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Las bullangas cíclicas de Barcelona tienen su origen en la revuelta de 1835
Revoltes HISTÒRIA
LA VANGUARDIA. 14/03/2021. https://www.lavanguardia.com/cultura/20210314/6265800/protestas-bullangasbarcelona-origen-1835.html
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Las bullangas cíclicas de Barcelona tienen su origen en la revuelta de 1835
Los historiadores Jordi Roca y Núria Miquel analizan unos alborotos que empezaron en una plaza de toros
PER: Josep Playà Maset
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Semana trágica en Barcelona, en 1909 (terceros)
Las protestas de los últimos días en Barcelona por el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél y los
incidentes posteriores a las manifestaciones han reabierto el debate sobre la facilidad con la que
periódicamente se producen este tipo de revueltas puntuales (contra la globalización, guerra de
Irak, 15-M, Can Vies, 1-0, Hasél) y las posteriores polémicas sobre la deriva violenta por parte de
sectores minoritarios.
22 Març 2021
Y la casualidad ha hecho que haya coincidido con la presentación del libro La bullanga de Barcelona. La ciutat en flames , de los historiadores Jordi Roca i Núria Miquel, que ha inaugurado la colección “Dies que han fet història” (Rosa dels Vents). Un volumen en el que los autores explican que los sucesos de Barcelona del 25 de julio de 1835 y días posteriores convirtieron el
concepto de “bullanga” en “una expresión degradante del fenómeno revolucionario por su dimensión destructiva, incontrolable y popular”..
Agustí Alcoberro, director de la colección, destaca el carácter cíclico de las
protestes
En el prólogo, Agustí Alcoberro, director de la colección, señala que “el pueblo de Barcelona ya había protagonizado en los años anteriores algunas revueltas violentas, que arrancan, como
mínimo, del alboroto de las quintas de 1773 o de las protestas del pan de 1789”. Y añade: “Puestos a decir, las bullangas se reprodujeron cíclicamente en los años siguientes, y tuvieron aun una ultima expresión de grandes dimensiones en julio de 1909 con la Semana Trágica”. Y se podrían citar otros como Els Fets de Maig de 1937. Incluso los episodios de estos últimos años
aunque no son comparables en cuanto a violencia porqué salvo excepciones muy puntuales no
ha habido ataques contra personas..
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Es conocida la cita del dirigente marxista Friedrich Engels, quien en 1873 escribió: “Barcelona, la ciudad industrial más grande de España, la ciudad cuya historia registra más luchas de barricadas
que ninguna otra villa del mundo”. Idea recogida más tarde por Eric Hobsbawm: “Barcelona ha
sido la ciudad europea que más luchas obreras y rebeliones populares ha vivido a lo largo de los
siglos XIX y XX”.
23 Març 2021
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Barcelona 'on fire'. El humo proviene de las llamas de barricadas quemadas por radicales, en el centro, el 18 de octubre del 2019 durante las protestas por la "sentencia del procés" / Xavier Cervera
Tal como señalan los autores del libro, a la revuelta de 1835 se le ha asociado también otra
palabra patuleia (patulea en castellano). Fue el título de un cuadro del pintor Antoni Ferran, que
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quiso representar a la multitud exaltada y eufórica. La Enciclopèdia Catalana vincula la palabra
también con la posterior revuelta de la Jamància, de 1845, y define la patuleia como “pelotones de subproletariado que aprovechaban la situación revolucionaria para destruir monumentos y
robar o insultar a ciudadanos”.
El término bullanga se popularizó como un fenómeno revolucionario con participación autónoma
de colectivos populares poco organizados, y contribuyó a crear la imagen de una Barcelona
subversiva, aunque nunca con la capacidad destructora de aquella revuelta inicial, al menos hasta
la Semana Trágica y la guerra civil.
Unos toros mansos en una corrida en la Barceloneta desataron las protestas
24 Març 2021
De aquella primera bullanga han quedado también una serie de tópicos que Jordi Roca y Núria
Miquel intentan desentrañar en su libro. Y el primero es el que atribuye la revuelta a la protesta por una corrida con toros mansos. Lo dice la canción: “ Van surtir cinc toros, / tots van ser dolents, / aquesta n’és la causa / de cremar convents ”. Es cierto que los incidentes empezaron en la plaza El Torín, en la Barceloneta, cuando los espectadores reclamaron el dinero de las
entradas después de ver que varios toros tenían que ser devueltos a los corrales por su
mansuetud. Aquella tarde del 25 de julio había dos cuadrillas de toreros rivales, una simpatizaba
con los carlistas y la otra con los liberales. Y en la época a partir del quinto toro el público podía
saltar a la arena aunque sin tocar a los toros. Estaba prohibido tirar naranjas, pieles de melón u
otros objetos a la arena o entrar con palos o golpear las barreras, pero había participación directa
del público. Ya la tarde anterior un grupo de espectadores enfadado había saltado a la arena,
había cogido el toro por los cuernos y le habían dado muerte a navajazos. Y de nuevo se repitió la
escena, pero esta vez la multitud ató el animal por los cuernos y lo arrastró fuera de la plaza,
mientras en el interior se provocaban todo tipo de destrozos. Luego salieron de la plaza y se
dirigieron arrastrando el toro hacia las Ramblas donde se les añadieron otros grupos.
La repetición cíclica de disturbios en Barcelona tiene unas características propias pero no es exclusiva de la ciudad
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De pronto el objetivo fueron los conventos, por cuanto en aquel contexto de guerra los religiosos
eran identificados como un apoyo al carlismo. Y empezó la quema de conventos e iglesias. Los
religiosos empezaron a tocar las campanas para pedir ayuda pero el ejército y la milicia se vieron
desbordados y tardaron en actuar. Murieron 16 religiosos y otros 700 se tuvieron que refugiar
aquella misma noche en los cuarteles militares de la Ciutadella, Montjuïc y Drassanes. Hubo
también saqueos, que afectaron algunas casas particulares. Una de las imágenes características
de aquel día es un grabado de la ciudad en llamas.
25 Març 2021
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Grabado de Barcelona en llamas, de 1835 / COLECCIÓN RAMON SOLEY CETÓ
Durante los días siguientes se mantuvieron las protestas. Era tal el temor de las autoridades, que
se entregaron armas a los vecinos para prevenir ataques y se confiscó el aguarrás de las
droguerías para evitar que se utilizase para incendiar edificios. El estado de excitación colectivo
se acrecentó el 5 de agosto cuando se supo que el general Pere Nolasc de Bassa había decidido
entrar con sus soldados en Barcelona. El general se instaló en el Palau Reial (en Pla de Palau) y allí
se congregaron unas seis mil personas para exigirle su dimisión. Al poco se produjo una asalto
que acabó con la vida del general. El primero en dispararle fue el liberal Josep Massanet,
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“conocido por su alegría y su condición de jorobado”. El cadáver fue lanzado por el balcón y la masa enfervorecida lo arrastró con cuerdas por las calle y acabó por quemarlo. Esa misma tarde
también fue derribada una estatua del rey Fernando VII que se hallaba delante del Palau Reial. La
estatua suscitaba animadversión y el hecho de que señalase con el dedo la hierba que había
alrededor del pedestal era interpretado como una provocación, como si el rey quisiese que los
catalanes comiesen la hierba de sus pies. También hubo asaltos a otros edificios, especialmente
algunos centros de cobro de tributos. Y aquella misma noche se produjo el asalto y destrucción
de Bonaplata, primera fábrica que funcionaba con energía de vapor. Existía la idea que las
fábricas empobrecían a los obreros. No requerían de tejedores cualificados, producían telas mas
26 Març 2021
baratas que las de los tejedores manuales y necesitaban carbón mineral que llegaba por mar y
tenían que descargar unos marineros mal pagados.
La quema de conventos supuso en la práctica la continuación del proceso de desamortización
que culminaría en el decreto de Mendizábal ya que muchos de estos conventos ya no se
reconstruyeron.
Los liberales moderados desacreditaron la protesta apuntando a un jorobado y a los gitanos
Las revueltas demostraron que “el triunfo del régimen liberal en Catalunya solo se conseguiría con el apoyo del mundo popular”. Pero al mismo tiempo los liberales marcaron unas líneas rojas
al condenar los ataques a los espacios de recaudación fiscal y la quema de la fabrica El Vapor. Los
propios liberales moderados se encargaron de desacreditar la bullanga. Se acusó a los gitanos de
los desmanes y al jorobado Massanet de la muerte de Bassa. No en vano, Victor Hugo había
publicado en 1830 su novela Notre Dame de Paris , con el jorobado Quasimodo y los gitanos
como protagonistas.
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El historiador José Enrique Ruiz Domènec opina que este tipo de “asonadas” ya están documentadas en el siglo XII, contra el aumento de la fiscalidad, en el XIII, contra el rey Pedro el
Grande, o el Corpus de Sangre de 1640. y se repiten en Génova, Gante, París.... “Barcelona tiene una larga tradición de revueltas, algunas violentas, pero no tiene la exclusividad. Podríamos
hablar del 2 de mayo en Madrid, y no digamos en París, des el asalto a la Bastilla y, si se quiere,
hasta el reciente movimiento de los chalecos amarillos”. Aun así, Ruiz-Domènec reconoce
algunas características propias en Barcelona con unas fuertes desigualdades que favorecen el
anarquismo, “del que hay que decir que la violencia no forma parte estrictamente de su filosofía anarquista y que el movimiento libertario también utiliza otras estrategias ideológicas y
sindicales”. Y otra peculiaridad es el anticlericalismo. “La Iglesia –añade el historiador– apoya a
las clases altas y el proletariado urbano, absorbido por el ideal libertario, lo hace responsable de
sus males”.
27 Març 2021
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'La patuleia', del pintor Antoni Ferran. Protesta de un grupo de hombres armados, representantes de las clases más bajas, a los que intenta contener un elegante burgués durante la bullanga de 1835 MUHBA
Josep Maria Muñoz, historiador también y director de la revista L’Avenç , se remite a Jaume Vicens Vives que ya en su Noticia de Catalunya habla de la “persistencia del hecho revolucionario” en Catalunya y especialmente en Barcelona, desde las revueltas de los remensas
hasta la guerra civil. Y se refiere a una doble desconfianza hacia el Estado, que provoca el rechazo
tanto de una burguesía que lo percibe centralista y oligárquico, como del movimiento obrero y
anarquista, que niega su propia existencia.
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En esa misma línea, Alcoberro destaca que “el Estado queda lejos”. Recuerda también como en Rumanía todas las revueltas de los siglos XIX y XX se producen en Timisoara y no en la capital, en
Bucarest. Como característica catalana añade además un antimilitarismo que provocó la revuelta
de las quintas y el rechazo a la incorporación de reservistas que desemboca en la Semana Trágica.
La revuelta de 1835 empezó en la plaza El Torín de la Barceloneta y acabó con incendios en los conventos
28 Març 2021
Finalmente, sobre las últimas “bullangas”, Ruiz-Domènec se refiere a la necesaria existencia de
un adversario. “Ahora no es el clero, sino el IBEX o las grandes marcas, pero estamos en un horizonte confuso. Tenemos la obligación de entenderlo, para evitar que se cronifique. Pero no
es fácil, por ejemplo, algunos jóvenes pueden ser puntualmente violentos pero al mismo tiempo
son respetuosos con el toque de queda. Y ciertos antisistema extranjeros están aquí porqué
Barcelona es una ciudad atractiva y se apuntan a una fiesta litúrgica. No hay una base doctrinal
profunda y sí muchas incongruencias”.
29 Març 2021
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