Dedicado a mi madre Isabel, a su madre Eugenia, a mis hermanos Thomas y Cristel. Henry Bauer
Este trabajo esta dedicado a mis padres, hermanos, a mi esposa Vivian, pero en especial a dos grandes hombres: Juan Gonzรกlez mi padre y Cristรณbal Gonzรกlez mi amado hijo. Jimmy Gonzรกlez.
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Universidad de Chile Facultad de Arquitectura y Urbanismo Departamento de Urbanismo Seminario de Investigaci贸n Primera Edici贸n Julio 2007, Santiago de Chile Segunda Edici贸n Julio 2009, Santiago de Chile
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TERRITORIALIZACIÓN INFANTIL en el juego callejero
Jimmy González Rojas Henry Bauer Vera guiados por Dra. María Bertrand Suazo
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Preámbulo
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Delimitaciones Sedentarias
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Territorialización Nómade
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Relato Primero: Quiero ser famoso
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Callejeo Infantil
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El Juego como acoplamiento
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Relato Segundo: No tengo sal
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El significado aprendido de los espacios
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Espacios Nombrados y Espacios Sin-Nombre
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Espacios de Condicionamiento
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El acto delimitativo impide el acoplamiento espacial
Los procesos nómades fundan la territorialización infantil
El desplazamiento callejero hace aparecer oportunidades de territorialización
El juego es un método para lograr la territorialización
Los niños territorializan a partir de la ignorancia
La disponibilidad para asignar significado facilita la territorialización
Los niños no juegan “con” las actuales zonas de juego
Planificación Conductual
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Relato Tercero: Vamos al Sankuokai
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Conclusiones
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Bibliografía
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Modos desacertados de la organización urbana actual en Santiago
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Preรกmbulo
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Motivaciones Decidimos llevar a cabo esta investigación desde puntos de vista separados en la relación vivencial personal de cada una de nuestras formaciones como niños y sin embargo unidos por el interés hacia los espacios que nos pertenecen a todos, especialmente en la tarea de arquitectos (as) y por nuestra responsabilidad en la construcción de nuestros territorios. Así, aunque nuestras etapas de niñez se diferencian en gran medida en la relación que tuvimos con la experiencia de la calle, compartimos otros aspectos en relación con la ciudad y la sociedad, lo que confabuló positivamente en la mutua necesidad y posterior complementación en el entendimiento de fenómenos urbano-sociales. La etapa de la niñez que conduce la realización de esta investigación, significó regresar a nuestros recuerdos de relaciones y juegos en las calles. Las poblaciones de niños que hoy se entremezclan con nuestra adultez en sus actuales juegos callejeros aparecen de una u otra forma como reflejos de nosotros mismos en lo que fuimos, pudimos o quisimos ser y hacer.
Campo temático En términos generales, la investigación intenta encontrar y rescatar las cualidades que, a nuestro modo de ver, tienen los juegos callejeros y los modos de desplegarse en los espacios públicos durante la etapa infantil. Consideraremos a los niños como personas en etapas que se desarrollan en base a juegos, donde los intereses por desenvolverse son, para los adultos, poco serios y cuyo valor se manifiesta en el jugar mismo (ahora) y no en las consecuencias que éste conlleve. El niño se desarrolla intuitivamente con su entorno a través de relaciones divertidas; el juego es la instancia para la di-versión, es por eso que sigue jugando y lo considera importante. Cuando el niño se divierte, según la raíz latina di-vertere, el niño vierte su atención hacia otra parte, escapa de las reglas reales y serias, y convirtiendo el mundo adulto en mundos propios y divertidos. El niño se di-vierte, cuando in-vierte los significados y con-vierte su entorno en su mundo imaginario. De la misma raíz vertere, versus la palabra travesura (tra-
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versus) definible como una “Acción maligna e ingeniosa y de poca importancia, especialmente hecha por niños, o viveza y sutileza de ingenio para conocer las cosas y discurrir en ellas”1 , enuncia el proceso divertir/convertir que ocurre cuando un niño de manera ingenua e imaginativa es capaz de crear actividades lúdicas que son, generalmente, incorrectas o mal vista desde la perspectiva de la ‘seriedad’, pero que constituyen el desempeño del niño en y con el mundo. El lugar físico para investigar la territorialización infantil, tiene estrecha relación con las experiencias personales de uno de los autores. Los recorridos callejeros en su infancia, logran delinear los límites de investigación a través de la propia memoria y de la constatación de la situación actual. Así el campo de recolección de información pasa por alto los límites comunales de Santiago, recorriendo Pedro Aguirre Cerda, llegando a veces a San Miguel y Lo Espejo.
Enfoques para el estudio Por un lado está manifestada la experiencia personal de haber sido habitante de la calle y de haber conocido esa vivencia “callejera” que legitima roles y enseña a ser adulto validando el estudio del callejear desde un punto de vista protagonista y fenomenológico: partiendo desde la observación, la vivencia y el recuerdo del fenómeno, y avanzando en las consecuencias del habitar particular de los niños, sobre todo cuando lo hacen en las calles. Por otro lado, y desde otra perspectiva está el análisis del callejeo infantil desde la ausencia de información empírica: la vivencia de “la calle” como observador en tercera persona que valida su estudio desde una visión documental e histórica (o prehistórica): buscando la explicación del fenómeno callejero desde las comunidades humanas más primigenias. Evidentemente, dos entradas donde el lazo reside en el comportamiento particular de “territorialización” que los niños realizan (infantil) en las calles a través del juego, “fenómeno social” observable particularmente en presencia de ciertas circunstancias culturales, económicas y sociales (de seguridad, de tiempo disponible, etc.) allí donde el espacio público cumplía las expectativas de cada generación infantil y que hoy entendemos como expectativas de lo que debería ser el ‘espacio para todos’.
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1 Diccionario de Real Academia Española, (www.rae.es)
Estas “territorializaciones infantiles”, tema unificador mas no núcleo de investigación, se despliegan en diferentes títulos que podrían leerse como artículos terminados (mini-tesis) que abordan temas combinatorios que al acoplarse en el entendimiento del lector, expresan la unidad (tesis). El soporte de estas territorialidades infantiles, se representa con la terminología nómade Deleuziana, base conceptual para el entendimiento de los procesos de este fenómeno social. Los efectos de este planteamiento abren lo que podríamos llamar consecuencias empíricas del fenómeno: la exploración de los espacios sin nombre y espacios de condicionamiento de la calle en relación con el entendimiento de la territorialización ya no solo de lo infantil. Los artículos son: Territorialidad Nómade, donde se extraen las operaciones básicas en la conformación de territorios tanto nómades y como infantiles. Delimitaciones Sedentarias. Se estudia la lógica delimitativa de las sociedades sedentarias en oposición a las operaciones de territorialización nómade, y sus consecuencias en los grupos de niños en las calles de hoy. El significado aprendido de los Espacios, habla de los modos correctos que tienen los espacios y del rol que cumple la transmisión generacional de esta información en el impedimento de la territorialización. Se plantea la postura infantil inocente e ignorante como transgresora de significados que permite la territorialización infantil. El juego como acoplamiento, se hace ver al juego como proceso innato de los niños para permitir usos espontáneos tanto de objetos como de espacios, permitiéndoles cambiarles los significados preasignados. Espacios Nombrados y Sin-Nombre. La relación entre el nombre del espacio como determinante de su uso, cualifica los tipos de espacios en cuanto a sus capacidades de permitir o impedir la territorialización infantil. Espacios de Condicionamiento. Describe a través de la experiencia las condiciones del espacio público que permiten o no el acoplamiento, y como pueden llegar a castigar o premiar ciertas conductas. Desplazamientos del Callejeo infantil. Los recorridos de los niños tienen distractores de su objetivo primero de simple circulación. A través del callejear, los niños ven eventualidades u oportunidades fortuitas de acoplamiento espacial espontáneo y por ende de territorialización. Planificación Conductual. En este artículo se tratan las llamadas ‘conductas deseables’ promovidas por la planificación urbana.
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Objetivos Así, aunque parezca una investigación acerca de los espacios de juego en la calle, debemos aclarar que no lo es. El estudio de la territorialización infantil, es un recurso para explicarla (la calle) como espacio para todos. Para abordarla como contenedor de la diversidad y la multiplicidad que lo territorializan y lo pueblan. El entendimiento de las conductas infantiles acopladas a los espacios de la calle, nos es también guía para explicar la relación primitiva y actual de la diversidad de modos de territorializar en el ‘espacio para todos’. Estas explicaciones se expresarían en la medida que: i. Descubramos los componentes que hacen del espacio una oportunidad de acoplamiento territorial voluntario, ii. Descubramos cuando y como los espacios de todos se manifiestan efectivamente o se nieguen como tales y iii. Entendamos cuales son los agentes que participan en la territorialización infantil y en que medida pueden ayudar al acoplamiento voluntario en el adulto.
Estructura La investigación está estructurada en dos grandes grupos: artículos y relatos. Los artículos manifiestan de manera autónoma las distintas formas de abordar el mismo tema central (la territorialización infantil), pero están constantemente conectadas a través de inter-referencias, que hacen alusión y relación a algún otro artículo que complemente la información entregada, así como también busca explicarse a través del entrelazamiento con los relatos. Los relatos son historias de callejeo infantil basadas en la experiencia real, deteniéndose en hitos importantes que revelen de manera gráfica las variables conjugadas en los artículos. Al igual que en éstos, los relatos están constantemente intervenidos con citas referenciales hacia otros puntos dentro del mismo libro que completan la comprensión. De esta forma, el presente seminario se plantea en forma de hipertexto, permitiendo variados órdenes de lectura, tanto lineal como callejero, saltando a través de los vínculos entre los artículos y relatos.
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DelimitaciĂłn Sedentaria
“El acto delimitativo impide el acoplamiento espacial�
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Delimitaciones Sedentarias
Proceso de delimitación “El pastoreo surge cuando una pequeña comunidad, tal vez una familia, que vive siguiendo animales migratorios comienza a impedir que el lobo, que también vive de los mismos animales, siga alimentándose de ellos. Al hacer esto, esa familia establece un borde, una barrera que impide al lobo el acceso a su fuente normal de alimentación, y lo excluye en una acción que de hecho es un acto de apropiación... en un comienzo la apropiación puede haberse dado como fenómeno circunstancial, pero en la exclusión sistemática del lobo se hace parte central de tal modo de vida porque lo constituye”2
El conocimiento respecto a los ciclos climáticos y todo lo que aquello implica (revolución agrícola) dio al hombre, ahora sedentario, la capacidad de autonomía relativa frente a las posibilidades de satisfacción alimentaria que otorgan los espacios y sus poblaciones animales y vegetales. El hombre sedentario, que sí es posible considerarlo como individuo, no territorializa, sino que delimita el espacio, esto se hace aparente cuando lo demarca lo protege y lo transforma en terreno propio. Éste método de apropiación / privatización habla de una capacidad que se ha adquirido para manipular los procesos naturales (conocimiento es poder), esto es, ubicarse por sobre los factores extrínsecos, dominar sus funciones lógicas y tomar decisiones mucho más autónomas respecto del campo de oportunidades que entrega el espacio.
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La diferencia con los desplazamientos nómades es muy sutil, y tiene que ver con la falta de planificación y de expectativas del desplazarse, ir a pág. 25, párr. 1 La manera de ir desde un punto a otro en el ‘pastoreo’ responde al término ‘circulación’ planteado en el artículo ‘Callejeo Infantil’, ir a pág. 46, párr. 2
La expectativa de los métodos de producción sedentarizados, generan conductas deseadas, ir a pág. 107, párr. 1
Para un hombre sedentario, una delimitación será, en la mayor parte de los casos, un espacio completo, ir a ‘el significado aprendido de los espacios’, pág. 76, párr. 3
2. MATURANA, Humberto. El sentido de lo humano, pág. 55 y 56 (DOLMEN EDICIONES, 1996)
Delimitaciones Sedentarias
Privatizar antes de usar Las delimitaciones son claros ejemplos de lo que llamamos ‘espacios nombrados’, ir a pág. 88, párr. 2
La circulación es un ejemplo categórico de delimitación en el ‘espacio para todos’, ir a pág. 46, párr. 3
Este hombre sedentario comienza a asignar usos y significados estables y permanentes a cada delimitación: zonas de cultivo, zonas de crianza, zonas de refugio, zonas de culto, etc. Todas estas zonas, que llamaremos ‘delimitaciones’ son fijas, estables y están claramente designadas con cercas, muros, hileras, niveles, perímetros de todo tipo, los cuales son, en estos casos, límites diseñados, es decir, existe la clara intención e intervención humana: el comienzo del diseño arquitectónico. Esta práctica se manifiesta tanto en delimitaciones de ‘estar’ como de desplazamiento, pero ya deja de efectuarse a la manera de los grupos nómades, ahora incluso los caminos se hacen claros para los integrantes o iniciados en la sociedad sedentaria: todos deben saber que el espacio para desplazarse esta ya delimitado y nombrado. Por ejemplo, “senda es la palabra que implica el curso más básico que puede seguir un movimiento. Para los no iniciados, ya sean miembros de una tribu extraña o niños excluidos de un juego, una senda puede resultar incluso invisible... pero para quienes la conocen, la senda será evidente. Puede estar marcada por pequeños montículos de guijarros, por ramas rotas o signos tallados en los árboles...”3
La delimitación del espacio trae consigo la doble dimensión de la privatización en tanto que especificación del propietario (espacio para alguien) y especificación del significado (espacio para algo). Estas
3. RYKWERT, Joseph. La calle: El sentido de su historia, artículo del libro Calles: Problemas de estructura y diseño (1981). Pág. 24
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Delimitaciones Sedentarias
dobles privatizaciones definen modos de comportamiento frente a las delimitaciones las cuales serán informadas al resto de los integrantes de la sociedad a través de la instrucción tanto institucionalizada como espontánea. La ciudad es el resultado de las prácticas delimitativas del hombre sedentario (o sociedad sedentaria), donde se establecen delimitaciones privatizadas, en propiedad y significado, y a su vez estas limitaciones han producido nuevas necesidades de delimitación en respuesta a dichas delimitaciones, tales como, fortificaciones para la defensa, construcción de refugios estables, almacenes de alimento, etc. Se diferencian clara y tajantemente, una vez concebida la ciudad, los espacios domesticados y delimitados (espacios dentro) y el espacio inexplorado y caótico (espacio fuera) y a su vez en los ‘espacio dentro’ se designan (diseñan) y se diferencian las zonas de alguien y las zonas de todos. “Si concebimos la calle como lugar de interacción social y un pasaje
Es necesario conocer el nombre de cada delimitación para considerarlo como ‘espacio completo’, ir a pág. 77, párr. 2 Generalmente la privatización del uso, define el nombre del espacio, en dicho caso estamos hablando de un ‘Espacio Nombrado’. Ir a pág. 88, párr. 2 La lógica de sedentarización, ha hecho que actualmente percibamos nuestra ciudad en forma de delimitaciones, pág. 76, párr. 1 y 2
La Territorialización nómade se da en los ‘espacios fuera’, sin embargo la territorialización infantil se produce en los ‘espacios dentro’, ir a pág. 25, párr. 2
lineal que enlaza finalidades, la calle parece no existir en los niveles más simple de la sociedad humana... la calle con fronteras que separan el interior del exterior, el espacio privado del público, no 4
existe en las sociedades cazadoras y recolectoras”
.
La diferencia fundamental entre las delimitaciones sedentarias y las territorialidades nómades radica en la manera de asignar significados a los espacios: mientras que el nómade esboza los límites de su territorio (o sea territorializa) una vez que ocurre el acoplamiento con el espacio de acción, el sedentario elige donde realizar tal o cual actividad, luego crea
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El acoplamiento infantil se manifiesta normalmente mediante el acto de jugar, éste puede realizarse tanto con objetos como con espacios, ir a pág. 56, párr. 1
4. LEVITAS, Gloria. Antropología y sociología de las calles, artículo del libro Calles: Problemas de estructura y diseño (1981).Pág. 239.
Delimitaciones Sedentarias
los límites, les asigna la función definida (lo nombra como tal) y una vez hecho esto, los utiliza.
Los niños frente a las delimitaciones Si los espacios están organizados de acuerdo a la lógica delimitativa de unos pocos, el resultado será un ‘espacio de nadie’ ir a pág. 78, párr. 1
Por ejemplo, las delimitaciones pueden contener objetos donde acoplarse, lo cual no asegura la territorialización, ir a pág. 23, párr. 2
La obediencia propia que se da a partir de los ‘espacios para alguien’ es aplicada hoy en los ‘espacios para todos’ a través de la que llamamos ‘planificación conductual’, ir a pág. 106, párr. 2
En los espacios para alguien y para algo, el niño no tiene espacio de propuesta, incluso en su propio dormitorio, ir a pág. 50, párr. 2
La lógica de privatización de los significados se ha aplicado tanto en los ‘espacios para alguien’ como en los ‘espacios para todos’, lo que es contradictorio e incoherente, considerando que estos últimos deberían por definición incluir la diversidad inherente a la palabra ‘todos’. Dentro de la diversidad del ‘todos’, las poblaciones de niños que actúan en los mencionados ‘espacios para todos’ se enfrentan constantemente a imposibilidades de acoplamiento instantáneo con éste, debido a los procesos de privatización del significado del espacio, provoca que los grupos de niños que frecuentan las calles pre-asuman modos correctos de usar las delimitaciones. La idea anterior es posible verla operando cuando los niños acatan dichas imposiciones sedentarias dentro de sus ‘espacios para alguien’: sus casas. En esos casos los significados de cada espacio están preasignados antes de la llegada del niño a ellos, es decir, el uso aparece posteriormente al proceso delimitativo, así es muy difícil que un niño territorialice en su propio dormitorio, a pesar de que pueda acoplarse con los objetos que pueblan en él. Su dormitorio ya tiene un uso que el niño no ha elegido, por esta separación entre el niño y su dormito-
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Delimitaciones Sedentarias
rio, podemos afirmar que los niños pueden jugar en su pieza, pero difícilmente lo harán con su pieza, así no es probable que se dé la territorialización dentro de esta delimitación. Es necesario que el significado del espacio a territorializar por el niño sea desconocido para él, o al menos que sus padres no dispongan las maneras de usarlo. La calle, a pesar de ser, para los adultos, una delimitación con significado claro y dentro del espacio para todos, se presenta ante los niños como un mundo inexplorado, es un espacio ‘para ellos’, para cada niño al mismo tiempo. La ignorancia de los niños frente a las calles, entendiéndola como una ingenuidad, posibilita que éstas ‘delimitaciones sedentarias en el espacio para todos’ se transformen en espacios neutros para jugar y vaciar significados propio y espontáneos en ellas, donde el acoplamiento con el espacio es inminente, y por ende la territorialización es potencial.
La importancia entre jugar CON el espacio y no EN él, define por qué las calles pueden ser más atractivas que las zonas definidas para jugar, ir a pág. 98, párr. 2 y pág, 58, párr. 1 Basta ignorar el significado informado por la sociedad, para lograr un grado de acoplamiento. Incluso si dicha delimitación está hecha para los ya instruidos, ir a pág. 80, párr. 2 El desplazamiento callejero es la oportunidad de exploración autónoma del niño, donde puede encontrar eventos donde territorializar y legitimarse en su niñez, ir a pág. 48, párr. 3
Es en un estado de ingenuidad (propio del niño) que el paseante logrará relacionarse genuinamente con un espacio, permitiendo que sea él (paseante) quien otorgue valor, mientras se desenvuelve en dicho espacio. 48, párr. 1
Resumen -La lógica delimitativa es propia de las culturas sedentarias -Las delimitaciones están provistas de forma física y significado de uso antes de ser utilizado. Pro ejemplo, los espacios privados o ‘para alguien’. -Los niños difícilmente podrán territorializar en delimitaciones ya que no les perteneces, incluso aunque logren acoplarse con objetos en él, no habrá territorialización.
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El juego incluye la noción de simulación, en que todo adquiere nuevos roles que recrean e imitan situaciones aprendidas desde el mundo de los adultos, ir a pág. 56, párr. 1
A partir de la ignorancia, los niños pueden transformar delimitaciones en ‘espacios incompletos’. Luego en el juego se encargan de completarlos con sus propios significados, ir a pág.82, párr. 1
Delimitaciones Sedentarias
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Delimitaciones Sedentarias
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Delimitaciones Sedentarias
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Territorialización Nómade
“Los procesos nómades fundan la territorialización infantil”
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Territorialización Nómade
Cultura nómade El concepto nómade se entiende como colectivo, (manada, jauría, parvada, cardumen, enjambre, camada, gente, etc.) no se explican como individuos nómades sino como sociedades completas: cultura nómade. Grupos que antropológicamente se han caracterizado por entablar relación conductuales con espacios extensos a través de sus desplazamientos: “El nomadismo mucho más que un concepto está liga-
Aunque los niños puedan callejear y territorializar en las calles solos y no en grupo, siempre debe darse en la autolegitimación de pertenecer al ‘grupo niños’ entendiéndolo como grupo autoconsiente y distinto a los adultos. Es un grupo que no privartiza los espacios. Ir a pág. 54, párr. 2
do al ser, define un desplazamiento, una evolución en un espacio 5
tiempo”
El grupo nómade, si bien delimita su espacio de acción, no se apropia de una superficie en tanto que individuo. El nómade no se entiende aislado, sino, siguiendo la lógica de Deleuze, cuando de refiere a un ‘cuerpo sin órganos’: “Un cuerpo sin órganos no es un cuerpo vacío y desprovisto de órganos, sino un cuerpo en el que lo que hace de órganos se distribuye según fenómenos de masa... bajo la forma de multiplicidades moleculares... No es un cuerpo muerto, es un cuerpo vivo, tanto más vivo, tanto más bullicioso cuanto que ha hecho desaparecer el organismo y su organización... El cuerpo lleno sin órganos es un cuerpo poblado de multiplicidades”6. La
tribu nómade territorializa como cuerpo completo, sin decisiones centralizadas ni periféricas. Las multiplicidades que pueblan la tribu nómade toman una decisión en conjunto con ellos mismos y con las multiplicidades que pueblan el espacio.
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El juego es también una situación de acoplamiento mutuo donde las decisiones no son impuestas ni por el espacio ni por los niños, sino en mutua incorporación, ir a pág. 55, párr. 2
La naturaleza ofrece a los grupos nómades variedades de ‘espacios Sin-Nombre’, cuyo modo de uso dependerá del acoplamiento mutuo, ir a pág. 90, párr. 3
5. EMHEL, Mathilde. Séminaire ‘Du désert à Nouakchott: mutation des practiques de l’espace nomade’ 1998-1999 6. DELEUZE, Gilles. Mil Mesetas: capitalismo y esquizofrenia, pág. 41 (edición PRE-TEXTOS, 1988)
Territorialización Nómade
Acoplamiento y territorialización Mientras mayor sea la variedad de eventualidades que se ofrezcan en la calle, mayor será la posibilidad de establecer relaciones con éstas, ir a pág. 49, párr. 1
Por ejemplo, las delimitaciones pueden contener objetos donde acoplarse, lo cual no asegura la territorialización, ir a pág. 15, párr. 2
La territorialización es mutua incorporación de la multiplicidad / nómade y su multiplicidad/territorio, de esta forma las decisiones de desplazamiento son formuladas por todas las partes del cuerpo (mujeres, hombres, niños, animales, árboles, pastizales, etc.): El nomadismo territorializa en la medida que establece relaciones múltiples y bidireccionales; de acuerdo a las circunstancias, las partes se necesitan y se aprovechan, esto es, los grupos nómades deciden realizar actividades en la medida que el territorio y sus pobladores (multiplicidades humanas y no humanas), se lo permiten o impiden. La naturaleza está poblada, los espacios están poblados de árboles, plantas, aire, agua, piedras, aves, insectos, carnívoros, herbívoros, etc. Y a su vez las ‘manadas nómades’ son población de este espacio, pero no existe territorialización hasta que las poblaciones no se acoplen, o se engranen y trabajen en función mutua. El acoplamiento como fenómeno de entrelazamiento no es sinónimo de territorialización, más bien aparece como un prerequisito para ésta última, solo cuando el acoplamiento se despliega con un espacio (evitamos decir ‘EN un espacio’) en el sentido de participación equitativa. El doctor Humberto Maturana desarrolla este concepto como parte inherente de los seres vivos en la biología del conocimiento: “Esta necesaria complementariedad estructural entre el sistema determinado por su estructura y el medio, que yo califico de aco-
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Territorialización Nómade
plamiento estructural, es una condición de existencia para todo sistema.”7
En caso de lluvias, por ejemplo, la población nómade usará cuevas o árboles para cubrirse por lo que se desplazará hasta el lugar indicado; el espacio efectivamente provee de árboles y cavernas, las cuales no son refugio hasta que las poblaciones las utilicen como tal en las circunstancias adecuadas. Así, una caverna puede manifestarse como territorio de culto, de caza, de descanso, de alimentación, de refugio, de ceremonias, etc. dependiendo a la vez de circunstancias intrínsecas y extrínsecas de los pobladores del espacio: los significados que se establecen se acoplan, se extienden, desaparecen, etc. Una vez que los acoplamientos llevan al grupo nómade a convertir la caverna en refugio, los límites se hacen aparentes, se presentan espontáneamente: hacia el interior de la caverna la obscuridad marca el primer límite, y hacia el exterior de ésta el fin del refugio se manifiesta en la línea divisoria entre la zona seca y la zona mojada con lluvia. Estos límites pueden variar con la presencia de una fogata, con el cubrimiento con pieles, con la dirección de viento, etc. y luego simplemente el refugio desaparece cuando vuelve a salir el sol. Esta aparición de límites posterior al uso, es la territorialización. La territorialización nómade se lleva a cabo en forma de enjambre, parvada o manada, no se trata de desplazarse sin rumbo por azar; no hablamos de seres errantes, sino de poblaciones que se acoplan
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Los ‘espacios Sin-Nombre’ permiten darles un nombre momentáneo en relación al uso personal, así aquel que territorialice no se verá obligado a repetir los modos de uso de alguien más, ir a pág. 91, párr. 2
Para que los espacios para todos sigan existiendo, los significados entregados por alguien DEBEN desaparecer. Sólo así la posibilidad de acoplamiento está constantemente abierta, ir a pág.56, párr. 2
Podemos observar en los juegos infantiles, que las reglas y los límites también cambian de acuerdo a factores que son parte de la actividad, ir a pág. 56, párr. 1
7. MATURANA, Humberto. El sentido de lo humano, pág. 161 (DOLMEN EDICIONES, 1996)
Territorialización Nómade
La diferencia con los desplazamientos nómades es muy sutil, y tiene que ver con la falta de planificación y de expectativas del desplazarse, ir a pág. 12, párr. 1
Es necesario que los espacios estén incompletos en cualquiera de sus posibles formas, de lo contrario la territorialización no se lleva a cabo, ir a pág. 80, párr. 2
Así como los nómades, los niños han sido capaces de ver algún sentido en aquello que el espacio les ofrece, ir a pág. 49, párr. 1
La Territorialización nómade se da en los ‘espacios fuera’, sin embargo la territorialización infantil se produce en los ‘espacios dentro’, ir a pág. 14, párr. 2
con el espacio, es decir, que miden sus desplazamientos a partir de necesidades e intereses colectivos acoplados a las oportunidades de satisfacción que ofrece el espacio. La territorialización es la manifestación del territorio una vez que aparece el acoplamiento entre los espacios y los que lo pueblan: Es necesario acoplarse en y con el espacio para territorializar.
Conductas nómades en la ciudad actual Así, la territorialización muestra como la manera de habitar de la cultura nómada optimiza el aprovechamiento de los espacios disponibles para todos. El concepto de territorio es la manera en que los nómades manifiestan sus límites de acción temporal frente a un espacio neutro en cuanto a carga simbólica. A pesar que los nómades no habitaron ciudades, dentro de nuestra ciudad actual existen vestigios de comportamientos similares en los grupos de niños que juegan en las calles. Los niños, por diversas razones sociales, económicas y políticas se han transformado en pobladores de la calle, y es en este gran ‘espacio para todos’ donde son capaces de territorializar. Sus maneras particulares y múltiples de acoplamiento en la calle marcan límites momentáneos e invisibles, los que al igual que en la cultura nómada, producen procesos de territorialización.
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Territorialización Nómade
Las poblaciones infantiles funcionan a partir de una inocencia hacia los espacios disponibles, ante esto, los intereses diversos de los niños buscan el acoplamiento. Esto quiere decir que para los niños, los espacios donde desenvolverse son, a priori, neutros (carentes de significado preestablecido) y el encuentro con ellos hace aparecer posibilidades de uso de acuerdo a:
Para acoplarse con las poblaciones del ‘espacios para todos’ es necesario mantener un grado de inocencia, y así ignorar los significados preasignados, ir a pág.50, párr. 2
1. las circunstancias físicas dispuestas y, 2.las actividades propuestas por los niños.
Cómo territorializan los niños Por ejemplo, un grupo de niños quiere jugar fútbol. Las calles no ofrecen canchas de fútbol, solo hay calzadas, aceras, árboles, postes eléctricos, autos, etc. Para el niño, éstos no son más que poblaciones de los espacios: planos, niveles, verticalidades, inclinaciones, hitos, en general accidentes físicos. Los niños, guiados por sus intereses, vierten los significados de ‘terrenos de juegos’ y convierten la calle en territorio espontáneo de juego asignando funciones a los accidentes del espacio (postes como arcos, cuentas como líneas laterales, etc.). En este proceso los niños y la calle se acoplan, y el resultado no es ni una cancha de fútbol, ni una calle, sino niños jugando a la pelota, lo cual incluye nuevas variaciones tales como hacer rebotar la pelota en las fachadas y cunetas, evadir los peatones y autos, usar a los árboles como compañeros de juego, etc. A través del proceso de acoplamiento, los niños usan y dejan de usar espontáneamente los espacios y sus poblacio-
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Podemos observar en los juegos infantiles, que las reglas y los límites también cambian de acuerdo a factores que son parte de la actividad, ir a pág.56, párr. 1
El acoplamiento a través del juego es una más que la suma entre el niño y los elementos. ir a pág. 55, párr. 1
Territorialización Nómade
nes demarcando ‘límites de acción en el accionar’, este proceso donde se manifiestan los límites momentáneos espaciales de los juegos infantiles, es la territorialización.
Cuando los espacios permiten la territorialización infantil, no se seleccionan las conductas de algunos como las ideales, todo niño es bienvenido en el espacio ‘para todos’, ir a pág. 107, párr. 1
En el caso de los niños, la territorialización es parte fundamental en el entendimiento de su particular manera de organizarse y usar el ‘espacio para todos’, re otorgándole sentido a éste concepto, ya que esta singular manera de habitar involucra y permite el potencial acoplamiento de ‘todos’ los niños, en tanto que cuerpo diverso.
Resumen -El acoplamiento es el aprovechamiento espontáneo resultado de la necesidad del sujeto complementada y entrelazada con los ofrecimientos del medio. -El acoplamiento con el espacio y con sus poblaciones hace aparecer límites fugaces de acción. -La territorialidad es la manifestación de los límites de acción luego del acoplamiento en y con el espacio disponible. -Los límites manifestados en la territorialización son efímeros, permitiendo que adquieran nuevos significados constantemente.
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Territorializaci贸n N贸made
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Territorializaci贸n N贸made
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Relato Primero
“Quiero ser famoso”
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“U
n día llegué del cole-
gio a mi casa con la ropa toda mojada,
había
llovido
toda
la
mañana, así que estaba obligado a sacarme el uniforme del colegio y ponerme ropa de calle, cosa que me apestaba, mientras me cam-
Las actividades que se dan dentro de las delimitaciones sedentarias no permiten el acoplamiento instantáneo del niño. Éste se ve sumido a obligaciones impuestas. Delimitaciones Sedentarias, pág. 12
biaba el uniforme me llamaron para
almorzar.
Luego
estando
en la mesa, por la tele estaban dando noticias, cuando de repente muestran que el Callejón Lo Ovalle estaba lleno de agua. Así que sin importar la lluvia salí a buscar a mis amigos y contarles lo que estaba pasando en el Callejón ya que tal evento no podíamos dejarlo pasar.
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”
EL llamado a salir a ver el evento de la inundación del Callejón Lo Ovalle es tan fuerte que, para el niño, la lluvia no es un impedimento para salir a encontrarse con espacios de su propio interés. Territorialización Nómade, pág. 22
producciĂłn propia
El niĂąo estando en su casa se enfrenta a un espacio Delimitado y Nombrado. Dentro de ella, su comportamiento estĂĄ subyugado a las normas que impongan sus padres. Por esto, cuando sus inquietudes personales aparecen, opta por salir a la calle a encontrarse son sus pares y con sus espacios. 33
“A
l cabo de un rato ya estábamos todos listos para ir a mirar, nos fuimos directo al Callejón y efectivamente estaba todo inundado, pero los de la tele estaban en el paso nivel de la línea del tren y llegar hasta allí no era fácil ya que Avenida La Feria también estaba llena de agua y nos impedía cruzarla, así que nos devolvimos en dirección al norte y mientras viajábamos íbamos recogiendo piedras y lanzándolas a las posas que se iban formando con la lluvia y en más de alguna, siempre y cuando hubiese sido bajita pegábamos un salto sobre ella, para mojar a mis amigos con la explosión de agua. 34
”
Para llegar al lugar del evento de atracción los niños debieron escoger el camino siguiendo las posibilidades que se ofrecían en el espacio. En este caso la inundación de ciertas calles impedía el acceso por lo cual el desplazamiento fue desviado. Territorialidad Nómade, pág. 22
El desplazarse de manera callejera implica encontrar eventualidades para acoplarse con ellas, incluso si éstas no son el objetivo final del recorrido. Callejeo Infantil, pág. 46
Si el uso correcto de una calzada es la circulación vehicular y además para un adulto no es agradable mojarse intencionalmente en las pozas de la calle, para los niños son una excusa para inventar un espacio momentáneo de diversión El significado aprendido de los espacios, pág. 76
El niño mojado es parte del juego
Territorio de chapoteo
Los niños ya están en grupos, la presencia de pozas de agua en las orillas de la calle son parte de sus juegos, pero ésta situación debe darse en vías de circulación baja. El peligro en las calles es un inhibidor de juegos infantiles. Es necesario que el niño sea protagonista del espacio, para territorializarlo. El territorio se mide desde el punto de salto hasta la distancia de alcance que tenga la explosión de agua.
producción propia
El niño que huye del agua queda fuera del territorio de juego
35
“H
asta que llegamos al co-
munitario, ahí había menos agua podíamos cruzar. Al estar en la vereda del frente nos encontrábamos con una cosa de cemento
Esta ‘cosa de cemento’ mencionada, es parte el mobiliario urbano de la plaza del ‘comunitario’, los niño ignoraban su utilidad, lo que lo convertía en un espacio incompleto propicio para la territorialización. El significado aprendido de los espacios, pág. 76
que nunca supimos para qué era pero siempre nos subíamos porque era inevitable no hacerlo, además estaban
las
bancas,
que
eran
como culebras a las que siem-
El niño se encuentra con un espacio de condiciones adecuadas para convertirlo un ‘escondite’ . Pero sabemos que ese espacio residual no es un escondite, sino que el niño lo territorializa como tal. Territorialización Nómade, pág. 22
pre también nos subíamos y nos dimos cuenta que nos estábamos distrayendo de nuestro objetivo que era llegar al paso nivel.
36
”
El recorrido siempre tiene un objetivo a donde llegar, sin embargo lo interesante de callejear es que el ojo está siempre dispuesto a ‘distraerse’ y acoplarse a las eventualidades. Callejeo Infantil, pág. 46
Ángulo mucho mayor al de una rampa para caminar cómodamente, pero adecuado para jugar a hacer equilibrio.
La parte superior es lo suficientemente accesible para el niño.
80 cm
30 º aprox.
El adulto necesita peldaños de 20 cm. para mayor comodidad, así es espacio y sus eventos pasan desapercibidos
A pesar de que esta plaza contiene juegos infantiles de madera, estas ‘protuberancias de cemento’ en el suelo parecen más atractivas. Sus medidas son adecuadas para subir en ellas, tiene inclinaciones en ángulos propicios para deslizarse y un espacio residual en la parte inferior que puede usarse como escondite. Los niños ignoran o simplemente no consideran el significado de este evento, y lo usan a su manera. Los límites del territorio de juego se acotan a los del objeto en cuestión.
37
producción propia
80 cm
“A
sí dijimos, - vamos por
la línea del tren - , pero un amigo dijo que nos podía dar la corriente ir por la ahí puesto que
Los niños se comportan como un cuerpo único que toma decisiones de acuerdo a las condicionantes presentes en el espacio y que se acoplan a sus propias reglas. Territorialización Nómade, pág. 22
estaba toda mojada, donde otro respondió, - pero si los trenes no andan a corriente - , así se armó una discusión sobre como llegar al paso nivel. Yo no tenía idea como funcionaban los trenes así que me quedé callado y me dedique sólo a caminar, hasta que Alex nos dice, - vamos por la pandereta - y todos exclamamos ¡Si!
Así,
uno
a
uno
subimos
y nos pusimos a caminar a lo largo de la cima de la larga pandereta. 38
”
Bajo la lógica de los niños, el único camino posible era la pandereta de bordeaba la línea férrea. Evidente, la línea misma era peligrosa y el recorrido debía ser entretenido de acuerdo a los intereses infantiles. Territorialización Nómade, pág. 22
Si bien el muro está presente para impedir el paso hacia la línea férrea y evitar accidentes, los niños son capaces de ignorar de un modo inocente estas medidas de seguridad, y construir nuevos significados y modos de uso. Estamos frente a un acoplamiento del tipo nómade. Espacios de Condicionamiento, pág. 96
Sección de la pandereta
producción propia
30 cm.
Límite final indeterminado para la predicción, dependerá del largo del muro o de nuevas eventualidades que atraigan la atención de los niños
A partir del acoplamiento con la pandereta, se expresa un territorio lineal que abarca desde el punto de partida elegido por los niños hasta que ellos mismos decidan descender. El juego de equilibrio manifiesta destrezas físicas que se desarrollan en la etapa de la niñez, durante la cual es considerada, al menos por los propios niños, como una actividad seria y necesaria. La pandereta tiene un ancho de aprox 30 cm. suficientemente ancha para permitir caminar sobre ella, y suficientemente angosta para crear un juego.
39
“P
or fin llegamos al paso bajo nivel, donde había mucha gente mirando el gran espectáculo de inundación, pero no veíamos a los de la tele por ningún lado, seguramente ya se habían ido. Entonces el Tavo nos dijo, -crucemos la línea por arriba del paso nivel- Pero a mi me daba mucho miedo, ya que no era como otras veces, ahora estaba lloviendo, y abajo estaba inundado con agua como una gran piscina, la sensación era muy distinta a hacerlo como siempre. A mis amigos les ocurrió lo mismo así que nos quedamos en el borde, el Tavo empezó a caminar hasta llegar al medio del paso nivel y bajó al muro que esta debajo de la línea y así quedó a muy pocos metros del agua... 40
”
Los niños ‘normales’ no deberían jugar sobre el puente de una línea férrea menos aún en un día de lluvia. Pero lo importante para los niños era salir y soñar con estar en televisión. Delimitaciones Sedentarias, pág. 12
El miedo impidió que todos entraran en el intersticio entre la línea y el pilar, mostrando como el acoplamiento puede ser tanto positivo como negativo. Los elementos del espacio ofrecen posibilidades que permiten o que impiden la territorialización Territorialización Nómade, pág. 22
Es espacio es adecuado para que un niño entre, y a pesar del peligro, la jerarquía dentro del grupo también influye en las capacidades de acoplamiento
150 cm. aprox.
El ‘Tavo’, que podemos ver introduciéndose en la línea férrea, tiene dos años más que el resto del grupo, por lo tanto y por su condición de líder, es aquel cuyas destrezas físicas están más desarrolladas y más a la vista,. El resto de los niños no osa entrar con él debido a la inundación del paso bajo nivel. Esta situación explica que si bien al parecer, los niños son capaces de todo, si son consientes de sus limitaciones.
producción propia
La inundación 200 cm. es una provoca aprox. miedo en los niños, y limitan sus juegos.
41
“...M
ientras estaba allí, llegó el tío del Tavo que al igual que nosotros fue a mirar este acontecimiento que estaba saliendo en la tele, pero para nuestra mala suerte vio al Tavo caminando por sobre la línea, justo antes de esconderse entre el muro y la línea del tren que pasaba por sobre su cabeza y éste le gritó que se fuera para la casa. Así perdimos la oportunidad de ir a jugar al semáforo que estaba en la otra esquina y tirarnos como bomberos, porque teníamos miedo de que nos pillaran a nosotros también. De todas maneras ya estaba empezando a llover fuerte nuevamente y no estaba la tele para hacernos famosos.
”
42
La presencia del ‘tío del Tavo’, es decir, un adulto, comienza a inhibir las actividades de juego. Aquí se hace gráfica la idea del castigo como inhibidor del juego. Espacios de Condicionamiento, pág. 96
El juego de los bomberos no es más complejo que dejarse deslizar aferrado al pilar del semáforo. Se trata de una simulación simplificada del mundo adulto. El interés no está en expectativas como salvar gente o apagar incendios, sino en el hecho mismo de deslizarse, porque es divertido. El juego como acoplamiento, pág. 54
Aunque éstos niños no lograron su cometido original que era ser captados por las cámaras de televisión, el desplazamiento callejero les permitió aprovechar de las eventualidades que aparecieron durante el recorrido, y eso es mucho más enriquecedor como experiencia para un niño. El callejeo infantil, pág. 46
El semáforo cumple una función permanente en el mundo adulto, pero mientras los niños se acoplan con él se transforma en elemento de juego
200 cm. Altura suficiente para que el lanzarse sea significativo para simular ser bomberos
La disposición de los semáforos, a unos 50 cm. de los zócalos que nivelan las aceras, son usados por los niños para lanzarse por ellos a la manera de los bomberos que han visto en televisión. Esta condición es única en el sector debido al paso bajo nivel de la avenida Lo Ovalle, esta característica conforma un espacio incompleto, que mezclado con la imaginación infantil genera un juego tal que merece el recorrido para llega hasta este lugar.
producción propia
La escalera cercana facilita el ascenso al zócalo para volver a lanzarse
43
44
Callejeo Infantil
El desplazamiento callejero hace aparecer oportunidades de territorializaci贸n
45
Callejeo Infantil
Circulación El circular o transitar en la ciudad es una de las prácticas más cotidianas que efectuamos, siempre por algún motivo tenemos que salir al ‘espacio para todos’ y trasladarnos hacia algún lugar. Para realizar esta actividad el ‘espacio para todos’ consta con todas las condiciones para su desarrollo, así el peatón tiene la acera para caminar, los vehículos motorizados tienen las calzadas, etc.: el espacio diseñado está resuelto para su función de circulación. Debemos entender el circular como recorridos funcionales en forma de circuito (en forma de círculo), donde la idea es llegar a un ‘lugar-objetivo’, y no interesándose necesariamente en los posibles atractivos que tuviera el itinerario en sí. La circulación es cíclica (de la casa directamente al colegio, a través del camino más corto y rápido, y viceversa), y por lo tanto se hace, muchas veces, rutinaria. El circular usa la ciudad como vía estructural de conexión, de acuerdo a lo planificado en ellas. Los espacios de circulación que estamos tratando están perfectamente delimitados y privatizados en cuanto a significado, modo de uso y tipo de usuario, para así acotar los tipos de movilidad, velocidades, tamaño, etc. Por ejemplo la calzada tiene ciertas medidas que están en función de los vehículos motorizados, la materialidad también está pensada para el vehículo, además se considera factores como el de la velocidad para el diseño o ubicación de elementos en la calzada, etc.
46
Los planificadores aplican medidas espaciales para que las condiciones sean lo más apegadas posible a los que ellos esperan que suceda, ir a pág. 97, párr. 2 Cuando el diseño es tan explícito, no deja la alternativa de proponer el uso, ir a pág. 112, párr. 2
La manera de ir desde un punto a otro en el ‘pastoreo’ responde al término ‘circulación’ planteado en el artículo ‘Callejeo Infantil’, ir a pág. 12, párr. 1
La circulación es un ejemplo categórico de delimitación en el ‘espacio para todos’, ir a pág. 13, párr. 2
Callejeo Infantil
La Planificación Conductual, intenta indicarnos el modo correcto de circular a través de variables de diseño. ir a pág. 96, párr. 1 Actualmente, estar al tanto del uso de un espacio, es producto del aprendizaje, no del descubrimiento propio ir a pág. 89, párr. 1
Habitar los espacios a la manera impuesta ha dejado una marca tan fuerte, que ya casi no cuestionamos si es legítimo o no. Ir a pág 97, párr. 3
Detrás del diseño del ‘espacio para todos’ esta el planificador, éste es el que provee y designa cuales son los límites de los espacios de circulación, sin embargo el planificador no es el encargado de comunicar de manera personal a los otros y más específicamente a aquellos que están recién relacionándose con el ‘espacio para todos’ que son los niños, de cómo se debe usar dicho espacio, esta misión instructiva queda asignada al diseño de los espacios de circulación. La transmisión del conocimiento de como usar las calles pasa desde un usuario más experimentado hacia los nuevos usuarios o por la simple observación de cómo otros los usan: por la acera se camina, por la ciclovía se circula en bicicleta, la calzada es para el vehículo, en las esquinas el peatón se detiene antes de cruzar la acera, etc. Esta manera de habitar la calle, es en cierta forma una manera de sumisión ante lo dictado en el ‘espacio para todos’, donde el habitante no propone como quiere vivir estos espacios, solo se asume que hay que circular como está manifestado en su diseño o como nos ha enseñado, tanto de palabra, como por imitación de lo que vemos.
El Desplazamiento Callejero En cambio existe una manera distinta de habitar el espacio para todos, esta se realiza cuando uno se sale de la idea de circular funcional impuesta y co-
47
Callejeo Infantil
mienza a desplazarse por las calles según uno cree como de moverse, motivado por diversos factores que puede encontrar en la calle y no necesariamente los dictados para desplazarse, a esto lo llamamos callejear. “...tenemos que recuperar la vida matrística de la infancia, y para ello tenemos que atrevernos a ser nosotros mismos, atrevernos a dejar de aparentar, atrevernos a ser responsables de nuestro vivir y no pedirle al otro que dé sentido a nuestro existir.”8 Y es en la niñez donde el ca-
llejear es algo puro, andamos en la calle como uno cree que debe andar, sin ideas impuestas. En este tipo de habitar en la calle, tiene como característica que la relación con el espacio para todos es mucho más compleja, los factores involucrados son más variados e interactivos, a diferencia del caso anterior, donde la circulación se relaciona de manera más simple, el circular cotidiano no pasa más allá de andar por la vereda y quizás irse por la sombra si hace calor. Pero no mucho más que eso. La experiencia de callejear se empieza a vivir a partir de la infancia y no desde la etapa de bebé, ya que aun no existe una conciencia plena de las cosas que hacemos y que a la hora de estar en el espacio para todos no pasa por una decisión personal, en cambio en los niños ya hay una mayor autonomía al momento de decidir de querer estar o no en la calle. Y es en la experiencia callejera donde aprenderá a conocer el espacio para todos de manera auténtica, que según Christopher Alexander esto además lo llevará a otras consecuencias “Si los niños
Es en un estado de ingenuidad (propio del niño) que el paseante logrará relacionarse genuinamente con un espacio, permitiendo que sea él (paseante) quien otorgue valor, mientras se desenvuelve en dicho espacio. ir a pág 16, párr. 3
El aprovechamiento espacial de la calle, es producto de la entremezcla compleja de variables constructivas, sociales, educacionales, emocionales, etc, ir a pág. 82, párr. 1
El desplazamiento callejero es la oportunidad de exploración autónoma del niño, donde puede encontrar eventos donde territorializar y legitimarse en su niñez, ir a pág. 16, párr. 2
no son capaces de explorar todo el mundo de los adultos
48
8. MATURANA, Humberto. El sentido de lo humano, pág. 53 (DOLMEN EDICIONES, 1996) 10. ALEXANDER, Christopher, un lenguaje de patrones: ciudades, edificios y construcción. Pág. Nº 274, 1980
Callejeo Infantil
que le rodea, nunca llegarán a ser adultos”9 Mientras mayor sea la variedad de eventualidades que se ofrezcan en la calle, mayor será la posibilidad de establecer relaciones con éstas, ir a pág. 23, párr. 1
Así como los nómades, los niños han sido capaces de ver algún sentido en aquello que el espacio les ofrece, ir a pág. 25, párr. 2
La eventualidad callejera se presenta igualmente ante niños y adultos la diferencia radica en la capacidad infantil de verlas y asombrarse con ellas, ir a pág. 57, párr. 2
En un recorrido callejero uno puede encontrar distintos tipos de eventualidades, algunas producidas por algún agente social, por situaciones naturales (lluvias, aparición de frutos en los árboles, sombras, viento, etc.) o por elementos cotidianos de la calle que resulten llamativos (la luz de algún foco, un grifo, un cartel, etc.) “Estos patrones de acontecimiento que crean el carácter de un lugar no son, necesariamente, acontecimientos humanos”11 donde estas eventualidades nos afectan tanto como las eventualidades sociales, dice Christopher Alexander. Que dentro de una actitud callejera, difícilmente uno dejaría pasar por alto. Ahora, para un paseante infantil, muchas de las eventualidades callejeras, son bastante atrayentes, debido a la poca experiencia de relacionarse con ésta, ya que recién esta afrontándola y sobre todo si esta solo, ya que no hay nadie que pueda darle explicación a todo y perder su curiosidad, a diferencia del paseante adulto que esta más acostumbrado a las eventualidades callejeras y es mucho más cauto para relacionarse con éstas. El niño al entrar en contacto con eventualidades, por ejemplo: ver pozas producidas por la lluvia, hallar frutas en un árbol, encontrar una calle que están pavimentando, captar un grifo abierto, etc. se activa en éste la curiosidad de aquello que esta recién viviendo o que hace muy poco tiempo lo vivió y le resulto entretenido estar en contacto con esto
11. Idem, pág. 65
49
Callejeo Infantil
y querer disfrutarlo nuevamente. Para el niño la calle es más que un espacio conector, que enlaza espacios de destino, es todo un mundo servido para explorarlo, la calle nunca es igual, todos los días hay algo distinto que afrontar, un viento fuerte, muchos niños en la calle, cuando cambiaban los cables de los postes y arrojan trozos de cobre, etc. En fin la calle todos los días es distinta, tiene vida propia. O como lo diría Christopher Alexander “La vida de una casa o de una ciudad no esta
Para ver a la calle como un espacio vivo que cambia constantemente hay que desprejuiciar la mirada y no asumir que los eventos son ya conocidos, ir a pág. 90, párr. 2
dada directamente por la forma de sus edificios ni por los ornamentos y los planos... está dada por la cualidad de los acontecimientos y las situaciones que allí encontramos”.12
El contacto ingenuo con las eventualidades, donde el niño juega con estas, hace aparecer el acoplamiento y desde allí se desprende la territorialización infantil. Para llegar a un instante como este, fue necesario que el niño tuviera una postura callejera lúdica, donde se enfrentaría a un mundo casi en su totalidad delimitado, pero gracias a su condición de infante y todo lo que significa esto, el niño es capas de pasar por encima los significados ya dados a los espacios y sus elementos que lo conforman, y descubrir un potencial a ser desarrollado en el espacio para todos y este se hará carne a través del jugar con el espacio ofrecido, es así que el niño se hace parte del espacio como un elemento más, que esta aportando para llegar a configurar la territorialización y la mejor manera para hacer esto, es con lo que ellos saben mejor hacer que es jugando. “El niño… y su transcripción privada u oculta es su vida de juego”13 y es en la calle donde hay un mayor ofrecimiento
para su transcripción privada o vida de juego, ya que sus transcripciones publicas están asociadas a espacios delimitados (su casa y escuela).
50
12. Idem, pág 66 13. SUTTON-SMITH, Playing and affective time-spaces
Para acoplarse con las poblaciones de los ‘espacios para todos’ es necesario mantener un grado de inocencia, y así ignorar los significados preasignados, ir a pág.26, párr. 1
En los espacios para alguien y para algo, el niño no tiene espacio de propuesta, incluso en su propio dormitorio, ir a pág.15, párr. 3
Callejeo Infantil
Es en el proceso de adultización, donde el niño empieza a perder o a negar la territorialización innata, y opta por seguir ‘conductas sedentarias’, ir a pág. 82, párr. 2
A pesar de todo lo anterior esta modalidad en los niños en algún momento llega a su fin, mientras el infante aun no llega a la etapa final de su niñez, éste se desenvuelve sin ningún tipo de vergüenza en su callejear, además que existen otros que actúan de la misma manera que él, que son sus pares. Sin embargo esto tiene su fin en algún momento y esto pasa por múltiples razones, pero principalmente ocurre por que el niño empieza a sentir pudor de hacer cosas en la calle, que los grande no hacen y comienza alinearse con la conducta de los mayores, es decir en vez de callejear de manera infantil, éste circula por las calles como adulto. Este es el primer paso para empezar a transformarse en adulto y esto se gatilla por el despertar sexual y allí donde empiezan a manifestarse las primeras limitaciones tanto con las cosas (las poblaciones del espacio para todos y eventualidades de ésta) y consigo mismo.
Resumen -Circulación entendida como actividad funcional del espacio para todos. -Desplazamiento, recorrido afectado y enlazado por las eventualidades. -Eventualidades son de varios tipos: sociales, naturales y físicas. -Callejeo como actitud personal, que se enfrenta a la calle como un mundo por manipular.
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El juego como acoplamiento El juego es un m茅todo para lograr la territorializaci贸n
53
El Juego como acoplamiento
Cuando comienza el juego “El juego se identifica con la infancia. La infancia representa un extraordinario invento social. La selección biológica ha ido extendiendo la duración de este período de inmadurez en los mamíferos más desarrollados. Durante él los miembros adultos actúan como amortiguadores de las exigencias del mundo exterior.”
Los niños, en tanto que población en la calle, se agrupan y se encuentran con otros niños, de esta forma se hace patente la autoconciencia y el autoreconocimeinto como un ‘alguien’ perteneciente a un ‘todos’ frente a sus pares. Los niños se autoreconocen como tales en la medida que se identifican dentro de la ‘manada’. Esta autoconciencia de ser diferentes a los adultos y a la vez semejantes a otros niños, marca el comienzo de la niñez y por ende marca también la aparición del juego como conducta innata y primordial para la territorialización en las calles. Humberto Maturana comenta al respecto que “...el niño acepta la mano que uno le ofrece, acepta
Aunque los niños puedan callejear y territorializar en las calles solos y no en grupo, siempre debe darse en la autolegitimación de pertenecer al ‘grupo niños’ entendiéndolo como grupo autoconsiente y distinto a los adultos. Es un grupo que no privartiza los espacios. Ir a pág. 22, párr. 1
la convivencia con uno, pero lo hace sólo cuando está reconocida su dignidad, no como una reflexión, sino como una acción que lo trata como un legítimo otro en la convivencia.”15 Así se enuncia el proceso infantil del juego
callejero.
El núcleo familiar representa la unidad organizativa de las sociedades sedentarias, es el fundamento del funcionamiento para el alcance de los objetivos que se construye dicha sociedad y cumplir las expectativas a futuro. Esta visión sedentaria y adulta,
54
El concepto de seriedad ante las actividades es un constructo social adulto y sedentario, el cual es parte de lo que se debe aprender para ser parte de dicha sociedad, ir a pág. 79, párr. 3
14. LIZANA, José. Juego, Aprendizaje y Creatividad – Facultad de Educación P.U.C. (1999) 15. MATURANA, Humberto. El sentido de lo humano, pág. 50 (DOLMEN EDICIONES, 1996)
El Juego como acoplamiento
El acoplamiento a través del juego es una más que la suma entre el niño y los elementos. ir a pág. 26, párr. 2
El juego actúa como contrapunto a las actividades productivas, ya que no existe la idea de expectativa. ir a pág. 96, párr. 2
El juego es también una situación de acoplamiento mutuo donde las decisiones no son impuestas ni por el espacio ni por los niños, sino en mutua incorporación, ir a pág. 22, párr. 2
aparece en los niños en el simple disfrute de acoplarse con un grupo de lápices de diferentes colores y tamaños, y crear un juego. Jugar a que los lápices son una familia. En el acoplamiento del niño con su caja de lápices se manifiesta un juego, en el entrelazamiento de los factores intrínsecos (imagen de familia, actitud infantil en general) y los extrínsecos (desgaste de los lápices por el uso) en una sola estructura, aparece un nuevo cuerpo en acoplamiento momentáneo, efímero e inocente, ya que si “la inocencia es la actitud que lleva a la visión, y no a la ceguera… los niños son capaces de ver la oportunidad de acoplamiento”16 y por lo tanto de jugar, entendiendo que “el juego es cualquier actividad que se hace por sí misma, sin atender a las consecuencias. Inocencia y juego son nociones congruentes.”17
El juego con el espacio Al contrario del uso que pueda dar un adulto a sus espacios (procesos de delimitación e instrucción), los niños territorializan la calle esbozando límites que aparecen luego del acoplamiento con ésta, a través del coejercicio niño-calle (proceso de acoplamiento) ambos componentes y sus subcomponentes forman un cuerpo en el que se entrelazan y crean juegos que ponen de manifiesto la territorialización, de esta forma al igual que en las prácticas nómades, los límites de sus territorios se hacen visibles como consecuencia del acoplamiento. Los niños territorializan en la medida que juegan con la calle.
16. Idem, pág 59 17. Idem, pág 58
55
El Juego como acoplamiento
El acoplamiento de los niños con las calles se produce a través del interés innato de jugar. Ambos, niños y calles, crean una manera divertida de acoplamiento basada en el juego, esto es, los usos que el niño asigna a la calle son valores, significados e interpretaciones propias que si bien nacen de la información recibida desde el mundo de los adultos, manifiesta actividades de simulación de aquel mundo. Son entrenamientos fáciles que recrean situaciones y roles serios que encontramos entre los adultos. De esta forma un arbusto puede transformarse una nave espacial los niños en su tripulación. Los límites espaciales aparecerán una vez efectuado el acoplamiento y variarán constantemente y cuando sea pertinente según varíe el juego en sí, por ejemplo, si la tripulación aumenta, si se aterriza en un nuevo planeta, si se plantean nuevas misiones, etc. “Esta relación tiene que darse en una plena aceptación en el encuentro en el juego corporal inocente, en el encuentro en el que ocurre, ocurre allí, no en función de las consecuencias.”18
El acoplamiento infantil se manifiesta normalmente mediante el acto de jugar, éste puede realizarse tanto con objetos como con espacios, ir a pág. 14, párr. 3
El juego incluye la noción de simulación, en que todo adquiere nuevos roles que recrean e imitan situaciones aprendidas desde el mundo de los adultos, ir a pág. 16, párr. 3
Podemos observar en los juegos infantiles, que las reglas y los límites también cambian de acuerdo a factores que son parte de la actividad, ir a pág.26, párr. 2
El cambio de significado A través de la ignorancia (e inocencia) propia de los niños frente al conocimiento acumulado de las sociedades sedentarias (y adultas), ellos son capaces de volcar en el espacio significados nuevos, propios, espontáneos y efímeros. Esta es la territorialización nómade, en la que los significados de los espacios son temporales y se desvanecen cuando el acoplamiento ya no es necesario: la caverna deja de ser
56
18. Idem, pág. 75
Para que los espacios para todos sigan existiendo, los significados entregados por alguien DEBEN desaparecer. Sólo así la posibilidad de acoplamiento está constantemente abierta, ir a pág.24, párr. 2
El Juego como acoplamiento
refugio, así como el árbol deja de ser nave espacial, y ambos vuelven al estado incompleto, neutro y carente de valor/significado preestablecido (al menos para los niños y los nómades. En los casos contrarios parece evidente afirmar que un corral de ganado siempre será un corral de ganado para un sedentario, y una parada de buses siempre lo será para un adulto. La eventualidad callejera se presenta igualmente ante niños y adultos la diferencia radica en la capacidad infantil de verlas y asombrarse con ellas, ir a pág. 49, párr. 2
Aquellos que han perdido la ingenuidad, utilizan los ‘espacios para todos’ actuando de manera coherente con lo dictado como ‘correcto’, ir a pág. 77, párr. 2
La calle se presenta ante los niños como un tablero de juego, pero un tablero sin casillas, ni líneas, ni reglas predefinidas que gobiernen el o los tipos de juegos a realizarse en él: un tablero en blanco con accidentes físicos sin valor asignado de antemano. Ya que los niños (pedagógicamente llamado “educandos”) no han sido instruidos aún en las prácticas adultas, los accidentes de dicho tablero son agentes que les impiden o permiten acoplamientos indeterminados, (hasta podríamos decir infinitos), los cuales siempre dependerán de los intereses momentáneos intrínsecos de estos niños, luego podemos afirmar que la calle está ‘incompleta’ para los niños; no así para los adultos ya que estos están informados acerca de las delimitaciones y privatizaciones de significado, antes de acceder a su utilización.
El cambio de significado depende de la configuración espacial y de la pretensión individual. Por esto los significados propuestos son múltiples incluso viniendo de una sola persona, ir a pág. 91, párr. 2
Un árbol en la calle puede ser una torre de vigilancia, un cohete espacial, arco de fútbol, escondite, base militar, capacha, casa, etc. y una gran cantidad de posibilidades más cuyo potencial de diversificación es tanta como tantos niños existan. Esto hace que la lista de posibles juegos que aparezcan en los aco-
57
El Juego como acoplamiento
plamientos niños/calles parezca interminable. Pero es necesario aclarar que los significados posibles que podamos encontrar, carecen de importancia en sí mismos, lo que cobra valor finalmente es que ninguno de estos roles que jugaría un árbol para los niños permanece más allá del juego; el significado desaparece, dejando abierta la oportunidad a otros niños de explorar y acoplarse al árbol, jugar CON él (no jugar EN él) y territorializar.
Resumen -El juego es la actividad intrínseca de la conducta infantil. -El juego es un método innato en los niños para acoplarse con objetos y espacios. -Cuando el juego se da en la calle, el niño se legitima, vierte sus significados de juegos en el espacio para todos (se acopla con él) y territorializa
58
La importancia entre jugar CON el espacio y no EN él, define por qué las calles pueden ser más atractivas que las zonas definidas para jugar, ir a pág. 98, párr. 2 y pág. 16, párr. 1
El Juego como acoplamiento
59
60
Relato Segundo
“No tengo sal”
61
“H
abía salido del colegio más
temprano de lo común, eran como las 12, me encontraba en Gran
Existe un primer acoplamiento muy sutil del niño con los espacios de sombra, ante la eventualidad momentánea de la estación calurosa.
Avenida y quería ir a mi casa por
Territorialización Nómade, pág. 22
un lugar tranquilo, así que opté por
Quizás ante la ausencia del calor excesivo, el recorrido sería por otra calle.
unas calles que tenían poco transito y muchos árboles que daban una gran sombra, mientras iba caminando me dedicaba a mirar casas. Me llamó mucho la atención que a diferencia de las casas de mi barrio, éstas eran notoriamente distintas entre sí, unas más lindas que otras y todas con grandes antejardines. 62
Grandes árboles que ofrecen sombra en un día soleado.
”
Callejeo Infantil, pág. 46
La ‘Séptima Avenida’ presenta características formales atractivas para el niño. A partir de éstas él opta por recorrerla en una actitud callejera llegado incluso a veces a no tomar los caminos directos para llegar a su destino. Callejeo Infantil, pág. 46
El interés por el desplazamiento callejero radica en el hecho mismo de recorrer, no de llegar, es por esto que las decisiones de recorrido siguen patrones de atracción presente y no de expectativa futura Callejeo Infantil, pág. 46v
producción propia
Éstos árboles tiene una densidad adecuada en verano para dar sombra que recrea un mundo alternativo en la imaginación del niño, llevándolo a un paseo de descubrimiento en la naturaleza
La eventualidad se relaciona con la época de verano, donde el calor hace parecer como punto de partida atractivo, el caminar pausadamente bajo la luz tamizada bajo las hileras de árboles, y aunque el niño esta recorriendo el camino hasta su casa es capaz de tomar rutas más largas pero que se acoplen con sus necesidades de callejeo. 63
“R
ecuerdo
especialmente
una
de esas casas, que tenía una gran cantidad de duendes esparcidos por todos lados, durante un buen rato
Callejeo Infantil, pág. 46
La ambientación del jardín como un cuento de duendes , ayuda a evocar juegos imaginativos en el niño. El espacio invita al niño a jugar que está en un mundo alternativo
me quedaba mirando por la reja
El juego como acoplamiento, pág. 54
para llegar a descubrir la ubica-
En este caso el acoplamiento es sólo visual, impidiendo la territorialización
ción de todos y cada uno de los duendecillos. Mirando el paisaje, me imaginaba
viviendo
en
un
bosque
y jugando con aquellos personajes de fantasías, pero siempre estaba la reja que me impedía estar con ellos. Simplemente no podía continuar mi juego, porque no era mi
Territorialización Nómade, pág. 22
El jardín es un espacio para alguien, es decir, una delimitación. Delimitación Sedentaria, pág 12
La única manera de territorializar este jardín privado, sería transgrediendo las reglas y entrando en él, pero la reja aparece como un elemento de castigo, impidiendo dicha transgresión. Espacios de Condicionamiento, pág. 96
”
producción propia
jardín.
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El callejeo permite mirar y encontrarse con eventualidades que permiten el acoplamiento.
El mundo de las leyendas y los cuentos infantiles se aparece frente a los ojos del niño. Éste desearía entrar en el jardín de esta casa y quedarse a jugar con los duendes, dejando de lado su recorrido hasta su casa. La reja (de gran altura y de barras firmes y densas) que manifiesta la privatización del espacio es el impedimento físico y tangible que recuerda al niño su posición dentro del mundo adulto que restringe los usos imaginados.
producción propia
La fotografía muestra el jardín actualmente que ya no tiene los duendes de yeso, y que además es mucho más pequeño que la imagen en la memoria del niño que hizo este recorrido
65
“D
espués de estar allí me di cuenta que los árboles tenían unos elementos colgando que eran como cocos pero con puntas, el único problema para sacar los cocos es que estaban muy alto y los troncos de los árboles eran muy lisos. Para suerte mía, aquellos árboles estaban cerca de las casas, así que me subía y estiraba las manos, logrando así sacar algunos de los cocos, lo único malo era que no se podían comer, sólo servían para tirarle a los perros o gatos. Así me fui buscando por donde sacar más cocos ya que se acababan muy rápido mis municiones y de un árbol sólo podía sacar cinco como máximo.
66
”
El acoplamiento pasa de un nivel visual a uno más directo, ya que existe el contacto físico táctil con el elemento atractivo. Territorialización Nómade, pág. 22
El acoplamiento se lleva a cabo con objetos, aún no hay espacialidad en el accionar. Territorialización Nómade, pág. 22
Puntos de acoplamiento Territorialización Nómade, pág. 22
La reja, que fue en un momento, elemento que castigo, es reinterpretada por el niño a través de la inocencia, cambiándole el significado y aprovechándola para su propio interés. El significado aprendido de los espacios, pág. 22
El plátano oriental es un árbol cuya copa generalmente está a más de dos metros de altura y su tronco no es fácil de subir por un niño, de manera que éste se ve en la obligación de recurrir a las rejas cercanas para subir y alcanzar su objetivo, que en este caso es sacar los frutos del árbol. El mero acoplamiento son esta reja no es parte de un juego como tal ni tampoco produce una territorialización.
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producción propia
La altura de los frutos del árbol de este caso, está en directa relación con donde se apoyará el niño sobre la reja. Ya que el subirse en ella tiene un objetivo claro y preciso.
sto me llevó a ir zigzagueando por las calles hasta llegar a la pasarela de Panamericana, por lo cual no me debía desviar mucho. Hasta que por fin llegue a la pasarela y estando arriba veía pasar los autos por debajo y me entretenía lanzando saliva y ver si podía darle en el parabrisas a los autos, hasta que me aburrí y bajé corriendo la pasarela. Bajar corriendo tenía una suerte de incertidumbre, ya que la pasarela tenía forma de espiral, y así se hacía difícil saber lo que venia más adelante, pude haber chocado con algo o con alguien. Bueno, al fin bajé y no choqué con nada, a esas alturas ya tenía un poco de hambre así que fui a buscar algo para comer y que mejor alimento que el que me daba gratis la calle.
”
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El uso alternativo que hace el niño, es decir, correr por el acceso de la pasarela por el placer de hacerlo, ejemplifica un primer acercamiento a la territorialización. Callejeo Infantil, pág. 22
El niño entabla un dialogo con el espacio a través de la creación de un juego personal. El niño está jugando con el espacio. El juego como acoplamiento, pág. 54.
Para un adulto, La pasarela es sólo eso, cuando un niño imagina una actividad divertida con ella, aparece momentáneamente un territorio de juego infantil. Cuando el niño deje de jugar allí, volverá a ser una pasarela. Territorialización Nómade, pág. 22
producción propia
“E
Quizás la zona de más importancia en una pasarela es el trayecto del puente, sin embargo el niño aprovecha más los accesos, debido a su forma menos monótona
La pasarela y su curiosa forma, se presenta ante el niño como un espacio listo para usarlo a su manera, incluso a pesar que éste sepa que la función de la estructura es cruzar la calle.
La particularidad de esta pasarela en la Gran Avenida J.M. Carrera, consiste en ser en espiral, y tal como se relata, el interés está en correr girando sin saber muy bien que pudiera aparecer en el trayecto. En la fotografía se pueden observar las reales dimensiones de la pasarela. El dibujo está hecho en base a los recuerdos relatados, así es posible darse cuenta que producto a la relación de juego que existió con este espacio, el niño tiene una imagen de pasarela más alta y con un recorrido casi interminable.
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producción propia
Las medidas de la pasarela se acomodan a la función de desplazamiento. Se trata de una delimitación, por lo tanto el juego que en ella se desarrolla tiene relación también con el desplazamiento
“Y
o ya sabía donde buscar, así que me dirigí donde se encontraban árboles de ciruela. Los primeros los encontré a una cuadra de la pasarela, aun estaban verdes, sacar ciruelas aquí era muy fácil ya que era un lugar muy solitario y no había nadie que me obligara a bajar del árbol. Mientras sacaba las frutas me acordé que en la plaza del Sankuokai habían más ciruelos y me fui directo hacia allá comiéndome las ciruelas verdes, echando de menos un poco de sal. Llegando a la plaza saqué frutas por un buen rato, incluso más de lo que necesitaba ya que quería guardar algunas para llevarlas a mi casa y comerlas con sal. Ya estaba un poco cansado de caminar y me quedé un rato descansando arriba del ciruelo.
”
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La copa de un árbol, aunque es llamada de esta forma, es un Espacio Sin-Nombre, porque su espacialidad no se relaciona con ningún uso, propiciando la introducción de un nuevo significado. Espacios Nombrado y Sin-Nombre, pág. 88
La nueva espacialidad que aparece cuando el niño reinterpreta su significado desaparecerá cuando él baje del árbol. Territorialización Nómade, pág. 22
Las ciruelas, la sombra y las ramas son elementos que se ofrecen al niño y que satisfacen su necesidad momentánea de reposo y tranquilidad. Callejeo Infantil, pág. 46
Esta situación es un claro ejemplo de la territorialización, ya que el acoplamiento se lleva a cabo con el espacio de copa del árbol. Territorialización Nómade, pág. 22
170 cm
La altura de las ramas del ciruelo hacen aún más atractivo venir a territorializar su copa
Una vez más, la estación de verano posibilita la aparición de atractivos dentro del callejeo. Las ciruelas comienzan a aparecer en este período del año, razón de sobra para subirse al árbol, recolectar frutas y descansar en un rama. La territorialización se concretiza dentro del Espacio Sin-Nombre descubierto por el niño en la copa del ciruelo. Sus límites se acotan de acuerdo al alcance de sus extremidades y a la accesibilidad de las ciruelas.
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producción propia
La contextura rugosa del tronco del ciruelo presenta puntos de acoplamiento como nudos y deformaciones, para facilitar el ascenso en él.
“A
l cabo de un rato tomé
rumbo hacia mi casa por el camino que va por detrás de la gran copa de agua, donde hay una gran muralla, pero muy difícil de subir. Logré
encaramarme
y
la
A pesar de las dificultades para subirse al muro y a lo peligroso que pueda ser, el niño es capaz de dialogar con este muro. El niño quiere caminar de manera divertida y el muro le ofrece la posibilidad de hacerlo. El muro y el niño son co-autores de un mismo juego. El juego como acoplamiento, pág. 54
reco-
rrí por completo haciendo el mejor de mis esfuerzos para no perder el equilibrio. Llegando al otro extremo me bajé producción propia
con dificultad y con un poco de susto por la altura que tenía. Así después
de
un
rato
llegue
a
mi
casa, fui a la cocina y saqué mucha sal.”
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Esta fotografía muestra la situación actual de aquel muro. Hoy tiene rejas y alambre de púas, o que para el niño que quiera subir no tendrá un significado de seguridad o protección, sino de castigo
producción propia
¿Por qué es tan atractivo para un niño caminar largos trayectos sobre un muro? Quizás la respuesta técnica no es lo más relevante, más bien comprender que el hecho mismo ocurre como manifestación de a través de la inocencia y la necesidad infantil innata de jugar, es capaz de reinterpretar los elementos y los espacios que se encuentran disponibles. Evidentemente que la posibilidad física debe existir, pero el significado lo gatilla la infancia.
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El signiďŹ cado aprendido de los espacios Los niĂąos territorializan a partir de la ignorancia
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El significado aprendido de los espacios
La historia (historia como escritura), la ciudad (delimitaciones) y la sociedad sedentaria (delimitadores) son conceptos inseparables, no podemos hablar de uno sin referirnos necesariamente a los otros dos. En el fondo se trata del mismo concepto, es por esto que la frase ‘Las ciudades habitadas por sociedades sedentarias a lo largo de la historia’ es redundante pero muy elocuente. Las prácticas sedentarias de delimitación se han sistematizado a lo largo de la historia de las ciudades, esto es, todo lo que conocemos como ciudad (historia sedentaria) ha sido establecido a partir de la definición y diseño de zonas para tal o cual actividad de manera de separar y diferenciar los espacios y las actividades que se les han asignado previo a la utilización en sí de dichas delimitaciones, así “la
La lógica de sedentarización, ha hecho que actualmente percibamos nuestra ciudad en forma de delimitaciones, Ir a pág. 14, párr. 2
aparición de la calle, pues, parece simbolizar o expresar una consciencia graduable de la separación entre lo privado y lo público, entra la familia y la comunidad amplia. Con la calle surgen la competición y la intensificación d la producción, y no la cooperación ni la estabilidad de la producción”19.
Cuándo un espacio está completo A partir de las delimitaciones en las sociedades sedentarias encontramos zonas finitas y privatizadas (propiedad y significado), las que llamaremos, ‘espacios completos’. Estos son posibles de apreciar en la organización de las habitaciones de una casa (espacio para alguien), donde cada zona tiene asignada a priori un uso (espacio para algo). Esta
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Para un hombre sedentario, una delimitación será, en la mayor parte de los casos, un espacio completo, ir a ‘el significado aprendido de los espacios’, pág. 12, párr. 2
19. LEVITAS, Gloria. Antropología y sociología de las calles, artículo del libro Calles: Problemas de estructura y diseño (1981). Pág. 239.
El significado aprendido de los espacios
El personaje ‘propietario’ se comporta de la misma forma que el llamado planificador, a pesar de que lo ‘espacio para todos’ no le pertenezca sólo a él, ir a pág. 107, párr. 2
Aquellos que han perdido la ingenuidad, utilizan los ‘espacios para todos’ actuando de manera coherente con lo dictado como ‘correcto’, ir a pág. 57, párr. 2
Es necesario conocer el nombre de cada delimitación para considerarlo como ‘espacio completo’, ir a pág. 14, párr. 1
idea se hace presente ya que dentro de los límites creados por el propietario, las decisiones de organización y uso están, efectivamente, bajo la lógica de delimitación que se corresponde al ser el espacio de alguien, es decir, si hay un solo propietario entonces hay un solo significado, relación de 1 es a 1. Los espacios llamados ‘de todos’ están tratados bajo esta misma lógica relacional. Mediante las delimitaciones establecidas a través de gobernabilidades representativas o no, los espacios de todos comienzan a llenarse de espacios completos tales como ágoras, teatros, templos, plazas, mercados, calles, etc. y a pesar de que estos espacios deberían contenernos a ‘todos’, y no sólo a un ’alguien’, incluyendo cada uno de los pareceres participativos individuales de los posibles usuarios de la sociedad (que somos todos), y asumiendo las diversidades presentes en toda sociedad de muchos (polis). Ante esto se plantea, desde un punto de vista antropológico, que “el mantenimiento de cierto grado de diversidad humana exige el mantenimiento de cierto grado de diversidad ambiental... En la naturaleza, los ecosistemas simples son fácilmente destruidos”20.
Para los que están instruidos en las practicas sedentarias y de creación de ciudad, los espacios de todos están ‘completos’ no les falta nada (tienen nombre y existe consciencia acerca de ese nombre), existen para ser simplemente usados (considerando el término usar, no tan solo como la manipulación de un algo, sino como una manipulación coherente con significado asignado a ese algo,
20. Idem, pág. 243
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El significado aprendido de los espacios
construido y heredado por y para el grupo social). Cuando una delimitación tiene de antemano un significado de cómo utilizarlo, y además los habitantes están al tanto de esta información, el espacio no permite nuevas interpretaciones erróneas de lo que se produce o podría producirse en ellos, esto nos hace presumir que sin importar quien los utilice, las actividades resultantes deberían ser siempre las mismas, reduciendo de esta forma el concepto ‘todos’ a simplemente un conjunto de ‘alguienes’21 no diversos. Vale decir que la relación debería ser de 1 es a ∞ (indeterminado), a pesar de ello, la lógica de significado de la organización del espacio sigue siendo de 1 es a 1. El espacio que por definición es para ‘todos’ ya trae consigo ciertos significados estables que no representan necesariamente los intereses de la diversidad de la polis. Por lo tanto esa estabilidad estaría inhibiendo el acoplamiento en ellos, transformando el ‘espacio para todos’ en ‘espacio para nadie’.
Es difícil escoger la actividad cuando nos enfrentamos a ‘espacios completos’, ir a pág. 98, párr. 3
Si los espacios están organizados de acuerdo a la lógica delimitativa de unos pocos, el resultado será un ‘espacio de nadie’, ir a pág. 15, párr. 2
La instrucción del lenguaje delimitativo Cada ciudadano ha sido instruido para conocer el significado pre-asignado a cada delimitación: el dormitorio es para dormir, la sala de baño para asearse, el ágora para ejercer la ciudadanía, el templo para el culto, la academia para instruirse, etc. Solamente el no iniciado en las prácticas de los espacios delimitados (dentro de la ciudad), aquel que viene desde ‘afuera’ donde reina el caos (llamados bárbaros por los romanos), es capaz de pasar por alto por simple ignorancia, las reglas de uso correcto de las ‘deli-
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La idea de transmitir los modos de usar las delimitaciones, responde a la necesidad de que los habitantes se apeguen lo más posible a las reglas enseñadas, ir a pág. 100, párr. 2 La relación lingüística entre el nombre de un espacio y su uso, es la base de la definición de un espacio Nombrado ir a pág. 88, párr. 2
21. Se habla de ‘álguienes’ en contraposición a ‘todos’, queriendo expresar la idea de que cada uno de los integrantes de la sociedad es idéntico al otro, negando la diversidad.
El significado aprendido de los espacios
Los habitantes no iniciados, serán considerados extraños y lo más probable es que sus conductas sean reprobadas por los instruidos , ir a pág. 109, párr. 2
mitaciones’. El bárbaro transgrede las convenciones de la ciudad, no por vandalismo (Vándalos, curiosamente, otro pueblo considerado bárbaro), sino por acoplamiento intuitivo e inocente con este espacio, para él, nuevo, tan nuevo como la naturaleza para el nómade y como las calles para los niños. Aunque las calles (nuestras calles actuales) estén delimitadas por y para sus ciudadanos, se necesita algo más para entablar el diálogo ‘coherente y universal’. Es necesario aprender el lenguaje de las delimitaciones de la ciudad para lograrlo. Si no existe la instrucción acerca de los significados construidos por y para la sociedad, el ciudadano no es capaz de dominar el espacio, es decir, se enfrentaría a un espacio formal y físico carente de significado. Los espacios de todos están completos en la medida que están delimitados, y que al mismo tiempo haya existido un conocimiento acerca de estas delimitaciones, a través de la institucionalización de los significados correctos de los espacios.
El concepto de seriedad ante las actividades es un constructo social adulto y sedentario, el cual es parte de lo que se debe aprender para ser parte de dicha sociedad, ir a pág. 54, párr. 3
Durante la historia sedentaria, el conocimiento que se ha podido acumular, desarrollar, abolir, renovar, etc., de una u otra forma se hereda (aunque muchas veces se pierde) de padres a hijos, de conquistador a conquistado, etc. y se comparte con los nuevos integrantes de la sociedad: iniciados. Este fenómeno se ve claramente funcionando en los procesos de globalización actual, donde los medios de comunicación distribuyen de manera indiscriminada informaciones referentes a modos de vida, patrones de
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El significado aprendido de los espacios
comportamiento, valores morales y éticos, modelos existenciales, políticos, económicos, organizativos, etc., llegando incluso al límite de pensar que existiría una sociedad mejor que otra lo que justificaría, por ejemplo, la occidentalización de ciertas culturas (árabes, africanos, sociedades nómades actuales, etc.) consideradas primitivas o retrasadas, donde conceptos como la democracia, la competencia y el éxito sería, según lo mencionado anteriormente, beneficios seguros para alcanzar las expectativas de toda civilización basada en las referencias de normalidad generadas por los grupos dominantes.
Los niños territorializan en la ignorancia del significado El enfrentamiento con las calles completas, marca un impedimento para el acoplamiento, esto es, al estar completas, las calles no dejan que el transeúnte se incorpore (incorporar como hacer parte del cuerpo) al espacio, limitándolo sólo a la utilización enajenada de los objetos como entes separados. Además las calles completas tienen ya establecido una forma de operar, frente a esto, la propuesta imaginativa personal capaz de personalizar el espacio (transformándolo en espacio de él; él como parte del ‘todos’ en diversidad) es inhibida, a través de una serie de prohibiciones que están implícitas pero que se apoderan de manera explícita del comportamiento del nombrado peatón. No es lo mismo pasear en la calle, que pasear con la calle.
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Es necesario que los espacios estén incompletos en cualquiera de sus posibles formas, de lo contrario la territorialización no se lleva a cabo, ir a pág. 25, párr. 1
Basta ignorar el significado de informado por la sociedad, para lograr un grado de acoplamiento. Incluso si dicha delimitación está hecha para los ya instruidos, ir a pág. 16, párr. 2
La prohibición directa o indirecta, se manifiesta en forma de castigo, en la medida que no permite que el niño haga lo que siente que debe hacer en tal o cual espacio. ir a pág. 99, párr. 2
El significado aprendido de los espacios
Las conductas esperadas por parte del planificador generalmente no son representativas de las intenciones internas de los niños. Y aunque es posible que algún niño juego en espacios planificados, el acoplamiento no está asegurado, ir a pág. 98, párr. 2
Los espacios ‘nombrados para jugar’ están hechos en función de lo que los adultos piensan que es mejor para los niños, pero si éstos no juegan a la manera correcta, son castigados, ir a pág. 100, párr. 2
Los adultos sabemos que en el ‘espacio para todos’ existen delimitaciones y sabemos además que esas delimitaciones tienen significados privatizados. Esto es producto del traspaso de este conocimiento a través de la instrucción ya sea informal, familiar, escolar, laboral, cívica y cultural. Los niños están constantemente recibiendo esta información esencial para lograr el comportamiento esperado en ellos por parte de los adultos, de manera de conducirlos a, una vez que sean adultos, comportamientos ejemplares para las futuras generaciones. Las zonas de juego pertenecen a la categoría de espacios completos dentro del espacio para todos, diseñados sobre la base de delimitaciones y privatizaciones de significado y usuario. Es ahí donde, según los adultos, los niños deben jugar a ‘ser niños’; son espacios para algo: jugar, y para álguienes: niños estándar, donde las actividades están designadas desde antes que los niños quieran y puedan lograr algún grado de acoplamiento con estos espacios y con sus objetos. En las zonas de juego está permitido que los niños operen como los adultos han planteado que debe operar un niño que juega. Pero la ausencia de multiplicidad de oferta espaciales tal, que un niño callejero opta por no considerar estas delimitaciones como espacios completables, (impidiendo el acoplamiento) y opta también por desplegar sus juegos en espacios incompletos para ellos, lo que sí permiten incluir sus propias intenciones en las calles y de-
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El significado aprendido de los espacios
marcar sus propias territorialidades infantiles. Los niños ven en las calles (que para el adulto están completas) un gran espacio incompleto: para todos y para todo, así una zona nombrada para jugar y por lo tanto completa, no es más atractiva que un grupo de arbustos en una solera. Las calles ofrecen no solo diversidad formal, sino también, de humedad, de temperatura, de texturas, de luminosidad, de densidades, de olores, que una delimitación hecha ‘para jugar, no ofrece. Es por esto que para los niños, en las calles sí caben sus modos nuevos y personales de completar los espacios para todos los niños, ejerciendo como coautores de juegos callejeros, que transgreden las reglas de uso que están aprendiendo.
El aprovechamiento espacial de la calle, es producto de la entremezcla compleja de variables constructivas, sociales, educacionales, emocionales, etc, ir a pág. 48, párr. 2
En la medida que la información adulta y sedentaria respecto a las delimitaciones comienza a cobrar valor y sentido en los niños, comienza también a manifestarse la adultización y sedentarización de los modos de desenvolverse en los espacios para todos. Los significados de uso se comienzan a pre-asumir antes de usarlos, inhibiendo finalmente el proceso de completación de los espacios y por ende el acoplamiento espacial infantil.
Es en el proceso de adultización, donde el niño empieza a perder o a negar la territorialización innata, y opta por seguir ‘conductas sedentarias’, ir a pág. 51, párr. 1
Resumen -Las ciudades son delimitativas: tanto en los ‘espacios para alguien’ como en los ‘espacios para todos’.
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A partir de la ignorancia, los niños pueden transformar delimitaciones en ‘espacios incompletos’. Luego en el juego se encargan de completarlos con sus propios significados, ir a pág. 16, párr. 3
Si los espacios no dejan ser completados por aquel que los utiliza, entonces podemos afirmar que está diseñado bajo la lógica de los espacios privados, ir a pág. 106, párr. 1
El significado aprendido de los espacios
-Los espacios completos son tales cuando: 1. se delimita la forma (signo), 2. se conoce el signo delimitado, 3. se delimita el uso (significado), y 4. se conoce dicho significado. -Los conocimientos de los signos y significados son instruidos a las nuevas generaciones, de manera de globalizar los modos correctos de utilización y relación con el ‘espacio para todos’. -Los espacios completos pueden ser incompletos para los niños. -La incompletitud de un espacio es requisito para la territorialización infantil.
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Espacios Nombrados y Espacios Sin-nombre
La disponibilidad para asignar significado facilita la territorialización
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Espacios Nombrados y Espacios Sin-Nombre
Dentro de los distintos tipos de espacios que habitamos en la ciudad, hay unos en especial que nos resultan bastante interesantes de referirse. La ciudad nos ha ofrecido una variedad de espacios, algunos muy frecuentados, otros casi olvidados, y muchos que no imaginamos que existían y que están frente a nuestra nariz. En función de esto queremos hablar de aquellos espacios que están en el espacio público o ‘espacio para todos’ como lo denominamos nosotros y estos son los Espacios Nombrados y sin Nombres, y la manera de abordar estos espacios en el texto, será visto desde la perspectiva de cómo lo habitan los niños al momento de callejear.
Espacios Nombrados: la relación entre nombre y uso
Llamar a un tipo de Espacio como Nombrado, viene de la idea de tener un nombre, uso y diseño especifico, que a sido dado por un tercero. Y la característica principal, es que su nombre debe tener una relación directa tanto con su uso que alberga, como con su diseño, de manera inseparable. O como lo diría Christopher Alexander “La acción y el espacio son indivisible. La acción se apoya en el tipo de espacio. El espacio apoya este tipo de acción. Ambos forman una unidad”22. Por ejemplo: la cocina es para cocinar, el
dormitorio es donde se duerme, las calles de paseo son para pasear y las plazas de juego son para jugar, etc. es así que el nombre del espacio o el espacio no se puede separar de su uso nombrado.
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Generalmente la privatización del uso, define el nombre del espacio, en dicho caso estamos hablando de un ‘Espacio Nombrado’, ir a pág. 14, párr. 1
La relación lingüística entre el nombre de un espacio y su uso, es la base de la definición de un espacio Nombrado ir a pág. 78, párr. 2
Las delimitaciones son claros ejemplos de lo que llamamos ‘espacios nombrados’. Ir a pág. 13 párr. 1
22. ALEXANDER, Christopher, El Modo Intemporal de Construir, pág. nº 69, 1981
Espacios Nombrados y Espacios Sin-Nombre
Actualmente, estar al tanto del uso de un espacio, es producto del aprendizaje, no del descubrimiento propio ir a pág. 89, párr. 1
Así todo espacio nombrado debe ser transmitido, tanto su nombre como su uso y su diseño debe ser explícito, dejando en claro la función del Espacio Nombrado, esta entrega de conocimiento nos a sido dada en general durante la niñez por nuestros padres, profesores o algún amigo ya instruido, con esto a los niños se les deje muy claro como se debe actuar en los espacios, donde deben comer, donde estudiar y donde jugar. Ahora, para los niños estas delimitaciones rara vez le resultan un impedimento para hacer otra cosa que no este estipulada en los Espacios Nombrados, ya que si no puede actuar por razones de uso o de diseño lo puede hacer de manera mental teniendo un juego en su cabeza. Por ejemplo, si se encontrara en una peluquería sentado y no puede manipular los objetos que están en la repisa del espejo, este podría imaginar que esta en una nave espacial y jugar de todas manera. Sin embargo existen una gran variedad de elementos y condiciones que lo impiden desarrollarse en este espacio como él quisiera. El tema aquí, es que el Espacio Nombrado es un espacio totalmente delimitado, lo que niega la opción de llegar territorializar por parte del niño. Ya que no basta con jugar solamente para llegar a territorializar, el espacio debe carecer de algo y que el niño lo complete, y en esta situación el Espacio Nombrado tiene la condición que es un espacio para alguien y para algo. Ahora en un ejemplo más callejero, una cacha de baby fútbol que se
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Espacios Nombrados y Espacios Sin-Nombre
encuentra en el ‘Espacio para todos’ es un Espacio Nombrado, donde los niños pueden jugar sobre ella pero no logran territorializar. Ya que la cancha de ante mano a estipulado el área de juego, el tipo de juego, etc. donde el niño solo hace uso superficial del espacio de juego. Es decir juega “en el” espacio pero no “con el” espacio, lo que lleva a no acoplarse y por ende a no territorializar.
Espacios Sin-nombre Un fenómeno espacial distinto que existe en el ‘Espacio para todos’, es aquel que carece de nombre, por lo tanto, carece además de significado, éste que quizás resulte raro de reconocer para aquellos que están demasiado familiarizados con los Espacios Nombrados, pero que son bastante evidentes para aquellos que son capaces de ver mas allá de un nombre y significado impuesto a ciertos espacios. “La inocencia es la actitud que lleva a la visión, no a la ceguera.”23 Esta actitud se refleja fuertemente en los niños ya que estos aun no han perdido la candidez. Su ingenuidad los lleva a pasar por encima de cualquier precepto impuesto y por ellos mismos darle significado a los espacios. Al igual que cualquier espacio, éstos se conforman a partir de límites, que son dados por distintas poblaciones (árboles, alumbrado público, paraderos de micro, plantas, lluvia, sombras, etc.) pero la diferencia es que los Espacios Sin-nombre nacen de la espontaneidad que ofrecen las poblaciones, una muestra de esto es la espacialidad producida
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Para ver a la calle como un espacio vivo que cambia constantemente hay que desprejuiciar la mirada y no asumir que los eventos son ya conocidos, ir a pág. 50, párr. 1
La naturaleza ofrece a los grupos nómades variedades de ‘espacios Sin-Nombre’, cuyo modo de uso dependerá del acoplamiento mutuo, ir a pág. 22, párr. 2
23. MATURANA, Humberto. El sentido de lo humano, pág. 59 (DOLMEN EDICIONES, 1996)
Espacios Nombrados y Espacios Sin-Nombre
dentro de una copa de árbol, la luz arrojada desde alumbrado público sobre la calzada o la ofrecida por la sombra de un árbol. ¿Pero quien podría decir cuáles son los nombres de aquellos espacios?, o ¿de qué manera se deben utilizar dichos espacios, y si es que se deben utilizar?
Los ‘espacios Sin-Nombre’ permiten darles un nombre momentáneo en relación al uso personal, así aquel que territorialice no se verá obligado a repetir los modos de uso de alguien más, ir a pág. 24, Párr. 2
El cambio de significado depende de la configuración espacial y de la pretensión individual. Por esto los significados propuestos son múltiples incluso viniendo de una sola persona, ir a pág. 57, párr. 3
Ya dijimos que son los niños los que son capaces de habitar los Espacios Sin-nombre, pero lo interesante es como se relacionan con estos espacios, ya que el significado dado a este tipo de espacio puede variar en cualquier instante, todo depende de quién esté o no allí y le pueda asignar algún significado que desaparecerá al momento de ser deshabitado y quedara nuevamente disponible para algún otro, que puede darle un significado totalmente distinto al anterior dejando siempre la oportunidades a nuevas propuestas. Así estos espacios, puede adquirir un sin numero de usos, significados, incluso dado por una sola persona. La espacialidad producida por la luz de un alumbrado publico por ejemplo, puede servir para un niño como área de juego de pelota en la noche, o para varios niños como espacio para ubicarse a jugar caballito de bronce, etc. y los niños al dejar de jugar, quedara nuevamente disponible el Espacio Sin-nombre. El poder llegar a territorializar los Espacios Sin-nombre, pasa por el hecho de tener una idea incompleta del espacio, así deja al niño en libertad de cómo entenderlo y aplicarle algún significado, claro que con esto no basta para poder llegar a territorializar-
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Espacios Nombrados y Espacios Sin-Nombre
lo, hay que accionar aquello que él propuso. Es a partir de esto que el Espacio Sin-nombre llega ha acoplarse con el niño, el espacio se carga de significado, toma sentido para quien lo habita y sentido dentro de lo más personal, ya que para otro puede tener otro sentido.
Resumen -En los Espacios Nombrados existe una relación inseparable entre espacio y su uso. -Existe un ente que lo delimita el Espacio Nombrado de manera estable. -El niño puede jugar en un Espacio Nombrado mas no acoplarse. -Los Espacios Sin-nombre carecen tanto de nombre como de significado. -Los Espacios Sin-nombre ofrecen múltiples interpretaciones y significados, que además son volátiles. -Los Espacios Sin-nombre están disponibles para la territorialización, ya que se pueden completar.
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Caja de Skinner
Espacios de Condicionamiento Los niños no juegan “con” las actuales zonas de juego
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Espacios de Condicionamiento
Un espacio es condicionante cuando a través de sus configuraciones físicas estimula ciertas conductas en los usuarios de esos espacios, de manera de determinar las maneras ‘correctas’ de enfrentarse a ellos y utilizarlos. Una vez, estando sentado en una clase, escuchamos a un arquitecto llamado Juan Honold, él decía lo siguiente: “la planificación es el acto de prever”. Esta frase muestra como el sueño de todo diseñador o planificador urbano, es que aquello que ideó e imaginó (como imagen deseada) se haga realidad, tal y como se lo planteó teóricamente, es decir, la planificación idea modos de utilización teóricos que, dentro de lo posible, son llevados a la práctica, esperando que los resultados de comportamiento de la población sean muy similares a aquellos que imaginó el planificador. Es así como se crean las expectativas ante cualquier proyecto de diseño de espacios, expectativas que son claro reflejo del funcionamiento del mundo adulto y sedentario, donde las actividades productivas y serias tiene sentido en la medida que manifiesten resultados positivos en un futuro. Al igual que en la censura del cine o de la televisión, donde otro determina que es lo mejor para los demás, los planificadores establecen criterios propios de diseño, en los que propone lo que él cree que es lo correcto para los otros. Y muchas veces las características físicas del propio espacio planificado, no son suficientes para alcanzar las expectativas planteadas, para lo cual se hace uso de ciertos
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La Planificación Conductual, intenta indicarnos el modo correcto de circular a través de variables de diseño. ir a pág. 47, párr. 1
Existen ejemplos claros en la ciudad actual donde el planificador intenta decidir por el habitante que es lo que se debe hacer. ir a pág. 110, párr. 3
El juego actúa como contrapunto a las actividades productivas, ya que no existe la idea de expectativa. ir a pág. 55, párr. 1
Los espacios que intentan provocar conductas determinadas pueden provocar la expulsión pasiva de aquellos que no encajen en él. ir a pág. 110, párr. 3
Espacios Condicionamiento
“refuerzos negativos” que se agregan, de manera de aplicar ciertas condiciones al uso del espacio que deben ser evidentes para los usuarios, es decir se debe tener un conocimiento previo que ha sido entregado de cómo se debe usar, como se llama y como es dicho espacio y esto acompañado con lo que dice el diseño espacial. Los planificadores aplican medidas espaciales para que las condiciones sean lo más apegadas posible a los que ellos esperan que suceda, ir a pág. 46, párr. 1
Habitar los espacios a la manera impuesta ha dejado una marca tan fuerte, que ya casi no cuestionamos si es legítimo o no. Ir a pág. 47, párr. 2
En la ciudad se nos ha condicionado a vivirla como algunos han querido que la habitemos, han dejado todo tan claro, que nuestro actuar es súper apegado a lo que se nos entregó. Nos han impuesto por donde debemos caminar, donde descansar, donde cruzar la calle, etc. y estos condicionamientos son tan normales para nosotros, que habitamos en estos espacios sin cuestionar nada, ya que si todos responden las expectativas, parece fácil llegar a pensar que es justamente así como se debe utilizar el ‘espacio para todos’. Las conductas aceptadas, generalmente son imitadas por el resto de la población, de esta forma se legitiman y se normalizan ciertos modos de estar en las calles, y otros simplemente no son permitidos. Dentro de las respuestas que dan los usuarios hacia los espacios de condicionamiento, podemos encontrar dos tipos: La primera es el alineamiento, que consiste en aceptar las condiciones establecidas de manera obediente y muchas veces inconsciente. El doctor Humberto Maturana plantea lo siguiente “Hay instituciones en las cuales la relación de obediencia es central, porque asegura el cumplimiento de una tarea
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Espacios de Condicionamiento
sin ninguna reflexión sobre su validez o legitimidad”24. La
aparición de conductas alineadas frente a un espacio para todos, se explica por la repetición de la conducta ‘normal’ o, en el caso de los niños, por la presencia de agentes represores, generalmente adultos, que impiden respuestas imaginativas de utilización, por lo tanto también los acoplamientos y sus respectivas territorializaciones. En los Espacios Condicionantes para el niño, que puede ser una zona delimitada para jugar, el planificador tiene la expectativa de que dicha actividad ocurra: lo óptimo sería que los niños se suban a las estructuras de fierro, imaginen situaciones diversas y creen juegos. Desgraciadamente para la planificación, el proceso de territorialización infantil difícilmente se desarrollará en los llamados ‘Espacios Nombrados’, porque la oferta de espacios para vaciar significados propios está tan delimitada, que no puede contener los intereses de la diversidad de juegos imaginables por las poblaciones de niños. Es así que, aunque podamos encontrar ocasiones donde efectivamente se usen las zonas de juego para jugar, los niños acompañados por sus padres, o limitados por horarios, rejas o materiales, solo podrán jugar EN las estructuras de fierro, y no CON los espacios que éstos generen. En resumen, las zonas de juegos, están ya delimitadas y privatizados en términos físicos y de significado, por lo tanto, no queda mucho por imaginar para jugar sobre ellos: sin imaginar nuevos posibles significados, no hay acoplamiento, por lo tanto,
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24. Idem, pág. 55
Las conductas esperadas por parte del planificador generalmente no son representativas de las intenciones internas de los niños. Y aunque es posible que algún niño juego en espacios planificados, el acoplamiento no está asegurado, ir a pág. 81, párr. 1
La importancia entre jugar CON el espacio y no EN él, define por qué las calles pueden ser más atractivas que las zonas definidas para jugar, ir a pág. 16, párr. 1 y pág 58, párr. 1
Es difícil escoger la actividad cuando nos enfrentamos a ‘espacios completos’, ir a pág. 78, párr. 1
Espacios Condicionamiento
al alinearse al condicionamiento espacial no hay territorialización infantil.
La prohibición directa o indirecta, se manifiesta en forma de castigo, en la medida que no permite que el niño haga lo que siente que debe hacer en tal o cual espacio. ir a pág. 80, párr. 2
El jugar a la manera propia de los niños es considerada como actitudes poco serias y por lo tanto ‘no deseables’ en el mundo adulto y sedentario. El impedimento para jugar es parte de la inhibición de conductas de la planificación ir a pág. 108, párr. 2
La segunda manera de enfrentar los espacios condicionantes es tratar de transgredir las condiciones impuestas. Generalmente los espacios condicionantes presentan “refuerzos negativos” o “castigadores” que se encargan de impedir la transgresión, diciéndole al niño, aquí se juega y aquí no, aquí se juega a esto y no a esto otro. Habrá una respuesta de castigo cuando exista una inhibición, prohibición o represión a la hora de querer habitar un espacio de manera distinta a lo estipulado y para desdicha del niño, el castigo siempre esta relacionado con aquello que más le gusta, que es el juego. El castigo puede ser ejecutado de manera tácita o silenciosa, a través de intervenciones agregados al diseño en sí, tales como, rejas, letreros, etc. o bien de manera explícita a través de la mirada vigilante de otros adultos que desaprueben la transgresión. Las dificultades para la transgresión que presenta el diseño del espacio y la sociedad adulta, castigan la infantilidad innata de los niños, por lo tanto, al igual que en el comportamiento alineado, los procesos que incluyen la territorialización infantil se ven imposibilitados, debido a que el espacio al estar tan condicionado el habitante debe alinearse a esta idea, el espacio se usa de manera ajena a como él podría entenderlo. “Todos los seres humanos sucum-
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Espacios de Condicionamiento
ben al stress y caemos en la depresión cuando estamos en una matriz de exigencias, porque estamos inmersos en un dominio de continua auto negación desde muchas direcciones diferentes.”25 Esto provocaría una sensación
de angustia, donde el niño opta por alinearse al espacio o simplemente dejar el espacio y buscar otro que llene su deseo interno, llevando a los niños al desplazamiento exploratorio que llamamos “callejeo infantil” y jugar en otro lugar. En un recorrido callejero, los niños se encuentran con una variedad de espacios de condicionamiento y los casos más paradigmáticos que se relacionan con los niños serán las plazas de juego y las multicanchas. Como anteriormente dijimos, el alinearse en estos espacios consistiría en jugar tal como lo estipulan el diseño espacial y aquello que se ha enseñado: como se debe juega allí, y jugar específicamente siguiendo las reglas, así no existirá ningún tipo de reproche. Ahora, si el niño quiere romper con las condiciones establecidas y no actuar por mero estimulo, (por ejemplo, no ver una chancha de fútbol y decir ‘voy a jugar fútbol’ si no más bien querer hacer algo creativo y distinto en el espacio rígido), no se le permite ya sea por una imposibilidad dada por el diseño mismo del espacio o por un tercero como pueden ser sus padres, guardias de seguridad o algún adulto, que considere estas actitudes como incorrectas, tendrá el castigo de no poder jugar con su juego. Esta situación de condicionar los espacios ha provocado en los niños un rechazo o desgano, ya que
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25. Idem, pág. 57
La idea de transmitir los modos de usar las delimitaciones, responde a la necesidad de que los habitantes se apeguen lo más posible a las reglas enseñadas, ir a pág. 78, párr. 2
Los espacios ‘nombrados para jugar’ están hechos en función de lo que los adultos piensan que es mejor para los niños, pero si éstos no juegan a la manera correcta, son castigados. Ir a pág. 81, párr. 3
Espacios Condicionamiento
para jugar en estos espacios nombrados hay que limitarse constantemente a utilizarlos de acuerdo a diferentes imposiciones: horarios, tipos de juego, cantidad de participantes, limitaciones espaciales, ubicación, etc. así, los espacios condicionantes donde los niños se están relacionando no logran concretar el acoplamiento y muchas veces nunca llegan a cumplir las expectativas ni ser aquello que tanto aspiró el planificador.
Resumen -Los espacios condicionantes tienen una carga de expectativas de parte del planificador y si es necesario aplicara refuerzos para el cumplimiento de éstas. -Es muy común ver que exista una gran aceptación y obediencia a las condiciones espaciales de parte de los usuarios. -Las reacciones posibles del usuario frente a estos espacios son: alinearse voluntariamente o tratar de transgredirlos. -Los espacios de condicionamiento prohiben la transgresión, llevando al alineamiento o la expulsión. -El castigo es la prohibición de jugar aquello que el niño quiere jugar. -En ningún caso de alineación o transgresión se puede territorializar.
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El Flautista de Hamelin
Planificación conductual Modos desacertados de la organización urbana actual en Santiago
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Planificación Conductual
La Conducta dentro de las Delimitaciones Como se ha mencionado anteriormente, nuestra ciudad de Santiago ha sido intervenida, en la medida que ha sido posible, con la intención de diseñar espacios llamados públicos que sean coherentes con los valores positivos de nuestra sociedad. La lógica más común que se ha desarrollado en Santiago, tiene relación con la planificación territorial en gran escala y con el Diseño Urbano en pequeña escala, esto quiere decir que los modos de configurar los espacios para todos a la escala humana están basados bajo los mismos parámetros que en los espacios privados o ‘espacios para alguien’: a través de la designación del nombre, la función y el significado, sobre un terreno delimitado antes de ser usado. Dentro de una vivienda, el diseñador delimita espacios para ser usados de determinadas maneras, ya que se asume que los habitantes de dicha vivienda serán siempre los mismos, en tal caso, el método es coherente. Ahora bien, es posible observar este manejo del diseño en los ‘espacios para todos’ ya que según los propios planificadores “En el espacio público acontece gran parte del quehacer de la población. Es por esta razón que las características de éste tienen una particular importancia a la hora de potenciar o inhibir actividades o acciones”26. Estas actividades a potenciar o
Si los espacios no dejan ser completados por aquel que los utiliza, entonces podemos afirmar que está diseñado bajo la lógica de los espacios privados, ir a pág. 82, párr. 2
La obediencia propia que se da a partir de los ‘espacios para alguien’ es aplicada hoy en los ‘espacios para todos’ a través de la que llamamos ‘planificación conductual’, ir a pág. 15, párr. 3
inhibir responden a patrones valóricos que no siempre nacen por causas naturales de modificación y evolución cultural, sino muchas veces por ‘generación espontánea’ desde los grupos dominantes que
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26. HARRISON, Francisco y Swain, Bruce. Guía de Diseño del Espacio Público, pág. 111 (LOM Ediciones, 2003)
Planificación Conductual
aparecen en sociedades sedentarias. La expectativa de los métodos de producción sedentarizados, generan conductas deseadas, ir a pág. 12, párr. 1
Cuando los espacios permiten la territorialización infantil, no se seleccionan las conductas de algunos como las ideales, todo niño es bienvenido en el espacio ‘para todos’, ir a pág. 27, párr. 2
El personaje ‘propietario’ se comporta de la misma forma que el llamado planificador, a pesar de que lo ‘espacio para todos’ no le pertenezca sólo a él, ir a pág. 77, párr. 1
Así aparecen las llamadas ‘conductas deseables’ para la sociedad, las cuales sirven de marco referencial para guiar los usos de los espacios de modo de no salirse de aquello que es adecuado para el ‘ciudadano normal’. Aunque pudiera existir cierto sentido común en esta idea, se hace presente inmediatamente la segregación hacia los grupos que por motivos diversos no entran en la clasificación de ‘ciudadanos’ ni menos de ‘normales’, dando a entender la idea de que los espacios supuestamente para todos se han transformado en ‘espacios para álguienes’; considerando el término ‘álguienes’ en el sentido de la repetición infinita de un ‘alguien’ que sirve como modelo ideal.
¿Arquitectura Urbana? La planificación urbana está abarcando temas que competen a la sociedad completa, pero siguiendo manejos de un jefe de hogar que define la actividad y la actitud en su propia casa, pero como es lógico no lo hace en la casa de su vecino. Los planificadores y diseñadores urbanos se han convertido en planificadores conductuales, en la medida en que se plantea que “lo que está claro es que ellas (las variables espaciales) y sus relaciones deben ser estudiadas y conocidas a fondo en cada caso por los diseñadores urbanos y planificadores, para definir con propiedad y sin errores el orden que es deseable para constituir dichas categorías y jerarquías y conseguir una ciudad con real sentido para
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Planificación Conductual
sus habitantes”27. En la idea anterior se esclarecen las
intenciones de regulación conductual que se plantean en esta disciplina los arquitectos y diseñadores urbanos; idea que se hace discutible en dos aspectos principales: ¿es posible? y ¿es legítimo?
¿Es posible? A principios del siglo XX, la escuela de la Gestalt planteó la teoría de que la mente configura, a través de ciertas leyes, los elementos que llegan a ella a través de los canales sensoriales (percepción), es decir, que los elementos físicos percibidos asociados a las estructuras mentales definen el significado de lo que vemos. De acuerdo a esto es efectivamente factible que ciertas configuraciones espaciales apoyadas ciertas referencias culturales puedan provocar actitudes y conductas deseables, tal como es posible verificar en los que hemos denominado ‘espacios nombrados’ y ‘espacios de condicionamiento’. O como lo plantea el discurso del new urbanism, centrado en el control de la forma y la imposición de principios que determinan la vida urbana, a través de lo que algunos teóricos llaman un “código ur-
El jugar a la manera propia de los niños es considerada como actitudes poco serias y por lo tanto ‘no deseables’ en el mundo adulto y sedentario. El impedimento para jugar es parte de la inhibición de conductas de la planificación. Ir a pág. 99, párr. 4
bano: un instrumento de regulación que plantea la forma única de la ciudad determinando desde la silueta de las ventanas al tamaño del barrio.”28
Los valores culturales que intentan hacer aparecer y provocar en la aplicación de la planificación y el diseño urbano al momento de configurar los ‘espacios para todos’ muchas veces pasan por alto los intereses de los muchos grupos distintos que com-
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27. Idem, pág. 65 28. BROWNE, Patricio, ¿Formal o Informal? ARQ nº 53. Ediciones ARQ, Santiago, 2003.
Planificación Conductual
ponen nuestra sociedad y que comparten estos espacios. En el artículo “Antropología y sociología de las calles”, la antropóloga Gloria Levitas afirma que “...el entorno físico tiene un efecto mucho menor del que imaginan los planificadores. Con frecuencia se le atribuye tal cualidad, pero los hombres eluden ese efecto mediante un uso no conformista, es decir, por medio de una evasión de la determinación de mantener o alcanzar estructuras de conducta que cumplan sus predisposiciones. El entorno social tiene un efecto mucho más considerable”29. Según Los habitantes no iniciados, serán considerados extraños y lo más probable es que sus conductas sean reprobadas por los instruidos , ir a pág. 79, párr. 1
la visión de la antropología, la efectiva planificación conductual hacia los grupos que no sienten pertenencia en los valores propuestos a través del diseño urbano, es bastante discutible y hasta poco probable. En estos casos, los procesos de acoplamiento difícilmente tendrían cabida, y menos aún la posibilidad de territorializar con el espacio.
¿Es legítimo? Hace un tiempo atrás la comuna de Santiago entregó a sus habitantes un nuevo diseño de paradero de locomoción colectiva en el ‘espacio para todos’ y a primera vista resultaba bastante atractivo en comparación a los paraderos que se encuentran en comunas mucho más populares los cuales son de fiero pintado negro, con cubierta de zincalum y asientos de perfiles de acero. En el primer caso de paraderos, cuya imagen de modernidad era capaz de atraer la vista de cualquiera, es posible llegar a pensar que por fin se había dado respuesta aquel requerimiento urbano y así poder disfrutar de este
29. Levitas, Gloria. Antropología y sociología de las calles, artículo del libro Calles: Problemas de estructura y diseño (1981). Pág.236
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Planificación Conductual
espacio para poder esperar cómodamente la locomoción. Sin embargo la respuesta del objeto era un poco incómoda para el usuario. Dentro de las distintas tipologías de paradero que se presentan, encontramos principalmente tres: 1.- con asientos, 2.- con asientos seccionados y 3.- simplemente sin asientos. En el primer caso, los asientos son de superficie convexa, lo que no permite sentarse de manera cómoda ni hacer una espera agradable, los segundos impiden el uso incorrecto de los asientos, esto es, solo sentarse, no acostarse; y en último lugar el impedimento final de ‘ponerse cómodo’, al no tener asientos el mensaje es claro: ‘esperar un momento e irse pronto’; modo de operar coherente con planteamientos como: “El diseño de la disposición de los asientos, de su ubicación y de su relación entre ellos debe considerar el tipo de contacto social deseado ya que de esos aspectos depende el resultado”30
Bajo esta situación, lo único que queda por pensar es que existe una intención por parte de los planificadores para que estos espacios no permitan la permanencia por demasiado tiempo o que ciertas personas, cuyas conductas no son deseables, no estén en estos lugares. Aquellos que decidieron como deberían ser estos lugares con “su idea platónica de que las reglas naturales de la simetría y de la dimensión garantizarán la perfección y la armonía”31, tenían muy
claro lo que deseaban lograr, aquí hay un ejemplo de cómo manejar y definir las conductas de los otros, inhibiendo la proposición personal de utilizar el lugar, por que en el caso que alguien necesite espe-
Existen ejemplos claros en la ciudad actual donde el planificador intenta decidir por el habitante que es lo que se debe hacer. ir a pág. 96, párr. 2
Los espacios que intentan provocar conductas determinadas pueden provocar la expulsión pasiva de aquellos que no encajen en él. ir a pág. 96, párr. 3
30. HARRISON, Francisco y Swain, Bruce. Guía de Diseño del Espacio Público, pág. 77 (LOM Ediciones, 2003)
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31. Levitas, Gloria. Antropología y sociología de las calles, artículo del libro Calles: Problemas de estructura y diseño (1981). Pág.235
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rar a alguien que viene de otro lugar o que quiera descansar de una larga caminata o simplemente poder conversar dentro de un paradero de buses, no podrá hacerlo porque las condicionantes físicas lo están prohibiendo.
A través de la ‘delimitación’ se condiciona la conducta Este es uno de muchos ejemplos que se pueden encontrar como respuestas espaciales innovadoras en nuestra ciudad, que no son necesariamente los lugares con los cuales desearíamos poder relacionarnos, independiente de lo atractivo que puedan ser, considerando que “los arquitectos y planificadores
Cuando el diseño es tan explícito, no deja la alternativa de proponer el uso, ir a pág. 46, párr. 1
tienden a favorecer ciertos ideales estéticos específicos y a insistir en que las formas poseen la capacidad especial de hacer a la gente feliz, o de incrementar las conductas sociales deseables.”32. Espacios con estas caracte-
rísticas, con definiciones tan claras como tajantes donde el usuario se ve obligado a relacionarse con éste, (porque muchas veces es la única alternativa), son capaces de provocar, a quien está en ese lugar, grados de vacíos existencial, que Humberto Maturana describe como una experiencia que “... pertenece a la angustia de la no-pertenencia, al vivir sin sentido relacional con la comunidad humana a la que se pertenece”33.
Un ejemplo que se relaciona fuertemente con los niños, son las barreras que impiden acercarse a las calles y que por lo general están a las afueras o en
32. Idem 33. MATURANA, Humberto. El sentido de lo humano, pág. 70 (DOLMEN EDICIONES, 1996)
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Planificación Conductual
las cercanías de los colegios. Estas barreras de colores que su fin es corregir ciertas conductas innatas de los niños, donde se bloqueara ciertos desplazamientos y fomentar la circulación por las veredas, ya que te guiaran por toda la cuadra hasta llegar a una intersección y darte la única posibilidad de cruzar. Como respuesta al tema del cuidado de los niños parece bastante sensata una solución como ésta, ya que de alguna manera hay que cuidarlos mientras están en la calle. La problemática aparece cuando nos damos cuenta de que estos casos se está otorgando seguridad a través de la coartación de las libertades en el ‘espacio de todos’ para el peatón. Al favorecer la circulación del automóvil y restringir las conductas de desplazamiento del peatón se está pasando a llevar a éste último, restringiendo las oportunidades eventuales para el acoplamiento con dicho espacio, e impidiendo la territorialización, en los términos que se plantean en esta investigación. Se hace evidente la planificación de la conducta.
Woonerf como primer acercamiento a un cambio de visión Una respuesta que ha buscado dar más libertad al paseante es el caso holandés llamado Woonerf o el Wohnbericht desarrollado en Alemania como respuesta similar al anterior, donde estos ejemplos tratan básicamente de valorar el rol social de la calle. Y para esto se interfiere en las calles convencionales, incluso alcanzado hasta barrios pequeños, donde ponen los derechos del paseante por sobre el automóvil, con la finalidad
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Planificación Conductual
de disfrutar la totalidad de la calle. Principalmente el Woonerf intenta eliminar las diferencias físicas entre vereda y calzada, de modo que la calle sea percibida completamente como peatonal, a pesar de que circulen automóviles. Éstos se ven obligados a circular a velocidades bastante más lentas (20 km./h aprox.) a través de la forma sinuosa de la calzada, la implantación de obstáculos, tales como bancas, jardines, sobresaltos y árboles, que el automóvil debe sortear. El interés es intentar equilibrar el protagonismo entre los vehículos y los peatones en cuanto al uso de las calles, creando una especie de convivencia en la que ninguna de las medidas tomadas perjudica a alguna de las partes. De acuerdo a nuestra postura, el Woonerf esboza una suerte de ‘espacio incompleto’ del tipo ‘sinnombre’ cuando no se diferencia la calzada del resto. De esta forma la calzada sólo aparece en la medida que es utilizada como tal, cuando un automóvil circula por este ‘espacio incompleto’, su presencia lo completa y es interpretado como ‘espacio vehicular’ de manera momentánea. Sin embargo, para el resto de las partes de la calle Woonerf, los espacios de uso peatonal siguen estando completos y nombrados, pudiendo ser territorializados sólo a través del juego y el callejeo infantil. El aporte del Woonerf, en términos generales, a diferencia de los enrejamientos a las salidas de los colegios, radica en la manipulación de los aspectos
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de seguridad de manera de otorgar la libertad de uso, y no restringir las libertades para otorgar la seguridad. Así, la planificación sigue siendo, en parte, conductual, pero se enfoca a manejar las conductas de aquellos que provocan las inseguridades en la calle.
Resumen -La planificación actual busca promover ‘conductas deseables’ en aquellos que habiten los ‘espacios para todos’. -Las delimitaciones planificadas hoy no representan necesariamente los intereses de todos los grupos que componen la ciudad. -Busca reprimir o desviar las conductas no deseables. -El ejercicio de poder esta camuflado a través del diseño, estar controlado sin darse cuenta.
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Relato Tercero
“Vamos al Sankuokai”
117
“E
staba sentado en el living viendo Sankuokai, que es una serie infantil japonesa, cuando mi mamá me dijo: -ya van a empezar las comedias-, así que cambia la tele. Con un poco de rabia cambiaba de canal y salía a la calle, no iba a quedarme viendo cosas de mujeres. Lo bueno de esto es que yo no era el único que pasaba por este mal rato y mis amigos corrían la misma suerte. Estando en la calle, poco a poco aparecían los chiquillos, con la misma cara larga que yo por no poder ver el final del capitulo. Pero no faltaba el afortunado que tenia tele en su pieza y veía la serie hasta el último, éste era el Cristian, así que lo esperábamos afuera de su casa en el jardín de palos. Hasta que por fin salía y nos contaba el final.
”
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Ante la imposibilidad de transgresión que se presenta dentro de un espacio privado, es tal, que el niño opta por ir en búsqueda de otros espacios que posibiliten el acoplamiento Espacios de Condicionamiento, pág. 96
Los niños se agrupan, actúan bajo lógicas de identificación ente ellos, diferenciándose de los adultos. Los juegos son para los niños, actividades serias . El juego como acoplamiento, pág. 22
Este es un ejemplo de acoplamiento espacial y por ende de territorialización. El jardín es transformado en territorio de juego tanto en su interior por sus condiciones de humedad, sombra y ocultamiento, y también en sus bordes, para practica destrezas físicas Territorialización Nómade, pág. 22
producción propia
La baja altura de la reja de madera en torno al jardín permite mayor libertad en los movimientos de equilibrio.
Los puntos de acoplamiento son claros. En el perímetro del jardín aparece un territorio lineal de juegos momentáneos. Una vez que Cristian salga de su casa, el jardín deja de ser propicio para el juego
Este es un jardín privado, una delimitación, pero que se encuentra en el espacio para todos: Así lo entienden los niños, para ellos el jardín que está fuera de la casa de Cristian no es más que otro espacio incompleto para rellenar con juegos significativos. Comienza siendo nombrado como ‘jardín’, luego se asume como lugar de espera, y cuando la espera de hace aburrida, la necesidad infantil no tiene más salida que usarlo como territorio de juego.
119
“E
ntonces ¿que hacemos ahora? - era la pregunta, ¡vamos al Sankuokai! - decía uno (que significaba llegar a un árbol que lo llamábamos así, el que supuestamente era una nave interespacial). Nos íbamos caminando mientras poníamos en práctica ciertas destrezas físicas que copiábamos de los personajes principales de la serie, donde nuestro primer obstáculo era el grifo del Peyuco, el cual debíamos saltar como quien salta jugando al caballito de bronce. Luego llamábamos al Peyuco y cuando salía, ya estábamos listos.
”
120
Bajo esta proposición parte el desplazamiento callejero, la intención es salir a encontrarse con elementos del espacio para todos y hacerlos parte del gran juego que comienza fuera de la casa y termina, en éste caso, en la plaza del árbol ‘nave espacial’ Territorialización Nómade, pág. 22
El espacio neutro que existe constantemente en torno a un grifo, no tiene nombre, porque no tiene uso definido. Al momento de saltar sobre el grifo, aparecen límites de acción que manifiestan un espacio momentáneo de juego. Espacios Nombrados y Sin-Nombre, pág. 88
El grifo del pasaje del ‘Peyuco’ fue modificado y ahora es más alto, por ésto el juego de saltar por sobre él se hace más dificil, No sabemos la razón de este cambio, pero para los niños se manifiesta como un castigo.
Sólo el hecho de pasar por el pasaje del grifo era excusa suficiente para saltar sobre él, y luego seguir la ruta original. El juego en este caso no es muy elaborado, y las reglas casi no existen, simplemente había que saltar sobre el grifo como si fuera un ritual divertido y sobretodo significante. Si bien, el acoplamiento es con un objeto, existe un espacio SinNombre que lo rodea el cual es territorializado de todos modos en relación con la acción.
producción propia
Territorialización a partir del salto. Los límites son muy efímeros y van apareciendo y desapareciendo en la medida que el salto se está llevando a cabo.
121
“A
l
volver
a
nuestro
recorrido, estaban allí los arbolitos gorditos, que eran especiales para chocarlos con
Dentro del juego del Sankuokai, los arbustos representaban los ‘malos de la seria’, así que había que vencerlos. Aunque podríamos hablar de actos vandálicos, lo importante de esta situación es la capacidad de jugar en la inocencia y de acoplarse. El juego como acoplamiento, pág. 54
el cuerpo y rebotar, ya que eran imposibles de ingresar a su interior. Con el tiempo descubrí que estos arbolitos se
llamaban
ligustrinas
y
que las formas que tenían eran porque estaban podadas y no era su forma natural como pensábamos.”
El tipo de acoplamiento en este caso es con los objetos mismos, ya no es espacial. Por esto no podemos hablar de territorializar Territorialización Nómade, pág. 22
Las ligustrinas tienen forma definida de manera artificial, es decir, fueron delimitadas con el fin de mostrar la privatización de uso (adorno) y de propietario. Estamos frente a un espacio completo, que a través de la inocencia, el niño puede llegar a darle un nuevo significado. El significado aprendido de los espacios, pág. 76
122
producción propia
Podríamos hablar en este caso de una actividad vandálica contra los arbustos de alguien. Sin embargo el punto importante es que ante las ganas de ‘vencer a los enemigos’ extraídas de la televisión, los niños imaginan de manera inocente que estas ligustrinas son para ellos. Así, funcionan como ‘monos porfiados’ que soportan golpes y empujones. 123
“L
uego veíamos ante no-
sotros la copa de agua, elemento al que desde muy chicos le tuvimos miedo, porque estaba llena de grietas y parecía que iba a explotar y pensábamos que de adentro saldría un platillo volador, que en cualquier momento
iba
a
despegar,
y
peor aún, creíamos que además ocurriría
una
gran
inunda-
La copa es uno de los elementos más pregnantes de la zona de estudio, y para los protagonistas de este relato fue causante de varios cambios de trayecto. Aunque la copa no posibilita un acoplamiento ni a nivel de objeto ni de espacio, si posibilitó el desplazamiento callejero y el descubrimiento de nuevos elementos de acoplamiento. Callejeo Infantil, pág. 46
El niño imagina juegos, a través de los cuales aparecen reglas de comportamiento, que aunque para los adultos parezcan simples y sin sentido, para los niños son serias y determinantes. El juego como acoplamiento, pág. 56
ción, ya que mi papá me dijo que la copa se encontraba repleta de agua. Por eso siempre evitábamos pasar por debajo de
”
ella.
124
La información acerca del contenido de la copa, que viene del mundo adulto, se mezcla con lo imaginado y visto en televisión. Así, en la misma copa conviven grandes cantidades de agua y una nave extraterrestre. El juego como acoplamiento, pág. 56
125
producción propia
La gran copa de agua, visible de cualquier punto del sector. Todos sabían que la copa estaba repleta de agua y que parecía esconder una nave extraterrestre y cuando el grupo de niños observa las grietas propias del hormigón armado, nunca más pasaron muy cerca de ella. Ahora bien, este miedo se acabó cuando ya estos niños alcanzaron la adolescencia, explicándose el mundo con otros ojos: más apegados a la razón.
“Este temor nos llevó a evitar acercarnos
a la copa de agua y
Estos elementos del mobiliario urbano tienen ya un uso asignado de antemano, pero para los niños son elementos que proponen actividades lúdicas tan simples como hacer equilibrio o saltar de una a otra. Delimitaciones Sedentarias, pág. 56
buscar un nuevo camino, así encontramos unas bancas de cemento la
en
escuela
eran
frente verde,
resistentes
de que
para
llegar y saltar sobre
”
ellas... 126
A través del juego sobre las bancas se esbozan límites de territorio. El acoplamiento es claro, porque se ignora el uso correcto y se sigue el instinto infantil, pero la territorialización aún no es tan evidente, porque el juego se lleva a cabo más con los objetos que con el espacio mismo. El juego como acoplamiento, pág. 56
producción propia
Las protuberancias de los costados adquieren mayor protagonismo en el acoplamiento que la banca en sí. Sus dimensiones facilitan el subirse en ellas y su cercanía , saltar de una a otra.
En esta cuadra junto a las bancas que vemos en la imagen, había otras que tenían las mismas proporciones y materiales. Según el relator, la gracia de las bancas a las que se subían eran simplemente las protuberancias de cada extremo. Estas bancas son delimitaciones, con nombre y uso bien asignados, pero contienen aquellos detalles en la que los niños reparan y usan a su antojo.
127
“R
ecuerdo que cerca de éste
taban cerrados y además, tenía
Aunque las zonas de juegos sean delimitaciones, en este caso los niños están siendo privados de elegir si interesarse o no en ellos. Las rejas cerradas son ‘refuerzos negativos’ o castigos que intentan provocar el alineamiento. Esto impide el acoplamiento, y por lo tanto, el acoplamiento.
unos perros sueltos, así que sólo
Espacios de Condicionamiento, pág. 96
lugar estaban los juegos del Cordero, que no eran suyos, pero él los cuidaba. Éstos siempre es-
podíamos jugar ahí cuando había algún partido de fútbol en la cancha del fondo, para que las rejas se abrieran por una hora. Pero encontrar un partido en la tarde, casi anocheciendo era muy difícil ya que la cancha no tenía luces. Por lo tanto si alguna vez jugamos en ese lugar, tuvo que haber sido durante un fin de semana y muy temprano.
128
”
La imposición de la reja tiene como objetivo impedir el paso, en ciertos horario. Esto lo transforma en un método de planificación conductual, donde el comportamiento de los niños se verá coartado. Planificación Conductual, pág. 106
producción propia
Indicio de acoplamiento en respuesta transgresora hacia el castigo que impone la reja y el candado.
Claramente la delimitación pone problemas a los acoplamientos instantáneos y directos entre los niños y los espacios que les satisfacen. El impedimento del juego, como actividad que nace del deseo infantil, es entendida como un castigo, provocando la huida de los niños en búsqueda de otros espacios que si los acepten en su legitimidad. 129
“S
iguiendo
nuestro
recorrido,
después de pasar por la escuela verde, estaba el pozo que se encontraba
Se trata de un espacio incompleto del tipo Sin-Nombre, ya que su espacialidad no esta asignada a un uso determinado. Espacios Nombrados y Sin-Nombre, pág. 88
muy cerca del cuartel de carabineros, éste tenía una escalera de piscina que nos parecía muy raro ya que no había agua por ningún lado, pero nuestra gran duda era (ya que no sabíamos que era un pozo) saber de
que
se
trataba
realmente
esto.
¿Era la cárcel o calabozo de los carabineros? Lo más frustrante fue que nunca pudimos liberar a na-
El juego como acoplamiento, pág. 54
die ya que en las ventanas existían
Es curioso como a través de la completación de este espacio sin significado preestablecido para los niños, fueron capaces de configurar espacios bajo tierra, que se hacía parte del juego de liberar prisioneros.
barras gruesas y además nadie nos respondía cuando gritábamos por si alguien quería ayuda.
130
Este pozo fue clausurado con una estructura de hormigón de un metro de altura aprox. A partir de haber imaginado que se trataba de una cárcel, los niños completaron la información faltante y imaginaron que justo bajo esa estructura había una sala vacía y que las celdas estaban mas alejadas y aisladas con puertas que llevaban a ellas. Cuando los niños llamaban al interior, nadie respondía, por ende es lógico creer que los prisioneros estaban aislados. Pero no había duda que se trataba de una cárcel.
”
El significado aprendido de los espacios, pág. 76.
producción propia
Claramente la delimitación pone problemas a los acoplamientos instantáneos y directos entre los niños y los espacios que les satisfacen. El impedimento del juego, como actividad que nace del deseo infantil, es entendida como un castigo, provocando la huida de los niños en búsqueda de otros espacios que si los acepten en su legitimidad. 131
“A
l
seguir
caminando
te-
níamos dos dificultades para llegar al Sankuokai, si seguíamos de largo estaban los viejos curaos
que
siempre
molestaban
a
las personas al pasar por ahí y si tomábamos el atajo, estaba el temible pasaje del perro blanco, que nunca pudimos cruzar y si alguien llegaba a cruzarlo, sería inmediatamente el jefe del grupo para siempre y podría elegir sin ningún
problema
que
personaje
quería ser de la serie, como nadie se atrevía siempre tuvimos que elegir roles a través del cachipún o cargar la mata.
132
”
Cerbero es el mitológico e incorruptible guardián que no deja pasar a los extraños, así mismo, el ‘perro blanco’ evitó que los niños pasaran por aquel pasaje, pero a la fue, al igual que la copa de agua, un agente desviador del callejeo. Producto de ésto, los desplazamientos se realizaron en otros rumbos. Callejeo Infantil, pág. 46.
No hay territorialización, el pasaje nunca fue conquistado por los juegos callejeros de estos niños. El perro blanco marcó de una u otra forma su gran territorio a la manera nómade Territorialidad Nómade, pág. 22
El miedo es uno de tantos medios para controlador las conductas. Existen en la ciudad actual numerosos ejemplos que intentan reprimir ciertas conductas. Planificación Conductual, pág. 106
133 producci贸n propia
“E
sto nos llevaba a tomar el camino más corto dentro de lo posible, para esto tomábamos un pasaje aburrido y bastante solitario, donde más de alguno lo utilizaba para orinar y luego salir corriendo ya que si alguna señora nos pillaba nos podía echar a los pacos y nos meterían presos a todos. Así llegábamos a la cancha del muni o Municipal, que era el nombre del club que jugaba allí de local. Además esta cancha era conocida como la cama de piedra porque lo único que había era un par de arcos donde nos colgábamos y un montón de piedras por todos lados para tirarlas.
”
134
Aunque en este episodio, el acoplamiento pueda ser calificado de vandálico, en el niño no es más que una acto ‘travieso’ basado en la inocencia de vivir el presente. Esto no amerita medidas de represión, al menos no por parte de la planificación espacial. Planificación Conductual, pág. 46.
La relación de mutuo trasvasije de información entre el niño y el espacio al momento de crear un juego, es proporcional a la variedad de juegos que se produzcan. Esta cancha ofrece una nula variedad física, por esto los acoplamientos son extremadamente básicos. El juego como acoplamiento, pág. 106
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“P
or fin, después de éste camino nos encontrábamos con el borde de una plaza donde estaba el Sankuokai, árbol que tenía espacio para cada uno, asientos, control de mando, mirador, y una barra para bajarse columpiándose, subirse a la nave no era cosa difícil, debido que el tronco actuaba como escalera y las ramas como barandas de apoyo, estando dentro de la nave cada uno tenia su espacio preferido a mi en especial me gustaba una rama alta que servía de mirador, al Alex le gustaba una donde el se podía acostar tranquilamente, bueno todos teníamos nuestro espacio favorito. Luego de un rato de estar en la nave teníamos que seguir ejercitando ya que la serie no ocurría solamente en la nave, así empezábamos a bajar por una rama que actuaba como barra paralela y luego de columpiarse un poco venia el salto hacia el suelo.
”
136
El acoplamiento es espacial, y por lo tanto, estamos frente a una territorialización Infantil. Territorialización Infantil, pág. 22
La presencia del un Espacio Incompleto, donde el significado fue alterado por los niños. El significado aprendido de los espacios, pág. 76
La copa del árbol es un Espacio Incompleto del tipo Sin-Nombre. Los niños están vertiendo diversos significados a cada rama del árbol. Espacios Nombrados y Sin-Nombre, pág. 88
La copa de este árbol en particular, es ahora la nave Sankuokai. Cada rama es una cabina de comando, cada nudo de las ramas en un botón que activa alguna capacidad de la nave. Las vestimentas ya son trajes de combate y sus personalidades ya no son las mismas. El juego como acoplamiento, pág. 54
Una vez que la tripulación baja de la nave, ésta se transforma en un árbol de una plaza. Territorialización Infantil, pág. 22
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“L
a competencia siguiente consistía en subir un árbol inclinado, pero lo importante era subirlo rápido y sin las manos. La forma del árbol permitía subirlo de esa manera, sin embargo la dificultad pasaba por que el tronco era bastante liso y que a más de alguno nos trajo un accidente pero nunca algo grave. Además de este árbol, había otros con los cuales nos divertíamos, unos para quien llegaba más alto otros para quien se tiraba de una mayor altura.
”
138
Incluso una vez encontrado el fin de la trayectoria, el desplazamiento callejero puede continuar. Lo importante es la búsqueda constante que permita el enfrentamiento a eventualidades que permitan el acoplamiento. Callejeo Infantil, pág. 46
El árbol inclinado tiene condiciones físicas tales que permiten un cierto tipo acoplamiento que se adecua a ellas, que junto a las intenciones de los niños, crean un tipo particular de juego, en este caso: subir corriendo sin usar las manos. El juego como acoplamiento, pág. 54
Al igual que en el ejemplo anterior, la copa de los árboles son Espacios Incompletos del tipo SinNombre. Los niños están vertiendo diversos significados a cada rama del árbol. Espacios Nombrados y Sin-Nombre, pág. 88
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139
“L
uego
venía
la
hora
del
descanso y en forma armónica
todos
decíamos
-¡vamos
a
Huar!- Éste era nuestro pasaje favorito para descansar y estar tranquilos, allí había un murito para no dejar pasar a los autos y precisamente allí donde estába-
La plaza en el pasaje huar, fue siempre ellos, un lugar de encuentro dentro de los recorridos callejeros, y aunque ya no era una eventualidad a descubrir, aparecía como un eventual lugar de descanso y ocio. La tranquilidad general que los niños encontraban les permitían desarrollar sus actividades de juego. Callejeo Infantil, pág. 46
mos sentados un rato recordando capítulos anteriores de la serie o contando
alguna
historia.
Las
de miedo eran mejor ya que el pasaje era bastante oscuro por el poste de luz tapado por un árbol muy frondoso. De repente uno de los cabros dijo -vamos a pedir agua al kiosco de Carlitos- y todos estuvimos de acuerdo.
140
”
Árboles, bancas y muros para impedir el paso de los vehículos, son elementos suficientes para que un grupo de niños hayan descubierto este lugar secreto sólo para ellos. El acoplamiento espacial manifiesta límites con sentido para los niños durante el uso del espacio: Territorialización Infantil. Territorialización Nómade, pág. 22.
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“Ll
egando al kiosco de Carlitos, le decíamos si nos convidaba agua en una botella y que le traíamos el envase enseguida ya que la tomaríamos en el gallinero, a este espacio lo llamábamos así, por que era una reja muy particular, ésta consistía en un muro pequeñito de unos 30 cm. y sobre éste una reja de igual medida unos 30 cm. Entonces al sentarse uno allí parecía gallina poniendo huevos. Ésta era la reja del consultorio de mi casa y era así de pequeña ya que los pacos estaban al lado así que nadie era capaz de meterse, nosotros igual nos metíamos allí para orinar pero nunca nos pillaron, aunque igual les teníamos miedo a los pacos. Luego devolvíamos la botella y la tarea era regresar a nuestras casas ya que mañana había que ir al colegio y ya era muy tarde.
”
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En realidad no habían gallinas en este lugar. El grupo de niños habían nombrado el espacio de acuerdo al uso que ellos habían propuesto. El Gallinero, lugar donde hay gallinas, responde a la lógica del ‘Espacio Nombrado’, pero este nombre no fue aprendido, sino propuesto, por lo tanto es efímero. Espacios Nombrados y Sin-Nombre, pág. 88
El libre uso por parte de los niños estaba transgrediendo normas privadas (no escupir o no orinar) y por lo cual sus conductas están siendo condicionadas a partir del miedo. Si en algún momento son descubiertos en su transgresión serán castigados social o espacialmente, y los niños buscarán finalmente otro espacio para actuar. Espacios de Condicionamiento, pág. 22.
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Conclusiones
Reflexiones acerca de la territorialización adulta en el espacio para todos
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¿Cuál es el valor de la territorialización? El proceso de territorialización implica crear límites para accionar actividades en y con un espacio, pero para que no se transforme en apropiación, dichos límites deben ser siempre fugaces. Así lo único que es permanente es la invitación a hacerse partícipe en la imaginación y creación de actividades con el espacio. Cuando se territorializa se manifiesta la inevitable comunicación entre el habitante y el espacio; ambos crean un ‘cuerpo sin órganos’, un cuerpo nuevo que opera con reglas propias nacidas a partir de la mutua necesidad del hombre y el espacio. El habitante esta llamado a ‘humanizar al espacio’ y a la vez a ‘especializar sus intereses’; es a través de la territorialización que se vierte vida en los espacio, sino es posible este proceso, lo más probable es que nos estemos enfrentando a un espacio estéril, cuyo máximo potencial es el simple uso superficial e inerte, un uso cuyo actuar no considera al espacio mismo como participante, ni al habitante como autor. ¿Por qué las plazas de juego están vacías en los sectores donde hay más niños que callejean? La manera de delimitar una zona nombrada como ‘de juego’, permite reconocerla visualmente aunque esté enrejada y sin niños en su interior que acciones sus juegos. Entonces parece evidente responder esta interrogante diciendo que es porque las plazas de juego ¡NO NECESITAN NIÑOS PARA SER TALES! Esto ocurrirá con todas las delimitaciones que podamos encontrar, podremos incluso mirar la fotografía de un parques sin paseantes, de locales comerciales sin compradores, de ágoras sin ciudadanos y paraderos sin nadie esperando un bus, y siempre podremos saber de que se trata cada espacio. Un espacio que no necesita al hombre, es un espacio que ha nacido muerto.
Los adultos también pueden territorializar Los niños que legitiman su niñez a través del juego callejero, se desplazan, encuentran, ven y aprovechan los espacios ofrecidos gratuitamente para hacer aparecer situaciones en que el niño y el espacio son protagonistas, situaciones que si faltara alguno de los dos actores, no serían posibles. Sin niños que jueguen o sin espacios sin-nombre no hay territorialización. Pero esta magnífica y hasta mágica capacidad de territorializar no es (o al menos no de-
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bería serlo) exclusiva de la infancia: los adultos también pueden territorializar, y pensamos que no sólo pueden sino que deben hacerlo. Generalmente, los adultos se pierden de la inmensa posibilidad de ver lo que el espacio les ofrece. Esto se explica por su poco interés en jugar y en callejear, y aunque nuestro objetivo no es llegar a producir adultos callejeros y lúdicos, si creemos que el tema pasa por ofrecerles espacios tales que no coarten la capacidad de asombro o ‘capacidad de ver’, como lo menciona Humberto Maturana: “...el asombro tiene que ver con el no tener prejuicios que nieguen el mirar, pero en un marco de expectativas... se confunde un poco la palabra asombro con la capacidad de ver, de ver la propia circunstancia, de no tratarla como algo conocido.”33 Los
adultos estamos muchas veces adormecidos y acostumbrados a asumir que conocemos los espacios incluso aunque aun no los conozcamos. No nos impresiona una plaza o un parque porque simplemente dejamos de verlo y asumimos que son iguales a la imagen mental de plaza o parque que manejamos en nuestras cabezas.
Los modos de incompletar los espacios Lo fundamental para lograr la territorialización es contar con espacios incompletos, en cualquiera de sus formas, esto es, ignorando la forma, ignorando el nombre, no delimitando la forma o no delimitando el nombre. Al ausentarse la forma del espacio o el nombre (significado) ya sea al no pre-establecerlo o al desconocerlo, el espacio estará incompleto: Espacios de forma ignorada: es muy difícil ejemplificar un espacio de este tipo ya que la forma siempre estará presente, y difícilmente será ignorada, pero es una modalidad teórica de ‘espacio incompleto’ Espacios de forma no delimitada: en teoría, son espacios sin forma, pero no existe el espacio sin la forma. Espacios de nombre ignorado: su existencia depende de grado de instrucción recibida respecto al uso correcto de un espacio. Así es posible que algunas delimitaciones o espacios completos parezcan incompletos para algunos. Se activan a través de la inocencia. Espacios de nombre no delimitado: son los llamados Espacios Sin-Nombre
33. MATURANA, Humberto. El sentido de lo humano, pág. 76 y 77 (DOLMEN EDICIONES, 1996)
147
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Entendiendo que cuando hablamos de la forma nos referimos a los aspectos físicos diseñables y medibles que conforman objetos y espacios. Entonces es el significado de dichas formas el que puede estar ausente o ser ignorado por quien lo mira. Ahora bien, la ignorancia o bien la inocencia tan característica de los niños que se enfrentan a los espacios para todos, es una condición innata, no podemos extraérsela a los niños y tratar de inyectársela a los adultos, ni tampoco podemos provocar procesos de infantilización para lograr territorialización en todos. Sin embargo existe la capacidad de eliminar la carga significativa y condicionante de conductas en los habitantes a través de la creación de ‘Espacios Incompletos’ del tipo ‘Espacios Sin-Nombre’, ya que es ahí en la modificación del significado donde las capacidades del arquitecto-planificador tienen real valor, incidencia y competencia. Si los espacios dejan de tener significado, es decir que dejen de condicionar y planificar ‘conductas deseables’ que maten las posibilidades personales de crear territorio, entonces nos estaremos enfrentando a un gran buffet que ya no entrega lugares delimitados si no que ‘ofrece’ al peatón la posibilidad de instalarse según la actividad que él mismo proponga, y cuyos límites de acción sean sólo resultado de la relación simbiótica entre habitante y espacio. Así, nos estaríamos encontrando frente a ‘Espacios para todo’ y ‘Espacios para todos’
Los conflictos sociales Quizás hablar de ‘espacios para todo’ pueda interpretarse como ‘espacios de libertinaje’ en vez de ‘libertad’, ya que a partir de lo planteado en el párrafo anterior, es fácil llegar a creer que nuestro planteamiento justifica y valida cualquier tipo de acción: violencia, vandalismo, actividad sexual, drogadicción, actividades riesgosas, etc. En fin, cualquiera de las actividades que las ‘grandes mayorías’ están de acuerdo en considerar que agraden el respeto al otro y a uno mismo. A lo largo del desarrollo de la planificación urbana hemos sabido de grandes intentos para hacer de ésta una manera omnipotente de solucionar los problemas de la sociedad como las diferencias socio-económicas, la delincuencia, la centralización del poder, el compor-
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tamiento en masa, etc. Lamentablemente, el fracaso ha sido el resultado de dichos intentos: aun continúan aumentando la concentración del capital, la formación de poblaciones llamadas ‘marginales’ La sociedad actual tiene conflictos cuya complejidad supera las variables de acción que maneja la planificación urbana, alcanzando nada más que a escuetos controles conductuales que no acaban con las conductas no deseadas, sino que las hacen trasladarse o adecuarse a las nuevas realidades espaciales. Estos temas nos superan, no es posible hacerse cargo de tales complejidades a través de la mera modificación de formalidades, porque simplemente no estamos capacitados en tanto que profesionales de la arquitectura. Así, no pretendemos imaginar que somos aquellos que plantean cuales son las conductas correctas e incorrectas, nosotros no tenemos las herramientas para hacerlo, sin embargo si las tenemos para privilegiar el rol del habitante del espacio de todos como aquel que se incluye en su operar, los completa y les otorga vida. Existen otros campos mucho más capaces de generar las condiciones dignas para evitar, por ejemplo, la necesidad de delinquir, o de impedir el abuso en temas de vivienda social, etc. Si los arquitectos fuimos escogidos para hacernos cargo de la configuración formal de aquellos espacios, por definición, para todos, entonces debemos estar conscientes de nuestras limitaciones, debemos asumir hasta donde llega la jurisdicción de nuestra profesión.
El urbanismo y la anti-arquitectura Si los espacios deben ser para todos, entonces ¡no debemos delimitarlos!, no podemos dejar que unos pocos impongan arbitrariamente sus deseos y pretensiones en desmedro de los intereses de aquellos que si efectivamente son los verdaderos partícipes protagonistas de las calles. A lo largo de la historia, la arquitectura ha basado su ejercicio en la delimitación y privatización tanto de forma, de uso, de propietario y de significado, ahora bien, si estas
150
prácticas contradicen el concepto de ‘espacios para todos y para todo’, entonces ¿Cómo puede la arquitectura hacerse responsable de estos espacios si aun no ha sido capaz de generar nuevas herramientas y nuevas formas de pensar que se lo permitan? Efectivamente, siguiendo los principios arquitectónicos es muy difícil llegar a entender que es un espacio incompleto o como se territorializa al modo infantil. La anti-arquitectura, si pudiéramos llamarla así, aparece como un concepto cuyos componentes teórico se adecuan a los requisitos necesarios para la proliferación de ‘espacios incompletos del tipo sin-nombre’. La anti-arquitectura consiste básicamente en echar abajo las premisas históricas que han gobernado la arquitectura delimitativa de las ciudades sedentarias y ser coherentes con el espacio para todos, el cual por lo demás que necesita urgentemente una limpieza de significados absolutos y extraños que no pertenecen finalmente más que a unos pocos. La cuestión no es reprochar la práctica arquitectónica en sí. De hecho las prácticas delimitativas son efectivamente adecuadas y hasta correctas para organizar los ‘espacios para alguien’ (espacios privados: viviendas, hospitales, escuelas, edificios públicos, etc.) Sin embargo, según nuestro planteamiento, no es apropiado utilizar las herramientas tradicionales de la arquitectura para aplicarlas en la configuración física de nuestros espacios par todos.
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Bibliografía Monografías ALEXANDER, Christopher. El Modo Intemporal de Construir. Ed. Gustavo Gili (Barcelona, 1981) ALEXANDER, Christopher. Un lenguaje de patrones: ciudades, edificios y construcción. Ed. Gustavo Gili (Barcelona, 1980) DELEUZE, Gilles & GUATTARI Felix. Mil Mesetas: capitalismo y esquizofrenia. Ed. Pre-textos (Valencia, 1988) Diccionario de Real Academia de la Lengua Española. Vigésima sexta Edición (www.rae.es) EMHEL, Mathilde. Seminario “Du désert à Nouakchott: mutation des practiques de l’espace nomade”. Escuela Nacional Superior de Arquitectura y Paisaje de Bordeaux. (1999) HARKER, Christopher. Playing and affective time-spaces. Departamento de geografía, Universidad Británica de Columbia. (Vancouver, 2005) HARRISON, Francisco & SWAIN, Bruce. Guía de Diseño del Espacio Público. Ed. Lom (Santiago, 2003) 153
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Revista BROWNE, Patricio. “¿Formal o Informal?”. ARQ nº 53. Pág. 49-51 (Santiago, 2003)
Ilustraciones y Fotografías Todas las ilustraciones que acompañan los relatos, son producción propia, al igual que los esquemas explicativos al final de cada artículo. Página 10, Antiguo Plano de Santiago Fundacional, fuente: INTERNET Página 20, Nómades y Sedentarios de Mauritania, fuente: J. DUBIEF - 1953
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Página 44, Escena de la película ‘The Kid’ de Charles Chaplin, fuente: INTERNET Página 52, Boy Playing by a Street Curb, Paris jugando en la cuneta, fuente: PIERRE AURADON Página 74, Niños en la fuente, fuente: INTERNET Página 86, Barbería, fuente: INTERNET Página 94, Skinner Box, fuente: INTERNET Página 104, Niños atraídos por el flautista de Hamelin, fuente: INTERNET
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Agradecimientos a
...Profesora María Bertrand, Profesor Ernesto López, Anne Duroure, Rodolfo Ugarte, Thomas Bauer, Alvaro Pacheco, María Fuentes, Sebastián Mella, y a Nuestras Familias... por la ayuda y apoyo brindado
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