Hace tres años, en unas circunstancias trágicas, Anna María se quedó huérfana, perdiendo a sus seres más queridos: su mamá y su papá.
En un instante, su infancia despreocupada se convirtió en una pesadilla. Una rehabilitación después del accidente, los órganos de tutela, las personas… ¡muchas personas desconocidas! Los recuerdos de aquellos días quedaron borrosos, pero la esperanza de poder abrazar a su madre la acompañaba hasta el final. Por desgracia, tuvo que conocer la pérdida de lo más valioso. Un verdadero infortunio.
Los familiares más cercanos trataban de encontrar una solución en cuanto a la tutela, pero los traslados de una casa a otra, además del rechazo de los adoptantes de albergar a la niña, la herían todavía más. Anna María estaba destrozada.
Al final, la opción de la tutela le tocó al tío Denis, porque tenía medios económicos asegurados. Tal vez sí tenía ganas de darle lo más puro de lo que se suele dar a un niño por parte de sus padres, pero, simplemente, no sabía cómo hacerlo…
Cómo lo iba a saber un solterón innato que no tenía ninguna relación estable desde hace mucho, y que además consideraba que tener una familia era una auténtica tomadura de pelo, pero el destino dijo otra cosa…
Para algunos, tres años no son más que un instante, pero para otros es una auténtica eternidad. Anna María se encontraba en estos últimos. Tres años que la van rompiendo en pedazos, tratando de aprender a vivir su nueva realidad. Tres años rotos y viendo a una Anna María crecida y madurando con tanta velocidad.
Tiene ahora diez años de edad y es una niña extremadamente ensimismada y tímida. Con todas sus cualidades físicas de apariencia llamativa, consigue pasar por invisible: va escondiendo su espeso cabello pelirrojo en un puño, mientras que su elegante cuerpecito se esconde bajo la ropa voluminosa. Su imagen tierna podría ser revelada tan solo por esos llamativos ojos oscuros, pero incluso estos resultan ser ocultados bajo una gorra que cubre una buena parte de su rostro.
Casi siempre saca notas sobresalientes. Apenas tiene amigos, prefiere pasar tiempo en casa a salir para divertirse como los jóvenes suelen hacer. Su espacio favorito es descansar en su habitación: acogedora y llena de luz, con las ventanas que dan al jardín. Aquí es donde le encanta ponerse cómoda, pasar los días junto a sus libros, que han llegado a ser sus compañeros de vida y sus amigos más fieles.
