emociones Pedrito Las de fantásticas
Historietas llenas de ideas para identificar las emociones y así convertirlas en tus compañeras
Ilustrado por Jessica Rinc
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Historietas llenas de ideas para identificar las emociones y así convertirlas en tus compañeras
Ilustrado por Jessica Rinc
Me llamo Pedro, pero mi familia y mis amigos me llaman Pedrito.
Cuando mi mamá está enfadada, siempre me dice: «Pedro Manuel Gonzalez: Ven aquí un momentito, vamos a hablar de lo que has hecho, que otra lección debes de aprender, ya que parece que esta travesura es peor que la de ayer».
Tengo seis años, llevo gorra a un lado, por eso, mi mamá a veces me mira con enfado.
A mamá le gustan los sombreros, las camisas con cuellos y el pantalón planchado, pero a mí me gusta la gorra, la gorra a un lado.
Un día soleado, fuimos a la playa, y después al supermercado. Yo quería comprar dulces, pero mamá solo tenía fruta y pescado en el carro.
Cuando mamá fue a pagar, yo cogí una bolsa de golosinas y se la tiré a la cajera, porque ella tenía que cobrar.
La cajera se sorprendió porque las golosinas le dieron en la cabeza, sin ninguna razón.
Mamá se empezó a poner roja como un tomate, yo sabía que debía escaparme.
Al final mamá no compró las golosinas, se puso triste y enfadada, y tenía esos ojitos de mamá disgustada.
Llegamos a casa y me comí el pescado y la fruta, contento, sabía que tenía que poner a mamá feliz, si quería que ella me leyera un cuento.
Me fui a mi habitación y le escribí una carta a mamá, le pedí perdón y le dije que no se repetiría jamás.
Para ganarme el cuento y poner contenta otra vez a mamá, al día siguiente pedí perdón a la cajera, y me quedé tranquilo y a la espera, a la espera de que mamá estuviera feliz, y creo que lo conseguí, porque esa noche hasta me regaló un regaliz.
No es fácil ser niño.
A veces no sé lo que está bien o lo que está mal.
Ayer le di un beso en los labios a una niña de la escuela.
Julieta se puso colorada y me dio una bofetada en la cara.
Pobre de mí, yo pensaba que era algo bueno, pero de repente estaba en la oficina del director con
la cara sonrojada, y la subdirectora, muy enfadada.
¿Qué hice mal? Solo era un beso, como el que papá le da a mamá cuando están contentos.
Julieta ya no me habla, y ahora tuve que escribir cien veces: «No daré besos en la… cara».
Estos mayores están locos, dicen que seamos cariñosos, y cuando le planto un beso a Julieta, todos se ponen enfadados y con sofocos.
¿Y si me apetecía dar un beso a Julieta? Fue algo que no pude controlar, esa chica me tiene robada la chaveta.
Al final todo se arregló. Escribí cien veces la frase, y después a Julieta pedí perdón.
Mamá esta vez no se enfadó, me dijo que era algo bonito, pero que mejor diera los besos cuando fuera un poco mayorcito.
Julieta y yo hemos vuelto a jugar juntos, yo le dije que fue algo loco y que no volvería a pasar…
Eso sí, me dejó confundido, porque Julieta me dijo que fue algo bonito que ella nunca olvidará…
A veces, cuando veo a mi hermanito, creo que mi cabeza va a explotar.
Le quiero con locura, pero por alguna razón, mi cabeza parece una cafetera que tiene el café saliendo y no puede parar.
Soy como un volcán, la lava sale del corazón, y de repente, sin darme cuenta, le he plantado un bofetón a mi pobre hermanito que solo quería enseñarme un dibujo que él hizo. Eso sí, eligió dibujarlo en mi libro favorito.
Pedrito es un niño curioso y vivaz. Últimamente sus emociones no paran de darle la lata, y por ello, está empeñado en aprender a identificarlas, y así sentirse preparado para cuando estas aparezcan. Sus historietas son divertidas y llenas de buenas ideas para aprender a vivir con las emociones, incluso conseguir llevarte bien con ellas. ¿Crees que esto es posible?... Te invitamos a conocer a Pedrito, a su familia y a sus amigos.
Las historietas de Pedrito exaltan la importancia de la identificación y del entendimiento de nuestras emociones. El esfuerzo de afrontar estas emociones que surgen día a día ayuda al protagonista de estas aventuras a encontrar herramientas como técnicas de control, relajamiento y aceptación entre otras muchas. Pedrito te dará algunas herramientas para «arreglar» las emociones descontroladas, y así convertirlas en tus aliadas.