4 minute read
Centros educativos ................................. 60 a
Balcei 200 marzo 2022
#alcorisasaleunida
Advertisement
Reflexiones de una maestra de Educación Infantil
Escribo este texto recién comenzada una nueva etapa de mi vida y todavía reviviendo en mi memoria las emociones intensas y alegres del día 31 de enero que fue el día en que me jubilé. Comparto con vosotros este ligero repaso de mi trabajo como docente.
Comencé mi andadura como maestra un 3 de noviembre de 1986 en Mula (Murcia) y la he terminado el día 31 de enero de 2022 aquí, en Alcorisa. Durante todo este tiempo he pasado por algunos pueblos más: Alhama de Murcia y El Raal, en la comunidad de Murcia y ya en la provincia de Teruel, en Ariño, Andorra, Oliete y Crivillén.
Mi primer y único destino definitivo ha sido Alcorisa. Vine con la intención de que no sería mucho el tiempo que estaría aquí y eso ocurrió en el curso 1993-1994. ¿Cuáles fueron las razones que me hicieron cambiar de idea? La más importante y principal fue encontrarme con un grupo muy acogedor de maestras en educación infantil con un método de trabajo muy interesante que me permitiría aprender mucho y poder avanzar y mejorar en mi trabajo. Más adelante, ya fueron mis hijos los que no querían cambiar de lugar y, últimamente, fuimos mi marido y yo los que decidimos quedarnos.
A lo largo de mi vida laboral son muchas y variadas las situaciones vividas y muchas, también, las reflexiones que he hecho sobre mi trabajo. Una cuestión que me he planteado varias veces ha sido: ¿qué ventajas e inconvenientes encuentro al vivir y trabajar en un pueblo donde casi todos nos conocemos? y reconozco que siempre han primado las ventajas.
Convivir en el mismo entorno que las familias, participando en los mismos actos, las mismas fiestas, los mismos acontecimientos me ha permitido integrar con más facilidad la vida del pueblo en la vida de la escuela, pudiendo así realizar actividades más cercanas a los niños.
Poder conocer el ambiente familiar y social de cada uno de mis alumnos así como coincidir con ellos fuera del horario escolar y en lugares distintos me ha permitido conocerlos un poquito más y eso ha favorecido mi trabajo en el aula y mi relación con ellos.
Otra reflexión necesaria y que me ha acompañado a lo largo de estos años ha sido analizar el papel que juegan maestros y familias en la educación de los niños.
Creo que no me equivoco si digo que el papel del maestro en la educación de los niños es importantísimo, y por eso, pienso que un maestro debe tener ilusión (un docente ilusionado transmite ilusión a su alumnado y ello puede favorecer su motivación por aprender), afán de superación (todo a nuestro alrededor cambia y debemos adaptarnos a esos cambios y eso implica seguir aprendiendo constantemente) y empatía (todos los niños no tienen las mismas necesidades ni aprenden de la misma manera; si nos acercamos a ellos podremos conocerlos mejor y ayudarles a avanzar en su aprendizaje de acuerdo a esas necesidades).
En cuanto a la familia diré que es el marco de referencia más importante para la vida de los niños y donde ellos se sienten más seguros. Del modo en que la familia viva su relación con la escuela, así la concebirá su hijo. Es primordial que entre familia y maestro exista una buena coordinación y un gran respeto. No se trata de dar la razón siempre al maestro, puede haber discrepancias (las habrá, seguro) y distintas formas de ver las cosas, pero esas diferencias se solucionan hablando con respeto y educación por ambas partes y siempre teniendo en la mente como único objetivo qué es lo mejor para el niño.
El sistema educativo también merece una reflexión aparte. Durante estos 35 años de trabajo han visto la luz varias leyes de educación y no me veo capaz de valorar cuál es mejor o peor, casi me atrevería a decir que son “el mismo perro con diferentes collares”. Van cambiando algunos matices: ahora agrupamos cursos en ciclos, luego cursos individuales, trabajamos por competencias, ahora por capacidades, después por estándares, ahora evaluamos por rúbricas…, matices, que hasta ahora, han afectado principalmente a primaria.
Pero, yo me pregunto, ¿estos cambios en las leyes realmente consiguen resultados mejores en educación? o ¿habría que hacer cambios más profundos?
Desde hace algún tiempo vengo preguntándome si agrupar a los alumnos por edad es el criterio más adecuado. Pienso que no puesto que la edad no determina las capacidades de aprendizaje del alumno. Considero que sería un tema muy interesante para debatir entre los responsables en educación.
No puedo terminar este escrito sin dar las gracias a aquellos compañeros y compañeras con los que he compartido mi docencia y me han ayudado cuando lo he necesitado; un agradecimiento también a las familias que han confiado en mi trabajo y en mí como persona a lo largo de estos años, y por último, envío un fuerte y cariñoso abrazo a todos mis alumnos y alumnas; son ellos con sus ocurrencias, sus sonrisas, con sus enfados y fechorías los que han mantenido vivo mi entusiasmo hasta el final.