University of Chicago VJMJCH 5 de febrero de 2017 séptimo día en Chicago y último de competencias. Ya todos se enteraron de que logramos premios para nuestra delegación, pero primero les narro nuestro día. En la mañana temprano salimos a desayunar nuevamente fuerte para poder asegurarnos de durar hasta la una, que finalizaban las actividades de la competencia. Ya todos vestidos y alborotados regresamos a la última sesión de competencias, que realmente es una momento para compartir, contar anécdotas de cosas que sucedieron en el comité, dar “joke awards”etc., lo cual es una manera linda de despedirse de las amistades hechas en estos cuatro días de interacción. A las 12 en punto estábamos todos sentados en el salón de baile en donde se llevaría a cabo la ceremonia de clausura y premiación. Ya yo había hecho mi discurso de todos los años, que es bien sincero, pues ya el hecho de llegar acá, preparase para dar la cara por el grupo, debatir y demostrar dominio de los temas, y pasar por el estrés emocional que provoca la competencia, sabiendo que regresan a reponer una semana de exámenes y trabajos, es más que motivo para que todos se sientas campeones, no importa los resultados de hoy. Pero nosotros somos buenos, muy buenos y siempre venimos motivados y sabiendo que se espera siempre algo de vuelta por difícil que sea ganar, y nunca hemos llegado con las manos vacías. Inicia la premiación y el primer comité llamado es el gabinete de Egipto, en donde estuvo Sergio. No ganó ninguno de los tres premios pero estaba contento porque los que ganaron según el, lo hicieron tan bien o mejor que el. Luego de varios comités menores llaman los premios del comité de la organización para la cooperación y el desarrollo económico cuyos temas eran los problemas de las poblaciones de la tercera edad y la explotación del Ártico. Andrea y Christian fueron llamados para el tercer lugar y todos saltamos de los asientos de regocijo. Ya yo pude respirar tranquila… regresábamos con al menos un premio. Pero todos seguían esperanzados de recibir quizás un premio, por el buen trabajo que hicieron en los comités y casi al final llaman al comité de la UNESCO en donde Rocio y Gabriel son merecedores del segundo lugar. De aquí en adelante todo fue fiesta para nuestra delegación, que unidos a los compañeros de St. John’s, que ganaron un premio y las niñas de la Academia San José, se pusieron a entonar la Borinqueña, seguido los nuestros por el himno del colegio. Ni contarles lo orgullosa y feliz que estaba por la alegría y el entusiasmo que tenían. Fue una mañana emocionante y un final apropiado para tanto estudio y tanto esfuerzo. Quienes no ganaron, genuinamente contentos por sus compañeros y por el grupo en general.
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