Alejandro es un niño al que le encanta prestar atención, mirar las cosas como si fuera la primera vez.
Se ha dado cuenta de que así disfruta más del día, ve las cosas con más claridad y está más tranquilo. Alejandro sabe que la atención puede abrir una puerta a algo mágico.
Lo que más le gusta es observar su respiración. Por la mañana, le ayuda a ver las cosas con más claridad, y cuando lo hace por la noche, antes de dormir, consigue estar más relajado.