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María Ramona Martina de Zuricalday
María Ramona Martina nació a las 9 de la mañana del 11 de noviembre de 1839 y fue bautizada, tal y como vemos en su partida de bautismo, en la parroquia del Señor Santiago el mismo día. En la misma partida se indica que su padre, Eugenio de Zuricalday y su padrino, Tomás de Letona, son chocolateros. Efectivamente, en 1830, los padres de Martina habían abierto una confitería y fábrica de chocolate en la calle Correo, de Bilbao, en el mismo edificio donde se ubicaba la vivienda familiar.
Ella fue la única de los cinco hermanos que mostró interés por el trabajo de sus padres y, junto su marido José Bayo –con el que se casó también en la parroquia del Señor Santiago el 2 de noviembre de 1856 y con quien tuvo 14 hijos- regentó la confitería y la fábrica de chocolate. Tras morir su padre en 1882, y después de comprar la parte correspondiente a sus hermanos, el establecimiento se trasladó a la calle 4 de la calle Sombrerería. Esta primera pastelería-chocolatería, ya denominada Martina Zuricalday, se convirtió en un centro de reunión y degustación en el Bilbao de finales del siglo XIX y principios del XX.
Martina enviudó en 1896 y según las normas de la época, no pudo ser la dueña formal de la pastelería, sino que uno de sus hijos, Ramón Bayo, fue el apoderado, aunque fue ella quien siempre controló y dirigió su negocio, llevando las cuentas, organizando y supervisando los pedidos e incluso los horarios y salarios de las personas trabajadoras.
Destaca también una de sus iniciativas empresariales, aunque ya contaba con 80 años, al unirse a otros comerciantes bilbaínos (La Dulzura, Caracas y Chocolates Aguirre) para crear la fábrica de Chocolates Bilbaínos, más conocida como Chobil, fundada el 10 de julio de 1920, en la calle Tívoli. Cada uno de ellos obtuvo un 25% de participación en el negocio, que llegó a ser el segundo más importante del sector en España y del que el Lehendakari José Antonio Aguirre Lekube fue consejero y gerente •