Miguel, la tortuga valiente

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la tortuga valienteMiguel ,

Introducción

Yo soy Miguel, una tortuga marina verde. Mi mundo pareciera ser el océano, recorro día tras día autopistas invisibles, marcadas por líneas de campos magnéticos que mis padres, mis abuelos y sus padres y sus abuelos recorrieron antes que yo, ellos son mis ANCESTROS. Pero este no es todo mi mundo, porque también pertenezco a la tierra.

Mi vida comienza enterrada en la arena, como parte de ese pacto guardado entre el mar y la tierra, que desde hace millones de años se lleva a cabo. Es por eso por lo que nuestras madres tortugas salen

del mar a depositar sus huevos en la arena, y de ahí nosotros nacemos para regresar al mar. Esa es la razón por la cual nuestro viaje para sobrevivir es un tanto complicado, ya que al dejar la tierra y regresar al mar, muchos de nosotros perdemos la vida, sé que tal vez eso te parezca un tanto triste e injusto, de hecho, de cada mil de nosotros, solo uno o dos pueden llegar a la edad adulta, pero tranquilo, que todo está diseñado en gran perfección para ser parte de este ciclo de vida en la sabiduría de la naturaleza. Tengo la dicha de pertenecer a dos mundos que forman mi mundo y tu mundo, yo creo en ti, y también creo en tu infinita sabiduría, por eso he recorrido cientos y miles de kilómetros para llegar a ti y traerte mi mensaje, desde las playas de la Florida, la costa de Omán en el mar Arábigo hasta las calurosas playas del Estado de Guerrero son testigos de mi camino y de nuestros encuentros. Tengo fe y esperanza en que mis letras te formen una manera distinta de ver nuestro planeta, y juntos logremos mejorarlo. Tengo fe y esperanza en que ambos logremos nuestra misión en la vida.

Bienvenido a mi mundo, tu mundo y nuestro mundo. ¡Salvemos nuestro planeta!

Para empezar, pregúntale a papá o a mamá quiénes son tus ancestros.

¿Sabías que…?

Las tortugas marinas se encuentran en peligro de extinción, lo cual en gran parte se debe al gran desafío al que se enfrentan al dejar sus nidos en la arena e ir al mar. Entre los depredadores de las tortugas marinas se encuentran las gaviotas, los perros de playa o «hueveros» y zorros que se dedican a excavar los nidos, los cangrejos y, por supuesto, los seres humanos, que se consideran los más nocivos de todos. Además, las tortugas marinas son representantes vivos de un grupo de reptiles que han existido en el planeta Tierra y han recorrido nuestros mares durante los últimos 100 millones de años, y se les considera de los seres vivos más antiguos.

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Y Miguel, la tortuga, escribió su historia…

Olí lee un cuento a su hijo

—¿Estás listo para escuchar las más divertidas aventuras? —preguntó Oli a su hijo—. ¿Estás listo para aprender de cada experiencia que tu tío nos dejó en este cuento, Miguelito?

—¡Estoy más que listo, papá! —dijo Miguelito.

—Aquí vamos —contestó Olí.

Había una vez, en la orilla de una hermosa playa llamada «Playa Azul», ubicada en el hermoso Estado de Guerrero, México. Una familia de tortugas verdes.

Rogelio y Carmen, eran unas tortugas verdes muy felices, en esos días soleados entre la arena, la brisa del mar y el océano pacifico, que día a día eran testigos de ello.

Pero sin duda alguna, quien más disfrutaba de este regalo de la naturaleza, era yo, Miguel, y hoy te voy a contar mi historia. ********

Yo soy Miguel, tengo 10 años, vivo en el lugar más hermoso del planeta, respiro este aire de olor salado y bailo todos los días al son de las corrientes del océano, que hacen vibrar mi cuerpo con muy buen ritmo.

Pero aún recuerdo la arena suave que la brisa levantó e hizo rosar mi caparazón aquel día en la playa, ¡eso me hizo sentir vivo! Y querer vivir aún más.

También me encantó sentir mis pequeñas aletas hundirse en la arena cuando corrí para ponerme salvo.

Aunque eso me hizo ir un poco más lento, y por mucho, casi me cuesta la vida.

Pero el mar salió a mi encuentro y me dio esta oportunidad de vivir.

Adoro nadar en lo profundo del mar, porque ahí soy realmente libre, porque ahí es mi hogar.

Amo a mis padres, siempre están ahí cuando los necesito, siempre están ahí para protegerme y siempre están ahí para darme un buen consejo, aunque no siempre los escucho.

Creo que los adultos viven muy angustiados, y no entiendo por qué.

Creo también que siempre dicen esperar por el mejor momento, y así posponen sus cosas personales. Es un poco loco, ¿sabes? Y no hace mucho sentido.

Por ejemplo: Mamá adora coser y diseñar su propia ropa, y siempre dice que algún día lo hará para muchas de sus amigas, pero siempre está ocupada haciendo los quehaceres de la casa y, atendiendo a papá y a mí.

Papá me dice que debo ser paciente, pero estalla de coraje al momento cuando los humanos dejan su basura en nuestros caminos.

Dice que nos tendremos que mover de aquí, en un futuro no muy lejano, debido a eso.

Dice que los humanos son malos. Que son egoístas, porque solo piensan en sí mismos. Dice que debo tener mucho cuidado y, que por nada me acerque a ellos. Aunque nunca dice por qué.

¿Pero sabes qué?, creo que los humanos no son diferentes a nosotros.

Y esa es la razón por la que hoy te escribo.

Ayer, mientras nadaba en la orilla del mar, una ola me sorprendió de repente, arrastrándome hasta la orilla de la playa.

Estaba tan desprevenido, observando a unos humanos que estaban no tan lejos de mí, que la ola me dejó boca arriba.

Entonces él me miró fijamente y pude sentir estar en serios problemas. Más que por el solo hecho de estar boca arriba sin poder ponerme sobre mis aletas, sino porque él se acercaba cada vez más a mí, y mi corazón ¡estaba a punto de explotar dentro de mi pecho!

Entonces cerré mis ojos esperando lo peor, y grité con todas mis fuerzas. «¡Noooo, por favor, noooo!».

De pronto sentí sus suaves manos que tan cuidadosamente me tomaron para ponerme sobre mis aletas.

Fue casi la misma sensación que hizo la brisa del mar aquel día, cuando levantó la arena y esta rozó mi caparazón.

También me sentí vivo, ¡me sentí a salvo!

Pude ver que no era un humano adulto, por su tamaño, y pude incluso sentir su corazón a través de sus suaves y pequeñas manos, y este palpitaba aceleradamente.

¿Creo que también tenía miedo? Así que preferí alejarme lo más pronto que pude.

Y al alejarme, pude notar que aún me observaba, como si esperara a que yo entrara al agua completamente y estuviera a salvo, luego alzó su mano moviéndola de un lado a otro. Creo que los humanos así dicen «¡adiós!».

De pronto, un humano se acercaba a él, al mismo tiempo que le gritaba: «Lean, ¿qué haces? ¡Vuelve acá! ¡Entiende, no te alejes! ¿Cuántas veces tengo que decirte lo mismo?». A lo que Lean contestó: «Lo siento, papá».

¿Ves? Los humanos no son distintos a nosotros. Estoy completamente seguro de que el humano grandote y malhumorado era su padre.

Y Lean solo quería ayudarme. ¡No estaba haciendo nada malo!

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¿Sabías que…?

La tortuga verde es una especie de tortuga marina de la familia Cheloniidae. Esta tortuga de gran tamaño se distribuye por los mares tropicales y subtropicales alrededor del mundo, con dos poblaciones distintas en los océanos Atlántico y Pacífico. Nuestro Miguel y su familia pertenecen a esta especie de tortugas marinas.

IMAGINARIO ¿Qué sabes acerca de las tortugas marinas?

Pues bien, en esta historia la tortuga Miguel, su familia y amigos nos invitan a viajar a su mundo y ser parte de grandes aventuras. Junto a ellos, descubriremos lo valioso que son nuestros sueños y también lo que puede suceder si no luchas por ellos; de hecho, entenderemos mucho mejor a nuestros padres con esta historia. También nos enseñan la importancia de amarte y valorarte a ti mismo tal cual eres. Es una gran historia donde la verdad, las promesas y la amistad te serán aún más fáciles de comprender después de leerla, y todo esto en un mundo de tortugas marinas. La tortuga Miguel no tuvo espacio en el clásico mundo de un «cuento infantil normal». ¡Pero nunca debes darte por vencido! Yo, Miguel, te aconsejo que no dejes de intentarlo hasta encontrar la manera de hacer tus sueños realidad. Porque estoy seguro de que en algún lugar del mundo hay un espacio para ti.

VALORES IMPLÍCITOS:

Miguel y su hermano Olí nos enseñan ese gran amor incondicional entre hermanos, porque los hermanos son para toda la vida. En Carmen y Rogelio encontrarás a esos padres que quieren lo mejor para ti, y por eso debemos ser siempre agradecidos, sin olvidar todos esos momentos que empatizamos y compartimos con amigos, como Miguel lo hace con Laúd, Caguamo, Golfina y la pequeña Lora. Quizás encuentras en ti a un Lean, amable y respetuoso por el medio ambiente, o tal vez tú seas tan lista y sincera como Lucy.

I N S PIR I N G UC R SOI I T Y
ELPLANETA
788419 602800
ISBN 978-84-19602-80-0 9

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