Perrito y Perrote
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Perrito, el protagonista de esta historia, era un cachorro con el pelaje beige y las patas oscuras, como si llevara calcetines. Perrito era más bien pequeño para su edad, pero más listo que el hambre.
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Su mamá le preparaba todas las mañanas los mejores bocadillos del mundo, con pan recién sacado del horno: de jamón con mantequilla, de atún con olivas, de tortilla de patatas, etc. Estaban riquísimos, y es que estaban hechos con mucho amor.
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—Perrito, cómetelo todo que tienes que hacerte grande, fuerte y, sobre todo, muy inteligente —le decía su mamá cada mañana mientras le guardaba el almuerzo en la mochila.
Y con un beso muy fuerte, lo enviaba camino a la escuela, diciéndole:
—Hala, a comerte el mundo, ¡cariño!
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A la puerta de la escuela estaba Perrote, un compañero de clase de Perrito, muy grande, de color gris sucio y muy peludo, al que nunca se le ocurría una idea buena. Todas las mañanas esperaba a Perrito antes de entrar al cole, y le quitaba el bocadillo.
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—¡Si no me das ese almuerzo tan rico que te ha preparado tu madre, te las vas a ver con mi puño! —gruñó Perrote, maliciosamente.
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la astucia y una pizca de sentido del humor son más poderosos que la fuerza bruta.