Como cada sábado soleado, Pico y Perico visitaban al abuelo Federico.
El abuelo Federico vivía en una granja.
Y allí, sonriente, les recibía Coquito, un burrito viejecito que les acariciaba con el hocico.
Como cada sábado soleado, Pico y Perico visitaban al abuelo Federico.
El abuelo Federico vivía en una granja.
Y allí, sonriente, les recibía Coquito, un burrito viejecito que les acariciaba con el hocico.