

¡Hola, me llamo Sam!
Hoy es un gran día porque conoceré a un nuevo compañero en la escuela; todos queremos saber quién es …
¡Por cierto! En las mañanas, me gusta adivinar qué voy a comer.

¡Qué delicia! Hoy voy a comer… ¡Mi desayuno favorito!
Mi mamá siempre me sorprende, creo que tiene una varita mágica para hacer que todo esté listo rápido.

¡Voy camino a la escuela! Estoy muy emocionado.
¿Cómo será mi nuevo compañero?
¿Cuál será su juego favorito?

Llego a la escuela, entro en la clase y lo veo jugando con un rompecabezas.
Todos preguntan por él.
La maestra dice:
—¡Buenos días!
Les presento a su nuevo compañero, Abel.

Al verlo, me sorprenden sus grandes ojos; son como las alas de una mariposa.
Tal vez por eso todavía no habla con nadie, porque su mirada dice muchas cosas …
¡Oh…! ¡Abel me ha mirado! Y ya sé que está feliz de conocerme.
Creo que seremos grandes amigos.

Entonces, le digo:
—¡Hola, me llamo Sam!
Y sin decirme nada, Abel me mira con mucho detalle … , como si quisiera asegurarse de que yo no soy un robot.
¡Qué idea más increíble!
