El enredo de Godofredo
Ilustrado por Disis Design
En lo más recóndito de las frías montañas, donde nadie se percataría de la existencia de asentamiento alguno, ahí donde únicamente las más duras personas serían capaces de habitar, vivía aquel del que os hablaré, el tío Godofredo. Grande y musculoso, debido a su trabajo, pero muy muy risueño, amable y feliz, con su pelo fino, canoso y su boina de lana siempre coronándole la crisma.
En una pequeña y humilde cabaña de piedra, aislada en lo más alto de aquellos montes, vivían el tío Godofredo y su querida mujer Godofreda, viviendo de lo que la naturaleza y su ganado les brindaban, su leche, su carne y sus pieles.
Al oír hablar de ellos, observaréis que no era una familia con riqueza alguna, sino que vivían día a día trabajando duro para sobrevivir.
Acercándose el frío invierno y, con él, la imposibilidad de conseguir monedas con las que adquirir el grano que necesitaban para llenar su despensa durante ese invierno, el tío Godofredo decidió vender uno de sus burros en el mercado, y con las monedas que le dieran y las que tenía ahorradas, poder comprar ese grano.
Emprendió el camino hacia el mercado, bajando las empinadas laderas con su más bonito burro, pero al acercarse al poblado, vio un grupo de ladrones, a los cuales él temía…
