GARABATOS de HILOS en SEDA
Ana Brey Lamas
Hilando hilé palabras y letras lie
Aprendiz de poeta predicadora sin ser poeta monólogos de una marioneta presumida y algo coqueta artesana de las letras desconoce las reglas métricas sus rimas y sus medidas los ingredientes los pone su mente, paciencia para pensar, sapiencia para expresar, opulencia para entregar a todo aquel que le quiera escuchar.
Eres versos de auténtica poesía, cultivadas con asombrosa maestría.
Eres un profundo hueco, lleno de aplausos para tu eco.
Eres el mito de hoy, la parte entera del soy.
Eres la viva, estampa del ayer, sombra amarga para una mujer.
Eres la poeta inmortal capaza de hechizar, al más renegado sentimental.
No hay ninguna carrera para ser padres de primera para educar no vale cualquiera aunque haya sido padre por vez tercera. Tarea difícil es guiar escuchar y no gritar aplausos y castigos, flores y lágrimas en el camino. Cada kilómetro de la carretera es un eslabón de la escalera, curvas y piedras hay en ella, esquivarlas es ardua tarea, para al final lograr la meta.
Amigo indirecto mudo, secreto, confesor del mundo entero silencioso compañero, bajo sus hojas vacías mi mano se adueña de sus páginas amarillas, íntimo relato sincero, de mí misma ante el espejo.
No soy un grano de arena ni una muñeca de cera.
No soy ni dama ni doncella ni visto trajes de seda, eso para quien lo quiera.
No soy una matriuska de madera hecha a medida para ser perfecta.
No soy la primavera ni tan siquiera su esencia, su esencia pasajera.
No soy la última, ni tampoco la primera.
Pueblos de España
se mueren entre ruinas deshabitadas y abandonadas
rica cultura envuelve un paisaje de hermosura piedras con historia, batallas y victorias
narran sus memorias, habitantes longevos se cuentan con los dedos.
Otros volaron lejos dejando atrás sus pueblos gaviotas en amplias manadas se esfumaron como la nada alzaron sus alas de día o de madrugada.
Lloré gotas de agua amarga de silencios, lloré como un cielo de nubes sin consuelo.
Lloré al querer y no poder.
Lloré océanos inmensos sin liberar vacíos intensos.
Lloré inviernos de aguacero tan tristes como un llanto eterno.
Lloré tanto, casi me ahogo, llorando en mi propio llanto.
Escribir es para mí, una terapia o algo así, transmitir lo que siento con el más profundo sentimiento voy buscando las palabras exactas para perdurar siempre intactas dejo constancia en un fragmento para que no se las lleve el viento.
Escribir es hablar, dejar mi huella, en un lugar. Escribir es lamentar sin un pañuelo mojar.
Escribir es abrir una ventana para un corazón y su alma.
9
Palabras escritas siempre permanecen vivas no mueren al ser emitidas son huellas sólidas y fijas.
Palabras leídas obras construidas, imaginación encendida, expresión compartida.
Palabras dichas desfallecen al decirlas, poco se sostienen ellas mismas, voces sin sello, sin firma, vocales y consonantes unidas.
Mi palabra es sagrada, es leal y grata no es antídoto del alma ni pócima secreta que daña.
Mi palabra es a veces pobre siempre noble a veces sonrisa, muy pocas, mentira.
Mi palabra a veces muda, bajo un papel perdura.
Quería ser poesía pero acabé siendo melancolía, la voz de mi pluma escrita, sin tinta de alegría, jardín sombrío de elegías, lleno de rosas y orquídeas.
Quería ser poesía, pero acabé siendo melancolía, valle de lágrimas de mis angustias pétalos de flores mustias, amante de este arte expresivo e interesante.
Quería ser poesía pero acabé siendo melancolía, durante todo el día, la noche sin despedida.
Le escribe a la vida, a ver si le contesta algún día. Garabatos de hilos en seda es su primer poemario publicado. En él sumerge al lector en universos llenos de sensibilidad, resiliencia, realidad y optimismo.
