecnología, crían especies menores y tratan de alimentarse mejor, dentro de los límites de sus posibilidades, para no enfermar y morir tempranamente por causas que pueden evitarse. Se promueve la formación de grupos recreativos, artísticos, culturales, deportivos, de alfabetización y de alcohólicos anónimos; a estos últimos se refiere a las personas que lo necesitan. Para mejorar las condiciones de vida y de salud de la población, el Programa IMSS-COPLAMAR
ha
coordinado sus acciones con INEA, SEDUE, INI, DIF, CONASUPO, SARH y Organizaciones como CNC, CCI, Confederación Nacional de Pueblos Indígenas, Alcohólicos Anónimos y otras, además del apoyo de áreas institucionales como la Subdirección General de Prestaciones Sociales, con lo que se ha logrado una mejor utilización de los recursos, y aprovechar el interés y compromiso de la población para responder mejor a sus necesidades. El Programa promueve la utilización de tecnología simplificada, de bajo costo y adecuada a las condiciones locales para que sea más fácilmente aceptadas. Por la presencia de personal en formación y comunitario se mantiene un programa sistemático de capacitación y supervisión que se sustenta en la información sencilla, útil y oportuna que se obtiene desde el nivel local, y sirve para la toma de decisiones donde se requiere. La vigilancia de la calidad de la atención médica y la adecuación de las acciones comunitarias representa punto focal de la operación del Programa. Cada año en todos los niveles de cada Delegación del Instituto, se realiza una autoevaluación con la participación de todos los involucrados, lo que permite la objetiva valoración de los logros o de los obstáculos, y la modificación de estrategias y procedimientos de trabajo cuando se requiere. Es un ejercicio de autocrítica y de aprendizaje para el personal y la población.
El Modelo de Atención Integral a la Salud que aplica el Programa IMSS-COPLAMAR desde 1983, coincide con el aprobado por la Secretaría de Salud en 1985, se considera idóneo para responder a los problemas de salud predominantes entre la población “abierta”, y es factible de operar de acuerdo con las condiciones económicas del País. *Ficha técnica proporcionada por la Coordinación General del Programa IMSS-COPLAMAR, que sirve a guisa de introducción para la correspondiente entrevista con la Dra. Georgina Velásquez.
DRA. GEORGINA VELÁSQUEZ.
Enrique Aguirre. - Dra. Velásquez, conocemos la labor importantísima que el desarrollo del Programa IMSSCOPLAMAR ha tenido con respecto a la medicina tradicional mexicana, sobre todo a partir de la realización del Programa de interrelación entre ambas medicinas, sin embargo, deben existir algunos obstáculos o problemas que deben irse superando, y aquí voy a recurrir a su gran capacidad de autocrítica y a cobijarme bajo ella, recuerdo por ejemplo el caso con relación a la aceptación de las hojas de guayaba, que al parecer las normas establecidas no permitieron incluirlas en el Cuadro Básico Institucional, sería un problema intrínseco del propio sistema IMSS, que de alguna manera no permite una vinculación real, o si la permite ¿cuál sería el mecanismo? ¿Qué opina usted de todo esto? Georgina Velásquez. -Bueno, yo creo que hay dificultades y probablemente siempre las va a haber, pero tengo la esperanza que cada vez menos. Algo importante en relación con la guayaba y el gordolobo, en realidad no es tanto que las normas del IMSS no hayan permitido su implantación, se debe pensar que para industrializar algo, hay que hacerlo bien y prever los riesgos financieros y técnicos, sobre todo para atender a una población del tamaño de la del IMSS, ya no me refiero solamente a los solidariohabientes que son más de 10.000,000, sino me refiero a los casi 40 000,000 de derechohabientes. Para ello habría que hacer algo grande y en serio. No se temía por el hecho de que quedara en entredicho el prestigio del IMSS por utilizar la guayaba o el gordolobo, recuerdo mucho que la propia Dirección General estaba convencida de que esto se debería hacer. Insisto en esto, es como las artesanías, ¿no? que cuando ve una canasta bien hecha dice: bueno, hágame 1000 canastas, que las quiero para regalar en Navidad, y al final no le hacen ni 10 canastas, y no las hacen porque precisamente son hechas a mano y no podrían cubrir el pedido. E.A. –Recordando a Traven en “Canasta de Cuentos Mexicanos”. G.V. –Absolutamente ¿sí, se recuerda? Era necesario empezar a pensar ¿dónde vamos a guardar las hojas de guayaba? ¿Cómo las vamos a secar? ¿Cómo se van a procesar? ¿Cómo las vamos a empacar y en qué condiciones?; por eso la experiencia se limitó al área rural. Es decir, yo siento que en un momento dado, lo que faltó fue la capacidad instalada para tomar la decisión de lanzarnos a producir esto que tiene un prestigio a nivel nacional, y algunas plantas yo diría que a nivel mundial. Es fácil preguntarle a cualquier gente de cualquier nivel, y seguramente sabrá acerca del gordolobo, de la guayaba, del epazote, que es un antiparasitario; y si es una gente vieja, como yo, le va a decir que tuvo la experiencia de tomar ese vermífugo; porque cuando yo era pequeña, en los Centros de Salud se daba a los niños. Uno iba cada no sé cuándo, pero religiosamente le daban una cucharada de una cosa que sabía espantosa de aceite de epazote, y de veras no había lombrices, ahora se ha pedido esto, y tenemos que usar productos industrializados que a veces pueden tener efectos colaterales que desconocemos.
Creo que se ha venido modificando mucho la mentalidad de los dirigentes para poder aceptar que los productos herbolarios son reales, y que pueden ser usados. Hay que tener mucho cuidado para que no se mal interprete el interés de los investigadores y de las instituciones por la medicina tradicional. En un país como el nuestro que está en crisis económica, y que va a seguir en crisis por un tiempo más, podría pensarse que estamos recurriendo a la medicina tradicional porque no tenemos otros recursos, porque la mayoría son de importación, o porque nuestro dinero ya no alcanza. Debemos ser cuidadosos para que la gente no interprete que estamos siguiendo esa alternativa porque no nos queda otra; es decir, que lo más grave sería pensar que no nos queda otra... creo que para avanzar tendría que darse un acto casi revolucionario en el ámbito de las instituciones que están formando médicos, enfermeras y personal de salud. Es posible que ese sea el punto importante a donde debemos dirigir nuestras baterías, para que acudan a reuniones donde puedan escuchar a los que saben de esto, y los inteligentes lo analicen y que lo muestren a los estudiantes. Yo tengo información que se realizan seminarios o simposios, pero éstos en general no son obligatorios, y solamente acuden aquellos maestros y estudiantes a quienes les “medio interesa” el asunto. Lo importante sería que los contenidos de medicina tradicional pasen a formar parte de la formación de los médicos, no estoy muy esperanzada de que esto suceda pronto. Tal vez a este momento más importante sería que entendieran cómo se atiende la salud de la población ahora; que sepan de qué se trata la atención primaria a la salud, entonces, caería por su peso que comprendieran lo que se está haciendo, y por qué se considera la medicina tradicional como un importante recurso de salud. Como usted sabe, aún cuando estamos empeñados en hablar de atención primaria, unos dicen que es atención de primer nivel, otros creen que es atención de segunda, y otros que hay que hacer una organización específica para realizarla; casi nadie habla de que se trata de un cambio de enfoque, de una actitud, de una manera diferente de pensar y actuar. Algunos creen que es para los muy amolados, o creen que no tienen nada que ver con los cirujanos, o con la gente de tercer nivel, o que para nada se relaciona con el agua de consumo humano, o con la coordinación intersectorial. Por eso es que digo que casi tendría que haber una revolución en salud, para que cuando se hable en este enfoque se admita que las comunidades tienen valiosos recursos de salud que ocupan un importante lugar en su cultura, y que es indispensable reconocer su presencia y su influencia. Pienso que no es un camino fácil, pero en ese camino estamos trabajando todos. E.A. –Yo le podría comentar que en la ENEP-Zaragoza, en las carreras de enfermería y de medicina, ya están incluidas en los currículos de ambas carreras contenidos de la medicina tradicional mexicana, y este ejemplo concreta ya algo, sin embargo, no somos los únicos en el país que formamos recursos humanos para la salud. G.V. –Sí, eso lo sé, cada vez que participo en alguna reunión y menciono lo que hace la ENEP-Zaragoza, seguramente deben pensar que yo trabajo ahí, pero realmente es la única escuela que yo conozco donde sistemáticamente se está trabajando en este sentido. Ahora bien, yo no sé qué posibilidades hay de que esa experiencia, técnicamente válida, y que se realiza con gran valentía se convierta en algo así como una epidemia para las demás escuelas. Considero que debería haber un foro en donde las demás escuelas pudieran advertir
la seriedad y validez de este trabajo. Con todo y lo importante que resulta lo que hace la ENEP-Zaragoza, en tanto no trascienda a las otras universidades, no tendrá mucho efecto. Creo que debemos “cacarear más el huevo”. Con esto sucede como con otras cosas en medicina, recuerdo por ejemplo: hace algunos años en México, los que hacían salud pública eran un grupo cerrado, que hablaba en clave, sólo ellos se entendían, especialmente en lo que se refiere a estadísticas. Yo soy sanitarista y me tocó vivir esto. Ahora estamos en una etapa diferente en la que el sanitarista es asesor de un grupo, comparte sus conocimientos con ellos, los que no son médicos también hablan de tasas, investigación epidemiológica, frecuencias, de ir a las causas y no sólo apreciar los efectos, de identificar el impacto, etc.; es decir, que las cosas están mejor, pero es un proceso que se ha llevado veinte años. Sí, es verdad, hace veinte años hasta para hablar de una vacuna tenía que venir un experto a decirnos cómo era, qué provocaba, por qué se usaba, con qué frecuencia, etc. Muchos pediatras, hace veinte años eran enemigos de las vacunas. Los sanitaristas han logrado involucrar a otros. Las personas que están hablando de medicina tradicional en serio, como Lozoya, Zolla, ustedes, Balam, deben estar en más foros y hablar más de este asunto, todos son gente con gran respeto profesional, pero su ámbito y su número son todavía reducidos. E.A. –Somos los mismos en todas partes. G.V. –Nos volvemos a ver juntos. En la reunión que tuvimos el año pasado nos saludamos todos de beso y abrazo, porque somos los mismos los que estamos hablando de este asunto. Sí, se requiere mayor difusión. Está empezando a ocurrir un fenómeno muy interesante que ojalá pudiera extenderse un poco más, en algunos estados, tengo muy presente Chiapas, el gobernador del Estado tiene gran reconocimiento por la medicina tradicional, y habla de ella, ya es tiempo que un político trate este tema, le dé reconocimiento, porque entonces casi por imitación “prende” en algunas personas que lo rodean y se expande. A lo mejor no sólo los técnicos debemos hablar de esto, sino convencer a otros que también lo hagan. Otro ejemplo que me parece importante es el del Director General del IMSS que conoce bien de qué se trata, y no es insólito que en un discurso hable del respeto y del reconocimiento a la medicina tradicional, así como que ella debe entrar en el ámbito institucional. Esa es también una “punta de lanza” que tenemos, con la enorme ventaja de que el señor director no es médico, ni investigador en este campo; tampoco está “casado” con este grupo, pero tiene un rango de autoridad muy importante, y su voz es escuchada en foros donde otros probablemente no podemos llegar. Yo le veo esperanza a esto, creo que es importante que yo le diga que a pesar de lo que hemos hecho en el Programa, y lo que tenemos escrito a este momento, estamos empeñados en consolidarlo, en realidad la revolvencia del personal médico principalmente, nos obliga a estar con las “antenas paradas”, para que ninguno ingrese al Programa desconociendo nuestros planteamientos en relación con la medicina tradicional. Resultaría muy lamentable que después de este trabajo de paciencia y constancia, de pronto llegue alguien que desconozca la historia y rompa con algo que tenemos 6 ó 7 años de estar cuidando con mucho celo. Es por ello, que en los cursos de inducción al puesto, en la documentación escrita que enviamos periódicamente, y en las reuniones mensuales insistimos sobre lo mismo. Como usted sabe, hemos realizado reuniones específicas con los médicos tradicionales que llamamos “encuentros”, en donde con una agenda simple, muy laxa, conversamos acerca de nuestra experiencia e intercambiamos información; los resultados han sido formidables.
Alguna vez tratamos de hacer la agenda desde aquí, y como usted se imagina no funcionó. En efecto, no se puede tener una agenda rígida, pero si se trata de establecer una buena relación, entonces parece ser que las agendas que ellos proponen como muchas cosas más que propone el personal de la operación, funcionan mejor, de manera que los terapeutas tradicionales nos cuentan de su quehacer, y nos permiten acercarnos más. Estos son algunos de los aspectos que consideramos que no debemos descuidar en los próximos años, sobre todo ahora que estamos creciendo en forma importante. Estamos actualmente en una etapa de construcción de nuevas unidades, para ampliar la cobertura del Programa, y queremos iniciar las acciones aprovechando la experiencia acumulada. Otra cosa que creo, es que ya teniendo este universo así... conocido, nos debe obligar a todos a pensar con humildad que tenemos mucho que decirles a los terapeutas tradicionales, es decir, habilitarlos para que ellos manejen las cosas que hacen, con mucho mejor resultado, por ejemplo: ellos están usando lo que se refiere a la hidratación oral, sin llamarle así, pero mucho de lo que identifican como mal de ojo, aire, y qué sé yo... se refiere a gente deshidratada, es decir que lo que requiere es hidratarse. La población toma las hierbas en infusión, entonces no nos ha costado mucho trabajo introducir azúcar y sal a esa infusión, y conseguir buenos resultados. Se aprecia en las estadísticas lo que está pasando con los menores de 5 años que se deshidratan ahora en menor número, y cada día utilizan más la hidratación oral, quiere decir que podríamos todavía intercambiar muchas experiencias más, para que ellos incorporen a su práctica, lo que les convenga y sean más efectivos en el cuidado de la salud de su gente. Usted sabe del problema de la dispersión poblaciones, la dificultad de acceso por la falta de caminos, a pesar de que actualmente se están haciendo más, todavía no son los suficientes; esto hace que en muchas localidades no podamos instalar un servicio permanente, además, desde el punto de vista práctico y económico, no podríamos poner un servicio de salud permanente con un médico donde hay 150 personas, entonces, un propósito nuestro a corto plazo es... trabajar más con los terapeutas tradicionales, darles cada día más información acerca de cómo estamos aplicando el modelo de atención integral y lograr su participación como Asistentes Rurales de Salud, por ejemplo. Tenemos experiencia en este sentido en algunas zonas, de esta manera, ampliarían su radio de acción con la gran ventaja para nosotros de que ellos ya tienen prestigio, de que curan, recomiendan, aconsejan y actúan como ejemplo para su comunidad en la atención de salud, ya lo tenían desde antes, casi es un reto el que nosotros les ofrecemos y ellos admiten con gusto. Los Asistentes Rurales de Salud no son trabajadores de planta del Programa, son personas que reciben una capacitación regularmente; se les dota de 10 medicamentos adicionales a los que ellos ya usan, y se les da alguna cantidad de dinero simbólica para sus pasajes, y para que puedan acudir a las reuniones que hacemos con frecuencia, que no son exactamente reuniones de capacitación, sino de intercambio de experiencias y acercamiento.
Esta experiencia ya la
tenemos en algunos estados, creemos que lo podemos hacer mucho mejor en los 2 próximos años, para lograr el aumento de cobertura y estar más seguros de lo que hacemos.
Hay otros personajes de las comunidades que podrían capacitarse, pero donde encontramos que hay un terapeuta interesado, él es nuestro mejor candidato para que se capacite y pueda desempeñarse como asistente. Nunca van a dejar de llamarles hueseros, hierberos... eso no importa, pero ellos se enriquecen con otra información que nosotros les podemos dar y nosotros aprendemos cosas nuevas de ellos. E.A. –Dentro de la experiencia de la descentralización del Programa IMSS-COPLAMAR a catorce estados, qué nos puede comentar, se dice que en donde ha sucedido este fenómeno ha habido un abatimiento del sistema, comparativamente hablando en relación con el resto de la república donde todavía se mantiene el Programa IMSS-COPLAMAR. G.V. –Sí, es real, pero no hay que buscarle una segunda intención en el sentido de que a los que actualmente dirigen los servicios “no les gusta” la medicina tradicional. Lo que pasa es que se ha perdido la relación que teníamos establecida con la comunidad, y los terapeutas tradicionales forman parte de las comunidades. Por ejemplo: se ha perdido la relación que teníamos con las Promotoras Voluntarias que usted conoce; nosotros pretendíamos llegar a tener una por cada 10 familias, actualmente en los estados donde aún trabajamos, tenemos una por cada 25, y parece que es difícil mejorar este indicador. Del número de Promotoras Voluntarias que trabajan en los 14 estados descentralizados, es posible que hoy exista sólo un 5% de las que había hace 4 ó 5 años, cuando operábamos los servicios. También los comités de salud, que son grupos capacitados, muy activos, que funcionan como apoyo y gestoría de las comunidades, se han perdido en la mayoría de los estados. En el territorio de la participación comunitaria antes mencionada, también se ha deteriorado la relación con los médicos tradicionales. El único grupo que se ha mantenido es el de las parteras rurales. Ellas han continuado el trabajo que por razones culturales e históricas han venido realizando en las comunidades rurales. Lo que en realidad sucede es que aún cuando existe un solo Modelo de Atención Integral a la Salud de la Población Abierta, que es el mismo que opera el Programa IMSS-COPLAMAR, su aplicación en los estados descentralizados aún se encuentra en una etapa inicial, porque primero se está dando la organización de los servicios. Aunque se habla mucho de participación comunitaria, desde mi punto de vista, ésta todavía se encuentra en documentos y en el discurso, y se considera como tal el hecho de que la comunidad acepte los servicios. De acuerdo con nuestra conceptualización, la participación de la comunidad va mucho más allá, y significa que ésta se involucre en un proceso reflexivo con el personal de salud para identificar sus problemas, planear, ejecutar y evaluar el resultado de las acciones individuales o conjuntas. Significa un proceso de aprendizaje mutuo, y se trata de adquirir un compromiso para modificar las condiciones existentes. Estamos hablando en realidad de un evento democrático en el que todos tienen que aportar, y no donde unos mandan y otros obedecen. Únicamente de esta manera podremos hablar de participación comunitaria, y de que las propias poblaciones están contribuyendo a su bienestar.
En mi opinión, los servicios en los estados descentralizados permitieron que se apagara un esfuerzo que iba encaminado al objetivo antes mencionado. Es posible que el trabajo que había avanzado IMSS-COPLAMAR no resultó suficiente, todavía no tenía raíces fuertes. Hubo algunos casos donde la población demandó seguir participando, por ejemplo: en la Montaña de Guerrero, donde los comités de salud y las promotoras voluntarias ocuparon un día un hospital y exigieron que les fueran a explicar qué pasaba, cómo iban a seguir las cosas, y si siempre los iban a seguir tomando en cuenta, o si iba a ser de otra manera. Fue un movimiento muy interesante, pacífico pero muy enérgico, porque hizo que la gente del nivel estatal viajara a la montaña y les explicara que se iban a mantener las relaciones de antes y que no cambiarán los estilos de trabajo. En otros lugares las voluntarias reclamaban por qué ya no les aceptaban a las parturientas que llevaban al hospital o atendían en consulta externa a las mujeres que ellas calificaban como embarazo de alto riesgo. Sin embargo, este reclamo no fue uniforme, ni lo suficientemente fuerte para que las comunidades sugieran teniendo presencia en los servicios descentralizados. E.A. –Se dice que en el momento actual la capacidad instalada del Programa IMSS-COPLAMAR ha rebasado la capacidad de los recursos humanos con que puede contar, hay casos en donde la unidad médica rural no tiene al pasante en servicio social, y entonces se tiene que recurrir a la contratación de médicos recién egresados, ¿cómo lo ve usted? G.V. –Lo veo como un problema muy serio, pero también creo que hay algunas posibilidades para solucionarlo. En efecto, por un lado el número de egresados de las escuelas de medicina ha disminuido en los últimos 5 años, pero a pesar de ello, si uno hace cuentas muy planas, y compara el número de egresados con el de unidades médicas de campo, no únicamente las de IMSS-COPLAMAR, sino también las de la Secretaría de Salud, los pasantes alcanzarían para cubrirlas todas, e incluso habría un sobrante. Lo que pasa es que la legislación actual es flexible, y les permite a los pasantes irse a donde ellos quieran. También hay un grupo interinstitucional creado en 1983, con el propósito de normar el servicio social de los pasantes de medicina que se proponía ubicarlos donde más se necesiten. El propósito de dicho grupo era establecer áreas prioritarias, que desde luego, deberían ser las de más alta marginación, adonde precisamente no quieren ir otros profesionales. El grupo también se supone que debería impedir que los pasantes se quedaran realizando actividades de docencia e investigación, o que se ubicaran en hospitales de tercer nivel o privados. Lo anterior, no se ha consolidado, lo que ocurre es que los pasantes seleccionan lo que más les conviene, y si pensamos en la formación que traen las universidades, les horroriza ir al campo, y en caso de hacerlo, seleccionan lugares cercanos al Distrito Federal, o a orilla de carretera. Hay otro factor que a nosotros nos perjudica, y es que aún cuando les damos la misma asignación de dinero en “beca”, que les dan el resto de las instituciones, les exigimos que trabajen más, con más controles, y con un enfoque de salud y no de enfermedad. Los que hacen su servicio social dentro del Programa no pueden poner “consultorio” o vender medicinas, esto está prohibido, y lo controlamos con mucho cuidado. La situación anterior es real, por eso lo digo con mucha apertura; desde luego este es mi punto de vista
personal, con el que muchos posiblemente discrepan. No creo que estemos pidiendo nada extraordinario, son jóvenes recién egresados, con ímpetus, que merecen conocer la realidad social de su país, e iniciar su práctica profesional con los mexicanos en mayor desventaja social y económica. La falta de legislación hace que los pasantes no alcancen para cubrir las unidades médicas rurales del Programa; por otra parte, a veces las mismas universidades le reportan a la Secretaría de Salud un menor número de egresados, porque algunos se quedan haciendo trabajos de investigación o docencia en las universidades. Algunas veces hasta el 27% de las unidades de algún estado no tienen médicos pasantes, por ejemplo: Chiapas, donde además de la dificultad de acceso a las comunidades, la “producción” de médicos en el estado es muy baja, es decir, no alcanza para el consumo local. No ocurre lo mismo en Veracruz, que exporta pasantes, pero en Chiapas los puros chiapanecos egresados de medicina no alcanzan para cubrir la demanda, y todavía algunos emigran. El gobernador de Chiapas ha encontrado mecanismos legales para que los que estudian medicina en el estado, se queden a hacer su servicio social en el mismo, porque antes se iban de “gitanos” a Chihuahua o a Campeche. Lo que ocurre es que al tener un número muy importante de unidades médicas desocupadas, contratamos médicos graduados con un sueldo que es obviamente mayor que el de los pasantes; lo primero que algunos ven en esta situación es que aumentan los costos de operación del Programa, pero esto no es lo más importante, lo importante es que a este médico hay que darle una más profunda inducción al puesto, asesorarlo, supervisarlo y motivarlo para que se interese en este trabajo. Él, generalmente entra al Programa porque no se pudo ir a otro lado, aspiraba a ser residente, vivir en una ciudad grande, hacer una especialidad, y si no tiene otra opción, entra al IMSS-COPLAMAR; por supuesto no todos son así, y hay muchos que en el primer año en el Programa se enamoran del trabajo y repiten, ascienden, y más tarde se convierten en supervisores de zona o supervisores delegacionales, y contribuyen muy profesionalmente a consolidar el trabajo que hacemos. Los graduados que contratamos sustituyen pasantes, cuando éstos no se presentan, y cubren los períodos vacaciones de esto o de otros médicos. Lo que complica más la situación, es que ya empiezan a escasear los médicos graduados. En este sentido estamos revisando nuevamente cada estado, junto con el personal local, para que en algunas unidades médicas en las que la población es menor de 500 habitantes, que tienen difíciles condiciones de acceso, y donde los servicios básicos como agua, drenaje, energía eléctrica, etc., no existen, se conviertan en unidades médicas auxiliares, donde en lugar del médico o el pasante, tendremos un técnico rural de salud, egresado de CONALEP, a quien le damos un curso de dos semanas de inducción al puesto. Es posible que este personal se adapte a la situación que estamos proponiendo, que atienda adecuadamente la patología más frecuente, y que pueda aplicar bien el modelo de atención integral a la salud.
Otra posibilidad para resolver esta situación, es capacitar auxiliares de área médica, que tengan aceptación en su comunidad, y que quieran llevar un curso de tres meses para convertirse en técnicos rurales de salud. Esta opción requiere esfuerzo y dinero, pero puede resultar la adecuada para tener personal que no se vaya de las comunidades. De manera que tenemos varias opciones: una es confiar que la legislación avance; otra, contratar a los técnicos rurales de salud de CONALEP; y la tercera, capacitarlos dentro del Programa, como lo mencioné antes. Algún experto nos propondría otra solución, que a mí personalmente no me gusta, se trata del médico itinerante que puede cubrir hasta cuatro unidades rotativamente. E.A. –Pero éstos no se identificarían plenamente con las comunidades. G.V. –Jamás. E.A. –No se produce un arraigo con su gente, con la población en sí. G.V.
–Usted lo ha dicho, si, lo que estamos tratando es que este personaje conviva, comparta con la
comunidad y avance junto con ella, la entienda, se identifique, y la población lo identifique como propio; hacer visitas cada semana no tendría sentido, no podría darse el proceso que deseamos. Nosotros ya tenemos esa experiencia con los médicos que llamamos cubre-vacaciones, y de los que hablé antes. Ellos permanecen dos semanas en las unidades para que éstas no se queden sin médico. Bueno, ellos hacen muchas cosas útiles, llegan con un “ojo nuevo”, arreglan los escritorios, platican con la gente, identifican desviaciones, etc., pero dos semanas no sirven para identificarse con la población. A veces yo los veo como las gentes menos gratificadas del Programa, nunca saben en que terminó lo que ellos iniciaron; los otros sí obtienen el disfrute del avance de lo que inician, están orgullosos de que pusieron algo suyo en el proceso. Por lo anterior, yo pienso que lo de médicos itinerantes no tiene muchas ventajas. Por otra parte, se pueden volver tan itinerantes que nunca sepamos donde están, no es que sea desconfiada, pero no me gusta la idea de tanta movilidad. Esto me recuerda a los consultorios rodantes que llegan un día, sacan muelas, tratan a los pacientes de diarrea, etc., pero no pasa nada, no es trascendente para la población. E.A. –Y va en contra de la estrategia de atención primaria, porque verían nada más aspectos curativos, no están atendiendo el riesgo que ... G.V.
–Definitivamente, sólo el episodio de enfermedad, y no establecerían relaciones duraderas con la
comunidad, por eso yo creo que ésta no es la solución. Ahora bien, yo considero que todavía vamos a tener un problema que precisamente ayer comentábamos en el Comité de Operación del Programa, y es la aceptación por parte de la gente de personal comunitario que sustituya a los médicos. En el “Comité de Operación” del
Programa, están presentes algunos Subsecretarios de Estado, y acuden las Organizaciones Indígenas y Campesinas. Es un Comité muy importante que se interesa y trabaja en apoyo al Programa. En relación con este asunto, le pedimos a las Organizaciones Campesinas e Indígenas que empiecen a explicarle a su gente lo que es un técnico rural de salud, cuál es nuestro compromiso, y por qué este personaje puede ser efectivo y tan eficiente como un médico, y contribuir a la solución de los problemas de salud de las comunidades. E.A. –O más. G.V. –O más, porque las comunidades todavía dicen, “yo quiero un médico de bata que traiga su agüilita, y que a lo mejor me lo manden del Centro Médico”. Ahora, es la población la que tiene que entender que no es posible seguir así; y le cuento una cosa muy rápidamente, y es que los gobiernos de los estados ya empiezan a tomar parte de este asunto, porque todavía hace unos meses, el reclamo sólo era de allá para acá: “oiga, tienen muchas unidades sin médico”, como si fuera descuido o incapacidad nuestra, o no, no es así, hemos trabajado mucho estos últimos meses diciéndoles a ellos, con cifras concretas, de sus estados, y los estados aledaños, qué es lo que está pasando con este personal, y ya han empezado a mostrar su interés. Vuelvo a Chiapas, porque es un estado difícil, y porque estamos trabajando mucho con ellos. El gobernador de Chiapas hizo un discurso, y les decía a la gente, a los chiapanecos, “los médicos del país están cumpliendo con su quehacer, vámonos convirtiendo en mejores anfitriones para ellos”, y luego les explicó qué quería decir con lo de ser mejores anfitriones. Vaya, yo creo que para una persona urbana, tres veces urbana, al ir a trabajar en una comunidad de mil personas, le van a hacer falta muchas cosas que algunos califican como superfluas, pero él –el urbano- las necesita. En realidad, lo que necesita es que lo apapachen un poco la comunidad, que algún día alguien lo invite a comer, y que otro se preocupe si le pasa algo, que no sean hospitales, que no “le carguen la mano” al médico. La comunidad, aparte de la participación de que y hemos hablado, también tiene que tratarlo como uno más; que cuando haya un bautizo lo inviten, y que cuando haya una boda también, que sepan si algún día le duele algo, o está triste, y yo que sé, que lo vean como una persona más de la comunidad. Si son solidarios entre sí, por qué no lo van a ser con el médico, por supuesto, también el médico va a tener que dejarse querer, porque los hay de todos, ¿no?, habrá alguno que dice: “atrás de la raya que estoy trabajando”, pero creo que también ha faltado que algunas comunidades sean buenas anfitrionas con los profesionistas. Que no vean al médico como una gente extraña; por ejemplo: para lavarle la ropa al doctor pienso que sí, alguna persona de la comunidad vive de lavar ropa, pues le debe de cobrar, lo que no debe hacer es cobrarle más porque es doctor, sólo porque piensa que gana más, o porque no es de ahí, ¿no?
Estamos buscando que los estados también hagan alguna cosa para ser mejores anfitriones con los médicos, que a veces ni siquiera son del propio estado, y que llegan a servirles con mucho cariño, con calor, con entrega. Sí, es un problema lo de los pasantes, le veo algunas soluciones para que la situación sea menos grave en el ´90. Por ejemplo: la capacitación de gentes del lugar, en realidad creo que puede resultar un tanto difícil que las comunidades admitan a otros personajes, creo que es un trabajo todavía más lento. E.A. –Todo esto tiene mucho que ver con la perspectiva del Programa. G.V. –Claro, claro, en el Programa Nacional de Solidaridad se habla mucho de aumentar la cobertura en forma importante. El Presidente dijo un discurso acerca de Salud, que yo hubiera querido que otra gente lo dijera antes, él habló de salud y de que la gente no puede estar saludable si no se nutre bien, si no tiene agua, ni siquiera dijo agua potable, si no tienen sistemas en los que se vayan las aguas negras, y depositen bien la basura, escuchar esto en boca de quien dirige el país, ¡vaya!, eso es muy importante, y quiere aumentar la cobertura y está oyendo a la población, y se están aportando recursos financieros con más agilidad. Ahora lo importante es que, los que estamos a cargo de estos asuntos, hagamos un estudio muy puntual de dónde se requiere, no caigamos en la euforia tonta y absurda de empezar a duplicar recursos, las comunidades piden, pero los recursos se otorgan con base en un análisis cuidadoso. Ya no podemos permitir que la gente se pelee porque detrás de aquél río están los enemigos, y yo quiero mi clínica allá y otra acá; la gente tiene que aprender que eso ya pasó de moda, ¿sí?, y que una clínica sirve para los rojos, para los verdes, para los amarillos; nosotros tenemos un estudio de gabinete que nos resultó muy útil, y cuando nos dijeron: “les vamos a dar dinero para que crezcan”, pudimos hacer una lista de 328 unidades, en donde estábamos seguros, desde aquí, que no tenían otra unidad médica, que la más cercana les quedaba a más de una hora de distancia, de su número de habitantes, etc., y lo pusimos a consideración de los Estados. Empezamos a construir en julio, y ya tenemos construidas más de cincuenta unidades; para fines de diciembre estarán operando todas. El noventa, va a ser un año de gran crecimiento, el gobernador de Veracruz dice que quiere construir 100 más, yo estoy empeñada en identificar 100 lugares en Veracruz, donde se necesiten, es decir, que verdaderamente se justifiquen. Casi yo le ruego a él que diga cuánta población más de su estado va a incorporar a un sistema permanente de servicios, para que el número y ubicación de las unidades sean congruentes con las necesidades de la gente y las políticas. Sobre todo para no crear expectativas entre los pobladores, y que después no podamos cumplir. Cuando las poblaciones piden, contrastamos las solicitudes contra el estudio que tenemos, y luego hacemos una investigación de campo, y muchísimas de las peticiones se justifican. El problema es que simultáneamente al crecimiento de las instalaciones, debemos tener el personal y el número requerido de médicos. Nuestra preocupación, por supuesto, no tiene que ver con las auxiliares de área médica, hay muchísimas propuestas de jóvenes que quieren ser auxiliares, a pesar de que cada vez somos más rigurosos en su
selección, porque tenemos más experiencia; cuando se presenta la deserción o apatía, es que no nos ceñimos desde el inicio a una selección cuidadosa; en este sentido, somos muy puntuales, no recibimos a la hija del primo, del tío, del ejidatario, por este hecho, sino solamente cuando ella es la que reúne las características necesarias; entonces adelante; cada día mejoramos las reglas para asegurarnos de la permanencia de esta gente, de su capacidad, etc. El ejemplo de que las cosas no van tan mal, es que no hemos tenido ninguna situación en que las auxiliares de área médica de las comunidades se hayan convertido en enemigas de sus propias comunidades. Corríamos este riesgo al inicio, porque al darles otra investidura, un salario, y tener un conocimiento superior al de su grupo, se volvieran petulantes, y eso no se ha dado; quiere decir que no es tan malo el ejercicio. Creo, sin embargo, que como todo, deberá tener un límite el crecimiento de las unidades. Estamos muy preocupados de que ahora que hay recursos, los hospitales de segundo nivel como los que usted conoce, por ejemplo: se ubiquen realmente donde deban, y las zonas (grupo de unidades médicas rurales), correspondan en realidad a zonas que se respeten, es decir, que realmente los hospitales les sirvan como apoyo de segundo nivel a un número de unidades y comunidades, esto para no empezar a poner hospitales que dentro de dos años sólo se hayan construido, y nunca se habiten, eso ocasionaría un desperdicio de recursos lamentable. La calidad de la atención de los hospitales se sostiene porque los residentes de medicina familiar en su último año, son los médicos que dan la consulta externa, y porque tenemos residentes también de último año de las cuatro especialidades básicas que rotan cada cuatro meses. En este caso, no nos preocupa la rotación, porque como son gente de hospital no es difícil que dentro del hospital se comporten bien, nuestro problema está en que al empezar a disminuir el número de egresados no tuviéramos la capacidad de cubrir todos los hospitales con cirujano, pediatra, internista y gineco-obstétra. En algunos lados, nos ha empezado a ocurrir esta situación, y hemos tenido la grandísima fortuna de que algún médico que ya terminó su especialidad aceptó una contratación con nosotros; esto es, así como lo insólito, este médico ya nos conoce, ya sabe dónde está el hospital, y se contrata con nosotros, durante esto no es lo más frecuente desde luego y la falta de especialistas podría ser un problema en el futuro. E.A. –Habría que inventar alguna otra categoría como los técnicos. G.V. –Ya la inventamos, la tuvimos que inventar en el profesiograma y en el tabulador para poder tener a estos personajes. Claro, el día que dejemos los hospitales sin especialistas serían nada más un lugar lleno de camas y pacientes, sin una atención de calidad. Bueno, en el futuro, podríamos echar mano de los residentes de otras instituciones, si este “grupo interinstitucional” que le comenté antes, normara algo en relación con este asunto. Es su obligación, de manera que los que se estén preparando en las residencias de cualquier área del sistema nacional de salud, tuvieran
también la obligación de rotar los hospitales en áreas rurales, entonces tendríamos para “dar y regalar”. E.A. –No existe todavía una reglamentación. G.V. –No, están yendo exclusivamente las gentes que se están capacitando en el IMSS, y esa es una seria limitación. E.A. –Además de los médicos familiares. G.V. –Que también son los que capacita el IMSS. Creo que necesitamos que los médicos que se preparan en el Hospital General o en el de la Nutrición, o en el de Cardiología, o yo que sé, también se vieran involucrados en este servio, ¿sí? Les haría bien a los hospitales y les haría más bien, todavía, a los médicos si conocieran lo que está ocurriendo en su país, en lugar de que al salir de residentes pasen de inmediato a ocupar la jefatura de un piso de un gran hospital. E.A. –Estos son los grandes retos a superar, ¿hay algún otro que se nos escape? G.V. –No creo, no, no creo. Hay uno que tiene que ver con los que hablan de lo financiero, dicen que la buena voluntad, la disposición y la voluntad política se debe demostrar en lo financiero, pero yo creo que esto se está empezando a aclarar. El día que veamos que el dinero, los recursos, se usan para el primer nivel de atención, y se usa un tanto para el segundo, y que lo que se destina par la “sofisticación” es cada vez menor, probablemente entonces estemos en un mejor camino. Ahora se empieza a respetar la atención del primer nivel, y ello va paralelo a los recursos financieros que se otorgan. Es posible que en un plazo mediano empecemos a ver ese cambio, porque no es lógico que se diga: el 85% de la patología se resuelve en el primer nivel, y que cuando se observa el presupuesto, resulta que dicho nivel tiene el 15% o menos de los recursos. Yo creo que vamos a empezar a ver un cambio en lo que está ocurriendo en el País, no sólo en IMSSCOPLAMAR, sino en cualquier ámbito. E.A. –Sobre todo que de alguna manera se ha procurado por la continuidad de lo que se está haciendo, un ejemplo es su permanencia en la Coordinación General, que a mí en lo personal se me hace muy acertada, y que yo creo que esto le abre muchas posibilidades al Programa IMSS-COPLAMAR, y se une a la voluntad política, financiera, etc. G.V. –Bueno, usted es muy generoso, pero en realidad creo que sí tiene que ver, mire, en lo que se refiere a la continuidad y el seguimiento, casi son palabras mágicas; debe dar mucha tentación llegar a un lugar y no ponerle otro estilo. En el Instituto ocurre menos que en otros lados, ocurre un poco menos, como para que las cosas sigan y en ello estamos muy atentos, yo en lo particular. Tratamos de mantener, hasta donde sea humanamente posible, ese sentido de autocrítica de que usted hablaba, para que todos los días amanezcamos pensando en que no todo está hecho, y que lo que estamos haciendo no es exactamente lo mejor del mundo,
sino que debe haber algunas otras opciones; que debemos principalmente analizar y escuchar a los que están trabajando en la operación y están muy atentos a lo que ocurre afuera, para hacer cambios y no “solazarnos” en que todo lo que hacemos está bien. Esto es muy importante, sobre todo, ¿sabe qué? nos alienta mucho, sobre todo a mí, el hecho de que tenemos frente a nosotros al régimen ordinario del IMSS, con un estilo de quehacer muy diferente al nuestro, y que con frecuencia hacemos comparaciones, en realidad las hacen ellos y no nos vemos. Hay cosas que nosotros hemos simplificado y que ellos podrían simplificar. No podemos ser dos institutos tan diferentes; tal vez por el movimiento de fomento a la salud de los trabajadores dentro del IMSS del régimen ordinario, es un reflejo de lo que está haciendo IMSS-COPLAMAR, en donde también los derechohabientes pueden participar, capacitarse, cuidar su salud, mejorar su casa, organizar comités, etc., ¿Usted conoce ese movimiento? es muy importante. E.A. –Lo conocí cuando empezó, no sé las consecuencias que haya tenido a la fecha. G.V. –Ha mejorado, una cosa que no habíamos hecho, y es trascendente, es comenzar por casa, uno no puede comenzar con el enorme número de derechohabientes, si no hacemos autocuidado de la salud dentro del Instituto con los trabajadores. Cómo se va a concebir qué trabajadoras del IMSS resulten con un cáncer cérvico-uterino, y se mueran, y estamos pidiendo a los derechohabientes que se hagan un examen cada año; ¡es lógico! Se está empezando a trabajar mucho con los propios trabajadores, ellos a su vez se van a volver agentes de cambio, el avance no es homogéneo, en algunos estados es francamente importante lo que está ocurriendo en fomento a la salud. El mayor número de incapacidades y de gente accidentada dentro de su trabajo resultan ser trabajadores del IMSS, eso es imposible, van incluso a modificar cosas, algunas escaleras parecían hechas para que uno se cayera; accidentes de trabajo ocasionados por condiciones desfavorables dentro del propio IMSS, ¿cómo es posible?¿, ¿Cómo íbamos a darles indicaciones en algunas fábricas respecto a pisos antiderrapantes, que usen botas, etc., si nosotros teníamos un problema serio adentro? Este es un esfuerzo muy importante, y creo que va a tener buenos resultados, sí tiene que ver la continuidad, necesitamos críticos de fuera que nos digan cosas; casi siempre estamos en foros en donde nos presentamos y nos critican. Hemos tratado de no engolosinarnos, porque tenemos muchos visitantes de nivel internacional que vienen a ver el modelo, y estamos atentos para no presentar un modelo estereotipado que casi lo recitemos, sino que al revés, prestamos atención a la crítica.
La mayoría duda mucho de que lo que decimos respecto a la
participación comunitaria sea real, es de lo que más dudan; no dudan que tengamos hospitales en buenas condiciones de mantenimiento, de que el abasto sea el correcto, que la supervisión y asesoría también, la capacitación, etc., con todo lo difícil que es todo esto, pero cuando hablamos de la participación de la gente, como que lo escuchan dubitativos, lo que hacemos con los internacionales es que les platicamos como dos horas, y luego los llevamos al campo, donde se dan los hechos, para que vean por sí mismos si es cierto lo que decimos; hablan con los miembros de los comités de salud, las promotoras, las parteras, los médicos tradicionales, y al final se forman un juicio más cercano a la realidad, porque esto es nuestro empeño, el que toda la gente participe.
E.A. –Para concluir, le comparto una reflexión propia, como un pensamiento en voz alta; coincidimos en la necesidad de dar una mayor difusión a estos contenidos, estas experiencias que cada cual en su respectivo ámbito de responsabilidad hemos desarrollado, sin embargo, me parece que haber pasado un año sin un intercambio, algún contacto, es mucho. No nos podemos permitir ese lujo, deberíamos tener más formalizado el diálogo, el intercambio con más frecuencia, para que no se quede nada más en nosotros como personas, sino que trascienda a los grupos que están con nosotros, y a otros grupos que comparten nuestras metas. Yo sería de la idea de que buscáramos mecanismos que le dieran una mayor articulación a nuestro quehacer. Tendremos oportunidad de escucharnos en noviembre y enero, pero no se debe quedar en una ponencia o mesa redonda nada más. Proponga que nos vinculemos en serio. G.V. –Sí, vamos a ser más imaginativos para ver cómo podemos estar ligados más estrechamente, yo coincido completamente. E.A. –Con la experiencia que se tiene de campo, se nutrirían mucho los programas, los planes de estudio, para hacerles las adecuaciones necesarias, no podemos quedarnos en nuestras torres de marfil ajenos al exterior. G.V. –Yo le tengo mucho respeto a lo que ustedes han venido haciendo, lo manejo en algunos foros donde tengo oportunidad de hablar, pero es poco, creo que debemos formalizar esta relación, y a lo mejor empezar a involucrar a otros. E.A. –Ser nosotros la “punta de lanza” para que converjan los interesados. G.V. –Seamos una “punta de lanza”, usemos el prestigio que tiene su Institución y usemos el que tiene la nuestra para que nos convirtamos en los que movamos esto. E.A. –En un trabajo serio y comprometido. G.V. –Sí, y que debe tener un seguimiento, que no seamos sólo de congreso, de coloquio como el de hace un año. Le voy a pedir al Dr. Ángel Flores Alvarado que piense junto conmigo y con su gente, cuál sería la forma en que podríamos mantener esta relación, pensando en difusión, en involucrar a otros y en que los funcionarios de niveles altos empiecen a hablar este lenguaje.
Necesitamos que los de arriba escuchen y hablen de
atención primaria de salud, de medicina tradicional, de prácticas médicas populares, de salud, con un enfoque realista que involucre a la población.
LIC. CARLOS ZOLLA.
Enrique Aguirre
-Lic. Zolla, podría referirnos lo que para usted debe contener la metodología para la
sistematización de los estudios de la Medicina Tradicional Mexicana, así como para la identificación de las bases teóricas-conceptuales de las mismas. Carlos Zolla. -En el caso particular de México, el aporte de la antropología en la investigación de los sistemas de creencias, conceptos y prácticas tradicionales relativas a la salud y la enfermedad, es decisivo. Es, sin duda, la disciplina que tiene los antecedentes más antiguos en la recuperación de este conocimiento. Pienso en trabajos como “Programas de Salud en la Situación Intercultural” de Aguirre Beltrán, y que apuntan a la vinculación entre la medicina tradicional y el resto de los modelos dentro del sistema de salud; sin embargo, en lo particular, pienso que la antropología, que si bien hizo una gran labor de rescate de toda esa información, se concentró fundamentalmente en la medicina tradicional como una manifestación de la cultura antes que en su consideración como un recurso terapéutico. Desde el punto de vista metodológico, hay que considerar tres o cuatro aspectos fundamentales que tienen que ver con el recurso humano de la medicina tradicional, con la investigación de las causas de demanda de atención de la medicina tradicional, con los recursos terapéuticos, y con un cuarto tema: la vinculación de la medicina tradicional, y el resto de los modelos de atención a la salud. Nosotros los reconocemos como medicina académica, medicina tradicional y medicina doméstica; autores como Menéndez hablan de modelo médico hegemónico, modelo alternativo subordinado y modelo de autoatención. Otro tema importante, al analizar esto, es ver trayectorias de los pacientes y las síntesis que, en definitiva, hacen las poblaciones, más allá de que existan acuerdos entre los terapeutas de uno y otro modelo. Una misma población puede deambular por la medicina doméstica, por la medicina tradicional, y por la medicina académica, y para mí es una preocupación saber qué es lo que piensa, cómo ordena sus datos, y en función de qué criterios discrimina este usuario, a qué servicio va a concurrir, bajo qué circunstancias demandará el servicio. El otro señalamiento que yo haría con respecto a los métodos a emplear en el estudio de la medicina tradicional, es el que necesariamente el objeto obliga a un abordaje multidisciplinario. Creo que quizá, como en cualquier modelo de salud, aquí tenemos implicados elementos históricos, antropológicos, fisiológicos, farmacológicos, químicos o fitoquímicos, médicos, en el sentido estricto de la práctica médica, económica, y que todo este conjunto es el que en definitiva nos va a permitir no privilegiar un solo enfoque, complementar los puntos de vista y por decir así, generar un modelo de sistematización de la información que tenga tantas artistas como lo tiene el mismo fenómeno. Eso con respecto al abordaje disciplinario. Esta colaboración multidisciplinaria no se limita o no se debería limitar a que cada una de las ciencias o disciplinas que participan simplemente hagan su parte. En la vinculación de unas y otras se van a producir modificaciones, se va a producir la aparición de nuevos objetos de conocimiento y de nuevas herramientas conceptuales para dar cuenta del fenómeno. ¿A qué me refiero con esta modificación en los enfoques que creo
necesariamente son consecuencia del contacto entre las disciplinas? En lo particular, creo que la fisiología o la clínica o la epidemiología, por un lado; la antropología, la biología o la historia, por otro, “tal como están”, por decirlo así, entre comillas, no pueden dar cuenta de ciertos fenómenos si no elaboran nuevos criterios y nuevas herramientas metodológicas. E.A. ¿Podría abundar más respecto al riesgo de caer en un reduccionismo de tipo académico, cuando se tratan de explicar algunos fenómenos de la medicina tradicional? C.Z. –Le daré un ejemplo: un investigador de etnobotánica muy importante como lo es Richard Evans Schultes, escribió alguna vez que los dioses que están presentes en las plantas psicotrópicas, son principios activos que tienen efectos biodinámicos; esto es un ejemplo de reducción. No estoy diciendo que esos principios activos no sean activos, no estoy diciendo que el consumidor de esta planta psicotrópica no tenga una experiencia a veces inédita para él, cuando efectivamente hace uno de esos psicotrópicos, lo que digo es que, cuando los indígenas reconocen en la planta o atribuyen a la planta poderes míticos o divinos, están proyectando un elemento de la cultura que no es reductible a la química.
Naturalmente hay procesos básicos en donde la química y la
neuroquímica van a estar llamadas a dar respuestas fundamentales; ya tenemos experiencia con las endorfinas, con las prostanglandinas, etc., pero creo que de ahí a hacer una reducción de la cultura como a elementos básicos de carácter material, me parece que habría un enorme riesgo y una enorme equivocación. Esta reducción se ve muy claramente cuando se intenta traducir de un sistema al otro, por ejemplo: el sistema de clasificación nosológico, ¿a qué me refiero?, me refiero a que la compleja historia cultural de México y de la Medicina Tradicional Mexicana nos permite reconocer zonas donde esta traducción es absolutamente posible, de los términos de la Medicina Tradicional a los términos de la Medicina Académica, un ejemplo: el morcezuelo, el marcezuelo o mocezuelo del que se habla en algunas regiones en Oaxaca, creo que es definitivamente el tétanos neonatal, o, como dirían en los diccionarios, el “trismo tetánico del recién nacido”. Es este un ejemplo en donde yo diría que hay una traducción en sentido estricto, de término a término, sin alteraciones demasiado significativas de los contenidos que se manejan en uno y otro sistema. Creo que hay ejemplos un poco más complejos, como es el caso de la disentería: en la disentería uno tiene una palabra que está usándose en los dos modelos médicos, en el tradicional y en el académico, pero que a la hora de examinar realmente la significación, ciertos datos coinciden y otros no coinciden; en general, cuando en el campo mexicano se habla de “disentería de calor”, estamos hablando de la disentería de la que se habla en la medicina académica; pero cuando se habla de “disentería de frío”, me parece que se apela a un campo quizá nosográfico que no corresponde con la disentería de la medicina académica. Hay unos casos que son mucho más complejos, en donde no se debería hablar de traducción, se debería hablar de reinterpretación o de análisis, pero no necesariamente forzar la traducción, porque ahí sí está el peligro de caer en la reducción. Me estoy refiriendo a casos tan concretos como el mal de ojo o el susto. En última instancia, la causa básica del mal de ojo es la atribución a la “vista fuerte” de una persona, y no encontraríamos un correlato en la otra medicina de esta vista fuerte, a pesar de que sabemos por el psicoanálisis, e incluso por el psicoanálisis existencias de autores como Sartre, o por las investigaciones sobre
las técnicas de interacción de Ervin Goffman, que la mirada empieza a ser reconocida como un elemento sumamente importante dentro de la propia cultura occidental; esta mirada constitutiva del padre en Freud; esta mirada constitutiva de “los otros” en Sartre, e incluso el peso que se le da en Foucault a la mirada médica, están haciendo varias nuestros criterios acerca de la mirada, pero de todas maneras creo que todavía estamos lejos, o en un plano diferente de interpretación, cuando se habla de la “vista fuerte” o la “vista pesada”, en el caso del mal de ojo. En este sentido, deberíamos ser simultáneamente críticos o autocríticos, respecto a nuestros instrumentos de aprehensión de la realidad, tanto de la que hemos forjado a través de nuestros instrumentos de análisis, como de la que vemos en un campo cultural diferente, como es el caso de la medicina tradicional. De no ser así, no estamos cumpliendo con lo que para mí es una especie de requisito de la investigación, que es el reconocimiento de la reciprocidad entre los sujetos; especialmente en ciencias sociales, entre el sujeto investigador y el sujeto investigado, y se podría decir que la caridad bien entendida empieza por casa, es decir, que esta investigación tiene que llevar no solamente a una sistematización de datos de la medicina tradicional, sino también a una sistematización de nuestros propios instrumentos de conocimiento. Esto tiene un correlato fundamental en cuanto situamos esta discusión en el terreno de la formación de recursos humanos. Preguntamos: ¿qué armas les vamos a dar a los muchachos estudiantes de medicina para operar en esta otra realidad? Ello significa tener, en primer lugar, las cosas claras nosotros como docentes, o tratar de tenerlas más o menos claras. Aunque es cierto que podemos caer en el peligro inverso, que es el de la dispersión, muchas veces nos atenemos a la reducción, porque sobre todo cuando hemos hecho pie en dos o tres conocimientos positivos, los utilizamos como atalayas para medir el resto. Frente a esto, o en el otro extremo, acechan los peligros de la dispersión del discurso vago, del discurso totalmente presuntivo. Creo que hay que ser críticos y autocríticos entre estos dos polos, entre el polo de la reducción y el polo de la dispersión, y, sobre todo, me parece que aquí, instituciones como la Escuela Nacional de Estudios Profesionales de Zaragoza tienen una enorme responsabilidad, porque la reducción es peligrosa, pero es doblemente peligrosa cuando además se la ejercita como arma docente. Creo que la formación de los profesionales del presente y del futuro tiene que tener en cuenta, fundamentalmente que, la reducción no es solamente una actitud dogmática, sino que generalmente toma la parte por el todo, y cuando tomamos la parte por el todo, siempre hacemos mal negocio desde el punto de vista científico, desde el punto de vista cultural, desde el punto de vista social, desde el punto de vista político, etc. E.A. –Este riesgo de estar incurriendo en la reducción, también se ve en el contexto de instituciones oficiales del sector público, al que se le suman los otros riesgos, el del burocratismo, el del funcionalismo, el del eficientismo, que en un momento dado pueden estar anunciando, demagógicamente, logros que cuantitativamente son impresionantes, pero que cualitativamente no llevan un beneficio a las poblaciones a las que van dirigidas en sí. Podríamos identificar algunos casos en el sistema de atención del Programa IMSSCOPLAMAR, que pese a que ha sido brillantemente establecido, y que hay mentes muy claras conduciéndolo,
al momento de llevarlo a la operación, es en los niveles medios donde falla frecuentemente, porque no es fácil estar entendiendo esa diversidad de manifestaciones culturales en la “línea de fuego”, en el sitio donde operan los programas. E.A. -¿Qué opina usted, respecto al desarrollo y los logros del Programa IMSS-COPLAMAR? C.Z. –En un texto que acaba de aparecer en estos días y donde comento una ponencia del Dr. Eduardo Menéndez y otra del Dr. Gonzalo Aguirre Beltrán, señalo que el Programa IMSS-COPLAMAR es el programa más importante que se ha concebido y ejecutado en México en el campo de la salud, creo que en los últimos veinte, treinta, cincuenta años, que deberían ser motivo de interés de investigadores de distintas disciplinas, la concepción, la operación, el impacto social, e incluso los fracasos del Programa IMSS-COPLAMAR. Perdone usted que yo me cite, pero sigo afirmando esto: que el Programa IMSS-COPLAMAR es un programa digno de estudio, y veo con mucha preocupación dos fenómenos que están ocurriendo en la actualidad: uno de ellos es que en la mayor parte de los estados donde el Programa se descentralizó, la eficiencia con la que se ha manejado el núcleo de unidades médico-rurales o de hospitales de campo, deja mucho que desear; el segundo elemento que yo veo con preocupación, es que la capacidad instalada del Programa está superando en mucho, en la actualidad, la capacidad operativa. En el estado de Chiapas por ejemplo: donde el Programa tiene más de cuatrocientas unidades médico-rurales, un alto número de ellas está sin médico, sin médico pasante; esto es un aspecto del problema, el otro aspecto, que creo es hacia donde va dirigida su pregunta, es el siguiente: el IMSS-COPLAMAR intentó, y desde mi punto de vista produjo un avance significativo en la aplicación de una política de articulación con los recursos locales para la atención a la salud. IMSS-COPLAMAR produjo, en este sentido, una revolución no demasiado publicitaria, cuando no solamente puso a todos sus médicos a registrar a los terapeutas tradicionales, a relacionarse con ellos, a registrar las principales causas de demanda de atención, a registrar las plantas medicinales; eso creo que constituyó una revolución, al menos en el registro de una instituciones de salud. Si yo tuviera que criticar algo al IMSSCOPLAMAR en esta perspectiva, diría que el IMSS-COPLAMAR no ha dado el paso que significa confiar mucho más en los recursos locales, no ha dado el paso para buscar las formas de programar y operar un sistema realmente mixto. Creo que está a las puertas de dar un paso, que podría ser trascendental en la salud pública de México, pero creo también que hay obstáculos ideológicos profundos y que impiden que ese paso haya sido dado; el IMSS-COPLAMAR mostró una gran eficiencia para mantener en regiones muy difíciles de operar, el funcionamiento de su sistema, pero creo también que conspira contra el propio IMSS-COPLAMAR la discontinuidad de la presencia de los médicos en las unidades médico-rurales, son pasantes que están unos pocos meses en el campo, y sobre todo creo que el IMSS-COPLAMAR está a la puerta, pero puede que nunca lo haga, ojalá me equivoque, de pensar en un sistema mixto de atención a la salud, o en un modelo mixto de atención a la salud. E.A. -¿Por los impedimentos ideológicos que usted menciona?
C.Z.
–Yo creo que en gran medida, como diría Bachelard, “... el obstáculo ideológico se convierte en el
obstáculo epistemológico...”, lo cual sería de lamentar, porque, repito, creo que es el programa de salud pública más importante que ha generado el país en los últimos años, y además a costa de un enorme esfuerzo. E.A. –Estos obstáculos ideológicos, ¿pueden identificarse de manera generalizada o están presentes en las personas en las que recae la operación, o en qué nivel se ubicarían principalmente? C.Z.
–Yo no particularizaría.
Incluso esto puede ser objeto de una investigación quizá, pero deben ser
ejemplos muy sencillos. Creo que en muchos lugares el comportamiento de los médicos obedece a pautas que reciben desde la Universidad, que reciben cuando ingresan al servicio, que reciben cuando son supervisados, e incluso que reciben al momento en que se le generan las expectativas de qué van a hacer cuando su servicio social termine. Comienzo con lo de la Universidad: el médico del IMSS-COPLAMAR no recibió el suficiente apoyo teórico-metodológico, instrumental, para no sólo adaptarse a las condiciones del medio rural, sino para aprovechar el potencial del medio rural. Conozco casos en donde casi podría uno decir que el enferme social es el médico, que no consigue adaptarse a las condiciones, tan difíciles a veces, que le ofrece el entorno. Creo que también hay un prejuicio de parte de muchas de las autoridades, que siguen manejando una concepción de la salud pública en México, basada fundamentalmente en la actividad del médico y de la enfermera, y, por último, en defensa del IMSSCOPLAMAR; creo que no es fácil construir un sistema mixto de atención a la salud. También debería decir que una de las cosas alentadoras es que el IMSS no era una institución homogénea, y creo que esto es un mérito, no un defecto. El comportamiento que desarrollaron muchos de los médicos de campo del IMSS-COPLAMAR, debería ser analizado para contribuir a la construcción de este sistema mixto de atención a la salud. De Marx hacia aquí, fundamentalmente y sobre todo en las últimas décadas con las aportaciones de los epistemólogos, empezamos a tener una conciencia de lo que es la significación de las ideologías, las ideologías que de pronto pueden permitirnos abordar procesos de manera global, aunque más no sea a nivel de la opinión, pero también los frenos que pueden implicar las ideologías en el terreno del conocimiento; la medicina, es quizá la gran ciencia mítica del Siglo XX, lo digo con el más respetuoso sentido de la aplicación del término mítico, que va desde una extraña vinculación, siempre presente, entre el médico y el paciente, y un agigantamiento de la figura del médico, hasta la concentración de poder y lo que esto significa en el plano ideológico, de manipular el cuerpo del otro, creo que son elementos ideológicos muy importantes, ejemplo de estas mitologías, que, vuelvo a insistir, las uso en sentido positivo, aunque no muy estrictamente desde el punto de vista etnológico. Uno podría ver en los últimos tiempos con respecto al Sida (yo sugeriría a la ENEP-Zaragoza, que en algún momento iniciara una investigación sobre la significación social del Sida), desde la aparición de una terminología vedada en los medios de difusión, como la palabra “condón”, por ejemplo: hasta la literatura amarillista que expresa tan denigrantes como: “marica sidoso infecta a quinientos”. En este sentido, yo diría
que la medicina y la práctica médica están, en gran medida y con razón, preñadas de reparos ideológicos. No resulta sencillo, ni al nivel del investigador ni en el ámbito de la práctica médica, saltar con facilidad de las ideas y las creencias en un sistema, a las ideas y las creencias de otro sistema que a veces parece presentar cosas opuestas digamos, diametralmente o polarmente. Un ejemplo de la práctica médica: el joven médico que va al campo aún cuando reconozca su inexperiencia, sin embargo, entiende como natural que el curandero pueda derivarle un paciente; no entiende como natural la acción recíproca, es decir, que él, eventualmente, pudiera derivar un paciente hacia el curandero. La idea que hay en el nombre del Programa de interrelación del IMSS-COPLAMAR, se refería precisamente a esto. Interrelación, sabemos es un término de la lógica que quiere decir que los elementos que se encuentran dentro de un conjunto, pueden ser mutuamente intercambiables con los de otro conjunto. En ese sentido, tendremos que ser muy críticos, no de manera general, sino de manera puntual, respecto de esta falta de reciprocidad y de este deslizarse de los elementos ideológicos que van a condicionar en definitiva la práctica científica o la práctica médica en general. E.A. –Esto me da pie para preguntar lo siguiente: no hay recetas para lograr una sistematización o una metodología homogénea, cada grupo de investigadores tiene que enfrentar sus propias realidades con sus propios elementos, lo que si me preocupa es conocer si existe algún elemento, quizá alguna recomendación para adoptar actitudes que pudiesen articular mejor, usted prefiere la palabra articular más que integrar, porque de hecho permite un poco más esta fusión, este trabajo en equipo multi, y si nos ponemos más exigentes, interdisciplinario, ¿cuál sería este común denominador? ¿Cuál sería esta actitud? C.Z. –Este es un tema que para mí tiene particular importancia. Yo soy de los que creen que de la misma manera que en un país como México las instituciones no son homogéneas, creo también que los campos de los saberes no son homogéneos. Voy a poner un ejemplo: creo que dentro de la concepción médica y de la práctica médica occidental e institucional se desarrollaron varias líneas. Sin embargo, hubo una línea, es decir así, triunfante o hegemónica. Estoy hablando dentro de la medicina occidental, y es lo que hemos llamado tantas veces el modelo biologista o incluso el modelo positivista, pero creo que cuando esto ocurría, simultáneamente dentro del Occidente, dentro de las concepciones médicas de Occidente, se estaban dando otras manifestaciones; Sigerist apuntó trabajos pioneros que hoy se están recuperando, y que quizá no pudieron haberse recuperado cuarenta años atrás. Es un poco arbitrario el ejemplo que doy. ¿Por qué digo esto?
Porque si hoy uno toma la medicina occidental en su sentido más amplio, como convergencia de
disciplinas, esa idea de Canguilhem ¿no?, de que la medicina es el resultado de la convergencia de diferentes ciencias, uno puede encontrar herramientas muy flexibles, pensadas por el pensamiento médico occidental, o por ciertas fracciones del pensamiento médico occidental que durante mucho tiempo no fueron hegemónicas, pero que, sin embargo, pueden tener una importancia decisiva para esto. El ejemplo que doy en Medicina Tradicional y Enfermedad es que, curiosamente, un autor como Ruy Pérez Tamayo puede de pronto recurrir a un espectro muy grande de conocimientos, algunos de ellos no médicos, para reconstruir una enfermedad del Siglo XIII. Señaló en Medicina Tradicional y Enfermedad que hay una especie de barrera ideológica para pensar con estos mismos instrumentos una enfermedad de curandero del Siglo XX; pero lo importante es que
estos elementos están, estos elementos existen, estas herramientas existen, mi invitación a un autor, a quien respeto además tanto, como es Ruy Pérez Tamayo, es que hoy, incluso, tendría la ventaja de tener al informante vivo, a diferencia de un fraile del Siglo XIII. Aunque no tengamos recetas, sí existen instrumentos, algunos de los cuales no son nada nuevos, tienen más de cincuenta años de existencia, que nos permiten abordar con éxito muchas de las zonas obscuras de la medicina tradicional. El otro punto que señalaría es que, no podemos utilizar el mismo concepto de sistematicidad y de sistematización, cuando hablamos de la medicina tradicional, y cuando hablamos de la medicina occidental. Yo creo que, en medicina tradicional hay que utilizar el concepto de sistema con una afinidad muy grande con el uso que le dieron las ciencias sociales al concepto de sistema, es decir, el sistema es una realidad que subyace a los hechos particulares, un ejemplo: en el caso de la lingüística, al hablar de los sujetos subyace la lengua, que es el sistema; en el caso del parentesco, uno podrá decir, al intercambio de mujeres subyacen las reglas del parentesco, o siguiendo a Lévi Strauss, uno podría decir, al intercambio de los masajes míticos subyace la estructura de los mitos. En el mismo estatus, yo pondría a la medicina tradicional, detrás de las prácticas, siempre circunstanciales, subyacen los sistemas no expresados como sistemas. Ya de algunos sabemos bastante, por ejemplo: la dicotomía frío-calor que nos lleva a una dicotomía mucho más grande, que como López Austin ya ha probado, es una dicotomía que tenía que ver con el Universo, no era una dicotomía nada más de las plantas frías o calientes, o de las enfermedades frías o calientes. En este orden de ideas, es muy significativo que las reuniones de curanderos están mostrando las sorpresas que se llevan ciertos curanderos al pensar y creer que ciertas prácticas eran características de su población (una visión etnocéntrica), pasando a descubrir que otras poblaciones y otros terapeutas, y en otras lenguas diferentes a la de él se están expresando los mismos contenidos.
Diría que este campo de la sistematización, de la sistematicidad, nosotros lo
tendríamos que aclarar de entrada, y sobre todo, señalar cuándo estamos hablando de sistematizaciones hechas por las ciencias (y lo digo en plural), que nosotros manejamos, la etnobotánica, la química, la farmacología, la antropología médica, y cuándo estamos hablando de la sistematicidad de los fenómenos. Para mí la encuesta, aquella tan grande del IMSS-COPLAMAR sobre 3025 unidades médicas rurales, una de las cosas que probó es una repartición bastante sistemática de un conocimiento, como dicen en México, de Baja California al Suchiate. En gran medida, cierta falta de sistematicidad que se denuncia en la medicina tradicional muchas veces ha dependido de un fragmentario sistema de preguntas por parte de los investigadores, y tengo la sensación de que a lo largo del territorio nacional, hay datos muy sistemáticos sobre terapeutas tradicionales, causas de demanda de atención, recursos terapéuticos, trayectoria del paciente, etc. E.A. –Me gustaría que hablara un poco más respecto al concepto de articulación, ¿por qué se le preferiría en vez del de integración? y ¿cuáles son las características que lo complementarían? C.Z. –Un lingüista, Román Jakobson, dice que no importa el nombre que se les dé a las cosas; a las cosas se les puede llamar “Juan”, siempre y cuando nos pongamos de acuerdo sobre qué estamos hablando. Yo
rehusaría en principio el concepto de integración, porque creo que históricamente es un concepto muy “cargado”. Voy a ejemplificar con el caso de las parteras: en menos de dos décadas, las parteras fueron consideradas dentro de tres esquemas posibles, de los cuales a mí me parece que el último es el más democrático. El primer esquema, fue el de la sustitución, la idea era que el desarrollo del país permitiría que las parteras, en cierto momento, serían sustituidas por personal profesional, entiéndase: médicos. Mientras tanto se decía... E.A. -¿De qué época estamos hablando? C.Z. –No muy lejos, estaríamos hablando de la época del Dr. Álvarez Amézquita, incluso de los primeros trabajos relativos a parteras del Dr. Arias Huerta, opinión que no era exclusiva de México. En muchos países del mundo se pensaba exactamente lo mismo: eran las parteras una especie de mal necesario, y la aspiración era que el desarrollo del país llevaría por fin, y esto se veía como una medida democrática y de justicia, a extender los servicios médicos, y entonces las parteras serían sustituídas; sin embargo, el concepto era un concepto sustitutivo de las parteras. La experiencia indicó que esto no solamente era difícil, sino prácticamente imposible. La táctica que se siguió en segundo lugar, y no supongo malas intenciones detrás de esto, fue la de la integración de las parteras a los sistemas de salud, integración que también se vio que presentaba no sólo dificultades teóricas, sino algunas dificultades prácticas, yo diría que casi insalvables. La partera, la enorme cantidad de parteras ¿pasaría a formar parte de las plantillas de las instituciones? ¿Tendrían derecho a sindicalizarse? ¿Recibirían sus vacaciones, licencias y aguinaldos como otro personal? Si consideramos el número de personas que atienden partos, estaríamos hablando de una cobertura en ciertas zonas del País, en la que de cada 10 personas que atienden el parto, 9 están fuera de los sistemas de atención a la salud, y deberían integrarse, con lo cual la dimensión de la integración pasa a ser una empresa, desde el punto de vista económico, desde el punto de vista institucional, de gran envergadura. El Instituto Nacional de Salud Pública, acaba de publicar un trabajo en donde reconoce, con base en una investigación hecha en la Montaña del Estado de Guerrero por la UNICEF y el programa de atención primaria de salud del estado de Guerrero, que en la amplia zona de la Montaña Guerrerense, el 12% de los partos están atendidos por personal profesional, el 70% por parteras, y el 18% por familiares; imaginemos ahora la integración, estamos hablando de que un porcentaje minoritario está integrado, ese 12% y que habría que integrar a un 88%, calcule usted las dimensiones de esta operación; también este segundo fenómeno que marco, ésta segunda política no es exclusiva de México, no se planteó exclusivamente en México. Una tercer instancia ha sido la de la articulación, se trata, dicen los planificadores o los estrategas de la salud, por ejemplo: en el caso de la OMS, se trata no tanto de integrar, porque incluso en la operación de integración, dicen estos mismos autores, coarta muchas de las posibilidades del sujeto integrado, sino de encontrar más bien cuál es el tipo de respuestas que el sistema debe dar al terapeuta tradicional, quienes dicen esto, por ejemplo Mangay Manglacas, que es o era la Jefa del Programa de Parteras a nivel de la OMS, señala que es preferible la articulación.
Un texto muy reciente como el de Martínez Manatou sobre demografía, población y..., no me acuerdo del título, en el medio rural, texto publicado en el ´86 o en el ´88, repite casi textualmente las palabras de Mangay Manglacas, en el sentido de la articulación. Personalmente creo que, la articulación es un criterio mucho más democrático y mucho más respetuoso de la modalidad de atención de la medicina tradicional; sin embargo, debo hacer dos aclaraciones: una, que no soy de los que creen que ésta práctica de las parteras debe permanecer sin modificaciones, yo creo que hay, en ciertos casos, hábitos iatrogénicos que sería bueno modificar, con lo cual no creo que la medicina tradicional sería un tótem, sino que también debe estar sujeta, como diría la OMS, a un proceso de promoción y desarrollo. Desconfió de la articulación, porque en muchos casos, esta articulación ha servido para que ciertos estados o ciertas políticas estatales en México, algunas de ellas, y fuera de México otras, descarguen sobre la población el peso de la responsabilidad. Al articular el sistema con la partera, lo único que le garantiza es que la parturienta pueda acceder al segundo o al tercer nivel, pero todo el peso de la atención está cayendo sobre la partera, y sobre todo, sobre la usuaria. Ventajas de la integración habrían sido que el gasto sería menor para los usuarios un sistema integrado, creo que no es un problema de blancos y negros, sino de una multiplicidad de grises que se presentan en este fenómeno. Una cuestión un poco diferente, sería cuando estamos hablando de la integración de los saberes, si uno no tiene una concepción hegeliana del desarrollo, entonces puede ver la sociedad como discontinua, y la historia como discontinua con largas curvas, la larga duración de los historiadores, con procesos momentáneos inmediatos de corta duración, con grandes sistemas que se mueven en tiempos muy largos, y con experiencias que son casi episódicas, yo soy partidario de ésta última interpretación de concebir al mundo como un conjunto de discontinuidades, sin embargo, me parece que hay una aspiración que quizá se le podría llamar de integración o de articulación, y que es el pensar en una medicina mexicana, el planteo de una medicina mexicana nos permitiría, quizá, no renunciar a ninguna de las conquistas del conocimiento, y permitir una convivencia mucho mayor esto, en la realidad, no es simple e implica desde modificaciones en los curricula universitarios, hasta modificaciones jurídicas importantes en el código sanitario, pero creo que la aspiración a una medicina mexicana tiene que ver con un sistema de salud dispuesto a captar y desarrollar la investigación científica más avanzada, a recuperar gran parte de las tradiciones, a concebir que se puede hacer una medicina con rayos láser y con tomografías, pero también con plantas medicinales, con temascal y con masaje, y que gran parte de la lección de esta integración o articulación de saberes, nos la vuelven a dar otra vez los usuarios. Yo creo que los usuarios siempre van dos pasos adelante que los planificadores. E.A. –En esto de la articulación, recordaba palabras de la Dra. Georgina Velásquez, que decía que es factible darse esta articulación, pero no como resultado de que se acabó el dinero, que ya no hay recursos, que ya no nos queda otra cosa qué hacer, refiriéndose a la medicina oficial; ella interpreta que debemos buscar esta articulación, no porque se nos haya agotado toda una veta, sino porque hay que buscar ello para tener una mayor cobertura y darle mejores niveles de bienestar a la sociedad, ¿qué piensa usted de esto?
C.Z. –Yo estoy absolutamente de acuerdo con esa idea, es más, yo agregaría que hay una concepción errónea de la atención primaria de salud como una estrategia barata. Si uno sigue al pie de la letra la estrategia de articulación que plantea entre primero, segundo, tercer nivel de atención, la atención primaria de salud que plantea entre sistemas de prevención, sistemas de vigilancia epidemiológica y servicios efectivos, la atención primaria de salud no es una estrategia barata, ahora bien, podemos situarla en un punto donde la discusión no está tanto, si estamos hablando de un sistema económico, en el sentido de que apelemos a las cosas que tradicionalmente han sido más baratas, sino si las cargas económicas del sistema pueden aliviarse, porque recurrimos a más cosas de las que recurrimos en la actualidad, o dicho de otra manera, si nosotros en México reconocemos la existencia de dos medicinas: la medicina tradicional y la medicina académica, no podemos seguir planificando como si tuviéramos una sola, porque entre otras cosas, eso encarece el sistema. Reitero esta idea, un sistema integrado, un sistema articulado, no es más económico porque se recurra a elementos baratos, sino porque se optimiza lo que ya se tiene, y mucho de lo que ya se tiene no es contemplado de la planificación. E.A. –Volviendo un poco a los elementos de sistematización, ¿sería recomendable el establecimiento de una epidemiología de afiliación tradicional? C.Z. –En un último trabajo del Dr. Aguirre Beltrán, sorprendente, porque representa, desde mi punto de vista, un retroceso respecto a posiciones que él incluso mantuvo desde la década de los cincuentas, el Dr. Aguirre Beltrán recomienda “zapatero a tus zapatos”, que los epidemiólogos hagan epidemiología, que los antropólogos hagan antropología; la realidad de los últimos años y gran parte de lo escrito por el propio Dr. Aguirre Beltrán, contradice este concepto o este adagio, digamos.
No sé si el nombre de este instrumento debe ser
“epidemiología cultural”, debe ser “epidemiología que contemple los síndromes de filiación cultural”, deba ser “epidemiología antropologizada”, y aquí se requerirían varias comillas, pero en todo caso, independientemente de las denominaciones sobreviene una preocupación, la de cuál es el instrumento que debemos construir para captar este fenómeno tan complejo que se da tanto del lado de los terapeutas, como del lado de los usuarios. ¿Cuál o cómo debe operar el instrumento que registre, analice, evalúe la actividad, el sistema de clasificación que pone en práctica un usuario cuando simultáneamente consulta al médico para que su niño reciba una dosis de vacuna antipoliomielítica, y consulte al curandero para que le haga una limpia proveniente del “mal de ojo?” No sé si este instrumento se va a llamar “epidemiología sociocultural”, pero en todo caso, sí debemos tener instrumentos que registren y hagan proposiciones al sector salud para manejar estas combinaciones, estas síntesis, estos procesos sincréticos que en última instancia permiten toda la cultura popular. E.A. –En alguna ocasión, usted mencionó algunos recursos con relación a la cultura hidráulica en nuestro pueblo, o más bien de los recursos terapéuticos de tipo hidráulico, mencionó el temascal, el torito, los baños de tina, ¿los mencionó en un orden de complejidad decreciente? o ¿cada uno tiene un ámbito diferente? C.Z. –La respuesta no es sencilla, porque también aquí sabemos poco, pero algo sabemos, por ejemplo: en general podríamos decir que no siempre la presencia del temascal depende de la complejidad de una cultura
que lo maneje, muchas veces depende también de cuestiones climáticas, por ejemplo: hemos podido observar que el temascal tiende a distribuirse mayoritariamente en zonas frías, mientras que el baño de tina puede estar en zonas frías o en zonas cálidas, la distribución geográfica precisa, racional de estos recursos terapéuticos seguramente podrían darnos indicadores, con respecto a la asociación instrumento-clima, si hay una mayor complejidad en el temascal desde el punto de vista de la construcción, implica prácticamente la edificación de una nueva habitación con características peculiares, lo que no sabría responderle y me temo que tanto el baño de tina como el torito, como el temascal, deben ser igualmente complejos con respecto a qué ocurre en el ámbito fisiológico, cuando uno se somete a cualquiera de estos tres procedimientos hidroterapéuticos, sospecho que hay muchos procesos, y deben ser de una complejidad o de una simplicidad más o menos equivalente. E.A. ¿Qué es el torito? C.Z. –El torito es un temascal improvisado, generalmente con palos y ramas sobre los cuales se extienden mantas o sábanas, o incluso en los últimos años, plásticos. Recuerdan un poco y de ahí la asociación con el nombre, con los toritos con los que se disfraza la gente para muchas ceremonias, es decir, las personas están por debajo de esta especie de carpa que está sostenida por esta estructura, generalmente endeble, transitoria, pero que reproduce en parte el clima interior del temascal. Se condiciona un lugar donde se puedan hacer brasas, y se las distribuyen en una zanja de unos 20 centímetros de ancho, con unos 10 centímetros de profundidad; en algunos casos la fuente del calor está adentro, en otros se les traslada y las brasas se van humedeciendo, porque el común denominador del torito y del temascal es lo que los arqueólogos llaman la técnica de la producción de vapor sobre piedra, piedras porosas calientes. Obviamente, es de una sencillez mucho mayor que el temascal, pero el principio es similar. E.A. ¿Lo podríamos entender como un temascal portátil? C.Z. –Exacto. E.A. –Qué importancia le da usted a la eficacia simbólica, como otro recursos terapéutico? C.Z. –En lo particular, creo en los mecanismos de la eficacia simbólica que contribuyen a enfermar o a sanar a un sujeto, Cannon nos enseñó un mecanismo de eficacia simbólica a través de la muerte vudú, una limpia podría ser un mecanismo restaurador, donde se apela a la eficacia simbólica. Existen dos aspectos principales: uno, la medicina sigue siendo una de las pocas profesiones evidentemente míticas que quedan sobre la tierra, se trate de la clínica de Houston o se trate del ritual hecho en la humilde choza de un terapeuta en los altos de Chiapas, el mecanismo de la eficacia simbólica está presente en los dos casos, y una tradición de reducción nos ha hecho pensar precisamente que solamente la eficacia simbólica se refugiaba en las sociedades primitivas fuertemente influidas por la religión en donde el ritual tenía una significación muy particular, éste sería el primer aspecto por responder. El segundo aspecto, es que hoy comenzamos a comprender algunos de los
mecanismos que se activan gracias a la eficacia simbólica, atenuación del dolor, activación de sustancias complejas, como por ejemplo el grupo de las prostaglandinas, modificaciones importantes en la tensión arterial, modificaciones importantes en el mecanismo del metabolismo de los hidratos de carbono, modificaciones en estas respuestas orgánicas que de pronto aparecen con manifestaciones cutáneas, y yo digo que, cuando se producen descubrimientos de los efectos placebos, la ciencia médica se enfrenta a una alternativa, que desde mi punto de vista, habría que haber considerado como estructurada complementariamente, y no sólo haber transitado (uno sólo de los caminos) un solo camino, el efecto placebo mostró que de pronto podía haber mejoría en ciertos pacientes que no recibían sustancias de reconocido efecto general. La farmacología general le llama al efecto placebo con ojos positivistas o biologistas, concentrar la explicación en la cosa, concentrar la explicación en el “agüita” que el paciente estaba tomando, o por el contrario, tener una visión un poco más amplia, reconociendo que el paciente estaba tomando una “agüita” presta atención al mecanismo que era el restaurador o equilibrador de sus sistemas internos como efecto de la eficacia simbólica. Dicho en otros términos, el efecto placebo todavía tiene muchas cosas que enseñarnos si no se le concibe bajo una óptica positivista, reduccionista que pone en la cosa y no en la vinculación entre el sujeto y la cosa; el sinergismo, como dirían los químicos. E.A. –En alguna ocasión comentábamos que actualmente se está tratando de articular antiguas concepciones, cosmovisiones respecto a la salud, y algunos otros campos del saber y avances tecnológicos y significativos, esto me hace pensar en lo que se ha denominado posmodernidad, me gustaría conocer su opinión respecto a ¿qué tiene que ver la medicina tradicional y esta aparente moda o auge de ella con la posmodernidad?, sobre todo, teniendo en cuenta que el discurso oficial maneja mucho lo referente a la modernidad, ¿cómo podemos ubicar estas tres vertientes? C.Z. –Yo diría en primer lugar, que no soy el más indicado para hablar de la posmodernidad, mi conocimiento de los autores que abordan este tema es realmente fragmentario, sin embargo, como usted bien señala, primero deberíamos despejar el campo conceptual entre etiquetas o denominaciones como subdesarrollo, modernidad, posmodernidad, sociedades pre-industriales, sociedades pos-industriales, que evidentemente están en el panorama ideológico de nuestra época, creo que el campo de la medicina nos muestra, Foucault hablaba también aquí, de las nuevas epistemes o las censuras que se dan en los sistemas de creencias, nos estarían hablando de un avance que al mismo tiempo tiene toda la apariencia de un retorno a antiguas concepciones, esta apetencia en el caso de las sociedades industrializadas, de las sociedades desarrolladas por encontrar otras formas de vida, creo que todos lo sabemos, está con relación a quiebras muy significativas del ambiente, al descrédito de ciertos modelos de operación de la medicina, incluso en los últimos tiempos, a una decadencia evidente del modelo que siguieron ciertos países y pienso fundamentalmente en los países socialistas, habría que agregar, un poco entre paréntesis, que hubo generaciones que vivimos la aurora del socialismo, su crisis, y una serie de interrogantes muy profundas, y en algunos casos muy dramáticos acerca de las ideologías y de las políticas del futuro. Con respecto a la posmodernidad, si asumimos que esto es posible que se produzca en un país algunos no han entrado a la modernidad, de que si, efectivamente ciertos
postulados de la posmodernidad son posibles porque creo que no hay una línea, una línea de desarrollo, ni las sociedades marcha acompasadas ni ciertos valores que pertenecían a un pasado remoto, y creíamos habían desaparecido, no es cierto, estaban ahí.
Si la posmodernidad tiene que ver con una revisión crítica del
concepto de desarrollo y de progreso unilineal, yo me uno fervientemente a los postulados de la posmodernidad, si la posmodernidad sirve para recuperar herencias importantes en el campo de la cultura, de la interpretación y del manejo de la naturaleza, y sobre todo para los que estamos hablando de la concepción del proceso salud-enfermedad, no vacilo en adherirme a ciertos postulados de la posmodernidad; si la posmodernidad supone, por el contrario, una forma un tanto ligera de desechar crisis ideológicas muy importantes, entonces definitivamente no comparto esta moda de la posmodernidad. ¿A qué me refiero? A que, un poco deportivamente, tiran al niño, como se dice, con el agua de la bañera, al hablar críticamente del marxismo, yo creo que, en el caso concreto de la experiencia de los países socialistas hay que pensar si estamos en condiciones de saltar ideológicamente, con cierta ligereza, a postulados del capitalismo o si nos estamos encaminando a nuevos modelos de sociedad, tengo la impresión de que en Polonia ocurriría esto último, de que la apetencia no es tanto el de los postulados de la modernidad occidental o de la posmodernidad capitalista, sino que hay sectores que tienen una gran preocupación acerca de qué significó la experiencia, frustrada o no, pero válida desde el punto de vista de la repartición de los bienes que planteaba el socialismo. E.A. –Con relación al futuro desarrollo, ¿qué prospectiva tiene el Instituto Nacional Indigenista, tomando en cuenta que incluso se ha cuestionado su existencia, se ha dicho que no habrá razón de ser crear un organismo así cuando existe una presencia real de los grupos étnicos en México? C.Z. –Yo aludiría a dos temas, y en todo caso derivarían algunos comentarios de esos dos puntos. El primero: es que el Instituto nació como una institución de gestión, tratando de llevar la problemática de los indígenas a otras instancias de la sociedad y del gobierno y no como una institución operativa o ejecutiva destinada a solucionar estos problemas de los grupos, la historia demostró que el instituto en sus cuarenta años de vida, hiciera lo uno y lo otro, y no siempre con éxito; a veces se comportara como una institución de gestión y a veces se comportara simultáneamente como una institución operativa o resolutiva. En lo particular, pienso que el Instituto debe pugnar por ser una institución de gestión sensible sobre todo a los procesos organizativos que están teniendo en las sociedades indígenas, y a partir de un postulado esencial que es el reconocimiento de México como un país pluricultural. El segundo comentario puntual que tiene que ver con la imagen que el Instituto y quizá el resto de la sociedad debería manejar en 1989, en 1990, respecto del indígena de 1989 ó 1990, cada vez estamos más convencidos de que el indígena refugiado o el indígena aislado en las regiones de refugio sin vinculación con el mundo exterior, herméticamente instalado en el seno de su propia cultura, ya no es una imagen que sí corresponde demasiado con el indio de hoy; sabemos de la enorme migración no solamente a México, a las ciudades grandes o intermedias del territorio mexicano, sino incluso a California, a Chicago, a Nueva York, etcétera, y esto da una movilidad y una imagen diferente del indígena, en este ámbito considerando la primera y la segunda observación puntuales, ¿qué ocurre con la salud, con la medicina tradicional, con la cultura médica de amplios sectores de la sociedad mexicana, y en particular de los indígenas? Volvemos un poco al comienzo de nuestra plática, es evidente la presencia de los grupos étnicos,
de la cultura de los grupos étnicos en distintos aspectos de la vida social y en particular en las concepciones de las prácticas médicas; nosotros creemos y aquí hablo desde la Subdirección de Salud y Bienestar del INI, que se debe hacer un esfuerzo y le voy a poner nombre y apellido, por desarrollar un modelo de atención primaria de salud para regiones indígenas que signifique esta suerte de apellido “para regiones indígenas” es repensar la estrategia de la A.P.S., frente a una realidad muy específica pero también asumir los elementos que la A.P.S. lleva dentro de sí misma, y que son: organización, capacitación, investigación, una fuerte vinculación interinstitucional y un abatimiento de la morbilidad y la mortalidad, basándose en estrategias de desarrollo y de participación comunitaria. Si a esto le tuviera que agregar los postulados de la presente administración sobre el trabajo de línea en el medio indígena, yo diría que hay tres elementos fundamentales que son: primero, no hay programas, no importa el ámbito en donde trabajemos, que se puedan hacer sin la participación comunitaria; segundo, no hay programas que se puedan hacer sin una fuerte vinculación interinstitucional; tercero, es nuestra obligación y quizá la única estrategia posible, generar condiciones para el cambio de funciones, para el traspaso de funciones a las comunidades y a sus organizaciones representativas, y esto lo planteo en el terreno de la producción, en el terreno de investigación y promoción cultural, en el terreno de la impartición de justicia, y por supuesto, en el terreno de la salud y bienestar social.
ALFREDO ALCANTAR CAMARENA
Médico Cirujano egresado de la Universidad de Guadalajara.
Realizó su servicio social en Choix, Sinaloa; Comunidades Mayos y Mestizos.
Médico residente en la División Sierra Tarahumara del Ferrocarril de Chihuahua al Pacífico, en comunidades tarahumaras y mestizas.
Posgraduado en psiquiatría y psicoterapia médica en la UNAM.
Posgraduado en psicoanálisis moderno en el Círculo Mexicano de Psicoterapia Analítica, A.C.
Profesor de la carrera en psicología médica en la ENEP-Zaragoza.
Jefe de la Sección de Salud Mental en la ENEP-Zaragoza.
Publicaciones: -
Revista Nematihuani de la ENEP-Zaragoza, Revista en Psicología.
-
Publicaciones de difusión en la sección cultural del periódico El Occidental de Guadalajara, Jal.
MIGUEL CRUZ RUIZ. •
Médico cirujano, egresado de la Escuela Superior de Medicina del IPN.
•
Especialidad de Cirujano Gastroenterólogo, formado en el Hospital General del Centro Médico Nacional del IMSS.
• •
Maestría en Sociología, cursada en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
•
Desde 1974 está dedicado a actividades de medicina comunitaria y atención primaria, participando en múltiples congresos, seminarios y cursos de pre y posgrado.
•
De 1977 a 1983 fue Jefe del Departamento de Enseñanza e Investigaciones de la Escuela Superior de Medicina.
•
De 1983 a 1984 fue Subdirector Administrativo de la Escuela Superior de Medicina.
•
De 1984 a la fecha es Jefe del Departamento de Medicina Comunitaria.
•
De 1984 a la fecha es Coordinador de la Especialidad de Medicina Comunitaria y Atención Primaria.
•
De 1974 a la fecha es Coordinador de Proyectos de Investigación Educativo-Asistenciales en la Dirección de Estudios de Posgrado e Investigación del IPN.
•
Coordinador del Centro Docente-Asistencial de Actividades Comunitarias en San Pedro Xalpa, Atzcapotzalco, D.F. de la Escuela Superior de Medicina del IPN.
•
De 1864 a la fecha es Coordinador en el Estado de Chiapas del Plan Tojolabal, el Plan de la Selva y el Plan Pajal, los cuales se circunscriben en áreas regionalizadas del Servicio Social Rural que maneja la Escuela Superior de Medicina en coordinación con los Servicios Coordinados de Salud del Estado.
• Publicaciones:
Diversas revistas educativas sobre medicina comunitaria y atención primaria
JACOBO GRIMBERG ZYLBERBAUM.
Nacido el 12 de diciembre de 1946 en la Ciudad de México, Distrito Federal.
Licenciatura en Psicología con honores en la Facultad de Psicología de la UNAM.
Doctorado en Ciencias Fisiológicas en la Facultad de Medicina de la UNAM.
Especialización en Electro Fisiología en el Brain Resarch Laboratories, New York.
Estudios de Maestría en Desarrollo Humano de la Universidad Iberoamericana.
Estudios de Técnicas de Meditación y Misticismo en India y Nepal.
Profesor Titular Definitivo tiempo completo en la Facultad de Psicología de la UNAM.
Director General del Instituto Nacional para el Estudio de la Conciencia. México, D.F.
Asesor de la Secretaría de Educación Pública.
Autor de la Teoría Sintérgica.
Conferencista Internacional.
Publicaciones: •
Autor de 32 libros, 26 de ellos ya publicados.
•
Más de 70 artículos de investigación científica en revistas nacionales e internacionales.
RODOLFO HERRERO RICAÑO
•
Médico Cirujano por la Facultad de Medicina de la UNAM.
•
Realizó la especialidad de Medicina Interna con un enfoque específico en Gastroenterología en el Hospital 20 de Noviembre del ISSSTE.
•
Ha efectuado e impartido cursos sobre tecnología y evaluación terminal de los aprendizajes en lo que fue el Centro Latinoamericano de Tecnología Educativa para la Salud.
•
Desarrolló en la Facultad de Medicina los primeros exámenes profesionales objetivos y técnicas e instrumentos en simulación clínica escrita.
•
Fundador de la ENEP-Zaragoza UNAM, donde diseñó el plan de estudios para las carreras de médico cirujano y enfermería, y donde se desempeñó de 1976 a 1980 como Coordinador de la Carrera de México Cirujano, y de 1982 a 1990 como director de esa dependencia.
•
En 1981 fue titular de la Comisión Coordinadora del Servicio Social de la UNAM.
•
Actualmente es profesor titular “C” de tiempo completo en la ENEP-Zaragoza.
Publicaciones:
Diversos artículos en revistas nacionales e internacionales respecto a tópicos educativos y de medicina tradicional mexicana.
Coautor del libro “La Medicina Tradicional en México y Supervivencia” UNAM ENEP-Zaragoza 1989.
EDELMIRA LINARES MAZARI.
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Obtuvo el título de Bióloga en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional autónoma de México (UNAM). El tema de su tesis doctoral fue la Etnobotánica de las Plantas Medicinales.
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Realizó estudios de doctorado en biología en la facultad de Ciencias de la NAM.
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Realizó estudios de museología en la Universidad de Colorado, EUA.
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Desde 1975 forma parte del personal académico del Jardín Botánico del Instituto de Biología de la UNAM.
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De 1982 a 1987 estuvo a cargo del Departamento de Difusión y Educación de la UNAM.
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Actualmente es Coordinadora de Difusión y miembro del Consejo Directivo del Jardín Botánico del Instituto de Biología de la UNAM.
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A partir de 1980 imparte la cátedra de Etnobotánica en la Universidad Autónoma Metropolitana, Iztapalapa.
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Fue investigadora visitante en el Laboratorio de Etnobotánica del Departamento de Environmental Population and Organismic Biology de la Universidad de Colorado.
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Miembro de las siguientes sociedades:
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Sociedad Botánica de México, Society of Ethnobiology.
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Miembro fundador de la Sociedad Mexicana de Etnobiología.
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Sociedad Mexicana de Jardines Botánicos.
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Formó parte de la Mesa Directiva como representante para el Centro de México y como Secretaria Administrativa.
Publicaciones:
Múltiples trabajos en revistas científicas nacionales y extranjeras.
Boletín de la Sociedad Botánica de México.
Revista Journal of Ethnobiology.
Revista Journal of Ethnopharmacology.
Colaboradora de diversas instituciones mexicanas en la preparación de folletos y artículos de divulgación.
Coautora del libro “Selección de Plantas Medicinales de México”. Editorial Limusa, México 1987.
GEORGINA VELÁSQUEZ DIAZ.
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Médica Cirujana graduada en la Facultad de Medicina de la Universidad de Veracruz, Ver. México.
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Obtuvo el grado de Maestría en Salud Pública y Administración en la Escuela de Salud Pública de la SSA. México.
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Ha realizado cursos de posgrado en Administración de Servicios de Salud, Epidemiología, Medicina Preventiva, Seguridad Social, Atención a Población Rural, Atención Primaria a la Salud, etc.
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Conferencista y ponente en cursos nacionales e internacionales sobre los temas antes mencionados.
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Ha impartido asesorías internacionales en Nicaragua, para organizar y desarrollar la Primera Campaña Nacional de Vacunación, y en aspectos de Extensión de la Seguridad Social en El Salvador, Nicaragua y Belice. (1989).
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A partir de 1985 es Miembro del panel de expertos en Administración en Salud Pública de la Organización Mundial de la Salud.
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Ha asistido a congresos nacionales e internacionales sobre temas de su especialidad.
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Los cargos más importantes que ha desempeñado son los siguientes:
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Titular de la Jefatura de Servicios de Medicina Preventiva del IMSS.
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Coordinadora General de Apoyo a la Descentralización del Programa IMSS-COPLAMAR.
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Actualmente es Coordinadora General del Programa IMSS-SOLIDARIDAD, que atiende a 11 millones de mexicanos del medio rural.
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Ha trabajado en diferentes posiciones y niveles de la administración en programas destinados a promover la salud y mejorar las condiciones de vida de grupos en desventaja social.
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Las asociaciones a las que pertenece son las siguientes:
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Fundadora y ex-presidenta de la Asociación de Universitarias Mexicanas.
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Ex-presidenta de la Federación de Asociaciones de Médicas Mexicanas.
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Ex-Secretaria por México de la Alianza Panamericana de Mujeres Médicas.
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Desde 1988 miembro del Comité de Estudios de Descentralización y Planeación del Desarrollo y Estudios de Descentralización de los Servicios de Salud del D.F., IEPES, CEPES y FENAMESE.
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Ha participado en eventos sobre medicina tradicional como son:
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“Los servicios institucionales en áreas rurales e indígenas” en Simposio sobre: salud y cultura popular en México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Instituto Nacional Indigenista (27-28 de octubre de 1989).
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“La medicina tradicional en el Modelo de Atención Integral a la Salud del Programa IMSS-COPLAMAR. Bases conceptuales y metodológicas”, en Cuarto Coloquio de medicina tradicional mexicana “Un saber en integración”, (24-25-26 de enero de 1990. ENEP-Zaragoza, UNAM).
Publicaciones: •
Coautora del libro “La Medicina Tradicional en México. Experiencia del Programa IMSS-COPLAMAR 1982-1987”, IMSS, México, D.F., 93 pp.
CARLOS ZOLLA LUQUE.
c)
Lingüista Investigador en Antropología Médica.
d)
Investigador de la Unidad de Investigación Biomédica en Medicina Tradicional y Herbolaria del IMSS.
e)
Actualmente es Subdirector de Salud y Bienestar Social en el Instituto Nacional Indigenista.
f)
Profesor de Antropología Médica en la Facultad de Medicina de la UNAM.
g)
Coordina en el INI las investigaciones para elaborar el Diccionario de la Medicina Tradicional de México y el Atlas de la Medicina Tradicional de México.
Publicaciones: 4)
Numerosos artículos sobre medicina tradicional y plantas medicinales en revistas nacionales y extranjeras.
Autor de los libros: 5)
Plantas Tóxicas de México con Abigail Aguilar.
6)
La Medicina Invisible. Introducción al Estudio de la Medicina Tradicional en México, con Xavier Lozoya.
7)
El Futuro de la Medicina Tradicional en la Atención a la Salud de los Países Latinoamericanos (con varios autores).
8)
Medicina Tradicional y Enfermedad con la Dra. Virginia Mellado.
9)
La Atención al Embarazo y Parto en el Medio Rural Mexicano con la Dra. Virginia Mellado.