CAPÍTULO 1 DÍA DE LAS MADRES
Hoy es domingo 14 de mayo de 2017. Carmen, que
es madre de dos hijos, se levanta emocionada ya que hoy es su día, el día de las madres. Sus hijos, Alejandro de seis años y Pamela de cinco, la arropan con un abrazo tan pronto sale de la cama. Niños: ¡Mamá! ¡Mamá! ¡Muchas felicidades! Carmen: Gracias, mis amores —dice, mientras huele las bellas rosas que los niños le ofrecen de regalo. Hernán: Buenos días —le dice su marido—. ¿Lista para tu gran día? Te tenemos preparado un día bellísimo, para una madre bellísima. 3
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Ella sonríe y le dice: Carmen: ¡Así es! Bueno, ya me voy preparando entonces. Alejandro: ¡Sí, mamá! ¡Te llevaremos a Florentino, tu vinero favorito para desayunar! Hernán: Y ahí se esfumó la sorpresa de mamá —le dice su papá sonriendo. Carmen: Pero qué sorpresa tan bella, mis amores. Ya voy a estar lista para irnos. Carmen se va preparando mientras Hernán llama al vinero para confirmar la reserva que tenían para ese día. La otra sorpresa que preparaba para Carmen es que invitó a doña Ana, la madre de Carmen, la cual vino de visita para sorprenderla. Los niños ya están listos y se ponen a ver la tele en la sala, mientras su mamá se prepara. El día está soleado y Hernán los manda a cambiarse de ropa para que estén más cómodos. Carmen sale vestida y maquillada con una sonrisa brillante. Hernán: Vengan, niños, ya es hora de irnos, aseguraros de ir al baño porque estaremos como unos 30 minutos en el coche. Pamela: Ya fui, papá. Hernán: ¿Y tú, Alejandro, no tienes que ir? Alejandro: No, papá. Hernán: Mi amor, ya estamos todos listos. 4
El asesino de los siete collares
Carmen: Gracias, mi amor. No sabes cuánto te lo agradezco. Hernán: De nada, mi vida, eres mi reina, hago lo que sea por ti. (Hernán la abraza mientras le da un beso). Alejandro y Pamela: ¡¡Uyyyyyyyyy, yaaa, papá!! Hernán se ríe y dice: Ya, ya, pal coche todo el mundo. La familia entra en el coche, están todos sonrientes, ya que les encanta ir al vinero. En especial a los niños porque pueden correr por el vinero y coger uvas y a veces tienen a los caballos disponibles para montarlos. Al llegar al vinero, los niños quieren ir a ver a los caballos enseguida. Alejandro: Papá, papá, ¿podemos ir a ver los caballos? Hernán: Sí, pero no toquen nada, ya los alcanzo, déjame llevar a tu mamá adentro. Hernán se lleva a Carmen para la recepción, donde para su sorpresa ve a su mamá. Carmen: ¡Mamá! Pero qué gran sorpresa. —Mientras le da un abrazo bien fuerte. Doña Ana: Dios te bendiga, mi niña. ¿Cómo has estado? Carmen: Ay, mamá, bien, pero hoy estoy de maravilla. Tantas sorpresas, qué día tan especial. Doña Ana: Qué bueno, mi amor. Hola, Hernán, muchas gracias por la invitación. 5
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Hernán: Gracias a usted por venir y muchas felicidades en tu día. (Y le da a su mujer un ramo de rosas, seguido por un beso y un abrazo). Doña Ana: ¿Y los niños? Carmen: Fueron a ver los caballos, ya sabes cómo son con esos animales, no paran de pedir uno de regalo. Doña Ana: Ay, pero ¿se fueron solos? Hernán: Sí, ya voy a alcanzarlos. Solo entré para dejarle junto a su hija. Alejandro: ¡Mamá, papá! ¡Encontramos a una mujer sin ropa, necesita ayuda! Hernán: ¿Qué cosa dices? ¿Dónde está? Alejandro: ¡En el establo, papá! Hernán: Quédense aquí, dejadme ver qué está sucediendo. Cuando Hernán llega al establo ve a la mujer sin ropa; lo único que lleva puesto es un collar de cuero. Está tratando de caminar, pero se desmaya. Hernán trata de despertarla, pero la mujer no reacciona. Enseguida llama a la policía. Luego llama a Carmen para avisarle que encontró a la mujer de la que los niños hablan. Hernán: Por favor, comentad en recepción que hay una mujer desmayada en el establo y necesita ropa. Carmen: Sí, enseguida lo comunico. Mamá, por favor, cuida a los niños un momento. Pamela: ¡¡Abuela!! ¡Estás aquí! 6
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Alejandro: ¡Abuela Ana! ¡No te había visto! Doña Ana: Hola, mis amores, vengan conmigo, que su mamá regresa en un rato. Carmen va a informar en la recepción de lo ocurrido. Los dueños, Óscar y María Florentino están presentes y van enseguida al establo; allí descubren que la joven mujer es su propia hija, Victoria. La ambulancia llega y los técnicos de emergencia no logran hacerle responder, así que se la llevan al hospital donde los doctores les informan a sus padres que la joven ha caído en coma. La policía llega al vinero. El oficial a cargo, Miranda, interroga a Hernán para ver si él puede dar más detalles de lo ocurrido, ya que Victoria tiene marcas en las muñecas y en los tobillos como si estuviese amarrada y torturada. Las sospechas son de que la abandonaron por creerla muerta y que, de alguna forma, sobrevivió al ataque, pero no pueden estar seguros hasta que lo puedan confirmar con la misma Victoria. La familia de la chica está devastada, nunca se podían imaginar que algo así le sucediera ya que, según ellos, ella era querida por todos. La policía llega al hospital para hacerle unas preguntas a los padres de Victoria. Quieren saber si el collar que Victoria llevaba puesto era uno que ellos habían visto antes, ya que el collar tenía dos copas 7
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de vino y una botellita en forma de corazón lleno de un vino rojo. Miranda: Sr. Valentino, ¿está seguro de que nunca había visto ese collar antes? Sr. Valentino: No, estoy seguro. Lo recordaría. Pero ¿qué era lo que mi hija tenía escrito en el pecho? Miranda: Lo estamos tratando de descifrar todavía. Era mentira, Miranda sabía exactamente lo que decía, lo que le faltaba por descifrar era el significado. Una copa para la vida y una para el amor. Una para la muerte y otra para el dolor. Las autoridades siguen interrogando a los empleados del vinero para ver si alguien puede dar alguna pista de quién podría haber hecho tal cosa, pero nadie vio nada y todos decían lo mismo: que Victoria era querida por todos. Los reporteros, por otro lado, siguen preguntando para obtener algún tipo de pista de lo sucedido; las especulaciones son muchas, pero nadie sabe nada. Al menos eso piensa la policía hasta que una reportera, Pilar, le pregunta a uno de los oficiales sobre el collar que llevaba puesto la víctima y si era verdad que la botellita en forma de corazón estaba llena de la 8
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sangre de Victoria. Esto molesta a Miranda, ya que no se habían divulgado detalles del collar. Para empeorar las cosas, la misma reportera le pregunta a Miranda que si el mensaje que Victoria llevaba en el pecho era algún tipo de acertijo. Miranda: No podemos divulgar ni corroborar ningún tipo de información, ya que es una investigación en proceso. Miranda está preocupado ya que sí es cierto que la botella está llena de sangre, eso significa que los reporteros tienen una fuente en el mismo hospital, ya que ningún oficial posee esa información aún. Y si el propósito era matar a Victoria, ¿volverá el atacante a intentar terminar lo empezado? Miranda: Sargento Vélez, llévese una unidad al hospital vestidos de civil y no dejen de vigilar a Victoria, esto puede que no se haya acabado aún. Por favor, infórmeles a los padres que mantendremos vigilancia las 24 horas en su habitación del hospital hasta nuevo aviso. Vélez: Entendido, pero ¿y si no están de acuerdo? Miranda: Por eso estarán con ropa civil. No quiero a nadie en uniforme, y las placas escondidas. No quiero que se den cuenta de nuestra presencia. Vélez: Entendido, teniente. Yo me encargo. Miranda: Martínez, encárguese de recorrer todo el vinero para encontrar pistas. En algún lado tuvieron 9
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que haber fallado y dejar alguna pista. Estaré en la comandancia por si me necesitan. Tengo que informar al coronel del progreso de la investigación. Martínez: Ya tenemos a la unidad canina rastreando el lugar. Miranda: Perfecto. Vélez, antes de que se me olvide, mandaré a Garcia a recoger el collar para hacerle un análisis, tenemos que asegurarnos de que se revise todo. Y así fue. García llega a la comandancia con el collar y ahí le hacen un análisis donde corroboran que el líquido es sangre. El collar también tiene un emblema marcado de un perro bulldog, el cual es la mascota de la universidad nacional donde Victoria es estudiante de arte. Todo sigue apuntando a que esto fue un crimen pasional. Miranda pide más unidades de apoyo para su investigación, ya que quiere interrogar a las mayoría de personas posibles al mismo tiempo, para que no tengan tiempo de discutir los hechos entre sí. Miranda da órdenes de investigar las amistades, profesores, y amantes que haya tenido la joven. Alguien debe de tener algún tipo de información que los ayude en la investigación. Martínez: ¿Qué quieres que hagamos con la familia Gómez? Miranda: ¿Gómez? Martínez: Sí, es la familia que encontró a Victoria. 10
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Miranda: Sí, pídeles que si recuerdan cualquier otro detalle, que nos avisen, y que no divulguen ninguna información. La realidad es que ellos no eran sospechosos, solo querían estar seguros que si Victoria les dijo algo antes de caer en el coma, que se los dijeran. Martínez: Sr. Gómez, gracias por la paciencia de su familia, se pueden ir ya. Aquí les dejo mi tarjeta por si recuerdan otra cosa y, por favor, sean discretos con lo que vieron por respeto a la familia Valentino, y consideración a la investigación que se está llevando a cabo. Hernán: Sí, cómo no. Y así pasaron el día de las madres la familia Gómez y la familia Valentino, totalmente desconocidas, pero unidas para siempre por esta tragedia. Por otro lado, un joven está disfrutando de un almuerzo con su madre. Hay rosas en la mesa, una rica paella de mariscos acompañado de un vino tinto. Lo están pasando bien hasta que sale por las noticias los sucesos del vinero Florentino. El joven está bien atento y sube el volumen para no perderse nada y llega la parte de dar detalles de la víctima. La reportera anuncia que la joven sobrevivió, pero cayó en un coma. El joven se molesta de manera brusca. Su madre le pregunta qué sucede, por lo cual este le contesta: «Nada, 11
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mamá, solo que me cayó mal la comida, me he tomado un jugo de china y parece que no me sentó bien. Me disculpo». El joven se para y le da un beso en la frente a su mamá y se va para el cuarto. Ya en su cuarto, empieza a buscar en su armario y saca su ropa de enfermero para plancharla antes de irse. El joven llega al hospital, y como lo esperaba, el hospital parece un manicomio. Los reporteros están por todas partes, ansiosos de ser los primeros en reportar alguna novedad de la joven Victoria Valentino. El joven pasa desapercibido y entra al hospital para empezar sus labores. El joven entra a una de los ordenadores desatendidos y busca para comprobar dónde está la señorita Valentino y ve que está en la habitación 313. Él recoge unas sábanas y se dirige hacia allá. Por el camino ve algunas caras desconocidas y se imagina que son policías encubiertos vigilando el cuarto de la joven. Este pasa al frente de ellos como si nada, y entra en la habitación. Tan pronto entra, empieza a vaciar el zafacón de basura y las sábanas sucias. Se acerca a Victoria y le dice: «Mi amor, no he acabado contigo. Estaré aquí, cerquita de ti, tocándote, suspirándote al oído y no hay nada que puedas hacer. Ya sabes quién soy». Los latidos del corazón se empiezan a acelerar, lo cual alerta a los doctores y llegan a la habitación. 12
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Dr. Altieri: Óscar, ¿qué sucedió? Óscar: Nada, doctor, solo que se me cayó el zafacón, estaba bastante lleno. Dr. Altieri: Bueno, eso explicaría la reacción de Victoria, lástima que no haya despertado de una vez. (Mientras le sale una sonrisa). Óscar: Sí, hubiera sido maravilloso. (Mientras le surge una carcajada nerviosa). Dr. Altieri: Bueno, le dejo para que siga trabajando, gracias por todo lo que hace. Óscar enseguida sale del cuarto y le dice a su supervisora que no se siente bien y se tiene que marchar. Enfermera Ruiz: ¿Seguro que no te puedes quedar, Óscar? Necesitamos de tu ayuda hoy, estamos más atareados de lo normal. Óscar: Hice mucho esfuerzo para poder llegar, pero lamentablemente un jugo de china me sentó demasiado mal. Enfermera Ruiz: Sí, te entiendo. Como quieras, gracias por venir, que te mejores, espero verte pronto por aquí. Óscar: Muchas gracias, espero estar mejor para mañana. Enseguida, Óscar se marcha, él sabe que tiene una noche larga por delante.
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