El pequeño pirata Paul & Bula en tu primer mapa del tesoro

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El

pequeño pirata

Paul Bula &

en tu primer mapa del tesoro

DLucy Ilustrado por

Almasu



Capítulo 1

En un pequeño pueblo llamado San

Quintín, en la comarca del Penedés..., paseaban por el bosque el pequeño pirata Paul y el perro de su papá llamado Bula. Ambos paseaban distraídos sin darse cuenta de que el cielo se había cubierto de nubes oscuras, hasta que comenzaron a caer las primeras gotas de lluvia. Empezaron a caminar de forma apresurada, buscando un lugar donde refugiarse cuando de pronto escucharon: 3


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—Podéis resguardaros aquí si queréis. Bula se sobresaltó, pegando un bote a cuatro patas que hizo mirarse a los ojos con complicidad, al pequeño y a la muchacha, que reprimieron una carcajada. Bula, que era muy protector con el pequeño y sabía que por su tamaño imponía… se interpuso entre el niño y la joven india, mirándola muy serio… y ella, que percibía muy bien la preocupación del perro, siguió hablando calmadamente, desviando la mirada hacia la lluvia, dando a entender que no suponía una amenaza para ellos. —A mí también me pilló la lluvia por sorpresa —explicó la joven india. Entonces Bula se acercó a ella despacio y comenzó a olisquearle la cara; la muchacha desvió la mirada hacia el suelo, reforzando la señal de calma, añadiendo en tono calmado: 5


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—No os preocupéis, no os voy a hacer daño. —¿Conocías esta cueva? —preguntó Paul. —No, la descubrí por casualidad al buscar cobijo. —Se hizo un silencio y añadió—: ¿Qué hacéis vosotros por aquí? —Buscando algo de inspiración. —¡¿Inspiración?! ¿Y eso para qué? ¡¿Para robar un tesoro?! —decía la muchacha. —¡No! ¡Nosotros no robamos tesoros..., nosotros los donamos! —¡¿Cómo?!... Sois unos piratas un tanto singulares, ¿no? —Bueno, nos gusta la creatividad y la diversión... y como estamos embarcados en una lucha contra la tecnología... —¿Y eso por qué? —preguntó con curiosidad. 7


—Párate un momento y mira a tu alrededor mientras paseas... La gente no se relaciona, no habla. La mayoría va con la cabeza ladeada mirando una pantalla de manera ausente... y eso nos preocupa, es triste, ¡muyyy triste! —Ahora que lo dices, tienes toda la razón... pero... ¿y como batallas contra la tecnología? —El misterio, la diversión, el desafío son grandes palabras, ¡los mejores aliados! ¡Hacer sentir feliz a la gente, esa es la clave! Porque... ¿¿quién es capaz de ser feliz mirando una pantalla?? —¡Anda! Mira con el pequeño piratilla ja, ja, ja… Y dime, ¿cómo libras esa batalla? —¡Muy fácil! Por naturaleza el ser humano es curioso. ¡Muy chafardero!. Así que cuando ve un sobre, es inevitable que mire dentro. 8


—¡Me encanta! ¡Sigue! ¡Ilústrame, capitán! —Bula y yo solemos dejar en algún lugar o incluso entregar una carta con un mapa dentro, donde en un punto del mapa, o mejor dicho, en una de las imágenes del mapa hay marcado el lugar donde se encuentra el tesoro con un dibujo, o bien nuestra firma..., y la gente por norma general suele acercarse a echar un vistazo... —Mmm... ¡¿sabes?! Eres un pirata muy interesante. ¡Y eso me encanta! Me caes muy bien… Y por cierto, ¿cómo os llamáis? —Él es Bula, y yo soy Paul. —Un placer conoceros, yo soy Lucy. —Y tras un breve silencio—. Continúa por favor, ¿Y soléis esperar a que alguien coja el sobre, ya sabes, 9


esperar a ver si es capaz de encontrar el tesoro? —¡Siempre que podemos, sí! ¡Nos encanta ver la expresión de felicidad de esa persona! Nos da fuerza para continuar creyendo en nuestra causa... La gente quizás no es consciente de la importancia de sentirse bien consigo mismo..., y la expresión de sus caras al encontrar el tesoro, es nuestra recompensa. Ahora quizás fluya la vena sabia, pero ¡¿sabes que la búsqueda de tesoros tiene muchísimos beneficios para los niños y adultos?! Trabajas la capacidad de observación e imaginación contrastando el entorno con el mapa, la concentración, desarrollas la toma de decisiones, trabajas por igual cuerpo y mente, también refuerza la autoestima al encontrar el tesoro, ganando seguridad y confianza… Y por si fuera 10


poco, consigues hacer nuevos amigos en el caso de ser varios exploradores. —¡Caray, con la búsqueda del tesoro! Pues sí que aporta beneficios el interpretar un mapa. Por un momento se hizo el silencio en la cueva, momento que aprovecharon para mirar si aún llovía. —Parece que ha parado… Los tres salieron de ella estirándose, el estar tanto rato en ella sentados en el suelo les había dejado el cuerpo rígido. Juntos tomaron el único sendero que había. —¿Y de dónde sois, Paul? ¿De San Quintín? —¡Sí! ¡No! Bueno… —El pequeño pirata se quedó algo confuso, sin saber qué contestar. —¿Cómo? ¿Es que no sabes dónde vives? 11


—Bueno, mi papá vive en San Quintín, pero yo…, bueno, suelo vivir en Ametlla de Mar con mi mamá —se excusaba el pequeño, al no saber qué contestar… Lucy se quedó mirando pensativa, aquellas palabras del niño, saliendo de un cuerpecito tan pequeño, le habían conmovido, y no estaba dispuesta a dejar al pequeño pirata con esa confusión. —Sabes, Paul, yo creo que no tiene importancia en qué pueblo consideren que vives. Lo realmente importante es que sepas que eres afortunado de tener dos casas, la de tu papá y la de tu mamá, independientemente de en cuál de ellas pasas más días. Lo que importa es que ambas casas tienen la puerta abierta para ti, que ambas son tu hogar. De pronto Paul se giró y miró a la muchacha con los ojos muy abiertos y una 12


gran sonrisa, asintiendo con determinación. Sin duda las palabras de la muchacha le reconfortaron. A todo esto el niño respondió con espontaneidad y entusiasmo. —¡Barco! ¡vivimos en un barco! ¡Upsss! —Paul se tapó la boca. —¿Barco? ¿En San Quintín? —La chica lo miraba incrédula. El niño la miraba nuevamente indeciso, debatiendo entre contarle un secreto o salir corriendo, pero algo le transmitía la India; se acababan de conocer y, sin embargo, sentía que la conocía de toda la vida, sentía que podía confiar en ella… —¿Si te cuento un secreto, serás capaz de guardarlo? —¡Claro! –contestó ella. —El barco de mi papá es mágico y podemos navegar por mar y río. 13


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—Ja, ja, ja… ¡Jo, Paul! ¡Qué imaginación tienes, chiquillo! —reía divertida. —Paul, tengo hambre…, necesito energía —dijo de golpe Bula. Lucy se quedó petrificada mirando al perro. —Buuuulaaaa, que la espantas… —le rogó el niño. —Y yo tengo hambre, Paul, vayámonos a casa, vaaa —decía el perro, suplicante. El pequeño pirata se ponía la mano en la frente negando con la cabeza para decir un segundo después: —¡Lucy! Eh, Lucy… —Dando unas suaves palmaditas en la cara de la muchacha—. Mira, mañana vamos a preparar una búsqueda, si quieres venir… Si te apetece, te mostraremos una búsqueda del tesoro para principiantes. Si te apuntas, quedamos mañana a las 15


cuatro en la Plaza dels Avis, que significa Plaza de los Abuelos. La muchacha miraba al perro y miraba al niño, para luego nuevamente volver a mirar al perro. —Sí, Lucy, sí. Bula, habla; especialmente si tiene que ver con el tema de la comida —dijo riendo burlonamente el pequeño—. ¡Hasta mañana! ¡Te esperamos, Lucy!‍ Y allí se quedó paralizada la muchacha, mirando cómo se alejaban y despedían alegremente, mientras correteaban gritando «ENERGÍA, ENERGÍA».

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El pequeño pirata Paul & Bula paseaban un día por el bosque cuando fueron sorprendidos por la lluvia. En busca de un lugar donde refugiarse, descubrieron una cueva, y en ella conocieron a una india llamada Lucy; a quien explicará cómo a través de la búsqueda del tesoro se hace frente a la tecnología, haciendo sentir feliz a la gente donándoles sus pequeños tesoros. Después de confesarle su más profundo secreto, nace entre ellos una gran amistad llena de aventuras, magia y diversión.

VALORES IMPLÍCITOS: En este cuento, lleno de realidad, magia y aventuras, Paul y Bula nos transmiten la importancia de creer en uno mismo, teniendo en cuenta la amistad y la complicidad, resaltando el trabajo en equipo y la solidaridad. Junto con Lucy y Yago nos muestran el valor de la inclusión y el respeto, la empatía y el amor hacia los animales. Además, contarás con un código QR con el que tendrás acceso a un mapa muy especial.

ISBN 978-84-19228-02-4

A partir de 8 años babidibulibros.com

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