Aunque el mundo no sea una caracola y la gente se escuche, pero no se oiga, aunque esta noche solo quedemos cuatro gatos, viejos compañeros olvidados.
Aunque el vuelo de una alondra sea más bajo que una sombra volando bajo, va ella sola.
Ancho, fuerte, erguido sobre sus raíces y tus ramas, bien vestido arropado y protegido árbol de buen abrigo el sol te da brillo y el agua del río alimento en meses de estío.
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Búscame en la isla de las palabras perdidas donde habitan las alegrías. Búscame en la isla de las palabras perdidas donde me impregne de poesía.
Búscame en la isla de las palabras perdidas paraíso de las maravillas.
De los silencios hice una melodía, de los añicos de porcelana un collage de margaritas deshojadas. Del conflicto incomprendido un teatrillo entretenido lleno de humor amarillo.
No dejaré que el mundo me coma
aun si me tachan de loca, aun si me tapan la boca, barreré con una escoba lo que de verdad importa. No dejaré que el mundo me coma.
