Un día, Gabi estaba jugando con su amiga Alba en el parque, y el balón rodó hacia la arboleda que lo rodeaba. Ellos fueron corriendo para cogerlo, pero el balón seguía rodando sin parar. Después de varios minutos de carrera, el balón paró en un descampado, y los chicos quedaron extrañados porque nunca habían llegado hasta ese sitio. Se preguntaban qué le había pasado al balón. De repente, apareció una niña que les dijo:
—Hola, chicos, ¡mi nombre es Carla!
Los chicos, sorprendidos, le preguntan:
—¿De dónde saliste? ¿De dónde eres? ¿Qué haces aquí?
—¡Tranquilos! Os vengo a contar mi historia. Parecerá que soy una niña normal como vosotros, pero hay algo que me hace muy especial, aunque vosotros también sois muy especiales.
Los chicos seguían con su cara de sorpresa. Carla se veía como una niña muy agradable, sociable y confiada.
—Es que vengo de un lugar al que conocéis como el espacio.
—¡Qué flipante! —dijo Gabi—. Cuéntanos.
—Mi vivienda es una casa un poco especial. Desde ella puedo ver todos los planetas del sistema solar y tenemos un gran cohete para poder viajar a cada uno de ellos. Así puedo visitar a mis amigos y a la familia, ir a comprar o ir al cole, ya que nosotros en el espacio no tenemos autobús como vosotros. Cuando viajamos en el cohete, nos tenemos que poner un gran traje muy chulo, como los de los astronautas, porque si no, en el cohete nos podemos hacer daño. Desde mi casa se ven ocho planetas, que son los que forman los principales planetas del sistema solar, desde el que está más cerquita del Sol, que es una estrella y por eso el sol brilla tanto, hasta el que está más lejos.
»Son: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
