La Fundaci贸n Universitaria en la calle del saber
Realización: Fundación Canaria Universitaria de Las Palmas Dirección técnica: Manuel Campos, Juan José Laforet, Eduardo Manrique de Lara, Irene Nuño, Fabián Palmés, María Salvador. ISBN: 978-84-613-3980-3 Depósito legal: GC 111-2010 Diseño y maquetación: Azulflojo Servicios Gráficos S.L.U. Impresión: Gráficas Tegrarte, S.L. © de la edición: Fundación Canaria Universitaria de Las Palmas © de los textos: José Miguel Alzola, Josefina Domínguez, Juan José Laforet © de fotografía: Pablo Béglez Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del <<copyright>>, bajo las sanciones establecidas por las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático.
Índice
1. Introducción ....................................................................................................... 07 2. Presentación del Presidente .................................................................................... 08 3. El eje del barranco Guiniguada y las instituciones culturales ............................................. 09 4. Juan de Quesada: un insigne personaje para una “calle del saber” .....................................
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5. El proceso de urbanización del barranco: de El Toril y Matagatos al Paseo del Progreso ............. 17 6. La ciudad jardín de Vegueta y sus inmuebles ................................................................ 23 7. Historia del edificio de la Fundación Universitaria .......................................................... 28 8. El edificio de la Fundación Universitaria de Las Palmas: adquisición y proceso de rehabilitación ... 8.1 Documentación histórica .............................................................................. 8.2 Planos originales.................................................................................. 8.3 Galería de procesos ....................................................................................
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9. Ubicación privilegiada ............................................................................................ 56 10. Acto inaugural del nuevo Edificio Administrativo de la FULP .............................................. 57 10.1 Fotos de la inauguración ............................................................................. 58 10.2 Discurso del Presidente ............................................................................... 60
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1. INtRoDUccIóN
La Fundación Canaria Universitaria de Las Palmas conmemoró en noviembre de 2007 el 25 Aniversario de su constitución. Durante este cuarto de siglo la Institución ha trabajado con una misión concreta: conectar los conocimientos y capacidades de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria con la sociedad y el sector empresarial, actuando como puente de unión entre ambos mundos. El esfuerzo realizado durante estos 25 años se ha traducido en un crecimiento continuo y moderado de la Fundación Canana Universitaria de Las Palmas. Esta progresión de la institución y el interés por ofrecer el mejor servicio, ha hecho que la Institución haya adquirido un edificio donde irán ubicadas sus nuevas oficinas, manteniendo la sede en su actual ubicación, Juan de Quesada, 30. Estas nuevas instalaciones, situadas en un edificio próximo a la Sede Institucional de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, concretamente en Juan de Quesada 29, pasan a formar parte del patrimonio de la Fundación Canaria Universitaria de Las Palmas, convirtiéndose en el primer inmueble que adquiere la Institución. De esta forma, la Fundación Universitaria refuerza su compromiso con la sociedad de continuar ofreciendo un servicio de calidad en un entorno más amplio y confortable. Y este evento inaugural se da también en el momento en el que La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria conmemora el veinte aniversario de su creación. Se trata de una fecha inolvidable para todos los grancanarios, para los canarios en general, pues no sólo constituía el primer paso de una destacada aportación al progreso de Canarias, de las perspectivas de futuro de sus habitantes, como se ha podido constatar a través de estos años, sino que venía a cumplir el anhelo de todo un pueblo a través de varios siglos de su historia, en los que, con una sola voz, con una idea compartida por todos y presente generación tras generación, aspiraba a conseguir los ámbitos de formación media y superior imprescindibles para su desarrollo como persona y como sociedad. Por ello la Fundación Universitaria de Las Palmas, una vez más, no puede menos que reafirmarse en la idea de cómo, desde el momento mismo de su gestación y creación, no ha sido, no ha querido ser otra cosa, que la plasmación, la materialización, de esa voluntad de siglos de la ciudadanía de reivindicar una universidad, y, posteriormente, defender, respaldar y apoyar su crecimiento y su existencia. De ese pasado, de nuestro presente, de nuestra voluntad de futuro, deben ser símbolo eficaz estas nuevas instalaciones de la Fundación Universitaria de Las Palmas. Se trata de un hermoso edificio enclavado, junto al del Rectorado de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, en una de las antiguas e históricas vías de Vegueta con la vista puesta en Triana y al abrigo de los antiguos e históricos Riscos de San Juan, San Roque y San Nicolás, a la vera misma de lo que fue el cauce del Guiniguada, hoy una amplia avenida de acceso al interior de la isla, flanqueada por las altas y antiguas palmeras, de las que toma parte de su nombre la ciudad, “Las Palmas”, y próxima a históricos edificios como la Catedral de Canarias, el Hospital de San Martín, la Casa Regental, las Casas Consistoriales o el Palacio Episcopal, en el eje de lo que constituye no sólo un núcleo fundamental para el patrimonio histórico–artístico canario, sino del orbe socio-cultural isleño. Esto se palpa en la pintura de Ignacio Bordes y se refleja en las páginas de esta publicación conmemorativa de la inauguración de estas instalaciones.
FULP, panorámica del risco de San Juan de Ignacio Bordes (2009)
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2. PRESENTACIÓN DEL PRESIDENTE
La adquisición de nuestras nuevas oficinas ubicadas en uno de los edificios más simbólicos de la capital grancanaria, obra del arquitecto Rafael Massanet y Faus, es un hecho que nos llena de satisfacción. Muchas han sido las instituciones que durante estos 25 años de vida de la Fundación Universitaria de Las Palmas nos cedieron sus instalaciones para que pudiéramos desarrollar nuestro trabajo con éxito. Ahora que contamos con un nuevo espacio propio, es el momento de agradecerles la confianza que depositaron en nosotros y su generosidad. Gracias a la UNED, a la Confederación Canaria de Empresarios y a FEMEPA, ya que la Fundación Universitaria de Las Palmas recibió, en aquellos primeros años, todo el apoyo para llevar a cabo su actividad. Y como no, a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, ya que en el Rectorado, donde continuamos teniendo nuestra Sede, siempre nos hemos sentido como en nuestra propia casa gracias a los equipos rectorales que han estado al frente de la Institución Académica. Ahora que comenzamos una nueva etapa, continuaremos trabajando con el mismo entusiasmo con el que lo hemos hecho hasta entonces, fortaleciendo el vínculo entre la Universidad y las empresas y la sociedad canaria en general.
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3. eL eJe DeL BaRRaNco GUINIGUaDa y LaS INStItUcIoNeS cULtURaLeS
El Barranco del Guiniguada se constituyó entre los barrios y núcleos poblacionales que conforman el centro histórico de Las Palmas de Gran Canaria, en un eje fundamental en la vida urbana. Esta vía cultural, social y de ocio se ha mantenido con igual pujanza, incluso cuando el cauce seco –por el que, en ocasiones, discurrían imponentes avenidas de agua, que atraían la curiosidad de todos y llegaban a alarmar a la población– se cubrió con una enorme losa de cemento y asfalto. En los años setenta del siglo XX, se abrió sobre dicha losa una nueva carretera de acceso al centro de la isla y, a pesar de ello, la población sigue hablando del barranco como si su cauce y sus puentes estuvieran aún al alcance de su mirada.
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Fig. 3.1. Barranco Guiniguada desde San Roque con la calle Juan de Quesada al fondo (Kurt Herrmann, FEDAC)
Fig. 3.2. El cauce seco del Barranco Guiniguada fue también un popular terrero para la lucha canaria (FEDAC)
De entre aquellos puentes que salvaban el cauce del Guiniguada, había uno nominado “Puente de Piedra”, tendido entre las actuales calles de Obispo Codina y Muro, cuya estructura se construyó poco después de la fundación de la ciudad. Fue el que más perduró (hasta finales de los años 30 del siglo XIX) y lo sustituyó el último existente, de hierro y cemento armado, que fue costeado por el Obispo Verdugo, a comienzos del siglo XIX, según un proyecto del escultor José Luján Pérez. De este último aún se conservan las cuatro esculturas, que representan a las estaciones del año, y que fueron traídas de Italia para decorar el que también se conoció como “Puente Verdugo”. En el curso bajo del barranco se trazó el “Puente de Palo”, entre la Calle Mayor de Triana y el Mercado. Fue construido bajo el mandato del alcalde Antonio López Botas y luego se ensanchó, para levantar a un lado y otro del puente unos característicos kioscos, que albergaron comercios, bazares, dulcerías, floristerías y hasta el afamado Café Suizo, popularmente conocido como “Bar Polo”, donde eran frecuentes las tertulias y reuniones de artistas, vinculadas con los eventos que se ofrecían en el cercano Teatro Pérez Galdós. Un último puente se situó en la desembocadura del mismo barranco, para unir la autovía marítima, y fue de corta vida ya que, inaugurado en 1965, desapareció al taparse totalmente el barranco.
Fig. 3.3. Puente de Piedra, o de “Verdugo” diseñado a comienzos del siglo XIX por José Luján Pérez por encargo del Obispo Verdugo (Kurt Herrmann, FEDAC)
Fig. 3.4. Primer edifi cio del “Teatro Pérez Galdós”, entonces denominado “Tirso de Molina”, preinaugurado en 1888 con la actuación del tenor Stagno (FEDAC)
El Barranco Guiniguada nos ofrece en su entorno un conjunto de edificios, monumentos y lugares públicos en los que se manifiesta la propia historia de la isla y de su capital, a la que tanta personalidad ha conferido. Un recorrido junto a la avenida que oculta el antiguo cauce nos permite acercarnos a lugares de enorme significación socio-cultural para la realidad actual de la ciudad y, con ella, de toda Gran Canaria. 10
Las vías que discurren a lo largo de su curso corresponden a históricas calles, como la bajada de Lentini, el músico de origen italiano establecido en esta ciudad; la de Mesa de León, en recuerdo del que fuera director del histórico Colegio de San Agustín; la del Terrero, la de Fuente, o la propia de Juan de Quesada, conocida en sus comienzos como El Toril. En ellas se sitúan emblemáticos edificios.
Fig. 3.5. Cauce seco del Guiniguada entre la calle Juan de Quesada y la de El Terrero (Jordao Da Luz Perestelo, FEDAC)
Fig. 3.6. Calle Juan de Quesada a comienzos del siglo XX y al frente la de El Terrero
(Kurt Herrmann, FEDAC)
En primer lugar, casi junto al mar, en lo que se conocía como “bocabarranco”, se encuentran dos históricos monumentos, el Teatro Pérez Galdós y el Mercado de Las Palmas, hoy conocido como “Mercado de Vegueta”. El primero de ellos fue dedicado a la memoria del universal escritor grancanario Benito Pérez Galdós, en 1901, al estrenarse allí su obra “Electra”, aunque se abrió provisionalmente, bajo la denominación de “Teatro Tirso de Molina”, en 1888, con la actuación del célebre tenor Stagno. La construcción del edificio, proyectado en 1867 desde Madrid por Francisco Jareño, fue dirigida en Gran Canaria por Julián Cirilo Moreno. Sin embargo, este inmueble tuvo una corta vida pues, en la madrugada del sábado 29 de junio de 1918, un incendio lo arrasó en su totalidad. Sobre sus cimientos, y tras una primera intervención del arquitecto Fernando Navarro, se levantó el edificio actual, entre 1925 y 1927, con un proyecto de Miguel Martín Fernández de la Torre y con decoración interior de su hermano Néstor. Este prestigioso artista se encargó de todos los detalles ornamentales, además de sus pinturas, de las vidrieras, de la claraboya central y del telón de honor. La planta principal del teatro está dedicada al compositor francés Camilo Saint–Saens, que residió en la ciudad varias temporadas, y al que se recuerda en el exterior del edificio con una escultura del artista Borges Linares. A comienzos del siglo XXI, el teatro fue restaurado completamente y su parte posterior reedificada, gracias a un proyecto que ha permitido adecuar este coliseo a las más modernas exigencias de la escenografía. El edifico del Mercado de Las Palmas, inaugurado el 1 de julio de 1858, fue encargado inicialmente al pintor grancanario Manuel Ponce de León, aunque su construcción definitiva se hizo posteriormente, bajo la dirección del arquitecto provincial Manuel de Oráa y Arcocha. El hermoso edificio, de líneas clásicas y serenas, constituye hoy uno de los símbolos más elocuentes del desarrollo y del progreso que tuvo Las Palmas de Gran Canaria a partir de los años centrales del siglo XIX, cuando la ciudad afrontó el camino de su modernización. A ello contribuyó el impulso de una generación inquieta y bien preparada –recordemos nombres como los de Antonio López Botas, Juan Evangelista Doreste, Juan de Padilla, Gregorio Chil y Naranjo, Agustín Millares Torres, Domingo J. Navarro, entre muchos otros–. A partir de aquella fecha se adoquinaron las calles; se abrieron nuevas plazas y la alameda; se construyó un primer teatro en la Plaza de Carrasco; se afrontaron medidas higienistas que mejoraron la salubridad de la población; se establecieron importantes centros de enseñanza, como el Colegio de San Agustín; llegaron los veterinarios, que pasaron a controlar el abasto público de carnes; se abrieron las primeras carreteras hacia el interior de la isla; se establecieron algunas compañías de transporte; se instaló un servicio público de alumbrado, que hasta 1899 no fue eléctrico; y se comenzó a estudiar la construcción de un nuevo y gran puerto. En este recorrido por la vera del barranco, tras subir por Lentini, en su margen izquierda, se llega a la Plaza de Hurtado de Mendoza, cuyo nombre obedece al célebre alcalde, de comienzos del siglo XX, que realizó la primera remodelación de esta popular plazuela. Enclavada entre los barrios de Vegueta y Triana, junto al cauce del Guiniguada, la “Plazuela de las Ranas”, como también se la conoció (por unas esculturas ubicadas en una fuente que ya no existe) o “Plazuela de la Democracia”, como se denominó durante la primera república española, o “del Príncipe Alfonso”, en 1880, ha sido un lugar neurálgico para el encuentro y disfrute de los ciudadanos. Los vecinos de la ciudad reclamaron que se arreglara este espacio de ocio después de la inauguración del Puente Verdugo, para lo que se inició una suscripción popular, en 1855, que permitió terminar su embaldosado. No obstante, hubo que esperar hasta 1871 para que se ajardinara con una hilera de árboles, que llegaba hasta el teatro. En 1908, bajo el mandato del alcalde Ambrosio Hurtado de Mendoza, se reformó totalmente, se mejoró su piso, se instalaron artísticos jardines con grupos de palmeras, laureles, acacias y otros arbustos, y se construyó un estanque en forma de pera, cercado con una verja, donde se criaban patos, cisnes y algún pelícano. Tras el fallecimiento del alcalde, en 1922, se le puso su nombre a esta plaza y se instaló un monumento dedicado a su memoria que aún se conserva. Frente a éste se sitúa el edificio de la Biblioteca Insular de Gran Canaria, una vistosa edificación, construida a caballo entre los siglos XIX y XX, que fue sede del Círculo Mercantil, de una entidad bancaria, años más tarde, y luego del Cabildo, que le ha dado el uso anteriormente mencionado.
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Desde este lugar se accede también a otro de los edificios más emblemáticos de la historia de la ciudad, el Gabinete Literario. Esta sociedad se fundó el 1 de marzo 1844 con fines culturales, artísticos y recreativos, y se instaló en el inmueble del primer coliseo, el Teatro Cairasco, obra de Santiago Barry. Sobre este mismo solar habían estado enclavados, con anterioridad, la casa y jardines del primer gran poeta canario, Bartolomé Cairasco de Figueroa, así como el convento de Santa Clara, desamortizado en 1836. En los primeros años del siglo XX, tras las intervenciones de algunos arquitectos, como Fernando Navarro o Rafael Massanet, el edificio se reformó completamente, quedando ultimada su imagen actual desde la década de los años veinte. La hermosa escalera principal, proyectada en 1946 por el afamado arquitecto Marrero Regalado, da acceso a la primera planta, donde se encuentra el Salón Dorado, lugar que ha sido testigo de actos culturales y artísticos, o de reuniones y asambleas trascendentales en la historia insular, como las organizadas para exigir la creación de una universidad en Las Palmas de Gran Canaria. A poniente de este edificio se halla el monumento a Colón, levantado en 1892 para conmemorar el paso del descubridor de América por esta ciudad y, un poco más al norte, en terrenos donde se ubicó el Convento de San Francisco y luego el cuartel del mismo nombre, el Conservatorio Superior de Música de Las Palmas.
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Fig. 3.7. Edifi cio del Gabinete Literario a fi nales del siglo XIX (Charles Medrington, FEDAC)
La margen derecha del barranco la recorre la actual calle de Juan de Quesada, frente por frente de lo que antiguamente se conocía como el Terrero, en las inmediaciones que ocupaba el Puente de Piedra. Esta vía evoca un espacio que, a lo largo de varios siglos, fue lugar de ocio y esparcimiento no sólo para los ciudadanos, sino también para quienes venían de otras poblaciones. Aquí funcionaban famosos figones donde, como recuerda Domingo J. Navarro, “…se asaban sardinas e hígados de vaca, se freían brecas y morenas, para dar de comer a los forasteros…”, en un ambiente bullicioso y popular. En sus inmediaciones se hallaban los “toriles”, donde se encerraban los toros traídos para los juegos de toros y caballos, que se llegaron a celebrar entre los siglos XVI y XVIII en la Plaza de Santa Ana. Sus aledaños también sirvieron como escenario y terrero para competiciones de lucha canaria, como recogen ciertas imágenes de las fotografías tomadas a comienzos del siglo XX. Además, sobre el Puente de Piedra discurrían las carrozas de la Batalla de Flores de los carnavales, las procesiones de Semana Santa, los desfiles militares, las manifestaciones ciudadanas o ciertos eventos señalados, como fueron los entierros del general Ignacio Pérez Galdós, en 1905, o el del pintor Néstor Martín Fernández de la Torre, en 1938.
En esta misma calle Juan de Quesada, en el nº 10, tiene su sede otra de las importantes instituciones culturales de Canarias, la Fundación Canaria Mapfre Guanarteme, una entidad privada, sin ánimo de lucro, constituida por los miembros de Mutua Guanarteme, el 22 de junio de 1984, con el objetivo prioritario de lograr el desarrollo social y la promoción cultural del Archipiélago, tratando de asumir e incorporar los valores universales que puedan enriquecer a la Comunidad Canaria y de proyectar hacia el exterior las peculiaridades de su propia cultura. Para la consecución de estos objetivos la Fundación realiza actividades en tres áreas fundamentales. La primera es la de formación para profesionales, que tiene la vocación de prestar un apoyo para la introducción de nuevos titulados en el mercado laboral y para la mejora de su cualificación. Este cometido lo desarrolla actualmente la propia institución, en colaboración con Escoex, Fundación Bravo Murillo. Una segunda área está dedicada, fundamentalmente, a Arte y Cultura; por ello, se realizan exposiciones plásticas tanto en las salas de la Fundación en la calle Castillo, como en las de Arucas y La Laguna, así como conciertos y conferencias. Hay que destacar que la Fundación atiende, de manera especial, la edición de las actividades realizadas: catálogos de sus exposiciones, ponencias de cursos impartidos, proyectos de investigación y, además, promueve las publicaciones de ciertos autores, de interés para la sociedad canaria. La tercera gran área de actuación se centra en la acción social, por lo que está encaminada a mejorar la calidad de vida de diversos sectores menos favorecidos. Al final de esta calle, en el mismo acceso al antiguo barrio de San Roque, se encuentra la ermita fundada bajo esta advocación y que fue erigida en parroquia desde el 27 de diciembre de 1938. Fue construida, en una primera fase, en torno a 1523, en la margen derecha del Guiniguada y alejada del centro de El Real de Las Palmas, en terrenos dedicados al cultivo de la caña de azúcar. Por tanto, fue cabeza visible de este popular asentamiento urbano, que tuvo su origen en el siglo XVII, cuando se inició el poblamiento, lento pero incesante, de los riscos que bordean el núcleo inicial de la ciudad y que tomaron el nombre de las ermitas que ya existían en sus inmediaciones, como es el caso de San Roque, San Juan, San Nicolás o San José. La devoción a San Roque es antigua y de hondo arraigo, al igual que ocurre en la Villa y Puerto de Garachico, en Tenerife, cuya corporación municipal y algunos vecinos, visitaron el templo de Gran Canaria en 1998, para señalar su hermanamiento en este patronazgo. Muy cerca de esta ermita, al comienzo de la calle Real de San Roque, se encuentra el edificio del que fuera, hasta 1978, cine San Roque y que fue inaugurado el 23 de febrero de 1951, con la proyección de la película “El burlador de Sevilla”. Se trata de un importante inmueble, que fue proyectado por el arquitecto Antonio Cardona Aragón, por encargo del empresario de cines de esta ciudad Manuel Marrero Barrera. En la actualidad ha pasado a pertenecer a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y, tras el proceso de restauración al que se somete actualmente, se convertirá en un centro de conferencias de dicha institución. Con la vista puesta en la espléndida panorámica de las antiguas fincas de El Pambaso y de la ermita de San Nicolás, –levantada a finales del siglo XVII al comienzo del antiguo camino real–, se encuentra también, en la propia calle Juan de Quesada, el amplio y llamativo edificio que ocupan el Rectorado de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y las dependencias de la Fundación Universitaria de Las Palmas. Se trata del inmueble que se construyó para acoger el primer Instituto de Segunda Enseñanza de Gran Canaria, que fue creado en 1915, tras un largo proceso de reivindicación. Durante la guerra civil española se trasladó dicho Instituto y comenzaron a utilizarse sus dependencias como Hospital Militar. El inmueble cuenta con un vistoso templete, que se alza sobre su rotonda central. El arquitecto que lo proyectó, entre 1919 y 1925, fue Enrique Cañas, y su rehabilitación estuvo a cargo del también arquitecto Luis Alemany, a principios de los años noventa del siglo XX, cuando se procedió a adaptarlo como sede del Rectorado. Con ello se intentaba consolidar la imagen de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, una institución que se creó por una Ley del Parlamento de Canarias, del 26 de abril de 1989, y que respondió a las aspiraciones ciudadanas que la venían solicitando mucho tiempo atrás.
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Figuras 3.8. y 3.9. Edifi cio del Rectorado en dos momentos distintos de sus primeros tiempos (FEDAC)
4. Juan de Quesada: un INSIGNE personaje para una “calle del saber”
Cuando el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria adoptó el acuerdo (8-1-1919) de rotular con el nombre de Juan de Quesada la calle del barrio de Vegueta, que discurre paralela a la ribera sur del Guiniguada, no significó un despojo que pretiriera el nombre de otra persona: la vía se denominaba, sencillamente, calle del Progreso. Antes de que ese sector fuese urbanizado era conocido como El Toril, por radicar en él los corrales, gañanías o toriles a los que se conducía el ganado destinado al abastecimiento de la población. En las inmediaciones de los establos se asentaban algunos chamizos, que expendían a los boyeros fritangas, tabaco y ron. Los extensos solares de las casonas blasonadas que se alzan en la acera norte de la calle Castillo, llegaban hasta estos parajes, y se transformaban en fértiles huertas, que el Guiniguada regaba en sus crecidas. El rango de vía urbana no le llegaría hasta los años sesenta del siglo XIX, gracias a la diligente gestión del alcalde Antonio López Botas, que estrechó el cauce del barranco, construyó la muralla, e hizo posible el nacimiento de la rúa. Muchas de estas mejoras capitalinas las sufragó López Botas de su personal peculio, y terminó arruinado: ¡qué ejemplo! Esta vía, que inicialmente tuvo como objetivo el de comunicar y acercar el popular barrio de San Roque al centro de la ciudad, se ha ido convirtiendo en la calle del Saber. En ella tuvo su sede el Instituto de Segunda Enseñanza Pérez Galdós; y en la actualidad, el Rectorado de la Universidad de Las Palmas y la Fundación Universitaria; también, en el transcurso de los años, radicaron en ella la Banda Municipal de Música; el estudio del pintor José María Rodríguez de Losada; la academia de música de Santiago Tejera Ossavarry, en la que tuvo lugar el ensayo de la zarzuela “La hija del mestre”. De más reciente vecindad son: la “Fundación Mapfre-Guanarteme”, que es rara la semana que no abre sus salas para celebrar exposiciones, conferencias o presentaciones de libros, y la “Obra Social de Acogida y Desarrollo”, que reparte su sede entre varios inmuebles de la calle. ¿Quién fue Juan de Quesada?: un hijo de la ciudad de Las Palmas que acomodó su vida a esta regla: Me conformo con no ser nada en el mundo, pero si algo he de ser quiero debérmelo a mí mismo. Juan de Quesada y Déniz vio la primera luz en una casa, hoy derruida, de la calle “Doctor Déniz”, el 23 de julio de 1857, y dejó de existir en Madrid, en 1919. En el Seminario realizó los estudios secundarios como alumno externo, porque su familia deseaba para él una recta instrucción religiosa, hábitos disciplinados y sólida formación humanística. De manera simultánea, el padre y su tío Domingo Déniz Grek, que habían estudiado en Francia, lo aleccionaban en ciencias e idiomas. A los 16 años lo enviaron a Mogador, como pupilo de la Casa–Misión de los religiosos franciscanos, para el perfeccionamiento del francés y aprendizaje del árabe. A los 21 años emprendió viaje a Madrid e inició la carrera de Derecho; de su impedimenta intelectual formaban parte tres lenguas, además de la nativa: latín, francés y árabe. En 1880, cuando ya finalizaba sus estudios universitarios, fue contratado por don Camilo Hurtado de Amézaga, Marqués de Riscal, para que formara parte del equipo que haría realidad su proyecto de fundar un periódico de difusión nacional, no adscrito a ningún partido político. Con este fin lo envía el marqués a Francia, a contratar la maquinaria; y a Inglaterra, para que conociese la organización de los grandes periódicos británicos.
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EL DIA, que así se tituló el periódico, iba a ser el primero que contó en España con una rotativa y también el que generalizó el nombramiento de corresponsales estables en las principales capitales del mundo. En todo momento fue EL DIA altavoz del Archipiélago en la Villa y Corte de la Restauración, gracias a que un grancanario pilotaba este influyente órgano de opinión. Numerosos electores de Gran Canaria deseaban que Quesada les representara en el Parlamento, pero el tejido caciquil de León y Castillo malogró el intento. Entonces, don Antonio Cánovas del Castillo le ofreció presentar su candidatura en otro distrito de la Península, pero no lo aceptó, porque él, a lo que aspiraba, era a representar a su isla en las Cortes y no a hacer carrera política. Quesada no dejó de estar atento en ningún momento a los problemas de su tierra natal. Prestó como abogado valiosos servicios a sus paisanos, interesándose por sus asuntos ante la Administración y fue el asesor legal de la gran Comisión que se desplazó a Madrid, en 1912, y que consiguió que Canalejas sacara adelante la Ley de creación de los Cabildos Insulares, que no era la anhelada división provincial, pero que significó un valioso primer paso. Juan de Quesada, como otros muchos canarios, tuvo que salir de su isla para obtener una licenciatura; hoy, en cambio, se asienta en la calle que lleva su nombre el Rectorado de nuestra Universidad, en la que más de veinte mil estudiantes adquieren idónea formación académica, a la que coadyuva la Fundación Universitaria de Las Palmas con su extenso programa de ayudas y becas, formación continua y acciones para el fomento del empleo, entre otras acciones.
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5. eL pRoceSo De URBaNIZacIóN DeL BaRRaNco: De eL toRIL y mataGatoS aL paSeo DeL pRoGReSo
Hasta finales del siglo XIX, en la margen derecha del barranco Guiniguada discurría una calle junto a la muralla que cerraba el cauce de su curso bajo, aproximadamente, desde el inmueble correspondiente al número 18 de la actual vía de Juan de Quesada hasta la plaza del Mercado que, erigida en 1858, se levantaba entre dicho margen y la orilla del mar. Esta calle recibía el nombre de calle del Progreso, denominación que mantuvo hasta el mes de enero del año 1919 en que, como ya se indicaba en el capítulo anterior, fue rotulada con el nombre del insigne periodista. Por tanto, equivalía, de naciente a poniente, a las actuales de Calvo Sotelo, Mesa de León y a un tramo de Juan de Quesada. La muralla a la que hemos aludido fue hecha y rehecha en numerosas ocasiones, al igual que los puentes que cruzaban el cauce del Guiniguada, pues sufrían importantes daños cuando las avenidas torrenciales incrementaban el caudal de las aguas, minaban sus estructuras y originaban su desplome parcial o total. En esas circunstancias la calle del Progreso se convertía en un barrizal aunque, a medida que se fueron adoptando soluciones para mejorar la urbanización de la ciudad en el siglo XIX y, sobre todo, en su segunda mitad, la muralla fue reforzada, lo que favoreció su mayor estabilidad. Sin embargo, a partir del punto correspondiente a los actuales inmuebles números 18 y 19 de Juan de Quesada, las edificaciones y la muralla desaparecían, “acababa la ciudad”, y se desarrollaban los bancales de cultivo de la llamada huerta de Matagatos, como pone de manifiesto la cartografía que representa el trazado urbano de Las Palmas de Gran Canaria hasta fines del siglo XIX (véanse figuras 5.1 y 5.2). 17
Fig. 5.1. Detalle plano 1742 Antonio Riviere
Fig. 5.2. Detalle plano 1883 López Echegarreta
Dicha huerta, cercada por un pequeño muro, era propiedad de don Francisco María de León y Falcón a mediados del siglo XIX (Domínguez, J., Moreno, C. y Ginés, M. C., 2005)., como así consta en un expediente del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, de 1853, en el que dicho propietario solicitaba que se reparara la muralla que iba desde la calle del Hospital (hoy Ramón y Cajal) al barrio de San Roque, ya que los escombros de esta edificación, que habían deteriorado las lluvias, obstruían la acequia con la que regaba su explotación agraria de Matagatos1. 1
AHPLP. Expediente del Ayuntamiento Constitucional de Las Palmas, nº 18, de 1853.
A principios del siglo XX, cuando se procedió a su urbanización disfrutaban de su titularidad sus descendientes o allegados de éstos, entre ellos, su yerno, don Agustín Bravo de Laguna y Joven de Salas, que había casado con su prima hermana doña Luisa León y Joven de Salas, hija de don Francisco María de León y de su mujer, doña Hipólita Joven de Salas; también figuraba como propietario don Francisco Bethencourt Armas, casado con Mª Carmen Quintana León, hija de don Antonio Rómulo Quintana y Llarena y de doña Mª Dolores de León y Joven de Salas, otra de las hijas de don Francisco Mª de León y Falcón... A lo largo de la calle del Progreso se levantaba un número considerable de inmuebles en su tramo inferior, que además de servir de vivienda a los vecinos, albergaban negocios especializados en actividades complementarias a las de la recova (lonjas, tiendas de comestibles…) Sin embargo, a medida que se ascendía por el cauce, las edificaciones que lo jalonaban variaban su especialización, sobre todo en el sector correspondiente a la actual calle de Juan de Quesada, cuyo arranque y trazado definieron, a fines del siglo XIX y principios del XX, la apertura y realineación de la Calle Nueva (actual calle de Obispo Codina), en 1899, la urbanización de la finca de Matagatos, en 1911, y la demolición del antiguo Puente de Verdugo y su sustitución por el Puente de Piedra en 1928.
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El sector de la calle comprendido entre Obispo Codina y la finca de Matagatos era una vía un tanto angosta y no muy larga, y recibía el nombre popular de El Toril, por el uso que se hacía de su entorno para estabular reses mansas, para consumo de carne, y reses bravas, para los juegos de toros que se dieron en la ciudad con motivo de las principales festividades (Laforet Hernández, J. J., 2007). El Toril era un lugar un poco apartado, en cuyos aledaños había numerosos figones y establecimientos de pupilaje de caballerías, aunque su verdadero uso fue el de albergar allí las reses que iban a ser sacrificadas para proveer de carne al mercado público por el jifero o matarife… (García Gómez, M. R., 2007). Esta especialización también se debía a que El Toril se situaba en las proximidades del camino real que conducía desde la ciudad hacia la Vega y el interior de la isla (calle Granados, actuales calles Castillo y Ramón y Cajal), de forma que el propio cauce del barranco se convertía en improvisado lugar de descanso de las caballerías, como ponen de manifiesto los grabados de las figuras 5.3 y 5.4. También en este sector de la ciudad se celebraban peleas de gallos y luchadas, y se atendía a los forasteros que llegaban a Las Palmas de Gran Canaria (Laforet Hernández, J. J., 2007). El siguiente texto de don Domingo José Navarro y Pastrana, de su obra Recuerdos de un noventón (1895), lo narra con estas palabras:
… A la derecha, en otra asquerosa hondonada, se hallaba la corta calle del Toril, con miserables cuartuchos, a cuyas puertas se asaban sardinas e hígado de vaca, se freían brecas y morenas para dar de comer a los forasteros…
Fig. 5.3. Detalle grabado Williams
Fig. 5.4. Detalle de grabado alemán 1858
Por tanto, en dicha calle coexistían los humildes inmuebles, que se levantaban junto a la muralla que delimitaba el cauce del barranco, con las huertas y jardines de la orilla meridional de la calle. Estos últimos se situaban a la espalda de las haciendas que se alzaban junto a la acera septentrional del llamado Callejón del Regente y, sobre todo, de las de la calle Castillo. Este continuo de edificaciones y de jardines o huertas quedaba interrumpido por dos callejones, las actuales calles Frías y Doramas. Estas calles recibieron dichas denominaciones en marzo de 1864, cuando lo acordó la Corporación municipal presidida por el alcalde constitucional don Antonio López Botas, tras el estudio desarrollado por el oficial del Ayuntamiento, don Tomás Morales Montesdeoca. Así puede apreciarse, a continuación, en el documento que se trascribe parcialmente: Sr. Alcalde El oficial que suscribe deseando evacuar el encargo que V. I. se ha servido hacerle respecto á rehacer y completar el estado que obra en este expediente, haciéndolo extensivo a todas las calles y callejones de los barrios, ha recorrido ante todo la población entera y los mismos barrios; …que se tengan en cuenta ciertas observaciones, oportunas en su opinión, y que tomadas en consideración se resuelva lo que se estime mas conveniente, expone a V. I. las siguientes, con las propuestas que en su virtud hace: … 10ª. La calle que baja de la Plaza de Santa Ana a la del Toril no tiene nombre y pudiera dársele el de “Frías”, alusivo al Iltmo. Sr. Dn. Juan de Frías, primer obispo que vino a esta Ciudad y que concurrió a la Conquista de esta isla. … 12ª. Del callejón del Regente al barranco hay un tránsito que no tiene nombre y debe dársele uno: para esto se propone el de “Doramas”, alusivo a Dn. Juan Doramas, canario indígena que se hizo notable y que después de cristiano concurrió a la conquista de Tenerife.2
En las últimas décadas del siglo XIX, las transformaciones que se perciben en el entramado urbano de Juan de Quesada, además de la mencionada rotulación de las calles perpendiculares, son las del cierre de los jardines traseros de las viviendas, con portalones y enverjado, la edificación o reedificación de algunos inmuebles y la paulatina desaparición de las pobres construcciones que se adosaban al muro del cauce del barranco. Todo ello sucede antes de que se adopten las medidas urbanizadoras de las primeras décadas del siglo XX, las que han dado la fisonomía que hoy caracteriza a la calle Juan de Quesada. Los primeros expedientes de obras de dicha calle, que se conservan en el archivo municipal de Las Palmas de Gran Canaria, datan del año 1869. En aquella fecha don José Romero Henríquez solicitó el permiso pertinente para levantar un inmueble a partir de la reedificación de dos antiguas casas, según planos de Manuel Ponce de León y Falcón. El edificio, que corresponde al del actual número 2 de la calle, es de tres plantas, de factura clasicista y se corona con un torreón centrado y adelantado en fachada, de bella estampa, que decoran, en los laterales, dos grandes roleos serlianos que rematan en formas avolutadas (figura 5.5)3.
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AHPLP. 84/2 - 1861 AHPLP. 172/192 – 1869 y 172/193 - 1869
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Fig. 5.5. Juan de Quesada, 2
Pocos años después, en 1873, don Manuel Verdugo Machado solicitó un permiso de obras para cerrar con un enverjado los jardines de su propiedad, situados en la calle del Progreso, según alzado del maestro mayor de obras don Francisco de la Torre Sarmiento (figura 5.6). Dicho enverjado quedaba flanqueado por dos torreones4. Otra estructura semejante, diseñada también por don Francisco de la Torre Sarmiento, fue levantada en el año de 1880 en la huerta de la casa habitación de don Agustín Bravo de Laguna y Joven de Salas, por la parte que miraba hacia la calle del Progreso, tal y como indican el expediente y el croquis de dicha estructura (figura 5.7)5. 20
Cuando la casa de don Manuel Verdugo Machado fue adquirida por Mr. James Nelson, este último solicitó, en 1888, permiso para levantar un nuevo enverjado, según alzado y plano del arquitecto don Laureano Arroyo y Velasco. Dicho enverjado, que ha desaparecido, corresponde al solar donde hoy se levanta el inmueble con número de gobierno 12. Esta propiedad quedaba situada entre las parcelas de don Juan de León y Castillo, actual número 12A y la de las señoras del Río y León, actual número 13. En cuanto a las casas más modestas, de factura sencilla, cuyo permiso de construcción procede de esta misma época, se pueden reconocer la de don Juan Iglesias, de 1875, y las dos de don Manuel Torres, ambas de 1876. La primera era un inmueble de formas sobrias, de una sola planta y que ocupaba un solar de extensa fachada, mientras que las segundas tenían un frontis de menor longitud y se levantaban en dos plantas. Sus croquis los firmaron el arquitecto don Antonio López Echegarreta (la primera y una de las otras dos) y el maestro mayor de obras don Francisco de la Torre Sarmiento (figura 5.8)6. Otra solicitud de edificación de un inmueble menos ambicioso que el que ya había acometido don José Romero, en el actual número dos, fue la que presentó en 1880 para otro solar de la calle del Progreso; en este caso se trataba de una casa de una sola planta y altillo, según diseño de don Antonio López Echegarreta. Por último, también de esta misma época data la petición del que llegó a ser alcalde de la ciudad, don Juan María de León y Joven de Salas, para cerrar con muro de cerca y portada de ingreso la finca de Matagatos, que había coheredado de su padre y que había arrendado a don Sebastián Suárez Tascón (figura 5.9)7. 4 5 6 7
AHPLP. 197/109 - 1873 AHPLP. 256/3 - 1880 AHPLP. 245/43 – 1876 AHPLP. 333/8 -1889
Fig. 5.6. Portalón
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Fig. 5.7. Enverjado Agustín Bravo
Fig. 5.8. Casa diseñada por Francisco de la Torre
Fig. 5.9. Casa diseñada por Francisco de la Torre
Los planos los realizó el arquitecto Laureano Arroyo y Velasco en 1889 y corresponden a un cerramiento de bella factura, propio de las tendencias del eclecticismo arquitectónico, que desapareció en la segunda década del siglo XX, probablemente, cuando se procedió a la urbanización de la finca. En síntesis, la actual calle de Juan de Quesada, tiene una larga historia. Fue lugar de encuentro de las personas que venían de visita a la ciudad, donde se hospedaban o se alimentaban en sus figones. En sus aledaños reponían fuerzas las caballerías y se juntaban las reses destinadas a los festejos, así como las que eran conducidas al sacrificio para su venta en el mercado. Además, como límite del barrio de Vegueta, en la parte trasera de los solares donde se levantaron imponentes mansiones a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX (calle Castillo), se desarrollaban huertas y jardines que fueron poco a poco delimitados con verjas de cerramiento. Por último, el tramo superior de la calle fue un extenso vergel hasta la segunda década del siglo XX, pues la finca de regadío de Matagatos, plantada de millo y, más adelante en el tiempo, de plataneras, contribuía con su verdor a delimitar el perímetro edificado de la ciudad, en sus confines de poniente.
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6. La ciudad jardín de Vegueta y sus inmuebles
Las solicitudes de cerramiento de los jardines de la calle del Progreso y los balcones de las nuevas viviendas favorecieron que, desde fines del siglo XIX, dicha vía dispusiera de algunas muestras del tipo de edificación más novedoso que se realizaba en ese momento en Canarias. Nos referimos a la arquitectura del hierro, material que sustituyó muchos de los usos constructivos tradicionales de la madera, tras la revolución industrial. A estas iniciativas se sumó, años después, el acuerdo de arbolar la calle (1896), decisión que se alcanzó en una sesión del pleno del Ayuntamiento, de 31 de julio de 18961.
… Vista una comunicación del Sr. Director de arbolado de Vegueta, D. Carlos Navarro, manifestando que á fin de proceder al arbolado de la calle del Progreso, se hace indispensable colocar una fila de estadales en todo su trayecto por el lado de la muralla del barranco y exponiendo asimismo la conveniencia de reformar la terminación de la calle de Los Reyes en la plazoleta del mismo nombre, se acordó pase este oficio a las Comisiones de obras y arbolado a objeto de que, de acuerdo con los respectivos tenientes de Alcalde, entiendan y resuelvan lo que más acertado estimen respecto de los dos extremos que abraza la precitada comunicación… 23
Por último, la culminación de estas novedades la representó el primer proyecto de urbanización de tipo ciudad jardín que se adoptó en Canarias, cuando se edificaron como villas u “hoteles” los solares que fueron parcelados en la antigua finca de Matagatos y que la convirtieron en un sector ajardinado de la ciudad, con edificaciones propias de la arquitectura de los “suburbs” ingleses. El proyecto data de 1911 y, tras su presentación por los promotores, fue tratado en las sesiones municipales de los días 22 y 292 de marzo de dicho año, que se transcriben a continuación:
En la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, a veinte y dos de marzo de mil novecientos once, bajo la presidencia del Sr. Alcalde, D. Felipe Massieu y Falcón, se reunieron en la sala de sesiones de la Casa Consistorial, los Señores Concejales anotados al margen
…Dióse cuenta de una instancia inscrita por D. Agustín Bravo de Laguna y D. Francisco Bethencourt Armas, por sí y a nombre de los demás partícipes en la propiedad de la finca rústica denominada “Matagatos”, acompañando y sometiendo 1 2
AHPLP. Rollo 574 de las actas municipales microfilmadas de Las Palmas de Gran Canaria. AHPLP. Rollo 582 de las actas municipales microfilmadas de Las Palmas de Gran Canaria.
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a aprobación de la Municipalidad un proyecto de urbanización de la expresada finca. Según ese proyecto, se prolonga, siguiendo la margen del barranco, el paseo del Progreso, con ancho de siete y medio metros y, recortando por la margen derecha del barranquillo de San Roque, enlazará con la calle de Granados. A fin de facilitar la formación de solares de forma adecuada para la edificación, se abrirá una calzada intermedial que, partiendo a setenta y siete metros y sesenta centímetros del origen de la prolongación del paseo de Progreso, forma con éste ángulo recto y sube hasta alcanzar una distancia de veinte y ocho metros de dicho paseo [actual calle Clemente Jordán], para continuar en dirección próximamente paralela al mismo, en un largo de doscientos catorce metros y noventa centímetros [actual calle Verdi], llegando hasta cerca del promedio de la calle Granados, donde tuerce su eje para ir a empalmar con dicha calle por medio de un ramal de trece metros de largo [ramal que no llegó a ejecutarse y que se convirtió en otra calzada de corto trayecto, que conectaba de nuevo con el Paseo del Progreso, hoy calle Beltrán de Lis]. Las esquinas de esta calzada, en su origen y terminación, serán achaflanadas. Además, en el sitio que corresponde a la línea de dirección de las partes de finca que representan los peticionarios, se indica el punto en que el Ayuntamiento puede establecer una escalinata de dos y medio metros de ancho para comunicar directamente la carretera del Centro con la calzada antedicha, acortándose de ese modo la distancia desde los barrios altos hasta el puente de Verdugo. En las alineaciones que hacen frente a la calle de Granados, se marcan algunas ligeras modificaciones que, para regularizar el trazado, pudiera aprobar el Excmo. Ayuntamiento para los casos de la acera de enfrente comprendida entre los número once al veinte y uno. La superficie total de la finca es de veinte mil ochocientos setenta y un metros y ochenta decímetros, de los cuales quedarán destinados diez y seis mil ciento cincuenta y tres metros a solares edificables, y cuatro mil setecientos diez y ocho metros y ochenta decímetros a la apertura de calles. El terreno destinado a éstas será cedido y entregado gratuitamente al Ayuntamiento, así como la muralla que limita la finca con el cauce del barranco, a fin de que las expresadas calles sean incorporadas y abiertas al tránsito público, conforme lo vayan consintiendo las edificaciones que se ejecuten en su trayecto; entendiéndose que los cesionarios quedan relevados de todo gasto ulterior, en cuanto a la urbanización y conservación de las mencionadas calles se refiere. Leyose también el dictamen de la Comisión de Obras y Ornato, proponiendo la aprobación del reseñado proyecto y la aceptación del terreno destinado a calles en las que, en su día, se establezcan los servicios municipales.
Por unanimidad se dispuso quede el expediente sobre la mesa, para estudio de los señores Concejales. ---------------------
En la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, a veinte y nueve de Marzo de mil novecientos once, bajo la presidencia del Sr. Alcalde, Don Felipe Massieu y Falcón, se reunieron en la sala de sesiones de la Casa Consistorial, los Señores Concejales anotados al margen para celebrar la ordinaria que por falta de número no tuvo efecto el lunes último. … Visto de nuevo el proyecto de urbanización del cercado de “Matagatos”, que quedó sobre la mesa en la sesión anterior, el Sr. Hurtado propuso que se achaflanen o redondeen los ángulos que forma en su arranque el ramal que comunica con la de Granados la calle intermedia trazada en el proyecto y que no se resuelva por ahora hasta nuevo estudio, lo que se haya de hacer en la faja de terreno indicada en el mismo proyecto para una escalinata que establezca otra comunicación entre las
dos citadas vías [actual calle Bretón], pues pudiera ser más conveniente un ascensor, como los hay en otras poblaciones. … El Sr. Sánchez Torres encomió la importancia de la urbanización de “Matagatos”; entendiendo que se debe apresurar el estudio y ejecución de la cloaca en proyecto por la margen derecha del Guiniguada, por cuanto afluyendo a un estanque de dicha finca las evacuaciones del Hospital de San Martín, que se utilizan en el riego de la misma, cuando desaparezcan los cultivos, habrá que dar salida a esas evacuaciones; y no existiendo cloaca, tendrán que verter al descubierto, lo que constituiría un grave peligro para la salud pública. Objetó el Sr. Pérez Miranda que, como la urbanización no ha de ser tan rápida que dé lugar al peligro indicado, no precisa para la aprobación del proyecto que esté construida antes la cloaca; replicando el Sr. Sánchez Torres que habiendo reconocido la importancia de la urbanización de “Matagatos”, no ha imaginado siquiera que se retarde la aprobación del proyecto, lo que pretende es que, al propio tiempo, se acuerde apresurar el estudio de la cloaca para su próxima ejecución. Conformes todos los Señores Concejales por unanimidad se acordó aprobar el proyecto antedicho con la modificación de se achaflanaran o redondearan, según prácticamente resulte mejor, los ángulos que forma en su origen el ramal de comunicación de la calle intermedia con la de Granados, y a reserva de modificar también, si se considerase conveniente después de nuevo estudio sobre el terreno, el trazado de la prolongación del Paseo del Progreso por la margen derecha del barranquillo de San Roque; aceptándose la cesión del muro de contención de la finca sobre el barranco y la del terreno destinado a calles, para abrirlas al tránsito público y urbanizarlas el Ayuntamiento, a medida que se vayan explanando los solares y edificándose en ellos. Respecto a la alineación de la calle de Granados, que modifica la actual, deberá tramitarse en legal forma el correspondiente proyecto... Después de breve deliberación se convino en aplazar este asunto para resolver con el trazado definitivo que ha de darse al ramal del paseo del Progreso, de que trata el particular anterior.
A partir de esa fecha se sucedieron las solicitudes de permisos de obras para levantar los nuevos inmuebles. La primera fue la de don Luis del Castillo Matienzo que, ese mismo año, presentó una instancia para obtener la licencia de obras pertinente para construir una villa diseñada por el arquitecto don Fernando Navarro y Navarro, que corresponde al que lleva hoy el número de gobierno, 20. El inmueble tiene dos plantas y está coronado por un torreón3 (véase figura 6.1). Esta solución urbanística de parcelas ajardinadas, con edificios de una o dos plantas y un cuerpo independiente, a modo torreón, de mayor altura, fue adoptada en casi todos los inmuebles que se erigieron durante el proceso de construcción de los años veinte y treinta del siglo XX y confiere una peculiar prestancia a la arquitectura de Juan de Quesada, a la que contribuye, además, el arbolado. Todo ello se puede reconocer en la fotografía aérea de la zona (figura 6.2).
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AHPLP. 43-72-1911. Serie primera
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Fig. 6.1. Juan de Quesada, 20
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Fig. 6.2. Fotografía aérea de Juan de Quesada
Además del ya mencionado inmueble, fueron construidos con arreglo a esta pauta los de los actuales números 21, 23, (figuras 6.3 y 6.4), 29 (nueva sede de la Fundación Universitaria de Las Palmas), 30 (sede del Rectorado de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria) (figura 6.5), 32, 33-34-35 (figura 6.6) y tres más, desaparecidos, que se situaban, uno en el actual número 27 y otros dos en el confín de la calle (figuras 6.7 y 6.8). La arquitectura de influencia centroeuropea y la racionalista también dejaron su huella en la misma, gracias a los inmuebles número 26 y 31, respectivamente.
Fig. 6.3. Juan de Quesada, 21
Fig. 6.4. Juan de Quesada, 23
Fig. 6.5. Juan de Quesada, 30
Fig. 6.6. Juan de Quesada, 33-34-35
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Fig. 6.7 y 6.8. Juan de Quesada, s/n
7. hIStoRIa DeL eDIFIcIo De La FUNDacIóN UNIVeRSItaRIa
Entre los promotores de los inmuebles de la calle Juan de Quesada encontramos a representantes de las más elevadas clases sociales, pero no sólo a hacendados y miembros de la aristocracia, sino también a personas que ejercieron profesiones liberales y que gozaron de un elevado reconocimiento en su época. Éste es el caso del notario don Luis Suárez Quesada, cuya viuda solicitó la licencia de construcción del inmueble de Juan de Quesada, 291. En 1924, doña María del Carmen Briganty Pérez presentó, ante el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, la petición de permiso para levantar el inmueble de la actual sede de la Fundación Universitaria, es decir, trece años después de que se aprobara la urbanización de Matagatos, cuando ya comenzaban a erigirse otras construcciones en la orilla meridional de la calle y las parcelas habían quedado perfectamente definidas. En este caso se trataba de un solar esquinero, con una superficie de 289,99 metros cuadrados, que delimitaba, a poniente, la calle Beltrán de Lis (que aún no tenía este nombre) y el solar colindante, de naciente, de don José González Álvarez (figura 7.1). Como puede apreciarse en dicho plano, el proyecto arquitectónico fue encargado a don Rafael Massanet y Faus. El inmueble correspondía a una superficie edificada de 247,55 metros cuadrados en la primera planta y a 195,27 en la segunda. Poco más de cuarenta y dos metros cuadrados se reservaban para patio y jardines (42,44). 28
Don Rafael Massanet y Faus (Alcoy, 1890-Las Palmas de Gran Canaria, 1966) obtuvo el título de Arquitecto, en 1915, por la Escuela de Madrid. Tras su traslado a Gran Canaria, contrajo matrimonio con la hija del también arquitecto don Fernando Navarro y Navarro que, como él, realizó un gran número de proyectos en la ciudad. Fue nombrado presidente de la Delegación del Colego Oficial de Arquitectos de Andalucía Oriental y Extremadura, del que formaba parte Canarias, y fue también académico de la de Bellas Artes por la de San Carlos de Valencia (Pérez Parrilla, S., 1977). Él, su suegro, don Fernando Navarro y Navarro, y el también arquitecto don Eduardo Laforet Altolaguirre, fueron artífices de la mayor parte de los planos y responsables de la dirección de obras de los inmuebles de las décadas de los años diez, veinte y treinta de la calle Juan de Quesada. En este caso, el arquitecto concibió un inmueble con una estructura de dos plantas y un torreón que ocupa un cuerpo completo de tres plantas y que se adelanta en el conjunto del edificio, en su extremo de naciente, tal y como puede apreciarse en los alzados del proyecto (figuras 7.2, 7.3 y 7.4).
Fig. 7.1. Plano de la parcela
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AHPLP. 63-16-1924. Serie primera.
Fig. 7.2. Fachada norte
Fig. 7.3. Fachada poniente
Fig. 7.4. Fachada sur
La distribución del solar determina una mayor longitud del edificio hacia el interior de la parcela y una menor superficie de fachada. Se trata, por tanto, de un inmueble de planta longitudinal y se cubre con terraza. En la fachada del inmueble la presencia del torreón contribuye a un juego de volúmenes que confiere cierto dinamismo a la construcción. El contacto entre dicho torreón y el resto de la edificación se resuelve con una estructura semicircular, a modo de cerramiento del porche porticado. Lo flanquean dos columnas, que sostienen un balcón abalaustrado, cuya estructura recuerda al orden toscano, si bien, sus fustes son lisos en sus tramos inferiores y estriados en los superiores, con incrustraciones geométricas en el tránsito entre ambos (figura 7.5). También se aprecia un interesante contraste entre la primera y segunda planta del inmueble, con paramentos y vanos diferenciados. Mientras que una serie de acanaladuras secciona horizontalmente la primera, la segunda se resuelve en una superficie lisa. Los vanos, por su parte, son adintelados en la segunda planta y se cierran con arcos de medio punto en la primera, en algunos de los cuales se coloca una clave resaltada y decoración vegetal (figura 7.6). También se emplea esta última en los pilares de amarre del enverjado del jardín. El uso del hierro en este cerramiento, así como en la parte inferior de las ventanas de la primera planta (figura 7.7), pone de manifiesto la combinación de materiales empleados, a los que hemos de sumar las aplicaciones de cerámica. Ello se ve acompañado de la plasmación de múltiples influencias estéticas, circunstancias propias del eclecticismo arquitectónico de principios del siglo XX, que tan buenos seguidores cosechó en Canarias. En cuanto al torreón, merece una especial atención. Es de sección cuadrada, con decoración profusa de gusto ecléctico y molduras ondulantes con reminiscencias clasicistas. Los vanos adintelados de la planta aérea se emparejan tres a tres y se abren en todas sus caras, excepto en la interior. El central se apoya en una sobresaliente repisa y es de mayor dimensión que los laterales. Esta estructura se remata en una terraza que descansa sobre una cornisa prominente, apeada sobre ménsulas. Su antepecho es muy elaborado, con calados y frontones. Lo cierran, en los ángulos, pilares esquineros en los que se apoyan unas piezas en forma de peones de ajedrez (figura 7.8).
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Fig. 7.5. Detalle del porche
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Fig. 7.6. Detalle de vano
Fig. 7.7. Detalle de rejería
Es probable que este torreón cumpliera la función de mirador pues, en estas fechas, el gusto por la contemplación de los paseos, de los espacios ajardinados y de la naturaleza adquieren un renovado valor. No conviene olvidar que el barranco aún no había sido canalizado, que la orilla septentrional de Juan de Quesada ya había sido plantada de eucaliptos y que, frente a ella, se extendía el vergel de la finca del Pambaso, con sus plataneras de la margen izquierda del Guiniguada.
Fig. 7.8. Detalle del torreón
Por último cabe referirse al espacio interior de la construcción. Las dependencias del inmueble y su distribución obedecían a las funciones propias de la vivienda de una familia de posición acomodada, de ese momento, aunque con la concepción de villa, hotel o chalet, a que se ha aludido. En la primera planta se encontraban, al franquear la entrada, un hall, una sala y un despacho, a continuación se emplazaban cuatro dormitorios y ya, hacia el fondo, los baños, la cocina y otras dependencias complementarias, así como el comedor. Un patio situado a naciente y un garaje trasero que se abría a la actual calle Verdi, completaban las dependencias de esta planta. A la segunda planta se accedía desde el hall, por una escalera interior, hasta otro hall distribuidor, que daba acceso al cuarto de costura y a otro cuarto, próximos a la fachada septentrional, mientras que a medida que se profundizaba en la planta, se desarrollaban un espacio destinado a roperos, dos dormitorios, un estudio, un baño y una zona de lavado y planchado, además de una terraza trasera, en la parte posterior del solar, sobre el comedor y el garaje de la primera planta (figuras 7.9 y 7.10). Las dependencias de esta segunda planta estaban destinadas, fundamentalmente, al servicio, mientras que las de la primera correspondían a la zona noble o principal del inmueble.
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Fig. 7.9. Plano planta inferior
Fig. 7.10. Plano planta superior
8. El edificio de la Fundación Universitaria de Las Palmas: adquisición y Proceso de rehabilitación
En el Consejo Ejecutivo de la Fundación Universitaria de Las Palmas, celebrado el 6 de octubre de 2005, Manuel Campos Gómez, presidente de esta institución, informó a los asistentes de que, con motivo de la búsqueda de una nueva sede, había realizado una visita, junto al entonces director gerente de la misma, Jorge Estalella Limiñana, a una vivienda unifamiliar, situada en la calle Juan de Quesada número 29. Dicho inmueble databa del año 1923 y había sido proyectado por el arquitecto Rafael Massanet y Faus. Esta iniciativa dio paso al estudio de su compra, dada la posibilidad de albergar en ella algunos de los departamentos de la FULP. Una vez analizados los aspectos técnicos y económicos de este proyecto, los miembros del Consejo Ejecutivo, entusiasmados con esta propuesta, decidieron programar una visita al inmueble para tomar una decisión definitiva. Por ello, en sesión ordinaria del Patronato, celebrada el 20 de diciembre de ese mismo año, se informó a los miembros asistentes de la vista al inmueble por parte del Consejo Ejecutivo y de la posible adquisición del mismo. En aquella reunión se presentaron fotografías del inmueble, así como una propuesta de la posible adecuación y distribución de su espacio, que fue realizada con el asesoramiento del arquitecto jefe de la Unidad Técnica de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, José Luis Jiménez Saavedra.
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Finalmente, en la reunión del Consejo Ejecutivo, que tuvo lugar el 10 de enero de 2006, se aprobó por unanimidad la compra del edificio, en aquel entonces propiedad exclusiva de Domingo Hernández Medina. En dicho Consejo se presentó además un informe que incluía la situación del inmueble y el plan general municipal de ordenación de Las Palmas de Gran Canaria para aquella zona, así como el estado y distribución en su planta actual y la nueva distribución en planta programada. Se informó asimismo del precio de compraventa, a la vez que se presentó un estudio de viabilidad económica de la inversión necesaria para su adquisición. Se completó el informe con un dossier fotográfico, un informe del Registro de la Propiedad de Las Palmas, las normas de protección y el régimen fiscal especial de las entidades sin fines lucrativos. Con estos informes y estudios, el 27 de enero de 2006, se procedió a la compraventa del edificio ante el notario Alfonso Zapata Zapata, transacción que quedó formalizada mediante Escritura de Compraventa, número 309, con fecha de ese mismo día. A la firma de dicha escritura acudieron el anterior propietario, Domingo Hernández Medina, y, por la Fundación Universitaria de Las Palmas, su presidente, Manuel Campos Gómez; el entonces Secretario, Cristóbal García del Rosario; y Jordi Estalella Limiñana, Director-Gerente en aquel momento. Tras varias negociaciones encaminadas a contratar los servicios de un arquitecto y un arquitecto técnico para la realización del proyecto de obra de remodelación, se decidió que éste fuera M. Daniel Hernández Padrón, una vez que había comparecido en la sesión del Consejo Ejecutivo de la Fundación, que tuvo lugar el 18 de julio de 2006. Se inició este Consejo con una presentación de las obras y proyectos en que había participado el arquitecto. A continuación éste hizo una exposición del estado del inmueble y de los diferentes aspectos de su propuesta de Proyecto Básico de Rehabilitación. En dicha presentación, tras analizar las patologías del edificio, los tipos de pavimentos, etc., propuso los conceptos que guiarían la rehabilitación del edificio, a través de un proceso de gestión transparente. La propuesta se adecuaba a un proyecto basado en la innovación e investigación, en cuyas fases se acometerían: la reforma y acondicionamiento interior; el diseño de la terraza; y la ampliación de volumen de la planta primera. Al finalizar la presentación, los miembros asistentes aprobaron por unanimidad adjudicar el Proyecto de Rehabilitación definitivo al Estudio de Arquitectura de M. Daniel Hernández Padrón. Con todos estos precedentes, a mediados de agosto de 2006 se presentó el proyecto en el Colegio Oficial de Arquitectos de Canarias, para la obtención del visado pertinente. A finales del mismo mes, se retiró el proyecto del COAC y se presentó en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran
Canaria, con la finalidad de comenzar los trámites para disponer de la licencia de obras. Esto último sucedió el cuatro de octubre, tras la reunión que mantuvo la Comisión de Patrimonio de Vegueta-Triana, que aprobó el proyecto de remodelación del edificio. Así, el 18 de febrero de 2007, se pudo publicar en la prensa un anuncio para la contratación de las obras, a la vez que se constituyó una comisión para la selección de la empresa adjudicataria. Dicha comisión estaba formada por Manuel Campos Gómez, Cristóbal García del Rosario, Jorge Estalella Limiñana, Fabián Palmés Prieto (en aquel momento gerente del Centro de Formación Continua de la FULP) y Daniel Hernández Padrón, como arquitecto de las obras. Posteriormente, debido a la sustitución de Jorge Estalella Limiñana, por Eduardo Manrique de Lara MartínNeda, como gerente de la Fundación, se reorganizó la mencionada comisión. El 23 de marzo de ese mismo año, día en el que finalizaba el plazo para la presentación de ofertas, eran doce las empresas que habían enviado sus propuestas. Tras estudiarse todas ellas, con el detenimiento necesario, la comisión para la selección de la empresa, que se reunió el 22 de mayo siguiente, acordó seleccionar a VVO, S.A. como empresa adjudicataria, responsable de las obras de reforma y rehabilitación. La selección realizada se debió, de forma fundamental, al hecho de que esta empresa contaba con una mayor experiencia en la rehabilitación de edificios de similares características y, por ello, se trasladó así a los miembros del Patronato, que celebraron una reunión, en sesión extraordinaria, el de 24 de mayo de 2007, que ratificó dicha selección y finalmente, el 11 de junio de 2007, tras ser concedida la licencia de obras, dieron comienzo los trabajos el día 24 de julio de ese mismo año. En cuanto al espíritu con el que se afronta la rehabilitación y adecuación del edificio habría que recordar, como hizo el autor del proyecto, lo expuesto por Mies Van der Rohe “si fuera subjetivo, sería pintor, no arquitecto. En la pintura puedo expresar lo que quiera, pero en los edificios tengo que hacer lo que tiene que hacerse y no lo que a mí me gusta; simplemente lo mejor que se puede hacer”. Por ello, el propio Daniel Hernández Padrón no duda en destacar que en su “carrera como arquitecto, no siempre he tenido claro que lo que tengo que hacer es lo que tiene que hacerse y no lo que a mí me gusta, pero el continuo contacto con los problemas constructivos y arquitectónicos me ha llevado a un progresivo abandono de lo superfluo en la arquitectura. Todo aquello que no sea resolver un problema desde el programa y las necesidades que me propone el cliente lo rechazo inmediatamente, y cada vez más”. Hernández Padrón también reconoce que, cuando la Fundación Universitaria de Las Palmas (FULP) le propuso la rehabilitación de este edificio, lo consideró un reto importante en su carrera, pues enfrentarse “a un edificio ya construido por Rafael Massanet y Faus, no dejaba de ser una responsabilidad, mi actuación debía estar dirigida con respeto hacia la arquitectura de nuestro pasado, pero sin olvidar que el edificio fue construido para una función que no era la actual y en un momento que ya no era el mío”. La primera acción que establecía el proyecto del arquitecto fue liberar la planta baja de estancias que ya no realizaban su función, dado que ahora debía dejar paso a un espacio diáfano, que pudiera albergar el trabajo flexible de ciertas unidades de la FULP. Este espacio se dotó de los últimos avances tecnológicos disponibles, suelo técnico que flexibiliza la localización de los puestos de trabajo, fibra óptica, comunicación, voz y datos, etc. Además, algunos materiales existentes hubo que sustituirlos, “ya que dado su mal estado y la falta de contexto, a la hora de liberar el espacio, dejaban de tener sentido”. En cuanto a la sala polivalente destaca que se “restauró y se sustituyeron los pavimentos en mal estado por uno de similares colores, características y disposición, así como la palillería en la pared”. Con ello se ganó espacio al patio y se cubrió con un lucernario que “ahora permite la entrada de luz natural, convirtiendo el edificio en una gran esponja de luz”. Por su parte, la escalera principal se restauró totalmente con sus elementos originales, incluso se ha recuperado la pintura que imita el mármol de la parte baja de la losa de la escalera.
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En cuanto a la planta alta, Hernández Padrón señala que “se ha conservado la tipología original y gran parte de los materiales, haciendo pequeñas intervenciones de microcirugía arquitectónica, para conseguir la entrada de luz en todo el edificio, como la apertura del hueco del pasillo hacia el patio o la escalera de servicio que visualmente conecta los espacios, la comunicación entre ciertas estancias, o la ampliación de otras”. Otro aspecto a destacar es el de la instalación de un pavimento de madera y de barandillas de acero inoxidable en la terraza trasera del edifico, lo que logra un diálogo con el espacio libre que está en la parte posterior del edificio rectoral de La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. El trabajo realizado ha sido calificado por el director del Museo Néstor de Las Palmas de Gran Canaria, el historiador del arte Daniel Montesdeoca, como una de las mejores, más serias y respetuosas intervenciones que se han hecho en los últimos tiempos en toda Vegueta y Triana (programa “Gente de Canarias” de Onda Cero) y, a juicio del propio arquitecto, “la intervención ha sido resuelta con materiales de muy alta calidad, con la última tecnología disponible, que se permite en este tipo de edificios. Siguiendo el programa propuesto y siendo consciente de que éste puede variar con el tiempo y, únicamente llevado por el ánimo de ofrecer lo mejor que puedo hacer, este edificio responde al carácter y la filosofía propias de La Fundación Universitaria de Las Palmas a quien estoy agradecido, por la oportunidad de poderlo llevar a cabo”.
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8.1. DocUmeNtacI贸N hISt贸RIca
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Documentaci贸n hist贸rica 1/5
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Documentaci贸n hist贸rica 2/5
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Documentaci贸n hist贸rica 3/5
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Documentaci贸n hist贸rica 4/5
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Documentaci贸n hist贸rica 5/5
8.2. pLaNoS oRIGINaLeS
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Planos originales 1/4
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Planos originales 2/4
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Planos originales 3/4
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Planos originales 4/4
8.3. GALERÍA DE PROCESOS
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Pre-visita: 19 / Noviembre / 2007
45 La organización general del inmueble no respondía a las necesidades actuales de la Fundación, ya por su tipología, por su estructura, así como por su falta de confort para acoger las nuevas oficinas.
1ª visita: 18 / Diciembre / 2007
46 La decisión de liberar la planta baja de tabiquería y convertirla en un espacio único, llevó a realizar operaciones de “micro cirugía” arquitectónica. Se demolió parte de la tabiquería de forma gradual, favoreciendo la entrada de luz natural.
2ÂŞ visita: 01/ Marzo / 2008
47 Mediante vigas y pilares metĂĄlicos se sustituye la mayorĂa de las paredes de carga por cinco Ăşnicos pilares que soportan el entramado de refuerzo de la planta segunda.
3ÂŞ visita: 1 / Abril / 2008
48 La luz natural por fin invade el espacio de planta baja. Luz controlada, luz domesticada. Ya en estĂĄs imĂĄgenes podemos apreciar las intenciones de proyecto.
4ª visita: 5 / Mayo / 2008
49 La apertura de huecos y la rehabilitación de los antiguos se hacía posible gracias al refuerzo estructural, buscando el confort lumínico a la vez que construyendo un edificio sostenible y más eficiente energéticamente.
5ª visita: 3 / Junio / 2008
50 Todas las instalaciones se han diseñado pensando en el ahorro energético, se ha cuidado muchísimo los detalles en todo el proceso constructivo por la naturaleza de la obra.
6ª visita: 10 / Julio / 2008
51 La realización de réplicas exactas de las ventanas era del todo necesario por la protección de la que disfruta el edificio y por el mal estado de las antiguas. La recuperación del lucernario de la escalera principal fue objeto de la misma operación. También en algunos pavimentos del interior.
7ª visita: 11 / Agosto / 2008
52 Una cuestión tan importante como la imagen exterior del edificio, fue minuciosamente estudiada desde el inicio del proyecto. El color elegido responde al carácter de progreso y futuro que proyecta la Fundación Universitaria. Intencionalmente no se ha diferenciado las molduras de los paños lisos de fachada. El juego de luces y sombras está garantizado por el diseño de Rafael Massanet y Faus. Se cuida especialmente la tecnología de los sistemas de iluminación y ventilación artificial.
8ª visita: 4 / Septiembre / 2008
53 Las carpinterías de madera en su color natural combinadas con el tono neutro de la fachada aportan calidez al conjunto de la fachada. El color de los paramentos interiores ha seguido esa máxima de confort lumínico.
9ª visita: 14 / Octubre / 2008
54 Las carpinterías interiores están diseñadas atendiendo a criterios funcionales y de accesibilidad para discapacitados. La instalación de un ascensor permite la conexión de la planta baja y la primera. El acceso al edificio desde la vía pública se realiza mediante una plataforma hidráulica. Se eliminan así las barreras arquitectónicas.
10ª visita: 28 / Noviembre / 2008
55 “(…) por fin el edificio forma parte de la vida y el espíritu de su existencia pasa a asumir el mando.” Extr. L.K. Arq.
9. UBIcacIóN pRIVILeGIaDa Las nuevas oficinas de la Fundación Canaria Universitaria de Las Palmas se encuentran situadas en la calle Juan de Quesada, 29, en un edificio obra del arquitecto Rafael Massanet y Faus que data de 1923. La calle debe su nombre al periodista, político y abogado Juan de Quesada y Déniz (Las Palmas de Gran Canaria, 1857-1919), una persona que formó parte de “una generación de grandes patriotas que lo sacrificaron todo por el engrandecimiento de la isla; que no sólo fue admirado y respetado por su integridad, rectitud y laboriosidad, sino también por su indiscutible y sólida competencia en las cuestiones político-administrativas”, según se desprende del acuerdo de la Sesión Ordinaria de 8 de enero de 1919 del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, recogido en el libro Juan de Quesada escrito por José Miguel Alzola. El edificio, situado en el emblemático barrio de Vegueta de Las Palmas de Gran Canaria, cuenta con una situación privilegiada en el cauce del Guiniguada, que próximamente experimentará una transformación. El Barranco del Giniguada es la zona en la que nació la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Con el paso de los años ha conservado sus características artístico-arquitectónicas convirtiéndose en un espacio vital que con el nuevo proyecto concebido para la ciudad establecerá una nueva relación entre el casco histórico y el mar.
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Sin lugar a dudas, la Fundación Canaria Universitaria de Las Palmas se beneficiará de este centro dinámico y vital que tiene un gran valor para la ciudadanía.
Las nuevas ofi cinas están enclavadas en el centro neurálgico cultural de la ciudad.
10. ACTO INAUGURAL DEL NUEVO EDIFICIO ADMINISTRATIVO DE LA FULP La Fundación Universitaria de Las Palmas inauguró oficialmente su nuevo edificio administrativo de la calle Juan de Quesada nº 29, junto a la sede del Edificio Institucional de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, con un acto celebrado en la tarde del 28 de enero de 2010, bajo la presidencia del Excmo. Sr. Presidente del Gobierno de Canarias, D. Paulino Rivero Baute, del de la propia Fundación, D. Manuel Campos Gómez Gómez, y del Excmo. Sr. Rector Magnífico de la ULPGC, Dr. D. José Regidor García. Sobre las 19.30 horas comenzaron a llegar al edificio, completamente iluminado en su exterior, los invitados a esta ceremonia inaugural: autoridades, patronos de la Fundación, representaciones institucionales y empresariales, así como un nutrido grupo de periodistas que dejaron un amplio espectro de noticias sobre este acontecimiento. Mientras se esperaba el comienzo del acto, los asistentes pudieron ver, en los diversos monitores de televisión instalados en la sala de entrada del edificio, un reportaje sobre la historia, los objetivos y la labor que la Fundación Universitaria de Las Palmas ha desarrollado en sus más de veintisiete años de historia y las metas que se plantea a corto y medio plazo. Una vez comenzado el acto, con la presencia en la presidencia del Excmo. Sr. Presidente del Gobierno de Canarias, D. Paulino Rivero Baute; del de la propia Fundación, D. Manuel Campos Gómez; del Excmo. Sr. Rector Magnífico de la ULPGC, Dr. D. José Regidor García; de la Consejera de Educación, Universidades, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, Excma. Sra. Dña. Milagros de Luis Brito; de la Excma. Sra. Secretaria Primera de la Mesa del Parlamento de Canarias, Dña. María del Mar Julios Reyes; del Excmo. Sr. D. José Macías Santana, Senador del Reino por esta Provincia; del Vicepresidente de la FULP, D. Carlos Estévez Domínguez; y del Presidente del Consejo Social de la ULPGC, Excmo. Sr. D. Lothar Siemens Hernández, tomó la palabra para dar la bienvenida a todos a la nueva sede administrativa de la FULP y dar su discurso inaugural, el Presidente de la Fundación, D. Manuel Campos Gómez, al que le siguieron en sus intervenciones el Sr. Rector de la ULPGC y el Sr. Presidente del Gobierno de Canarias. Tras estas intervenciones, la presidencia del acto se trasladó al pie de la escalera principal del edificio, donde el presidente del Gobierno de Canarias, acompañado del Sr. Presidente de la FULP y del Sr. Rector de la ULPGC, procedió a descubrir la placa conmemorativa de esta inauguración, arropado por una amplia y cerrada ovación de todos los invitados a este acto. A continuación, y mientras el resto de los invitados comenzaba a realizar un recorrido por las diversas dependencias del edificio y a disfrutar del cóctel ofrecido con este motivo, las autoridades y representantes de la FULP se trasladaron a la sala La Caja de Canarias, para poner su rúbrica como recuerdo en el Libro de Firmas de la Fundación Universitaria de Las Palmas, que se abría con motivo de este importante acontecimiento. Tras un recorrido por la casa, en el que también el Sr. Presidente del Gobierno de Canarias pudo ver el fondo documental–hemerográfico del primer Presidente y Presidente de Honor de la FULP, el Dr. D. Juan Manuel Díaz Rodríguez, que se ha recogido y encuadernado en dos tomos, y tras un brindis con todos los asistentes, se dio por concluido el acto de inauguración y el Presidente de la Fundación, D. Manuel Campos Gómez, despedía al Excmo. Sr. Presidente del Gobierno a pie de coche en la propia entrada del Edificio Administrativo de la FULP.
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10.1 FotoS De La INaUGURacIóN
58 arriba izquierda: El presidente de la FULP, Manuel Campos y el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, antes de que diera comienzo el acto, junto al mural fotográfico en el que se expuso el ‘antes y el después’ de la rehabilitación de la nueva sede. arriba: El presidente de la FULP, Manuel Campos, pronunciando su discurso en el acto de inauguración de la Sede Administrativa, en el que estuvo acompañado por el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero; el rector de la ULPGC, José Regidor; y por la consejera de Educación y Universidades, Milagros Luis Brito, entre otras autoridades. Izquierda: Público asistente a la inauguración, entre los que se encontraban numerosas autoridades, los Patronos y el personal de la FULP, empresarios y miembros de la Comunidad Universitaria.
59 arriba izquierda: Una vez descubierta la placa conmemorativa de la inauguración, las autoridades se trasladan a la Sala Polivalente La Caja de Canarias para firmar en el libro de honor de la Fundación Universitaria. arriba: Las autoridades realizan un recorrido por la casa y visitan el fondo documental hemerográfico del Dr. D. Juan Manuel Díaz Rodríguez, primer Presidente y Presidente de Honor de la FULP, recogido en dos tomos. Izquierda: El presidente de la FULP, Manuel Campos, despide al presidente del Gobierno, Paulino Rivero, haciéndole entrega del marcalibro realizado por la FULP como homenaje a Bartolomé Cairasco de Figueroa (1538-1610) en el aniversario de los 400 años de su fallecimiento que se conmemora el 12 de octubre de 2010.
10.2 DIScURSo DeL pReSIDeNte Excmo. Sr. Presidente del Gobierno de Canarias, Excmo. Rector Magnífico de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Excmas. e Iltmas. autoridades, Sres patronos de la Fundación Universitaria de Las Palmas, Comunidad Universitaria, personal de la Fundación, Señoras y Señores, muy buenas noches. Bienvenidos a este acto de inauguración de la nueva sede administrativa de la Fundación Canaria Universitaria de Las Palmas que tiene un gran significado para los patronos de esta casa. La Fundación Universitaria de Las Palmas, desde su creación, se vio acogida, de forma generosa y muy comprensiva, al amparo de instituciones y organizaciones de esta misma sociedad grancanaria en cuyo seno nacía y para cuyo servicio se creaba. Si primero fue en la sede del Centro Asociado de la UNED en Las Palmas de Gran Canaria, donde se nos ofreció el espacio necesario para desarrollar nuestras actividades en aquellos años iniciales, luego fueron, en sus respectivas sedes, diferentes organizaciones empresariales.
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La Confederación Canaria de Empresarios o la Federación Provincial de la Pequeña y Mediana Empresa del Metal y Nuevas Tecnologías de Las Palmas (FEMEPA), también pusieron a nuestra disposición, el espacio suficiente para desarrollar una labor que comenzaba a crecer de manera destacada gracias al apoyo constante y creciente de toda la sociedad, de sus instituciones públicas y privadas y del mundo empresarial canario. Así, hasta llegar a ubicar la sede oficial y administrativa de la Fundación Universitaria en el Edificio Institucional de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, mano a mano, codo con codo, con la institución para cuya consecución y creación esta Fundación Canaria surgió y a cuyo servicio permanece y permanecerá necesariamente, pues ella es nuestro objetivo esencial de trabajo y servicio. Y quiero insistir brevemente en esta idea, especialmente cuando la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria ha cumplido, y conmemorado tan brillantemente como se merece, sus primeros 20 años de existencia. La Fundación Universitaria de Las Palmas, que reivindicó la creación de la Universidad ante los organismos civiles, constituida hace poco más de 27 años con el reconocimiento de la sociedad en su conjunto, y como heredera de una comunidad insular, que siglo tras siglo reclamaba la presencia de unas enseñanzas universitarias, no podía, ni quería quedar alejada ni intelectual ni físicamente de esta Universidad. Y es que la Fundación Universitaria desde el momento mismo de su creación no ha sido, no ha querido ser otra cosa, que la plasmación de esa voluntad de siglos, de la ciudadanía de reivindicar esta universidad y, posteriormente, defender, respaldar y apoyar su crecimiento, su trabajo, su servicio a la sociedad en general, y su misma existencia. Por ello, la inauguración de esta sede administrativa constituye una nueva y significativa oportunidad para que la Fundación Canaria Universitaria de Las Palmas, que me honro en presidir, pueda afirmar públicamente que nuestro trabajo, como hemos hecho a lo largo de los 27 años de nuestra existencia, y como tenemos la vocación y el empeño de hacer en adelante, será siempre “todo por y para la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria”.
Además, en este día tan señalado y significativo tanto para la Fundación Universitaria de Las Palmas como para toda la sociedad grancanaria que motivó y arropó su nacimiento, podemos reseñar, respecto a este edificio que inauguramos y a su ubicación, algunos elementos que estimamos enormemente simbólicos del ser y sentir de esta Fundación. De un lado, debo resaltar el enclave de este edificio administrativo junto al Edificio Institucional de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, donde la Fundación Universitaria tiene su sede oficial, como símbolo de nuestro compromiso de profunda y estrecha vinculación con la universidad, con todos sus proyectos, con todos y cada uno de sus profesores, investigadores y alumnos, a quienes confiamos poder ofrecer un aún mejor y puntual servicio en estas oficinas que ahora abrimos, y que ofrecemos formalmente a la toda la sociedad canaria. De otro, puedo subrayar la ubicación de este edificio no sólo en una de las calles más señeras del centro histórico de la ciudad, dedicada a la memoria de uno de los más destacados periodistas canarios, Juan de Quesada y Déniz –que batalló, dentro y fuera de Canarias, por los derechos irrenunciables de sus paisanos, entre ellos el del acceso a la educación media y superior-, sino en un entorno donde, siglo tras siglo, y en el presente, la cultura encuentra lugar de expresión y de acogida, al estar establecidas en dicho ámbito urbano las sedes de las mas antiguas e importantes instituciones científicas, educativas, culturales y sociales de la isla. Pero además, en la FULP estamos orgullosos de haber podido tener la oportunidad de acceder a un edificio singular y representativo de esta zona, obra del prestigioso arquitecto Rafael Massanet y Faus, que lo proyectó en 1923. También me gustaría destacar los trabajos de restauración que se han llevado a cabo bajo la brillante dirección técnica del arquitecto Miguel Daniel Hernández Padrón, que, preservándolo y adecuándolo a las necesidades de nuestro trabajo cotidiano y de servicio a la comunidad universitaria, permiten incorporarlo hoy al catálogo de edificios que conforman el conjunto histórico artístico de los barrios fundacionales de Las Palmas de Gran Canaria, siendo además un inmueble que no es un mero monumento estático, sino un edificio lleno de vida y de luz. Por todo ello, la Fundación Universitaria de Las Palmas desea que esta casa sea también un monumento vivo en homenaje permanente tanto a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, como a toda la sociedad grancanaria que libre y espontáneamente luchó en todos los foros y ámbitos para reclamar y conseguir una aspiración de siglos, la creación de una universidad en esta isla. Pero al inaugurar en este hermoso y representativo edificio la nueva sede administrativa de la FULP, también debemos dejar constancia de nuestra gratitud a nuestros patronos, a instituciones y organizaciones. Quisiera recordar expresamente a quienes me han precedido en el cargo, tanto al primer Presidente y Presidente de Honor de la Fundación Universitaria de Las Palmas, el Dr. D. Juan Manuel Díaz Rodríguez, como al anterior Presidente, el Dr. D. Lothar Siemens Hernández, así como a quienes han estado al frente de la dirección y gerencia de la Fundación a lo largo de estos 27 años. En especial quisiera referirme a todo el personal de la Fundación Universitaria que ha trabajado y trabaja hoy en la misma, sin cuyo esfuerzo destacado y entrega constante este proyecto no hubiera sido posible. A todos, muchas gracias porque sin el trabajo bien hecho de cada uno de ellos no hubiéramos llegado hasta aquí. Al inaugurar este edificio, que esperamos sea también para todos un estímulo para continuar colaborando y contribuyendo a la ingente y hermosa tarea que tiene por delante la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, quiero reiterar públicamente nuestro agradecimiento a cuantas instituciones y personas nos han ayudado a que esta sede administrativa sea hoy una espléndida realidad. Muchas gracias por su presencia. Que disfruten de ella, porque esta es su Casa. Buenas noches.
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Consejo Ejecutivo Presidente: D. Manuel Campos Gómez Vicepresidente: D. Carlos Estévez Domínguez, por CO.IN.PRE., S.A. Secretario: D. Rafael Massieu Curbelo, por el Iltre. Colegio de Abogados de Las Palmas Tesorero: D. Fernando Robaina González Vocales: Excmo. Sr. Rector Magnífico de la ULPGC, D. José Regidor García, por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria D. Rafael Pombriego Castañares, por la Asociación de Importadores y Vendedores de Automóviles D. Lothar Siemens Hernández, por el Círculo de Empresarios de Gran Canaria D. Alberto Cabré de León, por Publicidad Atlantis, S. A. D. Pablo Marrero Martín, por UNELCO ENDESA, S.A. D. Antonio Marrero Hernández Este libro se terminó de imprimir, en Las Palmas de Gran Canaria el 28 de enero de 2010, festividad de Santo Tomás de Aquino, patrono de los estudiantes, con motivo de la inauguración de la nueva Sede Administrativa de la Fundación Universitaria de Las Palmas.
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La Fundaci贸n Universitaria en la calle del saber