La lágrima deTomás triste
Autora: Atenea C. Ilustrado por Ale Machado
Tomás corrió lo más rápido que pudo y se escondió en el lavabo de su casa. Su padre acababa de enfadarse mucho con él por haber dibujado en la mesita del comedor. Le gritó de tal manera que, del susto, quiso llorar, pero COMO
LOS HOMBRES NO LLORAN, según le decía su padre, corrió a esconderse al baño.
Lloró mucho, derramaba muchísimas lágrimas, y al final brotó una gran lágrima de su ojo izquierdo; era la Gran Lágrima Triste de Tomás. Se secó la Lágrima Triste con el pañuelo azul que llevaba en el bolsillo.
Luego se lavó la cara con abundante agua y tiró de la cadena del váter para hacer ver que estaba haciendo sus necesidades. Nadie acudió al lavabo, así que salió ya muy calmado y sin que se notase que había llorado.
Tomás y sus mágicas lágrimas nos enseñan la belleza de expresar sentimientos, desmontando mitos y celebrando tanto las risas como las lágrimas.
