Memorias de Areia

Pablo Marco León de Memorias

Ilustrado por Aiden Lie

PRÓLOGO

Una niña de arena no pasa desapercibida, ni siquiera en un pueblo perdido entre montañas. No sé cómo llegué a aquel pueblo, sin embargo, era mi hogar. Allí vivía con Yuyú que, aunque tampoco recuerdo cómo le conocí, era toda mi familia.

Yuyú era un hombre bueno, cuidaba de mí con gran ternura, quizás por todo lo que había conocido. En las arrugas alineadas de su rostro se podían adivinar grandes historias, y en sus ojos se apreciaba gran cantidad de literatura resguardada. Jamás olvidaré todo lo que me enseñó.

Mi nombre es Areia.

EL PEQUEÑO COFRE DE MADERA

Jugar entre los árboles, con el suelo cubierto de un manto ocre de hojas y acompañada de aquel olor tan especial del bosque otoñal, era muy divertido. Yuyú, siempre vigilante y procurando mi bienestar, me pedía que tuviese precaución. Yo desoía muchas veces su consejo. Yuyú, aunque preocupado, no me insistía porque sabía que la propia experiencia era la mejor forma de aprender.

Si caía y mi cuerpo de arena sufría algún desperfecto, acudía corriendo dolorosamente a los acogedores brazos de Yuyú para que me llevase a casa. Al llegar, con delicadeza, me sentaba en una silla. Ceremoniosamente abría un secreter del cual sacaba un pequeño cofre de

madera pulida y oscuros remaches metálicos con forma de pechina. El cofre estaba lleno de fina arena de playa. Yuyú mezclaba un poco de arena con agua, y con esto y sus manos expertas me reparaba cuidadosamente los daños ocasionados por la caída.

Mientras tanto, me decía que fuese más cuidadosa, que aprendiese a evitar los peligros y errores que me hacían tropezar. Decía también que inevitablemente volvería a caer, pero lo más importante era que aprendiese de mi error, que fuese valiente y me levantara de nuevo.

En un pequeño pueblo rodeado de montañas, comienza una historia increíble que nos cuenta las experiencias de una niña de arena que vive en aquel lugar. La protagonista, inquieta y con gran capacidad de observación, relata en el cuento cómo descubre y aprende nuevos valores, siempre acompañada por Yuyú.

La lectura de este libro invita al lector a recorrer junto a Areia su camino, descubriendo valores muy importantes para la vida a través de la experiencia.

Un libro para leer en familia durante la infancia y guardar para toda la vida.

Valores implícitos:

Esta obra pretende transmitir una serie de valores mediante la experiencia de la propia protagonista. Conocer la historia de Areia nos ayuda a descubrir la importancia de la inclusión y el respeto a la diversidad, el valor de la escucha, la observación del entorno y la conciencia social. Además, nos muestra la gratitud como una filosofía de vida, y nos enseña todo esto siempre desde un punto de vista positivo.

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