El mentagión Vol3: Un corazón de dragón

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Un corazon de dragon

EL MONJE

Un hombre flaco de cabeza rapada cruzaba con pasos presurosos la inhóspita hondonada, azotada por los vientos inclementes de la gran cordillera.

A vista de pájaro, era el único ser humano en muchos kilómetros a la redonda. Vestía una túnica poco apropiada para esas soledades frías; una manta de lana le tapaba los hombros y calzaba sandalias en los pies. Aun así, se desplazaba ligero, ignorando los embates del aire y la dureza del terreno que pisaba.

El monje caminaba sin dejar de mirar el cielo. Era lo único que le inquietaba, al parecer. Ese cielo aún estaba claro, pero él sabía que una oscuridad creciente se acercaba.

Una sombra maligna se cernía sobre esa tierra, que traería consigo la noche eterna.

Para combatir a la gran oscuridad, se necesitaba la luz potente de una estrella azul. Un rayo de esa luz estaba guardado en un

medallón con forma de rosa-estrella y una mujer extranjera de cabellos de fuego lo portaba, de camino a las Montañas Celestes. Ella había cruzado la Puerta del Universo para traer esa luz. No viajaba sola, un guerrero con una espada mítica la protegía. El monje sabía que el mentagión, ese medallón misterioso, era la llave que cerraría el paso a la marea oscura. Pero alguien acechaba sin descanso a la mujer para robarle esa joya y el peligro se cernía sobre los habitantes del planeta Argea.

Tenía que avisar al rey de los gigantes antes de que fuera tarde, se repetía una y otra vez sin aliento.

Debían encontrar un «corazón de dragón» para usarlo como escudo, eso decían las estrellas al monje cuando las consultaba en busca de consejo, aunque él no entendía qué significaba exactamente ese augurio. Quizá lo supieran los gigantes.

A lo lejos, entre las brumas, vio asomar un pináculo rocoso, con un castillo imponente coronando su cima. Era Tien Hoo, la guarida del Gran Oso Azul, su destino final. Aceleró el paso, pues no había un instante que perder. A cada golpe de viento que venía del norte, notaba cómo la sombra se hacía más fuerte. Se aproximaba.

El monje ya no descansó hasta llegar a las puertas de la poderosa fortaleza de los gigantes, donde sería bien recibido.

PARTE 7.

EN LA FORTALEZA DEL GRAN OSO AZUL

TIEN HOO

La fortaleza de Tien Hoo era una columna granítica de proporciones hercúleas y formas aristadas, fiel reflejo del carácter de sus moradores. Sobria. Sólida. Impresionante.

Su altura daba vértigo a quien la miraba por primera vez. Sus muros mastodónticos y las líneas aserradas de sus almenas hacían encoger el corazón del más valiente, no en vano era el hogar del pueblo ursu, una raza de hombres y mujeres colosales de piel violácea y pasado arcaico. Sus constructores habían aprovechado la roca natural para sostener toda aquella obra titánica. Así, la fortaleza parecía una prolongación del picacho. Paradójicamente, en esa monumentalidad arriscada y austera residía su belleza.

Desde aquella atalaya se dominaban las principales rutas de acceso al oeste de la cordillera. Los gigantes contaban, además, con una línea de torreones levantados en otras cimas a lo largo de la divisoria, desde donde se daba la alarma en caso de inva-

Un monje camina deprisa a la fortaleza de Tien Hoo donde viven los gigantes, una raza humana superviviente de la Era de los Dinosaurios, para llevarles una mala noticia. La oscuridad se acerca.

En el Mentagión, un medallón misterioso, está la clave para vencer a la oscuridad, pues se cree que guarda el rayo de una estrella azul. Una mujer con cabellos de fuego, llamada Finisterre, lo porta de camino a las Montañas Celestes, las más altas del planeta Argea. Ella ha cruzado la Puerta de las Estrellas para traer la luz. Pero no viaja sola, un guerrero Ad-whar con una espada mítica la protege y dos adolescentes terrícolas la acompañan. Vienen huyendo de algo que les persigue.

Creen que en las montañas estarán a salvo. Pero se avecina una guerra...

Deberán encontrar un «corazón de dragón», eso dicen los augurios, o nada ni nadie sobrevivirá a la tormenta.

ISBN 978-84-19904-12-6

9 788419 904126

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