La isla embrujada

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La

isla embrujada José Mateos Cambronero

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Ilustrado por

Diana Kasandra Díaz Galván


Esta es la historia de unos niños que van a una isla misteriosa, «La isla de los tres volcanes», pero no os voy a hacer spoiler, porque la gracia es que descubráis lo que os trae este libro leyéndolo.

Aviso: Si no te gusta el misterio, la aventura, la trama… ¡Deja este libro donde lo hayas cogido!, pero si amas lo mencionado, ¡no dudes en leerlo! ¡Ponte a leer con ganas y pasión! Continúa...



1. La isla:

¡Empieza la aventura! Como no tenían reloj, llegaron a las 8:25 p.m., pero querían llegar a las 4:30 p.m. para conseguir alimentos y construir una choza. —¡Llegamos!, pero no será real aquel rumor, ¿verdad? —dijo José. —No sé yo… —comentó David. —¡Mirad lo que he encontrado en Wikipedia! —exclamó Ana.


—La población está inadvertida del peligro que supone venir a esta isla —añadió de nuevo David. —Yo creo que si descubrimos el misterio que aguarda en esta isla y luego vamos al ayuntamiento de la ciudad y cambiamos los papeles de aprobación de visita al lugar por uno falso, pensarán que esta isla no es segura, con lo que la población estará a salvo –propuso José. —Buena idea, pero… —balbuceó Altea. Los chicos alargaron la cabeza hacia atrás y no vieron ninguna cosa, la isla estaba intacta, sin embargo no vieron un detalle….


—¿Eeeh? —se preguntaron. —¡¡Miraaad!! —se molestó Altea. —¡Ah!, ya lo pillo —dijo Elisa. —No será aquella choza, ¿verdad? —preguntó José. —La misma —dijo Altea.


Al oír la respuesta, los chicos se giraron y comprendieron todo, y se aventuraron a entrar en la vieja vivienda. —No se abre —se quejó Ana. —Bueno, que no lo hemos intentado todavía por los demás sitios. Y en un cartel ponía: «Encontrarán una soga, unas antorchas y una escalera. RESUELVE».


En ese momento Ana tuvo una brillante idea. —Creo que ese tal acertijo es que lanzas al balcón la soga, luego le tiras encima la antorcha con la que la puerta se quemará, ya que es de madera, y con la escalera subes y entras al ático —dijo. —Eso es, pero ¿y los objetos? —dijo José. —Debajo de ti —contestó David.


Así lo hicieron, y consiguieron su objetivo. Pero al entrar… Observad la engañosa imagen…

Aquí dice «no personas» y «peligro de morir», pero… ¿y esas carcajadas? Pues bien, los niños deberían optar por no huir. ¿Y si los hubieran observado por la ventana y hubieran salido para que no huyeran? —¿Esto tiene zombis? —preguntó Elisa. —Que no, que nooo… —le dijo David.


Nuestros chanquetes, esos locos bajitos, vienen pisando fuerte... Esta delicada colección está compuesta por “pequeñas obras maestras” escritas por niños que tienen la ilusión de convertirse, algún día, en «grandes escritores», pues realmente son «talentos prometedores». Muchos de ellos, si no desisten en el intento, lo conseguirán.

ISBN 978-84-19339-42-3

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ISBN 978-84-19228-21-5

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