Es la noche antes de su cumpleaños, y Jimena no consigue coger el sueño.Tapadita con la sábana, espera impaciente a que la Luna se vaya, y que por fin se haga de día. Pero la Luna, que disfruta mucho chinchando, dice que NO quiere irse, moviendo de un lado a otro su enorme cabezota sin cuerpo.
Y es que la Luna no tiene un regalo esperándola, y además es una envidiosilla.
Al final Jimena no tendrá más remedio que negociar con ella. ¿Será capaz de convencerla para que se vaya?
VALORES IMPLÍCITOS:
A través de este cuento se pretende transmitir importantes valores como la generosidad, la ilusión o el deseo de compartir con los demás los momentos felices.