Era un día muy soleado. Hugo tiene 6 años y hoy es su primer día de colegio. Estaba muy contento por ver a sus amigos y a su profesora Margot. En las primeras horas del día, jugó mucho con la plastilina, dibujó un dragón rojo enorme y contó sus aventuras del verano a sus amigos. Pero llegó la hora del recreo. ¡Menos mal!, tenía mucha hambre.
Se sentó con su amiga Inés en su banco favorito del patio. Estaba desenvolviendo el plátano que le había puesto su mamá cuando…
—¡No queremos jugar contigo! —dijo Felipe.
—¡No nos gusta tu camiseta! —dijo también Marcos.
Paco se encontraba llorando en un rincón del patio, mientras dos de sus amigos le decían cosas feas.
—¡Venga, Hugo, dile que no quieres jugar con él! —chilló Felipe.
—¡No, no voy a hacer eso! ¡Dejad a Paco! —respondió Hugo.
Paco se fue corriendo a otro sitio del patio. Hugo se sintió muy triste por él y bastante enfadado por lo que le habían dicho dos de sus compañeros.
