Colomba, Diego Poetas que regresan a la patria de la infancia/ Diego Colomba - 1a ed. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Barnacle, 2021. 54 p.; 21 x 15 cm. ISBN 978-987-4044-66-2 1. Poesía Argentina. I. Título. CDD A861
Editora General: Verónica Vega Diseño de tapa: Azúcar Ramón y Merlina H. Cisnero
Primera edición: Septiembre de 2021 (c) 2021, Diego Colomba Buenos Aires- Argentina ISBN 978-987-4044-66-2
BARNACLE
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En los últimos años olvidamos que fuimos buenos compañeros
P
apá lo trajo una tarde, a la vuelta del trabajo. Una mano grosera de pintura no podía ocultar que estaba todo picado por el óxido. Me pareció que era el momento de aprender y vos sabías. Lo sacábamos a la hora de la siesta, después de abrir (por si acaso) el portón de par en par. Corcoveando, echando humo, nos perdíamos en alguna zona remota de la ciudad: gente pobre, calles de tierra, aguas servidas. El motor se paraba después de alguna frenada brusca. Y no arrancaba más. Armados de paciencia, debíamos esperar. Ya pasaría una chata o un auto viejo para empujarnos (en segunda y con el pie puesto en el pedal del embrague). Sabíamos que eso sucedería. Y de todos modos salíamos. Sin carnet de conducir. Con poca nafta. Las ruedas desinfladas. A esperar la salvación.
POETAS QUE REGRESAN A LA PATRIA DE LA INFANCIA
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El sonido que uno no está seguro de haber oído hacés durmiendo todavía?” La voz de mamá golpeó “¿Q ué en mis oídos y me arrancó del sueño. Con la respiración
pesada y la suficiencia de los que aún se saben vivos, sentí compasión (¿qué podía estar haciendo yo a esa hora?) por el fantasma trasnochado de mamá, atrapado en las minucias sin tiempo de nuestra vida en común. Antes de que el eco de su voz se perdiera para siempre, me propuse darle asilo en mi cabeza. No fue una buena idea, sin embargo… Con la clara luz de la conciencia, la voz de mamá se ha vuelto presa de mis burlas. De mis fáciles reproches. La voz de una madre necesita un corazón.
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DIEGO COLOMBA
Aprendiz
T
enía un ojo torcido. Ahora estoy ciego. Cuál es la ganancia, me pregunto, de que se hayan metido con mis ojos. Pero volverá finalmente el día, con el miedo, la vergüenza, la ira. No necesitaré de nadie para borrarme del mundo.
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DIEGO COLOMBA