Pablo Caramelo/ Dádiva brutal

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PENSAMIENTOS SOBREELJUEGO DELPADRE

Caramelo, Pablo

Dádiva brutal: pensamientos sobre el juego del padre/ Pablo Caramelo

- 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Barnacle, 2023.

62 p.; 21 x 15 cm.

ISBN 978-987-8952-19-2

1. Narrativa Argentina. I. Título.

CDD A863

Editor General: AlbertoCisnero

Diseño de tapa: BibyAflalo

Primera edición: Julio de 2023

(c) 2023, Pablo Caramelo

Buenos Aires- Argentina

ISBN 978-987-8952-19-2

Con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes

BARNACLE

Libroshomogéneosycomerciales barnacle.cia @gmail.com www.barnacle.com.ar

Impreso en la Argentina

PrintedinArgentina

Queda hecho el depósito que previene la ley 11723

Hayunaprimeraimagenqueesunadelasúltimas:elcortejo fúnebre que lleva los restos de Reynaldo Caramelo a El Rosedal, toma la calle Winter y bordea uno de los muros del estadio de Mariano Moreno. ¿Inesperado homenaje de la caravana doliente a uno de los más destacados deportistas de la historia de ese club? El coche, sin embargo, no se detiene: no se oyen aplausos, no se pronuncia la elegía. Nadie percibe entonces cómo el narrador se suelta y trepa el muro y luego el alambradoperimetralquerodealacancha,ycaesobreelcésped. Durante décadas renovado por tensión primaveral, ¿recuerda el césped el trote humano que animaba esos restos que van haciaotroparatranquilizarseenpolvo,céspedmenos permisivo?

¿Late aún ese piso con la silueta de un cuerpo que friccionaba con otros que aprendían a caer y levantarse, y a friccionar con el misterio? ¿Incluye la superficie una pelota ausente, golpeada con detalle durante años, traída y llevada, donada al compañero, exigida, vuelta a donar? ¿Qué murmura el césped ahora, con el narrador inoportuno, portador de la memoria intrusiva, llena de una tristeza que amenaza la continuidad del juego? El césped,comoel río,siempre el mismo, siempre otro. Cae el narrador. La caída remite sus palabras. Recuerda que también él mismo, en el arco que da a la calle Bolivia, jugando para River de Junín, hizo un gol al cabecear un córner. ¿El cuerpo de ese narrador corrió también por el mismosuelo que había trajinado el héroe? ¿Siguió un rastro o aceptó el suave declive de las predisposiciones familiares? ¿Buscaba pistas que lo salvaran del caos o no impidió el legado de una artesanía?

Regresaalcochequenuncase detuvoysepermiteunacongoja discreta. Esta clase de narrador no se apropia de la pena.

Tampoco se defiende. Solemnes lutos lo han vestido de negro rigurosamente deportivo: zapatillas, jean, remera. El cortejo

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continúa por Ramón Hernández hacia la ruta 7. Es 22 de diciembre,sonlascuatroocincodelatarde:elveranocomienza.

* En el barrio del Molino, a principios del siglo veinte,se jugaba el deporte de los pobres. La materia rodaba poco todavía: era de trapo, rara vez de cuero. Aunque el ímpetu ya forjaba extensionessinlímites.Esemagmabarrialnucleósuidentidad en 1915 en el nombre o la petición de ArgentinosUnidos.Al año siguiente fue Moreno Foot Ba Club, y con los años Mariano Moreno. Los barrios como este trenzaron su cotidianeidad y sus anhelos de trascendencia bajo amistad deportiva. Los humildes promovieron la aparición de los virtuosos. Sin embargo, en los estatutos de esas sociedades una cláusula secreta sugiere que la declinación del crack nunca habrá de impedir la afirmación anónima de la vida. Intuían que la derrota busca imperar definitiva y decretar nojugarás. Como ahora el rodar fúnebre de los autos del cortejo.

En los viajes de aprendizaje, la apoteosis suele estar al final. En las piezas didácticas también.Al inicio hay un enigma o la simulacióndeunenigma(cuandoaprenderespresentirloque se supo). A veces poseerlo nos vuelve sabios. La resolución alivia, aunque la claridad tarde o temprano decepcione. Hay otros viajes que ponen la resolución o el Paraíso al comienzo, incluso con la misma advertencia de abandonar la esperanza. Cuando el que arbitra da la orden, la esperanza se abandona por la encarnación de los planes. La moneda cayó y la cifra habrá de merecerse. Mal haríamos en lamentar hipótesis pasadas. La moneda caída es lo real. Este paraíso no incluye guías amorosos. Solo imágenes de lo que se quiso conquistar.

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El movimiento de la conquista fue en declive, pero eso no es lo que importa.

Al principio entonces, ¿no se sabe nada, solo se poseen anécdotas?¿Oalquenadapuedeleesposiblesiquierarememorar?

¿Cómo comienza todo, entonces? Con esas preguntas: ¿Arco o Juego? Quién saca, para dónde pateamos. El impulso dado por un golpe con el pie. Sacar de la inmovilidad a la pelota. Antes, el puro azar, la baza nerviosa. El juego dormido en todas sus chances. En el aire, la moneda arremolina intermitente un sueño de triunfo. La caída es puro sosiego, lo presentíamos: sus bordes coinciden con la noche imantada. Lo que desaparece ahí ahora regresa expulsado como fábula. Rodearla es descubrir el instinto o la técnica cuyo ejercicio ocupará toda la vida. Necesitamos, ahora, cierto equilibrio para contornear la palabra nada antes de zambullirnos en ella y no salir. O treparnos hacia otra vida (¿incluso la nada nos expulsa?). Pero en el aire, la moneda ostenta un fulgor que se turna como las hojas del álamo plateado. Enrollado, el juego late por definir la suerte, nunca la verdad.

La verdad, como la victoria: una elección ineludible, y a su vez, lo que hay que sacarse rápido de encima. ¿Cara o Rey?

Nació el 24 de setiembre de 1936, pero lo anotaron el 25. La variación concede la voz a los comentaristas del juego astral, de la ubicación de los planetas en el cielo, de la vida que empieza a moverse bajo influjos y predisposiciones. Hayuna imprecisiónenlaescrituradelorigen.Sideunhéroesetratase,una

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inquietud o leve estremecimiento recorrerá la consolidación distinguida de sus trabajos. Pero por ahora, prefiramos repetir quelosastrosobligan,peronofuerzan. Entonces, el 25 de septiembre le festejaban el cumpleaños a quien me enseñó a patear la pelota con la pierna menos hábil durante horas contra la pared.Aquel que me mostró mi pierna menos hábil y me mostró la pared, infranqueable y aliada: me mostró el tiempo. Y a patear sin daño y sin indolencia una pelota tan gastada como el mundo. (¿Era patear, era escuchar?)También aprendí (pero esto no fue dicho) que había que tratar de jugar bien y ganar sin hacer trampas, es decir, prepararse afirmativamente y con elegancia para la derrota.

Enlaaflicciónoenloslímitesborrados:¿contienejuegolaelegía?, ¿distrae de competir? ¿Cuál crónica incluye amanecer rodando y luego a tientas, regreso, noche confusa sin pasos propios labrados ni tampoco de dioses, aunque hayan sido ellos quienes nos disfrazaron y mandaron a jugar? Tampoco ellos dejaron huellas en el césped. O volvió a crecer el rumor de la grama, y donde ellos y nosotros pisamos, no quedaron pasos ni caligrafía. ¿Divertíamos a quién, entonces, al ganar y perder? Y cuando cedió la neblina, ¿quién multiplicó, quién extenuó sus fuerzas, quién gozó? Dádiva brutal, oscuridad pomposa. ¿Carta o copla?

Con la llegada del ferrocarril a Junín en la década de 1880, y la instalación de los talleres de la compañía Buenos Aires al Pacífico, la estructura económica de la ciudad de entonces acelera su desarrollo y perfila una nueva identidad comunitaria. Y como un eco lúdico de esa transformación, el 23 de diciembre de 1892 nace el primer club de fútbol

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juninense que toma precisamente el nombre de BuenosAiresal Pacíficoo BAP. El club fue fundado por ingleses que se reunían a jugar en un baldío entre las calles Italia, España, Bernardo de Irigoyen y Leando N.Alem. En BAP llegó a fichar Bernabé Ferreyra, llegado de Rufino en 1927. Luego el eco de sus gestas encontraría estadios mayores para amplificarse, como el ruido sordo del mundo contra los muros del palacio erigido en el centro del universo donde, según Ovidio, reina la Fama.

(La evocación convierte al cronista en aeda para que su canto destaqueaunTitándegolesexplosivos.¿Otravezelinicioforja una singularidad que acompasa el cuchicheo indiferente o las preguntas sin respuesta?, ¿no ha de bastarnos el hay del juego originario, puro hervor dionisiaco? ¿Primero es elaplausodela manosola que aclama sin hacer ruido, y sobre ese pasmo llega un héroe a colmar acertijos, escindido y empujado en ente por la esfinge de la vida apática? Un pueblo al presentir la muerte, lafalseaconindirectas ointrigas dellenguaje.O la trasponeen el jugador descollante: rey de burlas, o chivo expiatorio)

Los clubes son, entonces, la sublimación del disperso juego barrial. En el caso de Moreno, la historia indica que dejó de funcionar entre 1919 y 1924. Algunos jugadores, al consolidar un hogar sufrieron el apremio del sustento. Muchos de sus cracks entraban como empleados al Ferrocarril que era como sacarselalotería.

El lar de la familia del narrador, por ejemplo, se enciende casi con la consolidación institucional de los clubes y el desarrollo pujante del Ferrocarril. Sus padres se conocieron allí, en las oficinas. Ambas familias tenían previamente relación social y laboral: abuelos trabajadores de los talleres ferroviarios.

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PENSAMIENTOS SOBRE EL JUEGO DEL PADRE de Pablo Caramelo fue impreso en la nobilísima ciudad de Buenos Aires, año veintitrés del siglo. TOLLE, LEGE.

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