L@s Gatinis del Sacromonte

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Ilustrado por Raúl Guerra

Fernando Grieta

L@s Gatinis del Sacromonte

Hay tres gatitos en Sacromonte: Chiqui, Yogur y Puchera.

Eran tres muy, muy felices, vivían en una cueva.

Sacromonte está en Graná, una ciudad de Andalucía.

¡Sigue la estrella del sur repleto de poesía!

La Chiqui es gata gitana, la más guapa, con salero.

Por ser sus pestañas largas camina con bamboleo.

Yogur es solemne y audaz, muy paciente e inteligente, pero tiene un gran problema… ¡Que no se lava los dientes!

Y la Puchera es tan dulce como un algodón de azúcar, que acaricien su barriga es lo que a ella más le gusta.

Escrito está en un letrero: La casa de los bigotes. Beben agua en la bañera que está rodeá de flores del romero, del laurel, y mantas de hojas de olivo, entre el sabor de lavanda, con que juegan los mininos.

Su cueva está muy, muy, muy alta sentados al horizonte, disfrutan las bellas vistas, (no hay edificios) a los bosques. Los Gatinis son amigos viven sanos y contentos ahí en el gran Sacromonte, cantando siempre flamenco.

Puchera, Yogur y Chiqui, Chiqui, Yogur y Puchera, los tres gatitos saltaban, esos tres gatitos que eran.

La Cascarabuela y el italiano

Las Gatinis son hábiles felinos trepan a los árboles a por higos.

Desayunan fuerte cada mañana uvas, naranjas, moscas y manzanas.

Entre los canales de los tejados hacen carreras, quedan mareados.

Después, van a visitar a una abuela (que es una poquita cascarabuela)

Se pone a veces rabiosa, pero que es muy generosa.

Todos los días les deja pienso y agua en cerámicas de Fajalauza.

Está ella siempre sentada en el patio mirando a los gatos más solitarios y riega sus olorosas macetas de jazmines, albahacas y mentas.

Como no venían sus nietos se entristecía por completo,

porque aunque hayan bebido de su teta ¡Dicen que está turuleta!

Ahora que no pasa fatigas, se ha quedado sin amigas.

De joven era bailaora, ahora es una gran señora.

¡Tenía las piernas malitas ya no camina, la pobrecita!

Así que se quedó algo entrada en carnes, de joven ya supo lo que era el hambre.

¡Brrr le hacía la barriga!

Primero comía el pan, luego la miga.

A las Gatinis no les gusta el pienso lo huelen y dicen: ¿qué es eso?

Aunque no les guste, comen un poquito para no hacerle a la abuela un feíto

Luego van al Carmen de un italiano que tiene unos gatos enanos.

Un gato fino y otro filipino, se llamaban Fifí y Señorino.

En un comedero de plástico les echan atún y peces asiáticos.

Con las Gatinis andaban peleados cuando iban a comer ¡se lo habían acabado!

Aquel día les tocaba salmón…

¡Ahí sí que hubo un problemón!

Se chivaron Señorino y Fifí, al verlos comer, con retintín.

El italiano salió en delantal con un espagueti puesto en el ojal.

Las Gatinis se burlaron maullando salieron corriendo muy apretujados

Fifí y señorino casi se desmayan y el italiano detrás de ellos ¡ladraba! «Tornate qui, gattini canaglia!».

Fue la Chiqui quien más comió, a la Puchera, el tiempo no le dio.

Sin ser el artífice de la travesura a Yogur lo persiguió con bravura.

Señorino y Fifí siempre presumían de que su comida era la más rica.

Sería mejor para tos si comparten. ¡Que a nadie le echen de comer aparte!

Puchera en la fuente de la amapola

Los gatitos hacen cola para beber de la fuente de la Amapola.

Puchera en las escaleras sentada debajo de las enredaderas.

Su cabecita es de algodón tan tierna y blanquita como su corazón.

Es gata muy cariñosa, le gustan las ranas y las mariposas

Puchera tiene poquitos dientes y está tuerta,

por eso cuando come es la más lenta.

Puchera de besitos de noche, quiere que la abraces y que retoces.

En un ojo tiene una catarata, en el otro una poza, pero ve imágenes hermosas.

La Puchera es la más buena, no hay quien se meta con ella.

Por buena o mala suerte no tuvo más remedio que hacerse fuerte.

Si la ves con la cigarra que es su amiga… (cuando no da la tabarra)

La Chiqui, Yogur y Puchera son tres Gatinis que viven en una cueva en el Sacromonte. Van saltando por los muros y bebiendo agua de la fuente de la Amapola. La Chiqui es una gata que estudia baile con Mario Maya. Yogur es un gato sabio, descendiente directo de los gatosultanes de la Alhambra. Puchera es una pelota de algodón, amiga de la cigarra de Camarón, que ve más de lo que parece.

Viven sus aventuras con multitud de gatos y otros habitantes como los loritos de la Verea de Enmedio. Sin embargo, las chumberas están empezando a marchitarse. ¡Una plaga de cochinilla está haciendo que desaparezcan y con ellas el Sacromonte! ¿Podrán est@s gatinis conseguir que los perros, los pájaros, insectos, turistas, las colonias felinas, flamencos y flamencas, l@s vecin@s y los vecinosos colaboren para poder arreglar el problemón?

Todo esto entre palmas, olés y fiestas por los tangos del gatillo.

Valores implícitos:

El libro transmite los valores que caracterizan al flamenco desde el cuidado propio y del entorno, la sensibilidad y la fuerza, la participación en el arte con el corro y las palmas, la alegría y el respeto, hasta la importancia del ecologismo, la convivencia, la interculturalidad y la amistad. También tiene en cuenta tanto a las personas mayores, tan abandonadas por la sociedad y tan queridas por el flamenco, como la necesidad de aprender a dialogar y a organizarse socialmente para proteger nuestro ecosistema social y natural.

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