La parábola de las dos tierras

Page 1

El cuento que, según los propios lectores,

TODO el mundo debería leer.

LA PARÁBOLA DE LAS DOS TIERRAS

Loli Arenas



PREÁMBULO "La Parábola de las dos Tierras" es un cuento

corto y fantástico, aunque muy realista a la vez, con moraleja a diferentes niveles, creado con el objeto remover en el fondo a quien lo lea. Es un cuento diseñado para múltiples y variadas lecturas. Para pensar, sentir y reflexionar. Publicándolo, cumplo con aquellas personas a quienes les impactó cuando lo escribí, allá en 1998, y que me pidieron, por favor, la oportunidad de poder tenerlo consigo, o al menos, el no condenarlo al ostracismo, ya que según ellos, este cuento les hacía falta para releerlo muchas veces, y también le hacía falta al mundo.

3



Era por los tiempos de «María y su castaña» (¿o

fue otra la forma en la que yo lo oí decir? Bueno, supongo que no tiene mayor importancia). La historia de mi planeta era muy diferente a la que existe hoy, tal y como la conocemos. Pero intentaré relatar los hechos como sucedieron y sin trabucarme demasiado. Resulta ser que todo empezó porque un buen día de sol, un señor que con parientes y vecinos disfrutaba del maravilloso paisaje del campo, tuvo la sana idea que todos hemos tenido alguna que otra vez y hemos llevado a cabo, aunque sobre todo de niños, de subir a un árbol. Pero este señor tuvo también algo más; él tuvo además la mala suerte de resbalar y caer some5


Loli Arenas

ramente. La tierra, que lo vio venir, pero que como todos sabéis hoy día no se ablanda porque nadie se caiga, lo recibió con toda su natural dureza. Y al pobre señor, sin más remedio, no le quedó sino recibir la misma herencia que hoy en día recibe cualquiera que se cae de un árbol: «descuajaringarse». Pero sus familiares, reunidos en solemne consejo y teniendo en cuenta que por aquel entonces sí se podía ver al Padre Celestial, tuvieron la idea de pedirle menor rigor con sus leyes, y que dejase a la tierra en posteriores ocasiones ablandarse ante la caída de algún ser. Y el Padre, que nos quiere mucho, en aquellos entonces lo concedió. Pasaron días, y un joven, al que su novia había dejado por otro y al que además hacía tiempo que faltaba familia y trabajo, cansado con tan mala suerte y con tan dura lucha, en un momento de desesperación, optó por arrojarse desde un sexto piso. Al llegar al suelo, la tierra lo esperaba con blandura exquisita. El joven, indigna6


La Parábola de las dos Tierras

do, dirigiose con las mismas al Padre, y ambos, en larga charla, terminaron en la siguiente conclusión: «Vez en que haya culpa o intencionalidad por parte de aquel que cae, la tierra permanecerá en su propio y natural estado de dureza. Vez en que ni culpa ni intencionalidad haya en la caída, la tierra se ablandará».

7



No pasando demasiado tiempo, y puestas en

evidencia de tal forma las leyes naturales, vino otro señor a pedir que lloviese un poco más, pues sus olivos necesitaban más agua. Pero cuando Dios concedió la lluvia, el dueño de varias parcelas más allá, que en vez de olivos tenía cebada, se quejó de que se había echado a perder su cosecha (y es que ya lo dice el refrán, que llueve algunas veces y con disgustos, o algo así). El caso es que el Padre otorgó a los seres humanos la capacidad de controlar la lluvia y su cantidad, a cada dueño y su parcela en concreto. Poquito a poco, el buen Dios fue otorgando control sobre cosas como el viento, los días de 9


Loli Arenas

sol, la nieve, el crecimiento y la procreación de ganado, cultivos y productividades. Todo parecía ir funcionando a las mil maravillas. Todo era en apariencia bonito y fácil. Los dueños de campos y ganado no tenían mayor preocupación que ir aplicando en provecho propio las facultades puestas a sus servicios y disfrutar de la vida. Y el porqué de lo que pasó es algo que aún todavía no logro yo explicarme. Unos decían que tenían mucho tiempo libre, que estaban desganados; otros, que el vecino tenía mejores frutos que él, más lustrosos y en mayor cantidad. Se crearon sindicatos para supervisar cantidad y calidad, y se impusieron límites y topes en todo ello; tenían que decidir entre todos a qué se dedicaba cada uno y en qué medida. Otros no terminaban de aceptar este sistema… Entonces algo extraño ocurrió: Se crearon contra-sindicatos, grupos políticos, regímenes, contra-regímenes…, con los que solo unas pocas minorías comulgaban, y el resto no estaba 10


La Parábola de las dos Tierras

de acuerdo. Había también grupos liberales y anarquistas que no querían someterse a ninguna imposición externa. Otros se pusieron a polemizar sobre el uso de los distintos elementos naturales, para qué debían servir y cuál era la forma más correcta de utilizarlos. Algunos querían el viento para ellos solos, empezaron a utilizarlos como elementos de destrucción, de coacción y de poder, a encontrarse finalidades como las de anegar campos y tierras enteras para la lluvia, o las de incendiarse árboles y cosechas para los rayos ultravioletas del sol, o las de arrasar pueblos y ciudades enteras con vientos huracanados. En aquellos tiempos, la atención se había desplazado de las cosechas y el engorde de ganado y beneficios comunes, al otro engorde de ideas, ideologías, polémicas, personalidades, egos, brechas, disturbios, discordias, conflictos y guerras de poderes. Y los primeros ajusticiados eran en sí todos los elementos naturales, ¿cómo se podrían aumentar los rendimientos positivos y negativos 11


«¿Por qué no vemos a Dios? ¿Dónde se esconde? ¿Por qué no responde cuando lo llamamos? ¿Por qué es todo tan difícil?...». Con este pequeño y fantástico relato hallarás respuestas a estas, y otras preguntas de este tipo. Con solo leerlo, serán reveladas ciertas verdades que están tan cerca de todos nosotros, que para divisarlas solo tenemos que cambiar la forma en que miramos. Diseñado para una lectura vertical (pocas páginas para innumerables lecturas, y a distintos niveles; no al revés): quien lo lee, no puede dejar de

017872 788418 9

ISBN 978-84-18017-87-2

releerlo.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.