Lucie Bellerose
Pretérito to perfec
PRÓLOGO
Este libro no podía llamarse de otra forma. Aunque también podría titularse «Pura vida» porque es amor, dolor, sueños, desamor (vamos a decirle decepción), caos, ganas, erotismo, libertad, miedos… Pero el pasado está demasiado presente en él como para llevar otro nombre. Tengo obsesión con él, para mí los tiempos pasados siempre fueron mejores. Tengo obsesión con lo que fui, lo que gané, lo que tuve y lo que perdí. Y cuando te obsesionas con algo como es el pasado, vives por y para rememorar la película de tu vida en tu pantalla interior. En mayor o menor nivel, a todos nos afecta nuestro pasado. A todos nos ha vuelto algo que hicimos anteriormente. Tener nostalgia o echar de menos de manera sana algunos momentos vividos, es algo totalmente normal. Sin embargo, yo siempre he tenido que hacer mucho esfuerzo emocional para estar aquí en cuerpo presente y no estar en aquel tiempo que ya no existe. Viajo al ayer diariamente, y diariamente me pierdo el hoy. Soy consciente de que todo el tiempo que gasto en desplazarme, ya no va a volver. 3
He intentado recopilar de personas cercanas la máxima información posible, así que puedo enumerar algunos motivos por los cuales algunas personas vivimos ancladas en el pasado: Un amor del que no conseguimos despedirnos, que quedó muy dentro de nosotros, pero que la cruda realidad es que ya no está. Haber vivido con mucha intensidad cortos períodos de tiempo. Que todavía no hemos acabado de asimilar lo que nos acaba de pasar, cuando ya está llegando la próxima experiencia. No hemos saboreado bien la adrenalina del momento. O cuando llegamos a la realidad estable, tendemos a compararla con esos momentos «pico» y nos parece que nuestra vida está vacía o se ha paralizado. No reconocernos en la actualidad, no identificarnos con quién somos ahora mismo. Porque añoramos exageradamente la juventud, el cuerpo que teníamos antes, o incluso la felicidad de la que disfrutábamos. También no identificarnos con la sociedad de hoy en día. Ha cambiado tan rápido que es frecuente el ver mejores los años pasados. Dice un proverbio ruso que «añorar el pasado es como correr detrás del viento», vivir en el pasado no tiene sentido. Lo vivido no se borra, no se reedita, no se cambia… La mejor solución es aceptar lo experimentado y soltarlo. Solo el presente es nuestro. Porque es inevitable que la vida va a cambiar, que el futuro no será como el pasado. Que 4
perderemos amores y amigos. Y también partes de nosotros mismos. Pero también llegarán nuevos amores a nuestras vidas y aparecerán nuevos acompañantes. Puede que hasta aparezca una versión más fuerte de ti en el espejo. Cuesta mucho el cambio, pero más cuesta que nuestra existencia esté dirigida por un trauma, un problema, un recuerdo, algo doloroso o incómodo del pasado. Es de valientes rebelarse contra la monotonía del dolor y luchar y arriesgar simplemente para comprobar si el cambio mejora todo. No seamos tan crueles con el futuro. Claro que el pasado tiene muchas ventajas, son experiencias que ya has vivido, para bien o para mal, pero son cosas que ya han pasado por tus manos, personas que has dejado atrás, sueños que nunca se cumplieron o que fueron las mejores experiencias de tu vida. Nuestra única tarea es aprender de aquellas cosas que hemos hecho bien. No todo tiempo pasado fue mejor que lo que vendrá. ¿Pero sabéis por qué? Porque ese futuro que tan malo vemos comparado con el pasado, un día también será pretérito. Lucie Bellerose
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Comienzos
Quizá siga anclada en el pasado, en el amor a la antigua, que consistía en ir a su casa cuando te apetecía un beso, en la lealtad, esos amores que se clavaban dentro con la primera mirada, y no se sacaban hasta el último suspiro. Quiero una persona que me haga el amor y no la guerra, que me dé guerra y a la vez calma. Que me busque cuando sienta que no puede más, que sea su salvavidas. Quiero a alguien que sea cura en lugar de herida. Quiero una persona que no salga corriendo cuando mis monstruos le asusten, que le eche huevos y se quede. Que sea de tener charlas hasta las cinco de la mañana hablando, aunque sea de las hostias que llevamos dadas, que sea de viajar y encontrar lugares perdidos, así como de perdernos nosotros. Que me haga arte entre las sábanas, que me dibuje en la espalda y me mire como a un cuadro.
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Lucie Bellerose
Quizá eso ya no exista y yo ya no sea capaz de ser feliz, no puedo entender a quien no le gusta querer así, pero yo estoy a favor de que vuelvan. Solo te diré una cosa: no tienes lo que hay que tener para conseguir comerme. Te atragantarías. Me odias porque no puedes domarme como a las demás.
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Pretérito perfecto
Lobo con piel de cordero
Me sonreías con alegría, me besabas en la frente para que supiera que querías cuidarme, me besaste la nariz y hasta el alma. Me sonreías y me lanzabas balas a la vez, y moría tan bonito, que no distinguía si caía, o si me brotaban alas. Hasta hizo falta que me matases para darme cuenta de que sí estaba viva.
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Lucie Bellerose
Me chupaste la sangre Todos tenemos una prisión, una prisión que nos ponemos nosotros mismos. La mía eras tú. Yo te trataba como si tuvieras un corazón como el mío, pero nunca fue así. Me tocabas donde notaste que me dolía. Estabas tan roto que cada vez que me acercaba a ti, me cortabas y me dejabas sangrando.
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Pretérito perfecto
Controla tu lengua No me subestimes, soy pequeña, pero doy pasos gigantes y tengo grandes sueños. Tengo los pies en la tierra, pero apunto hasta el cielo. No me subestimes porque puedo navegar incluso a ciegas, atada al mástil y surcando las noches en vela. Siempre salgo de las tormentas y hacen falta muchas balas para que una me mate. No subestimes a alguien que reventó la jaula porque se le quedaba pequeña. A alguien que está hecha de los cimientos de todas las guerras que ha ganado y de las que ha sobrevivido. No me subestimes si luego te acojonas cuando sientes mi alma revolucionaria y te cagas cuando me ves afilar el hacha después de cada uno de tus intentos de anularme.
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Lucie Bellerose
Ni rastro de ti Siento ser demasiado dura, pero yo no veía las estrellas contigo, las mariposas siempre huían y tu cercanía me resultaba cualquier cosa menos electrizante. El contacto de nuestros cuerpos desnudos solo era piel, sudor, carne, huesos, músculos que se contraían y, quizás, una pizca de deseo que fue insuficiente para satisfacer mis expectativas. Por más que miro, no hay ni rastro de ti. Es imposible. Donde faltó calor, nunca quedarán cenizas.
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Pretérito perfecto
Tú no dueles Me duelo yo. Me duele haber confiado en alguien que no lo merecía. Me duele haber apostado el 100 % por alguien que jamás lo haría por mí. Me duele haber perdido mi tiempo. Me duele haber vivido con la esperanza de que cambiarías. Me duele haber tenido la suerte de haber nacido con una lengua que distingue entre «te quiero» y «te amo» y que tú, aun así, siguieras fingiendo.
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Lucie Bellerose
Me duele recordar los momentos porque me mata ver lo engañada que estaba en ellos. Me duele vivir con el miedo de que mañana, otra persona pueda hacerme lo mismo. Pero ¿tú?, tú no me dueles.
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Pretérito perfecto
Te quedaste a las puertas La culpa es la experiencia disfórica que se siente al romper las «reglas» o no hacer las cosas como se deberían, es como una sombra que solo tú puedes ver. Siempre está ahí. Puede ahogarte. Te envuelve y es imposible que huyas de ella. La culpa hace equilibrios entre tu corazón y la dirección que la razón te está indicando. Fue injusto atraparme en tu jaula. Viendo tu culpabilidad, pienso en lo horrible que debía ser tu vida antes de perder la cabeza conmigo, yo no te llené, yo te rebosé.
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He fracasado millones de veces intentando escapar de mis demonios. Lo único que conseguía era gastar energía y no avanzar ni llegar a superarlos. Aunque duela escribir sobre algo que un día me hizo daño, eso me ha permitido llegar a soportarlo, llegar a aceptarlo. Ahora tengo la palabra «valiente» grabada en mí. No sabéis el gusto que da explotar. Aunque dé pudor. Es la mejor manera de reconstruirse. Ojalá no tengas mis demonios ni vivas anclado en el pasado. Toca el cielo, pisa fondo, besa el suelo. No pasa nada, la luna también lo hace y todas las noches, sale y brilla de nuevo. Espero que me acompañes en esta liberación y que lo hagas tú también.
Es hora de dejarte ir, de aceptar lo que fui-
911170 788418 9
ISBN 978-84-18911-17-0
mos y lo que nunca pudimos ser.
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