El viaje de Nimboo Historia de Hormiguita y Raky

Page 1



Para mi familia, por aportarme cada uno su mejor versión, sin pedir nada a cambio. Para mis amigos, por aguantar mis desvaríos. Para Ele y Lía. Os quiero.


Pegado al número 13 de la gran manzana, una enorme charca daba vida al bosque y permitía que los hijitos del señor Rana disfrutaran de lo lindo,

saltando entre los juncos y buceando en el agua bajo los nenúfares. Raky era su preferido. Era una ranita macho, menuda y chiquita, todo ancas. Eso sí, nada se le ponía por delante. Era osada, atrevida, intrépida y, sobre todo, buena ranita. Algún insecto quiso reírse de ella por su pequeño tamaño, pero gracias a sus amigas y a que siempre lograba lo que se proponía, las burlas terminaron bastante pronto.




Todas las tardes, si habían terminado sus tareas, Hormiguita y Hormiguín acudían a jugar con sus amigos, aprovechándose del fresquito que ofrecía la charca. Poco a poco y sin darse cuenta, el agua parecía ocultarse bajo las piedras y aunque se empeñaban en buscar la razón, no la encontraban. Un día, al llegar a la charca, nuestros amigos vieron cómo el agua había desaparecido por completo. Solo encontraron tierra húmeda, pero sin una gota con la que poder mojarse. Casi no les quedaban reservas.



Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.