Los puntitos mágicos
Margarita, la flor, es una chica increíble. Ama las historias y siempre quiere saber más y más. Pero Margarita no lee las historias ella sola…, sino que su madre debe contarle lo que pone en sus libros.
Margarita se pone muy triste porque no hay libros para ella. ¿Por qué Margarita no podrá leer?
—¡Mamá! ¿Cuándo inventarán un libro para mí?
Belén, su madre, no sabía qué hacer para que estuviera feliz. Y eso también la entristecía.
El mundo no estaba hecho para Margarita.
¡Ser ciega no le dejaba leer como a ella le encanta!
—Si tuviera unos ojos buenos, no pasaría nada. ¡Qué injusto!
Margarita tenía razón: era muy injusto.
Entender que somos diferentes hará que los sentidos no tengan una función en concreto.