EL DÍA DIARIO INDEPENDIENTE DE LA MAÑANA
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AmeriCanarias
Las coplas que
Temas isleños
La Palma y su agricultura
Editor: JOSÉ RODRÍGUEZ RAMÍREZ ~~ Director: JOSÉ MANUEL DE PABLOS CQELLQ Dirección, Redacción, Relaciones Públicas, Administración, Talleres e Impresión Avenida Buenos Aires, 71, Santa Cruz de Tenerife.
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N el prólogo de «La Agricultura en La Palma» —el buen libro de Wladimiro Rodríguez Brito recientemente editado por el Instituto de Estudios Canarios— Leoncio Afonso lo define conio «obra muy completa sobre el agro palmero, imprescindible para el que quiera conocer la isla, e incluso como referencia para trabajos similares sobre otras zonas del archipiélago». En verdad que Wladüníro Rodríguez Brito —profesor del Departamento de Geografía de la Universidad de La Laguna— ha puesto todo su entusiasmo, esa su vocación de agricultor que se le mantiene, en la obra citada. Su experiencia juvenil como agricultor, su muy buena labor de investigación y capacidad de trabajo, se reflejan en la obra rigurosa, exacta, que con todo detalle analiza la actividad agraria en su isla natal.
Esta obra del profesor Rodríguez Brito está escrita con el corazón —con su buen corazón de buen palmero— y en ella bien se comprende que, como decía Unamuno, el que se aburre en el campo es que tiene la mente pequeña y despoblada. No es este un libro frío, de estadísticas. Es, como dice Leoncio Afonso —otro buen palmero afincado en Tenerife— obra con un alto contenido de carácter descriptivo. Y es que, en sus años niños, Wladimiro Rodríguez Brito fue de aquellos isleños que tenían por lecho la tierra y por dosel el cielo. Nunca es demasiado tarde para buscar un mundo más nuevo y, de aquella etapa juvenil, Wladimiro Rodríguez Brito pasó a la estudiante, a la de investigador y educador en el
primer centro universitario de Canarias. Como el dolor a la herida —como la flor al perfume— el profesor Rodríguez Brito está atado a su tierra palmera, a su buena tierra natal, a los hombres de corazón derecho que la trabajan bajo la fiesta de las estrellas o los dardos del sol. Desde el medio físico isleño a los recursos hídricos, desde el cultivo de los cereales a los frutales, todo está en las páginas ejemplares que —repito— se escribieron con el corazón y que evocan campos llenos de siglos y de noches, la canción suave del agua bendita de la siembra y, también, el dramatismo de la vida del hombre del campo isleño. Wladimiro Rodríguez Brito trabajó durante años en recopilar un material abundante e in-
De domingo a domingo
teresante. Atesoró grandes verdades, acuñó aquel oro y, en estas páginas, lo hace saltar a la sangre, al alma de la juventud como ejemplo de tarea a seguir en otros órdenes de las actividades isleñas. Ha sabido ir a los viejos rincones, a escudriñar la historia, a ver lo que ha vivido y sufrido la agricultura en La Palma y, luego, ha puesto toda su alma, todo su corazón, en las páginas de este libro hecho concienzudamente, honradamente, con plena entrega. Ser no es sino querer ser. Y ahí está la obra que, largamente soñada, es frutó de una voluntad inquebrantable, del corazón de un hombre que bien comprende cuan pura de sol es la multitud del trigo.
Juan A. Padrón Albornoz