Era la hora de irse a la cama, y Martina ya sabía que, como todas las noches, su mamá iría y le contaría un cuento antes de irse a dormir.
A Martina le encantaba ese momento porque era «su momento especial».
Durante ese ratito nadie las molestaba, y Martina sabía que estarían las dos juntas, disfrutando la una de la otra.