Comunicación y Revolución desafíos de la nueva etapa Freddy Fernández Fernando Buen Abad Ernesto Villegas Maryclen Stelling Reinaldo Iturriza Lorena Freitez Daniel Hernández
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Presentación
Comunicación y Revolución, desafíos de la nueva etapa Editorial Correo del Orinoco Alcabala a Urapal, edificio Dimase, La Candelaria, Caracas-Venezuela. www.correodelorinoco.gob.ve
D irectorio Hugo Chávez Frías
Presidente de la República Bolivariana de Venezuela
Ernesto Villegas Poljak
Ministro del Poder Popular para la Comunicación y la Información
Lídice Altuve Edgar Padrón Edición Diagramación y montaje
Viceministra de gestión Comunicacional Viceministro de Estrategia Comunicacional Michel Bonnefoy, Francisco Ávila Saira Arias
Portada
Ingrid Rodríguez
Depósito Legal ISBN RIF
lf 26920123204292 978-980-7426-97-8 G-20009059-6 Noviembre de 2012 Impreso en la República Bolivariana de Venezuela
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l miércoles 31 de octubre de 2012 se llevó a cabo en la Universidad de las Artes el primer foro de un ciclo que se extenderá por todo el país sobre comunicación en revolución, en respuesta al llamado del Presidente Chávez a multiplicar los esfuerzos para difundir y explicar los avances del proceso revolucionario y fortalecer un sistema de comunicación más participativo. “No tenemos, en verdad, aunque hablamos de ello, un Sistema Nacional de Medios Públicos, que incluya, como sistema al fin, su interconexión con otro sistema o subsistema: medios comunitarios, medios populares de comunicación, las televisoras regionales, los periódicos regionales, internacionales, Telesur… Cada uno anda por su lado”, remarcó el Presidente en el foro vía telefónica. “Vamos a crearlo. Tenemos los instrumentos. Lo que nos falta es más voluntad y, a lo mejor, seguramente, más capacidad. Vamos. Atrevámonos, es necesario… Necesitamos un nivel de interacción, de comunicación, de coordinación, de cruzamiento o cruce de planes, de diagnósticos, de problemas, de acción conjunta…”.
Cinco analistas de la comunicación expusieron sus puntos de vista, que luego debatieron con un público numeroso, compuesto de periodistas, intelectuales y representantes de las comunidades que sienten el deber de impulsar el debate para desarrollar un nuevo modelo comunicacional público.
Comunicación y Revolución desafíos de la nueva etapa
Caracas, 31 de octubre de 2012
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Abriendo el debate puertas afuera Freddy Fernández:1 Buenas tardes a todas y todos, un abrazo para todos los que estamos acá, convocados para dar inicio a este foro Comunicación y Revolución, desafíos de la nueva etapa. No hay momento o no hay forma más propicia de comenzar un foro de estas características que escuchando a Alí Primera. Alí Primera es, a mi juicio, uno de los ejemplos más claros del poder que tiene la comunicación, aun cuando no se tengan medios. Recordemos que Alí Primera hizo todas sus canciones, toda su vida, sin salir jamás en los medios privados y nunca fue presentado en la televisión venezolana. Fue un ejemplo de lucha, de entrega, de permanencia en momentos muy oscuros de la vida del país, y no hay un solo venezolano que no haya sido tocado por la canción de Alí Primera, y no hay un solo pueblo de este continente que no tenga una canción de Alí Primera y no hay un solo líder popular del continente, mientras Alí estuvo vivo, al que Alí no le cantara. Así que comenzar a hablar de comunicación con el ejemplo de Alí Primera creo que es un atino muy importante y creo que hacer un foro de estas características en el aniversario de Alí Primera, nos compromete mucho más y nos coloca en una línea de reflexión donde la parte central está en esa palabra, que no falta en casi ninguna canción de 1. Periodista y presidente de la Agencia Venezolana de Noticias (AVN).
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Alí Primera, y es la palabra pueblo. Que no se pierda nunca. Alí está con nosotros siempre. Con todo ese enorme poder de convocatoria que tiene, nuestro Comandante Presidente, nuestro líder Hugo Chávez Frías, abre este debate. Ustedes ven que esta sala se quedó muy pequeña para el nivel de participación que quiere tener el pueblo en esta discusión. Quisiera saludar a quienes están acá presentes, excusando al ministro que tuvo que salir un momento justamente para hablar con todas y todos los camaradas que están afuera, porque no hubo espacio suficiente en esta sala. Está con nosotros también el compañero Fernando Buen Abad, camarada de todas estas luchas; nuestra querida profesora Maryclen Stelling, también constante en su lucha, en acompañarnos en esta reflexión; la compañera Lorena Freitez, psicóloga, luchadora popular, en los medios populares, en la producción audiovisual popular; el camarada Reinaldo Iturriza, quien de vez en cuando nos mete un temblor en el debate comunicacional; la camarada Lídice Altuve, viceministra de Gestión Comunicacional del MinCI; el camarada Edgar Padrón, viceministro de Estrategia Comunicacional; la rectora de Unearte, la universidad producto de la Revolución Bolivariana, Elinor Cesín; la camarada Helena Salcedo, luchadora permanente del gremio periodístico venezolano, presidenta de Radio Nacional de Venezuela; Asia Villegas, directora del MinCI, a quien saludamos, batalladora, trabajadora, quien ha estado al frente de diversas luchas, sobre todo en el tema de la salud; a todos los compañeros de la plataforma de periodistas, a todos los colegas periodistas, camarógrafos, fotógrafos, al padre Numa Molina que está aquí; a Daniel Hernández, autor de este libro que tienen en
sus manos,2 quien nos acompaña y para quien va un cálido abrazo; para la profesora Cristina González, que también está entre nosotros; para Hindu Anderi, batalladora también de la lucha comunicacional; Esther Quiaro y toda la plataforma de periodistas, todos los colegas. Nosotros llevamos 14 años y ese ha sido nuestro principal frente de batalla, la batalla comunicacional. No es una batalla que ha dado solo el Sistema Nacional de Medios Públicos, es una batalla que hemos dado todos los venezolanos y este es un pueblo que ha sabido reiterar una y otra vez que está haciendo una revolución y que la está haciendo a lo grande, transformando todo el país, y con ese esfuerzo también transformando todo el continente. Y lo hemos hecho a pesar de todos los golpes que recibimos y de tener al frente a todo un sistema mundial de medios de comunicación, tratando de desmontar, de horadar, de debilitar a la Revolución Bolivariana. Creo que este debate crítico y autocrítico tenemos que asumirlo con toda la fuerza moral que tenemos como pueblo, como pueblo heroico que ha sido capaz de llevar adelante durante 14 años esta Revolución, a pesar de todos los embates del enemigo, y de haberlo hecho de manera victoriosa, pero sabemos, estamos todos convencidos de que hay mucho por corregir, y para eso estamos reunidos hoy. Pero vamos a dejar que sea el propio comandante Chávez quien nos hable sobre el problema de la comunicación en Venezuela. Así que vamos a ver un video del presidente Chávez abordando este tema. [Se proyecta un video en el que habla el presidente Chávez.] 2. Daniel Hernández: Ensayos críticos sobre comunicación. Caracas, Fondo Editorial Mihail Bajtin, 2011.
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Presidente Chávez: El eje central de la estrategia burguesa, desde hace 14 años, desde que empezó nuestro Gobierno, y eso va a permanecer así porque la estrategia es efectiva para ellos y dañina para nosotros. Esa estrategia tiene dos ámbitos: uno, negar radicalmente toda obra del Gobierno, hasta el exceso; no les importa. Al mismo tiempo, resaltar nuestros errores o aquellas situaciones que no son producto exactamente de errores nuestros, sino muchas veces hasta de factores naturales. De una vez viene la agresión directa, pero es como una artillería, hablando militarmente: fuego a discreción. Es dale y dale por repetición. Entonces, mientras ellos siguen esa estrategia de negar nuestra obra de Gobierno, nosotros no nos dedicamos por entero a la difusión objetiva, clara, científica, a tiempo y permanente, de nuestra obra de Gobierno. No basta decirlo aquí, o en el canal 8, que vengan los muchachos que leen las noticias y el Presidente aprobó y le ponen una firma mía ahí. A veces creemos que con eso ya cumplimos la misión. No. Emisoras comunitarias, radio bemba, carteleras, esquinas calientes, vamos a inventar comunicadores de calle, hay muchos jóvenes graduados en la Universidad Bolivariana de Venezuela y en la Misión Sucre de Comunicación Social, y seguro que hay muchos de ellos que aún no están trabajando en esa área. Vamos a organizar, en lo micro, comunicadores de calle. No tenemos, en verdad, aunque hablamos de ello, un Sistema Nacional de Medios Públicos, que incluya, como sistema al fin, su interconexión con otro sistema o subsistema: medios comunitarios, medios populares de comunicación, las televisoras regionales, los periódicos regionales, internacionales, Telesur. Cada uno anda por su lado.
Vamos a crearlo. Tenemos los instrumentos. Lo que nos falta es más voluntad y, a lo mejor, seguramente, más capacidad. Vamos, atrevámonos, es necesario. Un equipo que no se comunique (me traen una cuenta y yo digo, pero bueno, y me dice el ministro que no, que él no ha pedido), o un equipo que se comunique en un nivel muy bajo, no va a dar más. Necesitamos un nivel de interacción, de comunicación, de coordinación, de cruzamiento o cruce de planes, de diagnósticos, de problemas, de acción conjunta. Es como una guerra, ¿qué va a hacer la infantería sin nosotros, los tanques? ¿O la noche sola o el día solo; o la raíz sola o las ramas solas? Así no somos nada. Sin integración, en la visión, en el trabajo, en todo esto, difícilmente lo lograríamos.
Freddy Fernández: Bueno, ahí pudimos ver el mandato que nos ha dado el Presidente de la República, un mandato que tiene mucho mayor peso en los hombros del camarada Ernesto Villegas, pero a quien todos acompañamos en este esfuerzo. Por supuesto, que una de las consecuencias de un mandato de esa característica es (o la forma como lo ha asumido el ministro), es abrir un debate nacional para impulsar toda una discusión que nos permita construir una situación comunicacional de mayor escala, como lo requiere la Revolución Boilvariana. Y para abrir este debate se ha convocado a este foro hoy. Quisiera darle la palabra, en primer lugar, al doctor en Filosofía, master en Filosofía Política, licenciado en Ciencias de la Comunicación, director de cine, egresado de la Universidad de Nueva York, vicerrector de la Universidad Abierta de México, director del Instituto de Investigaciones sobre la Imagen de la Universidad Abierta, docente de grado y post-
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grado en México, Argentina y Estados Unidos. Un gran compañero que ha estado con nosotros en este combate desde hace años: el camarada Fernando Buen Abad.
Lucha emancipadora y contra la ideología de la clase dominante Fernando Buen Abad: Buenas tardes, todas y todos, camaradas. Viva la victoria perfecta, camaradas. Viva el esfuerzo extraordinario de Venezuela, que nos ha regalado a todo un continente el ejemplo de una experiencia democrática, transparente, contundente, inteligente, enamorada, clara, lúcida, ejemplar, hermana, bolivariana, pues. Muchas gracias, Venezuela, por el regalo magnífico que ha significado para todo un continente. No hay acontecimiento más importante, no me cansaré de repetirlo, no hay acontecimiento en el continente americano más importante que el triunfo de las elecciones, de la democracia, del proyecto revolucionario de Venezuela. Es la guía, es la orientación, es la luz, es la claridad, es el mensaje fresco, para todo un continente. Ustedes lo hicieron posible. El voto del 7 de octubre ha sido el voto más bolivariano de este país. Hace muy poquitas semanas yo tuve el enorme privilegio de estar en Miraflores, en la casa de Bolívar, esa casa de todo este pueblo, mirando el resultado de la soberanía semiótica de este Presidente, de este país, encontrándose con el rostro de Simón Bolívar, con un ejercicio de soberanía, de fortaleza científica, de soberanía política, de fortaleza simbólica. 16
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Ese día, el presidente Chávez mostró el retrato de Simón Bolívar, y yo me tomé el trabajo de escribir algunas líneas sobre la insurgencia semiótica, la insurgencia del sentido que está produciendo Venezuela, la producción de sentido fenomenal que surge todos los días en este país, y ese día, decía yo, debe haber conciencia de que el retrato de Simón Bolívar que vimos en Miraflores y que ahora vemos por todos lados, ese retrato también aparece en la huella digital de cada uno de ustedes. Allí está, allí anda la espada de Bolívar. Camaradas, se vive en un planeta en condiciones de guerra mediática desbordada. Venezuela está bajo la mira de los cañones, de la ofensiva mediática de todas las oligarquías de todo el mundo. Venezuela está ahí, siendo apuntada por las canalladas mediáticas de Miami, del Grupo Prisa de España, del Clarín de Argentina, de Globovisión, disparando contra su propio pueblo, de Colombia; de todo el continente se ve la ofensiva mediática. Venezuela está acechada por una ofensiva comunicacional enorme. Venezuela tiene problemas de bloqueo mediático muy serio, exógenos y endógenos, bloqueos de comunicación en casa, aquí mismo, entre nosotros mismos, tenemos problemas muy serios que comienzan por ser problemas de la ofensiva oligarca que aquí todavía reina y que aquí todavía quiere hacer de las suyas y que todavía tiene tufos magnicidas, que tiene tufos desestabilizadores, que todavía anhela golpes de Estado. Aquí está, aquí la tenemos metida en la sangre, la tenemos metida en el burocratismo que el propio presidente Chávez ha denunciado una y otra vez, y la tenemos metida en los atrasos comunicacionales que nos han dolido y nos han pesado terriblemente, y que tenemos que vencer ahora mismo. Es un clamor nacional, y tenemos que abrazarlo como
nuestro, pero no solamente como de Venezuela. Este es un problema continental, nos toca a todos. La lucha contra las oligarquías mediáticas no es un problema solo de Chávez, ni es un problema sólo de Cristina Fernández, allá en Argentina; ni es un problema sólo de Evo; ni es un problema solo de Correa, ni es un problema sólo de Fidel Castro. Es un problema continental, es un problema de seguridad continental y por eso insisto en una cumbre de presidentes en materia de comunicación, para discutir todas las asimetrías comunicacionales que venimos arrastrando, asimetrías terribles. Tenemos una asimetría bárbara en materia de tecnología para la comunicación. Venimos arrastrando una deuda terrible y transfiriendo brutalidades de presupuestos anuales en materia de adquisición tecnológica. Tenemos un atraso brutal en materia de jurisprudencia, de discurso jurídico-político, para poder elevar la comunicación a rango de derechos humanos, para que nunca más se vuelva mercancía beneficiaria de unos cuantos mafiosos. Nos urge las escuelas de cuadros en materia de comunicación; la formación de las nuevas generaciones en materia de comunicación; enfrentar de una vez y por todas el problema de las agendas; que nunca más la agenda nos la impongan ellos. Urge las fábricas de contenidos. Nos hace falta definir el problema concreto en materia comunicacional. Ser capaces de hacer una definición exacta, precisa, científica, de exactamente contra qué vamos a pelear todos juntos. Sí. Tenemos la capacidad de llamarnos a la unidad, a construir un frente de todos nosotros para luchar juntos en esta batalla que no solamente es urgente, no solamente necesaria, sino que es absolutamente indispensable.
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Cuánto del proyecto autocrítico que nos están exigiendo estos minutos a cada uno de nosotros, de verdad se va a convertir en cada uno de nosotros en un esfuerzo supremo por mejorar la calidad de la formación teórica, la calidad de la formación práctica. ¿Cuánto de todo esto podemos convertir si nos proponemos la unidad, si nos proponemos trabajar en conjunto, si nos proponemos ser una sola fuerza única de lucha, para cargar juntos el peso de la tarea revolucionaria en materia de comunicación? Eso no puede ser tarea de un solo hombre, por más que ese hombre sea titánico como es Hugo Chávez. Esa no puede ser tarea de él solito, por más que está sano, está firme, está claro y está imbatible. Ese hombre necesita a todos unidos, para esa batalla, porque solito no es posible. Y la pregunta profunda, camaradas, es de cuántas deficiencias tenemos para dar esa batalla. Se trata de una guerra; esta es una guerra mediática mundial. Hemos estado en cuántos foros discutiendo terrorismo mediático, discutiendo situación de guerra de cuarta generación, discutiendo las amenazas una y otra vez y todavía hoy presentamos deficiencias y asimetrías, debilidades muy grandes, todos nosotros. Voy a dar un ejemplo brevísimo, a ver si sintetizo en él lo que creo que tendríamos que hacer a esta hora para derrotar a la ideología de la clase dominante que tenemos todos penetrado en el fondo del corazón, cada uno de nosotros. El pensamiento de la clase dominante, el néctar de la burguesía, el discreto encanto de esa burguesía, que don Luis Buñuel tan bien retrató y tan bien lo dijo, allí anda flotando en todos nosotros, en nuestros hábitos, en nuestras costumbres, en nuestros gustos, en lo que sabemos y en lo que ni imaginamos. Allá anda dando la vuelta, semejante problema que tenemos que resolver, y verdad que tenemos que hacer
un ejercicio de sinceramiento profundo todos nosotros. Les voy a contar una cosita, chisme por cierto. Asumo la responsabilidad de que los protagonistas no me han autorizado para contarlo, pero voy a contarlo con el permiso de ustedes. El día 7 de octubre tuve el enorme privilegio de venir para acá, de poder caminar las calles de Antímano. Andaba allá mirando a nuestros cuadros organizados, moviditos, triunfadores. Qué rico se siente ver a ese pueblo organizado. Qué maravilloso mirarlos correr con las motos auxiliando a las personas para que pudieran venir a votar. Qué maravilloso sentir el perfume de la democracia y de la lucha revolucionaria hombro con hombro en esas calles, en el 23 de Enero, donde fui también a mirar cómo se ve y cómo se siente allí, profunda, la lucha comunicacional, cara a cara, puerta a puerta. A la hora de ayudar a todos para que todos fueran a votar. Qué día magnífico. Y luego fui a cumplir con mi tarea que asumí yo también, de patrullero, de ir a hacer mi guardia que me tocaba allá en la radio de la Asamblea Nacional, y a cumplir mis horas como me tocaba. Entonces fui y me encontré el regalo maravilloso de compartir unas horas con Cristina González, homenaje de mi corazón, siempre, Cristina, a tu obra y a tu ejemplo. Ahí estábamos en la lucha con el micrófono y por ahí a las cinco y media de la tarde llegó un comunicado de prensa, del Plan República, decía más o menos textual: las casillas de votación permanecerán abiertas hasta que el último venezolano haya emitido su voto. Garantizamos que estará abierto, no crean que se va a cerrar a las seis, como había un rumor que estaban allí operando, va a estar abierto y garantizaremos que hasta el último tendrá salvaguardado su derecho al voto. Se leyó el comunicado y seguimos conversando.
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Yo me permití interrumpir a mi querido camarada Iván Padilla, que estaba conduciendo ese momento de la guardia, y le dije: ya te fijaste, Iván, se lo dije al aire, mira qué irrespetuoso, ¿tú te acuerdas, Cristina?, le dije: Iván, ¿ya te diste cuenta de lo que pasó? Fíjate no más, voy a hacer voces y de suspenso. Voz comunicacional de suspenso: ¿qué crees que pasó? Leímos, fíjate si todo un continente alguna vez soñó, y son muertos y son heridos y son desaparecidos en todo el continente soñando que un día tuviéramos la salvaguarda de nuestro ejército popular revolucionario cuidando la fiesta democrática de los pueblos. ¿Es cierto o no? Lo soñaban las generaciones en Chile. Lo soñaron en México; nuestros hermanos en Argentina, desaparecidos, un día soñaron, nuestros muertos de nuestras luchas soñaron con ver un día que la experiencia democrática y revolucionaria de un pueblo se respetara a toda costa, incluso con la presencia de su ejército solidario con la fiesta democrática. Lo vimos ese día. Y un militar, querido, no que estaba en ese día en el Plan República, dijo eso: hasta el último venezolano, vote por quien vote, tendrá garantizado su derecho a ejercer su voto. A la hora que sea estaremos nosotros para salvaguardar la participación democrática de ese venezolano. Lo han querido generaciones y más generaciones en este continente. A nosotros nos toca verlo. Lo vimos el 7 de octubre, todos, porque cualquiera que hubiera ido a mirar como me tocó la suerte de ir a varias casillas a ver, estaban nuestros soldados democráticos, revolucionarios y bolivarianos firmes, cariñosos, sonrientes, regalándonos agua, una silla, una sombra para poder votar todos de la mejor manera posible. Lo soñaron nuestros camaradas, y entonces ese día, en la radio de la Asamblea se leyó como un comunicado, y yo
le decía: fíjate el error que cometemos a veces de no saber relatar, de no haber hecho la ruptura lógica y epistemológica que tenemos que hacer todos para saber contar la historia que nos toca ver. Porque es una responsabilidad histórica. Nos toca ver lo que otros no pudieron ver y esa es una responsabilidad política. Y tenemos que asumir, desde el punto de vista de la comunicación, la tarea fundamental de saber contar las cosas maravillosas que están ocurriendo. Porque nos acostumbramos a lo maravilloso y todavía no hacemos el esfuerzo psicológico, epistemológico, estético, artístico, lingüístico, poético, literario, filosófico, de romper con la lógica narrativa que nos ha impuesto un sistema perverso. Y hablamos como ellos quieren que hablemos, y perdimos. Hasta nos han empobrecido el vocabulario, porque ellos quieren que tengamos vocabularios pobres y estilos pobres, tontos y estereotipados. Hay que hacer una revolución ética, estética y política. No sigamos contando la historia como ellos quieren. No caigamos en la trampa tonta que ellos quieren, que todos los días sacrifiquemos el discurso nuestro. Está naciendo aquí, de la lluvia se está haciendo socialismo, camaradas, de las grandes tormentas surgió el proyecto vivienda, maravilloso. Debería ganarse, si el mundo estuviera patas arriba, este país se merecería solamente por el proyecto de la Misión Vivienda, el Premio Nobel de la Paz, inmediatamente. Si no estuviera patas pa´arriba el mundo, como dice mi hermano querido Galeano, si la cosa no estuviera tan chueca, tan torcida y tan desastrosa, como nos lo ha dejado este terrible sistema capitalista, seríamos capaces de decirnos a la cara: aquí hay un triunfo maravilloso que puede verse disfrazado de casas, de centros de diagnóstico integral, de escuelas para todos los niños, de Misión Vivienda, de Misión
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José Gregorio Hernández, como se llame; aquí lo que se ha ganado es la dignidad de este pueblo que hoy amo con una fortaleza política que nadie tiene en todo el continente. Es esa la gran revolución comunicacional de un pueblo que esa noche de abril salió y dijo: “¡No! Chávez no renunció. Chávez es nuestro y lo queremos de vuelta a obedecer el mandato democrático de este pueblo”. Esta es una revolución comunicacional, la vives por donde la vives. Es esa la fuente nutricia para ustedes y para nosotros. Me urge mandarle este mensaje a Venezuela, me urge decírselos al corazón. Si quieren traigo mariachis la próxima vez y les canto serenatas, camaradas, por favor, que no se nos invisibilice la riqueza de esta grande e importante lucha que se ha venido desarrollando aquí. Claro que no es perfecta. Por supuesto. Claro que hay meteduras de pata por todos lados. Por supuesto, y ¿quién dijo que era perfecta? Claro que hay deficiencias y hay debilidades y asimetrías. Pero un revolucionario que asume la autocrítica llega tempranito y lleva la autocrítica y saca el boleto número uno, porque es la obligación de un revolucionario. Bendita la hora que el revolucionario nunca está satisfecho con lo que está haciendo. La revolución es permanente. Es la hora en que me parece que la tarea de revisión comunicacional tiene que pasar por dos condiciones. Propongo concretamente que nos quede claro que la gran guerra comunicacional es contra la ideología de la clase dominante; que la etapa es una etapa de lucha ideológica. Que lo ha dicho Chávez hasta el cansancio, camaradas, podríamos cambiar todas las estructuras, todas, cambiar todo el MinCI, cambiar todo Pdvsa, Cantv, todas las estructuras, si fuera ese el capricho. Pero si no cambiamos las ideas, dice Chávez siempre, no cambiamos nada.
Hay un problema central que es la Revolución en el campo de las ideas, la batalla de las ideas. No es una frase, es una tarea política de fondo, metodológica, científica, epistemológica. Hay que comprometerse seriamente con eso. Propongo que no nos perdamos el objetivo, que nuestra lucha es emancipatoria y es una lucha contra la ideología de la clase dominante, para reivindicar las ideas nuestras, las ideas nuevas, el Programa de la Patria: los cinco objetivos históricos, no hay equivocación, no hay manera de salirse del renglón, hay un mandato histórico. Los cinco objetivos históricos no están de adorno. Están ahí para ser mejorados, para ser superados, pero son nuestra referencia. Propongo que hagamos un pacto, renovado, político, profundo, de alianza, de unidad y de lucha conjunta contra esa ideología de la clase dominante y para que entre todos derrotemos cualquier cosa que frene el cumplimiento de los cinco objetivos históricos de la patria. Que cualquier cosa que quiera frenar el cumplimiento de esos cinco objetivos históricos sea objeto de una gran batalla de todos nosotros, en donde estemos, con el twitter, con el facebook, con el mail, con el teléfono, con la palabra, en la calle, en la plaza, en la televisión, en donde estemos. No hay manera de perderse, tenemos la oportunidad histórica de agarrarnos de un documento que es de todos, que es documento de la patria. Yo me sospecho, corríjanme si me equivoco, por favor, cuando el hombre que escribió el documento de la patria, amigo querido, hermano entrañable, líder también de nosotros, presidente también nuestro, cuando ese hombre escribió el documento de la patria, y puso la palabra patria, estoy seguro que no estaba pensando solamente en Venezuela. Ahorita mismo, oyendo a Alí, ya sabemos que la palabra patria significa humanidad. Así que todos estamos metidos en ese documento, todos.
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Es la gran ventana. Es el documento para que acordemos todos, movimientos alternativos y comunitarios en materia de comunicación, para que todos, medios y sistemas de comunicación de Estado democrático, en donde esté, en cualquier lugar del continente, abracemos ese documento como el documento vanguardia, para todos nosotros. No hay manera de perderse y cumplamos. Apenas comienza uno la lectura, uno abre el documento de la patria, así como quien abre una ventana, se mira al futuro, se ve el proyecto agrícola; y te asomas para acá y se ve el proyecto económico, dejar de depender solamente del petróleo, y la economía para crecer, la educación y la tecnología, en las artes, en la comunicación. Estamos obligados a cruzar la barrera del no retorno. Dice ahí, clarito, este país cruzó una barrera del no retorno, el pasado día 7 de octubre. Ocho millones y esos que más, cuatrocientos mil, son la iluminación de siete mil millones en el planeta, camaradas. Son la luz de un proyecto revolucionario para un mundo, moral y luces. Freddy Fernández: Gracias, Fernando Buen Abad. Dos cositas nada más, antes de presentarles a Ernesto: una, que Fernando tiene tiempo proponiendo esta cumbre de comunicación en América Latina. Creo que realmente es una etapa necesaria, es decir, asumir la comunicación como un derecho de los pueblos y darle rango de Estado y discutirlo. Además, no sería la primera vez que ocurra en la humanidad un debate de estas características. Está todo el debate de la necesidad de un nuevo orden de la comunicación mundial, que se llevó a cabo hasta que Estados Unidos ahorcó a la Unesco para que no se pudiera continuar con ese debate. Así que retomarlo a nivel de Estado sería interesante. 26
Y quiero remarcar un elemento que mencionó también Fernando, con el cual estoy profundamente de acuerdo, que la autocrítica pasa en lo fundamental por mirarse uno profundamente. Yo he notado durante toda esa etapa de debate que a veces gente que tenemos responsabilidad en medios de comunicación, no es que estamos por fuera y no tenemos donde actuar, sino que estamos metidos en un medio, tenemos responsabilidades comunicacionales, hacemos la autocrítica de VTV, pero no hacemos la autocrítica del espacio donde estamos. Y sobre todo, yo lo he mencionado, es la primera vez que lo digo con este tema de la narrativa: creo que nos está ocurriendo una cosa de la cual debemos cuidarnos mucho. Decía que una revolución ocurre cuando lo extraordinario se vuelve cotidiano, no permitamos que el hecho de que se vuelva cotidiano, lo extraordinario nos haga no verlo. No hay otro país, como bien lo resaltaba Fernando Buen Abad, que esté haciendo una revolución como la nuestra, de tanta profundidad, de tanto alcance. Busquen ustedes otro país donde se estén construyendo tres millones de viviendas; busquen otro país donde se lanzan dos satélites para garantizar la soberanía del territorio nacional; busquen otro país donde se dé asistencia médica en todos los sectores del país. Nosotros nos estamos acostumbrando a buscar más los detalles, a veces, de los problemas que tenemos y no vemos otro país que tenga el documento de la patria, que tenga una revolución con estas características. De todo eso, sobre todo, creo que lo más importante es recordar que el sujeto de esta revolución es el pueblo venezolano, es el principal protagonista. Tiene la palabra Ernesto Villegas, ministro del Poder Popular para la Comunicación y la Información.
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Ernesto Villegas: Bueno, amén. Gracias. “Alí Primera vive en el canto y en la batalla del bravo pueblo de Simón Bolívar. Vamos contigo, Alí, en amor mayor”. Es un twitt del presidente Chávez a propósito de que hoy está cumpliendo años Alí, 71 años de nacido. Y cuando entraba a la sala le di un abrazo a mi hermano Alí Alejandro Primera, y le dije: “Gracias, siempre Alí”, pero gracias sobre todo porque Alí vive en todos nosotros, pero vive especialmente en jóvenes como él, su sobrino que nos ha deleitado con su canto y lleva su guitarra a cada rincón, con su trova, recordándonos que hay un futuro que ya soñó Alí. Y Alí Primera además de cantautor, ¿quién puede negar que era un gran comunicador? No podría nadie ponerse con la necedad de pedirle un carnet del Colegio Nacional de Periodistas para exigirle credenciales de comunicador. La comunicación excede los límites de los comunicadores, excede los límites de los medios de comunicación social. Comunicamos los seres humanos. Para comunicar no requerimos pasar por una universidad. Quizás el primero de los mensajes que recibimos fuera del vientre materno es una nalgada, y nosotros la respondimos con un llanto. Pero antes incluso recibimos el amor de la madre, sus latidos, y respondimos también con pataditas, y estábamos comunicando.
Eso no dejemos que nos lo arrebaten. Aquellos que quieren encasillar la discusión sobre la comunicación a asuntos relativos a un carnet, a una universidad, a unos sabiondos, a unos señores que se las creen que nacieron el día 31 de febrero. Que son el último papelón con limón del desierto del Sahara. Así que no comamos coba con sabiondos. Aquí estamos construyendo día a día, con nuestros errores, como todos los seres humanos, pero tenemos un punto de partida. No podemos tomar una actitud de autoflagelación. No confundir la autocrítica con la autoflagelación, porque podemos dar esta discusión con este pueblo abarrotando esta sala y acumulado allá afuera, queriendo entrar, porque ese saldo organizativo, ese saldo de movilización popular cotidiana es obra de la Revolución Bolivariana, de sus aciertos. Se caen de una mata de coco aquellos que creen que venimos aquí a ponerle freno, a apagar la Revolución Bolivariana. Venimos es a contribuir con su avance, con la corrección de sus errores, con la corrección de nuestros errores, en primer lugar. Y para eso, no solamente tenemos que romper los cercos mediáticos, que alguna experiencia tenemos, recordando a abril, por ejemplo. Tenemos que romper también nuestros cercos mentales. Tenemos esos ocho millones. ¿Cuántos, Maryclen? 136.137, según el boletín del Consejo Nacional Electoral. Y esa es una contundente victoria, ¿no? Imagínense ustedes que Chávez hubiese estado en plenitud de condiciones o no hubiese venido de un tratamiento de radioterapia. Por cierto, que quiero darle un estremecedor aplauso de pie a nuestro profesor Daniel Hernández, que está aquí sentado por invitación nuestra.
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No dejemos que nos arrebaten la comunicación
Daniel es autor del libro que ha sido distribuido gratuitamente en este acto: Ensayos críticos sobre comunicación, es el primer volumen. Hay otros dos que están en el horno, por salir, y Daniel es expresión de esa angustia creadora de los revolucionarios, de los verdaderos revolucionarios que no se detienen ante la adversidad y si le amarran una mano, escribe con la otra. Y aquí tiene una contribucion intelectual para la tarea que el presidente Chávez no me ha puesto a mí, mortal, ser humano, reportero, sino a todos ustedes, a todos nosotros, al pueblo venezolano, que es construir una política comunicacional a la altura de los desafíos de la Revolución Bolivariana en esta nueva etapa. Eso no lo va a hacer un hombre, ni lo vamos a hacer los periodistas, los comunicadores. Eso lo va a hacer el pueblo venezolano. Y yo expreso mi especial reconocimiento a Daniel, porque él, como el presidente Chávez, derrotó el cáncer. Y es un ejemplo a seguir para todas y para todos nosotros. Bueno y si Chávez no hubiese venido a esta campaña electoral con ese rayo que significa la radioterapia, seguramente esos ocho millones 137... seguramente un Chávez como el Chávez que ha estado en otras elecciones recorriendo el país. Por cierto, ¡qué miserables! Aquellos que se burlaban de su condición física y hacían alarde de que si éste está flaquito, el otro está gordito y tal, o que si la carroza. No entendieron que eso más bien los alejaba del sentimiento de solidaridad que el pueblo venezolano tiene hacia el comandante Chávez. Y al mismo tiempo tratando de mimetizar su discurso con los símbolos, las claves de la Revolución Bolivariana. Es la única manera que tiene la derecha venezolana de engañar y de colarse en algunos escenarios, porque cuando se hace auténtica y transparente, no tienen sino marginales
votaciones, para siquiera pretender simular una fuerza política. Pues tienen entonces que desdibujar sus verdaderas intenciones y chulear simbólicamente a la Revolución Bolivariana. Lo único que le faltó al candidato de la derecha fue decir que él prometía dejar a Chávez en Miraflores si él ganaba. Y apenas pasó la elección, entonces ya comenzaron a decir que todo eso que ellos decían que iban a dejar es inconstitucional. O sea, que si ganaban, chao pescao, con las comunas, los consejos comunales, las misiones, esa Gran Misión Vivienda Venezuela que nuestro hermano Buen Abad menciona como merecedora del Premio Nobel de la Paz. Aquí hay una confrontación cada vez más dramática entre unos pueblos que quieren emanciparse y construir una alternativa a la fatalidad del capitalismo, y sus enemigos que son precisamente aquellos que son beneficiarios fundamentales del capitalismo. Eso quedó en evidencia en el tramo final de esta campaña electoral cuando se produjeron unas 500 mil llamadas telefónicas por día, desde el exterior hacia Venezuela, tratando de torcer la voluntad del pueblo venezolano, tratando de convencer con preguntas capciosas, tendenciosas y comentarios prefabricados aquellos individuos que manifestaban su disposición a votar por Chávez. Ustedes lo saben. Levanten la mano aquellos que hayan conocido a uno que lo hayan llamado a su casa. Levanten la mano los receptores de llamadas. Fíjense ustedes, el bosque. Y qué bueno que esos que recibieron esas llamadas muchas de ellas con acento mexicano, ¿verdad? ¿O no?, tuvieran la posibilidad de escuchar la intervención previa de nuestro hermano Fernando Buen Abad, a quien le decimos, que viva Zapata, carajo. ¡Viva México!
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Yo no me voy a extender mucho, yo les quiero decir sencillamente que me place grandemente que nos hayan recibido en estos espacios, en la Universidad de las Artes, a su rectora Elinor Cesín, me da mucha tristeza y vergüenza con las personas que se han quedado por fuera porque son más que los que están dentro. Yo quiero hacer el compromiso de que los panelistas una vez que terminemos estas intervenciones nos vayamos allá a compartir con la gente que está afuera, con ganas de compartir con nosotros. Quiero saludar especialmente a nuestro hermano también Ignacio Ramírez Romero, luchador por los derechos humanos. Quiero decirles que la comunicación está en todas partes, en todo lo que hacemos o dejamos de hacer. Con comunicación no resolvemos problemas que son políticos, por ejemplo, si el personal de seguridad que está conteniendo a las personas que están queriendo entrar en esta sala las maltratan, pues no hay comunicación posible que resuelva ese entuerto porque el señor que está allí en la puerta también está comunicando. Entonces, no hay manera de que un maltrato se tape con una política comunicacional. Es decir, la política comunicacional es subsidiaria de la política, y por eso el presidente Chávez habla de una nueva política comunicacional y, al mismo tiempo, le exige a su tren de gobierno ¡eficiencia! ¡Máxima eficiencia! Porque no es tapar ineficiencia con política comunicacional. Un saludo a las que ahora les digo colegas ministras, Maryann Hanson, Nancy Pérez, las entrevisté como periodista, ahora son mis colegas de Gabinete. Este gobierno hace más cosas de las que dice hacer. Dice una máxima de la sabiduría popular que todo el que pone un huevo tiene que cacarearlo. No hay tiempo para ca-
carear las cosas que hace el Gobierno Bolivariano. No alcanza el tiempo. De la campaña electoral quedaron que a lo mejor una parte hubiera podido ser atendida por el Presidente si no hubiese venido de la radioterapia, 500 obras que esperan por ser inauguradas. ¡500 obras! Fernando, ¿en qué otro país del mundo pasa eso? ¡500 obras! Y por supuesto que no podrá estar en todas el Presidente inaugurándolas. Pero a nosotros sí nos tocará comunicarlas, y tenemos tremendo problemón, Lídice, Edgar y todo el equipo del Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información y todos los medios del Estado y los medios alternativos, comunitarios, para comunicar aquella cosa. Es un desafío gigantesco comunicar todo lo que este Gobierno realiza, pero no es sencillamente comunicar y difundir, porque si es comunicación y si es comunicación revolucionaria, nosotros tenemos que acompañar al pueblo en comunicar lo que él está viviendo. Irnos con esos hombres y mujeres que están en la Gran Mision Vivienda Venezuela y contar sus historias, sus angustias, sus problemas, la adaptación a un nuevo medio de vida. Acompañemos, les digo yo a mis colegas periodistas y comunicadores, al pueblo en lo que el pueblo está construyendo. No nos creamos en un Olimpo desde el cual le decimos a unos alumnos en el sentido de que no tienen luz, a iluminarlos desde la oscuridad. No, bajemos adonde está nuestro pueblo, acompañemos a nuestro pueblo y descubramos que la luz está precisamente en nuestro pueblo; y por eso venzamos los bloqueos mentales. No es el tono oficialista tradicional de la información el que nos va a acompañar en esa tarea. Es el tono revolucionario de nuestro pueblo irredento que está allá afuera pidiendo también respeto por ese pueblo. Ese pueblo es el que hará la revolución. El que hará posible el sueño del socialismo.
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Yo les mencionaba lo de Ignacio Ramírez Romero porque él es abogado y tiene que confrontar con problemas cotidianos, por ejemplo, de nuestro Poder Judicial, y nosotros tenemos que hacer que se extienda a todos los poderes del Estado el llamado que el presidente Chávez le ha hecho al Poder Ejecutivo: máxima eficiencia en todos los poderes del Estado, porque no podemos hacer por un lado una comunicación que se pretenda revolucionaria y entonces que haya islas del Estado burocrático y burgués, en el que continúe actuándose con los viejos códigos, porque tiene derecho alguien que haya sido víctima de algún abuso, desviación, a creer que nosotros le estamos mintiendo, que lo que los invitamos es a una farsa, si su realidad cotidiana choca cotidianamente con esos pasivos, con esos vicios, con esas desviaciones. La Revolución es integral o no lo es. Porque yo no creo, como no lo cree Fidel, que en Venezuela haya cuatro millones de oligarcas, ¿verdad?, y mucho menos seis millones quinientos mil. Y en mi criterio, nosotros por supuesto que tenemos que convencer a los no convencidos de que la verdad está aquí. Tenemos que apuntar hacia lo máximo, al menos tenemos que convencerlos de no tener una posición política suicida de votar contra ellos mismos, contra su familia, contra su clase social. Tenemos que convencer a los estudiantes de la Unearte de que este es un logro de la Revolución Bolivariana, y que tienen que estar aquí con nosotros, porque de resto, lo que hay allá es oscuridad, lo que hay es el atraso, la privatización, la mercantilización de la vida, porque le ponen la tasa del valor, del dinero como equivalente de todo el esfuerzo, de que hasta el amor, la solidaridad, la preocupación por los chamos, por el futuro de la especie humana; y por eso en el Programa de la Patria, el quinto objetivo es precisamente
ese, del cual hizo burla la derecha: “No, es que ellos quieren salvar el planeta”. Ahora miren lo que está pasando en el Norte, lo que le acaba de hacer el huracán Sandy al pueblo norteamericano. Nuestra solidaridad con el pueblo de los Estados Unidos, con el pueblo de Cuba, con el pueblo de Haití, con toda Centroamérica, con todas las víctimas del cambio climático; que no es voluntad de Dios, es producto de la intervención desmedida del hombre sobre la naturaleza, que es el capitalismo precisamente el que nos lleva a eso. Por ejemplo, aumentar desproporcionadamente la producción petrolera, que es el plan de la derecha, sacrificar los precios en nombre de elevar la producción. Yo quiero sencillamente decirles que aquí ha sido una selección arbitraria, la verdad, porque cualquiera de ustedes pudiera estar sentado también acá en este panel. Y vamos a cumplir con la tarea que el Presidente nos ha puesto sobre nuestros hombros, con el equipo que nos acompaña en el MinCI, yo les he dicho a los compañeros del MinCI que aquí no es que ganaron los adecos para que se vayan los copeyanos y lleguen los copeyanos para que se vayan los adecos. Aquí somos revolucionarios, es la misma Revolución. Puede ser un nuevo gobierno, pero es el mismo comandante Chávez, el mismo objetivo histórico. Y con ellos, con todos nosotros es que emprenderemos la tarea. Pero aún más, lo vamos a hacer, como dice el lema de YVKE Mundial, “de la mano con el pueblo”. Vamos a sacar esta discusión de los recintos de la academia, vamos a popularizar los aportes de Daniel Hernández, que tienen que estar en cada esquina, donde haya un activista, donde haya alguien bien preocupado que active medios de comunicación alternativos, comunitarios, los periodistas, los trabajadores
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de la comunicación. Un saludo particularmente a aquellos que también son comunicadores. Ustedes en las campañas electorales de pronto miran un pendón, un afiche, un graffiti, un volante, pues eso lo hacen pregoneros, gente que tiene esa tarea en la Revolución, gente que pinta los murales de noche, que restaura los murales cuando la derecha nos los agrede, hasta ellos nuestros saludos. Fue una experiencia muy, pero muy bonita, y me emociono mucho al decirlo, terminar la tarea de hacer una entrevista en la televisión, después dirigir un periódico como Ciudad CCS3, por ejemplo, saludos a los compañeros de Ciudad CCS. Y después irnos a pegar los afiches de Chávez en las noches. Y esos son comunicadores también, los que asumen la tarea revolucionaria, independientemente de que estén en la cúspide de una organización o en la tarea más humilde y más sencilla. Hasta ellos, nuestros saludos. Esta discusión la vamos a sacar a la calle. Ya hemos establecido el contacto con los compañeros que adelantaron los trabajos de consulta pública para el tema de la seguridad, con los compañeros de la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad, que han hecho también consultas con la comisión de desarme. Vamos a elaborar instrumentos para que la participación del pueblo sea la característica de este tiempo que nos va a permitir revisarnos, corregirnos y ganar. Porque vamos a la victoria, y por eso yo los invito a jornadas permanentes de acción y reflexión. No nos vamos a quedar reflexionando aquí, esperando que se acabe el mundo. No. Vamos a ganar la elección del 16 de diciembre y también las de abril. Vamos a discutir, a revisarnos, pero al mismo tiempo con una mano estamos 3. Ciudad Caracas, diario de la Alcaldía de Caracas que circula gratuitamente en la Gran Caracas, del cual fue director Ernesto Villegas hasta su designación como ministro del Poder Popular para la Comunicación y la Información (MinCI).
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discutiendo, revisando y con la otra estamos acometiendo las tareas específicas que nos toca a cada una y a cada uno de nosotros. Termino diciéndoles que hay una triada inseparable y por eso me felicito de que este acto sea realizado aquí, Elinor, aunque se haya quedado gente por fuera, ya nos vamos a encontrar. Porque hay una triada que no podemos seccionar, fragmentar, del Programa de la Patria. Tenemos que asimilarlo todo, pero en particular los comunicadores y la gente que tiene inquietud en el campo de la comunicación tenemos que ver como un todo esa triada que es: educación, cultura y comunicación. No podemos separarlos. Porque, ¿quién dice que nosotros comunicando, informando, no educamos? ¿Y quién dice que los maestros no son comunicadores? ¿Y quién dice además que el resultado final será la victoria cultural frente a la hegemonía cultural del capitalismo? Porque de nada vale construir, invertir recursos en experiencias materiales si la Revolución no se da en nuestros valores culturales, en la manera como asumimos el día a día, cuando vemos al compañero, al camarada, al amigo como eso, al hermano, al ciudadano como eso, y no como un competidor, un consumidor. Y por eso allí es donde se va a definir el éxito o el fracaso de la Revolución Bolivariana, que es el éxito o el fracaso de los pueblos del mundo, que ven acá en Venezuela un faro iluminado. Un saludo a Hindu Anderi, que está acompañandonos también en esta jornada y vamos a exprimir su valía, hermoso abrazo y saludo a nuestro pueblo palestino, a los hermanos palestinos. ¡Que viva Palestina libre! ¡Que viva Puerto Rico libre! ¡Que viva la Cuba socialista! ¡Que viva Venezuela! La Venezuela revolucionaria. ¡Que viva México! ¡Y que viva Chávez! ¡Que vivan los pueblos yukpas, nuestros hermanos! 37
Freddy Fernández: Yo confieso que yo no felicité a Ernesto cuando lo nombraron. Le escribí y le dije, ¡qué buena vaina, Ernesto! Pero ha dicho Ernesto que vamos a sacar este debate a la calle. Creo que es muy importante tener eso en cuenta, que es un debate en el cual este foro apenas es una pequeña pieza, y que esperamos avanzar en un debate con una enorme participación popular, para construir también un discurso comunicacional mucho más sólido para la Revolución Bolivariana. Y tengo el honor de darle la palabra ahora a nuestra socióloga, egresada de la Universidad Central de Venezuela, con estudios en Desarrollo Organizacional, profesora de la UCAB también, siempre vinculada a la lucha comunicacional, formadora de muchísimos periodistas venezolanos, muchos de ellos revolucionarios a pesar de haberse formado en la Universidad Católica Andrés Bello. Yo no sé si son revolucionarios por culpa de ella, pero incluso en nuestros medios hay varios periodistas que fueron alumnos de la profesora Maryclen Stelling, y además ella siempre nos ha acompañado, también en todo este debate y con una visión muy crítica, que quiero resaltar, porque Maryclen siempre dice, ¿ustedes están seguros de que quieren que yo participe? Porque es que yo no estoy de acuerdo con todo lo que ustedes están diciendo. Así que le cedo la palabra a la profesora Maryclen Stelling.
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El rol político de los medios de comunicación social Maryclen Stelling: Buenas noches a todos y todas, quiero agradecerles que hayan aceptado la convocatoria en esta magnitud que me tiene aterrorizada, frente a este auditorio inmenso. Agradecer al colectivo MinCI. No voy a decir al ministro Ernesto, sino al colectivo MinCI, por haberme invitado a participar de este foro. Me sentí verdaderamente emocionada cuando me invitaron y preparé un trabajo larguísimo que se lo voy a dejar a la gente del MinCI. Es toda una suerte de radiografía que yo he venido elaborando a lo largo del tiempo sobre los medios de comunicación social en Venezuela, los medios de oposición y el Sistema Nacional de Medios Públicos. No he sido condescendiente con el Sistema Nacional de Medios Públicos. En la medida que fui oyendo a las personas que me antecedieron, fui reduciendo mi estamento. Pero sí quiero decir que los desafíos de la nueva etapa, a lo que se refiere este foro, no ocurre en el vacío; ocurre influido por la situación actual de los medios de comunicación social y, por lo tanto, creo que es importante que la autocrítica empiece por saber qué es lo que vamos a criticar. Creo que tengo aquí parte de lo que se va a criticar en estos trabajos que he venido haciendo. 39
Voy a partir de manera resumida, por lo que he llamado —y creo que concordamos— el rol político de los medios de comunicación social en Venezuela. Quiero también agradecer, acabo de ver a Helena y a Cristina, yo estoy parada aquí gracias a Cristina González y a Helena, que organizaron hace no sé cuántos años una parrilla en Radio Nacional de Venezuela y me llamaron para que participara haciendo análisis de primeras planas. Nunca había hecho análisis de primeras planas. Yo hablaba pajuatadas en reuniones que ellas me invitaban, y menos me había sentado en una cabina de radio. Fuimos Carmen Elena Balbás y yo, y allí empezamos como a pulir el programa que hacemos y hemos ido desarrollando una metodología científica que es parte de los resultados que voy a presentar aquí. Nosotros fuimos desarrollando una metodología de análisis de primeras planas, que nos permite compartir las tendencias de opinión que han comandado la construcción de las primeras planas de seis impresos, a lo largo de estos últimos años, y fundamentalmente en la contienda electoral. Hecha esta aclaratoria, ¿por qué estoy parada aquí?, yo siempre le decía a Helena, no soy periodista, soy socióloga. Bueno, como socióloga y periodista prestada voy a hacer mi crítica, mi abordaje crítico. Rol político de los medios de comunicación social. Todos estamos de acuerdo en que hay una profunda polarización que afecta al país. Esa profunda polarización, yo diría que afloró, no fue inventada, voy a poner la fecha, en 1998, cuando emerge el presidente Chávez como candidato presidencial en Venezuela. A partir de allí se fueron delineando dos proyectos de país, muy centrados en la figura del presidente Chavez, que convocaba amor y odio. La gente no
estaba segura por qué amarlo, por qué odiarlo, pero era el Presidente, no su proyecto de país lo que convocaba amor y odio, rechazo y aceptación. A medida que fueron pasando los años, que él fue definiendo su proyecto de país, la polarización se hace fundamentalmente ya no sólo en torno a la figura de Chávez, sino en torno a los dos proyectos de país que se confrontan y que son excluyentes, y que fue la convocatoria que hizo Chávez para las eleciones del 7 de octubre. Chávez nos dijo: ustedes están confrontados, tienen que votar por dos proyectos de país, el uno o el otro. Eso estuvo clarísimo, la convocatoria que hizo Chávez. Diría entonces que en Venezuela, desde 1998 las conductas, el discurso y las prácticas políticas que emplean los principales actores de la polarización, comprendidos los medios de comunicación social, expresan una fuerte tendencia a la conflictividad, conflictividad que la entiendo como una propensión a generar conflictos, a no resolverlos mediante el diálogo, o a tratar de solucionarlos a través de la derrota absoluta del adversario. Entonces, se ha ido desarrollando en Venezuela una cultura social y política que legitima, valora y estimula la intolerancia, y en determinadas coyunturas justifica cualquier estrategia de persecución, exclusión y hasta eliminación de ese otro, culpable de mi situación. Hoy entonces vivimos en un panorama político confrontacional, y en ese panorama político confrontacional se ha ido desarrollando lo que yo llamo una falsa moral, que demanda unilateralmente al presidente Chávez, a su equipo y a las fuerzas políticas que lo apoyan en la insoslayable tarea de la reconciliación. Todo el mundo le exige a Chávez la reconciliación, nadie asume la parte de culpa que tiene en un país que se confronta de manera intolerante y que desea la desaparición del contrario.
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Entonces, es una falsa moral. Se le exige a Chávez la tarea de la reconciliación, mientras que los sectores políticos de oposición se perciben tolerantes, comprometidos con la paz, comprometidos con la reconciliación y, por supuesto, comprometidos con la democracia. En Venezuela es innegable el creciente poder de los medios de comunicación social, y ese creciente poder tiene como contrapartida el deterioro de otras instituciones públicas. El rol de los medios parece haber crecido paralelamente al descrédito de esas instituciones y a la deslegitimación de las instituciones políticas, a un clima político de deslegitimación y de pérdida de lealtades. Tenemos un sistema político decadente, debilitado, y los medios no se resistieron a la tentación de llenar ese espacio y de sustituir a los partidos políticos. Me pregunto siempre: ¿eso fue un plan maquiavélico? Creo que no. Pienso que fue una dinámica sociopolítica propia de Venezuela, donde permitimos lo que llamo una sutil complicidad. Nosotros, los ciudadanos, permitimos que los medios comenzaran a desempeñar el rol de los partidos políticos y fuimos cómplices de lo que sucedió. Por otra parte, creo que los medios actualmente desempeñan actividades múltiples y diferentes que desbordan ampliamente la canalización de la información, para extender sus funciones a la producción de acontecimientos políticos y de naturaleza pública, como sucedió en abril de 2002, cuando los medios se convirtieron en movilizadores políticos y en productores de acontecimientos políticos. Los medios, hoy, en Venezuela, son mediaciones, son mediadores, son empresas mercantiles, son instrumentos de control y de moldeamiento social y, a la vez, son transmisores de la información. Por lo tanto, los medios son mucho
más que medios, son escenarios donde se pierde o se gana el poder. Y ese escenario lo acabamos de vivir el 7 de octubre. En ese sentido, la imagen o representación de la realidad política, económica, alimentaria, educativa, nacional o internacional, es aquella que los responsables de los medios poseen, aquella que representa y que quieren comunicarnos. Allí demostramos el poder inconmesurable de influencia y de penetración ideológica de los medios sobre la ciudadanía. Creo que en Venezuela la situación es ahora mucho más grave, porque los medios de comunicación social informan con claras intenciones políticas y de esa manera aceptan el tratamiento y significado de la información. Algunos estudiosos del fenómeno, el político, de los medios, advierten sobre la creación de partidos mediáticos con consecuencias funestas que suponen para el ciudadano y el ejercicio democrático; los medios entonces están funcionando en Venezuela cual partidos políticos, tan es así que a manera de broma se habla allí del Partido Político Globovisión. Pero creo que eso no es propio sólo de Globovisión, sino habría que revisar todo el espectro mediático. Luego vamos a hablar de la confrontación al estilo venezolano, creo que en Venezuela estamos clarísimos todos y vivimos tiempos de confrontación de dos proyectos de país, pero también vivimos tiempos de violencia simbólica, tiempos de elecciones; acabamos de terminar la elección número 15, falta la 16 y la 17. Creo que estamos en guerra, y en guerra todo es válido. Pero en Venezuela esa confrontación, se está dando a través de dos frentes de batalla, fundamentalmente: el electoral, que no es motivo de este foro, y el mediático. El frente de batalla mediático lo entendemos como una suerte de terreno simbólico, de guerra, donde los ejércitos son los medios de comunicación social. Estos ejércitos se
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confrontan a muerte, y utilizan como arma de destrucción del contrario la información; y ¿quiénes son las víctimas? Las víctimas somos nosotros, los receptores, en tanto ciudadanos a quienes se nos violenta y se nos coarta nuestro derecho a la información. A mí siempre me preguntan: ¿en Venezuela hay libertad de prensa? Absoluta. Lo que está coartado es mi derecho a la información, porque los medios de comunicación social, todo el espectro mediático está involucrado en una guerra mediática y el deseo es eliminar al contrario. Entonces, el espacio mediático en Venezuela, con pocas excepciones, se encuentra escindido en dos: medios pro Gobierno y medios pro oposición. O podríamos decir, medios privados de oposición y Sistema Nacional de Medios Públicos. Tenemos entonces un escenario informativo polarizado como el resto del país, donde las dos fuerzas políticas se observan a través de los medios de comunicación social, se encuentran, se reseñan mutuamente, de manera tal que los medios reproducen una realidad informativa que nos devuelve la imagen de un país como que tuviera dos cabezas, dos verdades, un país escindido en dos. Otro problema, en el caso de Venezuela, es que los medios registran prácticamente y en directo la confrontación en torno a un proyecto de país. Pero, además, no sólo registran la confrontación, sino que los medios forman parte de ella y, como forman parte de ella, yo me pregunto, una interrogante que levanto aquí, al Ministro, y que podría discutirse como una recomendación: ¿cómo se preserva entonces el acceso a una información independiente, imparcial y plural en tanto derecho ciudadano, si los medios son ejército de batalla que se están confrontando con un enemigo, un adversario que hay que destruir?
Eso es algo que yo creo que hay que discutir: la ética periodística, la formación de nuestros comunicadores sociales y el rol de los medios de comunicación en Venezuela y en el mundo. A lo mejor es un rol político, entonces también habría que reflexionar sobre esto. De manera que en un mundo polarizado, en un país polarizado con unos medios de comunicación profundamente comprometidos en la confrontación política, y donde la información se encuentra al servicio de una u otra parcialidad política, resulta casi imposible conciliar la función de información de los medios de comunicación social, con el rol político, beligerante, que desempeñan en la Venezuela actual. Mi preocupación es que corremos el peligro de que esa situación se convierta en una suerte de ideal informativo, el rol beligerante de los medios de comunicación social. Voy a pasar por alto una serie de cosas. Le dejo el documento al ministro, o al MinCI. Quería presentarles a ustedes, en aras del tiempo, cuáles son las conclusiones a las que hemos llegado en el programa de los miércoles que hacemos Carmen Elena Balbás y yo, en relación a las líneas informativas que marcan la confrontación mediática en los principales medios impresos en Venezuela. Cuando el presidente Chávez habló y ahorita que lo volvimos a ver en ese video, le dije a Carmen Elena, nosotras estamos adelantadas a Chávez porque tenemos años haciendo esto que Chávez dice. Aun cuando nos han llamado urracas parlantes, escuálidas. Helena metió unas urracas. Una vez dijeron: “Helena metió unas urracas escuálidas parlantes y salen de noche en una limousine que Helena tiene con chofer”. Después mandaron una carta diciendo que le hacíamos el juego a la canalla mediática. En fin, ese programa, que es un programa muy crítico, ha arrojado que esa
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confrontación mediática se hace en torno a las siguientes líneas informativas. La primera es la evaluación crítica de la gestión de Gobierno de la cual habló el presidente Chávez. La segunda línea la llamamos termómetro político electoral, que cuando no es tiempo de elecciones, pero como siempre es tiempo de elecciones, se llama termómetro político, y cuando es tiempo de elecciones, se llama termómetro político electoral. La tercera línea que la hemos llamado articulación de intereses, que es un término muy sociológico, funcionalista por demás. Y la cuarta línea es la situación internacional. Vamos a hablar de la evaluación crítica de la gestión de gobierno, que la consideramos una estrategia político informativa de los medios de comunicación. Ernesto Villegas: Hago una interrupción a Maryclen para leerles un mensaje del presidente Chávez: “!Qué buena iniciativa el Foro Comunicación y Revolución. Saludo a todos los participantes. ¡Bravo! Espero las conclusiones y recomendaciones”. Maryclen Stelling: La primera línea informativa que marca la confrontación mediática es lo que hemos llamado evaluación crítica de la gestión de gobierno, como una estrategia político-informativa. Pero en correspondencia con la situación de polarización informativa, la evaluación crítica a la gestión del Gobierno ocurre en dos vertientes, en dos versiones, dado que ambos bloques, el Sistema Nacional de Medios Públicos y los medios privados de oposición, manejan políticamente sus propios criterios de noticiabilidad, oculta46
miento, neutralización y filtración de la información. Hay dos formas de evaluar la gestión de Gobierno, la valoración positiva que proviene del Sistema Nacional de Medios Públicos, y en esa valoración positiva se realzan los logros de la gestión de Gobierno, se realzan sus beneficios para la población, logros además que demuestran el avance hacia el sosialismo siglo XXI. Pero el tratamiento de los medios públicos no logra desprenderse de su imagen oficialista y se concentra fundamentalmente en la discusión de la actividad oficial y en la figura del presidente Chávez, lo cual peligra de que se convierta en un culto a la personalidad de Chávez, en detrimento de la gestión que hay que presentarla como gestión de Gobierno y no de un sólo ser humano. La valoración negativa proviene de los medios privados de oposición y abarca prácticamente todas las áreas de la gestión de gobierno: salud, educación, petróleo, economía; se tiende a obviar informaciones sobre logros o se minimizan destacando las consecuencias negativas. Se tiende a personalizar, al igual que el Sistema Nacional de Medios Públicos, la gestión en la figura del Presidente, obviando al equipo de Gobierno. Pero esa perversión proviene del Sistema Nacional de Medios Públicos, donde se olvida al equipo de Gobierno y todo se centra en la figura de Chávez. Esto lo repiten los medios privados de oposición, pero para descalificar a Chávez como mal Presidente. Entonces, se obvia el equipo de Gobierno con una segunda intención: descalificar al Presidente y líder del proyecto socialista. La segunda línea la hemos denominado termómetro político electoral, que es la pulsación del clima político, en general, y en el caso del proceso electoral del 7 de octubre.
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¿Cuáles son los indicadores del clima político electoral? Lo que nosotros llamamos pulsación del clima político. El clima político es la salud del país. ¿Cómo nos presentan los medios privados de oposición la salud del país? y ¿cómo nos presentan la salud del país el Sistema Nacional de Medios Públicos? Tenemos un clima político electoral que, por supuesto, se divide en dos vertientes, un clima negativo y un clima positivo. Luego, el clima político incluye también la certificación o descertificación del país, que son esas certificaciones o descertificaciones que provienen de organismos internacionales o de ONGs internas de nuestro país. Y finalmente, la tercera manera de medir el clima político la hemos denominado: interpretación de los acontecimientos problemáticos y perturbadores que pudieran amenazar el equilibrio del estatus quo. Y allí hay dos vertientes a su vez: fracaso del Estado y de la gestión del Gobierno actual. Cualquier acontecimiento programático es una expresión del fracaso de la gestión del Gobierno. Pero para el Sistema Nacional de Medios Públicos cualquier acontecimiento programático son contradicciones asociadas a la transición al socialismo. Entonces, son los mismos acontecimientos: dos verdades que los interpretan. El clima político se expresa en dos vertientes político comunicacionales: clima negativo, que es propio de los medios privados de oposición, propios de un país en situación de caos y de conflictividad social, producto del fracaso de un proyecto socialista a cuya cabeza está Hugo Chávez. Aquí se trabajan percepciones y sentimientos negativos, descontento, insatisfacción, frustración, miedo. El clima positivo lo reseña el Sistema Nacional de Medios Públicos y este clima emana de la legitimidad y credibi-
lidad de un proyecto político en marcha, el país que se dibuja es de logro y de percepciones y sentimientos positivos. Entonces, en el Sistema Nacional de Medios Públicos sólo se habla de metas, de logros, de alcances de futuro y de mejoras. La certificación o descertificación es el seguimiento y evaluación que diversos entes o gobiernos, organismos y organizaciones nacionales e internacionales realizan sobre el país en el ámbito económico, político, de derechos humanos. Los medios privados de oposición prestigian todos los casos de descertificación, la SIP, Human Rights Wacht, el Departamento de Estado, eso siempre está presente en los medios privados de oposición. Mientras que el Sistema Nacional de Medios Públicos reseñan preferencialmente las situaciones de certificación como las realizadas por la Unesco, en materia educativa; la Cepal en materia de reducción de pobreza, la ONU y el índice de Gini; la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO, en materia alimentaria, etc. Cuando se presentan acontecimientos problemáticos, perturbadores, que amenazan el equilibrio, también destacan dos versiones: la versión de los medios privados de oposición. La noticia pretende demostrar que la capacidad de gestión y las altas expectativas generadas en la población conducen a una situación de franca confrontación de intereses, de explosividad social, y de posibles realineamientos políticos. La apuesta de los medios privados de oposición es a la conflictividad social. Los medios privados siempre están apostando: viene un nuevo Caracazo, que los cerros van a bajar, que van a subir las quebradas. Ellos están apostando a la conflictividad social. Resaltan los medios privados de oposición el fracaso del Estado en su función de arbitrar los conflictos y de ejer-
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cer el control social, mientras que en el Sistema Nacional de Medios Públicos, se observa una tímida intención de presentarlos como contradicciones asociadas a la transición al socialismo, y asoman interpretaciones tales con situaciones conflictivas o problemáticas. ¿Cuáles son las explicaciones que afloran tímidamente desde el SNMP? Son contradicciones asociadas a la propiedad privada capitalista, son expresión del antagonismo y las disputas que se dan principalmente entre los poseedores del capital y los que sólo poseen su fuerza de trabajo. Estas situaciones conflictivas son expresión, actuación de un sujeto revolucionario que cumple con su rol de fuerza consciente y propicia la transición al socialismo, o también desde el Sistema Nacional de Medios Públicos se interpreta como una denuncia de las condiciones de trabajo en las cuales se desarrolla el proceso de trabajo, relaciones de producción, formas institucionales, modos de organización, etcétera. Vemos entonces cómo transitan dos verdades irreconciliables de manera tal que aquellos ciudadanos y ciudadanas que sólo lean, oigan y vean el SNMP se van a enterar de una parcialidad informativa; y aquellos ciudadanos y ciudadanas que solamente acudan a los medios privados de oposición se van a enterar de ese otro país al borde del caos, destruido, fracasado, como cuando llamaban a votar en contra de Chávez los medios de oposición y los partidos de oposición en estas últimas elecciones. Hubo un titular de un editorial de Tal Cual que decía: “¡Todo se acabó! ¡Me ahogo así! ¡El fin de todo!”. Ese titular reivindicó el trabajo que nosotros hacemos de investigación, porque expresa ese clima político. Luego hablamos de articulación e integración de intereses. Aquí se incluyen todas las informaciones que reseñan
la participación organizada de grupos, como las manifestaciones espontáneas o azarosas. Los medios de oposición colocan énfasis importantísimos en una sociedad víctima de una ineficiente gestión de gobierno, de un Estado sordo a la articulación e integración de los intereses y del fracaso del sistema de regulación de conflictos. El Estado es un mal patrón, fundamentalmente en su relación con los empleados de las empresas estatizadas. ¿Qué hace el SNMP cuando hay protestas de grupos organizados o protestas azarosas, como quema de cauchos, etc.? Con menor destaque informativo, el SNMP tiende a minimizar las protestas; con menor destaque informativo, reseña la situación desde dos perspectivas que creo que son aparentemente contradictorias o políticamente convenientes. Esta conflictividad social es expresión de una sociedad activada en la defensa de sus intereses y necesidades, expresión del poder popular y protagónico u otra explicación que se da desde el SNMP, estas protestas son políticamente manipuladas por sectores de oposición y los medios a su servicio. De manera que si usted se enfrenta a una protesta y si solamente acude al SNMP, esta es la interpretación que obtendrá. Pero si se enfrenta a la misma protesta y sólo acude a los medios privados de la oposición, se enterará de otro tipo de interpretación. Finalmente, la situación internacional. La situación internacional también es una manera de confrontarse dos versiones de país. Esto es interés de los medios de informar sobre el acontecer político, económico, social y mundial. En los años 60 existía un concepto que era “burguesías consulares”, cuando comenzaron todas las teorías para explicar la marginalidad, etc., y surgieron todos estos teóricos latinoamericanos, las burguesías consulares. Él habla de bur-
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guesía de nuestros países latinoamericanos que representaban intereses foráneos; entonces yo trasladé ese término y lo aplico a los medios de la oposición. Los medios de la oposición cuando están describiendo situaciones internacionales se desempeñan en carácter de medios consulares, en tanto expresan y defienden intereses foráneos al país. Uno siempre está, uno siente que ellos son más colombianos que venezolanos, más norteamericanos que venezolanos, más chilenos que venezolanos; entonces son medios consulares, le otorgan mayor protagonismo informativo a las posiciones y actores externos al país. Se observa un manejo informativo descomprometido con las razones de Venezuela y comprometidos en una desnacionalización del conflicto. Cuando se reseñan las razones de Venezuela, porque no les queda más remedio, generalmente lo hacen a través de la vocería de representantes del Gobierno, y eso yo lo defino como una suerte de distanciamiento desapasionado de la posición venezolana. Por ejemplo, “el canciller afirma”, “el canciller dice”, “el ministro Ramírez dice”, usted ve a ver si cree que eso es cierto. Hay un distanciamiento de las razones de Venezuela. La posición y la voz amenazante de Estados Unidos acapara la atención informativa y la titularidad de los medios de oposición. Se observa una tendencia a destacar la voz de ese país en tanto juez y fuerza externa coercitiva, suerte de moral o aval externo ante problemas que son propios nuestros, internos. ¿Qué hace el SNMP? El Sistema Nacional de Medios Públicos enfatiza en hechos y acontecimientos de la región latinoamericana y del Caribe, relacionados con el desempeño del presidente Chávez en conceptos internacionales, cumbres, etc. Le otorga mayor protagonismo informativo a 52
las posiciones y actores del Gobierno, excepto que apoyen el proceso bolivariano, y hacen una defensa apasionada de las razones de Venezuela, suerte de solidaridad automática y suspensión del juicio crítico en algunas situaciones internacionales. Ya para concluir, creo que el gran reto para la política comunicacional es dentro de un ambiente de autocrítica y a la vez de diálogo. Comunicar con eficiencia la gestión de Gobierno y la transición al socialismo del siglo XXI. Hacer de la comunicación un espacio político en el que se intercambien los discursos contradictorios de todos los actores sociales, incluyendo la importante minoría de 44% que adversa el proyecto político hegemónico. Muchas gracias. Freddy Fernández: Antes de presentar a Reinaldo, una acotación sobre el tema de los medios: es importante ver que en América Latina los Estados que deciden fortalecer el sistema de medios públicos son aquellos Estados que tienen un gobierno popular y, en general, donde hay un gobierno de derecha, no hay un sistema de medios públicos, porque los medios privados son el sistema de medios que trabajan directamente en apoyo a ese gobierno. Y tengo el placer de presentar a Reinaldo Iturriza, camarada de muchas luchas. Siempre coloca una mina que sacuda la discusión comunicacional. Es un camarada que ha hecho críticas permanentementes al MinCI y al Sistema Nacional de Medios Públicos y está hoy aquí con nosotros.
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nocrático de sabiondos”. Esto me parece muy importante, porque además pone el dedo en la llaga sobre un tema muy espinoso también, de quienes estamos convocados y quienes estamos autorizados, entre comillas, para dar la discusión sobre los medios públicos.
El pueblo es un sujeto político activo Reinaldo Iturriza: Buenas noches, en primer lugar, más allá del protocolo, muy agradecido por la invitación, muy agradecido por la participación entusiasta de ustedes en este foro. De verdad que creo que hablo por todos en la mesa cuando digo que nos sentimos honrados por el entusiasmo que ha generado esta discusión y esta convocatoria al debate que ha hecho el comandante Chávez. Creo que sobre la comunicación, por supuesto, son muchas las cosas que se pueden decir. Quisiera comenzar por algo que decía el Presidente en el famoso Consejo de Ministros, donde le ordenó a Ernesto crear o liderar el proceso de creación de un verdadero Sistema Nacional de Medios Públicos. Unas palabras que dijo el Presidente ahí que pasan como desapercibidas, de tantas cosas que dice el Presidente, de tantas cosas significativas, pero que las vi esta tarde mientras veía Venezolana de Televisión en uno de esos micros que pasan. El Presidente decía: “la igualdad, decía Bolívar”. La igualdad. Y quisiera, dichas estas palabras que suenan tan simples, pero que yo creo que subrayan lo que a mí me parece esencial, que es el tema de la igualdad, acompañarlas de unas palabras que decía Ernesto recientemente en una entrevista. Ernesto decía: “No será una discusión infinita, una Torre de Babel que no conduzca a nada ni tampoco un debate tec54
Ernesto Villegas: Oye, acabo de recibir una llamada del presidente Chávez. Les manda un saludo y pide que las intervenciones sean transmitidas completas por Venezolana de Televisión y el Sistema Nacional de Medios Públicos. Al compañero William Castillo le pedimos, y al resto de los directores del Sistema Nacional de Medios Públicos, quedarse pegados acá en este debate que tiene que trascender las puertas, las paredes de este recinto, como ya lo está, porque hay mucha gente del lado de allá participando, viendo por pantalla y también en los hogares, en las oficinas, en las calles de Venezuela. Ese debate le pertenece al pueblo y del pueblo viene y al pueblo va. Adelante. Reinaldo Iturriza: Creo que la pregunta, digamos el tema de la igualdad y este comentario que hacía Ernesto en una entrevista reciente sobre que esto no tiene por qué ser un debate tecnocrático de sabiondos. Tú mismo has insistido en tu intervención previa sobre este punto, sobre que este es un debate que tiene que estar abierto a todo el pueblo venezolano. Creo que nos imita entonces a hacernos algunas preguntas que tienen que ver directamente con el tema que nos convoca hoy, que es el tema amplísimo de comunicación y revolución, desafío de la nueva etapa. ¿Cuál es la comunicación que la gente necesita? ¿Quiénes son los que dicen que la gente necesita tal o cual comunicación? Me voy a permitir leerles, estoy totalmente convenci55
do también, y valga la redundancia de que esto no debe ser un debate entre convencidos, o sea nosotros no venimos aquí a hablar o no fundamentalmente ni de Globovisión ni de terrorismo mediático. Venimos a hablar de nuestros medios y no exclusivamente nuestros medios, además de la comunicación en general, porque hay una relación de corresponsabilidad. No todo le corresponde hacerlo a los medios públicos, pero a mí los medios públicos me duelen o me interesan porque son mis medios, ¿no? Y creo que tengo absolutamente la responsabilidad incluso de decir de la mejor manera, de manera inteligente, con ánimo constructivo siempre, pero creo que nosotros todos estamos llamados a asumir la vocería crítica sobre la manera como actúan nuestros medios públicos. Cuando nosotros consideramos que se están cometiendo errores que, además, son públicos, porque se han anunciado, y creo que eso tiene que ver directamente con el hecho de que este debate concite tanto interés y convoque tanta gente a este espacio. Tanto así que hay gente afuera, a quienes enviamos también nuestro saludo y nuestra solidaridad. Me voy a permitir entonces leerles dos o tres párrafos de algo que escribí en octubre de 2010, para redondear un poco la idea. Esto sobre todo a propósito de que se viene diciendo con mucha insistencia que nosotros no divulgamos la obra de Gobierno, que hay problemas para divulgar, para comunicar la gestión y creo que eso es cierto, es más o menos evidente. Ese es uno de los errores que nosotros cometemos, no solamente los medios públicos, sino, en general, todos quienes estamos comprometidos de una forma u otra con la Revolución Bolivariana. Pero creo que también tiene que ver con cómo se hacen algunas advertencias debido a una malinterpretación que podría hacerse a propósito del tema de la autocrítica. Creo que
vale totalmente también hacerla a propósito del tema de la gestión, porque la gestión, no, la gestión es insignificante ahí. La cosa es cómo nosotros lo interpretamos y cómo llevamos eso a la práctica, o sea, en qué consiste comunicar la gestión. Voy a relatar dos situaciones que me parece que son características. Esto es verídico, no lo inventé yo. Ocurrió pocos días antes de las elecciones parlamentarias de 2010, durante la emergencia provocada por las fuertes lluvias sobre Caracas en la parroquia Antímano. El Gobierno Nacional acude en auxilio de las víctimas; Venezolana de Televisión llega hasta el lugar, algún funcionario hace evaluación de los daños, familias en riesgo, etc. Le toca hablar a los afectados, una mujer de treinta y tantos años, su rostro está horadado por el cansancio que reflejan sobre todo sus ojos, pero permanece firme, ayudando a los suyos. Ella simboliza a la comunidad organizada. En circunstancias tan adversas, es mucho lo que tiene que decir. Micrófono en mano, transmisión en vivo, el periodista quiere conocer su opinión sobre las gestiones que viene realizando el Gobierno en el lugar de los hechos. La mujer le responde, palabras más, palabras menos, que está de acuerdo, pero reclama que la comunidad venía alertando… Y la interrumpe. El periodista la interrumpe e insiste: quiere saber qué opina la mujer sobre la gestión del Gobierno. Ella ensaya una segunda respuesta, algo confundida, no entiende bien esa actitud del periodista. Ella desea sobre todo relatar la tragedia que han vivido, explicar cuáles son los problemas de la comunidad, pero la oportunidad no le llega. El periodista insiste por tercera vez y le pregunta por las gestiones que está realizando el Gobierno nacional en el lugar de los hechos. Entre resignada y molesta, la mujer termina cediendo: se limita a agradecerle a Chávez por no dejarlos solos.
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La situación dos: esto ocurrió la mañana del 18 de octubre de 2010. El hermano jesuita José María Korta inicia una huelga de hambre en pleno centro de Caracas, a pocos metros de la Asamblea Nacional. Entre otros puntos, demanda, y cito textualmente: “la libertad inmediata para Sabino Romero Izarra y demás presos yukpas recluidos en la Cárcel Nacional de Trujillo”. En comunicado público, expresa sus sentimientos de “gran admiración” por las expresiones orales del presidente Chávez respecto a su política indigenista, pero advierte textualmente: “Hacen falta políticas públicas indígenas desde abajo como mecanismo de apropiación del derecho por parte del sujeto social y es necesaria la desestatización de lo indígena. El derecho a la demarcación no es otra cosa que el derecho a la tierra y todavía, después de once años de gobierno revolucionario, no se ha podido concretar”. Fin de la cita. Inexplicablemente, los medios públicos todos guardan silencio. En contraste, varios medios privados cubren la noticia. Sólo un par de ejemplos: el jueves 21 de octubre, el programa “Radar de los Barrios”, que seguramente todos conocen, incluye un segmento en que el conductor del programa (devenido en improbable aliado de la lucha indígena) confraterniza con el hermano Korta y el mismo día el diario El Nacional reseña la noticia en primera plana. Pudieran citarse varias situaciones análogas, pero las circunstancias exigen concesión. Además, ambas son suficientes para ilustrar lo que podría denominarse la “gestionalización” de la política comunicacional. A grandes rasgos, esto se expresa de dos formas, en la primera situación el esfuerzo está concentrado exclusivamente en “demostrar”, entre comillas, el esfuerzo que, sin duda, realiza el Gobierno Nacional, el Gobierno Bolivariano
para atender una emergencia social; sin embargo, el pueblo organizado no aparece como sujeto político que trabaja junto con el Gobierno, sino como objeto de la asistencia oficial. Los medios públicos dan voz al pueblo, pero esta voz se ve forzada a traducir la línea oficial, se ve obligada a adecuarse a ella cuando debería ser a la inversa: a través de los medios públicos debería expresarse la línea popular, sus demandas, sus problemas y sus propuestas. En la segunda situación, en el caso de los compañeros yukpas que andaban por ahí, de paso, creo que están afuera, desaparece la voz popular, los sujetos políticos populares son simplemente invisibilizados. La lógica sería más o menos la siguiente: darle voz a la protesta popular supondría dejar en evidencia los errores de la gestión del Gobierno Bolivariano y equivaldría, por tanto, a darle armas al enemigo que ha hecho de la crítica de la gestión el puntal de su discurso. En casos extremos se visibiliza a los actores de la protesta peor, criminalizándolos, infiltrados, anarcoides, etc. Mediante la sanción moral se intenta deslegitimar las causas de la protesta. En la primera situación, nuestros medios públicos han desperdiciado una extraordinaria oportunidad para que el pueblo se exprese sin cortapisas, el pueblo chavista de Antímano que, por cierto, es la parroquia que históricamente más vota por Chávez. Ya no debe luchar solamente contra los estragos de la lluvia, sino además sobreponerse a la frustración que produce la imposibilidad de decir todo lo que tiene que decir. De la frustración al hastío hay un solo paso. El hastío que significa desmovilización y desinterés por la política es también una forma de protesta. La segunda situación expresa más bien una absoluta falta del sentido de la oportunidad, las implicaciones de ésta
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son más graves, sus efectos políticos son más duraderos. Bajo el pretexto de no darle armas al enemigo, terminamos cediéndole el campo de batalla completico. El terreno que conceden nuestros medios públicos es ocupado por los oportunistas y por los demagogos. Cierto, el pueblo no habla a través de los medios antichavista como Globovisión ni como El Nacional, son las élites las que pretenden hablar a través de él. Las mismas que durante todos estos años han emprendido una feroz campaña de criminalización del chavismo popular. Pero la clave es ésta: un cierto apaciguamiento de la línea orientada a la criminalización del chavismo y cuyo extremo lo vimos durante la campaña electoral, ya lo decía Ernesto, este intento del antichavismo de parecerse; de Capriles Radonski de parecerse a Chávez y, en general, al antichavismo, de robarse, de mimetizarse con el discurso chavista, un cierto apaciguamiento orientado a la criminalización del chavismo va unido a un interés creciente por visibilizar las demandas populares. Esta es una variante del giro táctico del discurso opositor desde 2007, pero eso es algo de lo que yo he hablado en otros artículos, no tiene nada que ver con el tema que quiero abordar aquí. Mi intención es insistir en el siguiente punto: el oportunismo de los medios antichavistas es, en parte, la consecuencia inevitable de nuestra falta de sentido de la oportunidad. Mientras el antichavismo dialoga, entre comillas, con el chavismo popular, los medios públicos le retiran la voz. Frente a este cuadro, ¿qué hacer? Hay una serie de cosas, yo creo que esto tiene que ser el punto de partida sobre algunas cuestiones que tenemos que debatir a propósito del tema de la comunicación. A mí me preocupa particularmente el tema de la gestión, porque creo que es más o menos sencillo identificar, de
unos años hacia acá, una cierta tendencia a eso que anuncio allí como gestionalización de la política, hacer como cosas muy parecidas a esto que relato aquí, del muchacho que sube, con toda la buena intención seguramente porque no es un problema de persona. Además, creo que eso es algo muy importante de subrayar, creo que es un problema de orientación política de nuestros medios; yo creo que nosotros corremos el riesgo, si estamos concibiendo el tema de la gestión desde este punto de vista, estamos obviando u ocultando, invisibilizando, disimulando, o sea, no dándole el lugar que se merece. Creo que el principal logro, si vamos a hablar de logros del proceso bolivariano, es la constitución del pueblo como sujeto político, su protagonismo político. Creo que, en general, en la política, no la política comunicacional exclusivamente, nosotros comenzamos a ver al pueblo como beneficiario, entre comillas, y no como sujeto político. No se trata de que el pueblo venezolano no se haya beneficiado de la obra de gobierno, pero no puede ser que solamente aparezca a los ojos del mundo y de nosotros mismos y, en general, como pueblo que recibe la asistencia del gobierno. Es decir, mucho más allá del pueblo beneficiario que es objeto de la política asistencial, de lo que se trata es de que aparezca y que ocupe los espacios y tome la voz el pueblo que es protagonista y es sujeto fundamental de esta revolución, con todo lo que tiene que decir. En el mismo Consejo de Ministros, el presidente Chávez hablaba (por cierto, no lo pasaron en el micro ahí), hablaba de mostrar a los trabajadores en asambleas y no solamente la empresa, sino que mostremos a los trabajadores diciendo todo lo que tienen que decir, que critiquen. La crítica no es mala, pero cómo nos da urticaria la crítica,
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vale, cómo nos cuesta que la crítica aparezca en los medios públicos y hasta qué punto sigue imperando ese chantaje según el cual, si aparece, nosotros le estamos dando armas al enemigo. Y Chávez lo dice una y otra vez. Y no aparece, qué impresionante, qué dificultad para que aparezca el pueblo trabajador en asamblea, diciendo todo lo que tiene que decir, inclusive haciendo las críticas que tiene que hacer, y eso, en general. Yo creo que cuando el Presidente dice eso y lo dice públicamente, lo hace además. Confío absolutamente en las implicaciones del proceso progresivo de politización que hemos experimentado todos como pueblo. Sé que casi todos estamos absolutamente conscientes y entendemos perfectamente que cuando el presidente Chávez dice esas cosas que dijo en esa reunión, públicamente, después de las elecciones presidenciales, nosotros entendimos que no las dijera un mes antes de las elecciones, pero entendemos que a partir del momento político que se abre después de las elecciones, es un momento donde hay que decir lo que todo el mundo está diciendo en la calle, hay que afrontarlo, hay que discutirlo públicamente. El Presidente ahí simplemente se hizo eco de lo que es un clamor popular, la gente, la mayoría de la base social de apoyo a la revolución, quiere ver los cambios. Nosotros queremos ver cambios y queremos que muchas de las cosas de las cuales no se debate públicamente, porque de eso se trata una revolución, se trata de un proceso político que está protagonizado por un sujeto. Pienso que es fundamental que nosotros partamos de una cosa que es tan obvia que creo que se nos olvidó, que es que nosotros en el 2002 derrotamos un golpe de Estado
de clara factura mediática. Nosotros como pueblo demostramos al mundo que no nos caemos a coba, que no nos creemos los cuentos del emporio comunicacional que trató de imponernos una versión de la realidad, que nos criminalizó, que nos invisibilizó. Nosotros ya los derrotamos a ellos, los derrotamos en el golpe de abril de 2002 y los volvimos a derrotar en diciembre y los derrotamos sucesivamente. Entonces, la pregunta que nos tendríamos que hacer es de cuándo acá la comunicación en este proceso revolucionario se convirtió o por qué razones comenzó a tener tanto énfasis una comunicación entendida como un grupo de señores que le explican al pueblo venezolano lo que nos quiere decir Globovisión o lo que nos quiere decir El Nuevo País, que es un periódico que no lee absolutamente nadie en este país. ¿Por qué tenemos que estar viendo las portadas de El Nuevo País en Venezolana de Televisión? Periódico que absolutamente nadie lee. Y me refiero a El Nuevo País, obviamente ilustrando una situación. No voy a decir nombres, no voy a decir programas, insisto en que ese no es el problema. El problema es de orientación política, de la política comunicacional, es un problema político. Tiene que haber un espacio para eso, pero eso no puede ser el trabajo fundamental de los medios públicos. El énfasis no puede recaer allí. El énfasis no puede ser hablar de Globovisión, no puede ser que nosotros nos enteremos de lo que dicen o dejan de decir en “Buenas Noches” o en cualquier otro programa, “Aló Ciudadano”, o en Venezolana de Televisión. Si yo pongo Venezolana de Televisión no es para ver eso. Si yo pongo Venezolana de Televisión, es porque no quiero ver Globovisión. Pero quisiera insistir en el tema, no es una cosa que se me ocurrió a mí, de repente, porque quiero crear escándalo
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y polémica. No es mi intención. Es que nosotros hicimos eso en 2002, venimos de ahí, nosotros ya los derrotamos a ellos. No quiere decir que ellos no siguen siendo nuestro adversario político, no es que vamos a hacer como que no existen. Obviamente tenemos que seguir dando la pelea, pero esa no es nuestra pelea fundamental. Nuestra pelea fundamental es profundizar este proceso de cambio y eso hay que hacerlo con la gente en la calle; profundizar este proceso de cambio en la calle pasa por escuchar lo que la gente está diciendo, y lo que la gente dice es, un sesgo de virtudes del proceso, de nuestro líder y de nuestro Gobierno, porque obviamente el Gobierno ha hecho una buena obra de gobierno, pero también pasa por escuchar sus críticas. No puede ser que nosotros escuchemos las críticas o que los compañeros yukpas hablen solamente por Globovisión o El Nacional. ¿Verdad que no? No puede ser. Creo que estamos llamados a revisar esa figura, que normalmente es como del intelectual o el académico, pero que en cualquier revolución genuina, la labor del intelectual se revisa profundamente, porque el intelectual es precisamente la figura que se reviste, o que basa todo su prestigio, toda su autoridad, en supuestamente tener un conocimiento que los demás no tienen. Por eso a mí me parece fundamental el tema de la igualdad, a mí me parece que los medios públicos, de un tiempo para acá, sobre todo, funcionan, o su funcionamiento olvida esta premisa de que aquí somos iguales todos, insisto, que nosotros ya derrotamos a esos medios. ¿Por qué tiene que venir cualquier persona a explicarme lo que ya yo sé? Lo anoté aquí para no dejarla pasar: el pueblo no debe dejarse engañar, el pueblo no debe dejarse confundir, el pueblo debe estar consciente, esas deben ser unas de las frases
más repetidas durante los últimos años en nuestros medios públicos. Nosotros estamos asumiendo que este es un pueblo que se deja engañar, estamos asumiendo que este es un pueblo que se deja confundir y que este es un pueblo que no está consciente. Estamos partiendo de ahí, de que yo tengo un conocimiento que el resto no y entonces mi posición de autoridad y todo lo que yo digo, mi jerarquía, mi prestigio, etc., mi autoridad, pasa por decirle a la gente, no dejar que el pueblo sea engañado, no dejar que el pueblo sea confundido, no dejar que el pueblo pierda su conciencia, no dejar que el pueblo sea manipulado. Insisto por quinta vez, nosotros no nos confundimos, no nos manipularon, no nos engañaron en 2002. ¿Lo van a hacer después? ¿Lo van a hacer en 2006, en el 2008? Ya nosotros demostramos que estamos por encima de la estrategia de esos medios, de los medios de la oposición. No quiero insistir más en el tema. En relación con el mismo asunto de la gestión, creo también que corremos un riesgo, porque la cosa ahora no puede ser mostrar jugo de naranja, que hacemos café o que nosotros hacemos tubos, a propósito de toda esta idea del intelectual y del pueblo que le falta la conciencia y el pueblo alienado. Hay que recordar una cosa que decía Marx cuando hablaba del fetichismo de la mercancía. No incurramos nosotros en lo mismo, no se trata simplemente de mostrar el cartón de jugo o el tubo. Se trata de mostrar lo que está detrás de eso y lo que está detrás de eso es precisamente el pueblo que produce eso. Yo quisiera, para terminar, leer muy rápidamente un fragmento de un estudioso de la comunicación, de un señor que sí, digamos, sabe de esta materia, no es mi caso, este señor se llama Jesús Martín Barbero. Uno puede estar en
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contra o a favor de él, uno puede militar en su escuela, uno puede considerarlo un intelectual respetuoso o no, uno puede estar de acuerdo o no, pero olvídense un momentico que se trata de un experto en comunicación y escuchen lo que él tiene que decir: La mayoría de nuestros intelectuales en América Latina sigue pensando que los gustos populares no son gustos, y lo que no es el gusto de la burguesía y de la distinción, no es el gusto. Y esto pasa con gente muy de izquierda; el gusto popular les da asco y el asco es del estómago. Los intelectuales legitiman con toda una verborrea discursiva lo que es del estómago. En Colombia (porque él es colombiano), logramos por primera vez que el Ministerio de Cultura haga una encuesta nacional sobre consumos culturales. (A propósito de lo que tú planteabas sobre la consulta). Esto significaba salir de la visión ilustrada, paternalista de que hay gente que sabe lo que el pueblo necesita y punto. Así como los medios te engañan diciéndote: “yo sé lo que la gente sabe”, los intelectuales llevan siglo y medio diciendo que ellos saben lo que la gente necesita, que es aún peor. Entonces, se hace esa encuesta, y se rasgan las vestiduras porque el acontecimiento cultural más importante para la mayoría de los colombianos es el reinado de belleza de Cartagena. En lugar de preguntarse qué significa eso, de dónde viene, con qué tiene que ver, dicen: “Este país es una mierda, un país donde el hecho cultural es el reinado de belleza, no es un país”. En ese sentido, para mí el escándalo es la incapacidad de los intelectuales para dejarse desestabilizar por la encuesta y salir de su castillo desde el cual ellos dicen cuál es el cine que tiene que gustar, cuál es la música que tiene 66
que gustar, cuáles son los libros que tiene que leer la gente. Estamos atrapados. Los medios dicen: “nosotros le damos a la gente lo que la gente quiere”, y los intelectuales dicen “los medios no le dan a la gente lo que la gente necesita”. ¿Y qué es lo que la gente necesita?
Ahí termina la cita, y yo me pregunto: ¿Qué es lo que la gente necesita? Muchas gracias. Freddy Fernández: Reinaldo, antes de empezar dijo: “Yo voy a repetir lo que ya he dicho varias veces. Espero que esta vez me escuchen”, y fíjense ustedes que las citas que él hizo sobre el tratamiento de dos noticias en la televisión pública son dos citas del año 2010. No es que las tomó hoy para venir acá; además está publicado en su blog, que les digo, por favor, frecuéntenlo, “Saber y Poder”. Allí siempre hay unas reflexiones bastante interesantes, y además, en lo personal, le agradezco a Reinaldo varias lecturas muy importantes para mí, entre ellas la lectura de Si esto es un hombre, un excelente testimonio de un judío italiano sobre un campo de concentración adjunto a Auschwitz, pero que no tienen nada que ver con todo lo que nosotros hemos visto sobre testimonios de ese tema, y de verdad que es un libro que le he recomendado a muchísima gente, porque además permite comprender cómo se establece el poder donde no llega el Estado, donde el Estado se queda afuera, cómo se establece el poder en una cárcel, por ejemplo. Y ya que Reinaldo hizo una cita, disculpen a mí siempre me da vergüenza hacer citas, yo no sé, pero leyendo a Jacques Attali en el libro Milenio, que es un libro que propone estudiar el futuro, y éste es un economista de derecha 67
francés, ya Attali dice que el centro de poder del mundo se va a cerrar y que se van a crear muros más allá del Muro de Berlín, pero lo que va a necesitar el centro de la periferia es la creatividad, la música, la literatura. Y aquí digo esto como antesala para presentar a Lorena Freitez, porque ella es una luchadora de una propuesta que justamente tiene que ver con la cultura forjada en lo popular, que irrumpe como contrapropuesta a lo que está expuesto en los medios de comunicación que dominan toda la cultura del país. Así que con ustedes Lorena Freitez.
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La defensa no es el único rol de los medios públicos Lorena Freitez: Ser la última implica que ya mucho de lo que iba a decir —sobre todo si tenemos un panel como el que tenemos— ya se dijo. Sin embargo, intentaré tratar de concretar algunas cosas, tratar muchas de las ideas que hay aquí, como plantearlas en propuestas concretas, sobre todo en función de lo que hemos hecho. Comienzo hablando o diciéndoles de dónde hablo. Habla Lorena, no habla solamente Lorena, sino hablo como una militante de un colectivo social que se ha planteado contribuir con la consolidación de una plataforma endógena de producción cultural popular o contrahegemónica. Para nosotros es un problema y una preocupación real y permanente cómo revertimos la penetración ideológica de la clase media, sobre todo en las generaciones emergentes en nuestro país y en Latinoamérica, pero en principio nos planteamos esto. Luego estoy hablando aquí como usuaria de medios públicos y privados, me gusta el reggaetón y las películas de acción, como a muchísimos venezolanos. Hablo como joven no tanto por mi edad, sino sobre todo por el esfuerzo que permanentemente hago de tener unos buenos oídos para comprender la producción cultural de las generaciones que están emergiendo, y también hablo como venezolana que me 69
reconozco en un proyecto de país que ha demostrado y que ha ratificado ser el único proyecto de país que ha incluido a las grandes mayorías de este pueblo. Creo que es obvio, todos los que estamos aquí compartimos que la comunicación es un campo de batalla político y quería destacar más o menos cómo es que desde el campo comunicacional nosotros podemos ver lo que nos hizo el capitalismo o la ideología liberal. Redujo todos aquellos espacios, prácticas y narrativas que nos hacían comunes. El neoliberalismo acabó con la idea de nación, de patria, de clase social que nos aglutinaban como pueblo, y justamente aunque la Revolución Bolivariana lo que ha hecho es rescatar estos referentes que nos vuelven iguales, que nos colocan un mismo horizonte de lucha; sin embargo, todavía creo que hay que seguir trabajando en cómo estos referentes se convierten en tejedores de las múltiples identidades que habitan nuestro país. La ideología liberal lo que nos hizo fue crear segmentos, segmentos de gustos de mercado, grupos, targets, tribus, esferas de opinión, como pequeños grupos “gueticos”, grupos de intereses, ningún segmento se toca entre sí, cada cual con sus intereses, cada cual con sus temas, cada cual con sus públicos. Si tú eres rockero, no hablas con un tucki, tampoco con un reguetonero; si eres llanero, no hablas con un rapero; todos los gustos están fragmentados y no pareciera haber nada que aglutine a todas esas identidades. Nos pasó como movimiento, también hablo como colectivo —lo que implica la militancia en lo sectorial, militar— solamente, por ejemplo, desde la cultura, cómo de alguna manera nos va “guetificando”, nos va creando pequeños grupos que no se comunican unos con otros.
Creo que eso es una de las grandes tareas, de las tareas más eficientes que logró hacer la ideología liberal y que si nosotros no lo tenemos claro, y si constantemente no estamos invitando a salirnos de esos segmentos, es poco lo que podemos avanzar como proyecto hegemónico, porque justamente la hegemonía es ver cómo la diversidad de voces, la diversidad de realidades, de maneras de comprender el mundo encuentran un ducto, un camino. Entonces, lo que quería destacar aquí —que ya la profesora Maryclen Stelling y Reinaldo lo han explicado muy bien— es cómo, si eso lo vivimos, o sea, lo palpamos claramente en el consumo cultural juvenil, por ejemplo, en el campo de la política, también lo vemos en el campo de la comunicación, vemos cómo se invierte gran cantidad de tiempo en nuestros medios públicos para, en la diatriba del oficialismo-oposición, dos segmentos claramente definidos que terminan siendo minorías, o sea, si nosotros miramos el rating, que no lo desmerito, creo que desde los medios públicos este indicador de encendido de televisores, de audiencia, de número de personas que ven tu programa de televisión ha sido desmeritado. Sin embargo, creo que es un indicador útil para saber a cuánta gente están llegando, o sea, creo que es indispensable, si no lo hacemos nosotros, si no creemos en el rating que producen las empresas privadas, por lo menos generar nuestras propias mediciones. Creo que se invierte gran cantidad de tiempo dándole fuerza a estos dos segmentos. La Revolución Bolivariana, a pesar de que ha sido un proyecto legitimado por las grandes mayorías de este país, se comporta como una minoría, como un grupito que se enfrenta y se defiende del otro grupito que sí es un grupito y que sí es una minoría, que es una élite, que es una cúpula. Invertimos grandes cantidades de tiempo de-
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fendiéndonos de que nos atacan, de que nos ofenden. Claro que existe una maquinaria mundial, y todos los ponentes lo han dicho y lo reconozco; sin embargo, creo que esa tarea no puede ser la única misión de los medios revolucionarios. Entonces allí, el elemento central de lo que quería plantear aquí es que este tiempo y recursos que nosotros hemos invertido al tratar de defendernos de otro grupito y al comportarnos como minoría y no asumir que la mayoría de este país legitimó este proyecto —lo decía Reinaldo— le hemos dado espacio para que unos adversarios que son silenciosos, unos adversarios que no nos montan pataletas, que no se están quejando de la gestión gubernamental todo el tiempo, sino unos adversarios silentes que permanentemente construyen dispositivos para hablarle a todos los públicos, a todos los segmentos, generan dispositivos de habla, de comunicación para jóvenes, niños, adultos mayores, clases medias y, sobre todo, se preocupan por hablar y hacer sentido, conectar con el gusto de las clases populares. Estos adversarios silentes, no les voy a hacer propaganda, pero son unos medios que se colocan al margen, los neutrales, hasta tienen un eslogan que parece cínico, equilibrado y no sé qué, o sea, como neutral y equilibrado, entonces ellos se colocan más allá del bien y el mal, se colocan como actores neutrales donde cabe todo el mundo. Creo que ese papel que ellos han jugado es lo que hoy les da el 95% del rating de los encendidos de todo el país. Le hemos entregado la hegemonía mediática a estos medios que le hablan a todos los públicos, que le hablan a todos los venezolanos, tanto como lo hace Chávez, aquí lo único —y creo que una de las cosas que nos ha salvado a nosotros— es que el Presidente logra hablarle a todos los públicos, a todos los sujetos, a todos los actores, a todos los sectores.
Así como se define la lucha política en términos de conquistas y alianzas, la construcción de hegemonía tiene que ver fundamentalmente con la construcción de alianzas, con la articulación de miles de sectores, de actores, de grupos que participan de la vida de una nación, y el campo comunicacional creo que tiene que ser asumido de la misma manera, es decir, cómo nosotros seducimos nuevos públicos, nuevos actores, y no lo vamos a hacer si nos quedamos engarzados solamente en esa diatriba, o sea, hablándole a las dos minorías de este país que no deciden nada porque a la hora de las elecciones quienes se mueve son los otros, los que no ven el canal 8, ven la novela de las nueve de los canales que ya ustedes saben. Entonces, para la nueva etapa, ¿qué me plantearía yo? Hablarle a las grandes mayorías, plantearía la seducción de nuevos públicos para nuestros canales, no solamente la televisión, sino para todos los que consumen medios y para la gente que está en la calle, o sea, hablarle a todo el mundo, y ahí quería destacar cómo uno de los grandes problemas culturales —que lo decía Reinaldo respecto a las personas que se creen sabiondas—, no sé si lo arrastramos como izquierda, porque la izquierda durante mucho tiempo también se comportó como un “bandito”, como un grupito que se defiende de la derecha malvada, ésa es una actitud que arrastramos desde hace mucho tiempo y que nos remite a una idea de autorreferencialidad, a una idea de autoafirmación revolucionaria. También es otra cosa que veo en nuestros medios, cómo todo el tiempo están afirmando lo que somos, la vanguardia que somos, pero si nosotros no hablamos con otros actores y otros actores no sienten y no reconocen los procesos de transformación que nosotros hacemos, poco podemos decir que somos vanguardia.
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Lo que quería plantear es que si no pensamos en la seducción de públicos, no vamos a llegar a las grandes mayorías. Y lo que quería decir con lo de los públicos, porque alguna gente puede decir que la conquista de nuevos públicos puede ser lo mismo, o puede reproducir la segmentación que reproducen los targets o los públicos que produce el mercado. La conquista de los nuevos públicos, de sujetos, actores, sectores y grupos no es para reproducir la división o la desintegración de estos actores, sino es el paso previo para construir la base de un horizonte común, que es Venezuela bolivariana, que es el proyecto político que hemos legitimado durante todas las elecciones que hemos tenido y pasa también por abandonar la autorreferencialidad de las vanguardias, reflexionar sobre los criterios de producción de contenido, por ejemplo, pensar en quiénes tienen más legitimidad para hablar, los actores reales de la transformación o los representantes de una gestión, que cuando se habla públicamente no sólo sea para agradecer, sino para proponer e interpelar, sería un gran reconocimiento que se nos haría como pueblo creativo y como pueblo pensador. También pensar qué es un acontecimiento, qué es noticia, qué se narra, cómo se narra, a través de cuáles formatos se transmite una idea y ahí —lo decía en un programa anterior—, que nos hemos quedado mucho en los formatos noticiosos, informativos, mientras que el adversario avanza silenciosamente a través de formatos que nos enamoran, formatos con los que sentimos, nos emocionamos, lloramos; y nosotros creo que hemos sido muy conservadores en atrevernos a asumir otros formatos, a incursionar en el mundo de la ficción, por ejemplo, a hacer nuestras propias novelas. Hemos tenido algunos aciertos, pero creo que nuestra inflexibilidad principista no permite plantearnos contenidos
trasgresores, por ejemplo, estamos haciendo una pequeña telenovela en Tiuna El Fuerte que se llama “Barrio Sur” y ahí estamos planteando temas que podrían resultar delicados: homosexualidad, embarazo adolescente y su debate con el aborto. Hemos planteado la violencia, y esta serie de televisión o esta propuesta empieza a generar algunos resquemores, algunos contenidos para los que la sociedad venezolana no está preparada. ¿Quién dice eso? ¿Quién dice que la sociedad venezolana no está preparada para eso? Si eso es lo que vive. Ahí reivindico lo que dijo Reinaldo, preguntémosle a la gente para qué está preparada o para qué no. Entonces de ahí viene, es la base de mi propuesta, considero que debemos dejar de ser tan especulativos a la hora de la construcción de políticas públicas y creo que en algunos ámbitos de la gestión gubernamental se ha hecho con las consultas, censos que se han realizado. Creo que en el campo comunicacional los estudios de audiencia son indispensables, los estudios de consumo cultural, para que dejemos de especular sobre lo que le gusta a la gente y pongamos los pies en la tierra y dejemos la soberbia. Muchos de nosotros, cuando estamos en puestos de dirección, creemos que nos las sabemos todas y creo que tenemos que ser un poco más humildes. Parte de las propuestas, posibles caminos que tienen que ver con esto de la seducción de nuevos públicos, es la identificación de sujetos claves, públicos a los que debemos hablarle y no les estamos hablando, definitivamente a los jóvenes de las clases populares, a los jóvenes de los barrios. Si bien la Revolución Bolivariana ha garantizado la inclusión material, desde el punto de vista material de muchos de estos jóvenes, trabajo, escuela, muchos se han incorporado al sistema educativo, cosa que no pasaba antes; trabajo, Misión Saber y Trabajo.
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Son muchos dispositivos de inclusión material, pero se ha hecho poco por conectarse culturalmente con ellos, a este sujeto primero se le quiere educar sin antes escucharlo, sin antes conocer y respetar lo que es. Esto ha generado distanciamientos que pueden producir quiebres generacionales peligrosos para la perdurabilidad de la revolución. Si los jóvenes de la clase popular, de la clase obrera, de la clase trabajadora no logran conectarse culturalmente con el proyecto de la Revolución Bolivariana, aquí no vamos a tener relevos. Porque las clases medias, los estudiados, no van a dirigir el país en el camino que nosotros queremos; son los jóvenes de las clases populares, como decía Alí, los hijos de los esclavos, de los esclavos de mil años, son ellos los que están llamados a dirigir este país y, si nosotros no creamos las condiciones para que eso sea, la moda que producen las industrias culturales se los van a llevar por completo. En este sentido, mucho podrían hacer los medios públicos en la visibilización y reconocimiento de la producción cultural barrial juvenil y en la conexión simbólica e ideológica de este sujeto con el proyecto revolucionario, para esto es indispensable primero registrar el gusto popular como un gusto revolucionario, como un gusto que resiste al gusto que nos imponen las clases dominantes. Cuando un chamo habla “malandreao”, está resistiéndose a las formas de hablar que le ha impuesto la clase dominante todo el tiempo. Respetar sus códigos, potenciarlos, nos está dando estrategias concretas claves de la resistencia cultural de nuestro pueblo y nosotros no podemos juzgar y condenar, silenciar esas voces porque no hablan como hablan los académicos, porque no hablan como hablan las clases medias y los profesionales. El gusto y las maneras de hablar de este sujeto debe ser registrado como un gusto trasgresor y, en ese sentido, revolucionario.
Y lo otro, que es parte de lo mismo, potenciar la producción cultural de estos chamos, donde por ejemplo está la propuesta Barrio TV, que es una escuela de televisión de barrio, donde los contenidos son producidos por los propios chamos del barrio. En Tiuna El Fuerte, intentamos que la propia producción cultural de los chamos tenga una calidad, unos dispositivos, pueda penetrar públicos masivos y creo que en gran medida debe haber una política o la nueva etapa de la gestión comunicacional debería estar orientada en ese sentido. Las acciones concretas: estudiar las audiencias, potenciar los saberes y técnicas concretas de producción de mensajes —y esto tiene que ver con una política—. Me acuerdo cuando, en gestiones anteriores, se hablaba de la hegemonía comunicacional, de la necesidad de producir una hegemonía comunicacional, y una de las primeras líneas fue el despliegue de una infraestructura comunicacional, equipos, habilitación de espacios para las radios comunitarias, para las televisoras comunitarias. Sin embargo, hoy, después que ya tenemos un montón de equipos, como ningún país en Latinoamérica, como quizás ningún país en el mundo, existe una red de medios comunitarios tan amplia, una infraestructura comunicacional tan amplia como la que existe en Venezuela, pero tenemos problemas con la producción de contenidos. Hay demasiados medios y pocos contenidos, entonces el dolor de cabeza de todos los medios es cómo llenan las pantallas, cómo llenan las parrillas, cómo llenan las programaciones. Una de nuestras asimetrías son las fábricas de producción de contenido y eso pasa fundamentalmente por derrotar nuestras barreras culturales y clasistas, es decir, por respetar los públicos, los sujetos y sus producciones culturales, reivindicarlas y potenciarlas.
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Si nosotros, porque los medios comunitarios también caen en eso, nosotros los ultrarrevolucionarios, si no eres revolucionario, si no te vistes de revolucionario, si no hablas como revolucionario, entonces no puedes entrar aquí en este medio comunitario y cuidado si me pones un reggaetón y cuidado si me pones, no sé, la canción de una novela, cuidado si me pones esto, o sea como demasiados pruritos. No dejan que las expresiones populares del pueblo se expresen así como son, porque si la Revolución no ha fortalecido una plataforma de producción cultural contrahegemónica, no podemos pretender que el pueblo hoy tenga gustos revolucionarios, tiene los gustos que la industria cultural ha producido y nos ha impuesto. Entonces, sobre la base primero del respeto de lo que hay, de lo que existe, de lo que somos, empezaremos a producir otras cosas, pero creo que eso es indispensable pa’ producir nuevos contenidos, porque si no lo que vamos a tener es medios comunitarios pegándose a la señal de VTV como muchos se pegan, vamos a tener medios comunitarios repitiendo las mismas canciones de hace veinte mil años, ¿y las canciones que producen nuestros chamos en nuestros barrios? ¿Y las historias que producen y los cuentos que echan? ¿Cuándo vamos a ver eso? Otra cosa que hay que pensar es la lucha por el rating. No podemos dejar que nos sigan encendiendo los televisores para sintonizar otro canal, tenemos que luchar por ganar audiencias y eso es una política fundamentalmente de seducción, de enamorar a nuestros públicos, a nuestra gente, y sólo la vamos a enamorar identificándonos con ellos. Otra cosa es pensar con mucha más agudeza el papel de las redes sociales, que no son minúsculas, y que aunque se han hecho algunos intentos, igual sigue quedando en una
Ernesto Villegas: Punto de no retorno, eso que llaman la irreversibilidad del proceso revolucionario, pues, es esto precisamente. Entonces, nosotros tenemos acá una cantidad de papelitos con las opiniones, las participaciones, las preguntas que muchos han formulado. Yo quería darle la palabra a cinco personas para que intervinieran muy brevemente. Voy a hacer uso del poder que me da el micrófono en este momento, para pedir dos nada más y ofrecerle a otros tres que por favor lo hagan, pero lo fundamental no ha ocurrido esta noche, lo fundamental es que esta discusión que viene en forma efervescente acompañando al pueblo venezolano desde el 13 de abril del año 2002 pica y se extiende. En nuestro paso por el Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información, nos hemos propuesto y hemos recibido, por supuesto, todo el apoyo, para que esta discusión sea generalizada, en todos los rincones de Venezuela vamos a llevar esta discusión. Alguien nos ha propuesto que este foro se convierta en un foro itinerante, y vamos a hacerlo, vamos a ir a todas las ciudades. Vamos a
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comunicación muy formal, muy de lo que twittean los ministros, de los que twittea el Presidente, y pueden ser unos canales de interacción muy potentes para la interacción pueblo-Estado. Otra cosa puntual es que consideramos que uno de los campos de inclusión laboral y cultural más importantes que pueda tener este país es una industria cultural alternativa, liderada fundamente por los jóvenes de los barrios como un campo cultural, como un campo productivo. Son ellos los que van a dar la batalla cultural más ofensiva que pueda existir. Muchas gracias.
hacer un instrumento para recoger las impresiones, las aspiraciones del pueblo venezolano sobre este tema en el que se nos va la vida. Como tenemos ya que ir despidiendo, voy a hacer la arbitrariedad de pedirles unas intervenciones muy breves, vamos a leer algunas de las preguntas, pero vamos a acumularlas como germen de ese proceso de consulta, de reflexión y acción que tiene que acompañar el viraje comunicacional, la nueva política de la nueva etapa de la Revolución Bolivariana. Quiero pedirle al profesor Daniel Hernández que intervenga muy brevemente en este espacio y quería también pedirle a una entrañable amiga y colega periodista que está aquí en esta sala, si no se ha ido, que es Milagros Pérez, maestra de periodistas, y vamos a tener otras intervenciones de las personas que a bien tengan levantar su mano.
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Modelo mediático burgués: alienación y distanciamiento de la vida humana Daniel Hernández: Muchísimas gracias, Ernesto, por tus palabras afectuosas para quienes hemos vivido unas experiencias tan traumáticas por las que hemos pasado, la vida tiene otro sentido y otro significado profundo y quizás aquí tenga que acudir a las palabras del Presidente. Lo más hermoso de esta Revolución es que nos ha permitido recuperar un sentido de la vida, lo más hermoso es que nos ha permitido recuperar la esperanza y, sobre todo, nos ha permitido recuperar una esperanza y un sentido de la vida que nos trae de vuelta con el amor. ¿Por qué el modelo mediático burgués imperialista hace caso omiso de la vida? Porque tiene que ocultar la vida, porque la vida miserable que generó el sistema, la alienación de la conciencia, el embrutecimiento detrás de objetos fetiches, el agotamiento hasta el cansancio en el trabajo, el que lo tiene, la desesperanza terrible del que no lo tiene, las miserias de la sumisión, del abandono, eso no puede ir al aire, tiene que estar oculto, entonces el aparato mediático burgués está dirigido justamente a ocultar esa realidad y ese aparato mediático está totalmente divorciado, distanciado de la vida humana. ¿Cuál ha sido uno de nuestros problemas fundamentales? Hay grandes avances, grandes méritos, hay que recono81
cerlo. No es fácil una lucha revolucionaria, lo decía Fernando, a veces cuando uno salía, en otro momento más vigoroso, la gente decía: a nosotros nos parece un sueño escuchar a un general defendiendo la Revolución, porque en todos estos países los generales son vulgares lacayos del imperio. Aquí tenemos una Fuerza Armada Nacional Bolivariana que defiende a la Revolución, entonces, ¿por qué el aparato burgués esconde eso? Porque tiene que disolver esa realidad en la imaginación de la posibilidad de tener el objeto a través del consumismo y porque el capitalista gana si vende sus mercancías, no le basta solamente con producirlas, tiene que venderlas para lograr acumular, entonces tiene que crear necesidades artificiales, y de alguna manera el sentido de la vida se convirtió en tener cosas, consumir cosas, producir cosas, cuidar cosas y finalmente ser una cosa más. ¿Dónde está nuestro error fundamental? En que, lógicamente, en un proceso de transición, no es sencillo cambiar la racionalidad, cambiar los valores, cambiar la cultura, cambiar la moral. La moral no es otra cosa que los hábitos, hábitos virtuosos —diría Aristóteles—. Entonces, nosotros hemos cometido un error, citamos al Che, no se puede construir el socialismo con la racionalidad, con el arma mellada —decía— del capitalismo, y de alguna manera nosotros hemos sido presas de la racionalidad del capital y, por supuesto, quedamos presas del capital y del capitalismo, no lo podemos romper. Y parte de ese problema está en que no se puede separar la comunicación de la vida, no se pueden separar las palabras de las ideas, no se pueden separar las ideas de las prácticas sociales, no se pueden separar las prácticas lingüísticas, porque el niño tiene la potencialidad de hablar, pero tiene que aprender a hablar, y eso es una práctica lingüística
de las prácticas sociales y no se pueden separar las prácticas sociales y las prácticas lingüísticas de los valores, porque el mundo humano es simbólico, tiene un sentido y esos sentidos articulan fundamentalmente valores. ¿Y en dónde nos hemos equivocado? En caer en la trampa de creer que los soportes, la racionalidad tecnológica, el deslumbramiento que eso genera, el fetichismo tecnológico y el fetichismo mediático son suficientes para tener una política de comunicación revolucionaria. ¡No! Debemos, por supuesto, hacer uso de la tecnología, pero el problema fundamental, la bomba de tiempo, la bomba que tenemos es el pueblo, es la vida. Tenemos que encontrar una manera de aprender a cantar y a contar la vida desde el más profundo amor por la vida. Y que eso no lo logramos hacer, no podemos avanzar, porque la Revolución tenía el deber de ir satisfaciendo la profunda deuda histórica, la pobreza aborrecible que nos dejó la Cuarta República, pero a partir de ahora, en esta nueva etapa, nosotros no podemos desvincular el problema comunicacional del problema político. Hay que tomar la política. ¿Y qué es la política? La vivencia humana, si la queremos entender en el sentido profundamente revolucionario, es la vivencia humana, esa es la política en el sentido correcto, porque es mentira que Marx fuera un defensor del Estado, está en contra del Estado. Nosotros queremos fortalecer el Estado. Ahí es donde está parte de la institucionalización de la protesta, ahí es donde el ministro se torna más importante que cualquier actor social, donde el burócrata adquiere una relevancia, y hay que decirlo, entonces creo que la primera cosa que diría es que es necesario darle continuidad a esto, porque he estado en muchos inicios de gestiones de minis-
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tros, en muchos procesos donde hemos dicho vamos ahora sí a hacer y por el camino, la rutina, la inmediatez van disolviendo las buenas intenciones. Creo que es necesario de verdad darle continuidad a esto. El Ministerio de Comunicación debería ser un centro de articulación de todas las expresiones de comunicación. Las instituciones como Conatel deberían de estar —como se dijo aquí— al servicio, perdónenme esta metáfora o esta anécdota; me preguntaron en la constitución de un ministerio cómo hacer el ministerio y me dieron un esquema, algunos que están aquí saben la historia, y entonces yo revertí la historia y el esquema, porque el esquema comenzaba con el ministro, los viceministros, aprendí que había una dirección normal, que es la jurídica, y la no sé qué de acompañamiento y los subdirectores, y dije: No, es al revés, si un ministerio se crea para servir al pueblo, entonces tenemos que partir de cuál es la necesidad de ese pueblo y poner el pueblo arriba y el ministro es el último, abajo, en el organigrama. Es necesario un inventario de necesidades. Necesitamos una teoría crítica de la comunicación. No podemos seguir haciendo comunicación revolucionaria con el mismo modelo funcional positivista del emisor mentor, receptor; eso no puede, no podemos hacer revolución así, es imposible. No hay que tenerle temor a la teoría, hay que producir una teoría basada en Marx, en Vigotsky, en Baskin, en nuestro Ludovico Silva, en Simón Rodríguez, en el pensamiento de Bolívar. Bolívar tiene aportes en la materia comunicacional, vean esto. Bolívar nos lo presentan a lo sumo como un guerrero, pero vean esta contradicción, hermosa contradicción, entre 1844 y 1852 Marx se convierte en el filósofo de la praxis y se le reconoce en el mundo como el filósofo de la praxis,
cuando Bolívar ha recorrido medio continente practicando esa praxis, independizando entonces a Bolívar, tenemos que recuperarlo como un filósofo de la praxis, como un precursor, como un estadista y tenemos que estudiarlo. No podemos hacer revolución si no estudiamos, porque la revolución está obligada a ser superior al capital y nosotros tenemos la posibilidad. Tenemos que hacer un esfuerzo por una teoría revolucionaria. Miren un problema: ¿acaso no sabemos que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos constantemente es una herramienta en manos del enemigo para sabotear esta Revolución? Yo me cansé de andar por todos los espacios posibles proponiendo la necesidad de una nueva doctrina de la libertad de expresión conjuntamente con Ecuador, Bolivia, con el ALBA, con Nicaragua, vamos avanzando y produciendo nuestra propia doctrina. Necesitamos, en definitiva, esto se va a abrir, que la comunicación exprese la vida, es tan sencillo como eso. Marx decía: los filósofos no tendrían más que bajar su lenguaje que se abstrae de la vida, a la vida, para comprenderlo. Ahora no son los filósofos, son los mafiosos, los traficantes, los capitalistas, los que sencillamente obvian y aniquilan la vida. Una clave es volver a la vida, volver al afecto, volver al amor, porque el amor, el capital terminó sexualizándolo y no se entiende amor sino como sexo, cuando el amor es un sentimiento profundo que es lo que nos permite vivir, emocionarnos con una tarde rojiza, con una verde planta, tener la sensibilidad. Cuando uno ha estado mirando la cosa casi desde el otro lado y regresa, uno dice: ¡Qué hermosa es la naturaleza! ¡Qué hermosos son los colores! ¡Qué hermosa es la vida! Y más vida necesitamos para hacer la revolución.
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este foro, está de las puertas hacia fuera, en la calle, con el pueblo. Y no nos podemos enredar solamente en el bono que no nos pagaron, en el asunto que no se ha terminado de resolver, porque eso lo vamos a resolver, pero lo principal está afuera, porque si lo de afuera no se resuelve, no hay bono ni problemita que valga porque se acaba todo.
Intervenciones del público en el foro Participante: Le voy a entregar al ministro todas las sugerencias y algunas de las preguntas. Discúlpenme por tener el privilegio de escogerlas, pero quiero presentarle al ministro algunas de las preguntas y la primera tiene que ver con los medios públicos: “¿Qué se hará con los equipos gerenciales que gestionan en instituciones que dependen del MinCI, y que los trabajadores han denunciado por su maltrato hacia ellos? ¿Tendrá espacio la crítica revolucionaria para avanzar, se visualizarán luchas?”. Y hay otra pregunta similar, sé que ya hay una decisión del ministro y se ha anunciado, pero de todas maneras pide que haya reuniones en asambleas del ministro con los trabajadores de los medios públicos. Ernesto Villegas: Les quiero decir que todavía no hemos podido reunirnos con todos los trabajadores del Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información. ¿Cuál es mi propósito? La verdad es que el tamaño de ese aparato que nos toca ahora liderar es verdaderamente avasallante y nuestro propósito es que nos reunamos con todos los trabajadores, tanto del propio Ministerio como de los entes adscritos, y podamos solucionar, en la medida de lo posible, los problemas, los inconvenientes que haya por allí, pero que tampoco nos dejemos atrapar en el aparato. Porque la comunicación, si entendimos bien lo que aquí se ha dicho durante 86
Participante: Ernesto, hay varias preguntas que tienen que ver con el papel de los medios comunitarios y los medios populares y si hay alguna evaluación ya de cómo se integran con el resto del sistema comunicacional del país en esta nueva etapa del MinCI. Ernesto Villegas: Prefiero que no me lance todas a mí. Déjame hacerle un reconocimiento aquí, antes que todo, a Andrés Izarra, porque ese ministro tuvo el acierto de dotar al Estado venezolano de un aparataje que nunca tuvo. Miren, les cuento, nosotros estábamos en Venezolana de Televisión cuando no se respetaban los horarios y los programas duraban ocho horas, ¿se acuerdan de eso? No había cortes y resulta que el Pilín León, el 21 de diciembre del año 2002 —¿se acuerdan del buque Pilín León?—, ahí se nos iba a nosotros la vida también, porque ya esa gente estaba parando el país, desangrando el país, y el símbolo de la paralización era el Pilín León —hoy, gracias a Dios, llamado Negra Matea—. Y cuando finalmente se mueve el Pilín León, que no se mueve solo sino por la tripulación patriota que lo abordó, Venezolana de Televisión transmitió a través de una llamada telefónica, no había una cámara con un microondas o una fly away que permitiera que esa imagen se viera, y sí la tenía un canal de cuyo nombre no quiero acordarme. Hoy día el Estado venezolano cuenta con unos recursos tecnológicos increíbles que permiten hacer las súper pro87
ducciones más grandes que jamás se hayan visto en el mundo entero y eso se va a ver pronto, por cierto, con ocasión de la campaña que comienza el día de mañana, pues hay una demanda de cobertura tremenda y se hará todo el despliegue necesario para darle cobertura. Pero llegamos a un punto en el que tenemos que revisarnos, y ese esfuerzo que se hizo, nunca hemos estado más cerca de un Sistema de Medios Públicos como hoy, y por eso quiero hacer un reconocimiento al ex ministro Andrés Izarra, porque gracias a su esfuerzo y a su empeño y a su claridad, hoy podemos decir que estamos aquí donde estamos, tenemos un punto de partida, pues, gigantesco. Ahora, en la misma concepción del sistema, hay que hacer revisiones, porque por un lado, me dirán mis profesores de la universidad, que todos los medios son públicos, así sean operados por privados, ¿cierto, Daniel? Porque utilizan el espacio público. Así, cuando ustedes ven una televisora que diga: esta televisora transmite este mensaje obligado por la ley, no sé cuánto, porque si no nos cierran; hay que decirle a esta televisora que transmite este mensaje como parte de sus obligaciones legales por la explotación comercial del espectro radioeléctrico que pertenece al pueblo venezolano. Porque ese espectro radioeléctrico no es privado, es público. Lo otro que quería decirles es que tenemos que revisar el que nos llamemos medios públicos. Porque los medios que son del Estado son medios del Estado y todos los medios son públicos, pero por fuera quedan los medios comunitarios alternativos, ¿verdad? Porque no son medios del Estado. También quedan por fuera algunos medios privados que, como el Diario VEA, por ejemplo, militan y defienden a la Revolución Bolivariana cotidianamente y, además, son producto de la claridad política de Guillermo García Ponce, en el caso de 88
VEA, que cuando muchos hablábamos pistoladas sobre la necesidad de crear un periódico, él se dedicó a hacerlo. Entonces, allí ese campo también tiene que abrirse para que la heterogeneidad del campo comunicacional revolucionario sienta que tiene cabida y la tenga efectivamente en nuestra propia concepción de lo que debe ser un sistema, que, por supuesto, tendrá subsistemas y relaciones con otros sistemas, pero pensemos globalmente para que tengamos entonces una política comunicacional que verdaderamente pueda llamarse tal. Me podría extender más en esto, pero el tiempo es muy corto. Le voy a pedir que intervenga, vamos a darle la palabra a ella. Se van a quedar bravísimos conmigo porque yo no les puedo dar la palabra a todos los que están levantando la mano, lamentablemente no es lo mismo pedir agua que tener que repartirla. Participante: Muy buenas noches, muchísimas gracias por estar aquí. Les traigo una idea muy precisa y por los momentos concreta, pero que no se queda y no reduce a los espacios ni al tiempo en donde estamos, sino que es trascendente, y por eso merece reflexión y análisis; es la siguiente: Al enemigo no se le debe subestimar, porque estamos en una guerra mediática y hay muchos venezolanos y muchas personas que están confundidas todavía y no están conscientes de sus necesidades y son por eso los resultados electorales. Eso es todo lo que yo quería decir y quiero que lo analicen muy bien. Gracias. Participante: Gracias, en nombre de todos los que están aquí. Tengo dos inquietudes, la primera con respecto a la escuela de formación de cuadros para la comunicación de la cual comentó el camarada Buen Abad a mediados de este 89
año. ¿Qué ha pasado con ese proyecto, lo van a retomar? Es sumamente necesario que los periodistas nos formemos para esta batalla comunicacional. Y la segunda pregunta trata sobre la Asociación Nacional de Periodistas que convocó el MinCI también a mediados de este año, donde los periodistas que hacemos vida activa o medianamente activa en los ministerios fuimos censados. ¿Qué ha pasado con eso? ¿Hasta cuándo vamos a depender del Colegio Nacional de Periodistas? Ernesto Villegas: Todavía no hemos llegado hasta allá, pero lo que sí te quiero decir es que una de nuestras preocupaciones es dar herramientas de formación a los comunicadores, tengan carnet o no tengan carnet de periodistas, trabajen o no trabajen en medios establecidos, y menciono nuevamente a Hindu Anderi, tiene un taller que vamos a comenzar a dictar, ha venido trabajando muy bien, también la compañera Tibisay Soto, en la creación de las bases de una escuela que ha de formar comunicadores, estudios de cuarto nivel y también cursos específicos para especializarnos por una parte en el manejo de las técnicas, porque nosotros somos iguales a los otros que trabajan en cualquier otra parte, en una empresa privada, por ejemplo, y nuestros movimientos de cámara tienen que ser iguales o mejores que los que se hacen por allá, y el sonido tiene que salir al aire tanto o mejor que lo que sale en un canal capitalista, o nuestras producciones tienen que tener la perfección, desde el punto de vista cinematográfico, que tiene una producción de la más alta factura. Nosotros no tenemos porqué considerarnos menos que otros y conformarnos con producciones majunches. Eso corresponde a otra gente. Fernando hace uso del derecho de palabra.
Fernando Buen Abad: Sólo porque me interpeló, si no abusaría del micrófono, pero yo creo que el problema de las escuelas de formación de cuadros también tiene que ver con qué capacidad tenemos nosotros de autogestarnos también la autoformación, en el sentido de romperle el miedo o la alergia a la lectura. Es una tarea central y la autodisciplina de cualquiera que se quiere formar. Tengo la impresión de que, a veces, ronda un tufillo por ahí al cual yo quiero apelar, para que lo discutamos hoy o cualquier día que se pueda, y no tengamos ese desprecio por lo académico. La academia hay que respetarla, el conocimiento científico tiene un valor social, político y revolucionario también. Hay que darle un lugar a eso en el sentido de que es una herramienta emancipadora, la ciencia debe ser una herramienta revolucionaria y emancipadora. Hay algunos intelectuales que tenemos un compromiso revolucionario con los pueblos, luchando para destruir el capitalismo. Y eso hace una diferencia que me parece que tenemos que decir, no le hagamos homenajes al empirismo, nos ha derrotado brutalmente el empirismo. Hemos sido gravemente lacerados por eso, necesitamos comprometernos con la epistemología profunda para comprender las grandes trampas ideológicas de nuestro tiempo. Mire usted, una muy breve, se los digo, materia, Hindu, para discutirlo. El mito del equilibrio, el mito de la igualdad de discursos es falso, absolutamente falso, en este país y en cualquiera. En la lucha de clases, es el discurso de un pequeño sector mafioso contra el inmenso deseo de un pueblo por emanciparse. No son discursos de igual a igual de ninguna manera. Estamos viendo que en las circunstancias concretas y claras, cuando a veces aludimos al derecho de todos a opinar
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en condiciones de igualdad de opinión, tenemos que ser claros que a veces nos engañamos y creemos que son instancias idénticas y no lo son. Es la inmensa mayoría de los pueblos queriendo emanciparse —incluso, como bien dijo la compañera, y le prometo que lo voy a reflexionar bien profundo—, hay personas que no tienen conciencia de sus necesidades y, por lo tanto, no pueden ser libres, problemas condicionales de categorías filosóficas profundas. Hay que estudiar esas cosas, hay que discutirlas. Les quería decir una cosa más, no le rindamos culto al empirismo, no le rindamos culto a la superficialidad. El proyecto comunicacional es un proyecto que está más allá de los medios. Es un problema del tejido de las relaciones sociales humanas, como bien dijo Daniel, es un problema del tejido con que nos vinculamos unos con otros por la televisión, por la radio, por correos, como sea, por la palabra. En esa dimensión, la formación de cuadros es una formación inter, multi, tan disciplinaria que nos obliga a formarnos de manera rica, amplia y completa. Ernesto Villegas: Bueno, si de mis palabras iniciales alguien pudo interpretar que yo estaba expresando algo en un sentido distinto al que ha hablado Fernando, les aclaro que en modo alguno mi denuncia de los sabiondos se refiere a la academia bien entendida, a la necesidad de formarse, tanto así que una de las grandes fortalezas de la Revolución Bolivariana es precisamente el haber puesto a estudiar a nuestro pueblo a través de las misiones, la Misión Robinson, la Misión Ribas, la Misión Sucre en todas sus variantes. Y es que hay que estudiar, hay que estudiar, ese es un mandato que tenemos, no solamente por el avance individual, que es lo que mueve en el mundo capitalista, sino en ejercicio de la
responsabilidad que tenemos con el planeta, con nuestros hijos, con las futuras generaciones. El conocimiento es la vía para la liberación, para la emancipación.
ÍNDICE
Presentación / 7 Abriendo el debate puertas afuera / 11 Lucha emancipadora y contra la ideología de la clase dominante / 17 No dejemos que nos arrebaten la comunicación / 28 El rol político de los medios de comunicación social / 39 El pueblo es un sujeto político activo / 54 La defensa no es el único rol de los medios públicos / 69 Modelo mediático burgués: alineación y distanciamiento de la vida humana / 81 Intervenciones del público en el foro / 86
En los talleres gr谩ficos de la Imprenta Nacional y Gaceta Oficial se termin贸 de imprimir esta obra en noviembre de 2012. Caracas, Venenzuela. La edici贸n consta de 5.000 ejemplares.